Estudio y Análisis Del Concepto Adoración

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FACULTAD PROTESTANTE DE TEOLOGÍA UEBE ESTUDIO Y ANÁLISIS HERMENÉUTICO DEL CONCEPTO ADORACIÓN Marc Miret Domínguez Dirigida por: Juan Manuel Quero Moreno TRABAJO FIN DE GRADO Alcobendas, Junio del 2014

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Tesina de grado

Transcript of Estudio y Análisis Del Concepto Adoración

  • FACULTAD PROTESTANTE DE

    TEOLOGA UEBE

    ESTUDIO Y ANLISIS HERMENUTICO DEL

    CONCEPTO ADORACIN

    Marc Miret Domnguez

    Dirigida por:

    Juan Manuel Quero Moreno

    TRABAJO FIN DE GRADO

    Alcobendas, Junio del 2014

  • ESTUDIO Y ANLISIS HERMENUTICO DEL

    CONCEPTO ADORACIN

    Por Marc Miret Domnguez

    TRABAJO FIN DE GRADO

    En cumplimiento de los requisitos exigidos por la Facultad Protestante de Teologa UEBE para la obtencin del Grado en Teologa

    Trabajo fin de Grado guiado por el Dr. Juan Manuel Quero Moreno

    FACULTAD PROTESTANTE DE TEOLOGA UEBE Alcobendas (Madrid), Espaa

    04 de Junio del 2014

  • (COPIA DEL ACTA DE DEFENSA AMBAS CARAS)

    Tesina de Licenciatura

    Sometida el __________________________ al Cuerpo Docente del Seminario Teolgico U.E.B.E. para optar al grado de Licenciado/a en Teologa por:

    ______________________________

    Tribunal integrado por:

    ______________________________ Director/a de Tesina

    ______________________________

    Profesor/a Lector/a

    ______________________________ Profesor/a Asociado/a

  • ndice

    Introduccin ..................................................................................................... 1-2

    CAPTULO I. Descripcin de los conceptos relacionados

    con adoracin en su idioma original ............................................................... 3-13

    1. Adorar: Adoratio..................................................................................... 4-6

    2. Verbos en Griego ....................................................................................... 7-11

    2.1. Postrarse: Proskuno ....................................................................... 7-8

    2.2. Servir: Latreo ................................................................................ 8-10

    2.3. Honrar: Sbomai .............................................................................. 10-11

    3. Verbos en hebreo y arameo ........................................................................ 11-13

    CAPTULO II. Simbiosis hermenutica de la lnea interpretativa ................. 14-27

    1. Antiguo Testamento ................................................................................... 14-18

    1.1. Servicio y obediencia .......................................................................... 14-16

    1.2. Inclinacin y sumisin ....................................................................... 16-18

    2. Evangelios y Hechos de los Apstoles....................................................... 19-24

    2.1. Humillacin y rendicin ..................................................................... 19-20

    2.2. En espritu y verdad ............................................................................ 21-23

    2.3. Culto y disciplinas espirituales ........................................................... 23-24

    3. Epstolas paulinas y otras epstolas ............................................................ 24-27

    3.1. La piedad ............................................................................................. 25-26

    3.2. La idolatra .......................................................................................... 26-27

    4. Apocalipsis ................................................................................................. 27-28

    CAPTULO III. La adoracin en la actualidad ................................................ 29-37

    1. Plano individual ......................................................................................... 29-33

    2. Plano colectivo ........................................................................................... 33-37

    Conclusin ....................................................................................................... 38-39

    Bibliografa ...................................................................................................... 40-41

  • Estudio y anlisis hermenutico del concepto adoracin

    1

    Introduccin

    Desde la hace unos veinte aos, con el aumento del flujo migratorio en

    Espaa, podemos observar la disparidad de opiniones y de pensamientos que hay

    sobre la adoracin, diferencias que al final se manifiestan en nuestras

    congregaciones, y que en muchas ocasiones nos separan en vez de unirnos. Incluso

    podramos decir que las personas no avanzan en su vida espiritual por una falta

    considerable de entendimiento de lo que significa adorar, ya sea por conceptos

    culturales heredados, o por errores en la enseanza sobre este tema. As que,

    teniendo en cuenta tambin que este tema debe ser central en nuestras vidas y en

    nuestras iglesias, pues el Padre busca que los verdaderos adoradores le adoren en

    espritu y verdad (Jn. 4:23), llegu a la conclusin de que se necesita volver a

    estudiar qu significa adorar. Esto, adems, habra de tenerse en cuenta no

    solamente como un objetivo meramente intelectual, sino como un objetivo prctico y

    actual. Esta es la razn de ser de este trabajo.

    Mi objetivo, por tanto, es sentar una base en el concepto de adoracin que

    englobe toda la Escritura, y que tambin nos integre a todos nosotros en el aqu y en

    el ahora. Por este motivo es una investigacin que comprende el estudio y el anlisis

    hermenutico, porque el objetivo central es dejar atrs todo aspecto que pueda

    confundirnos para dejar paso a unos parmetros bsicos que nos ayuden a ser esos

    verdaderos adoradores que el Padre est buscando.

    Para conseguir estos objetivos el trabajo tendr tres grandes apartados:

    - El primero consiste en empezar por la base y buscar aquellas palabras que, en

    su idioma original, significan adorar, para poder estudiar el significado de

    cada palabra, tanto en el momento en que se escribi, como en su desarrollo

    hasta nuestros das. Para ello tomar como texto base la versin Reina Valera

  • 2

    del 1960, pues es la versin con una traduccin ms literal, adems que sigue

    siendo la versin ms utilizada en nuestras iglesias.

    - El segundo punto tendr el objetivo de desarrollar una lnea interpretativa

    bblica del concepto adoracin, tomando de referencia el significado

    intrnseco estudiado en el primero, pudiendo as ir sacando algunas

    conclusiones.

    - Para terminar, el tercer punto tendr el objetivo de desechar prcticas

    errneas de la adoracin tanto en el mbito colectivo como en el individual, y

    as poder dibujar un nuevo cuadro prctico de la adoracin en nuestro

    contexto.

  • 3

    CAPTULO I: Descripcin de los conceptos relacionados con adoracin en su

    idioma original

    Cuando abrimos nuestras Biblias y nos encontramos con el verbo adorar

    podramos cometer el error de pensar que esta palabra tiene un significado que

    podemos traer y poner en prctica en la actualidad sin problema alguno. Sin

    embargo, la realidad es bien distinta, pues, en relacin con esta palabra, se

    encuentran otros muchos verbos, que, sin ellos, nos sera imposible descifrar qu

    significa y entraa la accin de adorar, segn las Escrituras.

    Existen tres verbos principales en la Biblia que se traducen como adorar y que

    son: proskuno (griego), shakj (hebreo), y sagad (arameo). Estos verbos, en

    el texto van casi siempre ligados, ya sea en el mismo versculo o dentro de la misma

    percopa con otros verbos que complementan el significado de adorar; es decir, nos

    dicen cmo adoraban. Estos verbos a los que nos referimos seran: en griego

    latreo y sbomai; en hebreo abad, kar, cadad, kafaf, jadah, y

    jalal; y del arameo sagd , nephal, y pelah.

    Nos es necesario, en primera instancia, entender el significado de cada uno de

    estos verbos, as como la trayectoria que han tenido en el tiempo, y su contexto

    histrico, para distinguir cuestiones culturales de la poca y quedarnos con la esencia

    del trmino. Sin embargo, como el centro de la cuestin nace de la palabra

    adoracin, que proviene directamente del verbo latn adoratio, tenemos que

    acudir a la Vulgata, versin bblica nacida a finales del s. IV cuya traduccin de los

    textos escriturarios se debe a San Jernimo, quin fue encomendado por mandato

    del papa Dmaso I.1 Cabe mencionar tambin que, desde su inicio, esta traduccin

    estuvo cargada de controversias por sus interpretaciones del texto hebreo.2 Por lo que

    1 http://www.bibliamedieval.es/index.php/vulgata 17.01.2014

    2 Justo L.Gonzlez, Historia del Cristianismo, tomo 1 (Miami: Editorial Unilit, 1994), pp.

    217-220.

    http://www.bibliamedieval.es/index.php/vulgata%20%20%20%2017.01.2014

  • 4

    tambin nos interesa ver si hemos sido herederos de un concepto errneo que nos

    haya podido llevar a una prctica errnea.

    1. Adorar: Adoratio

    La palabra adoracin proviene directamente del vocablo latn adoratio.

    En la palabra adoratio podemos identificar tres partes ad+ora+tio. El sufijo

    tio forma parte de la declinacin de la palabra; por tanto, lo que nos da el

    significado es el prefijo y el lexema. La preposicin ad indica direccin; puede

    significar hacia, a, hasta, etc. Por otro lado, el lexema oro significa rogar, suplicar,

    solicitar y/o demandar. En definitiva, adoro era la palabra empleada para pedir

    apelacin, para suplicar, incluso para hacer una declaracin de culpabilidad, y rendir

    pleitesa a alguien superior y con la capacidad de condenar, accin que corresponda

    a un juez.3

    Sin embargo, esta palabra tambin sufri una evolucin importante en su

    significado a travs del tiempo. Pues, en el perodo paleocristiano se utilizaba para

    hacer mencin al acto de pedir clemencia, reconociendo un error cuando se

    encontraban frente a una figura superior, como podra ser el mismo emperador. Ms

    tarde, en el perodo del Sacro Imperio Romano, vemos como San Agustn liga la

    salvacin a la adoracin pblica en su obra De la verdadera religin. De hecho, en

    su comentario al Salmo 98, relaciona explcitamente la adoracin con la eucarista.4

    Para Santo Toms, siglos ms tarde, la adoracin constituira un elemento

    tanto interior como exterior, fruto de la oracin y de la devocin. Adems, Santo

    3 Santiago Segura, Nuevo diccionario etimolgico latn-espaol y de las voces derivadas

    (Universidad de Deusto: Editorial Bilbao, 2001), p. 53. 4 http://blogs.periodistadigital.com/jose-manuel-bernal.php/2013/07/18/p337659

    15.01.2014.

    http://blogs.periodistadigital.com/jose-manuel-bernal.php/2013/07/18/p337659%2015.01.2014http://blogs.periodistadigital.com/jose-manuel-bernal.php/2013/07/18/p337659%2015.01.2014

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    Toms, entiende la adoracin como un acto interior que reconoce la esencia de Dios,

    y lo que esta significa.5

    Es importante tener en cuenta que, con el paso del tiempo, adoratio se fue

    ligando cada vez ms a la eucarista; incluso actualmente hay an un sector

    importante de la ICAR6 que sostiene que la adoracin est ntimamente ligada a la

    eucarista, aunque a partir del s. IX se empez a desligar. De hecho, existen

    testimonios, como el de San Francisco de Ass (s. XIII), que, en su lecho de muerte,

    insta a la veneracin de la Eucarista7. sta podra ser una de las razones por las que

    las personas relacionan an la adoracin con el culto que celebramos como

    comunidad los domingos, pues la eucarista sigue siendo parte central del culto (la

    misa) en el catolicismo.

    Otro aspecto que nos debe llamar la atencin es que el significado de

    adoratio, en el sentido de clamar, tambin ha estado ligado al contexto social y

    teolgico de la Edad Media, donde las personas clamaban por su vida al rey, seor

    feudal, o cura de la ciudad, padeciendo en muchas situaciones juicios injustos, sobre

    todo, cuando la adoracin nace por imposicin o por miedo. Por ejemplo, en los

    inicios de la Historia de la Iglesia, la perspectiva que tenan tanto Orgenes (s. III)

    como Gregorio de Nisa (s. IV) de la obra redentora de Jess, era la de un rescate de

    la esclavitud del enemigo, pues el objetivo final de la adoracin era ser rescatado de

    Satans.

    Sin embargo, siglos ms tarde, el objetivo final de la adoracin ya no era un

    rescate de la esclavitud del enemigo, sino un rescate de la propia ira de Dios hacia la

    humanidad por su pecado, ira que administraba la propia ICAR. Por esta razn, la

    5Luciano Pacomio, Diccionario Teolgico Enciclopdico (Navarra: Editorial El Verbo divino,

    1995), p. 956. 6 Iglesia Catlica Apostlica Romana

    7http://www.adoracionperpetua.info/biblioteca.php?li_1=x&li_2=x&li_3=current&li_4=x&li

    _5=x&li_6=x&li_7=x&li_8=x 24.01.2014

    http://www.adoracionperpetua.info/biblioteca.php?li_1=x&li_2=x&li_3=current&li_4=x&li_5=x&li_6=x&li_7=x&li_8=xhttp://www.adoracionperpetua.info/biblioteca.php?li_1=x&li_2=x&li_3=current&li_4=x&li_5=x&li_6=x&li_7=x&li_8=x

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    ICAR tuvo que desarrollar su propio sistema de penitencias. En definitiva, lo que

    podemos observar es que los telogos latinos partieron de la concepcin que tenan

    de la ley, heredada en gran parte del Sacro Imperio Romano.8

    Como hemos visto, el concepto de adoracin fue convirtindose en un acto de

    clemencia fruto del miedo, ya fuera a Satans, o a la ira de Dios por haber pecado.

    Esto podemos verlo an en la actualidad, cuando la cristiandad acude a las iglesias, a

    Dios, y/o a la virgen slo cuando existe un problema, con el objetivo de liberarse del

    problema, o de las consecuencias de sus pecados. Sin embargo, tan pronto como se

    disuelve el problema, la adoracin tambin se desvanece con l, situacin que

    tambin puede suceder en el seno de nuestras iglesias evanglicas.

    En definitiva, podemos ver cmo la palabra que hemos heredado del latn, en

    el castellano adoracin, ha estado influida por los distintos contextos sociales y por

    los intereses religiosos de cada poca, aunque el concepto tambin ha sido influido

    por muchos ms factores de otras culturas como la anglosajona, y otras teologas, as

    como otros conceptos hermenuticos errneos que por falta de espacio no podremos

    profundizar en ellos. Sin embargo, el problema fundamental es que la palabra ya

    llega a nosotros con un significado previo que no se pierde, que es el de pedir

    clemencia ante alguien que nos juzga, y que tiene el poder de condenarnos o

    salvarnos. Esto confirma la necesidad de volver a las fuentes primarias para renovar

    nuestro entendimiento sobre la adoracin, pues, finalmente, el problema radica en

    que no hay un concepto bien definido de lo que significa adorar.

    8 Millard Erickson, Teologa Sistemtica (Viladecavalls: Editorial CLIE, 2008), p. 810.

  • 7

    2. Verbos en Griego

    2.1. Postrarse:

    El primer verbo que vamos a estudiar es el ms utilizado tanto en el NT como

    en el AT en la traduccin de la Septuaginta (LXX). De hecho, es el verbo que se

    traduce directamente como adorar en el NT, y en la LXX como traduccin directa del

    hebreo shakj.

    Este verbo griego proviene de la combinacin de pros+kuno. Segn la

    mayora de los investigadores, el significado general es besar, en el sentido de

    presentarse con reverencia y temor ante un ente mayor que uno. Sin embargo, aunque

    este trmino sea griego, la costumbre es mucho ms antigua, pues ya se utilizaba

    para referirse a la adoracin dirigida a los dioses egipcios. Una muestra de ello lo

    podemos encontrar en los relieves egipcios dnde hay representaciones de cmo las

    personas, en actitud de adoracin, tienen la mano extendida lanzando un beso a la

    divinidad.9

    Por otro lado, el mismo prefijo nos muestra una conexin con las prcticas

    paganas en los cultos pre-helensticos. Adems, si profundizamos en el sentido que

    tiene la palabra en griego, la accin concreta es agacharse hasta besar la tierra o el

    suelo. Sin embargo, los griegos no tomaran el concepto literal ni tampoco la

    expresin fsica de ello, sino un sentido ms metafrico que alude a una actitud de

    amor y respeto. Con el tiempo la palabra fue tomando un significado mucho ms

    general y simblico,10

    es decir, seguira aludiendo a caer de rodillas, caer rendido

    9Lothar Coenen, E.Beyreuther, y H.Bietenhard, Diccionario Teolgico del Nuevo Testamento,

    tomo III (Salamanca: Editorial Sgueme, 1993), p. 222. 10

    Gerhard Kittel, y G.Friedrich, Theological Dictionary of the New Testament, volume VI (Michigan: WM. B. Eerdmans Publishing Company, 1964), pp. 925-927.

  • 8

    ante los dioses o el dios que fuera. sto es venerar postrado, con el significado de la

    ms profunda humillacin que una persona pueda expresar.11

    Es importante considerar tambin que la LXX utiliza este trmino

    indistintamente para referirse a inclinarse, besar, servir y adorar. Aunque en la

    mayor parte de los casos se refiere al Dios de Israel, poda hacerse tambin a los

    ngeles, a los justos, a los gobernantes, y a los profetas reconociendo la accin de

    Dios en ellos.12

    En fin, esta accin se haca hacia cualquier figura que tuviere mayor

    jerarqua o poder.13

    Por otro lado, tambin debemos tener en cuenta que el judasmo

    rabnico trata la adoracin como una actitud de oracin y, aunque en ellos sea ms

    habitual estar de pie, sigue refirindose a la actitud de humillacin. Sin embargo, la

    palabra proskuno, despus de la confeccin del Nuevo Testamento, figura slo

    en una inscripcin del s. III d.C. dndole un sentido muy limitado.14

    As mismo, la

    adoracin tambin seguira vinculada a la divinizacin del soberano y al culto al

    emperador.15

    En conclusin, esta primera palabra nos lleva a la primera caracterstica que

    debemos entender sobre la adoracin, que es la necesidad de presentarnos con una

    actitud de humildad ante Dios. Esta humildad no es inspirada por la ira de Dios, ni

    por miedo a Satans, ni tampoco por ningn problema que podamos tener, incluso

    tampoco por lo que l ha hecho o est haciendo, sino por lo que l es, es decir por su

    esencia, o mejor dicho porque l es Dios.

    2.2. Servicio:

    En segundo lugar, encontramos el vocablo latreo, que acompaa en

    muchas ocasiones al verbo proskuno; por esta razn, nos interesa conocerlo bien

    11

    Coenen, p. 222. 12

    Kittel, pp. 925-927. 13

    Coenen, tomo III, p. 222. (Ver 2Sam.18:21). 14

    Kittel, p.925-927. 15

    Coenen, tomo III, p. 222.

  • 9

    para poder desarrollar el segundo punto de nuestra investigacin. Latreo proviene

    del sustantivo ltron, que a su vez significa recompensa o salario, con lo que, en

    un primer momento, latreo tena el sentido de trabajar por una recompensa. Esta

    palabra y sus derivados se utilizaban para referirse a un trabajo fsico, y en sentido

    figurado, para designar el tener cario por. Tambin encontramos la utilizacin de

    esta palabra para designar el servicio que se ofreca a los dioses. Sin embargo, tanto

    en las lenguas clsicas como en las modernas, la palabra servicio designa una

    actividad impuesta o voluntaria que incluye una actitud de humildad y sumisin

    hacia quien se comete la accin de servir. Este servicio muestra una relacin de

    dependencia en la que la libertad de la persona queda limitada. Sin embargo, aunque

    ya sabemos que el servicio a Dios nos lleva a la libertad real, debemos tomar en

    consideracin el sentido de dependencia que conlleva en s el trmino latreo, que

    es lo que nos conduce a servir a Dios. Cabe destacar que esta palabra es la que utiliza

    la LXX como traduccin de abad.

    Tambin es importante saber que de este verbo se deriva la palabra

    leitourgeo que se utilizaba para referirse al servicio voluntario en la poltica. En la

    actualidad, encontramos su derivado liturgia que utilizamos para referirnos al

    orden y forma de los cultos en nuestras iglesias, e incluso a actos solemnes no

    religiosos; aunque, antes se empezara a utilizar el verbo latreo para referirse a un

    servicio voluntario en el ministerio cultual del sacerdote, que ms tarde pasara a

    designar la actitud interna del hombre que ama a Dios.16

    Cabe destacar que no es una

    palabra comn en el griego profano,17

    cosa que nos lleva a la conclusin de que era

    solamente utilizada en el contexto cltico del pueblo de Dios.

    16

    Lothar Coenen, E.Beyreuther, H.Bietenhard, Diccionario Teolgico del Nuevo Testamento, tomo IV (Salamanca: Editorial Sgueme, 1994), p. 212.

    17Ibid., p. 216.

  • 10

    Por lo tanto, esta segunda palabra nos lleva a la conclusin de que, aparte de

    la actitud de humillacin y humildad previa que nace de reconocer que l es Dios, la

    adoracin tambin es todo acto de servicio que nace de reconocer nuestra

    dependencia de l. Sin embargo, esto no significa que sea un servicio interesado por

    lo que Dios pueda llegar a hacer por nosotros, es decir, como si fuera un intercambio

    de favores, sino un servicio voluntario que reconoce nuestra necesidad de l, y

    expresa la decisin consciente de pertenecerle, de ser suyos.18

    2.3. Honrar:

    En tercer lugar encontramos otro verbo que surge pocas veces en el NT,

    comparado con los otros verbos, pero sin embargo una de estas veces se traduce

    literalmente como adoracin.19

    El verbo sbomai entraa muchas dificultades en su

    descripcin, ya que de l derivan distintos sustantivos que designan cosas distintas.

    En primer lugar, el verbo sbomai contiene la raz seb- que en su sentido inicial

    signific retirarse de algo, es decir, poner distancia en un sentido espacial. Sin

    embargo, con el tiempo tom un sentido ms figurado haciendo referencia a una

    actitud fruto del asombro del encuentro con algo sublime, que puede oscilar desde el

    sentimiento de vergenza hasta el temor. Raramente vamos a encontrar este verbo en

    su forma activa; sin embargo, es frecuente encontrarlo en su forma sustantivada y

    con el prefijo eu-. Es importante destacar que los verbos con esta raz son

    frecuentes en el griego, pues designan la actitud religiosa que tenan los griegos ante

    sus dioses.20

    Sin embargo, est muy distante a la actitud de adoracin que Dios nos

    pide a nosotros, ya que Dios en ningn momento quiere crearnos miedo, sino

    obediencia fruto de la fe (Jos. 1:7). Es por esta razn que en la Biblia lo encontramos

    escasas veces.

    18

    Deuteronomio 15:12-17. 19

    Hechos 16:14. 20

    Coenen, tomo III, p.359.

  • 11

    Por otro lado, s podemos encontrar este verbo junto a algunos prefijos como

    eu-, a-, y zeo- creando distintas palabras que significan devoto, impo, y

    temeroso de Dios, respectivamente.

    Podemos concluir que a diferencia de los dems verbos que hemos visto, sin

    un estudio contextual no podremos entender esta faceta de la adoracin, aunque

    sabemos que est relacionada con el honrar y el temer a Dios. La cuestin que nos

    queda por aclarar es de qu tipo de temor de Dios se trata, o a qu se refiere por

    honrar.

    3. Verbos en hebreo y arameo

    A diferencia del griego, en el hebreo, slo existe un verbo que se traduce

    como adorar, que es shakj. Es por esta razn que en esta seccin vamos a

    estudiar este verbo, y los dems en relacin a l y a lo ya expuesto con anterioridad.

    En primer lugar, shakj significa presentar la espalda como si fuera el

    suelo, ms exactamente, presentar la espalda para que pueda ser pisoteada, es decir,

    postrarse totalmente como smbolo de abatimiento. As que, realmente se est

    refiriendo a una posicin corporal, aunque ms tarde adquirira un sentido ms

    metafrico, semejante a lo que he expuesto en proskuno, aunque esta palabra

    provenga de otra raz. Este gesto, o concepto, se utilizaba para expresar respeto,

    reverencia, o incluso sumisin y vasallaje en algunos casos, o incluso se utilizaba

    para referirse al abatimiento por haber sido derrotado o humillado: caer sobre el

    rostro,21

    aunque tambin puede referirse slo al encorvarse y/o inclinarse ante

    alguien con el mismo sentido.22

    Lo que nos interesa es el aspecto corporal que

    implica este verbo.

    21

    Luis Alonso Schkel, Diccionario bblico hebreo-espaol (Valladolid: Editorial Trotta, 1994), p. 240.

    22 Judit Targarona Borrs, Diccionario bblico hebreo-espaol (Barcelona: Editorial

    Riopiedras, 1995), p. 262.

  • 12

    A este verbo le acompaa tambin el verbo abad, que significa servir,

    aunque slo en una ocasin va a ser traducido por adorar.23

    Es importante tener claro

    que shakj implica el abad como muestra en muchos textos; incluso lo vemos en

    el NT, pues lo que latreo es para proskuno, abad lo va a ser para shakj.

    Adems, en la LXX la traduccin de abad es latreo.

    Tambin encontramos como complemento el verbo cadd, que como

    apunta Shockel, est asociado a shakj y significa postrarse o doblegarse,24

    aunque

    tambin se podra traducir como hacer una reverencia. En este caso, el verbo nos

    muestra el modo de adorar, que sera bajar la cabeza, humillarse, ya que la raz de la

    palabra significa contraerse.

    Por otro lado, encontramos los verbos en caldeo concentrados en los libros de

    Daniel y Esdras. En este idioma tambin tenemos un verbo principal que se traduce

    como adorar, que es sagd. A diferencia de shakj, encontramos en sagd un

    sentido ms cercano a nosotros, que es el de venerar, expresar devocin por alguien,

    aunque tambin conlleva la expresin fsica de inclinarse o postrarse.25

    Este verbo lo

    encontramos principalmente en el libro de Daniel, aunque curiosamente tambin lo

    encontramos en tres ocasiones en Isaas, complementado por el verbo abad las tres

    veces. Relacionado con este verbo, tambin encontramos el verbo nephl, que en

    este caso tambin se trata de un verbo de origen caldeo y su raz significa caer.

    Cabe destacar que aunque, en hebreo, naphl signifique lo mismo que

    shakj, tambin tiene una variedad bastante amplia de matices, as como caer, o ser

    necesario. Del mismo modo es importante notar que las veces que lo encontramos

    como complemento de shakj se declina como naphl, designando el modo de

    23

    Jueces 2:13 24

    Schkel, p. 242. 25

    Targarona, p. 265.

  • 13

    adorar y servir. Este verbo tambin lo encontramos principalmente en el libro de

    Daniel, aunque con una sola excepcin en el libro de Josu.26

    Encontramos tres verbos ms que son kar, kaff y yadh, aunque son

    menos usados en cuanto al concepto de adoracin. De hecho, slo los podemos

    encontrar tres, una, y una sola vez respectivamente. Kaff lo encontramos una sola

    vez traducido como adorar en Miq. 6:6, mientras que las dems veces se traduce

    como caer en un sentido literal. Los otros dos verbos se utilizan como

    complemento de shakj. Kar significa doblar la rodilla, que por implicacin se

    entiende postrarse. Por ltimo, yadah significa adorar con las manos extendidas,

    haciendo referencia ms a un acto de alabanza, de clamor, un momento de canto, de

    confesin, o incluso de dar las gracias; como es de suponer, se concentra

    principalmente en el libro de los Salmos.

    26

    Josu 5:14. En la LXX se traduce nephl como pipto en vez de como proskuno y no hace referencia al acto de adoracin, mientras que en el hebreo s, e incluso encontramos de nuevo el verbo abad como complemento.

  • 14

    CAPTULO II: Simbiosis hermenutica de la lnea interpretativa

    En este punto vamos a constatar cmo se desarrolla el concepto adoracin

    en la Biblia tomando los textos ms representativos para hilvanar una lnea

    interpretativa que nos sea de ayuda en la actualidad.

    1. Antiguo Testamento

    La primera vez que nos encontramos con la palabra adoracin es justo en

    uno de los relatos ms representativos de toda la Biblia, sobre el cual podemos basar

    los dos parmetros principales de la adoracin en el AT. Se encuentra en Gnesis

    22:5, cuando Abraham, en un acto que l mismo define como adoracin, decide

    obedecer a Dios, aunque esto signifique sacrificar a su hijo Isaac. Con lo que vamos

    a ver la relacin que tiene la adoracin con la obediencia, el servicio, la inclinacin y

    la sumisin.

    1.1. Servicio y obediencia

    El primer sacrificio es el holocausto, que es ofrecido entero a Dios. Un texto

    clave para entender la adoracin en este contexto se encuentra en xodo 12:25-26 y

    13:5. La palabra utilizada es rito, refirindose a la celebracin de la pascua. No es

    precisamente leitourguo sino latrea, traducido del verbo hebreo abad, que

    significa servir. Sin embargo, bien sabemos que servir a Dios significa ofrecerle

    culto (servicio), y cumplir su voluntad (obediencia).27

    El servicio y/o culto, especialmente en el AT, est ntimamente ligado a

    ofrecer ofrendas en el tiempo que Dios haba designado para ello. Volviendo al texto

    en xodo 12:25-26, podemos entender que, a lo que realmente se est refiriendo el

    escritor bblico es a un culto interior del corazn,28

    pues lo que estaban haciendo era

    un sacrificio en honor al Seor para restablecer conscientemente una relacin con l.

    27Claus Westerman, Dios en el Antiguo Testamento. Esbozo de una teologa bblica (Bilbao:

    Ediciones EGA, 1993), p.93.

    28Coennen ,v.IV p.217.

  • 15

    Aunque el sacrificio se hiciera con un ritual especfico leitourguo, no debera

    dejar de ser latrea, es decir, un servicio. Era un servicio en el que sus corazones

    deban estar llenos de arrepentimiento y confesin delante de Dios por sus actos

    mientras practicaban el simbolismo de hacer morir sus pecados por medio del

    sacrificio de un carnero, y de alejar su maldad imponiendo las manos sobre el otro

    carnero dejndolo suelto por el desierto.29

    Por tanto, se deba suponer que en sus

    corazones realmente estaban pidiendo clemencia, ya que saban que el precio de su

    pecado deba ser la muerte.

    Sabemos que el pueblo israelita se rebel contra Dios (Is. 1:2), por lo que

    Dios, harto de que en sus corazones no hubiera esta disposicin real de servicio y

    obediencia, se neg a que le ofrecieran ms sacrificios (Os. 6:6). Su deseo era que

    volvieran a tener un encuentro real con l. El problema se fundamentaba en que

    haban cambiado de orden las cosas, haciendo que el ritual leitourguo (liturgia)

    fuera ms importante que la latrea (servicio). Podramos, por tanto, decir que un

    ritual sin servicio carece de sentido, mientras que un servicio (culto) nos lleva a un

    ritual de obediencia. Aun as, debemos puntualizar que el sentido que tena ofrecer

    culto a Dios en ese lejano contexto, era el de obedecer la voz del Seor; ms que

    hacer un ritual cltico dominado por una serie de reglas establecidas, significaba

    ofrecer una obediencia que naca de la gratitud por la accin salvfica de Dios (Dt. 10:12).30

    De este modo entramos en la segunda vertiente de significado de abad o

    latrea, la obediencia. Este es un aspecto clave para definir una actitud real de

    adoracin, que se expresa como la inclinacin delante de su voluntad (x. 12:27). Es

    una obediencia en el sentido de acatar y aceptar la voluntad de Dios sobre la vida de

    29William Sanford Lasor, D.A. Hubbard, F.W.Bush, Panorama del Antiguo testamento.

    Mensaje, forma y trasfondo del Antiguo Testamento (Estados Unidos: Libros Desafo, 2004), pp.155-156.

    30Coenen, tomo IV, p. 216.

  • 16

    cada uno de ellos, y, por tanto, tambin del pueblo en general, as como tambin

    suceder cuando nos encontremos en su presencia como iglesia o congregacin

    (Ap. 19:1-2).

    As que, por ejemplo, Moiss pide a Faran que deje libre al pueblo para que

    sirva a Dios, aludiendo a un servicio cultual, atendiendo al significado llano o simple

    del texto, pero en su significado contextual, se refiere al rendirle servidumbre, cosa

    que no podan hacer si estaban bajo servidumbre de Faran, el cual era tratado como

    un dios. Lo que Moiss estaba pidiendo era que Faran dejara que el pueblo acatara

    lo que Dios quera hacer por medio del pueblo. Este parmetro es el que Dios les va a

    exigir a lo largo de toda la historia. Algunas veces sera como consejo, pero

    sobretodo, se enfatizara antes de entrar en la Tierra prometida (Dt. 30:20, Jos. 1:7-9)

    y otras veces como exhortacin por no haber obedecido (Ez. 11:12), parmetro que

    tambin llega hasta nosotros en la actualidad.

    1.2. Inclinacin y sumisin

    El segundo principio que vemos en la accin de Abraham (Gn. 22:5) es la

    accin fsica de inclinarse, shakj, que se traduce como proskuno en la LXX,

    que precisamente es lo que nos indica la literalidad de la propia accin. Respecto a la

    prctica de la inclinacin o genuflexin que podemos observar en el AT, debemos

    tener en cuenta que procede de oriente y que se incluye en la vida de Israel cuando

    los reyes empiezan a tomar ejemplo de los grandes gobernantes que les rodean

    (1Cr. 29:20). Por esta razn debemos encuadrarlo dentro de las prcticas culturales

    de la poca, aunque para el pueblo judo era un signo que evidenciaba la sumisin,

    el acatamiento, la humildad y el respeto ante el Dios Omnipotente (Sal. 95:6).

    Adems, podemos incluso identificar varios tipos de inclinacin o postracin en el

  • 17

    AT (Is. 51:23, Pr. 12:25), que pueden ir desde estar completamente estirados en al

    suelo, hasta estar de rodillas.

    Sin embargo, conforme las culturas van cambiando, el concepto de inclinarse

    se va perdiendo y va adquiriendo un sentido ms metafrico, pues la genuflexin nos

    est mostrando el cmo realizaban esta adoracin, es decir, cul era la expresin ms

    representativa de ello. Cabra en este sentido la reflexin sobre la importancia que

    tienen actualmente estas expresiones, y si actualmente son correctas las que usamos

    en la adoracin, aunque esto lo dejaremos para el siguiente apartado.

    Concluimos pues que esta expresin corporal, como lenguaje no verbal, hace

    hincapi en nuestra disposicin de servicio, a modo de una confesin. Por lo tanto,

    esta expresin tendra que ir concatenada de forma coherente con nuestra vida y

    acciones posteriores.

    Por otro lado, en el AT encontramos que Dios acusa a su pueblo de haber

    adorado a otros dioses; esa adoracin tambin era expresada por medio de la

    inclinacin (x. 32:8, Jue. 2:17, 1Re. 11:33-16:31, etc.) Sin embargo, cabe destacar

    que muchos de los textos marcan una secuencia lgica en los verbos respecto al

    sentido de inclinarse o someterse ante Dios u otros dioses, pues la palabra nos

    muestra el modo en el que acababan inclinndose ante otros dioses, como podemos

    ver en 2Reyes 17:31. Nos muestra claramente que la accin de adoracin, expresada

    con haberse inclinado ante Adramalec, era quemar a sus propios hijos. Tambin lo

    podemos ver en 1Reyes 16:31, donde el verbo servir, abad, precede a adorar,

    shakj. Incluso cabe notar que en 1Reyes 9:6, en la exhortacin de parte de Dios,

    de nuevo, primero expone la accin de servir antes de adorar. Este aspecto lo

    podemos ver claramente ilustrado cuando el pueblo de Israel, en el Sina, construye

  • 18

    el becerro de oro y luego lo adoran (x. 32:8). Esta secuencia es la que se da tambin

    en los pasos que se realizan para adorar a Dios (x. 12:27).

    En definitiva, nuestras acciones evidencian nuestra adoracin; es decir, cada

    una de nuestras decisiones y la administracin de nuestra vida ponen de manifiesto a

    quin adoramos; el cmo es, por tanto, una cuestin meramente contextual.

    Constatando esto, veremos en el siguiente punto lo que ocurre en nuestro tiempo y

    contexto al respecto. Todo esto conllevar un aadido, de nfasis monotesta con

    respecto a otros dioses u otros valores, que llevar a su punto ms lgido lo que es la

    adoracin. Nos referimos a la Shem (Dt. 6:4-5)31

    : Oye, Israel: Yahveh, nuestro

    Dios, Yahv uno es. Y amars a Yahv tu Dios de todo corazn, y de toda tu alma, y

    con todas tus fuerzas. Estos versculos an hoy en da son muy relevantes para el

    judasmo, pues muestran al pueblo que deben amar a Dios por su naturaleza, por sus

    obras, y sus promesas.32

    Pero an ms profundo que todo ello, es que deben

    posicionar a Dios en el centro de toda su existencia. ste es el tipo de relacin que

    Dios quiere con su pueblo, y a este tipo de relacin es lo que realmente llamamos

    adoracin. Por tanto, toda accin que no muestre que Dios es el centro de nuestra

    existencia est directamente demostrando que hay otro dios que asume esa

    centralidad, y por tanto, quedamos condicionados a una inclinacin, sumisin,

    servicio y obediencia a otro dios, cometiendo as un acto de idolatra. En otras

    palabras, esta relacin de amor con Dios no puede compartirse con nada ni nadie

    ms.

    31

    Raymond E.Brown, J.A.Fitzmayer, y R.E.Murphy, Comentario bblico San Jernimo, tomo I (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1971), p. 297.

    32Raymond Brown, Deuteronomio (Barcelona: Editorial Andamio, 2009), pp. 109-110.

  • 19

    2. Evangelios y Hechos de los Apstoles

    En el NT, a diferencia del AT, la accin de adorar, proskuno33

    es utilizada

    solamente en relacin a Dios; adems, ni siquiera en las parbolas cambia el

    trmino.34

    Por tanto, que no hay accin o actitud de proskunsis vlida que no sea

    dirigida a Dios mismo. En Hechos 10:25 y Apocalpsis 19:10 se expone

    explcitamente que la proskunsis slo puede estar vinculada a Dios, y

    concretamente a Jess.35

    En el conjunto de los Evangelios y Hechos de los

    Apstoles, podemos encontrar tres textos claves para entender la profundidad de la

    accin de adorar.

    2.1. Humillacin y Rendicin

    El primero lo encontramos en Mt. 4:9, en el contexto de las tentaciones de Jess

    cuando Satans, en el intento frustrado de recibir proskunsis, Jess le deja bien

    claro que nunca ceder a adorarle, es decir a humillarse o a rendirle pleitesa. Si nos

    fijamos en la palabra que utiliza Mateo antes del verbo proskunsis, encontramos

    el participio del verbo pipto, que nos indica la manera en que deseaba Satans que

    Jess le adorase. El verbo pipto se traduce como caerse, postrarse, frustrarse,

    incluso se puede traducir como dejar de ser. Por tanto, si pensamos que Satans slo

    pretenda que Jess se postrara, no estamos atinando del todo, pues lo que pretenda

    Satans era que Jess dejara de ser, que cayera, que su plan se frustrara. En

    definitiva, lo que pretenda Satans era acabar con la misin de Jess, y la forma de

    hacerlo era que Jess le rindiese pleitesa y sumisin; le rindiera proskunsis. Por

    esta razn, Mateo utiliza el verbo proskuno vinculndolo al participio de pipto.

    Una interpretacin actual, atendiendo al SitzimLeben, sera: Todo esto te dar, si

    frustrando tu misin te sometes a m, o te humillas delante de m. As que, adorar no

    33

    Ver pg. 5ss. 34

    Kittel, pp. 925-927. 35

    Mateo 2:2, 8:2, 14:33, 18:26; 28:9; Marcos 5:6, 15:19; Lucas 24:52.

  • 20

    slo significa someterse en el sentido de hacer lo que Dios quiere que hagamos, sino

    dejar tambin nuestros propsitos o metas personales para adoptar los suyos, que

    tendr obviamente una expresin fsica y trascendencia visible en nuestras vidas. Es

    justamente lo que Jess les peda a sus discpulos en Mateo 16:24: Si alguno quiere

    venir en pos de m, niguese a s mismo, y tome su cruz, y sgame.36

    Esta

    humillacin, por decisin personal, finalmente, se traduce en aquello que Satans le

    pidi a Jess, dejar de ser, rendirse y servirle. Pero, slo a Jess, como bien nos

    indica la Palabra. Sin embargo, lo que el contexto bblico nos indica es que la

    adoracin nace de una relacin constante con Dios en la que se reconoce a un Dios

    trascendental, un Dios tres veces Santo (Is. 6:3). En ste sentido, la persona se

    relaciona con Dios desde la reverencia, el temor y la humillacin necesaria y

    correspondiente.

    Sin embargo, para recoger toda la amplitud del sentido del concepto tenemos

    que dirigir nuestra atencin hacia la contestacin que Jess le dio a Satans en Mateo 4:10,

    citando Deuteronomio 6:13. Jess, cuando habla de servir, no utiliza el verbo

    dolein, que hara referencia a un servicio como el de un esclavo, sino que utiliza

    latrea haciendo referencia a ese requerimiento que Dios haca a su pueblo, un

    servicio espiritual y vinculado al culto. Este texto nos muestra perfectamente la

    distincin entre proskunsis y latrea, pues estar humillados ante algo o alguien

    es un requerimiento previo para ofrecer nuestro corazn. De hecho, es imposible

    ofrecer nuestro corazn sin habernos humillado antes delante de l; incluso podemos

    ver que ofrecer latrea, es decir, rendir nuestra vida como muestra de nuestra

    humillacin, slo lo debemos hacer al Seor y esto conlleva un acto fsico que

    nombramos como servicio.

    36

    Cabe destacar que este pasaje est en los tres sinpticos. Mt. 16:24, Mr. 8:34, Lc. 9:23.

  • 21

    2.2. En espritu y verdad

    En segundo lugar, encontramos un texto clave en Jn. 4:20-26, donde la misma

    samaritana da pie a Jess haciendo salir la mayor controversia que tenan los

    samaritanos con los judos, el lugar en el que deban adorar. Mientras que los

    samaritanos sostenan que se deba adorar en el monte Gerizim -pues era el lugar

    dnde coincidan multitud de sucesos histricos de enorme importancia-37

    los judos

    sostenan que el nico lugar en el que deban ofrecer adoracin era el templo de

    Jerusaln. En las respuestas de Jess podemos ver tres importantes trazos de la

    adoracin.38

    El primer trazo es que, mientras en el AT la adoracin se haba vinculado a

    un espacio geogrfico, a partir de Jess, y ms estrictamente, a partir de su muerte y

    resurreccin, comienza un nuevo entendimiento de la adoracin, que llegar hasta

    nuestros das (Jn. 4:21). A partir de Jess, la adoracin ya no se vincular ms a un

    espacio geogrfico o fsico, sea cul sea, sino a una realidad espiritual, en la cual la

    Cruz va a tener un importante lugar.

    El segundo trazo que vemos es que Jess describe esta adoracin como en

    espritu y verdad. Como nos muestra Morris, el hecho de que espritu y verdad

    estn gobernados por la misma preposicin nos muestra que una cosa lleva a la otra.

    La adoracin en espritu y verdad significa una adoracin acorde con la misma

    existencia de Dios, pues Dios es un ser espiritual y nos relacionamos con l

    espiritualmente, y por la verdad que l mismo nos ha revelado.39

    Sin embargo, a

    diferencia de Leon Morris, creo que, aunque es cierto que el texto no alude al

    Espritu Santo directamente, el Espritu Santo es el que establece nuestra comunin

    37

    La construccin de altares en manos de los patriarcas (Gn. 12:7, 33:20), donde el pueblo fue bendecido antes de entrar en la Tierra Prometida (Deut. 11:29, 27:12), donde Abraham casi sacrifica a Isaac, y donde tambin Abraham se encontr con Melquisedec.

    38Leon Morris, El Evangelio segn Juan, tomo 1 (Terrassa: Editorial CLIE, 2005), pp. 311-313.

    39Morris, p. 314.

  • 22

    con Dios, pues el hecho de que Jess describa la verdadera adoracin como espritu y

    verdad tambin significa que proviene del Espritu Santo (Ro. 8:26-27), y vuelve a

    l como una respuesta de nuestra parte (Jn. 16:7). Adems, Brown afirma que para

    Juan espritu siempre se refiere al Espritu de Dios, adems de considerar a Jess

    como la Verdad ,40

    con lo que la frase vendra a decir que la verdadera adoracin

    se basa en el Espritu Santo y en Jess, que es la Palabra encarnada (Jn. 1:1,14). Al

    fin y al cabo, como ya hemos visto, la adoracin slo se puede definir como un acto

    de relacin con Dios. Tambin el hecho de que sea en verdad nos sugiere que sea

    inamovible,41

    as como tambin es Dios. La adoracin debe ser real y sin

    fingimiento, es decir, que sea constante en su expresin y actitud, pues Dios siempre

    debe ser el centro de nuestra adoracin. Adems, hay que destacar que Jess hace

    hincapi en esta forma de adorar pues declara que es necesario (Jn. 4:24) que la

    adoracin sea de esta manera.42

    El tercer trazo que podemos ver, aunque puede pasar desapercibido, es que se

    debe adorar lo que conocemos (Jn. 4:22). El acto consciente y premeditado de

    conocer a Dios no slo es un acto de adoracin sino que es una de las bases de la

    adoracin; no se puede adorar aquello que no se conoce, como es imposible

    desarrollar fe en lo que no se oye (Ro. 10:17). Aun resuena el eco de la voz de Dios

    por medio del profeta Oseas diciendo, por falta de conocimiento mi pueblo ha sido

    destruido (Os. 4:6). Una caracterstica fundamental del pueblo de Israel, y tambin

    de Jess era el profundo conocimiento de las Escrituras, adems de ser una

    40

    Raymond E.Brown, J.A.Fitzmayer, y R.E.Murphy, Comentario bblico San Jernimo, tomo III (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1972), p. 546.

    41La palabra aletheia proviene de la palabra lithos que significa piedra, base sobre la

    cual se fundamenta la verdad. 42

    Brown, p. 546. Es curioso que Brown, en su comentario San Jernimo traduzca adoracin como culto, surgiendo la siguiente frase culto en espritu y verdad.

  • 23

    caracterstica fundamental del culto autntico y cristiano en todas las pocas y

    culturas de la historia.

    2.3. Culto y disciplinas espirituales

    Por ltimo, hay un elemento que no podemos olvidar en Hch. 26:6-7. En este

    texto el significado de latreo (servicio) vuelve a ser el mismo que en el AT.

    Retoma el significado de abad, refirindose al ritual que se ofreca dentro de los

    cultos, es decir, los sacrificios. De hecho, Pablo afirma que las doce tribus esperan

    recibir la promesa por medio de su servicio religioso, latrea. Es de suponer que

    Lucas utiliz este trmino para hacer referencia a la latrea que realizaban en la

    Pascua, y constantemente con todos los sacrificios que ofrecan, as como sus

    diezmos y ofrendas. Sin embargo, debemos tener en mente tambin que Lucas

    probablemente utilizara la LXX como texto de referencia, y que Pablo pronunci

    estas palabras con voz crtica. Por ltimo, cabe destacar que Lucas le da un sentido

    ms amplio refirindose tambin a otras prcticas cultuales que se hacan en el

    Templo, como las que ejerca la profetisa Ana por medio del ayuno y la oracin (Lc.

    2:37). Por otro lado, y fuera de contexto, no podemos obviar que en Hebreos se

    utiliza el verbo latrea para referirse al ministerio de los sacerdotes,43

    coincidiendo

    de nuevo con otra palabra muy cercana, leitourguo, que como ya sabemos es

    utilizada para referirse al servicio sacerdotal. Respecto a la proskunsis tambin

    encontramos que, cuando se utiliza esta palabra en sentido absoluto, se est

    aludiendo a la participacin en el culto y en la oracin (Jn. 12:20, Hch. 8:27).

    Podramos concluir que las expresiones de nuestra vida que hablan de nuestra

    adoracin van desde el culto hasta cualquier disciplina espiritual como la oracin, el

    ayuno, nuestros diezmos, ofrendas etc. Sin embargo, no podemos definir la adoracin

    43

    Hebreos 8:5; 9:9; 10:2; 13:10.

  • 24

    con estos trminos, pues no son la base de la adoracin a Dios sino su fruto. La

    esencia de la adoracin es el conjunto de actitudes internas que hemos ido viendo,

    como la obediencia, la humillacin ante Dios, etc., y el fruto de estas actitudes son la

    oracin, ayuno y todo el seguido de disciplinas espirituales, que pueden entenderse

    como adoracin, pero no lo tienen que ser per se; tambin podran darse sin que haya

    la actitud interna adecuada de proskunsis y latrea, convirtindose en sepulcro

    blanqueado (Mt. 23:27).

    3. Epstolas paulinas y otras epstolas

    En el conjunto de las cartas paulinas, es importante comentar que slo surge

    una sola vez la palabra adoracin en 1Corintios 14:25, y en Hebreos dos veces

    ms, en 1:6 y 11:21. Y curiosamente, las veces en que surge la palabra latrea44

    las

    traduce como culto, con lo que vemos que el servicio est ntimamente an ligado al

    culto. Sin embargo, descubrimos en las epstolas el uso del verbo sbomai

    (reverencia) formando varias palabras distintas pero con un mismo significado de

    fondo. No es de extraar que Pablo utilice este verbo, aunque se separe mucho de un

    sentido de piedad veterotestamentaria. Debemos entender que, en su misin de

    proclamar el evangelio en el mbito de los gentiles, se siente obligado a utilizar

    palabras que establezcan puentes de comunicacin, para que los griegos se sientan

    vinculados, y de este modo poderles predicar el evangelio (1Co. 9:19-23). As que en

    este apartado vamos a ver la honra que se debe dar a Dios, y la deshonra que no se

    debe dar a Dios, obviamente en forma de idolatra.

    3.1. La piedad

    Para comenzar, en 2Timoteo 3:12 encontramos que eusebs (piedad) es la

    actitud o postura que debe adoptar el creyente frente a Cristo Jess, una actitud que

    44

    Romanos 9:4,12:1; Hebreos 9:1, 9:6.

  • 25

    proviene de la obediencia persistente en las Escrituras y en la fe (2Tim. 3:14-15). Por

    lo tanto, cuando hablamos de eusebs estamos refirindonos a todo el conjunto de

    acciones hacia los dems que nacen del amor a Dios, ese encuentro personal con

    Cristo que nos conduce a la obediencia por medio de la fe, que en nuestro contexto

    conocemos como piedad. Podemos decir tambin, a la luz de Hch.10:2, que se

    refiere al temor a Dios que se describe tambin con la palabra phobumenos, como

    nos indica Conner.45

    Este mismo versculo nos indica que uno ofrece culto a Dios en

    la medida en que uno le teme. Es por esta razn que eusebs est ntimamente

    ligada a la fe y a las obras; de hecho, es el nexo de unin, es lo que confirma que una

    creencia se ha hecho real en una persona. Tambin podemos decir que es la fachada,

    la expresin externa, aquello que los dems van a percibir de la adoracin a Dios de

    una persona.

    En ste sentido, podemos entender que la caracterstica principal y ms

    enftico junto a eusebs, es el de la constancia y la perseverancia (1Tim. 4:7-8,

    2Pe. 2:6-7), que podramos unir perfectamente a la exhortacin en Romanos 12:1, en

    el que Pablo expone la necesidad de presentar nuestros cuerpos en sacrificio vivo

    que es nuestro culto racional al Seor. Finalmente, al igual que los otros vocablos,

    eusebs tambin tiene una dimensin escatolgica. Es Pedro en su segunda carta

    que nos recuerda que, ya que todo ser destruido, lo que tiene que perdurar es nuestra

    forma de vivir, nuestra eusebia que nos prepara para lo nuevo (2Pe. 3:11-14).

    Esto implica que debemos estar siempre preparados y listos para estar en su

    presencia, as como nos muestra la parbola de las diez vrgenes (Mt. 25:1-13).

    45

    Coenen, tomo III, p. 361.

  • 26

    3.2. La idolatra

    Por otro lado, con la misma raz del verbo sbomai (piedad), podemos ver

    cmo Pablo recoge la palabra en su forma negativa, asbeia (maldad o impiedad),

    en Romanos 1:18, equiparndola con adika (injusticia). A diferencia de Coenen,

    s creo que sigue habiendo una distincin de significado entre asbeia y adika,

    ya que si las ponemos en su contexto inmediato, lo que Pablo alega es que la ira de

    Dios se revela contra todo aqul que no se asombre de Dios lo suficiente como para

    mostrarle reverencia, ya que haban adorado ms a la criatura que al propio Creador

    (Ro. 1:25). En definitiva, Pablo estaba condenando todo tipo de idolatra y apostasa

    vigente en su tiempo. Les va a dar la solucin a este problema versculos despus,

    cuando especifica que la muerte de Jess fue a favor de los que no le teman, ms

    especficamente, los que no le adoraban (Ro. 5:6), es decir todos, pues si Dios no

    tuviera misericordia de nosotros, proveyendo la salvacin por medio de Jesucristo,

    no habra tampoco adoradores.

    Sin embargo, tanto en la primera carta a Timoteo, como en la primera carta de

    Pedro equiparan los asbeia con los pecadores, traduciendo asbeia como impo

    (1Tim. 1:9, 1Pe. 4:18), que son justamente los que no obedecen el Evangelio (1Pe.

    4:17), pues no tienen un encuentro con Dios que provoque ese asombro o temor, al

    cual los griegos aludan. Por otro lado, en Tito 2:12, aunque Pablo tambin se est

    refiriendo al acto sacrificial, intenta poner de manifiesto que el objetivo de Dios

    desde el principio no era hacer un ritual, sino que tuvieran una actitud de

    arrepentimiento adecuada a la realidad de su pecado.

    En la LXX, no encontramos con facilidad este trmino, ya que el concepto de

    piedad que tenan los griegos difiere completamente al criterio judo. Coenen afirma

    que el cristianismo primitivo utiliz la palabra para referirse a la piedad

  • 27

    extra-cristiana, y que son las cartas pastorales y 2 de Pedro que introdujeron un

    sentido cristiano en un momento posterior; sin embargo, el uso ms comn en el NT

    est en pluma de Pablo.

    4. Apocalipsis

    Al tratar el tema de la adoracin debemos tener presente que Apocalipsis es

    un libro fundamental, pues nos marca el rumbo hacia el cual nos dirigimos, y nos

    enfoca el objetivo final que Dios tiene para con nosotros, indicndonos qu es lo que

    l haba esperado de nosotros, por lo tanto, lo que espera ahora de nosotros.

    Precisamente, uno de los objetivos finales trata estrictamente de la adoracin, pues

    Dios har real lo que debera haber sido desde el principio (Ro. 14:11), aunque en su

    presencia ya se est realizando (Ap. 5:13).

    Podemos observar que tanto la proskunsis como la latrea sufre un giro

    en su significado y en su puesta en prctica, al estar en la presencia del Seor. En la

    visin de Juan, podemos observar que existe una diferencia abismal entre la realidad

    que se vive en la presencia de Dios y nuestra vivencia aqu (cap. 4-5). En la

    presencia del Seor estaremos continuamente ofreciendo un servicio (latrea) delante

    del trono (7:15), pero con la tranquilidad de que no habr ms maldicin (22:3). Esto

    significa que podrn servirle y ofrecerle culto como Dios siempre haba querido, con

    un corazn contrito y humillado en obediencia. Sin embargo, no es la primera vez

    que encontramos esta visin pues tiene su eco en Isaas 6 y Ezequiel 1,46

    aunque

    ahora el objeto a adorar es el propio Jess, despus de vencer a la muerte por medio

    de la resurreccin (Ap. 5:5). Es por esta razn que pasa de una adoracin por fe, a

    una adoracin fruto de la consumacin de lo que estaba prometido y profetizado,

    pues ya no hay lugar para la duda. Aqu la proskunsis pasa de ser una splica

    46

    Raymond E. Brown, J.A. Fitzmayer,y R.E. Murphy, Comentario bblico San Jernimo, tomo V (Madrid: Ediciones Cristiandad, 1972), p. 614.

  • 28

    ante alguien superior, a una celebracin de la victoria en el Jess Resucitado, en

    trminos de relacin.47

    Por otro lado, es importante ver que, en Apocalipsis, la adoracin se centra

    totalmente en el ser de Dios, no en sus hechos hacia nosotros individualmente. La

    adoracin se centra en sus propsitos generales como su Creacin, su Gobierno, su

    Salvacin, y su Consumacin. Tambin resaltan sus mejores atributos, pues cuando

    se consume todo, s que va a ser el nico a quin dirigir la adoracin, aunque desde

    siempre haya sido el nico digno de ella.

    Por ltimo, vemos que la adoracin ya no se plantea como una actitud

    individual, sino que acoge un sentido congregacional. Es el Pueblo de Dios quien

    ofrece la adoracin en su conjunto y en un mismo sentir. Aunque esto ya sucede en la

    actualidad, puede equipararse a la realidad escatolgica que ya existe pero que no

    est consumada an; es decir, aunque congregacionalmente adoremos al mismo

    Seor, no es comparable a cmo va a ser cuando todo se haya consumado y nos

    encontremos en su presencia, donde slo el que haya tenido una verdadera comunin

    con l podr servir dignamente a Dios48

    y participar del acto cltico eterno.

    47

    Apocalipsis 4:8-11, 5:8-10, 12-14; 7:10-12; 11:15-18; 12:10; 15:3; 16:5-7; 19:1-7. 48

    Coenen, tomo IV, p. 217.

  • 29

    CAPTULO III: La adoracin en la actualidad

    En ste ltimo punto, despus de haber descrito y profundizado en cada

    palabra que podemos encontrar detrs del concepto de adoracin, as como habiendo

    hilvanado una lnea interpretativa pasando por los principales pasajes bblicos, vamos

    a redefinir el concepto adoracin en nuestro contexto y momento histrico. Para ello

    vamos a tener en cuenta los dos planos principales en los que la adoracin se realiza:

    el plano individual y el plano colectivo.

    1. Plano individual

    Para empezar, despus de todo lo expuesto, cuando hablamos de la adoracin

    debemos hacerlo en trminos de dilogo entre Dios y la Humanidad, pues la

    adoracin es la respuesta que da la Humanidad en contestacin a Dios, ya sea a sus

    actos como a su propia naturaleza. Enfocando la adoracin en estos trminos queda

    totalmente excluida la posibilidad de una adoracin interesada que intenta conseguir

    una manifestacin de Dios, pues la adoracin nace de lo que Dios ya ha dispuesto en

    primer lugar, sobretodo, vindolo desde el punto de vista soteriolgico. En este

    sentido el nico verbo que encaja es el de dar. Por tanto, para poder configurar un

    concepto de adoracin, debemos fijar nuestra mirada en el tipo de respuesta: cundo

    damos esta respuesta, dnde, y no menos importante, el modo en que damos esta

    respuesta.

    En primer lugar, podemos encontrar muchos actos que reflejan una actitud de

    adoracin; sin embargo, slo hay una opcin vlida de estar frente a Dios,

    que es la adoracin. Al igual que Pablo nos dice que la manifestacin del

    fruto del Espritu es multiforme (Gl. 5:22-23), y as como tambin describe

    la gracia de Dios como multiforme, por medio de los dones (Ro. 12:6),

    debemos decir que el fruto de la adoracin, es decir, la adoracin se

  • 30

    manifiesta de forma multiforme. La adoracin, por tanto, es la decisin de

    poner a Dios como soberano y gua de nuestra vida, y el fruto de ello se

    manifiesta de muchas maneras, as como nuestra vida tambin tiene mltiples

    reas. Sin embargo, en base a los dos grandes mandamientos (Mt. 22:37-40),

    la adoracin va desde nuestra relacin directa con Dios por medio de la

    obediencia y sumisin a l y a sus preceptos, el reconocimiento a su

    Majestad en forma de humillacin, rendicin y temor, hasta el amar a los

    dems, pasando, por supuesto, por la piedad, las distintas disciplinas

    espirituales como orar, diezmar, alabarle por medio de cnticos y salmos,

    ayunar, ofrecerle culto, y servir a l, a su Pueblo, y al mundo. En definitiva,

    la adoracin es una decisin de fe y actitud que marca nuestras vidas

    ntegramente. Por otro lado, esto implica que cuando alguno de estos

    parmetros falta, es decir, cuando no hay fruto, significa que no hay una

    actitud de adoracin sincera y real, pues Qu sentido tiene cantarle pero no

    orar, o estudiar sus preceptos pero no diezmar, o ayunar mucho pero no amar

    a tu prjimo? En otras palabras, Pablo nos exhortara a que lo hagamos todo

    como para el Seor (Col. 3:17).

    En segundo y tercer lugar, cundo y dnde adorar est supeditado a lo dicho

    anteriormente. As como afirmamos que la adoracin es una decisin de fe y

    actitud, debemos entender que la adoracin se desarrolla en todo tiempo y

    lugar, en cualquier decisin, pensamiento y accin. Esto no implica un

    radicalismo extremo en el que siempre y en todo lugar sale por nuestra boca

    la palabra Dios. Significa simplemente que en nuestro andar diario, incluso

    en el dormir (Sal. 119:62), Dios sigue siendo nuestro Seor. Esta actitud se

    expresa en las contestaciones, en las actitudes y gestos, y esto implica, por

  • 31

    tanto, el ser sal y luz en este mundo. Esto nos lleva a la conclusin de que la

    adoracin no est restringida o ligada al culto, sino que realmente est ligada

    a nuestra vida, y all a donde nosotros vamos.

    En cuarto y ltimo lugar, el modo en que ofrecemos adoracin es la parte de

    la que ms se ha debatido la cuestin de la adoracin; adems, la mayora de

    la bibliografa sobre adoracin se centra en la cuestin de las formas. Incluso,

    aunque no se quiera, siempre se acaba hablando de las formas cometiendo

    dos errores principales: centralizar la adoracin en la celebracin cltica y

    congregacional, y relacionar la adoracin a gestos y expresiones puntuales,

    que a su vez estn relacionados con el culto, como, por ejemplo, cerrar los

    ojos, levantar las manos, interrumpir las oraciones de otros hermanos con

    expresiones de alabanza, o, al contrario, no poder rer o tener un ambiente

    distendido en un culto, pues faltara la sobriedad necesaria para estar en la

    presencia de Dios, como si no lo estuviramos en cada instante de nuestra

    vida. As mismo, tambin se llegan a utilizar expresiones repetidamente como

    si fueran conjuros mgicos mientras que lo que importa es lo que estas

    significan y aportan en nuestra relacin con Dios. En definitiva, se trata de

    concepciones culturales que hemos heredado que tomamos como sacrosantas,

    pero que en definitiva slo pertenecen a nuestro mbito socio-cultural. Sin

    embargo, en la Biblia no vemos que Dios exija a su Pueblo unas expresiones

    corporales especficas en las que fundamente la adoracin dirigida a l, sino

    que apunta siempre a una actitud interna que desarrolla actos concretos.

    Incluso, aunque la procedencia de la palabra principal, proskunsis,

    implica una expresin corporal, Dios nunca le exige tal expresin. Por

    ejemplo, Dios le pide a Moiss que se quite las sandalias (x. 3:5), o que

  • 32

    David se preparase para entrar en el Templo (2Sam. 12:20). Sin embargo,

    Dios s que hace una exhortacin profunda al Pueblo de Israel cuando ejercen

    un ritual (liturgia), pero no tienen, ni manifiestan, la actitud correcta frente a

    l (Is. 29:13, Am. 5:21-22, Sal. 51:17). Esto nos lleva a la conclusin de que

    la adoracin no est restringida a una expresin en particular corporal, a un

    tipo de culto, o alguna actividad de servicio concreta. Un ejemplo muy

    grfico de hasta dnde puede llegar esta cuestin es en la misma clasificacin

    de las canciones que cantamos en nuestras iglesias. Si son rpidos, les

    llamamos cnticos, y si son lentos les llamamos adoracin, mientras que

    nada tiene que ver el ritmo, ni la letra de una cancin con la adoracin, pues

    todas sern de adoracin siempre que la actitud de quin la profesa sea

    correcta, y a quien se le dirija sea a Dios. En definitiva, el cmo, es decir,

    las formas, incluso las palabras que se utilizan en la adoracin, van a cambiar

    segn el contexto, cosa que podemos comprobar claramente entre nuestras

    iglesias. Por tanto, lo que s es importante es que las formas estn cargadas de

    un significado profundo de sumisin, humillacin y temor de Dios, pues de lo

    contrario, es abominacin al Seor, y seramos como metal que resuena, o

    cmbalo que retie. En esta direccin, por tanto, cuando hablamos del cmo

    adorar, slo existe una respuesta vlida: en espritu y verdad.

    Para terminar con el plano individual, es importante recalcar que el punto de

    inflexin en el concepto de adorar es poner a Dios en el centro de nuestra vida, no

    slo reconociendo lo que ha hecho, hace y puede llegar a hacer, sino por lo que l es,

    porque Yahv uno es. Por lo tanto, no podemos olvidar la centralidad de la cruz,

    pues, al fin y al cabo, tanto la iniciativa como la obra para salvarnos de nuestra

    idolatra, es de Dios por medio de la cruz; semejante obra nos induce a responder a

  • 33

    Dios con reverencia, asombro, humildad y amor. Por esta razn somos

    cristocntricos, pues nuestro punto de mira debe ser siempre Jess, y como punto de

    inflexin su muerte en la cruz nos muestra claramente el carcter y la esencia de

    Dios, a quien adoramos, ms all de lo que esto nos beneficie a nosotros como

    discpulos y seguidores de l.

    2. Plano colectivo

    Habiendo tratado la adoracin dentro del plano individual, es lgico decir que

    la adoracin en el plano colectivo nace de la adoracin personal. Para entender este

    punto, es importante tener presente que el motivo por el cual Moiss insista a Faran

    que dejara libre al pueblo era para ofrecerle latrea al Seor todos juntos, es decir,

    servir a Dios en comunidad.

    A lo largo de la historia, este punto ha ido perdiendo el significado

    fundamental, convirtindose en un requerimiento religioso formado por unas reglas,

    naciendo lo que nosotros llamamos liturgia. Sin embargo, no debemos perder de

    vista tampoco que Dios, harto del mucho sacrificio (leitoruguo) ofrecido por los

    judos, peda una latrea de corazn. Este tema tiene una vertiente absolutamente

    actual donde los que nos confesamos cristianos ofrecemos multitud de cultos al

    Seor, pero servirle realmente a l es cosa muy distinta. Adems, si asistimos a

    muchos cultos, somos muy litrgicos y ordenados, y entendemos cmo funcionan las

    cosas, pero cuando nos reunimos para ofrecer adoracin a Dios y no son

    transformadas nuestras vidas significa que no tenemos una adoracin real, y por

    tanto, los cultos que celebramos son huecos y sin sentido, es decir, una liturgia sin

    servicio.

    Para ver esto con ms claridad vamos a volver a diferenciar entre el cundo y

    la asiduidad, el dnde, y el cmo, o las formas:

  • 34

    Normalmente celebramos nuestros cultos en domingo, y otro da a la semana

    que est dirigido hacia la oracin. Sin embargo, no tomamos como culto una

    serie de actividades que en s, s lo son, como puede ser una reunin de

    mujeres, de jvenes, o asamblea, simplemente porque no conllevan una serie

    de elementos fijos como una predicacin o sermn formal, recoger los

    diezmos y ofrendas, doxologa o cantos. Sin embargo, el nico criterio que

    claramente nos dio Jess fue que donde dos o tres se renen en mi nombre,

    all estoy yo en medio de ellos. Es decir, en trminos generales, culto es toda

    ocasin que nos reunimos en el nombre de Jess; esto implica desde el culto

    dominical hasta una simple reunin en la que organizamos una actividad para

    los hermanos, y debemos tomarlo as, pues si Jess conforma el centro de

    nuestra vida, tambin lo conformar en todo lo que hagamos, y ms si con

    otros de sus discpulos. Sin embargo, reunirse en su nombre ahora debe tener

    un significado mucho ms profundo visto desde el punto de vista de la

    proskunsis, pues para estar reunido en su nombre es necesario que l sea

    el centro, que significa tener una relacin constante de dependencia y

    rendicin a Jess. Cuando esto realmente se cumple es cuando Jess se

    manifiesta en su poder y gloria porque estn reflejando y sealando en la

    direccin correcta, no con sus dedos, sino con sus corazones, sus mentes, con

    todo su ser. As pues, el cundo celebramos la adoracin comunitaria ser

    siempre que nos reunamos en su nombre, da igual las actividades que

    hagamos; el nico criterio es que sea en su nombre, y por tanto, en espritu

    y verdad; y la asiduidad depender del contexto en el que nos encontremos.

    En segundo lugar, si tomamos como punto inicial que el nico criterio bsico

    es estar reunidos en su nombre, el dnde ya pasa a un segundo lugar. Sin

  • 35

    embargo, en muchas ocasiones hay lugares que son intocables como puede

    ser la sala dnde se celebran los cultos normalmente al que llamamos

    templo, o ms an, el frontal donde se ubica el plpito, sabiendo que

    nosotros somos el Templo de Dios (1Co. 3:16), llegando a ser inflexibles

    hasta herir nuestras relaciones con otros hermanos por tales cuestiones, lo

    cual s sera error en la adoracin. Otro aspecto a comentar tambin es la

    disposicin de los elementos fsicos dentro de la sala del culto, en la que el

    plpito es de obligacin que debe estar en el centro, como si tuviera alguna

    funcin espiritual ms que aguantar las hojas del predicador, cuando las tiene;

    el micrfono si no es inalmbrico, o el vaso de agua si es que se bebe. De

    hecho, poco importa el plpito si cuando el que predica se baja y no lleva una

    vida de adoracin. Al fin y al cabo la ubicacin del predicador y del plpito

    va a depender de la sala y de la comodidad para que todos le vean y escuchen

    con la mayor claridad posible, y lgicamente el centro, y si puede ser

    elevando, normalmente es la mejor manera. De este mismo modo deben

    tratarse los otros elementos fsicos que tengan una participacin cltica, como

    puede ser el grupo de alabanza, pues lo importante es que llegue el mensaje y

    que ste transforme. Esto no significa que no se tenga en cuenta de quitar

    todo elemento que pueda confundir a los asistentes, sino al revs, es quitar

    toda barrera que impida que el mensaje llegue, y las barreras ms altas

    pueden ser nuestras erradas concepciones que nos hacen inflexibles, y que

    nos encadenan a tradiciones y ritos que ocupan el centro, mientras que el

    centro debe ser Jess.

    En tercer y ltimo lugar, y ms difcil, son las formas. Las formas que se

    pueden dar dentro de la liturgia son muchas y variadas, y van a depender

  • 36

    totalmente del contexto en el cual se desarrollen. Adems, si decamos que

    Dios no exigi una expresin corporal en cuanto a la adoracin personal,

    tampoco lo hizo en cuanto a la adoracin congregacional, y en el caso de que

    se pueda interpretar que s, es la de postrarnos al suelo, levantar las manos,

    incluso rasgarnos las vestiduras, pero como hemos tratado, son cuestiones

    meramente culturales. Por tanto, en el tema de las formas, la discusin no est

    tanto en si se pueden hacer o no, sino en si son apropiadas al contexto en el

    que nos encontramos, o no. Por otro lado, no debemos olvidar que ante quien

    nos estamos inclinando es Dios, y esto marca toda nuestra existencia, incluido

    tambin el fsico, incluso el estilo de msica que utilizamos en nuestros

    cultos. En definitiva, lo nico incorrecto que puede haber en el terreno de la

    adoracin, es que Cristo no sea el centro de nuestras vidas y de la comunidad

    en la que nos congregamos. Esto no significa que ya no hace falta celebrar

    cultos, sino que nuestra vida es con la que debemos adorar, y el culto es una

    representacin, no menos importante, del conjunto de vidas que estn

    adorando a Dios. Por otro lado, esto tampoco significa que no deba haber

    liturgia y orden en nuestras reuniones. La liturgia nacer de una vida de

    adoracin, pero influenciada del contexto sociocultural en el cual se

    desenvuelva. Adems, cierto es que la liturgia bautista, y por tanto, las formas

    clticas en las que se desarrolla la adoracin congregacional, se diferencia de

    otras denominaciones como la pentecostal, la reformada, o la asamblea de

    hermanos. Esto es dado lgicamente, en primer lugar, por la herencia

    recibida, pero tambin por las distintas teologas que existen porque se ha

    puesto ms el punto de mira en las formas que en lo que realmente es la

    adoracin. De lo contrario, la adoracin no debera diferenciarse de una

  • 37

    denominacin a otra, y de esto nosotros tambin tenemos parte. Es decir,

    podemos entender diferencias por caracteres, contexto social, etnias o lugar

    de origen, cultura, pero no por el concepto de adoracin. Si entendemos y

    ejercitamos esto, ms nos acercamos a lo que est por llegar, cuando todos

    unidos adoraremos juntos en su presencia.

    Para terminar, creo que es importante recalcar que, en el contexto cltico es

    donde ms se hace evidente si la adoracin individual es real, o por el contrario,

    simplemente es una costumbre adquirida de asistencia a un lugar donde se canta, se

    oye la Palabra de Dios, y se tiene relacin con otras personas. Pues el nico verbo

    que tiene cabida en la adoracin es dar, dar lo poco que como criaturas podemos,

    dar una respuesta que exprese con la mayor claridad posible que Yahveh digno es,

    pues su dignidad regalada a nosotros en Cristo Jess es la que nos mueve a adorar en

    espritu y verdad.

  • 38

    Conclusin

    Como hemos podido ver la adoracin es la base de nuestra relacin con Dios.

    De hecho, en la Biblia podemos ver que, en definitiva, todo acto de relacin con Dios

    nos ensea cmo debemos relacionarnos con l, y esto es realmente la adoracin, la

    relacin correcta que debemos tener con Dios. Esto implica todo nuestro ser, toda

    nuestra vida, desde lo ms nfimo hasta lo ms importante, desde lo que se ve, hasta

    lo que no se ve.

    Durante el estudio hemos podido ver cmo detrs de la palabra adoracin

    slo existen dos verbos principales, que lgicamente no contienen la raz latina

    adoratio, sino que son de raz griega y hebrea. Sin embargo, estos verbos siempre

    estn acompaados de muchos ms que le dan el sentido prctico de la accin de

    adorar. He intentado demostrar que tanto proskuno como shakj nos indican la

    misma accin, que es postrarse, pero no sabramos qu significa postrarse ante Dios

    sin los dems verbos como latreo o abad, que nos indican la accin de servir. A

    esto es importante aadir que en ningn momento Dios marca al pueblo un modo o

    forma especfica de adorarle, sino que haca servir expresiones culturales que ellos

    entendieran y mostraran la actitud interna que el pueblo deba tener hacia l. Es por

    esta razn que las formas clticas que pueden llegar a desarrollarse no deben ser el

    centro de nuestra atencin, pues son de ndole cultural e histrica, sino la actitud que

    profesamos en la adoracin.

    Respecto a los objetivos que nos habamos planteado al principio, he podido

    sentar una base firme en la cual poder desarrollar y fundamentar otros estudios

    acerca de la adoracin; adems, he podido hacer una interpretacin global del

    concepto, sobre todo, tratndolo de una manera prctica y actual por medio del

    anlisis hermenutico. Sin embargo, por la extensin del estudio, hemos tenido

  • 39

    algunas complicaciones que no nos han permitido tratar algunos temas que sera de

    gran inters poder estudiar con profundidad, por ejemplo, el cmo una adoracin

    correcta puede llegar a influir en el iglecrecimiento, cmo era la adoracin en los

    primeros siglos del cristianismo y en la Edad Medieval, y cmo la teologa de la cruz

    es esencial en el tema de la adoracin. Por otro lado, el estudio de este tema tambin

    ha sido complejo porque la bibliografa existente sobre la adoracin, en su amplia

    mayora, trata el tema desde la perspectiva de las formas, profundizando poco en los

    aspectos realmente centrales.

    Por ltimo, podemos afirmar que la adoracin es la actitud de reverencia y

    temor a Dios que se expresa mediante hechos palpables de obediencia y amor hacia

    l y hacia el prjimo, Hechos que van desde la constancia en la entrega de nuestros

    diezmos y ofrendas, hasta el servicio a la comunidad con una actitud de humildad.

    Pero, sobre todo ello, lo que debe permanecer es la demostracin real de que

    nuestras vidas tienen dueo, poniendo en el centro de nuestra existencia a Aqul que

    ha sido, es y ser, por los siglos de los siglos, el Padre, el Hijo y el Espritu Santo,

    que uno son, que es nuestro Dios. A l slo sea la gloria.

  • 40

    Bibliografa

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