ESTUDIO DE LA RELACIÓN ENTRE LA DEPRESIÓN EN UN GRUPO DE...
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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS
ESTUDIO DE LA RELACIÓN ENTRE LA DEPRESIÓN EN
UN GRUPO DE PACIENTES ADULTOS JÓVENES Y LA
SEPARACIÓN DE SUS PADRES EN LA ADOLESCENCIA,
CENTRO CEPSIFARI, MACHALA 2017.
UNIDAD ACADÉMICA DE POSTGRADO
Previo a la obtención del Título de:
MASTER EN PSICOLOGÍA CLÍNICA
AUTOR:
PS. CLN. PATRICIO GALLARDO GARCÍA
TUTORA: MG. GIOVANNA MEDINA
GUAYAQUIL
2017
I
DEDICATORIA
La presente investigación se la dedico a mi madre quien ya no está conmigo y a
quien eternamente dedico cada peldaño de vida que conquisto en mi vida. A mi
esposa que a mi lado me motiva a conseguir cada meta trazada.
II
AGRADECIMIENTO
Agradezco a Dios primeramente por darme la oportunidad de conseguir una meta
más en mi vida, a mi familia, mis padres, mi único sobrino, mis compañeros y
amigos que hicieron posible este proyecto. Millón gracias.
III
TRIBUNAL DE GRADO
Ps.
PRESIDENTE DEL TRIBUNAL
Ps.
MIEMBRO DEL TRIBUNAL
SECRETARIA
Ps.
MIEMBRO DEL TRIBUNAL
IX
UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL
FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS
ESTUDIO DE LA RELACIÓN ENTRE LA DEPRESIÓN EN
UN GRUPO DE PACIENTES ADULTOS JÓVENES Y LA
SEPARACIÓN DE SUS PADRES EN LA ADOLESCENCIA,
CENTRO CEPSIFARI, MACHALA 2017.
Trabajo de titulación que se presenta como requisito para optar por el título de:
MASTER EN PSICOLOGÍA CLÍNICA
AUTOR: PS. CLN. PATRICIO GALLARDO GARCÍA
TUTORA: MG. GEOVANNA MEDINA
GUAYAQUIL
2017
IX
ÍNDICE
DEDICATORIA ................................................................................................................ I
AGRADECIMIENTO ...................................................................................................... II
TRIBUNAL DE GRADO .............................................................................................. III
RESUMEN .................................................................................................................... XI
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 1
CAPÍTULO I .................................................................................................................... 4
1 MARCO TÉORICO DE LA INVESTIGACIÓN ......................................................... 4
1.1 CARACTERÍSTICAS DEL DESARROLLO DEL JOVEN-ADULTO ................ 4
1.2 LA SEPARACIÓN PARENTAL Y SU REPERCUSIÓN EN LA
ADOLESCENCIA DESDE UN ENFOQUE SISTÉMICO. ...................................... 16
1.2.1 CONSECUENCIAS DE LA SEPARACIÓN PARENTAL EN LA
SATISFACCIÓN EN RELACIONES AMOROSAS DE LOS HIJOS. ............ 19
1.2.2 CONSECUENCIAS EN EL ÁMBITO PERSONAL ............................... 22
1.2.3 CONSECUENCIAS EN EL ÁMBITO ACADÉMICO ............................ 24
1.3 LA DEPRESIÓN. ASPECTOS GENERALES .................................................... 25
1.3.1 CLASIFICACIÓN .................................................................................... 26
1.3.2 CAUSAS .................................................................................................. 29
1.3.3 SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN .......................................................... 31
1.3.4 EL CÍRCULO VICIOSO DE LA DEPRESIÓN ...................................... 33
CAPÍTULO II ................................................................................................................. 35
2 METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN ........................................................... 35
2.1 SITUACIÓN PROBLÉMICA .............................................................................. 35
2.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN ....................... 35
2.3 FORMULACIÓN DE OBJETIVOS .................................................................... 36
2.3.1 OBJETIVO GENERAL ............................................................................ 36
X
2.3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS .................................................................... 36
2.4 PERSPECTIVA GENERAL Y TIPO DE INVESTIGACIÓN ............................ 36
2.5 PREGUNTAS CIENTÍFICAS ............................................................................. 37
2.6 DEFINICIÓN DE VARIABLES, CATEGORÍAS O CONSTRUCTOS ............. 38
2.7 POBLACIÓN Y MUESTRA ................................................................................ 41
2.7.1 POBLACIÓN ............................................................................................ 41
2.8 MÉTODOS, TÉCNICAS E INSTRUMENTOS .................................................. 42
2.8.1 ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA (ANEXO 1) ........................... 42
2.8.2 INVENTARIO DE DEPRESIÓN RASGO-ESTADO (IDERE) (ANEXO
2) 42
2.8.3 INVENTARIO DE DEPRESIÓN DE BECK (ANEXO 3) ...................... 45
2.8.4 ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD ...................................................... 46
2.9 PROCEDIMIENTO .............................................................................................. 47
CAPÍTULO III ............................................................................................................... 48
3 ANÁLISIS, INTERPRETACIÓN Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS .......... 48
3.1 OBJETIVO 1 ................................................................................................ 48
3.2 OBJETIVO 2 ................................................................................................ 50
3.3 OBJETIVO 3 ................................................................................................ 52
4 DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS ..................................................................... 55
5 CONCLUSIONES ...................................................................................................... 60
6 RECOMENDACIONES ............................................................................................ 60
7 BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................ 62
8 ANEXOS .................................................................................................................... 71
XI
RESUMEN
La separación parental repercute en los adolescentes en diferentes dimensiones
provocando un incremento de problemas de comportamiento, emocionales o
psiquiátricos, que implican una desestructuración psicológica para muchos de
ellos y que pueden dejar huellas que repercutan en su comportamiento en la etapa
adulta. En el centro psicológico Cepsifari de la ciudad de Machala se observaron
en consulta un grupo de jóvenes adultos que presentan características indicadoras
de estado depresivo como: ideación suicida, baja autoestima, distorsión del
autoconcepto, desasosiego, resentimiento además se establece que uno de los
aspectos que se repiten en los casos es el haber vivenciado la separación parental
en la adolescencia.
Se analizó la influencia que la separación parental durante la adolescencia tiene en
la aparición de la depresión en la adultez, determinando las características
Psicológicas, las principales vivencias durante la separación parental y la relación
entre el divorcio parental vivido durante la adolescencia y la presencia de la
depresión en los adultos jóvenes.
Estudio cualitativo narrativo donde se usaron como instrumentos la entrevista, el
Inventario de Depresión Rasgo-Estado y el Inventario de Depresión de Beck. Se
estudiaron los 20 pacientes que corresponde a la totalidad de pacientes adultos
atendidos con sintomatología asociada a depresión.
Existió predominio del sexo femenino, estado civil divorciado, baja autoestima,
distorsión del autoconcepto, estados alterados del humor y sensación de falta de
energía. Los eventos derivados de conflictos en las relaciones humanas, como las
relaciones de parejas, familia y el ámbito laboral fueron los desencadenantes más
frecuentes. Predominó la depresión como estado, y en el caso de la depresión
XII
como rasgo fue más frecuente el nivel bajo. La depresión leve y moderada fueron
las modalidades que más predominaron en el grupo de estudio. Las dimensiones
más afectadas fueron estado de ánimo, la insatisfacción, la autoacusación,
descontento y la indecisión.
XIII
ABSTRACT
Parental separation affects adolescent in different dimensions, causing an increase in
behavioral problems, emotional or psychiatric, which imply psychological disruption for
many of them and which may leave traces that affect their behavior in adulthood. In the
Cepsifari psychological center of the city of Machala, a group of young adults with
characteristics indicative of depressive status, such as: suicidal ideation, low self-esteem,
distortion of self-concept, restlessness, resentment were also observed, one of the
aspects that Are repeated in the cases is the having experienced parental separation in
adolescence.
The influence of parental separation during adolescence on the onset of depression in
adulthood was analyzed, determining the psychological characteristics, the main
experiences during parental separation and the relationship between parental divorce
lived during adolescence and the presence of Depression in young adults.
A qualitative narrative study where the interview, the Trait-State Depression Inventory
and the Beck Depression Inventory were used as instruments. The 20 patients
corresponding to all adult patients treated with symptoms associated with depression
were studied.
There was predominance of the female sex, divorced civil status, low self-esteem,
distortion of self-concept, altered states of humor and feeling of lack of energy. Events
resulting from conflicts in human relationships, such as relationships of couples, family
and the workplace were the most frequent triggers.
XIV
Depression predominated as a state, and in the case of depression as a trait, the low level
was more frequent. Mild and moderate depression were the predominant modalities in
the study group. The most affected dimensions were mood, dissatisfaction, self-
accusation, discontent and indecision.
1
INTRODUCCIÓN
La pareja humana constituye un vínculo de gran complejidad que se conforma como
médula básica de la familia. La unión establecida voluntariamente por dos personas que
decidieron organizar e iniciar un proyecto de vida compartido, se convierte en las raíces
más profundas del grupo familiar. Pero no siempre la intención de pareja se impone y en
innumerables ocasiones encontramos que la separación es la solución necesaria.
El proceso de divorcio, ha sido descrito por varios autores como una crisis no normativa,
circunstancial y por lo tanto no previsible, “… constituye una etapa distintiva, un proceso
evolutivo alterno, diferentes al ciclo vital de las parejas/familias intactas y dentro de esta
perspectiva puede ocurrir en cualquiera de las fases del ciclo a partir de la unión de la
pareja” (Ares, P., 1990).
El concepto de divorcio se plantea como una disolución reguladora del conflicto vincular,
que tiene una influencia trascendente en la vida de ambos cónyuges y de cada uno de los
integrantes de la familia toda vez que ha sido creada. Es un fenómeno muy frecuente en la
actualidad “… constituye la expresión, entre otros factores, de una no - aceptación de lo
inevitable e irrevocable de la relación conyugal a expensas de la felicidad personal” (Ares,
P., 1990).
Sin embargo, aunque este asunto muestra gran incidencia en la actualidad, continúa
considerándose su sentido catastrófico desde el punto de vista social, lo cual causa que sus
partidarios sigan siendo censurados, y por lo tanto, se limita en gran medida el
reconocimiento de su necesidad para los sujetos implicados en el mismo.
2
De modo que, las representaciones que permanecen acerca de la ruptura conyugal se
encuentran vinculadas con las actitudes tradicionales acerca del matrimonio y su
estabilidad.
Cantón y Justicia, (2002a) supone la separación de los padres como una experiencia muy
compleja para los hijos que puede tener resultados a corto, medio y largo plazo. La
unidad familiar se ha pensado como una organización que resguarda a los niños, a la vez
que se ha considerado la ruptura conyugal capaz de generar en el menor, problemas
físicos, emocionales, escolares y sociales.
Desde el enfoque sistémico, la crisis paranormativa de la separación implica una serie de
cambios en la dinámica interna de todos los subsistemas que conforman el sistema
familiar, sea este el parental o filial, generándose una serie de transformaciones en el
funcionamiento, que pueden conllevar a un ambiente caótico o generar
reestructuraciones positivas que generen bienestar. De este modo, se puede apreciar que
los hijos podrían presentar desajustes, tales como reacciones agresivas, rebeldía,
participación e involucramiento en problemas sociales (delincuencia, consumo de
drogas, etc.), los cuales de acuerdo a los reportes estadísticos son más comunes en el
primer año posterior a la ruptura, siendo más frecuentes su presencia y persistencia
ulterior en los varones que en mujeres. Asimismo, se muestran resultados que describen
que los hijos de familia monoparentales que quedan bajo la custodia de la progenitora,
son más propensos a que presenten una alta incidencia de conducta agresiva, conducta
antisocial, conducta delictiva y consumo de alcohol y drogas (Cantón y Justicia, 2002),
criterios que también fueron compartidos por Simons y Chao (1996), quienes revelan en
su estudio que los adolescentes, sin importar su género, que forman parte de sistemas
3
familiares monoparentales presentan más conductas delictivas que los sistemas
familiares funcionales en los que casa padre cumple adecuadamente sus roles y
funciones. Además, se distingue que considerando el género y las conductas delictivas,
los hombres puntúan el doble que las mujeres, conservando la incidencia de que son más
comunes en familias monoparentales que en las funcionales. También las estadísticas
reportan que en este tipo de familias existen altos índices de consumo de drogas, con
independencia del estatus socioeconómico, ya que el proceso de ajuste y adaptabilidad a
los cambios implica una transición, periodo en el que la interacción con el medio social
puede exponerlos a factores de riesgo, mostrándose un 39% de incidencia en consumo
de drogas, mientras que el 26% de las adolescentes y el 30% de los adolescentes, hijos
de padres separados, desarrollan problemas emocionales, obteniéndose puntuaciones
altas en Cuadros de depresión, colocándose en el rango del 20% superior (Lengua, L.J
et al, 1999).
En el centro psicológico Cepsifari de la ciudad de Machala se observan en consulta un
grupo de jóvenes adultos que presentan características indicadoras de estado depresivo
como: ideación suicida, baja autoestima, distorsión del autoconcepto, desasosiego,
resentimiento, etc., las que provocan estados alterados del humor y personalidad que es
repetitiva; esta sintomatología es sostenida y se observa que existen evidencias dada por el
paciente y sus familiares que el padecimiento de estos síntomas oscilarían en estadios y
recaídas de 6 (seis), 9 (nueve) y 14 (catorce) meses, y en algunos casos de 3 (tres); además
se establece que uno de los aspectos que se repiten en los casos es el haber vivenciado la
separación parental en la adolescencia; por tal motivo se establece necesario el estudio de
estos cuadros recurrentes psicológicos que se presentan con mayor frecuencia en tiempos
actuales.
4
CAPÍTULO I
1 MARCO TÉORICO DE LA INVESTIGACIÓN
1.1 CARACTERÍSTICAS DEL DESARROLLO DEL JOVEN-ADULTO
El área de estudio y conceptualizaciones en cuanto a las nociones de adolescencia y
juventud ha tenido un desarrollo notable, sobre todo en las últimas décadas desde el
punto de vista analítico, como a su vez, desde la visión de desplegar acciones
consideradas como de política pública que vayan encaminadas al fomento, desarrollo,
protección y promoción de las diversas condiciones sociales en las cuales se insertan los
diferentes conjunto de este grupo etario.
A partir de allí, ya no resulta una novedad, pero sí una necesidad, referirnos a estos
colectivos sociales, es decir, la necesidad de hablar y concebir diferentes adolescencias y
juventudes, en un amplio sentido de las heterogeneidades que se pueden mostrar y
visualizar entre adolescentes y jóvenes. Aquello cobra fuerza y sentido, de momento que
concebimos las categorías de adolescencia y juventud como una construcción
sociohistórica, cultural y relacional en las sociedades actuales, donde los intentos y
esfuerzos en la investigación social en general, y en los estudios de juventud en
particular, han estado dirigidos en dar cuenta de la etapa que media entre la infancia y la
adultez, las que a su vez, también se componen en categorías fruto de construcciones y
significaciones sociales en contextos históricos y sociedades determinadas, en un
proceso de indisoluble cambio y aparición de significados.
5
Pero no todo este proceso de abordaje con las nociones en juego podemos concebirlas
bajo un manto de incertidumbres y ambigüedad, pues hay importantes avances en el
campo de la investigación en temáticas de adolescencia y juventud a tiempos actuales, lo
que no necesariamente se orienta a convenciones asumidas hegemónicamente en sus
perspectivas analíticas y evidencias empíricas adquiridas, sino que más bien, se tiende a
construir un campo de análisis en disputa, intentando delimitar las dimensiones y
variables que pueden aportar mayores claridades al análisis y sus eventuales impactos en
el diseño y definición de políticas hacia estos sujetos sociales.
Ya saldada la deuda difusa de diferenciación conceptual y en ocasiones también
empírica de la construcción y utilización de los conceptos de adolescencia y juventud,
con todo el andamiaje teórico, metodológico e instrumental desplegado por las
diferentes corrientes de pensamiento, sea a través de la evolución histórica de los
conceptos, como el desarrollo desde los abordajes reformatorios al respecto; no es
extraño una superposición y traslado de características de una noción a la otra, y
viceversa. Por ello es necesario este resguardo y precaución en su tratamiento, pero que
por claridad de la presentación decidimos dedicar el acápite anterior fundamentalmente a
la categoría de adolescencia, para dar paso a esa aproximación conceptual de lo juvenil,
que en muchas variables también contiene a la etapa adolescente.
La juventud como hoy la conocemos es propiamente una invención de la posguerra, en
el sentido del surgimiento de un nuevo orden mundial que conformaba una geografía
política y social en la que los vencedores accedían a nuevos patrones de vida e imponían
sus estilos y valores. La sociedad reivindicó la existencia de los niños y los jóvenes,
como sujetos de derecho y, especialmente, en el caso de los jóvenes, como entes de
consumo (Reguillo, 2000:23).
6
En sus diferentes procesos, la juventud ha sido concebida como una construcción social,
histórica, cultural y relacional, para designar con aquello la dinamicidad y permanente
evolución/invo-lución del mismo concepto. De acuerdo con Mørch (1996), es preciso
tener en consideración que la conceptualización de la juventud pasa necesariamente por
su encuadramiento histórico, en la medida en que esta categoría es una construcción
histórica, que responde a condiciones sociales específicas que se dieron con los cambios
sociales que produjeron la emergencia del capitalismo, el cual otorgó el denominado
espacio simbólico que hiciera posible el surgimiento de la juventud (Mørch, 1996).
Conjuntamente a lo anterior —a lo menos— la juventud es concebida como una
categoría etaria, como etapa de maduración en las áreas sexual, afectiva, social,
intelectual, físico/motora y como subcultura (Sandoval, 2002:159-164).
En cuanto a cualidad etaria, que también es válida primariamente para la adolescencia,
pueden hacerse algunos distingos y precisiones de acuerdo a los contextos sociales y las
finalidades con que se desea utilizar esta dimensión sociodemográfica. Generalmente se
ha utilizado la franja de edad entre los 12 y 18 años para designar la adolescencia; y para
la juventud, aproximadamente entre los 15 y 29 años de edad, dividiéndose a su vez en
tres subtramos: de 15 a 19 años, de 20 a 24 años y de 25 a 29 años. Incluso para el caso
de designar el período juvenil, en determinados contextos y por usos instrumentales
asociados, éste se amplía hacia abajo y hacia arriba, pudiendo extenderse entre un rango
máximo desde los 12 a los 35 años, como se aprecia en algunas fórmulas de políticas
públicas dirigidos al sector juvenil. Debido a una necesidad de contar con definiciones
operacionales como referentes programáticos en el campo de las políticas de
adolescencia y juventud, en los países de Iberoamérica se presenta una gran diferencia
en los rangos de edad. Por ejemplo, entre los 7 y 18 años en El Salvador; entre los 12 y
7
26 en Colombia; entre los 12 y 35 en Costa Rica; entre los 12 y 29 en México; entre los
14 y 30 en Argentina; entre los 15 y 24 en Bolivia, Ecuador, Perú, República
Dominicana; entre los 15 y 25 en Guatemala y Portugal; entre los 15 y 29 en Chile,
Cuba, España, Panamá y Paraguay; entre los 18 y 30 en Nicaragua; y en Honduras la
población joven corresponde a los menores de 25 años (cepal y oij, 2004:290-291). En
Brasil se utilizaría el tramo entre los 15 y 24 años de edad (Instituto Cidadania, 2004:8-
9; Camarano et al., 2004:1).
Por sí sola la edad no es suficiente para el análisis de lo adolescente y juvenil, pero sí
necesaria para marcar algunas delimitaciones iniciales y básicas, pero no orientadas
éstas en la dirección de homogeneizar estas categorías etarias para el conjunto de los
sujetos que tienen una edad en un determinado rango. Incluso, en ocasiones se han
utilizado calificaciones diferentes para intentar romper con estas superposiciones entre
adolescentes y jóvenes, por ejemplo con la definición como la persona joven; o con la
edificación de modelos o tipos ideales de juventud a través de la historia, de acuerdo a
los tipos de colectividad posibles de identificar, donde nos hallamos.
Desde el modelo de los púberes de las sociedades primitivas sin Estado, los efebos de
los Estados antiguos, lo mozos de las sociedades campesinas preindustriales, los
muchachos de la primera industrialización, y los jóvenes de las modernas sociedades
postindustriales (Feixa, 1999:18).
Cuando afrontamos al concepto de juventud, éste es abordado desde distintas
perspectivas, sin embargo, no se visualiza claramente una construcción teórica que
problematice la realidad de los jóvenes e integre con ello un marco de análisis para su
comprensión, y que tenga una propensión hacia una visión más general de la juventud.
Esto significa que no se trata de negar la realidad que conforman a los jóvenes, ni
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tampoco definirlos como sujetos que constituyen una etapa del individuo humano,
intermedia entre la niñez y la edad adulta, sino más bien, elaborar un cimiento teórico
conceptual que posicione al concepto y que sirva para interpretar los fenómenos
juveniles antes de ocuparse con el objeto que son los jóvenes.
La definición de juventud ha adquirido innumerable significados: sirve tanto para
designar un estado de ánimo, como para calificar lo novedoso y lo actual, incluso se le
ha llegado a considerar como un valor en sí mismo. Este concepto debe ser tratado desde
la diversidad de sus sectores, donde cabría preguntarse: ¿Desde dónde empezamos a
construir una definición de juventud, sin que las diferencias de clases sociales y los
contextos socioculturales estén sobre las identidades de las categorías de juventud?
La noción más general y usual del término juventud, se refiere a una franja de edad, un
período de vida, en que se completa el desarrollo físico del individuo y ocurren una serie
de transformaciones psicológicas y sociales, cuando éste abandona la infancia para
procesar su entrada en el mundo adulto. Sin embargo, la noción de juventud es
socialmente variable. La definición del tiempo de duración, de los contenidos y
significados sociales de esos procesos se transforma de sociedad en sociedad y, en la
misma sociedad, a lo largo del tiempo. Además, es solamente en algunas formaciones
sociales que la juventud se configura como un período destacado, o sea, aparece como
una categoría con transparencia social (Abramo, 1994:1).
La juventud no es un don que se pierde con el tiempo, sino una condición social con
cualidades específicas que se manifiestan de diferentes maneras según las característica
históricas sociales de cada individuo. Un joven de una zona rural no tienen la misma
significación etaria que un joven de la ciudad, como tampoco los de sectores marginados
y las clases de altos ingresos económicos. Por esta razón, no se puede establecer un
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criterio de edad universal que sea válido para todos los sectores y todas las épocas: la
edad se transforma sólo en un referente demográfico.
La juventud se encuentra delimitada por dos procesos: uno biológico y otro social. El
biológico sirve para establecer su diferenciación con el niño, y el social, su
diferenciación con el adulto (Allerbeck y Rosenmayr, 1979:21).
La definición de la categoría juventud se puede articular en función de dos conceptos: lo
juvenil y lo cotidiano. Lo juvenil nos remite al proceso psicosocial de construcción de la
identidad y lo cotidiano al contexto de relaciones y prácticas sociales en las cuales dicho
proceso se realiza, con anclaje en factores ecológicos, culturales y socioeconómicos. La
potencia de esta óptica radica sustancialmente en ampliar la visión sobre el actor,
incorporando la variable sociocultural a la demográfica, psicológica o a categorizaciones
estructurales que corresponden a las que tradicionalmente se han utilizado para su
definición. Entonces lo que incluye es la variable vida cotidiana que define la vivencia y
experiencia del período juvenil. Al decir de Reguillo, para no quedar atrapados en los
análisis en juventud, que nos dejan de un lado, con sujetos sin estructura; y del otro, de
estructuras sin sujeto (Reguillo, 2002:45).
Para situar al sujeto juvenil en un contexto histórico y sociopolítico, resultan
insuficientes las concreciones empíricas, si éstas se piensan con independencia de los
criterios de clasificación y principios de diferenciación social que las distintas
sociedades establecen para sus distintos miembros y clases de edad (Reguillo, 2002).
Esta mirada permite reconocer la diversidad de lo juvenil desde las diversas realidades
cotidianas en las que se desenvuelven las distintas juventudes. De esta manera posibilita
a su vez asumir que en el período juvenil tienen plena vigencia todas las necesidades
humanas básicas y otras específicas, por lo que resulta perentorio examinar tanto la
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realidad presente de los jóvenes como su condición de sujetos en desarrollo para el
futuro. Esto supone la posibilidad de observar a la juventud como una etapa de la vida
que tiene sus propias oportunidades y limitaciones, entendiéndola no sólo como un
período de moratoria y preparación para la vida adulta y el desempeño de roles pre-
determinados.
Podemos señalar que el proceso de construcción de identidad se configura como uno de
los elementos característicos y nucleares del período juvenil. Dicho proceso se asocia a
condicionantes individuales, familiares, sociales, culturales e históricas determinadas.
Por otro lado, es un proceso complejo que se constata en diversos niveles
simultáneamente. Se ha distinguido la preocupación por identificarse a un nivel
personal, generacional y social. Tiene lugar un reconocimiento de sí mismo,
observándose e identificando características propias; este proceso trae consigo las
identificaciones de género y roles sexuales asociados. Además se busca el
reconocimiento de un sí mismo en los otros que resultan significativos o que se perciben
con características que se desearía poseer y que se ubican en la misma etapa vital. Ello
forma la identidad de esta generación.
También existe un reconocimiento de sí mismo en un colectivo mayor, en un grupo
social que define y que determina a su vez en el compartir una situación común de vida
y convivencia. La identidad refiere obligatoriamente al entorno, el ambiente. Los
contenidos que originan la identidad generacional implican modos de vida,
particularmente prácticas sociales juveniles y comportamientos colectivos. También
involucran valores y visiones de mundo que guían esos comportamientos.
En este contexto, las tareas de desarrollo y específicamente el proceso de construcción
de identidad juvenil, se entiende como un desafío que si bien es común a los
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adolescentes y jóvenes (o a la mayoría) en cuanto a la emergencia de la necesidad de
diferenciarse de los demás, y por supuesto de sentirse único, no se manifiesta de la
misma manera o de forma homogénea, al contrario, la diversidad es su principal
característica. Hoy está asumiendo esta redefinición de las tareas de desarrollo como
insumo esencial de las tareas formativas que se plantea alcanzar.
La perspectiva analítica de las trayectorias de vida y nuevas condiciones juveniles, se
configura como un intento de avanzar en la comprensión del fenómeno adolescente y
juvenil, la que se constituye en una nueva o recreada miradas al conjunto de situaciones
por las que atraviesan estos segmentos sociales, con énfasis distintos y posibles
implicancias en el plano de impacto en las políticas orientadas a los adolescentes y
jóvenes. Como comprensión analítica, puede insumar elementos de concepción y
definición, tanto del sujeto en cuestión, como del contexto en el cual deben vivir sus
condiciones juveniles.
Los procesos de transición desde la etapa adolescente/juvenil a la vida adulta, está
siendo un ámbito de debate y discusión entre los investigadores en temáticas de
juventud, siendo relevante en aquellas discusiones dos nociones conceptuales y sus
implicancias que ellas traen aparejadas.
La primera nuevas condiciones juveniles, el posicionar la atención en los cambios y
transformaciones sociales experimentadas a nivel global en las últimas décadas,
representadas en la lógica del paso de la sociedad industrial hacia la sociedad
informacional o del conocimiento (Castells, 2001a), los cuales están influenciando con
mayor fuerza en los modos de vida de las personas y estructurando cambios acelerados
en el funcionamiento de las sociedad. Transformaciones y cambios socioeconómicos y
culturales que afectan a toda la estructura social y que adquiere características
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específicas en el modo de entender y comprender la etapa juvenil y la categoría
juventud, como tradicionalmente se le comprendió en cuanto a construcción
sociohistórica. Sumado a ello, se pone en cuestión la estructura de la vida en tres
momentos vitales: formación, actividad y jubilación, modelo que ha perdido vigencia
fruto de la transformación de las estructuras sociales y del conjunto del ciclo de la vida
(Casanovas et al., 2002); lo que ha llevado a replantearse la condición juvenil en este
nuevo contexto y adentrarse en el concebir a ésta como un conjunto de cambios a nivel
de las vivencias y relacionamientos de los jóvenes en un nuevo escenario social, que trae
consigo ciertos elementos de nuevas condiciones juveniles, diferenciándolas del
contexto de los jóvenes.
Intervienen en estas diferenciaciones, una conceptualización sobre la noción de
«juventud», que como construcción social y categoría histórica, se desarrolla a lo largo
de los procesos de modernización, principalmente a mediados del siglo xx, en el mundo
occidental. La «condición juvenil», como categoría sociológica y antropológica, referida
a la estructura social como a los valores y a la cultura particular de los sujetos jóvenes en
los procesos de transformaciones sociales contemporáneas (formativas, laborales,
económicas, culturales). Y la «situación social de los jóvenes», nos remite al análisis
territorial y temporal concreto, siendo el cómo los diversos jóvenes viven y
experimentan su condición de jóvenes, en un espacio y un tiempo determinado. De allí
se conjugan procesos que vinculan a la noción de juventud bajo ciertos elementos que se
visualizan con cierta estabilidad: alargamiento o prolongación de la juventud, como una
fase de la vida producto de una mayor permanencia en el sistema educativo, el retraso en
su inserción socio laboral y de conformación de familia propia, mayor dependencia
respecto a sus hogares de orígenes y menor autonomía o emancipación residencial.
13
Y la segunda («trayectorias de vida»), nos remite a los cambios experimentados en los
modelos y procesos de entrada a la vida adulta por parte de estos sujetos jóvenes, lo que
nos lleva a entender la etapa de vida designada como juventud, a una etapa de transición
(País, 2002a,; Casal, 2002,). Transición en el paso de la infancia a la vida adulta, donde
se combinan enfoques teóricos que conciben este paso como tiempo de espera antes de
asumir roles y responsabilidades adultas, proceso en el cual se hace uso de una moratoria
social aceptada social y culturalmente (Erikson, 1971, 1993); como a su vez, enfoques
en desarrollo que nos remiten a transiciones juveniles de nuevo tipo, donde se conjuga
este proceso en un contexto diferente a nivel de los sujetos y las estructuras sociales en
las cuales se despliegan estas transiciones, cobrando mayor relevancia el paso desde el
mundo de la formación al mundo del trabajo, entendido como la plena inserción socio
laboral y sus variables anexas a ello.
La noción de trayectorias nos remite al tránsito desde una situación de dependencia
(infancia) a una situación de emancipación o autonomía social; tránsito que se ha
modificado, principalmente, por el alargamiento de la condición de estudiante en el
tiempo y el retraso en la inserción laboral y de autonomías de emancipación social de los
jóvenes.
Podemos distinguir entre la transición, considerada como movimiento (la trayectoria
biográfica que va de la infancia a la edad adulta) y la transición considerada como
proceso (de reproducción social); donde las trayectorias de los jóvenes son algo más que
historias vitales personales: son un reflejo de las estructuras y los procesos sociales;
procesos que se dan de manera conjunta, es decir, consideran procesos a nivel de la
configuración y percepciones desde la propia individualidad y subjetividad del sujeto, y
14
las relaciones que se establecen entre aquéllas y los contextos a nivel de las estructuras
sociales en las cuales se desarrollan aquellas subjetividades (Redondo, 2000). De ese
modo, en la transición a la vida adulta por parte de los jóvenes, el tiempo presente no
está determinado solamente por las experiencias acumuladas del pasado del sujeto, sino
que también forman parte de él las aspiraciones y los planes para el futuro: el presente
aparece condicionado por los proyectos o la anticipación del futuro (País, 2000; Casal,
2002).
Desde esta perspectiva, la transición desde la etapa juvenil a la vida adulta, ha dejado de
ser un tipo de trayectoria lineal, o concebida como una trayectoria de final conocido y de
manera tradicional, donde el eje de la transición fue el paso de la educación al trabajo;
donde actualmente, con mayor propiedad, este tránsito está más vinculado a una fase
imprevisible, vulnerable, de incertidumbre mayor que en las trayectorias tradicionales o
lineales, donde pueden denominarse tipos de «trayectorias reversibles, laberínticas o yo-
yo (López, 2002; País, 2002a). A su vez, estos posibles itinerarios de vida o de tránsito a
la vida adulta desde la etapa juvenil, también pueden tener finales diversos debido a la
pluralidad de juventudes y condiciones juveniles posibles de identificarse, donde
hallamos, según sus resultados, trayectorias exitosas o trayectorias fallidas, dependiendo
de las situaciones biográficas de los jóvenes, donde la variable que más discriminará y
será factor de productividad, los desempeños y credenciales educativas obtenidas por los
sujetos en este tránsito hacia la vida adulta; además de la acumulación, apropiación y
transferencia diferenciada de los capitales cultural, económico, social y simbólico.
La no linealidad de las transiciones a la vida adulta pone de manifiesto que ya no se da
una relación causa/efecto, de un antes y un después, y los modelos estandarizadores de
las transiciones se han convertido en trayectorias desestandarizadas; que van
15
configurando proyectos de vida diferenciados entre los jóvenes y su paso a la vida adulta
(País, 2002a). De tal modo que el concepto de transición enfatiza la adquisición de
capacidades y derechos asociados a la edad adulta. El desarrollo personal y la
individualización se ven como procesos que se apoyan en el aprendizaje y la
interiorización de unas determinadas normas culturales (socialización) como requisitos
previos a convertirse y de ser considerado como un miembro de la sociedad con todas
sus consecuencias.
Los procesos de diversificación y la individualización de la vida social se encuentran a
la base de la diversificación de itinerarios hacia la madurez, rompiendo con ello con la
linealidad de la transición para la mayoría y aparecen itinerarios diversos y
diversificados (López, 2002). El concepto individualización acentúa que es el sujeto
joven el que tiene que construir su propia biografía, sin tener que poder apoyarse en
contextos estables. Esto no significa, sin embargo, que ya no importen los
condicionamientos y el origen social.
De allí la relevancia de incorporar en el análisis la noción de capital y las especies de
capitales, entendido aquél como una relación social que define la apropiación diferencial
y diferenciada por los sujetos del producto socialmente producido. Bourdieu distingue
otras especies de capital, además del capital económico, que como éste, suponen
apropiación diferencial: un capital cultural (con subespecies, como el capital
lingüístico), un capital escolar (capital cultural objetivado en forma de títulos escolares),
un capital social (relaciones sociales movilizables para la obtención de recursos), un
capital simbólico (prestigio).
Es así que podemos dejar planteadas algunas interrogantes sobre el paso de la
adolescencia/juventud a la edad adulta: ¿en qué posibles campos tiene lugar esa
16
transición?, como a su vez, ¿qué influye más en la transición de la educación al trabajo:
la cualificación o los orígenes sociales?, ¿los proyectos de los jóvenes o sus trayectorias
pasadas?, ¿de qué manera e intensidad influyen los activos o capitales social, cultural,
económico y simbólico presentes en la configuración de diferentes tipos de trayectorias
juveniles a la vida adulta?
1.2 LA SEPARACIÓN PARENTAL Y SU REPERCUSIÓN EN LA
ADOLESCENCIA DESDE UN ENFOQUE SISTÉMICO.
Desde que Bertalanffy formuló en 1968 la Teoría General de Sistemas (TGS), ésta teoría
ha sido ampliamente divulgada. Surgió con la finalidad de dar explicación a los
principios sobre la organización de muchos fenómenos naturales y en la actualidad
es aplicada al conocimiento de muchas otras realidades, tanto naturales como
ecológicas, medioambientales, sociales, pedagógicas, psicológicas o tecnológicas. La
población de estudio en el modelo sistémico, no queda sólo reducida al estudio de
pacientes y familias con problemas graves, sino que explica el comportamiento y
la evolución de familias normativas y normalizadas, sirviendo de base a programas
de formación y prevención.
El proceso de desarrollo del ser humano, al igual que ocurre en cualquier otro organismo
vivo, se enmarca en una serie de sistemas relacionados unos con otros, que son distintos
escenarios de interacción con el ambiente. Esta cuestión, esencial en la biología, ha sido
tenida en cuenta por Bronfenbrenner (1987), quien la ha aplicado al sistema familiar,
considerando que la familia es el sistema que define y configura en mayor medida el
desarrollo de la persona desde su concepción.
La pareja o una familia no se forman de la nada, sino que cada cónyuge viene de
distintos sistemas familiares previos que aquí denominamos familias de origen. “Los
17
cónyuges como personas individuales aportan a su familia una historia personal y un
modelo familiar que han vivido desde su nacimiento” (Ríos, 2003, pág. 254). Lo mismo
pasó con sus padres, y así sucesivamente, hasta los antepasados más remotos.
Aquí no estamos hablando solamente de la familia como estructura, sino también
de sus contenidos: el tipo de interacciones, formas de comunicación, sus expectativas y
tradiciones, los mitos y secretos, la religión, sus creencias, las tendencias políticas, sus
relaciones sociales, los hábitos y costumbres, el folclore, los valores morales y los
intereses que les motivan sean estos académicos, estéticos, laborales, etc.
Todos estos contenidos culturales son interiorizados en virtud de los procesos de
socialización que se establece en el seno de la familia, donde como hemos visto, se teje
una trama de relaciones sistémicas. Es este bagaje cultural, lo que se transmite de una
generación a otra, dentro de un contexto cultural más amplio que es la clase social a la
que se pertenece. Y ésta también está insertada dentro de un escenario social mayor,
como puede ser la cultura local, regional y la nacional.
Las familias forman parte de un sistema más amplio y éste sistema más amplio ejerce su
influencia en los contenidos culturales de cada familia. De este modo, lo que ocurre en la
familia es siempre un reflejo de lo que ocurre en la sociedad (Esler & Waldegrave,
2002). Precisamente por ello, a aquellos individuos que han sido criados dentro de una
misma cultura, se les atribuye los mismos contenidos y regularidades de la personalidad
En ese sentido, un inadecuado soporte familiar –afectivo, educativo o económico–
obstaculiza el desarrollo de sus integrantes como seres autónomos, diferenciados,
saludables y productivos. Lo más lamentable de esta realidad, es que los problemas
familiares tienden a perpetuarse en el tiempo, pues los conflictos y carencias de una
18
familia son usualmente heredados a las generaciones que les suceden, a través de los
mismos procesos de socialización a los que nos referimos antes (Schützenberger, 2006;
Dentro de la familia se desarrolla el ser humano y adquiere la referencia de sus
principales conceptos sobre el mundo que los rodea, y entre ellos uno muy importante es
el de la pareja. La pareja como unidad vincular parece ser una definición evidente;
sin embargo, un abordaje más cuidadoso exige tener en cuenta el contexto donde se
fundamenta, los participantes y los términos que la definen. Hablamos aquí de la
llamada pareja matrimonial, y aun cuando puede no existir matrimonio en sentido
estricto, muchas veces se usan las palabras pareja o matrimonio en forma
intercambiable. La pareja supone una estructura diferente a la de la familia con hijos,
pues tiene dinámicas propias que deben ser estudiadas y abordadas en forma particular,
no únicamente en referencia a la familia, ya que no todo lo que se establece para esta
última puede generalizarse a la primera.
Los adolescentes que han vivido una, dos o más transiciones matrimoniales de sus
padres es más probable que presenten una menor aceptación, autonomía y supervisión,
más conflictos familiares, más conductas disruptivas en el aula y una inferior
calificación final global (Kurdek, Fine y Sinclair, 1995). Por el contrario, la aceptación
familiar proporciona el contexto adecuado para que el niño adquiera las habilidades
interpersonales y cognitivas necesarias para integrarse y permanecer en un grupo de
iguales que valore los éxitos académicos (Kurdek, Fine y Sinclair, 1995). Los
adolescentes inicialmente se caracterizan por sufrir una depresión aguda y por presentar
comportamiento antisocial, conductas regresivas (aislamiento social y emocional en
colegio, carencia de amistades en otros ámbitos) y ansiedad por su futuro. Dieciocho
meses después de la separación se produce un empeoramiento de los niños mayores,
19
preadolescentes y adolescentes que al principio parecían haberse adaptado a la situación
provocada por la ruptura, presentando más problemas de conducta y de rendimiento,
especialmente los varones. Finalmente, y lo mismo que en el caso de los preescolares,
cinco años después de la separación la adaptación de los hijos depende
fundamentalmente de la calidad de vida general de la familia.
1.2.1 CONSECUENCIAS DE LA SEPARACIÓN PARENTAL EN LA
SATISFACCIÓN EN RELACIONES AMOROSAS DE LOS HIJOS.
La ruptura de pareja desempeña un papel significativo en el desarrollo de los
menores que lo experimentan, asociándose a problemas internalizantes y externalizantes,
a deficiencias en las destrezas sociales, caídas en el rendimiento académico y a pérdidas
en el autoconcepto. Incluso el estrés vivido como consecuencia de la ruptura
(muchas veces llega a cronificarse la exposición) puede provocar alteraciones en el
estado de salud de los hijos, manifestándose en alteraciones fisiológicas (Fariña,
Seijo, Arce y Novo, 2002). Sin embargo, poco se conoce sobre los efectos de la
ruptura en las futuras relaciones de pareja de los hijos. Recientes investigaciones
se han centrado en la interferencia que puede haber entre las características familiares
y ciertas disposiciones individuales en las posteriores relaciones amorosas (Masarik et
al., 2013).
Lee (2007) apunta que el la separación parental ejerce un impacto negativo en la
relación entre padres e hijas adolescentes y, a su vez, esta relación conduce a un menor
compromiso con las relaciones de pareja de las hijas en su juventud, es decir, la ruptura
ejerce un efecto indirecto en las relaciones de pareja de las hijas en la adolescencia. Por
el contrario, Brenan y Shaver (1993) defienden que el divorcio per se no afecta la
20
relación de pareja de los hijos, sino que son las circunstancias post divorcio junto con la
calidad previa del matrimonio los que sí pueden afectar. En esta misma dirección,
Yárnoz-Yaben y Garmendia (2015) defienden que no es el divorcio lo que provoca
alteraciones en el bienestar de los hijos, sino que éstas se relacionan con el afecto
negativo que, a su vez, reduce la percepción de bienestar. Al respecto, estas autoras
hallaron que el uso de los hijos por parte los padres para la comunicación interparental
(envío de mensajes) es un predictor muy importante del afecto negativo.
En general, las circunstancias en las que se da el divorcio son adversas, con un alto
nivel, entre otros, de estrés, ansiedad y tristeza que interfieren la dinámica familiar, el
afecto presentado, y la comunicación entre los progenitores y sus hijos e hijas. En esta
situación pueden acontecer contingencias no deseadas para los hijos, como hacer parte
del conflicto, estar sobreinformado de los problemas interparentales, o ser los
destinatarios de las revelaciones negativas de sus progenitores. Todo ello incrementa la
probabilidad de una peor percepción de bienestar (Afifi, Granger, Joseph, Denes,
y Aldeis, 2015), Mustonen, Huurre, Kiviruusu, Haukkala y Aro, (2011) encontraron que
la separación parental se relaciona con futuras relaciones de pareja de mala calidad entre
las hijas, pero no así con los hijos. En esta misma línea, Whitton, Rhoades,
Stanley, y Markman, (2008) encontraron que el divorcio de los padres está ligado
a un menor compromiso y confianza en el matrimonio entre las mujeres que entre para
los hombres.
Asimismo, determinados estresores familiares, como el divorcio, pueden ejercer un
impacto negativo en la satisfacción de los jóvenes adultos con la vida en general, a la
vez que contribuyen al desarrollo de problemas sociales (Chappel, Suldo, y Ogg, 2014;
Según Fraley y Heffernan (2013), los efectos del divorcio en los hijos e hijas se pueden
21
manifestar de forma más pronunciada en la vida adulta si se da en edades más
tempranas, debido al período sensible de desarrollo, que tardías. Con referencia a
la relación de pareja de los hijos, algunos autores (Amato y Booth, 2001; Whitton et al.
2008) apuntan que el divorcio reduce el nivel de compromiso y de confianza y que la
presencia de problemas interparentales aumentan la probabilidad de que los hijos
se comporten de forma similar con sus parejas.
La transmisión intergeneracional de la calidad de la relación matrimonial y el divorcio se
encuentran bien documentados. La mayoría de los estudios demostraron que los jóvenes
adultos con padres divorciados, en comparación con los que sus padres no se divorciaron
corren mayor riesgo de divorcio y dificultades matrimoniales.
Varios estudios han demostrado que en comparación con los niños formados en familias
intactas, los hijos de padres separados tienden a tener una visión más pesimista del
matrimonio y ven el divorcio como una salida a un matrimonio problemático (Amato,
1996; Axinn y Thornton, 1996). Estudios longitudinales de dos generaciones, Amato y
DeBoer (2001) muestran que el divorcio de los padres se asocia con más problemas en
los matrimonios de adultos jóvenes por un compromiso más débil con la unión. Este
hallazgo es consistente con los hallazgos de otros estudios sobre el compromiso como
mecanismo que explica la asociación entre el divorcio de los padres y los hijos adultos
jóvenes (Glenn & Kramer, 1987, Webster, Orbuch, & Casa, 1995). En resumen estos
hallazgos sugieren que el divorcio de los padres está asociado con el matrimonio y el
divorcio de los hijos adultos en una actitud más negativa hacia el matrimonio, una
actitud más liberal hacia el divorcio y un compromiso más débil con la unión de pareja.
22
1.2.2 CONSECUENCIAS EN EL ÁMBITO PERSONAL
La separación se constituye en una crisis inesperada que impacta seriamente a los hijos,
como lo señala Jason R. (2015), cuando enfoca las diferentes dimensiones que pueden
ser afectadas, en las que incluye problemas de comportamiento, emocionales o
psiquiátricos, los cuales emergen ante la vivencia de la ruptura de los padres, la misma
que puede provocar una desestructuración psicológica, que en algunos casos también
incluye afectaciones en la salud física, como se muestra en el estudio realizado por
Standing Comité on Legal Constitucional Affairs (1998), en el que se reporta que los
niños que han transitado por la experiencia del divorcio o separación de sus
progenitores antes de los cuatro años de edad, poseen doble riesgo de padecer asma.
No obstante, en las diversas investigaciones alrededor de la temática, se avizora que las
consecuencias más devastadoras son las psicoemocionales (Larson K, 2013), siendo la
Depresión el cuadro clínico de mayor incidencia, pues es común que los hijos
experimenten un sentimiento de abandono, por no comprender la salida del hogar de
uno de sus padres, originándose una desestructuración de su sistema familiar, la cual
implica un proceso de ajuste y asimilación de los cambios. Asimismo, se identifican
sentimientos de impotencia, por anhelar reconstruir el vínculo entre sus padres y
mantener la unión de su familia, mientras que se provocan enfrentamientos que hacen
inminente la ruptura en un escenario que suele ser caótico. Por otro lado, una vez que
ocurre la separación, los hijos tienden a desarrollar sentimientos de rechazo, provenidos
del poco tiempo que comparten con el progenitor que no conviven ; y además pudieran
sentir cierto grado de responsabilidad con respecto a la ruptura, ya que en su afán de
encontrar una explicación o fundamento al suceso ocurrido, se implican en la
23
problemática y se asignan culpas que generar una fuerte carga emocional, pues se están
asignando indirectamente los motivos de la ruptura de sus padres, lo cual provoca una
perturbación psíquica que puede manifestarse en comportamientos inadecuados,
conductas regresivas, tales como enuresis, chuparse el dedo; manierismos, tics,
tartamudeo; manifestaciones psicológicas que pueden alterar el proceso evolutivo
normalizado, no sólo por las reacciones inapropiadas, sino también por la asunción de un
rol que implica una maduración prematura, la cual permite observar hijos
excesivamente comprensivos, educados, cooperativos, autodisciplinados y
autocontrolados, colocándose en el otro extremo el grupo de hijos que generan un
desequilibrio tal, que pudieren tener tentativas de suicidio o ejecutar el suicidio.
Cabe indicar que las reacciones que experimente el subsistema filial frente a la separación
de sus padres contempla una serie de condiciones, tales como la edad de los hijos en el
momento de la separación, la historia relacional de la pareja, su dinámica intrafamiliar, el
grado de involucramiento de los hijos a su problemática; las habilidades y actitudes que
asuman los padres para con ellos: de apoyo, soporte o distanciamiento al estar viviendo su
propio proceso de pérdida. Es así que muchos estudios han concluido que existe una mayor
vulnerabilidad en hijos que se encuentran en la etapa preescolar y la adolescencia, que en
los infantes, pues mientras más pequeños sean éstos, tendrán un menor grado de conciencia
de lo que ocurre con sus padres y lograrán con mayor inmediatez una adaptabilidad a los
cambios. Igualmente, se ha observado que los hijos cuyos padres han tenido un nivel
elevado de conflictos intrafamiliares y de pos separación, presentan mayores dificultades
para manejar esta crisis , que aquellos en que los padres utilizan estrategias adecuadas de
interrelación para asimilar este evento crucial para todo el sistema familiar. Ante lo
24
expuesto, es de vital importancia que los progenitores consensuen su separación, sin dejar
de lado la planificación del proceso simultáneo de cambio que ocurrirá con sus hijos,
quienes los percibían como un todo, como los entes que lideraban su hogar, y que al
atravesar la ruptura deben prepararse para asumirlos como un subsistema fraccionado, pero
con iguales funciones y vinculaciones.
1.2.3 CONSECUENCIAS EN EL ÁMBITO ACADÉMICO
Las instituciones educativas al ser un medio de interacción de los niños preescolares y los
adolescentes, se constituye en un contexto en el que puede evidenciarse el impacto que
produce la separación en sus procesos de aprendizaje, comportamiento, disciplina, relación
con otros, sea esta con sus docentes o compañeros de estudio; apreciándose que quienes
vivencian la ruptura de los padres son más vulnerables al absentismo, deserción y fracaso
escolar, ya que de acuerdo a estudios realizados ( Sandefur, 1994) la ausencia de uno de los
padres y el efecto emocional que este provoca, disminuye capacidades cognitivas y por
ende pueden presentarse dificultades en la comprensión de problemas matemáticos,
lógicos, en la capacidad verbal, elementos básicos para un proceso de aprendizaje
adecuado.
Estas aseveraciones pueden ser fácilmente contrastadas al consultar criterios a los docentes
que han interactuado con hijos de padres separados, quienes hacen comparaciones del
rendimiento académico de éstos antes de la separación y después de esta, dejando ver que
es común la presencia de dificultades escolares y de aprendizaje en niños y adolescentes
que atraviesan la crisis de la separación, revelando que los cambios acaecidos involucran
problemas de concentración, atención, asimilación, los cuales limitan la capacidad de
aprendizaje y por ende su desempeño escolar en general; circunstancia que podría
25
presentarse tras el primer año de separación y luego superarse, o mantenerse aún después
de cinco años de ocurrida la misma. Ante esta realidad los centros escolares conscientes de
las reacciones que pudieren experimentar sus alumnos cuando vivencian la separación de
sus padres, diseñan y ejecutan acciones tendientes a brindar apoyo emocional a los mismos
y buscan diseñar estrategias de aprendizaje que favorezcan su desempeño académico, sin
que éstas líneas de atención emergente se enmarquen en algún tipo de programa
especializado, necesario para lograr una reparación o ajuste a este evento paranormativo.
1.3 LA DEPRESIÓN. ASPECTOS GENERALES
Son variados los síntomas y signos de la depresión y la causalidad, razón por la cual no hay
una única y exclusiva definición. Generalmente se la considera como un estado mental
mórbido caracterizado por lasitud, desaliento y fatigabilidad acompañado con frecuencia
de ansiedad más o menos acentuada. La depresión definida desde sus raíces etimológicas
proviene del latín depressus, que significa “abatido”, “derribado”. Es un trastorno
emocional que se presenta como un estado de abatimiento e infelicidad que puede ser
transitorio o permanente donde predominan los síntomas afectivos (tristeza patológica,
decaimiento, irritabilidad, sensación subjetiva de malestar e impotencia frente a las
exigencias de la vida) aunque, en mayor o menor grado, también están presentes síntomas
de tipo cognitivo, volitivo o incluso somático.
Beck define la depresión como “el síndrome en el que interactúan diversas modalidades:
somáticas afectiva, conductual y cognitiva. Considerando que las distorsiones cognitivas
en el análisis y procesamiento de la información, son la causa principal del desorden a
partir del cual se destacan los componentes restantes”. (Beck, 1979).
26
Toro, (1997) señaló que: “La depresión es un grupo heterogéneo de trastornos afectivos
que se caracterizan por un estado de ánimo deprimido, disminución del disfrute, apatía y
pérdida de interés en el trabajo, sentimiento de minusvalía, insomnios, anorexia e ideación
suicida” (Toro, 1997).
López, (1996) “En Psiquiatría el término depresión implica al menos tres significados, a
un síntoma, a un síndrome y también a una entidad nosológica”.
Considerando las definiciones anteriores, se puede manifestar que la depresión es un
trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés
y placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos de sueño o de apetito,
sensación de cansancio y falta de concentración, situaciones que impiden que la persona
continúe con su vida de forma normal mientras la padezcan.
1.3.1 CLASIFICACIÓN
La depresión del estado de ánimo fluctúa escasamente de un día para otro y no suele
responder a cambios ambientales, aunque puede presentar variaciones circadianas
características. La exposición clínica puede ser distinta en cada episodio y en cada
individuo. Las formas menos frecuentes aparecen particularmente en la adolescencia.
Para el diagnóstico de episodio depresivo de cualquiera de los tres niveles de gravedad
habitualmente se requiere una duración de al menos dos semanas, aunque períodos más
cortos pueden ser aceptados si los síntomas son excepcionalmente graves o de comienzo
brusco.
Según el CIE 10, (2008) los estados depresivos se clasifican en:
Episodio depresivo leve (F32.0).
Episodio depresivo moderado (F32.1).
27
Episodio depresivo grave (F32.2 y F32.3)
1.3.1.1 EPISODIO DEPRESIVO LEVE (F32.0)
Pautas para el diagnóstico.- Ánimo depresivo, la pérdida de interés y de la capacidad de
disfrutar, y el aumento de la fatigabilidad suelen considerarse como los síntomas más
típicos de la depresión, y al menos dos de estos tres deben estar presentes para hacer un
diagnóstico definitivo. Ninguno de los síntomas debe estar presente en un grado intenso. El
episodio depresivo debe durar al menos dos semanas. Un enfermo con un episodio
depresivo leve, suele encontrarse afectado por los síntomas y tiene alguna dificultad para
llevar a cabo su actividad laboral y social, aunque es probable que no las deje por
completo.
Se puede utilizar un quinto carácter para especificar la presencia de síntomas somáticos:
F32.00 Sin síndrome somático.- Se satisfacen totalmente las pautas de episodio depresivo
leve y están presentes pocos síndrome somático o ninguno.
F32.01 Con síndrome somático.- Se satisfacen las pautas de episodio depresivo leve y
también están presentes cuatro o más de los síndrome somático (si están presentes sólo dos
o tres, pero son de una gravedad excepcional, puede estar justificado utilizar esta
categoría).
1.3.1.2 EPISODIO DEPRESIVO MODERADO (F32.1).
Pautas para el diagnóstico.- Deben estar presentes al menos dos de los tres síntomas más
típicos descritos para episodio depresivo leve. (F32.0) así como al menos tres (y
preferiblemente cuatro) de los demás síntomas. Es probable que varios de los síntomas se
28
presenten en grado intenso, aunque esto no es esencial si son muchos los síntomas
presentes. El episodio depresivo debe durar al menos dos semanas.
Un enfermo con un episodio depresivo moderado suele tener grandes dificultades para
poder continuar desarrollando su actividad social, laboral o doméstica.
Se puede utilizar un quinto carácter para especificar la presencia de síndrome somático:
F32.10 Sin síndrome somático.- Se satisfacen totalmente las pautas de episodio depresivo
moderado y no están presentes síndromes somáticos.
F32.11 Con síndrome somático.- Se satisfacen totalmente las pautas de episodio depresivo
moderado y están también presentes cuatro o más de los síndrome somático (si están
presentes sólo dos o tres pero son de una gravedad excepcional, puede estar justificado
utilizar esta categoría).
1.3.1.3 EPISODIO DEPRESIVO GRAVE (F32.2)
Sin síntomas psicóticos
Durante un episodio depresivo grave, el enfermo suele presentar una considerable angustia
o agitación, a menos que la inhibición sea una característica marcada. Es probable que la
pérdida de estimación de sí mismo, los sentimientos de inutilidad o de culpa sean
importantes, y el riesgo de suicidio es importante en los casos particularmente graves. Se
presupone que los síntomas somáticos están presentes casi siempre durante un episodio
depresivo grave.
Pautas para el diagnóstico.- Deben estar presentes los tres síntomas típicos del episodio
depresivo leve y moderado, y además por lo menos cuatro de los demás síntomas, los
cuales deben ser de intensidad grave. Sin embargo, si están presentes síntomas importantes
como la agitación o la inhibición psicomotrices, el enfermo puede estar poco dispuesto o
29
ser incapaz de describir muchos síntomas con detalle. En estos casos está justificada una
evaluación global de la gravedad del episodio.
El episodio depresivo debe durar normalmente al menos dos semanas, pero si los síntomas
son particularmente graves y de inicio muy rápido puede estar justificado hacer el
diagnóstico con una duración menor de dos semanas.
Durante un episodio depresivo grave no es probable que el enfermo sea capaz de continuar
con su actividad laboral, social o doméstica más allá de un grado muy limitado.
Incluye: Episodios depresivos aislados de depresión agitada, Melancolía, Depresión vital
sin síntoma psicóticos.
Con síntomas psicóticos
Episodio depresivo grave que satisface las pautas establecidas en F32.2, y en el cual están
presentes además ideas delirantes, alucinaciones o estupor depresivo. Las ideas delirantes
suelen incluir temas de pecado, de ruina o de catástrofes inminentes de los que el enfermo
se siente responsable. Las alucinaciones auditivas u olfatorias suelen ser en forma de voces
difamatorias o acusatorias o de olores a podrido o carne en descomposición. La inhibición
psicomotriz grave puede progresar hasta el estupor.
Incluye: Episodios aislados de: Depresión mayor con síntomas psicóticos, Depresión
psicótica, Psicosis depresiva psicógena, Psicosis depresiva reactiva.
1.3.2 CAUSAS
No existe causa única, pues intervienen una serie de factores genéticos en el entorno, el
estado de salud general, algunos acontecimientos dramáticos como la muerte de un ser
querido y ciertos patrones de pensamientos.
30
En los adolescentes, se cree que además, que en las apariciones de la depresión tiene algún
papel las alteraciones hormonales propias de esta edad, el estrés que provoca el proceso de
maduración y los conflictos que ocasionan algunos jóvenes la formación de la propia
identidad unida a la adquisición de la independencia.
1.3.2.2 CAUSAS GENÉTICAS
La predisposición genética es un determinante a la hora de indagar sobre la presencia de
trastornos mentales, esto desde luego incluye a la depresión, mucho tiene que ver la crianza
y las creencias que la persona ha adquirido a lo largo de la vida.
(Berger, 2007) refiere “Aunque los signos y las causas de la depresión clínica anteceden
a la adolescencia e incluyen la vulnerabilidad genética y una madre depresiva que fue la
cuidadora primaria del adolescente cuando era pequeño”, no cabe duda que la influencia
hereditaria marca el proceso de como la persona enfrenta ciertos momentos de la vida
cotidiana.
1.3.2.3 BIOQUÍMICAS
El cerebro humano posee varios órganos que ejecutan ciertas funciones, como por ejemplo
el Sistema Límbico encargado de la parte emocional, y memoria. Cada una de las
trasmisiones neuronales poseen un componente eléctrico y químico, este último compuesto
por: dopamina, serotonina, adrenalina, etc., en la depresión dichos elementos no son
receptados adecuadamente generando de esta manera problemas en la transmisión
sináptica, conllevando a la persona a padecer ciertas disfunciones a nivel cerebral, es por
eso que muchos antidepresivos y demás medicamentos psicofarmacológicos actúan en la
adecuada recaptación de dichos elementos y ayudando a la producción de los mismo.
31
1.3.2.3 CAUSAS PSICOLÓGICAS
Dentro de las causas psicológicas que se ligan a la depresión se podría decir que son
numerosas pero que en la adolescencia son aún más relevantes, sobre todo si los mismos
están pasando por ciertas crisis y responsabilidades propias de la edad o no.
Cuando se habla de depresión otros componentes, como la baja autoestima y el suicidio se
hacen presentes, por ello, (Buendía, Riquelme, & Ruiz., 2004) mencionan: “En
adolescentes con trastornos del estado de ánimo, la desesperanza y la baja autoestima
parecen estar en relación con la presencia de ideación suicida grave” p. 37.
El apoyo familiar y social son indispensables para que las emociones y la autoestima se
equilibren inhibiendo de esta manera pensamientos irracionales, es el apoyo social quizá el
factor de protección más importante para un deprimido. Es fundamental que los padres
conozcan los principales problemas o alteraciones de la conducta del adolescente, con el
propósito de ayudarlo a prepararse para la vida adula con seguridad y tranquilidad.
(Parolari, 1995) cita: “Cuando mayor sea la compresión de los padres y la aceptación de sus
ideas, menor será la posibilidad de que el joven busque soluciones fuera de casa.” (p. 155).
1.3.3 SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN
Los síntomas de la depresión y varían de un paciente a otro, sin embargo cada uno conlleva
a un estado grave sino es tratado a tiempo. Los adolescentes por su edad son más
vulnerables a sobresalir de la depresión más si el apoyo familiar e institucional está ausente.
Las creencias irracionales y pensamientos disfuncionales que hacen a la persona asumir
ciertas percepciones erróneas de sí mismo y del mundo que lo rodea son unos de los
fundamentos interesantes sobre la depresión. (Beck, 2006) refiere: “En los estados
psicopatológicos tales como la depresión, las conceptualizaciones de los pacientes acerca
32
de determinadas situaciones se distorsionan de tal modo que se ajustan a esquemas
inadecuados prepotentes.” (p. 21).
(Melgosa, 1997) en su libro para padres y adolescentes menciona: “Los grandes cambios
biológicos de la edad, la creciente sexualidad, la incertidumbre por el futuro, las
relaciones personales, las nuevas capacidades, así como las exigencias y expectativas del
entorno, ejercen una fuerte presión sobre el adolescente.” (p. 112).
A continuación se detallan los síntomas de la depresión, los mismos que se mencionan en
varios esquemas:
Alteraciones emocionales:
Tristeza patológica.
Ansiedad.
Intranquilidad.
Malhumor.
Alteraciones del pensamiento:
Dificultad de concentración.
Desesperanza.
Ideas de culpa.
Indecisión.
Ideas de ruina.
Preocupación.
Hipocondría.
Baja autoestima.
Ideas de suicidio.
33
Pesimismo.
Alteraciones somáticas:
Sueño.
Fatiga.
Apetito.
Peso.
Dolores.
Trastorno intestinal.
Alteraciones de ritmo:
Menstrual.
Estacional.
Ritmos propios.
Alteraciones del Comportamientos:
Llanto.
Lentificación.
Agitación.
Aislamiento.
1.3.4 EL CÍRCULO VICIOSO DE LA DEPRESIÓN
Myers, (2011) en su libro “Psicología” menciona que “La depresión, suele tener origen en
experiencias estresantes, que interfieran en su sensación de quien es y porque es un ser
humano digno. Ser retraído, estar centrado en sí mismo y quejarse provocan rechazo”
(p.620).
34
La pérdida y el estrés solo sirven para componer la depresión original. El rechazo y la
depresión se alimentan mutuamente. Una persona puede desear la compañía de otra, pero
el acompañante no desea el padecimiento del otro.
(Myers, 2011) menciona:
“Las personas deprimidas inducían hostilidad, depresión y ansiedad en otros, y eran
rechazadas. Sus ideas de que no eran aceptadas no estaban causadas por la distorsión
cognitiva. Sin duda, las personas deprimidas tienen un alto riesgo de divorcio, pérdida
de empleo y otros hechos estresantes de la vida” (p.620).
En la siguiente figura se resume el círculo vicioso de la depresión:
Figura 1. El Círculo vicioso de la depresión
1) Acontecimientos estresantes negativos interpretados a través de 2) un estilo explicativo
pesimista y cavilante que crea 3) un estado de desesperanza y deprimido que 4) dificulta la
manera como la persona piensa y actúa, esto, a su vez, provoca 1) más experiencias
negativas, como el rechazo.
Los estados de ánimo negativos alimentan de sí mismos: cuando un individuo se siente
deprimido, piensa negativamente y recuerda las experiencias malas. Por el lado bueno, se
35
puede romper el círculo de la depresión en cualquiera de estos puntos: mediante el traslado
a un entorno diferente, revertiendo las atribuciones culpógenas y negativas, dirigiendo la
atención hacia afuera o participando en actividades más agradables y con un
comportamiento más competente.
CAPÍTULO II
2 METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
2.1 SITUACIÓN PROBLÉMICA
En el centro psicológico Cepsifari de la ciudad de Machala se observan en consulta un
grupo de jóvenes adultos que presentan características indicadoras de estado depresivo
como: ideación suicida, baja autoestima, distorsión del autoconcepto, desasosiego,
resentimiento, etc., las que provocan estados alterados del humor y personalidad que es
repetitiva; esta sintomatología es sostenida y se observa que existen evidencias dada por el
paciente y sus familiares que el padecimiento de estos síntomas oscilarían en estadios y
recaídas de 6, 9 y 14 meses, y en algunos casos de 3; además se establece que uno de los
aspectos que se repiten en los casos es el haber vivenciado la separación parental en la
adolescencia; por tal motivo se establece necesario el estudio de estos cuadros recurrentes
psicológicos que se presentan con mayor frecuencia en tiempos actuales.
2.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
¿Qué influencia existe entre la depresión en un grupo de pacientes adultos jóvenes y la
separación de sus padres en la adolescencia, Centro Cepsifari, Machala 2017?
36
2.3 FORMULACIÓN DE OBJETIVOS
2.3.1 OBJETIVO GENERAL
Analizar la influencia que la separación parental durante la adolescencia tiene en la
aparición de la depresión en la adultez joven en pacientes del centro Cepsifari de la ciudad
de Machala.
2.3.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1. Determinar las características Psicológicas que presentan los Adultos jóvenes
depresivos a consecuencia de la separación parental vivida en la adolescencia en
pacientes que asisten al centro Cepsifari de la ciudad de Machala.
2. Describir las vivencias de los adultos jóvenes en la etapa de la adolescencia durante
la separación parental.
3. Fundamentar desde un enfoque sistémico la relación entre el divorcio parental
vivido durante la adolescencia y la presencia de la depresión en los adultos jóvenes.
2.4 PERSPECTIVA GENERAL Y TIPO DE INVESTIGACIÓN
Esta investigación tiene una perspectiva general interpretativa, su interés es el estudio de
los significados, intenciones, motivaciones y expectativas de las acciones humanas, desde
la perspectiva de las propias personas que los experimentan; con la intención de describir
los contextos y las circunstancias en las que tienen lugar, para a partir de ellos interpretar y
comprender tales fenómenos.
El enfoque interpretativo cuenta con una larga trayectoria en investigación vinculada a
diversas disciplinas, tal como la sociología, antropología o psicología, entre otras. Se
configura así este tipo de investigación como un campo interdisciplinar cuyo denominador
37
común es la adopción de una perspectiva naturalista y el énfasis en la comprensión
interpretativa de la experiencia humana.
La presente investigación se fundamenta en el análisis de datos de la Historia de vida de
adultos jóvenes con sintomatología depresiva recurrente. Específicamente se abordará la
etapa de la adolescencia y el suceso de separación de sus padres.
La presente investigación articula métodos e instrumentos cualitativos, aunque es preciso
señalar que también se realizarán análisis cuantitativos, pero estos siempre en función de
las vivencias e interpretaciones de los pacientes sobre su pasado adolescente y el divorcio
de sus padres. Este trabajo se enmarca en un diseño de investigación cualitativo de tipo
narrativo. En los diseños narrativos el investigador recolecta datos sobre las historias de
vida y experiencias de ciertas personas para describirlas y analizarlas. Resultan de interés
los individuos en sí mismos y su entorno, incluyendo, desde luego, a otras personas.
2.5 PREGUNTAS CIENTÍFICAS
1. ¿Cuales las características Psicológicas que presentan los Adultos jóvenes
depresivos a consecuencia de la separación parental vivido en la adolescencia en
pacientes que asisten al centro Cepsifari de la ciudad de Machala
2. ¿Cuáles son las vivencias de los adultos jóvenes en la etapa de la adolescencia
durante la separación parental?
3. ¿Cómo fundamentar desde un enfoque sistémico la relación entre el divorcio
parental vivido durante la adolescencia y la presencia de la depresión en los adultos
jóvenes?
38
2.6 DEFINICIÓN DE VARIABLES, CATEGORÍAS O CONSTRUCTOS
Variable Definición Dimensión Indicador Escala Instrumento
Características
Psicológicas
Permiten
conocer el
contexto de
donde
provienen los
pacientes y las
características
generales de su
enfermedad
crónica
Sociodemográficas
Sexo -
Masculino
-Femenino
Entrevista
Semiestructura
da
Edad Ultimo
año
cumplido
Nivel
escolar
_Ninguno
_Jardín de
infantes
_Educació
n básica
_Bachiller
ato
_Educació
n superior
Lugar de
residencia
actual.
-Cantón
-Provincia
Estado Civil
_Soltero
_Separado
_Divorcia
do
_Viudo
_Unión de
hecho
_Casado
Ocupación
_Trabaja
_Estudia
_Estudia y
trabaja
_No
estudia ni
trabaja
39
Historia de los
síntomas
Síntomas y
signos que
presenta el
paciente
Los
referidos
por el
sujeto
Tiempo de
comienzo
de síntomas
y signos
El referido
por el
sujeto
Evento/s
desencaden
ante
El/los
referido
por el
sujeto
Principales
afectaciones
en la vida
diaria de
estos
síntomas y
signos
Las
referidas
por el
sujeto
.
Depresión
-Depresión
como rasgo
-Depresión
como
estado
Nivel de
depresión
__ Bajo
(<30)
__Medio
(30-44)
__Alto
(>45)
Inventario de
Depresión
Rasgo-Estado
(IDERE)
Categorías
de síntomas
y actitudes
1Estado de
ánimo
2Pesimismo
3Sentimient
os de
fracaso
Autoestim
a-auto
concepto
(ítems 1 al
8-14-15-
21)
Estados de
ánimo
Inventario de
Depresión de
Beck
40
4Insatisfacc
ión
5Sentimient
os de culpa
6Sentimient
os de
castigo
7Odio a sí
mismo
8Autoacusa
ción
9Impulsos
suicidas
10 Períodos
de llanto
11
Irritabilidad
12
Aislamiento
social
13
Indecisión
14 Imagen
corporal
15
Capacidad
laboral
16
Trastorno
del sueño
17
Cansancio
18 Pérdida
de apetito
19 Pérdida
de peso
20Hipocond
ría
21 Libido
-No
Depresión
-Depresión
Leve
-Depresión
intermitent
es. (ítems
9 al 13)
Trastornos
del sueño,
apetito
(ítems 16
al 20)
41
Moderada
-Depresión
grave
Tema de Investigación Objetivo Categoría Instrumento
Vivencias que
experimentaron un grupo
adultos jóvenes en la etapa
de la adolescencia durante
la separación parental
3
Contenidos
predominantes de
los discursos
relacionados a la
vivencia de la
separación parental
en la adolescencia de
un grupo de adultos
jóvenes con síntomas
depresivos
Entrevista en profundidad
Tabla 1. Definición de variables, categorías o constructos
2.7 POBLACIÓN Y MUESTRA
2.7.1 POBLACIÓN
El grupo de estudio de la presente investigación está conformado por 20 pacientes que
corresponde a la totalidad de usuarios adultos atendidos con sintomatología asociada a
depresión durante un año en el Centro Psicológico Familiar y Relajación Integral, con
edades comprendidas entre los 25 a 35 años. No fue necesario aplicar un procedimiento de
muestreo, ya que se trabajó con el total de la población.
42
2.8 MÉTODOS, TÉCNICAS E INSTRUMENTOS
2.8.1 ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA (ANEXO 1)
La entrevista es el instrumento de evaluación que precede a toda modalidad de intervención
o proceso de toma de decisiones, adopta un formato interactivo y esta presente en el
continuo evaluación-intervención (Alonso 2003 y col).
Características de la entrevista
Técnica basada en las relaciones humana, de ahí su complejidad.
Permite el establecimiento de hipótesis que deben ser comprobadas.
Técnica ampliamente utilizada en Psicología, en especial en Psicología Clínica.
Permite abordar al sujeto como una unidad.
La entrevista brinda datos de carácter objetivo (fechas, escolaridad alcanzada,
número de hijos, etc.) y datos de carácter subjetivo (opiniones, actitudes,
valoraciones, etc.)
Se confeccionó una entrevista con un total de 10 preguntas de tipo abiertas y cerradas las
cuales abordaron temas relacionados a características sociodemográficas y a la historia de
la enfermedad de un grupo de adultos jóvenes con síntomas de depresión que sufrieron en
la etapa de la adolescencia la separación parental.
2.8.2 INVENTARIO DE DEPRESIÓN RASGO-ESTADO (IDERE) (ANEXO 2)
El IDERE es un inventario auto evaluativo, diseñado para evaluar dos formas relativamente
independientes de la depresión: la depresión como estado (condición emocional transitoria)
y la depresión como rasgo (propensión a sufrir estados depresivos como una cualidad de la
personalidad relativamente estable).
43
La escala que evalúa la depresión como estado permite identificar, de manera rápida, a las
personas que tienen síntomas depresivos, así como sentimientos de tristeza reactivos a
situaciones de pérdida o amenaza, que no necesariamente se estructuran como un trastorno
depresivo, aunque provoquen malestar e incapacidad. Tiene 20 ítems cuyas respuestas
toman valores de 1 a 4. La mitad de estos ítems por su contenido, son positivos en los
estados depresivos, mientras que la otra mitad son ítems antagónicos con la depresión.
La escala de depresión como rasgo permite identificar a los pacientes que tienen propensión
a sufrir estados depresivos y además ofrece información sobre la estabilidad de estos
síntomas. Consta de 22 ítems que también, adquieren valores de 1 a 4 puntos y las opciones
de respuesta son: casi nunca (que vale 1 punto), algunas veces (vale 2 puntos),
frecuentemente (3 puntos) y casi siempre (4 puntos). Los valores oscilan entre 20 y 80
puntos para la escala estado y 20 y 88 puntos para la escala rasgo.
Calificación: Los ítems pueden tomar valores de 1 a 4 puntos. Para la escala estado, se
otorga 1 punto a la respuesta No, en lo absoluto; 2 a la respuesta Un poco; 3 a la respuesta
Bastante y 4 puntos a la respuesta Mucho. Diez ítems son positivos con respecto a la
depresión actual, mientras que los otros 10 son contradictorios.
Para la calificación se debe obtener la sumatoria de los ítems positivos de depresión y la
sumatoria de los ítems negativos de depresión. A la diferencia entre ambos subtotales se le
suma el valor 50, que fue obtenido de los análisis estadísticos efectuados para la
construcción, con el fin de estandarizar las puntuaciones.
La cifra obtenida es el grado de depresión actual y se considera baja si es menor o igual a
34, media si está entre 35 y 42 y alta si es mayor de 42. Más adelante, se explica con mayor
44
detalle, el proceso de calificación. Para la calificación de la escala rasgo se procede de
manera similar, aunque los puntos de corte son diferentes.
Interpretación: Tanto la depresión estado como la depresión rasgo se califican en tres
niveles: bajo, medio y alto. De valor clínico son las puntuaciones que se catalogan como
altas. Las cifras que están cercanas a los puntos de corte pueden resultar de interés, pero
realmente tienen valor diagnóstico los valores superiores a 50.
Altos niveles de depresión como estado no necesariamente indican que la persona tenga un
trastorno depresivo, pues es frecuente encontrarlos en personas con enfermedades crónicas
o en personas que están atravesando por una situación estresante o que han sufrido una
pérdida reciente, como el caso de las reacciones de duelo. Es recomendable que las
personas que obtengan valores altos en el IDERE-E sean valoradas en consulta médica o
psicológica para precisar el diagnóstico.
Los valores altos en el IDERE indican que la persona tiene tendencia a sufrir estados
depresivos como respuesta a situaciones estresantes. Son frecuentes en personas que han
padecido un trastorno depresivo y en sujetos neuróticos.
Áreas de aplicación: El IDERE se ha diseñado básicamente para su aplicación en los
ámbitos clínicos, tanto en enfermos crónicos, en pacientes psiquiátricos, etc. No obstante,
también puede utilizarse en cualquier otra área en la que se quiera identificar rápidamente a
personas con síntomas depresivos (IDERE-E) o a personas con propensión a la depresión
(IDERE-R), en este sentido, puede resultar útil en tareas de selección y evaluación de
personal, tal y como se ha visto en los estudios sobre Burnout en profesionales de la salud,
así como en contextos educativos.
45
Resulta particularmente útil para la evaluación de ancianos y personas con enfermedades
crónicas, pues la escala estado permite identificar estados de tristeza que no se estructuran
en una depresión clínica, pero que provocan graves limitaciones y afectan la calidad de vida
del paciente.
2.8.3 INVENTARIO DE DEPRESIÓN DE BECK (ANEXO 3)
El Inventario de Depresión de Beck (BDI) fue creado por el propio Beck en el año 1979
(Beck Depression Inventory, BDI) Beck, Rush, Shaw y Emery, (1979). El BDI consta de
21 ítems para evaluar la intensidad de la depresión. En cada uno de los ítems el sujeto tiene
que elegir aquella frase entre un conjunto de cuatro alternativas, siempre ordenadas por su
gravedad, que mejor se aproxima a su estado medio durante la última semana incluyendo el
día en que completa el inventario. Cada ítem se valora de 0 a 3 puntos en función de la
alternativa escogida. La puntuación total de los 21 ítems varía de 0 a 63. En el caso de que
Depresión. Estado
1+2+6+8+9+10+13+15+18+20= A
3+4+5+7+11+12+14+16+17+19= B
(A-B)+50=
___ Alto (> = 43)
___ Medio (35-42)
___ Bajo (< = 34)
Depresión. Rasgo
1+3+5+7+8+11+14+16+17+20+22 =A
2+4+6+9+10+12+13+15+18+19+21=B
(A-B)+50=
___ Alto (> = 47)
___ Medio (36-46)
___ Bajo (< = 35)
Tabla 2. Depresión estado y depresión rasgo
46
el sujeto elija más de una alternativa en un ítem dado, se considera sólo la puntuación de la
frase elegida de mayor gravedad. Finalmente, la pérdida de peso (ítem 19) sólo se valora si
el sujeto indica no estar bajo dieta para adelgazar. En el caso de que lo esté, se otorga una
puntuación de 0 en el ítem. Con la aplicación del test buscamos evaluar las 21 categorías de
síntomas y actitudes con el fin de reconocer cuales están presentes con mayor intensidad en
la vida de los jóvenes del estudio.
2.8.4 ENTREVISTA EN PROFUNDIDAD
Mediante esta técnica de investigación social se busca la autenticidad para analizar las
motivaciones del comportamiento, profundizan y amplían las experiencias de los sujetos, se
persigue un conocimiento más a fondo, asuntos muy personales como significados, valores,
decisiones e implicaciones afectivas (Valles, 2014).
La entrevista se realiza en función de algunas líneas muy generales; es el propio proceso de
interacción el que determinará el orden de preguntas y su tipo, por lo que permite tratar a
cada entrevistado de manera idiosincrásica.
El entrevistador procura interferir lo menos posible en el curso natural del habla del sujeto.
Las intervenciones que hace el entrevistador se realizan desde el marco de referencia y el
foco del entrevistado, puesto que el objetivo primordial es ponerlo en contacto con su
experiencia y con sus vivencias, evitando, por tanto, ofrecer el punto de vista del
entrevistador o constreñir al entrevistado. El objetivo inmediato de este estilo es crear un
buen clima, la captación empática del entrevistado, al que se le ayuda a esclarecer su
problema desde su propia posición (Ibañez, 2010)
47
La entrevista está orientada a identificar contenidos predominantes de los discursos
relacionados a la vivencia de la separación parental en la adolescencia de un grupo de
adultos jóvenes con síntomas depresivos.
2.9 PROCEDIMIENTO
El presente estudio será dirigido por el autor. Como primer paso se realizaró una revisión
de las carpetas donde se encuentran los datos de los pacientes con el fin de seleccionarlos
con los criterios de entrada al estudio. Para la recogida de información se aprovechará la
asistencia de los pacientes a consulta con previa cita dirigida a la evaluación. Se comenzará
el proceso con la presentación del concentimiento informado. Una vez aceptado se aplicará
la entrevista semiestructurada, a continuación el test IDERE y por último la entrevista en
profundidad. Una vez recogida la información se confeccionará una base de datos la cual se
llenará con los resultados de los dos primeros instrumentos aplicados.
Para el análisis del tercer objetivo se realizará la lectura reiterada de la información
recogida en la entrevista en profundidad. A continuación se elaborarán categorías iniciales
luego de la segmentación temática de la información. Se realizará un análisis de contenido
de la información segmentando la misma a partir de códigos inductivos emergentes del
texto, partiendo de las similitudes de sentido del material de análisis, los cuales mostrarán
contenidos predominantes de los discursos relacionados a la vivencia de la separación
parental en la adolescencia de un grupo de adultos jóvenes con síntomas depresivos.
48
CAPÍTULO III
3 ANÁLISIS, INTERPRETACIÓN Y DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
El presente trabajo investigativo, “Estudio de la relación entre la depresión en un grupo de
pacientes adultos jóvenes y la separación de sus padres en la adolescencia, Centro
Cepsifari, Machala 2017, nos orientó a la aplicación de técnicas e instrumentos tales como
Entrevista semiestructurada (Anexo 1), Inventario de Depresión Rasgo-Estado (IDERE)
(Anexo 2), Inventario de Depresión de Beck (Anexo 3), y entrevista en profundidad.
3.1 OBJETIVO 1
Determinar las características Psicológicas que presentan los Adultos jóvenes
depresivos a consecuencia de la separación parental vivido en la adolescencia en
pacientes que asisten al centro Cepsifari de la ciudad de Machala.
Podemos describir que los adultos jóvenes depresivos que vivieron la separación parental
desde su adolescencia tuvieron algunas transformaciones y dificultades en su proceso de
maduración Psicosocial que afectaron su personalidad.
Uno de los primeros ámbitos que se ve afectado es el de establecer compromisos en sus
relaciones de pareja ya que los pacientes refieren no poder mantener relaciones con
estabilidad.
R1”…no sé qué me sucede pero trato de comenzar algo serio y al poco tiempo ya me
aburre y eso me preocupa…
Este particular se relaciona a estados de ánimo cambiantes que cursan con desinterés,
tristeza, ansiedad, apatía entre otros:
R2. …viví muchas cosas dolorosas cuando mis padres se separaron, yo creo que ese dolor
y el recuerdo no me influyen en mi inestabilidad personal…”
49
Estos pacientes también tienen conflictos en sus habilidades sociales y comunicativas lo
que genera dificultades en sus interacciones con los otros en especial en el área laboral al
no tener buenos niveles de empatía se mantienen aislados, existe según ellos también
problemas en la concentración para realizar sus tareas y se mantienen constantemente
cambiando de trabajo.
R3…”creo que las personas no me quiere en el trabajo, se alejan de mí y no me invitan a
nada, a veces he tenido problemas en la ejecución de las tareas por que no presto mucha
atención…”
Las relaciones sociales y familiares también han sufrido los estados emocionales
desfavorables de los pacientes.
La mayoría de los pacientes estudiados refiere que los eventos desencadenantes de su
sintomatología son en primer lugar derivados de conflictos en las relaciones humanas como
las relaciones de parejas, familia y el ámbito laboral. Se muestran en los pacientes una red
social pequeña con la cual no interactúa mucho, los vínculos familiares en su mayoría se
restringen a su pareja y padres, no mantienen una vida social adecuada y les cuesta
describir momentos felices con amigos o familia.
R4…” mis amigos son pocos y casi no los veo, cuando salgo es generalmente porque hay
un compromiso familiar, ellos tienen ya su vida no quisiera molestarlos…”
La mayoría de los pacientes presentaba baja autoestima, distorsión del autoconcepto,
estados alterados del humor y sensación de falta de energía. En general se percibía a los
pacientes algo cansados, desarreglados y con un lenguaje algo pausado. Estos son
características ponles un ejemplo de frases como las demás en cada una
50
R5…”a veces me siento la peor persona, creo que no soy bien visto, los demás no me
entienden y creo que yo tampoco, no puedo seguir viviendo así la vida se me hace muy
compleja…”
3.2 OBJETIVO 2
Describir las vivencias de los adultos jóvenes en la etapa de la adolescencia durante la
separación parental.
A continuación se presentan las vivencias, que afectaron a estos pacientes durante la
Adolescencia debido a la pérdida de su familia estructurada por la separación Parental una
de las primeras es:
Sensación de pérdida: Según los pacientes esta se define como el sentimiento de pérdida
de algo valioso que le generaba sustento. Sensación de desapego y vacío que les queda
cuando uno de los padres se marcha del hogar producto de la separación.
…“cuando mi padre recogió su ropa y lo vi cómo se iba de la casa, sentí que se iba parte
de mi con él, pero la verdad era como se siente una muerte de alguien”… (RJ, 29 años)
…“no podía creer que me separaba de la casa donde había nacido, y no solo eso, sino que
tampoco sabía cuándo vería nuevamente a mi padre. Yo sentía que salía algo de adentro
de mí, que me separaba de mi padre”… (MD, 26 años)
Inseguridad. Los pacientes lo definieron como la sensación que sentían por no saber que
pasaría con la familia dada la separación de sus padres. También lo relacionaron con el
ámbito económico y con la actitud de la madre hacia ellos.
…”no supe que pasaría en aquel momento que mi padre se fue, como seguiríamos sin él,
sin su apoyo y sustento, fue una sensación bien fea la verdad”… (CE, 28 años)
“…mi mamá estaba muy devastada, no supe que pasaría con ella se veía muy mal. Tenía
51
dudas de cuanta verdad había en todo lo que estaba pasando y el futuro se me hacía muy
inseguro”… (JL, 27 años)
Soledad: Fue definida por los pacientes como el estado que sobrevino inmediatamente
después de que sus padres se separaron y uno de ellos salió del hogar. Se relacionó además
con la falta de atención de la familia hacia ellos.
…”parecía que estaba sola en el mundo, fueron días donde me sentí aislada y sin atención.
Mi familia como que había desaparecido y estábamos solos mi mami y yo”… (BS, 28 años)
…”largas horas me sentaba en el balcón a mirar a la gente y sentía como que estaba sola
en el mundo, aún en el colegio rodeado de mucha gente yo creía que estaba sola, ya nada
era igual”… (SQ, 27 años)
Inestabilidad: Esta vivencia fue relacionada al sentimiento que generó no contar ya con el
apoyo de uno de los padres. El ámbito económico tuvo un peso importante además del
emocional.
…”imagínese que ya no tenía ni mi cuarto, ni mi privacidad después que se separaron, ya
no pude hacer lo que siempre hacía y no sabía que era lo que vendría después que es lo
que más me preocupaba…(PM, 29 años)
…”yo sabía que podía contar con mi papá, pero dado el problema no sabía qué pasaría,
él siempre me llevaba a los ejercicios, al colegio, hacía las tareas junto a mí, incluso me
preocupaba el pago del colegio pues él era el único que trabajaba en la familia”…(SA, 28
años)
Culpa: Fue definida como el sentimiento que sintieron por pensar haber tenido alguna
responsabilidad en el proceso de separación parental.
…”es que hubo muchos problemas por un novio que tuve el cual me embarazó. Eso trajo
muchos problemas a la familia, mi mamá todos los días discutía del tema con mi papá. Yo
52
creo que eso tuvo que ver en la separación de ellos”… (KE, 27 años)
…”era muy problemático, en el colegio no paraban de dar quejas a mis padres, un día en
una fiesta me drogué y llegué mal a la casa, fueron épocas malas y coincidieron con la
separación de ellos. Quizás si tuve alguna culpa, quien sabe”… (JM, 28 años)
3.3 OBJETIVO 3
Fundamentar desde un enfoque sistémico la relación entre el divorcio parental vivido
durante la adolescencia y la presencia de la depresión en los adultos jóvenes.
En los párrafos que continúan se podrá observar la relación entre el divorcio parental vivido
durante la adolescencia y la presencia de la depresión en los adultos jóvenes desde una
mirada Sistémica, ya que esta teoría nos permite tener una visión diferente en la concepción
de los problemas del comportamiento y sus relaciones, la conducta de un miembro de la
familia afecta o está en relación con el número de miembros que tiene ese sistema familiar.
Al considerar la teoría sistémica que la evolución y los cambios se dan en los sistemas
abiertos y que la familia es uno de los sistema vivos abiertos más dinámicos.
El proceso de desarrollo del ser humano, al igual que ocurre en cualquier otro organismo
vivo, se enmarca en una serie de sistemas relacionados unos con otros, que son distintos
escenarios de interacción con el ambiente. Ante todo se debe comenzar por tratar el tema de
la familia. Desde la perspectiva que nos ocupa, y aunque se integre en un sistema más
amplio, la familia se define como un sistema.
El sistema familiar tiene un conjunto de aspectos que le dan un orden al que llamamos
estructura, esto va a determinar su funcionalidad de acuerdo a las pautas relacionales que se
desarrollan dentro y fuera del sistema familiar.
El proceso de desarrollo del ser humano, al igual que ocurre en cualquier otro organismo
53
vivo, se enmarca en una serie de sistemas relacionados unos con otros, que son distintos
escenarios de interacción con el ambiente. La familia es el sistema que define y configura
en mayor medida el desarrollo de la persona desde su concepción. Teniendo en cuenta que
el microsistema es concebido como el conjunto de interrelaciones que se producen dentro
del entorno inmediato, la familia es el microsistema más importante porque configura la
vida de una persona durante muchos años.
La provisión de estabilidad afectiva y emocional que requiere el desarrollo adolescente
puede verse seriamente amenazada por la separación o el divorcio de los padres. Para poder
fundamentar la relación entre el divorcio parental vivido durante la adolescencia y la
presencia de la depresión en los adultos jóvenes es preciso analizar las vivencias que
afectaron a estos pacientes durante la Adolescencia debido a la pérdida de su familia
estructurada por la separación Parental.
La sensación de pérdida definida como el sentimiento de desapego, vacío y pérdida, de algo
valioso que le generaba sustento, es un sentimiento generados de estados sentimentales
desfavorables. El hecho encontrado de la dificultad en establecer compromisos en sus
relaciones de pareja puede estar muy vinculado al sentimiento de desapego que se pudo
haber generado en la adolescencia. Esto genera frustración y en la edad adulta y puede estar
generando insatisfacción y sintomatología relacionada a depresión.
La Inseguridad y la inestabilidad fueron vivencias muy importantes que los adolescentes
sufrieron. Estos la definieron en el caso de la inseguridad como la sensación que sentían por
no saber qué pasaría con la familia por la separación de sus padres, y en el caso de la
inestabilidad como el sentimiento que generó no contar ya con el apoyo de uno de los
padres en el ámbito económico tuvo un peso importante además del emocional. Estas
vivencias son interesantes pues en la adolescencia precisamente es donde se forman
54
estructuras de la personalidad y la seguridad para desarrollarse en una sociedad que
demanda, es fundamental que se desarrolle en esta etapa. Mucho se relaciona esta
característica con la sensación de pérdida las cuales juntas contribuyen en la adultez estados
de ánimo cambiantes que cursan con desinterés, tristeza, ansiedad, apatía y provocan estado
de depresión en momentos de crisis.
La soledad y la culpa son otras vivencias fundamentales que reportan los adolescentes. La
soledad la definen como el estado que sobrevino inmediatamente después de que sus padres
se separaron y uno de ellos salió del hogar. Se relacionó además con la falta de atención de
la familia hacia ellos, y la culpa como el sentimiento que sintieron por pensar haber tenido
alguna responsabilidad en el proceso de separación parental. Hablar de depresión en la
adultez producto del divorcio parental en la adolescencia sin duda es tratar el tema de
sentimientos de soledad y culpa vividos en esa etapa. Si bien la depresión no constituye un
rasgo en estos pacientes, si es de destacar que en el momento del estudio si salieron altos
los valores de depresión como estado de tipo leve y moderada en su intensidad.
Analizando integralmente el contexto de estos pacientes tenemos sujetos que vivieron muy
intensamente una separación parental en la adolescencia la cual generó indistintamente
vivencias de sensación de pérdida, inseguridad, soledad, inestabilidad y culpa. Estas
vivencias sin duda generaron vulnerabilidades en una edad de formación personológica las
cuales en alguna medida afectan la vida cotidiana de estos sujetos generando estados de
ánimo cambiantes que cursan con desinterés, tristeza, ansiedad, apatía, baja autoestima,
distorsión del autoconcepto, estados alterados del humor y sensación de falta de energía
entre otros. Todo esto sin duda está relacionado a los estados de depresión que actualmente
padecen estos pacientes.
55
Como ya lo hemos dicho antes, la teoría sistémica se basa en la circularidad, todo lo que
afecta a un miembro afecta a los demás. El divorcio se plantea como una disolución
reguladora del conflicto vincular, que tiene una influencia trascendente en la vida de ambos
cónyuges y de cada uno de los integrantes de la familia toda vez que ha sido creada. En ese
sentido, un inadecuado soporte familiar –afectivo, educativo o económico– obstaculiza el
desarrollo de sus integrantes como seres autónomos, diferenciados, saludables y
productivos. Lo más lamentable de esta realidad, es que los problemas familiares tienden a
perpetuarse en el tiempo, pues los conflictos y carencias de una familia son usualmente
heredados a las generaciones que les suceden, a través de los mismos procesos de
socialización.
4 DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
El estudio realizado permitió analizar la influencia que la separación parental durante la
adolescencia tiene en la aparición de la depresión en la adultez joven en pacientes del
centro Cepsifari de la ciudad de Machala.
El presente trabajo puede considerarse como un acercamiento importante al tema de la
depresión en la adultez joven y su relación con vivencias negativas en el pasado
relacionado a separación parental. Se encontró en el grupo de estudio que existió un
predominio del sexo femenino. Barlés (2000), manifiesta que, una de cada cuatro personas
presenta algún grado de depresión o trastorno del estado del ánimo en sus vidas, y el nivel
más alto se evidencia en las mujeres que en los hombres, debido a que son más susceptibles
y vulnerables a desarrollar más problemas emocionales. En todos los países en que se han
realizado estudios estadísticos las cifras revelan uniformemente que las mujeres padecen el
doble de depresión que los hombres. Mientras que aproximadamente una de cada cinco
56
mujeres sufre de una depresión mayor en su vida, en el caso de los hombres la proporción
se reduce a uno de cada diez. (Klonsky, 2011)
Otro tema interesante es el relacionado al estado civil de los participantes del estudio. Al
momento de la recogida de la información se encontró que los pacientes como
característica de la mayoría se encontraban divorciados y solteros. Estamos ante un grupo
predominantemente sin pareja. Muchas pueden ser las causas de las separaciones de estos
sujetos y que otros se mantengan solteros. Un estudio realizado por Feres-Carneiro (2006)
en el cual se estudiaron 278 sujetos con el objetivo de investigar la percepción de los hijos
sobre la conyugalidad de sus padres mostró que el lugar que el matrimonio ocupa en los
proyectos de vida de los hijos parece estar relacionado, especialmente, con el modo como
los jóvenes se apropian de su herencia familiar y con el discernimiento sobre cómo los
aspectos de la conyugalidad de los padres les influyen.
Se encontró en el grupo baja autoestima, distorsión del autoconcepto, estados alterados del
humor y sensación de falta de energía, ideación suicida, dificultades para concentrarse o
para tomar decisiones. Estos resultados son parecidos al estudio de Arrivillaga, M (2004) el
cual midió la depresión en jóvenes y mostró que el 46.2% se sentían descontentos y
disgustados de sí mismos. El 42% tiene problemas en la toma de decisiones, reportaron que
no disfrutan de las cosas tanto como antes (53,8%), y que han perdido gran parte del interés
por los demás (61,5%). Se observó además que los jóvenes se sienten tristes (53,8%),
desanimados de cara al futuro (61,5%) además de molestos e irritables con facilidad en el
42%.
La depresión fue medida en un primer momento como rasgo y estado utilizando el
Inventario de Depresión Rasgo-Estado IDERE. La depresión como estado predominó en el
57
grupo al momento de la evaluación con un nivel alto. En lo relacionado a la depresión
como rasgo predominó el nivel bajo. Estos resultados se asemejan a los encontrados por
Menéndez S, (2012) en 156 pacientes ingresados en un Hospital en Angola. En ámbito de
la depresión como estado el 67% del grupo puntuó alto, 23% en nivel medio y 10% bajo.
En lo relacionado a la depresión como rasgo el nivel alto puntuó en un 33%, el medio en
47% y el bajo en 20%.
Por último la depresión fue medida también para determinar diferentes niveles utilizando el
Inventario de Depresión de Beck. Esta podía ser severa, moderada, leve o no depresión. Los
niveles de depresión leve y moderada fueron predominantes en el grupo Arrivillaga, M
(2004) el cual midió la depresión en jóvenes usando el Inventario de Depresión de Beck
obtuvo valores menores a los nuestros. En el caso de no depresión obtuvieron un 70%,
depresión leve un 23%, depresión moderada un 6%, siendo depresión grave un 1%. Otro
estudio realizado por Joffre-Velázquez y col (2007) muestra resultados parecidos a los de
Arrivillaga, M (2004) al mostrar en el grupo de jóvenes estudiados que el 73% no presentó
depresión, el 17% depresión leve 9% depresión moderada y 1% depresión grave. Lo
anterior demuestra que el grupo estudiado si bien no llegan a tener ningún puntaje en
depresión grave si existe un alto índice agrupando el 80% de los pacientes entre las
categorías leves y moderadas.
En el caso de las dimensiones más afectadas según el Inventario de Depresión de Beck se
destacaron cinco. El descontento y la indecisión fueron las más altas seguidas del estado de
ánimo, la insatisfacción y la autoacusación como las principales. Según Zamora, R. (1998),
se ha demostrado la importancia que tienen los acontecimientos vitales estresantes como la
pérdida de una relación importante por separación, divorcio o muerte en la aparición de una
58
depresión. En la investigación fue evidente que los estresores psicosociales relacionados
con procesos de duelo juegan el papel más importante en la aparición del trastorno y
exponiendo al sujeto a un riesgo aumentado de padecer otros episodios depresivos,
probablemente por desencadenar cambios biológicos persistentes.
Por último se identificaron las vivencias que sobre la separación parental en la adolescencia
refirieron el grupo de adultos jóvenes con síntomas depresivos estudiados. Según Godoy E,
(2002) probablemente, la característica más destacable de cómo afecta la separación al
adolescente es la aparición de un profundo sentimiento de pérdida que se manifiesta en el
joven por una desagradable sensación de vacío, dificultad para concentrarse, fatiga crónica,
pensamientos recurrentes o pesadillas intensas, abocando todo ello en un cuadro de
depresión severa. En este campo, Hetherington, Bidges e Insabella, (1998) señalan como
relevantes una serie de características en el comportamiento adolescente tras el cambio de
la composición de la "familia", los efectos negativos de la ausencia de la figura paterna
junto a la típica situación de la custodia de la madre, el incremento del estrés económico en
el grupo con las subsiguientes consecuencias en el trato al hijo, los problemas que derivan
del cambio que supone pasar de tener dos padres a tener uno solo y lo negativo que trae
consigo la existencia de tensión interparental en el hijo.
Para McLanahan y Sandefur (1994), el factor más relevante lo constituye la ausencia de la
figura paterna, asociándola con un menor aprovechamiento escolar, tanto en chicos como
en chicas, un bajo nivel de empleo laboral en el caso de los varones en la adultez y
maternidades precoces cuando se trata de muchachas. La presencia del padre para un
desarrollo armónico de los hijos también resulta crucial en el estudio de Amato y Gilbreth
(1999). De acuerdo con sus resultados, el bienestar del hijo se sustenta en el ejercicio de
una paternidad con autoridad moral y la existencia de estrechos sentimientos de afecto entre
59
padre e hijo, siendo ello el mejor predictor de los resultados respecto a una inadecuada
formación escolar, externalización de conductas problemáticas e internalización de
problemas emocionales
En cuanto a los estudios encaminados a conocer las vivencias en la infancia y adolescencia,
cuando tiene lugar el divorcio o la separación de los padres, los resultados empíricos
permiten una buena aproximación a esa realidad. A partir de la revisión llevada a cabo por
Amato y DeBoer (2013) sobre investigaciones realizadas en la década de 1990 y 2000, los
resultados encontrados indican que los adultos y niños de "familias" separadas o
divorciadas puntúan más bajo que sus iguales de "familias" intactas en el campo de las
habilidades sociales y presentan mayores conflictos en sus propios matrimonios. Estos
hallazgos difieren, sin embargo, de los encontrados inicialmente por Cherlin, Chase-
Lansdale y McRae, (2012), según los cuales las dificultades de los menores ya eran
patentes antes del divorcio o la separación. No obstante, en un estudio posterior de Cherlin,
Kiernan y Chase-Lansdale (2014), los resultados sí coincidieron con los de Amato y
DeBoer (2013), al constatarse que los sujetos de "familias" separadas o divorciadas tenían
dificultades psicológicas importantes después de que llegaran a la adultez. Esta
prolongación en el tiempo de los desajustes no se confirmó en el estudio de Hetherington y
Kelly (2015), aunque sí encontraron elevados niveles de ansiedad en adultos y jóvenes de
"familias" divorciadas o separadas, problemas en sus relaciones con el otro sexo, así como
cuando eventualmente acceden al desempeño de funciones de paternidad, hallazgos que
coinciden con los encontrados en el estudio longitudinal realizado por Wallerstein y Lewis
(2004).
60
5 CONCLUSIONES
1. Existió un predominio del sexo femenino, promedio de edad de 28 años, educación
básica terminada cono nivel escolar que más se repitió, estado civil divorciado en la
mitad de los participantes, la mayoría trabajaba y todos pertenecían al cantón
Machala de la provincia del Oro.
2. La baja autoestima, distorsión del autoconcepto, estados alterados del humor y
sensación de falta de energía predominó en el grupo estudiado. Los síntomas y
signos en los participantes comenzaron desde hace alrededor de 1 año de forma
intermitente como promedio. Los eventos derivados de conflictos en las relaciones
humanas, como las relaciones de parejas, familia y el ámbito laboral fueron los
desencadenantes más frecuentes y dificultan principalmente en un 80% de los
participantes las labores de la vida cotidiana como el trabajo, la concentración en el
mismo, la comunicación y la relación con su pareja así como con su familia.
3. En el grupo de estudio predominó la depresión como estado, y en el caso de la
depresión como rasgo fue más frecuente el nivel bajo.
4. La depresión leve y moderada fueron las modalidades que más predominaron en el
grupo de estudio. Y en el caso de las dimensiones más afectadas se destacaron el
estado de ánimo, la insatisfacción, la autoacusación, descontento y la indecisión.
6 RECOMENDACIONES
1. Trabajar en alternativas terapéuticas más centradas en lo cognitivo-conductual, con
el fin de que los sujetos en proceso de una depresión aprendan a evaluar las
situaciones relevantes de forma realista, puedan atender a todos los datos existentes
61
en esas situaciones y formulen explicaciones racionales como alternativas para el
resultado de las interacciones.
2. Trabajar con los esquemas disfuncionales de la infancia con el objetivo de
identificar los aprendizajes de la etapa adolescente que al presente provocan una
inadaptación a diferentes espacios de la vida cotidiana logrando a futuro que las
necesidades emocionales básicas puedan alcanzarse.
3. Crear un programa impulsado desde CEPSIFARI que eduque a padres e hijos sobre
el entorno del divorcio y promueva estilos de separación parental adecuados para
que tanto hijos como padres sufran un mínimo de consecuencias y revaloricen esta
etapa como una forma diferente de vivir el funcionamiento familiar.
4. Indagar partiendo de abordajes de investigación Cualitativos lo relacionado a la
valoración social de la separación parental en las parejas de la actualidad,
obteniendo visiones tanto de los hijos, como de las parejas, así como del reto de la
familia.
62
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78. Zamora, R. (1998). Diagnóstico de los trastornos depresivos en adolescentes.
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72
ANEXO 1
Entrevista semiestructurada
Estimado paciente. A continuación, ponemos a su consideración un grupo de preguntas las
cuales nos gustaría que usted pueda responder. No existe una calificación buena o mala, y
el responderlas no afectará su proceso terapéutico. Si tiene alguna duda o no entiende el
contenido, el equipo de asistencia estará listo para brindarle la ayuda necesaria. Es
importante que sepa que los datos aquí recogidos serán tratados con la más estricta
confidencialidad.
Gracias de antemano por su participación
1. Datos demográficos
Marque con una X según corresponda
A. Sexo: Masculino__ Femenino__
B. Edad: Ultimo año cumplido ___
C. Nivel escolar: 1ero__ Bachillerato 2do__Bachillerato__3ero Bachillerato
D. Lugar de residencia actual: Cantón______________
Provincia________________
E. Estado Civil: __Soltero __Separado __Divorciado __Viudo __Unión de Hecho
__Casado
F. Ocupación: ___Trabaja __Estudia __Estudia y trabaja __No estudia ni trabaja
G. Síntomas y signos que presenta el paciente
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
73
H. Tiempo de comienzo de síntomas y signos
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
I. Evento/s desencadenantes
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
J. Principales afectaciones en la vida diaria de estos síntomas y
signos______________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
___________________________________________________________________
__________________________________________________________________
74
ANEXO 2
Inventario de Depresión Rasgo-Estado (IDERE)
(Estado)
Instrucciones: Alguna de las expresiones que la gente usa para describirse aparecen abajo.
Lea cada frase y escriba el número correspondiente a la respuesta seleccionada de acuerdo a
como usted se sienta ahora mismo, en estos momentos. No hay respuestas buenas o malas.
No emplee mucho tiempo en cada frase, pero trate de dar la respuesta que mejor describa
sus sentimientos, ahora.
No, en absoluto --1
Un poco --2
Bastante --3
Mucho --4
1. Pienso que mi futuro es desesperado y no mejorará mi situación............................( )
2. Estoy preocupado..........................................................................................................( )
3. Me siento con confianza en mi mismo.........................................................................( )
4. Siento que me canso con facilidad...............................................................................( )
5. Creo que no tengo nada de que arrepentirme...........................................................( )
6. Siento deseos de quitarme la vida...............................................................................( )
7. Me siento seguro...........................................................................................................( )
8. Deseo desentenderme de todos los problemas que tengo..........................................( )
9. Me canso más pronto que antes...................................................................................( )
75
10. Me inclino a ver el lado bueno de las cosas................................................................( )
11. Me siento bien sexualmente.........................................................................................( )
12. Ahora no tengo ganas de llorar...................................................................................( )
13. He perdido la confianza en mi mismo.........................................................................( )
14. Siento necesidad de vivir..............................................................................................( )
15. Siento que nada me alegra como antes.......................................................................( )
16. No tengo sentimientos de culpa...................................................................................( )
17. Duermo perfectamente................................................................................................( )
18. Me siento incapaz de hacer cualquier trabajo por pequeño que sea......................( )
19. Tengo gran confianza en el porvenir.........................................................................( )
20. Me despierto más temprano que antes y me cuesta trabajo volverme a dormir...( )
76
Inventario de Depresión Rasgo-Estado (IDERE)
(Rasgo)
Instrucciones: Alguna de las expresiones que la gente usa para describirse aparecen abajo.
Lea cada frase y escriba el número correspondiente a la respuesta seleccionada de acuerdo a
como usted se sienta usted generalmente. No hay respuestas buenas o malas. No emplee
mucho tiempo en cada frase, pero trate de dar la respuesta que mejor describa sus
sentimientos, generalmente.
Casi nunca --1
Algunas veces --2
Frecuentemente –3
Casi siempre --4
1. Quisiera ser tan feliz como otras personas parecen serlo..........................................( )
2. Creo no haber fracasado más que otras personas.....................................................( )
3. Pienso que las cosas me van a salir mal......................................................................( )
4. Creo que he tenido suerte en la vida............................................................................( )
5. Sufro cuando no me siento reconocido por los demás...............................................( )
6. Pienso que todo saldrá bien en el futuro.....................................................................( )
7. Sufro por no haber alcanzado mis mayores aspiraciones..........................................( )
8. Me deprimo por pequeñas cosas..................................................................................( )
9. Tengo confianza en mi mismo......................................................................................( )
10. Me inclino a ver el lado bueno de las cosas...............................................................( )
11. Me siento aburrido......................................................................................................( )
12. Los problemas no me preocupan más de lo que se merecen...................................( )
77
13. He logrado cumplir mis propósitos fundamentales...................................................( )
14. Soy indiferente ante las situaciones emocionales......................................................( )
15. Todo me resulta de interés.........................................................................................( )
16. Me afectan tanto los desengaños que no me los puedo quitar de la cabeza............( )
17. Me falta confianza en mi mismo.................................................................................( )
18. Me siento lleno de fuerzas y energías........................................................................( )
19. Pienso que los demás me estimulan adecuadamente...............................................( )
20. Me ahogo en un vaso de agua...................................................................................( )
21. Soy una persona alegre.............................................................................................( )
22. Pienso que la gente no me estimula las cosas buenas que hago.............................( )
78
ANEXO 3
En este cuestionario aparecen varios grupos de afirmaciones. Por favor, lea con atención
cada una. A continuación, circule cuál de las afirmaciones de cada grupo describe mejor
cómo se ha sentido durante esta última semana, incluido en el día de hoy. Si dentro
de un mismo grupo, hay más de una afirmación que considere aplicable a su caso,
circúlela también. Asegúrese de leer todas las afirmaciones dentro de cada grupo antes de
efectuar la elección.
Inventario de Depresión de Beck
A
1.- No estoy triste.
2.- Siento desgano de vivir, o bien; estoy triste.
3.- Siento siempre desgano de vivir, o bien; estoy siempre triste y no lo puedo remediar.
4.- Estoy triste y me siento tan desgraciado que sufro mucho.
5.- Estoy tan triste y me siento tan desgraciado que no lo puedo soportar más.
B
1.- No estoy demasiado pesimista, ni me siento muy desanimado con respecto a mi futuro.
2.- Creo que no debo esperar ya nada.
3.- Creo que jamás me liberaré de mis penas y sufrimientos.
4.- Tengo la impresión que mi futuro es desesperado y que no mejorará mi situación.
79
C
1.- No tengo la sensación de haber fracasado.
2.- Creo haber hecho en la vida pocas cosas que valgan la pena.
3.- Tengo la sensación de haber fracasado más que otras personas.
4.- Si pienso en mi vida veo que no he tenido más que fracasos.
5.- Creo que he fracasado por completo.
D
1.- No estoy particularmente descontento.
2.- Casi siempre me siento aburrido.
3.- No hay nada que me alegre como me alegraba antes.
4.- No hay nada en absoluto que me proporcione una satisfacción.
5.- Estoy descontento de todo.
E
1.- No me siento particularmente culpable.
2.- Siento muchas veces que hago las cosas mal o que no valgo nada.
3.- Me siento culpable.
4.- Ahora tengo constantemente la sensación de que hago las cosas mal o de que no valgo
nada.
5.- Considero que soy malo, que hago todo mal y que no valgo nada absoluta mente.
F
1.- No tengo la impresión de merecer un castigo.
80
2.- Creo que me podría pasar algo malo.
3.- Tengo la impresión que ahora o muy pronto voy a ser castigado.
4.- Creo que merezco ser castigado.
5.- Quiero ser castigado.
G
1.- No estoy descontento de mí mismo.
2.- Estoy descontento de mí mismo.
3.- No me gusto a mí mismo.
4.- No me puedo soportar a mí mismo.
5.- Me odio.
H
1.- No tengo la impresión de ser peor que los demás.
2.- Tengo muy en cuenta mis propias faltas y mis propios defectos.
3.- Me hago reproches por todo lo que no sale bien.
4.- Tengo la impresión de que mis defectos son muchos y muy grandes.
I
1.- No pienso ni se me ocurre quitarme la vida.
2.- A veces se me ocurre que podría quitarme la vida pero no lo haré.
3.- Pienso que sería preferible que me muriese.
4.- He planeado cómo podría suicidarme.
5.- Creo que sería mejor para mi familia que yo me muriese.
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6.- Si pudiera me suicidara.
J
1.- No lloro más de lo corriente.
2.- Lloro con mucha frecuencia, más de lo corriente.
3.- Me paso todo el tiempo llorando y no puedo dejar de hacerlo.
4.- Ahora ya no puedo llorar, aunque quisiera como lo hacía antes.
K
1.- No me siento más irritado que de costumbre.
2.- Me enfado o me irrito con más facilidad que antes.
3.- Estoy constantemente irritado.
4.- Ahora no me irritan las cosas que antes me enfadaban.
L
1.- No he perdido el interés por los demás.
2.- Me intereso por los demás menos que antes.
3.- He perdido casi por completo el interés hacia los demás y siento poca simpatía por
otras personas.
4.- Los demás no me interesan nada y todo el mundo me es totalmente indiferente.
M
1.- Tengo la misma facilidad de antes para tomar decisiones.
2.- Ahora me siento seguro de mí mismo procuro evitar el tomar decisiones.
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3.- Ya no puedo tomar decisiones sin que me ayude alguien a hacerlo.
4.- Ahora me siento completamente incapaz de tomar ninguna decisión, sea la que sea.
N
1.- No tengo la impresión de presentar peor aspecto que de costumbre.
2.- Temo que mi aspecto cause mala impresión o de parecer avejentado(a).
3.- Tengo la impresión de presentar cada vez peor aspecto.
4.- Tengo la impresión de que mi aspecto es feo, desagradable y repulsivo.
O
1.- Trabajo con la misma facilidad que siempre.
2.- Ahora me cuesta más esfuerzo que antes ponerme a trabajar.
3.- Ya no trabajo tan bien como antes.
4.- Tengo que hacer un gran esfuerzo para realizar cualquier cosa.
5.- Me siento incapaz de hacer cualquier trabajo por pequeño que sea.
P
1.- Duermo bien como de costumbre.
2.- Por la mañana me levanto más cansado que de costumbre.
3.- Me despierto una o dos veces más temprano que antes y me cuesta trabajo volverme a
dormir.
4.- Me despierto demasiado temprano por la mañana y no puedo dormir más de cinco
horas.
83
Q
1.- No me canso antes que de costumbre.
2.- Me canso más pronto que antes.
3.- Me canso de hacer cualquier cosa.
4.- Me agoto mucho de hacer cualquier cosa.
R
1.- Mi apetito no es peor que de costumbre.
2.- No tengo apetito como antes.
3.- Tengo mucho menos apetito que antes.
4.- No tengo en absoluto ningún apetito.
S
1.- No he perdido peso, y si lo he perdido es desde hace muy poco.
2.- He perdido más de 2 Kg. de peso.
3.- He perdido más de 4 Kg. de peso.
4.- He perdido más de 7 Kg. de peso.
T
1.- Mi salud no me preocupa más que de costumbre.
2.- Me preocupo constantemente por mis molestias físicas y mis malestares.
3.- Mis molestias físicas me preocupan tanto que resulta difícil pensar en cualquier otra
cosa.
4.- No hago nada más en absoluto, que pensar en mis molestias físicas.