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ESPACIOS DE ENCUENTROS: EN EL MARCO DE LA SUSTENTAB ILIDAD PARA EL MANEJO INTEGRAL DE LOS DESECHOS
1. Ron Henrique, Yodelis C. 2. Matos de Runfola, Fanny E. 1
RESUMEN
Espacios de encuentros es un proyecto que se desarrolla en el marco de la extensión de la Universidad de Los Andes (ULA), en la zona norte de la ciudad de Mérida, estado Mérida, Venezuela. Comprende inicialmente las comunidades: Santa Rosa , Bella Vista, La Milagrosa, San Pedro, 5 de Julio, C horros de Milla y El Amparo , aquí se desarrolla una relación dinámica y compleja entre la Universidad de Los Andes y las comunidades aledañas a sus instalaciones, en condición vecindad. Desde el Circuito Universidad de Los Andes para el Manejo Integral de los Desechos (CIULAMIDE), se valora esta condición de vecindad, como un instrumento articulador para el cambio social; estructurando un nuevo modelo de interrelaciones (comunidades – ULA), en donde las acciones productivas y reproductivas, estén marcadas por las representaciones, la utopía, los sueños, y la lúdica, de las comunidades, también sus potencialidades y conflictos.
Desde esta perspectiva, se considera la vecindad como instauradora de las interrelaciones sociales en un territorio, es un nutriente para la gestión del Manejo Integral los Desechos, entre dependencias de la Universidad de los Andes (CIULAMIDE, Jardín Botánicos, otros) y las comunidades de zonas norte de la ciudad de Mérida. Esta visualización del contexto, permite establecer la pertinencia de la gestión para la sustentabilidad del territorio, pues es pensar la comunidad como un territorio dinámico, innovador y de renovación social. Para los efectos del Manejo Integral de los Desechos, dentro del paradigma de la sustentabilidad , se requiere además de consciencia planetaria, la participación directa de la población en condiciones de autor y actor en su devenir social, en su vida colectiva. Por tanto, se intenta descifrar el paisaje, desde una óptica más creativa y cotidiana. Estableciendo como base la Matriz de los Conflictos y el enfoque metodológico de FLACAM.
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1. Ron Henrique, Yodelis C. Universidad de Lanús – Foro Latinoamericano de Ciencias Ambientales- FLACAM (Cátedra UNESCO Para El Desarrollo Sustentable). Maestría En Desarrollo Sustentable. La Plata-Argentina. Actualmente. Universidad de Lanús – Foro Latinoamericano de Ciencias Ambientales- FLACAM (Cátedra UNESCO Para El Desarrollo Sustentable). Especialización en Desarrollo Sustentable. La Plata-Argentina. 2000. Universidad Central de Venezuela. Socióloga. Caracas - Venezuela, 1987.
2. Matos de Runfola, Fanny E.
Diploma El Juego en la Educación: Formación del Ludotecario, Universidad de Valencia, España (2009). Diploma en Creatividad y Liderazgo, Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela, (2005). Promotora Social. Universidad de Los Andes(2004), T.S.U. Educación Integral, Universidad Nacional Abierta (2009)
3. Universidad de Los Andes, Facultad de Ciencias, Circuito Universidad de Los Andes para el Manejo Integral de los Desechos (CIULAMIDE), Teléfonos: 2401303,2401370, [email protected].
DESARROLLO
Esta iniciativa se centra en lo local, en la cotidianidad, en mejorar las interrelaciones de vecindad entre la
Universidad de Los Andes y las comunidades aledañas, con la finalidad de mejorar las condiciones de
vida y fortalecer el desarrollo social de la ciudadanía merideña. De igual modo, se plantea el desarrollo de
espacios de encuentro de saberes (académicos- comunitarios) que simbolicen nuevos valores y
acciones visibles, como sistemas o redes de comunicación social de la ciudad, en donde se construyan
nuevos patrones de comportamiento social, para lo que se requiere la identificación de los ejes
estructurales de la convivencia social; por tanto, la creación de los espacios de encuentro, como centros
emblemáticos, iconos de una ciudad, se concibe como lugares incluyentes y diferenciados por las
características del entorno, de los habitantes y transeúntes, que abarque a los diferentes grupos de la
población: edad, sexo, ocupación; sin discriminación ideológica o condición racial, con el propósito de
entrelazar los intereses de las personas, organizaciones, proyectos y acontecimientos propios de las
historias locales, en definitiva posibilitar el fraguado los cambios socioculturales dentro del territorio.
Debido al poco compromiso de los ciudadanos (universidades, instituciones, comunidades, empresas
públicas y privadas) corresponsables en el proceso de degradación ambiental, resulta estratégicamente
pertinente, intervenir para evitar la pérdida de un espacio de conectividad, “La Recta” de La Hechicera, en
la zona norte de Mérida. La gente de la ciudad, en su mayoría jóvenes, utilizan este espacio como tierra
de nadie, sin doliente, estableciendo el lugar para el desenfreno de fin semana o de grado, convirtiéndolo
en depósito de basura, dejando a su paso deterioro, mal olor y una imagen decadente del paisaje urbano.
Es por ello que se propone la valorización de los espacios de encuentro mediante el fortalecimiento o
creación de centros emblemáticos en la ciudad, entre ellos el Centro de Acciones Socio- Ambientales,
CASA , para facilitar el encuentro de los saberes comunitarios y académicos, como una vía para detener
este proceso de deterioro de los espacios urbanos y naturales.
Imagen 1: Vista de “La Recta” de La Hechicera, sus aceras se hacen intransitables debido a la gran cantidad de basura.
De acuerdo con esta visión, se abrió en septiembre del 2011 el primer “Punto de Entrega Voluntaria de
Materiales de Desechos para el Reuso y Reciclaje”, en alianza entre el Jardín Botánico de Mérida,
Consumir de Otro Modo(Mano a Mano) y el Circuito Universidad de Los Andes para El Manejo Integral
de los Desechos ( CIULAMIDE), en las instalaciones de CASA, con el propósito de promover la
clasificación selectiva, la reducción, el reuso y el reciclaje de los desechos generados en nuestras
actividades diarias, principalmente dentro de nuestros hogares, posibilitando así la reincorporación de
estos materiales al proceso productivo, mediante el desarrollo de líneas de investigación y el
fortalecimiento de cooperativas, microempresas, y recuperadores comunitarios; en el marco de la
transformación social de la ciudad de Mérida.
El Centro de Acciones Socio-Ambientales “CASA” , se encuentra ubicado en el Jardín Botánico de
Mérida, en “La Recta” de La Hechicera, la cual enlaza a los Chorros de Milla con la Av. Alberto Carnevali,
y a vez es un elemento de conectividad entre las facultades e instalaciones universitarias del núcleo
Pedro Rincón Gutiérrez de la ULA. Entonces, puede decirse que es un “espacio puente” para la
configuración de un nuevo perfil socio-cultural de las comunidades periféricas a este núcleo universitario,
fortaleciendo una nueva visión de ocupación del territorio, entendiendo que: “ Los Espacios Puentes son
Circunstancias. Una de sus metas es ser apoyo para el cambio” (Del Valle. 1997, pag.165)
Imagen 2: Fachada del Centro de Acciones Socio-Ambientales CASA
Parafraseando a Petra María Pérez y Alonso Geta, es interesante reconocer al espacio físico, como
espacio “relación” que queda definido por las relaciones que en él se establecen. Es pensar en la ciudad,
como espacio con sentido histórico, es preguntarse sí tenemos idea, como sociedad, como proyectista:
¿que ciudades queremos? pareciera que los ordenamientos urbanos se pierden en la complejidad
urbana.
Generalmente el ordenamiento del territorio esta perfilado por profesionales del urbanismo y las
necesidades de los habitantes del lugar, quienes se confrontan entre normas, violaciones y
permanentes ajustes de las disposiciones urbanas. Por otro lado, es necesario reconocer que no es fácil
lograr una visión interdisciplinaria o transdiciplinaria sobre el territorio , en especial en las ciudades, como
espacios multidimensionales productivos y reproductivos de la sociedad.
En términos generales, la vocación de la ciudad, en el marco de la complejidad, de los conflictos y
potencialidades para el aprovechamiento y desarrollo sustentable del espacio urbano; supone un manejo
de la unidad territorial desde la macro escala: región, meso escala: ciudad y la micro escala: zona de
intervención, al mismo tiempo: “Se trata de un manejo adecuado de todos los componentes de la
biosfera, desde el subsuelo hasta la atmósfera, desde los componentes abióticos a los bióticos, de los
ciclos más naturales a los más culturales e históricos, a efecto de producir una homeosis auto
equilibrante o un proceso de desarrollo sustentable, que permita perpetuar las mejores condiciones de
esa biosfera”. (Pesci R, 2010).
Ante estas consideraciones, se intenta profundizar sobre el papel que juegan los ciudadanos en los
procesos de “ordenamiento urbano”. Pues, como dice Silverio González Téllez, sociólogo y urbanista -El
comportamiento ciudadano surge de las diferentes circunstancias de dependencia económica y política
que ha configurado la formación del venezolano-. (González. 2005, pág.139).
Hay una expresión que siempre nos ubica en la cotidianidad: “la ciudad de los dioses no es la ciudad
de los hombres”, y quizás, sea este, el conductor de este relato histórico llamado proyecto, donde los
proyectistas no son Dioses, son elementos participe de un proceso, que se configura mediante una
intervención respetuosa, organizando guías de amarre, instrumentos de reconocimiento y capacidades
para alcanzar a dibujar un trayecto con la gente, en comunidad, construir una vida colectiva, cimentando
un hoy pensando en un mañana.
En efecto, desde una percepción sobre desarrollo sustentable, el ordenamiento urbano pasa de ser un
concepto exclusivamente funcional a ser un elemento transformador, orientador, que tiene expresión
concreta a nivel local y regional, a través de la interpretación dinámica de las realidades de las ciudades,
en definitiva es comprender los patrones que se manifiestan en las actividades de los autores y/o actores
sociales; así mismo en el esfuerzo de dar forma al territorio, como escenarios de interacción que se
evidencia en las “interfases”: Entre lo público y privado, conservación y transformación, ritualidad e
innovación , comunitario e institucional, entre otras dicotomías. Estas consideraciones van más allá de lo
académico, hacen énfasis en los cambios necesario para el fortalecimiento de una buena convivencia
social, indispensable en la configuración de un buen ambiente; según el antropólogo Marc Auge: “ El ser
humano es un animal simbólico. Cada uno necesita del otro para existir como individuo a través de la
simbolización de la relaciones. Vivimos un período de crisis y hay cosas terribles que pueden venir pero
creo que hay formas de resistencia. No resistencia militar sino la resistencia de la madera, de la piedra,
del hombre y su existencia simbólica.”
Por tanto, apostamos por la vida en común, por los espacios de encuentro abiertos, que permitan la
interacción social; lamentablemente el impacto del consumismo como modelo distorsionante y promotor
del individualismo, que se evidencia a través de iconos de “modernidad” como son los centros
comerciales, las autopistas, los hipermercados, la lumínica nocturna, y la publicidad entre otros,
potencian la desvalorización y la desarticulación social, categorizando a los espacios públicos y/o
espacios de encuentro, como elementos meramente funcionales. El propósito del proyecto es promover
la valorización de los espacios de encuentro mediante el fortalecimiento o creación de centros
emblemáticos en la ciudad de Mérida, que faciliten el encuentro de los saberes comunitarios y
académicos, como una vía para detener el proceso de deterioro de los espacios; que se ha iniciado con
la visualización de la perdida de un espacio de conectividad “La Recta” en la Hechicera, zona norte de
Mérida.
Las interrelaciones socio-culturales que se reconocen y desarrollan en la zona norte son producto de una
realidad histórica de invasiones e irregularidades entre otros acontecimientos. Ello implica, en principio,
comprender el paisaje urbano en contexto. Venezuela ha sido modelada por la explotación de los
recursos y la filosofía de lo desechable (comprar-usar-botar), dentro de esta complejidad del
comportamiento social del ciudadano, es importante reflexionar sobre el impacto del “consumismo” en la
sociedad venezolana. En siglo XX, la influencia de la explotación petrolera en la cultura es evidente,
transformó la mentalidad de los venezolanos, instauró una nueva filosofía de vida (comprar, usar y
botar), que se profundizó por el modelo económico del Estado, el cual estuvo dominado por las regalías
petroleras, determinantes en los cambios socio-económicos del país; se instalaron patrones de
comportamiento “modernista” en las distintas esferas de la estructura social; como herencia cultural
genuinamente “importada” y con el barniz del progreso de los mass media, que se encargaron de
consolidar la imagen de la nueva ciudadanía venezolana y como instrumento de homogenización socio-
político de las elites en el poder, configurando una opinión pública proclive a la “modernización” y al
“consumismo”; con el apoyo de la televisión se masifican los valores de la cultura globalizada en
detrimento o marginalización de procesos culturales propios. El sistema educativo en este proceso de
aculturación de la sociedad venezolana ha jugado un papel preponderante. La élite en el poder,
determinó el paisaje urbano, acorde a sus ideales de los tiempos “modernos”; pero ésta ilusión óptica de
la elite contrasta con las desigualdades sociales, los cinturones de miserias (los cerros y los barrios).
En relación a la ciudad de Mérida: “En 1924 la ciudad se conecta a la red vial del país, y llegan los
primeros automóviles. El esquema de damero se mantiene hasta la década de 1940-50, cuando surgen
las urbanizaciones, nuevo tipo de asentamiento a base de la construcción de viviendas aisladas (Urb. El
Encanto) o en serie (el Barrio Obrero) y los barrios, espontáneos por invasión como Campo de Oro y Pie
del Llano.” (Jugo,L. 2009, pág.8).
Observamos como la geometría del espacio urbano es más que una expresión física del poder de un
sector social, es también expresión de las interrelaciones consonantes y disonantes de la coexistencia
social, desde la organización colonial hasta la sectorización “espontánea” de la ciudad, sus impactos se
reflejan en el paisaje urbano, en buenas o malas condiciones de vida. Por tanto, se deben reconocer los
espacios comunicativos de la ciudad para mejorar la convivencia urbana, en palabras Flacanianas,
entender a la ciudad como “sistemas de interfases”.
Dentro de esta percepción, cobra vigencia la necesidad de establecer nuevas relaciones simbólicas entre
los espacios y las problemáticas ambientales. Es concebir al espacio como: “un área físicamente
delimitable bien por las actividades que se llevan a cabo, la gente que lo ocupa, los elementos que
lo contienen o los contenidos simbólicos”. (Del Valle, T. 1997, pág.32).
Estas inquietudes, permiten visualizar el nivel de pertinencia, que tiene hoy, la creación de espacios de
encuentro en la ciudad de Mérida, para encaminar un destino más propio, inmerso en contradicciones y
reconociendo potencialidades, que están tanto en el terreno de la innovación, como en la incertidumbre.
A este respecto, la transformación sustantiva de las comunidades, se han de conjugar en la zona norte
en CASA, como un centro de integración grupal de puertas abiertas o espacio puente, que posibilite
encuentros cotidianos entre los saberes académicos y domésticos, por considerar que es aquí donde se
puede fraguar otro modo de tejer la vida social urbana. En relación a este planteamiento, se propone a
nivel de la ciudad, el diseño de modelos de comunicación urbana, a partir de la resignificación de
espacios de encuentro de saberes (académicos y comunitarios) en el marco de la transformación social
de Mérida. A partir de acciones concretas como son los “Puntos de Entrega Voluntaria de Materiales
Desechos para el Reuso y el Reciclaje”.
Imagen 3: Encuentro de amigos y voluntarios durante las actividades del Punto de Entrega Voluntaria de Materiales de Desechos y la distribución de alimentos de Mano a Mano
METODOLOGÍA
La propuesta de espacios de encuentro, iniciada con los “Puntos de Entrega Voluntaria de Materiales
Desechos para el Reuso y el Reciclaje” en CASA, está orientada por la Investigación Acción
Participativa (IAP) y Enfoque Metodológico de FLACAM, ya que proveen un marco para la comprensión,
donde participan los mismos actores de la comunidad de manera interactiva, en todas las actividades de
separación, almacenamiento y traslado de los desechos, haciendo evidente la realidad ambiental de la
ciudad, según las perspectivas de las ciudadanas y ciudadanos, sobre los problemas de mayor
relevancia para su vida, integrando estas reflexiones al sistema de manejo integral de los desechos. En
este sentido, se trata de entender la realidad a través de lo afectivo, la conversación sobre el acontecer
del día a día.
“La psicología ambiental tiende a definir con el término percepción ambiental aquel complejo de procesos
de naturaleza ya sea cognitiva como afectiva, a través de la cual la persona atribuye significado/s al
propio ambiente socio-físico.”(Pesci.R, Pérez J, Pesci. L, Pág.195, C2.1 a).
La percepción espacial de las personas varía de un grupo a otro, es por ello, que se considera importante
realizar una visualización en contexto, desde los distintos grupos comunitarios en el mismo escenario;
pues el tramado social esta más allá de las consideraciones económicas, estéticas y funcionales del
lugar, va hacia las interrelaciones, hacia la valorización del territorio, la vecindad; va hacia la superación
de la fragmentación: ya sea privada o comunitaria, pues el ambiente no se encapsula en trozos de
propiedad. Para ello se debe ejercitar la participación y la convivencia en la modelación del sueño; con la
finalidad de abanicar nuevas posibilidades de vida social en el marco de la sustentabilidad.
Con estas orientaciones como ejes fundamentales de la dinámica social, con la complejidad y la
incertidumbre como escenarios de actuación y legitimación de la contemporaneidad venezolana; se
intenta posibilitar la comprensión de las situaciones problemáticas, más allá de la concurrencia de
múltiples factores socio-económicos, culturales, políticos, y jurídicos, entre otros, estos constituyen
momentos históricos: “Debemos aprovechar estos tiempos como los mejores vientos a favor, tenemos
que desarrollar las habilidades y/o pulso para redefinir el rumbo y en algunos casos hasta el destino….
Estamos imbuidos por estos oleajes de cambios, pero ir al ritmo de los cambios no significa perder los
vínculos históricos-culturales con nuestras realidades locales, regionales, nacionales, o de mirar sólo
hacia el futuro, quizás es solo el momento de ampliar la visión”. (Ron. Y, 2000).
En un esfuerzo por superar un abordaje sectorial, se intensifica una visión integral, repensando las
condiciones del proyecto, desde distintas posiciones, visibilizando la intervención tanto a nivel
comunitario como del equipo proyectual.
Es entender el entramado social, desde las interrelaciones y actuar en consecuencias, se plantea desde
una visión holística, como sistema complejo, el establecimiento de una red dinámica de interrelaciones
estructurales entre el todo y las partes, con la instauración de centros emblemáticos a nivel de ciudad y el
eje universitario; como diría Rubén Pesci -se conforma una arquitectura del ambiente, una noción
funcional, estructural y autorregulador del espacio-. (Pesci. R.1995.a).
Esta percepción permite apreciar los diferentes escenarios: Puntos simbólicos o modelos de cambio
dentro de la ciudad, estructurándose el paisaje urbano en dialogo, entre la universidad y las
comunidades organizadas, las escuelas y otras instituciones.
Dentro de la proyectación ambiental, se requiere un cambio de paradigma, que conciba los sistemas de
manejo integral de los desechos como entes dinámicos, con la capacidad de gestión en la reorganización
social en pro del bienestar colectivo y personal. Para ello, se parte de la siguiente conceptualización de
Ambiente: “Cuando hablamos aquí de ambiente estamos hablando de asumir que todos los factores de la
realidad están en profunda interrelación, y que esa interrelación da un mal ambiente de vida o un buen
ambiente de vida. Y allí se juega la suerte de nuestra realidad cotidiana, y también la suerte de nuestra
sociedad.” ( Pesci R. 1995 b.)
Desde esta conceptualización se establecen los lineamientos metodológicos en cuanto al ámbito
espacial, temporal y sociocultural; construyen un instrumental teórico y operativo que hace posible la
comprensión de la complejidad, a través de las interrelaciones e interdependencia de los factores físico-
natural, cultural y social.
Con este propósito, se establece la intervención dentro de una visión de proceso y de la
“conscientización” de las interrelaciones e interdependencias como espacios de vida en los núcleos
urbanos. Para ello, es fundamental que la propuesta de un cambio social sea consensuada y
consecuente dentro de las dificultades, para generar procesos autogestionarios y facilitar el crecimiento
de emprendimientos relacionados con el sistema; por lo tanto, es una concertación de esfuerzos, que se
guían por una serie de supuestos abiertos a la discusión y a los ajustes.
Importancia del Proceso de Dinamización:
Se pretende promover los “Puntos de Entrega Voluntaria de Materiales Desechos para el Reuso y el
Reciclaje”, como espacios de integración de esfuerzos entre los ciudadanos motivados, por un buen
ambiente, el manejo adecuado de los desechos (clasificación selectiva), las escuelas y los voluntarios de
CASA, estableciendo un clima de cambio y disfrute, dentro las contradicciones y dificultades propias de
la complejidad de la zona norte y de la ciudad Mérida. Con la finalidad de elevar la disposición a
participar en un cambio social a través del manejo integral de los desechos, acabar poco a poco con la
desinformación, abrir las puertas al ensayo de soluciones, la toma de decisiones de los ciudadanos,
recoger información, dialogar y armonizar expectativas e inquietudes.
Construir un espacio donde cualquiera que tenga algo que decir algo pueda venir y hablar, con
tranquilidad y tolerancia. Los grupos amigos de CASA realizan una secuencia de interacciones colocando
en práctica sus habilidades y técnicas en: agroecología, manejo de los desechos, creatividad, etc. Tales
acciones han de contribuir a mejorar el desempeño grupal ante una situación real, la contaminación de
“La Recta” por el mal manejo de los desechos y la desvalorización del espacio público, lo cual exigía
respuestas y acciones concretas.
El proyecto plantea la incorporación de las unidades educativas de la zona norte, la cual hemos iniciado
con la Unidad Educativa Bolivariana Camilo Contreras de los Chorros. Se procura fortalecer los niveles
del conocimiento ambiental en la escuela básica, mediante el análisis y reflexión de la problemática de
los desechos y las potencialidades de su aprovechamiento en CASA; asimismo se intenta potenciar el
conocimiento integral de los participantes a través de la creatividad y la reflexión grupal de manera
cotidiana, combinando esfuerzos entre el CIULAMIDE, escuela, familia, comunidad, jardín botánico y
grupos organizados, cada quien con sus competencias y responsabilidades específicas, pero en forma
articulada y coordinada.
Imagen 4: Estudiantes de la UEB Camilo Contreras, estudiantes de la Facultad de
Ciencias voluntarios de CASA y representantes del CIULAMIDE.
El Centro de Acciones Socio-Ambientales CASA , ofrece un lugar a los ciudadanos para compartir
reacciones, sentimientos y emociones. Así mismo, permite crear un clima de trabajo dentro de una
estructura de interrelación. Propicia la reflexión recibiendo sugerencias y analizando el desarrollo de las
actividades dentro de casa, evaluando la actuación y estableciendo nexos con el resultado alcanzado.
Todo proceso es fruto de la experiencia, de los fallos y aciertos, tanto individuales como colectivos,
fortaleciendo así el proceso de aprendizaje y crecimiento grupal, valorizando el error como parte del
conocimiento.
SÍNTESIS
En esta propuesta se ha considerado a la vecindad como instaurador de las interrelaciones sociales en
la zona norte, se ha determinado la escala de actuación en la gestión del proyecto, entre las
comunidades colindante con la Universidad de Los Andes, se pretende: en primer lugar el fortalecimiento
del Centro de Acciones Socio-Ambientales (CASA) como centro emblemático y espacio de encuentro de
la zona norte de la ciudad Mérida, como una vía para detener el proceso de deterioro de los espacios
urbanos y naturales. En efecto, es intervenir en el espacio para movilizar la energía social en pro de un
buen ambiente, proyectándose en la ciudad de Mérida, con la finalidad de posibilitar la valoración las
condiciones ambientales, la formación en ciudadanía, el disfrute del transito vehicular y peatonal.
La construcción de una cultura ambiental, de convivencia, exige desarrollar mecanismos cónsonos con
la gestión sustentable del territorio; “ El Punto de Entrega Voluntaria de Materiales Desechos para el
Reuso y el Reciclaje” en CASA, está dirigido a fortalecer el conocimiento de los ciudadanos sobre la
complejidad ambiental, específicamente en el área del manejo integral de los desechos, abordando la
problemática desde lo funcional, sus interrelaciones con los diferentes factores físico-naturales y sociales,
en termino de contaminación e impactos generados por nuestro modelo de vida y consumo.
En cuanto a los conceptos y procedimientos técnicos, específicos del sistema de manejo integral de los
desechos, son analizados dentro del paradigma del desarrollo sustentable, en referencia a experiencias
concretas, con la finalidad de abrir la reflexión, como una vía para mejorar los espacios humanos y
cotidianos, también como un instrumento para la construcción de un nuevo modelo de gestión social.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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autor con el apoyo del Instituto Merideño de Cultura y el Decanato de la Facultad de Arquitectura de la
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Nº 35, septiembre-diciembre.