ESCUELA BIBLICA DOMINICAL CLASE MOISES «EL MINISTERIO DE ...
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ESCUELA BIBLICA DOMINICAL
CLASE MOISES
«EL MINISTERIO DE JESUS»
06/12/2020
La nación judía en general prestó escasa atención a las profecías que se oyeron durante los días del nacimiento de nuestro Salvador, tanto el anuncio hecho por los ángeles, como lo dicho por los pastores y los magos.
La abierta tiranía de Arquelao, rey de Judea, convenció a los romanos de que debían destruirlo y abolir la etnarquía (gobierno de una provincia, vasalla de los romanos) que César Augusto le había concedido. En el año 6 d.C., Judea se convirtió en provincia romana.
Los judíos piadosos se aferraron más tenazmente a la esperanza mesiánica. Mientras tanto, en Jerusalén los fariseos, que dominaban las sinagogas, y los saduceos, que controlaban el templo, luchaban entre sí para asegurarse el poder sobre el pueblo.
La cronología (Lucas 3:1–2). Sólo Lucas sitúa su narración dentro del cuadro general de la
historia, permitiéndonos así ubicar de manera aproximada las
fechas en que comenzó el ministerio de Juan el Bautista y en que
tuvo lugar la presentación pública de Jesús.
El evangelio de Juan menciona tres celebraciones de la Pascua a
las cuales asistió Jesús (Juan 2:13, 23; 6:4; 11:55). Por
consiguiente, Jesús ministró al menos durante tres años. Si Juan
5:1 se refiere a otra Pascua más, es posible que su ministerio se
prolongara un poco más de tres años. Juan también indica que
Jesús murió un viernes, víspera de la Pascua (Juan 19:14), que
sería el 14 de Nisán en el calendario hebreo.
El año en que ese día cayó viernes, parece haber sido el 30 d.C.
El 7 de abril de aquel año habría sido la fecha de la crucifixión. Por
tanto, podemos decir con cierto grado de seguridad que Jesús
ministró desde el año 28 hasta el 30 d.C.; es decir, más o menos
tres años.
Los personajes históricos (Lucas 3:1–2). Lucas nos presenta un cuadro panorámico de la división del reino
que había pertenecido a Herodes. Este reino había quedado dividido
entre sus tres hijos:
Herodes Antipas, seductor y asesino, gobernaba Perea y Galilea
(territorio en que se encontraba Nazaret);
Herodes Filipo reinaba en Iturea y Traconite
Arquelao gobernaba Judea, pero fue
depuesto por los romanos y reemplazado
con el procurador romano Poncio Pilato.
Para completar la lista de las tetrarquías, Lucas menciona la
región de Abilinia, el territorio que rodeaba la ciudad de Abila, al
norte de Damasco.
Se mencionan dos sumos sacerdotes, Anás y Caifás.
Anás había actuado como sumo sacerdote entre los años 7 y 14
d.C., y su yerno Caifás era ahora el sumo sacerdote reinante. Sin
embargo, Anás seguía siendo todavía el sacerdote de mayor
influencia en el país. Por ese motivo Jesús fue llevado primero a él
cuando fue detenido. El sumo sacerdocio ya no era un puesto
vitalicio, sino que era manejado por los romanos de acuerdo a sus
propios intereses políticos. Tanto Anás como Caifás eran del
partido de los saduceos, hombres carentes de espiritualidad que
negaban lo sobrenatural. (No se podía esperar nada bueno de
semejantes hombres).
La predicación de Juan el Bautista (Mateo 3:1–12; Marcos 1:2–8; Lucas 3:1– 18).
Un hombre áspero que predicaba con
autoridad y le hablaba a la gente de
corazón a corazón. Su estilo de vida
estaba en armonía con la severidad de
su mensaje. Estaba vestido de pelo de
camello, y ceñía su manto con un
cinturón de cuero. Esta tosca ropa era
característica de los profetas (2 Reyes
1:8; Zacarías 13:4). Comía langostas (un
tipo de insecto saltador) y miel silvestre,
alimento barato y abundante. Era hijo de
la soledad. Había vivido con gran
sencillez en el escabroso e inhóspito
desierto de Judea, lejos de la corrupción
urbana, de manera que su vida reflejaba
frugalidad y separación de los intereses
mundanos
Juan el Bautista
La ausencia de toda distracción en el desierto hacia que fuera el lugar ideal para tener comunión con Dios y prepararse para su misión. Antes de hablar a los hombres, el predicador debe pasar mucho tiempo en comunión con Dios. Allí en el desierto, “palabra de Dios vino a Juan”. Con el mensaje de Dios ardiendo en su corazón, comenzó a actuar con denuedo y con una total seguridad, tal como lo habían hecho los antiguos profetas.
Los evangelios señalan que el ministerio de Juan es el cumplimiento de una profecía de Isaías(Isaías 40:3-5). El bautizador es una “voz que clama en el desierto”(Marcos 1:3-5; Juan 1:23)), que prepara el camino para la llegada del Mesías. Se describe la preparación con una imagen tomada de la vida oriental: cuando un rey pensaba hacer un viaje, enviaba un siervo por delante para preparar el camino; era necesario rectificar las sendas, rellenar los valles y rebajar las colinas.
El mensaje de Juan, en una palabra:
arrepentimiento (Mateo 3:1-2).
Arrepentimiento significa un cambio en el modo de pensar. Es cuando uno se vuelve de una dirección para ir rumbo a otra (2 Timoteo 2:19). (Se expresa en la vida diaria por medio de la generosidad, la bondad y la honradez; se manifiesta en los hechos; es algo práctico y profundo que impulsa a la persona a dejar su pecado predilecto y a mostrar amor hacia su prójimo).
Juan el Bautista exigía este tipo de arrepentimiento verdadero que produce fruto. Él reprendía a los líderes religiosos que venían al lugar donde bautizaba. Él les decía que deberían mostrar la evidencia del verdadero arrepentimiento (Mateo 3:7-10).
Juan prometió un nuevo bautizador y un nuevo bautismo. “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Mateo 3:11).
En Mateo 3:11. Juan el Bautista el siervo más humilde debía quitar las sandalias del huésped que entraba a la casa. Juan no se sintió digno de remover las sandalias del Señor y ponerlas a un lado.
Dos propósitos del bautismo en el Espíritu Santo
Todo cristiano debe ser bautizado 2 veces.
Primero, está el bautismo en agua para la
mayoría de la gente. Esto debe seguir luego
de que una persona se arrepiente y recibe
a Cristo como su Salvador. (Hechos 19:5-6)
Segundo, está el bautismo en el Espíritu Santo. Dios ha prometido
derramar su Espíritu Santo sobre todo aquel que cree (Jl 2:28-29).
Este bautismo interior da nuevo poder al creyente. El fallecido Obispo
Ryle de la Iglesia de Inglaterra escribió que el perdón de pecados no
es lo único que necesitamos. Él dijo, “No descansemos hasta que
sepamos algo de la experiencia del bautismo en el Espíritu Santo. El
bautismo en agua es un gran privilegio. Pero busquemos así mismo
el bautismo en el Espíritu Santo.”
Como fuego, el Espíritu Santo nos
purifica cada día. Nos ayuda a poder
vivir más allá del pecado, y nos da el
poder para testificar.
El bautismo del Rey (Mateo 3:13–17; Marcos 1:9–11; Lucas 3:21, 22).
Contexto histórico. Mateo 3:13-15. El cuadro de la Trinidad en el
Jordán es algo hermoso. Vemos el bautismo del Hijo, la unción del
Espíritu Santo y la aprobación del Pad
Por qué quiso nuestro Señor ser bautizado? Mateo 3:15 dice que el
propósito del bautismo de Jesús fue para que “cumplamos toda justicia.”
Es decir, para completar lo que es correcto. Veamos dos motivos por los
que el bautismo de Jesús cumplió con lo que es correcto.
1. Jesús vino a guiar a las personas. Era necesario que Él fuera al
paso de ellos. Ir al paso significa caminar con ellos. No puede uno
guiar a las personas en la dirección opuesta a la que ellas caminan.
Jesús vio a las personas intentando caminar hacia Dios. Él fue al paso
de ellos al ser bautizado.
2. Jesús entró a las aguas del Jordán para unir lo mejor del pasado
con el futuro. Jesús planeó cambiar completamente el significado del
bautismo. Al terminar, el bautismo llegó a ser un cuadro de su muerte y
su resurrección.
Otro comentarista enfatiza este mismo suceso de la siguiente manera:
Si el bautismo de Juan era símbolo de arrepentimiento, ¿por qué le pidió Jesús a Juan que lo bautizara? Es evidente que Jesús nunca cometió pecado. Aun cuando Juan no sabía en ese momento que Jesús era el Cristo, se dio cuenta de que era
superior a él, y que él mismo necesitaba ser bautizado por Jesús.
a) El bautismo de Jesús fue el acto de inauguración de su ministerio público. y obediencia. Aquello era como su ordenación al ministerio. Así se convertía en el Siervo de Jehová.
b) Jesús se bautizó como consagración a Dios, para recibir el poder del Espíritu Santo.
c) Jesús se bautizó como un acto público de identificación con su pueblo. Fue bautizado como uno más de los que formaban aquella gran multitud. Se cumple así la profecía que dice: “Fue contado con los pecadores” (Isaías 53:12). Al unirse con los que tenían pecado en su vida, Jesús demostró que estaba dispuesto a llevar la carga de ese pecado. Así cumpliría “toda justicia” (Mateo 3:15). En cierto sentido, fue el momento en que aceptó la cruz como forma de redimir a la humanidad pecadora.
d) Jesús se bautizó para aprobar públicamente la obra de Juan el Bautista. Demostraba así que la misión de aquel profeta no procedía de los hombres, sino de Dios. Dios Padre aprobó la consagración de Jesús enviando su Espíritu sobre El y confirmando por medio de una voz audible que se trataba del Mesías. Lucas nos dice: “Y orando, el cielo se abrió y descendió el Espíritu Santo sobre él.” Insinúa así que el Espíritu descendió como respuesta a la oración de Jesús Su naturaleza humana tenía que ser sostenida, fortalecida y dirigida constantemente por la presencia permanente del Espíritu Santo (Hechos 10:38: Lucas 4:17–19).
BIBLIOGRAFÍA
La Vida y las Enseñanzas de Cristo, Evangelio
Sinóptico, Manual del estudiante, Dr. Quentin
McGhee, West Chestnut Expressway, U.S.A.,
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Se Hizo Hombre, Pablo Hoff, Editorial Vida,
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Biblia de Estudio de la Vida Plena Reina Valera
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Biblia de Estudio Diario Vivir, RVR 60.
Auxiliar Bíblico PORTAVOZ. Harold L.
Willmington
https://unciondeloalto.jimdofree.com/