LA PAZ Y LA CONVIVENCIA DESDE EL AULA DE CLASE.

Los niños en edad escolar pasan por una etapa primordial de

aprendizaje emocional e intelectual en la vida; son creativos, imaginativos,

entusiastas y muy dependientes. El mundo en que viven es muy desafiante

tanto para los niños como para los docentes; se considera que la educación

es un éxito cuando se relaciona con la forma en que se pueda educar en

valores que ayuden a fortalecer una sana convivencia en la sociedad sin

dejar de lado la afectividad educativa que debe ir ligada con la participación

de la familia, de la comunidad educativa y la sociedad en general.

La convivencia es fundamental para la armonía del ser humano y este

se construye en el seno familiar y se potencializa en la escuela; el tema de la

convivencia en los centros educativos se está reflejando en un modo claro

los desajustes, disfunciones y contradicciones es de gran importancia su

evidente percepción que se extiende en las comunidades educativas, ya que

los conflictos de convivencia y su expresión a través de la violencia está

aumentando. Por esto, se debe estar atento al ámbito puramente escolar

como en un plano social más amplio pero nunca olvidando que los

problemas de convivencia son también un reflejo del tipo de sociedad en la

que se desenvuelven las personas.

Una educación para la convivencia es una búsqueda constante del

fortalecimiento de la relaciones y prácticas sociales que legitiman el

reconocimiento de otros, de la diversidad, el respeto por la dignidad humana

como atributo esencial; la escuela así organizada es la que construye de

forma crítica y participativa en el día a día de su labor las relaciones, los

escenarios, los tiempos y saberes al servicio de una convivencia democrática

y la paz.

La paz y la convivencia son el principio de la sociedad, sin estas dos

voluntades ninguna forma social es posible aceptar a los otros en medio de

los cuales vivimos.  Se ha señalado justificadamente, en efecto que una de

nuestras principales carencias en el orden social es la falta de paz y

convivencia. Y en los últimos años una buena parte de los esfuerzos

educativos se han volcado en esta dirección: formar a los niños, jóvenes y

adultos para la paz y la convivencia.

Estamos aún lejos de alcanzar los niveles mínimos que nos permitan

constituir una sociedad donde exista una relaciones armoniosas; es preciso,

por tanto, aumentar los esfuerzos en esta dirección educativa.

La meta es realizar un diseño para una propuesta pedagógica para

que a través del juego dramático permita estimular la sana paz y la

convivencia entre los niños y niñas de cada institución educativa, y así evitar

tantas violencias escolares.

Heidy Tejada

C.I. V-14.437.977

Sección “A”