EMULACIÓN SOCIALISTA

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EMULACIÓN SOCIALISTA Método para elevar la productividad del trabajo, incrementar y perfeccionar la producción social y la educación comunista sobre la base de la amplia actividad y la iniciativa creadora de los trabajadores, libres de toda explotación. La emulación socialista surgió después de la revolución socialista, gracias a la cual resultó posible organizar en gran escala la emulación entre millones de obreros, campesinos y empleados que sustituyeron el trabajo forzoso en beneficio de los explotadores por el trabajo para sí, para su sociedad. Expresa la colaboración basada en la camaradería y la ayuda mutua entre los trabajadores, su actitud socialista hacia el trabajo. El objetivo de la emulación socialista estriba en contribuir por todos los medios cumplir y superar los planes de la economía nacional en cada empresa, en cada rama de la producción y en la economía nacional tomada en su conjunto. Los rasgos característicos fundamentales de la emulación socialista son: el amplio carácter público, la conquista de altos índices de producción, la difusión de la experiencia de vanguardia entre toda la masa de los trabajadores, la elevación de los rezagados hasta el nivel de los más destacados, el descubrimiento de reservas de crecimiento de la producción con el fin de impulsar el ascenso general de la economía en la sociedad socialista. En la base de la emulación socialista se encuentran estímulos materiales y morales. El interés material personal por los resultados de la labor propia estimula al trabajador a buscar constantemente nuevos procedimientos y métodos de trabajo para incrementar la productividad y organizar mejor la producción, a poner en juego su iniciativa creadora, a luchar contra la rutina y la estrechez de miras, a facilitar el empleo de lo nuevo y lo avanzado en la producción. En el curso de la emulación, aumenta la productividad del trabajo social, crece y mejora la producción, se eleva la cantidad de los productos obtenidos y su calidad, la sociedad se hace más rica. Al mismo tiempo, los trabajadores de vanguardia y los innovadores de la producción que han alcanzado los mejores índices en su trabajo, se ven correspondientemente recompensados por la sociedad en el aspecto material y en el moral. Reciben órdenes y medallas por su destacada labor innovadora se les concede el elevado título de Héroe del Trabajo Socialista y de laureado con el Premio Lenin.

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EMULACIÓN SOCIALISTA

Método para elevar la productividad del trabajo, incrementar y perfeccionar la producción social y la educación comunista sobre la base de la amplia actividad y la iniciativa creadora de los trabajadores, libres de toda explotación.

La emulación socialista surgió después de la revolución socialista, gracias a la cual resultó posible organizar en gran escala la emulación entre millones de obreros, campesinos y empleados que sustituyeron el trabajo forzoso en beneficio de los explotadores por el trabajo para sí, para su sociedad. Expresa la colaboración basada en la camaradería y la ayuda mutua entre los trabajadores, su actitud socialista hacia el trabajo.

El objetivo de la emulación socialista estriba en contribuir por todos los medios cumplir y superar los planes de la economía nacional en cada empresa, en cada rama de la producción y en la economía nacional tomada en su conjunto.

Los rasgos característicos fundamentales de la emulación socialista son: el amplio carácter público, la conquista de altos índices de producción, la difusión de la experiencia de vanguardia entre toda la masa de los trabajadores, la elevación de los rezagados hasta el nivel de los más destacados, el descubrimiento de reservas de crecimiento de la producción con el fin de impulsar el ascenso general de la economía en la sociedad socialista.

En la base de la emulación socialista se encuentran estímulos materiales y morales. El interés material personal por los resultados de la labor propia estimula al trabajador a buscar constantemente nuevos procedimientos y métodos de trabajo para incrementar la productividad y organizar mejor la producción, a poner en juego su iniciativa creadora, a luchar contra la rutina y la estrechez de miras, a facilitar el empleo de lo nuevo y lo avanzado en la producción.

En el curso de la emulación, aumenta la productividad del trabajo social, crece y mejora la producción, se eleva la cantidad de los productos obtenidos y su calidad, la sociedad se hace más rica. Al mismo tiempo, los trabajadores de vanguardia y los innovadores de la producción que han alcanzado los mejores índices en su trabajo, se ven correspondientemente recompensados por la sociedad en el aspecto material y en el moral. Reciben órdenes y medallas por su destacada labor innovadora se les concede el elevado título de Héroe del Trabajo Socialista y de laureado con el Premio Lenin.

Durante los años de Poder Soviético, la emulación socialista se ha convertido en una poderosa fuerza motriz del progreso de la economía socialista. Iniciada en forma de “sábados comunistas” durante la guerra civil, alcanzó amplios vuelos en los años de los quinquenios anteriores a la guerra (obreros de choque, movimiento stajanovista) y en los años de la posguerra.

Actualmente, en el período de la edificación desplegada de la sociedad comunista, ha surgido y se ha difundido por todo el país el movimiento por el trabajo comunista, cuya consigna es: “¡Aprender a trabajar y a vivir al estilo comunista!”. La principal particularidad de la emulación por el título de obreros de choque y colectividades del trabajo comunista estriba en que en ella se conjugan orgánicamente la lucha por alcanzar una elevada productividad del trabajo y por educar al hombre nuevo.

INTENSIDAD DEL TRABAJO

Tensión del trabajo determinada por el consumo que de él se hace en una unidad de tiempo.

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El cambio de la intensidad del trabajo depende del mayor o menor consumo de fuerza de trabajo por unidad de tiempo a consecuencia de aumentar o disminuir la velocidad con que se ejecutan las operaciones laborales. Un trabajo más intenso, manteniéndose iguales las demás condiciones, crea por unidad de tiempo más valor que un trabajo menos intenso. Si un obrero, en 8 horas de trabajo, con una intensidad normal, crea 10 unidades de producto por valor de 10 dólares, y al aumentar la intensidad del trabajo dobla la cantidad de producto, resulta que duplicando el gasto de trabajo crea una producción cuyo valor es de 20 dólares, con la particularidad de que el valor de la unidad de mercancía seguirá siendo el mismo.

En el régimen capitalista, el elevar la intensidad del trabajo es extraordinariamente beneficioso para los capitalistas, pues hace que se eleve la cantidad de plusvalía y que se intensifique el grado de explotación de los obreros. Acentuar la intensidad del trabajo equivale a prolongar la jornada de trabajo, empeore la situación de la clase obrera incluso si se aumenta el salario nominal. En las empresas capitalistas, para intensificar el trabajo se aplican sistemas extenuantes de salarios, que agotan a los obreros y minan su salud, La excesiva tensión en el trabajo durante una prolongada jornada laboral acelere el desgaste de la fuerza de trabajo, envejece prematuramente al obrero, aumenta los casos de enfermedad profesional y el número da accidentes de trabajo. Por este motivo, en los Estados Unidos, por ejemplo, las mujeres de más de 35 años y los hombres de más de 45, no resisten el frenético ritmo de trabajo de las empresas capitalistas y engruesan las filas de los desocupados. En los países capitalistas, los trabajadores luchan contra el aumento excesivo de la intensidad del trabajo.

Bajo el socialismo, gracias a la severa reglamentación del trabajo, su intensidad no rebasa los límites normales. Cuando las condiciones de la producción exigen que se eleve la intensidad del trabaje se hace perfeccionando la técnica de la producción a la vez que se reduce la jornada laboral. Por otra parte, establecer una intensidad normal en todas las empresas socialistas representa lograr un gran aumento de producción. La Intensidad normal del trabajo contribuye a fortalecer el organismo del obrero, a desarrollar sus facultades físicas y mentales.

JORNADA DE TRABAJO

Tiempo del día durante el cual el trabajador labora en una empresa o institución. La naturaleza social de la jornada de trabajo es determinada por las relaciones de producción que dominan en la sociedad. La jornada de trabajo se divide en tiempo de trabajo necesario (ver) y tiempo de trabajo adicional.

Bajo el capitalismo, esta división presenta un carácter antagónico. El capitalista procura aumentar el tiempo de trabajo adicional para obtener mayor plusvalía. Los términos máximos de duración de la jornada de trabajo, en el régimen capitalista, dependen de dos tipos de factores. Por una parte, dependen de los límites físicos en que puede usarse la fuerza de trabajo, pues el obrero necesita cierto tiempo para el sueño, el descanso, la comida y la satisfacción de otras necesidades físicas indispensables. Por otra parte, dependen de exigencias de carácter social y moral; el obrero necesita tiempo para satisfacer sus necesidades espirituales y sociales, cuyo nivel y carácter dependen del estado general de la cultura en un país dado, del grado de desarrollo de la clase obrera y de la lucha clasista del proletariado. El afán de obtener mayor plusvalía induce a los capitalistas a prolongar la jornada de trabajo pero esta tendencia choca constantemente con la resistencia de la clase obrera que procura limitar a una magnitud normal la duración de la jornada de trabajo. De ahí que en última instancia, la duración de la jornada de trabajo se halle determinada por la correlación de fuerzas en la lucha entre los capitalistas y la clase obrera. Sobre la duración real de la jornada de trabajo, influyen en gran manera el grado de intensidad del trabajo, la magnitud del paro forzoso, el nivel del salario real, el movimiento de las fases del ciclo industrial, etc. En el curso de la lucha contra los capitalistas la clase obrera planteó la reivindicación de la jornada de ocho horas como

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proclamaron en 1866 el Congreso Obrero celebrado en los EE. UU. y, a propuesta de Marx, el Congreso de la I Internacional. Antes de la primera guerra mundial la jornada de trabajo era de 10 a 12 horas en la mayor parte de los países capitalistas desarrollados. En 1919, por el influjo de la Gran Revolución Socialista de Octubre y el establecimiento de la jornada de ocho horas en la Unión Soviética, así como bajo la presión del movimiento obrero revolucionario, los representantes de los países capitalistas firmaron en Washington un convenio internacional sobre la implantación de la jornada de ocho horas. No obstante, muchos países capitalistas no ratificaron el convenio, que se infringe a menudo incluso en los países que lo aprobaron. La reducción ulterior de la jornada de trabajo va acompañada de un aumento de la intensidad del mismo, de un descenso del salario real, de un empeoramiento de las otras condiciones de trabajo de un incremento del grado de explotación de la clase obrera. Se encuentran en una dura situación los trabajadores de los países coloniales y dependientes, donde la jornada de trabajo en realidad no está limitada y llega hasta las catorce y dieciséis horas al día. La lucha económica de la clase obrera de los países capitalistas por condiciones normales de trabajo y, en particular, por reducir la jornada de trabajo no puede mejorar de manera radical la situación de los obreros, y las conquistas económicas alcanzadas no pueden ser sólidas. Únicamente la liquidación del régimen capitalista, la conquista del poder político por la clase obrera puede liberar al proletariado del yugo de la explotación capitalista y proporcionarle condiciones normales de trabajo y descanso, puede reducir gradualmente la jornada de trabajo a la vez que se eleva el nivel de vida de los trabajadores. Establecido el modo socialista de producción, todo el tiempo de trabajo de la jornada va en favor de los trabajadores. Bajo el socialismo, la reducción de la jornada laboral hace más fáciles las condiciones de trabajo y aumenta el tiempo libre de los trabajadores, con lo que se crean mejores condiciones para el desarrollo integral del hombre de la sociedad socialista, para que todos los trabajadores participen en la vida estatal, económica y cultural del país. La principal condición para que se reduzca la jornada de trabajo bajo el socialismo estriba en el crecimiento incesante de la productividad del trabajo social. La jornada laboral se reduce a la vez que se mantiene ocupada toda la población útil para el trabajo, y ello se logra introduciendo maquinaria de mayor productividad, mejorando la tecnología, mecanizando y automatizando los procesos productivos, perfeccionando la organización de la producción y del trabajo. El incremento de la productividad del trabajo hace posible que la jornada laboral sea de menor duración y que aumente el volumen del producto necesario y adicional. De este modo, en la sociedad socialista, la jornada de trabajo se reduce a la vez que se eleva el nivel de vida material de los trabajadores, se aumenta el salario, ante todo el de los trabajadores que perciben bajas remuneraciones. En la reducción de la jornada laboral, la Unión Soviética ha alcanzado grandes éxitos. Ya en los primeros días del Poder Soviético, se promulgó un decreto que establecía la jornada de ocho horas. En 1956-1960, los obreros y empleados han pasado a la jornada de siete horas, y los obreros de profesiones básicas, ocupados en labores subterráneas, a la jornada de seis horas. Al mismo tiempo, los ingresos reales de los obreros y empleados han aumentado. Actualmente, el tiempo medio de la jornada de trabajo establecido para los obreros industriales es de 6,93 horas. La duración media de la semana laboral de los trabajadores en la industria es de cuarenta horas; la de todos los obreros y empleados en la economía nacional de la U.R.S.S. (tomando en consideración la jornada de trabajo reducida de maestros, personal medico y otros trabajadores) es de 39,47 horas. La reducción gradual de la duración de la jornada de trabajo y el aumento del tiempo libre de los trabajadores constituyen una de las leyes del paso al comunismo, el cual presupone no sólo la creación de la abundancia de bienes materiales sino además, el desarrollo integral de todos los miembros de la sociedad. En el Programa del P.C.U.S. se prevé que en el transcurso del decenio actual (1961-1970), se pasará a la jornada de trabajo de seis horas con un día de descanso a la semana o a la semana laboral de 35 horas con dos días de descanso, y en los trabajos subterráneos o en condiciones nocivas para la salud, a la jornada de cinco horas o a la semana de cinco días y treinta horas de trabajo. En el segundo decenio (1971-1980), sobre la base del poderoso desarrollo de las fuerzas productivas y del ulterior incremento de la productividad del trabajo social, se iniciará el paso a una reducción todavía mayor de la semana laboral. En consecuencia, la

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Unión Soviética se convertirá en el país de jornada de trabajo más corta del mundo, que será, a la vez, la más productiva y mejor pagada.

TIEMPO LIBRE, EN EL SOCIALISMO: parte del tiempo que, fuera del trabajo, los trabajadores emplean en el descanso, el estudio, el mejoramiento de su calificación, la labor social, la educación de los hijos, la cultura física, el deporte y la satisfacción de otras necesidades espirituales. En el régimen capitalista, "el tiempo libre de una clase se crea convirtiendo en tiempo de trabajo toda la vida de las masas" (C. Marx). El socialismo, al liquidar la explotación del hombre por el hombre, elimina el antagonismo entre el tiempo libre y el tiempo de trabajo, crea las condiciones para reducir gradualmente el tiempo de trabajo y para aumentar el tiempo libre de todos los trabajadores. El rápido desarrollo de la producción socialista, los elevados ritmos de crecimiento de la productividad del trabajo social, permiten reducir gradualmente la duración de la jornada de trabajo (ver) y aumentar el tiempo libre de los trabajadores a la vez que se eleva su bienestar material. Una gran reserva de tiempo libre de los trabajadores es el que puede obtenerse utilizando de la manera más racional y reduciendo al mínimo la parte del tiempo que, fuera del trabajo, se consume en relación con la labor productiva (tiempo para ir al trabajo y volver de él), las labores domésticas y el autoservicio tiempo que representa en la actualidad aproximadamente el 35-40 % del que queda libre del trabajo. Aumentando el tiempo libre, se crean mejores condiciones para el desarrollo integral de todos los miembros de la sociedad socialista, para elevar su nivel cultural y técnico, para eliminar las diferencias esenciales entre el trabajo intelectual y el trabajo físico, para convertir el trabajo en la primera necesidad vital del hombre, para que todos los ciudadanos participen activamente en la administración del país, para mejorar el descanso de los trabajadores. "A medida que disminuye el tiempo de trabajo en la producción material -se dice en el Programa del P.C.U.S.- se amplían las posibilidades para que se desarrollen las aptitudes y dotes, las facultades y el talento en la esfera de la producción, de la ciencia, de la técnica, de la literatura y del arte. El descanso se dedicará cada vez más a la actividad social, a la vida cultural, al desarrollo intelectual y físico, a la creación científico-técnica y artística". La gradual reducción de la jornada de trabajo y el aumento del tiempo libre de los trabajadores constituyen una de las condiciones más importantes para el tránsito al comunismo, a la sociedad en que "la medida de la riqueza no será ya el tiempo de trabajo, sino el tiempo libre'' (C. Marx).

TRABAJO COMUNISTA: trabajo de productores libres y conscientes, científicamente organizado, provisto de los medios técnicos más perfectos y que arroja la más elevada productividad; es el trabajo como primera necesidad vital del hombre. "El trabajo comunista - escribió Lenin-, en el sentido más riguroso y estricto de la palabra, es el trabajo gratuito en beneficio de la sociedad... es el trabajo voluntario, el trabajo al margen de toda norma, el trabajo aportado sin miras de remuneración... trabajo realizado por el hábito de laborar para el bien común y por una actitud consciente (convertida en hábito) ante la necesidad de trabajar para el bien común; es el trabajo como necesidad de un organismo sano". Únicamente en el trabajo se revelan las aptitudes y el talento de las personas, únicamente a través de un trabajo en alto grado productivo, que haga más fácil la vida y la actividad del hombre, avanza el camino hacia la abundancia y el desarrollo integral del individuo. Con el paso al comunismo, toda persona en condiciones de trabajar participará conscientemente, sin pensar en retribución alguna en el trabajo social y contribuirá al crecimiento constante de los bienes materiales y espirituales de la sociedad. Pasar al trabajo comunista presupone resolver varias problemas esenciales, entre los que figuran: en primer término, superar las diferencias económico-sociales en el carácter del trabajo de los trabajadores de la ciudad y del campo; en segundo término, asegurar el progreso cultural y técnico en la esfera del trabajo; en tercer término, modificar radicalmente la actitud del hombre frente al trabajo, convertir el trabajo, poco a poco, en la primera necesidad vital de los hombres. Todo este proceso se cimienta en la creación planificada de la base material y técnica del comunismo. Sirve de fundamento material a la aproximación del trabajo físico y el intelectual, el progreso científico-técnico, que transforma el trabajo, lo llena de nuevo contenido. Mecanizar y automatizar la producción a

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un alto nivel exige de cada trabajador el conocimiento de las bases científicas de la técnica, de la tecnología y de la organización de la producción, saber aplicarlas para lograr, en ésta, el rendimiento y la maestría que requiere el paso al trabajo comunista. En una producción ampliamente mecanizada y automatizada, el papel del hombre se reduce a dirigir complejos mecanismos y aparatos, ajustarlos, elaborar los programas y regímenes de los procesos tecnológicos, perfeccionar la técnica y la organización de la producción. Ello hace posible y necesario que aparezca un nuevo tipo de trabajador en el que se armonicen el trabajo físico y el intelectual con predominio de las funciones de este último. Semejante trabajador, con una sólida preparación técnica como ingeniero o como agrónomo, será capaz de dirigir maquinaria compleja, podrá contribuir al perfeccionamiento de la misma, seguir especializándose en el sector de la actividad productiva que haya elegido, cultivar las ciencias, el arte y la literatura. En la Sociedad comunista donde las facultades de cada individuo podrán manifestarse con un máximo de utilidad para toda la sociedad, el trabajo de los hombres no constituirá sólo un medio de vida sino que se convertirá además, en la manifestación natural de las funciones de un organismo sano. Para el cumplimiento de este proceso histórico, resultan de gran trascendencia los estímulos morales del trabajo, la elevación de la conciencia comunista y de la disciplina laboral. La actitud nueva, comunista, frente al trabajo se engendra en la primera fase del comunismo: en el socialismo, y encuentra su reflejo en la emulación socialista de masas, en el movimiento por conquistar el título de obrero de choque y de brigada de trabajo comunista, en el amplio desarrollo del espíritu de inventiva y de la obra racionalizadora de los innovadores de la producción, etc. Se cumple la previsión científica de los clásicos del marxismo-leninismo en el sentido de que a medida que se transformen todas las facetas de la vida social "deberá organizarse la producción de tal modo que, por un lado, ningún individuo pueda desentenderse de su parte en el trabajo productivo, que es condición natural de la existencia humana, cargándola sobre otros y en la que, por otra parte, el trabajo productivo se convierta, de un medio de esclavización, en medio de emancipación del hombre que proporciona a cada individuo la posibilidad de desarrollar y ejercitar en todos los sentidos todas sus facultades tanto físicas como espirituales; y se transforme de una carga en un placer" (F. Engels).

ESTÍMULOS MATERIALES Y MORALES DEL TRABAJO EN EL SOCIALISMO: conjunto de factores económicos y —relacionados con ellos— ideológicos que aseguran la participación consciente y activa de los miembros aptos de la sociedad socialista en el trabajo social, en la elevación de la productividad del mismo. Bajo el socialismo, los trabajadores trabajan para si, para su sociedad; su interés colectivo y personal estriba en desarrollar por todos los medios la economía nacional, en incrementar constante y rápidamente la riqueza social del país con el fin de satisfacer las necesidades crecientes de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros. La conciencia de que cada individuo, bajo el socialismo, en vez de trabajar para los explotadores trabaja para sí, para el bien del pueblo, y construye la sociedad comunista sirve de poderoso estimulo moral para que los hombres participen activamente en el trabajo y se esfuercen por aumentar la productividad del mismo. Sin embargo, para la mayoría de los miembros de la sociedad socialista, el trabajo no se ha convertido aun en la primera necesidad vital sino que sigue constituyendo, ante todo, un medio de vida. La mera conciencia de que el trabajo en bien de todos es necesario, no basta para que todos los miembros de la sociedad participen de manera activa y sistemática en el trabajo orientado hacia el logro de la abundancia de artículos de consumo. De ahí que bajo el socialismo y durante el período de transición al comunismo, el estimulo principal del trabajo sea el interés material personal del individuo en los resultados de su labor. El interés material personal se estimula mediante la distribución de los bienes materiales y espirituales según la cantidad y calidad del trabajo invertida por cada trabajador, ante todo a través del sistema de salarios en las empresas e instituciones del Estado, y mediante la remuneración del trabajo realizado por los koljosianos en las cooperativas agrícolas. Constituyen un medio importante de estimulo material, el sistema de premios en la industria y el de la remuneración suplementaria del trabajo en la agricultura. El interés material personal es un poderoso factor que impulsa el desarrollo de la producción socialista. Sirve de estimulo para introducir técnicas de vanguardia, para

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lograr que las invenciones presenten un carácter masivo y que los trabajadores eleven su calificación técnica y profesional: contribuyó en gran manera a acelerar el proceso que lleva a la eliminación de las diferencias económico—sociales entre el trabajo intelectual y el trabajo físico. Lenin indicaba que toda rama importante de la economía nacional ha de organizarse teniendo en cuenta el interés personal de los trabajadores. Mejorando los resultados de su labor, el trabajador no sólo obtiene una mejor remuneración material, sino, además, una satisfacción moral, se convierte en un trabajador de vanguardia, obtiene un reconocimiento social de sus méritos de trabajo, se hace acreedor del respeto y la estima de todo el pueblo, sirve de ejemplo para los demás. Los principios leninistas acerca de la justa combinación de los estimulas materiales y morales del trabajo conservan su valor en el periodo de la amplia edificación del comunismo. “La acertada combinación de los estímulos materiales y morales del trabajo constituye una gran fuerza creadora en la lucha por el comunismo. A medida que se avance hacia el comunismo, aumentará cada vez mas la importancia de los estímulos morales del trabajo, del reconocimiento social de los resultados obtenidos, del sentido de responsabilidad de cada uno por la causa de todo el pueblo” (Programa del P.C.U.S.). A medida que se desarrollen las relaciones sociales comunistas y se forme el hombre nuevo, los estímulos morales del trabajo desempeñarán un papel cada vez mayor, hasta que, por fin, el trabajo se convertirá para todos en un hábito y en la primera necesidad de la vida.

LEY DE LA DISTRIBUCIÓN CON ARREGLO AL TRABAJO: ley económica objetiva del socialismo; expresa las relaciones de distribución de los bienes materiales para el consumo personal. Según esta ley, en la primera fase del comunismo dichos bienes se distribuyen entre los trabajadores en consonancia con la cantidad y la calidad del trabajo invertido por cada uno de ellos en la producción social. En la sociedad burguesa, cuya base económica radica en la propiedad privada capitalista sobre los medios de producción, los productos del trabajo se distribuyen de modo que el capitalista recibe un máximo de ganancias, y el obrero, el valor de su fuerza de trabajo (ver). En la sociedad socialista, donde los medios de producción pertenecen a los productores mismos, los bienes materiales se distribuyen en interés de los trabajadores con el fin de que alcancen éstos un mayor bienestar. Refiriéndose a la sociedad socialista, Engels escribió: "La distribución, en cuanto gobernada por razones puramente económicas, se regulará por el interés de la producción, y ésta se verá fomentada mayormente por un régimen de distribución que permita a todos los miembros de la sociedad desarrollar, mantener y ejercitar, en el mayor número posible de aspectos, sus capacidades''. Bajo el socialismo, este modo de distribución sólo puede ser la distribución con arreglo al trabajo, pues el nivel dado de las fuerzas productivas y el carácter mismo del trabajo, que no se ha convertido todavía en la primera necesidad vital del hombre, no permiten establecer la distribución a tenor de las necesidades. En estas condiciones, la distribución según las necesidades llevaría a abolir el estimulo para incrementar y perfeccionar la producción, a consumir las riquezas sociales y a destruir las fuerzas productivas. Tampoco es posible, en régimen socialista, establecer una distribución igualitaria de modo que el producto se reparta por partes iguales entre los trabajadores independientemente del grado en que participen en la producción social. La igualdad en el pago del trabajo es una rémora para perfeccionar y ampliar la producción, fomenta entre los trabajadores una actitud de indiferencia ante el trabajo, ante la economía social, a cuyo desarrollo causa, por ende, un sensible daño. El modo socialista de distribución, haciendo depender de la cantidad y la calidad del trabajo la magnitud de la remuneración, estimula a los trabajadores a elevar el nivel técnico de la producción, a mecanizarla y automatizarla, a introducir una tecnología y una organización del trabajo progresivas; crea el interés material de los trabajadores por elevar su preparación, su nivel cultural y técnico, contribuye a robustecer la disciplina de trabajo y tecnológica interesando personal y materialmente al trabajador en el desarrollo de la producción, la distribución con arreglo al trabajo permite combinar de manera justa los intereses personales y sociales de los trabajadores. El régimen socialista, a la par del interés material, crea asimismo poderosos estímulos morales para perfeccionar y aumentar la producción, despierta en los trabajadores el espíritu de emulación, y el espíritu creador. El interés material personal y los estímulos morales por el trabajo constituyen una enorme ventaja del socialismo frente

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al capitalismo. La ley de la distribución con arreglo al trabajo actúa tanto en el sector estatal de la economía del país como en el cooperativo-koljosiano. No obstante, las formas en que se manifiesta en uno y otro sector presentan peculiaridades propias, cosa que se explica por las diferencias entre las dos formas de propiedad socialista. Cuando la propiedad es estatal (de todo el pueblo), la ley de la distribución con arreglo al trabajo se aplica mediante el sistema de salarios. Cuando la propiedad es cooperativo - koljosiana, la ley indicada se aplica distribuyendo los ingresos por jornadas de trabajo ("trudodni'') o directamente según las tarifas en dinero vigentes en el koljós dado. Parte de los bienes materiales destinados al consumo no productivo (incluido el consumo personal) se distribuye, bajo el socialismo, independientemente (o casi independientemente) de las inversiones de trabajo de los miembros de la sociedad. Esta distribución se efectúa a través de los fondos sociales de consumo (ver). A medida que se avance hacia el comunismo, el peso específico de dichos fondos aumentará. En el comunismo completo, cuando las fuerzas productivas proporcionen la abundancia de bienes materiales y el trabajo se convierta en la primera necesidad vital de todos los hombres, la ley de la distribución con arreglo al trabajo perderá por completo su vigencia y la sociedad podrá llevar a la práctica el principio: "De cada uno, según su capacidad a cada uno, según sus necesidades".