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Cuadernos de Historia Moderna 155N: 0214-4018 1999, nY 23, monográfico V: 129-140 «El Vellón bueno». Notas sobre un auto sacramental de 1660 RAFAEL VALLADARES Centro de Estudios Históricos, CSIC RESUMEN Las alteraciones monetarias en la Edad Moderna desencadenaron importantes vendavales políticos que en ocasiones obligaron a los gobiernos a movilizarse pa- ra convencer a los vasallos de la bondad de tales medidas. Un caso de estos, aun- que poco conocido, tuvo lugar en Castilla en 1660, cuando la corona intentó legi- timar su política monetaria reflejándola en un auto sacramental donde los avatares de la Monarquía Hispánica se ligaban a los de la moneda castellana. Este artículo trata del modo en el que el simbolismo escénico propio de este género teatral pu- do contribuir a semejantes objetivos políticos durante la grave crisis económica y monetaria de mediados del XVII. Palabras clave: Política monetaria, vellón, auto sacramental, alegoría. ABSTRACT The monetary changes in the Early Modern broke out important political storms thai in some occasions obligated to the governments to mobilize for con- vincing its vassals of the goodness of such measures. An example of this, buí not well known, took place in Castile in 1660, when the crown tried to legitimate its monetary political reflecting it in an auto sacramental where the Spanish Monarchy up and downs were linking to the castilian money. This article try to clarify how this scenic performance helped to obtain this political objectives during the grave economical and monetary crisis of half XVII century. Rey words: Monetary political, vellón, auto sacramental, allegory. 129

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Cuadernos de Historia Moderna 155N: 0214-4018

1999,nY 23, monográficoV: 129-140

«El Vellón bueno».

Notassobreun auto sacramentalde 1660

RAFAEL VALLADARES

CentrodeEstudiosHistóricos,CSIC

RESUMEN

Las alteracionesmonetariasen la EdadModernadesencadenaronimportantesvendavalespolíticosqueen ocasionesobligarona los gobiernosamovilizarsepa-raconvencera los vasallosde la bondadde tales medidas.Un casode estos,aun-quepoco conocido,tuvo lugar en Castilla en 1660,cuandola coronaintentó legi-timar su política monetariareflejándolaen un autosacramentaldondelos avataresde la MonarquíaHispánicase ligabana los de la monedacastellana.Este artículotratadel modo en el queel simbolismo escénicopropio de estegéneroteatralpu-do contribuir a semejantesobjetivos políticosdurantelagrave crisis económicaymonetariademediadosdel XVII.

Palabrasclave: Política monetaria,vellón, autosacramental,alegoría.

ABSTRACT

The monetary changesin the Early Modern broke out important politicalstormsthai in someoccasionsobligatedto the governmentsto mobilize for con-vincing its vassalsof the goodnessof suchmeasures.An exampleof this, buí notwell known, took placein Castile in 1660, when thecrown tried to legitimate itsmonetarypolitical reflectingit in anautosacramentalwheretheSpanishMonarchy

up anddowns were linking to thecastilian money.This article try to clarify howthis scenicperformancehelpedto obtain this political objectivesduring thegraveeconomicaland monetarycrisis of half XVII century.

Reywords:Monetarypolitical, vellón, autosacramental,allegory.

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El conceptogriegodeproporciónha moldeadola culturaoccidentaleninfinidad de aspectos.Comoprincipio reguladorde la necesariaarmonía,su presenciainformó el pensamientopolítico y económicoeuropeossin

apenasdiscusiónduranteel Medievo y la Alta Modernidad.La moneda,por ejemplo, comoinstrumentoy símbolode la autoridadsuprema,debíasometersetambiéna estanorma, en el sentidode respetarun mínimo deequilibrio y noblezaen su composicióncapacesde facilitar un pagojustopor cadamercancía.El oro, la plata y el cobrese convirtieronen el senti-do comúndel universomonetarioantiguo y modernoy, naturalmente,deun orden mercantilsin fronteraspero autoregulado.Atentar contraestemodelo no eraimposible,pero atreversea ello implicabapagarun preciocuyasconsecuenciassuperaban,conmucho, las meramenteeconómicas.

En consecuencia,las alteracionesmonetariasde la EdadModernade-sataronvendavalespolíticos de tal calibre que,en ocasiones,obligaron alos gobiernosa movilizarseparaconvencera los vasallosde la bondaddetales medidas.Un casodeestos,aunquepococonocido,tuvolugaren Cas-tilla en 1660,cuandola coronaintentólegitimarsupolítica monetariare-flejándolaen un autosacramentaldondelos avataresde la MonarquíaHis-pánicase ligabana los de la monedacastellana.Hastaquépunto fue así,y en quémodoel simbolismoescénicopropio de estegéneropudocontri-buir a los objetivosfijados, es de lo quetratan las páginasquesiguen.

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Las últimascortesdel reinadode Felipe IV se inauguraronen Madridel 6 de septiembrede 16601.La coyunturaresultabalo bastantecríticaco-mo paraimaginarquéfrutosesperabaobtenerel monarcade aquellareu-nión. Detodoslos frentesdela Monarquía,el único quepermanecíaabier-to era el de Portugal, donde una conjura nobiliaria en 1640 habíaentronizadoa un nuevorey queaspirabaa ver reconocidala secesión.Loscompromisosbélicosde Madrid habíanimpedido hastala fechavolver lasarmascontraLisboa, peroel momentohabíallegado.El problemaconsis-

1 Al respecto,F. Lorenzanadela Puente,«Políticay haciendaen 1660-64.Lasúlti-mascortesdeCastilla»,Política y hacienda en el Antiguo Régimen, JI. ForteaPérezy CM.CremadesGriñán eds.(Murcia, 1993), Pp. 343-358.Dado el carácterde notas conferido aestetrabajo,la bibliografíacitadase liniita a lo imprescindible.

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tía en la falta demedios,pueslahaciendareal se hallabaexhaustatrasva-riasdécadasde guerra.Lascortesde Castilla,no obstante,siemprehabíanfacilitado mediosparaasistira surey, si bienen 1660 el cansanciodel rei-no superabalo habitual.Estosuponíaquelanegociaciónentrela coronaylos procuradoresparaestablecerel incrementofiscal queesperabala pri-meraobligaríaa contentar,de algúnmodo,de forma extraa los segundos.El mecanismode este diálogo descansabaen la aceptaciónde masim-puestospor partede la asambleaacambiode la concesiónde mercedesalos procuradoresy, sobretodo, de mayor libertaden la gestiónde lapolí-tica y patrimoniomunicipales.

Perolas cortesde 1660 ofrecíanunapeculiaridad:nunca,en lo queibade siglo, la coronahabíaestadotan necesitada,y de modo tan perentorio,pararecabarfondos.La oportunidadde lanzarlas tropassobrePortugalnoduraríademasiado,ya queFranciae Inglaterraestabandispuestasa asís-tirIo paraevitar la reunificaciónpeninsular.Estasituacióndabaalasa lascortestanto comorecortabalas deFelipeIV. Ademásdeesteproblemage-neral,existíaotro de carácterparticular: la degradaciónde la monedadevellón. Estamoneda,quehastaprincipios del siglo XVII estabacompues-ta por unaaleaciónde cobrey unapequeñacantidadde plata, era la másutilizadapor la poblaciónen las transaccionescotidianas.Pero,a diferen-cia de lo ocurridocon el real de platacastellano, respetuosamenteinalte-

rado, el gobiernode Felipe III decidió en 1609 emitir vellón con menosplata o, simplemente,sin ella. De estemodo, la coronaingresabaen el te-sorola partequele correspondíapor los gastosde acuñaciónmásunacan-tidad adicional, derechoqueestabareconocidopor la ley (la llamadare-galia de lamoneda).Perolas consecuenciasse mostrabancontundentes:elvalor nominal de la nuevamonedano se correspondíacon su valor real,quetodossabíanmenor.Por tanto,la inflación se disparaba—hacíafaltamásdineroparapagarel mismo producto—mientrasla monedade platase revalorizaba.Lo sucedidoen 1609resultóunjuego en comparaciónconlo quellegó después.Desde1640 sobretodo, las necesidadesde lacoronallevaron no ya a emitir vellón, sino a resellarloparaaumentarsu valor oreducirlo.Estemecanismo,tan nocivoparala estabilidadeconómica,per-mitía al gobiernodisponerde fondosinmediatossin aumentarlos impues-tos. Sin embargo,la inflación generadaactuabade hechocomoun pesadotributo que, por lo demás,recaíasobrelos másnecesitados.Ningunaole-ada de protestasdesencadenadapor cadaalteraciónmonetariadisuadióaFelipeIV de usarestemedio.

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Evidentemente,lo quehabíadetrásde esteproblema,aparentementehacendístico,eraunacuestiónpolítica: la aspiraciónde lacoronaa impo-ner suautoridad.Ya en 1609,cuandotuvo lugarlaprimeraacuñaciónma-siva de cobre, lo que en verdadescandalizóal jesuitaJuan de Marianacuandodenuncióel hechono fue sólo ni principalmenteelperjuicio eco-nómico causadoal reino, sino el abusode poder que suponíaque el reyprostituyerala regalíade la monedaen favor suyoy sin la aprobacióndelas cortes.El monarcapodíaadministrarlos bienesde sus vasallos,perono apropiárselos2.Por supuesto,la coronase defendiósiempreconel ar-gumentode lanecessiz’asrei publicaequelo justificabatodo (o casi),y deestamanerase llegó a 1660 con unamonedatan degradadacomola cre-dibilidad regia,ya que,pesea quela renovacióndel impuestode los Mi-llones en los añosanterioreshabíaobligadoa la coronaa garantizarqueno volvería a manipularel cobre, lo cierto es quela querenciarealhaciael vellón superabacualquierescrúpulopor la palabradada.

Pruebade ello fue lapropuestagubernamentalde agostode 1660 deacuñarcinco millonesde ducadosen vellón. La oposiciónde las cortes,enseptiembre,alcanzótal magnitudqueFelipeIV rectificó. El caosmoneta-río, por un lado, y la urgenciade financiar la reconquistalusa, por otro,empujaronal gobiernoa intentar unasolución de compromisoentre susnecesidadesy las del reino. Y así,en octubrede 1660 FelipeIV dispusolaacuñaciónde unanuevamonedade vellón que,estavez, llevaríaunamí-nima —y en verdadquelo era—cantidadde plata. Despuésse procederíaa destruirel vellón malo, que se calculó en unossiete millonesde duca-dos. Pero paraprocederaestareformase precisabala aprobaciónpor lascortesde un impuestopor valor de un millón de ducadosen plata, canti-dadqueseutilizaría paralabrarel vellón buenoy consumir—estoes,eli-minar— el malo. La asambleacastellanaaprobóla medida el 11 de no-víembrede l660~.

No interesaahoradetenerseen la rocambolescahistoriaqueprotago-nizó estamoneda.Basterecordarqueresultótan sencillade falsificar que,

2 VéaseJuande Mariana, Tratado y discurso sobre la moneda de vellón que al pre-

sente se labra en Castilla y de algunos desórdenes y abusos, L. Beltrán ed. (Madrid, 1987)[Colonia, 1609], enespecialPp. 31-33y 39-41. Seríadeseablellevar acabounaedicióncrí-ticade estaobra.

3 A. DomínguezOrtiz, Política y hacienda de Felipe IV (Madrid, 1983) [1960], Pp.257-259.

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en octubrede 1661.seordenósuretiradaparaprocederaunanuevaacu-ñación por métodosmásseguros,lo quetuvo lugar a fines de aquelaño.Porlo demás, la inflación quedesatóestevellón buenono desmerecióenabsolutode laocasionadapor suspredecesoresmalos. Peroen lo queaho-ra debemosreparares en el puntoexactode la negociaciónentrecoronayreino en septiembrede 1660,cuandolanegativade las cortesaqueel go-bierno labraramás vellón puro desembocó,un mesmástarde,en la pro-puestade acuñarcobreconplata.Puesésta,quetan necesariaresultabapa-ra estabilizar la monedabaja en Castilla, sólo podía obtenersede losvasallosprevio consentimientode los procuradores.

II

Entre los fondosmanuscritosde la RealAcademiaEspañolaexisteuncódicecon variosautos sacramentalesde Calderónde la Barca. Uno deelloscomienzabajoel título de «Auto SacramentalAlegórico El consumodel vellón» y, aunqueactoseguidose añade«dedon PedroCalderón»,elcuidadoso Catálogo de manuscritosde la Academiano sólo adviertedequepermaneceinédito, sino de queexistendudassobrela autoríacalde-roniana4.Menosdificultadeshay, sin embargo,paradatarla obra. En suúltimo folio puedeleerse:«Fin del Auto de la nuevamoneday JuntadeCortesdel año de 1660,o consumodel vellón»5.

Sin entraren disquisicionessobrela pertenenciade esteautoal corpuscalderoniano—asuntoquesuperami capacidad—,el interéshistórico dela obradesbordacualquierprevisión inicial. No sólo por lo queya sabe-mos sobreel contextopolíticode 1660en relaciónconlamoneda,sino porel discursoqueel autoelaborasobreel modode superarel desafíoplante-adopor la crisis de la Monarquía.A partir de un hechoconcreto—la ne-cesidadde sustituirel vellón malo por otro bueno,siempreconel concur-so de las cortes—, se sucedenen el autoparlamentosde hondo caladoideológico,algonatural,en principio, tratándosedel géneroquesabemos.Peroen El consumodel vellón la alianzaentreideologíapolíticay propa-gandase revelatan inmediatay tangiblequeresultapertinenteintentaruna

4 Catálogo de manuscritos de la Real Academia Española (Madrid, 1991), p. 176.5 Real AcademiaEspañola(RAE), Ms. 192, fols. 41-59.

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descodificaciónde la obraen clavede conflicto dentrode la propiaCasti-lía, y no entrela Monarquíay susenemigosexteriores,comosolíaocurriren otros autos.PuesEl consumodel vellón supuso,entreotrascosas,unaoportunidadparaqueFelipeIV y susvasallos,ficticiamenterepresentadospor los procuradoresde cortes,hicieranexamende concienciasobreunreinadoquehabíaduradoya cuarentaaños,y del quecadaunade taspar-tes ofrecía unaversiónno siemprecoincidente.En estesentido,la piezaquecomentamosposeeunasingularidadqueningúnhistoriadorsensiblealdramadejaríapasarinadvertida.

Los personajesdel auto resultanfamiliares: la Religión (identificadacon la MonarquíaCatólica), el Mundo rey (Felipe IV), la Culpa, la Sina-goga, la Traición, DionisioAeropagita(el idólatrapaganoqueacabaráporaceptarla revelación),y el pastorJusto,gracioso,comotodos,lleno de in-

genio y juicio. Entre ellosdisertaránsobrela necesidadde salvarla Reli-

gión. en peligro por la Culpaintroducidaen el Mundo. La Sinagogay la

Traición lucharándisimuladamenteparaevitar queel mal vellón, causadela ruinaquepadeceel Mundo, seasustituidopor otro bueno,quedesdeelinicio de la obra quedaasimiladoal Cordero de Dios (Cristo, vellocino

blanco —color de la plata—, redentorde los pecadosdel hombre).Estejuego de palabraspermitesacralizarun tematan terrenalcomoel de lare-forma monetariapretendidapor lacorona.Paraejecutarla,el Mundo con-vocaunas cortesintegradaspor los personajesdel auto, no por los repre-sentantesde las ciudades.Tal licencia permite tratar del espinosoasuntode las relacionescorona-reinosin introducir en la obraa esteúltimo per-sonaje que, no obstante,permaneceen mentede todos.Así, la asambleacastellanase erige en un vector dramáticoinvisible queactúaen la som-bra,desdeel momentoenquelos discursosde los agentesrealestienenco-mo destinatariosa unosprocuradoresartificialmenteausentes.

Desdeel comienzo,el consumodel vellón malo apareceunido a otranecesidad:el desempeñode la haciendaregia. Eraésta unavieja aspira-cióndelas cortesdesdeelsigloXVI, cuandola política delos Austriasha-bíaconvertido lasrentasrealesen fondossiempreescasos.Se suponíaquesi lacoronalograbaajustarsea gastarúnicamentelo queingresaba,no pre-cisaríani de elevarlos tributos ni dealterar la moneda.La relación,pues.entregastos,ingresosy reformamonetariano obedecíaal absurdo.De he-cho,quien se ocupabade plantearlaal arrancarel auto es la Religión,se-cundadade inmediatopor el Mundo, pero sin dejarde señalarqueel éxi-to de tan valiente iniciativa dependeráconjuntamentede éstey de las

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cortes.Sólo así la buenamonedade cobrey plata—o «monedade ley»—podrádesbancara la falsa—o «herejía»—,paraalumbrarla redencióndelos padecimientos.

Naturalmente,la Sinagogay la Traición no van a permitirlo. La pri-meraofrecesudineroparadesempeñodel Mundo, perolavozde Justoad-vierte de queestagenerosidadcalculadano contribuiríasino a agravarelproblema.La soluciónradicaen labrarnuevamonedadecobrey plataconlos impuestosquevotenlas cortes.«Y así,Religión sagrada,1 si quieresa-lir del empeño¡ se ha de valermi Monarca/de la monedaquehoy sale,/queno aprovechani vale /ía queestásiempreen el arca»—enalusiónalarcade la alianzaisraelita6. La críticaquesubyaceen estaspalabrasa losbanquerosde origenportuguésy judeoconverso,presentesen Madrid so-

bre todo gracias a Felipe IV, pareceobvia. En 1660, el maquinal recursoal créditode estosparticularesno resultabaya aceptable,en la medidaenquesólo serviríaparaengrosarla deudareal y, en consecuencia,paraexi-gir mástributosa los vasallos,único modo de devolverlos capitalesa susprestamistas.Habíaque rompereste impopular círculo vicioso. Debían,por tanto, serlos súbditosquienesdesempeñarana su rey medianteel pa-go deunacantidadde platacapazde alimentarla hacienday acuñarvellónligado.

Éste seráel punto medulardel discursopresentadopor el rey en laaperturade las cortes.El Mundo,pesaroso,reconoceante la asambleaha-ber sido el responsabledel Diluvio Universalsufrido —referenciaproba-ble a la crisis arrastradapor laMonarquíadesde1640.Peroestacatástro-fe, advertía,no debíainterpretarsecomo un castigoperenne,sino comounapruebatemporal enviadapor Dios, «sombra,amagoy susto/ de Jamuerteparacuando¡ volvieseel cetroa mi puño».Esaedadha llegado,yla primeraseñalde ello consistiráen el consumodel vellón malo y en laacuñaciónde una«monedacomercial,de menosbulto 1 del mismovellón,conque¡ puedatratar cadauno ¡ en cielo y tierra y pagar¡todassusdeu-dasal Mundo».En fin, «paraestoos llamo a mis cortes/ queconsistenendospuntos:1 el uno, que la lealtad¡ me ofrezcael vellón quebusco.1 Elotro, en que se consuma./ Pues,vasallos,todosjuntos¡ apuremosla ma-tena,¡ ajústensebienlos dubios,1 confiéranselos sucesos,¡ no se malicieel asunto,¡ córteseel brazosi importa1 a la saludqueosprocuro»7.

RAE, Ms. 192, fol. 44v.RAE, Ms. 192, fols. 47-47v.

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La Sinagogacomienzaporofrecer sudineroal Mundo,a fin de librar-le de «servidumbresduras»—la dependenciade lascortes.El paganoDio-nisio hacelo propioy la Traición animaal Mundoa aceptarunaofertaqueJustoy la Religiónterminanpor desbaratar,«puesningunade las dos / nies hombrejunto conDios/ ni es cobreunido conplata».La únicamonedaaceptableesel Vellón divino, queirrumpeenla escenasobreunatramoyay espresentadopor la Religión:

Mundo, aqueste es el vellóny moneda celestialcon que ha de pagar el hombretodas las culpas de Adán.

Primero que le consumasajuna bien tu caudaLque, aunque es la vida, en,tu vidatu misma muerte hallarás

8.

Cuandoel asuntopareceresuelto,«todoel país infernal 1 quierealbo-rotarmis cortes».Irrumpe la Culpa, harto conocidadel Mundo («Culpa,yo te conozco»),parareprocharlesudesgobierno.«¿Quéimportaráquedetuscortessalga¡ votadoel desempeñoqueprocura¡ en cortestu ambición,si no eresdueño¡ de la restauraciónde tanto empeño?».La acusaciónalrey dehaberincumplidosistemáticamentesuspromesasde desempeñarlahaciendarevistetal contundenciaque dejadesarmadoal Mundo.Humil-de, éstese plegaráa escucharun largo parlamentodondese examinaelmodo en que, libremente,él mismo propició la miseriaen que se halla.«Eranbienesde tu estado¡ la paz, la salud y dócil ¡ Salomónera en lasciencias¡tu entendimiento».Además,«tributabana tu estado1 río de le-chelos montes».Peroel Mundodio oídosa laCulpa, queintrodujo la am-bición de poseer«eternidades».Ahorasólo cabeesperarla ayudade Dios,sabedordequeel Mundoerróen los modos,no en lacausa.El «pagarátusdeudas,porque¡ suamor labrarámoneda¡ con que Dios paguey Dios co-bre>0.El vellón buenoque se acuñaráconsumirála Culpadel malo.

El impactode las aceradaspalabrasde la Culpa tiene su efecto: elMundo se disponea rectificar, pero, en un gestodel todo inhabitual,dejaen manosde las cortesla solución:

8 RAE, Ms. 192, fol. 49.

RAE, Ms. 192. fols. 5lv.~52.

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Toda mi soberaníaen mi pueblo sustituyo,sí es acierto, será SUyO,st es culpa, no sera tina.No soy rey como solía,vuestro d,ctámen impera,vasallos, que no quisierahacer de una culpa ¿¿oitpues para perder a Diossobra la culpa primera’

0.

¿Podíahaberseñalmás inequívocade la rectificaciónllevadaacabopor la coronaque la cesión de su autoridada las cortes?Sólo la ambi-gliedaddel texto permiteintroducir un mensajepolítico de tan hondoca-lado, ya que las cortes a las que se dirige el Mundo no son la asambleade Castilla. De nuevo,la Sinagogay la Religión se enzarzanen un deba-te teológicoqueacabarácon la victoria de la segundasobre la primera.Al fin y al cabo,las SagradasEscriturasdemostrabanlaobligación de losfieles de contribuir a Dios, directa o indirectamente,parael sostenimien-to de su causa,quees la del Mundo. Y tal acaecerá.La Sinagogay laTraición resultanengañadaspor la Culpa, queha logradoqueuna y otraatesorengrandescantidadesde vellón malo que pronto no tendrávaloralguno,«puessólo ha de valer, nadielo ignora,1 estamonedaquesela-bra ahora».Antes de desaparecer,la Culpa,redimida,entonasu cantodetriunfo:

Yo propia, yo del Mundo abrí las puertas,yo propia, yo infeliceel vellón fabriqué y lo deshice,

para que de él sucedala Divina monedaque desempeñe el Mundo, y le disponela Religión que ya se lo proponet1.

De forma aparatosa,surgendos tramoyasconlaReligión y el Corderode Dios, y sobreésteunahostiay un cáliz. Explica la Religión:

RAE, Ms. 192, fols. 53v.-54RAE, Ms. 192, fol, 58v.

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Con esta blanca monedaque ha fabricado el amor,te desempeña ofreciendola plata y el pan a Dios.

Comer puedes en la blancael más celestial favorporque es blanca y es manásin dejar de ser vellón’

2.

El Mundo se derrumbaentreel arrepentimientoy el gozo,paraexcla-mar: «Conlágrimasmis delitos/íosconfieso».La Culpa, ultrajadapor laconfesióndel Mundo, huye.Y la Religión, entonces,acogeal Mundo,yaredimido,en la Iglesia.El cánticofinal exaltalaunión de quienes,felices,confíanen tiemposmejoresquepermitanenterrarla pesadilladel vellónmalo:

Que en la nueva moneda de graciaque aguardan los hombrescon la cándida plata deshacen

los hierros del cobre13.

III

Con perspectivahistórica,hoy cabeafirmarqueEl consumodel vellónreflejabaconescasorealismola conflictiva situaciónde la monedade co-breen Castilla, asícomolas tensionespolíticasligadasa ella. Perode ahí,justamente,deriva el valor quepara nosotrosencierraeste auto. Cierta-mente,ignoramossu verdaderoautore inclusosi llegó a serrepresentado.Pero su existenciamisma,quetantosinterrogantesplantea,arrojaluz so-bre aspectosnadadesdeñablesdel diálogocorona/reinoen la Castilladelsiglo XVII.

El primero de ellos radicaen el interés de la coronapor trasmitir laidea de que la política ejecutadapor la dinastíaHabsburgo.basadaen elincumplimientode los acuerdosde cortes,iba a rectificarse.La propuestalanzadaa los procuradorescastellanosconsistíaen recomponerel pacto

~2 RAE, Ms. 192, fols. SSv.-59“ RAE, Ms. ¡92, fol. 59.

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constitucionalque, sobretodo respectode la moneday segúnla corrienteencarnadaen sudía por Mariana,habíasido quebradoen detrimentodelreino. No se olvide queel jesuitasufrió procesopor escribirsu tratado,yqueéste,por cierto,no pudo imprimirseen Españahastael siglo XIX. Pe-ro estareconciliaciónqueahoraofrecíala coronano podíaplantearsedemodo directoen laasamblea,lo quehabríadadounaimagende debilidadregiatal vez máspeligrosaqueel autoritarismomostradohastaentonces.Era, pues,bajoel ropajeteológicodeun autosacramentalcomomejorpo-día evidenciarseel supuestodeseode la coronade rectificar en sus des-manesmonetarios,a fin de recabarlacolaboraciónde las cortes.

Perodecimossupuestoporque,en realidad,el discursoregioabrigabapocode sincero.El objetivo último delareformadel vellón en 1660 no eraningunode los expuestostan primorosamenteen laobra: ni el desempeñode la haciendaregia, ni el restablecimientode una monedasana,ni lamuertede la inflación figurabancomoprioridadesen la agendade FelipeIV. Tampoco,obviamente,la asunciónde la Culpa por el Mundoresulta-ba cierta, sino unatácticamelosaparaaplacara los vasallos.Ello puedeargumentarsea partir del hecho de lo quesucedióen los años inmedia-tamenteposterioresa 1660.Dado que la meta indiscutiblede la coronaconsistióen la recuperaciónde Portugal,el vellón (malo) volvió a correr,la inflación se disparóy los impuestossubieron.También,porsupuesto,laSinagoga siguió prestandofondos. Lascortes, reunidasen Madrid hasta1664, clamaroncontraestasituación,pero el argumentode necesidades-grimido por la coronaabogóla protesia.

La inauditacesiónde soberaníareal a las cortesquefiguraen el autosu-poneotrocantode sirenalanzadoalos procuradores.No parececreíblequeFelipe IV hubieraestadodispuestoa dar semejantepaso:sureinadoconsti-

tuyó másbienun senderoen direcciónopuestaalde regalarautonomíaa lascortesde cualquierade susreinos.En realidad,tal concesiónbuscabaabrirbajo los piesde los patriciosde Castilla la trampade lacorresponsabilidadgubernativa.Aunqueéstafuerasólo aparente,ayudaríaa oxigenarla pojíti-ca reputacionistade la coronaque tanto malquistoaunabaentrela pobla-ción. Igualmente,el apartamientosimbólico de la SinagogarespectodelMundoofrecíaun significadocargadode cinismo paralos súbditosde unadinastíaque,desdeFelipeIII, habíahechotodo lo posiblepor atraera Ma-drid a los prestamistaslusosde origenjudeoconverso.

Pero las cortesno obrabanconmenordoblez.En realidad,sus quejascontra las empresasde la coronamirabanno a reducir el gastoregio, sino

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Rafael Valladares «El Vellón bueno». Notas sobre un auto sacramental de 1660

másbiena reorientarlohaciasus áreasde interés.Y el malestarpor el au-toritarismocrecientede los Austrias,del quela emisiónde mala monedasuponíasólo unaparte,no buscabainstaurarun pactismoconstitucionalfavorablea todoslos estamentosdel reino, sino principal y casi exclusi-vamentea los de los privilegiados,entre los que se hallabanlos próceresurbanosde Castilla.

Justamentea causade estemecanismode entendimiento,basadoen eldesacuerdoaparentemásquereal o, cuandomenos,en un mullido pactotácito de conveniencia,puedeimaginarsequecoronay reino llegaranacontemplarunidosy sin apenasinmutarseunaobracomoEl consumodelvellón. A fin de cuentas,el Mundo precisabalegitimar supolítica tantocomo las cortes,desdeel momentoen quelaCulpahabíatiznadoconsusalas a todoslos responsablesdel declive de Castilla —y de la Monar-quía—.Visto así,el lenguajecifrado de esteautoprobablementefue asu-mido sin másrubor queel estrictamentenecesariopor partede aquellosdos polos opuestosque, en virtud de una simbología tan solemne, seatraíanen vez de repelerse.La indigenciaéticade ambosobró el milagrode trenzarun código de imágenesy verbosque todos,sin excepción,de-bieronde reconocerpor verdaderoa causa,precisamente,de suostentosafalsedad.

Cuadernos de Historia Moderna999, nY 23, monográficoy: l29-140

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