El Secreto de Los Seres Luminosos

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EL SECRETO DE LOS SERES LUMINOSOS Según Don Juan, suspender el diálogo interno (detener nuestras ideas de cómo es el mundo y cómo somos nosotros) es la clave de la "brujería". Desde que nacimos nos han dicho que el mundo es una serie de ideas y nosotros, a su vez, en este descomunal esfuerzo de nuestra razón, hemos desarrollado una idea de nosotros mismos, que la alimentamos a cada momento, gastando la mayor parte de nuestra energía. Los seres humanos "realmente" no somos materiales (sólidos), estamos constituidos por átomos y los átomos ¡son cargas energéticas! Así pues, hablando científicamente, los hombres y el mundo estamos constituidos por cargas energéticas. La primera "brujería" del hombre común es hacer, de ese mundo de cargas energéticas, un mundo de objetos sólidos y esto se consigue a través de un gran esfuerzo que realiza la razón por medio de un inmenso gasto de energía. A esta magna obra le llamamos “ser razonable” y nos lleva casi 20 años. Cuando nacemos no tenemos el dominio de ese mundo de la razón y, a través del tiempo, con la ayuda de nuestros maestros, lo vamos logrando. A esta "primera brujería" los toltecas le llamaron “el primer anillo de poder". Sin embargo, los seres humanos, además de ser cargas de energía somos perceptores y, al mismo tiempo, generadores de energía, que eso es lo verdaderamente trascendente. Por lo mismo, los seres humanos somos seres luminosos, pedacitos de Sol que poseemos otro "anillo de poder" que nunca usamos. Ese otro anillo tiene que ver con lo que Don Juan llama "voluntad", y ese segundo anillo es usado por la Toltequidad para llegar a la "libertad total". Don Juan siempre tuvo engañado a Castaneda haciéndolo creer que lo más importante era el lado izquierdo (nagual, la "otra realidad"), pero es tan importante el lado derecho (tonal, mundo ordinario) como el lado izquierdo del conocimiento. Ambos son complementarios e insustituibles.

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EL SECRETO DE LOS SERES LUMINOSOS

Según Don Juan, suspender el diálogo interno (detener nuestras ideas de cómo es el mundo y cómo somos nosotros) es la clave de la "brujería".

Desde que nacimos nos han dicho que el mundo es una serie de ideas y nosotros, a su vez, en este descomunal esfuerzo de nuestra razón, hemos desarrollado una idea de nosotros mismos, que la alimentamos a cada momento, gastando la mayor parte de nuestra energía. Los seres humanos "realmente" no somos materiales (sólidos), estamos constituidos por átomos y los átomos ¡son cargas energéticas! Así pues, hablando científicamente, los hombres y el mundo estamos constituidos por cargas energéticas.

La primera "brujería" del hombre común es hacer, de ese mundo de cargas energéticas, un mundo de objetos sólidos y esto se consigue a través de un gran esfuerzo que realiza la razón por medio de un inmenso gasto de energía. A esta magna obra le llamamos “ser razonable” y nos lleva casi 20 años. Cuando nacemos no tenemos el dominio de ese mundo de la razón y, a través del tiempo, con la ayuda de nuestros maestros, lo vamos logrando.

A esta "primera brujería" los toltecas le llamaron “el primer anillo de poder". Sin embargo, los seres humanos, además de ser cargas de energía somos perceptores y, al mismo tiempo, generadores de energía, que eso es lo verdaderamente trascendente. Por lo mismo, los seres humanos somos seres luminosos, pedacitos de Sol que poseemos otro "anillo de poder" que nunca usamos. Ese otro anillo tiene que ver con lo que Don Juan llama "voluntad", y ese segundo anillo es usado por la Toltequidad para llegar a la "libertad total".

Don Juan siempre tuvo engañado a Castaneda haciéndolo creer que lo más importante era el lado izquierdo (nagual, la "otra realidad"), pero es tan importante el lado derecho (tonal, mundo ordinario) como el lado izquierdo del conocimiento. Ambos son complementarios e insustituibles. Aún el más impecable nagual necesita la base del tonal para poder actuar.

Uno de los riesgos más fáciles en que se puede caer, en el conocimiento de la Toltequidad, es suponer que el desafío se encuentra en "extraños mundos", en concepciones mesiánicas, en un mundo esotérico o en bosques o desiertos. Nada más equivocado que eso.

La Toltequidad o "brujería" plantea la impecabilidad de nuestros actos y sentimientos en el mundo real y cotidiano. No puede existir avance real en el camino del conocimiento si no se tiene dominio de sí mismo y del mundo cotidiano.

“Me tocó la cabeza y dijo que ése era el centro de "la razón” y "el habla". La punta de mi esternón era él centro de "el sentir". La zona debajo del ombligo era "la voluntad". "El soñar" estaba en el lado derecho, contra las costillas. "El ver" en el izquierdo...

—Digo que todos somos seres sin principio ni fin, luminosos y sin límites...

Somos perceptores. Nos damos cuenta; no somos objetos; no tenemos solidez. No tenemos límites. El mundo de los objetos y la solidez es una manera de hacer nuestro paso por la tierra más conveniente. Es sólo una descripción creada para ayudarnos. Nosotros, o mejor dicho nuestra razón, olvida que la

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descripción es solamente una descripción y así atrapamos la totalidad de nosotros mismos en un círculo vicioso del que rara vez salimos en vida...

"Nosotros, los seres luminosos, nacemos con dos anillos de poder, pero sólo usamos uno para crear el mundo. Ese anillo, que se engancha al muy poco tiempo que nacemos, es la razón, y su compañera es el habla. Entre las dos urden y mantienen el mundo.

"Así pues, en esencia, el mundo que tu razón quiere sostener es el mundo creado por una descripción y sus reglas dogmáticas e inviolables, que la razón aprende a aceptar y defender.

"El secreto de los seres luminosos es que tienen otro anillo de poder que nunca se usa, la voluntad. El truco del brujo es el mismo truco del hombre común. Ambos tienen una descripción: uno, el hombre común, la sostiene con su razón; el otro, el brujo, la sostiene con su voluntad. Ambas descripciones tienen sus regias y las reglas se perciben, pero la ventaja del brujo es que la voluntad abarca más que la razón"... C.C.

EL TONAL Y EL NAGUAL

Antes de entrar a este capítulo de libro deseamos comentar algunas cuestiones sobre los términos tonal y nagual. Ha sido nuestra intención encontrar conexiones entre los conceptos que Castaneda describe acerca del conocimiento que Don Juan llama "Toltequidad" y que dice son prácticas muy remotas de los "toltecas". Esto también lo dicen algunos textos académicos de Historia y Antropología.

Esta forma de conocimiento que no se podría llamar "filosofía" porque el conocimiento no es aprendido por la razón es, creemos, el hilo conductor o matriz "filosófico" cultural del Anáhuac. Pero es prudente señalar que las coincidencias entre este conocimiento y algunos estudios académicos es más rica en las tradiciones, costumbres, prácticas y oralidad de los pueblos indígenas que, sin procesos racionales, siguen muchas de las técnicas de la Toltequidad de manera natural, a través "de la costumbre", como lo han hecho durante cientos de años.

En la actualidad es inmensamente más difícil vivir como indígena, que vivir como pordiosero o subempleado en los cinturones de miseria de las ciudades. Esa fuerza interna que han demostrado los indígenas a lo largo de los últimos 500 años de opresión consideramos que ha sido posible, en gran parte, porque se ha alimentado del conocimiento "no racionalizado" que subyace en sus tradiciones y costumbres, en su cultura.

Este mismo conocimiento también se manifiesta, de una u otra forma, en la variedad de culturas populares que conforman el rostro actual de nuestro país. Los conceptos de tonal y nagual no son extraños para ningún mexicano. Existen muchas palabras del náhuatl que usamos cotidianamente en nuestro español urbano. Por ejemplo, Tonatiuh es el sol; Tonatzin es nuestra madre querida o la Virgen de Guadalupe. Alfredo López Austín, en su Cuerpo humano e ideología, las concepciones de los antiguos nahuas, en la página 223 dice: "... El sustantivo TONALLI, derivado del verbo TONA, "irradiar" ("hacer calor o sol", según Molina), tiene los siguientes significados principales: 1.irradiación; 2. calor solar; 3. estío; 4. día; 5. signo de día; 6. destino de la persona por el día en que se nace; 7. "el alma y espíritu" (Molina: Totonal); 8. cosa que está destinada o es propiedad de determinada persona (Molina: tetónal)."

Y en la página 418, López Austin, al hablar de las descripciones del nagualismo,

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retorna un texto de Fray Bernardino de Sahagún: "El nahual es el sabio, poseedor de discursos, dueño del depósito, sobrehumano, respetado, grave, serio, no burlado, no