El pequeño salvaje

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1 El pequeño salvaje. La privación de la socialización por abandono Francia. 1960. 85 min. B/N. Director: François Truffaut. Fotografía: Néstor Almendros Intérpretes:Jean-Pierre Cargol (Víctor), François Truffaut (Jean Itard), Françoise Seigner (señota Guerin), Paul Villé (Remy), Jean Dasté (Professor Pinel) Sinopsis: Basada en un hecho real relata la historia de un niño salvaje capturado en los bosques franceses y recluido en un instituto de investigación. De vivir como un animal libre pasa a convertirse en un ser rechazado, maltratado y visto como un fenómeno inhumano. Sólo el doctor Itard hará todo lo posible para hacer de él un ser civilizado llevándolo a su propia casa. Transcurrido un tiempo, el niño se encontrará perdido entre su deseo por recuperar su vida salvaje y su nueva etapa junto a su protector. CONTENIDO La verdadera historia del niño salvaje de L’Aveyron (Tomado de Network-Press.org y de otros) .............. 2 Los niños marginales .............................................................................................................................. 3 Jean Itard, el primer educador de niños inadaptados .............................................................................. 4 El salvaje de Aveyron: el caso víctor ........................................................................................................ 6 Introducción ....................................................................................................................................... 6 El encuentro del salvaje de Aveyron con el discurso científico de la época........................................... 6 Los presupuestos teóricos del empirismo............................................................................................ 7 Los términos de la polémica: Pinel versus Itard ................................................................................... 8 La pedagogía médica de Itard: apuesta y fracaso ................................................................................. 9 Para concluir..................................................................................................................................... 13 Bibliografía ....................................................................................................................................... 14

Transcript of El pequeño salvaje

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    El pequeo salvaje. La privacin de la socializacin por abandono

    Francia. 1960. 85 min. B/N.

    Director: Franois Truffaut.

    Fotografa: Nstor Almendros

    Intrpretes:Jean-Pierre Cargol (Vctor), Franois Truffaut (Jean Itard), Franoise Seigner (seota Guerin), Paul Vill (Remy), Jean Dast (Professor Pinel)

    Sinopsis: Basada en un hecho real relata la historia de un nio salvaje capturado en los bosques franceses y recluido en un instituto de investigacin. De vivir como un animal libre pasa a convertirse en un ser rechazado, maltratado y visto como un fenmeno inhumano. Slo el doctor Itard har todo lo posible para hacer de l un ser civilizado llevndolo a su propia casa. Transcurrido un tiempo, el nio se encontrar perdido entre su deseo por recuperar su vida salvaje y su nueva etapa junto a su protector.

    CONTENIDO

    La verdadera historia del nio salvaje de LAveyron (Tomado de Network-Press.org y de otros) .............. 2

    Los nios marginales .............................................................................................................................. 3

    Jean Itard, el primer educador de nios inadaptados .............................................................................. 4

    El salvaje de Aveyron: el caso vctor ........................................................................................................ 6

    Introduccin ....................................................................................................................................... 6

    El encuentro del salvaje de Aveyron con el discurso cientfico de la poca ........................................... 6

    Los presupuestos tericos del empirismo ............................................................................................ 7

    Los trminos de la polmica: Pinel versus Itard ................................................................................... 8

    La pedagoga mdica de Itard: apuesta y fracaso ................................................................................. 9

    Para concluir..................................................................................................................................... 13

    Bibliografa ....................................................................................................................................... 14

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    LA VERDADERA HISTORIA DEL NIO SALVAJE DE LAVEYRON (TOMADO DE

    NETWORK-PRESS.ORG Y DE OTROS)

    El 18 de Enero de 1800, un nio desnudo, con la cara y las manos llenas de cicatrices, apareci

    en las afueras de Saint-Sernin en la escasamente poblada provincia de Aveyron en la parte sur

    central de Francia. El chico, que slo meda 4 pies y medio de estatura (1.35 mts. aprox.) pero

    aparentaba tener 12 aos, haba sido visto varias veces durante los dos aos y medio

    anteriores, trepando los rboles, corriendo en cuatro pies, bebiendo en los arroyos y buscando

    afanosamente bellotas y races. Haba sido capturado dos veces, pero haba escapado.

    Entonces, en el inusualmente fro invierno de 1799-1800, comenz a aparecer en las granjas

    en busca de alimento.

    Cuando el muchacho de ojos oscuros lleg a Saint-Sernin, no habl ni respondi para hacerse

    entender, pero reaccionaba de inmediato ante el sonido de las ramas al quebrarse o ante el

    ladrido de los perros. Rechazaba los alimentos cocidos, prefera las patatas crudas que lanzaba

    al fuego y recuperaba rpidamente con sus manos desnudas, devorndolas cuando todava

    quemaban. Como un animal acostumbrado a vivir en la selva, el chico pareca insensible al fro

    y al calor extremos, y rasgaba la ropa que la gente trataba de ponerle. Pareca evidente que

    haba perdido a sus padres desde muy pequeo o lo haban abandonado, pero de esto haca

    tanto tiempo que era imposible saberlo. Durante un tiempo, el muchacho apareci como un

    fenmeno intelectual y social, cuando una nueva perspectiva cientfica estaba comenzando a

    remplazar la especulacin mstica.

    Los filsofos debatan sobre cuestiones como la naturaleza esencial de los seres humanos,

    preguntas que durante los dos siglos siguientes se convirtieron en fundamento del estudio del

    desarrollo del nio. Son innatas o adquiridas las cualidades, el comportamiento y las ideas

    que definen a los seres humanos? Cul es el efecto del contacto social durante los aos de

    formacin, y se puede superar su carencia? Un estudio cuidadosamente documentado de un

    nio que haba crecido en aislamiento podra proporcionar evidencia del impacto relativo de la

    naturaleza (las caractersticas innatas de un nio) y la crianza (educacin familiar, escolar

    y otros factores de influencia social).

    Despus de la observacin inicial, el muchacho, a quien se le llamo Vctor, fue enviado a una

    escuela para nios sordomudos en Pars. All, qued a cargo de Jean-Marc-Gaspard Itard, un

    mdico de 26 aos, interesado en la naciente ciencia de la medicina mental o psiquiatra. El

    muchacho era, escribi Itard, un nio desagradablemente sucio... que morda y rasguaba a

    quienes se le acercaban, que no demostraba ningn afecto por quienes lo cuidaban, y quien

    era, en sntesis, indiferente a todo lo atento a nada (Lane, 1976, p. 4)

    Algunos observadores concluyeron que era un idiota, incapaz de aprender. Empero, Itard

    crey que el desarrollo de Vctor se haba limitado por el aislamiento y que tan slo necesitaba

    que se le ensearan las destrezas que los nios en la sociedad civilizada normalmente

    adquiran a travs de la vida diaria. Itard llev a Vctor a su casa y durante los siguientes cinco

    aos, gradualmente lo domestic. Itard despert primero la habilidad de su propio pupilo

    para discriminar la experiencia a travs de un entrenamiento esmerado y paulatino a las

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    respuestas emocionales as como a la instruccin en moral, comportamiento social, lenguaje y

    pensamiento.

    Los mtodos que Itard utiliz, con base a los principios de imitacin, condicionamiento y

    modificacin del comportamiento, los cuales lo posicionaron a la vanguardia de su poca y lo

    llevaron a inventar muchos mecanismos de enseanza que an se utilizan. De hecho, Itard

    depur las tcnicas que haba usado con Vctor, convirtindose en un pionero de la educacin

    especial. El chico logr un progreso notorio: aprendi los nombres de muchos objetos y pudo

    leer y escribir frases simples, expresar deseos, seguir rdenes e intercambiar ideas. Demostr

    afecto, especialmente hacia el ama de casa de Itard, la seora Gurin, al igual que emociones

    de orgullo, vergenza, remordimiento y deseo de complacer

    Sin embargo, aparte de algunos sonidos voclicos y consonnticos, nunca aprendi a hablar,

    Adems, se mantena totalmente centrado en sus necesidades y deseos y, como lo admiti

    Itard en su informe final, nunca pareci perder su vivo anhelo por la libertad del campo

    abierto y su indiferencia a la mayora de los placeres de la vida social (Lane, 1976, p.160). Las

    atenciones y cuidados que se le dispensaron a partir de entonces mejoraron su estado fsico y

    su sociabilidad, pero los progresos fueron muy escasos, una vez superada la fase inicial. Por

    esta poca se present la pubertad sexual del muchacho, lo que cre problemas adicionales a

    su educador. Las esperanzas de Itard de ensearle a hablar y a comportarse de manera

    civilizada resultaron frustradas y en el segundo informe Itard se daba por vencido y

    manifestaba su preocupacin por el futuro del desgraciado joven.

    Cuando el estudio concluy, Vctor - que ya no fue capaz de valerse por s mismo, como lo

    haba hecho en la selva se fue a vivir con la seora Gurin que, adems de otros profesores

    asignados para continuar su educacin, reciba una remuneracin del Ministerio del Interior

    por cuidarlo, cerca de veinte aos ms, hasta su muerte en 1828 cuando tena alrededor de 40

    aos. Un informe elaborado por alguien que vio a Vctor hacia 1815 no reseaba ninguna

    mejora de su situacin.

    LOS NIOS MARGINALES

    Uno de los mayores desafos de la educacin en todos los tiempos es la educacin de nios en situacin de total o parcial marginalidad. Hoy da, en nuestros pases civilizados, siguen apareciendo nios que por su abandono, malos tratos, encarcelamiento o aislamiento, tienen todas las caractersticas de los nios salvajes, ya estudiados y clasificados por Linneo.

    El inters de expertos, pedagogos, mdicos y psiclogos de socializar a estos nios es un fenmeno comn en todo el mundo. Siempre atorment esta duda a los filsofos y otros profesionales interesados, despertando el inters desde el siglo XIX. Para que el hombre salvaje ya no provocara miedo y se convirtiera en un ser aceptable, fue necesaria la intervencin de la ficcin, la creacin de un hroe como Tarzn, capaz de conservar su humanidad mientras desarrollaba al mismo tiempo un cuerpo atltico y adquira sentidos aguzados de los animales.

    A partir de la pelcula El nio salvaje de Truffaut, como hizo tambin con La piel dura y Los 400 golpes, vamos a entrar en la problemtica educativa de los menores abandonados, de la

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    mano del cine, animando a investigar a partir del film sobre los fundamentos histricos de la pelcula, sus protagonistas, y sobre otras situaciones similares.

    Empleando tcnicas procedentes de campos de la ms variada ndole como la voz en off del documental o los cierres de iris del cine mudo, Truffaut plante con esta pelcula la sustitucin del Hombre Natural que defendan las tesis rousseaunianas por el Hombre Moral, forjado a partir de un largo proceso integrador y dotado de un sentido de la justicia incuestionable. Esta propuesta, plagada de signos y elaboradas claves, deja entrever algunos retazos de la biografa de su autor, marcada por una infancia difcil y su superacin a travs del cine.

    El mdico-pedagogo Jean Itard luch para insertar a Vctor de Aveyron en la sociedad francesa de comienzos del siglo XIX, consigui ser su mentor y acreditar ante el reconocido psiquiatra Pinel, que Vctor podra llegar a ser civilizado e independiente. Los escritos de Itard sobre el caso fueron utilizados por Truffaut para hacer el filmL'enfant sauvage. La figura de Vctor, en el filme de Truffaut, refleja exactamente la fascinacin que los salvajesejercen sobre los civilizados y plantea el debate sobre cmo educarlos.

    Ver en este sitio: El salvaje de Aveyron: el caso Vctor

    JEAN ITARD, EL PRIMER EDUCADOR DE NIOS INADAPTADOS

    Jean Marc Gaspard Itard naci el 24 de Abril de 1774 en Oraison, en el valle de la Durance. Fue

    mdico, cirujano y cirujano de la marina, lleg a Pars en 1796. Habiendo trabado

    conocimiento con el padre Sicard, director del Instituto imperial de sordomudos, Itard tuvo

    muy pronto consulta en el instituto, del que pas a ser jefe mdico en 1800. Fue ste el primer

    contacto de Itard con nios cuya educacin requiere medidas especiales. Itard descubri que

    estos nios sordomudos eran confinados en una especie de vida vegetativa y se interes

    particularmente por el tema. Como discpulo del filosofo Helvtius, a partir de libro De

    l'homme, Itard pensaba que la educacin lo poda todo.

    No slo se consagr el estudio del lado fisiolgico de la sordomudez (Itard es universalmente

    considerado como el fundador de la otorrinolaringologa), sino que se apasion por el

    problema pedaggico que plantea la educacin y la enseanza de sordomudos. Un

    acontecimiento imprevisto iba a hacer de l el primer educador de nios inadaptados, en la

    acepcin ms amplia de la palabra. Fue la llegada a Pars del nio salvaje de LAveyron, de once

    aos de edad. Varias veces avistado, varias veces capturado, penetr un da de invierno en una

    casa habitada, en donde fue detenido para ser luego transportado al hospicio de Rodez. Pero

    Vctor sigui siendo un salvaje, cerrado a toda solicitacin, y muy pronto la curiosidad pblica

    dej de fijarse en l. La ciencia le abandon a su vez cuando Pinel, el maestro de Jean Itard

    afirm que el nio salvaje deba ser internado en el hospicio de Bictre, junto a los aquejados

    de idiotismo.

    Itard no comparti esta opinin desfavorable, afirmando que no era posible determinar el

    grado de inteligencia y la naturaleza de las ideas de un adolescente que, privado desde su

    infancia de toda educacin, haba vivido completamente separado de los individuos de su

    especie.

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    Vctor no ingres en Victre. Convencidos por Itard, quien decidi espontneamente

    consagrarse a su educacin, admitieron a Vctor en el Instituto de sordomudos de Pars. Vctor

    pas varios aos de su vida cuidado y educado por Itard.

    Itard crea profundamente que Vctor se iba a convertir en un ser humano como otro

    cualquiera. Crea profundamente en la posibilidad de educar a Vctor, posea una actitud total

    de confianza de la educacin de otras personas a pesar de cualquier cosa. A los que dicen que

    un nio salvaje es un ser dbil, les digo: es posible hacer cualquier cosa, es el camino de una

    actitud esencial en cualquier educador, no resignarse a aceptar la fatalidad y decir que siempre

    hay algo por hacer por alguien.

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    EL SALVAJE DE AVEYRON: EL CASO VCTOR

    Mara Elena Dinouchi Amo, agua. Amo, mi amo...

    Leopoldo Lugones

    INTRODUCCIN

    El captulo Naturaleza y Cultura del libro Las estructuras elementales del parentesco nos

    introduce al desarrollo que interesa a Claude Lvi-Strauss llevar a cabo con el fin de aportar

    una respuesta satisfactoria al interrogante nodular "Dnde termina la naturaleza? Dnde

    comienza la cultura?" (Lvi-Strauss, 1981: 36). Para ello reflexiona crticamente sobre datos y

    observaciones que, desde distintos campos del saber, han intentado infructuosamente

    despejar el enigma. Adelantamos que su anlisis riguroso le permite afirmar que la

    universalidad de la regla de la prohibicin del incesto es el movimiento fundamental por el

    cual se cumple el pasaje de la naturaleza a la cultura. "Opera, y por s misma constituye el

    advenimiento de un nuevo orden (op. cit.: 59), concluye el autor.

    Uno de esos datos considerados en el desarrollo argumentativo es el estudio de los nios

    salvajes, cuyos encuentros azarosos -en el siglo XVIII y comienzos del XIX- despertaron l

    inters y la imaginacin de los cientficos quienes creyeron haberse topado con testimonios

    vivientes de un estado natural del hombre. En este sentido, la conclusin de Lvi-Strauss es

    taxativa: el caso de los nios salvajes no testimonia de ningn comportamiento natural de la

    especie humana porque tal comportamiento natural de la especie, al que el hombre aislado

    pudiera volver por regresin, es inexistente. Es ms, invita a ubicar en algn tipo de

    anormalidad la causa inicial del abandono y no su resultado. "Los nios salvajes, sean

    producto del azar o de la experimentacin, pueden ser monstruosidades culturales, pero

    nunca testigos fieles de un estado anterior (op.cit.: 38), afirma el autor.

    Por lo que en ella se despeja de una concepcin del hombre y de la naturaleza, tomaremos

    como referencia la experiencia del encuentro con el salvaje de Aveyron, nio de entre doce y

    trece aos, hallado en la campia francesa hacia 1800 y a quien su maestro llam por el

    nombre de Vctor. El nio presentaba un aspecto lamentable: sucio, feroz, impaciente, con el

    cuerpo cubierto de cicatrices; la mirada errante, indiferente e incapaz de prestar atencin a

    nada; privado del uso de la palabra slo emita sonidos guturales y uniformes; de movimientos

    espasmdicos y a menudo convulsos, morda y araaba a quienes se le acercaban y buscaba

    constantemente la forma de escapar. Quienes con gran expectativa haban credo encontrarse

    frente al hombre natural de Rousseau, contemplaban con repugnancia y aprensin la suciedad

    y el salvajismo del muchacho.

    EL ENCUENTRO DEL SALVAJE DE AVEYRON CON EL DISCURSO CIENTFICO DE LA

    POCA

    No era el salvaje de Aveyron el primer nio que fuera encontrado en tales circunstancias;

    hallazgos similares se haban producido ya desde el siglo XV. Lo novedoso del caso resida en

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    que no slo despertara la piedad de los aldeanos sino tambin -y he aqu su valor primordial-

    la curiosidad de los cientficos. Ya a lo largo del siglo XVIII, la ciencia afianzaba sus ideales de

    autonoma al pronunciar su ruptura con la religin y la filosofa; al proclamar la independencia

    de la investigacin cientfica y la secularizacin de la cultura.

    Cuando el azar arroja a Vctor, el discurso cientfico presto a leer las consecuencias de su

    encuentro ya tena dispuestos los trminos de la polmica que le daran acogida. Para las

    nacientes ciencias del hombre, el caso Vctor constituy una experiencia crucial apropiada para

    la convalidacin de una concepcin del hombre y de la naturaleza que no deba realizarse por

    fuera de la observacin positiva de los datos proporcionados por la experiencia. En

    concordancia con esta postura relativa a la ciencia, todo conocimiento resulta ser

    principalmente fctico y la ciencia se aplica a sumar y vincular hechos entre s enunciando

    proposiciones, que no consisten en la aprehensin de la esencia incognoscible de los seres sino

    en la enumeracin de la suma indefinida de sus propiedades, tal como aparecen a travs de la

    experiencia sensible. El nio salvaje o el idiota del Aveyron constituy un campo privilegiado

    de observacin, experimentacin y validacin de hiptesis.

    Cuando Louis-Franois Jauffret, secretario de la Socit des Observateurs de I'Homme solicita

    a las autoridades del Hospital de Rodez el envo del nio a Pars para su estudio, lo hace

    acompaado de la siguiente justificacin: "Sera muy importante para el progreso de los

    conocimientos humanos que un observador pleno de celo y de buena fe pudiera,

    apoderndose del muchacho y retrasando su proceso de civilizacin, controlar el conjunto de

    sus ideas adquiridas, estudiar el modo segn el que las expresa y ver si la condicin humana,

    abandonada a s misma, es contraria por completo al desarrollo de la inteligencia (Montanari,

    1978: 9).

    LOS PRESUPUESTOS TERICOS DEL EMPIRISMO

    Etienne Bonnot de Condillac (1714-1780) retom en Francia los principios del empirismo

    ingls, principios que fundamentan el origen del conocimiento en la experiencia sensible, a

    saber: crtica al innatismo cartesiano, sensacionismo, utilitarismo, fenomenismo. El empirismo

    sensacionista concibe al espritu en su inicio como una hoja en blanco a la que slo la

    experiencia perceptiva va a dar forma proveyndole la totalidad de su contenido. Su crtica a la

    concepcin que afirmaba la existencia de ideas innatas supone el esfuerzo por demostrar el

    origen perceptivo de las mismas. El espritu como tabla rasa de la concepcin sensacionista se

    materializa en las ideas de Condillac, quien imagina una estatua a la que dota sucesivamente

    de diferentes sentidos cuyo aporte de sensaciones se transforma y complejiza, a fin de

    demostrar mediante esta abstraccin que de tal manera se puede reconstruir el conjunto del

    funcionamiento mental del hombre. Para Condillac, todas las facultades mentales que

    componen la facultad de pensar, tanto las del entendimiento (comparacin, juicio, reflexin,

    razonamiento) como las de la voluntad (necesidad, deseo, querer) no son ms que sensaciones

    transformadas.

    Mdicos-filsofos, observadores del hombre, los Idelogos discpulos de Condillac, entre fines

    del siglo XVIII y comienzos del XIX, intentaban confirmar los principios fundamentales del

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    sensismo como teora de la formacin de las ideas pero criticaban, a su vez, lo que

    consideraban la ausencia de una base fisiolgica en las ideas de su maestro.

    En esta perspectiva, Pierre-Jean-George Cabanis (1757-1808) niega la existencia de toda

    sustancia pensante que no se confunda con la organizacin fsico-fisiolgica del hombre; la

    analoga que propone es elocuente: as como el estmago segrega jugos gstricos, el cerebro

    segrega el pensamiento a partir de las sensaciones que llegan a l. Al subrayar la unidad

    orgnica del ser humano, en el lugar de la tabla rasa abierta a las inscripciones perceptivas,

    Cabanis ubica todo el peso del organismo vivo y sus determinaciones somticas e instintivas.

    Le interesa por sobre todo poner de manifiesto la accin de lo fsico sobre lo moral: la edad, el

    sexo, el tipo fsico, el temperamento, las enfermedades, el clima, las bebidas, etc. influyen de

    manera esencial en el alma, la inteligencia o la voluntad. As por ejemplo, sostiene que los

    hombres robustos de cabello oscuro tienen una mayor predisposicin a los accesos de

    excitacin y que las mujeres rubias estn ms inclinadas a la melancola. El desarrollo del

    pensamiento depende en gran medida del cerebro en primer trmino pero tambin del

    conjunto de los rganos. Su concepcin de una maleabilidad total del psiquismo ante las

    impresiones externas tena como efecto el conceder una verdadera omnipotencia a la

    educacin.

    En el plan de reeducacin que Jean Itard (1774-1838) proyecta para el nio salvaje se

    encuentran claramente las huellas de esta conceptualizacin. El planteo de la mente como

    facultad no innata permitir concebir la educacin no slo de Vctor sino que dar lugar

    adems al surgimiento de una pedagoga cientfica. Si la estatua de Condillac viene al lugar de

    la tabla rasa de John Locke (1632-1704), Vctor se convertir en su objeto emprico; ser el

    soporte material de los presupuestos tericos de la Ideologa posibilitando de esta manera la

    validacin in vivo de la teora sensista y los lmites de su alcance prctico.

    Las preguntas formulables y a la espera de respuesta eran: Cmo se originan las ideas? Cul

    es su vnculo con las sensaciones? Cmo se adquiere el lenguaje? Cmo se desarrollan las

    facultades de la mente? Qu puede dificultar su crecimiento? Cules son las posibilidades

    que la ciencia -pedagoga o psiquiatra- tiene de incidir sobre las determinaciones naturales?

    Cul es la influencia del medio y cul el papel de la sociedad?

    LOS TRMINOS DE LA POLMICA: PINEL VERSUS ITARD

    Podra ser Vctor la expresin del hombre natural no contaminado an por los hbitos de la

    vida social, con sus sentidos no despiertos frente a los estmulos del mundo exterior? El

    testimonio de un estado anterior del hombre, manifestacin de la primitiva constitucin del

    ser humano? Un ser de facultades disminuidas, un idiota acaso? O tal vez un sordomudo?

    Tales eran los interrogantes abiertos en la polmica que tuvo sus aristas ms representativas

    en las figuras de Philippe Pinel y de Itard. Pinel, idelogo, mdico-filsofo, amigo ntimo de

    Cabanis y Desttut de Tracy era director y promotor de reformas en los manicomios de Pars

    donde se desarrollaban nuevos mtodos para el tratamiento de la locura. Sus observaciones le

    permitieron hacer una clasificacin de las enfermedades mentales de las que ubica la causa en

    desequilibrios fsicos y fisiolgicos. Jean Itard era un joven mdico perteneciente a la escuela

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    de Sicard, especialista e innovador en materia de reeducacin de sordomudos y en cuya

    trayectoria se incluye tambin una vinculacin al hospicio para locos de Pinel.

    Pinel, ante quien el salvaje ha sido presentado, analiza por separado los sentidos del

    muchacho concluyendo que en varios y determinados aspectos, Vctor presenta rasgos

    comunes con los nios deficientes o idiotas. Al carecer de sentidos -levemente desarrollados- y

    privado del uso de la palabra carece de ideas y afectos y su universo se limita a las formas ms

    elementales. Vctor no es de ningn modo el prototipo del hombre natural sino un desecho de

    enfermedad fsica y mental. Acentuando la organicidad del vnculo entre lo fsico y lo moral,

    estableciendo la superioridad de lo fsico y lo fisiolgico como fundamento del desarrollo

    intelectual, Pinel descarta la educabilidad del salvaje: Vctor padece de idiotismo incurable, la

    reeducacin por tanto, no puede restaurarle facultades y sentidos lesionados y la reclusin en

    un hospicio es todo cuanto puede proponerse la sociedad.

    Contra el peso de la autoridad de Pinel, Itard sostendr que el salvaje es normal y que slo

    resta incorporarlo a la cultura pero como las condiciones de su vida han daado su desarrollo,

    necesita cuidados mdicos. De esta manera el proyecto de Itard, apoyado en su afirmacin de

    la primaca de lo social sobre lo natural, realiza una conjuncin de medicina y pedagoga. Cree

    haber tenido la suerte de toparse con la viva encarnacin de la estatua de Condillac. Considera

    adems que la sociedad, al atraerlo a su seno, ha contrado con el nio obligaciones

    ineludibles; deuda que debe ser saldada, la educacin del salvaje se impone como un deber

    social y moral.

    LA PEDAGOGA MDICA DE ITARD: APUESTA Y FRACASO

    Pasada la momentnea curiosidad, agotada la polmica, declarado imbcil e incurable, el

    salvaje de Aveyron es enviado al Instituto Nacional de Sordomudos dirigido por Sicard y

    confiado a los cuidados de Jean Itard quien se propondr la tarea de ser ese investigador que,

    "...reuniendo con cuidado la historia de un ser tan sorprendente, llegara a determinar qu es y

    deducira de lo que le falta la suma hasta ahora incalculable de los conocimientos y de las ideas

    que el hombre debe a la educacin: (Itard, 1978: 55).

    Durante cerca de diez aos Itard se dedic casi exclusivamente a las experiencias con el nio

    salvaje, cuyo registro qued fijado en las dos Memorias que redact y de las que relevaremos

    slo algunos puntos. Dispona de la teora de reeducacin de la disminucin fsica que

    practicara en la escuela de sordomudos y de los principios que le llegaban de Condillac y

    Cabanis; con ellos emprendi la difcil tarea de conducir al nio en el trnsito del salvajismo a

    la cultura. Lo interesante es comprobar hasta qu punto este saber con el que cuenta

    constituye un verdadero obstculo, no slo al reconocimiento de los probables progresos de

    Vctor sino fundamentalmente a la posibilidad de extraer de los fracasos que se suceden -tan

    especialmente en el plano del lenguaje- algn cuestionamiento de los principios mismos en

    que se sustenta. Itard cree en esos principios y los aplica a fe ciega y, en consecuencia, no

    tendr acceso a lo que el salvaje bien hubiera tenido para ensearle a l, tal como lo destaca

    Octave Mannoni (Mannoni, 1969).

    El plan mdico-pedaggico de reeducacin que elabora Itard consta, tal como lo describe en

    sus primeras Memorias, de cinco objetivos principales. Si bien el salvaje le es confiado como

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    mudo sucede que Vctor no es sordo y, por lo tanto, se impone la pregunta: por qu no

    habla? Itard reconoce que hay una diferencia radical entre un individuo sordo de nacimiento

    pero que ha vivido en una sociedad organizada por el lenguaje y otro no hablante por haber

    vivido siempre en el interior de la naturaleza muda o en la reunin de la soledad y el silencio.

    Por lo tanto, el primer objetivo del plan consiste en "Vincularlo a la vida social, hacindosela

    ms dulce que la que haba conocido, y, sobre todo, ms similar a la vida que haba

    abandonado (Itard, 1978: 62). El segundo objetivo es "Despertar la sensibilidad nerviosa

    mediante los estimulantes ms enrgicos y provocar, de vez en cuando, los afectos ms

    vivaces del espritu (op.cit.: 64). Contrariamente a la opinin de Pinel, Itard considera que an

    no puede comprobarse que Vctor padezca algn tipo de disminucin congnita o adquirida

    sino que su sensibilidad est precariamente desarrollada como consecuencia del estado de

    salvajismo, donde slo unas pocas facultades le fueron necesarias para asegurar su

    supervivencia. Ampliar su sensibilidad es la va que lo conducir al progreso del resto de sus

    facultades y a la adquisicin de las primeras ideas y afectos.

    El maestro ha observado que su alumno no llora; no hay ni llanto ni estornudo como reaccin

    al tabaco que le introduce en la cavidad exterior de la nariz. Si esto le demuestra la inexistencia

    de los lazos de simpata que unen el rgano del olfato a los de la respiracin, lo ponen sobre la

    pista fundamentalmente, de que la secrecin de lgrimas le est an menos relacionado con

    sentimientos tristes; "...a pesar de las innumerables contrariedades, a pesar del psimo

    tratamiento al que lo someti en los primeros meses el nuevo gnero de vida, nunca lo vi

    derramar lgrimas.: (op.cit.: 65).

    Adems, Vctor demuestra tener una salud de hierro que es entendida por su maestro como

    resultado de una escasa sensibilidad de los rganos sensoriales; el muchacho puede

    permanecer expuesto al viento fro y a la lluvia durante horas, puede tomar con los dedos un

    carbn encendido y volverlo a colocar sobre el fuego o comer una papa an hirviendo.

    Valindose de un preconcepto mdico que dice que la sensibilidad es directamente

    proporcional al grado de civilizacin, Itard har uso de los medios ms enrgicos con el

    propsito de civilizarlo. A fuerza de baos hirvientes -porque los habitantes de los pases

    c1idos son ms sensibles que los de los pases fros- logra tornado friolento; sensible al fro ya

    y para obligado a vestirse solo -adquirir nuevos hbitos- lo deja desnudo, cada maana, cerca

    de su ropa. Por cierto, no consigui el efecto provechoso que esperaba del calor y los baos

    hirvientes, por cuanto lo deseado hubiera sido que la prdida de fuerza muscular redundara en

    beneficio de la sensibilidad nerviosa. Finalmente lograr hacerle atrapar un violento resfriado y

    dos afecciones catarrales que sern interpretadas por Itard como prueba del acceso del salvaje

    a la civilizacin. Itard argumenta "...las enfermedades, tambin ellas, testimonios irrecusables

    y desagradables de la sensibilidad predominante en el hombre civilizado. (op.cit.: 68).

    Tampoco dejaron de presentarse otros hechos que sorprendieron al desprevenido Itard

    cuando al agregar a los baos, fricciones a lo largo de la columna vertebral, hall que no slo

    proporcionaban al muchacho momentos de alegra "... sino que -observa- parecieron

    extenderse tambin a los rganos genitales, amenazando con dar una direccin poco oportuna

    a los primeros movimientos de una pubertad ya demasiado precoz. (op.cit.: 66).

  • 11

    La conviccin que anima a Itard -y es la de su poca- es la de que an los medios ms violentos

    son benficos; si consigue encolerizarlo o hacerlo llorar esto es buen sntoma y mejor

    pronstico. Ofrecerle y privarle, darle y frustrarle pedaggicamente; el placer es una

    recompensa y el dolor un castigo; el objetivo, actuar sobre los afectos del nimo disponiendo

    la sensibilidad al desarrollo de nuevas funciones. As, cuando en medio de un acceso de rabia,

    Vctor arroja por el suelo unos cartones con los que su maestro pretenda ensearle el

    alfabeto, sin dudar del efecto instructivo del castigo, Itard lo toma con fuerza y lo expone fuera

    de la ventana con la cabeza dirigida hacia el fondo del precipicio. Consigue de esta forma que

    el alumno coloque todo en su lugar y luego llore abundantemente, juzgando el maestro que si

    el xito no fue completo al menos fue suficiente. Itard se felicita por los progresos que

    obtiene, no existen para l problemas irresolubles, pero por otra parte, su autocrtica es nula.

    Sin embargo -y en honor a su honestidad cientfica- debemos destacar que Itard refiere que si

    slo hubiera querido exponer los resultados positivos de su programa mdico-pedaggico no

    hubiera avanzado en la comunicacin de sus Memorias hasta lo relativo al cuarto objetivo:

    "Inducirlo al uso de la palabra, determinando el ejercicio de la imitacin a travs de la

    imperiosa ley de la necesidad. (op.cit.: 73).

    Los medios que instrument para llevado a la prctica y el escaso xito obtenido nos darn la

    pauta de la insuficiencia -o mejor an del peso- de sus preconceptos en lo que hace al

    abordaje del lenguaje y de la palabra. En otros trminos, muy lejos de que la experiencia

    pueda dar lugar a una teora del lenguaje, hay una teora previa de! lenguaje que se pone a

    prueba en los experimentos diseados stos a su vez, en funcin de los principios de esa

    teora. Vctor no slo hubiera aprendido un lenguaje sino fundamentalmente una teora del

    lenguaje, la de Itard. Puntualicemos las notas ms sobresalientes de esta concepcin, legibles

    en el enunciado mismo del citado objetivo:

    El lenguaje es, de manera esencial, un medio de comunicacin. Destinado ante todo a expresar

    las necesidades, la funcin del lenguaje es instrumental. Las palabras son los signos de las

    cosas, a modo de etiquetas que los objetos llevan pegadas sobre s. Nombrando los objetos de

    la realidad, la lengua es una nomenclatura. El ser humano es exterior al lenguaje y se sirve de

    l como de una herramienta, a travs de la imitacin de aquel que sabe.

    En consecuencia, los mtodos de adiestramiento del lenguaje diseados por Itard son

    solidarios de la teora del lenguaje de que dispone, y es esta misma teora la que har

    obstculo al reconocimiento del autntico sentido de lo que al alumno le acontece. No

    sabemos si Vctor hubiese podido alcanzar la palabra y ello, no tanto por incompetencia

    mdica de su maestro, sino porque a ste le falta una teora del lenguaje ms ajustada que la

    de su poca. De todos modos, las Memorias de Itard refieren en este punto uno de los

    momentos ms dramticos del encuentro imposible entre maestro y discpulo.

    Un modo de activar la laringe -necesaria para el aprendizaje de la voz, segn entiende el

    maestro- por el apremio de la necesidad consista en acercarle un vaso lleno de agua gritando

    agua (en francs, eau) cuando el nio estaba sediento o en hacer circular el vaso con otra

    persona con la que se pronunciaba la misma palabra en cada intercambio. Pero todo fue en

    vano, "...el infeliz se atormentaba, agitaba los brazos alrededor del vaso de manera casi

    convulsa, emita una especie de chiflido, pero no articulaba ningn sonido. Hubiera sido

  • 12

    inhumano insistir. Por lo tanto, informa cambi de objeto pero mantuve el mismo mtodo.

    "(op.cit:78). Ser el turno de la palabra leche (en francs, lait) de la que Itard espera su

    emergencia, cuando por la privacin del objeto leche, sirva de expresin a la necesidad. Sin

    embargo, Vctor sabe dar a entender, an sin palabras, que l quiere ese objeto del que se lo

    frustra, dado lo cual Itard bien podra haber concluido que si la comunicacin es posible sin el

    lenguaje es porque comunicar es slo una dimensin del lenguaje y no precisamente, la

    esencial. El maestro terminar por ceder y le acercar el objeto apetecido. Y es entonces

    cuando Vctor, contrariamente a lo previsto, pronuncia la palabra leche y la repite como

    jugando. Itard concluye que el nio hace un uso defectuoso del lenguaje, todo hubiera sido

    perfecto de haberla dicho antes de que le fuera concedida, as el objetivo se hubiera cumplido;

    de este modo se ha convertido en una vana exclamacin de alegra en lugar de ser el signo de

    una necesidad.

    "Vctor -plantea Itard- hubiera captado finalmente el significado verdadero de la palabra; se

    hubiera establecido entre nosotros un medio de comunicacin y a este primer xito le

    hubieran seguido una serie de rpidos progresos. En lugar de todo esto, slo haba obtenido

    una expresin, insignificante para l e intil para ambos, del placer que senta. Los resultados

    sucesivos que obtuve en esta falsa direccin confirmaron lo que tema. La mayora de !as

    veces, la palabra 'lait' slo era pronunciada mientras gozaba de ella. Algunas veces la

    pronunciaba antes, otras veces un poco despus, pero siempre sin intencin... Tampoco le

    adjudico un valor mayor al hecho de que tenda a repetir espontneamente la palabra y

    todava lo hace, en el curso de la noche cuando suele despertarse. (op.cit.: 78-79) (el

    subrayado es nuestro).

    "Mientras gozaba de ella observa Itard, falto de otra teora del lenguaje y de otra concepcin

    de la infancia que le permitieran comprender que el nio, como todos los nios, gozaba no del

    alimento sino del juego con las palabras. Desengaado, considera un fracaso humillante sus

    esfuerzos de educacin en el habla y ve frustradas sus esperanzas de cumplir con el cuarto

    objetivo. Proseguir, por otros medios tambin inadecuados, la enseanza del lenguaje

    escrito.

    Ahora bien, sucede que paralelamente a las arduas horas de instruccin, acontecen otros

    hechos de suma importancia a los que Itard no presta inters alguno ya que se dan en tiempo

    de recreo y nieras. Mme. Gurin, la gobernanta que comparte con Vctor los momentos de

    juego y recreacin y que no tiene puesto en el nio ningn inters pedaggico, no es ajena a

    los pequeos pero significativos progresos que ste realiza pese a todo. Ocurre que el sonido

    lait ha constituido para Vctor la raz de otros dos monoslabos la y li a los que por

    supuesto Itard entiende, que el nio atribuye an menos sentido. Pero el monoslabo li ha

    sufrido una modificacin que consiste en el agregado de una segunda l pronunciada como el

    gli de la lengua italiana. "Se le escucha repetir con frecuencia lli, lli con una inflexin de voz

    no privada de dulzura. (op.cit.: 79), anota Itard, quien reconoce en ello el nombre propio

    Julie, nombre de la hija de Mme. Gurin, nia de once o doce aos que vena los domingos a

    pasar el da con su madre. Durante ese da las exclamaciones lli, lli se hacan ms frecuentes y

    las pronunciaba an dormido. Sin embargo, Itard concluye "...que no se puede determinar con

    exactitud la causa y el valor de este ltimo hecho. Debemos esperar que avance la pubertad

  • 13

    para que, con mayor nmero de observaciones podamos clasificarlo y tenerlo en cuenta.

    (op.cit.: 79).

    Su reflexin tiene el mismo alcance que las anteriores: sin el apremio de la necesidad sexual es

    irrelevante la aparicin del nombre propio de una nia; argumenta como si no supiera que los

    nios usan nombres propios antes de la pubertad. De todos modos, las preocupaciones del

    maestro relativas al habla cedern su lugar a la consideracin de las primeras manifestaciones

    de la pubertad en Vctor, manifestaciones que lo sumen en un estado de inquietud y

    turbacin. No sin turbarse, Itard espera con gran anhelo la emergencia de ese instinto natural

    pronto a desencadenarse y los fenmenos precursores de esa crisis moral. No ignora que

    dentro de su sistema, tambin la sexualidad podr ser integrada sin violencia a los dictmenes

    de la pedagoga y de la moral mdica. Dispone de un saber con el que suplir la ignorancia de la

    naturaleza, presto a entronizarse toda .vez que se anticipe un ser deseante. En su defecto,

    siempre quedar el recurso a la sangra.

    PARA CONCLUIR

    La ruptura con la Naturaleza y la irremediable prdida de lo natural; el quiebre con el orden

    biolgico, la anulacin de la particularidad de la necesidad y de las propiedades naturales del

    objeto son los efectos no contingentes que la captura por el lenguaje opera en el ser hablante.

    La prohibicin del incesto, universal como el lenguaje -y tambin como l, imperativa en su

    forma e inconsciente en su estructura- al imponer su reglamentacin, all donde la naturaleza

    abandona la alianza al azar, sella definitivamente el exilio del hombre del reino natural. En

    continuidad o en ruptura con la Naturaleza, las prcticas que se ubican bajo uno u otro

    trmino cargan sobre s -lo sepan o no- la impronta de esta opcin mayor.

    Ahora bien, si de las Memorias de Itard es posible extraer la enseanza del fracaso de su

    experiencia, por lo que sta debe a su adhesin en forma arbitraria y acrtica a una doctrina, y

    cuando ya las teoras en que se apoyaba han perdido su inters, no es menos cierto que sus

    mtodos continan impregnando las actuales prcticas reeducativas, pedaggicas y

    psicolgicas. La nocin de desarrollo, los clculos de cociente intelectual, los mtodos ms o

    menos velados de premio y castigo, la frustracin o la estimulacin con miras pedaggicas no

    slo han contaminado la educacin misma sino que adems se reactualizan constantemente

    en funcin del contacto con otros contextos discursivos.

    Memorias como las de Itard se escriben a diario en los protocolos de tests, los informes

    escolares y las evaluaciones psicofsicas. No sin olvidar, por otra parte, cuntas veces el furor

    educandis paga generosamente su deuda con la tradicin de los domadores de animales. (En

    este sentido, el cuento Yzur de Leopoldo Lugones -cuya lectura es por dems recomendable-

    constituye el contrapunto casi obligado de las Memorias de Itard).

    Entendemos que una tal supervivencia del mtodo no encuentra fcilmente su justificacin

    habida cuenta que la interpretacin del fracaso tcnico ya ha sido realizada por las ciencias

    educativas y que los preconceptos mdicos que lo sustentaban han sido ampliamente

    desmentidos. Sucede que la creencia que persiste, con la potencia del mito, por encima de las

    variantes educativas, es que se contina pensando al nio como el elemento natural y virgen

    que el Saber y la Cultura deben investir. Ligado su estatuto a la nocin de organismo biolgico

  • 14

    y al ideal de crecimiento y maduracin, el nio comienza siendo un menor que gracias a los

    buenos oficios de la Educacin se convertir en un mayor; bien valen para la comparacin,

    las metforas botnicas o las zoolgicas que vehiculizan con fluidez los ideales que el adulto ha

    forjado con el objeto de sostener el mito de la infancia como dato natural. Pues la funcin de

    este mito de la niez es obturar el lugar que la infancia ocupa en la fantasa de los adultos.

    Sigmund Freud descubre el papel que el nio desempea en los fantasmas de los padres y en

    la palabra que presta a la realizacin de un deseo de ellos. La inmortalidad de los padres,

    negada por la realidad, se refugia en los hijos; el nio es el juguete ertico del deseo materno,

    es el soporte de la infancia de los padres y la recuperacin de su omnipotencia. Vctor no slo

    fue el objeto emprico de una teora sino que tambin ocup -atentos a su testimonio- un lugar

    en los fantasmas de Itard: la pubertad que anuncia sus signos en el alumno, reaviva en el

    maestro los sueos de su propia adolescencia y su curiosidad infantil. Pero entonces, lejos de

    ser una reserva natural y virgen, la infancia que un psicoanlisis permite construir est surcada

    por la huella del deseo de los padres, por la impronta de sus mandatos y por el peso de sus

    ideales, es decir, por la Cultura y la prohibicin que la instituye.

    BIBLIOGRAFA

    ITARD, Jean (1978): Memoria sobre los primeros progresos de Vctor del Aveyron en El

    salvaje del Aveyron: psiquiatra y pedagoga en el Iluminismo tardo. Centro Editor de Amrica

    Latina. Los fundamentos de las ciencias del hombre N 64. Buenos Aires.

    LVI-STRAUSS, Claude (1981): Las estructuras elementales del parentesco. Paids. Barcelona.

    MANNONI, Octave (1969): Itard y su salvaje en La otra escena. Claves de lo imaginario.

    Amorrortu. Buenos Aires.

    En otro trabajo hemos intentado demostrar que es posible entretejer una trama armoniosa

    entre la ficcin del relato de Lugones y el informe cientfico de Itard porque hay congruencia

    entre los mtodos de adiestramiento del lenguaje que el amo de Yzur concibi para su mono y

    los que el Dr. Itard para su alumno.