El Patrimonio de la Peninsula de yucatan

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Patrimonio vernáculo en la península de Yucatán: un habitar entre las esferas de lo material e inmaterial. Aurelio Sánchez Suárez RESUMEN La arquitectura vernácula en la península de Yucatán en México tiende a su destrucción, específicamente en las expresiones de vivienda maya que están siendo amenazadas por la falta de generación, transmisión y valoración de conocimientos constructivos, así como por lo poco que ha sido estudiada su semiótica que relaciona la cosmovisión maya con el nombre de sus elementos estructurales. Dentro de esta situación casi catastrófica, la arquitectura vernácula de los pueblos mayas se ha reformulado en una nueva expresión arquitectónica: "los tablados", con su génesis constructiva en la vivienda maya, ésta estructura vernácula efímera da cabida a la actividad taurina. Inmersa en los tiempos de la globalización y en función de las experiencias de esta región en particular, la corrida de toros se ha reformulado en sus prácticas y representaciones sociales. Las dos manifestaciones vernáculas se expresan en un hecho arquitectónico. La vivienda maya en una arquitectura que por la poca conservación de su ser intangible (transmisión de conocimientos constructivos y semiótica arquitectónica) va en deterioro. Los tablados, que se ha reforzado en varios poblados mayas su tradición vinculada a fiestas y prácticas religiosas mayas y cristianas; ha sabido mantenerse vigente a pesar de su característica efímera, pues sólo existe por una semana en todo el año. INTRODUCCIÓN. En el multicultural país de México, una de las regiones que tiene mayor manifestación de su arquitectura vernácula es la península de Yucatán. Este hecho arquitectónico en sus expresiones de la vivienda maya, sigue siendo una opción de vivienda para muchos de los mayas que habitan en los estados de Campeche, Yucatán y en menor número Quintana Roo. Lo anterior no expresa la importancia que tiene la casa maya, sino que es muestra de la pobreza con que viven sus habitantes, quienes en sus nuevas generaciones expresan: "vivo aquí porque soy pobre, si tuviera dinero no viviría aquí". Esto demuestra el concepto que le tiene a su propia vivienda; concepto que ha sido arraigado a través de los siglos en que el colonialismo ha disminuido a la vivienda de los mayas y a toda su expresión cultural. No en balde la vivienda maya ha sobrevivido a tantas agresiones, discriminaciones y exclusiones. Impacto que si bien, ha mermado el valor de la arquitectura vernácula, no ha impactado a toda la población que habita la vivienda maya, existiendo personas que conserva el apego a la casa maya, porque han constatado con toda una vida, las bondades de la misma. Son los ancianos quienes mantienen vivo y transmiten los conocimientos de la técnica tradicional constructiva; no sólo de la casa maya sino de la otra expresión arquitectónica vernácula que tiene su génesis constructiva en la casa maya: los tablados. En contraparte a la casa maya, los constructores de las viviendas vernáculas, también se han convertido en Palqueros, trasladando sus conocimientos ancestrales a la construcción de una nueva expresión arquitectónica, que aunque efímera, manifiesta su ser vernáculo.

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Patrimonio vernáculo en la península de Yucatán: un habitar entre las esferasde lo material e inmaterial.

Aurelio Sánchez Suárez

RESUMENLa arquitectura vernácula en la península de Yucatán en México tiende a su destrucción, específicamente en las expresiones de vivienda maya que están siendo amenazadas por la falta de generación, transmisión y valoración de conocimientos constructivos, así como por lo poco que ha sido estudiada su semiótica que relaciona la cosmovisión maya con el nombre de sus elementos estructurales.

Dentro de esta situación casi catastrófica, la arquitectura vernácula de los pueblos mayas se ha reformulado en una nueva expresión arquitectónica: "los tablados", con su génesis constructiva en la vivienda maya, ésta estructura vernácula efímera da cabida a la actividad taurina. Inmersa en los tiempos de la globalización y en función de las experiencias de esta región en particular, la corrida de toros se ha reformulado en sus prácticas y representaciones sociales.

Las dos manifestaciones vernáculas se expresan en un hecho arquitectónico. La vivienda maya en una arquitectura que por la poca conservación de su ser intangible (transmisión de conocimientos constructivos y semiótica arquitectónica) va en deterioro. Los tablados, que se ha reforzado en varios poblados mayas su tradición vinculada a fiestas y prácticas religiosas mayas y cristianas; ha sabido mantenerse vigente a pesar de su característica efímera, pues sólo existe por una semana en todo el año.

INTRODUCCIÓN.En el multicultural país de México, una de las regiones que tiene mayor manifestación de su arquitectura vernácula es la península de Yucatán. Este hecho arquitectónico en sus expresiones de la vivienda maya, sigue siendo una opción de vivienda para muchos de los mayas que habitan en los estados de Campeche, Yucatán y en menor número Quintana Roo.

Lo anterior no expresa la importancia que tiene la casa maya, sino que es muestra de la pobreza con que viven sus habitantes, quienes en sus nuevas generaciones expresan: "vivo aquí porque soy pobre, si tuviera dinero no viviría aquí". Esto demuestra el concepto que le tiene a su propia vivienda; concepto que ha sido arraigado a través de los siglos en que el colonialismo ha disminuido a la vivienda de los mayas y a toda su expresión cultural. No en balde la vivienda maya ha sobrevivido a tantas agresiones, discriminaciones y exclusiones. Impacto que si bien, ha mermado el valor de la arquitectura vernácula, no ha impactado a toda la población que habita la vivienda maya, existiendo personas que conserva el apego a la casa maya, porque han constatado con toda una vida, las bondades de la misma.

Son los ancianos quienes mantienen vivo y transmiten los conocimientos de la técnica tradicional constructiva; no sólo de la casa maya sino de la otra expresión arquitectónica vernácula que tiene su génesis constructiva en la casa maya: los tablados. En contraparte a la casa maya, los constructores de las viviendas vernáculas, también se han convertido en Palqueros, trasladando sus conocimientos ancestrales a la construcción de una nueva expresión arquitectónica, que aunque efímera, manifiesta su ser vernáculo.

La práctica a través de los siglos, ha contribuido a la transmisión del conocimiento y saber del pueblo maya. La casa maya ha tenido una práctica constructiva que data, según los hallazgos arqueológicos, de aproximadamente 3000 años. Debemos de suponer que la vivienda maya tuvo muchos más años de perfeccionamiento en el proceso de prueba y error, que dio como resultado la vivienda con las características que hoy conocemos. Durante su existencia en el periodo mesoamericano fue construida y habitada por gran número de personas, lo que garantizó la permanencia de su tecnología. En el periodo virreinal el dominio de la técnica tradicional y su ejecución comunitaria por parte del pueblo maya fue benéfico para los españoles; en especial durante la movilización de los naturales que fue motivada por la necesidad de los españoles de tener mejor control de los mismos, pero también por una cierta idea de que para los indígenas esto era lo más conveniente. Aparentemente nunca pensaron, o si lo hicieron no le

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dieron importancia debida, lo que significa desarraigar a una población y llevarla a otro lugar en donde no hay nada que pueda considerar como original y propio de ella (De la Garza, 1983:109).

La facilidad con que el pueblo maya podía construir sus viviendas fue benéfica para los españoles. Para el pueblo maya fue la única posibilidad de contar con un espacio de identidad; un espacio el cual no les fue prohibido y que representaba parte de su cosmovisión.

Después del virreinato la construcción de viviendas siguió su ritmo natural, el pueblo maya continuó transmitiendo de generación en generación los conocimientos constructivos ancestrales. Así se mantuvo y logró subsistir aún en uno de los periodos más agresivos que ha sufrido este patrimonio vernáculo: el Porfiriato. El conocimiento y saber contenidos en las prácticas de la construcción de viviendas, las dinámicas socioculturales del solar y la milpa, fueron duramente agredidas con el encasillamiente de los mayas en las haciendas henequeneras. Durante la existencia de los milperos en las haciendas, y aún con mayor énfasis en las haciendas henequeneras, sufrió de una violencia cultural hacia sus usos y costumbres, su forma de vida se vio violentada y transformado sus hábitos, se intentó despojarle de lo poco que conservaba después del periodo virreinal. Y se le implantó a base de la esclavitud un concepto diferente del uso de la tierra (García, 1986:19).

Después de este periodo la casa maya se mantuvo vigente, y llega a nuestros días, no con el esplendor de sus tiempos pasados, sino con una carga cultural que la ubica dentro de la concepción de choza, que la excluye del concepto arquitectónico.

Paralela a la vida de la casa maya, y durante el virreinato, nace la nueva expresión vernácula de los mayas. Con la apropiación de una tradición que los españoles traen a Mesoamérica, y que a su vez les llegó de Creta, el sistema constructivo de la casa maya se reformula para construir el espacio que dará cobijo a la fiesta taurina. Al ser apropiada por los mayas, la tradición taurina se reinterpreta para tener cabida en la vida y la identidad del pueblo maya peninsular. No hay una concepción arquitectónica de gradas como en los anfiteatros griegos y romanos, sino de palcos, solución óptima que proporciona la estructura principal de la casa maya.

No se tienen datos de cuando empezó a construirse, pero suponemos que tuvo, al igual que la casa maya, su proceso de perfeccionamiento de la técnica constructiva. Los registros nos ubican a principios del siglo XiX, con reportes de la existencia de los tablados escritos por Stephen (1984), Calzas-Verdes (1846) y García (1847). Las descripciones de estos autores nos hacen ver que los tablados ya han alcanzado su grado de perfeccionamiento, pues son descritos con las mismas características que los actuales.

A diferencia de la casa maya que empieza un deterioro en su valoración y una disminución de su práctica constructiva, los tablados van arraigándose cada vez más en la identidad del pueblo maya de la península de Yucatán. Con una práctica constructiva con la participación de las nuevas generaciones, se garantiza la permanencia de la continuidad en el conocimiento; tanto de su técnica constructiva como, de su concepción maya que hablaremos más adelante.

SU SER INMATERIAL Y MATERIAL.La arquitectura vernácula se edifica con los recursos bióticos que le proporciona su entorno, su sistema constructivo se basa en la tecnología tradicional, práctica sociocultural que se trasmite de generación en generación. Es una arquitectura vigente por la misma tradición; que se ha nutrido y alimentado con su misma historia, generando su identidad hoy en día, luchando por subsistir en un mundo cada vez más globalizado, en donde parece no tener cabida, pero que se niega a desaparecer adaptándose al medio en que se hace presente, como lo muestra su historia.

La arquitectura vernácula de la península de Yucatán, representada por la casa maya, está catalogada dentro de la clasificación del patrimonio cultural como arquitectura vernácula, esto la ubica corno un patrimonio cultural material. No obstante lo anterior, el hecho arquitectónico no se concretaría si su práctica sociocultural desapareciera. A pesar de la subvaloración de la casa maya, aún existe en la memoria y el pensamiento del pueblo maya, la concepción de una vivienda viva, con una personalidad anímica propia. Es considerada como un ente vivo que se formó al igual que fue creado el hombre:

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El lugareño hizo su casa como es él, el techo es la parte más alta del cuerpo del hombre, con tierra roja también hizo el embarro de su casa, las maderas que quedan dentro de la casa después del embarro son como los huesos de su cuerpo, con zacate hizo también el techo de la casa, los bejucos con que amarra su casa son como los tendones de su cuerpo, el espíritu que le da vida es el espíritu del hombre.1

Asimismo, como ser vivo requiere de alimento y es el hombre con su cuidado el que mantiene viva la vivienda maya. Los ancianos comentan que el cuidado que se le da a la casa, las reparaciones, la vida cotidiana en sí, es lo que la nutre; cuando esto no se lleva a cabo la casa empieza a morir, y es cuando la piel (embarro) y el cabello (el huano) se empiezan a caer, los huesos (entramado de kolox che') empiezan a quebrarse, los tendones (bejucos) se debilitan y la casa pierde el ánimo. Está falleciendo.

Por otro lado la corrida de toros está catalogada como artes del espectáculo. Contrario a la casa maya, los tablados están ubicados en el patrimonio cultural inmaterial, pero como una actividad festiva y no contempla la identidad que ha creado el pueblo maya en la apropiación de ésta tradición. Desde la creación de un nuevo dios que protege a los vaqueros y toreros: H-wan Tul, hasta la batalla contra los vientos malos que traen los toros; desde los voladores que anuncian el trazado del ruedo, hasta la bendición del ruedo con el corte y sembrado de la ceiba por parte del H-mert, orientando los cinco puntos cardinales del saber maya que garantizarán protección durante la festividad; desde la utilización del espacio abierto vestigio del urbanismo maya, hasta su intrínseca relación con el templo que en su génesis fue adoratorio de dioses mesoamericanos y que en la actualidad es cristiano; desde la convicción de los Palqueros por continuar la tradición pese al complejo esquema financiero, hasta la realización de la corrida sólo en la festividad del santo patrono y su consecuente apoyo económico a la iglesia; desde la práctica constructiva en la que participan niñas y niños, hasta la figura del Palquero, nombramiento que se hereda por palabra al familiar que a través de los años demostró el interés y adquirió los conocimientos técnicos y bióticos.

También son muchos los conceptos que encierra la casa maya en su estructura vernácula de !a cubierta. Inspiró a la arquitectura monumental de los mayas mesoamericanos, pues en ella radican elementos vinculados con los libros sagrados. Comenzando por el trazo de la casa que rememora el trazo del universo por el dios maya Corazón de Cielo (Popo! Vuh, 1976:21) midiendo los cuatro ángulos, en los cuatro rincones, sembrando los cuatro horcones. El paso del ratón (Betcho") señalado de igual forma en el Popol Vuh o el brazo de tortuga (K'a'áac) que remite a la creación del dios del maíz, a la montaña, al cerro, a los templos. En el hecho arquitectónico se plasma parte del saber maya que se deteriora. Asimismo, son muchos los conceptos que existen en torno a la festividad de la corrida de toros, que si bien no están plasmados en la estructura de los tablados, se circunscriben a él. Son los tablados efímeros que materializan el espacio que durante todo el año es una plaza más de los pueblos mayas, pero que en la festividad del santo patrono se sacraliza por la religiosidad maya y da cabida al santo católico cuando entra en procesión al ruedo.

La casa maya permanece mientras sus habitantes lo permitan y la quieran mantener viva. Los tablados son efímeros, se construyen en tres días y se disfrutan en cuatro, después son desmantelados en unas cuantas horas para terminar en solares y techos en una dinámica sustentable en donde nada se desperdicia. Durante todo el año sólo queda el patrimonio inmaterial que provocará que de nueva cuenta, el ruedo se materialice.

LA CLASIFICACIÓN DEL PATRIMONIO VERNÁCULO.El interés por la arquitectura vernácula tiene sus inicios en los años 30, donde fue representada por

pintores, etnógrafos y antropólogos; posteriormente la aparición en escena de los arquitectos derivó en su designación como arquitectura popular, refiriéndose a la construcción tradicional. Con el tiempo el término se desgastó hasta hacer difícil su definición y no fue sino hasta la década de 1970 cuando el

1 Novelo Erosa, Paulino Yik'al maya tan, en Máas Collí, Hilaria, Curso de lengua maya para investigadores, Nivel II, Ediciones de la UADY, CIR, UCS, 2008, p. 27 {traducción al español de Hilaria Máas Cotll)

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término de arquitectura vernácula se acuño (Sánchez, 2006:82). Su catalogación como una arquitectura con características especiales tuvo también su proceso de valoración, que si bien no está dentro de los cánones académicos, tampoco se ubica dentro de arquitectura ingenua, sincera o campesina (López, 1987:10).

La unificación de criterios respecto a su ser arquitectónico se intenta definir en la Carta del Patrimonio Vernáculo Construido (Carta, 2002), que expresa en sus consideraciones generales, el reconocimiento de los ejemplos vernáculos con un modo de construir emanado de la propia comunidad; un reconocible carácter local o regional ligado al territorio; coherencia de estilo, forma y apariencia, así como el uso de tipos arquitectónicos tradicionalmente establecidos; sabiduría tradicional en el diseño y en la construcción, que es transmitida de manera informal; una respuesta directa a los requerimientos funcionales, sociales y ambientales y la aplicación de sistemas, oficios y técnicas tradicionales de construcción.

Considerada como patrimonio digno de protegerse, la arquitectura vernácula es clasificada por la UNESCO como patrimonio vernáculo. Para el caso de la península de Yucatán, la casa maya y los tablados cumplen con las definiciones que la ubican dentro de esta categoría. Si consideramos que para la arquitectura vernácula maya lo material se supedita a lo inmaterial, y que tanto la casa maya como los tablados no tendrían razón de ser si se pierde su parte intangible, este patrimonio debería estar también ubicado dentro del patrimonio cultural inmaterial. ¿En qué clasificación cabrían? Tradiciones y expresiones orales; artes del espectáculo; usos, rituales y actos festivos; conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo; técnicas artesanales tradicionales, son las clasificaciones para el patrimonio cultural inmaterial. Si seguimos el ejemplo de la corrida de toros de la "Petatera" (Colima, México), los tablados estarían dentro de artes del espectáculo, pero estaríamos limitando su concepción, ya que encierra mucho más que el espectáculo. Podríamos ubicarla entonces en usos, rituales y actos festivos por el ritual de la bendición de la Ceiba, pero la desvincularíamos de su ser vernáculo.

La construcción de la casa maya y los tablados son dinámicas socioculturales en donde la tradición junto con la oralidad procura la permanencia del conocimiento constructivo, por lo que tradiciones y expresiones orales sería también una categoría en la que cabría su protección. Pero si a lo anterior le añadimos el saber del pueblo en el uso de sus recursos naturales, se pensaría que debería estar en conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo.

Esta catalogación sería muy conveniente en especial, con la disyuntiva que se ha creado hoy día con la protección de los recursos naturales, debido a declaratorias de reservas ecológicas en zonas naturales que tradicionalmente son usadas por los constructores. Lo anterior nos conduciría a una catalogación como patrimonio mixto. El patrimonio mixto vincula al patrimonio cultural con el natural. Hoy día estos dos patrimonios enfrentan un conflicto con las declaratorias de protección, pues existen acciones divergentes en los dos campos. Este conflicto se debe a la inexistente conciencia de una clara vinculación del uso de los recursos naturales para la expresión del patrimonio cultural, en especial las zonas que son declaradas reserva natural y que contemplan espacios que por siglos han sido utilizados para la extracción de la materia prima requerida en la arquitectura vernácula, criminalizando la práctica tradicional, junto con el conocimiento y saber del uso y apropiación de su medio natural por parte de los mayas, que encierra una visión diferente a la de los grupos dominantes que gobiernan.

Ante un ir y devenir de las distintas clasificaciones del patrimonio cultural material e inmaterial y del patrimonio natural, la decisión de en donde ubicar a la arquitectura vernácula del pueblo maya nos hace pensar si alguna clasificación más valiosa que otra. De ser así, no alcanzaríamos proteger íntegramente al patrimonio, pues dejaríamos sin atención una parte de su ser, que en conjunto forman la expresión de la cultura y que si una se deteriora o pierde el patrimonio en conjunto. No así, cuando van cambiando con la apropiación de nuevos elementos que pasan a formar parte de su identidad.

Para la casa maya está claro que sólo se ha establecido su protección desde la clasificación de patrimonio material, dejando desprotegido a lo que más se ha dañado, subvalorado e intentado destruir: su ser inmaterial. En caso contrario los tablados están clasificados dentro del patrimonio inmaterial; olvidando su hecho arquitectónico único y de gran identidad para el pueblo maya.

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Sólo nos queda formular nuevas categorías de patrimonio mixto, además de incluirlas dentro de las que ya existen. Si bien las categorías de la UNESCO son una guía, no son una regla; cada grupo social deberá acoger lo que le significa como tal y deberá estudiar, analizar y conocer a fondo su patrimonio, para establecer categorías que garanticen la permanencia del mismo.

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