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EL PARAÍSO DE DIOS

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Primera Edición

AGOSTO 2017

5,000 Ejemplares

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EL PARAÍSO DE DIOS

¿Existe realmente el Paraíso? ¿Cómo es y dónde está? ¿Podré ver a toda la familia y los amigos ya fallecidos?" Sí, según la Biblia realmente existe el Cielo. El Cielo o Paraíso de verdad es de otra dimensión, no puede ser visto por el ser humano a menos que Dios se lo muestre,

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cosa que Él ha hecho en varias ocasiones con sus profetas. Dios está en el trono en este Cielo. La Biblia afirma que Jesús, el Cordero de Dios, está sentado a la diestra del Padre en ese trono, hasta que vuelva a juzgar al mundo y establecer su Reino en la Tierra. Lo que la mayoría de gente llama "Cielo" es, de hecho, una ciudad eterna que la Biblia llama "Nueva Jerusalén". Será un nuevo Cielo, pues el primer Cielo y la primera tierra habrán pasado. La ciudad eterna es descrita así: "He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos. El enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte, ni habrá más duelo, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado. Y el que está sentado en

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el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas." "La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera." La Nueva Jerusalén será el hogar eterno de la gente de Dios. La Biblia dice, acerca de este lugar, que "jamás entrará en ella nada

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inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino sólo aquéllos cuyos nombres están escritos en el libro de la Vida del Cordero." Se nos dice que todo el mundo pasará por la resurrección corporal de los muertos, y todos se sentarán delante del tribunal de Cristo. Aunque Jesús vino al mundo en primer lugar como Salvador, ahora actuará como Juez. Aquéllos cuyos nombres no estén en el libro de la Vida del Cordero serán arrojados al lago de fuego. La idea de que todos irán al Cielo y verán a sus familiares no es bíblica en absoluto. Más bien Jesús dijo que aquéllos que crean en Él encontrarán la Vida, pues "nadie viene al Padre si no es por Mí". En el Cielo habrá una multitud de gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación, que tendrá Vida eterna por su fe en Jesús. Para aquéllos que

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no hayan oído sobre Jesús, seguramente sólo los que se hayan humillado ante Dios y hayan respondido positivamente a cualquiera que sea la Revelación que Él les haya mostrado estarán con Dios por la eternidad. Aquéllos que hayan rechazado a Dios no estarán con Él. Jesús dijo: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso.” La palabra que Jesús usó para 'Paraíso' es paradeisos

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que significa “un parque, es decir, (específicamente) un Edén (un lugar de felicidad futura, Paraíso)”. Paradeisos es la palabra griega tomada de la palabra hebrea pardes que significa “un parque: bosque, huerta”. Jesús le dijo: “…hoy estarás conmigo...” en “paradeisos,” no en “nephele” que en griego es para "en las nubes". El punto es que Jesús escogió y utilizó la palabra para “un parque”. No cualquier parque sino “el Paraíso de Dios” que para nosotros será un lugar de felicidad futura. Jesús le dijo: "Al Señor tu Dios adorarás, y a Él sólo servirás." Es interesante notar que Jesús no dijo “alabar y servir.” Incluso un breve examen de la palabra alabanza en la Biblia indica rápidamente que es una cosa verbal y se manifiesta en su mayor parte

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cantando. La adoración, sin embargo, es desde el corazón. La adoración se manifiesta en la alabanza. Sirviendo a Dios es adoración, y la Escritura es clara que serviremos a Dios en el Cielo. "Sus siervos le servirán". Somos incapaces de servir plenamente a Dios en esta vida debido al pecado, pero en el Cielo “no habrá más maldición.” No

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estaremos más bajo la maldición del pecado, así que todo lo que hagamos en el Cielo será adoración. Nosotros nunca seremos motivados por algo aparte de nuestro amor por Dios. Todo lo que hagamos será de nuestro amor por Dios, no corrompido por nuestra naturaleza pecaminosa. Dios es “el Alto y Sublime, el que habita la eternidad” Dios es más grande que para siempre, y llevará la eternidad para "comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el Amor de Cristo." En otras palabras, nunca dejaremos de aprender. La Palabra de Dios dice que no estaremos solos en su Paraíso. “…entonces conoceré como fui conocido.” Esto parecería indicar

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que no sólo conoceremos a nuestros amigos y familia, sino que les conoceremos totalmente. En otras palabras, no hay necesidad de secretos en el Cielo. No hay de qué avergonzarse. No hay nada que ocultar. Tendremos la eternidad para interactuar con “una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones y tribus, pueblos y lenguas”. No es de

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extrañar que el Cielo fuere un lugar de aprendizaje infinito. ¡Conociendo a todos en el Cielo requerirá la eternidad! Cualquier anticipación más sobre lo que haremos en el parque eterno de Dios, el Cielo, será superado con creces cuando “el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.” Lo que estaremos haciendo, ¡podemos estar seguros de que será maravilloso más allá de nuestra imaginación! Después de años y años de dedicación a Dios, cumpliendo sus estatutos, acatando sus órdenes, siendo buenos y siguiendo al pie de la letra su palabra… y después de

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morir, al fin seremos recompensados con lo que siempre hemos esperado: “El Paraíso”. Como ya hemos dicho, es la recompensa que Dios da a los hombres por acatar sus mandamientos y estatutos establecidos en la Biblia. También podemos decir que el Paraíso es la vuelta al “Jardín del Edén” original hebreo expresado en Génesis de donde fueron expulsados Adán y Eva por desobedecer a Dios. En otras palabras, ganarse el Paraíso sería como estar en el Edén cuando vivieron Adán y Eva. Debemos recordar que para acceder a este Paraíso debemos superar el “Juicio Final”, en el cual, seremos juzgados por nuestras obras y por nuestra fe después de morir cuando Jesús regrese por segunda vez. Si

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fallamos en este Juicio, nos espera el castigo, el cual será aplicado en un horrible sitio llamado “Infierno”. El Paraíso está ubicado por encima de nuestras cabezas, en el Cielo; por eso implícitamente se mira o se señala hacia arriba cuando nos referimos al Paraíso donde irán los buenos después de morir. Venga tu Reino. Hágase tu voluntad, como en el Cielo, así también en la tierra. Porque los rectos habitarán la tierra, y los perfectos permanecerán en ella, ciertamente el justo será recompensado en la tierra; ¡cuánto más el impío y el pecador! Los justos heredarán la tierra, y vivirán para siempre sobre ella. Mas ¿es verdad que Dios habitará con el hombre en la tierra? He aquí, los Cielos y los

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Cielos de los Cielos no te pueden contener: ¿cuánto menos esta casa que he edificado? Una vez que accedamos al Paraíso suele surgir una pregunta: Si estaremos allí toda la eternidad… ¿En qué pasaremos el tiempo? Obviamente compartiremos el Cielo con Dios, nuestra principal función en las eternidades del Paraíso será “servir” a Dios. Y tu pueblo, todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra; renuevo mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme. Y oí una gran voz del Cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos.

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