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El Papa Francisco ha convocado un Jubileo Extraordinario de la · 2015-09-18 · El Papa Francisco...
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El Papa Francisco ha convocado un Jubileo Extraordinario de la
Misericordia (8 de Diciembre de 2015 a 20 de Noviembre de
2016).
Lo convoca como momento de gracia y renovación espiritual para
toda la Iglesia y para hacer eficaz el testimonio de la misericordia
de Dios para todos los hombres.
La Diócesis de Santiago quiere poner esta tarea como centro de
toda su actividad pastoral en este nuevo curso.
“En esta etapa pastoral el común denominador son los
compromisos del Año Jubilar Extraordinario de la
Misericordia en su dimensión teológica, pastoral y social.
El Consejo Episcopal, las Delegaciones episcopales, el
consejo presbiteral, los arciprestes, las parroquias han de
implicarse con determinación, con la palabra y con las
acciones de hacer presente la misericordia de Dios.
Pido a todos los diocesanos asumir el compromiso del Plan
Pastoral Diocesano con su colaboración y disponibilidad,
pues estoy seguro de que su puesta en práctica ayudará a
la edificación espiritual en nuestra tarea apostólica.
Encomendando esta intención al patrocinio del Apóstol
Santiago y a la intercesión de la Virgen María, os saluda y
bendice en el Señor” (Carta Pastoral Arzobispo Santiago)
Con motivo del Jubileo de la misericordia, el Papa francisco ha
publicado la Bula ”Misericordiae Vultus” (El rostro de la
misericordia). En ella expone unas reflexiones sobre la
misericordia y señala unos objetivos y tareas para llevarla a cabo
en la pastoral de las Diócesis y las comunidades parroquiales.
Exponemos aquí las ideas y tareas fundamentales expuestas
por el Papa.
DIOS: UN PADRE MISERICORDIOSO
“La misericordia de Dios no es una idea
abstracta, sino una realidad concreta con la
cual Él revela su amor, que es como el de un
padre o una madre que se conmueven en lo
más profundo de sus entrañas por el propio
hijo. Se trata realmente de un amor
“visceral”. Proviene de lo más íntimo como
un sentimiento profundo, natural, hecho de
ternura y compasión, de indulgencia y de
perdón” (nº 6)
“La misericordia es la palabra clave para
indicar el actuar de Dios hacia nosotros. Él
no se limita a afirmar su amor, sino que lo
hace visible y tangible. Por su misma
naturaleza es vida concreta: intenciones,
actitudes, comportamientos que se verifican
en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios
es su responsabilidad con nosotros. Él se
siente responsable, es decir, desea nuestro
bien y quiere vernos felices y colmados de
alegría” (nº 9)
JESUCRISTO: EL ROSTRO
MISERICORDIOSO DEL PADRE
“Dios es amor y este amor se ha
hecho ahora visible y tangible en
toda la vida de Jesús. Su persona no
es otra cosa sino amor. Un amor que
se dona y ofrece gratuitamente. Los
signos que realiza, sobre todo hacia
los pecadores, hacia las personas
pobres, excluidas, enfermos y
sufrientes llevan consigo el distintivo
de la misericordia. En Él todo habla
de misericordia. Nada en Él es falto
de compasión” (nº8)
“Lo que movía a Jesús en todas las
circunstancias no era sino la
misericordia, con la cual leía el
corazón de sus interlocutores y
respondía a sus necesidades más
reales” (nº 8)
“En las parábolas dedicadas a la
misericordia, Jesús revela la
naturaleza de Dios como la de un
Padre que jamás se da por vencido
hasta que no se haya disuelto el
pecado y superado el rechazo con la
compasión y la misericordia” (nº 9)
IGLESIA: SACRAMENTO DE
LA MISERICORDIA DE DIOS
“La misericordia es la viga
maestra que sostiene la vida de
la Iglesia. Todo en su acción
pastoral debería estar revestido
por la ternura con la que se
dirige a los creyentes; nada en
su anuncio y en su testimonio
hacia el mundo puede carecer
de misericordia. La credibilidad
de la Iglesia pasa a través del
camino del amor misericordioso
y compasivo” (nº 10)
“En nuestro tiempo, en el que la
Iglesia está comprometida en la
nueva evangelización, el tema
de la misericordia exige ser
propuesto una vez más con
nuevo entusiasmo y con una
renovada acción pastoral. Es
determinante para la Iglesia y
para la credibilidad de su
anuncio que viva y testimonie
en primera persona la
misericordia. Su lenguaje y sus
gestos deben transmitir
misericordia para penetrar en el
corazón de las personas y
motivarlas a reencontrar el
camino de vuelta al Padre”
“Donde la Iglesia esté presente,
allí debe ser evidente la
misericordia del Padre. En
nuestras parroquias, en las
comunidades, en las
asociaciones y movimientos, en
fin, donde quiera que haya
cristianos, cualquiera debería
poder encontrar un oasis de
misericordia” (nº 12)
“La Iglesia ha de sentir la urgencia de
anunciar la misericordia de Dios, Su vida
es auténtica y creíble cuando con
convicción hace de la misericordia su
anuncio. Ella sabe que la primera tarea,
sobre todo en un momento como el
nuestro, lleno de grandes esperanza y
fuertes contradicciones, es la de
introducir a todos en el misterio de la
misericordia de Dios, contemplando el
rostro de Cristo” (nº 25)
“Que en este Año Jubilar la Iglesia se
convierta en el eco de la Palabra de Dios
que resuena fuerte y decidida como
palabra de perdón, de ayuda, de amor.
Que nunca se canse de ofrecer
misericordia y sea siempre paciente en el
confortar y perdonar. Que la Iglesia se
haga voz de cada hombre y mujer y
repita con confianza y sin descanso:
<Acuérdate, Señor, de tu misericordia y
de tu amor; que son eternos>” (nº 25).
NOSOTROS: TESTIGOS DE LA MISERICORDIA DE DIOS
“Como Dios es misericordioso con nosotros, así estamos nosotros llamados
a ser misericordiosos los unos con los otros” (nº 9)
“Es necesario realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en
las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el
mundo moderno dramáticamente crea (…) Abramos nuestros ojos para
mirar las miserias del mundo, las heridas de tantos hermanos y hermanas
privados de la dignidad, y sintámonos provocados a escuchar su grito de
auxilio. Que nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a
nosotros para que sientan el calor de nuestra paciencia. de nuestra
amistad y de la fraternidad”(nº 15)
“En este Jubileo reflexionemos sobre las obras de misericordia. Las
corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al
desnudo, acoger al forastero, asistir a los enfermos, visitar a los presos,
enterrar a los muertos. También las espirituales: dar consejo al que lo
necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste,
perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar
a Dios por los vivos y por los difuntos” (nº 15)
“Esta será la manera de despertar nuestra conciencia, muchas veces
aletargada ante el drama de la pobreza, y de entrar todavía más en el
corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la
misericordia divina” (nº 15)
Dirijamos a ella la antigua y
siempre nueva oración del
Salve Regina, para que nunca
se canse de volver a nosotros
sus ojos misericordiosos y nos
haga dignos de contemplar el
rostro de la misericordia, su
Hijo Jesús” (nº 24).)
MARÍA: MADRE DE MISERICORDIA
“Que la dulzura de su mirada nos acompañe
para que todos podamos redescubrir la alegría
de la ternura de Dios. Nadie como María ha
conocido la profundidad del misterio de Dios
hecho hombre. Toda su vida estuvo plasmada
por la presencia de la misericordia hecha
carne.
El Papa nos señala algunas que
necesitan ser concretadas en cada
Diócesis o parroquias. Nosotros
también indicamos algunas
sugerencias.
PEREGRINACIÓN
La peregrinación será estímulo para la
conversión. Atravesando la Puerta
Santa nos dejaremos abrazar por la
misericordia de Dios (nº 14).
Organizar peregrinaciones de las parroquias, de los distintos grupos y sectores pastorales de la Diócesis.
Procurar una buena preparación para realizarla con auténtico sentido espiritual y pastoral.
LA INDULGENCIA PLENARIA
Dios perdona los pecados pero estos
dejan una huella negativa en nuestras
vidas. La indulgencia del Padre, a través
de la Iglesia, alcanza al pecador y lo
libera de todo residuo, consecuencia del
pecado y lo fortalece para una vida
mejor (nº 22).
Explicar bien el auténtico sentido espiritual de las indulgencias.
Favorecer la posibilidad de realizar adecuadamente las condiciones
necesarias para alcanzarla.
Sugerencias Pastorales
LA CONVERSIÓN
Invitar a todos a experimentar la misericordia de Dios. Que la invitación a la
conversión se dirija con mayor insistencia a aquellas personas que se
encuentren lejanas de la gracia de Dios (nº 19).
Motivar en todos la conversión de los pecados y actitudes contrarias a los valores cristianos del evangelio.
Presentar la persona de Jesucristo y su mensaje como plenitud de sentido para la vida.
SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN
El recibirlo nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la
misericordia y es fuente de verdadera paz interior (nº 17).
Fijar tiempos y horarios para la celebración del sacramento de la reconciliación.
Favorecer celebraciones penitenciales, especialmente en los tiempos fuertes de la liturgia.
ENCUENTROS CON EL SEÑOR
La celebración de las “24 horas para el Señor” (viernes y
sábado anteriores al IV Domingo de Cuaresma).
Momento de intensa oración y redescubrir el sentido de
la propia vida (nº 17).
Fomentar su celebración en todas las parroquias de la Diócesis.
Celebrar, de manera especial, el Domingo de la Divina Misericordia.
MISIONES POPULARES
Su celebración por parte de “misioneros de la
misericordia”. Serán predicadores que llamen a la
conversión de vida, anuncien el perdón y pueda llegar a
todos la misericordia de Dios (nº 18).
Celebrar misiones o jornadas de evangelización en las parroquias o zonas pastorales.
Acercarse con espíritu de misericordia a los que se han alejado de la fe y de la Iglesia invitándoles a un
encuentro con el Señor.
ANUNCIO Y PREDICACIÓN. LA
CUARESMA
Momentos fuertes para anunciar,
experimentar y celebrar la misericordia
de Dios (nº 17).
Hacer presente el tema de la misericordia en la catequesis y la enseñanza religiosa, en las homilías y predicaciones.
Presentar en la cuaresma las bienaventuranzas como núcleo de la fe cristiana.
Organizar grupos de reflexión sobre las parábolas de la misericordia.
PRÁCTICA DE LA MISERICORDIA
Como nos amó el Padre, así han de amar los hijos. Como Él es
misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos los
unos con los otros (nº 9).
Denunciar, de forma profética pero con misericordia, las situaciones de injusticia presentes en nuestra sociedad.
Ejercer la misericordia, haciéndonos solidarios con todos los que sufren: pobres, enfermos, parados, inmigrantes.
Colaborar en actos, campañas o instituciones en favor de las personas o grupos más necesitados.
Procurar relacionarnos con todos con actitudes de acogida fraterna, di diálogo sincero y misericordia constante.
Procurar que todos los que colaboran en la pastoral de las parroquias, lo
hagan con actitudes de acogida fraterna, de diálogo sincero y misericordia
constante.
EL SÍNODO DIOCESANO: MOMENTO DE RENOVACIÓN Y
MISERICORDIA
“Nuestra Diócesis ha de valorar desde la fe en qué medida métodos,
estructuras, organismos diocesanos e incluso actitudes personales le
acercan o alejan de su misión. Por eso estoy convencido de que el sínodo
ha de estimular tanto la renovación de las estructuras como la conversión
de los corazones” (Carta D. Julián nº 34).
Continuar con las reflexiones de los distintos temas pastorales en los grupos sinodales.
Orar, a nivel personal y en todas las parroquias por los frutos espirituales y pastorales del Sínodo.
Colaborar en las distintas actividades de las parroquias de cara a una
renovación espiritual y pastoral.