EL LENGUAJE LITERARIO · Miguel Angel Garrido Gallardo { dir.) Profesor de Invesrigaci6n del Grupo...

45
EL LENGUAJE LITERARIO VOCABULARIO CRITICO M.A. Garrido Gallardo (dir.), L. Doleiel, Jose A. Hernandez Guerrero, M.a del Carmen Garcia Tejera, Jose Maria Paz Gaga, A. Garrido Dominguez, Jose Maria Pozuelo Yvancos, Tomas Albaladejo, Jose Dominguez Caparros, Kurt Spang EDITORIAl SINTESIS

Transcript of EL LENGUAJE LITERARIO · Miguel Angel Garrido Gallardo { dir.) Profesor de Invesrigaci6n del Grupo...

  • EL LENGUAJE LITERARIO

    VOCABULARIO CRITICO

    M.A. Garrido Gallardo (dir.), L. Doleiel, Jose A. Hernandez Guerrero, M.a del Carmen Garcia Tejera,

    Jose Maria Paz Gaga, A. Garrido Dominguez, Jose Maria Pozuelo Yvancos, Tomas Albaladejo,

    Jose Dominguez Caparros, Kurt Spang

    ~ EDITORIAl SINTESIS

  • Esta publicaci6n forma parte del proyecto denominado Diccionario Espaiiol de Terminos Litera-nos lnternacionales, financiado por el Ministerio de Educaci6n y Ciencia espaiiol (HUM2004-03321) y patrocinado porIa Union Academique Internarionale (proyecto numero 63).

    © M.A. Garrido Gallardo (dir.), L. Doleiel, ]. A. Hernandez Guerrero, M.> C. Garda Tejera, ]. M.' Paz Gago, A. Garrido Dominguez, J. M.' Pozuelo Yvancos,

    T. Albaladejo, J. Dominguez CapamSs, K. Spang

    © EDITORIAL SfNTESIS, S. A. Vallehermoso, 34. 280 15 Madrid

    Telefono 91 593 20 98

    ISBN: 978-84-975654-6-2 Deposito Legal: M. 27.415 -2009

    Impreso en Espana -Printed in Spain

    Reservados todos los derechos. Esta prohibido, bajo las sanciones penales y el resarcimienro civil, previsros en las !eyes, reproducir,

    registrar o transmirir esra publicaci6n, integra o parcialmeme, por cualquier sistema de recuperaci6n y por cualquier medio,

    sea mecinico, elecrronico, magm'rico, elecrro6ptico, por fotocopia o por cualquier otro, sin Ia aurorizaci6n previa por escrito

    de Editorial Sinresis, S. A.

    RELACION DE AUTO RES

    Miguel Angel Garrido Gallardo { dir.) Profesor de Invesrigaci6n del Grupo de Anilisis del Discurso del CCHS. Consejo Su-perior de Investigaciones Cientificas. Madrid

    Lubomir Dolezel Caredd.tico Emerita del Departamento de Lenguas y Literaturas Eslavas. Universi-dad de Toronto

    j ose Antonio Hernandez Guerrero Catedd.tico de Ia Facultad de Fi!osofia y Letras. Universidad de Cadiz

    Maria del Carmen Garcia Tejera Profesora Titular de la Faculrad de Filosoffa y Letras. Universidad de Cadiz

    jose Maria Paz Gago Catedratico de Ia Facultad de Filologia. Universidad de A Corufia

    Antonio Garrido Dominguez Profesor Titular de Ia Faculcad de Filologia. Universidad Complutense de Madrid

    jose Maria Pozuelo Yvancos Catedratico de Ia Facultad de Lenas. Universidad de Murcia

    Tomds Albaladejo Mayordomo Catedratico de Ia Facultad de Filosoffa y Letras. Universidad Auto noma: de Madrid

    jose Dominguez Caparr6s Catedritico de Ia Facultad de Filologia. Universidad Nacional de Educaci6n a Distancia. Madrid

    Kurt Spang Catedritico de la Facultad de Filosofia y Letras. Universidad de Navarra. Pamplona

  • 8 Ellenguaje literario

    5. El texto narrativo, de Antonio Garrido Dominguez (Sintesis, Madrid, 1993). 6. Capitulos 1, 2 y 4 de Poetica de !£z ficcion, de Jose M.• Pozuelo Yvancos (Sime-

    sis, Madrid, 1993). Salvo alguna correccion de errata, no se ha retocado el ori-ginal. Sera conveniente acudir a las actualizaciones del au tor sobre algunos pun-tos, particularmente al nuevo libra De 14 autobiografia: teoria y estilos (2005).

    7. Capitulos 1 y 3-8 de Retorica, de Tomis Albaladejo (Simesis, Madrid, 1991). Se le ha aiiadido una "Adenda bibliogd.ftca" final.

    8. Metrica espanoLto de Jose Dominguez Caparros (Sintesis, Madrid, 1993). 9. Generos literarios, de Kurt Spang (Simesis, Madrid, 1993).

    El tratado que se ha confeccionado presenta las cuesriones de ret6rica lireraria en el punto de desarrollo en que se encuentran a comienws del siglo XXI y listas para su apli-caci6n (generariva o analitica) a los discursos de la lengua espanola o de la culrura en espaiiol. Digo bien ret6rica, aunque rambien podrfa decir poetica en el semido ret6ri-co del termino, es decir, la retorica que se ocupa de los principios consrrucrivos del dis-curse literario, aunque no Ia que aborda las cuestiones amropol6gicas de Ia recreaci6n o imiraci6n. Sin embargo, como ambos aspectos sedan inextricablemente unidos, ha-br:i frecuentes remisiones al campo vecino, que es el que ahara se culriva con mayor profusion.

    He contado en orra ocasi6n la sorpresa que me produjo el cambio que se experi-ment6 entre 1996 y 2001 en las estantedas de la casa central de la libreria Barnes and Noble de Nueva York. Ella visita que hice en 1996, las novedades de las materias que me interesaban profesionalmente ocupaban anaquel y media bajo el epigrafe Literary Criticism, situado junto a rres anaqueles del epigrafe Christianity; en Ia visira de 2001, rres anaqueles de esros albergaban Iibras de Feminism, Gender Studies, Gay/Lesbian Stu-dies y Queer Theory. Habia uno para Christianity y medio para Literary Criticism. Tengo Ia convicci6n de que, a finales de siglo, seguiran sin duda los anaqueles de Christianity y Literary Criticism (Ret6rica y Poetica), pase lo que pase con lo demis. Esre libra se es-pecializa, pues, en aspectos duraderos del discurrir humano.

    Ciertamente, a comienws del siglo XXI, Ia noci6n de literario debe ser precisada por un doble hecho. Por una parte, lo que hay detrris de las concreciones que llamamos en los siglos XIX y XX literarura, a causa de la importancia adquirida por el so porte impre-so, pasados tantos aiios de Galaxia Gutenberg, se ha ido con cretan do tam bien en otros discursos diferentes como el cine (y el video). Por otra, Ia revoluci6n cibernetica ha ins-taurado unas relaciones de producci6n de significado que son distintas de las rradicio-nales de Ia literarura y siruan a esta en unos limites estrictos, lo cual no es obsraculo pa-ra que Ia literatura siga siendo tan importante como para seguir subsistiendo por si misma y que su nombre lo haga tambien mas alia de los limites mencionados.

    Consciente de Ia rradici6n multisecular que representa y abierto al futuro inme-diato, este libra titulado Ellenguaje literario se ofrece con Ia esperanza de que sea de urilidad.

    Miguel Angel Garrido GallArdo (dir.)

    Libro I

    FUNDAMENTOSDELLENGUNE LITERARIO

    Miguel Angel Garrido Gallardo CSIC, Madrid

  • 1

    ~QUE ES LA LITERATURA?

    1.1. Definicion

    El termino literatura se deriva delladn litteratura, palabra que se encuentra ya en las lmtitutio Oratoriaede Quintiliano (II, 1, 4). Su rafz es littera (letra). En plural, litterae, !etras, cosas escritas, cartas. En Ia historia de las modernas lenguas de cultura, el termi-no entrafia una serie de acepciones que Escarpit (1962: 259-272) ha sistematizado con acierto. Las exponemos a continuaci6n, sefialando con asterisco las que esd.n recogidas tambien en el Diccionario de Ia Real Academia Espanola.

    1. Ane de Ia palabra por oposici6n a las otras arres (Ia pintura, Ia musica, etc.)(*). Actualmente, es su sentido "fuerre", que naci6 a finales del siglo XVIII y se con-sagra en la obra de Mme. de Stael De fa Litterature (1800).

    2. Arte de Ia palabra por oposici6n a los usos funcionales del lenguaje. Corres-ponde al deslinde entre los escritos de creaci6n ("poesfa" en el sentido etimol6-gico) y los otros escritos que reclaman un estatuto aparte como cientfficos con Ia irrupci6n de las ciencias positivas a finales del siglo XVIII. Todavfa en Ia obra del padre Andres Morell Origen, progresos y estado actual de toda literatura (1782-1 799) la expresi6n conserva su contenido general.

    3. Arte de la expresi6n imelectual. Se trata de una acepci6n que se va fijando a lo largo del siglo XVIII y que pierde terreno al final del mismo para ser sustituida por Ia mencionada en (2).

    4. Arre de escribir obras de caracter perdurable. Acepci6n conectada con Ia (1) y la (2). Pretende distinguir entre lo que es literatura y lo que nolo es (produc-ciones para el consumo de masas sin mayores pretensiones). lgualmente, per-

  • 12 Libro I Fundamentos dellenguaje literario

    mite incluir producciones sin intencion creadora, pero sobresalientes por su es-tilo(*).

    5. Composicion artificial del discurso. Corresponde a un empleo ironico o peyo-rativo de Ia expresion ("eso no es mas que literatura'') con el mismo semido de "no me vengas con retorica'' o "eso no son mas que ftlosofias".

    6. Cultura del hombre de letras o ciencia en general a tenor de su significacion etimologica. Esta acepcion es Ia dominante hasta el siglo xvm(*).

    7. Conjunto de Ia produccion de obras literarias en los sentidos (1) y (2)(*). 8. Conjunto de Ia produccion literaria de una epoca, un pais, una region, etc., por

    ejemplo, literatura espanola, literatura americana, etc.(*). 9. Categoria propia de las obras que pertenecen a un genero, literatura de cordel

    literatura rosa, etc. 10. Bibliografia(*). Acepcion empleada en aleman y que ha pasado a ser de uso co-

    mun en las dem:is lenguas, sobre todo en determinados contextos ciemfficos como Ia medicina: fa literatura existente sobre esa enfermeclad es todavfa escasa.

    11. Conjunto de fenomenos literarios en cuanto hecho historico distinguible de los demas. La literatura espanola en fa Edad de Oro es tan importante como fa ciencia.

    12. Historia de Ia produccion literaria segun el sentido (8). Elipsis corriente en vez de Historia de Ia literatura.

    13. Por metonimia, manual de Historia de Ia literatura. 14. Por metonimia, tratado sobre cuestiones literarias(*). 15. Asignatura de los planes de estudio que versa sobre las acepciones (1 ), (2) y de-

    rivadas. 16. Institucion social que comprende una carrera prolesional, una titulacion uni-

    versitaria y una industria establecida, ademas de unos contenidos de estudio a tenor de (15).

    Como seve, en el termino confluyen sentidos de diversas procedencias. Etimol6gi-camente, el caricter de algo escrito es evidentemente el dominante. Sin embargo, po-dernos hablar de "literatura oral", lo cual nos pone ante Ia raiz subterd.nea que conec-ta literatura y poesia (obra de creacion). Por otra parte, Ia clasificacion decimal de Dewey que se empleaba en las bibliotecas remite modernamente por otro camino al antiguo sentido general de "cosas escritas". En efecto, ahora nose trata de que nos re-firamos a los escritos en general sin sustraer del conjumo los espedficamente poeticos, sino de que sustraemos del conjunto todos los que funcionalmente pueden ser califi-cados de alguna forma y nos quedamos con el resto colocado bajo la etiqueta de lite-ratura: El Quijote junto a las novelas del Coyote, las obras de Miguel Delibes codo con codo con las de Corin Tellado. Literaturasignifica aqui todo escrito sin finalidad pric-tica inmediata, significado que no es ajeno a Ia concepcion porIa que Kant estableda el caracter de las artes como actividades no titiles.

    Es posible que en Ia sustitucion del tetmino "poesfa" por el de "literatura" se pueda descubrir una diferente concepcion acerca de la naturaleza del objero que ambos suce-

    ;Que es Ia literatura? 13

    sivameme sefialan. "Poesfa'' es palabra aureolada por el prestigio que proviene de ser producto de Ia actividad creadora del hombre inspirado por las musas. "Literatura" per-tenece a una tradicion que hace referencia mas bien al dominio de las tecnicas de es-cribir y a una preparacion intelecrual: a una retorica, en suma. Nada tiene de extrafio que el Siglo de las Luces prefiriera el segundo a! primero. De todas maneras, Ia doble vertiente (cuestion de estetica, cuestion de tecnica) sigue siendo objeto de interes de cuantos se preocupan por los fenomenos litetatios.

    Como ocurre con todas las palabras, tambien literatura no nos ofrece su significado si-no demro de cada contexro y siruacion. El extraordinario exira que ha tenido en las len-guas occidentales (yen los calcos hechos en otras) puede provenir ral vez de su misma am-bigi.iedad. La creacion, el arte, remite sobre todo al origen individual del artista creador cuyas producciones se presentan como intocables en cualquier parte, ya se trate de una sinfonfa que se interpreta o de una pintura que se expone. El arte hecho con palabras ne-cesita set traducido de lengua a lengua en una operacion en que fundamenralmente se allega el contenido imelectual, "lo escrito", ya que su dimension estetica tiene que ser "puesta'' por el publico de orra lengua a! que se dirigen los mismos conceptos. Esa nece-saria dimension de intercambio social puede haber contribuido a que prevalezca Ia expre-sion literatura. Tampoco cabe desdeiiar Ia influencia que sobre Ia pervivencia del termino haya tenido el hecho de que, a! principia, toda poesfa exigfa un metro, de forma que lle-garon a set cuasi sinonimos poesia y discurso en verso. A medida que se fue abriendo pa-so tambien Ia creacion en prosa, se hiw necesario un termino distinro del de poesfa.

    Hasta aquf la definicion. Literatura es todas estas cosas. La Teoria de Ia Literatura pre-tende explicar las diversas claves -lingi.ifsticas, esteticas, sociologicas- en que se asienta ca-da una de las posibles acepciones. Escarpit seiiala que "hay una ciencia estetica, una cien-cia ideologica, una ciencia sociologica de la literatura. Sin duda, es posible tender puentes entre elias y abrir puertas, pero es de remer que Ia palabra literatura no sobreviva a Ia ope-racion". Habra que procurar que no sea asf. Ahora bien, sed. mision del atento lector des-cubrir en cada momento de que acepcion se esta hablando en ellibro.

    1.2. Arte y lenguaje

    El poema se tiene como modelo acabado de lo que entendemos por literatura, por lo que no estara de mas empezar por transcribir una receta para hacer poemas que me proporciono hace afios mi amigo Juaco Herrero. Al cabo, una recera noes sino un con-junto de claves, obtenidas por analisis de productos ya probados o un fruto de Ia in-vencion, cuya puesta en practica certificara su acierto o mostrara su caracter erroneo.

    • Metodo para hacer poemas

    Se puede aprender a hacer cualquier cosa en esta vida a base de encontrar un me-todo adecuado. Hasta para hacer poemas basta con aplicar rigurosamente el siguien-

  • 14 Libro I Fundamentos dellenguaje literario

    te metodo y salen de corrido. (Despues del metodo se incluira un poema hecho con el para que se vea lo ficil que es y lo bonito que queda el poema.)

    Consta de una introducci6n y siete breves reglas:

    - lntroducci6n. Para hacer un poema no es necesario esperar que llegue ningu-na inspiraci6n especial, ni hace falta estar en ayunas ni ninguna de esas condi-ciones que hacen falta siempre para las demis cosas. Basta aplicar las siete re-glas siguientes.

    - Primera. Se cogen unas cuantas palabras, en sf mismas poeticas, y se van dis-tribuyendo poco a poco entre las diferentes estrofas. Por ejemplo, susurro, des-vela, tintineo, alborada, crespones, aleteo, nentlfar, alondra, etc.

    - Segunda. Se cogen unas cuantas palabras mis bien vulgares a las que se poeti-za dandoles una terminaci6n adecuada: pajarillo, arroyuelo, blanquecino, etc.

    - Tercera. Se forman unas cuantas parejas de diferentes colores, de modo que se contradigan lo mas posible los colores de cada pareja: negro verdor, blanco es-carlata, azul blanquecino, etc.

    - Cuarta. A unos cuamos verbos se les cambia de ocupaci6n habitual, sin que se den cuenta. Por ejemplo: se cierran las sombras -en Iugar de las puerras o ven-tanas-, se masca el silencio -en vez de un buen ftlete-, se le clava un rej6n al firmamento -en Iugar de a un toro de trapio-, se mira uno en Ia brisa -en Iu-gar de en un espejo-, se borda un aciago destino -en Iugar de un sufrido man-tel-, etc.

    - Quinta. Se distribuyen tambien entre las estrofas unas cuantas palabras, de esas que a veces emplea Ia genre sin saber lo que quieren decir: enhiesto, hirsuto, inerme, inane, inc6lume, baldfo, etc.

    - Sexta. Puede ir bastante bien, para lograr mayor fuerza poetica, aprovechar al-gun pedacito de una poesia clasica conocida; asf, a Ruben Dado se le puede co-ger eso de los "claros clarines".

    - Septima. Si se encuentra a mana algun estribillo, aunque sea cortito, para re-petir entre cada dos estrofas, mejor que mejor.

    Con este metoda, aplicado al pie de Ia letra, se puede conseguir un poema tan completo como el que sigue, titulado Tu senda.

    Que hirsutos y enhiestos se yerguen' -amargo espejuelo-grises en la noche, cerrando sus sombras sobre el arroyuelo. Tu senda ...

    Ayes y lamentos, suaves tintineos mecidos al viento cabalgan con furia, inermes e inanes y all:i en Ia alborada

    clavan su rej6n sobre el firmamento. Tu senda ...

    La luna se mira en tu brisa.

    iQui es la literatura1

    Sabe que en Ia noche, donde las estrellas, cuando el canto duenne, suave y placentero, se masca un silencio de angustias que solo se quiebra junto allimonero. Tu senda ...

    La alondra se viste de un blanco escarlata. Sus trinos golpean cual claros clarines, y como un susurro de negro verdor levanta su vuelo en Ia noche, dejando con llanto y en flor un negro y baldfo desvelo. Tu senda ...

    Junto a! aleteo de los pajarillos se escucha el mugido de una vaca en pena que borda su aciago destino, - torre de marfil , gracil tintineo--nenUfar de plata de azul blanquecino. Tu senda ...

    Y all:i entre las sombras mascando un silencio, al aire sus negros crespones, baja por tu senda ... ... jmi menda!

    15

    No deja de ser una broma, pero, sin duda, una broma ilustrativa. La sensaci6n de poema que da el rexto codificado segun Ia receta, rota de modo_estent6reo -~ara no dar Iugar a enganos- con los segmentos de Ia vaca en pena y mz menda, prov1~ne de que habitualmente Ia creaci6n literaria discu_rre por los cauces ~e ~n uso esp~nal_ del lenguaje: intenso empleo de caracteres afecu~os (arr~yuelo, paJ~:illo), e~trana~Ientos frente a los terminos mis usuales para obhgar a fipr Ia atenClon (enhiesto, hirsu-to), contravenciones del sistema inaceptables en el habla ordinaria (negro verdor, blanco escarlata), empleo metaf6rico de las expresiones (se cierran las sombras, se masca el silencio).

    AI hablar de "lenguaje" hay que referirse tanto a Ia lengua natural como a otras for-mas de comunicaci6n. El empleo de palabras o expresiones acufi.adas en otras obras poeticas conocidas o en Ia serie literaria en general invita al receptor a establecer una actitud especial frente a! enunciado que recibe en el que presupone que se le prom~te alga (un descubrimiento, una fruici6n) distinto de lo que ofrece un texto ordt-nano.

  • 16 Libro I Fundamentos tkllenguaje literario

    Esta esperanza puede verse defraudada como ocurre en el ejemplo que acabamos de ver. Pero Ia decepcion (el enojo o Ia sonrisa) procede necesariamente de Ia vincu-lacion que realizamos entre procedimientos de lenguaje y caracter literario en senti-do fuerte.

    Junto a los extrafiamientos que se han senalado, existe, como se vera mas adelan-te, otro importante procedimiento en Ia elaboracion de Ia poesia, que son las repeti-ciones. No hace falta recurrir a los paralelismos tipicos de Ia poesia biblica. En este mismo ejemplo se manifiesta bien a las claras: "hirsutos y enhiestos", "ayes y lamen-tos", "inermes e inanes", "suave y placentero", "negro y baldio". Ademas, a todas es-tas repeticiones hay que afiadir Ia del estribillo y Ia de Ia rima. Ya se ve que las repe-ticiones pueden ser de sentido (como las enumeradas), de sonido (como Ia rima) o de sonido y sentido a Ia vcr. (como el estribillo).

    Pueden deducirse de lo dicho algunos supuestos que se precisaran a lo largo delli-bro. La fiteratura no es solo cosa de lenguaje, pero habitualmente una especial elabo-racion dellenguaje es sintoma de que nos encontramos ante un fen6meno literario. Dicha elaboracion puede estar puesta por el autor conscientemente a! servicio de una intenci6n originariamente literaria a tenor de las reglas de un genero determinado o puede haber surgido tambien de modo espond.neo como calidad de escritura no pre-vista. Lo normal sera que en el primer caso los recursos sean mas frecuentes y siste-maticos que en el segundo, pero eso solo no es garantfa de mayor calidad: un poema demasiado elaborado y sin chispa puede resultar de una pesadcr. intolerable.

    Del ejemplo expuesto se deduce tambien ami juicio un corolario que no se debe pasar por alto. La teoria literaria no exige siempre inevitablemente una jerga abstrusa (porno decir pedante). Es necesario dominar Ia terminologia tecnica como en cual-quier otra especialidad del saber humano, pero hay que procurar que esto no con-duzca a Ia oscuridad. Por ejemplo, se masca el silencio es expresi6n anomala en cuan-to contradice una regia de subcategorizacion segun Ia denominacion de Ia gramatica generativa. No esta mal expresarlo asi, pero, en rodo caso, es preferible reconocer el fen6meno a saber Ia etiqueta sin estar seguro de que significa.

    1.3. Funci6n de Ia literatura

    ~Para que la literatura? ~Para ahuyentar los propios fantasmas? ~Para compartir un d~scubrimiento con los demas? ~Para proporcionar un entretenimiento por cuyo ser-Vlcio se consiguen recursos econ6micos? Son preguntas sobre el fin de Ia literatura de orden personal que no dejan de inquietar. Pero Ia cuestion sobre Ia utilidad de Ia li-ter~tura se ha for~ulado de m_odo preferente en clave social y tiene ya una larga his-rona que nos remlte a afirmacwnes tan evocadas como las de Plat6n sobre Ia necesi-dad de expulsar a los poetas de Ia Republica.

    El verso de Ia Epfstofa a los Pisones de Horacia (aut prodesse uolunt - ... -aut delec-tare poetae) ha sido, sin embargo, ellema de los dos polos -

  • 18 Libro I Furulamentos dellenguaje literario

    ner que ver con ese deshacerse de los propios fantasmas que se ha dicho a! principia. Lo que no esti tan daro es que Ia literatura libere de las pasiones. A veces, parece mas bien que las alimenta.

    Por de pronto, las emociones suscitadas por Ia literatura no son las mismas de la vida real: no existe garanda alguna de que revivan Ia emoci6n originaria que desen-caden6 en el artista Ia inspiraci6n de Ia obra, tampoco de que Ia obra reproduzca en el receptor la mismas emociones originarias. La literatura no entrega emociones, si-no percepci6n de emociones.

    Sin embargo, por lo que hace a Ia tragedia estudiada por Aristoteles y los generos que pudieran ser asimilables, no cabe duda de que poner ante el especrador situa-ciones lfmites forma parte muy principal de su finalidad que tal vez pueda ser defi-nida de un modo riguroso como "catarsis" o purificaci6n del publico, que seve abo-cado a tomar conciencia de Ia propia contingencia, a Ia inquietante intuici6n de que nadie es absolutamente duefio de su destino.

    Sin duda, Ia finalidad de Ia literatura no ha estado en Ia mente de los primeros autores que se hayan tenido a sf mismos por tales. Mas bien, debi6 de surgir como pregunta de filosofos, utilitaristas o moralistas (Wellek y Warren, 1950: 45), y los ar-tistas se han visto en Ia necesidad de buscar una respuesta, de formular Ia apologia como se dice en lenguaje teologico. Como se ve a lo largo de Ia historia, hubo que esperar al siglo XIX y a! Romanticismo en concreto para encontrar una apasionada defensa del "arte par el arte": consigue Ia finalidad de Ia lireratura como obra de crea-ci6n quien provoca con su obra el goce estetico, realidad cuya naturaleza no es facil de definir, pero es posible, al menos, sefialar.

    Relacionadas con esta cuesti6n esdn las disputas sobre Ia oposici6n forma y fondo o la de ideologia y pasatiempo. Veremos mas adelante como "contenidista" y "formalista" -han sido palabras empleadas como insulto a ambos !ados de las respectivas fronteras.

    Mas, en fin, muchos seres humanos a traves de los tiempos han semido Ia nece-sidad de expresar con sus palabras emociones o de contar historias, orros muchos se han sentido compelidos a recibirlas. Por eso ha existido siempre, con ese nombre u otro, Ia literatura, fen6meno de palabras y, por consiguiente, de fondo y forma: no es posible transmitir un contenido sin expresi6n ni ofrecer una expresi6n sin conte-nido (aunque sea en su inquietante grado cero: Ia palabra que no "dice" nada se con-vierte en musica ... ).

    1.4. Los estudios literarios. Teoda, crftica e historia literaria

    Los estudios literarios actuales tienen su antecedente remota en Ia Ret6rica y en Ia Poetica, que fueron las disciplinas que, como veremos en el capitulo siguiente, han cubierto a naves de los siglos de nuestra cultura occidental el espacio de lo que hoy llamamos Teoda de Ia literatura.

    Sus antecedentes inmediatos se encuemran en el siglo XIX y son hijos del Romanti-cismo. En el sigio XVIII, las observaciones que habia legado Arist6teles en su Poetica y

    (Que es Ia literatura? 19

    Horacio en Ia Epistola a los Pisones se mantenian fosilizadas e incluso transformadas en una normativa rfgida, en una ferrea preceptiva que nunca estuvo en Ia mente de los au-tares cLl.sicos invocados como autoridades. El supuesto que estaba en el trasfondo era es-te: si determinados aurores han conseguido un discurso artistico (o brillante) con deter-minados procedimiemos que se han podido inventariar a partir precisamente de los resultados, bastad. configurar unas recetas con dichos procedimientos para que el que las aplique tenga Ia ceneza de exito. Se rrara del principio de imitacion del clasico.

    Las poeticas y las ret6ricas se transformaron en las preceptivas o recetarios de nor-mas para lograr un discurso artistico. Como inercia escolar, siguieron hasta bien en-trada el siglo XX. En cambia, fueron barridas del mundo imelecrual con el clima ro-mantico del XIX que se negaba a encorsetar Ia capacidad creadora en moldes preestablecidos. De todos modos, Ia experiencia acredito siempre lo esteril del prin-cipia de Ia imitacion de autores como fuente de arte. El significado del discurso se forja en su conrexto y situaci6n, de modo que para lograr lo mismo muchas veces hay que hacer "otra cosa". La literatura nose fabrica mednicamente.

    Asi las cosas, se iba abriendo camino en el siglo XVIII Ia domina de Herder, quien propugna el estudio de Ia literatura desde el pun to de vista historico-genetico. Se tra-ta de examinar como nace una obra o una corriente y como se produce su creci-miento, asi como Ia comunicaci6n entre autor, clima social y cultural de su epoca y las repercusiones en su obra.

    Los estudios literarios se convierten exclusivamente en hist6ricos, fruto de una mentalidad que empieza a estar fascinada porIa ciencia y que entiende siempre cien-cia como ciencia positiva. En las cuestiones de humanidades no cabia mas ciencia que Ia hisroria. A esto se aiiade Ia alianza estricta de Ia historia literaria con Ia na-ciente filologfa que conoda por entonces un gran desarrollo en su funcion de estu-diar y establecer textos antiguos mediante procedimientos positivistas.

    La historia positivista y materialista se alza con Ia pretension de ser Ia tinica dis-ciplina rigurosa de estos escudios.

    La historia literaria es Ia disciplina que se propone el conocimiento de los textos literarios del pasado, Ia biografia de sus autores, su relaci6n con Ia tradici6n literaria, su agrupacion en movimientos, escuelas o generaciones y las conexiones del fen6-meno literario con otros fenomenos de Ia misma epoca y culrura.

    El caracter erudito y documental de estos estudios es un rasgo indispensable. El historiador necesita conseguir textos autenticos y bien fijados y tener pruebas feha-cientes de que las atribuciones de auto ria, fecha y circunstancia en que nace el texto son fiables. La indagaci6n bibliogrifica y de fuentes supone un apriori absolutamen-te insoslayable.

    Entre las !abo res que se enmarcan en Ia investigaci6n historica de Ia literatura des-taca la edicion critica de texros (Blecua, 1983; Perez Priego, 1997), que tiene por fin reproducir Ia forma originaria del texto ante el que nos encontramos, de modo que sea Ia que su autor le quiso ororgar, salvada de los errores y cambios de todo tipo que hayan ocurrido a lo largo de su conservaci6n. El proceso de una edici6n critica cons-ta de Ia recensio, o recopilaci6n de manuscriros y ediciones existentes de la obra en

  • 20 Libro I. Fundamentos dellenguaje !iterario

    cuestion, collatio, o confrontacion de los distintos ejemplares de que se dispone y, fi-nalmente, Ia redacci6n del stemma, que es una especie de arbol genealogico estable-cido a base de las relaciones de unos manuscritos con otros, asf como de los manus-critos con las ediciones.

    Los manuscritos se clasifican en aut6grafos, escritos por el propio autor a! que se le atribuyen, o ap6grafos, copiados directa o indirectamente del original. No siempre los autografos son mis fiables. Puede ocurrir, por ejemplo, que un ap6grafo sea co-pia de una version posterior y definitiva que un autor ha realizado a partir de una primera redaccion de su obra.

    La elecci6n del manuscrito o edici6n que servira como texto bdsico puede ser tre-mendamente complicada. Una vez colacionados las diversas ediciones y los manus-critos disponibles, hay que decidir a cui! se ha de otorgar mayor autoridad. Un ma-nuscrito que difiera notablemente de una edicion impresa puede hacernos sospechar de Ia edicion, pero tam bien puede ocurrir que el autor haya gestado una version di-ferente a base de corregir pruebas de imprenta y resulta que Ia version mas ajustada a lo que el autor quiso entregar a los lectores es precisamente Ia impresa.

    Las ediciones crfticas incluyen un aparato critico en el que se consignan las variantesque presentan los diferentes manuscriros o ediciones en relacion con el rex-to basico propuesto. En este aparato, normalmente el editor explica las razones que le Bevan a elegir una lectura u otra.

    En fin, toda edici6n de textos tiene por objeto poner a! alcance del lector obras distantes por el tiempo o por su forma de conservaci6n.

    En este siglo Ia cdtica textual ha recibido tambien el nuevo nombre de ecdoti-ca, disciplina que incluye todas las operaciones precisas para Ia preparaci6n de Ia obra en orden a su edicion que, ademas de Ia edici6n crftica, puede revestir otras modalidades.

    Edicion facsimilar es aquella que resulta de reproducir fotogd.ficamente un rexto que por su caracter venerable, su rareza o el valor de sus ilustraciones artisticas se ha considerado preferible enuegar a! lector en Ia misma apariencia del manuscrito ode Ia edicion de que se trate.

    La edici6n paleografica o diplomatica presenta exactamente el texto como Ia an-terior, pero lo hace mediante el procedimiento de imprenta que reproduce signos, abreviaturas, puntuaci6n e, incluso, errores del original, que se suelen marcar me-diante Ia inclusion de Ia advertencia sic escrita entre parentesis.

    La edici6n anotada tiene como fin mantener en estado de vigilia una obra me-diante Ia inclusion de datos o comentarios que hacen comprensibles aquellos pasajes que pueden haberse vuelto menos inteligibles con el paso del tiempo por el cambia de cultura o el cambio lingiHstico. Ademas de estas ilustraciones de car:icter hist6ri-co, tambien hay ediciones anotadas (escolares 0 no) que pretenden ayudar de multi-ples maneras a! lector en la adecuada comprensi6n del texro. En estas ultimas inter-viene mas el critico literario que el filologo estricro o el historiador de Ia literatura.

    Otra tarea propia de Ia historia literaria es Ia datacion de los textos. Muchas ve-ces, Ia fecha de publicaci6n esta impresa en el propio volumen, pero hay otras (sobre

    ;Qui es Ia literatura? 21

    todo en obras antiguas) en que no existe tal constancia. Ademas, puede ocurrir que Ia fecha ofrecida por el autor sea (deliberadamente o no) falsa o que _Ia obra se haya prolongado muchos afios en su redacci6n, por lo que cabe rastrear dtferentes fechas

    para partes diferentes. , . . . Como ensefia Lanson, los problemas cronologtcos son de suma tmportancta

    para el hisroriador de Ia literatura (191 0: 48), pu~s toda obra ha de ser ~~terpretada en relaci6n con el contexro en que se prodUJO, ya que es a Ia vez hqa de su tiempo y origen de influencias sobre su mismo tiempo. En todo caso, la cronolo-gfa, como es obvio, guarda una estrecha relaci6n con Ia historia, pues mal se po-dda establecer Ia secuencia de hechos sin una lfnea temporal sobre Ia que se mar-

    que Ia sucesividad. La dataci6n de una obra se efectua acudiendo a medias internos o externos. Son

    medios internos Ia relaci6n de elementos del texro con hechos bien fi.jados cronolo-gicamente, personajes conocidos o acontecimientos que han s~r~ido de _re~er~ncia en otras historias. Un libro que refleje o presuponga un acontectmtento htstonco ofre-cera un termino a quo para su datacion: sera posterior ~ a~ontecimiento d: referen-cia. Igualmente, si el texto da como futuro u~ acontenmt~nto ya aco~t??tdo antes de Ia lectura, tenemos un termino ad quem bten clara: el hbro se escnb10 antes de que el acontecimiento se produjera. Tambien se pueden encontrar indic~os de orde~ temacico o esrilistico caracterfsricos en Ia evolun6n del autor que permtten dedum la fecha de un texto por su relaci6n con otros textos de dataci6n bien establecida que presumiblemente pertenecen al mismo periodo. No hay que descartar, sin embargo, que un autor se aleje y vuelva de diferentes esrilos ni que aborde registros muy dis-

    tintos en el mismo momenta. Son medias externos los datos biogr:ificos, testimonies de contempor:ineos, refe-

    rencias extraidas de cartas o diarios del auto r, etc. Ademas de Ia daraci6n, Ia historia de la literatura establece influencias y fuentes.

    Fuente es un pasaje, un acontecimiento o una imagen ya previamente exist~ntes y que un autor aprovecha para la confeccion de su obra. Se trata de una presencia de orden concreto. La influencia, en cambio, es una huella mas sutil que cabe detectar en un texto de un aurar y que presumiblemente procede de otros autores en cuanto a sen-sibilidad, trasfondo ideol6gico o recursos estilfsticos. El estudio de las fuentes en to-da su amplitudes uno de los enfoques posibles de la disciplina que se conoce con el nombre de Literatura Comparada (Vega Ramos y Neus Carbonell, 1998). Una obra monumental del campo de las fuentes es ellibro Literatura europea y Edad Media la-tina (1948) de Curtius, que conriene un magistral estudio de topicoso esquemas que pasan de una epoca a otra, de una literarura a otra, como estereotipos .. F~mosos son los cliches del carpe diem horaciano o del locus amoen~s que han consutmdo lugar~s comunes en las mejores obras de nuestra literatura occtdental. Hay que observar, sm embargo, que trat:indose de percepciones y sentimientos general_es del e~piritu hu-mano es muy conveniente deslindar entre lo que es fruto de una mfluenna o lo que nace en diversos tiempos y lugares como consecuencia esponti nea de Ia naturaleza, es decir, distinguir entre influencia y poligenesis.

  • 22 Libro [ Funtbmmtos dellenguaje literario

    Hasta aqui, las principales tareas de Ia historia. El critico literario y el te6rico de Ia literatura no pueden prescindir del historiador que le hade suministrar los hechos cierros, objetos del anilisis o de Ia posterior teorizaci6n. Desde luego, tam poco el his-toriador literario podd. prescindir del critico. El caracter espedfico del hecho litera-rio exige un tratamiento particular que incluye las dasificaciones genericas, los re-gimes estilisticos y las bases doctrinales: de esta manera, teniendo en cuenta el trasfondo, se podra situar de un modo adecuado cada hecho literario en relaci6n con los otros de su mismo tipo y con los hechos hist6ricos en general.

    Wellek (1963: 25-35) ha rastreado el uso de !a expresi6n crftica literariaque se ha empleado reiteradamente a lo largo de Ia historia como sin6nimo de poetica ode re-t6rica y, por consiguiente, de teo ria de Ia literatura.

    La crftica literaria, en general, es Ia disciplina de caricter analitico que se aplica a una obra en particular o a un conjumo de obras de un autor, una epoca o un genera. En este senti dose relaciona con Ia teo ria de Ia literatura como cara y cruz de una mis-ma moneda. En Ia medida en que Ia critica establezca conclusiones acerca de una obra, las establecera en vinud de determinados supuestos (implfcitos o explicitos) que presuponen una ciena teoria. Pero, cuando Ia critica hace el anilisis de un texto literario, ofrece materiales para poder abstraer, a partir de lo concreto, principios ge-nerales de Ia construcci6n literaria, es decir, teo ria. No es otra cosa lo que ofrece Aris-t6teles en su Po!tica.

    Aunque el verbo griego krinein (juzgar) y el sustantivo krit!s (juez) estill docu-mentados en este semi do ya en el siglo IV antes de Cristo, Ia aparici6n de esta acep-ci6n en las lenguas occidentales se puede calificar de accidental hasta el siglo XV1Il.

    En Ia primera mitad del siglo XVIII se adopta en Alemania el termino "crftico". Como ha documentado Wellek (1965: II, 55), Lessing, Herder y los hermanos Au-gusto Guillermo y Federico Schlegel se consideraron ellos mismos criticos. Especial-mente Augusto Guillermo se esforz6 en deslindar el espacio propio de Ia crftica en-tre !a historia y Ia teoria. Sin embargo, la palabra no haria fortuna, desplazada bien pronto por otras que cubrian su campo de significaci6n, Estetica literaria y Ciencia de fa literatura (Literaturwissenschaft).

    Critica (Literaturkritik) fue una expresi6n reservada a Ia labor de los intermedia-ries entre escritores y publico en los medias de comunicaci6n social. Se distingue asi una critica militante y una critica academica en oposici6n que perdura hasta nues-tros dias y que supone que Ia primera entraiia una actitud valorativa y subjetiva cu-ya unica ley es el buen gusto del critico, a diferencia de Ia universalidad que preten-de Ia otra opci6n (jciemifica!).

    Asi, los estudios academicos de Ia literatura quedan repartidos entre una rama de Ia Estetica, !a que estudia el arte hecho con palabras, considerada disciplina filos6fi-ca, y una historia de Ia literatura.

    Ya en el siglo XX, Ia expresi6n Ciencia de Ia literatura del aleman, con dtulos tan conocidos como Ia recopilaci6n de Ermatinger (1930), nose ha empleado en las de-mis lenguas sino ocasionalmeme y como variatio estilistica de teoria o crftica.

    ;Que es b.literatura1 23

    En ingles y frances, el termino ciencia s.e idemific6 .t~~to co~ las .ci.encias natura-les que apenas pudo sobrevivir ~n otro se~ndo. La o~ostcton al htstonctsmo que mar-ca los esrudios literarios a parttr de comtenws del .stglo XX l?s lleva a al.be~garlos e~ ingles bajo ei termino critica. Asi lo atesriguan .los hbros de Richards, Prmczples of~~terary criticism (1925); Ransom, The New cntzasm.(~~4 1) , o Frye, Anatomy o(Cntt-cism (1957). Hay que observar que el derivado crztzczsm (~nttc~smo) no ,e~ mas que un expediente para salvar Ia homo~i;nia en ingles entre qUJen ejerce Ia cnttca y Ia la-bor que ejerce (en ambos casos, crztzc) . . . . .

    En frances, Ia palabra critique tenia un stgmficado m~y amplto en Satnte-Beuve 0 en Hipolito Taine. Con Brunetiere todavia :ra ~I ter~uno qu~ e~globa~a l~s tra-bajos de cuantos se oponlan a limi~ar l?s estudws lneranos academicos al ambit~ de Ia historia que rriunfaba en las umverstdades f~anc~sa:, con Lanson ~omo gran ms-pirador. Se puede decir que, en general, s~ ha 1do hmnando, la ~mphtud de su c?n-tenido semantico sin que, no obstante, deje de aparecer e.l termt?o,r~ra caracte~I~ar Ia labor de ref1exi6n filos6fica sobre la literatura o como simple smommo de poenca 0 de teoria literaria. De todas maneras, es mas apropiado emplear poetica para ~a la-bor academica y critica para Ia funci6n del que escribe en los suplementos de hbros de los peri6dicos. , . . . , .

    En espaiiol, italiano y otras lenguas rom.anicas, Ia sttua.cwn no es mu~ d1f~rente. Hasta los afios sesenta del siglo XX los estudtos corresp?nd1e~te~ en las umvemdades espafiolas se inclufan en Ia asignam,ra ~e Cr~tica litera;za sustitmda en los setenta por Ia de Teoria de fa Literatura o Teorza !tterarza. Despues, empezaron a aparecer en los nuevos planes de esrudio los dos ~~tu~os con c~nt.en~dos espe~ifi.cos distin;os. ,

    En resumen, Critica literaria s1gmfica: a) dtsoplma descnpnva de ~aracter anal~tico a diferencia de Ia que estudia solo principios generales o espec.ul.auvos; b) Teona de Ia Literatura, Teoria literaria o Poetica en cuanto que todo pnnCipiO gen~ral.p~ede ser concebido como fundamento de posibles anilisis, y c) Teoria de los pr~nopws y metodos que se han de emplear en Ia actividad crftico-li.tera~i~. Esta acepo6n ha re-cibido tambien el nombre de criticologia, que no ha temdo ex1to. . , .

    Por otro !ado, Ia distinci6n entre crftica militante o periodlsrica y crinca academJ-ca, que ha suscitado frecuentes debates, esti a punto de ser s~perada por, ~uanto, de una parte, es cada vez mas frecuente el caso de profesores que eJercen la crmca en los me-dias de comunicaci6n social, y de otra, son muchos los hombres de letras. que o~tan en estos mismos medias por el analisis de base te6rica expli~ita y que parttetpan mduso en las publicaciones literarias de tipo academ!Co. Como diCe Wellek (1963: 35),

    una terminologia, particularmente en una materia tan eva~iva como la crfti~a .t~teraria, no puede ser congelada, aun por la mas al~a autondad o la mas. mfluyente asocta~iOn de espe-cialistas. Podemos ayudar a esclarecer signtflcados, a descnbtr contextos, a clanficar proble-mas y podemos recomendar distinciones, pero no podemos leg1slar el futuro.

    De un modo poco precise, Wellek llama Teoria literaria al estudio de los princi-pios de la literatura, de sus categorias y criterios (Wellek y Warren, 1950: 48). Con

  • 24 Libro L Fundamentos dellenguaje literario

    posterioridad, el afan de otorgar un estatuto riguroso a una actividad que se habia convertido en disciplina academica ha conducido a numerosos intentos de concretar el sentido de teo ria en esta expresion y de su pretendido caracter cientifico.

    Por de pronto, cabe decir que la preferencia por el sintagma teoria de Ia literatura frente a teoria literaria responde al deseo de evitar el equivoco que supondrla el he-cho de que "literaria" se puede referir tanto al objeto (de Ia literatura) como a Ia pro-pia teo ria (imaginativa, Hrica).

    Con Ia expresion teoria de la literatura nos referimos a una de estas tres activida-des (Mignolo, 1983):

    a) Forn:ulacion de hipotesis que den cuenta de Ia complejidad del fen6meno li-terano.

    b) Reconstrucci6n racional de acontecimientos literarios, singulares o generales, del pasado.

    c) Co_mprensi6n te6rica de los aspectos generales y repetibles del fen6meno lite-rano.

    El sentido seiialado en primer Iugar es el mas debil que cabe atribuir a Ia expre-sion. Acoge el hecho literario como una realidad consabida sobre Ia que no se pre-gunta previamente y procura dar cuenta de ella. En Ia formulaci6n de Dilthey cae dellado de Ia comprension (verstehen), objetivo de las ciencias humanas. Sin duda, es en el que esti pensando Wellek en Ia definicion propuesta mas arriba y tambien al que corresponde Ia estrecha relaci6n antes senalada entre teoda y cdtica. Probable-mente, la Filosofia de la ciencia abrigaria muchas aprensiones antes de otorgarle pre-cisamente estatuto de ciencia, aunque dificilmente objetaria su condici6n de activi-dad de arden ciemifico.

    El tercero entra de lleno en el ambito de Ia explicaci6n {erklaren), objetivo, se-gun el propio Dilthey, tanto de las ciencias naturales como de las culturales. Hay que seiialar que Ia tarea de determinar los aspectos generales del fenomeno litera-rio incluye la busqueda de una formulaci6n que sustente Ia propia propuesta, es decir, una labor epistemologica previa. Los caracteres generales no son solamente unas realidades que estan ahi delante concretadas en obras determinadas, sino ras-gos hipoteticos que hay que justificar. Ademas, en este orden de cosas, las reglas de Ia literariedad ataiien tanto a Ia explicaci6n de fenomenos dados como a Ia de po-sibles hechos por venir. Esta teoda bien pudiera considerarse como Filosofia o Lo-gica de Ia literatura.

    Es de notar al respecto que las teorias literarias incluidas en el tercer sentido que venimos viendo ahora se basan en instancias cientificas externas a Ia propia literatu-ra. No solo se trata de Ia Epistemologfa en general ode Ia Epistemologfa cultural (es-taba hasta ahora por hacer, que yo sepa, una espedficameme literaria) como meta teo-ria en el caso de Ia Poetica (Bobes Naves, 2008). La Teorfa sociologica de Ia lireratura o Ia Teoria psicocdtica, por ejemplo, deben justificar, ademas de su pretendida ade-

    ; Qui es fa literatura? 25

    cuaci6n al objeto literario, su congruencia con las exigencias propias de Ia ciencia (Sociologia, Psicoanalisis) en que se fundameman.

    1. 5. El ani! isis li terario

    Segun hemos recordado, el anilisis de las obras literarias esra implicita o explkita-mente anclado en Ia teorfa o, por mejor decir, en alguna de las teorias literarias al uso. Existe una evidente relaci6n dialecrica entre teoria y analisis: segun la hipotesis que se sustente sobre el fen6meno literario, serin las estrategias que se emprendan para analizarlo y, a la inversa, segun los resultados de los analisis, se modificarin las hipo-tesis te6ricas para conseguir Ia adecuacion.

    Podemos clasificar las merodologias de analisis literario vigentes tras la produc-cion del siglo XX, grosso modo, en tres grandes grupos de llmites borrosos entre si: inmanemes, trascendenres e integradores.

    Llamaremos inmanentes a aquellos metodos que pretenden extraer condusiones del mismo texto o grupo de textos considerados en si mismos o acaso con referencia a un modelo lingiiistico que permita elevar los datos a categoria, pero siempre con independencia de cualquier clave ajena al idioma. Son merodos inmanentes Ia Esri-l!stica, el Formalismo, el Estructuralismo, el Tematismo y el Analisis estadistico.

    Los merodos trascendentes analizan Ia obra en virtud de una clave imerpretativa que esti mis alii de Ia configuracion lingiiistica del texto. Son, entre otros, Ia Socio-critica, Ia Psicocritica y Ia Poetica de Ia imaginacion, Ia Estetica de Ia recepcion y Ia Hermeneurica.

    Los imegradores abordan las claves analiticas en el proceso de enunciaci6n, con lo que consiguen que los datos del enunciado se imegren en un conjunto mas am-plio y que los datos del emorno sean tenidos en cuenta no como algo externo, sino en cuanro relevantes para el resulrado de Ia significacion. Son metodos inregradores Ia Semi6tica, Ia Pragmatica, Ia Ret6rica, Ia Lingiiistica del texto y las teodas sistemi-cas de Ia literatura.

    La Estilistica aborda el fenomeno del estilo o Ia especial elaboracion del texto que puede ser reconocido como huella del artista sobre su obra, o estrategia lingiiistica en orden a conseguir una peculiar atencion por parte del receptor. El anilisis de las fi-guras de estilo ha sido una constante en la hiscoria de los esrudios literarios. En la concepcion mis simple se han considerado elementos de adorno "superpuesto" a Ia secuencia normal del enunciado para embellecerlo, convirtiendolo en parte de las "bellas letras". Aunque Ia atenci6n por el buen estilo debe ser comun a todos los re-gistros lingiiisticos, se da par descontado que es en el registro literario donde reviste mayor interes.

    El Formalismo considera el anilisis de la configuracion del texto como objeti-vo fundamental. No se trata, en general, de que se desprecie el "fondo", sino de aceptar que Ia forma manifiesta el fonda, que no hay forma sin fondo (ni fonda

  • 26 Libra I Fundamentos dellenguaje literario

    sin forma) y que, de rodos modos, Ia forma es Ia vfa de acceso mas inmediata de que disponemos.

    El tenor de las afirmaciones formalistas es muy distinto de escuela a escuela, e in-cluso de au tor a autor, dentro de una misma escuela o epoca. Recordemos de nuevo que "formalista" se ha empleado como insulto en determinadas ocasiones por los abanderados de metodos trascendentes contra los partidarios de estas metodologfas.

    Estructuralismo es todo metoda de anilisis que parta del supuesto de que las obras literarias (a! igual que todos los hechos culturales) pueden ser considerados co-mo sistemas aut6nomos de dependencias internas. Existen diversos grados en el ca-racter estructuralista de una metodologfa, desde las que adoptan el supuesto estruc-tural como un expedience entre otros, a las que tienen el estructuralismo como trasfondo filosofico vinculado a una determinada filosofla dellenguaje.

    Asf, puede hablarse de estructuralismo como una escuela teorica en sf misma; de metodologfa estructuralista como una entre varias que em plea una misma escue-la y tambien de esrilfstica estructural, semi6tica estrucrural, etc., en las que "estruc-tural" especifica un tipo dentro de una opci6n dererminada. Volveremos sabre Ia cuesti6n.

    Sin embargo, hay que sefialar desde el principio Ia importancia del estructuralis-mo en la teorfa, cdrica y metodologfa literarias del siglo XX. Llega hasta el punto de que las periodizaciones de escuelas y movimientos pueden agruparse en preestructu-ralistas, estructuralistas y postestructuralistas (Culler, 1975; 1982).

    El analisis rematico se centra en el nucleo del conrenido semantico. A primera vis-ta parece simerrico y contradictorio con el anilisis formal. Sin embargo, cabe el ana-lisis de la forma del contenido como procedimiento de determinacion del rema, que resultarfa, a su vez, el denominador comun, invariame semantico que proporciona Ia cohesion al texto y es punro donde confluye el proceso de su significacion.

    Lo dicho se refiere a la Tematica. La tematologia, en cambio, esrudia Ia perviven-cia de un tema a craves de diversos textos (el tema de Don Juan, el tema de Fausto, etc.). Estos otros estudios, aun teniendo el tema como objetivo, obviamente no co-rresponden a una lfnea inmanentista de analisis.

    El Anilisis estadfstico determina Ia frecuencia de una palabra, una expresi6n o una construcci6n en una obra o en un conjuriro. En cuanto centrado en el texto, es un procedimiento inmanente, aunque obtiene su mayor virtualidad con Ia compa-raci6n de sus resultados con las medias establecidas en el uso ordinaria de las lenguas de que se rrate. Ayudado de los instrumentos cibernericos, resulta a veces utilfsimo en los anilisis estilfsticos o cuando se trata de establecer la frecuencia de aparici6n de una recurrencia tematica en los trabajos de Ia linea anterior. Su aplicacion solamen-te mecanica corre el peligro de caer en recuentos esteriles.

    La Sociocrftica establece conclusiones que parten de la consideracion de la litera-tura como fen6meno social. Son diversas las relaciones que se pueden establecer en-tre literatura y sociedad, aunque basicamente se reducen a dos: el analisis puede pre-tender ilustrar la sociedad utilizando el texto literario como un documento de epoca o establecer conclusiones acerca de Ia obra basadas, en ultimo termino, en las rela-

    ~Que es La literatura? 27

    ciones que se presumen entre las esrructuras literari~ y las social_es. Normalmente es-ta segunda lfnea se adscribe filos6ficam~nte a~ fmbtto de! mams~o. . . .

    Otros trabajos que tratan de Ia constderacton del fenomeno ltterano como msu-rucion son ajenos al marco analftico que esta~os valorando aqui. ,

    La Psicocritica busca las claves interpretauva~ en la mente humana, ya se,a esra_ Ia del au tor, ya sea el inconsciente humano colecuvo .. Paralela a la_ met~d_o!ogta socto-cdtica, suele inspirarse en alguna de las escuelas denvad~s delpstcoanaltsts de Freud. 0 sea, busca la interpretacion del texto a partir de co~stder~ctones que ~o. son espe-dficas de Ia actividad literaria, sino generales del funcwnamtento pstcologtco del ser humano que da Iugar a discursos, entre los que se ;ncuentra elliter~rio. Como e~ ~I caso de la sociocrftica, hay autores que Ia conceptuan como un cammo ~etodologtco absoluto, mienrras otros la presenran como una ayuda complementana en la la-bor analltica.

    La Poetica de la imaginaci6n es una de las modalidades de la linea anterior. La de-nominaci6n se debe al fil6sofo de inspiraci6n psicoanalftica Gaston Bachelard y ha pasado a significar Ia interpretacion basada en sfmbolos antropol6gicos de caricter universal. .

    En algunas de sus realizaciones esra emparentada con un cierto tem~tfsmo que m-daga las obsesiones fundamentales que estin en el trasfondo de la creacton, rastrea~do las recurrencias tematicas explicitas o implicitas en Ia obra de que se trace. La Mt-tocdtica o Analisis del mito son variantes de esta modalidad metodol6gica.

    La Estetica de la recepci6n fija su atenci6n en el polo del lector y valora la obra en relacion con el horizonte de expectativas del publico, tanto en el momento_ de su aparicion como en sucesivas etapas ~el devenir hi~t6rico_. pesde esta persp_ecr_tva, se anula la apreciacion de Ia obra !tterana como una esenCia mmutable r se tnSl~te en el caracter hist6rico de su consideracion. Instaurar al receptor como eJe de la mves-tigaci6n, segun han hecho Jauss (1977) y o_rros a~tores. de esra_ l~nea, ha supuesto un giro copernicano con respecto a las mdagactones hteranas rradt~l~n~es y ha ~ado Iu-gar a nuevos enfoques en metodologfas inmanentes (en Ia Estthsttca, por eJemplo)

    segun veremos. . , . . , Muchas de las conclustones de la Estenca de la recepCion se basan en Ia Herme-

    neutica o doctrina de la interpretacion que, en lo concernienre a n~estros prop6si-tos, se inspira fundamentalmente en la obra de Gadame_r, (1960), qmen pone de re-lieve como el conocimiento de un texto resulta de un dtalogo entre el momenta de escrirura y el de lectura. Ellector no puede_ desembar~rse de sus presupuestos ~e epoca, educacion y cultura a la hora de la mterpretaCI?~· Igualmente, el estable~lmiento del sentido originario esti ligado a las presupostctones presences :n l~ subje-rividad del escritor. Estas cuestiones, inspiradas sobre todo en la larga htstona de Ia interpretacion de los textos bibli~os, estin sien~o ad~ptad~s al an~isis de los text?s literarios con resultados que se stguen con creCiente mteres (Dommguez Caparros, 1993).

    La critica feminista (Moi , 1988) constituye una aplicacion mas d: ciertos aparta-dos, aunque es preciso consignarla aparte por cuanto se ha converttdo en un recla-

  • 28 Libro L Fundamentos dellenguaje literario

    mo masivo dentro del panorama de los estudios literarios. Parece que ha venido a sustituir en el panorama de Ia crftica al marxismo, virtualmente desaparecido despues de muchas decadas de presencia predominante. Incluso se podda aventurar que la cri-tica feminista se difunde en grupos humanos semejantes a los que sustentaron el mar-xismo. En cuanto ligada a la psicocrftica, analiza el orden simbolico que ha instaurado tradicionalmente Ia opresion de Ia mujer por parte del hombre. Como crftica sociol6-gica, pone de relieve el dominio de las pautas masculinas como causa del poco aprecio de Ia literatura femenina a lo largo de Ia historia. El que nadie hubiera advertido que los primeros capftulos de la Biblia fueron escritos por una mujer, seglin Ia infundada opinion de Bloom (1990), resultaria congruente con esta concepcion.

    Es Critica semiologica aquella que aborda el analisis de Ia obra como sistema de signos. Atenta a los mecanismos de Ia producci6n del sentido, ado pta necesariamen-te estrategias interdisciplinarias, puesto que el significado final es consecuencia de los multiples c6digos que se entrecruzan en todo e5pacio de significacion. En el mode-to simplificado de Morris comprende sintaxis (relacion de los signos entre sf), se-mantica (relacion de los signos con los referentes) y pragmatica (relacion de los sig-nos con los elementos del proceso de comunicacion).

    La Semi6tica se identifica en parte con el estructuralismo en cuanto consiste en sacar las consecuencias de que todo sistema de signos es, por definicion, c6digo. Asi, podemos decir que todo analisis estructuralista no reductoramente inmanente pue-de ser semi6rico, aunque no todo analisis semi6tico es estructuralista. Por ejemplo, a los trabajos semi6ricos inspirados en Peirce (1857-1914) seria diffcil otorgarles este calificativo.

    La Pragmatica se puede constituir tambien en linea autonoma. Consiste en abor-dar el estudio dellenguaje en situacion. El enunciado literario significa en relacion con un proceso en el que intervienen quienes escriben, quienes leen y quienes inter-pretan. La sintaxis y Ia semantica se tornan, desde esta perspectiva, procedimientos de elaboraci6n exigidos por el contexto y entorno. El problema de Ia ficcionalidad o cualidad de las narraciones que entran a formar parte del mundo literario es tipica-mente pragmatico. Como veremos, Ia naruraleza de los generos tambien puede ser abordada provechosamente desde aqui.

    La Ret6rica es Ia disciplina tradicional que se ocupa de la persuasion por medio de Ia palabra. Desde Aristoteles se habfa cafdo en Ia cuenta de que los procedimien-tos de lenguaje que se emplean para atraer la atencion sobre un mensaje con animo de persuadir han de ser los mismos (al menos, en parte) que los que se emplean con una finalidad estetica. Por eso, a lo largo de Ia cultura occidental se han confundido muchas veces Retorica y Poetica, sobre todo, la parte de la Ret6rica Hamada elocu-cian, que es la encargada del esrudio de las figuras. Modernamente, analisis estilfsti-cos estructuralistas han reivindicado el nombre clasico para su labor y, asf, han pro-liferado las Neorretoricas.

    Ademas, como toda literatura entrafia un algo de persuasion, tambien se ha visto Ia Retorica como una ciencia del texto atenta no solo a! enunciado, sino a! proceso de enunciaci6n, con lo que no solo Ia elocucion, sino tambien las otras partes se han

    ~Que es fa literatura? 29

    integrado en los estudios de literatura, convirtiendose asf el analisis retorico en el nombre clasico de un tipo de lo que hoy conocemos como pragmatica.

    Se denominan Lingi.ifstica del texto algunos analisis promovidos especialmente en el ambito centroeuropeo (Van Dijk, 1977a; Petofi, 1975) que quieren subrayar Ia importancia de Ia unidad textual por oposicion a ciertos estructuralismos anclados en el nivel de Ia frase. Surgidos tras los primeros desarrollos de la gramatica genera-tiva, asumen explfcitamente planteamiemos semioticos, basta tal punto que se pue-de afirmar sin temor a equivocarse que toda lingiifstica del texto es semiotica, aun-que no roda semi6tica sea una lingiifstica del texto.

    Versiones integradoras de Ia sociocritica son Ia escuela de Bajtin (1963), Ia Se-miotica de Ia cultura de Lorman (1970), Ia Teorfa emplrica de la lireratura de Schmidt (1980) y Ia Teorfa de los polisistemas propuesta por !tamar Even-Zohar (1990). Tienen en comun el afan por dotar de un estatuto cientffico a sus trabajos y, sobre rodo, en algunos casos, el cadcter totalmente ajeno a lo literario de sus con-clusiones, lo cual no quiere decir en absoluto que carezcan de interes.

    La Deconstruccion, en fin, viene a suponer el grado cero del analisis. La radical posicion antimetaffsica de esta linea, inspirada en Paul de Man (1971) o Derrida (l967b, 1972b), niega que exista posibilidad alguna de blisqueda de Ia verdad, de adecuacion entre signos y referentes. En consecuencia, el intento interpretativo de Ia Hermeneutica serfa un objetivo imposible. Todo texto, dicen, ofrece un lenguaje esencialmente ret6rico en que cada figura puede enviar a otra basta el infinito. Impo-sible, pues, fijar el resultado de Ia tarea analftica: afirmar que son posibles infinitos analisis es igual que sostener que no es posible ninguno. Tanto es asf que de algunas versiones vulgatae de Ia critica norteamericana se podria deducir que, no existiendo valores objetivos ni precedencias, en cuanto texto, tanto da El Quijote como una re-ceta de cocina.

    Tras esta enumeracion no exhaustiva, hay que advertir no solo de las fromeras borrosas entre unas lfneas y otras, sino tambien de Ia existencia de posibles o (im)po-sibles mezdas, algunas de las cuales hemos dejado ya apuntadas. Como ya queda di-cho, solo cabe una exclusion, Ia Deconstruccion no es una linea mas de interpreta-cion, es un alegato contra La interpretacion.

  • 146 Libro I. Fundamentos dellenguaje literario

    La Ret6rica ha sustentado Ia aratoria sagrada, ha sido soporre de la propaganda politica y ha encontrado un enorme desarrollo en la publicidad comercial.

    Como he expresado en otras ocasiones, creo que Ia Ret6rica esd en los umbrales del siglo XXI mas presente que nunca en esta civilizaci6n de las relaciones mediadas en que Ia imagen cuenta de forma extraordinaria. ·

    Lo que dice un politico, lo que el cantante represema como vida privada para que sea narrado verbal y, sobre rodo, fotogrificamente por las revistas del coraz6n, no es, con frecuencia, lo que aquel piensa o lo que este vive, sino lo que sus asesores, tras una prospecci6n de mercado, le indican que es eficaz, que va a suscitar la adhesion. Y lo asombroso es que el politico seguid. cosechando voros a pesar de que no hace lo que dice y el cantante, aun con Ia voz cascada por los afios, recorreri de rriunfo en triunfo el planeta, rindiendo a sus pies incluso a los poderosos de la Tierra que, co-mo el, son esclavos de la imagen, representantes de papeles de conveniencia en el rin-glado de Ia farsa universal.

    Esta ret6rica sofisrica, que busca conseguir la adhesion a roda costa, convive y convivid. con la rer6rica que procure convencer de la verdad. Como hace Quintilia-no en su manual, y hoy con mayor morivo, habra que seguir prestando atenci6n a las relaciones de la erica con el uso del discurso, si no se quiere que la Rer6rica y las disciplinas que hoy Ia heredan con distintos nombres se convierran en elementos de nuevas violencias. Ademis de a Ia direcra relaci6n de Ia Ret6rica con Ia Teoria de Ia Lireratura y con las otras disciplinas del discurso, habra que presrar atenci6n a esta, que relaciona los discursos con cada ser humano en particular.

    7

    FIGURAS RET6RICAS

    7.1. Concepro

    El aparrado de Ia Ret6rica que conocemos con el nombre de Elocutio se centra fun-damenralmente en Ia clasificaci6n y descripci6n de los recursos de expresi6n o figu-ras en el senti do am plio del termino. Como sabemos, Ia Elocuci6n clisica esrudia los "estilos" y las cualidades o "virtudes" de Ia expresi6n, que son la correcci6n (puritas), Ia claridad (perspicuitas) y Ia belleza (ornatus). Es dentro de este ultimo marco de la belleza en el que se concebian las figuras como un adorno superpuesto al discurso "normal" dellenguaje. El "adorno" se obtiene de tres formas:

    a) Mediante rransgresiones de Ia norma (claridad y correcci6n) que, abordadas deliberadamenre al servicio de un mis alto valor expresivo, se convierten en li-cenctas.

    b) Mediante repeticiones que sirven para intensificar. c) Mediante Ia urilizaci6n especialmente Iucida o adecuada de los mecanismos

    ordinarios de Ia lengua puestos al servicio de una mayor expresividad o in-tensidad.

    En Ia tradici6n se ha distinguido tambien entre recursos que afectan a palabras aisladas (verbis singulis) y recursos que afectan a grupos de palabras (verbis coniunc-tis). Dentro de los primeros estan los metaplasmos, de naruraleza f6nica y grifica, y los tropos, de naturaleza lexico-semintica. Los "grupos de palabras" abarcan las figu-.ras en sentido esrricro, fen6menos restringidos a los limites de una oraci6n, y Ia com-

  • 148 Libro I Fundamentos dellenguaje literario

    posicion, que trasciende los limites de Ia oracion para adentrarse en Ia construccion del discurso.

    Quintiliano enumera en su !nstitutio (1, 5) cuatro mecanismos para elaborar los diferentes recursos expresivos: adiectio (adicion), detractio (supresion), transmutatio (inversion) e inmutatio (sustitucion). La combinacion de estas cuatro vias con los apartados expuestos en los parrafos anteriores constituyen el entramado basico de co-das las clasificaciones tradicionales. El resto de recursos que no son resultado de es-tas operaciones aparecen con Ia denominacion de figuras de pemamiento.

    Seglin lo visto, figura en sentido amplio puede ser cualquier segmento del enun-ciado que el emisor ha ofrecido como especialmente significativo, que el receptor ha recibido como tal o, como sera lo plausible, que el emisor ha intentado dotar de es-pecial significacion y el receptor asi lo ha reconocido.

  • 150 Libro I Fundamentos dellenguaje literario

    Sincopa. Supresi6n de una sflaba interna.

    Pastores los que fuerdes alia por las majadas del otero, si por ventura vierdes aquel que yo mas quiero, decidle que adolezco, peno y muero.

    (San Juan de Ia Cruz)

    Apocope. Supresi6n de Ia sflaba final.

    Siquier Ia muerte me lleva

    (Romancero)

    Una forma especial de sfncopa es Ia que configuran los versos de cabo roto. Veamos . los versos de Urganda Ia Desconocida que aparecen en el pr61ogo del Quijote.

    Advierte que es desati-Siendo de vidrio el teja-Tomar piedras en Ia rna-Para tirar al veci-Deja que el hombre de jui-En las obras que compo-Se vaya con pies de plo-Que el que saca a luz pape-Para entretener donce-Escribe a tontas y a lo-.

    Protesis. Aumento de una sflaba inicial.

    Asf para poder ser amatado

    (Garcilaso de Ia Vega)

    Epentesis. Aumento de una sflaba interna.

    Padre, Ia benedicion

    (Caiiizares)

    Paragoge. Aumento de una sflaba final.

    La mano le da a besare

    (Romancero)

    ' ·

    /.

    - i i !

    Figuras retoricas 151

    Aliteracion. Repetici6n sistematica de un mismo fonema en un mismo enuncia-do. A veces, repetici6n de un mismo grafema, aunque no corresponda al mismo so-nido. Con todo, Ia vinualidad expresiva de los solos rasgos graficos es mucho menor.

    Movi6la el sitio umbroso, el manso viento, el suave olor d'aquel florido suelo; las aves en el fresco apartamiento vio descansar de trabajoso vuelo; secaba entonces el terrene aliento el sol, subido en Ia mitad del cielo; en el silencio solo s'escuchaba un susurro de abejas que sonaba.

    (Garcilaso de Ia Vega)

    Esta aliteraci6n es ademas onomatopeyica, o sea, reproduce con su sonido aquel que se quiere describir. Cuando Ia onomatopeya, como en este caso, se prolonga a lo largo de diversas palabras se denomina tambien armonia imitativa.

    Acrostico. Distribuci6n de las graffas iniciales de cada verso de modo que, leidas en vertical, componen un nombre o frase. Asf pone su nombre al principia quien es-cribe La Celestina.

    El silencio escuda y suele encubrir La falta de ingenio y torpeza de lenguas; Blas6n, que es contrario, publica sus menguas AI quien mucho habla sin mucho sentir. Como Ia hormiga que deja de ir, Holgando por tierra, con Ia provision: J act6se con alas de su perdici6n: Llevaronla en alto, no sabe donde ir.

    El aire gozando ajeno y extraiio, Rapiiia es ya hecha de aves que vuelan Fuertes mas que ella, por cebo Ia llevan: En las nuevas alas estaba su daiio. Raz6n es que aplique a mi pluma este engaiio, No despreciando a los que me arguyen, Asf, que a mi mismo mis alas destruyen, Nublosas y flacas, nacidas de ogaiio.

    Donde esta gozar pensaba volando, Oy6 de escribir cobrar mas honor, De to uno y de to otro naci6 disfavor; Ella es comida y a mf estan cortando Reproches, revistas y tachas. Callando Obstara, ya los daiios de envidia y murmuros

  • 15 2 Libro f. Fundamentos dellenguaje literario

    Insisto remando, y los puertos seguros Atras quedan todos ya cuanto mas ando Si bien quereis ver mi limpio motivo. [ ... ]

    (El Bachiller Fernando de Rojas)

    Anagrama. Composicion que relaciona palabras o secuencias que constan de los mismos fonemas o sflabas, pero en distinto orden.

    Anagrama de Luisa es ilusa y no Ia infama, supuesto que el anagrama no es definicion precisa; ya con el sujeto frisa, ya es compuesto, ya neutral; neutros son per/a y peral ramo, amor, bur/a y a/bur, conforman hurta y tahur, implican malsin sin mal.

    (Juan de Salinas)

    Se puede considerar una variedad de anagrama el palindromo o expresion suscep-tible de ser igualmente leida de izquierda a derecha o de derecha a izquierda: ddbale arroz a fa zorra el abad

    Quiasmo. Distribucion simetrica o cruzada de las mismas palabras en dos frases contiguas.

    Engaiiaron sotilmente con imaginaci6n loca pocos dias, edad poca al niiio bien pareciente.

    (Fernan Perez de Guzman)

    Retruecano. Contraposicion de dos frases que contienen las mismas palabras en otro orden y regimen.

    Cuando decir tu pena a Silvia intento t,c6mo creera que sientes lo que dices, oyendo cuan bien dices lo que sientes?

    (Bartolome L. de Argensola)

    Figuras retoricas 153

    Calambur. Enfrentamiento de dos palabras distintas por su significado, aunque perceptiblemente iguales por su significante.

    Dicen que ha escrito Lopico contra mi, versos ad versos; mas, si yo vuelvo mi pico, con el pico de mis versos a este Lopico lo pica.

    (Gongora)

    Paronomasia o adnominatio. Enfrentamiento de dos palabras o grupos de palabras de parecido significante.

    Sospecho, prima querida, que de mi con ten to y vida Serafina sera fin.

    (Tirso de Molina)

    Asonancia o similicadencia. Idenrica rerminacion fonem:itica de frases o miem-bros de frases contiguos. Se distingue entre homeoteleuton u homoioteleuton (igual final) y homeoptoton o similiter cadens, similicadencia propiamente dicha (igual fle-xion) . En el primer caso, simplemente se produce Ia coincidencia de sonidos; en el segundo, es consecuencia de corresponder a una misma forma flexiva. Lo vemos en sendos ejemplos.

    7.2.2. Sintaxis

    ( ... ] y cuanto masse quebranta mortifica su garganta con natas al gusto gratas.

    (Juan de Salinas)

    ( ... ] yen media del trabajo y Ia fatiga estoy cantando yo, y esta sonando de mis atados pies el grave hierro.

    ( Garcilaso de Ia Vega)

    Elipsis. Omision en el texto de algU.n contenido que existe en Ia construccion lo-gica. En Ia mayo ria de los casos, una vision moderna de Ia Gramatica no incluiria es-re fenomeno como figura, sino en un apartado de presuposiciones u otras condicio-nes pragmaticas.

  • 154 Libro l Fundamentos dellenguaje literario

    La casa oscura, vacia; humedad en las paredes; brocal de pozo sin cubo, jardin de lagartos verdes.

    (Nicolas Guillen)

    Braquilogia. Empleo de una expresi6n corta, equivalente a otra mas amplia o complicada.

    jQue descansada vida Ia del que huye el mundanal riiido, y sigue Ia escondida senda, por do han ido los pocos sabios que en el mundo han sido!

    (Fray Luis de Leon)

    (En efecto, todo el poema La Vida retirada es un desarrollo de esta condensada estrofa inicial.)

    Zeugma. Elipsis de un termino que se repite en dos enunciados. A veces, de estar expreso el termino elidido, necesitarfa tambien un cambio gramatical.

    La rotaci6n del fruto, Ia alegria del pajaro fomentas y el bienestar y Ia salud de paso.

    (Miguel Hernandez)

    Dilogia o silepsis. Uso de una palabra en dos sentidos diversos dentro de un mis-mo enunciado.

    Ya formidable y espantoso suena dentro del coraz6n, el postrer dia; y Ia ultima hora, negra y fria, se acerca de temor y sombras llena, si agradable descanso, paz serena Ia muerte en traje de dolor, en via, seiias da su desden de cortesia; mas tiene de caricia que de pena. i, Que pretende el temor desacordado de Ia que a rescatar, piadosa, viene espiritu en miserias anudado? Llegue rogada, pues mi bien previene, halleme agradecido, no asustado; mi vida acabe, y mi vivir ordene.

    (Quevedo)

    Figuras ret6ricas 15 5

    Reticencia o aposiopesis. Mediante Ia suspension de Ia secuencia, se comunica mas significacion de Ia que expresamente se transmite.

    Fisgona, ruda, necia, altiva, puerca, golosa y ... basta, musa mia, i,C6mo apurar tan grande letania?

    (Quevedo)

    !nterrupcion. La suspension de Ia secuencia logica expresa Ia perturbaci6n produ-cida por Ia emoci6n.

    Ah! noche, ya no noche!. .. tristes dias.

    (Leandro Fernandez de Moratin)

    Hiperbaton. Cambio en el orden 16gico de los elementos funcionales de una ora-cion segun se puede ver en el siguiente ejemplo. Se habla de tmesis, cuando se refie-re a Ia separaci6n de una unidad compuesta (han ... ardido), mediante Ia intercalacion de otros elementos de Ia oraci6n, y de andstrofe cuando se trata de palabras inme-diatas (Cerrar podrd).

    7.2.3. Semdntica

    Cerrar podrti mis ojos Ia postrera sombra que se llevare el blanco dia y podni desatar esta alma mia hora a su afan ansioso lisonjera. Mas no de esotra parte en /a ribera, dejara Ia memoria donde ardia, nadar sabe mi llama Ia agua fria y perder el respeto a ley severa. Alma que a todo un Dios prisi6n ha sido venas que humor a tanto fuego han dado, medulas que han gloriosamente ardido, su cuerpo dejaran, no su cuidado, seran cenizas, mas tendran sentido, polvo seran, mas polvo enamorado.

    (Quevedo)

    Epiteto. Adjetivo calificativo que, como adjunto al nombre, le afiade una cualidad o Ia subraya sin modificar, al contrario de lo que ocurre en el uso ordinaria, su ex-tension ni su comprensi6n.

  • 156 Libro l Fundamentos dellenguaje literario

    Por ti el silencio de Ia sornbra umbrosa por ti Ia esquividad y apartarniento del solitario monte me agradaba; por ti Ia verde yerba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa y dulce prirnavera deseaba.

    (Garcilaso de Ia Vega)

    Sinquisis o mixtura verborum. Extremada dislocacion sintactica, consecuencia de hiperbatos de todo tipo.

    Los fuegos pues el joven solernniza rnientras el viejo tanta acusa tea a! de las bodas dios, no alguna sea de noctumo Faet6n carroza ardiente, y rniserablernente campo arnanezca esteril de ceniza Ia que anocheci6 aldea.

    (Gongora)

    Equivoco o antanaclasis. Enfrentamiento de dos significados disrimos de un mis-mo significance.

    Con dos tragos del que suelo Hamar yo nectar divino y que otros Haman vino, porque nos vino del cielo.

    (Baltasar del Alcazar)

    Sinonimia, metabole o expolicion. Utilizacion de palabras sinonimas en un mismo contexto.

    Acude, acorre, vuela, traspasa Ia alta sierra, ocupa elllano, no perdones Ia espuela, no des paz a Ia rnano, rnenea fulrninando el hierro insano.

    (Fray Luis de LeOn)

    Histerologia o hfsteron proteron. Inversion logico-cronologica del mden de Ia frase.

    Rompi a Tunez; venci, volviendo a Flandes, mil guerras, mil rebeldes, mil engaiios y tuve de ser martir santo celo.

    No quise a Irlanda con promesas grandes, rnuero en Bouges, vi vi treinta y Ires aiios, fui Cesar de Ia fe, triunfe en el cielo.

    (Lope de Vega)

    Figuras retoricas 15 7

    Paradidstole, separacion o distinctio. Sinonimia que se hace notar.

    La luz no estli en Ia luz , esta en las cosas que arden de luz tenaz bajo Ia lluvia.

    (Jose Angel Valente)

    .Oximoron. Enfrentamiento de dos palabras de significado literalmente contradic-tono.

    La noche sosegada en par de los levantes de Ia aurora, Ia mtisica callada, Ia soledad sonora, Ia cena que recrea y enarnora.

    (San Juan de Ia Cruz)

    Sinecdoque. En el plano lingiifstico de Ia contigiiidad, traslacion de una palabra que designa el todo por Ia parte o viceversa.

    Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado ni del dorado techo se adrnira, fabricado del sabio mora, en jaspes sustentado.

    (Fray Luis de Leon)

    La sinecdoque que designa un nombre comun por un nombre propio o viceversa se denomina antonomasia.

    Ni un seductor Maiiara ni un Bradomin he sido - ya conoceis rni torpe aliiio indurnentario-, mas recibi Ia flecha que me asign6 Cupido, y arne cuanto elias puedan tener de hospitalario.

    (Antonio Machado)

    Metonimia. En el plano lingiifstico de Ia contigiiidad, trastueque de significacion de una palabra que designa Ia causa por el efecto o viceversa.

  • 158 Libro l Fundamentos dellenguaje literario

    Azota el remo alliquido elemento, gobierna ya el timon y gime el pino, y el confuso rumor de la cadena es un teatro de la eterna pena.

    (Conde de Villamediana)

    Metdfora. En el plano lingiifstico de Ia semejanza, traslaci6n del significado de un termino a otro con el que guarda una relaci6n parcial. El uso de una metafora pue-de generalizarse hasta perder el sentido traslaticio originario.

    La poesia

    Vino, primero, pura, vestida de inocencia. Y la arne como un nifio. Luego se fue vistiendo de no se que ropajes. Y la fui odiando, sin saberlo. Llego a ser una reina, fastuosa de tesoros ... iOue iracundia de hiel y sinsentido!

    ... Mas se fue desnudando y yo le sonreia. Se quedo con la tunica de su inocencia antigua. Crei de nuevo en ella. Y se quito la tunica y aparecio desnuda.toda ... jOh pasion de mi vida, poesia desnuda, mia para siempre!

    (Juan Ramon Jimenez)

    Afegoria. Mediante una compar~ci6n t:kita, presenta un doble sentido, literal e intelectual.

    Yo maestro Gom;alvo de Verceo nomnado, yendo en romeria cae~ti en un prado, verde e bien sencido, de flares bien poblado, Iogar cobdi~tiaduero para omne cansado,

    Dahan olor sovejo las flares bien olientes refrescaban en omne las carnes e las mientes; manavan cada canto fuentes claras corrientes, en verano bien frias, en ivierno calientes. [ ... ]

    Quanto aqui vivimos en ageno moramos; la fincant;a durable suso la esperamos; la nuestra romeria estonz la acabamos, quando a Parafso las almas envlamos.

    En esta romeria avemos un buen prado en qui tova repaire tot romeo cansado: la Virgin Glonosa, madre del buen Criado, del qual otro ninguno egual non fue trobado.

    Esti prado fue siempre verde en onestat, ca nunca ovo macula la su virginidat, postpartum et in partu fu virgin de verdat, illesa, incorrupta en su entegredat. Las quatro fuentes claras que del prado manavan, los quatro evangelios, esso significavan, ca los evangelistas quatro que los dictavan, quando los escrivien, con ella se fablavan.

    Figuras retoricas 15 9

    (Gonzalo de Berceo)

    Personificaci6n o prosopopeya. Atribuci6n de cualidades de seres animados a seres inanimados. Cuando se trata de atribuir cualidades humanas a seres irracionales, se llama propiamente personificaci6n. En los demis casos, se puede Hamar tambien me-tagoge.

    El oso, Ia mona y el cerdo

    Un oso con que Ia vida ganaba un piamontes, la no muy bien aprendida danza ensayaba en dos pies. Queriendo hacer de persona, dijo a una mona: "i,Oue tal?" Era perita Ia Mona, y respondiole: "Muy mal". "Yo creo, replico el Oso, que me haces poco favor. jPues que! i,Mi aire noes garboso? j,No hago el paso con primor?" Estaba el Cerdo presente, y dijo: "jBravo, bien va! Bailarin mas excelente no se ha vis to ni vera". Echo el Oso, al oir esto, sus cuentas alia entre si, y con ademan modesto, hubo de exclamar asi: "Cuando me desaprobaba

  • 160 Libro f Fundamentos dellenguaje literario

    Ia Mona, llegue a dudar; mas ya que el Cerdo me alaba, muy mal debo de bailar".

    (Tomas de Iriarte)

    Sinestesia. Se mezclan y confunden las cualidades que perciben los distintos sen-tidos corporales.

    En co/ores sonoros suspendidos oyenlos ojos, miran los oidos.

    (L6pez de Zirate)

    Alusion. Referencia racita a una realidad que se supone muy conocida.

    Pero lo que yo he podido averiguar en este caso, y lo que he hallado escrito en los anales de Ia Mancha, es que el anduvo todo aquel dfa, y, al anochecer, su rocfn y el se hallaron cansados y muertos de hambre; y que, mirando a todas partes por ver si des-cubrirfa algun castillo o alguna majada de pastores donde recogerse, y a donde pudie-se remediar su mucha necesidad, vio no lejos del camino por donde iba una venta, que fue como si viere una estrel/a que no a los portales, sino a los alctizares de redenci6n le encaminaba .

    (Cervantes)

    Metalepsis. Referencia a una nocion que expresa otra en relacion de antecedente o consecuenre con ella.

    Que no mire tu hermosura, quien ha de mirar tu honra.

    (Calderon de Ia Barca)

    Paradoja, Antilogia o Endiadis. Reunion de terminos solo literalmente contradic-torios. En realidad se trata de un aparente contrasentido que postula otro significado mas alia del superficial.

    jOh llama de amor viva que tiernamente hieres de mi alma en el mas profunda centro! Pues ya no eres esquiva, acaba ya si quieres, rompe Ia tela deste dulce encuentro. jOh cauterio suave!, jOh regalada llaga!, jOh mano blanda!, jOh toque delicado,

    que a vida eterna sabe, y a toda deuda paga! Matando, muerte en vida Ia has trocado.

    Figuras ret6ricas 161

    (San Juan de Ia Cruz)

    Perifrasis. Expresa una idea mediante un rodeo.

    Era del aiio Ia estacion florida en que el mentido robador de Europa (media luna las arm as de su frente y el sol todos los rayos de su pelo ): luciente honor del cielo, en campos de zafiro pace estrellas.

    (Gongora)

    7.2.4. Relacion signo-referente

    Pretericion. Finge pasar por alto lo que en efecto se esta diciendo.

    No quiero lle~ar a otras menudencias, conviene a saber, de Ia falta de camisas y no sobra de zapatos, Ia rahdad y poco pelo del vestido, ni aquel ahitarse con tanto gusto cuando Ia buena suerte les depara algun banquete.

    (Cervantes)

    Permision. Ofrece a! interlocutor Ia realizacion de alga que obviamente no se desea.

    Agora que ya las sabes, generosamente anima contra mi vida el acero, el valor contra mi vida; que ya para que me mates, aquestos lazos te quitan mis manos; algunos dellos mi cuello infeliz oprima. Tu hija soy, sin honra estoy y tu libre. Solicita con mi muerte tu alabanza, para que de ti se diga que por dar vida a tu honor, diste Ia muerte a tu hija.

    (Calderon de Ia Barca)

  • 162 Libro I Fundamentos dellenguaje literario

    Ironia,. antifrasis ~ simulaci6n. Expresion en tono de burla de lo contrario de lo que se qUiere comumcar.

    No busques lo moral ni lo decente para tus dramas, ni tras ellos sudes; que alii todo se pasa y se consiente.

    (Leandro Fernandez de Mora tin)

    Sarcasmo. Es una ironia insultante.

    En aqueste enterramiento humilde, pobre y m~zquino, yace envuelto en oro fino un hombre rico avariento. Muri6 con cien mil dolores, sin poderlo remediar, tan solo por no gas tar ni aun hasta malos humores.

    (Quevedo)

    Asteismo. Alabanza delicada en forma de vituperio o viceversa.

    jPero que hermoso a despecho de estos contrastes facilmente corregibles el conjunto de este poligono habitable! jDe que maravilloso modo alii quedaba patente Ia capacidad para Ia improvisaci6n y Ia original fuerza constructiva del hombre ibero! jC6mo los valo-res espirituales que otros pueblos nos envidian eran palpablemente demostrados en Ia ma-nera c6mo de Ia nada y del detritus toda una armoniosa ciudad habia surgido a impulsos de su soplo vivificador! jQue conmovedor espectaculo, fuente de noble orgullo para sus compatriotas, componia el vallizuelo totalmente cubierto de una proliferante materia ga-rrula de vida, destelleante de colores, que no solo nada tenia que envidiar, sino que in-cluso superaba las perfectas creaciones -en el fondo mon6tonas y carentes de gracia- de las especies mas inteligentes: las horrnigas, las laboriosas abejas, el castor norteamerica-no! jC6mo se patentizaba el brio de una civilizaci6n que sa be mostrar su poder creador tanto en Ia total ausencia de medias de Ia meseta como en Ia uberrima abundancia de las selvas transoceanicas! Porque si es bello lo que otros pueblos -aparentemente superio-res- han logrado a fuerza de organizacion, de trabajo, de riqueza y - por que no decirlo-de aburrimiento en Ia haz de sus palidos paises, un grupo achabolado como aquel no de-ja de ser al mismo tiempo recreo para el artista y campo de estudio para el sociologo.

    Hiperbole. Exageracion en Ia designacion del referente.

    Erase un hombre a una nariz pegado, erase una nariz superlativa, erase una alquitara medio viva,

    (Luis Martin Santos)

    erase un peje espada mal barbado; era un reloj de sol mal encarado, erase un elefante boca arriba, erase una nariz sa yon y escriba, un Ovido Nason mal narigado. Erase el espol6n de una galera, erase una piramide de Egipto, las doce tribus de narices era; erase un naricisimo infinito fris6n, archinariz, caratulera, sabaiion garrafal, morado y frito.

    (Quevedo)_

    Figuras retoricas 163

    Litote. Atenuacion del enunciado mediante su expresion en formula indirecta, normalmente negativa.

    El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada, Salinas, cuando suena Ia musica extremada, por vuestra sabia mano gobernada.

    (Fray Luis de Leon)

    Asociaci6n. Utilizacion del plural para un discurso en primera persona del sin-gular.

    Dubitaci6n. Se duda entre dos o mas posibles formas de decir, pensar o actuar.

    jAy de mi! i,Que debo hacer hoy en Ia ocasion presente? Si digo quien soy, Clotaldo, a quien mi vida le debe este amparo y este honor, conmigo ofenderse puede, pues me dice que callando honor y remedio espere. Si no he de decir quien soy a Astolfo, y elllega a verme, (.Como he de disimular? Pues aunque fmgirlo intenten Ia voz, Ia lengua y los ojos, les dira el alma que mienten.

    (Calderon de Ia Barca)

  • 164 Libro l Fundamentos dellenguaje literario

    Comunicaci6n o anacoenosis. Se finge consultar el parecer de los oyenres.

    Decidme, Ia hermosura, Ia gentil figura y tez de Ia cara, Ia color y Ia blancura, cuando viene Ia vejez ~que se para?

    (Jorge Manrique)

    Concesi6n. Concede previamente algo en contra del propio argumento para re-forzarlo dialecricamenre.

    Yo os quiero confesar, D. Juan, primero que aquel blanco y carmin de doiia Elvira no tiene de ella mas, si bien se mira, que el haberla costado su dinero; pero tambien que me confieses quiero que es tanta Ia verdad de su mentira, que en vano a competir con ella aspira belleza igual de rostro verdadero.

    (Lupercio Leonardo de Argensola)

    lnterrogaci6n. Utilizaci6n del funcionalismo interrogativo del lenguaje para dar mayor enfasis a una afirmaci6n.

    ~Que se hizo el rey don Joan? Los Infantes d'Arag6n ~que se hicieron? ~Que fue de tanto galan, que de tanta inuenci6n que truxeron? ~Fueron sino devaneos, que fueron sino verduras de las eras, las j ustas e los torneos, paramentos, bordaduras e cimeras? ~Que se hicieron las damas, sus tocados e vestidos, sus olores? ~Que se hicieron las llamas de los fuegos encendidos d'amadores? ~Que se hizo aquel trovar, las mtisicas acordadas

    7.3. Intensificaciones

    que tafiian? ~Que se hizo aquel dan'far, aquellas ropas chapadas que traian?

    Figuras retoricas 16 5

    (Jorge Manrique)

    Cuando no se transgrede Ia norma lingiifstica, pero podemos describir segmentos del enunciado como especialmente significarivos a causa de su insistence reiteraci6n o por cualquier otro motivo, nos hallamos ante las intensificaciones, que cubren el se-gundo gran apartado de las figuras.

    1.3. 1. Relaci6n sonido-sentido

    Andfora. Reiteraci6n de una o varias palabras al comienw de diversas frases de un periodo.

    Ya de tu creaci6n, tal vez, alhaja algun sereno aparte campesino el algarrobo, el haya, el roble, el pino que ha de ser Ia materia de mi caja. Ya, tal vez, Ia com bate y Ia trabaja el talador con impetu asesino y, tal vez, por Ia cuesta del camino sangrando sube y resonando baja. Ya, tal vez, Ia reduce a geometria, a pliegos aplanados quien apresta el ultimo refugio a todo vivo. Y cierta y sin tal vez, Ia tierra umbria desde Ia eternidad esta dispuesta a recibir mi adios definitivo.

    (Miguel Hernandez)

    Epifora o conversion. Reiteraci6n de una o varias palabras al final de diversas fra-ses del periodo.

    jOh triste del cortesano el cual se levanta tarde, va a palacio tarde, viene de alia tar-de, negocia tarde, oye misa tarde, come tarde, despacha tarde, visita tarde, le oyen tarde, se confiesa tarde, reza tarde, se retrae tarde, se enmienda tarde, le conoscen tarde y aun medra tarde!

    {Fray Antonio de Guevara)

  • 166 Libro I. Fundamentos dellenguaje literario

    Complexion. Reiteracion de una o varias palabras al principia y final de cada fra-se del perfodo.

    No digais que Ia muerte huele a nada, que Ia ausencia de amor huele a nada, que Ia ausencia del aire , de Ia sombra hue len a nada.

    (Vicente Aleixandre)

    Reduplicacion. Repeticion de una o varias palabras al comienzo de una frase. Esta figura se conoce tambien con los nombres de epanalepsis, geminacion o epizeuxis.

    Vuelta, vuelta,