Ejercitos y Batallas 53 - New Orleans 1815
description
Transcript of Ejercitos y Batallas 53 - New Orleans 1815
ANDREW JA KSON , APLASTA A LOS BRITANICOS ediciones delp rado BATALLAS DE LA HISTORIA • 26 1111~¡J:¡1
MILlTARY
BATALLAS DE LA HISTORIA 26
NUEVA ORlEANS 1815 ANDREW JACKSPN
APLASTA A LOS BRITANICOS
TIM PICKLES
Este grabado es un ejemPlo de la visión popular de la batalla de Nueva Orleans; muchos detalles, pero ninguno correcto. El Gral. Pakenham a Pie (iba a caballo) cae en los brazos de los Highlanders con falda escocesa (llevaban pantalones), en vez de en los de su ayudante, mientras, en los alrededores, la Inf. británica corre ante el aplastante fuego norteamericano. (Colección militar Anne S.K. Brown, Universidad Brown)
· BATALLAS DE LA HISTORIA 26
NUeVA ORleANS 1815 ANDREW JACKSPN
APlASTA A lOS BRITANICOS TIM PICKLES
Dirección Editorial: Juan María Martínez. Dirección Técnica: Eduardo Peñalba. Coordinación Editorial: Juan Ramón Azaola. Supervisión y adaptación: Javier de Benito. Comité de Redacción: Manuel Baños, Bernardo Rincón, M. J. Ramírez. Edición: Luis Garda, Iñigo Castro, Francisco Perales. Fotografía y Documentación Gráfica de la edición: José María Sáenz de A1meida, Marta Carranza, Nano Cañas, Joaquín Yerga.
Versión castellana: M. J. Ramírez. Título original: New Orleans 1815. Autor: Tim Pickles.
Publicado originalmente por Osprey, sello editorial de Reed Consumer Books Ltd. , Michelin House, 81 Fulham Road, London SW36RB.
© 1993 Reed Intemational Books Ltd. © Noviembre 1995, Ediciones del Prado, de la presente edición.
ISBN (obra completa): 84-7838-472-3 ISBN: 84-7838-526-6. D.L.: M·2824-1995
Impreso en España Printed in Spam
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en , o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia , o cualquier otro, sin el previo permiso por escrito de la editorial.
Claves de los símbolos de los mapas xxxx x
Ejército C8J Brigada C8J Infantería C8J xxx
"' Cuerpo ~ Regimiento C8J Caballería ~
xx 11
División C8J Batallón C8J Artillería 0
.. Vista de UNA batalla del final del siglo XIX, que presenta a los británicos con el típico aspecto del siglo XVIII, y a los norteamericanos con los uniformes de 1840, o como «Davy Crockett». Si realmente los británicos hubieran conseguido tener soldados en la parte superior del río, tal como aquí se representa, el resultado hubiera sido distinto. (Cortesía de la Cía. de subastas Neal, Nueva Orleans)
#
INDICE
Orígenes de la campaña 7 Reacción norteamericana 12
El hermano jonathan se levanta 8 U n rey de los piratas 13
Veteranos para América 8 Crimen y castigo 15
Planes y preparativos 11 La batalla del lago Bourgne 18
El honor del mando 11 El desembarco 20
Los aliados británicos 11 Extraños compañeros de cama 21
Los jefes enfrentados 22 Los británicos 22
Los norteamericanos 25
Los ejércitos enfrentados 30 La fuerza expedicionaria británica 30
Los defensores americanos 33
Encuentros iniciales 39 La llegada británica 39
jackson reacciona 40
La batalla nocturna 44
El ataque norteamericano 47
¿Oportunidad perdida? 48
Las defensas norteamericanas 49
Llega Pakenham 51
El reconocimiento en fuerza 52
El bloqueo del Parlamento 55
Construyendo la Líneajackson 56
El duelo artillero 58
El empujón final 61
Esperando la explosión 61
La batalla de Nueva Orleans 64 El 8 de enero conjackson 64
El 8 de enero con Pakenham 69
La batalla en la orilla oeste 76
Consecuencias 81 El campo de batalla hoy 84 Cronología 91 Juego de la guerra de Nueva Orleans 92
NUEVA ORLEANS 18 15
6
La guerra de 1812
RICA BRITÁNICA la Bahía de Hudson)
~
Concentración de fuerzas británicas
I I I "-I ___ J r-
1- - -; \ - - - - - '\. 1 -J...". P':nsa ola G
Orleans
'~ ~' " " .... _---_ ....
GOLFO DE MÉXICO
• Charleston
, , I I I I I I I r r r r r r
1 Incursiones bri. 18141 I I I I
I I
I I
I I
I I
I , OCÉANO ATLÁNTICO ,
#
Bloqueo naval bri. efectivo desde principios de 1813 en adelante
Compra de Lu isiana, 1803
Posesiones españolas
N
t 1--' L ___ 1 Zona principal de operaciones
o I o
en 1813-1814
100 200 300 400 Mil las '¡ ! ! .'
200 400 600 Km
, ORIGENES DE -LA CAMPANA
Fuera la razón que fuera, la guerra de 1812 no tuvo ninguna de las tan aireadas causas: «El comercio libre y los derechos de los marineros», o «La segunda guerra de independencia norteamericana». La segunda de estas razones da risa; al fin y al cabo fue N ortemérica quien declaró la guerra, pero es increíble cómo han persistido estas ideas. El autor oyó a un político norteamericano actual, del que un antepasado participó en la batalla de Nueva Orleans, declarar en un discurso: «La guerra de 1812 comenzó después de que Inglaterra hubiera derrotado a Napoleón. Primero conquistaron Canadá, y después lo usaron como base desde la cual atacar a los EE.UU.» . Huelga decir que esto hace arquear una ceja, o las dos, a los actuales canadienses. También resulta un tanto sorprendente el que si uno desea comercio libre declare la guerra a la mayor potencia marítima del mundo. Sin duda, el separatismo de los Estados del Norte y la formación de la Convención de Hartford (una conferencia para discutir la secesión de estos Estados de la Unión) son directamente atribuible s al descenso en el comercio a causa del bloqueo británico. Respecto a los derechos de los marineros, el problema estribaba en que a los marineros ingleses, desde el momento en que se enrolaban en un barco norteamerica-
.... Nada refleja mejor la organización del Imperio británico en /815 que la concentración de tropas para la guerra de /812, que fue básicamente una acción de castigo pam conseguir de los norteamericanos mejores condiciones para la paz. La coordinación de esta fuerza en una época anterior a las comunicaciones modernas es increíble. También es admirable que, a los dos meses de la derrota de Napoleón, se embarcaran 10.000 hombres para las Américas.
~ El presidente james Madison en su juventud, cuando era más enérgico, antes de llegar a presidente. Heredó del presidente Jefferson un E. debilitado y una Marina maltrecha; sin embargo, se dejó convencer de que, declarando la guerra a una Gran Bretaña empeñada en los combates contra Napoleón, sería muy fácil para los EE. UU. someter a Canadá. (Colección militar Anne S. K. Brown, Universidad Brown)
no, se les garantizaba incuestionablemente la inmediata ciudadanía por sus utilísimos conocimientos. Tan· pronto como el Parlamento británico se dio cuenta de que los norteamericanos estaban dispuestos .a ir a la guerra por este asunto, se cancelaron las órdenes del Consejo que permitían a la Marina Real detener cualquier navío norteamericano en busca de estos desertores. Pudiendo ser así, los halcones de la guerra en el Congreso, dirigidos por Henry Clay y con la tácita aprobación del presidente Madison, pensaron que podían oler sangre.
Estaban convencidos de que la toma de Canadá sería «cuestión de una simple marcha»,
7
NUEVA ORLEANS 1815
• El GD. Isaac Brock, columna vertebral de la defensa anglo-canadiense, quien, con su aliado indio Tecumseh, lanzó ataques a los EE. UU. que los norteamericanos no fueron capaces de contestar. Su prematura muerte en la batalla de
los altos de Queenston bloqueó el contraataque, e hizo que pasara el mando a sir George Prevost, un ordenancista con muy poco talento estratégico o táctico. (Colección militar Anne S.K. Brown, Universidad Brown)
y, antes de que las noticias de la cancelación de las órdenes del Consejo pudieran cruzar el Atlántico, declararon la guerra.
El hermano Jonathan se levanta
Al principio, la invasión norteamericana tuvo éxito, sobre todo porque cogieron por sorpresa a los colonos canadienses, pero esto no duró mucho. Los norteame¡;icanos habían cometido muchas graves equivocaciones. Primero, la Administración anterior al presidente Thomas ]efferson había reducido el Ejército (E.) y la Marina hasta una fuerza casi ridícula, lo que exi-
8
gía el uso de las milicias de los Estados, tanto en operaciones ofensivas como en defensivas. En segundo lugar, muchos de los colonos asentados en la frontera eran norteamericanos leales que, 30 años antes, habían dejado los EE.UU. para poder seguir siendo súbditos de la Corona. En tercer lugar, los generales (Grals.) elegidos para mandar las tropas contra los colonos sólo tenían una calificación: habían luchado en la Revolución. Sin embargo, el mayor error fue el asumir que los canadienses francófonos recibirían a las tropas norteamericanas como libertadoras. A los francófonos podría no gustarles el Gobierno británico, pero veían con horror el de Washington. Los norteamericanos también parecían haber olvidado completamente el que los indios, incluso dentro de los EE.UU., tenían buena disposición hacia los británicos.
El éxito norteamericano inicial consistió principalmente en que unas fuerzas arrolladoras derrotaban a guarniciones de unidades (Us.) sin preparación y posteriormente quemaban York hasta sus cimientos, la capital del Alto Canadá. Estos éxitos llegaron a su fin cuando el E. fue retado sin miramientos por una fuerza de la milicia canadiense, indios y 2 regimientos (Rgtos.) de línea británicos (49 Y 89), en una acción a la europea de tipo campo abierto en la granja Chrysler. Aunque los canadienses eran superados en número en una proporción de de 3 al , hicieron retroceder al enemigo hasta cruzar el San Lorenzo. Canadá no volvió a estar seriamente amenazada . Los desastres norteamericanos continuaron, particularmente con los anglocanadienses bajo el mando del Gral. de División (GD.) Isaac Brock, y los indios bajo el gran jefe Shawnee Tecumseh. Incluso cuando estos dos líderes cayeron en combate (Brock 'en los Altos de Queenston y Tecumshe en la batalla de Thames), el único resultado fue el rechazo del avance hacia el interior de los EE.UU. Canadá estaba segura.
Veteranos para América
Hasta la derrota, abdicación y exilio del emperador Napoleón en 1814, el resto de la campaña consistió principalmente en penetraciones en la costa por la Marina Real. Se transportaron a Norteamérica tropas frescas tras su éxito en la guerra de la Península (Guerra de Independencia española), y comenzó en serio una campaña de castigo. El primer enfrentamiento importante de 1814 tuvo lugar en Bladensburg, en las afueras de Washington. Las tropas británicas habían desembarcado y atacado la costa, bajo el
... La quema de Washington. En este grabado de la época, el contraalmirante Cockburn (en el extremo izquierdo), conversa con el Gral. Ross, mientras que las tropas británicas avanzan por la ciudad con antorchas, en busca de los edificios públicos. (Cortesía de Producciones Militares Históricas, Nueva Orleans) ~ Alm. sir George Cockburn, quien, montado en un caballo blanco,
recorrió las ciudades costeras norteamericanas al mando de una Cía. de marineros. También mandó el grupo que quemó los edificios públicos de Washington en represalia por la quema de York, en el Alto Canadá. Tanto él como George de Lacy Evans confiaban mucho en la presión producida por un ataque a la bayoneta. (Colección militar Anne S.K. Brown, Universidad Brown)
mando del GD. Robert Ross, y con el ánimo entusiasta del contraalmirante Cockburn y del capitán (Cap.) George de Lacy Evans, su segundo y ayudante general, decidieron caer sobre la capital. El E. norteamericano que le salió al encuentro en la campiña de Bladensburg, además de su jefe de campaña, estaba acompañado por el secretario de la Guerra y el presidente (comandante en jefe nominal). La discusión subsiguiente sobre quien estaba realmente al mando se terminó cuando, con unas pocas descargas y una carga de bayoneta de los británicos, todo re-
ORrGENES DE LA CAMPAÑA
9
NUEVA ORLEANS 1815
sultó superfluo. Con la excepción de un destacamento de Infantería (Inf.) de Marina, el E. norteamericano quedó deshecho y huyó. Los infantes de Marina cubrieron la retirada como mejor pudieron, y posteriormente se retiraron. Cuando los británicos entraron en la capital norteamericana, dispararon sobre el Estado Mayor (E.M.) desde una casa particular, y mataron al caballo del Gral. Ross. Cuando las tropas llegaron a la casal. ésta estaba vacía, y en represalia la quemaron. Esta fue la única propiedad privada quemada intencionadamente por las tropas ocupantes, pero en represalia por el incendio de York, todos los edificios públicos fueron incendiados. La Casa Blanca sobrevivió hasta que los Ofs. británicos hubieron compartido la comida preparada para el presidente Madison, que había abandonado ésta a toda prisa. Tras compartir el vino de Oporto, que el contraalmirante Cockburn describió como «super excelente», se pusieron a incendiarla y la casa ardió . Hoy la casa está pintada de blanco para cubrir las manchas de hollín. Cuando entraron las tropas británicas en la ciudad, el comandante del astillero de la Marina norteamericana prendió fuego a la instalación para impedir que los abastecimientos cayeran en manos enemigas. Este incendio, activado por alquitrán y esparto, se extendió por distintas partes de la ciudad, causando daños considerables. Cuando terminó su trabajo, el E.
10
británico reembarcó y puso rumbo a Baltimore. El Gral. Ross y sus tropas desembarcaron y se
aproximaron por tierra a las defensas exteriores de Baltimore, mientras que el almirante (Alm.) Cochrane envió sus barcos para bombardear la principal defensa de la ciudad, el fuerte McHenry, desde las proximidades del puerto. De nuevo, el Alm. Cochrane y el Cap. de Lacy Evans apremiaron al Gral. Ross a una rápida victoria. Cuando se encontraron los dos Es. en la punta norte, la posición de defensa exterior, hubo algo más de lucha que en Blandensburg. Sin embargo, las tropas británicas envolvieron a las del flanco norteamericano, y éstas se volvieron a las defensas del fuerte McHenry. Desgraciadamente, durante la acción, una bala perdida mató al Gral. Ross cuando retrocedía desde la vanguardia para ordenar avanzar al grueso. El mando recayó por antigüedad en el coronel (Cor.) del 44, que avanzó hacia el fuerte pero, al ver la magnitud de las defensas, decidió no apresurar el ataque . Cubierto por el bombardeo naval, el E. reembarcó en la flota, levó anclas y puso rumbo al horizonte.
T La batalla de Punta Norte, según un grabado norteamericano contemporáneo. El avance británico sobre la posición norteamericana,
mientras trop as ligeras maniobran por la izquierda norteamericana. (Producciones Militares Históricas, Nueva Orleans)
PLANES Y PREPARATIVOS
Los norteamericanos no podían estar seguros de donde volverían a actuar los británicos, pero podían intuir que sería sobre la ciudad que controlaba el río Misisipí -quizás la ciudad más rica del continente-, Nueva Orleans. En enero de 1814, la Guardia a Caballo recibió un informe que había solicitado sobre la posibilidad de tomar Nueva Orleans; era amplio y exacto. El clima en verano era demasiado insalubre, con humedad y temperaturas que lo hacían mortal a los europeos, y con una creciente abundancia de mosquitos y fiebre amarilla (aunque la conexión entre los dos no se había descubierto todavía). El verano y el otoño eran también estaciones de huracanes. Cualquier operación anfibia, como sería ésta, resultaría imposible antes de principios de diciembre.
El 25 de noviembre de 1814, el Alm. Cochrane llegó a la bahía de Negril, en Jamaica, con su buque insignia el «Tonnant», y comenzó a reunir la flota que llevaría a la expedición para atacar y apoderarse de la ciudad. Las tropas de la expedición norteamericana se aumentaron con otras frescas de Europa y otros puntos, además de dos Rgtos. de negros de Jamaica para actuar como guarnición en la ciudad conquistada durante los meses de verano, en los que el clima hubiera matado a las tropas blancas.
El honor del mando
En Londres continuaron las discusiones sobre quien debería relevar al Gral. Ross. Wellington rehusó el mando antes incluso de que se le ofreciera realmente; se consideró a lord Hill, así como a sir Thomas Picton. Finalmente, el honor recayó en el GD. sir Edward Pakenham, KB (caballero de la Orden del Baño). Con él, como segundo jefe, fue el GD. Samuel Gibbs.
En Jamaica, el GD. Keane, que cuando llegó con los refuerzos se encontró como jefe de la expedición, estaba todavía tratando de organizar las tropas que tenía. Se había enviado al GD. John Lambert para hacerse cargo del mando
hasta la llegada de Pakenham, pero retrasos en su transporte le hicieron llegar más tarde que el nuevo jefe.
Mientras Pakenham y Gibbs continuaban camino de Jamaica, se abrieron las órdenes secretas que revelaban el objetivo de la expedición. La única sorpresa fue que, mucho antes de la partida de las tropas, los periódicos de Londres lo habían intuido y publicado con gran exactitud. Cuando el nuevo comandante en jefe llegó a la bahía de Negril, se encontró con que el Alm. Cochrane se había ido pocas horas antes. Tan pronto como pudo, puso rumbo para unirse a su unidad.
El E. de Tierra (E.T.) de los EE.UU. estaba empezando a salir del bosque mortal del Alto Mando «revolucionario». El chapuceo incompetente del principio de la campaña había forzado el ascenso de nuevos Ofs. Grals., como Harrison y Winfield Scott, que hubieran sido capaces de enfrentarse a los Regulares británicos con ciertas posibilidades de éxito. La amenaza hacia el sur condujo al quizás mejor del lote, y por supuesto a la única elección lógica, el GD. Andrew Jackson.
En cierto modo, el problema de Jackson era el mismo que el de Hitler en la II Guerra Mundial. Sabía que habría un ataque, sabía su objetivo, pero no sabía cuándo o por dónde vendría. Una vez sopesado, pensó que probablemente el enemigo desembarcaría en la costa del Golfo, quizás en Mobile o Pensacola, para marchar posteriormente hacia Baton Rouge, efectuando al mismo tiempo un bloqueo naval que aislaría a Nueva Orleans por tierra y mar. De hecho ya había algunas tropas británicas en Pensacola, y Jackson decidió enfren-tarse primero a éstas. .
Los aliados británicos
En los territorios españoles de Florida los Mandos oficialmente neutrales tenían, de hecho, buena disposición hacia los británicos, quienes acababan de expulsar a los franceses de España y restablecido la Monarquía legítima. El
11
NUEVA ORLEANS 1815
J;,.]ean Lafitte, como se le consideraba, popularmente y en Hollywood, el pirata patriota y una versión norteamericana de Robin
12
Hood, quien felizmente dejó las osadas vías piratas para servir a su país. (Cortesía de Museo del Estado de Louisiana)
punto de vista del Gobierno norteamericano respecto a todo esto era que el ataque británico comenzaría desde Mobile, que España enviaría tropas, muy probablemente desde México, para apoyarles, y que mientras sucedía todo esto, una revolución de esclavos en Nueva Orleans paralizaría las tropas locales. Resulta bastante extraño que aunque esta idea se difundió por primera vez en septiembre, hasta noviembre no se envió ningún recurso militar al sur. Resulta razonable suponer que alguien en algún lugar quería que ] ackson fracasara.
Ya en abril de 1814 se había enviado al Cap. Pigot, RN (de la Marina Real), para reclutar a los indios Creek en la causa británica. Su entusiástico informe parece haber sido uno de los factores que decidió la puesta en marcha del plan de apoderarse de Nueva Orleans. Tras leer dicho informe el Alm. Cochrane, por propia iniciativa, hizo desembarcar al Comandante (Cte.) Edward Nichols, RM, y 100 hombres con órdenes para organizar a los indios. Tenía un remanente de abrigos obsoletos de la Guardia de a pie y sombreros de 3 picos, con los que les proporcionaría un uniforme reglamentario, y mosquetes para armarlos.
]ackson envió un ayudante al gobernador don Mateo Manrique pidiendo que le aclarara las operaciones de los británicos en territorio español. Don Mateo contestó que ]ackson era un insolente y que los indios tenían derecho a protección. La acumulación británica en Pensacola continuó.
Reacción norteamericana
Anticipándose a las operaciones británicas en Mobile, ]ackson envió 160 hombres como refuerzo para ayudar en la defensa de Fort Bowyer, que protegía el puerto. La Marina Real contribuyó a sus planes, dirigiéndose primero a cumplir otra misión, una visita al último de los piratas a la antigua usanza, lean Lafitte.
Oficialmente,]ackson tenía orden de no atacar territorio español; extraoficialmente se le animó a hacerlo, aunque bajo su propia responsabilidad. El ataque norteamericano a Pensacola no encontró prácticamente ninguna oposición española. La defensa cedió tan rápidamente que los británicos sólo tuvieron tiempo de evacuar la ciudad.
El ataque a Fort Bowyer, cuando finalmente tuvo lugar, lo decidió la suerte. Mientras los infantes de la Marina Real y los indios eran retenidos por la artillería (Art.) de las defensas del fuerte , los navíos de la Marina Real echaron anclas fue-
ra de Punta Mobile para comenzar a bombardear. Conforme se desarrollaba el ataque, un afortunado disparo norteamericano cortó el cable del HMS Hermes, y el navío se aproó hacia el fuerte. Después de resultar muy tiroteado por las armas del fuerte encayó, y su Cap. lo incendió para evitar su captura.
Un comentario final sobre la desafiante respuesta del gobernador español de Pensacola, antes del victorioso ataque de ]ackson, había molestado al Gral. Entre otras acusaciones, el gobernador acusaba a los EE.UU. de dar cobijo a los piratas. Cuando regresaba a Nueva Orleans, ]ackson se propuso terminar con éstos «banditti de los demonios». La influencia de los piratas de Barataria estaba mucho más extendida en la ciudad de lo que creía, y algunos de los ciudadanos más respetables tenían una cómoda relación de trabajo con los Lafitte.
Un rey de los piratas
lean Lafitte y sus hermanos eran criollos franceses de Sto. Domingo que fueron expulsados cuando los británicos capturaron la isla. Cuando llegaron a Nueva Orleans se encontraron como pez en el agua. lean se convirtió en el jefe y organizador de la banda pirata bastante desorganizada que encontró en el distrito bajo de la ciudad, llamado Barataria. Su agradable atractivo y su carácter sin escrúpulos le hicieron adaptarse perfectamente entre los piratas rufianes y criollos, altaneros pero corruptos.
Cuando un modo de vida ha pasado, no importa lo degenerado que haya sido, la imaginación publica parece asumirlo con una facilidad que sorprendería a los que lo sufrieron. Cuando los partidarios de la banda de Lafitte hablaban de sus capturas de navíos y tesoros como si fueran lo que posteriormente fueron Robin Hood y sus hombres bondadosos, nunca citaban prisioneros. Esto es por la simple razón pirata de que «el hombre muerto no cuenta historias». Lafiue operaba con credenciales de Cartagena, ciudad mantenida por los revolucionarios mexicanos, con los que tenía un floreciente comercio de armas. Esto resultaba extremadamente embarazoso para el Gobierno de los EE.UU. Lafitte también era traficante de esclavos, con el refinamiento añadido de que no tenía que molestarse en ir a por ellos hasta un jefe africano amigo y conducirlos a través del Atlántico; tan sólo esperaba a que un navío desarmado se pusiera a su alcance y los tomaba de él.
El abogado de Lafitte era Edward Livingston, la oveja negra de una familia muy importante del
• Edward Livingston, brillante pero corrupto, quien fue obligado a marcharse al sur por elementos que no estaban dispuestos a soportarle más. Sus relaciones
PLANES Y PREPARATIVOS
masónicas le facilitaron el viaje, y tal vez su presentación aJean Lafitte. (Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
Estado de Nueva York, cuya variada carrera le había dado la amplia oportunidad de mostrar tanto su brillantez como su corrupción. Uno de sus colegas del Congreso, ]ohn Randolph de Roanoke, Virginia, decía de él: «Es brillante pero totalmente corrupto, huele y brilla como caballa podrida a la luz de la luna». El hecho de que esta burla no terminara en un duelo a muerte es muy revelador.
Una cosa de la que los Lafitte y sus seguidores no podían ser acusados era de estupidez, y comprendían que su tiempo había pasado. El asunto era cómo sobrevivir. El punto crucial había sido la venta por Napoleón del territorio de Luisiana al Gobierno de los EE.UU.
Con la llegada del representante federal, William Charles Cole Claiborne, primero como gobernador territorial y posteriormente como gobernador del Estado, había cambiado su situación para siempre. Desde el momento de su pri-
13
NUEVA ORLEANS 1815
Teatro de la campaña
Milicia de Kentuky y Tennessee. 7º y 44 de In!. de los EE.UU.
Línea de batalla de botes de remos atacando cañoneras de EE.UU.
Bah{a S. Luis , ef(\OS
o\es óe,!, ..... -: .... ~ , 1:'álliCOS
Lago Pontchartrain Les Rigolets I ~~
~ \)11 de
. ~ tropas ~SQ. d~IOQa. Isla f-----..,
~ Cat
Fuerte S. John
Marcha de regreso de Jackson desde Pensacola
Isla Petit Sois
• lIatva GentHIy • Orteans . Bourgne
VUoIta de Pueblo
,
,.) f"7L-u-ga-r -ap-ro- x""'"im-a"""'do-'-d<j""--'-'" . .... -de pescadores «Templo». Depósito Fuerte "". secreto de municiones de S. Leon vo" .. Lafitte. "~
~. ~I$ '!Oi ~
o 10 20 30 40 Millas I i I I '
O 10 20 30 40 50 60 Km
mera designación en 1803, Claiborne tuvo un enfrentamiento difícil. Desdeñosamente llamado por los criollos «Calybo», sacrificadamente orientó el territorio hacia la estatalización, la ley y el orden. Cuando finalmente se configuró el Estado en 1812, no había ocurrido nada más que él se había convertido en su primer gobernador. Después de esto estalló una miniguerra entre los
14
• • , Ataque de cañoneras británicas a Fuerte S. Felipe para cubrir la retirada británica posterior al 8 de enero
piratas y los aduaneros. Los piratas capturados no tenían dificultad en conseguir las fianzas y luego renunciar a ellas, lo que les convertía en criminales para la ley, pero no de hecho (como había sido siempre).
Lo que faltaba llegó en 1813. El 24 de noviembre Claiborne ofreció una recompensa de 500 $ por Lafitte, y éste, tres días después, propagó su
~ Tan pronto como el Alm. Cochrane entró en el
""'n!"!'!!~~~"'!"":'~~~"'~" golfo de Méjico con la ~ flota invasora, él y
Andrew jackson empezaron un juego de
' •• ~;;_''''.'" ' ". "' •. >·.c .... ·,._ .. .,. ajedrez en el que ningún
uerte Bowyer
~ Ataque a Fuerte Bowyer
GOLFO DE
MÉXICO
N
t
jugador tenía todas las piezas a la vista. El primer movimiento en Pensacola fue iniciado por jackson, capturando la ciudad en contra de las órdenes recibidas. Sin embargo, tomando los «peones» de jackson, las cañoneras en el lago Bourgne, Cochrane tenía la seguridad de que el próximo movimiento británico, fuera el que fuera, sería una serpresa.
propia oferta de ¡5.000 $ por el gobernador! Lafitte había cometido su primer error; al declarar la guerra al gobernador había declarado la guerra a toda la nación. En enero de 1814, los piratas atacaron a un grupo de recaudadores, matando o hiriendo a todos. En julio, el Gran Jurado Federal finalmente acusó a Lafitte de piratería. Pocos días después Pierre Lafitte fue cap-
PLANES Y PREPARATIVOS
turado en la ciudad, arrestado sin fianza, y encadenado. A pesar de los grandes esfuerzos de , Edward Livingston, no fue libe:rado.
Por esta época el comodoro Daniel T. Patterson llegó en la USS Carolina para limpiar aquel nido de víboras de una vez por todas. En esas oscuras horas para Lafitte, y como respuesta a una plegaria, el Cap. Nicholas Lockyer RN, acompañado por el Cte. Nichols RM, se presentaron en el cuartel general (C.G.) de los piratas en Barataria, con una oferta.
Inglaterra no podía apoyar a la piratería, pero si Lafitte colaboraba con los británicos en la toma de Nueva Orleans y ponía sus barcos a las órdenes de la Marina Real, se le premiaría; a él y a sus Caps. se les reconocerían empleos en la Marina Real. Ni por un momento Lafitte consideró seriamente esta oferta. Si los británicos ganaban y se quedaban, estaría bajo las órdenes del mayor poder marítimo del mundo, que no tendría ningún miramiento en tirarlo al agua si trataba de volver a sus viejos tiempos. Si ganaban los norteamericanos, nunca volvería a tener la oportunidad de usar la bahía de Barataria como puerto seguro. Sin embargo, ahora tenía algo con lo que negociar. Pidió a los británicos dos semanas para considerar la oferta, e inmediatamente escribió al gobernador Claiborne informándole de su reunión y alardeando de su lealtad a los EE.UU. También informó al gobernador del precio de esta lealtad: el perdón para él y sus hermanos.
Crimen y castigo
Claiborne estaba en una difícil situación. Su amigo Andrew Jackson ya le había escrito informándole del previsto ataque británico, y advirtiéndole de su rápida preparación. El jefe militar anterior de la zona, el Gral. James Wilkinson, había conseguido desviar la mayoría del dinero asignado para poner al día las fortificaciones a su propio bolsillo, y la población no estaba lo que se dice encantada de alistarse.
Claiborne buscaba desesperadamente voluntarios, por lo que, apoyado por el Gral. de la milicia Jacques Villeré, escribió a Jackson, recomendando aceptar la oferta de Lafitte. Sin embargo, conJackson lejos enfrentándose a la amenaza en Pensacola, no había forma de que el comodoro Patterson abandonara la misión que le habían ordenado de destruir el C.G. de los piratas.
Cuando se desarrolló el ataque, no hubo resistencia, tal como Lafitte había ordenado. La fuerza de desembarco encontró escondites de armas y mUnICIOneS (aunque sólo una parte de lo que
15
NUEVA ORLEANS 1815
16
..... Piratas en su (sombría) guarida: (de izquierda a derecha) Renato Beluche, Jean Lafitte, Pi erre Lafitte y Dominique You. Aquí vemos a los piratas tal como. eran, asesinos intrigantes, con el oro como su único dios. La vida humana sólo tenía valor si podía aportarles algún provecho. Realmente, eran los «bandidos del demonio » para Jackson. (Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
~ William Charles Cole Claiborne. Se enfrentó a Jackson al querer, como gobernador, el mando de las tropas. Jackson le puso al mando de las de la llanura de Gentilly cuando comprendió que los británicos no llegarían por ahí. (Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
~ El comodoro Daniel Patterson, de la Marina de los EE. VV. Enviado para acabar con los piratas, terminó viéndose obligado a organizll;r las
.... Más alejado a la izquierda: la firma de la compra de Luisiana. Este grabado de una revista de princiPios del siglo XX muestra todo lo que la gente quería ver en la celebración del centenario, incluido un retrato de Luis XIV, de quien tomó el nombre la colonia. Sin embargo, esto no varía el hecho de que cuando Napoleón la vendió, había roto las cláusulas del tratado de San Ildefonso por lo que la colonia volvía a pertenecer a Francia, lo que debilitaba el derecho legal de Norteamérica sobre su nueva posesión. (Colección privada)
Bías. de costa de la orilla oeste, cuando los británicos capturaron todos los buques de su flotilla, excepto uno.
.... A la izquierda: La transferencia del territorio de Louisiana tuvo lugar en la Place d 'Armes de Nueva Orleans, el emplazamiento de la ciudad para los desfiles. Para reflejar los detalles técnicos de haber pasado de España a Francia y de ésta a Norteamérica, primero se izó la bandera española, seguida de la tricolor, que posteriormente se arrió para ser reemplazada por la de barras y estrellas. Sin embargo, esta legalidad ficticia no cambia el hecho de que, al amparo de las leyes internacionales, la colonia debería haber sido devuelta a España
PLANES Y PREPARATIVOS
realmente tenía Lafitte), capturó 80 prisioneros y cofres de tesoro, de los que uno serviría para probar la perdición de Lafitte. Bien fuera por accidente o porque así lo había previsto Lafitte, también encontraron cartas de algunos ciudadanos importantes de Nueva Orleans, que les implicaban en actividades piratas, y que de esta forma aseguraba el que no sería perseguido sin que se tirara de la manta. Cuando Jackson regresó a la ciudad, la situación parecía aún peor que antes, si esto era posible. Sólo se habían conseguido reunir 1.000 soldados regulares y 2.000 milicianos. El Parlamento había designado al Gral. Villeré y a Edward Livingston para que presionaran aJackson a aceptar la oferta de Lafitte.Jackson rehusó e hizo una contrapropuesta: que el legislativo suspendiera el derecho de «habeas corpus», para permitirle el reclutamiento obligatorio de marineros, en particular para la Louisiana, convertida en corbeta, que no tenía ninguna tripulación.
Parecía irreal. América había declarado la gue-
17
NUEVA ORLEANS 1815
• El GD. jacques Villeré, jefe de la milicia del Estado de Louisiana. Se encontraba reclutando a sus tropas en la costa, cuando los británicos se apoderaron de su casa y su hijo. Cuando volvió se encontró con que su hijo, que se había escapado de
los británicos, estaba arrestado por jackson por incumplimiento de su deber. Un año después de la batalla sucedió a Claiborne como gobernador de Louisiana. (Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
rra con el pretexto de evitar el apresamiento de sus marineros por los británicos. Ahora, uno de sus Grals. estaba proponiendo precisamente la misma línea de acción. A los legisladores esto les sonaba al tipo de cosas que deberían afectar al Gral. Wilkinson, y ni llegaron a considerar la idea. U na de las razones principales por las que escaseaban los marineros era que, de distinta forma que en el E., la Marina no pagaba gratificaciones de enganche. En un intento de corregir esto, los legisladores aprobaron 6.000 $ para que e! comodoro Patterson lo usara como gratificaciones.
La pequeña flota de Patterson consistía en 6 lanchas cañoneras y la Louisiana sin tripulación. Se envió una cañonera al fuerte de San Felipe en
18
• Tte. Thomas ap Catesby jones, los «ojos» de jackson en el lago Bourgne, que fue
capturado junto con su flotilla por el Cap. Lockyer y sus cañoneras.
e! Misisipí, para que avisara si la flota británica trataba de remontar e! río. (Esto era muy improbable, ya que ningún navío de línea podía pasar los bancos de arena de la desembocadura de! río). Las otras 5 se enviaron para patrullar el lago Bourgne bajo el mando del Tte. Thomas ap Catesby Jones. El lago Bourgne también estaba protegido por bancos de arena y bajíos; no era problema para las cañoneras, que sólo calaban 5 pies, pero era imposible para un navío de línea.
Así pues, con los «ojos» puestos sobre los accesos principales y llegando más tropas o esperando su llegada cada día, Jackson empezó a encontrarse un poco más seguro.
La batalla del lago Bourgne
El conocimiento sobre el movimiento de las tropas de EE.UU. que había obtenido e! Alm. Cochrane, indicaba que e! grueso de las fuerzas norteamericanas estaba dispuesto a resistir un
PLANES Y PREPARATIVOS
La batalla del lago Bourgne
TIERRA FIRME -...- ..... ..... ..... ......
De la flota brit. ..... ..... ----- • --~- Isla S. José
15 falúas atacando al capitán Jones :; Escuadrón de 42 bo-
Navlo alejada quemado por su capitán
-----tes de remos armados con cañones ligeros de proa --Fuera de alcance de los cañones de 3 libras
..... ~ .....
-...- ..... ..... ..... ..... ..... .....
-...- ..... ..... ..... ..... ..... ..... .....
desembarco británico en Mobile. Así pues, esperaba conseguir un efecto de total sorpresa cuando llegó con su flota al exterior del lago Bourgne, el 13 de diciembre.
Quedó decepcionado cuando lo primero que vio fueron las cañoneras de Catesby Jones, obviamente retrocediendo a su base para dar aviso de la llegada británica. Cuando los navíos británicos intentaron darles caza, se encontraron con los bancos de arena y vararon. Lo que la Marina Real no sabía era que unas horas antes los propios norteamericanos habían 'estado varados. Una imprevista combinación de mareas bajas y vientos costeros habían dejado el lago Bourgne menos profundo de lo normal. Al subir, la marea les permitió navegar, pero tan pronto como ésta dejó de hacerlo, sobre la 1.00 h , rápidamente volvieron a quedarse atascados.
El Alm. Cochrane empezó a hacer planes. A la mañana siguiente, 42 largos botes transportando 1.200 marineros e infantes de la Marina Real, cada bote con un pequeño cañón montado en la proa, avanzaban directamente hacia las cañoneras. Antes de que la flotilla británica quedara al alcance de las armas norteamericanas, su jefe, el
--" Mili', I
2 Km ~t I ~ ..... .....
.. Las cañoneras norteamericanas, al retirarse para advertir a Jackson de la llegada de la flota británica, encallaron entre Punta Claire y la
norteamericanos eran inferiores en número, la batalla fue un ejemPlo de la mayor capacidad, del valor y de la improvisación de la Marina Real_ Cuando los botes de remo se abarloaron a los norteamericanos, los grupos de abordaje de la Inf de la Marina Real desarrollaron un corto pero violento combate cuerpo a cuerpo y tomaron los navíos.
isla Malheureux, y fueron atacadas por una escuadra británica de botes de remo, tripulados por marineros e infantes de Marina. Como los cañones de los botes eran pequeños sólo tenían efectividad a corta distancia, y aunque es verdad que los
Cap. Lockyer (el de la visita ajean Lafitte), ordenó un alto para que la fuerza atacante pudiera cenar. Una vez fortalecidos, se apresuraron a atacar.
Muchos escritores norteamericanos han dicho mucho respecto al número de botes y hombres de la flotilla británica, pero sin embargo resulta curioso el que una fuerza de botes de remo pudiera atacar y apoderarse de 5 cañoneras forma-
19
NUEVA ORLEANS 1815
• La batalla del lago Bourgne. Los navíos norteamericanos esperan varados el ataque de los botes de remo británicos,
que se infiltran entre sus descargas. (Cortesía de la Colección Histórica de Nueva Orleans, Centro de Investigación del Museo)
das en línea de batalla. A las 12.30 h, cuando terminó el combate, las pérdidas de los victoriosos británicos eran de 17 muertos y 77 heridos; los norteamericanos tuvieron 10 muertos, 35 heridos y 86 hechos prisioneros. Entre los heridos estaban el Tte. Catesby]ones y el Cap. Lockyer. Además de las cañoneras, un barco de abastecimiento que se había separado, fue volado por su Cap. para evitar que los británicos lo capturaran.
El Alm. Cochrane estaba ahora libre para actuar como quisiera. Por supuesto, aparte del hecho evidente de que habían llegado los británicos, ]ackson nunca descubrió qué estaba haciendo la flota o por dónde desembarcaría el E.
El desembarco
Como el desembarco tendría que llevarse a cabo utilizando botes de remos, debido a la poca profundidad del lago, era necesario colocar el E. lo más cerca posible de la costa. Se decidió reunir a
20
las tropas en las isla Pea, y allí fueron transportadas. Desgraciadamente la isla era totalmente árida, por lo que también tuvieron que transportarse los abastecimientos. Además, el tiempo fue inusualmente frío incluso para diciembre, y muchos de las tropas de negros de los Rgtos. 1 º Y 5º de las Indias Occidentales murieron de frío.
Cochrane tuvo otro golpe de suerte cuando se le acercaron algunos pescadores españoles, cuyo pueblo se encontraba cerca de la desembocadura de uno de los arroyos que vertían sobre el lago. Tenían poco aprecio por los «norteamericanos» que habían llegado en 1803, y eran conscientes de las relaciones amistosas existentes entre Inglaterra y España. Le hablaron al Alm. de un canal que era difícil de encontrar, pero que se lo enseñarían, y que llevaba directamente a las orillas del Misisipí y a la carretera de Nueva Orleans.
Las cosas se presentaban mal para Andrew ]ackson. Toda su fuerza naval había quedado reducida a la cañonera Carolina y a la corbeta Louisiana. Además, no pudo encontrar ningún mapa fiable de la zona en el que marcar las zonas en que posiblemente los británicos efectuarían el desembarco. Esto se debía al compromiso activo o tácito de la comunidad experta en contra-
bando. Nadie quería que el Gobierno federal conociera su acceso privado al golfo de México. Sin embargo, Jackson intentó compensar esto ordenando el bloqueo de todos los accesos marítimos, con la finalidad específica de denegar su uso a los británicos.
Extraños compañeros de cama
De nuevo hubo un acercamiento de Jackson al tema Lafitte, esta vez mediante Bernard de Marigny, miembro del Cuerpo Legislador del Estado, al frente de un comité de caballeros criollos. La proposición fue rechazada una vez más.
Desesperado, el comité se dirigió al juez Dominick Hall, ante quien se llevaban todos los casos contra los piratas y sus recién descubiertos seguidores locales. El juez Hall no quería comprometerse en un caso embarazoso en potencia, y sugirió que los legisladores decidieran suspender todos los procedimientos contra los piratas, si los piratas luchaban para los EE.UU. contra los británicos.
Los legisladores aprobaron el acta inmediatamente, y el gobernador Claiborne efectuó la proclamación correspondiente. El juez Hall liberó inmediatamente a todos los piratas, y envió un pase ajean Lafitte (que estaba escondido), permitiéndole volver impunemente a la ciudad.
Lafitte estaba en su peor momento, pero estaba preparado para su momento de gloria. Sus dos abogados, Livingston y John Grimes, que habían sido muy bien pagados antes de la incursión de Patterson , ya habían preparado un pleito contra el Gobierno de los EE.UU. para recuperar su «propiedad personal». Lafitte estaba casi completamente sin dinero en metálico, pero no era el momento de pleitearlo. Si los británicos ganaban, probablemente le colgarían, pero si los norteamericanos ganaban y él podía reclamar para sí y sus hombres un papel clave en esa victoria, un Consejo de Guerra estaría problamente a favor de devolverle su tesoro.
Finalmente, el 18 de diciembre, el Of. de Ingenieros (Ing.), Arsene Lacarriere Latour, que era íntimo amigo de Lafitte y Livingston, convenció al Gral. para que , en su propio interés, por lo menos escuchara al pirata. No existe testimonio de lo que se discutió en la reunión que tuvo lugar, pero no es difícil suponer lo que ocurrió.
Con su considerable encanto, Lafitte una vez más ofreció los servicios de sus hombres, y entonces jugó su carta de triunfo. En su calidad de tratante de armas con los mexicanos, tenía en un
PLANES Y PREPARATIVOS
lugar secreto llamado el Templo grandes cantidades de pólvora, balas y municiones. A pesar de lo dicho anteriormente, ya pe,sar de su aversión personal hacia los piratas, J ackson aceptó. Después de todo, a sus fuerzas les podría faltar cualquier cosa menos munición.
Los baratarios fueron organizados en 3 compañías (Cías.) y enviados a reforzar los fuertes que protegían los principales accesos a la ciudad: Petit Coquilles, St. Philip, y Sto John. El propio Lafitte llevó a su Cte. Michael Reynolds a su almacén de munición secreto. Los únicos piratas que realmente tomaron parte en la acción fueron dos dotaciones de cañón, una bajo el mando del hermano mayor de Lafitte, que se autollamaba .Dominique You, y el otro bajo su «tío», Renato Beluche. La situación de Lafitte durante la acción se desconoce, pero podría asegurarse que no estuvo nunca cerca de ningún combate.
• Andrew jackson: grabado de una pintura que al parecer le hicieron durante la organización de la defensa de Nueva Orleans. Su inicial popularidad entre los
ciudadanos comenzó a desvanecerse al sospechar (correctamente) que la defensa incluiría quemar la ciudad. (Marqués jame~, " Vida de Andrew jackson»)
21
LOS JEFES ENFRENTADOS
Los británicos
El GD. sir Edward Michael Pakenham, KB, nació en Irlanda en 1778, sexto hijo y segundo varón de lord Longford. Aunque su padre era un Cap. de la Marina Real, Edward no se inclinó hacia el mar, sino que fue nombrado teniente (Tte.) del 92 a Pie (Gordon Highlanders) a los 16 años. Durante los 3 años siguientes compró su capitanía en el Gordon, y fue transferido al 23 de Dragones Ligeros para obtener su puesto de Cte.
En 1798 una fuerza de invasión francesa bajo el mando del Gral. lean Marie Humbert desembarcó en Irlanda, y el Regimiento (Rgto.) de Pakenham fue uno de los que se le enfrentaron. Aunque por supuesto la invasión no tuvo éxito, en la batalla de Ballinamuck el Gral. Gerard Lake se dio cuenta del servicio distinguido de Pakenham, y como resultado le dio el empleo de teniente coronel (Tcol.) del 64 a Pie.
En 1801, él Y su Rgto. fueron enviados a las Indias Occidentales para tomar parte en operaciones contra las islas danesas y suecas. Mientras estuvo en esta parte del Atlántico pasó algún tiempo en Halifax, Nueva Escocia, donde el gobernador sir George Prevost opinaba que «el odio de ]efferson contra Inglaterra» podría «confundir a la población ignorante y sin principios de las grandes ciudades del sur».
~ GD. sir Edward Michael Pakenham, KB. En este grabado del único retrato completo suyo, Pakenham permanece de Pie antes de la rendición de la batalla de Salamanca. El uniforme es el de ayudante general de Wellington, con tres filas de bordados, idénticos a los de TG., pero en plata en vez de en oro. Esto, y las hombreras en lugar de charreteras, ha hecho que
22
algunos confundieran su emPleo. Además de la Orden del Baño, lleva la Cruz de Oro del Ejército con 4 barras y la Orden Portuguesa de la Torre y la Espada. (Alcee Fortier, " Una Historia de Louisiana» )
Cuando se reanudó la guerra con Francia, en 1803, su Rgto. fue enviado a unirse a la invasión de la colonia francesa de Sta. Lucía.
Allí recibió una herida en el cuello, a consecuencia de la cual le quedó la cabeza ligeramente torcida, y estuvo inválido en su casa.
En 1805 obtuvo el título de Cor., vele dio el mando del 7Q a Pie (Fusileros Real~s ) . En 1806 asistió a la boda de su hermana Kitty y el GD. sir Arthur Wellesley, KB. En 1807 él Y su Rgto . estuvieron con Wellesley en Copenhague, donde tomó parte en otros desembarcos anfibios.
En 1808 se ordenó al 7Q trasladarse a las Indias
.. El vicealmirante Alexander Cochrane. Este grabado, a partir de un retrato de William Beechy, muestra el jefe elegante e inteligente de las narraciones británicas contemporáneas. Sin embargo, el proPio Wellington da a entender en una carta que el deseo
de Cochrane de conseguir un premio en metálico fue lo que llevó a los británicos al desastre en Nueva Orleans, aunque su Plan de tomar las Bías. de la orilla oeste casi le lleva a la victoria. (Producciones Militares Históricas, Nueva Orleans)
Occidentales. ElIde febrero de 1809 fue herido otra vez en el cuello mientras mandaba su Rgto. en el ataque victorioso a la Martinica. Cosas del destino, esta herida corrigió la inclinación de su cabeza. Al final de ese año fue designado Alm. Gral. del marqués de Wellington en la Península. Era un excelente Of. de E.M., pero todavía le desagradaba «este condenado trabajo de oficinista».
Finalmente, en agosto de 1810, se hizo cargo de una brigada (Bri.) que estaba constituida por su 7º a Pie y el 76 (Cameron Highlanders), que mandó en Busaco y Fuentes de Oñoro. En 1811, fue ascendido a GD. En 1812, en Salamanca, su Bri. fue la clave de la victoria de Wellington, lo que hizo que su cuñado dijera de el: «Pakenham puede que no sea el genio más brillante, pero mi parcialidad por él no quita que diga que es
LOS JEFES ENFRENTADOS
uno de los mejores que tenemos». A Pakenham puede que no le gustara el trabajo de EM., pero Wellington le respetaba enor}llemente en esa función, y sintió mucho su ausencia en Waterloo.
Durante la invasión de Francia en 1813, Pakenham mandó una división (Div.), a consecuencia de lo cual se le concedió la Orden del Baño. El 24 de octubre de 1814 se le dio el mando de las fuerzas terrestres de la expedición norteamericana. Se le dieron instrucciones de seguir las operaciones hasta que a través de un emisario especial del príncipe regente, recibiera noticias de que se había firmado la paz. No tenía que hacer caso a ningún rumor.
Se ha dicho que nunca supo de su final nombramiento como caballero de la Gran Cruz del Baño, puesto que la Orden llegó después de su muerte en Nueva Orleans. De todas formas, esto no era un ascenso. En una reorganización en 1814, la Orden, que era sólo de una clase, pasó a ser de 3 clases diferentes; el despacho solamente confirmaba su concesión en el más alto nivel.
El vicelmirante sir Alexander Forester Inglis Cochrane nació en 1758, Y era el hijo más pequeño de conde de Dundonald. Como todos los hijos menores, tuvb las dos posibilidades normales para elegir carrera, la eclesiástica o la militar. Eligió la Marina, y llegó a teniente (empleo que se obtenía mediante compra) en 1778.
En 1780, fue herido en una acción en la Martinica. Durante la guerra norteamericana, sirvió en la Estación norteamericana bajo el Alm. Rodney. Un buen amigo suyo murió en Yorktown, por lo que no tuvo mucho tiempo para los norteamericanos.
Después del Tratado de París estuvo a media paga hasta 1790, que se le dio una fragata con la que efectuó una serie de ataques contra Francia con un éxito considerable. Durante la campaña de Egipto de 1798-1801 mandó el HMS Ajax y apoyó a las tropas de desembarco, actuando a partir de ese momento como apoyo inmediato al E., organizando una flotilla de pequeños navíos para mantenerles en contacto con la flota.
La habilidad de Cochrane en los desembarcos anfibios no pasó desapercibida. Con la Paz de Amiens se quedó nuevamente a media paga, pero cuando se reanudaron las hostilidades se le reintegró al servicio, siendo ascendido a contraalmirante. Con su buque insignia, el HMS Northumberland de 74 cañones, otros 4 buques de línea y 3 fragatas, se le envió a dar caza a un escuadrón (SQN.) francés que ·finalmente le condujo a las Indias Occidentales.
23
NUEVA ORLEANS 18 15
A Arriba: Tcol. Alexander Dickson, RA, representado en un grabado de 1816, llevando entre otras condecoraciones la Orden Portuguesa de la Torre y la Espada, y la Cruz de Oro del E. (Colección privada)
A Arriba derecha: GD. Keane. Aunque a veces una «mascota consentida» al princiPio de su carrera, sirvió bien en Nueva Orleans, y ciertamente lo hizo mejor de lo que alguno de sus contemporáneos esperaban de él. Durante el ataque, su vanguardia era una unidad
. independiente bajo el
24
mando de Rennie, y al 93 se le envió a reforzar a Gibbs, por lo que su unidad quedó reducida al 1 º Rgto. de las Indias Occidentales y a un destacamento de fusiles. (Colección del autor)
~Página contigua: GD. John Lambert, cuya orden principal de apoyar cualquier ataque que romPiera la línea norteamericana resultó inútil, cuando en general el ataque británico fracasó. Como al final de la batalla era el único Of. Gral. que quedaba en pie, se hizo cargo del mando de la fuerza expedicionaria.
Los franceses escaparon, pero mientras estuvo en las islas, Cochrane conoció a Nelson y continuó sirviendo bajo su mando, haciéndose famoso en la acción de Sto. Domingo el 6 de febrero de 1806. También dirigió el desembarco anfibio en la isla de Martinica, donde resultó herido el Tcol. Edward Pakenham. Por esta acción se le concedió el título de Caballero del Baño.
Cuando se ordenó a Nelson regresar a casa, designó a Cochrane como Cte. en jefe de las Islas Leeward, mando que ejerció más desde el puente de su barco que desde una oficina en tierra. En 1809 fue ascendido a vicealmirante, y al año siguiente dirigió el victorioso asalto de Guadalupe, la última posición francesa en las Indias Occidentales.
Todavía era gobernador de esta isla cuando se le informó de su designación para el mando de la Estación norteamericana. Pasó el invierno en Inglaterra planeando la campaña. ElIde abril de 1814 llegó a las Bermudas en su buque insignia, el HMS Tonnanl de 80 cañones, para relevar
a su antecesor, sir John Borlase Warren. Durante la campaña norteamericana de 1814, estuvo al mando de todas las operaciones navales en el Chesapeake y el bombardeo de Baltimore. Salió de las Bermudas y aproó su flota a la bahía )Jegril , en Jamaica, y empezó a prepararse para el ataque de Nueva Orleans.
El Coro Alexander Dickson nació en 1777, y se incorporó a la Artillería Real después de asistir a la Real Academia Militar de Woolwich. Desde que entró en servicio en 1794 estuvo constantemente empleado, y su genio fue evidente desde el principio. Fue enviado a las Américas con la desafortunada expedición suramericana, y estu\'0 en Buenos Aires con Harry Smith , joven Of. fusilero que iba a servir con él en Nueva Orleans y a empezar a ser famoso por méritos propios.
Cuando Dickson llegó a la Península, siendo sólo Cap., Wellington quedó tan impresionado que se las arregló para designarlo j efe de la Artillería portuguesa, y así poderlo emplear en
LOS JEFES ENFRENTADOS
puestos de mayor responsabilidad. En 1813 Wellington le designó formalmente jefe de la Artillería aliada en la Península, donde fue universalmente reconocido como el mejor artillero de su tiempo. Aunque solamente era Cap., su destreza hizo perfectamente aceptable que mandara a Ofs. de mayor graduación que él dentro del E. británico.
El GD. John Keane era un producto de privilegio y patronazgo en el E. británico. Fue Cap. a los 13, y tras una serie de destinos dentro de su patria, llegó a Coro en 1809, cuando participó por primera vez en una acción bajo las órdenes de Wellington en la Península.
Aunque su servicio no le proporcionó ninguna distinción especial, en 1814 fue ascendido a GD., encargándose de los refuerzos que serían enviados al Gral. Ross en Norteamérica. La muerte de Ross supuso que cuando llegó se encontró como jefe de la expedición de Jacto.
En cuanto se tuvo conocimiento de ello en Inglaterra, se envió al GD. John Lambert a reemplazar a Keane. Para no ofender a los influyentes amigos de Keane, Lambert fue enviado con refuerzos. El resultado sería que, debido a la mayor antigüedad de Lambert, éste se convertiría enjefe. Se le envió con órdenes específicas de cómo tendría que efectuarse el desembarco.
El GD. Samuel Gibbs, un veterano de la India y del ataque anfibio enJava, iba a ser el 2º jefe inmediato a Pakenham. Era un Of. muy competente, y viajó en el mismo buque que Pakenham. Desafortunadamente, al final, el retraso en la llegada de Pakenham, Gibbs y Lambert, dejó a Kene , cuyo lugar en la estructura de mando todavía estaba por decidir, al mando del desembarco. La mala suerte en la campaña tuvo otra manifestación.
El Coro John Fax Burgoyne, el Of. de Ing., era el hijo ilegítimo del Gral. que había perdido la batalla de Saratoga durante la revolución norteamericana. El equivalente en Ing. de Dickson era muy brillante, como demostró su construcción de las líneas de Torres Yedras para Wellington. Sin embargo, la única presa que construyó en Nueva Orleans se derrumbó.
Los norteamericanos
El GD. Andrew Jackson era el tercer hijo de Andrew Jackson de Carrickfergus, Irlanda, que había emigrado a las Carolinas en 1765. Nació en 1767, más o menos un mes después de la muerte de su padre. Su madre, obviamente mujer de gran valor, estuvo sóla en su alumbra-
25
NUEVA ORLEANS
miento, y tuvo gran influencia en el pequeño Andrew. El más brillante entre todos sus parientes, usó el mosquete desde el momento en que pudo con él, y era un jinete temerario. Era un joven alto, desgarbado y algo débil, pero se peleaba por lo más mínimo.
Durante la Guerra Revolucionaria, losjackson se unieron a los rebeldes, y su hermano mayor, Hugh, murió en la batalla de Stono Ferry en 1779. Al año siguiente, Andrew con 13 años y su hermano Robert, 16, se unieron al Rgto. de Dragones del Coro William R. Davies, que estaba actuando contra el Coro Banastre Tarleton. En abril de 1781 , Andrew y Robert fueron capturados mientras buscaban forraje.
Según la historia, ese mismo día le ordenaron a Andrew limpiar las botas de un Of. británico, y al negarse, el Of. le golpeó con la espada en la cabeza, dejándole para siempre una cicatriz, y el odio a los británicos. La historia puede ser apócrifa, ya que se supo que los dos hermanos resultaron heridos, pero el que la herida de Andrew fuera hecha bien durante su captura o por un Of. arrogante, la cicatriz y el resentimiento eran reales.
Los hermanos jackson enfermaron de varicela, y finalmente fueron entregados a su madre para que los cuidara. Los hermanos se salvaron, pero desgraciadamente, como su madre trataba a otras víctimas de la epidemia en Charles Town, se contagió y murió. Nunca se encontró su tumba.
26
En 1787, Andrew pasó la línea norteamericana y se convirtió en un abogado viajante, asentado en Nashville. En 1796 fue miembro de la convención que estableció el marco de la Constitución de Tennessee para convertirse en el 16 Estado. En 1797 fue nombrado primer congresista del Estado, y al año siguiente fue elegido senador. El mismo año decidió que no le gustaba vivir en Washington, y dimitió para hacerse cargo de un puesto en el Tribunal Supremo de justicia de Tennessee, donde permaneció durante 6 años.
Sin embargo, sus deberes legales no evitaron que llegara a convertirse en un habilidoso y entusiasta duelista. En 1801 ,jackson fue elegido comandante general de la milicia de Tennessee, deber que asumió con gran entusiasmo. A diferencia de la mayoría de los Grals. de la milicia, él lo hacía bien.
Estando en Washington conoció a William C.C. Claiborne, del que se hizo muy amigo, por lo que su disgusto al no ser designado Gobernador del recién adquirido territorio de Luisiana en 1803, fue mitigado por el hecho de que lo fuera Claiborne. Cuando se descubrió la conspiración de Arron Burr y el Gral. james Wilkinson, uno de los conspiradores, se convirtió en la prueba del Estado, jackson, amigo de Burr, fue citado como testigo. Sin embargo, su condena pública de Wilkinson y su franca desaprobación
... "El valiente muchacho >~-_ .... de Waxshaws ». Este
grabado de finales del siglo XIX representa, de forma bastante dramática, el
cómo de la cicatriz del joven Andrew y el por qué de su odio a los británicos. (Marqués James, "Vida de Andrew Jackson »)
~ Andrew jackson, con el uniforme que se supone llevó en Nueva Orleans (actualmente se expone en el Museo Smithsoniano de Washington). Aunque no era un «caballero», fue un Gral. de consumada habilidad, y el "pegamento» que mantuvo unida a la políglota f1,lerza norteamericana, convirtiéndola en una máquina de luchar. Fue popular entre sus hombres, pero, como Wellington, desdeiiaba la popularidad si ésta interfería en la victoria. (Colección militar Anne S. K. Brown, Universidad Brown)
del presidentejefferson, hicieron que no llegara a ser llamado.
Cuando se declaró la guerra de 1812, jackson estaba deseando combatir a los británicos, pero en ese momento tenía enemigos poderosos. Entre ellos se incluían todos los amigos de jefferson, uno de los cuales era el presidente james Madison. jackson se ofreció para mandar una milicia de 2.500 hombres, hacia Canadá o Florida, pero la oferta fue rechazada. En octubre de 1812, el doctor William Eustis, secretario de la Guerra, pidió l.500 hombres, sin jackson, para apoyar la invasión del Gral. Wilkinson de Florida occidental. jackson se tragó su orgullo y se ofreció para servir a las órdenes de
LOS JEFES ENFRENTADOS
Wilkinson. Esto,junto con la popularidad entre sus hombres, inclinó la balanza; se le ordenó trasladarse con sus hombres a Natchez en espera de órdenes. Con una sorprendente habilidad administrativa mantuvo su fuerza en buen estado, y en sólo 39 días, durante el frío enero de 1813, completó la marcha.
Las «órdenes posteriores» le llegaron en marzo, aunque estaban fechadas el 6 de febrero; en ellas se le significaba que o bien la milicia tenía que disolverse y volverse a alistar como profesionales, o emprender de nuevo el camino de vuelta a casa sin transporte, alimentación, ni paga. jackson había echado a las Uso de reclutas de Wilkinson fuera del campamento, y dirigió a sus
27
NUEVA ORLEANS 1815
hombres durante l'as 800 millas de regreso a pie, pagando los gastos de su bolsillo. Durante esta marcha, se ganó el apodo de <<Viejo Hickory» y la amistad imperecedera de sus hombres, entre los que se incluían los Cors., ]ohn Coffee y William Caroll. De vuelta a Nashville se enfrentó en un duelo y resultó herido. Durante su recuperación se enteró de que los indios creek se habían sublevado y de la masacre de Fort Mims el 30 de agosto. Sin esperar la aprobación del Estado, convocó a la milicia y la dirigió contra los indios. El dirigir esta guerra le colocó en primera fila de los Grals. norteamericanos, pero al hacerlo sin haberse recuperado totalmente de su último
.. GB. john Colfee, jefe de la milicia y de los indios, que formaron la amPliación del ala izquierda de jackson. Pasó varios días en ese puesto, permanentemente en la marisma,
28
acompañado de caimanes y serpientes. (Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
duelo, del que todavía tenía una bala en la espalda, deterioró su salud para siempre. Durante el resto de su vida sufrió problemas intestinales.
Durante la campaña, la gran capacidad de liderazgo de ]ackson, a veces como única cosa, mantuvo la moral de sus hombres. Sabían que en el E. no había ningún hombre más duro que el Gral. ]ackson luchó su primera batalla, y obtuvo su primera victoria, en Talladega el 9 de noviembre de 1813. En enero de 1814, con unos pocos refuerzos, renovó los ataques, pero el 22 fue contraatacado en el Entochopko Creek «<arroyo con agüita») y su retaguardia huyó. Sólo la inmediata acción de ]ackson, Caroll y Coffee, este último gravemente
.. Coro William Caroll, de la Milicia del oeste de Tennessee. Posteriormente fue gobernador del Estado de Tennessee. (Cortesía del Museo del Estado de Tennessee)
herido, salvaron la situación. David Crockett, que ese día luchó en las filas de la milicia, describió la acción como «un condenado aprieto».
]ackson, entonces mandando una fuerza de 5.000 hombres, incluyendo un Rgto. de profesionales, estaba a punto de golpear el centro de la nación creek. Para enfatizar la seriedad de lo que hacían, hizo ejecutar públicamente a un desertor, ante quien sus hombres desfilaron a continuación. En Horseshoe Bend (curva de la herradura) e encontró con un fuerte indio y, en lugar de po
nerle sitio, decidió un asalto frontal. Aunque los norteamericanos tuvieron un elevado número de bajas, el ataque tuvo éxito. El poder de los creek estaba roto, y se vieron obligados a aceptar un tratado humillante. Esto causó un profundo efecto en la campaña de Nueva Orleans. Si los creek (que eran aliados de los británicos) hubieran sido capaces de continuar con sus guerreros hasta finales de 1814, la campaña británica en el sur podía haber tenido un resultado diferente.
La elección de quién tenía que defender el sur resultaba ahora evidente. A pesar de la gran antipatía que le tenían las gentes de Washington, Andrew]ackson fue transferido al E. Regular como GD. y se le dio el mando.
El resto de los mandos norteamericanos, ya sean militares, navales o civiles, sólo pueden verse en el contexto como apoyando, o intentando obstaculizar, los planes de ]ackson. Su mente activa y u voluntad de hierro dirigieron todos los aspec
tos de la defensa norteamericana y la campaña. in duda, aún estaba escribiendo a Claiborne so
bre el tema de febrero de 1813 mientras en Natchez le esperaban las «ordenes posteriores» de Wilkinson.
Debe hacerse mención aparte de 2 franceses agregados al E.M. de ]ackson durante la campaña.
El primero era Arsene Lacarriere Latour, un emigrante que vivía en Sto. Domingo cuando la tomaron los británicos. Como los hermanos Lafitte, prefirió marcharse y al final de 1810 llegó a Nueva Orleans como refugiado. Ayudó a construir el mapa de la ciudad, y llegó a ser amigo de Lafitte, aunque si se conocían anteriormente, es un interrogante.
En 1813, Edward Livingston, que además de ejercer como abogado era uno de los ayudantes de ]ackson, presentó a Latour a ] ackson. Latour plan eó los trabajos defensivos de la Línea ]ackson y los de la orilla oeste, aunque su ausencia durante los trabajos en ese lugar explican su mala construcción. Sin embargo, sus contribuciones principales a la historia de esta batalla fue-
LOS JEFES ENFRENTADOS
... Gral. Humbert, paradójicamente estuvo en la primera y en la última de las batallas de la carrera de Pakenham.
ron los libros que escribió y series de mapas que produjo (los de este libro se han dibujado a partir de muchos de ellos).
El segundo francés era el Gral. ]oseph Amable Humbert, un consejero del E.M. de ]ackson, y jefe de la fracasada expedición irlandesa que le había colocado una vez más en el mismo campo de batalla que Edward Pakenham. En algún mom ento ]ackson quiso que mandara sus tropas de la orilla oeste, pero éstas rehusaron servir bajo «un extranjero».
29
~ ,
LOS ·EJERCITOS ENFRENTADOS
La fuerza expedicionaria británica
El E. británico reunido para la campaña de Nueva Orleans era fruto de más de 100 años de tradiciones y éxitos militares. Eran maestros de las tácticas lineales desarrolladas por Federico el Grande, y se habían puesto a prueba derrotando a todos los Es. que Napoleón pudo lanzarles. Su destreza había convertido al Imperio británico en una entidad política y comercial tan inalcanzable como nunca se había conocido en el mundo. La esfera del compromiso británico mundial era evidente analizando los puntos de embarque de algunos de sus Rgtos.: España, Francia, Italia, Sur Mrica y Jamaica.
La única caballería (Cab.) en la expedición era el 14 de Dragones Ligeros, que a principios del siglo XVIII pasó a ser un Rgto. normal. Sus condecoraciones se debían a su servicio bajo el Gral. Wellington: Duero, Salamanca, Vitoria, Pirineos y Orthes. También lucharon en Toulouse, pero no recibieron ninguna condecoración. Marcharon a Calais enjulio de 1814, cruzaron el canal, y el 21 fueron revistados por el duque de York en Hounslow. En agosto se embarcaron para unirse a la expedición norteamericana. Lo hicieron sin caballos, esperando poder obtenerlos cuando llegaran, pero los pocos disponibles se asignaron al E.M. y a los jefes de Rgto. El Rgto. formó parte de la Bri. de Lambert, por lo que era de la reserva. Durante la retirada, un Of. y 37 hombres estaban en uno de los botes capturados por los norteamericanos, quienes se habían embarcado con falsa bandera, por lo que fueron utilizados en el intercambio de prisioneros.
El 4º a Pie (el del Rey) fue creado en 1680 por Carlos I1, por lo que se remontaba al verdadero inicio del E. británico. Durante las guerras Napoleónicas, el Rgto. ganó condecoraciones en Coruña, Badajoz, Salamanca, Vitoria, San Sebastián y Nive. Marcharon a Burdeos, se embarcaron para Norteamérica, donde aún ganaron otra condecoración en Bladensburg bajo el Gral. Ross, y tomaron parte en todas las acciones hasta Nueva Orleans, incluida ésta.
El 7º a Pie (FusiÍeros Reales) se creó en 1685 como uno de los Rgtos. designados específicamente para proteger los convoyes de Art., y estaba dotado con el nuevo mosquete de chispa o
30
«fusil»; de ahí su título. Fue siembre un Rgto. de moda que tenía algunas particularidades en el uniforme, incluyendo una capa de piel de oso, y su reclutamiento se hacía distrito de Londres. Por supuesto era el antiguo Rgto. del Gral. Pakenham.
Creado en 1678 como el Rgto. del conde de Mar, el 21 a Pie fue designado como los Fusileros del Norte británicos en 1707, y en 1712 recibió el título de Real. Prestaron servicio a lo largo del siglo XVIII en Blenheim, Ramillies, Oudenarde, Malplaquet y Dettingen. Durante las guerras Napoleónicas prestaron servicio de defensa territorial hasta 1807 que fueron a Egipto, y al año siguiente fueron a Sicilia para amenazar a los franceses, que estaban ocupando el reino de Nápoles. En 1811 fueron enviados a la costa este de España para ayudar a Wellington a expulsar a los franceses. En 1813 fueron enviados a Génova para ayudar a acabar con las tropas francesas en Italia. En 1814 fueron embarcados directamente hacia Norteamérica, sirviendo en Bladensburg, Washington y Baltimore. En la batalla de Nueva Orleans, Harry Smith, de los Fusileros, prestando servicio en el E.M. de Pakenham como DAAG (2º ayudante gral. ) , opinó que el 21 y al 44 eran indisciplinados.
El 43 a Pie (Inf.ligera de Monmouth) fue uno de los Rgtos. de Inf. ligera iniciales, o <<los chicos de Shorncliffe», como se les conocía por el campamento en el que se instruían. Cuando se introdujo el nuevo mosquete para las USo de tierra, se hizo cargo de su entrenamiento el Gral. John Moore, quien había conseguido efectuar hasta 5 disparos por minuto con el arma, el doble del ritmo de fuego que se podía esperar de la Inf. de línea. La Inf. ligera no solamente estaba orgullosa de su superioridad con los mosquetes, sino también de su autosuficiencia para conseguir alimento y cobijo en campaña.
El 44 a Pie (Rgto. del este de Essex) tenía un acreditado palmarés de guerra, tras servir en Egipto con Abercrombie y posteriormente en la Península, en Badajoz y Salamanca. Tras abdicar Napoleón, embarcaron . directamente a las Américas, junto con el 4º a Pie. A la muerte del Gral. Ross, el Coro Brooke se hizo cargo del mando del E. como Of. más antiguo del momento. Cuando el Rgto. llegó a Nueva Orleans, el man-
do había pasado a un Cap., Hon Thomas Mullins, que desempeñaba por el momento el empleo de Tcol. La combinación entre las pérdidas sufridas en campaña y la inexperiencia de su mando hizo fracasar el ataque británico.
Incrementado en 1793, el 85 a Pie (Voluntarios de Bucks) de Inf. ligera eran también veteranos de la Península, donde su número había quedado tan reducido por las constantes acciones que, en 181 1, fueron enviados a casa para reorganizarse, llegando a Portsmouth solamente con 20 Ofs. y 246 hombres. Cuando regresaron a la Península en 1813 estuvieron al mando del Tcol. William Thornton, quien también les dirigió en el sitio de
an Sebastián y en las batallas de Nivelles, Nive y Bayona. El 30 de mayo de 1814, dejaron la penín-ula y fueron a Norteamérica. El Rgto. luchó en
todas las acciones importantes de la guerra, logrando Thornton una buena reputación por su yalentía y por la forma tan inteligente de mandar el Rgto. y los distintos batallones (Bóns.) y destacamentos que se le asignaron. Fue herido en Bladensburg, pero se recuperó lo suficiente para mandar su Rgto. y algún destacamento más en Xueva Orleans.
Aunque creado en 1800, el 93 a Pie (Highlanders del Sur), se había formado poco tiempo antes como Rgto. fronterizo. Su primer destino fue Irlanda en 1803, para evitar que las todavía latentes ascuas de la rebelión después de la expedición francesa del Gral. Humbert, volvieran a prender-e. No sólo tuvo éxito, sino que consiguió bastan
te popularidad en Irlanda, una hazaña notable. En 1805 se le envió a una expedición para quitar a los holandeses el cabo Colony. Su bautismo de fuego fue un gran éxito y fueron condecorados. Xuevamente el Rgto. se hizo popular entre la población local, llegando a tener una relación particularmente inteligente y cordial. Pro-porcionó los profesores necesarios para las escuelas y construyó una iglesia regimental. Como estaban lejos de u base de apoyo, cuando empezaron a escasear
las faldas escocesas, como medida circunstancial, con muchas que estaban en buenas condiciones, e hicieron pantalones cortos y ajustados para to
do el Rgto. Los soldados no llevaban plumas en las gorras escocesas (hummel) , y con este incompleto traje escocés se les ordenó unirse a la expedición americana.
La experiencia obtenida en la revolución norteamericana con las tropas ligeras de especialistas, y la falta de éstas en la campaña de Holanda de 1799, hicieron que en 1800 el Coro Coote Manningham creara el «Cuerpo de Fusileros Experimental». Posteriormente el Rgto. se inclu-
LOS EJÉRCITOS ENFRENTADOS
o¡., Rgto. 43. Ilustración de Bryan Fosten.
31
NUEVA ORLEANS 1815
yó entre los de línea como el 95 a Pie (Fusiles). Desde el principio, el 95 fue una U. de élite por su entrenamiento superior y su espíritu de cuerpo. De forma diferente que el resto de los de línea, a menudo se empleaban en grupos pequeños e independientes para situaciones que exigían una inteligencia superior y un conocimiento exacto de los manuales de entrenamiento. Sus órdenes en campaña se reducían al mínimo. A la voz de «alto» se entendía que había que descansar las armas y permanecer en descanso sin más órdenes posteriores. Igualmente , la palabra «marcha» exigía iniciarla lo más rápido posible, y el resto de las órdenes se transmitirían por corneta o silbato. Tras su participación en la Península, embarcaron directamente para Norteamérica, donde participaron en todas las acciones, cubriéndose de la mayor gloria obtenida en una campaña de esta naturaleza. En 1816, se retiraron de la línea, y se les dio el título de la «Brigada de Fusiles».
En 1796, nada menos que sir John Moore escribió: «El Cuerpo de Negros posee, creo, muchas excelentes cualidades y puede, con la debida atención, equipararse a cualquiera». Una de las Uso a las que se refería era el Rgto. Whytes, que en 1798 quedaba registrado como el Primer Rgto. de las Indias Occidentales. En 1799 se ha-
ORDEN DE BATALLA: E. BRITÁNICO
bían creado hasta 12 Rgtos. para dar guarn ición a las posesiones británicas en el Caribe, particularmente Jamaica y Barbados. Al principio había algunos soldados blancos, pero el cuerpo estaba principalmente compuesto por e clavos liberados con Ofs. blancos. Al principio, lo uboficiales (Subs.) se reclutaban del E. regular, pero a partir de 1810 los soldados negro empezaron a ascender a cabos y sargentos (Sgto. ) iguiendo la escala de promoción. Los Rgto . ganaron condecoraciones en las batallas de Dominica, Martinica y Guadalupe, por lo que en Nueva Orleans se encontraron combatiendo junto a antiguos camaradas.
El 2º de Pakenham como ayudante general, era el Cap. (posteriormente GD.) ir George de Lacy Evans. Pertenecía nominalmente al 5º Rgto. de las Indias Occidentales, pero la única vez que sirvió en el mismo campo de batalla que su Rgto. fue en la expedición de ueva Orleans.
La expedición fue acompañada por 2 baterías (Bías.) de la Art. Real , y 1 U. de Lanzadores del Real Cuerpo de Art. a Caballo. Por supuesto, la Art. procede de tan atrás en la historia militar británica que es difícil poner una fecha exacta a su creación, pero el característico uniforme azul se adoptó en 1815, y la Art. a Caballo se creó en 1793. Durante un tiempo ca-
Cte. en jefe, GD. sir Edward Michael Pakenham, KB.
S° Rgto. Indias Occidentales, menos una Cía. ligera
Total tropas británicas frente a la Unea Jackson: 6.970
jefe de Ingenieros, Tcol. John Fox Burgoyne, RE
jefe de Art. , Tcol. Alexander Dickson, RA
RGTOS. PRESENTES
14 Dragones Ligeros 210 4° a Pie 796 Pa ~ no 21 a Pie 790 43 a Pie 862 44 a Pie 816 93 a Pie 1.008 95 a Pie (3" Bón.) 546 1" Rgto. de las Indias O ccidentales 912 S° Rgto. de las Indias Occidentales 796
ARTICULACiÓN
l ' Bri. , Reserva GD. John Lambert 14 Dragones Ligeros, desmontados 7° a Pie (Fusileros Reales), menos una Cia.
ligera 43 a Pie (Inf. ligera de Monmouth), menos
una Cía.
32
2' Brí. , ala derecha GD. Samuel Gibbs Bón. de Cías. ligeras bajo el mando del
Coro Jones , que atacaron a través de la marisma de cipreses.
4º , 44, 21 Y sº de las Indias Occidentales
4º a Pie (del Rey) , menos una Cía. ligera 21 a Pie (Fusile ros Reales Escoceses)
menos una Cía. ligera 44 a Pie (Essex Este), menos una Cía. ligera
que llevaba escaleras y hatos de leña 95 a Pie (Fusiles). destacamento que actuó
como avanzadilla de la columna
3' Bri., ala izquierda GD. John Keane Bón. de Cías. ligeras bajo el mando del
Coro Rennie 7º, 93 y 43 93 a Pie (Highlanders del Sur). menos una
C ía. Ligera 1" Rgto. de las Indias Occidentales 95 a Pie (Fusiles), destacamento que actuó
como avanzadilla de la columna
Columna de ataque sobre la orilla oeste
Tcol. William Thornton, 85 a Pie 85 a Pie (Inf. ligera de Bucks) Inf. de Marina Real Destacamento de 100 Marineros Destacamento de 100
Total tropas británicas frente al Gral. Margan: 760
• Unidad de lanzadores S.K. Brown, Universidad de cohetes de la Real Art. Brown) a Caballo, de marcha y en acción, según un manual de instrucción. (Colección militar Anne
da U. o Bía. de Art. tenía sus propias condecoraciones, pero esto se hizo tan confuso que se adoptó la palabra latina ubique (en todas partes). Ciertamente esta palabra cubre al servicio de Art., que incluso participó en lugares donde no estuvo el resto del E. británico, como en el c;:aso de la U. de Lanzadores que tomó parte en la batana de Lerpzig.
En Nueva Orleans fueron complementados por la Art. de la Inf. de Marina Real y por los artilleros navales. Obviamente, la naturaleza de la campaña exigía la participación de todos los hombres disponibles, cualquiera que fuera su arma o servicio, para con su trabajo colaborar bien fuera maniobrando un cañón naval sobre un terreno embarrado, represando un arroyo, o atacando una posición enemiga.
Los defensores norteamericanos
Como todos los revolucionarios de izquierdas, Thomas Jefferson no pudo esperar a tener más
LOS EJÉRCITOS ENFRENTADOS
poder para trazar un brillante esquema u otras cosas. A pesar de su frase de que «el árbol de la libertad necesita ser regado de vez en cuando con sangre», su particular y loca teoría era que «los hombres voluntarios para defender sus casas siempre vencerán sobre los mercenarios de un déspota». La puesta en práctica de esto fue que, al llegar a la Presidencia, ante el horror del partido federalista de la oposición, debilitó (él y los republicanos) el Ejército de Tierra (E.T.) y la Marina.
En 1808, el E.T. estaba compuesto por 2 Rgtos. de Inf., 1 de Art., y 1 Of. Gral. , James Wilkinson, quien de~g~ 1801 h~l:;>ia sido el 4nicQ Gral. norteamericano del E. regular. Esta pequeña fuerza se mantenía permanentemente en el sur, y particularmente en la zona de Nueva Orleans a partir de 1803, ya que al mantenerla alejada de Washington, Wilkinson podía desviar mejor el escaso dinero asignado al E. y podía informar mejor a sus pagadores españoles.
En 1809 el E.T. fue ampliado con 1 Rgto. de Fusiles., 1 de Art. Ligera, 1 de Dragones Ligeros, 5 de Inf., y contaba con 2 Ofs. Grals. más. A pesar de todo no había un E.M. norteamericano, si lo comparamos con el muy eficiente sistema de los británicos. El entrenamiento de campaña de la Inf. y la Cabo era como mucho rudimentario. Sin embargo, Art. e Ing. eran eficientes y hábiles,
33
NUEVA ORLEANS 1815
El 95 de Fusiles. De izda. a dcha.: 0[, fusilero y Sgto. Ilustración de Bryan Fosten.
34
• Vista de la batalla en 1840, que muestra erróneamente cómo se emplearon las balas de algodón, no como asentamientos de los cañones sino como defensa. La V. representada probablemente es el 7º de In!, que se ganó el apodo de «los descargadores de algodón» por esta batalla. Aunque los profesionales están en uniforme de gala de un periodo posterior, los de los fusileros del entorno (por encima de las crines del caballo de Jackson) son
sorprendentemente exactos. (Cortesía de la Cía . de Subastas Neal, Nueva Orleans)
~ Gral. James Wilkinson, hasta 1808 el único O! Gral. del E. Regular para quien la doble vida era una forma de vivir. Consideró al minúsculo E. de los EE. VV. como proPiedad personal, y lo mantuvo, junto con sus fondos , lo más cerca posible, lo que en el sur significaba normalmente campamentos urbanos. Su distracción de fondos de Nueva Orleans dejó a los
y de entre sus filas salieron muchos de los futuros Grals.
El 7º de Inf. se había reclutado en Kentucky. Al principio de su existencia experimentó el tratamiento de Wilkinson, cuando al ser enviado a Nueva Orleans, acampó en un terreno tan sumamente inapropiado que perdió por lo menos la mitad de sus miembros por enfermedad, mientras que su jefe jugaba a ser Gral.. Sin embargo, posteriormente, en 1813, luchó con Harrison en Tippicanoe, Indiana, y en 1814 en Prairie du
fuertes locales y a sus barcos muy pobremente asistidos. Varios años después de su muerte se
LOS EJÉRCITOS ENFRENTADOS
descubrió que había trabajado como esPía de los españoles. (Colección del autor)
35
NUEVA ORLEANS 1815
• Cte. Jean Baptiste Plauche, representado en esta ilustración como un Gral. de la Milicia de 1820, pero da buena idea de qué E. usó como modelo para su «Bón. Uniformado ».
Indudablemente, es probable que importara desde París estos caros uniformes. Desgraciadamente para su U., los británicos nunca se acercaron lo suficiente a su posición
Chine, en Wisconsin. A continuación se le ordenó unirse aJackson en Nueva Orleans.
El 44 de InE. fue uno de los Rgtos. adicionales que se creó en 1813, cuando el Gobierno norteamericano se dio cuenta de que sembrando vientos era muy probable cosechar tempestades. En 1814, el Rgto. se unió aJackson, y luchó bajo sus órdenes en la toma de Pensacola el 7 de noviembre; a continuación marchó a Nueva Orleans, para formar parte de la defensa.
Naturalmente, miembros del Cuerpo de Art. participaron en la acción, pero el resto del E.T.
36
para poderles infligir mucho (o algún) daño. (Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
• Michael Fortier, un rico hacendado que financió y organizó las tropas negras
de Nueva Orleans, pero nunca las dirigió en campaña. Aunque algunos expertos han divulgado que era mulato, en realidad era blanco. (Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
norteamericano en Nueva Orleans eran milicianos. La milicia local tenía diferentes niveles, pero los mejores eran el Bón. Uniformado del Cte. Jean Baptiste Plauche y el de los Hombres Libres de Color, de Louisiana, del Cte. Pierre Lacoste.
A pesar de las muchas referencias existentes de los bonitos uniformes del Bón. de Plauche, no hay descripciones de la época. Sin embargo, hay una firme evidencia circunstancial de que fueron importados de Francia, y que se parecían mucho a los uniformes que habían sido desechados por la Guardia Imperial o Nacional.
LOS EJÉRCITOS ENFRENTADOS
~ Rgto. de la milicia norteamericana desplegado, en un manual de instrucción de la milicia de 1817. Generalmente, entre la teoria y la práctica había una gran diferencia. (Colección del autor)
, ~ - ¡- ¡. í1 ) A fM;r-;. ~ 7 ,I'tl}; P,r,');.;¡ 'n.fj 11"'1 J ~ ,;;;::;;;;;-;-~"~-,"".,~. "Wr.,..th1-... - ........ CId~ ~ fl'i".'1 .. ~M /l'"", ' ~ .... ~ "''''i . '/I'''t'f< ' ~ ~ /;"'1 IW,.", -- ----- - ---- - ----- ,- -----. . ..........---. - - -"'--. _ \.- - - ~'- - - - - "-. . ~
,.(".... (} ' ~".,. I ·Pf f ' .... ,'/,',.. ,'rr~
IJ - I'r t. !liti)!, ; 4 ft' r,¡t , . ó~ "'''r- , ' ti ti'" i1' ,'/l . CI' 1. (' ,1M 11'., ,,", I __ "",.II't .. ~~ ~ ~:t~,~~.,~4#Wt* fU PH: " "t
Los Hombres Libres de Color se formaron bajo los españoles, y sin duda fueron equipados inicialmente con el uniforme colonial blanco. Al principio la nueva Administración no les quería, pero Claiborne les dio su apoyo. Con la caída de Santo Domingo, aparecieron en Nueva Orleans más negros libres y ricos, y se formó bajo el mando del Cte . Louis Daquin una 2ª Cía. de Hombres Libres de Color.
En el período anterior a la batalla se crearon en la zona muchos otros grupos de regulares y de milicia irregular. Sin embargo, la mayoría no
ORDEN DE BATALLA: E. AMERICANO
Cte. en jefe, GD. Andrew jackson jefe de Ingenieros (voluntario), Arsene Lacarriere Latour
Tropas regulares Art. ligera regular 78 72 Inf. de los EE.UU. 436 44 Inf. de los EE.UU. 352 Inf. Marina de los EE.UU. 58 I SQN del 12 de Dragones de los EE.UU 52 Total 976
Milicia de Louisiana y Voluntarios Milicia Uniformada de Plauche 315 Hombres Libres de Color de Lacoste 282 Hombres Libres de Color de Daquin 180 Baratarios (artilleros piratas) 36 Choctaws de jugeat 62 Total 910
I ~.
f . ,
tenían uniforme, y usaban sus trajes civiles. Otros tenían uniformes reglamentarios confeccionados por ellos, adaptando rápidamente camisas de caza del color del uniforme, algunas azul celeste con rayas blancas, y otras de cuadros azules y blancos.
La mayoría de las Uso eran básic;amente grupos de amigos o miembros del mismo club, sin interés en ser soldados, y fueron incapaces de conseguir las chaquetas azules, shakos negros, cintu rones o pantalones blancos, impuestos en los reglamentos de la milicia.
Otras Uso de Milicia Fusileros de T ennessee de Caroll (1 I Cías.) Fusileros de Tennessee de Coffee (9 Cías.) Fusi leros de Kentucky de Adair (10 Cías.) Total tropas en la Linea jackson, con 14 cañones
Reserva Fusileros montados del Misisipí de Hind SQN de Ogden del 12 de Dragones de los EE.UU. Bón. Harrison de la Milicia de Kentucky Total reserva
Tropas en la orilla oeste, bajo el Gral. Morgan Bón. Naval del comodoro Patterson Milicia de Louisiana del Cte. Paul Arnaud Milicia de Kentucky del Tco!. john Davis Refuerzos enviados por jackson Total, con 16 cañones
806 546 680
3.918
150 50
306 506
106 250 320 400
1.076
37
NUEVA ORLEANS 1815
Los Rgtos. de milicia de Kentucky y Tennessee estaban al mismo nivel en vestuario, excepto que muchos habían luchado con ]ackson contra los indios creek, y consecuentemente iban, como poco, desaliñados.
Sin embargo, habían demostrado lealtad absoluta aljefe en el que creían. Esta experiencia, en los apuros de la campaña, fue para ellos de un valor incalculable .
.... Fragmento de la bandera del Bón. Uniformado de Plauche. Tradicionalmente, después de la batalla la bandera se dividía entre los miembros del Bón. ; si esto se hizo inmediatamente, o en los años posteriores cuando
. se disolvió el Bón., el hecho real es que los
38
fragmentos que perduran en las familias de los que estuvieron presentes en la batalla se conservan como tesoros . Desgraciadamente, al parecer no se hizo ninguna ilustración de la bandera antes de repartirla. (Colección privada)
Soldado, Dragones Ligeros de los EE. UU. No está claro cuántos soldados de los dragones regulares realmente recibieron este uniforme;
hace poco tiempo se descubrieron gran cantidad de cascos sin usar, por lo que hay
ejemPlares en muchos museos. Los Ofs . probablemente llevaban todavía el antiguo
Tarleton o sombrero de plumas. La Cabo voluntaria llevaba lo que tenía más a mano.
Ilustración de Bryan Fosten .
ENCUENTROS INICIALES
La llegada británica
La mejor descripción de la tortuosa ruta que tenían que seguir los soldados y los abastecimientos desde los sistemas de transporte a los campamentos británicos se encuentra en el diario del Coro Alexander Dickson, RH. Por supuesto, el E.T. tuvo que trasladarse en un barco de la flota a la isla Pea y pasar un día más o menos en este desierto marismeño barrido por los vientos, sin cobijo, hasta que se le transportó hasta un lugar en tierra.
Dickson escribió: «Cuando dejamos la "Anaconda", la corriente todavía era favorable , la noche muy clara, pero con un frío penetrante. Los botes continuaron remando toda la noche, y no se puede decir mucho en favor de los ... conductores de los carros que al amanecer ... avanzaron por lo menos 70 millas sin interrupción. El frío era excesivo y estaba helando duramente, agudizándose más por la brisa, el viento continuó azotándonos hasta que se hizo de día, cuando nos encontramos a no mucha distancia de la tierra, a algunas millas al norte de la entrada del arroyo.
»Lo único que tenía la costa eran altos.juncos hasta el borde del agua, por lo que no era fácil desembarcar en ella. O por lo menos avanzar muchas yardas por un profundo pantano. Después de recorrer la costa (cuyo aspecto era casi el mismo) durante 4 o 5 millas, encontramos la entrada del arroyo, que sólo se distinguía del resto de la costa por una bandera roja que nuestra gente había izado en un mástil, como señal en tierra.
»Para alcanzar la desembocadura [seguimos] ... las revueltas del canal, cuyas orillas, como el resto de la costa, estaban cubiertas de altos y ondulantes juncos, y de vez en cuando un tronco de árbol o un matojo crecían en las orillas.
»El arroyo tiene gran cantidad de · revueltas y meandros y todo su recorrido está cubierto a ambos lados de altos juncos; mantiene una buena anchura durante 4 o 5 millas, y posteriormente se estrecha tanto y es tan poco profundo que desde los botes no se puede remar por falta de espacio, y se les ha de empujar por el barro mientras los remeros se apoyan contra la orilla.
»Alrededor de 1 milla más arriba de las cabañas [C.G. del Alm. Cochrane] hay dos arroyos anchos, uno que corre dentro de la marisma a la derecha [continuación del canal Bienvenue] y el otro a la izquierda [canal Mazant], y siguiendo hacia arriba haya ambos lados pequeños canales y entrantes llenos de agua, que harían imposible moverse por la orilla, o por lo menos bastante dificil.
»Desde el lugar de desembarco al c.G. hay como 2,5 millas, el camino no es más que una senda muy mala y pantanosa por la orilla del pequeño canal... que se extiende desde el arroyo hasta cerca del Misisipí, y es navegable con canoas hasta 1.000 yardas del río. Se le llama Canal Villare [canal Villeré], y es para el uso de la plantación.
»El camino, durante 3/ 4 de milla desde ellugar de desembarco, pasa a través de juncos, por lo que consecuentemente el suelo es muy pantanoso, entrando posteriormente alrededor de 1 milla y 1/ 4 en un espeso bosque ... éste generalmente es de cipreses que crecen muy juntos unos de otros, lleno de espesa maleza y palmeras, el suelo empantanado con profundos hoyos esparcidos llenos de agua, por lo que no resulta en absoluto fácil.
»Desde el límite del bosque a la plantación de Villare [Villeré] hay una distancia de una milla aproximadamente, por un camino bastante bueno y amplio, y de la plantación a la orilla del río hay como unas 300 yardas. Se emplea un equipo para mejorar este camino».
Dickson efectuó este camino el 25 de diciembre, pero la noche del 22 lo recorrió el Gral. Keane y el grupo de vanguardia de la fuerza de invasión británica. Conforme entraron en el canal Bienvenue, los pescadores españoles que se habían ofrecido a ayudar a Cochrane, señalaron el lugar del desembarco de su pueblo, donde el hombre enfermo que había quedado atrás dijo a los seis exploradores norteamericanos que habían llegado más temprano y que el resto de los hombres estaban de pesca.
A las 4.00 h del 23, todos menos uno de los exploradores enviados por el Cte. Villeré estaban dormidos y el de guardia no estaba alerta.
En cuestión de minutos, los marineros se habían apoderado del pueblo. Cuatro norteameri-
39
NUEVA ORLEANS 1815
canos consiguieron escapar, 3 fueron capturados esa noche, yal otro le llevó 3 días llegar a la ciudad, fecha en la que sus noticias ya no servían de nada.
La expedición continuó hacia la plantación del general Villeré, con el 3º Bón. del 95 de Fusiles en los botes de vanguardia. Cuando llegaron a la orilla, a las 9.00 h Y comenzaron el avance hacia la casa de la plantación, se sorprendieron de no encontrar piquetes. Era obvio que al Cte. Gabriel Villeré no ~e le había pasado por la imaginación el ataque. El, y su Cía. con 30 milicianos fueron rodeados, sorprendidos y capturados. El propio Cte. fue capturado en la terraza de la casa de su padre, disfrutando de un puro mañanero.
Villeré ignoraba la orden directa de ]ackson de bloquear el canal en la propiedad de su familia, lo que le situaba en una situación incómoda, ya que, aunque consiguiera escapar y avisar a ]ackson de la presencia británica, en cualquier caso tendría que admitir su propia culpabilidad en el asunto.
Una vez que las vanguardias del 95, del4º y del 85 hubieron llegado y explorado la zona de los alrededores, sin encontrar enemigos, Uso ni avanzadillas, se les ordenó acampar y descansar. El cansancio de la noche hizo mella en los británicos, y también en los soldados que vigilaban a Gabriel Villeré. Aprovechando una oportunidad, el Cte. salió por la ventana de la habitación en la que le tenían prisionero, saltó la verja de la plantación y echó a correr por el campo. Los pique-
40
tes le dispararon pero no le dieron, y desapareció en dirección a la casa de De La Ronde.
En casa de su vecino encontró a De La Ronde, que era no sólo el Coro d~ su Rgto. de milicias, sino también su suegro. Este ya había enviado a ]ackson aviso de la llegada de los británicos. Ambos decidieron informar a]ackson, pero cruzaron a remo el río para encontrar caballos con los que llegar al C.G., en vez de bajar directamente por el camino del río a la ciudad.
Jackson reacciona
Conforme De La Ronde y Villeré bajaban galopando por la orilla oeste, el Cte. Howell Tatum, que había llegado a la plantación nada más salir ellos, desplegó al otro lado del río. Cuando ]ackson recibió la primera noticia de las USo británicas, no le dio mucho crédito, pero envió a investigar al Cte. Tatum y a su ingeniero Latour. Cuando llegaron a la plantación Bienvenue, se encontraron con gente que huía a Nueva Orleans, diciendo que los británicos ya habían capturado la plantación Villeré.
En espera de tener más información, el Gral. ]ackson no comprometió a sus tropas en ninguna zona definida. Fueron repartidas para cubrir todos los accesos a la ciudad, pero dispuestas a concentrarse en un punto determinado cuando él lo ordenara.
Latour se quedó en la plantación Bienvenue
.... Casa de la plantación Villeré, donde capturaron a Gabriel Villeré, que consiguió escapar, y que posteriormente fue al c.G. del Gral. Pakenham. Esta antigua fotografía se tomó antes de que la casa fuese destruida para dar paso a una estación depuradora. (Marqués James, «Vida de Andrew Jackson »)
... Dennis De la Ronde, con uniforme de Of. de la milicia colonial española. Se unió a su yerno en una misteriosa visita a la orilla oeste del Misisipí antes de informar a jackson de la llegada de los británicos. El porqué él y Gabriel Villeré no se dirigieron directamente a la ciudad nunca ha sido completamente aclarado. (Benson Lossing, «Libro de campaña de la guerra de 1812»)
~ Versalles, la casa de la plantación de De La Ronde capturada por los británicos y utilizada como C. G. avanzado del Gral. Gibbs. (Benson Lossing, «Libro de campaña de la guerra de 1812»)
ENCUENTROS INICIALES
para continuar reconociendo la zona, y Tatum regresó para informar. Cuando éste le dio noticias a]ackson, los refugiados ya habían llegado a la ciudad, y unos minutos antes lo habían hecho De La Ronde y Villeré (que habían cruzado el río remando para llegar a la ciudad) embarrados, despeinados y lanzando una retahíla de improperios en un francés incomprensible. A las 14.00 h estaba en manos de ]ackson el informe del reconocimiento de Latour; el Ing. estimaba una fuerza de entre 1.600 y 1.800 hombres; obviamente no era la fuerza de invasión al completo. ]ackson retiró su espada a Villeré y lo puso bajo arresto, por no bloquear los accesos fluviales como se le había ordenado.
]ackson se mantenía en la idea de que su enemigo avanzaría por tierra para separarle de Baton Rouge en el norte, y no quería apostar que éste pudiera ser el punto de desembarco del grueso de la fuerza. Por lo tanto, envió a Claiborne (quien como gobernador era también Gral. de la milicia del Estado) con el 1 º, 2º Y 4º de la Milicia de Luisiana, y una Cía. de voluntarios montados para ocupar la zona de Chief Menteur/ Gentilly, donde esperaba que tuviera lugar el desembarco principal.
41
NUEVA ORLEANS 1815
-xxxx
EE . UU.~ JACKSON
Itinerario de Coffee (con los fusileros de Beal y los dragones de Hind)
Línea avanzada de piquetes del 95 inicial
D Avance de jackson. ti Enfrentamiento entre
norteamericanos y británicos. El Cte. Mitchel es capturado.
11 El 85 retrocede ante el avance norteamericano.
11 Coffee desmonta en el canal.
111 Coffee regresa con jackson.
DI Los fusileros de Beal se Pierden.
Ii Contraataque británico con los refuerzos del 85 y del 95.
m Llegada del 21. 10 4 2 de a Pie (reserva) .
42
Tras la andanada inicial del Carolina sobre el campamento británico, exactamente como se había planeado, el ataque y la defensa se llegan a confundir. El centro y la derecha de jackson se entremezclan con el Bón. de Hombres Libres de Color de Daquin,
El USS Carolina disparando metralla de enfilada
chocando con los piquetes del 85 apoyados por los fusileros de Mitchel. I:a mitad de los hombres de jackson terminan perdidos en el campamento británico, donde hacen algunos prisioneros, antes de que la mayoría fuesen capturados por el recién incorporado 21 de a Pie.
Mientras tanto Kean, su primer mando independiente, es cogido totalmente por sorpresa e incapaz de organizar la defensa. El Coro Thornton del 85 trata de organizarla y posteriormente contraatacar, pero no tiene ni idea ni de la entidad ni
ENCUENTROS INICIALES
LA BATALLA NOCTURNA DEL 23 DE DICIEMBRE
Ataque de Jackson en tres direcciones sobre la orilla este, desde las últimas horas del 23 hasta el 24 por la mañana temprano
Marisma de cipreses
x
G.B.~ KEANE
Zona del c.G. y Parque de Art. británicos
del objetivo enemigo. Cuando el piquete del
95 desciende por el camino del dique y casi captura a Jackson y su cañón, la defensa británica ha comenzado a afirmarse. En ese momento, los norteamericanos deciden que lo más importante del valor es la prudencia, y se retiran.
43
NUEVA ORLEANS 1815
Mientras tanto mantuvo reunido el grueso de sus fuerzas de los hombres de Tennessee, bajo las órdenes de Caroll, acampados a cuatro millas de la ciudad, y movilizó al 7Q de Inf. a las órdenes del Cte. Henry B. Petere y un destacamento de 2 cañones de 6 libras. Ya había enviado al inspector Gral. Arthur P. Haynes por delante para continuar el reconocimiento de la posición británica, y a los Dragones del Misisipí del Cte. Thomas Hind, acompañado por los Fusileros de Nueva Orleans del Cap. Thomas Beal, para proteger los movimientos de la fuerza norteamericana.
Alcanzaron la posición a las 15.00 h , pero cuando las avanzadillas británicas abrieron fuego sobre ellos en la zona de la plantación de De La Ronde, retrocedieron hasta situarse fuera del alcance de los fusiles. A las 16.00 h los hombres de Tennessee se colocaron en posición de vanguardia en el canal Rodríguez, y durante la siguiente hora el 44 de Inf. además del Bón. del Cte. Plauche, 1 ª Cía. de los indios choctaw bajo las órdenes del Cap. Pierre ]ugeant, y los Hombres Libres de Color de Daquin , se unieron al 7Q en el fuerte San Carlos a la espera de órdenes.
Se ordenó al Cte. Patterson llevar la «Carolina» río abajo, tan en silencio como fuera posible, hasta situarse frente a la posición británica, para a continuación abrir fuego . El plan, un asalto nocturno coordinado en tres direcciones, era muy ambicioso.
M
La batalla nocturna
Tras la emoción de la captura de los milicianos en la plantación, la vanguardia británica se dispuso a disfrutar de una tarde tranquila. Por primera vez en semanas, el tiempo era cálido y seco y se encontraban en tierra. Nada más llegar, el Gral. Keane había enviado al 4Q
, 85 Y 95 río arriba en tres columnas hasta la plantación Lacoste, y había situado un destacamento de 100 hombres río abajo para asegurar su retaguardia. La retaguardia descubrió las fuerzas del Gral. Margan, quienes al verlos se retiraron rápidamente, por lo que no pudieron identificarles.
Mientras descansaba el campamento, las avanzadillas de la plantación Lacoste se encontraron con los Dragones de Hind. La línea de vigilancia se retiró mientras que la vanguardia se desplegó y lanzó una descarga sobre los jinetes, poniéndoles en fuga. Algunos Ofs. británicos se alegraron, ahora con la completa esperanza de repetir lo de Blandensburg. Otros no estaban tan seguros, pero en el resto del día no se vieron más norteamericanos.
En el C.G. de la mansión Villeré, Keane iba encontrándose un poco más seguro, por no decir completamente confiado. Los norteamericanos no habían demostrado interés en enfrentarse a él, por lo que lo más importante ahora era que sus exhaustos hombres descansaran en previsión
..... La "bandera de batalla» de la Cía. del Cap. James Moore de la Milicia de Tennessee. La bandera se llevó durante la batalla nocturna del 23 de diciembre, y durante las acciones posteriores. Se conservó hasta princiPios de la década de 1860, cuando se hizo este grabado, pero desgraciadamente en la actualidad está desaparecida. (Benson Lossing, "Libro de campaña de la guerra de 1812»)
~ Un fusil Baker capturado durante la batalla nocturna. Tiene la inscripción del 3'" Bón. del 95, y lleva una chapa de latón grabada. (Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
de lo que pudiera venir. Con las avanzadillas desplegadas, se dispusieron a descansar. Alrede-dor de las 17.30 h anocheció.
El campamento estaba tranquilo cuando las avanzadillas del 95, situadas en el dique, vieron un navío aproándose hacia ellos. Los soldados creyeron que era un barco de abastecimiento de la flota , y le saludaron varias veces, sin recibir respuesta, incluso después de que éste hubiera arrojado el ancla. De pronto el barco, el USS Carolina, abrió fuego con una andanada de metralla. El campamento se alborotó, mientras los Ofs. trataban frenéticamente de reunir sus Uso para contraatacar, aunque en la oscuridad ninguno estaba absolutamente seguro de dónde procedía el ataque.
El Coro Thornton asumió el mando y se hizo cargo de la situación, ordenando al 95 reforzar las patrullas, al 85 desplegarse para cubrir la izquierda británica y al 4º retirarse para formar la reserva.
El Cap. William Hallen del 95, que mandaba la avanzadilla del dique, como la descarga continuaba, ordenó a sus hombres ponerse a cubierto. Al poco tiempo, distinguió una fuerza norteamericana apoyada por 2 cañones, que subía por el camino del dique, hacia el interior del puesto avanzado del 85, y desplegaba a la derecha para ocupar el terreno que dejaban los británicos.
Otros fogonazos de armas ligeras indicaban
ENCUENTROS INICIALES
que el combate se había ampliado más hacia el interior. Ahora se trataba de las fuerzas de relevo del 85 y 95, bajo el mando del Cte. Samuel Mitchel, el fusilero más antiguo de la expedición, que habían sido sorprendidas por el flanco, casi accidentalmente, por una U. norteamericana de apoyo. Los británicos retrocedieron ligeramente para rehacer su formación, desde la que continuaron realizando descargas sostenidas, hasta que fue capturado el Cte. Mitchel.
Desde su posición, el Cap. Hallen se dio cuenta de que la amenaza principal estaba en los cañones con que avanzaban los norteamericanos, y ordenó a sus hombres atacarlos. En la oscuridad, el pequeño grupo de fusileros casi tiene éxito. El Coro Thornton, al mando de la fuerza de relevo, lo intentó de nuevo, y las tropas que apoyaban a los cañones empezaron a retroceder. Justo en el momento en que parecía que iban a apoderarse de los cañones, los norteamericanos se recuperaron, hicieron retroceder a los británicos y los salvaron.
Ahora la amenaza estaba en la derecha británica. Podían oírse disparos esporádicos en los piquetes de la retaguardia, pero el 4º, que ahora componía la reserva en la casa de Villeré, estaba preparado para enfrentarse a la amenaza. Un grupo de fusileros norteamericanos había penetrado en el campamento y cogido varios prisioneros, pero en ese momento los cañones de la
45
NUEVA ORLEANS 1815
46
De izquierda a derecha: Sargento, Cía. de Granaderos, 93 Rgto. a Pie; soldado, 5 º Rgto. de las Indias Occidentales; OJ. , 1« Rgto. de las Indias Occidentales. Ilustración de Bryan Fostim.
Carolina callaron, y de repente la derecha británica fue reforzada por los hombres del 21 a Pie, que acababan de llegar de la flota. Habían oído la primera descarga de la Carolina cuando se encontraban a 20 millas, y los marineros habían forzado sus músculos para llegar a tiempo al campo de batalla.
En ese momento, los norteamericanos que se retiraban con los prisioneros británicos fueron capturados. La fuerza de ataque consiguió replegarse en la noche, cuando la niebla espesa y húmeda del Misisipí cubrió el campo de batalla. Aparte del sonido de algunos mosquetes de entusiastas norteamericanos, que continuó hasta bien pasada la noche, la acción había terminado. Un regalo inesperado fue la captura de varios caballos norteamericanos sin jinete, para el E.M.
El ataque norteamericano
El ataque de ]ackson había sido casi temerariamente ambicioso: un ataque en tres direcciones con unidades independientes, uno de ellos naval, efectuado durante la noche. El ala izquierda se componía de los Fusileros Montados de Tennessee, de Coffee, y los Fusileros de Nueva Orleans, de Beal, con los Dragones de Hind. El ala derecha era Patterson en la Carolina, mandando una línea de 5 cañones de 6 libras y 2 de montaje giratorio de 12 libras, uno en la proa y otro en la popa, servidos por expertos artilleros de la banda de Lafitte. ]ackson mandaba el centro con el 7Q y el 44 de Inf., el Bón. de Plauche, el de Daquin, y la milicia uniformada de Nueva Orleans a las órdenes del Coro George T. Ross. Situó sus dos cañones a la derecha, donde podrían avanzar rápidamente por la pista del dique
• Fusil utilizado en la batalla nocturna del 23 de diciembre. A lo largo tiene grabado: «Este fusil fue usado por mi padre Wm Ross, miembro de la Cía. del Cap. Thom Beal de los Fusileros de N. Orleans en la defensa de Nueva Orleans 1814-1815. James Ross 1835». Que se sepa,
ENCUENTROS INICIALES
esta es la única arma totalmente documentada que existe de esta U. (Cortesía de la Colección de Robert Melancon)
con la protección de un destacamento de Inf. de Marina y el 7Q de Cabo
Tan pronto como recibió de los Dragones de Hind la confirmación de que se trataba, sin duda, del lugar de desembarco principal británico, y no un engaño, ]ackson puso en marcha su plan. Todas las Uso tenían que estar situadas en sus posiciones a las 19.30 h, hora en que el estruendo de la primera descarga de la Carolina sería la señal de ataque. La tripulación de la Carolina tenía orden de continuar disparando hasta que oyeran el característico sonido de los largos fusiles norteamericanos, y entonces cesar el fuego, por miedo a herir a sus propios hombres.
La Cabo del ala izquierda, apoyada por los Fusileros de Beal, se utilizaría para envolver el flanco británico. El ataque por el río presumiblemente orientaría al conjunto británico a mantener su atención sobre éste. Entonces los Dragones y Fusileros atacarían por tierra, momento en el que callarían los cañones del barco. A continuación ]ackson avanzaría por el centro, y emplearía su fuerza principal en expulsarlos de los edificios de la plantación, esperando situarlos en una precaria posición defensiva desde la que se verían obligados a reembarcar.
47
NUEVA ORLEANS 1815
Cuando se hizo de noche, la Carolina avanzó lentamente río abajo; la primera parte de su plan iba perfectamente. A las 19.30 h estaba en posición, y la descarga de la Carolina anunció puntualmente el inicio de la acción. Conforme ]ackson avanzaba, los cañones obligaron a las avanzadillas a retroceder y el 7Q
, desplegado para cubrir el terreno, protegió a los artilleros mientras ponían en marcha sus piezas.
Sin embargo, en la izquierda habían fallado cosas. Los hombres de Beal se suponía que tenían que proteger el flanco izquierdo de los jinetes de Coffee pero, al tratarse de civiles más o menos instruidos en su primera acción, habían terminado separándose y penetrando profundamente en la plantación Villeré.
En ese momento las cosas empezaron a ir mal en la derecha. Aunque parecía que las avanzadillas habían penetrado, los cañones cayeron de pronto bajo el fuego desde el otro lado del anti-, guo camino del dique, por el que estaban avanzando. Casi simultáneamente, el centro por poco se choca con un grupo de Inf. británica que avanzaba hacia ellos. Después de pequeños combates cuerpo a cuerpo, en los que fue capturado eljefe del grupo (Cte. Mitchel) , las fuerzas se separaron, pero de vez cuando grupos de británicos cargaron sobre ellos. La fuerza norteamericana comenzó a cerrarse hacia el centro, y los cañones se encontraron en grave peligro.
En la izquierda, Coffee había detenido a sus hombres en el pequeño canal que formaba ellímite entre las plantaciones de Lacoste y Villeré; desmontaron y avanzaron hacia el sonido del combate. Los más arriesgados decidieron avanzar sobre el campamento británico, y esto acabó en un caos general. En la confusión, algunos caballos de las Uso de Hind y de Coffee se escaparon al galope, y fueron capturados por los británicos.
El Gral.]ackson, siempre creciéndose en la adversidad, reunió al 44 y a la milicia para apoyar al 7Q y a la Inf. de Marina para proteger los cañones, justo en el momento en que se les echaba encima una nueva carga. A duras penas, obligaron a los británicos a retroceder, y los cañones se salvaron. Hubo un momento en que ]ackson estuvo a 20 pasos del enemigo.
Veinticuatro hombres de Beal, completamente perdidos, volvían a sus líneas cuando se encontraron con algunos soldados británicos desarmados, y los hicieron prisioneros, continuando alegremente el camino, hasta que fueron capturados por otros infantes británicos.
Coffee pensó que había perdido 200 de sus
48
hombres y todos los fusileros de Beal, pero sólo 63 fueron capturados o muertos, y la mitad de los hombres de Beal regresaron durante la noche.
]ackson se retiró. El combate se estaba haciendo cada vez más confuso, y en cualquier caso consideró que había logrado una importante victoria. Las pérdidas norteamericanas fueron de 24 muertos, 115 heridos y 74 desaparecidos. Planeando un nuevo ataque para el día siguiente, ordenó venir a la Bri. de Kentucky de Caroll.
Sin embargo, en sus planes]ackson pareció haberse olvidado totalmente del Gral. David B. Morgan y sus 350 milicianos de Louisiana, que se encontraban río abajo de la posición británica. Sin órdenes, Morgan se mantuvo en su puesto en English Turn mientras se desarrollaba la batalla, no queriendo moverse, hasta que sus hombres le amenazaron con marcharse sin él. Dirigió a sus hombres hasta la plantación ]umonville, donde las avanzadillas británicas les dispararon. Morgan detuvo a sus hombres, se asentó en un campo embarrado hasta las 3.00 h, Y posteriormente se retiró a su situación inicial. No era sólo el viejo Gran Duque de York el que podía hacer avanzar y retroceder a sus hombres sin ningún resultado. En opinión de por lo menos uno de sus hombres, Morgan era «una vieja».
A las 4.00 h]ackson continuó su retirada hacia el canal del molino abandonado, que dividía las plantaciones Macarté y Chalmette, y que tenía el grandilocuente nombre de Canal Rodríguez. La acción fue como mucho un empate para los norteamericanos, pero, dado que los británicos se habían reforzado aquí, ]ackson encontró que la posibilidad de otro desembarco en otro sitio era mínima. Por lo tanto, podía empezar a concentrar sus tropas en la estrecha franja de tierra entre el río y la marisma.
¿Oportunidad perdida?
El resto de la noche, lo que quedaba de la Bri. bajo el mando del Coro Brooke del 44, llegó a tierra. Al 21, que llegó durante la lucha, le siguió el 93 Y los Rgtos. 1 Q Y 5Q de las Indias Occidentales. Para cuando estos dos últimos Rgtos. llegaron a tierra, 200 de sus hombres habían muerto de frío en la isla de Pea o durante la travesía en bote. En el campamento británico había 46 muertos y 167 heridos, con 64 desaparecidos.
Incluso los veteranos de la Península estaban horrorizados de las terribles heridas infligidas por la metralla del barco norteamericano. Se dijo, incluso por gente que estuvo presente durante la campaña, que esto se debía al uso norte-
americano de una metralla improvisada de cerrojos viejos, clavos de herradura, etc. Por supuesto, esto es pura imaginación; estos elementos hubieran dañado tanto al cañón como al propio enemigo. Además, el que ]ackson hubiera aceptado el perdón de los piratas estaba condicionado por la capacidad de éstos de proporcionarle munición. Debe tenerse en cuenta que la única narración de primera mano sobre este asun to procede de una narración de un miliciano, 40 años después de la batalla. Las reiteradas descargas de metralla a corta distancia eran suficientemente devastadoras para ocasionar las heridas descritas.
El 24 de diciembre, a la caída de la noche, finalizó el desembarco de las tropas. Aquí es necesario responder a la acusación sobre el Gral. Keane, de que debería haberse encaminado a la ciudad en cuanto desembarcó, y que por no hacerlo así, se perdió la acción de la noche del 23. En primer lugar, las únicas Uso que tenía disponibles eran de la Bri. de Thornton, con un total de 1.841 hombres, sin contar los enfermos que tuvo que dejar atrás. En segundo lugar, no podía suponer que estuviera al mando en cualquier caso. En tercer lugar sabía, por lo que le habían dicho los prisioneros, los esclavos que habían huido y los pescadores españoles, que se enfrentaba a un enemigo de más de 15.000 hombres, cuya localización se basaba sólo en suposiciones de algunos. En estas circunstancias, el propasarse en su mando con un avance sobre la ciudad, hubiera sido extremadamente desatinado.
Las defensas norteamericanas
En cuanto ]ackson empezó a reunir a sus fuerzas, tuvo la muy brillante idea de enviar un grupo para hacer un corte en el dique entre su posición y la británica. También envió una orden al Gral. Morgan en English Turn, para que hiciera lo mismo. Posiblemente el corte de Morgan no fuera lo suficientemente profundo, y pronto lo descubrieron y repararon, pero ]ackson se había dado cuenta de que el río estaba más alto de lo normal y que en ese momento la llanura de enfrente tenía 30 pulgadas de agua, lo que evitaba cualquier posibilidad de ataque mientras preparaba sus defensas. El corte original se cavó con 4 pies de profundidad y 4 de ancho, y con la tierra excavada se hizo una rampa de 4 pies de alto. Esta a su vez fue recubierta con leños para evitar la caída de la tierra sobre la trinchera. La madera para esto se sacó de todas las vallas de la zona.
En la parte de su línea sobre el flanco del río,
• El Gral. Morgan en una pose heroica, que contrasta con sus actuaciones en la batalla nocturna y posteriores.
ENCUENTROS INICIALES
(Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
convirtió un horno de ladrillo abandonado en un asentamiento para cañón. Además de esto, en la orilla oeste del río (que en este punto es geográficamente sur debido a un amplio meandro), ]ackson creó otro trabajo defensivo. De nuevo cortó el dique con una zanja formando un terraplén, lo que se hizo un poco más río abajo, y se continuó por la orilla hacia la posición de detrás de]ackson, proporcionando un asentamiento de cañón, desde el que cualquier columna que intentara utilizar la carretera del dique para asaltar su posición, sería barrida por ese flanco .
Los cañones fueron, en efecto, la defensa principal de la Línea]ackson, como pasó a llamarse
49
NUEVA ORLEANS 1815
el canal Rodríguez, y Lafitte cumplió su palabra, proporcionando pólvora y armas ligeras. También proporcionó dos dotaciones de cañón bajo el mando de su hermano, Dominique You. Se hizo acopio en la ciudad y en las plantaciones de los alrededores de todas las herramientas para cavar, y cada soldado se puso a la tarea de trabajar en la Línea ]ackson. Esto no gustó mucho a algunos de los soldados, particularmente a los criollos aristocráticos de la milicia uniformada, que alegaron principalmente que estaban haciendo trabajo de «esclavos», y acrecentaron su resentimiento contra su sin duda valiente, pero grosero, jefe <<norteamericano».
En los días siguientes, el ver a sus hijos, maridos y hermanos equipados para la guerra, pero trabajando como obreros del campo, desmoralizó a muchos de los ciudadanos de Nueva Orleans que habían recorrido las 8 millas de la ciudad a la Línea ]ackson. Algunos de estos visitantes, incluyendo miembros de la Legislatura del Estado, abandonaron la pequeña muralla de barro de este Gral. norteamericano, que nunca había luchado más que contra los indios. No había duda de que los Inmortales de Wellington le apartarían de
50
un manotazo como una mosca molesta. Los visitantes también pudieron ver que el nivel del río estaba bajando y la llanura secándose.
Cabía la posibilidad de que antes del 27 de diciembre los británicos montaran un ataque. En la tarde del 27, el Coro Alexander Declouet, que había estado al mando de su U. con el Gral. Morgan en la batalla de la noche del 23, estaba inexplicablemente de permiso en casa del senador del Estado, Magloire Guichard.
Los dos criollos conversaban sobre el futuro de la
T Los preparativos de la Línea Jackson. Soldados, comerciantes, milicianos, esclavos y cualquiera que pudiera manejar un Pico o una azada fueron obligados a trabajar, bajo la dirección de Arsene Lacarriere Latour (en la parte alta de los trabajos). La milicia de criollos tomaron muy a mal el trabajo, pues pensaban que les
rebajaba, y los Grals. de sillón, que fueron a verlo desde la ciudad, lo consideraron tremendamente inadecuado, pero también forjó una gran camaradería entre los hombres que triunfaron en el combate. (Colección militar Anne S.K. Brown, Universidad Brown)
ciudad si Jackson fuera derrotado. Recientemente habían llegado más barcos a Nueva Orleans, incluyendo uno amarrado en la ciudad y celosamente custodiado. Había rumores de que este naVÍo estaba cargado con explosivos que, en caso de derrota, Jackson emplearía para destruir la ciudad. Declouet contó que entre los Ofs. de la U. de Morgan se había discutido sobre la forma en que Jackson llevaba una «campaña rusa», y que, como resultado, la ciudad y sus fortunas podrían perderse. Guichard dijo que entre los miembros de la Legislatura del Estado había habido una conversación parecida. Declouet preguntó los nombres.
A la mañana siguiente, el Coro se dirigió al C.G. de Jackson en la casa Macarté, justo detrás de la Línea Jackson. Conforme se acercaba, oyó el sonido de disparos de Art.; había comenzado otra batalla. Cuando llegó al campo vio a Abner Duncan, el ayudante de Jackson, y dándole alcance galopando, gritó que tenía una noticia importante para el Gral. Duncan le indicó la posición de Jackson, pero Declouet insistió en que Duncan cogiera el mensaje. Este mensaje era que la Legislatura del Estado estaba a punto de rendir el país a los británicos.
llega Pakenham
El día de Navidad de 1814, un cañón británico disparó una salva de saludo para dar la bienvenida al Cte. en jefe. Había llegado el G.D. sir Edward Pakenham, KB. Su viaje desde la flota no había sido menos molesto que el de los demás; de hecho, la descripción del viaje por el Coro Dickson, RA, transcrita anteriormente, fue realizada cuando acompañaba al Gral. Pakenham al campamento británico.
La primera impresión de Pakenham fue que sus fuerzas estaban embotelladas y que deberían reembarcar, y desembarcar en otro sitio. Sin embargo, Ofs. de su E.M. que habían estado presentes en Bladensburg y Baltimore, le aseguraron que un avance firme a la bayoneta era todo lo que se necesitaba para hacer huir a las tropas norteamericanas.
El comentario atribuido al Alm. Cochrane ante la reticencia del Gral. Pakenham para lanzar un asalto frontal es ridículo e insultante: «¡Si el E. tiene miedo de enfrentarse a estos camisas-sucias, tomaré la posición con mis marineros, y el E. puede llevarnos el equipaje!». No se puede creer que el correcto viejo Alm. hubiera usado jamás palabras como éstas ante el Gral. Pakenham. Sin duda, esta historia parece que se inventó algunos años después, ya que ninguno de los que estuvie-
ENCUENTROS INICIALES
o¡., 1" Bón., 85 Rgto. a Pie. Pese al hecho de que el Rgto. estuvo haciendo la campaña en el norte,
sus frecuentes regresos a la flota y su reagrupamiento en Jamaica, les supuso el
mantener un notable grado de uniformidad regimental. Ilustración de Bryan Fosten.
51
NUEVA ORLEANS
ron presentes la menciona. Sin embargo, es posible que el Alm. diera su opinión sobre las USo norteamericanas, que no era muy buena.
Así pues, la suerte estaba echada. Los norteamericanos combatirían parapetados en una estrecha franja de tierra, plana como una mesa de billar, teniendo que traer cada soldado, cañón, mosquete y onza de pólvora remando 64 millas de la flota británica. A pesar de todas las seguridades, Pakenham todavía dudaba.
• El 2' jefe, y Ayudante General, Cap. George de Lacy Evans. Veterano de la guerra peninsular y de las campañas de Washington/Baltimore. Evans se había ganado una reputación de impetuosidad brillante cuando todas las esperanzas estaban perdidas. Aunque en la campaña estuvo con el Rgto. del que era nominalmente Of (el 5'
52
de las Indias Occidentales), sirvió únicamente como Of. de E.M., en cuya función resultó herido. Este grabado data de 1850, en cuya época había aumentado su fama en España, y había ascendido al emPleo de GD. Mandó una Bri. en Crimea. En Nueva Orleans tenía 26 años. (Colección del autor)
Sin embargo, de lo que no tenía ninguna duda es de que quería destruir los buques norteamericanos, Carolina y Louisiana (que ya tenía tripulación). Esta resolución estaba reforzada por el hecho de que el Carolina estaba disparando constantemente sobre el hospital de campaña británico, perfectamente señalado. Estos navíos suponían una obvia amenaza contra cualquier movimiento hacia la Línea]ackson.
La Art. pesada de asedio no había llegado todavía, y los únicos cañones disponibles eran los de Bón. , unos pocos de 6 libras, y algunos viejos navales, manejados por la Art. de la Inf. de la Marina Real, pero Pakenham tenía al genio de la Art. Coro Alexander Dickson. El mismo día que llegó con el Cte. en jefe, Dickson puso en marcha un horno y comenzó a disparar sobre los navíos norteamericanos con balas incandescentes, balas de cañón calentadas al rojo vivo antes de dispararlas. Eran una munición incendiaria excelente. El Louisiana, al límite de alcance, fue puesto a salvo por su tripulación, remolcándolo con los botes, pero el Carolina fue alcanzado y empezó a arder violentamente. Su tripulación intentó evacuarlo, e incluso salvar alguno de sus cañones, pero fue totalmente destruido.
Las persistentes dudas de Pakenham respecto a un ataque frontal sobre una fuerza tras parapetos, se disiparon a través de su 2Q jefe, y ayudante Gral., el Cap. de navío (CN.) de Lacy Evans, y el contraalmirante George Cockburn, quienes le aseguraron el mismo éxito que había tenido el Gral. Ross en Bladensburg. Sin embargo, Pakenham quería saber más de su adversario antes de comprometerse sin remedio en un ataque a gran escala. Decidió efectuar un reconocimiento en fuerza. Se llevaría a cabo sobre la línea de cobertura de la Cabo de ]ackson, lo que proporcionaría a la Art. y a los Ing. una perspectiva de los trabajos defensivos, con lo que podrían determinarse sus puntos fuertes y débiles. Si la defensa norteamericana flaqueaba mientras se desarrollaba la operación, le proporcionaría la oportunidad de desarrollar un ataque a gran escala.
El reconocimiento en fuerza
En la mañana del 28 todo estaba preparado, y los británicos se pusieron en camino hacia la posición norteamericana. Por la izquierda, bajando por el camino del dique, iba la Bri. de Inf. Ligera del Gral. Keane, acompañada por el. Coro Dickson con los morteros ligeros y la mitad de la U. de Lanzadores RHA (de la Art. Real a Caballo) del Cap. Lane. Por la derecha, avanzó
la Bri. de Gibbs, con su flanco por la marisma de cipreses, acompañando al Bón. de cañones de 3 libras y a la otra mitad de la U. de Lanzadores. Tras la columna de Gibbs, al mando del Cte. ]ohn Mitchel, avanzó la Art. de reserva con 2 piezas de 9 libras y 4 de 6 libras. Cubriendo el avance iban el 95 por la izquierda, y las Cías. ligeras de los Rgtos. de Gibbs por la derecha.
A medida que avanzaban las columnas, las patrullas norteamericanas se iban retirando, primero a su posición avanzada en la plantación de De La Ronde, y posteriormente a la plantación Bienvenue, quemando a su paso construcciones y rastrojos de caña. Para los británicos, el humo no fue tan problemático como podía haber sido; la mañana era heladora y, aunque el sol había levantado la niebla, hacía un frío fuera de lo normal.
Las columnas no pudieron ver la Línea ]ackson debido a una curva del río y al humo de los edificios de Bienvenue hasta que, pasados éstos, giraron un poco a la derecha. En este punto, la Bri. de Keane, que estaba sólo a 700 yardas de los norteamericanos, desplegó en línea. Simultáneamente, las 4 Bías. terrestres norteamericanas, que incluían 2 de 24 libras, y el «Louisiana» desde el río, abrieron fuego . Al principio, la única respuesta británica fueron los Lanzadores del Destacamento del Cap. Lane. Sin embargo, a pesar de la narración algo histérica del Cap. Gleig exponiendo: «una bala pasó sobre las señales», y recordando los «terribles estragos» y «alaridos de los heridos», de acuerdo con el informe de Keane sólo hubo 60 bajas.
A la Bri. desplegada se le ordenó ponerse a cubierto, cuando Dickson dio la orden de abrir fuego a la reserva de Art. desde la retaguardia de la Bri. de Gibbs. Una pieza de 6 libras y un obús entraron en posición sobre el dique, para enfrentarse al «Louisiana», mientras que el resto de los cañones disparaban sobre la Línea ]ackson. El Gral. Pakenham galopó hasta donde estaba Keane, y ordenó a la Inf. resistir y a la Art. continuar disparando; Dickson le acompañó en su regreso a la Bri. de Gibbs.
Cuando llegó a la derecha, Pakenham envió al Tte . Peter Wright, RE, a un árbol para reconocer la posición norteamericana con un telescopio y, desmontando, avanzó a pie para examinar el terreno. Cuando volvió, el teniente Wright le informó que la zanja estaba llena de agua, y que sería imposible el que una fuerza atacante pasara el pantano. Entonces Pakenham volvió donde
. Dickson y le ordenó traer la reserva de Art. Parecía que la batalla iba a comenzar.
• George Robert Gleig, Tte. del 85 a Pie y autor de «El subalterno» y «Las campañas en Washington », en las que incluye la batalla de Nueva Orleans. Posteriormente, tomó las
ENCUENTROS INICIALES
\
órdenes Sagradas y llegó a ser Capellán Gral. (C.R .B. Barrett, «El 85 de In! Ligera del Rey» )
El plan estaba claro. La derecha de ]ackson se mantenía firme, apoyada por los cañones del «Louisiana» y la Bía. de la orilla oeste, pero la concentración de fuerza contra la U. de Keane había dejado a la Bri. de Gibbs casi sin tocar. Si Pakenham pudiera apoyar a Gibbs con Art., quizás se podría montar un ataque que terminaría con el asunto inmediatamente. Se dispuso a esperar.
Cuando Dickson retrocedió a las posiciones de su Art. de la izquierda, se encontró con que la si-
53
NUEVA ORLEANS 1815
El reconocimiento en fuerza
Bias. navales de EE.UU. en la orilla oeste
• La táctica adoptada por Pakenham para el reconocimiento en fu erza, estaba de acuerdo con la naturaleza del terreno y era simPle y directa . A p esar de la sup erioridad numérica de la Art.
norteamericana, si se hubiera realizado el ataque más en profundidad, la debi lidad del ala izquierda de Ja ckson y la f ama de los ingleses p odrían haber asegurado la victoria .
tuación se deterioraba rápidamente. De los cañones que se enfrentaban al Louisiana, el de 6 libras tenía su afuste dañado y estaba fuera de servicio, obligando al de 9 libras a retirarse para ponerse a cubierto. Dickson comenzó a cruzar el campo con el de 9 libras, ordenando al T te. Carmichael seguirle con los 2 restantes de 6, y comenzó el penoso trabajo de empujar las piezas sobre el campo embarrado.
54
Parapetos
Bienvenue .. Bias. británicas
o Reducto
o I o
I I
I I
I I
I I
I I
I I
I I
I I
I I
I I
/ PAKENHAM
• I I
I De la Ronde .
N
t 1.000 Yardas
I
1 Km
En la derecha británica, Pakenham ordenó a las USo de la Bri. de Gibbs preparar asentamientos para los cañones que venían. Los Ing. se encontraron que cavando una profundidad de sólo 8 pulgadas llegaban a la capa de agua. Trabajaron duro, pero todavía no había señal de los cañones. Finalmente, Pakenham decidió que tenía que esperar a contar con cañones más pesados y refuerzos; ordenó la retirada general.
Sin saberlo, había estado a punto de conseguir la victoria. La vanguardia de la columna de Gibbs había tomado con tacto con un destacamento de los Hombres de Kentucky de Caroll, quienes habían estado de servicio de centinela en el límite de los bosques cuando comenzó el avance. Cuando retrocedieron a sus posiciones tras el parapeto, vieron a otros abandonando la
posición y corriendo hacia el centro. Quizá su intención era tener mejor campo de tiro sobre los británicos, pero por la razón que fuera, la izquierda de ]ackson estaba dejando libre el paso. En este momento se dio la orden de retirada.
Con amargo desencanto, los hombres de la vanguardia se retiraron. Un equipo de marineros y artilleros fueron arrastrando las piezas de Art. dañadas hasta la plantación de Villeré, donde los carpinteros de los barcos pudieran repararlas.
T La Place d'Armes, Nueva Orleans, 1830, con el mismo aspecto que tenía en 1815. A la izquierda está el Cabildo, el emplazamiento del Gobierno, y a la derecha el Presbiterio, en aquel momento una combinación de C. G. y cárcel. En el centro, la catedral de San Luis, fundada por los franceses en 1722 y reconstruida
varias veces a partir de entonces. Las tropas de la izquierda son, muy probablemente, el Bón. de Plauche, pero que a todo el mundo le parece la Guardia Imperial. La figura a caballo de la derecha, que parece un Gral. francés, es probablemente el proPio Plauche. (Colección del autor)
ENCUENTROS INICIALES
El bloqueo del Parlamento
Cuando su Art. comenzó a tirar, el GD. Andrew ]ackson observó su línea y se preguntó qué estaba pasando. Se apercibió de que en algunos puntos las defensas eran demasiado estrechas, y que los proyectiles podrían atravesarlas. Sin embargo, el terreno estaba tan húmedo por todas partes, que los proyectiles quedaban enterrados automáticamente, reduciendo el peligro.
Su derecha estaba aguantando bien el ataque británico, pero su izquierda parecía que estaba a punto de ceder. ]ackson acababa de ordenar a los choctaws de ]ugeat reforzar su izquierda y resistir en el pantano, cuando le detuvo Abner Duncan con el mensaje del Coro Declouet de que el Parlamento rendía el país al enemigo.]ackson ordenó a Duncan dirigirse inmediatamente al gobernador Claiborne p<l-ra informarse, y clavando las espuelas en su caballo dijo: "Si le parece que es verdad, dígale que vuele el Parlamento». ]ackson llegó a su izquierda casi en el mismo momento que se detenía el ataque.
Mientras tanto, Duncan cabalgó de vuelta a la ciudad hasta la Place d 'Armes, y entró en el Cabildo, lugar donde estaba ubicado el Parla-
55
NUEVA ORLEANS 1815
mento. No pudo encontrar inmediatamente al gobernador Claiborne, por lo que, interpretando muy libremente las órdenes que tenía, y haciendo uso de la autoridad de ]ackson, situó una guardia en la entrada con la orden de no permitir el acceso a nadie.
Era la hora en que el Parlamento tenía que empezar su sesión y los honorables miembros se sorprendieron al ver que bayonetas caladas les cerraban el paso. Se quedaron horrorizados cuando uno de ellos intentó entrar por la fuerza y un guardia le pinchó con la bayoneta, diciéndole que si daba un paso más le atravesaba.
Tras una breve pero acalorada discusión, el senador Bernard de Marigny de Mandeville montó en su caballo, y con una rabia tremenda, cabalgó para enfrentarse a ese arrogante Gral. norteamericano que no solamente había suspendido el Gobierno civil, sino que también se había permitido insultarle personalmente desdeñando su oferta de hospitalidad unas semanas antes.
El ataque británico había enseñado mucho a ]ackson. Le había mostrado que su izquierda era débil y que su parapeto no tenía el tamaño suficiente. Sin embargo, la impresión de las fuerzas norteamericanas era que acababan de ganar una batalla contra los Invencibles de Wellington -habían parado a las tropas que habían derrotado a las mejores de Napoleón.
Cuando ]ackson volvió a su C.G., encontró al senador De Marigny esperándole. Sólo hacía 2 horas que Abner Duncan se había ido. Durante el trayecto, Marigny se había calmado un poco, y más aún tras llegar y darse cuenta de que tenía que enfrentarse a un Gral. que acababa de batir a los británicos. ]ackson expresó su simpatía respecto a la posición del Parlamento, y dijo que sus órdenes habían sido mal interpretadas, pero no censuró al Cap. Duncan. También se atrevió a sugerir que el Parlamento no debía separarse de la defensa que estaba desarrollando, y que si los británicos tenían éxito, al Parlamento le esperarían tiempos difíciles. De Marigny volvió todo lo calmado que era posible para un criollo.
Construyendo la Línea jackson
Era el momento de prepararse para el siguiente ataque. El parapeto de barro de tan difícil construcción variaba en espesor entre los 5 y los 20 pies, dependiendo de la energía de los constructores en cada punto determinado. Entonces se reforzó y se construyeron escalones para disparar desde ellos, y así permitir a los defensores disparar por encima de la parte superior.
56
• Harry Smith del 95 a Pie, que llevó la noticia de la captura de Washington a Londres y regresó a Norteamérica en el mismo barco como nuevo Cte. en jefe. Sus experiencias en las
Américas, particularmente en Buenos Aires y Nueva Orleans, no fueron buenas, pero después de participar en Waterloo, continuó su brillante carrera en la India.
]ackson tuvo una idea genial. Los británicos tenían menos armas que los norteamericanos, pero éstos todavía tenían el problema de sus cañones, que se hundían en el suelo embarrado. Requisó 150 fardos de algodón y los puso en hoyos para proporcionar un asentamiento firme a sus Bías. También los usó, cubiertos de barro, pa-
ra evitar que se incendiaran, para construir un segundo bastión rudimentario en el límite del bosque, en el que su flanco había estado a punto de ser envuelto.
Para doblar la seguridad en ese flanco, que era el que quedaba más fuera del alcance, tanto de los cañones de la orilla oeste como de las descargas del Louisiana, Latour le aconsejó extender la línea hasta los cipreses de la marisma. El nuevo trozo se alargó en otra media milla, y, girando 90 grados, en otras 200 yardas. El parapeto se hizo aquí de leños de 2 pies recién cortados, rellenándose el centro con tierra. Su misión era detener balas de mosquete, ya que era imposible llevar Art. a esta zona. Esta parte de la Línea se le dio al Gral. Coffee, con sus Hombres de Tennessee y a los choctaws.
T La Casa Macarté, C.C. del CD. Jackson durante la batalla, según un daguerrotipo anterior a la guerra civil. La casa estuvo muy descuidada y finalmente ardió, pero quedaron ruinas importantes hasta que se extrajo la tierra para
construir una pista para una fábrica local. (Marqués James, « Vida de Andrew Jackson)
ENCUENTROS INICIALES
]ackson se dio cuenta de que su baza principal era la superioridad en Art., y mandó traer todas las piezas de las que se pudiera echar mano. El 31 de diciembre había conseguido 7 Bías. con 1 de 32 libras, 3 de 24, 1 de 18, 3 de 12, 3 de 6, y 1 obús de 6 pulgadas. En la orilla izquierda tenía 2 de 24 libras al otro lado de la ciudad, e hizo que el Louisiana desembarcara sus 2 de 12 para la Bía. que flanqueaba el dique. Para proteger más su flanco izquierdo, los grupos de Hombres de Tennessee, las tropas a las que los ingleses les habían dado el apodo de «camisas sucias», se dividieron en «grupos de caza». Fueron enviados al pantano para matar o hacer prisionera a cualquier avanzadilla que encontraran.
Para las fuerzas británicas las cosas todavía no parecían ir bien. El abastecimiento de munición para la Art. no era en ninguna parte el adecuado, y en esos momentos Pakenham estaba seguro de lo que necesitaba. Con ella podría destruir las Bías. de la Línea]ackson. Una vez inutilizadas éstas, y las defensas dañadas, la Inf. podría quitarse de en medio a los norteamericanos.
Pero había muchos problemas. La dificultad para el transporte de los cañones desde la flota, y el tener que maniobrar con ellos manualmente y con los pocos caballos que habían captura-
57
NUEVA ORLEANS 1815
La batalla de la artillería
91 : ¡§¡ ~.
~,. • U. de , CAllO *= ~ . Reducto Lanzadores I
, .. AD >t! /! avanzado O III I Delery JAC~ON, í ¡ cJ abandonado a I I
, , , ~ 441 r./'$.. tras el1 de enero:* I . ' J.' .. 'J '$. xx
liampa~entos JI'§;;.. Bra. avanzada donde I , de tiendas ii.,,, se guardaban escaleras I
S· 'DRAGONES I ' , '§;;.. DANQUIN y hatos de madera t I Igur 'DE pGDEN, ~" G I
La , '11 /. , ,LACOSTE Jt.~ L~ ngUl e r ". ~. '$. .....
...... Ma~rté ~'$.. PLAUCHE .! '$. xx ""c.G:1/. ,~ Bias.
fr.'$..7'
Parapetos
Bienvenue f:::J
o Reducto
eG. ~brttúico O aftllZlldo
De la Ronde
Bias.
Bias. norteamericanas en la orilla oeste
1 x 24 libras 2 x 18 libras
do, excluía contar con cualquier tren de asedio pesado. Sin duda era casi milagroso que Dickson hubiera sido capaz de llevar a los 18 libras en sus inapropiados transportes navales. El tiempo era húmedo y desapacible, y sus tropas estaban cada vez más descorazonadas. Incluso las Uso recién incorporadas llegaron exhaustas, ya que tuvieron que cargar con munición de Are en las mochilas. Cuando un transporte zozobró en el lago Bourgne, los soldados que iban en él, que transportaba balas de cañón se ahogaron sin remedio, con gran consternación por parte de sus camaradas.
El 30 de diciembre, Pakenham envió al Tte. Wright (el que se subió al árbol el 28), a través de la marisma para reconocer la posición enemiga. No vOlvió. Algunos soldados británicos desapare-
58
Baterías británicas
MISISIPI
cían sin haber sido enviados a una misión, aunque no demasiados. Estos perteneGÍan principalmente al 21 y 44 que, según Harry Smith, <<00 se distinguían por su disciplina». La noche del 31 fue particularmente triste para el Coro Dickson y los hombres que estaban en las posiciones de Art.
El duelo artillero
Pakenham había decidido atacar el día de Año Nuevo de 1815, y también que se construyeran las Bías. durante la noche, para así proteger las posiciones ante los norteamericanos, y a los trabajadores del fuego de la Art. Las posiciones terminadas estaban lejos de ser satisfactorias. Como ya se ha explicado, la naturaleza del terreno im-
I~ I~
~ El ataque del 1 de enero dependía totalmente de la Art. para conseguir brechas para las columnas atacantes. El terreno blando y la falta de Art. pesada y de munición imPidieron que
ENCUENTROS INICIALES
Dickson completara la tarea que se le había asignado. El que no se ordenara atacar a la Inf. contribuyó a que las tropas se desmoralizaran, particularmente las de la columna del Gral. Gibbs.
de Art. Algunos de los cañones norteamericanos cesaron el fuego al ser alcanzados, y los disparos hicieron explosionar 2 armones de munición.
• Después de 3 horas cesó el fuego ; como Dickson había temido, se había quedado sin municiones.
/ Durante la última hora el fuego británico había / ido amainando. Manejar el de 18 libras, con su
La Coste / cureña naval, fue más difícil de lo que se había
/ pensado, y el penoso estado de los asentamientos - / de los cañones hacía extenuante la tarea de po-. ~ bri~co nerlos de nuevo en posición después de un re-
Villaré Q / troceso. El daño sufrido en los cañones fue mí-xxxi nimo, limitándose a Un obús y a unas pocas rue
N
t o I o
1.000 Yardas I
1 Km
posibilitaba asentar la Art., por lo que la protección principal consistía en toneles de azúcar llenos de tierra, con los que las plataformas quedaban flojas y desiguales.
Peor aún era con los de 18 libras, los cañones más pesados de los británicos, que estaban montados sobre cureñas marítimas, no diseñadas para uso terrestre, y su munición era aún más escasa para un cañoneo tan tremendo. La lluvia cesó antes del alba, pero en el momento de formarse las dos columnas británicas había una densa niebla. Conforme avanzaba la mañana, cayeron algunos chaparrones que disiparon la niebla, y a las 9.00 h los cañones británicos comenzaron a disparar.
Los objetivos eran la casa Macarté, que se pensaba era un almacén de pólvora, y las posiciones
das rotas pero, como los de los norteamericanos continuaban disparando, y no se había abierto brecha en la Línea]ackson, se pospuso el ataque . . La única U. que había avanzado era la del
Tcol. Rennie. De nuevo se infiltraron sus patrullas en los cipreses del pantano, hacia el ala izquierda norteamericana, para limpiarla de «ca-misas sucias»; hacia el mediodía se detuvieron, cuando cesó el fuego de Art., y poco después recibieron la orden de retirarse. A su regreso, encontraron el cuerpo del Tte. Wright, RE. Obviamente había sido alcanzado por una bala perdida, ya que tenía todavía las armas y el teles-copio. Los «grupos de caza» siempre despojaban a sus víctimas de estos elementos tan útiles.
Teniendo en cuenta el ruido que había habido durante la noche, es sorprendente que ]ackson, que "tenía que temerse un ataque, estuviera todavía en el c.G. con sus Ofs. cuando los primeros cañonazos de Dickson se estrellaron contra los muros, causando el pánico pero sin herir a nadie. Quizá se estaban refugiando de la lluvia.
El día anterior, el Gral. Villeré, de la Milicia de Nueva Orleans, a cuyo hijo arrestó ]ackson la noche del 23 Y todavía seguía encerrado, había llegado de la costa donde había reunido a 300 de ~us hombres para unirse a la fuerza de ]ackson. El y sus hombres habían sido enviados a cubrir la parte del arroyo Bienvenue, que salía tras las líneas de]ackson, para evitar la posibilidad de que los británicos le pudieran sorprender por allí.
Cada día que pasaba, la fuerza se encontraba más segura y confiada. El susto inicial, al estar en
59
NUEVA ORLEANS 18 15
una casa bajo un certero fuego de Art., pasó en cuanto los Ofs. se dirigieron a sus posiciones en la línea, con sus hombres. La intención británica estaba clara: deshacerse de los cañones norteamericanos y conseguir una brecha en la línea. Los artilleros británicos eran buenos y destruyeron las cureñas de 1 de 12 libras, 1 de 24 y 1 de los pesados de 32 de la Bía. de Dominique You, así como 2 carros de munición artillera, uno de los cuales contenía 100 disparos. Pero la munición no era problema, y la Art. norteamericana se concentró en tratar de poner fuera de combate los cañones británicos.
Cuando el fuego de la Art. británica comenzó a decaer, y finalmente cesó, los norteamericanos nunca consideraron la posibilidad de que sus oponentes se hubieran quedado sin munición; obviamente, una Art. superior les hubiera dañado o destruido. Los hombres de ]ackson estaban entusiasmados. Algunos desertores británicos contaron a ]ackson que se iban a traer cañones pesados de la flota, junto a más tropas que pronto desembarcarían, pero ]ackson ahora tenía algo que nunca hubiera soñado tener cuando llegó. No era sólo un E., sino uno que, en su oponión, había vencido dos veces a las tropas que se le enfrentaban. La superioridad moral británica se había desvanecido, y una moral alta había sido el factor decisivo en Bladensburg y en Baltimore.
]ackson continuó con los trabajos de construcción el 2 de enero de 1815, y el 6 dio por finali-
60
.. El ala izquierda norteamericana defendida por los Hombres de Tennessee de Coffee. Este grabado de la mitad del siglo XIX es sorprendentemente exacto, ya que muestra tanto el estilo del vestuario como el método de combate de la milicia. Aunque estaban acostumbrados a
un combate de menor envergadura, la combinación de los obstáculos defensivos y la Art. les proporcionó una seguridad ante tropas formadas, que de otra manera les hubiera faltado. (Colección militar Anne S.K. Brown, Universidad Brown)
zada la línea a su satisfacción. En ningún punto tenía menos de 14 pies de profundidad. Los cañones continuaban disparando sobre los puestos avanzados británicos. En la tarde del 7, ]ackson subió al piso alto de la casa Macarté, con un telescopio para observar las tropas británicas, de donde provenían ruidos que indicaban que se estaba desarrollando gran actividad. Vio a las tropas «trabajando en piezas de madera, y llegamos a la conclusión de que debían de ser escaleras»; también estaban reuniendo hatos de leños.
Cuando se hizo de noche se oyó el ruido de grupos de trabajo en las posiciones de la Art. evacuadas el1 de enero.]ackson fue recorriendo las Bías. norteamericanas, animando a sus hombres la víspera de la batalla. Dijo: «No sé si el plan británico es intensificar sus esfuerzos o emplearlos en otra parte. Estoy preparado para cualquier acon tecimien to».
El empujón final
La retirada de los cañones de la Bía. británica avanzada tras el duelo artillero del 1 de enero fue una tarea monumental. El de 18 libras tenía que moverse antes del amanecer del 2, pero la constante lluvia, sumada al natural alto nivel del agua, convertía el suelo en un cenagal. El primer grupo asignado a esta tarea se rindió y desertó. Pakenham estaba despierto, y él mismo supervisó la operación con otro destacamento de la Bri. de Gibbs, hombres del 21 y del 44. Curiosamente, aunque la Bri. de Keane era la que más había padecido en el reconocimiento en fuerza, era la de Gibbs la que parecía empezar a derrumbarse, sobre todo el 44.
En la mañana del 3, un soldado del 44 de Inf. norteamericano desertó y se pasó a Pakenham con importante información. Los norteamericanos planeaban practicar el truco de Dickson, y usar balas incandescentes contra el resto de los edificios de la plantación Bienvenue, donde creían (con razón) que se guardaban las reservas de munición. Esta información permitió retirar la munición y trasladarla a tiendas de campaña lejos de los edificios. Efectivamente, los días 5 y 6 el fuego cayó sobre el edificio, pero únicamente dañó las cabañas de los esclavos. El norteamericano también pudo confirmarle a Dickson que sus cañonazos no habían causado daños significativos en los cañones norteamericanos.
En la tarde del 3, el GD. Lambert llegó al C.G. británico, y 24 horas después lo hizo su Bri. con el 7º y el 43. Estas espléndidas tropas, frescas una vez desembarcadas, añadieron mucha de la fortaleza necesaria al debilitado y descorazonado conjunto del E. británico. Yaún más importante, Pakenham ahora tenía una estrategia para asaltar las defensas de jackson. Realmente la idea la había planteado el Alm. Cochrane, quien sugirió que se tomara la Bía. que estaba molestando tanto en la orilla oeste. Esto no sólo evitaría su uso contra el flanco de Keane, sino que las armas capturadas podían volverse inmediatamente contra el USS Carolina y el flanco derecho de jackson. Entonces, la columna de Keane podría asaltar la derecha norteamericana, mientras que la Art. batiría el resto de la línea. Esto animaría a jackson a reforzar su derecha, yal hacerlo debilitaría su izquierda. Así pues, el ataque principal dirigido por Gibbs se realizaría sobre la izquierda de jackson, y de su éxito dependería el éxito de la batalla. Como toque adicional, parte de la U. de lanzadores se enviaría al otro lado del río para que, una vez tomada la Bía. de la orilla oeste ,
ENCUENTROS INICIALES
pudieran avanzar río arriba y lanzar sus granadas sobre la ciudad para intimidar al Gobierno civil.
La clave de todo esto era el conseguir poner fuerzas británicas al otro lado del río con bastante rapidez. El Alm. Cochrane dio con la clave. El canal Villeré, al que habían llegado las tropas, debería alargarse hasta el dique, con lo que las Uso podrían cargarse en botes en el canal y remar hasta llegar al río y cruzarlo.
Inmediatamente, grupos de trabajo de marineros y soldados, bajo la dirección de los Ing. Reales, se pusieron a la tarea con la orden de que tenían que terminar la noche del 6.
Esperando la explosión
El mismo día en el que la Bri. de Lambert llegó al campamento británico, jackson consiguió refuerzos , el GD.john Thomas con sus 2.368 hombres de Kentucky. Pero jackson no estaba satisfecho. De ellos, sólo 700 estaban armados. «jamás en mi vida había visto a un hombre de Kentucky sin un arma, una baraja y una botella de whisky», declaró incrédulamente. También estaban lamentablemente faltos de vestuario, ya que su marcha lo había reducido a harapos. Por suscripción pública se reunieron 16.000 dólares para comprar mantas, que las señoras de Nueva Orleans convirtieron en abrigos, calzones, etc. Llevó una semana confeccionar gran cantidad de vestuario, pero como habían llegado el día 4 y la batalla se luchó el 8, algunos de los hombres de Kentucky todavía llevaban los harapos con los que llegaron.
A las 7.00 h del día 7 jackson impartió las órdenes a los de Kentucky. Los que tuvieran armas se quedarían con él; el resto volverían a la Línea Dupre, su primera línea defensiva, y 400 continuarían hasta la ciudad, donde se les proporcionarían otros tantos mosquetes que todavía quedaban allí de la milicia, para ser posteriormente enviados a reforzar al Gral. Morgan. Desde que se le ordenó a éste trasladarse con sus hombres a la orilla oeste, no había tomado ninguna otra determinación.
El propósito principal de jackson al establecer la Bía. en la orilla oeste era protegerse ante la posibilidad de que su línea fuera desbordada por un navío británico, y proporcionar un apoyo adicional a su flanco derecho. La posibilidad de que estas armas fueran tomadas y empleadas en su contra no parece que se le ocurriera hasta algún tiempo después. No parece que se le hubiera ocurrido en ningún momento al Gral. Morgan. Distribuyó el frente para cubrir la zona frente a
61
NUEVA ORLEANS 1815
62
Sgto. del 14 de Dragones Ligeros. Ilustración de Bryan Fosten.
las posiciones de ]ackson, sin ninguna defensa de flanco, excepto una trinchera de unas 2.000 yardas tierra adentro desde el dique, con un farallón de barro colocado junto a la Bía. Cuando le llegaron las advertencias de ]ackson, Margan empleó sus tropas para tratar de reforzar su po-
. sición con un reducto y un bastión diseñados por Latour, pero el reducto era demasiado pequeño y el bastión quedó incompleto.
A las 4.00 h del 7 de enero, los hombres de Kentucky llegaron exhaustos y desarmados, ya que no habían encontrado en la ciudad los prometidos mosquetes. En una suprema imbecilidad, se les había enviado por delante para reforzar al Cte. Payne Arnaud y sus 120 hombres del 6º de la Milicia del Louisiana, actuando como vanguardia. El 7 de enero la fuerza se componía del Rgto. de Reclutas de la Milicia de Nueva Orleans bajo las órdenes del Coro Declouet, el 2º de la Milicia de Louisiana bajo el Coro Zenon Cavallier, y el 1 º de la Milicia de Louisiana bajo el Coro J. B. Dejan, con un destacamento del 6º de Louisiana: 546 hombres en total.
En aquellos momentos Margan tenía 1.066 hombres, todos inexpertos y la mayoría con escaso armamento, a los que repartió por igual entre un puesto avanzado, una Bía. y un parapeto, sitios sin fortificación o escasamente fortificados. Si el ataque de Pakenham a la orilla occidental fallaba, no sería por culpa del Gral. Margan.
El Gral. Pakenham empezaba a tener problemas. Obviamente, la extensión del canal no se completaría antes de la noche del 6, y a la Marina le era difícil encontrar botes suficientes para que los 1.100 hombres cruzaran el río. La fuerza se compondría del 85, el 5º de la India Occidental, y un grupo de Infantes de Marina y marineros apoyados por 2 cañones de 9 libras y 2 obuses. Dos botes con cañones ligeros a proa remarían pegados a la orilla, protegiendo el flanco. El jefe de la expedición sería el Cor. Thornton del 85, quien tenía instrucciones de lanzar un cohete en caso de tomar la posición o encender una luz azul si no podía hacerlo.
Los botes para la expedición se llevarían lo más abajo posible del canal y se construiría una presa tras ellos. El canal se alargaría atravesando el dique hasta llegar a la orilla del río, pero sin cortarla del todo. Se cargarían las tropas en los botes, y entonces se cortaría la orilla. Al quedar el río más alto que el canal, obligaría al agua a caer dentro de éste, pero al chocar con la presa elevaría el nivel del agua, permitiendo a los botes salir remando hasta el río. Pero el terreno era tan blando que la tierra excavada caía sobre el canal,
por lo que se necesitaron refuerzos especiales para las orillas conforme el corte se acercaba al río.
En la tarde del 7 de enero, después de dar las órdenes de ataque para la mañana siguiente, Pakenham fue a inspeccionar el canal y los 41 botes que se habían traído de la flota. Según Harry Smith, después de inspeccionar la presa, se volvió a su Of. Ing. y le preguntó: «¿Está Ud. seguro de que la presa aguantará el peso del agua que le caerá encima cuando cortemos las orillas del río? ». «Perfectamente», fue la respuesta, seguida por la puntualización: «Estaría más seguro si se construyera una segunda presa detras de ésta». El tono en el que lo dijo dejó a Harry Smith con la impresión de que «el Ing. estaba seguro», Aunque no se nombra al Of. , podemos suponer que se refería al Coro Borgoyne.
Satisfecho de que se hubieran realizado todos los planes, el Gral. Pakenham volvió a su C.G. y se acostó. A las 21.00 de esa noche, con gran dificultad, el dique se cortó, aunque no del todo ni con la profundidad que estaba previsto. No habían pasado casi los primeros botes cuando sobrevino el desastre. La presa se hundió y los botes encallaron en la cortadura. A las 3.15 h los marineros, con esfuerzos sobrehumanos, habían conseguido arrastrar 30 botes, hundiéndose en algunos momentos hasta la cintura en el pringoso barro dd Misisipí.
A las 5.00 h, cuando el Gral. Pakenham se levantó, sólo había en el río 2 botes más, y quedó asombrado al saber que Thornton todavía no había salido. Esta información le hizo comprender que, pasara lo que pasara, el ataque de Thornton no podría servir de apoyo a la batalla principal. Inmediatamente pidió información de quién había embarcado. La respuesta fue que el 85 y la Inf. de la Marina Real, un total de 460, estaban en el río, y que los botes que continuaban atrapados tenían 100 más. Pakenham ordenó a un grupo de marineros a las órdenes del Cap. Money, RN, ocupar sus puestos, y ordenó a la Bri. salir inmediatamente. A la'Art. y al 5º de la India Occidental se les ordenó unirse al grueso del E.
Una vez más el Gral. Pakenham estaba ante un dilema. Su plan de ataque no iba bien, pero sus tropas, que se habían retirado dos veces de la LíneaJackson, estaban listas para el ataque. Cada día que Pakenham se retrasara, la LíneaJackson se hacía más fuerte, y el mal tiempo se cobraba mayor número de víctimas entre los británicos.
Al amanecer, Pakenham estaba hablando con Harry Smith. Las nubes bajas y la llovizna eran casi como una niebla espesa sobre el campo. Si el E. esperaba hasta que Thornton hubiera tomado las
ENCUENTROS INICIALES
I
I
Soldado de la In! de la Marina Real. Ilustración de Bryan Fosten.
Bías. de la orilla oeste, el ataque se tendría que hacer a plena luz del día. Por supuesto, todavía podía suspenderse de nuevo, pero había una tercera opción. Smith aconsejó retrasarlo, a lo que Pakenham contestó: <<Ya es demasiado tarde».
En el cruce del río, la corriente había arrastrado a la Bri. de Thornton 1.000 yardas más abajo del punto señalado para desembarcar. Al amanecer, cuando se encontraban desembarcando, observaron la señal de un cohete seguida del sonido de Art. pesada. La batalla había comenzado.
63
LA BATALLA DE NUEVA ORLEANS
E18 de enero con Jackson
La fuerza norteamericana que esperaba recibir el ataque era formidable. Consistía en unos 6.700 hombres, de los cuales 4.000 trabajaban para la defensa de la Línea jackson, que ahora tenía 8 Bías. A partir del río eran las siguientes:
64
Batería n º 1 (en 2 obuses de 12 libras el viejo horno con 1 en la retaguardia de ladrillo) Nº 2 Nº 3 Nº4 Nº 5 Nº 6 Nº 7 Nº 8
1 de 24 libras 2 de 24 libras 1 de 32 libras 2 de 6 libras 1 de 18 y 1 de 4 libras 1 de 12 y 1 de 4 libras 1 obús de 9 pulgadas
Aún más importante, los cañones estaban servidos por expertos artilleros, muchos de la Marina, y por supuesto piratas, que llevaban un uniforme rudimentario con camisas rojas. Dominique You tuvo el mando personal de la 3ª Bía.
La mañana del 8 de enero era fría, con una niebla que el sol no había disipado todavía, cuando en la línea norteamericana se vio el cohete de los británicos subir hacia el cielo y explotar, y a continuación se oyeron redoblar los tambores. La Bía. norteamericana contestó inmediatamente, abriendo fuego a lo largo de la Línea. Durante un rato sólo pudieron verse a través de la neblina los destellos de las explosiones de la Art. de apoyo británica.
Gradualmente, conforme las columnas avanza-
.... Vista contemporánea de la batalla del 8 de enero, mostrando tanto a ambas columnas de ataque como, a diferencia de otras muchas ilustraciones posteriores, a las tropas británicas en los trabajos defensivos de ambos flancos. En el centro, el Gral. jackson dirige los refuerzos a los dos flancos. (Cortesía de la Cía. de subastas Neal, Nueva Orleans)
... Con mucho, esta representación del pintor Laclofte es la más exacta de la batalla. Se observan claramente el ataque a los flancos norteamericanos y la marcha oblicua de los Highlanders, así como la zona norteamericana y las reservas, que normalmente se omiten. (Cortesía de la Cía. de subastas Neal, Nueva Orleans)
ban acercándose y la niebla se iba levantando, pudo verse una línea de exploración con fusileros y posteriormente dos columnas, una bajando por el camino del dique hacia el flanco derecho, y otra hacia la 8ª Bía. , el anterior flanco izquierdo que casi resultó rodeado el 28 de diciembre.
La Art. norteamericana disparaba a lo largo de toda la línea y desde la orilla oeste pero, incluso con los proyectiles batiendo las columnas, las líneas se recomponían y las Uso continuaban la marcha. Los regulares y algunos de las milicias más disciplinados se abstuvieron de hacer fuego hasta que los británicos estuvieran más cerca, pe-
LA BATALLA DE UEVA ORlfANS
ro a 200 yardas las U s. de Caroll y Adair abrieron fuego sin esperar órdenes.
Tras una descarga inicial, los de Kentucky cargaron y dispararon a discreción, algunos subiéndose a lo alto de las defensas para apuntar mejor. De pronto, la columna que atacaba el flanco derecho se dividió, y con un movimiento rápido la cabeza de la columna se apoderó de la 1 ª Bía. Las tropas que apoyaban a la Bía. dispararon a los británicos, y el 7º de Inf. contraatacó; cada soldado que entraba en el reducto quedaba capturado o muerto.
Sin embargo, más de la mitad de esta columna marchaba en diagonal cruzando frente a la Línea ]ackson, presentando a las arma tanto su parte frontal como su flanco . Una vez hecho, las gaitas empezaron a tocar «Money-musk», pero los descendientes de escoceses que había en la línea no vacilaron en disparar. Cuando los británicos se acercaron más, se utilizó la metralla, que a 50 yardas tenía unos efectos devastadores.
Algunas tropas británicas penetraron hasta el bastión que protegía la 8ª Bía., y los hombres de Adair se retiraron. En ese preciso momento los de las tierras altas de Escocia, que habían alcanzado la Línea]ackson, al parar sus canciones les dispararon como si fueran peces en un bidón, y
65
NUEVA ORLEANS 1815
A la izquierda de este punto el parapeto norteamericano de barro se convierte en una empalizada de troncos y tierra, a prueba de fuego de mosquetes pero no
de los disparos de Art. (que no puede llevarse en su apoyo). Zona de marisma a cargo de la Milicia de Kentuky y de Coffee.
a al m Bías. norteamericanas
Al no haberse tomado las Bías. de la orilla oeste a la hora prevista, el plan británico era de nuevo un ataque frontal. Sin embargo, en el último minuto se ordenó a los del 93 unirse al ataque de Gibbs, tanto para protegerles de la Bía. no tomada como para
66
reforzar el punto de la línea por el que Pakenham esperaba romper. Al avanzar cruzando diagonalmente el campo de batalla, no sólo quedaron expuestos a un fuego mortífero, sino que taparon sus propias armas de apoyo
xxxx
EE.UU .~ JACKSON
De izquierda a derecha: Caroll (los de Tennessee); 44, Hombres de Color de Daquin, Bón. Lacoste, Bón. Uniformado de Planche, 7º; Fusileros de Beal, In! de Marina de los EE.UU.
A NUEVA ORLEANS
G.B. 2
x
G.B. ~ I (RES)
LAMBERT
LA BATALLA DE NUEVA ORLEANS
xxxx
G.B.~ PAKENHAM
Líneas ligeras de Rennie y los Rgtos. 93 y 95 de las Indias Occidentales avanzan por el camino del río; el I3 cruza el campo de batalla.
Misisipi
Reducto improvisad~ en horno de ladrillos
f.i,1 ~ El 7º Y el 43 encabezan la columna principal
t:J El 44 (Mullins) se adelanta a la columna de Gibb para recoger las escaleras y fajinas
[:l En el reducto avanzado se encuentra con que las escaleras y las faginas no están en su sitio; retrocede (no se muestra) para recogerlos
131 A vanza apresurado por llegar a la Línea Jackson antes que el grueso de la columna de Gibbs
lilI Whitaker muere t:J Gibbs muere W Pakenham muere n Jones herido D Rennie muere [3 Keane herido
LA BATALLA DEL 8 DE ENERO DE 1815 Ataque principal de Pakenham sobre la línea de Jackson en la orilla este
67
NUEVA ORLEANS 1815
• La posición británica entre la marisma y el río, vista desde la Bía. nº 3. La bandera pequeña del centro del grabado señala la posición aproximada del reducto avanzado. (Fotografía del autor)
~ Las defensas norteamericanas desde el reducto avanzado británico. De izquierda a derecha, la chimenea del
68
buque en la rada señala la posición aproximada del C.G. deJackson; la construcción en forma de obelisco es el monumento a la batalla y señala la posición de la Bía. n º 3; en el extremo derecho es donde atacó Gibbs. Desde esta posición, y por derecho se formó la línea de marcha de Lambert y las reservas. (Fotografía del autor)
al otro lado de la línea los británicos se retiraban. Pudo verse una gran confusión en la cabeza de la columna británica, frente a la 8ª Bía., donde acababan de llegar los escoceses. El orden parecía que se estaba viniendo abajo. Los caballos galopaban de un lado a otro, y a los Ofs. muertos o heridos se les sacaba del campo de batalla. Los norteamericanos estaban convencidos de que el jefe británico había muerto, y se disputaban entre ellos el mérito de haberlo matado. Al retirarse los escoceses, los norteamericanos se dieron cuenta de que habían ganado.
El 8 de enero con Pakenham
Por la mañana temprano, mientras Pakenham discutía sus opciones con el E.M., el Coro Dickson estaba luchando para conseguir colocar los cañones previstos para el ataque de Thornton en sus baterías; éstas, que estaban casi a medio terminar, no tenían un camino directo por el que transportar los cañones. Sin embargo, para cuando apareció la señal del cohete y la Art. disparó su salva inicial, estaba preparado. Esta vez por lo menos tenía suficiente munición.
También vio la señal del cohete el Cap., el ho-
LA BATALLA DE NUEVA ORLEANS
norable Thomas Mullins, el hijo de lord Ventry, que tenía el empleo circunstancial de Tcol. y en ese momento estaba al mando de su Rgto., el 44 a Pie, que componía la vanguardia de la columna del Gral. Gibbs en la derecha británica. La tarde anterior había recibido unas órdenes escritas del Cte. en jefe, que eran poco explícitas: «La vanguardia tiene que llevar 6 escaleras largas con peldaños, y 10 pequeñas, además de fajinas (300). El Of. al mando del Rgto. 44 deberá averiguar dónde están estos elementos esta tarde, para que mañana no haya retrasos al cogerlos para mandarlos a las antiguas Bías.».
69
NUEVA ORLEANS 1815
Sgto., 7º Rgto. de In[. de los EE.UU. Ilustración de Michael Youens.
70
Mullins se sentía obviamente deprimido y fatalista con el trabajo que se le había asignado. «Es una empresa desesperada, y el Rgto. tiene que sacrificarse» , fue su reacción. Se dedicó a preguntar dónde se podrían encontrar las escaleras y las fajinas , y le contestaron que en el «reducto avanzado». Dando por hecho que se habían cumplido las órdenes, no fue a comprobarlo. Cuando se ordenó a las columnas de ataque reunirse, Mullins avanzó con el 44 hasta el punto de partida señalado, las antiguas Bías. , donde se suponía que, como ya no tenían cañones y eran la construcción británica más adelantada, eran el reducto avanzado. Lo encontró vacío.
Mientras tanto se reunió el resto de la fuerza británica de ataque. El centro británico, que también actuaría como reserva, estaba mandado por el GD. Lambert, y se componía de Granaderos y las Cías. del 7º Bón., del5º de las Indias Occidentales, y del 43 (menos una Cía.) , acompañados por el14 de Dragones Ligeros desmontados.
En el extremo derecho, abriéndose paso a través del pantano de cipreses, iban las Cías. ligeras de los 4º, 21 , 44 Y 5º de las Indias Occidentales, al mando del Coro Jones, del 4º . El GD. Keane mandaría nuevamente la izquierda, con una vanguardia especial de Cías. ligeras del 7º y del 93, con una Cía. de tropas del 43 al mando del emprendedor Coro Rennie, que casi tuvo éxito al envolver el flanco de Jackson el día 28, cuando mandaba la vanguardia de Gibbs. El resto de la columna estaba compuesto por Cías. de Granaderos y de los Bóns. del 93 y el 1 º de las Indias Occidentales. En la derecha británica, la columna del GD. Gibbs, compuesta por e14º y eI2º , esperaba atacar directamente las defensas, utilizando las escaleras proporcionadas por su vanguardia, el 44.
Durante media hora Mullins dudó y, cuando un joven Of. le sugirió la posibilidad de que hubiera entendido mal las órdenes, muy enfadado se negó a admitirlo. Al final mandó a 300 de sus 400 hombres retroceder al «reducto avanzado», a unas 500 yardas más atrás de su posición actual, donde encontraron las escaleras y los hatos de madera. Los hombres cruzaron el campo de batalla por derecho, pero una vez que hubieran descargado, tenían que volver por la carretera. Cuando estaban ejecutándolo, fue lanzado el cohete de señales.
Las dos alas avanzaron acompasadamente, se-, guidas del centro/ reserva a su amparo. A medida que las columnas fueron acercándose a las líneas norteamericanas Pakenham, que avanzaba con la reserva, comentó: «Es un fuego fantástico,
LA BATALLA DE NUEVA ORLEANS
Lambert». Pakenham y su E.M. galoparon hasta Keane para ordenarle enviar al 93 atravesar el campo en diagonal en apoyo de Gibbs. Se ha especulado mucho sobre la razón de esta orden, pero es posible que, con la misión de Thornton sin completar, sufriría menos bajas uniéndose a un ataque fuera del alcance de las Bías. de la orilla oeste. De cualquier forma, cuando galopó para unirse a la columna de Gibbs, estaba completamente convencido de encontrar todo en orden y preparado para un ataque con éxito.
Desgraciadamente, el grupo del 44 que llevaba las escaleras volvió a la posición de Mullins sólo unos minutos antes de que lo hiciera la cabeza de la columna de Gibbs, lo que creó una gran confusión al estar todos en posiciones equivocadas. Incluso con sus hombres en esta situación, Mullins no tuvo otra alternativa que avanzar y despejar el camino para Gibbs. Conforme avanzaban con las cargas, el grupo de los hatos de madera se encontraba a descubierto del resto del
... Gral. Pakenham. Sus acciones del día 8 han sido muy discutidas, y aunque podamos hacer algunas deducciones respecto a su plan, el que muriera ese mismo día
nos imPide conocer sus verdaderas intenciones.
T Bías. de la Art. británica disparando sobre las líneas norteamericanas.
71
NUEVA ORLEANS 1815
• El ala derecha británica. Gibbs avanza con su columna, para encontrarse con que las escaleras y las fajinas de madera no estaban preparadas, y que el 44 estaba bloqueando el paso a sus tropas. En
72
lugar de abalanzarse sobre la posición norteamericana, la columna tiene que parar, y el ataque se tambalea. (Colección militar Anne S.K. Brown, Universidad Brown)
T El ala izquierda británica. La Bri. de las Cías. ligeras destacadas bajo el mando de Rennie, irrumpen en el reducto norteamericano del río. Aunque toman la posición, no llega más apoyo. Todos los que
participaron fueron capturados o, como Rennie, muertos por las tropas de los Fusileros de Beal por el 7º de In¡. de los EE. UU. (Colección militar Anne S.K. Brown, Universidad Brown)
Rgto. Según caían los hombres muertos y heridos, sus camaradas empezaron a deshacerse de las cargas y a retroceder. Las escasas y pequeñas descargas de fuego individual eran totalmente ineficaces; las balas dirigidas sobre los parapetos, pasaban por encima de las cabezas de los norteamericanos. El Tte. Knight, al mando del grupo de las fajinas, intentó poner orden. Ordenó a sus Sgtos. desenvainar sus espadas, y atravesar con ellas al que arrojara la carga. A Mullins no se le veía por ninguna parte. El Gral. Gibbs cabalgó para situarse al frente de la columna, pero se encontró con tal confusión que no pudo poner orden.
El 95 estaba alcanzando la líneaJackson, mientras que el grupo de asalto sufría tremendas descargas, y los del 44, que no habían alcanzado la cabeza de la columna, empezaron a tirar las escaleras y a retroceder. El Cte. John A. Whitaker dirigió un ataque al bastión y, a pesar de sufrir tremendas bajas, fue ganando terreno.
En la izquierda, el Coro Rennie estaba rompiendo también la posición norteamericana. Una bala le seccionó la pantorrilla, pero continuó ascendiendo para alcanzar el reducto. Una descarga de los fusileros de Bealle derribó, pero su Inf. ligera le siguió y se pusieron a arreglar los cañones. Si hubieran contado con apoyo, este ataque podría haber envuelto el lado derecho norteamericano, pero el 93, con el sonido agudo de sus gaitas, avanzaba para unirse al ataque de Gibbs. Los del grupo de asalto que no tuvieron la misma suerte que Renni fueron hechos prisioneros.
Cuando Pakenham avanzó hacia su flanco derecho, vio al 44 empezando a disolverse y retirarse. «Perdidos por falta de valor», comentó con uno de sus ayudantes. Conforme pasó por los Highlanders gritó: «¡El 93, tener un poco de paciencia y pronto tendréis la revancha!».
Cuando el Coro Dale del 93 alcanzó la cabeza de la columna de Gibbs con su Rgto., se quedó horrorizado de lo que vio. Al 44 no se le veía por ninguna parte; restos del 21 y las avanzadillas del 95 continuaban intentando alcanzar el bastión. El Gral. Gibbs apareció gritando con todas sus fuerzas: «~ ¡Coro Mullins, si mañana sigo con vida le haré colgar de uno de esos árboles! ». Inmediatamente un disparo Je mató. Casi al mismo tiempo en que la orden de alto había salido de la boca del Coro Dale, también fue alcanzado y muerto. El Coro Andrew Creagh se hizo cargo del mando, pero con nadie para avanzar y sin orden de retirada, los Highlanders del Sur, con perfecta disciplina y total frustración, aguantaron como una roca bajo un fuego asesino.
En la derecha, Pakenham tomó personalmen-
LA BATALLA DE NUEVA ORLEANS
• El espadón del Tte. H.H. Maclean del 93 a Pie (Highlanders del Sur). Maclean sobrevivió a la batalla, y su hija se llevó esta espada cuando emigró a Norteamérica.
A su muerte fue donada al museo. (Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
73
NUEVA ORLEANS 1815
74
te el mando de la columna de ataque. Cuando lo hacía, fue alcanzado por metralla, que le destrozó la rodilla izquierda y le mató el caballo. Su ayudante más antiguo, el Cte. Duncan Macdougal, desmontó y ayudó a su jefe a ponerse de pie. Pakenham recibió otra herida en el brazo, y con dificultad, le ayudaron a montar en el caballo de Macdougal. Un poco después, conforme Macdougal avanzaba con el caballo, Pakenham fue alcanzado de nuevo, cayendo muerto en brazos de su ayudante, que irónicamente era el mismo hombre que encontró al moribundo Ross en Bladensburg.
Sir John Tylden, que estaba en funciones ese día de segundo ayudante (sustituyendo a Harry Smith), se dirigió en busca del Gral. Keane para informarle de que ahora estaba él al mando. Se encontró con que estaban evacuando a Keane del campo de batalla, con un disparo en la ingle.
Casi al mismo tiempo, el Cte. Whitaker, a pesar de estar herido, llegó a lo alto del bastión norteamericano, y puso en retirada a sus defensores. Volvió para animar a los refuerzos a unírsele, pero sólo vio a tropas británicas en completa retirada. En el extremo derecho de la línea británica, las Cías. ligeras del Coro Jones habían intentado envolver a la U. de Coffee en el pantano de los cipreses. También habían fracasado, y se retiraban con su jefe herido.
~ Arriba: La muerte de Pakenham, en un grabado norteamericano de la éPoca. Con las prisas de sacar el dibujo a la venta, el grabador ha situado el río en el lado equivocado, pero da una buena
~ Abajo: La extraña perspectiva de este grabado se debe a que el artista plasmó toda la acción en una imagen única, aunque en el grabado la escena ha quedado al revés. Pueden verse las dos columnas de ataque, y el 93 yendo del flanco izquierdo al derecho. Se ve a Gibbs y a Keane heridos, y en el centro Pakenham muere en brazos del «Cte. MacDougall». En esta singular y temprana versión del grabado, Lambert está de Pie al
impresión de las dos columnas de ataque y de la posición central de la Art. (Cortesía de la Cía. de subastas Neal, Nueva Orleans)
lado de Pakenham, haciendo el gesto masónico de la tristeza. En las ediciones posteriores, la lámina original fue rehecha, mostrándole con un pañuelo en los ojos. (Cortesía de la Cía. de subastas Neal, Nueva Orleans)
LA BATALLA DE NUEVA ORLEANS
Soldado, Fusileros Voluntarios. Las Cías. de Fusileros Voluntarios en la Línea Jackson eran un triste espectáculo. Su vestuario -que para empezar no era uniforme- estaba destrozado
por las largas marchas. A partir de estas tropas los británicos tuvieron la idea de
llamar a los norteamericanos los «camisas sucias». Las señoras de la localidad hicieron para estas tropas abrigos con mantas, pero
muchos no estuvieron terminados hasta después de la batalla. Ilustración de Michael
Youens.
75
NUEVA ORLEANS 1815
• Un grabado de la época sorprendentemente exacto, que muestra la muerte de Pakenham. Al explosionar una granada, Pakenham se cae del caballo y es recogido por su ayudante. Si en este momento de la acción
hubiera habido tantas Uso británicas formadas y dispuestas como las que se ven aquí, probablemente la posición habría sido tomada. (Colección militar Anne S.K. Brown, Universidad Brown)
Por todo el campo los británicos estaban en retirada, en total desorden, y escondiendo las armas conforme lo hacían. El ataque había fracasado tan rápidamente, que la Bía. del Cap. Carmichael de cañones ligeros sólo pudo efectuar 5 disparos.
Cuando se informó al Gral. Lambert de que estaba al mando, su Rgto. era el único que se mantenía en cierto orden, y los cañones norteamericanos ya estaban empezando a causarles bajas. Lambert detuvo a sus hombres, les ordenó ponerse allí mismo a cubierto, y regresó al C.G.
76
avanzado para entrevistarse con el Alm. Cochrane. Habían transcurrido escasamente dos horas desde el momento que el cohete señal había iniciado el ataque británico.
La batalla en la orilla oeste
En la orilla oeste el cohete había puesto en acción a Thornton y a su fuerza. Llevaban varias horas de retraso y más alejados de su objetivo de lo que pretendían. La primera línea de defensa de Morgan, en la plantación Mayhew, con menos personal, menos armas y menos experiencia, intentaba mantener una línea demasiado amplia.
Cuando se acercaron los británicos, el 6º de Louisiana cedió. Los hombres de Kentucky efectuaron 3 disparos con sus mosquetes antes de retroceder a las defensas principales.
Thornton, perfectamente consciente de la importancia de silenciar la Bía. norteamericana frente a él, 'presionó rápido contra ella. Encontró
una arboleda de naranjos a 700 yardas frente a la posición de Morgan, e hizo un reconocimiento de su objetivo. Con el pequeño reducto al lado del río, y los 3 cañones junto a la línea, la izquierda norteamericada parecía segura y el centro firme, pero la derecha estaban tan debilitada que no aparentaba haber sido defendida tan bien como la izquierda. El plan de Thornton fue simple. El Cap. Money, con 100 marineros y una Cía. del 85, fingiría un ataque al reducto. Thornton, con 2 Cías. del 85 Y 100 infantes de Marina atacaría directamente al centro, mientras que el Tcol. Gubbins rodearía la derecha norteamericana con las 2 Cías. restantes del 85. Para asegurarse de que el ataque se desarrollaba lo más rápidamente posible, se ordenó que se hiciera sólo a la bayoneta.
El plan funcionó maravillosamente. Los Hombres de Kentucky de la derecha, junto con
T Mientras el 93 permanece de pie, y resiste las descargas de metralla, el cuerpo del Gral.
Pakenham es trasladado fuera del campo de batalla.
LA BATALLA DE NUEVA ORLEANS
algún pequeño destacamento de reclutas de la Milicia de Nueva Orleans al mando del Tcol. Philip Caldwell, cedió en cuanto Gubbins y sus hombres cargaron sobre ellos. La Milicia de Louisiana, en el centro, apoyada por los 3 cañones, hizo esta vez un par de descargas, pero en cuanto Gubbins lanzó a sus hombres sobre su flanco, con los hombres de Thornton cargándoles por el frente, también huyeron como las demás USo del reducto.
Los cañones de Patterson, desde que se vio el cohete señal de Pakenham, estuvieron constantemente en acción, incluso a pesar de que durante mucho tiempo, la llovizna y las nubes bajas habían ocultado los objetivos. En cuanto los británicos comenzaron el ataque, trataron desesperadamente de traer más cañones para apoyarles. La victoria fue tan rápida que incluso Patterson no pudo destruir los cañones antes de abandonarlos.
Thornton había capturado 16 cañones, las banderas de los voluntarios de Nueva Orleans, y 30 prisioneros. Un norteamericano murió y 3 resultaron heridos. Las bajas británicas fueron 6 muertos y 76 heridos, incluyéndose entre és-
77
NUEVA ORLEANS 1815
LA BATALLA EN LA ORILLA OESTE
La ofensiva británica, para capturar las Bías. norteamericanas que amenazaban de enfilada el ataque de la orilla este
xxxx
EE.UU.~ JACKSON
A NUEVA ORLEANS
avance británico
Patterson. (16 cañones y 106 hombres) enfilan la línea de marcha de Keane a lo largo del camino del río, en la orilla este.
EE.UU.
x
l5.o ...... iII
MORGAN
(Línea principal de milicia: 1.076 hombres. Louisiana: 250;
Kentucky: 320; destacamentos de Humbert: 300)
78
Puntos de reunión de Gibbs, Lambert y Keane
sólo se habían sacado 30 botes; finalmente Thornton sale a las 5 h.
IJ Los botes son arrastrados por la
D corriente río abajo 7.30: La Bri. de Thornton desembarca y ve el cohete de señales
LA BATALLA DE NUEVA ORLEANS
La presa se derrumba a las 22 h. aproximadamente
11 8.30 (aprox.): Ataque británico presionando, y para mayor rapidez
O a la bayoneta. Thornton reconoce la
D posición de Morgan sobre las 9.20 h.
D Ataque de flanco de Gubbins Hacia las 9.55 h.: Thornton toma la posición norteamericana
05.30 h.: Se ordena al 5º Rgto. de las Indias Occidentales unirse a Keane en vez de acompañar a Thornton
xxxx
G.B. cg:) PAKENHAM
x
G.B.cg:) THORNTON
El 85, grupos de Infantes de Marina y de la Marina Real
Vanguardia norteamericana del 6º de la Milicia de Lusiana y (en su mayoría desarmados) de Kentucky (198 hombres en total)
A pesar de las dificultades iniciales de llevar los botes al río y de resultar arrastrados corriente abajo, el ataque se desarrolla según el plan, aunque algo retrasado. Es tanta la urgencia de tomar las posiciones norteamericanas, que Thornton ordena los ataques sólo a la bayoneta. Los norteamericanos de esta posición no se habían enfrentado a los británicos
hasta entonces, y en el caso de los de Kentucky están casi desarmados. Sin embargo, nada podría demostrar mejor la diferencia entre una milicia vacilante y unos profesionales bien instruidos y dirigidos, que la velocidad con que se derrumba la defensa norteamericana.
79
NUEVA ORLEANS 1815
tos últimos el Cap. Money y el Tcol. Thornton. Cuando el Tcol. Gubbins, que ahora se encon
traba al mando, alcanzó la Bía. norteamericana y miró al río, pudo ver que la batalla había terminado. Puso a sus hombres en la tarea de cargar los cañones norteamericanos y perseguir al enemigo en retirada. Habían avanzado unas 1.200 yardas en la persecución, cuando el Tcol. Harry Smith llegó con las órdenes dadas por el Gral. Lambert tras su conversación con el Alm. Cochrane. Tenían que detenerse, destruir los ca-
80
..... Gral. Daniel B. Morgan, cuya manera de mandar sus tropas fue increíblemente inepta o desacreditada por una «Quinta Columna » deseosa de una victoria británica. (Cortesía del Museo del Estado de Louisiana)
.. Richard Gubbins, Cap. del 85 a Pie, presente en
Bladensburg, y Tcol. al mando del Rgto. de Nueva Orleans. Aunque Thornton había regresado al Rgto. y tenía mayor graduación que Gubbins, éste fue empleado en una posición superior de E.M. (C.R.B. Barrett, «El 85 de In[ Ligera del Rey»)
ñones norteamericanos y a continuación retirarse. La batalla había terminado.
Poco tiempo después, llegó el Coro Dickson para inspeccionar la posición británica, y al echar una ojeada a las piezas de Art. se encontró con un obús de bronce de 10 pulgadas con la inscripción: «Tomado en la rendición de la ciudad de York en 1781». Con este premio, las tropas volvieron a cruzar el río y empezaron a enterrar a los muertos y a prepararse para marcharse con el resto del E.
CONSECUENCIAS
El Gral. Lambert, tras considerar la posibilidad de renovar el ataque utilizando la Bía. de la orilla occidental, al final, e inevitablemente, decidió retirarse. Incluso con los Rgtos. de refresco que estaban llegando y un tren de asedio que tenía en un buque que acababa de unirse a la flota, los beneficios de la victoria no merecían la pena. Los heridos británicos que no pudieron ser transportados estuvieron particularmente agradecidos a las monjas ursulinas, que utilizaron su convento como hospital para cuidarlos. Otros heridos, en particular Ofs., fueron atendidos por ciudadanos locales. Los muertos británicos fueron enterrados sobre el terreno, pero una fuerte lluvia los desenterró y el hedor era espantoso. El Coro Dickson fue obligado a dejar tras él los cañones con cureñas navales; el terreno fangoso estaba tan empantanado que era imposible moverlos.
Varios botes que transportaban tropas de regreso a la flota, fueron capturados por un cúter norteamericano que había tomado la precaución de enarbolar la Unión ]ack, para poder aproximarse a su presa dentro del alcance del cañón. Seguramente, acciones como esta ayudaron a los norteamericanos en los intercambios de prisioneros. Sin embargo, Andrew]ackson fue magnánimo en la victoria. El Gral. Keane, que perdió su espada cuando fue herido, envió un mensaje a las líneas norteamericanas de que pagaría cualquier precio para recuperarla. ]ackson se las arregló para conseguirla y enviársela con sus saludos.
Tras bombardear el fuerte de S. Felipe en el Misisipí, la flota puso rumbo a Biloxi, donde finalmente Lambert consiguió tomar el fuerte Bowyer el 12 de febrero de 1815. Al día siguiente, la fragata HMS Brazen llegó con la noticia de
~ «El rey Andrew ¡ », un grabado satírico de la época de la presidencia de jackson, cuando las cualidades que le habían llevado a la victoria en Nueva Orleans sólo le
sirvieron para hacerle aparecer como autocrático. (Marqués james, «Vida de Andrew jackson»)
81
NUEVA ORLEANS 1815
que se había firmado un tratado de paz el 24 de diciembre. Este dio fin a las hostilidades, incluso antes de su ratificación.
Los Grals. Pakenham y Gibbs, que se habían embarcado juntos, regresaban en el mismo barco. Sus cuerpos, una vez preparados, se empaquetaron en barricas de aguardiente y se enviaron a su lugar de descanso final en la catedral de San Pablo. Junto a su tumba conjunta hay una estatua en la que están representados con los uniformes que llevaban el 8 de enero de 1815.
El Gral. Keane se recuperaba bien, tras salvarse por la buena calidad de sus pantalones. A pesar de que la bala le entró profundamente por la ingle, no atravesó el paño. En vez de tener que ser operado, la extracción de la bala se hizo tirando suavemente del paño hasta sacarla.
El Tcol. Dickson mandó el tren de Art. en Waterloo enjunio de 1815, y al final de su carrera era GD., Caballero jefe del Baño, y Caballero jefe de la Orden de Guelphic.
El recién ascendido Cte. Harry Smith también estuvo en Waterloo, como brigada mayor del Gral. Lambert, y alcanzaría la fama en la India. Allí estuvo como ayudante general en la batalla de Maharajpur, por lo que fue nombrado Caballero jefe del Baño, recibiendo posteriormente la GCB (Gran Cruz de Caballero del Baño) por la campaña de Sutlej. Fue nombrado Barón por su victoria en Aliwal. Posteriormente fue Cte. en jefe en el cabo de Buena Esperanza, en la campaña de Kaffir, en 1848.
82
George de Lacy Evans, que fue herido en la campaña de Nueva Orleans, ocupó el cargo de 2º ayudante de campo suplementario de sir William Ponsonby en Waterloo. Mandó la Legión británica en España entre 1835-1837, y la 2.a Div. en Crimea en 1854. Llegó a ser GD., Coro en jefe del 21 de Fusileros, Caballero de la Gran Cruz del Baño y Gran Of. de la Legión de Honor.
Sir John Lambert, que fue nombrado Caballero Cte. del Baño, durante su estancia en Norteamérica, llegó al campo de batalla de Waterloo justo al comienzo de la contienda, después de una marcha forzada desde Ostende con su Bri. Se le dio el mando del Chateau de Hougoumont, cuya defensa fue crucial para la victoria de Wellington. Acabó su carrera como GCB y Coro del 10 a Pie.
La batalla de Waterloo tuvo lugar en el 3º aniversario de la declaración de guerra del presidente Madison el 18 de junio de 1815.
El vicealmirante Cochrane fue ascendido a Alm. en 1819, y fue Cte. enjefe en Portsmouth en 1821. Obviamente, Nueva Orleans no dañó «su» reputación. El Tcol. Thomas Mullins fue llevado ante un consejo de guerra y separado del servicio.
Para los británicos, comprometidos previa-
T La Medalla de la Paz, acuñada en Norteamérica en 1815 para conmemorar el final de la guerra . (Benson Lossing, «Libro
de campo de la guerra de 1812»)
mente en la Península y posteriormente en Waterloo, Nueva Orleans fue solamente un contratiempo. Para los norteamericanos fue el punto crucial de su nacionalidad, y su mayor e inequívoca victoria terrestre de la guerra. Naturalmente, las fuerzas norteamericanas estaban orgullosas de su comportamiento, y como resultado, casi todos los hombres de la Línea jackson con mosquete o fusil parecían apuntarse el hecho de haber matado al Gral. Pakenham, incluyendo un miembro de los Hombres Libres de Color de Daquin. Este hubiera sido , sin lugar a dudas, un disparo asombroso, ya que en esos momentos Pakenham se encontraba a más de 500 yardas de su posición y cubierto por el 93.
Desgraciadamente, las recriminaciones empezaron casi inmediatamente después de finalizar la batalla. El nombre de Andrew jackson fue omitido de la lista de honor redactada por la ciudad, aparentemente por su «inoportuno cierre del Parlamento». Por contra, en el resto del país fue un héroe nacional, y su popularidad le llevó finalmente a ser el 7º presidente de los EE.UU. Sin embargo, cuando estaba en el cargo, la misma actitud dictatorial que le permitió ganar la batalla de Nueva Orleans, hizo que algunos humoristas le llamaran «el Rey Andrés».
La Convención de Hartford, un grupo de políticos de los Estados de Nueva Inglaterra que discutían la posibilidad de separarse de la
~ Detalle de un mapa del «Libro de campaña de la Guerra de 1812" de Benson Lossing, que muestra las posiciones de las líneas de defensa norteamericanas en relación con la ciudad de Nueva Orleans.
CONSECUENCIAS
Unión, se derrumbó, con lo que la unidad de la nación quedó asegurada. A partir de entonces, Norteamérica dejó de mirar hacia Europa, y comenzó a desarrollar su «territorio de Louisiana», que en aquella época se extendía desde el golfo de México hasta Canadá, y cubría alrededor de un tercio del actual territorio de los EE.UU., y también empezaron a desarrollar su específico carácter nacional.
Nueva Orleans volvió a ser Nueva Orleans, no muy europea, pero como en un reto, tampoco norteamericana, carácter que se mantiene actualmente.
Ajean Lafitte, el «Robin Hood» de la batalla, se le marchitaron sus laureles muy rápidamente. Cuando se examinó el tesoro que había obtenido el Cte. Patterson en Barataria, se encontró que parte de él era propiedad de algunos ciudadanos, cuyo buque se pensaba había desaparecido en la mar. Lafitte vio lo que se escribía en las paredes y se marchó cuando la cosa iba mal. Durante una temporada él y Latour estuvieron en Florida, cobrando como informadores del rey de España. Posteriormente vivió en San Luis, donde reemprendió su carrera de traficante de armas. Su lugar de descanso final es discutible, pero el autor, según buenas fuentes, cree que pudiera encontrarse en un pequeño cementerio «al sur de la frontera» situado sobre el golfo de México, en una ciudad donde, incluso hoy, no se admiten demasiadas preguntas.
83
EL CAMPO DE BATALLA HOY
El emplazamiento de la LíneaJackson y la «tierra de la muerte» del campo de batalla, forma actualmente parte de la Reserva y Parque Histórico Nacional Jean Lafitte (quizás algún día Chicago tenga un Parque Nacional de Al Capone). Sorprendentemente no hay transporte público desde la ciudad al parque, pero el barco de ruedas de palas Creole Queen y el barco "turístico Voyageurofrecen cruceros por el río que incluyen visitas al campo de batalla. El personal del parque proporciona charlas informativas a los pasaj eros, pero como los barcos se detienen poco
I
-
84
tiempo, tienen que ser necesariamente breves. Si desea reconocer el campo, es mucho mejor
alquilar un taxi o desplazarse en un vehículo particular. Dejando la zona central por la calle North Rampart, que pasa a ser la Avda. Sto Claude (o autopista del Estado n º 46), diríjase durante unas 6 millas aproximadamente, hasta que vea a su derecha la señal muy clara de «Chalmette National Historical Park» . Nada más girar, se encontrará recorriendo la parte norteamericana de la LíneaJackson en dirección hacia el río. En cuanto atraviese las puertas verá a su iz-
[
E ( -::: I ... -
1 •
~ El último mapa del parque del campo de batalla, con un superponible de los puntos existentes en 1815. (Cortesía del Parque Nacional Jean Lafitte)
quierda defensas reconstruidas; se encuentra en la zona de la 8.a Bía de la izquierda de ]ackson, que casi fue rodeada el28 de diciembre de 1814. Las vías del tren marcan el límite aproximado de la marisma de los cipreses de 1815.
Conforme se dirige al monumento que fue iniciado en 1840 y terminado en 1908, podrá ver las
~ La reconstruida Línea jackson en la posición de la Bía. n º 7, aproximadamente, que muestra la diferentes técnicas de construcción de la línea en el campo y en la marisma, con la ironía de que la carretera a través de las defensas norteamericanas corta la línea casi en el punto exacto donde asaltó la columna de Gibbs.
~ El ala izquierda norteamericana vista desde lo alto del monumento del campo de batalla. El campo de fondo fue la parte de la marisma en la que jackson extendió su línea tras el 28 de diciembre. (Fotografía del autor)
EL CAMPO DE BATALLA HOY
pOSIciOnes reconstruidas de los cañones, que dan clara idea de su apariencia en la batalla. Se encuentra en las posiciones de los Grals. Caroll y Adair. La unidad de Coffee se extendía justo detrás de usted fuera del parque.
La primera Bía. reconstruida es la n º 7, y señala el centro de la posición de Caroll-Adair; las 5ª
85
NUEVA ORLEANS 1815
y 6ª señalan su flanco derecho. A continuación está la posición del 44 de Inf., seguida por la Milicia Negra de Daquin, cuyo flanco derecho se apoya en la 4ª Bía. La siguiente posición es la de los Hombres Libres de Color, bajo el mando del Cte. Lacoste, y la Milicia Uniformada del Cte. Plauche. La última posición de cañón es la n ª 3, la que mandaba Dominique You.
Aparque en el centro de visitantes, tras el monumento, donde podrá ver una película de la batalla y una pequeña muestra de las armas de la época, entre las que se incluye como reliquia una espada-bayoneta del 95, que fue tomada del canal Rodríguez.
Dejando el centro de visitantes, gire a la derecha y continúe saminando hacia el río, subiendo hacia el dique. Este es mucho más alto de lo que era en 1815, y cubre la posición del viejo horno de ladrillos, y la carretera del río que recorrió la columna del Gral. Keane para atacarlo.
86
... Línea de marcha del Gral. Lambert y las reservas, vista desde el monumento del campo de batalla. (Fotografía del autor)
.... Línea de marcha del Gral. Keane vista desde la posición norteamericana. La construcción de la izquierda es el dique en la actualidad, que cubre la posición del horno de ladrillo que se convirtió en reducto. (Fotografía del autor)
.... Línea jackson, vista desde la Ría. n º 3, hacia la mansma. (Fotografía del autor)
Colocándose de espaldas al río, a su izquierda se encuentra el lugar donde pararon los fusileros de Beal y el 7. ° de Inf. (a partir de entonces conocido como los Cottonbailers), que recapturaron la posición. Si mira hacia el extremo izquierdo, a unas 600 yardas, verá un corte en escalón sobre el dique,justo detrás del límite del Parque. En el centro de este canal está el lugar aproximado de la casa de la plantación Macarté, que fue el C.G. de Jackson. A su derecha verá una pequeña casa de plantación, que se construyó en 1832, y no estaba en tiempo de la batalla.
Regresando al centro de visitantes, podrá recorrer el campo, por una carretera construida al efecto en el 150 aniversario de la batalla. En varios puntos hay lugares para detenerse, con placas que describen la acción que allí tuvo lugar.
En el lugar donde la carretera gira a la izquierda, separándose del río, estará cruzando la línea de marcha del 93, cuando se le ordenó separarse de la columna de Keane para unirse al
~ Trinchera del canal, actualmente cubierta, desde la Bía. n Q 3 hacia la mansma. (Fotografía del autor)
~ Trinchera del canal desde la Bía. n Q 3 hacia el río. (Fotografía del autor)
EL CAMPO DE BATALLA HOY
ataque de Gibbs. Continuando hacia la bandera británica, estará aproximadamente en el reducto avanzado, donde el Tcol. Mullins se dio cuenta de su error respecto a las escalas y las fajinas. Es un buen sitio para obtener una impresión general de la posición norteamericana. El campo es llano como la palma de la mano, y la única construcción es la obra de defensa norteamericana, tremenda perspectiva si todos esos cañones estuvieran disparándole.
Justamente detrás de usted hay un cementerio militar que contiene principalmente restos de soldados de la Guerra Civil. La valla más lejana del cementerio marca el límite de la extensión
. del parque en dirección hacia la posición británica. Fue ahí donde la Bri. de Lambert se constituyó en reserva durante la batalla.
Poco después de dejar este punto, la carretera gira a la izquierda, h acia la posición norteamericana, y avanza pegada a un bosquecillo a su derecha. No es la marisma de cipreses de 1815, pero
87
NUEVA ORLEANS 1815
se mantiene para proteger el parque de la carretera. Ahora se encuentra siguiendo la línea de marcha del ataque de Gibbs sobre la izquierda de ]ackson, los días 28 de diciembre y 8 de enero. La carretera hace una suave curva conforme va rodeando una pequeña extensión en la línea de árboles; ahí es donde el 93 se mantuvo en columna sin órdenes, siendo batido por disparos de mosquetes y metralla. A unas 20 yardas a su derecha, en los árboles, es donde cayó el Gral. Pakenham. Se tiende a clarear este sector de árboles, por lo que esta importante zona del campo volverá a encontrarse tal como estaba en 1815.
La carretera continua a través de las líneas norteamericanas, para unirse a la que llegamos. Curiosamente, habrá atravesado la parte de las defensas que el E. británico no pudo cruzar durante la batalla. Girando a la derecha, deje el parque y continúe por le autopista del Estado n º 46, y verá a su derecha el letrero del cementerio militar. Allí gire y encontrará a su izquierda el C.G. del servicio del parque nacional. El césped del frente de este edificio era la posición de la Bía. de Lanzadores RHA durante la batalla.
Realmente no hay nada más que ver. Al salir del cementerio, tuerza nuevamente a la derecha, y continúe por la 46 durante aproximadamente una milla y media, y se encontrará sobre una isla entre dos caminos, en los que quedan los restos de Versailles, la famosa casa de la plantación De La Ronde, que fue el C.G. avanzado de los británicos. A su derecha, se encuentra el Parque Delaronde, que tiene los equivocadamente llamados robles Packingham, los árboles que en un
88
principio flanqueaban el camino de carros entre la casa y el río.
Como habrá deducido durante sus paseos, el resto de los lugares relacionados con los británicos están absorbidos por las diversas instalaciones de una fábrica de aluminio. Quedan algunas de las ruinas de la antigua plantación Villeré, pero se encuentran en el lugar de un centro de alcantarillado, y consecuentemente «fuera del alcance», incluso para los empleados del parque nacional que quisieran contemplarlas.
Cuando salga del parque Delaronde gire a la izquierda, y de vuelta a la ciudad pare a ver el museo de los Cuarteles ]ackson. Como la carretera pasa directamente por ellos, lo único que tiene que hacer es girar a la derecha cuando vea el letrero. La mayoría de lo que se expone está relacionado con la 11 Guerra Mundial y posteriores, pero tienen algunas armas an teriores, que sería una pena perdérselas.
En la orilla oeste todavía existe la línea principal de defensa de Morgan, pero forma parte del terreno de una escuela, la Academia Aurora, y se necesita un permiso especial para visitarla. Por otra parte, no se ha mantenido, por lo que no hay mucho que ver.
De vuelta a la ciudad propiamente dicha, la Colección Histórica de Nueva Orleans, tiene muchos documentos y grabados relacionados con la batalla, algunos de los cuales permanecen expuestos permanentemente. El museo del Estado de Louisiana, alojado en el renovado Cabildo, cuya apertura estaba prevista para 1994, tendrá también una exposición de efectos relacionados
~ Línea de marcha del 93, cruzando en diagonal el campo desde la columna de Keane a la de ataque de Gibbs. La pequeña brecha entre los árboles, en el centro de la fotografía, es el punto donde se concentró el asalto principal británico. (Fotografía del autor)
~ Ruinas de la casa de De La Ronde. Mientras se tomaba esta fotografía , los obreros estaban dejándolas más bajas, ya que se consideraban inestables. (Fotografía del autor)
.... Línea de marcha de Gibbs con la marisma a su derecha, que cubrió su columna hasta que estuvo a 700 yardas de la línea norteamericana, desde cuya posición se ha tomado esta fotografía. (Fotografía del autor)
EL CAMPO DE BATALLA HOY
con la batalla. El edificio propiamente dicho es donde se firmó la copia de la "compra de Louisiana, y fue donde en 1815 se alojaba el Parlamento. Los jardines a los que da, la plaza ]ackson, era la plaza de Armas donde ]ackson revistó a sus tropas cuando llegó para hacerse cargo del mando. Los elementos de la colección incluyen la espada del Tte. H.H. Maclean del 93, la espada del Gral. Villeré, y un fusil con la inscripción del 3º Bón. del 95 de a Pie , que fue capturado en la batalla de la noche del 23 de diciembre, junto con abrigos de uniforme y otros utensilios. También en la ciudad, en el 941 de la calle Bourbon hay uno de los edificios más antiguos de Louisiana, del que se dice fue el escondite de los Lafitte, utilizando como tapadera un taller de herrero. Cuando se escribía este libro, apareció un documento que prueba que, sin duda los Lafitte fueron los propietarios, pero se utilizó como carnicería.
89
NUEVA ORLEANS 1815
, 1 \ I ¡ 1I ,\ (l I 1\
I H' 1 , 'eH \ II I.E OHU: \~
~ ,.,,,,,, ~ "",,..-
\ ' t 1 \, tu ' I~I nI Pl IT)\H \,o'"
,.. [ :Ht JH~ ~
tltf
\1$-
il"
I
11
" ¿
\ 1, , 1
It ( ')
, # V
l t l~rt
.. ... (
1, I t 1\ 1', 11(
111 t ti (Htj ~~flt 1-, tft: Ilu.nll (O l'\ ()HHi. \~
(1, • • ¿p ... ,
I'a. I,d,t, ( .. ti·
. ~.'(I'
:3 8" l
t 't; po ¡ l it I IHI ~ r I f "'1""\ (i HU O1H.<,..l lf Illptl'r d. n .;:. J(UI ~ ,t.
JO. lIu dc 'il {,J, hu ~\l tl, ii \ 1 I.t lit 'i( ., l .. i(, 1\(;1 ')l.HI"t J " .
I"!)! J!JI
.{~ / jf'" ;;.
/1 ~ ";': T. , ,/ , ... -. .
<. '
... Este importante documento vio la luz cuando se estaba preparando este libro. Es un permiso del alcalde de Nueva Orleans a Pierre Lafitte, permitiéndole
gestionar la proPiedad en Bourbon Street (nombre muy aproPiado) como carnicería. (Cortesía de la Cía. de Subastas Neal, Nueva Orleans)
90
#
CRONOLOGIA
1812 18 de junio: Los EE.UU. declaran la guerra a Gran Bretaña. 12 de julio: Las fuerzas norteamericanas, a las órdenes de Hull, invaden Canadá. 17 de julio: Se rinde a los británicos el Fuerte Michilimackinac. 22 de julio: Batalla de Salamanca, la Bri. de Pakenham es clave en el plan de Wellington. 16 de agosto: El Gral. Isaac Brock captura Fuerte Detroit; Hull se rinde. 13 de octubre: Batalla de los Altos de Queenston. Muere el Gral. Brock; los norteamericanos son derrotados. 17-19 de diciembre: Los norteamericanos destruyen las ciudades indias de Miami para sofocar una revuelta.
1813 27 de abril: Los norteamericanos capturan y queman York (Toronto). 27 de mayo: Los norteamericanos capturan Fuerte George. 29 de mayo: Fracaso del ataque británico al puente Sackets. 6 de junio: Los norteamericanos son derrotados en una batalla nocturna en Stony Creek. 21 de junio: Batalla de Vitoria; los franceses derrotados definitivamente en España. 30 de agosto: Masacre india en Fuerte Mims; estalla la guerra creek, y jackson moviliza a la milicia bajo su responsabilidad . 9 de noviembre: Primera victoria de jackson en Talladega. 11 de noviembre: Batalla de la granja Chrysler. Efectos desastrosos en el E. norteamericano; anulada la amenaza para Canadá. 19 de diciembre: Los británicos capturan Fuerte
iagara.
1814 1 de abril: Napoleón abdica por primera vez. 10 de abril: Batalla de Toulouse; fin de la campaña franco / peninsular; las tropas británicas quedan libres para unirse a la expedición norteamericana. 22 de mayo: Andrew jackson es transferido de la milicia al E. regular como Gral. de Bri., en puesto de GD. Al retirarse William Henry Harrison es
ascendido al empleo de GD. 25 de julio: Batalla de la Línea Lundy. 19 de agosto: Desembarco británico en Maryland. 24 de agosto: Batalla de Bladensburg. 24-25 de agosto: Los británicos toman Washington y queman los edificios públicos. 12 de septiembre: Batalla de North Point; muere el Gral. Ross. 13 de septiembre: Bombardeo de Fuerte MacHenry. Los británicos consideran que las defensas son demasiado fuertes y abandonan el sitio. Francis Scot Key, testigo del bombardeo, escribe el poema que llegaría a ser el Himno Nacional norteamericano, «La bandera de las estrellas». 7 de noviembre: j ackson toma Pensacola.
11 de noviembre: jackson regresa a Mobile. 22 de noviembre: j ackson se dirige a Nueva Orleans. 22 de noviembre: La flota británica se reúne en bahía Negril, Jamaica. 26 de noviembre: La flota británica pone rumbo a Nueva Orleans. 14 de diciembre: Batalla del Lago Bourgne. 22 de diciembre: Las tropas británicas desembarcan en la plantación Villaré. 22-23 de diciembre: j ackson ataca; batalla nocturna. 24 de diciembre: Se firma el Tratado de Ghent, que pone fin a la guerra de 1812. 25 de diciembre: Llega el Gral. Pakenham. 28 de diciembre: Reconocimiento en fuerza.
1815 1 de enero: Duelo artillero; suprimido el ataque británico . 8 de enero: BATALlA DE NUEVA ORLEANS; muerte de Pakenham. 6 de febrero: La expedición británica leva anclas en ueva Orleans, rumbo a Biloxi. 10 de febrero: Los británicos capturan Fuerte Bowyer. 11 de febrero: Las noticias del Tratado de paz llegan al Gral. Lambert en Biloxi. 14 de febrero: El Tratado llega a Washington y es ratificado por el presidente Madison. 17 de febrero: Madison declara públicamente el fin de la guerra de 1812.
91
EL JUEGO DE LA GUERRA DE NUEVA ORLEANS
Conocer de antemano el resultado es un problema inevitable cuando se recrean enfrentamientos históricos en los juegos de la guerra, y en caso de Nueva Orleans parece poco probable (especialmente para los jugadores británicos) producir encuentros retadores y entretenidos sobre el tablero. Incluso el norteamericano más patriota disfrutará poco al masacrar chaquetas rojas perdidos en una gigantesca «caza del pavo», cuando no hay duda del resultado final de la batalla. ¿Puede estructurarse un juego de la guerra interesante basado en este Gallipoli napoleónico?
Más que volver a examinar los numerosos métodos de juegos de la guerra de las campañas y batallas napoleónicas, descritas en volúmenes previos de esta serie, este apartado se concentra en los dos enfrentamientos de la campaña de Nueva Orleans, que aparecen como más adecuados para ser recreados como juegos de la guerra. Teniendo en cuenta que este libro está dedicado a una operación anfibia, parece apropiado presentar algunas ideas de enfrentamientos tácticos de juegos de la guerra en el agua y la costa. Además, como una alternativa a los juegos de la guerra con figuras, hay una estructura para un juego de comité que puede resultar interesante para los que hayan leído la narración de la batalla. Finalmente, se ofrecen algunas indicaciones para llegar a un resultado que hubiera podido cambiar el curso de la Historia.
La Batalla Naval del Lago Bourgne ofrece un tema diferente para unjuego de guerra naval: en lugar de una batalla convencional entre barcos de guerra, 42 lanchas británicas deben de esforzarse contra la corriente y bajo el fuego, para acercarse y abordar a 5 cañoneras norteamericanas al pairo. Los primeros, armados con pequeños cañones de corto alcance, y con marineros e infantes de la Marina Real, tendrán ventaja en el número y maniobrabilidad una vez que se acerquen al enemigo. Los segundos, echadas las amarras con muelles en sus cables, pueden girar para poder disparar sus armas, pero no pueden maniobrar a la vela, por lo que han de hundir las lanchas antes de que los británicos consigan po-
92
nerles la proa y abordarles. La acción completa podría reproducirse utilizando modelos a escala 1/ 1200 o 1/ 300, para representar cada cañonera y cada lancha: la aproximación británica se jugaría adaptando el sistema de fuego y movimiento de una de las normas de los juegos navales napoleónicos; se reflejaría la acción de abordaje mediante una simple fórmula matemática que reflejara el número y la moral de los grupos enfrentados.
Como alternativa, y en lugar de tratar de recoger la batalla en conjunto, eljuego de la guerra podría concentrarse en una cañonera y las lanchas que le atacan, permitiendo a los participantes utilizar modelos a escala mayor y normas de enfrentamiento más detalladas. Un jugador podría mandar la cañonera norteamericana, dando las órdenes a la tripulación para ajustar los muelles que permitan poner los cañones en posición y controlando el complejo sistema de carga y puntería de los cañones; otros podrían mandar cada una de las lanchas británicas, f~ando la ruta del bote, ordenando a los marineros aumentar o disminuir la remada, apuntando el cañoncillo y ordenando a los infantes de Marina el abrir fuego; las dificultades en el manejo de cañones del siglo XIX podrían representarse adaptando las tablas «Artillery Kriegsspiel» de Rohne (un juego de entrenamiento militar traducido y publicado por Bill Leeson en KriegssPiel Newsletter 19), que permiten controlar los disparos que pueden representarse sobre el tablero. Cuando un disparo acierta sobre una cañonera o una lancha, se podrían determinar los daños ocasionados mediante dados, para determinar el punto exacto del impacto de acuerdo con las tablas, las bajas producidas y, también mediando los dados decidir si determinados personajes resultaban muertos o heridos. Las acciones posteriores de abordaje se librarían con una representación de la cubierta de la cañonera con figuras de 15 o de 25 mm, y con normas de enfrentamiento de USo ligeras como las de «Flintlock & Ramrod», o «Skirmish Wargaming» de Donald Featherstone, o «Napoleonic Wargaming For Fun» de Paddy Griffith.
El ataque nocturno de Jackson ofrece un contexto de lucha dura entre los profesionales británicos, sorprendidos en desventaja por el bombardeo naval desde la USS Carolina, y los norteamericanos regulares y de la milicia, inexpertos pero entusiastas, entre los que las condecoraciones se daban muy equitativamente -jun escenario ideal para un juego de la guerra! Para jugar satisfactoriamente una acción nocturna, los jugadores tienen que superar dos dificultades: la primera, el saber exactamente la situación de ellos y la de sus hombres en el campo de batalla; y en segundo lugar, el identificar las tropas enemigas que aparecen de repente en la oscuridad. Por ejemplo, los Fusileros de Orleans del Cap. Thomas Beal, se separaron de los Voluntarios Montados de Tennessee, por lo que el Coro John Coffee informó aJackson que se habían perdido. Aunque penetraron en la plantación Villeré, donde muchos fueron capturados por los refuerzos británicos, la mitad de ellos consiguió escapar y regresar a las líneas norteamericanas. El Cap. George Gleig, del 85 de Inf. Ligera, aseguró que su amigo Grey estaba tan convencido de que el enemigo no podía haber logrado tomar una posición en la retaguardia de los puestos avanzados británicos, que se negó a permitir que su destacamento contestara al fuego norteamericano, creyendo que las tropas enemigas eran el 95 de Fusileros. Gleig también describió como consiguió acercarse a un Bón. enemigo y, haciéndose pasar por un Of. norteamericano, casi engaña a sujefe obligándole a rendirse. Unjuego de la guerra convencional, frente a frente , en el que todas las USo están desplegadas a la vista sobre una mesa, no es suficiente para crear esta atmósfera de tensión e incertidumbre. Más adelante se ofrecen algunas estructuras alternativas para recrear combates nocturnos.
El imaginativo sistema «Forest Fight» de Andy Callan permite desplegar todas las Uso en un tablero, pero emplea un mecanismo simple por el que los jugadores no saben en cierto modo sus posiciones. Como insinúa su título, al principio fue desarrollado para representar el combate en el bosque, en las guerras francesas y de los indios.
Se divide el terreno en cuadrados, cuyo tamaño representa la visibilidad nocturna en la escala que se emplea. Cada cuadrado tiene un número de código, y los cuatro lados están marcados con A, B, C Y D. El árbitro tiene un gráfico en el que figura la verdadera distribución de los cuadrados, que no corresponde con la planteada en la mesa de juego. Por ejemplo, cuando una U. sale del cuadrado 3 por el lado D, el árbitro examina
EL JUEGO DE LA GUERRA DE NUEVA ORLEANS
su gráfico para determinar que entra en el cuadrado 27 por el lado D, lo que desorienta a los jugadores, representando de esta forma la dificultad de la maniobra nocturna en un terreno con pocos jalones identificativos. Lo que realmente existe, las casas de la plantación y los canales, deben situarse en sus verdaderas posiciones relativas a cada uno, pensando en la posibilidad de que las Uso se puedan aproximar a cualquier punto de un canal para atacarle. (Para una explicación más detallada véase el artículo «The
ugget», de Andy Callan). Se debe realizar un reconocimiento de control antes de las tropas que puedan identificar con exactitud la U. que se presente, aunque hay posibilidad de error: las USo británicas, por ejemplo, podrían asumir que por supuesto, si el resultado del dado está entre 1-5, las Uso que aparezcan por su retaguardia son amigas, y enemigas en el caso de un 6; los entusiastas pero excitados milicianos de Nueva Orleans, en la otra parte, podrían caer en la tentación de disparar rápidamente sobre cualquier U. nueva, salvo que fueran reconocidos como norteamericanos en caso de sacar un 6.
Como variante del sistema anterior, pero a mayor escala, se pueden reproducir en mesas separadas las distintas casas de las plantaciones, las avanzadillas británicas, el campamento británico, porciones de espacios abiertos, y varios trozos del canal. Estos no representan zonas determinadas, pero se pueden usar cuando las fuerzas se enfrenten en ese tipo de terreno. Los jugadores no conocen los «caminos» entre las mesas, pero tienen que hacer lo posible por encontrarlos -el árbitro puede confundir intencionadamente a los jugadores moviendo las Uso a la misma mesa del terreno abierto/ canal en el que ya habían estado, cuando realmente están en una parte diferente del conjunto del campo, ¡O también hacia otra mesa cuando en realidad han vuelto al mismo lugar! El combate en mesas individuales lo controlan los jugadores, utilizando normas convencionales para pequeñas acciones tácticas, como las normas del Juego de Brigada del «Napoleonic Wargaming For Fun»; cuando se enfrentan destacamentos muy pequeños, son más adecuadas las normas de nivel escaramuza.
El conjunto del juego debe desarrollarse llevando turnos rigurosos, para que los sucesos en las diferentes mesas se mantengan sincronizados (por ejemplo, tocando un silbato al final de cada turno). Los jugadores que, mientras el enemigo busca a sus tropas, no tienen nada qu~ hacer, deberían preocuparse ~n discernir QUE ocurre en las otras mesas, y CUANDO tienen lugar los com-
93
NUEVA ORLEANS 1815
bates que pudieran estar relacionados con sus USo El árbitro podría ir dando pistas, como por ejemplo «¡Se está produciendo un fuego intenso a su derecha! ». Echando una ojeada por la sala, el que recibe la información deberá poder deducir qué mesa es la que representa esa zona. Por supuesto, si la mesa en cuestión es parte de terreno abierto o una zona del canal, puede que no siempre represente la misma parte del campo, tal como se explica anteriormente.
En lugar de utilizar muchos gráficos, el árbitro puede anotar las maniobras de cada U. en un detallado mapa general del campo de batalla. Los jugadores asumen nuevamente los papeles de jefes de destacamento/ Bón. , pero tienen pocas representaciones del personal de sus Us., y de sus alrededores inmediatos, dentro de su limitado campo de visión. Las Uso que se vislumbren repentinamente en la oscuridad, se representan por modelos pintados en negro sin los detalles de la uniformidad: los jugadores tienen que decidir si estas tropas, visibles pero no distinguibles, son amigas o enemigas, ¡hasta que se identifiquen realmente por sus acciones posteriores!
Las acciones se eligen a partir de un menú de posibilidades; el combate y la moral son asignados por un equipo de árbitros, y esta información se pasa a los jugadores. Las representaciones del personal pueden ajustarse por los árbitros en cada turno, o por los jugadores, ya que estas representaciones son al fin y al cabo sólo la transcripción de las impresiones subjetivas que tiene cada jefe sobre la batalla. Si los jugadores se pueden distribuir en habitaciones separadas, se pueden emplear sistemas de comunicaciones baratas -disponibles en cualquier tienda de electricidad-, para enlazar con los árbitros, quienes las usarán para exponer sus representaciones gráficas de la escena verbalmente, para guiar la imaginación de los participantes y mantener la tensión del enfrentamiento. Lo bueno de este sistema es que se puede emplear cuando se juega en ambos lados, o en uno sólo controlado por un árbitro, sin alterar significativamente las técnicas de arbitraje ni los elementos necesarios.
Mejor que tratar de volver a librar toda la batalla, puede ser mejor concentrar el juego de la guerra solamente en la experiencia de un destacamento o Bón. Las acciones más evidentes serían la del destacamento de vanguardia del Cap. Hallen, entre los británicos, y la de los Fusileros Montados de Tennessee del Coro John Coffee, o la Cía. de Fusileros de Orleans del Cap. Thomas Beal, entre los norteamericanos. Pueden usarse cualquiera de las estructuras de juego que se han
94
descrito anteriormente, adaptadas adecuadamente para proporcionar el mejor ambiente posible y una perspectiva limitada de la realidad en los participantes. Un jugador puede asumir el papel de jefe del destacamento del Bón.; los demás, si los hay, pueden representar a los jefes qe Cía. o subalternos.
Personalmente, preferiría estructurar el juego de la forma siguiente. Para evitar que los jugadores se den cuenta de que solamente se va a jugar con una U. , el equipo de árbitros puede presentarse como los jugadores adversarios. Se lleva a cada jugador a una habitación oscura, con las figuras suficientes para representar su propio mando y con modelos pintados en negro para representar otras USo de cada lado vistas en la oscuridad, y un elemento de intercomunicación para conectarle con el equipo de árbitros. El juego comenzaría en el tiempo real, seleccionando opciones de un menú de órdenes tácticas y acciones personales, y poniéndolo en conocimiento de los árbitros por el sistema de comunicación. Estos últimos proporcionarían un descriptivo «caudal de conocimientos», de lo que cada jugador podría oír y ver la actuación de los miembros de la U., y empleando los elementos de «efectos especiales» adecuados, tales como disparos de mosquetería grabados, se producirían los efectos de sonido que darían una perspectiva auditiva. Se dejaría para los jugadores el poner al día sus figuras para representar las formaciones del momento y el estado de su U.; los árbitros le asignarían el movimiento y los combates en un mapa general, sobre el que se indicaría el progreso de las USo del jugador, junto a las maniobras históricas del resto de las Uso que participaron esa noche. Para controlar la acción sería mejor emplear el «Free Kriegsspiel» en vez de reglas rigurosas. Con tal de que los árbitros tengan un conocimiento suficiente de las armas y maniobras tácticas napoleónicas, y hayan estudiado el enfrentamiento cuidadosamente con anterioridad, no tendrán ninguna dificultad en llevar el juego satisfactoriamente.
Una alternativa adicional podría ser que, en lugar de jugar ambos lados, los participantes asuman los papeles de los jefes de destacamento/ Bón. de un sólo bando, mientras que los árbitros controlan las fuerzas del otro de acuerdo con los sucesos históricos. Las Uso enemigas sólo aparecen encima de la mesa cuando quedan a la vista de las del jugador, o cuando revelan su presencia abriendo fuego. El reconocimiento de las USo enemigas se haría como se ha descrito anteriormente.
Unjuego de comité alternativo se podría basar en el Consejo de Guerra que hubo el 8 de enero. Los jugadores asumen los papeles de los Ofs. que tuvieron que decidir si efectuar o no un nuevo ataque a la posición de ]ackson tras la muerte de Pakenham: el GD. ]ohn Lambert, en aquel momento al mando del E. británico; el Coro ]ohn Fax Burgoyne, jefe de Ingenieros; el Alm. sir Alexander Cochrane y su «Capitán de la Flota» Uefe de E.M.), sir Edward Codrington; el Cte. Duncan Macdougal, ayudante de campo de Pakenham; el Cte. Henry Smith, ayudante general de Pakenham. .
Cada jugador recibe una nota personal conteniendo las notas biográficas sobre su carácter, detalles de sus experiencias en la campaña y una guía de las opiniones que debería expresar en el Consejo de Guerra. La tesis de Wilburt S. Brown resume las posiciones individuales, mientras que la «Autobiography of Lieutenant General sir Harry Smith» ofrece una narración del participante en la reunión (en la que el autor se presenta a sí mismo dirigiendo el debate, aunque era el de empleo más moderno de los presentes -buena inspiración para el jugador que represente a Smith, si no hay otra cosa). El árbitro juzgará el éxito de los jugadores, tanto en sus actuaciones como en los caracteres asumidos, y en la presentación de argumentos coherentes. Podrían darse premios a las mejores representaciones. La discusión debería terminar en la decisión de retirada, pero si no ocurre así, debería exigirse a los jugadores el esquema de un plan para las futuras operaciones, que podría jugarse en otra ocasión.
Finalmente, el juego de la guerra ofrece la
EL JUEGO E LA GUERRA DE NUEVA ORLEANS
oportunidad de investigar qué hubiera ocurrido al final de la campaña de Nueva Orleans si se hubieran tomado diferentes decisiones, o si hubieran ocurrido algunos sucesos de forma diferente. Algunos escenarios obvios de «historia alternativa» serían:
1) Un juego de la campaña en el que los británicos no se vean obligados a enfrentarse en la zona del arroyo Bienvenue y el canal Villeré, p ero que puedan, por ejemplo, entrar por el lago Pontchartrain acercándose a la ciudad por una ruta diferente.
2) Un juego táctico en el que el reconocimiento en fuerza de Pakenham el 28 de diciembre de 1814 desemboque en un ataque a gran escala a la Línea]ackson.
3) Un juego táctico del Gran Asalto en la mañana del 8 de enero de 1815, en el que el ataque del Tcol. Thornton a la orilla oeste del Misisipí no se retrasa, sino que consigue hacerse con la posición del Gral. Margan antes de que Pakenham lance el ataque principal en la orilla izquierda; el Tcol. Mullins y el 44 proporcionan las escaleras y fajinas de madera, por lo que los grupos de ataque consiguen escalar el parapeto norteamericano.
Estos juegos pueden parecer extremadamente divertidos, pero los resultados no deben considerarse como especulaciones «a tener en cuenta» en los temas, ni en este ni en otros libros de la campaña. Los juegos de la guerra son distracciones y no experimentos científicos, que (afortunadamente para los participantes) nunca pueden llegar a reproducir el dolor, terror y sufrimientos que padecieron todos los que siguieron a Pakenham al canal Rodríguez .. .
95
E ÉRCITOS y BATALLAS
BATALLAS DE LA HISTORIA presenta, de una forma precisa y rigúrosamente documentada, los confiictos que, por la originalidad de sus estrategias, por su interés histórico o por la singularidad del desarrollo de la contienda, son fundamentales en la historia de la guerra. A través de 90 ilustraciones, gráficos y mapas . de la batalla en tres dimensiones, cada uno de estos libros contiene una descripción detallada de las tácticas utilizadas por los estratega? y de las circunstancias y evolución de la lucha.
TROPAS DE ELITE repasa la composición, las características, los uniformes, el equipamiento y la evolución de las intervenciofles armadas de los cuerpos militares más famosos del pasado y del presente. Los hombres mejor preparados de los ejércitos de todos los tiempos vistos a la luz de sus espectaculares acciones, de sus dirigentes más célebres y de las contiendas en las que hicieron historia.
9 788471384723 000'1
edi'ciones delp rado