Dossier n° 2 (semaine du 07 au 12 octobre 2013) DEMOCRATIE ... · según la calificación de José...
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IHEAL Premier semestre 2013-2014 Les Grands Enjeux de l’Amérique latine. Travaux dirigés Master 1 (B. Beaufort, M.N. Carré, F. Dansilio, H. Veber)
Dossier n° 2 (semaine du 07 au 12 octobre 2013)
DEMOCRATIE ET REPRESENTATION Documents : - MANIN, Bernard, « Métamorphoses du gouvernement représentatif », in Daniel Pécaut, et Bernardo Sorj, Métamophoses de la représentation politique au Brésil et en Europe, Paris, Ed. CNRS, p31-71. - VAN EUWEN, Daniel « Elections et instabilité démocratique en Amérique latine » in Jean Michel Blanquer et al., Voter dans les Amériques, Paris, IHEAL, La Documentation française, 2005, p187-196. Document d’actualité : - AROCENA, Felipe, “Uruguay a la vanguardia de América Latina”, Brecha, 27/09/13, http://brecha.com.uy/index.php/contratapa/2538-uruguay-a-la-vanguardia-de-america-latina - CORONATO, Adolfo, “Disección del kirchnerismo” Ñ Revista de Cultura - Clarín, 05/09/13, http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/politica-economia/Diseccion-kirchnerismo_0_984501565.html - MONTES, Rocio, “El movimiento de estudiantes chilenos marca la campaña presidencial en Chile”, El país, 13/04/13 http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/13/actualidad/1365815591_316625.html
Carte:
- VELUT, Sébastien, « Carte : La féminisation des parlements nationaux » dans « Citoyenneté et démocratie », in VELUT, Sébastien (coord.), L’Amérique latine, Paris, SEDES-CNED, 2005, p.226. Sujet de Plan Détaillé : « Les démocraties latino-américaines sont-elles représentatives ? » Bibliographie : - COMBES, Hélène, « Faire parti(e) : construction et positionnement du PRD ds le système politique mexicain », Revue Internationale de Politique Comparée, Vol. 12, n°3, 2005, p 331-345. - GOIRAND, Camille, « Les gauches en Amérique latine : avant-propos », Revue Internationale de Politique Comparée, Vol. 12, n° 3, 2005, p267-282. - MARQUES PEREIRA, Bérengère, NOLSACO, Patricio (dir.), La représentation politique des femmes en Amérique latine, Paris, Bruxelles, L’Harmattan, 2001. - VELLINGA, Menno (ed.), The changing role of the State in Latin America, Westview press, Boulder, 1998.
- RECONDO, David, “Pétrodollars et politiques sociales, in Le Venezuela : au-delà du mythe, Paris, Les Editions de l’Atelier/ Editions ouvrières, p45-57 - COMMET, Mathieu, « Une révolution dans la Révolution ? Mobilisations collectives et démocratie participative dans les barrios de Caracas », in Le Venezuela : au-delà du mythe, Paris, Les Editions de l’Atelier/ Editions ouvrières, p105-128
30Septiembre2013
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Uruguay a la vanguardia de América Latina ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN EN 27 SEPTIEMBRE 2013 ESCRITO POR: FELIPE AROCENA*
MARCHA. FOTO: FEDERICO GUTIERREZ
Uruguay, pequeño país de Sudamérica con tres millones de habitantes, ha sorprendido al mundo una vez más por dos leyes aprobadas en 2013: la del matrimonio de personas del mismo sexo y la de la regulación de la marihuana; si a estas dos le sumamos la ley de despenalización del aborto votada en 2012, no sería desacertado decir que el país se ha ubicado en la vanguardia de Occidente.
Según el artículo 1 de la ley de matrimonio igualitario, ahora en este país: “el matrimonio civil es la unión permanente, con
arreglo a la ley, de dos personas de distinto o igual sexo”. En el mes de agosto de 2013, conforme a esta nueva norma, se realizó
el primer casamiento entre dos hombres, al que siguieron otros, tanto entre hombres como entre mujeres. Además de Uruguay
hay dos países sudamericanos con esta legislación: Brasil y Argentina (los tres son vecinos y con fronteras terrestres entre sí);
solamente otros doce estados en el mundo aceptan oficialmente el matrimonio gay: Suecia, Noruega, Francia, España, Islandia,
Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Dinamarca, Portugal, Canadá y Sudáfrica (con amplia mayoría de Europa occidental); en
México, Estados Unidos de América y en el Reino Unido este derecho existe solamente en algunos territorios. Si aceptamos,
según la calificación de José Guilherme Merquior, que América Latina es el otro Occidente, parece que el matrimonio
homosexual hasta ahora es una cuestión casi exclusivamente occidental, con seguridad debido a la secularización más
pronunciada en esta región, su proceso de modernización y de expansión de derechos.
El proyecto de ley de regulación de la marihuana obtuvo media sanción en la Cámara de diputados y se espera que el Senado lo
vote en breve para que se convierta en ley. Según éste: “el Estado asumirá el control y la regulación de las actividades de
importación, exportación, plantación, cultivo, cosecha, producción, adquisición, almacenamiento, comercialización y
distribución de ca-
nnabis y sus derivados”. Se admiten también los clubes de cultivadores de marihuana y el cultivo doméstico de hasta seis plantas
por hogar. Ningún otro país en el mundo le ha otorgado al Estado el control público de la producción, distribución y venta de
marihuana. Los efectos esperados son de dos tipos. En primer lugar, alejar a los consumidores de marihuana del narcotráfico y
del ambiente de inseguridad y violencia al que está asociado. En segundo lugar, comenzar una estrategia inédita para combatir
al tráfico de drogas. El presidente uruguayo José Mujica sostiene que, si durante décadas la represión no mostró avances,
entonces llegó la hora de ensayar nuevas soluciones. En caso de que la iniciativa del laboratorio uruguayo arroje resultados
positivos, el resto de los países americanos –que ya están estudiando alternativas en la Organización de Estados Americanos–
seguramente la pensarán seriamente.
En 2012 Uruguay también aprobó la ley de interrupción voluntaria del embarazo, en cuyo artículo 2 dice: “la interrupción
voluntaria del embarazo no será penalizada (...) durante las primeras doce semanas de gravidez”. En este caso también es uno de
los pocos países de Latinoamérica en haber reconocido el derecho de las mujeres a abortar (junto a Cuba, Guyana, Puerto Rico y
Ciudad de México). La sola voluntad de la mujer es suficiente para que todas las instituciones de salud del país brinden este
servicio. El Parlamento ya había votado esta ley cinco años atrás pero el presidente anterior, Tabaré Vázquez, médico oncólogo
de profesión, la vetó. Entre la exposición de motivos a favor de la ley hay dos argumentos centrales. En primer lugar el derecho
de la mujer a decidir sobre su embarazo y en segundo lugar terminar con la red de clínicas clandestinas que vendían abortos y
ponían en riesgo la vida de las mujeres que menos ingresos tenían para poder pagar los procedimientos de mejor calidad.
Estas tres leyes han sido aprobadas porque el Parlamento actual tiene mayoría absoluta oficialista del Frente Amplio. Este
partido gobernante, en verdad una coalición de partidos y grupos que van desde el centro a la izquierda, fue creado en 1971 y
logró por primera vez el poder político en 2005, ganando nuevamente las elecciones en 2009. El grado de apoyo a las leyes entre
la oposición varía. Mientras que la de matrimonio igualitario contó con un sustento masivo de los legisladores, las otras dos han
sido mucho más controvertidas y prácticamente la mitad se opuso a ellas. Esas diferencias reflejan lo que ocurre entre la
población.
Está claro q
legislativa le permite llevar adelante iniciativas con el voto solamente de sus parlamentarios. Pero esta sería apenas una
explicación superficial; en un nivel más denso y sociológico
ue estas normas se explican porque el país tiene un gobierno de izquierda desde hace ocho años y su mayoría
por lo menos cuatro dimensiones relevantes para entender mejor esta situación. La primera es que la sociedad
Doctor en sociología, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar.
http://brecha.com.uy/index.php/contratapa/2538-uruguay-a-la-vanguardia-de-america-
–recordemos a Clifford Geertz–, ¿cuáles serían las fuerzas más profundas de la sociedad uruguaya que se expresan en ellas?
¿Cómo entenderlas en un país que suele definirse culturalmente conservador y que tiene una de las poblaciones más envejecidas
del continente?
Hay uruguaya es
una de las más seculares del continente y probablemente del mundo. Como escribió el historiador Carlos Real de Azúa, Uruguay
es la estrella más apagada del firmamento católico latinoamericano. La segunda es que el país ya tuvo un período a comienzos
del siglo xx en el que adoptó una legislación vanguardista para la época, eliminando la pena de muerte (1907), aceptando el
divorcio por sola voluntad de la mujer (1913), garantizando la jornada laboral de ocho horas (1915) y aprobando el sufragio
femenino (1927). Tanto avanzó en las primeras décadas del siglo pasado que muchos se alarmaron porque el país se estaba
convirtiendo al socialismo. La tercera es que a pesar de que la población es comparativamente envejecida, buena parte de ella se
hizo adulta absorbiendo la revolución cultural, sexual y política de la década del 60. En cuarto lugar, el país pasa por uno de los
períodos más positivos en muchas décadas: su democracia política es completa (según todos los índices internacionales de
democracia existentes); la economía se ha desarrollado a un promedio cercano al 5 por ciento anual en la última década; y la
sociedad se ha hecho más igualitaria y menos pobre por el efecto de fuertes políticas sociales de redistribución de la riqueza. Un
tiempo solamente comparable al que tuvo, justamente, a comienzos del siglo xx, cuando se lo calificaba como uno de los
primeros estados de bienestar creados en el planeta.
Es muy probable que el resto de los países occidentales adopten en el futuro cercano medidas muy semejantes a las analizadas, y
por eso no es desacertado estimar que Uruguay está abriendo caminos en la expansión de derechos. Al contrario, sería muy
extraño que estas leyes se repitan en otras partes del mundo, porque desde configuraciones culturales muy diferentes se las
interpretará abominables.
latina
Revista de Cultura
Lunes 30 de septiembre de 2013, 09:19hs. Política y Economía
Disección del kirchnerismo El libro de Alejandro Katz critica con dureza al gobierno, pone en duda los logros, concluye que es reaccionario y que Sólo le interesa el poder. Además, una entrevista con el autor.
POR ADOLFO CORONATO
Pareja presidencial. Muñecos exhibidos en la Casa del Bicentenario. MÁS INFORMACIÓN
“El kirchnerismo deja un gran vacío”
El kirchnerismo ha muerto”, afirma el sociólogo y escritor Alejandro Katz. Y en buena medida, la obra que acaba de alumbrar simboliza una autopsia contundente e implacable de ese experimento político. Aparecido dos meses antes de su debacle en las elecciones primarias, su ensayo El simulacro. Por qué el kirchnerismo es reaccionario(Planeta) desnuda el revés de la “década ganada”, desenmascara el discurso “progresista” que encubrió sus políticas retrógradas y desmenuza una deriva plagada de autoritarismo y corrupción que no logró ocultar su enloquecida máquina de poder.
Con todo, quizá la clave principal de su trabajo sea esa disección del kirchnerismo como uno de aquellos rasgos de la vida pública argentina que nos impiden pensar el futuro y nos condenan a la repetición de la caída y la descomposición. Katz ubica el comienzo del declive económico argentino en 1913, y el de la pobreza estructural en 1974. Y entre las visiones de futuro construidas con imágenes arcaicas, cita el país agrario de fines del siglo XIX; el peronismo de 1945; la vagüedad “revolucionaria” de 1973; el modelo neoliberal de 1990 y, aun, el que por estos días intenta perpetuar el presente en lo que ya es, inexorablemente, una imagen del pasado.
La dirigencia política estuvo y está bajo el fuego de creencias en forma de “mesianismo” –afirma– o de una conciencia escatológica trasplantada a la vida secular. Desde Yrigoyen hasta hoy, con excepción de Frondizi y Alfonsín –salvedad que explica en parte el fracaso de sus gobiernos, dice– los liderazgos parecen responder a sectas medievales, de modo que la política se convirtió en una subrogación de la religiosidad. Ocurre que la política argentina del siglo XX se apartó de la política radical europea del siglo XIX, que convocaba doctrinas ideológicas en reemplazo de formas
celestiales de pensamiento social. Toda la política del último siglo –opina– se ha movido entre un pasado mítico y la búsqueda de una redención, no en pensar el futuro: “Síganme, no los voy a defraudar” o “Cristina eterna” son el presente interminable en que se produce la Revelación, el tiempo en que los profetas piden un acto de fe. Pero “revelación” significa “apocalipsis”, señala. Por eso el largo presente del último siglo –interpreta– ha sido una sucesión de pequeños Apocalipsis: golpes de Estado, bombardeos, devaluaciones, asesinatos, hiperinflación, desapariciones, torturas… Cada diez años, más o menos se produce un Gran Estallido que sella el fin de cada profecía, hasta que surge un nuevo profeta que promete la redención.
Según Katz, al interrogar la actualidad esto que llamamos kirchnerismo no es ajeno al paladar con el que hemos degustado otros fracasos: sus genes ya estaban presentes en nuestra base social. Lo específico –dice– hay que buscarlo en su discurso, en sus estrategias de poder y en su relación con la verdad. O mejor, en su indolencia ante la verdad, lo que en su libro describe como el simulacro.
Si bien sostiene que el kirchnerismo es incompetente y corrupto, Katz considera que su rasgo distintivo es la mentira. La mentira está en todo: biografías, estadísticas, obras inexistentes, en los datos de la pobreza… Esa sucesión permanente de conductas hipócritas –acota– configura un simulacro. O sea, un intento de sustituir la realidad por un puro discurso. Pero a veces la realidad se opone al simulacro como un obstáculo insalvable: los trenes chocan, las ciudades se inundan, la gente muere. Mientras lo real no lo desmienta con la contundencia inexorable de la muerte, el simulacro instala un presente perpetuo cuya eficacia se mide por la capacidad de sustentar el poder y hacer girar el discurso público en torno suyo. Dice Katz que el simulacro es una trampa, que tiene a la sociedad como primera víctima y a la oposición política como comparsa. Así pasó con la ley de medios o con el intento de reforma judicial. De hecho, el voto a la estatización de Aerolíneas o YPF en nombre de la supuesta soberanía nacional, significó una transferencia de recursos a un gobierno que los utilizó sin control, mientras se negaba a la sociedad discutir un mejor sistema jubilatorio.
Otro tanto ocurrió –sostiene– con el ideario progresista, cuya titularidad reclama el gobierno para sí desde 2003: mezcló valores y emociones de la izquierda y de la tradición peronista, y construyó un discurso de “izquierdismo tardío” que sedujo a sectores de la clase media y mantuvo el control social de los más desprotegidos con prácticas clientelares. También pone bajo la lupa el “crecimiento, la distribución de la riqueza y el consumo” que, asegura, terminó en una monumental transferencia a los productores de bienes y servicios y una mayor concentración de la riqueza. Otro tanto pasó con la educación, quizás el sector más desatendido en la última década, o con la vivienda. Por todo esto, concluye que el kirchnerismo es reaccionario; que al agudizar la distribución desigual de la riqueza y concentrar el poder político, echó las bases para un régimen autocrático cada vez más ineficiente y autoritario.
Otro rasgo que define ese carácter es haber terminado con la movilidad social ascendente. Y haber favorecido una estratificación que va desde los barrios privados a los monocultivos que expulsan a pequeños propietarios; desde la primarización productiva a las actividades puramente extractivas, hidrocarburíferas y de la minería, que avasallan pueblos indígenas, destruyen la diversidad biológica y modifican el clima. Un presente perpetuo –concluye– donde la única conducta posible es consumir el futuro.
Al abordar la división social que hoy atraviesa lazos familiares, amistades y relaciones profesionales, Katz penetra en el bando de los adeptos y encuentra allí dos perfiles: el de los creyentes y el de los cínicos. Para los primeros, lo valioso del kirchnerismo es haber hecho renacer el sentimiento de una causa: más que por ideología, estos setentistas no resignados están allí por haber reencontrado un motivo para luchar. Algo parecido les ocurre a los jóvenes surgidos de la crisis de 2001, que buscan reconvertir la frustración en posibilidad. No es el caso de los cínicos, los grandes autores del simulacro. Semejantes a los burócratas de los países ex comunistas –dice– estos funcionarios son
capaces de adueñarse de lo que era común, enriquecerse o perpetuarse en el poder violando reglas elementales de la política y de la moral.
Afirma Katz que el kirchnerismo no tiene una teoría de la sociedad, que sólo puede ser, necesariamente, una teoría histórica. De ahí que la memoria, otro de los íconos de su catecismo, haya sido manipulada para controlar el relato del pasado, en vez de objeto de conocimiento y exploración colectiva. Al elegir la recordación mitificada de unas víctimas setentistas –dice– se anuló la distancia entre diferencia de opinión y lucha sangrienta, y quedó anulada la pregunta por la responsabilidad de la violencia y el lugar de la política. Más que recordar, el propósito de esta manipulación fue velar el hecho de que en nombre de valores honrosos se cometieron y celebraron crímenes abominables. Al convertir a las víctimas de la represión del Estado en los héroes de la lucha política, absolviéndolos de la responsabilidad que tuvieron en la historia compartida, se omitió la fenomenología concreta de sus prácticas, no ya la capacidad de morir por esos ideales, sino la voluntad homicida de matar por ellos. Es –opina– una memoria peligrosa, que pacta con la muerte al festejarla y forma parte de una estrategia facciosa.
Para el autor, el kirchnerismo desarrolló una morfología propia: es “como” un partido de Estado, pero sin partido y contra el Estado. Lo que resulta es una enloquecida máquina de poder que se retroalimenta a expensas del Estado y de la sociedad. De allí provienen los reiterados fracasos de gestión, su pulsión por cubrirlo todo y no dejar nada fuera de control. Con todo, Katz va más allá del kirchnerismo y se dirige a una sociedad que no está en buena posición para pensar el futuro. Sería equivocado atribuirle toda la responsabilidad: la caja de herramientas de la política argentina está oxidada, su lenguaje no expresa el mundo actual y mucho menos el mundo por venir.
http://www.revistaenie.clarin.com/ideas/politica-economia/Diseccion-kirchnerismo_0_984501565.html
El movimiento estudiantil marca la campaña presidencial en Chile Los jóvenes muestran su fuerza en una de las marchas más masivas desde 1990
Bachelet, candidata del centroizquierda, propone una reforma tributaria para financiar la educación pública
Los estudiantes reafirman su independencia de la clase política y los postulantes a La Moneda
El Senado decidirá la suspensión del ministro de Educación de Sebastián Piñera
ROCÍO MONTES Santiago de Chile 13 ABR 2013 - 03:13 CET72
Protesta estudiantil en Santiago de Chile este jueves. / M. B. (AFP)
El movimiento estudiantil chileno, que marcó 2011 y destapó la crisis de la educación pública en el país
sudamericano, mostró su fuerza este jueves con una marcha de 150.000 personas en Santiago, según los
cálculos de la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECh). La protesta se produjo justamente cuando
arranca la campaña presidencial con miras a las elecciones de noviembre y a seis días de que el Senado defina
si destituirá a Harald Beyer, el ministro de Educación del Gobierno de derecha de Sebastián Piñera.
La movilización nacional, la primera de 2013, fue convocada por los universitarios y apoyada por alumnos de
instituciones privadas, organizaciones de secundarios, el Colegio de Profesores, asociaciones de padres y
funcionarios de la salud. Los estudiantes marcharon por las principales ciudades del país, sin que se registraran
enfrentamientos importantes con la policía, en demanda de una educación pública gratuita y de calidad.
La consigna de los jóvenes fue similar a la de hace dos años: “La educación no se vende, se defiende”. Un
vídeo de un conocido comentarista deportivo chileno sirvió para la convocatoria, una de las más masivas desde
el regreso a la democracia en 1990.
Los problemas que enfrenta la educación pública se han instalado con fuerza en la agenda política de Chile
desde hace un par de semanas. La expresidenta socialista Michelle Bachelet regresó a Santiago a fines de
marzo y su anuncio de repostulación a La Moneda marcó el comienzo de la carrera presidencial. En su primera
actividad como candidata, después de dos años sin referirse a la contingencia local, la ex directora de ONU
Mujeres se adelantó a la marcha de los estudiantes y anunció que su prioridad será la educación en caso de ser
reelecta.
“Es el momento de cambios estructurales (…) El primer proyecto que voy a enviar al Congreso pondrá fin al
lucro y avanzará en la gratuidad de la educación en todos sus niveles”, señaló la expresidenta, que presume de
una intención de voto de un 52%. La ex jefa de Estado, sin embargo, precisó días después que los estudiantes
que provengan de familias de altos ingresos deberán costear sus estudios: “Personalmente, creo que yo puedo
pagar la universidad de mi hija. Esa es mi opinión personal”.
La definición de Bachelet encendió el debate y los otros candidatos a La Moneda reaccionaron con sus propios
anuncios en materia educativa. Los estudiantes, sin embargo, mostraron su desconfianza hacia la
expresidenta: el movimiento estudiantil defiende el principio de gratuidadcomo un derecho para todos los niños y
jóvenes, independientemente de la situación socioeconómica de sus padres.
Los dirigentes han procurado mantenerse distantes de la clase política. Bachelet anunció una reforma tributaria
el lunes pasado, sobre todo para financiar el sistema público de educación, pero la medida tampoco fue
suficiente para seducir a los líderes estudiantiles. Los jóvenes marcaron una nueva señal de independencia en
la protesta de este jueves: salieron a las calles con carteles contra la exmandataria (“Ya no te creo Michelle) y el
presidente (“Me declaro inocente. Yo no voté por Piñera”).
Los protestantes aprovecharon la movilización para criticar la utilización electoral del problema. “El movimiento
no va a permitir que sus demandas sean modificadas y que la discusión sea manoseada”, dijo Andrés Fielbaum,
presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh), la principal universidad pública
del país. “La marcha ratifica la autonomía política frente a los últimos ofertones electorales”, agregó Gabriel
Boric, ex titular de la FECh.
Los líderes estudiantiles también observan con escepticismo el camino que han tomado sus
antecesores. Camila Vallejo y Giorgio Jackson, figuras de las movilizaciones de 2011, decidieron postular al
Parlamento en las elecciones de noviembre.
El movimiento mostró su fortaleza en un momento político crucial: el Senado decidirá el miércoles próximo si
destituye al ministro de Educación, Harald Beyer. La Cámara Alta será jurado de una acusación constitucional
aprobada por los diputados que le imputa no haber ejercido su papel de fiscalizador contra el lucro. De acuerdo
a la ley chilena, las instituciones que se dedican a la enseñanza no pueden ganar dinero con su labor, aunque
durante 30 años las autoridades permitieron que la educación se transformara en un excelente negocio.
La oposición aprobó la acusación por la presión de los estudiantes y todo indica que los senadores de la
coalición harpan valer su mayoría y sacarán del Gobierno al ministro Beyer, un investigador respetado
transversalmente. El caso tiene precedentes: en 2008, la titular de Educación de Bachelet, Yasna Provoste, fue
destituida por el Parlamento, acusada de negligencia por irregularidades.
El Gobierno definirá este fin de semana el futuro de Beyer, que está suspendido de sus funciones mientras los
parlamentarios resuelven su caso. Una de las alternativas que baraja La Moneda, que prevé que la oposición
está dispuesta a botar a su secretario de Estado, es pedirle al ministro que renuncie anticipadamente para evitar
someterlo a una sesión compleja. La destitución propinaría un golpe complejo para Piñera, que ha perdido a dos
ministros de Educación desde que estalló el conflicto estudiantil en 2011.
En estos dos años, después de las protestas de los escolares y universitarios, la justicia abrió una causa para
investigar las irregularidades cometidas en el Consejo Nacional de Acreditación (CNA), el organismo encargado
de autorizar el funcionamiento de las universidades privadas. En diciembre de 2012, el ministerio de Educación
decretó el cierre de la Universidad del Mar, una institución privada que vulneraba la legislación y lucraba con sus
estudiantes.
http://internacional.elpais.com/internacional/2013/04/13/actualidad/1365815591_316625.ht
ml