Dialnet-EstudioLiterarioDelDitirambo2DePindaroFr70BSnellMa-57958

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ESTUDIO LITERARIO DEL DITIRAMBO 2 DE PÍNDARO (FR. 70 B SNELL-MAEHLER) Antonio Villarrubia Universidad de Sevilla El propósito de este artículo es ofrecer un análisis detallado del ditirambo 2 de Píndaro. El autor estudia la estructura completa de la oda, las diferentes sec- ciones que presenta y, especialmente, el episodio mítico principal del que se sir- ven Píndaro y Baquílides. Finalmente, se añaden algunas notas sobre esta can- ción coral en comparación con composiciones similares de ambos poetas. The purpose of this paper is to offer a detailed analysis of Pindar's Dithy- ramb 2. The author studies the whole structure of the ode, the different sections which it presents and, especially, the main mythical episode used by Pindar and Bacchylides. Finally, some notes on this choral song in comparison with similar compositions of both poets are added. 1. El ditirambo-es uno de los géneros líricos de mayor raigambre y populari- dad del mundo antiguo 1 . Debieron ser numerosos los poetas ditirámbicos, aunque no son demasiadas las composiciones que nos han llegado. Uno de sus principa- les representantes es Píndaro, de quien podemos leer parcialmente varias piezas 1 Para una aproximación general a la historia del ditirambo, cf. O. Crusius, "Dithyrambos", RE 5.1 (1903) cols. 1203-1230, A. W. Pickard-Cambridge, Dithyramb, Tragedy and Comedy (revised by T. B. L. Webster) (Oxford 1962 2 [1927]) passim y G. A. Privitera, "II ditirambo da canto cultuale a spettacolo musicale", en C. Calame (ed.), Rito e poesia corale in Grecia. Guida storica e critica (Roma-Bari 1977) 25-37 (= CeS 43 [1972] 56-66). 15 HABIS 23 (1992) 15-28

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  • ESTUDIO LITERARIO DEL DITIRAMBO 2 DE PNDARO(FR. 70 B SNELL-MAEHLER)

    Antonio VillarrubiaUniversidad de Sevilla

    El propsito de este artculo es ofrecer un anlisis detallado del ditirambo 2de Pndaro. El autor estudia la estructura completa de la oda, las diferentes sec-ciones que presenta y, especialmente, el episodio mtico principal del que se sir-ven Pndaro y Baqulides. Finalmente, se aaden algunas notas sobre esta can-cin coral en comparacin con composiciones similares de ambos poetas.

    The purpose of this paper is to offer a detailed analysis of Pindar's Dithy-ramb 2. The author studies the whole structure of the ode, the different sectionswhich it presents and, especially, the main mythical episode used by Pindar andBacchylides. Finally, some notes on this choral song in comparison with similarcompositions of both poets are added.

    1. El ditirambo-es uno de los gneros lricos de mayor raigambre y populari-dad del mundo antiguo 1 . Debieron ser numerosos los poetas ditirmbicos, aunqueno son demasiadas las composiciones que nos han llegado. Uno de sus principa-les representantes es Pndaro, de quien podemos leer parcialmente varias piezas

    1 Para una aproximacin general a la historia del ditirambo, cf. O. Crusius, "Dithyrambos", RE5.1 (1903) cols. 1203-1230, A. W. Pickard-Cambridge, Dithyramb, Tragedy and Comedy (revised byT. B. L. Webster) (Oxford 1962 2 [1927]) passim y G. A. Privitera, "II ditirambo da canto cultuale aspettacolo musicale", en C. Calame (ed.), Rito e poesia corale in Grecia. Guida storica e critica(Roma-Bari 1977) 25-37 (= CeS 43 [1972] 56-66).

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    que permiten valorar de manera aproximada su quehacer potico. El propsito deeste trabajo es realizar un anlisis detallado del ditirambo 2 (fr. 70 b Snell-Maehler), titulado El descenso de Heracles o Crbero y destinado a los tebanos(1flarbeautsi'llpatGlov[5-] f) KpBepos- 07)/3cdots-) 2 , desde el punto de vista dela tcnica, estructura y elementos compositivos. Segn algunos estudiosos, lafecha de composicin de este canto, conservado de manera fragmentaria, habra

    que situarla con posterioridad al ario 470 a.C., una vez concluida la etapa pindri-I ca en la corte de Hiern de Siracusa3.

    2. Comienza el poema 4 con una introduccin extensa y variada (vv. 1-33),cuyo texto es el siguiente:

    A' Hplv pv prre axotvorvet T' dot86tOuppfittn,

    Kai T udu KIP871A01, dvOptn-otcrtv Int, CrT011TNP,8tairrr[r]a[vrat ....... [....[

    5 K0L01 Wat [....E]18reso' ay Bpopov [re-drvKat n-ap o-Kln-T]ov ZL Ozipav6atl/ peypots- ro-ravrL. crepv'd pv KarpxetMarpt n-p peykt 66pPot Tvirvwv,

    10 l/ 8- Kx.1a8[Ev] Kprcur alOopva TE8ats- bn-6 ave9aikit n-eKats--

    v 6- Nai6tv prSovn-ot arovaxapavat dAaAct T' pverat AtIbaxevtcrin, KAvtp.

    15 v 8' 6 n-ayKparr)s- Kepavv dpn-vtovn-fip KeKvlrat r 7'1 'Etnia/Voy

    dilKfo-o- [Tic Hall6o[s-] alys-pvptv 950oyyeerat tedian/di-s. 8paKvrttni.Alpa 6' eto-tv vAprepts- don-oils Ceb-

    20 eata' v pral"5-.BaKxats 0 -11,1ov Acvraw a[uuuu-

    2 El texto de los poemas griegos procede de la conocida edicin de B. Snell-H.Maehler, Pindaricarmina cum fragmentis. Pars I. Epinicia (Leipzig 1984), Pars II. Fragmenta. Indices (Leipzig 1975);en concreto, el ditirambo 2 (= fr. 70 b Snell-Maehler) aparece en el segundo volumen (pp. 73-75).Cabe mencionar que B. P. Grenfell propone como ttulo Opauiis ` Hpatolij-s- Kpfkpos-: cf. U. vonWilamowitz-Moellendorff, Pindaros (Berlin-Zurich-New York 1966 [Berlin 19221) 345. Otros propo-nen slo 'HpairAils- i Kpfiepos- 1977flatots-. cf. C. M. Bowra, Pindari carmina cum fragmentis (Oxford1988 [1947 2]) 215.

    3 Cf. B. Snell-H. Maehler, op. cit. (II) 73.4 El ditirambo 2, transmitido parcialmente tanto por tradicin directa como indirecta, es el resul-

    tado de unir varios fragmentos y escolios: /19 (= P.Oxy. 13.1604), frs. 79, *208, *323, *249 a-b y 81.Cf. B. Snell-H. Maehler, op. cit. (II) 73-75.

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    8 tayldrat xopeuocratat Ka[i eri-pay y-Aats-. pe- 8' atpero[v

    KpvKa uocli Trtl,25 MoIa' vcrrao-"E/USt Ka[A]A[txptp

    etixpevov Pptaapttrots- o[u (*Wats-,1-v0a 17-490' Aptovav [O]pa ya[pervK8mov titIrt7[Acti]s- irpard8e-c4at Aaxelv Ke8-

    vv- zI[t]s- 8' K[ovoev MpOv,30 Kat rK' ebbob[v mol vOptn-o[ts- ye-vev.

    At6vuu[1". B.[ y. r[Jy[par[pn-e-t.[

    3. La introduccin recoge una serie de motivos que le imprime al ditirambo untono ligeramente arcaizante, pero frente a otros de carcter meramente cultual dacabida a diferentes elementos compositivos. Dioniso no recibe el homenaje de unpoeta alejado del mundo que representa, sino de un cantor que pretende aunar losmundos olmpico y dionisaco 5 . Esta seccin inicial presenta tres partes: 1. Consi-deraciones en tomo al ditirambo y ceremonia bquica (vv. 1-23a), 2. Reflexin po-tica y mito colateral (vv. 23b-30) y 3. Invocacin a Dioniso (vv. 31-33 y ss.).

    4. En la mencin del ditirambo seala Pndaro una cierta evolucin del gne-ro (77-pvl[viv]) (vv. 1-5a). Anidan en su poesa pretensiones de innovacin: 1. Porun lado, frente a la excesiva amplitud de frases e historias defendera la mesura enambos puntos e intentara utilizar en la composicin un elemento coral extemomayor que el empleado hasta entonces -a ello deben referirse trminos como prrey 0-x01Po-rema-. Pero, a nuestro juicio, teniendo en cuenta sobre todo un sintag-ma como uxot1'orvet...ot8 StOirpmlov, se aludira en particular a la rigidezdel antiguo ditirambo, falto, por lo dems, de elementos compositivos variados sise compara con el ditirambo posterior, que podra impedir la evolucin del gnero.2. Y, por otro lado, de manera concisa se recuerda un rasgo fonolgico arcaizantey rechazable, la presencia de la antigua "san", caracterizada aqu como 43877,10v,que ya poetas como Laso de Hermone en un intento de innovacin dejaban de uti-lizar conscientemente -al identificarse este sonido con la "sigma", las composicio-nes carentes de l se conocan como dm. ypoL 6-.

    5 La primera es la opinin de U. von Wilamowitz-Moellendorff, op. cit. 46, la segunda de G. A.Privitera, Dioniso in Omero e nella poesia greca arcaica (Roma 1970) 120-121.

    6 La obra potica de Laso de Hermone se caracteriz por la ausencia de la letra "san", nombreantiguo drico de la "2" -en un principio "C"-, que luego fue llamada "sigma". Una de sus composi-ciones ms conocidas, Los centauros (fr. 704 PMG), habra presentado dicha peculiaridad: vanse lostestimonios de Aristxeno de Tarento (fr. 87 Wehrli [Ath. 11.30 (467a)]), Clearco de Solos (fr. 88Wehrli [Ath. 10.82 (455c)]) y Dionisio de Halicamaso (De Comp. 14 [55]). Para una aproximacin aesta oda y a los versos 1-5a en particular, cf. U. von Wilamowitz-Moellendorff, op. cit. 341-348, esp.

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    Pero la intencin del poeta de Tebas parece ser la de marcar con precisin losrasgos llamativos de un tipo concreto de composicin en cuya renovacin se em-pea. No obstante, debido a los escasos elementos de juicio con los que contamos,es difcil saber el alcance de dicha remodelacin. Si recordamos que la gran apor-tacin de Laso fue la introduccin de temas mticos diversos de marcado carcternarrativo y que frente al exclusivo gusto por el relato largo que predomina en Es-tescoro y la preponderancia del texto que iba a defender Pratinas de Fliunte pre-tende combinar el texto con el acompaamiento musical de la oda, producto estavez de una elaboracin mayor, parece que Pndaro no se aleja demasiado de estaconcepcin potica y nada mejor para demostrarlo que la inclusin de una escenafestiva de carcter mimtico 7.

    Pndaro, al menos en los fragmentos conservados, muestra cierto apego al tonodionisaco. Ello no es obstculo para tomar en consideracin las innovaciones delgnero, razn por la que se sirve de un verbo como 8tarrir[T]a[vrat] e introduceun sujeto perdido cuya calificacin es IV-al, posiblemente nillat, que daran entra-da a nuevos aires en los "crculos" dic-IKAotal) 8.

    5. Uno de los momentos de mayor relieve es la ceremonia religiosa (vv. 5b-23a). En primer lugar (vv. 5b-8a), se enmarca la escena: se trata de una ceremoniaen honor de Bromio (dav Bpoi.dov [TeAdTv) que organizan junto al cetro deZeus (n-apd cricairnlov ts) los Urnidas (OripavSat) en el palacio (ji,ypots.): el lugar elegido es una muestra palmaria del poder de Dioniso. Con lamencin directa de este dios -aqu Bromio (el Estruendoso)- queda impregnada laoda de un tono arcaico 9.

    342, C. M. Bowra, Pindar (Oxford 1971 [19641) 194-195 y G. A. Privitera, "L'asigmatismo di Laso edi Pindaro in Clearco fr. 88 Wehrli", RCCM 6 (1964) 164-170, Laso di Ermione nella cultura ateniesee nella tradizione storiografica (Roma 1965) y op. cit. (1970) 120-131. Para el significado de Jorre, cf.S. Nannini, Simboli emetafore nella poesia simposiale greca (Roma 1988) 45-46.

    7 El carcter mimtico propio de estos versos aparece reflejado tambin en otras composicionespindricas: cf. frs. 75 y 107 a-b Snell-Maehler.

    8 B. P.. Grenfell y A. S. Hunt, seguidos por C. M. Bowra, proponen la siguiente lectura de losversos 4-5a: Stan-trra[vrat St' veiv iporsitzbAa[t Kt-]1KAoto-t Wat (cf. B. Snell-H. Maehler, op. cit.[II] 74). La metfora de las puertas como motivo literario indica las nuevas opciones que se presentan:cf. B. fr. 5 Snell-Mehler. Los "sagrados crculos" aluden a los coros circulares propios del ditirambo,introducidos segn unos (Sch. Ar. Av. 1403) por Laso de Hermone y segn otros (Sch. Pi. 0. 13.26)por Arin de Metimna -cuyas innovaciones seguira el anterior- y muy utilizados por Simnides deCeos (fr. 79 Diehl).

    9 P. Maas suple laxar' en el verso 5b (cf. B. Snell-H. Maehler, op. cit. [II] 74). Se acenta asel tono dionisaco y exhortativo de la introduccin; recordemos la antigua relacin del verbo laxavcon el nombre -lavas-, un epteto de origen tico -eleusino y ateniense- que se aplica al dios Dioniso,de origen tebano. La explicacin ms conocida de la epclesis Bpptos- se encuentra en un pasaje de laobra de Diodoro (4.5.1). Por su parte, el, trmino re-AErd en la poesa de Pndaro apunta tanto a cere-monias festivas del tipo de los Juegos Olmpicos como a las ceremonias rituales y mistricas. Paraestas cuestiones puede consultarse E. R. Dodds, Euripides. Bacchae (Oxford 1966 [19602]) 165-166,74-75/82-83 y 75-76, respectivamente.

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    En segundo lugar (vv. 8b-21), se ofrece la descripcin festiva propiamentedicha con las menciones de varios elementos cultuales y de diferentes Urnidas1.Junto a la Gran Madre, diosa presente ya en la tradicin creto-micnica, relaciona-da con la anatolia Cbele (o Cbebe) y luego asimilada a Demter, dan la seal delcomienzo (KaTpxe-t) las ruedas de los timbales (Apflot Tvn-mov). Los timbales(Tb[p]irava) y los cmbalos (KtpfiaAa) sirven de acompaamiento a su cortejo,que tiene -y ello es interesante- puntos en comn con el ritual dionisacoll

    Recogiendo la mencin explcita del lugar de la celebracin (&i/ peypots-.),presenta Pndaro un tricolon cuyos elementos constitutivos aparecen introducidospor un giro semejante, -,/ (v. 10)/r 8j... (v. 12)/v 6'... (v. 15), en lalnea de un conocido poema de Safo 12 que describe un templo de Creta ([--Tri T6v-8E] vaijovIc'lyvov) (vv. 1-2) a cuyo recinto la poetisa, que tambin celebra una fies-ta en compaa de sus amigas, ruega que acuda Afrodita, 517-74w...(y . 2)Iv 8'...(v. 5)/v 8j...(v. 9). En los versos pindricos 13 se observa, adems, la siguientedistribucin armnica: a. tras la mencin previa del sonido (,5pPot Tvn-mv) (v.9), se alude tanto al sonido (KpTan como al fuego (alOopva...8ats- -y, quizs,tambin eavOaart-) (vv. 10-11); b. se alude nuevamente a los sonidos (o-Tovaxa,aAa) y se incorpora la agitacin (ilavat, KAvq.)) (vv. 12-14); c. se produ-ce la fusin de los elementos que aluden al fuego y a la agitacin Oce-pavvs-, 77-DpKE-Kvn[rad) y se concluye con una ltima alusin al sonido (00ond(e-Tat K-av-yak-5-) (vv. 15-17).

    Es sta una escena que refleja un momento del festejo dionisaco, adornadatanto del tono esttico propio de una descripcin como del tono dinmico que en-cierran los diferentes sustantivos y verbos de la misma. Son varios los elementoscaractersticos del culto que aparecen: junto a los timbales los crtalos (KpTaX),la antorcha (5dis.), los gemidos (oTovaxa), las locuras (Impa y los gritos deguerra (ciAaAa) 14 , a los que se les une la agitacin de los altivos cuellos (AuPabxe--vc criiv KAvcr)). Adems, quedan perfectamente entrelazados el efecto del furor b-quico y las divinidades (la Gran Madre, las Nyades, Enialio, Palas y rtemis). In-teresante resulta en concreto la aparicin de la montaraz rtemis: por un lado, 54i-q5a abunda en el ritmo gil reinante en toda la seccin inicial, mientras olon-cas-

    10 Para el ritual y los elementos dionisacos, cf. M. P. Nilsson, Historia de la religiosidad griega(Madrid 1953 [. Griechischer Glaube (Bem 1950), traduccin espaola de M. S. Ruiprez]) 31-43, E.R. Dodds, Los griegos y lo irracional (Madrid 1983 [1960] [= The Greeks and the Irrational (Los An-geles 1951), traduccin espaola de M. Araujo]) 251-263 (= Apndice I: "El menadismo" [= "Maena-dism in the Bacchae", IfThR 33 (1940) 155-176]), op. cit. (1966) XI-XXXVII y passim y W. Burkert,Greek Religion (Cambridge [Massachusetts] 1985 [= Griechische Religion der archaischen und klas-sischen Epoche (Stuttgart 1977), traduccin inglesa de J. Raffan]) 161-167 y 290-295.

    11 La Gran Madre (o abele) aparece tambin en otros lugares pindricos (frs. 80, 95 y 96 Snell-Maehler). Para algunos aspectos de su figura, origen y cultos, cf. E. R. Dodds, op. cit. (1966) 76-77 y83-84 y W. Burkert, op. cit. 176-179.

    12 Se trata del fr. 2 Voigt.13 Para los versos 15-23a puede consultarse C. M. Bowra, op. cit. (1971 [1964]) 62-63.14 El grito de guerra o el alarido (/laAd, trmino de carcter onomatopyico) aparece tambin

    en el comienzo de otro ditirambo pindrico (fr. 78 Snell-Maehler).

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    marca con claridad su carcter individualista frente a la actuacin en grupo de losdems dioses -es, por otra parte, una divinidad virginal que por su continuo deam-bular por parajes agrestes en busca de caza se asemeja a las mujeres que formanparte del cortejo orgistico-; por otro lado, que sea ella precisamente la que unceal yugo mendico pyars-- Batexcus.) a los leones /le-61,77w) hay queconsiderarlo un reflejo ms del poder de Dioniso sobre los distintos seres 15

    Y, en tercer y ltimo lugar (vv. 22-23a), se apunta, a modo de conclusin ycomo sello del ditirambo tradicional, el efecto que toda la escena anterior le pro-duce al propio Dioniso, que queda encantado (6 8- taplerrat) ante la trepidacinde los dioses y el furor de las fieras: es el xtasis inicitico, que se manifiesta demanera clara en el baile ritual (xope-voo-atoz ka[i. 077-]1pul, draats-).

    6. La reflexin potica se centra en la consideracin de Pndaro como heraldode las Musas, lo que nos sita ante el tema de la inspiracin (vv. 23b-26) 16

    Puede resultar llamativa la exclusividad que se atribuye en su relacin con laMusa (jiij 8' elpe-7-o[vItcpvica o-oc7w brcov I Moro' d7,6-o-7-au"E'/U8t tea-[A]/I[txptple-iixfie-vov PpLoapprots- o[-u EtrWats) 17 . Pero ante todo Pndaro sesiente elegido (-ape-7-os.) para la misin de heraldo Ocpv" idea que tambinroza cuando ante el vaticinio de la Musa 18 o de las Pirides 19 se llama a s mismo"profeta" (77-poOd7-as-). Que comunique "sabias palabras" (o-oq5a, -n-w) noshace ver a Pndaro como opO y plantea la debatida cuestin de si la Oa esnatural o producto del aprendizaje (Ovlpd657o7s- .); para nuestro poeta, al menoscomo punto de partida, slo es vlida la primera posibilidad, tratando con ciertodesdn a aquellos cuyo nico resorte es la enseanza recibida de sus maestros".

    Por otra parte, la accin potica redundar en beneficio de toda la Hlade y, enparticular, de Tebas, patria del cantor; ntese, adems, el distinto tenor de los ep-tetos que acompaan las menciones de estos lugares: Kallxopo est en conso-nancia con el tono potico y coral de la composicin, Aourpizaros- muestra ciertotono pico, ms propio del pasaje mtico que anticipa21.

    15 J. B. Bury y O. Schroeder leen en el verso 21 d[yprepov Bpoplo (cf. B. Snell-H. Maehler,op. cit. [II] 74). Un pasaje muy similar de nuestro poeta menciona tambin el furor bquico y los leo-nes (fr. 239 Snell-Maehler). Para rtemis, su indumentaria y los leones, cf. Alcm. frs. 119 y 125 Cala-me (=frs. 53 y 56 PMG) y Anacr. fr. 348 PMG.

    16 Para el tema de Pndaro y la inspiracin potica, cf. C. M. Bowra, op. cit. (1971 [1964]) 1-41,R. Harriott, Poetry and Criticism before Plato (London 1969) 52-91 y G. F. Gianotti, Per una poeticapindarica (Torino 1975)passim.

    17 Para los versos 23b-25, cf. C. M. Bowra, op. cit. (1971 [1964]) 5-6.18 Cf. Pi. fr. 150 Snell-Maehler.19 Cf. Pi. Pae. 6.6 (=fr. 52 f Snell-Maehler).20 Cf. Pi. O. 2.86b-88.21 J. B. Bury propuso la lectura Ka[A]A[txpcp (v. 25), hoy da aceptada; U. von Wilarnowitz-

    Moellendorff ley e[rglats- yeydretv (v. 26) (cf. B. Snell-H. Maehler, op. cit. [II] 75).

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    7. El mito colateral (o perifrico) de esta seccin presenta la historia deCadmo y Harmona (vv. 27-30) 22 . En este nuevo elemento compositivo 23 , tras eltrmino de enlace (&0a) referido a Tebas y la delimitacin temporal (70% se si-tan los sucesos en el plano de la narracin mtica ([0]pa). No se trata de unmito elegido al azar sino de uno cuya inclusin obedecera a un triple motivo 24.Por un lado, supone una concesin elegante a la ciudad a la que se destina estapieza literaria (vv. 23b-26), por otro lado, engarza la mencin de Tebas con eldios celebrado, Dioniso, hijo de Zeus y Smele, una de las hijas de Cadmo y Har-mona (vv. 31-33 y ss.), y, por otro lado, avanza el mito principal: si Cadmo reci-be a Harmona como esposa, una vez fundada Tebas, tras varias penalidades (lamuerte del dragn que custodiaba la cercana Fuente de Ares, el episodio de losespartos y el ingenio del hroe -quizs se aluda a ello mediante n-pair-&alud- y su posterior penitencia por el citado dragn -que no en vano era des-cendiente del dios marcial-), Heracles, tebano aunque de familia argiva, contraematrimonio con Deyanira tras diversas vicisitudes. Finalmente, la mencin de "lavoz de Zeus" (d[t]s- (3]pqkv) plantea dudas, aunque, en nuestra opinin y enconsonancia con el mito que se aborda, podra referirse a la aceptacin de Harmo-na como esposa, regalo del dios 25.

    8. Y, como cierre de la seccin, la alusin a la estirpe (e55ob[v...][...yev-v) nos lleva a la invocacin a Dioniso (vv. 30-33 y ss.), conservada frag-mentariamente 26 . Poco se puede leer en ella: el nombre del dios (tvvo-H) y unareferencia a su madre, Smele (par[p.]). Es difcil sealar la extensin de esteelemento compositivo.

    9. La seccin mtica central del ditirambo presenta graves problemas. El mo-tivo que origina el relato mtico es el descenso de Heracles al Hades en busca deCrbero. Por ello se viene considerando que un escolio amplio a un pasaje homri-co, que menciona dicho descenso y el posterior ascenso de Heracles (#cardfiVo-cs-dvdflao-ts-), estara basado total o parcialmente en este poema de Pndaro 27 . La

    22 Para una aproximacin a este mito, cf. Apollod. 3.4-5.23 A. E. Housman suple con xito [q5]Ilia ya[pErv (v. 27) frente a U. von Wilamowitz-

    Moellendorff, que defiende exlia p[e]yd[Aav, los suplementos de los versos 28-30 se deben a J. B.Bury, aunque U. von Wilamowitz-Moellendorff prefiri rrot-lvv a ice5-Inv (cf. B. Snell-H. Maehler,op. cit. [II] 75).

    24 Estos personajes mticos aparecen relacionados tambin en una clebre composicin de Pn-daro, el Himno 1 destinado a los tebanos y dedicado a Zeus (frs. 29-35 Snell-Maehler).

    25 Zeus recompens a Cadmo por sus penalidades. Conviene recordar la relacin del dios con lafamilia tebana: de la unin de Zeus y Europa nacen Minos, Sarpedn y Radamantis, de la de Zeus ySmele, Dioniso, y de la de Zeus y Alcmena, Heracles.

    26 B. Snell propone tvuo[e- crY Ef (v. 31) (cf. B. Snell-H. Maehler, op. cit. [II] 75).27 Cf. Sch. Hom. II. 21.194.

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    razn de la eleccin de este mito 28 habra que hallarla en el elogio de Heracles,ilustre compatriota de los tebanos 29 . El texto es el siguiente:

    `HpaKilfs. d "At8ou KaTEAOdn, bri MoPEpov avvruxeMe-faypcp 7-0 Olv-cos., ob cal 8e-0n-os- yfiliat 777v d86-47,duvelpav, Irave-A0dll, els. Otis. Jo-n-eva-Ev AludAav nps.

    Karailapv 8 111/77CITE1.10114711/ 77)1/ ICp171/ AXE/100 TC;)n-Aridav n-m-aptI &en-a/lata-Ey affn:j rabpov popOrly xovncal n-oan-a-as. T re-pov Tav Kepnap 9.a,36 T7P irapOvov.Oaoi aTi, 'Axe/lOov n-ap 'ApaMeas. Ti,s.'fliceavaKpas. Aaffivra Sayal nr) Wpaic.la Kal T i'81ov n-oAapdv...15 km& n-ap ITHASpcp.

    Pero pocos -dos en contreto- son los testimonios directos que suelen atriburse-le a esta seccin. Uno contiene slo la mencin del nombre de Crbero, adornadocon un epteto caracterstico:

    Kpl3E-pos- -KaToyKe0,las . (vel vcaTpcpavos. vel sim.).

    El otro expresa el deseo de Pndaro de ensalzar a Gerin frente a Heracles:-u--- o-j 5' yd) yapa pu'alvt pi. , Fnpvva, r 5 urt dOvirepov oy ytgpt rrd,irrau -u--///

    10. El escolio muestra tres momentos narrativos amplios 30 : 1. Descenso deHeracles al Hades en busca de Crbero, 2. Encuentro de Heracles con Meleagro y3. Regreso de Heracles al mundo exterior y lucha con el ro Aqueloo por la manode Deyanira. No obstante, el contenido mtico no est completo porque nada se

    28 Para el mito del ditirambo 2, cf. M. Croiset, "Sur les origines du rcit relatif Mlagre dansl'ode V de Bacchylide", en W. M. Calder 111-1 Stern (eds.), Pindaros und Bakchylides (Darmstadt[Wege der Forschung 134] 1970) 405-412 (= Mlanges Henri Weil [Paris 1898] 25-38).

    29 Para una aproximacin general a la figura y a las hazaas de Heracles, cf. O. Gruppe, "Hera-kles", RE Suppl. 3 (1918) cols. 910-1121, F. Prinz, "Herakles", RE Suppl. 14 (1974) cols. 137-196 yG. K. Galinsky, The Herakles Theme. The Adaptations of (he Hero in Literature from Homer ro (heTwentieth Centuty (Oxford 1972). Para una aproximacin a aspectos ms concretos de este hroe, cf.A. R. Anderson, "Heracles and his Successors. A Study of a Heroic Ideal and the Recurrence of a He-roic Type", HSCPh 39 (1928) 7-58, K. Bielohlavek, "Zu den ethischen Werten in Idealtypen der grie-chischen Heldensage (Herakles und Achilles)", WS 70 (1957) 22-43 y F. C. Phillips, "Heracles", CW71 (1978) 431-440.

    30 Cf. Apollod. 2.5.12 y 2.6.5. La primera mencin de Heracles y la bsqueda de Crbero se en-cuentra en Homero (II. 8.362-369 y Od. 11.623-626, aunque no se menciona el nombre del peno. cf .H. Thiry, "Hornero y el perro de Hades (Ilada VIII 368 y Odisea XI 623)", Emerita 42 [1974] 103-108), Hecateo de Mileto ofrece una temprana interpretacin del perro como una serpiente (FGrH 1 F27 [. Paus. 3.25.5-6]) y Estescoro narra con detalle el episodio en su poema titulado Crbero (frs. 206y, quizs, 230, 232, 242, 244, 245, 251, 254 y 255 PMG). Para el mito, cf. Apollod. 2.5.12; Euforinvolver a tratar el tema: cf. Op e, fr. 24 Powell (p. 34).

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  • ANTONIO VILLARRUBIA

    dice de la iniciacin previa de Heracles por Eumolpo en los Misterios de Eleusis;y, quizs, esta ausencia de algunos motivos podra implicar que el escolio sera ex-clusivamente la sntesis del episodio mtico del ditirambo.

    Por otra parte, un fragmento atribuido hoy con justicia a Pndaro 31 abordatanto la fundacin de los misterios ('Dezicrvol- Oepae-Ocivai paTpl TE xpu-croOpvwc107)[K do-r]oi-aw re-erau) como dicha iniciacin mistrica delhroe (`HpaiGlt irptini[t...1...KaevOo p -ma174crft) y aparece un tema que enuna primera consideracin conviene mejor al ditirambo y que recoge distintosmotivos del escolio: el descenso de Heracles, que conlleva a su vez tanto el en-cuentro del hroe y las almas (az)]Tica pu/ Otpnavl...]-7-pq5Erat Kai 6cr' I l,77-61,7-wL [...I...ppos-...) como el inmediato con Meleagro (Me-Waypou) estefragmento formaba parte del ditirambo o si era una composicin diferente conasuntos tangenciales es una cuestin abierta y difcil de resolver a la luz de losdatos que hoy tenemos, sobre todo si el escolio, como parece razonable, msque ofrecer el contenido de un poema presenta una historia mtica resuelta endiferentes composiciones.

    Tambin resulta llamativo que aparezca el ro Aqueloo en otro fragmento, quequizs podra recoger el encuentro de Heracles con l y de ah su inclusin en elescolio 32.

    Por tanto, lo que, en nuestra opinin, parece verosmil es que en el ditirambo 2se recogeran, al menos, la bsqueda de Crbero y, ya parcial, ya totalmente, el en-cuentro de Heracles y Meleagro.

    11. Por su parte, Baqulides trata un tema paralelo al escolio en la oda 5, unepinicio dedicado a Hiern de Siracusa, que celebra su victoria en la carrera de ca-ballos en los Juegos Olmpicos del ario 476 a.C. -el mismo motivo, por cierto, dela Olmpica 1 de Pndaro 33-.

    Frente a la razn antes apuntada de la eleccin del mito del poema pindricola eleccin del mito de la oda triunfal del poeta de Ceos, definido como un ejem-plo de la desgracia humana, vendra motivada por el deseo de ofrecer un paralelis-

    31 Se trata del fr. dub. 346 Snell-Maehler en el que se mencionan la iniciacin de Heracles en losritos eleusinos, su descenso al Hades y el encuentro con Meleagro. Cf. H. Lloyd-Jones, "Heracles atEleusis: P.Oxy. 2622 asid P.S.I. 1391", Maia n.s. 19 (1967) 206-229, R. J. Clark, "Two Virgilian Smi-les and the 'HpatcAops.

    KarBao-15-", Phoenix 24 (1970) 244-255 y N. Robertson, Heracles"Cata-basis'", Hermes 108 (1980) 274-300.

    32 Se trata del fr. 70 Snell-Maehler, que alude a las riberas del ro, ricas en caas para flautas.33 El texto griego seguido procede de la edicin de B. Snell-H. Maehler, Bacchylidis carmina

    cum fragmentis (Leipzig 1970 1 ). Para la oda 5 de Baqulides y su relacin con la Olmpica 1 de Pnda-ro, cf. R. C. Jebb, Bacchylides. The Poems and Fragments (Hildesheim 1967 [Cambridge 1905]) 198-203, A. Severyns, Bacchylide. Essai biographique (Lige-Paris 1933) 69-94, B. Gentili, Bacchilide.Studi (Urbino 1958) 11-65, W. Steffen, "Bacchylides' Fifth Ode", Eos 51 (1961) 11-20, M. R. Letko-witz, "Bacchylides' Ode 5: Imitation and Originality", HSCPh 73 (1969) 45-96 y P. T. Brannan, "Hie-ron and Bacchylides. An Analysis of Bacchylides' Fifth Ode", CF 26 (1972) 185-278. Un tratamientode la figura de Meleagro se encuentra en J. Pron, "Les mythes de Crsus et de Mlagre dans les OdesIII et V de Bacchylide", REG 91 (1978) 307-339, esp. 309-325.

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  • ESTUDIO LITERARIO DEL DITIRAMBO 2 DE PNIDARO

    mo entre dos situaciones opuestas 34 . Si la victoria de Hiern nos habla de la famay la felicidad del tirano siciliano, el mito, a su vez, nos informa de la fama y ladesgracia del hroe Meleagro, cuya historia, a modo de ejemplo, apareca ya reco-gida en Homero 35 . La fama puede ser una caracterstica comn de dos personastanto si su situacin es favorable -Hiern- como si es desfavorable -Meleagro-.He aqu, probablemente, una advertencia al siracusano: el paso del tiempo no res-peta a nadie y las circunstancias de la vida pueden cambiar. Por su parte, la histo-ria de Meleagro 36 es una continua sucesin de desgracias que de manera trgicaculminan en su propio fin: a la muerte de los hermanos del hroe durante la cace-ra del jabal de Calidn le sigue la lucha de dos pueblos -etolios y curetes- por lapiel del animal; a continuacin, se produce la muerte de los tos de Meleagro amanos de ste, lo que lleva a Altea a provocar el final de su hijo cuando se encon-traba despojando a Clmeno. Es verdad que Meleagro tiene un papel ms relevan-te y parece que es con el que puede parangonarse ms claramente Hiern, quedan-do as Heracles como mero personaje secundario, perfecto contrapunto de laintervencin del hijo de Eneo. Pero hay algo ms. Heracles encarna ese cambioque azota la vida de los hombres; tambin l vive una poca dura bajo las rdenesde Euristeo y con l podra parangonarse el propio Hiern: la situacin de Hera-cles resultara opuesta a la del tirano, si bien no alcanzara el dramatismo de la delhroe etolio.

    Pndaro -en uno o ms poemas- presenta un contenido ms amplio: el descensoal Hades en busca de Crbero, el encuentro con Meleagro, el regreso al mundo ex-terior y la lucha por Deyanira. Baqulides ofrece slo dos momentos: el descensode Heracles al Hades en busca de Crbero (vv. 56-67) -frente a Pndaro, que aludea Crbero por su nombre y epteto ms usual (KpPe-pos bKaTorcE0Colas [o,quizs, KaTrcpavos]), Baqulides no menciona su nombre sino slo su especieanimal (KW), adornada con una cualidad fsica (Kapxap8ovra, parecida a la deljabal de Calidn [vv. 107-108]) y con la mencin de su terrible procedencia (vivn-AdTot"Ext8vas.)- y el encuentro de los dos hroes (vv. 68-175) -no estamosen presencia del Meleagro poderoso de los versos de Homero, sino de quien se en-cuentra en una posicin vital que nace de sus experiencias pasadas, en un clima desosiego (ol TOL (VOS' [v. 84]) 37-. Un pasaje digno de mencin es el momento finaldel encuentro (vv. 159-175):

    34 Cf. W. Steffen, art. cit. 18-19.35 Cf. 11. 9.524-605: son palabras de Fnix, uno de los tres integrantes de la embajada griega

    ante Aquiles.36 Para una aproximacin a la historia de Meleagro, cf. Apollod. 1.8.1-3.37 Cf. M. R. Lefkowitz, art. cit. 67-68. La actividad de Heracles contrasta con la pasividad de

    Meleagro: la intervencin de ste intenta imprimir tranquilidad en la escena (vv. 79-84a); junto a laacumulacin de datos que invitan al sosiego destaca la variedad de eptetos de accin que se aprecia enla descripcin de la reaccin de Heracles frente a la escueta mencin de su filiacin puesta en boca deMeleagro.

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  • ANTONIO VILLARRUBIA

    'ca pftflpe-vos-rd8' (q5a "Ovar-oi-ut pi) Oval -ptcrrov

    pr)8' e-Aov n-poo-u5E-Ivkyyos yU' ob yp rs. Un V

    irpdeis T6e pupoppots-,xpr) KETVO A.-ye-tv 5rt Kal plke-v. TEETV.

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    larrpt5os. OE/lbp,eprov".

    Heracles, al ver las adversidades por las que tienen que pasar los hombres,hace la siguiente reflexin: la vida es sufrimiento, no merece la pena que la viva elhombre, un ser limitado en sus actuaciones; se trata, adems, de una empresa dif-cil y, a la vez, poco satisfactoria 38 . Son versos llenos de hondo pesimismo. Es en-tonces cuando el hroe proclama la necesidad de cantar los hechos heroicos antela inutilidad manifiesta del lamento 39 . Inmediatamente viene la pregunta de Hera-cles, que quiere saber si Meleagro tiene una hermana que se le parezca: es, pues,Heracles el que desea el matrimonio. Por otra parte, la respuesta de Meleagro esbastante simple y en ella habla de Deyanira -cuyo epteto (jrlarpabxeva) aludems que a un color a la fresca juventud 4-. La pregunta de Heracles encuentra unarespuesta que aparece como un bien; sin embargo, es esta felicidad la que en suda le traer la desgracia, como se ve en la oda 16 del mismo autor 41 . Hagamosuna precisin importante. Ambos poetas nos dicen que Heracles desciende alHades en busca de Crbero y que all encuentra a Meleagro. Pero las diferenciasson interesantes: segn Pndaro, Meleagro le pide a Heracles que se case con suhermana Deyanira; segn Baqulides, Heracles le pide a Meleagro una hermanacon la que casarse. Cules seran las razones para la existencia de las diferentes

    38 En esta misma lnea estn Teognis (VV. 425-427) y Sfocles (OC 1224-1227).39 Para esta idea, cf. H. 24.524 y Od. 10.202 y 566.40 Este epteto apareca ya en un treno de Simnides (fr. 586.2 PMG), aplicado a los ruiseores

    en primavera: cf. R. C. Jebb, op. cit. 289-290 y 473-474 (cf. etiam G. E. Marindin, "The Wordx)toatxtiv in Simonides and Bacchylides", CR 12 [1898] 37).

    41 Se trata del episodio final que protagonizan Heracles y Deyanira, que utiliza el filtro que enotro tiempo le haba proporcionado el Centauro Neso, llevada por el amor de su esposo y ante la pre-sencia de una rival, Yole.

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  • ESTUDIO LITERARIO DEL DITIRAMBO 2 DE PNDARO

    versiones? En Pndaro Meleagro se lo pide a Heracles porque admira la fuerza y elvalor de ste, que es el centro de atencin del poema"; sin embargo, en Baqufii-des es Heracles quien siente admiracin por Meleagro, centro de atencin delpoema. No es fcil decidir cul de las dos versiones es la originaria ni tampoco sila versin de Baqulides, aunque sea el primero en transmitirla, es suya o no". Locierto es que cada poeta ha utilizado la versin que mejor les iba a sus propsitos.Pndaro quera ensalzar a los tebanos y por ello es Heracles el admirado; Baquli-des pretenda alabar a Hiern y, puesto que se ofrece un paralelismo entre Melea-gro y el tirano, es Heracles quien en actitud contraria a la violencia del inicio delmito, atrado por el etolio, le pedir la mano de su hermana'.

    Como se ve, faltaran, pues, en el epinicio baquilideo el regreso del hroe y sulucha con el ro Aqueloo, episodio ampliamente conocido, que apareca tratado yaen Arquloco 45.

    12. Cabra preguntarse ahora por el papel desempeado por los dos fragmen-tos directos conservados. El primero de ellos podra incluirse en cualquier seccindel episodio mtico y, quizs, en el pasaje en el que se mencione el descenso alHades en busca del perro 46 Por otra parte, el segundo presenta mayores proble-mas. No es sencillo establecer su situacin en el poema, aunque cabra pensar enun momento en el que, dirigindose a Heracles, se recordara alguno de sus traba-jos anteriores, quizs el dcimo, que consisti en apoderarse de las vacas de Ge-rin, o bien el aspecto monstruoso de este duro rival, comparado con el tambinterrible de Crbero 47 . Mayor dificultad entraa explicar la simpata que Pndaroparece sentir por Gerin, que se ve privado de su ganado (ai 6' n-ap pu,1abito p-v, Iiipvpa); pero esta preferencia del poeta es discutible (r 8- inj Z111q5.17-E-pov olytrpt n-lin-av). En efecto, en otro conocido poema Pndaro habla dela ley asentada en la tradicin de la siguiente manera":

    Nmos- 6 Trvrov Paa-ule-zs-Ovaniiv TE Kai ffivnavlyet. SiKata, T ptTaT01,iin-eprr xeLp.

    42 Cf. R. C. Jebb, op. cit. 472.43 Cf. J. Stem, "The Imagery of Bacchylides' Ode 5", GRBS 8 (1967) 35-43, esp. 35, n. 2.

    Cf. A. P. Bumett, The Art of Bacchylides (London-Cambridge [Massachusetts] 1985) 141.45 Cf. frs. 286-287 West (cf. etiam Apollod. 2.6.5).46 Como ocurre en Baqulides (5.56-62).47 Cf. Apollod. 2.5.10.48 Se trata del fr. 169 a Snell-Maehler (vv. 1-4a). Para este poema, cf. C. M. Bowra, op. cit.

    (1971 [1964]) 74-76, M. Ostwald, "Pindar, Nmos-, and Heracles (Pindar, frg. 169 [Sne11 2] + POxy. No.2450, frg. 1)", HSCPh 69 (1965) 109-138 (= W. M. Calder III-J. Stern [eds.], op. cit. 194-231) y C. Pa-vese, "The New Heracles Poem of Pindar", HSCPh 72 (1967) 47-88.

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    Y como ejemplo de dicho vpo ofreca dos trabajos de Heracles, los hurtos delas vacas de Gerin (el dcimo) y de las yeguas de Diomedes (el octavo) 49.Ambos hechos, muestras aparentes del mal comportamiento del hroe tebano que,al fin y al cabo, se apodera de lo ajeno, quedan explicados como la prueba eviden-te de que el vpos-, que puede "justificar" (8tKattav) la violencia, es distinto paradioses y hombres. Sin embargo, podra apreciarse otro sentido si se entiende quela misin de dicho vmos es la de "castigar" (8/Katav) los rasgos violentos, eneste caso tanto la soberbia de Gerin, que radica en la seguridad que nace de supropia naturaleza monstruosa, capaz del enfrentamiento con Heracles, como elhecho de que Diomedes posea yeguas antropfagas, lo que le permite disponer devidas humanas. Visto, pues, el rechazo de ambos y volviendo al ditirambo que nosocupa, parece lgico entender el deseo del poeta de elogiar a Gerin a modo depraeteritio como un recurso que pretende ensalzar a Heracles mediante el intentode alabanza de un enemigo que se le enfrenta en combate y, a la vez, sealar quetodo elogio debe nacer de situaciones justas, gratas a Zeus, condicin que no secumple en el caso de Gerin 5. Adems, no parece probable que en una composi-cin destinada a los tebanos nuestro poeta se decida por el elogio de un enemigodel hroe local51.

    13. El corpus ditirmbico de Pndaro es, como se sabe, fragmentario, y por ellono resulta fcil comprobar hasta qu punto este poema responde a unos mismos cri-terios de composicin o en qu medida se aparta del resto 52 . No es ste el lugarapropiado para un comentario exhaustivo de la coleccin y por ello vamos a sealarslo aquellos con los que, a la luz de lo conservado, guarda una mayor similitud.

    El ditirambo 3 (fr. 70 c Snell-Maehler) contiene, a modo de introduccin, tr-minos que se refieren a los cantos y las danzas de una fiesta celebrada en honor deDioniso (vv. 1-19); conviene destacar tambin que se habla de una ciudad cuyonombre se desconoce en la que se invoca al dios (v. 9)53.

    El fr. 75 Snell-Maehler debi ser la introduccin del poema en la que, en nues-tra opinin, se puede observar la siguiente estructura compositiva 54 . En primerlugar (vv. 1-5), se realiza una invocacin a los dioses Olmpicos (' alblin-totOeo) unida a una splica de ayuda al coro festivo, as como a la mencin explcitade la ciudad ensalzada, Atenas, digna de recibir la visita divina. En segundo lugar

    40 Cf. Apollod. 2.5.10 y 8, respectivamente; cf. etiam C. Pavese, art. cit. 52-85.50 Cf. C. Pavese, art. cit. 67-68.51 Para Heracles y Tebas, cf. algunas composiciones de Pndaro dedicadas a los tebanos: P. 11,

    I. 1, 3/4, 7 y el Himno 1 a Zeus (frs. 29-35 Snell-Maehler).52 Cf. B. Snell-H. Maehler, op. cit. (II) 72-84.53 Obsrvese el uso de elementos de carcter festivo, de tono parecido al ditirambo 2. No puede

    precisarse el nombre de la ciudad del verso 9.54 Para este ditirambo y, especialmente, para los versos 13-19, cf. C. M. Bowra, op. cit. (1971

    [1964]) 63-64. La mencin del "jabal beocio" tambin aparece en otro lugar pindrico (O. 6.89b-90):fue U. von Wilamowitz-Moellendorff (op. cit. 274) quien sugiri que este verso (fr. 83 Snell-Maehler)podra pertenecer a esta composicin (cf. B. Snell-H. Maehler, op. cit. [II] 82).

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  • ESTUDIO LITERARIO DEL DITIRAMBO 2 DE PINDARO

    (vv. 6-12), se ofrece junto a referencias continuas al canto un pasaje de transicinde dichos dioses a Dioniso, el segundo tras Zeus (tl-v &bre-pov), habin-dose recurrido para la presentacin del dios a un epteto inicial (-iri rv nom-Sal) seguido de dos apelativos claros (revi Bplicov, rv 'Ept,35av) y una alu-sin, a modo de cierre, a la estirpe del dios. Y, en tercer lugar (vv. 13-19), el tonopotico es completamente dionisaco: la manifestacin del dios se realiza en lacompaa de las Horas, producindose as una admirable conjuncin de las floresy los cantos corales que culminan en la figura de Smele, su madre. No se conser-van restos de otros elementos constitutivos con la excepcin del fr. 83 Snell-Maehler, adscrito por distintos editores a este poema y cuya referencia al "jabalbeocio" es difcil de situar, aunque podra pertenecer a una reflexin de Pndarosobre su propia labor de poeta.

    14. Por otra parte, si los ditirambos de Baqulides se caracterizan fundamen-talmente por presentar un relato mtico de tono narrativo que de manera opcionalpuede ir precedido por una introduccin y acompaado por un elemento final 55 , elditirambo de Pndaro que nos ocupa muestra semejanzas importantes con doscomposiciones de aqul.

    La oda 16 (ditirambo 2) presenta una introduccin de carcter cultual que tiene aApolo y Dioniso como protagonistas (vv. 1-12), seguida de un episodio mtico quemuestra los momentos finales de Heracles, vctima fatal de Deyanira (vv. 13-35)56.

    La oda 19 (ditirambo 5) presenta una introduccin que aborda distintos aspec-tos de la poesa (vv. 1-14), seguida de un episodio mtico centrado en la figura deI y los distintos avatares hasta su llegada a Egipto, tierra en la que se asienta suestirpe, cuyo ltimo vstago es Dioniso (vv. 15-51)57.

    15. A pesar de los mltiples problemas, se pueden establecer comparacionescon el resto de la produccin ditirmbica de Pndaro, con la que guarda, en nuestraopinin, unidad de criterio, estructura y estilo, y, a la vez, acercarnos a las seme-janzas con los ditirambos de Baqulides. Para concluir, los elementos caractersti-cos de este ditirambo 2 son, por un lado, una introduccin de tono dionisaco quepresenta una invocacin, reflexiones sobre el gnero lrico en cuestin y sobre lalabor del poeta y uso de un mito colateral y, por otro lado, una seccin mtica am-plia, posiblemente de estructura tripartita. Obsrvese tambin cmo ambos mo-mentos mticos estn relacionados con la ciudad honrada, Tebas, una clara mues-tra de la unidad y armona de la composicin. Se trata, en definitiva, de unditirambo que, partiendo de la tradicin, alcanza ciertas cotas de innovacin cerca-nas, por lo dems, a la nueva tcnica de Baqulides.

    55 Cf. R. C. Jebb, op. cit. 39-40 y L. T. Pearcy ir., "The Structure of Bacchylides' Dithyrambs",QUCC 22 (1976) 91-98.

    56 Cf. R. C. Jebb, op. cit. 221-223 y 368-373.57 Cf. R. C. Jebb, op. cit. 235-237 y 398-405.

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