Devocionario al Inmaculado Corazón de María

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1

DevocionarioAL

CORAZN INMACULADO

DE

MARIA

Corazn compasivo de Mara, socorre a los pecadores!

Advertencia preliminar

A

los devotos del Corazn Pursimo de Mara les presentamos, coleccionados en este opsculo: Io La NOVENA DE LAS TRES AVE MARAS; 2o otra NOVENA PARA IMPETRAR LA CONVERSIN DE LOS PECADORES; 3o un MES DE MARA; y 4o varios CNTICOS Y ORACIONES: todo en honor de aquel Corazn dulcsimo. Las prcticas piadosas de los nmeros Io y 3o, son traducidas del francs, por cuanto en castellano son muy pocos los libros que se ocupan de ellas. Hallndose el Ecuador solemnemente consagrado al Corazn Inmaculado de Mara, y dedicada a su culto la primera capilla del gran templo del VOTO NACIONAL, es de necesidad imprescindible un devocionario

2 que nos ensee a amar y honrar a la Virgen Santsima, en sa su advocacin hermosa, que tan grata debe ser a todo ecuatoriano verdaderamente catlico; mientras aquella deseada obra se publique, supla su falta en algo el presente librito, aunque tan incompleto y diminuto. La Reina de los Cielos complcese grandemente en prodigar sus favores y Gracias a quienes los imploran invocando la compasin y misericordia de su Corazn dulcsimo y maternal; sin que haya cosa alguna, por difcil que parezca, que no nos la pueda alcanzar, pues Dios la ha constituido soberana Dispensadora de todos los tesoros de su Gracia. Anhelis la salud de un enfermo, el buen xito de un pleito justo, o el remedio de cualquier otra tribulacin?... Os esforzis por dejar el pecado, corregiros de un vicio, salir de la tibieza, y emprender el arduo camino de la perfeccin?... Deseis la paz de una familia, o el regreso de un prdigo a su hogar?... Pues, acudid al Corazn compasivo de Mara, venid a su santuario. Llegaos sobre todo a este propiciatorio colocado ante el trono de la Clemencia infinita, si queris impetrar la conversin de ese moribundo impo, de ese pecador obstinado e impenitente, que rehsan recibir los Sacramentos de la Iglesia, y que estn ya a punto de precipitarse en los Infiernos por su ceguedad y desesperacin. En tan apretadas circunstancias invocad al Corazn compasivo de Mara, Refugio de pecadores, valindoos de alguna de las prcticas piadosas contenidas en este devocionario, y recordad esta sentencia de San Agustn: SI SALVASTE A UN ALMA, ALCANZASTE LA GRACIA DE LA PREDESTINACIN PARA LA TUYA.

EN HONOR DEL

CORAZN PURSIMO DE MARA

Preces

A

costmbrase rezar estas preces, en forma de Novena, y es de advertir que, por medio de ella, se han obtenido insignes Gracias, merced a la intercesin poderosa de la Reina del Cielo. Esta Novena, llamada de las Tres Ave Maras, consiste en rezar, ante una imagen del

3 Corazn pursimo de la Virgen, durante nueve das consecutivos, tres veces la salutacin anglica precedida de las oraciones siguientes. La eficacia de este ejercicio piadoso est en el Ave Mara, que es indudablemente la oracin ms del agrado de la Divina Madre, y la que ms fuerza hace en su Corazn Santsimo para que nos alcance los favores y Gracias que solicitamos de su mediacin.

IOh Corazn Santsimo de Mara, Corazn de la Virgen poderosa, Virgo potens, vos a quien Dios no rehsa jams nada de cuanto le peds, dignaos escuchar favorablemente la presente oracin! Oh Mara, a quien nada es imposible, por aquel poder de que os ha revestido el Padre Omnipotente, os conjuro, asistidme en la necesidad en que me encuentro. Ya que sois tan poderosa para socorrerme, no me abandonis: interceded por m ante el trono de la Divina Misericordia, oh Abogada elocuentsima de las causas ms desesperadas. Parceme que la mayor Gloria de Dios, la honra de vuestro Corazn pursimo y el bien de mi alma estn ligados a la consecucin de esta Gracia. Si, pues, como me parece, esto que pido es muy conforme a la amabilsima y santsima Voluntad de Dios, rugoos, oh Corazn amable, omnipotente en vuestras splicas, Omnipotentia suplex, que intercedis en mi favor. No me lo neguis, oh Virgen benditsima!, interceded por m cerca de vuestro divino Hijo, que nada puede ni sabe rehusaros. Os lo suplico de nuevo, en nombre del poder sin lmites que el Padre Celestial os ha comunicado; y para honrar, en cuanto me es posible, este ilimitado poder vuestro, os saludo, oh Corazn Santsimo de Mara, en unin con Santa Matilde, a quien habis revelado la eficacia de esta prctica saludable:

4 Dios te salve, Mara, etc.

IIOh Corazn Inmaculado de Mara, palacio de oro y marfil del Rey de la Gloria: escuchad benignamente estas humildes y fervientes preces! Oh Virgen sin mancilla desde el primer instante de vuestra Concepcin pursima: Vos sois llamada Trono de la Eterna Sabidura, Sedes Sapientiae, porque la Sabidura increada, el Verbo Divino, ha residido en vos, y os ha comunicado toda la extensin de su ciencia divina, en la medida en que la criatura ms perfecta poda recibirla. Oh Madre del Verbo encarnado, vos conocis cuan grande es mi miseria, y cunto necesito de vuestra poderosa asistencia: no me la neguis en las aflictivas circunstancias en que me encuentro! Confiado en esa admirable Sabidura de que estis como investida, me consagro todo a vuestro Corazn dulcsimo, y me abandono enteramente en vuestras manos, oh Madre ma, a fin de que dispongis de m y cuanto me pertenece, con fuerza y dulzura, a mayor Gloria de Dios y bien de mi alma. Dignaos, pues, oh Corazn bondadossimo de Mara, venir en mi auxilio, proporcionndome los medios que sabis son los ms adecuados para obtener la Gracia especial que os pido en esta Novena. Oh Mara, Madre de la Divina Sabidura, dignaos, os lo suplico de nuevo, alcanzarme la Gracia preciosa que solicito de vos; os lo suplico precisamente en nombre de esa Sabidura incomparable con que el Verbo, vuestro Hijo, os ha iluminado, y en honor de la que os saludo, en unin con San Antonio de Padua y San Leonardo de Puerto-Mauricio, los ms celosos propagadores de esta piadosa prctica: Dios te salve, Mara, etc.

III

5 Oh Corazn compasivo y misericordioso de Mara, que tanto os complacis de que os invoque con este dulcsimo ttulo, dignaos hacerme participante de esos tesoros inagotables de ternura y bondad que en vos se encierran. Oh Virgen Santa, vos misma nos habis enseado, en estos ltimos tiempos, a llamaros Madre de Misericordia, Mater Misericordiae, y tambin, Madre todo misericordiosa: no extraaris, pues, de que me acerque a vuestro Corazn piadossimo, reclamando su ternura y compasin para conmigo. Mientras ms grande es mi miseria, mejor ttulo me asiste para ser recibido ms benignamente de vos, que sois todo misericordiosa, y ms confianza me anima de que alcanzar, por vuestra mediacin, la Gracia que imploro. Bien s que no tengo ningn mrito para ello, sino para ser rechazado, pues yo ms que nadie he sido tantas veces causa de vuestros dolores, ofendiendo a vuestro divino Hijo con mis pecados, oh Reina incomparable! Pero aunque todo esto es cierto, tambin es verdad, oh Madre ma, que estoy ya sinceramente arrepentido de mis faltas, y resuelto a enmendarme de ellas en adelante, pues me duele haber herido tan cruelmente con mis pecados al Corazn dulcsimo de Jess y al vuestro amabilsimo. Por otra parte, no sois vos, segn lo habis revelado a una de vuestras ms fervorosas siervas, Santa Brgida, no sois vos la Madre de los pecadores arrepentidos?... Perdonadme, pues, mis pasadas ingratitudes, y atendiendo nicamente a vuestra bondadosa misericordia, as como a la mayor gloria que procuraris a Dios, y a la honra de vuestro nombre, alcanzadme, oh Corazn benignsimo!, de la Misericordia Divina la Gracia especial que ahora imploro por vuestra intercesin poderosa. Oh! Vos a quien jams se ha invocado en vano, oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen Mara, dignaos socorrerme, os lo conjuro, por esa misericordiosa bondad de que el Espritu Santo ha llenado a vuestro Corazn Santsimo para bien nuestro; en honor de lo cual os saludo con San Alfonso de Ligorio, el apstol de vuestra misericordia, y el Doctor de las Tres Ave Maras. Dios te salve, Mara, etc. A las anteriores preces de que se forma esta Novena,

6 pueden aadirse las jaculatorias siguientes: 1. Corazn compasivo de Mara, socorre a los pecadores! 2. Oh Corazn de Mara, sed la salvacin ma! 3. Corazn Inmaculado de Mara, preservadnos del pecado mortal! Puede practicarse esta Novena con el fin de alcanzar el remedio de cualquier necesidad del orden espiritual o temporal; pero sobre todo se recomienda hacerla para impetrar la conversin de los pecadores, sealadamente de los ms obstinados y escandalosos, o, que estando a punto de muerte, se hallan en inminente riesgo de precipitarse en su condenacin eterna.

NovenaEN HONOR DEL

CORAZN PURSIMO DE MARA

ORACIN PREPARATORIA

(para todos los das)Oh Corazn dulcsimo de Mara, Corazn de la ms benigna de las reinas, y ms tierna y amorosa de las madres, Corazn que, despus del divino de Jess, sois todo nuestro consuelo en esta tierra de miserias, y el ms seguro refugio y amparo de los pecadores: dignaos escuchar nuestros clamores y despachar favorablemente nuestras splicas. Oh Virgen piadossima: el Omnipotente os ha hecho grande y os ha dado un Corazn tan amante y compasivo, para que seis ante el trono de la Misericordia la Abogada de la raza culpable y proscrita de Adn, y el asilo de todos los desgraciados y miserables. A vuestro maternal Corazn recurrimos, pues, ahora, para que interpongis vuestro poderoso valimiento ante el acatamiento divino, y nos alcancis la Gracia especial que os pedimos en esta Novena, junto con la de nuestra ver-

7 dadera conversin y la de todos los pecadores, el don de la perseverancia final y nuestra salvacin eterna. Amn.

Consideracin para el da primeroEL CORAZN DE MARA ES TODO AMOR Y COMPASIN EN FAVOR DE LOS DESGRACIADOS Hablando la Sagrada Escritura del rey Salomn dice que le dio Dios un corazn tan benigno en favor de sus sbditos, y tan vasto y anchuroso que era como el mar, en que caben todas las arenas sin que lleguen stas jams a cegarlo: Dedit Deus Salomoni latitudinem cordis, quasi arenam quae est in littore maris (III Reg., cap. IV, v. 29). Pues, qu diremos de la Santsima Virgen que ha sido constituida Reina, no de un pueblo solamente, sino del universo entero y de toda la humanidad? Su Corazn es tan compasivo y tierno que no hay nadie por pecador y miserable que sea, que si acude a Mara con verdadero deseo de salir de sus culpas y enmendar su vida, no halle en Ella el amparo y proteccin de que ha menester. El amor que las madres ms sensibles y generosas han tenido a sus hijos, es como una gota comparado a ese mar de amor, dulzura y suavidad que se encierra en el Corazn de Mara en favor de todos y cada uno de los hombres, por ms infelices y criminales que seamos. La caridad de todos los Santos y aun la de todos los Serafines, no puede compararse con ese horno inmenso de caridad divina que arde inextinguible en el Corazn de la Virgen, y que la hace tan tierna y compasiva para con todas las miserias humanas. San Buenaventura dice que Mara ha sido consagrada Reina con la uncin de la Misericordia y el leo de la Piedad: Mara plena unctione Misericordiae, et oleo Pietatis ( ln Spec. c. 7); por esto la Iglesia le saluda llamndole Reina y Madre de Misericordia: Salve Regina, Mater Misericordiae. Pero, como sienten San Bernardo y Santo Toms de Villanueva, los sbditos de la misericordia son los miserables; luego cuanto ms desgraciados y pecadores nos veamos, mayores ttulos tenemos a la conmiseracin y

8 piedad del Corazn dulcsimo de Mara. Grande e ilimitada debe, pues, ser nuestra confianza en este Corazn bondadossimo, y a l debemos acudir en nuestras tribulaciones, seguros de que seremos acogidos con la ternura y compasin de la Madre ms tierna y amante que jams ha existido sobre la tierra.

EJEMPLONo individuos aislados solamente, sino vastas comarcas y aun pueblos enteros han experimentado la ternura y compasin del Corazn dulcsimo de Mara, cuando han acudido a este Corazn amante en sus necesidades y tribulaciones. He aqu un ejemplo hermoso. La parroquia de Nuestra Seora de las Victorias, en Pars, era uno de los centros de corrupcin e indiferentismo religioso ms perdidos, en aquella gran capital. En el primer tercio del siglo XIX hallbase de Cura de esa iglesia el celossimo y piadoso abad Desgenettes, el cual gema en lo ms profundo de su alma al ver el templo desierto, los Sacramentos abandonados, y a la casi totalidad de sus feligreses en las sendas del vicio y la corrupcin. Cierta vez que penetrado de estas tristes reflexiones celebraba el adorable sacrificio de la Misa, oy una voz interior que le dijo: Consagra tu parroquia al Corazn de Mara. Terminado el augusto sacrificio, y mientras se hallaba en la accin de gracias, torn a ser ms clara y penetrante la misma voz que le repiti: Consagra tu parroquia al Corazn de Mara. Hzolo as el fervoroso Prroco: en aquel templo abandonado y solitario estableci la Archicofrada del Corazn Santsimo de Mara, y al punto Nuestra Seora de las Victorias principi a ser la parroquia ms cristiana, piadosa y edificante, no slo de Pars sino de Francia toda; aquella portentosa transformacin se debi al Corazn Santsimo de Mara.

ORACINOh Corazn dulcsimo de Mara, hoguera ardentsima del divino Amor, Corazn lleno de ternura y compasin inefables para con todos los pecadores y desgraciados!:

9 vednos postrados aqu humildemente al pie de vuestro altar. Vos, Virgen bondadossima, que a cuantos recurren a vuestra poderosa mediacin recibs benigna y hacis participantes de los tesoros de Gracia y Misericordia de que el Eterno Padre os ha hecho depositara, no apartis de nosotros vuestras miradas piadosas, escuchad favorablemente nuestros ruegos y alcanzadnos las Gracias que os pedimos en esta Novena. Amn.

OBSEQUIO PARA ESTE DAHacer una limosna a un pobre, en honor del Corazn Santsimo de Mara.

ORACIN FINAL(para cada da : A eleccin de la persona que haga la Novena, podr ella terminar con la siguiente oracin, o con cualquier otra de las reproducidas al final de este devocionario, segn las intenciones por las cuales se practique este ejercicio piadoso). Oh Corazn de Mara, Madre de Dios y Madre nuestra; Corazn amabilsimo, objeto de las complacencias de la adorable Trinidad, y digno de toda la veneracin y ternura de los ngeles y los hombres; Corazn el ms semejante al de Jess, del cual sois la ms perfecta copia; Corazn lleno de bondad, y que tanto os compadecis de nuestras miserias!: dignaos derretir el hielo de nuestros corazones, y hacer que vuelvan a conformarse enteramente con el Corazn del divino Salvador. Infundid en ellos el amor de vuestras virtudes, inflamadlos con aquel dichoso fuego en que vos estis ardiendo sin cesar. Encerrad en vuestro seno a la Santa Iglesia, custodiadla, sed siempre su dulce asilo y su inexpugnable torre contra todos los ataques de sus enemigos. Sed nuestro camino para dirigirnos a Jess, y el conducto por el cual recibamos todas las Gracias necesarias para nuestra salvacin. Sed nuestro socorro en las necesidades, nuestro consuelo en las aflicciones, nuestra fortaleza en las tentaciones, nuestro refugio en las persecu-

10 ciones, nuestro socorro en los peligros, pero especialmente en los ltimos combates de nuestra vida, a la hora de la muerte, cuando todo el Infierno se desencadenar contra nosotros para arrebatar nuestras almas; en aquel formidable momento, en aquel punto terrible del que depende nuestra Eternidad: Ah! Virgen piadossima, hacednos sentir entonces la dulzura de vuestro maternal Corazn y la fuerza de vuestro poder para con el de Jess, abrindonos en la misma Fuente de la Misericordia un refugio seguro, donde podamos reunimos para bendecirle con vos en el Paraso por todos los siglos de los siglos. Amn.

ORACIN PREPARATORIA(para todos los das pg. 7)

Consideracin para el da segundo EL CORAZN DE MARA NOS AMA CON AMOR MATERNALAs como un hombre y una mujer, Adn y Eva, fueron la causa de la perdicin de todo el linaje humano, de modo semejante, un hombre y una mujer tambin, dice San Bernardo, fueron la causa de nuestra restauracin: Mara, dndonos a Jess, y Jess, muriendo por nosotros para redimirnos y salvarnos. Por esto, si Jess es llamado, en la Escritura, Padre del futuro siglo, Pater futuri saeculi, y tambin el nuevo Adn, Mara es la nueva Eva y la Madre de todos los vivientes, en el orden de la Gracia. Adems: Jess, cuando agonizaba en el Calvario, nos dio a Mara por Madre, entonces mirndonos a todos en la persona de San Juan nos dijo: he ah a vuestra Madre; y a esta Virgen benditsima, sealndonos a todos en la persona del discpulo, le dijo: Mujer, he ah a vuestro hijo. Aun ms, segn San Bernardino de Sena, desde que Mara dio su consentimiento para ser Madre de Jesucristo, se dedic a pedir con tales instancias a Dios, por la salvacin de todos los hombres, que desde entonces nos llev a todos en su

11 Corazn, como una madre lleva al hijo a quien acaba de engendrar: Ex tunc Virgo omnes homines in suis visceribus bajulabit tamquam verissima Mater filios , suos (Tract. de B. V. Serm. 6). Si Mara es verdaderamente nuestra Madre, en el orden de la Gracia, debemos creerla adornada con todas las virtudes y cualidades de tal; por lo mismo, debemos estar persuadidos que despus de Jesucristo, nadie como esta Virgen piadossima nos ama, ni en el Cielo ni en la tierra, con amor ms grande, constante ni puro. El Corazn dulcsimo de Mara es pues un horno ardentsimo de caridad, al cual debemos acudir seguros de que jams seremos rechazados. Qu nos podr negar, si nos conviene y de veras le pedimos, pues nos ama con amor maternal el ms ardiente y abnegado que puede concebirse? Oigamos estas palabras del Evangelio: "Si entre vosotros, hombres terrestres y carnales, un hijo pide pan a su padre, acaso le dar una piedra? O si un pez, acaso en su lugar le dar una serpiente? O si un huevo, por ventura le dar un escorpin?" ( Lc 11,11-13). Pues si vosotros siendo malos, sabis dar buenas cosas a vuestros hijos, cunto ms vuestra Madre que est en los Cielos os dar cuanto le pidis, si de veras conviene para vuestra salvacin!

EJEMPLOEl venerable abad Desgenettes, Cura de la parroquia de Nuestra Seora de las Victorias, en Pars, experiment prcticamente los tesoros inefables de ternura maternal que se encierran en el Corazn amabilsimo de Mara. Apenas fund en la iglesia de aquel ttulo la Archicofrada del Corazn Santsimo de Mara, transformse la mencionada parroquia, de daada y corrompida que estaba, en un centro admirable de piedad. El tercer domingo de Adviento, 11 de diciembre de 1836, anunci el Cura que tendra lugar por la tarde la primera reunin de la Archicofrada, y al punto mismo fue seguido a la sacrista por dos feligreses suyos, que pidieron les oyese en confesin, siendo as que esos hombres, engolfados en negocios y en la vida del gran mundo, apenas si antes

12 haban puesto los pies en una iglesia. Venida la tarde, un concurso extraordinario, tal como jams se reuna antes en las ms grandes fiestas, se congreg en la iglesia, y escuch la divina Palabra y rez el Santo Rosario y las dems oraciones, con fervor admirable; al cantarse las letanas de la Santsima Virgen, por un movimiento inexplicable, todo aquel gran concurso repiti por tres veces seguidas la invocacin: Refugium peccatorum, ora pro nobis! Siguironse a esto las ms ruidosas conversiones, y el templo de Nuestra Seora de las Victorias lleg a ser una verdadera piscina probtica, donde tantos hombres impos y perversos han alcanzado la difcil Gracia de una sincera conversin a Dios.

ORACINOh Corazn amabilsimo de Mara, que a todos, hasta a los ms miserables, nos amis con amor verdaderamente maternal, hacedme, os ruego, gustar algunas gotas de ese ocano de suavidad y dulzura que se encierra en vos. Pues sois mi Madre, y como tal me amparis y protegis, yo quiero tambin serviros, amaros y honraros toda la vida, como verdadero hijo vuestro. Decid, Reina amadsima, qu exigs de m, y al punto lo ejecutar; pedidme lo que queris y os lo dar, pues vuestros son ya mi corazn, mi alma, mi vida y mi ser, sin reserva alguna, ahora y siempre y por toda la Eternidad. Amn.

OBSEQUIO PARA ESTE DATener una media hora de silencio en homenaje al Corazn Santsimo de Mara.

ORACIN FINAL (para cada da pg. 10)

ORACIN PREPARATORIA(para todos los das pg. 7) Consideracin para el da tercero

13

EL CORAZN DE MARA ESTA LLENO DE COMPASIN La Iglesia dirige a la Virgen Inmaculada, en la antfona Salve Regina, esta invocacin bellsima: Dios te salve, Reina, Madre de Misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra: Dios te salve! S, porque Mara no es madre como cualquier otra, sino Madre, sobre toda ponderacin, dulcsima, amantsima y misericordiossima; su Corazn es un abismo de bondad, de ternura y de compasin. Cuando concibi en sus entraas pursimas al Verbo encarnado, impetr de Dios, dice Santo Toms ( Impetravit ut ipsa sit Regina Misericordiae, ut Christus est Rex Justitiae. n proef. epist. canon.), que le hiciese Reina de Msericordia, as como Cristo haba sido constituido Rey de Justicia. La compasin es esa virtud bellsima que hace propias las miserias y desgracias ajenas; por tanto, el Corazn de Mara est formado de tal suerte que no puede contemplar nuestros dolores y penas sin hacerlos propios suyos, por la ms delicada y tierna compasin. Por pobres, desgraciados, miserables y pecadores que seamos, no nos desalentemos, pues tenemos una Madre dulcsima y misericordiossima, en cuyo Corazn maternal podemos reclinarnos, seguros de encontrar en l un refugio contra nuestros perseguidores, un remedio para nuestros males y un alivio para todas nuestras dolencias. Por qu, oh hombre miserable y desgraciado, temes acercarte a Mara?, dice San Bernardo. Nada hay en Ella de austero, nada de terrible, Ella es todo suavidad y dulzura (Quid ad Mariam accedere trepidat humana fragilitas? Nihil austerum in ea, nihil terribile, tota suavis est, mnibus una offerens lac et lanam. Super Sign. Magn). Al contrario, mientras ms miserables y desgraciados somos debemos creernos con mejores ttulos para ser ms favorablemente acogidos del Corazn compasivo de Mara. T eres Reina de la Misericordia, le dice el Santo Doctor; pues bien, quines son los vasallos de la Misericordia sino los miserables? T eres Reina de la Misericordia, y yo soy el ms miserable de los pecadores, luego yo soy el ms grande de tus subditos:

14 Tu regina misericordia, et ego miserrimus subditorum maximus (In Salv. Reg.). peccator,

EJEMPLONo bien se hubo fundado el 11 de diciembre de 1836 la Archicofrada del Corazn Santsimo de Mara, en Pars, segn queda ya referido, la Virgen bondadossima abri los tesoros de su compasin maternal en favor de innumerables pecadores. La tarde de aquel fausto da, mientras el piadoso concurso reunido en el templo de Nuestra Seora de las Victorias, cantaba con inusitado entusiasmo: Refugium peccatorum, ora pro nobis!, el piadoso Prroco de esa iglesia, abad Desgenettes, haca a la Reina del Cielo esta oracin: "Oh bondadosa Madre, escuchad benigna a esos pecadores que os llaman refugio de ellos. Dignaos adoptar por vuestra esta piadosa asociacin, y en prueba de que ella os es grata dignaos alcanzarme la conversin de Mr. Joly". Este era un anciano que contaba entonces ms de ochenta aos, habase educado en todos los errores del filosofismo impo del sigo XVIII, y no profesaba religin alguna. Haba sido uno de los ltimos ministros del infortunado rey Luis XVI, y se acercaba a la muerte, endurecido en la impiedad. Hasta por diez veces haba ido el celoso Prroco a casa de este hombre, y siempre haba sido speramente despedido de ella. Confiado esta vez en la proteccin especial del Corazn dulcsimo de Mara, el abad Desgenettes fue el lunes, 12 de diciembre, a hacer una postrera visita al obstinado anciano, y cosa admirable!, fue atentamente recibido por ste, que sin prembulos de ninguna clase pidi a su Cura que le bendijese, y luego le dijo: "Oh seor Cura, qu bien el que me hacis con vuestra visita; no puedo veros, porque estoy ciego, pero desde que estis a mi lado gusto de una paz, una calma y una alegra interiores tales como jams las he experimentado en mi vida". En seguida hizo su confesin con el mismo Prroco y se reconcili con Dios; vivi cuatro meses ms, y todo este tiempo, desde su conversin, lo dedic enteramente a la prctica de las virtudes cristianas, al arrepentimiento de sus culpas, al Amor de Dios y a la ms completa sumisin a su Divina Voluntad. Conquistas portentosas del Corazn

15 dulcsimo de Mara!

ORACINDe nada nos servira el gran poder que tenis cerca de Dios, si no contramos con vuestra inagotable Misericordia, oh Corazn dulcsimo de Mara! Pero al mismo tiempo que el Omnipotente os ha hecho muy grande en dignidad, pues sois verdadera Madre de Dios y Reina de la Creacin entera, sois tambin bondadosa y compasiva sobre toda ponderacin. Ea, pues, Madre amabilsima: derramad los tesoros de vuestra Misericordia sobre estos pobres pecadores, reconcilindonos con vuestro Hijo divino, y alcanzndonos la Gracia especial que os pedimos en esta Novena. Amn.

OBSEQUIO PARA ESTE DAVisitar a un enfermo, o a algn otro atribulado, en honor del Corazn compasivo de Mara.

ORACIN FINAL (para cada da pg. 10)

ORACIN PREPARATORIA(para todos los das pg. 7) Consideracin para el da cuarto EL CORAZN DE MARA, CONSUELO DE LOS AFLIGIDOSDice la Sagrada Escritura que actualmente vivimos en un valle de dolor y de lgrimas: In valle lacrimarum (Sal 83, 7); porque en castigo de la prevaricacin de nuestros primeros padres, fuimos desterrados del Paraso y lanzados fuera de l, como sobre una tierra extranjera, que no tiene para sus infelices moradores otros frutos que abrojos y

16 espinas. He aqu que, sobre este mundo, todo es vanidad y afliccin de espritu, dice el libro sagrado del Eclesiasts: Ecce universa vanitas, et aflictio spiritus (Ecl 1, 14). Salomn es quien exclama as; de modo que, aunque fuese posible que todos los hombres disfrutaran de la gloria, del podero y de las riquezas de aquel gran rey, no por eso dejaran de ser infelices y desgraciados; porque todo cuanto hay en esta tierra es vanidad y afliccin de espritu. Pero, y, qu habremos de decir si tenemos en cuenta que la mayor parte de los hijos de Adn han recibido por herencia, en este mundo, no las riquezas, honras y delicias, sino la pobreza, la humillacin y el dolor? Agrgase a esto que el mundo es casi siempre impotente para remediar nuestros males y dolencias, y consolarnos en la afliccin. Consoladores bien pesados sois todos vosotros: Consolatores onerosi, omnes vos estis , (Job 16,2) deca Job a sus amigos que le calumniaban pretendiendo consolarle. Y cuanto ms ntimas y profundas son nuestras penas, especialmente si provienen de una conciencia ulcerada por la culpa, ms ineficaces y banales son las consolaciones humanas. En cambio la Providencia Divina ha remediado admirablemente esta necesidad de las almas, dndonos en Mara a la verdadera y bondadossima Consoladora de los afligidos: Consolatrix aflictorum, como le llama la Iglesia. Para ello el Corazn de esta incomparable Virgen est adornado con todas las dotes y cualidades que le hacen aptsimo para ser el asilo de todos los desgraciados y el refugio de todos los miserables; ese Corazn dulcsimo nos ama con amor ms grande que el de todas las madres, nos compadece, cual si fuesen propias suyas todas nuestras dolencias, y dispone a su agrado de todos los tesoros de la Gracia y del Poder divino. No ignora una sola de nuestras penas, nos ama como Madre amantsima que es, y todo lo puede cerca de Dios: Qu ms necesitamos ni podemos apetecer, para arrojarnos con absoluta confianza en ese mar de amor y de dulzura que se llama Corazn de Mara? Dios, dice San Buenaventura, ha ungido a Mara por Reina, con el leo de la Misericordia y la Piedad, para que Ella derrame en nuestras almas la uncin del consuelo y la

17 alegra. (Mara plena unctione Misericordiae, et oleo Pietatis, propterea unxit te Deus oleo letitiae. In Spec. c. 7).

EJEMPLOLa historia de la Archicofrada del Corazn Santsimo de Mara nos demuestra elocuentemente cuanto acabamos de decir, esto es, que no hay dolor, sufrimiento ni pena que no puedan ser remediados si se acude con humildad y constancia a ese Corazn dulcsimo; he aqu un ejemplo. Hacia 1836 habitaba en Pars un caballero cristiano y de buenas costumbres, pero que se hallaba grandemente afligido a consecuencia de la vida enteramente mundana y descreda que llevaba su consorte, la que ajena a toda idea y prctica religiosa no se ocupaba sino de bailes, espectculos y placeres. Si se le hablaba de Dios, del alma, de la Eternidad, contestaba secamente: yo no creo en nada de eso. No hallando remedio a una situacin tan deplorable, acudi el marido a la Archicofrada del Corazn compasivo de Mara, pero tampoco obtuvo nada, hasta que se le ocurri hacer apuntar el nombre de su mujer, en la lista de los asociados de esa confraternidad y rezar todos los das un Ave Mara, por la conversin de aquella desgraciada pecadora. As se hizo: fue apuntado el nombre de la impenitente mujer en el libro de la asociacin y se pidi por ella. Al da siguiente, a las ocho de la maana, portentos de la divina Gracia!, la infeliz pecadora sali de su aposent deshecha en lgrimas, fuese donde su marido, se arroj a sus pies, le pidi perdn de sus escndalos, y le declar que durante la noche precedente Dios le haba hecho conocer el horrible estado de su alma, del cual quera salir cuanto antes por una sincera y contrita confesin de todas sus culpas. Hzolo as efectivamente; el marido qued consolado, y la pecadora arrepentida cambi de conducta, de tal suerte, que lleg a ser objeto de edificacin para cuantos la conocan y trataban.

ORACINOh Corazn dulcsimo y compasivo de Mara! Vos

18 conocis muy bien cuntas secretas penas devoran mi alma, y para las cuales no encuentro consuelo en este mundo; oh Corazn piadossimo, venid en mi auxilio, y pues gustis de que se os llame Consuelo de los afligidos, remediad mis penas, o alcanzadme la difcil virtud de la paciencia. No sea yo, oh Madre amabilsima, la nica persona que habiendo acudido a vos, y solicitado vuestra poderosa mediacin, para lograr la Gracia que os pido en esta Novena, sea desatendido. En vos espero, oh Corazn misericordiossimo, no ser confundido eternamente.

OBSEQUIO PARA ESTE DAPrivarse de algo que ms agrade, en la comida, para impetrar por este acto de mortificacin, la conversin de algn pecador obstinado.

ORACIN FINAL(para cada da pg. 10)

ORACIN PREPARATORIA (para todos los das pg. 7) Consideracin para el da quinto EL CORAZN DE MARA, SALUD DE LOS ENFERMOSEntre las penas ms acerbas de la vida deben ser contadas las enfermedades, especialmente cuando son agudas, muy dolorosas, o han sido ya declaradas incurables. La muerte por s sola no sera tan temible, si no fuera por la Eternidad que la sigue y las angustias imponderables que le acompaan. Una enfermedad aguda es como una muerte continuada, dice San Gregorio Magno: quaedam prolixitas mortis. Los esfuerzos de la medicina, el amor y solicitud de los parientes pueden aliviar hasta cierto

19 punto las dolencias del enfermo, es verdad, pero tambin es cierto que cuando el accidente llega a su ltimo grado, y al aproximarse la muerte, ni las invenciones de la ciencia, ni los recursos de la riqueza, ni los sacrificios de la ms abnegada caridad pueden ya nada en favor de ese cuerpo que se deshace en polvo, y de esa alma que bebe hasta las heces el cliz del dolor. Amigos, deudos y padres ven y contemplan angustiados al hijo, al esposo, al deudo y al amigo, consumirse como una vctima entre los atroces tormentos de la ltima hora, pero no pueden ya proporcionarle auxilio alguno, ni disminuir una sola de sus dolencias. Pero no: entonces precisamente, cuando ya nada puede el hombre, es muchas veces cuando interviene Dios, por medio de su Madre Santsima, para curar al enfermo, o, por lo menos, para aligerarle sus dolores y hacer menos amargo el cliz de la muerte. Cuando todos callan, entonces habla por nosotros el Corazn dulcsimo de Mara. La Iglesia da a esta Virgen piadossima el ttulo hermoso de Salud de los Enfermos; y efectivamente, quin podra contar el nmero sin nmero de enfermos sanados milagrosamente por la intervencin poderosa de la Reina de los Cielos? La historia de todos los santuarios de Mara es un cuadro hermossimo de estas curaciones portentosas. El Corazn tierno, delicado y piadossimo de la Virgen que, en las bodas de Cana, exigi y obtuvo un milagro, de su Hijo divino, para ahorrar un sonrojo a aquellos pobres esposos, por falta de vino, cunto ms ntima y fuertemente habr de conmoverse al or el clamor de sus siervos e hijos, al verlos luchando entre las angustias indecibles de la muerte? A esa alma msera, a la que no puede ya llegar auxilio alguno de la tierra, se acerca el Corazn amantsimo de la Virgen, y al punto el mar de angustias se convierte en ocano de delicias, la noche tempestuosa en clarsimo da, y el que estaba hundido en las fauces de la muerte resucita a nueva vida. S, dice San Buenaventura: el principal cuidado de Mara es socorrer a los miserables; su vestido, su trono, su habitacin, la misericordia, la compasin tierna y afectuosa es el sentimiento ms dulce de su Corazn: Undique solicita es de miseris, misericordia vallaris, solum

20 misereri videris appetere (Sup. Salv. Reg.).

EJEMPLOIncontables son los casos de curaciones portentosas debidas a la intercesin poderosa del Corazn compasivo de Mara; recordaremos aqu solamente los dos primeros de que hacen mencin los Anales de la Archicofrada. Tres meses, despus de fundada est, el 16 de marzo de 1837, presentronse algunas personas al abad Desgenettes, suplicndole hiciese pedir en la Archicofrada del Corazn compasivo de Mara, por la salud de un enfermo; negse a ello el Cura, diciendo que aquella asociacin se haba establecido para impetrar la conversin de los pecadores; pero a las repetidas instancias de esas buenas gentes accedi al fin, y el enfermo qued instantneamente curado. Con lo cual el Corazn dulcsimo de Mara demostr claramente que quera se le invocase como Salud de los Enfermos. Algunos das despus, es el mismo venerable Desgenettes que lo refiere. "Se me pidi hiciese recomendar en las oraciones de la Archicofrada, a una seorita muy joven, perteneciente a una de las ms respetables familias de la baja Normanda; quienes as me lo pidieron fueron la madre y las institutrices de la nia, que tena de 14 a 15 aos. La cual desde hacia tiempo padeca un acortamiento de los msculos de una pierna y el encorvamiento de una costilla, que le haca sufrir cruelmente, y le tena meses y meses clavada en un lecho; su pierna demasiado encogida no le permita ponerse de pie. Se nos pidi en favor de ella una Novena de oraciones al Corazn Santsimo de Mara. En los primeros das de la Novena la enferma sufri ms; pero al noveno, por la maana, se encontr curada sbita y radicalmente".

ORACINOh Virgen Sacratsima, permitid que tambin nosotros os invoquemos con el ttulo consolador de Salud de los Enfermos, ya que, como pecadores, tenemos el alma aquejada de las dolencias de la culpa; vos, Madre amablisima, podis curarnos, si queris, reconcilindonos

21 con vuestro divino Hijo, y restituyndonos a la Gracia que hemos perdido por nuestros delitos: hacedlo as, os lo rogamos, oh Madre benditsima. Tambin imploramos vuestro poderoso valimiento en favor de tantos desgraciados enfermos que, en este mismo momento, se hallan postrados en un lecho de dolor, entre los tormentos y angustias de la muerte. Oh Corazn dulcsimo de Mara: alcanzad una pronta salud a esos infelices, o si sta no les conviene, alcanzadles la Gracia de una perfecta resignacin, con la que puedan pagar sus culpas y acumular mritos para la Gloria. Oh amable Corazn de Mara, sed la salud y la esperanza ma. Amn.

OBSEQUIO PARA ESTE DAPrivarse de una visita, de un paseo, u otro divertimiento semejante, para impetrar la salud de algn enfermo, o su resignacin perfecta a la Voluntad de Dios.

ORACIN FINAL (para cada da pg. 10) ORACIN PREPARATORIA (para todos los das pg. 7) Consideracin para el da sexto EL CORAZN DE MARA, REFUGIO DE LOS PECADORESSi bien se considera no hay sino un mal propiamente dicho, que es el pecado, ni hay quin sea verdaderamente desgraciado, sino el pecador. Una sola culpa mortal priva al alma que la comete, de los bienes ms grandes que puedan darse, los cuales son, la Gracia y amistad de Dios y el derecho a la Eterna Gloria. Un solo pecado venial es mal ms terrible que cuantos dolores y tribulaciones de esta vida podemos imaginarnos, qu ser un pecado mortal? El Infierno mismo es nada en su comparacin, o mejor dicho,

22 es un bien, puesto que es la restauracin del orden divino violado por la culpa. Podemos pecar: s; todos los hombres tenemos esta facultad tristsima; pero una vez cometido el pecado, no podemos salir de l, si no viene la Gracia de Dios en auxilio nuestro. Y esta Gracia, que es la Gracia santificante, la primera y la ms excelente de las Gracias, no la puede merecer jams el pecador, al menos de condigno, porque es un don esencialmente gratuito. Quin se compadecer del pecador, quin se dignar interceder por l ante el acatamiento divino? Jesucristo es nuestro mediador de Justicia; pero, ay!, es tambin al mismo Seor a quien ofendemos, y por tanto necesitamos de otro que interceda por nosotros ante el Redentor ofendido, y Mara es quien desempea este oficio sublime de Abogada y Medianera en favor nuestro. Refugio de los pecadores, le llama la Iglesia: Refugium peccatorum, ora pro nobis! San Agustn dice: T eres, oh Mara, la nica esperanza de los pecadores; porque, por ti esperamos alcanzar el perdn de todos nuestros delitos: Tu es spes nica peccatorum; quia per te speramus veniam omnium delictorum (Serm. 18 de Sanctus). San Bernardo dice que Mara es la nica escalera por la que los pecadores pueden salir de sus culpas y subir al Cielo: Haec peccatorum scala. Si el Corazn dulcsimo de la Virgen est lleno de tanta compasin para con los desgraciados, cunta no la tendr de los pecadores? Mara sabe bien que infelicidad tan grande sea hallarse en enemistad con Dios y en estado de pecado mortal, que empeo no pondr en sacar a las almas que le son devotas, de situacin tan triste y desgraciada? El Corazn compasivo de Mara es verdaderamente el refugio de los pecadores.

EJEMPLOToda la bellsima historia de la Archicofrada del Corazn Santsimo de Mara no es otra cosa que el relato no interrumpido de conversiones admirables de pecadores, obtenidas por la mediacin poderosa de ese Corazn dulcsimo. Sin embargo, ya que es necesario sealar un

23 ejemplo, tomaremos, al acaso, el siguiente. A los principios de la Archicofrada, cierto mdico de provincia, de edad como de cincuenta y cinco aos, haba ido a Pars, por varios asuntos. El pobre hombre, aunque catlico, hacia treinta aos que viva olvidado completamente de la religin y sus prcticas, y sumido en los vicios ms vergonzosos. Cierta tarde que atravesaba por delante de la iglesia de Nuestra Seora de las Victorias, al verla abierta, entr en ella por simple curiosidad, movido del deseo de conocerla. En ese momento se celebraba una de las distribuciones piadosas en honor del Corazn de Mara; un orador sagrado refera al auditorio la historia de la Conversin de San Agustn. Al orla el pobre mdico se sinti inmediatamente tocado por la Gracia de Dios. "He ah un hombre, se dijo entre s, tan pecador como yo, que jams hall la felicidad en los placeres del mundo, como tampoco la he encontrado yo; y que convertido ha venido a ser tan grande delante de Dios y de los hombres". Movido por este pensamiento, se resolvi al fin a dejar la cadena de sus vicios, hizo una fervorosa confesin y emprendi, en adelante, una vida fervorosamente cristiana y piadosa.

ORACINOh Corazn dulcsimo de Mara, fuente de suavidad, amor y compasin en favor de todos los desgraciados, especialmente de los pecadores, dignaos escuchar benignamente las humildes splicas que os dirigimos en esta Novena, por nosotros mismos y por tantas otras almas sumidas, como las nuestras, en el lodazal de la culpa. Corazn suavsimo!, no lo seris con nosotros? Corazn lleno de ternura y compasin!, no las tendris en nuestro favor? Oh Mara!, refugio de los pecadores, amparo de los desgraciados y consuelo de todas las almas afligidas: reconciliadnos con vuestro Hijo divino, y alcanzadnos una Gracia tan poderosa y eficaz de verdadera contricin, que empleemos el resto de la vida en llorar nuestras culpas, hacer penitencia de ellas, y amar a Dios con todas las fuerzas del alma y los afectos del corazn. Amn.

OBSEQUIO PARA ESTE DA

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Or una Misa por la conversin de los pecadores. ORACIN FINAL (para cada da, pg. 10) ORACIN PREPARATORIA (para todos los das, pg. 7) Consideracin para el da sptimoEL CORAZN SANTSIMO DE MARA, DESPERTADOR DE LAS ALMAS TIBIAS Despus del hbito del pecado mortal no hay estado ms deplorable para un alma que el de la tibieza. Terrible es la sentencia que el Espritu Santo fulmina contra tales almas: "Por cuanto eres tibio, y no fro ni caliente, estoy para vomitarte de mi boca... No conoces que eres un desdichado, y miserable, y pobre, y ciego, y desnudo": Nescis quia tu es miser, et miserabilis, et pauper, et caecus, et nudus . ( Ap 3,15-17). Lo ms triste de tan abyecta situacin es la suma dificultad que para salir de ella experimenta el alma tibia. No son raras, sino muy frecuentes, en la Iglesia, las conversiones de grandes pecadores; mientras que es caso singular y muy pocas veces odo que un tibio se transforme en fervoroso. Pues este es cabalmente uno de los prodigios de la divina Gracia que suele impetrar para sus devotos el Corazn pursimo de Mara. San Juan-Mara Bautista Vianney, Cura de Ars, a las almas que se le acercaban pidindole remedios para salir de la tibieza y ascender por las arduas cumbres de la perfeccin, les aconsejaba hacer una Novena al Corazn Santsimo de Mara. Y con mucha

25 justicia, porque ese Corazn pursimo ha sido entre las puras criaturas la hoguera ms ardiente en divino amor que hayan contemplado los Cielos. S: a este Corazn amantsimo se aplican esas palabras de los sagrados cnticos: la caridad que arde en tu seno es como un volcn en llamas: lampades ejus, lampades ignis atque flammarum (VIII, 6). San Ildefonso, Arzobispo de Toledo, dice, que as como el hierro sumergido en la fragua se transforma todo en fuego; as el Espritu Santo transform a Mara, toda en el fuego del Amor divino; de tal suerte que no se vea en Ella sino la llama del Divino Espritu, ni otra cosa se senta sino el fuego del amor a Dios (Ita ut in ea Spiritus Sancti flamma tantum videatur, nec sentiatur nisi tantum ignis amoris Dei. Orat. Io de Assumpt. B. V.). Por consiguiente, al Corazn ferventsimo de Mara hemos de acudir para inflamarnos en amor a Dios, y curarnos de la tibieza que nos pone en peligro de caer en culpa grave y condenarnos. Pidamos a esta incomparable Virgen derrame en nosotros una centellita de ese fuego divino en que arde Ella y se consume.

EJEMPLOEn marzo de 1842, un joven prncipe ruso, Sergio de Chetzoulepnikof: se present al abad Desgenettes, y le refiri cmo venciendo dificultades mil y luchando con todo el poder del imperio moscovita, dej el cisma griego y se convirti al catolicismo, solo por haber ledo los Anales de la Archicofrada del Corazn Santsimo de Mara, que una dama polaca hizo llegar a sus manos, por una casualidad. Hallndose ya el prncipe en la capital de Francia, como continuasen contra l las persecuciones del gobierno ruso, y se viese en la imposibilidad de regresar a su pas, cay en tal languidez, melancola y desaliento, que se enferm gravemente, y vacilaba ya acerca de si perseverara o no en la fe catlica que haba abrazado tan heroicamente. Entonces se ofrecieron muchas oraciones por el desgraciado joven al Corazn pursimo de Mara, en la Archicofrada de Pars. Cosa admirable! Al punto mismo el generoso prncipe dej sus vacilaciones, y no solamente se

26 afirm en sus sentimientos catlicos, sino que renunci al mundo y sus vanidades, abraz la carrera eclesistica, hzose misionero apostlico, y consagr toda su vida a propagar la verdadera fe de Cristo en los Estados Unidos.

ORACINAqu tenis a vuestras plantas, oh Madre Santsima, a un alma infiel a los beneficios de Dios, que por falta de correspondencia ha dejado estriles las ms preciosas Gracias, y ha cado desgraciadamente en la tibieza. Quin sino vos, oh Virgen piadossima, podr levantarme de estado tan deplorable y triste? A vuestro Corazn amantsimo, a ese horno inextinguible y profundo del divino Amor, acudo hoy oh Mara!, para que os dignis derretir el hielo de mi espritu, y me alcancis Gracias tan eficaces de verdadera conversin, que renunciando a la vida perezosa, floja y lnguida que he llevado hasta ahora, ascienda con valor y perseverancia por las arduas cumbres de la perfeccin cristiana, hasta alcanzar el premio eterno de la Gloria. Amn.

OBSEQUIO PARA ESTE DAHacer un cuarto de hora de visita al Santsimo Sacramento, pidiendo por la conversin de las almas tibias.

ORACIN FINAL (para cada da pg. 10) ORACIN PREPARATORIA (para todos los das pg. 7) Consideracin para el da octavo EL CORAZN SANTSIMO DE MARA,

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ESPERANZA DE LOS DESESPERADOSDice el Espritu Santo en el libro sagrado de los Proverbios, que cuando el impo cae en el abismo de los pecados, no hace caso de nada, ni de la muerte, ni del Juicio, ni del Infierno, ni del Cielo: Impius, cum in profundum venerit peccatorum, contemnit (Pr 18,3). Es decir que un pecador semejante es un desesperado. Puede darse un estado ms terrible para un alma? La desesperacin es lo que pone el sello a la impenitencia final, y hace casi imposible la conversin. Pero bien, precisamente en favor de estos impos, impenitentes y desesperados ha hecho ostentacin de inefable ternura, el Corazn compasivo de Mara; como si su principal honor y su gloria ms alta estuvisen en conquistar estas almas ya casi rprobas, y en arrancar de las fauces del Infierno a los que el diablo tena por su segura presa. Y ciertamente que en nada, como en semejantes conversiones, resplandecen ms vivamente la Omnipotencia y Misericordia Divinas, como ningn milagro de Cristo comprob ms irrecusablemente su Divinidad, como el de la resurreccin de Lzaro, que hallndose ya en descomposicin y encerrado por cuatro das en el sepulcro, fue sin embargo llamado nuevamente a la vida. Los estupendos milagros de semejantes conversiones parecen reservados especialmente a la intercesin poderosa del Corazn dulcsimo de Mara. Grandes Padres y Doctores de la Iglesia haban advertido esta prerrogativa singular de la Santsima Virgen. San Efrn la llama: Esperanza de los desesperados; San Bernardo dice, que no hay pecador, por perdido que est, que no alcance su salvacin, si la Virgen Santsima intercede por l. (Nemo tan peccator pereat cui Sancta Sanctorum patrocinii suffragium praestat. In Salv. Reg.). Nada es imposible a Mara, dice San Pedro Damiano, pues a Ella es posible volver a la esperanza hasta a los mismos desesperados. (Nihil tibi Maria impossibile, qui possibile est desperatos in spem beatitudinis relevare. In Serm. Io in Nat B. M. V.) Pues nunca, tal vez, como en nuestros das, se ha

28 palpado ms claramente esta verdad, pues son innumerables los pecadores obstinados que han alanzado la Gracia prodigiosa de su conversin, por una intervencin manifiesta del Corazn compasivo de Mara.

EJEMPLOEn septiembre de 1839, se mora en Pars una joven a quien se haba educado en la libertad de costumbres, y lejos de toda influencia religiosa. La enfermedad de que dolera era la tuberculosis pulmonar, en su ltimo grado, por lo cual se tema que de un momento a otro muriese la pobre tsica en desgracia de Dios, y consumase su perdicin eterna. Varias personas piadosas haban agotado sus esfuerzos para obtener de la enferma que arreglase su conciencia y recibiera los auxilios de la religin; pero la moribunda no quera ni que se le hablase de Sacerdote, y hallbase en tal estado de agitacin, terror y desesperacin, que infunda espanto en cuantos la vean. Un celoso Sacerdote de la parroquia, donde esto aconteca, fue algunas veces a ofrecer los socorros espirituales a aquella desgraciada, pero sta los rechaz siempre con terca obstinacin. Qu hacer, entonces?... Una buena y caritativa seora de la vecindad, sin hallar ya otro recurso para mover a aquella alma impenitente, se encamin al templo de Nuestra Seora de las Victorias, y suplic al Prroco, el abad Desgenettes, que hiciese orar por la conversin de la joven obstinada, en la Archicofrada del Corazn compasivo de Mara, y que, en el altar hiciese celebrar, por esta misma intencin, el adorable sacrificio de la Misa, el da 3 de septiembre. Todo esto se hizo con absoluto secreto. Cosa admirable!: "En el momento en que principi la Misa, la enferma que no poda ni sospechar lo que se haba hecho por ella, y cuyas perversas disposiciones no haban sido tampoco disminuidas por ninguna influencia exterior, esa enferma impenitente y desesperada pidi espontneamente un Sacerdote, se confes muy contrita de todas sus faltas y recibi el Santo Vitico llena de piedad y gozo". Poco despus muri con seales manifiestas de eterna predestinacin. Milagros

29 estupendos del Corazn compasivo de Mara!

ORACINOh Corazn dulcsimo de Mara, escalera nica que tienen los pecadores para salir de sus vicios y subir al Cielo; vos, Corazn amabilsimo, por quien hasta los desesperados tornan a la esperanza y al camino de su salvacin; dignaos or benignamente nuestras splicas, e interceder ante el trono de la Misericordia infinita, en favor de los pecadores por quien os hacemos esta Novena. Alcanzadnos a ellos y a nosotros la Gracia de una sincera y perfecta conversin, y la de amar y servir a Dios hasta la muerte. As sea.

OBSEQUIO PARA ESTE DAHacer una fervorosa Confesin sacramental pidiendo al Corazn compasivo de Mara, que, en cambio de este obsequio, alcance la conversin de algn pecador desesperado que est a punto de condenarse.

ORACIN FINAL (para cada da pg. 10) ORACIN PREPARATORIA (para todos los das pg. 7) Consideracin para el da noveno EL CORAZN SANTSIMO DE MARA, AUXILIO DE LOS MORIBUNDOSSi en todas las circunstancias de la vida necesitamos del auxilio y proteccin de la Santsima Virgen, stos nos son indispensables especialmente a la hora de la muerte, pues se es el punto del cual depende toda nuestra

30 Eternidad: momentum a quo pendet aeternitas. La Iglesia, nos ensea a invocar a Mara, llamndole Puerta del Cielo: Janua coeli, ora pro nobis; y en la salutacin anglica nos hace pedir su mediacin poderosa muy sealadamente para la hora de la muerte, diciendo a la soberana Reina que nos ampare de modo eficaz en aquel instante tremendo: ora pro nobis peccatoribus nunc et in hora mortis. Y con mucha razn hacemos esta splica a la piadossima Madre, porque si en toda ocasin son muchos y grandes los peligros de perdernos, suben stos de punto a la hora de la muerte. Entonces el diablo, dice el libro sagrado del Apocalipsis, redobla su furor y multiplica sus ataques, sabiendo que le queda ya poco tiempo para hacerse dueo de esa alma y precipitarla en el Infierno: Descendit diabolus ad vos, habens iram magnam, sciens quod modicum tempus habet (Ap 12,12). Hablando, de este momento supremo de la muerte, y de los peligros que en l se esconden, dice el apstol San Pedro: si el justo apenas se salvar, a dnde irn a dar el pecador y el impo? Impius et peccator, ubi parebunt? (1 P 4,18). Si aun grandes Santos y almas inocentsimas han temblado de terror en aquel momento formidable, cmo se vern en l los tibios y los pecadores? Entonces ms que nunca el Corazn piadossimo de Mara hace ostentacin de su benignidad y dulzura incomparables, protegiendo y amparando a las almas que le son devotas, y a aquellas en cuyo favor se imploran el poder y compasin de la dulcsima Reina. Dice San Jernimo que la Virgen Santsima favorece de modo muy especial a sus devotos a la hora de la muerte, y no solamente les socorre, alcanzndoles auxilios extraordinarios de la Gracia, sino que les acompaa y preserva, con su augusta presencia, de tantos peligros como cercan a las almas en ese momento decisivo: Morientibus B. Virgo non tantum succurrit, sed etiam occurrit (Epist 2" ad Eustoch.). Oh qu grande ser, en la muerte, el consuelo que experimentarn los verdaderos devotos del Corazn Santsimo de Mara, sabiendo que l ser el fuerte e invencible escudo que les defender de todos los tiros del

31 enemigo infernal, la escalera segursima por la que pasarn del tiempo a la Eternidad, y la puerta por la que entrarn en el Paraso! Con ilimitada confianza hemos de implorar, por lo tanto, la proteccin eficaz y poderosa de este Corazn amabilsimo, no solamente para nosotros, sino tambin en favor de esos pecadores impenitentes y obstinados que se acercan a la muerte sin ninguna preparacin, y con peligro inminente de su reprobacin eterna.

EJEMPLOUn misionero apostlico de la China, el abad Pourqui, refiere el siguiente suceso, acontecido en el ao de 1855, en el lugar en que ejerca su celo y ministerio sacerdotales. Se le present un mdico pagano solicitando se le admitiera entre esa cristiandad naciente, y a pesar de la respuesta favorable que obtuvo, luego se olvid de todas sus buenas resoluciones, volvi atrs y se endureci ms que antes en sus supersticiones y errores gentlicos. A poco le sobrevino la ltima efermedad, y ni por ello quiso entrar en el buen camino; al contrario, rechazaba terco y furioso a cuantos iban a recordarle su prxima muerte, y hablarle de conversin. El misionero, como ltimo recurso, hizo pedir por aquel pagano obstinado, en la asociacin del Corazn Santsimo de Mara, establecida en la iglesia de la misin. Cosa admirable!: "Al punto mismo hace llamar el moribundo al catequista, y pdele con lgrimas en los ojos, vaya donde el misionero y obtenga la Gracia del Bautismo. Acudi solcito el piadoso Sacerdote, y despus de haber instruido y preparado, convenientemente al contrito y ya ejemplar nefito, le administr el Sacramento de la regeneracin y le abri las puertas del Cielo". Tales son las portentosas conquistas que en esa hora suprema hace, no pocas veces, el Corazn dulcsimo y compasivo de Mara.

ORACINOh Reina amabilsima!, con sobrada razn os llama la Iglesia: Refugio de los pecadores, pues vuestro Corazn misericordioso y compasivo es el seguro asilo de todos aquellos a quienes la culpa ha apartado de su Dios, pero

32 que cual el prdigo anhelan volver a la Casa paterna, y reconciliarse con su Redentor divino. Pero, ay!, cuntos otros pecadores obstinados viven de asiento en la perdicin, y ni aun a la hora de la muerte se dan cuenta de su terrible estado; en favor de estos desgraciados os pedimos especialmente, oh Virgen benditsima!, que interpongis vuestro poderoso valimiento, ante el trono de la Divina Misericordia. Sea gloria de vuestro Corazn maternal y compasivo salvar a quienes el Infierno tena ya por su segura presa; y todos los pecadores convertdos y salvados por vuestra eficaz intercesin seamos en el Paraso los trofeos de vuestra victoria, y ensalcemos la caridad y dulzura de vuestro admirable Corazn por los siglos de los siglos. Amn.

OBSEQUIO PARA ESTE DATerminar la Novena con sacramental, y pedir por ella, Mara, socorra a los moribundos la Eternidad, alcanzndoles la conversin a Dios. una fervorosa Comunin al Corazn compasivo de que estn para pasar hoy a Gracia de una verdadera

ORACIN FINAL (para cada da pg. 10)

MoradasEN LOS

CORAZONES SANTSIMOS MARA

DE JESS Y DE

(para todos los das de la semana)Bienaventurada el alma que establece su mansin en el Corazn adorable de Jess y mediante el Corazn

33 Inmaculado de Mara!...

DOMINGOEntrad por la puerta del Corazn Inmaculado de Mara en el Corazn Sagrado de Jess, santuario de las complacencias del Eterno Padre, en el que San Pablo nos muestra a Dios Padre reconcilindose con el mundo; santuario en el cual vemos tambin al Verbo Divino confundir al Infierno por el misterio incomprensible de sus abatimientos infinitos!... Tributad vuestros homenajes a la adorable Trinidad, rezando devotamente el Gloria al Padre; y aniquilndoos profundamente en vuestro espritu ante la Majestad infinita, pedidle la virtud de la humildad. Orad por los infieles, los herejes y cismticos y por todos los profanadores del santo da del Seor. Implorad la conversin de todos los pecadores rezando tres Ave Maras al Corazn Santsimo de Mara, con la siguiente jaculatoria: Corazn compasivo de Mara, socorre a los pecadores!

LUNESEntrad por el Corazn Inmaculado de Mara en el Corazn Sagrado de Jess, como en un navo que conduce directamente a Dios. Su Amor es el piloto, su Sabidura el timn, su Providencia la vela y su Gracia el dulce cfiro que, a travs de la mar tempestuosa de este mundo, os conducir dichosamente al puerto. Pedid la virtud de la sencillez y repetid frecuentemente entre el da: Oh Jess, ponedme como un sello sobre vuestro Corazn! Orad por las almas del Purgatorio, especialmente por las ms devotas de los Corazones Santsimos de Jess y de Mara. Terminad rezando las tres Ave Maras y la jaculatoria: Corazn compasivo de Mara, socorre a los pecadores!

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MARTESEntrad por el Corazn Inmaculado de Mara en el Corazn Sagrado de Jess, como en una hoguera u horno encendido, para inflamar a vuestra alma en el fuego de la verdadera caridad a Dios y al prjimo, para fundir vuestro espritu y vaciarlo en el molde del Corazn divino de Jess, a fin de que podis repetir con el gran apstol: La Caridad de Jesucristo me estrecha y saca fuera de m. Pedid la virtud de la caridad y repetid a menudo la oracin: Dios mo!: cundo me dars tu Amor? Orad por la perseverancia de los justos y la verdadera santificacin de cuantos se dedican a propagar el culto de los Corazones Santsimos de Jess y de Mara. Tres Ave Maras y la jaculatoria.

MIRCOLESEntrad por el Corazn Inmaculado de Mara en el Corazn Sagrado de Jess, como en el palacio del Altsimo. Qu magnificencia en la fbrica de este palacio: qu tesoros de Gracias para el tiempo y de Gloria para la Eternidad, se hallan encerrados en la imitacin de las virtudes de este Corazn divino! Pedid el espritu de pobreza y repetid frecuentemente entre el da: Oh Jess!, quin me desprender de las cosas de este mundo, para seguiros nicamente a Vos? Orad por la conversin de los pecadores, especialmente los ms obstinados y empedernidos en el vicio. Tres Ave Maras y la jaculatoria.

JUEVES

35 Entrad por el Corazn Inmaculado de Mara en el Corazn Sagrado de Jess, como en la sala de un festn. Oh, qu mar de delicias aguarda aqu a las almas que renuncian a los placeres, honras y bienes de este mundo, para consagrarse nicamente a Dios!... El Esposo Celestial es tan generoso como amable con las almas que a El se consagran; pero esta generosidad debe ser recproca. Pedid la virtud de la castidad y repetid frecuentemente entre el da: Quin me dar el candor de los lirios y alas como de paloma, para huir de este mundo, volar y descansar en el Corazn de mi Dios? Orad por el Clero y por todas las almas consagradas a Dios, especialmente por las que se han dedicado de modo particular al amor y culto de los Corazones Santsimos de Jess y de Mara. Tres Ave Maras y la jaculatoria.

VIERNESEntrad por el Corazn Inmaculado de Mara en el Corazn Sagrado de Jess, como en un mar de amargura, pero tambin de aguas limpidsimas, en que os lavaris de vuestras culpas y encontraris remedio eficaz para todos vuestros males... Contemplad a Jess inmolndose en aras de la Voluntad Divina, hecho obediente hasta la muerte y muerte de Cruz. Adorad a la Vctima divina, y, a imitacin suya, aceptad gustosos cuanto el divino Beneplcito quiera disponer de vosotros en adelante. Pedid la virtud de la obediencia y el abandono ms completo a la Voluntad Divina, y repetid a menudo entre el da: Dios mo, hgase tu Voluntad amabilsima, hgase todo no como yo quiero, sino como T lo has dispuesto. Orad por las almas atribuladas, especialmente por las que a imitacin de los Corazones Santsimos de Jess y de Mara viven abandonadas en todo al Querer divino.

36 Tres Ave Maras y la jaculatoria.

SBADOEntrad por el Corazn Inmaculado de Mara en el Corazn Sagrado de Jess, como en un paraso y jardn delicioso, sembrado de toda clase de flores de virtudes y plantas de buenas obras. Procurad generosamente, por el exacto cumplimiento de las obligaciones de vuestro estado y la prctica de toda clase de virtudes, hacer de vuestros corazones, a semejanza del divino de Jess, un vergel ameno donde el Celestial Esposo encuentre sus delicias. Pedid las virtudes de la fortaleza y perseverancia en el bien, y repetid a menudo: Qu tengo en el Cielo y qu anhelo en la tierra, sino a Ti, Dios de mi corazn y mi herencia para toda la Eternidad? Orad por la perseverancia de los justos y el aumento de la devocin a los Corazones Santsimos de Jess y de Mara. Tres Ave Maras y la jaculatoria. (Para las personas que quieran servirse de estas prcticas de piedad, para hacer una Novena en honor de los Corazones Santsimos de Jess y de Mara, ponemos a continuacin los ejercicios devotos de los das octavo y noveno).

MORADA OCTAVAEntrad por el Corazn Inmaculado de Mara en el Corazn Sagrado de Jess, como en una soledad apacible, como en un nuevo Tabor, en que, lejos del bullicio del mundo y del trfago de las criaturas, podis, a solas, gozar del trato y comunicacin con vuestro Dios. Esforzaos, para ello, en manteneros constantemente en la Presencia de Dios, mediante el ejercicio de la vida interior y frecuentes aspiraciones u oraciones jaculatorias.

37 Implorad del Cielo la Gracia de andar siempre en la Presencia de Dios y tened como dichas a vuestra alma especialmente, aquellas palabras del Seor a Abraham: Anda en mi Presencia y sers perfecto. Pedid a Dios que derrame copiosamente en su Iglesia, sealadamente en las comunidades religiosas, el espritu de retiro y oracin. Tres Ave Maras y la jaculatoria.

MORADA NOVENAEntrad por el Corazn Inmaculado de Mara en el Corazn Sagrado de Jess, como en la eterna Jerusaln o en la mansin del Cielo. A imitacin del Corazn Santsimo de Jess y del de su Madre Inmaculada, teneos por extranjeros y peregrinos en este mundo; no apeguis vuestro corazn a cosa ninguna de la tierra; en todas las cosas considerad aquello que os puede haceros eternamente felices, y vivid como si ya os hallareis en el Cielo, procurando hacer en todo la Voluntad de Dios. Pedid la virtud de un abandono completo de todo vuestro ser en las manos del Seor, y ejercitaos en frecuentes actos de amor a Dios y de una perfecta conformidad de vuestra voluntad con la Divina. Repetid frecuentemente entre el da esta piadosa aspiracin: Dios mo, Vos sois mi amor y mi todo! Orad a Dios derrame en su Iglesia, especialmente en las almas que le estn consagradas, una abundante efusin de su Caridad divina, y que se digne suscitar Santos tales y tan grandes, como se necesitan en nuestros tiempos. Tres Ave Maras y la jaculatoria.

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MesEN HONOR DEL

CORAZN PURSIMO DE MARA

La idea de esta prctica piadosa est tomada del Petit Mois de Marie dedie aux ames devoues au Coeur Inmacul de Marie, que ha suministrado buena parte de las consideraciones y obsequios de que se compone este Mes. Las personas que quisiesen darle ms amplitud pueden aadir diariamente una lectura espiritual en el precioso libro, intitulado: las Glorias de Mara, de San Alfonso Mara de Ligorio, y el rezo de algunos cnticos u oraciones, que a este propsito se pone al fin de este pequeo devocionario. Recomindaseles que cada da oren por la conversin de los pecadores, sin perjuicio de las otras intenciones particulares que, al hacer este Mes, pueden proponerse alcanzar del Corazn Santsimo de Mara.ORACIN PREPARATORIA

(para todos los das)Oh Corazn dulcsimo de Mara, lleno de compasin, ternura y amor inefables para con todos los hombres, a vos, Madre amantsima, acudimos en este Mes, deseosos de presentaros el humilde homenaje de nuestro reconocimiento, veneracin y amor por todos los favores y Gracias que, por vuestra mediacin, hemos recibido de Dios. Quin despus de Jess, nos ama como vos nos amis? Quin nos socorre en nuestras necesidades, consuela en las aflicciones, alivia los dolores, alienta en los desfallecimientos y protege en todas las circunstancias de la vida, como lo hacis vos, oh Virgen piadossima, con todos los hijos de Adn? S, Reina incomparable: vuestro Corazn dulcsimo es nuestro refugio seguro y nuestra nica esperanza, porque a vos os ha constituido vuestro Hijo divino nuestra Madre, Intercesora y Abogada, ante el trono de su infinita Clemencia; dignaos, pues, acogernos

39 benigna y alcanzarnos la Gracia de nuestra verdadera conversin y santificacin, y la perseverancia final, junto con la Gracia especial que os pedimos en este Mes. Amn.

OFRECIMIENTO (para cada da)Ofrezco y consagro a vuestro Corazn Inmaculado y Santsimo, oh mi tierna y dulce Madre, este pequeo Mes, compuesto de santas prcticas, piadosas reflexiones, armoniosas alabanzas, suaves oraciones y tiles lecturas; desde lo alto de los Cielos, dignaos, oh Mara, enviarnos una de vuestras sonrisas maternales, y derramar en nuestras almas una partecita de esos tesoros inmensos de Gracia depositados en vuestro Corazn, por el Omnipotente, para que los comuniquis a los hombres. Amn.

Da primero EL CORAZN SANTSIMO DE MARA SIEMPRE FIRME EN LA FE ENSEANZA QUE LA VIRGEN SANTA NOS DA EN ESTE DAyeme con docilidad, hijo mo, y prctica fielmente las enseanzas que mi Corazn va a darte en este Mes. La virtud que ante todas te recomiendo es la fe, porque estos son tiempos de incredulidad y perdicin, y muchsimas almas se precipitan en los Infiernos por no guardar como debieran la fe santa que profesaran en el Bautismo. Sin la fe es imposible agradar a Dios; y cuanto ms viva y prctica es la fe de un cristiano, tanto ms adelanta ste en las sendas de la virtud y perfeccin. Pero advierte que la fe es virtud, e incluye actos no solamente de la inteligencia, sino tambin de la voluntad; el impo no quiere creer lo que Dios y la Iglesia le ensean, porque no

40 quiere practicar el bien. Procura, pues, t, tener un corazn humilde, dcil y sumiso a las enseanzas de Dios y de su Iglesia. As fue mi Corazn; y por esto el Espritu Santo me alab, por labios de Isabel, dicindome: Beata quae credidisti: Bienaventurada t que has credo, porque se cumplirn sin falta las cosas que se te han dicho de parte del Seor.

OBSEQUIOEl obsequio que en este da hars al Corazn Santsimo de Mara, ser renovar, en su honor, las promesas del Bautismo y rezar devotamente el Credo, prometiendo a Dios padecer mil muertes antes que negar un solo artculo de la fe santa que profesas. Todas las obras buenas que practiques en este da las ofrecers a Dios por la conversin de los herejes.

PRACTICAA imitacin de Santa Mara Magdalena de Pazzis que, innumerables veces al da, inclinaba la cabeza cual si la pusiera bajo el hacha del verdugo, en defensa de la fe, rezars hoy siete Ave Maras, en honor del Corazn Santsimo de Mara, con la cabeza inclinada, pidindole te alcance la Gracia de morir antes que amenguar en nada el candor y viveza de tu fe.

ORACIN FINALOh Corazn dulcsimo de Mara, etc., como en la pgina . Todos los dems das del Mes se harn como en el primero, varindose nicamente la enseanza, el obsequio y la prctica, que sern los propios del da respectivo.

Da segundo EL CORAZN DE MARA FUE INQUEBRANTABLE EN SU ESPERANZA

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ENSEANZA QUE NOS DA MARAOh hijo mo, te doy ahora por prctica que ejercites tu Confianza en Dios. Cualquiera que sea el estado de tu alma no te entregues al desaliento ni a la desesperacin, sino dirigirs dulcemente tus miradas hacia el Corazn de mi divino Hijo, que es un abismo de Misericordia. Si es bien que recuerdes tus pecados y te arrepientas de ellos, tambin es necesario que no olvides que es infinito el precio de la Sangre que mi Hijo Jess derram para salvar al mundo. Mi Corazn jams amengu, ni un solo punto, su firmsima confianza en las divinas Promesas, ni aun en lo ms intenso y profundo de su dolores.

OBSEQUIORezars hoy los actos de Fe, Esperanza y Caridad, en honor del Corazn Santsimo de Mara y pidiendo por la conversin de los apostatas y tantos otros pecadores cados en desesperacin.

PRACTICAPor unas siete veces, sea entre el da o por la noche, rezars el Ave Mara, pidiendo por aquel pecador que en ese momento est a punto de caer en desesperacin y perderse para siempre; as lo practicaba la V. Ana Catalina Enmerich, y logr por este medio salvar a muchas almas del Infierno.

Da tercero EL CORAZN DE MARA, HOGUERA DE AMOR DIVINO ENSEANZA QUE NOS DA MARA

42 Hijo mo: acrcate a mi Corazn, reclnate en l, y yo te inflamar en los incendios de divino Amor que arden inextinguibles en mi pecho. Durante los das de mi vida mortal los ngeles y los Serafines, como las mariposas giran en torno de una llama, as se aproximaban ellos a mi Corazn; por qu los hombres no se acercan a m? La Gracia que ms gustosamente les alcanzo de mi divino Hijo, es la de su santo Amor. Esfurzate, pues, por salir del pecado y permanecer firme en la caridad, porque esta virtud es la vida de todas las dems y el vnculo de la perfeccin: Charitatem habete, quod est vinculum perfectionis. Pero advierte, hijo mo, que el amor a Dios no se hermana con el amor profano, con la codicia y la aficin a los placeres. Purifica tu corazn, y yo derramar en l las llamas que arden en el mo.

OBSEQUIOHars siete actos de amor a Dios y un propsito firmsimo de romper con aquella aficin que sabes te aleja ms de tu Creador, y te expone a caer en pecado. Hars este sacrificio pidiendo la conversin de las almas tibias.

PRACTICADespus de la Comunin sacramental, la espiritual es la que ms contribuye a inflamar un alma en el Amor divino; la B. Osanna de Mantua haba hecho el propsito de que cada una de sus respiraciones fuese una comunin espiritual, y por este medio lleg a la cumbre de la perfeccin.

Da cuarto EL CORAZN INMACULADO DE MARA ENSEANZA QUE NOS DA MARA

43 Hijo mo: el pecado es el enemigo de la caridad divina; el pecado mortal la mata y el venial la debilita. Como de la vista de una serpiente as huye del pecado. Quasi a facie colubri, fuge peccata. Tanto ama Dios la inocencia y pureza del corazn, que al elegirme para Madre suya decret fuese yo Inmaculada desde mi Concepcin; y as, mi Corazn fue siempre tan limpio de toda mancha de culpa, que ni la ms leve sombra de ella inficion sus afectos e inclinaciones. Por esto el Verbo Divino se encarn en mis entraas y me elev a la dignidad altsima de verdadera Madre suya. Si quieres pues agradar a mi Corazn, ama la limpieza del tuyo, y est listo a morir mil veces antes que mancharte ni con un solo pecado venial.

OBSEQUIOHars hoy una Confesin sacramental de todos tus pecados, o por lo menos un acto de contricin de todos ellos, con propsito firme de preservarte de toda falta voluntaria en este Mes, y ofrecers este obsequio por la conversin de los pecadores ms obstinados, especialmente los impos.

PRACTICAA imitacin de San Luis, rey de Francia, que preguntaba continuamente a sus cortesanos si no estaban listos a morir antes que a pecar, t te hars esta misma pregunta y responders: Dios mo: quiero morir antes que pecar! Malo mori quam foedari.

Da quinto EL CORAZN DE MARA SIEMPRE INOCENTSIMO Y ALEJADO DEL MUNDO ENSEANZA QUE NOS DA MARA

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Hijo mo: si quieres eficazmente preservarte del pecado, no solamente has de odiar las culpas, sino has de huir de todas las ocasiones de cometerlas. Yo fui Inmaculada desde el primer instante de mi ser, confirmada en Gracia, y mi Corazn no am sino lo recto y santo, y sin embargo, me alej cuidadosamente del mundo y sus vanidades, y de todo cuanto poda manchar la inocencia de mi Corazn. Imtame pues, en esto: aljate con sumo cuidado de cuanto pudiera mancillar tu alma, como son especialmente las amistades peligrosas, reuniones mundanas y lecturas frvolas. En el silencio y la esperanza de la bienandanza eterna estar tu fortaleza.

OBSEQUIOEl mejor obsequio que puedes hacer a la Santsima Virgen en este Mes, es llevar una vida verdaderamente cristiana y seria, dedicada al cumplimiento de tus deberes y ejercicios piadosos. As lo hars hoy, pidiendo por la conversin de las almas frvolas y disipadas.

PRACTICAA imitacin de San Bernardo que, cuando entraba en oracin o se dedicaba a sus otros ejercicios piadosos, sola decir: "Quedaos all cuidados del mundo y no me inquietis", tambin t dedicars algunos ratos, entre el da, al trato y conversacin con tu Dios.

Da sexto EL CORAZN DE MARA, EJEMPLAR DE PUREZA VIRGINAL ENSEANZA QUE NOS DA MARA

45 Hijo mo: No sabes que eres templo de Dios y el Espritu de Dios mora en ti? Pues si profanares el templo de Dios, que es tu cuerpo, perderte ha Dios a ti. Porque el templo de Dios, que eres t, santo es. Evita pues con sumo cuidado el vicio infame de impureza, y ama con predileccin la virtud anglica de castidad. Para ello vigila continuamente sobre los pensamientos, palabras y acciones. Mi Corazn am siempre con predileccin extrema a esta virtud hermosa de virginidad, prefer conservarla intacta y no perder mi virginal pureza, antes que ser Madre de Dios; por esto cabalmente, Dios me eligi para Madre suya, y mi Corazn lleg a ser el templo del Espritu Santo. A imitacin ma prefiere t morir antes que profanar tu cuerpo con una accin indigna contra castidad.

OBSEQUIOHars hoy un acto de mortificacin corporal, pidiendo por la conversin de los pecadores encenagados en el vicio impuro.

PRACTICASan Pedro de Alcntara, estando en el lecho de muerte, no permiti que un Religioso que le asista le tocase ni aun levemente, por no exponerse a faltar ni aun en lo ms mnimo a esta santa virtud; procura t tener el mismo cuidado.

Da sptimo EL CORAZN DE MARA, PURISMO EN SUS INTENCIONES ENSEANZA QUE NOS DA MARASiendo mi Corazn inocente y puro desde el primer

46 instante de mi Concepcin, no hubo en l jams un afecto ni una inclinacin que no fuesen totalmente dirigidos a Dios. Si quieres, hijo mo, imitarme, te doy por prctica la pureza de intencin. Si tu ojo fuere limpio, esto es, tu intencin fuere recta, todo tu cuerpo estar iluminado, esto es, toda obra tuya ser santa. Jams hagas nada por vanagloria, sino nicamente para agradar a mi divino Hijo, Tus acciones, hasta las ms triviales y comunes, hazlas por Dios, y recibirs una gran recompensa en el Cielo. Si no vigilas mucho sobre tus intenciones, cometers grandes faltas y caers de continuo; pero con vigilancia, sin hacer nada extraordinario en el exterior, practicars actos de virtud muy grandes y a cada paso.

OBSEQUIOHars hoy un acto de consagracin de todo tu ser al Corazn Santsimo de Mara, para que esta buena Madre dirija y encamine todas tus intenciones a la mayor Gloria de Dios y salvacin de tu alma, y lo hars pidiendo por la conversin de tantos pecadores cados en el vicio por amor a la vanidad.

PRACTICASan Francisco de Sales sola decir: "Si supiera que en mi corazn hay una sola fibra que no se mueve ni palpita por Dios, la arrancara al punto y la lanzara fuera de m". Procura t hacer otro tanto, de modo que jams hagas nada que no sea por Dios.

Da octavo EL CORAZN DULCSIMO DE MARA ENSEANZA QUE NOS DA MARAMi Corazn es la copia ms exacta y fiel que ha

47 existido del Corazn de mi divino Hijo Jess. El haba dicho: Aprended de M que soy manso y humilde de Corazn; yo aprend esta leccin y la cumpl fielsimamente: en mi Corazn no hubo jams una sola gota de hiel ni amargura; fui siempre dulce y caritativa con mis prjimos. Hijo mo: te doy ahora por prctica la virtud de la dulzura; reprime los mpetus y vivacidad de tu carcter, esfurzate porque todas tus palabras sean benvolas y caritativas, y porque se pueden aplicar a ti, estas palabras de mi divino Hijo: Bienaventurados los mansos. La dulzura es la virtud ms amable, pero no es la ms fcil ni la ms cmoda, pues exige una continua abnegacin de s mismo.

OBSEQUIOEn honor del Corazn dulcsimo de Mara, procurars hoy practicar la virtud de la dulzura, esforzndote porque ninguna accin ni palabra tuya puedan herir al prjimo en cosa alguna, y lo hars as pidiendo por la conversin de tantos pecadores como se encaminan a los Infiernos, dominados por los vicios de la ira y la venganza.

PRACTICAA San Francisco de Sales, habiendo sido injuriado gravemente en cierta ocasin, vironle sus familiares que se le encendi el rostro, pero que luego qued en dulce y apacible silencio. Preguntado cmo haba podido callar ante tan grande y gratuita ofensa, contest el Santo: "La clera ciertamente me golpeaba ya el pecho, pero yo imped que se subiera al corazn". Imita este ejemplo, y haz otro tanto en ocasiones semejantes.

Da noveno EL CORAZN SANTSIMO DE MARA ENSEANZA QUE NOS DA MARA

48 Hijo mo: te doy ahora por prctica el cuidado de tu salvacin. Si se trata de algn gran negocio, no omites sacrificio alguno por asegurarlo, y no tendrs el mismo exquisito cuidado en lo concerniente a tu salvacin, que es por excelencia tu negocio? Recuerda estas palabras de mi divino Hijo: Al fin de todo, una sola cosa es necesaria: Porro unum est necessarium. Dime: No podras hacer algo ms de lo que hasta hoy has hecho, para salvarte? Piensa que no ests sobre la tierra sino para servir a Dios, y de este modo salvar tu alma. No hay nadie que no necesite corregirse de algn defecto; diferir su enmienda es exponerse a no realizarla jams. No olvides estas palabras de mi cntico: Mi alma engrandece al Seor, y no se goza sino en el Dios Salvador mo. Tales eran los sentimientos que llenaban mi Corazn, y t debes esforzarte en imitarlos.

OBSEQUIOIndudablemente hay un pequeo sacrificio que Dios te lo est pidiendo hace tiempo, para tu mayor perfeccin, y que t te niegas a realizarlo. Ofrecers hoy al Corazn Santsimo de Mara hacer ese sacrificio, pidiendo por la conversin de los ateos y materialistas.

PRACTICASan Francisco de Borja acostumbraba hacer diariamente largos ratos de oracin acerca del Infierno, ponindose con la consideracin en aquel lugar que hubiese ocupado entre los rprobos, si hubiese tenido la desgracia de condenarse; t haz lo mismo ahora, y examnate cul sera la cosa que ms remordimientos te causara en el Infierno, si Dios no te hubiese, hasta ahora, preservado de l.

Da dcimo

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EL CORAZN DE MARA, EJEMPLAR DE COMPOSTURA Y MODESTIA EN TODAS SUS ACCIONES ENSEANZA QUE NOS DA MARAHijo mo, no olvides esta leccin del gran apstol: Vuestra modestia sea manifiesta a todos los hombres; esto es, proceded de manera que todas vuestras acciones y todo vuestro exterior sean regidos por la virtud de la moderacin cristiana. As lo practiqu yo; todas mis palabras, acciones y miradas edificaban al prjimo, porque eran regidas por mi Corazn que viva en ntima comunicacin con Dios, y no anhelaba otra cosa que su Gloria. Esfurzate t por hacer otro tanto: vigila sobre tus miradas, tus pasos, tus ademanes, sobre todo tu exterior, de suerte que cuantos te vean reconozcan que eres un hijo de mi Corazn. Un alma que conoce el alto precio de la castidad, teme herirla llevando una vida disipada, muelle y ociosa, causa ordinaria de grandes cadas.

OBSEQUIOEn honor del Corazn Santsimo de Mara, mortificars hoy la vista, abstenindote de ver a personas del otro sexo, ni a ningn otro objeto peligroso que pudiera disipar tu espritu y resfriar tu corazn. Lo hars as pidiendo por la conversin de esas almas que se llaman cristianas, y, sin embargo, pasan su vida en los teatros, los bailes y otras mil ocasiones de perdicin.

PRACTICADe San Luis, Obispo de Tolosa, se refiere que jams fij sus ojos en mujer alguna; en premio de esta admirable modestia le quedaron, despus de muerto, tan hermosos y brillantes los ojos, que parecan como dos luceros. Imita t a este gran Santo, para que seas como l, un hijo predilecto de Mara.

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Da decimoprimero EL CORAZN PACIENTISIMO DE MARA ENSEANZA QUE NOS DA MARAEs necesario entrar por muchas tribulaciones en el Reino de la Gloria. Hijo mo, no olvides esta leccin de tu Redentor divino; pues a la enseanza aadi el ejemplo, sometindose voluntariamente a todos los tormentos y dolores de la vida, y a la ignominiosa muerte de Cruz, por salvarnos y redimirnos. Tampoco yo, aunque Inmaculada y exenta de toda imperfeccin, me exceptu de esta ley, antes abrac gustosa la tribulacin, y consent en ser Reina de dolores al tiempo mismo que se me anunciaba la excelsa dignidad de Madre de Dios, a que fui elevada por la Bondad divina. Hijo mo, no quieras t exceptuarte del dolor y la tribulacin, ni hacer de tu vida un pasatiempo, ni un continuado placer; los que as proceden se apartan de la Cruz, y renuncian a la Eterna Gloria, pues la primera lleva a la segunda. Soporta con resignacin las penas y adversidades de esta vida, y asegurars tu eterna salvacin.

OBSEQUIOOfrecers hoy al Corazn Santsimo de Mara llevar con gozo las pruebas y contradicciones que te sobrevengan, para alcanzar la conversin de los ebrios y dems pecadores dados a los vicios de la gula y de la carne.

PRACTICASan Pedro de Alcntara haba hecho el pacto de tratar a su cuerpo como a enemigo irreconciliable; pero despus de muerto se apareci a Santa Teresa, y le dijo: "Feliz pe-

51 nitencia que tanta y tan alta gloria me ha procurado!". No olvides esta leccin.

Da decimosegundo EL CORAZN BENIGNO DE MARA ENSEANZA QUE NOS DA MARAHijo mo: mi Corazn estuvo siempre lleno de la ms tierna compasin para con todos los desgraciados hijos de Adn, porque siempre tuve presentes estas palabras del Espritu Santo: La misericordia quiero ms que todos los holocaustos. Imtame pues, hacindote sufrido y paciente con tus prjimos; soporta a los dems, ya que los otros te soportan a ti. Recuerda que la tolerancia es el ejercicio ms frecuente de la caridad. Hay ms: a ti mismo, esto es a tus imperfecciones, tienes que sobrellevar con dulzura y suavidad, pues ignora la debilidad propia, y no conoce la Bondad del Seor, quien se conturba en sus faltas; frecuentemente Dios no las permite en un alma, sino para hacerla ms indulgente con sus prjimos.

OBSEQUIOEl que hars al Corazn Santsimo de Mara, ahora, ser ofrecer las contrariedades que te pueden sobrevenir, en reparacin de los ultrajes hechos al Santsimo Sacramento, y pidiendo por la conversin de los sacrilegos.

PRACTICACuando Santa Catalina de Genova caa en alguna falta, no perda su paz, sino humillndose en la Presencia de Dios, deca: "He aqu, Dios mo, una de las flores de mi huerto". Imita este ejemplo.

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Da decimotercero EL CORAZN SANTSIMO DE MARA, NUESTRO MAS SEGURO Y PERPETUO SOCORRO ENSEANZA QUE NOS DA MARAYo soy la Madre del amor hermoso y de la santa esperanza. Hijo mo, no olvides estas palabras de la Escritura, acude asiduamente a mi Corazn Inmaculado; jams comprenders toda la ternura que mi Corazn tiene por vosotros los hombres. Haz de mi Corazn tu refugio en la vida, y l ser tu consuelo en la muerte. Especialmente en las penas interiores de tu alma, no vayas a buscar alivio en las criaturas, sino recurre a la divina Clemencia y refgiate en mi Corazn. Dios no quiere que te busques a ti mismo en nada, sino que todo tu consuelo y gozo los pongas nicamente en El que es la Dulzura infinita.

OBSEQUIOHars una visita al Corazn Inmaculado de Mara, poniendo en manos de esta tierna Madre tu vida y tu muerte, tu tiempo y Eternidad. Pedirs hoy especialmente por la conversin de las almas consagradas a Dios, y cadas en la relajacin y el pecado.

PRACTICALa V. Madre Ins de Langeac no pasaba hora del da sin ponerse en presencia de la Virgen Santsima, que se le apareca frecuentemente y le daba su bendicin. A imitacin suya acostmbrate a rezar el Ave Mara cada vez que el reloj da la hora.

Da decimocuarto

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EL CORAZN FIDELSIMO DE MARA ENSEANZA QUE NOS DA MARAHijo mo, te indico para ahora, como virtud en que debes ejercitarte, la fidelidad a la Gracia. El Espritu Santo alaba a los justos, llamndoles siervos buenos y fieles: Serve bone et fidelis; esfurzate por ser uno de ellos. Pon odo atento a la Voz de Dios que te habla al corazn; si te exige algn sacrificio necesario para asegurar tu salvacin eterna o adelantar en las sendas de la perfeccin cristiana, ponlo pronto en ejecucin. Quieres ser mi hijo? Pues yo soy la Virgen fiel: Virgo fidelis. Al Arcngel que me anunciaba el misterio de la Encarnacin, de parte de Dios, le contest: He aqu la esclava del Seor, hgase en m segn tu palabra. Mi Corazn estuvo siempre atento a or la Voz de Dios para cumplirla fidelsimamente hasta en sus ltimos pices. Muchos, despus de haber caminado algn tiempo en las sendas de la virtud, se cansan y hacen paradas; pero la Gracia jams dice: ya es bastante, sino que impulsa a adelantar hasta el ltimo momento.

OBSEQUIOHoy hars un pequeo sacrificio, abstenindote de alguna cosa de tu gusto, en la comida o bebida, y se lo ofrecers al Corazn de Mara, pidiendo la conversin de los cismticos.

PRACTICASanta Teresa hizo voto de adelantar siempre en la perfeccin, y practicar lo que fuese ms ajustado a ella; por esto lleg a la alta cumbre de santidad en que la contemplamos. Propn t, al menos, no hacer nada que conozcas ser contrario a la Voz de Dios e inspiraciones de la Gracia.

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Da decimoquinto EL CORAZN GENEROSSIMO DE MARA ENSEANZA QUE NOS DA MARAHijo mo, la prctica, que para ahora te doy, es la generosidad en el servicio de Dios. Quiero que no solamente seas fiel en el servicio de mi Hijo divino, sino que procedas con generosidad y anchura de corazn, haciendo gozoso cuanto conozcas ser de su adorable agrado. Esta generosidad se ha de manifestar en tu asiduidad en los ejercicios piadosos, en la constancia que has de emplear en corregir tus defectos, y en soportar pacientemente las imperfecciones del prjimo. El alma que de veras ama al Seor, con amor generoso, est lista a perder todos los bienes antes que cometer la menor falta. Imitar a mi Corazn, que hallndose totalmente consagrado al amor y servicio de su Dios, no se gozaba sino en su pleno servicio, y por esto me hizo grande el que es Omnipotente: Fecit mihi magna qui potens est; porque Dios es prdigo en sus Gracias con los que son generosos en su servicio.

OBSEQUIOHars hoy ese acto de virtud que conoces serte ms costoso, y lo hars en honor del Corazn Santsimo de Mara, pidiendo por la conversin de los malos Sacerdotes que viven olvidados de la alteza de su estado y Ministerio, y escandalizan a los pueblos con su apostasa.

PRACTICAJesucristo Seor Nuestro pregunt cierta vez a San Juan de la Cruz: "Qu recompensa quieres por lo que has hecho y padecido por M?". El Santo respondi: "Seor, padecer y ser menospreciado por Vos". Complcete y gzate, si alguna tribulacin se te ofrece por causa de tu

55 Dios.

Da decimosexto EL CORAZN HUMILDSIMO DE MARA ENSEANZA QUE NOS DA MARAHijo mo, has de saber que de todas las virtudes la ms grata a mi Corazn fue la humildad; lo que me movi a exclamar en mi sagrado cntico: El Seor ha visto la humildad de su sierva, he aqu por qu me llamarn Bienaventurada todas las generaciones. No olvides esta leccin: ama mucho la humildad y gzate en ser humillado, porque as sers engrandecido en el Cielo. Jams te eleves sobre nadie; si tienes cualidades que puedan atraerte estima, refirelas todas a la Gloria de Dios, que da su Gracia a los humildes. El secreto para obtener de Dios grandes Gracias, es creerse indigno de ellas. En un corazn lleno de s propio, Dios no encuentra lugar para sus favores.

OBSEQUIOOfrecers al Corazn Santsimo de Mara llevar con gozo las humillaciones que ahora se te presenten, pidiendo en cambio la conversin de los profanadores de las cosas santas, y de tantos otros desgraciados que con sus irreverencias ultrajan a la Majestad Divina y atraen sobre s la clera del Cielo.

PRACTICASan Francisco de Borja se crea ms indigno que Judas, y ms despreciable que el demonio; por lo cual los espritus infernales huan a la presencia del Santo. Ponte t en el ltimo lugar y Dios te colocar en el primero.

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Da decimosptimo EL CORAZN SOLICITO Y VIGILANTE DE MARA ENSEANZA QUE NOS DA MARASemejante es el Reino de los Cielos a diez vrgenes, de las cuales cinco eran necias y cinco prudentes; las necias fueron aquellas que al tomar sus lmparas no se proveyeron de aceite, y las prudentes las que con sus lmparas llevaron aceite. Mi Corazn fue una lmpara siempre encendida en el Amor de Dios y del prjimo, pues jams dej de estar vigilante y cuidadosa, sin perder nunca mi tiempo, sino emplendolo incesantemente en el servicio de Dios y de las almas. Hijo mo, s tu tambin muy solcito por emplear bien tu tiempo; piensa que si un rprobo pudiese volver por un solo instante a la vida, para salvar su alma, se esforzara por hacerse en l un gran Santo; el tiempo se te da, por habrnoslo comprado mi divino Hijo, al precio infinito de su Sangre. Al conservarte Dios la vida, quiere que hagas buen uso de ella, ya para que pagues tus pecados por la penitencia, ya para que adquieras mritos para el Cielo; y has de advertir que ese mismo tiempo que a ti te concede, ha rehusado a otros, mucho menos culpables que t.

OBSEQUIOHars una visita al Santsimo Sacramento, por las ingratitudes de los hombres para con este misterio, y pedirs por la conversin de los que se dedican a escribir o propagar malos libros.

PRACTICASan Alfonso de Ligorio hizo voto de no perder jams intilmente ni un solo momento de tiempo; t haz una promesa de emplearlo siempre en provecho de tu alma.

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Da decimoctavo EL CORAZN PACIFICO DE MARA ENSEANZA QUE NOS DA MARAHijo mo, ten presente esta sentencia de Jess, mi Hijo: Bienaventurados los pacficos,