Deleuze - De Las Dualidades - Logica Del Sentido

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Gilles Deleuze (París, 18 de enero de 1925 - París, 4 de noviembre de 1995) fue un filósofo francés, considerado entre los más importantes e influyentes del siglo XX. Desde 1960 hasta su muerte, escribió numerosas obras filosóficas sobre la historia de la filosofía, la política, la literatura, el cine y la pintura.Entre sus libros más famosos están los dos volúmenes de Capitalismo y esquizofrenia: Mil mesetas y El Antiedipo, ambos escritos en conjunto con Félix Guattari; los dos libros que siguieron a mayo del 68 en París, Diferencia y repetición (1968) y Lógica del sentido (1969); sus dos libros sobre cine, Imagen movimiento e Imagen tiempo; y por último, ¿Qué es la filosofía? (1991), en conjunto con Guattari.

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GILLES DELEUZE - De las dualidades

Cuarta serie deLgica del sentido

La primera gran dualidad era la de las causas y los efectos, de las cosas corporales y los acontecimientos incorporales. Pero, en la medida en que los acontecimientos-efectos no existen fuera de las proposiciones que los expresan, esta dualidad se prolonga en la de las cosas y las proposiciones, los cuerpos y el lenguaje. De aqu la alternativa que atraviesa toda la obra de Lewis Carroll: comer o hablar. En Silvia y Bruno, la alternativa esbits of things o bits of Shakespeare.En la cena cortesana de Alicia, comer lo que se os presenta o ser presentado a lo que se come. Comer, ser comido, es el modelo de la operacin de los cuerpos, el tipo de su mezcla en profundidad, su accin y pasin, su modo de coexistencia del uno en el otro. Pero hablar es el movimiento de la superficie, de los atributos ideales o de los acontecimientos incorporales. Nos preguntamos qu es ms grave, hablar de comida o comerse las palabras. En sus obsesiones alimenticias, Alicia est atravesada por pesadillas relativas a absorber o ser absorbida. Ella comprueba que los poemas que escucha tratan de peces comestibles. Y si se habla de alimento, cmo evitar hablar de l delante de quien debe servir de alimento? De ah las pifias de Alicia ante el ratn. Cmo no comer elpuddingque se nos hapresentado?Adems, las palabras de los recitados llegan de travs, como atradas por la profundidad de los cuerpos, con alucinaciones verbales, como las que se presentan en aquellas enfermedades en las que los trastornos de lenguaje se acompaan de comportamientos orales desenfrenados (llevrselo todo a la boca, comer cualquier objeto, rechinar los dientes). Estoy segura de que sas no son verdaderas palabras, dice Alicia resumiendo el destino de aquel que habla de alimento. Pero comerse las palabras es justamente lo contrario: se eleva la operacin de los cuerpos a la superficie del lenguaje, se hacen subir los cuerpos destituyndolos de su antigua profundidad, aun a riesgo de perder todo el lenguaje en este desafo. Esta vez los trastornos son de superficie, laterales, extendidos de derecha a izquierda. Eltartamudeoha sustituido a lapifia, losfantasmas de la superficie han sustituido a la alucinacin de las profundidades, los sueos de deslizamiento acelerado sustituyen a las pesadillas de hundimiento y absorcin difciles. De este modo, la nia ideal, incorporal y anorxica, el nio ideal, tartamudo y zurdo, deben desprenderse de sus imgenes reales, voraces, glotonas y torpes.Pero esta segunda dualidad, cuerpo-lenguaje, comer-hablar, no es suficiente. Hemos visto que, aunque el sentido no exista fuera de la proposicin que lo expresa, sin embargo era atributo de los estados de cosas y no de la proposicin. El acontecimiento subsiste en el lenguaje, pero sobreviene a las cosas. Las cosas y las proposiciones estn menos en una dualidad radical que a uno y otro lado de una frontera representada por el sentido. Esta frontera no los mezcla, no los rene (no hay monismo ni dualismo), es ms bien como la articulacin de su diferencia: cuerpo/lenguaje. Segn la comparacin del acontecimiento con un vapor en la pradera, este vapor se eleva precisamente en la frontera, en 'la bisagra de las cosas y las proposiciones. Hasta el punto de que la dualidad se refleja de los dos lados, en cada uno de los dos trminos. Del lado de la cosa, estn por una parte las cualidades fsicas y relaciones reales, constitutivas del estado de cosas; por otra parte, los atributos lgicos ideales que sealan los acontecimientos incorporales. Y, del lado de la proposicin, estn por una parte los nombres y adjetivos quedesignanel estado de cosas; por la otra, los verbos que expresan los acontecimientos o atributos lgicos. Por una parte, los nombres propios singulares, los sustantivos y adjetivos generales que sealan medidas, paradas, descensos, presencias; por otra parte, los verbos que arrastran con ellos al devenir y su tren de acontecimientos reversibles, y cuyo presente se divide hasta el infinito en pasado y futuro. Humpty Dumpty distingue con fuerza las dos clases d palabras: Algunas tienen carcter, especialmente los verbos: son los ms orgullosos. Con los adjetivos puede hacerse lo que se quiere, pero no con los verbos. Y sin embargo, yo puedo utilizarlos todos a mi gusto! Impenetrabilidad! Esto es lo que digo. Y cuando Humpty Dumpty explica la inslita palabra impenetrabilidad, da una razn demasiado modesta (quiero decir que ya hemos hablado bastante de este tema). De hecho, impenetrabilidad quiere decir otra cosa muy distinta. Humpty Dumpty opone la impasibilidad de los acontecimientos a las acciones y pasiones de los cuerpos, la inconsumibilidad del sentido a la comestibilidad de las cosas, la impenetrabilidad de los incorporales sin espesor a las mezclas y penetraciones recprocas de las sustancias, la resistencia de la superficie a la molicie de las profundidades, en una palabra, el orgullo de los verbos a las complacencias-de sustantivos y adjetivos. E impenetrabilidad quiere decir tambin la frontera entre los dos; y que quien est sentado en la frontera, como Humpty Dumpty est sentado sobre su estrecha pared, dispone de ambos, amo impenetrable de la articulacin de su diferencia (sin embargo, yo puedo utilizarlos a todos a mi gusto).Pero todava no es suficiente. La ltima palabra de la dualidad no est en este regreso a la hiptesis delCratilo.La dualidad en la proposicin no se da entre dos clases de nombres, nombres de parada y nombres de devenir, nombres de sustancias o de cualidades y nombres de acontecimientos, sino entre dos dimensiones de la proposicin misma: la designacin y la expresin, la designacin de cosas y la expresin de sentido. Hay aqu como dos lados del espejo, pero lo que est a un lado no se parece a lo que est del otro (todo el resto era lo ms diferente posible...). Pasar al otro lado del espejo es pasar de la relacin de designacin a la relacin de expresin: sin detenerse en los intermediarios, manifestacin y significacin. Es llegar a una regin en la que el lenguaje ya no tiene relacin con unos designados, sino solamente con unos expresados, es decir, con el sentido. Este es el ltimo desplazamiento de la dualidad: pasa ahora al interior de la proposicin.El ratn cuenta que, cuando los seores planearon ofrecer la corona a Guillermo el Conquistador, el arzobispo encontrestorazonable. El pato pregunta: Encontr qu? -Encontresto-replic el ratn muy irritado-, usted sabe perfectamente lo queestoquiere decir - Por supuesto que s lo queestoquiere decir cuando encuentro algo -dijo el pato-; generalmente, es una rana o un gusano. La pregunta es: qu encontr el arzobispo? Es evidente que el pato emplea y entiendeestocomo un trmino de designacin para todas las cosas, estados de cosas y cualidades posibles (indicador). Aade incluso que lo designado es esencialmente lo que se come o se puede comer. Cualquier designable o designado es en principio consumible, penetrable; Alicia seala por otra parte que no puede imaginar sino alimentos. Pero el ratn empleabaestode un modo completamente diferente: como el sentido de una proposicin previa, como el acontecimiento expresado por la proposicin (ir a ofrecer la corona a Guillermo). El equvoco a propsito deestose distribuye, pues, segn la dualidad de la designacin y la expresin. Las dos dimensiones de la proposicin se organizan en dos series que no convergen sino en el infinito, en un trmino tan ambiguo comoesto,ya que se encuentran solamente en la frontera que no cesan de costear. Y una de las series recoge a su modo comer, mientras que la otra extrae la esencia de hablar. Por ello, en muchos poemas de Carroll se asiste al desarrollo autnomo de dos dimensiones simultneas, remitiendo la una a unos objetos designados siempre consumibles o recipientes de consumo, y la otra a sentidos siempre expresables, o por lo menos a objetos portadores de lenguaje y de sentido, convergiendo las dos dimensiones tan slo en una palabra esotrica, en unaliquidno identificable. Como el estribillo del Snark: Puedes acosarlo con dedales, y tambin acosarlo con cuidado. Puedes cazarlo con tenedores y esperanza; donde el dedal y el tenedor se remiten a instrumentos designados, pero la esperanza y el cuidado a consideraciones de sentido y acontecimientos (el sentido se presenta a menudo, en Lewis Carroll, como aquello con lo que hay que tener cuidado, el objeto de un cuidado fundamental). La palabra extraa, elSnark,es la frontera perpetuamente costeada, a la vez que trazada por las dos series. Ms tpica todava, la admirable cancin del jardinero enSilvia y Bruno.Cada estrofa pone en juego dos trminos de gnero muy deferente, que se ofrecen a dos miradas distintas: Pensaba que vea... Mir de nuevo y se dio cuenta de que era... E1 conjunto de estrofas desarrolla as dos series heterogneas, hecha la una de animales, seres u objetos consumidores o consumibles, descritos segn sus cualidades fsicas, sensibles y sonoras, y la otra hecha de objetos o personajes eminentemente simblicos, definidos por atributos lgicos o, a veces, apelaciones de parentesco, y portadores de acontecimientos, de noticias, mensajes o sentidos. En la conclusin de cada estrofa, el jardinero traza un camino melanclico, bordeado a un lado y otro por las dos series; pues esta cancin, sepmoslo, es su propia historia.Crea ver un elefante,un elefante que tocaba el pfano;mirando mejor, vio que erauna carta de su esposa.De esta vida, finalmente, dijo,siento la amargura...Crea ver un albatrosrevoloteando en torno a la lmpara;mirando mejor, vio que eraun sello de diez cntimos.Debera volver a casa, dijo,las noches son muy hmedas...Crea ver un silogismodemostrando que l era Papa;mirando mejor, vio que eraun pedazo de jabn de mrmol.Dios mo, dijo, un hecho tan funestoconsume toda esperanza! (1) *

(1)La cancin del jardinero, en Silviay Bruno,est formada por nueve estrofas, de las que ocho estn dispersas en el primer tomo, la novena aparece enSylvie and Bruno concluded(cap. 20). Una traduccin del conjunto est dada por Henri Parisot enLewis Carroll,ed. Seghers, 1952, y por Robert Benayoun en suAnthologie du nonsense,Pauvert ed., 1957, pgs. 180-182.*Para la traduccin de los fragmentos de Lewis Carroll, nos hemos apoyado en la traduccin de Luis Maristany, Plaza y Jans, Barcelona, 1986.

Deleuze, Gilles.Lgica del sentido