DEL LIBRO AL HIPERTEXTO

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Universitat Oberta de Catalunya Master en Estudios Literarios en la era digital Trazos para un estudio analógico de: La muerte de Artemio Cruz y Golpe de gracia. Maestro: Jaime Alejandro Rodríguez Rodríguez Alumno: Ramón Gerónimo Olvera Julio 13 2008 1

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Universitat Oberta de Catalunya

Master en Estudios Literarios en la era digital

Trazos para un estudio analógico de: La muerte de Artemio Cruz y Golpe de gracia.

Maestro: Jaime Alejandro Rodríguez Rodríguez

Alumno: Ramón Gerónimo Olvera

Julio 13 2008

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Del libro al hipertexto

La historia del libro está estrechamente ligada a dos condiciones

fundamentales: la primera tiene que ver con la dimensión tecnológica, con los

elementos que han facilitado la emisión y reproducción de textos y la segunda

con el horizonte simbólico, donde el libro juega un papel fundamental al ser el

soporte más confiable del conocimiento y la forma expresiva más alta de la

civilización.

En el libro convergen, algunas veces con ciertos sobresaltos, el

pensamiento y la tecnología, pero su historia hasta nuestros días ha estado

marcada por diversas etapas históricas caracterizadas por la polémica y los

complejos procesos de adaptación, para llegar hasta la forma en que se le

conoce hoy en día.

En el tema eminentemente tecnológico, encontramos que el libro ha

tenido precedentes como las tablillas enceradas, el papiro, el pergamino, los

rollos, el códice, el palimpsesto. Estas formas de escritura dificultaban la

interacción, pero estaban basadas en un sentido comunitario que privilegiaba el

espacio público, las plazas y las fiestas populares donde se manifestaba la

oralidad. (Cfr; Millares,1971:399 paginas)

Es en la Edad Media donde la noción del libro a la par del nacimiento de

las universidades; se vuelve un espacio privado, que por un lado requiere el

aislamiento y por el otro posibilita otro modelo de lectura, que dará como

consecuencia, (con la figura de la biblioteca personal) una nueva dinámica de

interactividad. Ya que el dueño de los libros, realizará anotaciones a los

márgenes, siendo esto, un precedente del link que hay en los hipertextos. Un

ejemplo de esto es El Príncipe comentado en los márgenes por Napoleón.

Fue el libro el soporte fundamental donde se anidó la tradición

escolástica mediante los copistas, y con la aparición de la imprenta se facilitó el

nacimiento del gran lector, que no estaría necesariamente vinculado a las

universidades, sino a la posibilidad económica de adquirirlo, con esto la

naciente burguesía tendrá contacto directo, lo que se convertirá con el paso del

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tiempo en una extraordinaria oportunidad para la imprenta y el libro se volverá

un medio de emancipación ideológica.

En todos estos cambios se han observado resistencias a los nuevos

paradigmas de la escritura, en el que se inscribe por supuesto el tránsito del

libro al hipertexto, que de ninguna manera implica la abolición del primero, pero

que si plantea un cambio en los referentes de lector, autor y texto, que afecta a

ambos, dicho tema se abordará más adelante.

Pero la transición no es meramente tecnológica, sino que plantea una

serie dilemas que tienen que ver con la propia historia del pensamiento, el

camino de la oralidad a la escritura fue un proceso arduo que se ejemplifica

muy claramente con el mundo griego. Sócrates tiene un implacable recelo por

la palabra escrita, considera que la validez de la palabra está ligada al sujeto

que la enuncia, recordemos la estrecha vinculación que plantea entre la moral y

el pensamiento; entre el sujeto que postula el discurso y el contenido del

mismo, por eso Sócrates desconfía del agente externo ( el texto).

Siguiendo la lógica de Gadamer, se puede afirmar que, en la oralidad es

más fácil la apertura dialógica, pero lo cierto es que pensadores como

Nietzsche han puesto en tela de juicio la capacidad dialógica de Sócrates, pero

queda la duda de la actitud del verdadero Sócrates, ¿no correría la misma mala

suerte del Cristo que conocemos ante los ojos de Pablo?

Platón con otro sentido del lenguaje y también de la historicidad, siente

la necesidad de capturar con el máximo apego las enseñanzas de su maestro,

pero en éste interés está muy marcada la idea de rescatar al máximo posible

las palabras exactas de Sócrates, vislumbra el texto como la evidencia de lo

que se dijo. Con Aristóteles esto sufrirá un cambio radical, ya que no pretende

el rescate textual de la oralidad (que sugerente paradoja) sino el despliegue de

un logos no anclado en el habla, sino en una racionalidad endógena al texto.

Esta visión generará una ruptura entre el habla y la escritura, dándole a

la segunda un carácter idoléctico y autoreferencial, para constituir el mundo de

los libros; el universo paradisíaco de la biblioteca, llena de posesiones de

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conocimientos seguros. Hay un par de ejemplos que nos hablan del hombre de

los libros, uno imaginario y el otro real: El quijote quien se opone a la idea de

separar la realidad de los textos y Borges quien hará de su vida la extensión de

los libros, quien por cierto planteará dilemas profundos en textos como El libro

de arena o Pierre Menard autor del Quijote, donde el tema de la escritura como

despliegue ontológico se muestra con agudeza e inteligencia.

En el libro aparecen por lo menos dos elementos fundamentales: el autor

y el lector, y las delimitaciones entre uno y otro están sujetas a una

determinada orientación del pensamiento, que tienen a ser concéntrica y

homogénea.

Tras el autor, aparecen características que lo ubican como la persona

concreta y visible que genera el discurso, en el ámbito literario puede adquirir

formas narrativas emparentadas con las características del Dios Padre

judeocristiano: omnisciente, omnipotente, omnisapiente. El narrador literario

( en el rol tradicional del libro) tiene absoluta claridad de la historia, de su

historia y ya sea desde la primera o tercera persona gramatical desvela la

historia por encima del lector.

En lo que hace al lector, supone una entidad algo pasiva que asimila y

es guiado por la entera lucidez del autor, de ahí se desprende un

comportamiento que muestras rasgos de pasividad. Pero ¿esto proviene del

libro como realidad material? O ¿es producto de un sistema ideológico o de

pensamiento? ¿No hay en la anarquía de la red una tendencia homogenizante?

¿Hasta donde modifica la condición incorpórea del hipertexto las posiciones del

lector y narrador? ¿Independientemente del formato en que se presenta el

texto, éste conserva sus mismas características de forma discursiva de poder?

Estas preguntas plantean el tema del horizonte ontológico de la escritura

y vínculo directo con la idea del poder, para esto Derrida nos adentra en el

problema

… Lo que denominaremos el logocentrismo: metafísica de la escritura fonética, ( por ejemplo del alfabeto) que no ha sido, fundamentalmente, otra cosa que –por razones enigmáticas, pero esenciales e inaccesibles a un relativismo

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histórico- el etnocentrismo más original y poderoso, actualmente en vías de imponerse en todo el planeta, y que en un único y mismo orden dirige:

1 El concepto de escritura en un mundo donde la fonetización de la escritura debe disimular su propia historia en el acto de su producción. (2001:18)

¿Cuál es esa historia que oculta se incorpora en la textualidad? ¿Qué

impulso la genera?, tras la sombra de la palabra escrita está la muerte,

textualizar el habla es una forma de intentar ponerle un dique a la muerte,

escribo no quiero morir dice Bataille en tono desesperado, ante el rasgo

ineludible de la finitud, el signo trata de poner un dique a ésta mientras se

mueve detrás de todos los actos humanos.

En el texto coexisten siempre de manera violenta dos fuerzas: la de

perpetuidad y la del vacío, en esta desgarradura se asoma la voluntad de

poder, esto es, la construcción de un centro de significación inherente al texto,

que va a ser vínculo entre el autor y el lector, si seguimos la lógica de

Nietzsche, la voluntad del poder está inherente a todos los actos humanos,

pero se muestra con mayor firmeza en los textos y el hipertexto no tendría que

ser la excepción, pero sería una voluntad descentrada y evanescente.

La consigna de la muerte de dios no sólo llama a este funeral, sino el del

propio sujeto que lo anuncia, y por tanto también del autor de un determinado

tipo de discurso, esto lo aborda Foucault en el orden del discurso, al analizar a

los generadores del mismo:

Pues puede muy bien alterar la imagen tradicional que se tiene del autor; es a

partir de una nueva posición del autor como podrá hacerse resaltar, de todo lo

que habría podido decir, de todo cuanto dice todos los días, en todo instante, el

perfil todavía vacilante de su obra. (2002:32)

Este perfil vacilante, es el que sitúa al autor como que va más allá del

sujeto que escribe, de esta forma el concepto del libro se ve radicalmente

modificado que trasciende el espacio literario

Para romper con ciertos mitos, inclusive los de de carácter expresivo de la

literatura, fue muy importante partir de ese gran principio de que la literatura

sólo tiene que ver con la propia literatura. Si ella tiene que ver con su autor, es

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más al modo de la muerte, del silencio, del desaparecimiento de quien escribe.

(2002:34)

La ruptura de la modernidad fue parcial con el mundo antiguo, heredó

una serie de tradiciones y formas de legitimación, entre ellas fundamentalmente

el libro, si la Biblia fue el texto que Dios escribió, esto fue rápidamente

suplantado por la Biblia que escribiría la razón “ la enciclopedia”, ese sueño del

libro totalizante . Esta forma persiste en nuestros días, y la academia y las

universidades han velado por su reproducción, de ahí que Derrida plantee leer

desde los márgenes porque:

A partir de los discursos efectivamente desarrollados, algunos de esos discursos, literario o filosófico, son revestidos de una sacralización y de una función particulares. (2001:40)

Esta sacralización del libro que tiene claros tintes metafísicos, que han

sido parte de la resistencia para las textualidades electrónicas, ya que en la

corporeidad y fijeza del libro se mantienen “intactos”, lo valores “esenciales” y

“trascendentes” de la razón

La buena escritura siempre fue comprendida. Comprendida como aquello mismo que debía ser comprendido: en el interior de una naturaleza, (…) pero pensada ante todo en una presencia eterna. La idea del libro que remite siempre a una totalidad natural, es profundamente extraña al sentido de la escritura. Es la defensa enciclopédica de la teología y del logocentrismo contra la irrupción destructora de la escritura, contra su energía aforística, y como veremos más adelante, contra la diferencia en general. Si distinguimos texto de libro, diremos que la destrucción del libro, tal como se anuncia en todos los dominios, descubre la superficie del texto. (2001:42)

En esta contraposición entre libro y escritura, el texto es un punto de

inflexión que nos permite deslizarnos en ambos extremos: todo nombrar el

mundo implica por un lado traer a los objetos, en ese sentido la palabra

proporciona fijeza: comunica. Pero también al nombrar al mundo lo estamos

distanciando, no son las palabras las que acuden a nosotros, sino la

construcción de las mismas, su posible insinuación, el velo evanescente del

lenguaje en su condición descentrada. En el texto toma sentido esta lucha, y

las polaridades de autor/ lector se disipan como el perseguidor de Cortazar

cuando se frena y dice: Esto lo toqué mañana.

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El hipertexto y sus paradigmas

La pregunta sobre lo que vuelve literario a un texto no es ni por asomo

nueva, la interrogante de acuerdo a las características históricas toma diversos

matices, su planteamiento va más allá de lo literario para plantearnos un

camino ligado a la historia del pensamiento. De ahí el atino de Joanes Adiell

¿la literatura es “simplemente” digital por una cuestión de materialidad, de

soporte, de formato, de materia prima? ¿lo digital es diferente por su

inmaterialidad? (Borràs et al: 2005:102).

Este nuevo soporte escritural permite que aflore la literatura, ante esto

cabe decir que nunca se ha tenido perfecta claridad de lo que es lo literario,

para un estudioso del XII un Golpe de dados no es propiamente un texto

poético.

La condición de inmaterialidad posibilita y desarrolla exponencialmente

lo que ya estaba incubado en los libros: el autor difuso y las mudas espacio-

temporales de toda historia. La interactividad ha estado presente en el libro,

recordemos Blanco de Octavio Paz poema que se despliega como acordeón y

tiene más de 20 lecturas posibles.

Esto tiene relación con lo que dice Laura Borràs:

La textualidad existe como una forma de intertextualidad, por su completa interacción con otros textos, ideologías y tradiciones, así como por ser la encrucijada referencial o la caja de resonancia de una multiplicidad de símbolos culturales. (2005:32-33)

El conflicto de textualidad e intertextualidad se prolonga y plantea bajo

una nueva faz con el hipertexto. La aparición del cine hizo que la literatura

replanteara muchos de sus esquemas narrativos y se hizo una relación

recíproca entre ambas artes, lo mismo sucede con libro y la literatura digital, la

ventana de dialogo y retroalimentación está abierta.

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Pero las características del texto que condensa Laura Borràs (Modelo

teórico, abstracción, tiempo de programas informáticos, documentos digitales

resultantes) nos ponen ante una forma de literatura que por un lado plantea la

dispersión; el ciber lector es un punto de desplazamiento móvil, que potencia

su capacidad interactiva, y que con los avances tecnológicos de la

digitalización que fortalece los medios audiovisuales, cambia sus referentes de

comprensión.

Esto es lo que Borràs propone como revolución copernicana, que nos

lleva a reconsiderar de forma radical el papel del sujeto y sus formas de

interrelación.

El escenario de la lectura plantea otro punto de inflexión

Esta posición apunta hacia una línea concreta: leer no es únicamente un proceso estático, sino que el acto de la lectura abre un gran abanico de posibilidades críticas. El lector es una figura primordial si tenemos en cuenta que el acto de la lectura pivota sobre él, cuando menos si tenemos en cuenta que todas las ramificaciones y recovecos están –al menos en teoría- a su alcance. Podría decirse que lo mismo ocurriría respecto de un lector en papel. Aparentemente es así, pero hayamos una gran diferencia: en la textualidad digital quien debe construir el itinerario de lectura es el propio lector, mientras que en un libro –a grandes rasgos- el orden de lectura suele ser el que marca el autor. (2005:33)

Pero este argumento nos exige algunas acotaciones: el hecho de que el

texto tenga soporte digital, no garantiza perse una mayor interactividad, y al

igual que el libro quien navega en la red tiene una red que le acota su

búsqueda, lo que es cierto es que ésta es más diversificada que en el libro

tradicional. De ahí se desprende la necesidad de plantear una nueva

epistemología ante la virtualización de la realidad, tema que vieron con

antelación Foucault o Baudrillard, esta realidad simulacro nace de lo incorpóreo

del mundo moderno: sistema financiero intangible, desapropiación del cuerpo,

individualismo exacerbado, esto repercute en

el caso de la textualidad electrónica, (donde) la falta de falta de corporeidad textual incide directamente en el desconocimiento de lo que uno se dispone a leer. Un lector que fundamentará su lectura en la reconstrucción, en paralelo, de un trayecto semejante al del escritor, aunque en dimensiones distintas del texto. (2005:33)

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Aquí nos enfrentamos al sujeto no como un punto fijo como lo suponía

Kant con sus modos categoriales concretos ( modo, calidad, cantidad, relación)

sino como un espacio, a la forma del principio de incertidumbre donde se

origina el significado, por eso

De modo que un hipertexto, en definitiva, más que un texto –que, de serlo, es siempre vital porque nunca será aprehendido por los lectores del mismo modo, puesto que , la implicación personal, la elección de cada uno lo imposibilita- es más bien un proceso de lectura. (2005:33)

Lo característico de este proceso de lectura es que siempre es

inacabado, y en este movimiento hay reconocimiento, en la medida en que las

categorías cognitivas se vuelve líquidas ( para usar la figura de Bauman) y el

logos que en la tradición racionalista se equiparaba a razón, deja de serlo para

ser habla y con esto incertidumbre.

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La muerte de Artemio Cruz

La revolución mexicana gestó diversas trincheras de combate; más allá

de las grandes batallas bélicas, significó para el país una nueva dimensión en

su formación histórica: por un lado lo puso frente a sus más dolorosas

contradicciones sociales; la acumulación de la riqueza ante la desigualdad

social, pero fue el gran movimiento que trajo al siglo XX mexicano las gestas de

la Independencia y la Reforma, Octavio Paz lo define meridianamente

La Revolución es una súbita inmersión de México en su propio ser... La Revolución apenas si tiene ideas. Es un estallido de la realidad: una revuelta y una comunión, un trasegar de viejas sustancias dormidas, un salir al aire muchas ferocidades, muchas ternuras y muchas finuras ocultas por el miedo a ser. ¿Y con quién comulga México en esta sangrienta fiesta? Consigo mismo, con su propio ser. México se atreve a ser. La explosión revolucionaria es una sangrienta fiesta en la que el mexicano, borracho de sí mismo, conoce al fin, en abrazo mortal, al otro mexicano. (1983:134).

Este mexicano borracho de sí mismo, encontró en la generación del

Ateneo de la Juventud (Vasconcelos, Caso, Martín Luís Guzmán) la gran

expresión de su inteligencia, y en el muralismo (Diego Rivera, Siqueiros o José

Clemente Orozco) tuvo la capacidad de hacer visible la utopía de la

reivindicación social de los grupos más desprotegidos. Pero este esfuerzo fue

rápidamente cooptado por el poder ciego, que por un lado se legitimó con el

discurso revolucionario (por más de70 años lo hicieron los gobiernos del PRI)

mientras las condiciones sociales de miseria se mantenían en muchas

ocasiones casi intactas. No pasó mucho tiempo en que los “portadores” de la

revolución se convirtieran en los agiotistas de la misma, casi de forma

simultánea vino la crítica, surgió del seno de los intelectuales, que ya sea

mediante el ensayo histórico: Cossio Villegas, Adolfo Gilly , o en la literatura

Juan Rulfo ( Nos han dado la tierra ), y es en este influjo de evidente decepción

donde nace La muerte de Artemio Cruz (1962) novela donde Carlos Fuentes

explora los últimos momentos de vida de un hombre que combatió en este

movimiento y terminó presa de la corrupción.

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De inmediato la novela fue un hito por su calidad literaria y por lo

oportuno del tema, así menciona Héctor Aguilar Camín

Cayó como una bocanada de aire fresco y rebeldía moral en la atmósfera pacata, triunfalista y autocomplaciente del milagro mexicano, aquellos años de crecimiento económico, estabilidad política y buena conciencia del México posrevolucionario de los cincuenta y los sesenta. Era un México nacionalista y provinciano que no quería oir de sus carencias sino de sus logros, y que se celebraba a sí mismo como el triunfo de una revolución institucional que había encontrado la fórmula de eternizarse en los aciertos.

La muerte de Artemio Cruz fue, muy estricta y provocativamente, la anatomía de la tumba de aquella Revolución mexicana, celebrada oficialmente como el origen y presente de la grandeza nacional.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-2602-2007-07-01.html

El tono panfletario que adquirió la revolución fue la forma más eficiente

para legitimarse en el poder del grupo dominante, sublimar la pobreza como

una forma de vida “profunda”, pronto se volvió una efectiva herramienta de

control político, que los mismo se reflejó en la época de oro del cine de oro que

en el tono cursi del panegírico revolucionario. Si Buñuel con Los olvidados

consiguió subvertir esta idea, Fuentes logra lo mismo con esta novela.

En un primer momento la revolución fue como dice Octavio Paz la

madre generosa que nos abrió los brazos, pero esto duró poco, pronto apareció

la imagen del Padre violento y violador que la volvió la chingada, y que se

encarna simbólicamente en la figura del patriarca que regula el habla, del

latifundista que controla las vidas, en Pedro Páramo que establece su reino.

Una de las tareas más auténticas de la literatura es ver de frente a los

mitos, tomarlos desde la raíz y estrujar su origen con tono trasgresor, este es

uno de los valores de la novela: La muerte de Artemio Cruz fue un momento

culminante de los sanos impulsos funerarios de la cultura mexicana en torno al

gran fetiche llamado Revolución mexicana.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libros/10-2602-2007-07-

01.html.

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Armar el rompecabezas de la utopía desmoronada, es una de las

labores más auténticas de la escritura, en la muerte de Artemio cruz, Fuentes

asume este reto, lo hace a sabiendas de lo punzocortante de esta faena, en

este rompecabezas está parte de su rostro, en el que por un lado

inevitablemente se identifica, pero como sucede con la identificación: una parte

de la faz resulta dolorosa. Ante esto no se esconde, en un tono intenso nos

muestra que el bastón sobre el que está recargada la nacionalidad mexicana,

está podrido por la corrupción, el sueño emancipatorio está vacío y abortado.

La Revolución como puerta a la modernidad es un galimatías.

Características literarias.

La novela se desarrolla en varios tiempos históricos, no se puede

establecer uno con precisión, el recurso de flashbacks y flashforward pasa por

doce años distintos que comprenden desde 1889 hasta 1955, con esto recorre

la historia de la primera mitad del siglo XX en México: la lucha armada, la

utopía social, el establecimiento de la revolución institucionalizada, el sexenio

socialista de Lázaro Cárdenas, pero predomina el ambiente del sexenio de

Miguel Alemán ( en el que Fuentes escribe la novela) donde se introdujo el

capitalismo moderno a México, se acentuó la pobreza frente a la nueva

opulencia de la cuál Alemán y la “familia revolucionaria” son los beneficiarios,

Artemio Cruz ha sacado provecho de esto, ha hecho negocios a la sombra del

poder público, en ramos tan diversos como:

Transportadores de pescado entre Sonora, Sinaloa y el D.F., un periódico, inversiones en bienes raíces (México, Puebla, Guadalajara, Monterrey, Culiacán, Hermosillo, Guaymas, Acapulco), domos de azufre en Jáltipan, las minas de Hidalgo, concesiones madereras en la Tarahumara, la participación en la cadena de hoteles, la fábrica de tubos, el comercio de pescado, las financieras de financieras, la red de operaciones bursátiles, las representaciones legales de compañías norteamericanas, la administración del empréstito ferrocarrilero, los puestos de consejero en instituciones fiduciarias, las acciones en empresas extranjeras -colorantes, acero, detergentes- y quince millones de dólares depositados en bancos de Zurich, Londres y Nueva York. (Fuentes, 2008:18)

Mientras recorre la forma en que ha logrado fortuna, mediante un

desprendimiento de su personalidad, la primera persona gramatical narra al ser

que está muriendo, que como animal recién casado trata jalar aire, de detener

el espasmo, y no encuentra sino un caos que revuelve las palabras

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La segunda persona narra desde el plano de la conciencia (tan

característica en Faulkner) en este caso la consciencia del estado de coma, su

conciencia se mezcla con una especie de metaconsciencia que le dictan los

acontecimientos externos, desde ahí trata de reconstruir dentro del caos las

piezas de su vida

La tercera persona es el pasado, la reconstrucción minuciosa de los

acontecimientos; la trama que nos explica y adentra en la psicología de

Artemio. Aparecen las personas que han estado a su lado, Catalina Cruz, su

esposa a quien no ama, pero que fue el vínculo para cerrar un negocio con un

latifundista desplazado con la reforma agraria. Artemio está rodeado de

mujeres: Regina la mujer que en realidad amó, a la que perdió en la guerra, los

ecos con los que la recuerda dan la sensación de Pedro Páramo refiriéndose a

Susana San Juan.

Fuentes confunde al lector, asume el texto como el despliegue de la

complejidad de quien está muriendo, utiliza constantemente el recuerdo

contrapuesto a modo de collage donde se diluye el presente que vive Artemio

Cruz.

La relevancia de proporcionar estos elementos facilita adentrarse en la

obra, para posteriormente abonar en el terreno de la analogía.

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Golpe de gracia

El soporte sobre el cuál se despliega la escritura en cierta manera la

condiciona, ya que marca los límites expresivos, por los cuales se vuelve

posible al lector adentrarse en la obra. Golpe de gracia se inscribe en la

literatura digital, y es parte de una idea bastante transgresora para los cánones

tradicionales de lo que “debe” ser la literatura.

El origen del hipertexto es el Memex (1987), esto desarrollado por

Vannevar Bush, desde ese entonces a la fecha se observa una evolución en

cuanto a la forma de presentar los contenidos multimedia.

Menciona Jaime Alejandro Rodríguez que los tres cauces naturales de

la narración de la comunicación humana son: cantar, contar y representar, el

hipertexto permite incorporarlos en forma polifónica. El hipertexto no pretende

reemplazar ni aniquilar la narrativa tradicional

Esto quiere decir que si bien la línea narrativa progresa, no elimina formas anteriores (lo que puede explicar, entre otras cosas, que la narración oral tenga tanta funcionalidad hoy como la narración digital). No obstante, estas nuevas formas han alterado los elementos de la narración verbal tradicional, (como el sentido de los personajes, de la acción y de los escenarios), y han innovado el conjunto de normas y criterios que configuraban hasta ahora la pragmática de la imagen narrativa.

http://recursostic.javeriana.edu.co/wiki/index.php/Contenidos_academicos_digit

ales:taller_de_narrativa#Unidad_2:_La_narrativa_contempor.C3.A1nea

Golpe de gracia surge como un proyecto que por un lado se

complementa con la novela El Infierno de Amaury, pero por el otro muestra las

tensiones dialécticas (atracción/repulsión, identidad/diferencia) entre dos

formas de abordar la narrativa, planteando el dilema de cómo una misma

historia, es susceptible, ( influida por el soporte material) a ser abordada de

manera distinta. Con esto se muestra el carácter plenamente abierto de la

escritura, y nos pone frente al dilema del espacio de lo literario y sus

modificaciones.

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Para fines de este trabajo, interesa abordar la versión de hipertexto

Golpe de gracia frente a La muerte de Artemio Cruz, para continuar con la línea

de confrontar un libro con un texto hipermedia, dando pie a ventilar mediante

este ejercicio las aporías que nacen con dos formas de escritura distintas.

Golpe de Gracia nos pone frente a tres mundos narrativos y cuatro salas

de profundización, lo que da margen a desplegar una serie de posibilidades de

multimedia; desde la animación hasta el videojuego, que le permiten alcanzar

horizontes pedagógicos. Esto da pie para reflexionar sobre el juego, ya que es

una de las manifestaciones más complejas de la cultura, a la hora de jugar se

trazan límites simbólicos, el espacio y los movimientos que hacemos sobre él

adquieren una dimensión distinta a lo “real”, en ese sentido toda literatura es

lúdica, pero la capacidad que tiene el hipermedia aumenta los rasgos de

interactividad, ya que pone en prueba directa la capacidad del lector, su

habilidad para desentrañar la historia.

El tema central es la crisis de la figura paterna: con lo que esto implica,

el arquetipo de autoridad basada en el falocentrismo, el mito de Dios Padre y

su evidente desgaste, pero esta figura aparece conflictuada, incapaz de hablar,

de argumentar para defenderse, muy similar a un recién torturado remitido a

sentencia frente el Santo Oficio.

Es importante resaltar una característica que tiene que ver con la historia

y la trama, para esto la reflexión de Raine Koskimaa

Así, la historia es la secuencia de ciertos acontecimientos en el orden causal-temporal en que presumiblemente han ocurrido, mientras que la trama es el orden en que estos acontecimientos son narrados. La trama, normalmente, difiere de la historia por que reordena los acontecimientos; un determinado hecho puede ser narrado antes (“más el adelante él haría eso o lo otro”), o pueden aparecer los denominados flash-backs, donde los acontecimientos pasados son narrados en un fase posterior. (Borràs et al, 2005:185)

En Golpe de gracia esta distinción entre el orden causal temporal y el

origen de los acontecimientos está absolutamente disuelta, los narradores

móviles fragmentan la historia, sin que –paradójicamente- pierda su unidad. Si

bien los focalizadores están claros y rescatan la tradición oral en la literatura,

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no son señal de la secuencia de la trama, esta la dicta el libre arbitrio a golpe

de Mouse, donde la historia se fragmenta pero no pierde sentido.

Golpe de gracia nos plantea la interactividad basada en el multimedia, lo

que potencia la capacidad expresiva de la historia y le da a la trama un sentido

azaroso, con esto se comprueba que

La narrativa digital no hace sino evidenciar que la lectura ha dejado de ser un acto pasivo para convertirse en un proceso creativo. El nuevo usuario debe poner en práctica al menos tres competencias nuevas: en primer lugar la iconocidad, que consiste en este caso en la capacidad que se requiere para potenciar “icónicamente” no sólo las propuestas audiovisuales directas de los hipermedias, sino las palabras y los demás elementos del hipertexto.

http://recursostic.javeriana.edu.co/wiki/index.php/Contenidos_academicos_digitales:taller_de_n

arrativa:proyecci%C3%B3n#La_novela_posmoderna_tr.C3.A1nsito_hacia_la_narrativa_digital_

y_relativizaci.C3.B3n_del_proyecto_escritural_moderno.

Ya en Rayuela Cortazar exploraba los límites del juego, no sólo por las

condiciones ergódicas de su obra, ni por la secuencia descentrada, sino por los

ejercicios de la imaginación exacerbada más allá de los límites materiales e

inmateriales del libro, con esto marcó un parteaguas en la narrativa. Golpe de

gracia, nos invita a volver a asumir el compromiso lúdico en su sentido más

vital y arriesgado, lejano al tono pasivo y doctrinal que merodea en muchos

libros:

No se ha jugado de verdad. No se ha zarpado. Para que el juego sea juego y la obra, obra, hay un punto en el que se cortan las amarras, se abandona el muelle y se entra en el territorio siempre inquietante del propio imaginario. Se entra a buscar algo que nunca jamás se encuentra pero que, por eso mismo, se debe seguir buscando. Siempre hay riesgo. Y extrañeza. (Montes,1990:42).

La idea de Graciela Montes bien sintetiza éste hipertexto, aunque ella se

refiera al texto escrito, nada más preciso para el interés de este trabajo que la

imagen de zarpar, de naufragar en el ciberespacio, pero se trata de hacerlo sin

hoja de navegación y ojo de búho, para adentrarse en las aguas -algunas

veces turbias y otras mansas- siempre indeterminadas donde se trata no de

dejarse llevar por una historia, sino ser parte de ella, y en ese sentido Golpe de

Gracia bien nos invita a nadar, so pena de llegar a una isla segura o ser

arrastrado por la suerte del naufragio.

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Estudio analógico

De la cuestión de la comparación literaria y la analogía

Con frecuencia se utiliza el concepto de literatura comparada, con esto

se pretende poner frente a frente un par ( por lo menos) de textos y permitir

que se desplieguen sus semejanzas y diferencias. Esta idea me parece por

demás limitada, ya que la comparación es sólo una parte de las cuatro

(Homología, Comparación, Alegoría y Metáfora) que integran la analogía.

Como bien lo refiere Juan Beckman al rastrear este concepto desde

Aristóteles hasta nuestros tiempos. (Beckman,1997).

El ejercicio de contraponer dos realidades no para lograr una síntesis,

sino para recorrer un camino distinto y ampliar el horizonte de sentido y

significación, se aproxima a la hermenéutica. Una analogía traza el

horizonte comprensivo de un texto no por su mismidad autonómica, sino por

su apertura, donde aparece la relación ambigua entre sus contenidos y

carencias. Por eso, este trabajo establece vínculos analógicos entre dos

obras en apariencia muy distantes: La muerte de Artemio Cruz y Golpe de

gracia.

Se decidió hacer una breve reseña por separado de algunas

características de ambas creaciones, para luego proceder a encontrar algún

camino que permita trazar rasgos de identidad. Donde al menos para

efectos de este trabajo se abordan tres: la disolución del narrador en la

historia, la capacidad que tienen ambas narraciones para mostrar los

elementos de la crisis de la modernidad, el peso de la figura paterna como

símbolo de poder y violencia. Estas categorías lo que pretenden es ser el

alfeizar para mostrar otras siluetas de diversos problemas como la muerte,

la quiebra en la idea de progreso, la divinidad.

El soporte en el que se presentan las obras, añade un ingrediente extra

de problematicidad, mismo que permite que las reflexiones previamente

hechas sobre libro e hipertexto se vean aplicadas.

17

Jaime Alejandro Rodríguez nos refiere de los 3 niveles de la literatura

digital

el del texto mismo, que ya la literatura tradicional ha dejado de considerar

como la expresión directa del autor; el nivel del lector, entendido aquí como el

conjunto de órdenes que el autor programa para que el texto sea leído; y el

nivel de sistema operativo, con órdenes estándar que el autor no pude

modificar. ( http://www.javeriana.edu.co/relato_digital).

Esta triada se manifiesta muy claro en Golpe de gracia, el texto se

formula a través de un modo fragmentario, donde la madeja discursiva puede

ser desenredada desde cualquier parte, ya que el autor está diseminado. En

cuanto al nivel del lector éste puede libremente transitar sobre los mundos

narrativos, y el sistema operativo acota sus opciones coautoría. ¿Qué hay de

estas características en la muerte de Artemio Cruz?

En el texto de Fuentes son muchas las voces que lo habitan, en los

pasajes se cuela el tono costumbrista de Mariano Azuela, la limpieza

estructural para narrar los sucesos de la revolución de Martín Luís Guzmán,

aparece la voz de Octavio Paz quien influye a Fuentes y se hace evidente en lo

temático, vemos un ejemplo con el tema de la chingada:

Esa palabra es nuestro santo y seña. Por ella y en ella nos reconocemos entre

extraños y a ella acudimos cada vez que aflora a nuestros labios la condición

de nuestro ser. Conocerla, usarla, arrojándola al aire como un juguete vistoso o

haciéndola vibrar como un arma afilada, es una manera de afirmar nuestra

mexicanidad. Toda la angustiosa tensión que nos habita se expresa en una

frase que nos viene a la boca cuando la cólera, la alegría o el entusiasmo nos

llevan a exaltar nuestra condición de mexicanos: ¡ Viva México, hijos de la

Chingada! Verdadero grito de guerra. cargado de una electricidad particular,

esta frase es un reto y una afirmación. un disparo, dirigido contra un enemigo

imaginario, y una explosión en el aire. (1983:103).

En Fuentes aparece así

Tú la pronunciarás: es tu palabra: y tu palabra es la mía; palabra de honor:

palabra de hombre: palabra de rueda: palabra de molino: imprecación,

propósito saludo, proyecto de vida, filiación, recuerdo, voz de los

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desesperados, liberación de los pobres, orden de los poderosos, invitación a la

riña y al trabajo, epígrafe del amor, signo del nacimiento, amenaza y burla,

verbo testigo, compañero de la fiesta y de la borrachera, espada del valor,

trono de la fuerza, colmillo de la marrullería, blasón de la raza, salvavidas de

los límites, resumen de la historia: santo y seña de México: tu palabra:

- Chingue a su madre

- Hijo de la chingada

- Viva Mèxico Jijos de la chingada. (2008:156).)

Con esto se muestra que los pasajes de la novela del escritor mexicano

no son sólo auotreferenciales, sino que establece vínculos donde el texto ya no

es entera producción del autor y puede ramificarse en su lectura.

En cuanto al nivel del lector, la novela presenta un orden fragmentario,

que permite ser leída ya sea de forma secuencial, (sin que se encuentre una

clara relación causa efecto), o puede abordarse de forma cronológica lo que

significaría saltar en el libro debido al orden de capitulación. De esta forma al

lector se le exige una actitud proactiva para poder reconstruir la narración.

Respecto a el conjunto de órdenes que el autor programa para que el

texto sea leído y que no puede modificar, encontramos en ambas obras que

independientemente de la intención del autor el final no será modificado: la

muerte y su halo inevitable.

Con esto se establece la posibilidad de interconexión en ambas obras

tomando en cuenta lo que Rau como tres características de la narrativa digital

que en cierto aspecto también tendría la obra de Fuentes.

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El autor diluido: ¿Quién narra las historias?

La tradicional preceptiva literaria, llama a identificar con “claridad” al

narrador. Para esto nos pide que esclarezcamos la persona gramatical que

cuenta la historia, y aunque asume que pueden ser varios lo narradores de

la misma, si sugiere se le diga al lector: quien y desde donde se está

desplazando. Esta idea en ambas narrativas se quebranta.

Poseen varias características en común: el personaje central está a

punto de morir, la primera imagen que se pone frente a nosotros es el

moribundo en la cama de hospital. Pero hay una diferencia muy importante

en Golpe de gracia ya sea el jefe, el sacerdote, el padre o el maestro, están

incapacitados para hablar. Son el centro de la historia, pero padecen la

limitación para contarla, en todo caso la cuentan desde el velo de los

visitantes que acuden a terapia intensiva.

En el caso de Fuentes, es Artemio Cruz quien tiene la tentativa de

narrar la historia, pero está imposibilitado, las palabras le fluyen a

cuentagotas, al igual que los personajes de Golpe de Gracia la pasividad

física se contrapone a su capacidad para escuchar los reclamos:

En la escena de Artemio hay cuatro personas presentes dentro del

cuarto, una voz, -probablemente la esposa o la hija- le dice: -Mire doctor: se

está haciendo ( …) ¡Hasta en la hora de la muerte debía engañarnos!

(2008:12)

En la habitación de Golpe de Gracia se escucha

-¿Estás segura de que no escucha? No sé, dicen que la gente en coma percibe las cosas, sólo que de otra manera.

-Puras mentiras, ¿quién te dijo eso? ¿Algún médico? ¿Conoces a alguien que haya pasado por lo mismo? La verdad es que la gente que está en coma está como dormida o como muerta, en todo caso, no escucha nada. Para entender lo que alguien dice hay que tener mucha conciencia y esta gente está metida de lleno en su interior.

http://www.javeriana.edu.co/golpedegracia/

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El reclamo es un elemento vinculante, aquí es donde podremos

encontrar al narrador profundo (independientemente del narrador gramatical

que postule la historia), sería bueno preguntarnos:¿Qué hay detrás de un

reclamo? el reproche, y éste es un estado de la conciencia. El narrador

profundo en común a ambas historias es la conciencia, y ésta nos presenta

dos movimientos: uno excéntrico y el otro concéntrico, el primero se aprecia

en la obra de Rodríguez, el segundo con Fuentes.

La conciencia se despliega por encima de los personajes y se ancla

en los acontecimientos, hay un ambiente en común, que es la aparición,

algunas veces subrepticia y otras explícita, del tema dios como una meta

conciencia ausente: Dios, Dios, Dios… basta repetir mil veces una palabra

para que pierda todo sentido y no sea sino un rosario… (2008:294) en la

obra de narrativa digital encontramos Si, claro, me acuerdo: si por un

instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara

un trozo de vida. Impresionante(http://www.javeriana.edu.co/golpedegracia/)

Esto nos permite hacer una homología entre el rosario y la marioneta,

en Fuentes el rosario significa una visión mecanicista y utilitarista de las

súplicas hacia dios, la palabra humana pretende, mediante la repetición, la

gracia divina, pero recordemos que dios obra sobre lo humano

independientemente de la voluntad de éste, lo vuelve marioneta. Al ser el

hombre una marioneta se deposita la voluntad divina sin que su habla

importe. En ambos casos, por caminos distintos, el habla no le sirve al

hombre para alcanzar la divinidad y sí el caos y la pregunta por su

mismidad.

La crisis de la modernidad en ambas creaciones

Ya en la serie de de Los Caprichos (1793-96) Francisco de Goya veía

frente a sí las consecuencias de la modernidad: Los sueños de la razón

producen monstruos dejó escrito en el grabado. La modernidad recogió los

sueños emancipatorios de buena parte de la humanidad; la revolución

francesa y su proclama por los derechos humanos, la revolución científica y

su faz humanista, los valores de transformación del renacimiento, pero lo

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hizo a condición de dos cláusulas: poner en el centro de la articulación

discursiva el imperio de la razón; y con esto la idea de la homogeneidad,

heredada principalmente del idealismo alemán; Kant y el imperativo

categórico, Hegel y el estado como la consecuencia más alta de la idea,

orillaron a la univocidad discursiva.

Por otro lado, la modernidad tomó una idea secuencial de la historia que

fue extensiva a todos sus metarelatos (Lyotard), con el supuesto de que

todo tiempo histórico habría de tener en final feliz; ya sea el retorno idílico al

buen salvaje (Rosseau), al comunismo científico (Marx) que no sería sino el

paraíso terreno, o el fin de la historia y de las ideologías (Fukuyama) como

el punto final de las contradicciones humanas.

Pero casi desde su enunciación estos sueños se volvieron pesadilla,

en sus más hondas raíces, la modernidad dejó anidadas las cosmovisiones

que pretendió desterrar, el alegato que sostiene Comte contra la visión

religiosa, termina en el ridículo de la proclama de la religión positiva,

mientras en Francia se grita Libertad, Igualdad y Fraternidad, el gobierno

que barre el vetusto orden, explota sin miramientos sus colonias en África y

América.

La divinidad paterna, heredada de de la tradición judeocristina, esa que

tanto criticó Nietzsche, se incubó la Diosa razón que iba a crear el gran

camino para el tránsito de la humanidad.

Ante la modernidad agotada en sus principios, contrariada en los

valores que se supone debió defender, Lyotard nos invita a pensarla como

una construcción narrativa, que genera metarelatos mismos que no son,

sino enunciados de diversas utopías excluyentes.

El hecho de que la modernidad es un relato o un engranaje discursivo

( Foucault) nos ayuda a explicar porque la literatura y en específico la

novela, han sido por un lado su más alta forma de expresión (véase Los

miserables de Víctor Hugo o Almas Muertas de Gogol), pero también ha

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sido el centro de la crítica a la misma: Lolita de Nabokob o La peste de

Camus por ejemplo.

Ya en el arte de la novela, Kundera la definía como la búsqueda del

ser, y por lo tanto en su seno se desatan las fuerzas que mueven a la

existencia, el espacio de la novela has sido el de la diversidad, en ella se

han manifestado el agotamiento de los géneros literarios; la posibilidad de

hibridarlos, por lo que sigue siendo un espacio para la expresión

posmoderna ante lo cual es pertinente el concepto de Jaime Alejandro

Rodríguez

Pero lo posmoderno puede entenderse no sólo como fin o desastre, sino como un nuevo comienzo: como conciencia de que nuestra cultura contemporánea se ha hecho altamente inestable, embestida por todo un mecanismo de turbulencias que ha logrado que sus formas (estables, ordenadas, regulares y simétricas) hayan empezado a ser sustituidas por formas desordenadas, irregulares, asimétricas.

http://recursostic.javeriana.edu.co/wiki/index.php/Contenidos_academicos_digitales:taller_de_narrativa:proyecci%C3%B3n#La_novela_posmoderna_tr.C3.A1nsito_hacia_la_narrativa_digital_y_relativizaci.C3.B3n_del_proyecto_escritural_moderno.

La novela de Fuentes como el proyecto creativo Golpe de Gracia

comparten la deliberada digresión y la ruptura de la secuencialidad; el carácter

inidentificable de los personajes, la muda espacio temporal; no sabemos con

precisión el orden cronológico en que se está hablando, en Golpe de gracia el

usuario-lector escoge a su arbitrio el visitante que va a tener la voz.

En el caso de Fuentes el uso reiterado de los tres puntos suspensivos,

-símbolo por cierto en la escritura de lo abierto- dejan una superficie donde

pueda el lector extraviarse dentro del ritmo del texto.

Ambas creaciones son una aguda crítica al poder político, a las figuras

que desde el espacio público legitiman su actuar (generalmente condenable),

mientras que su espacio privado son ampliamente cuestionados

lo que yo creo es que hay cierta prepotencia en quien se arroba el poder de declarar legitimidad y hasta exclusividad sobre alguna creencia. Pero también es cierto que hay una especie de lógica interior que hace que lo que se dice desde una confesión no sea exactamente lo que interpreta otro. http://www.javeriana.edu.co/golpedegracia

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Este desfase entre la voz interna que trata de entenderse y el momento

en que se exterioriza, se da sólo a medias con Artemio Cruz. Ya que al poder

hablar aunque sea poco, sus interlocutores siguen conservando el miedo. Por

lo que la prepotencia con la que se impone a los demás permanece intacta,

aunque sabe, al igual que las figuras de golpe de gracia, que su vida ha

generado desprecio. Es la crisis del padre moribundo y viejo que se enfrenta a

su muerte, -como bien lo refiere el creador de golpe de gracia- una metáfora

precisa del estado actual de la modernidad.

En el Nombre del Padre: grutas de las figuras del poder.

Para Sigmund Freud (tótem y tabú) el parricidio se vuelve indispensable

para que la horda primitiva pueda construir un orden social, de este mito parte

para explicar el movimiento de independencia hacia la figura paterna que debe

realizar la persona para autoafirmarse. La figura paterna por un lado

proporciona sustento y certidumbre, pero por el otro limita y castra.

En golpe de gracia todo gira a partir de esta figura, no es de ninguna

manera gratuito y espontáneo, está el interés por mostrar la estrecha liga que

hay entre la figura de Dios Padre, Dios Jefe ó Dios Maestro con la modernidad,

que está postrada esperando su muerte. Dicen quienes han estado en una

experiencia cercana a la muerte, que la lucidez se multiplica, pero no con orden

aritmético, sino de forma exponencial, la saturación de voces son las que

permiten reproducir esta sensación de que son los últimos instantes de vida.

De este hipertexto me llama especialmente la atención el personaje del

sacerdote, porque me parece la encarnación más patológica de la figura

paterna. No es gratuito que la feligresía llame al sacerdote: Padre. Pero

reflexionemos sobre este hecho, es un padre sui generis, en su celibato ostenta

la castración, para desterrar el pecado y la culpa niega la naturaleza humana al

tiempo que trata de afirmar la existencia en ella. Delimita cuales son los

discursos naturales y por lo tanto buenos, vuelve heterogéneo y heterosexuado

el pensamiento, y ahí infiere una sola lógica de salvación, basado en la triple

afirmación paterna-masculina (Dios Padre, Hijo y El Espíritu Santo) esta

consideración surge después de la reflexión que detonó esta pregunta:

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¿Cómo es que se pasa tan directo de la creencia en Dios a la salvación a través de Cristo y sólo de Cristo? Eso de que la comunidad de bienaventurados está formada exclusivamente por quienes han creído en Cristo y permanecen fieles a él y a su voluntad, me parece en todo caso un abuso y una restricción intolerable a la libertad religiosa. (http://www.javeriana.edu.co/golpedegracia)

La trasgresión hacia la figura de Dios Padre se vuelve una necesidad, si

queremos asumir el pensamiento en su plano auténtico y libre, al igual que los

aborígenes que Freud imaginó en el acto del parricidio, eso hace también

Carlos Fuentes, pero mediante la burla

La noche en que ese carpintero pobre y sucio se dio el lujo de montarse encima a la virgen azorada que se había creído los cuentos y las supercherías de su familia y que se guardaba las palomitas blancas entre los muslos creyendo que así daría a luz, las palomitas escondidas entre las piernas, en el jardín, bajo las faldas, y ahora el carpintero se le montaba encima… (2008: 34)

Al desacralizar al portador necesariamente sucede lo mismo con el

discurso

que las religiones, cualquiera sea su confesión o su forma, son una fuente muy eficaz de justificación del horror, lo cual se comprueba fácilmente cuando el creyente de una religión culpa a los de otra. Y eso es terrible. En nombre de un Dios se mata al otro, se lo reprime o se lo condena, es decir, se lo excluye. (http://www.javeriana.edu.co/golpedegracia)

En ambas creaciones sólo es posible la crítica a partir del estado de

indefensión del tirano, el paso que ha dejado la modernidad ciega y su

complicidad con cierto tipo de religiosidad, imposibilitan la libre expresión

una verdad que estuvo siempre velada por las palabras que todos aprendimos a decir para agradarte, pocas veces nos atrevimos a contradecirte y cuando alguien lo hacía, tú te encargabas de diezmarlo, ya fuera acosándolo con nuevas palabras, ya fuera echando mano a tu poder, tal vez era resignación o juego hipócrita, en todo caso, la mentira se fue haciendo grande y compleja, vivíamos alimentándola, enfrentarte resultaba cada vez más peligroso, así que dejamos de hacerlo. http://www.javeriana.edu.co/golpedegracia/

La psicología de los personajes es muy similar, los protagonistas de

golpe de gracia piensan muy similar a Artemio CruzTu te sentirás satisfecho de imponerte a ellos; confiésalo; te impusiste para que te admitieran como su par: pocas veces te has sentido más feliz, porque desde que empezaste a ser lo que eres, desde que aprendiste a preciar el tacto de las buenas telas, el gusto de los buenos licores, el olfato de las buenas lociones, todo eso con que en los últimos años ha sido tu placer más aislado y único, desde entonces clavaste la mirada allá arriba (2008:36)

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Ambas narrativas comparten algo: sólo ante un moribundo es posible

desplegar esta crítica, es la condición que posibilita esto, igual sucede con el

régimen político dictatorial, es en las postrimerías del mismo donde puede

aparecer la crítica al Padre Político, cuando se efectúa antes, queda el camino

de la fosa común o el exilio.

Las dos creaciones comparten una misma atmósfera, la del patriarca

latinoamericano, que ostenta su poder, y que hasta sus últimos días seguirá

manteniendo el respeto, aunque sólo sea en la forma y después de muerto

seguirá observando con su ojo metido en medio de un triangulo.

La ubicación conceptual de este para de obras es posmoderna, porque

tienen en claro que la modernidad siente desprecio por lo senil, y saben que la

mejor forma de estrujarla es llamándole así. Por eso la página Web nos recibe

con la imagen de un anciano, al igual que el libro narra en el primer párrafo la

posibilidad de Artemio para orinar voluntariamente.

El dogma de lo moderno pareciera ser el de la moda; la sensación de

vanguardia, esto se debe a su concepción progresiva del tiempo que anula al

anterior, este vértigo ha sido su bandera de orgullo pero también su epitafio, la

modernidad excluyente ha sido lenta en su aparato conceptual para entender la

diversidad, para ver los límites de la razón instrumental, por eso aparece como

un anciano que busca refugio ya sea en las universidades, el púlpito de lo

establecido, o el estado nación , donde trata de postergar lo inobjetable: su

muerte.

En la lectura de estas dos obras he encontrado lo más auténtico que

pueda tener la literatura cuando se asume con honestidad, eso que postula

Barhes: El texto es (debería ser) esa persona audaz que muestra su trasero al

Padre Político. (2000:54)

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