Del Barco Oscar. Antonin Artaud

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    Del Barco, OscarAlternativas de 10 posthumano / Oscar Del Barco; compilado pOrGabriel Livovy Pablo Gallardocon prologo de Gabriel Livov y Pablo Gallardo. - 1aed. - BuenosAires: Caja Negra, 2010.286 p.; 20x14 cm. - (Numancia)

    IA LTER NAT IVA S DE LO PO STH UM AN OT EX TO S R EU NI DO SISBN 978-987-1622-01-6

    I.Filosofia. I. Livov,Gabriel, compo II. Gallardo, Pablo, comp, III. Livov,Gabriel, prolog. IV.Gallardo, Pablo, prolog. V.TituloCOD 190 OSCAR DEL BARCO

    ED IC ION AL CU IDADO DEP A B L O G A L L A R D O Y G A B R I E L L I V O V

    2010, Caja Negra Editora. 2010, Oscar del Barco.CajaN egr. Editor.Buenos Aires / [email protected] editorial: Diego Esreras / Ezequiel A. FanegoDisefio: Sofia Durrieu / Juan Marcos VenturaCorrecci6n: Julia HackerImpreso enArgentina / Printed in Argentina

    mailto:[email protected]://www.cajanegraeditora.com.ar/http://www.cajanegraeditora.com.ar/mailto:[email protected]
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    IA NTO NIN A RTA UD '

    No senada, 0mas bien se,y quiza sea muy peligroso decirlo,

    que no es el sentido quien crea las palabras,sino esras a aquel.

    Artaud

    Por 1 0 cornun las cartas de un escritor adquieren sentido en relaci6n 155con su obra, son un complernento que nos informa sobre 1 0 originario,que seria lavida, la que luego sereflejaria "artisticamente" en las obras,espejo del alma, de la sociedad, etc. Este esquema no se puede aplicara la correspondencia de Artaud. Deben existir pocos casos, en la his-toria de la literatura, donde la diferencia entre vida y obra haya sidoreducida alminimo hasta un grado tan extremo ("si soy poeta 0actorno espara escribir 0 declamar poesias, sino para vivirlas'"). El conjun-

    IPrologo a Textos reuoluc ionar ios de Antonin Arraud (Buenos Aires, Calden,1972),volumen compilado por OdB como director de la colecci6n "EI hombrey surnundo" (1968-1975) . Setrata de un ensayo seminal en el que retazos defilosofia de la praxis, dcconsrruccion derrideana y elementos de esrerica van-guardista componen una singular y precursora forma de posmarxismo. Unaversion poster ior de este art iculo, publicada can el t itulo "Anaud y el rextorevolucionario" en La intemperie sill fin (Universidad Autonoma de Puebla,1985),declina elrnarerialisrno salvajede laversi6n original en terminos de unateologfa posmetafisica.

    1. Antonin Artaud: Oeuvres completes, L IX, Gall imard, p. 190. Hay una cont i-

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    to de escri tos a los que, provisional mente, l lamamos s u o br a, no es esaespecie de excrecencia que por 10general es la obra en relaci6n con lavida de un escritor, de tal manera que 10 vivido aparece como 10 pri-mario y 1 0 escrito como una copia de eso original que es una vida. Loque se sutura es la diferencia vida/obra y, en cuanto a la obra, la di-visi6n que de anternano la somete a un a priori hist6rico: los generos.La serie de escritos a los que llamamos "correspondencia" son partede una obra unica que rechaza esencialmente su inclusi6n dentro deesos compartimentos (generos) en que se divide la escritura para so-meter su fuerza negativa a la 16gica del sistema. La obra (de) Artaud-el parente sis afinna la radical desposesion de la obra 0, en otras pa-

    labras, la inexistencia del autorcotno duefio" del sentido, vale decir dees e hombre que tiene presente en su espfritu la obra antes de que seaescrita, antes del texto- solo puede ser incluida dentro de las catego-rias de la preceptiva literaria mediante la violencia. Esto, que en rea-lidad ocurre en mayor 0 menor medida con toda obra, en Artaud seexacerba hasta el lfrnire. Sus primeras cartas a Jacques Riviere (quienhabia rechazado los poemas de Artaud pero que, no obstante, se diocuenta del valor de las cartas que este le enviaba para explicarle supensamiento, es decir, para destruir su poesfa)" se convirtieron ensu primera obra "poetica". Hay aqui una extrafia metamorfosis querompe, furtivamente, la red categorial con que una sociedad accedea un acto que es la exclusion, la oclusion, de dichas categorias: me-diante un desplazamiento esencial una ideologia despoja de su fuerzasubversiva el acto de escri tura someriendolo a un aparato conceptualque se pre ten de ornnimodo. La metamorfosis que se produce entre lascartas y los poemas, situados entre los polos Artaud-Riviere, significa,de una manera aun no explfcita, el trastocamiento de rodo un siste-

    nuidad en la obra de Arraud, pero la continuidad no esanecdotica, Lo anecdoricomarca la obra y cxige hacer cortes, senalar rupruras: el perfodo surrealista, cl periododel viaje a Mexico, ellargo perlodo de internacion, sus ultimos aiios. Cad a uno de es-tos pcriodos tiene su especificidad, facilmcntc caracrerizable: en su periodo mlsticohabla de 1 0 "sobreuarural", pero en su ultimo periodo abornina yataca profundamen-tela idea de 1 0 "sobrenatural"; en su pcrlodo de internacion dedica Le s nouve ll e s r e v e -

    156 la tio ns d e I 'Etrea Hitler (ver"La tour defeu", nro. 63/64, p.32), pero ensu ultimo pe-riodo ataca fcrozrnenre alnazismo: esconocida, adcmas suactitud opuesta a la droga;tiene razon P. Thevenin cuando afirrna que Artaud no buscaba por medic del opio"esrados supra-normales, sino por eI conrrario, buscaba reencontrar la normalidad"(enrrevisra en NouvelObsenJateurdel 19de abril de 1971: "Artaud sans legende"). Lacontinuidad esra en eltexto, Esen cl texto donde se abre el espacio revolucionario,no-reprcsenrarivo. Arraud llcga a siruarse en un espacio sin antinomies: el teatro dela crueldad, Cuando sale de Rodez seha re-hecho, esotro: no esta en el espacio de laafirrnacion/ncgacion (cucrpo-cspfriru, dies-materia, etc.) sino alii donde la afirma-cion y la negaci6n ya no ricncn scnrido, fucra del plaronismo, ClI una matcrialidadquc no cs la matcrialidad meraflsica de la dicotomia idealismo/materialismo, sino lamarerialidad estricta del sigl1ificante. Retorno 1 0 dicho a P.'I 'hevenin: "No s e nada,o mas bien sc,y quiza seamuy pcligroso dccir lo , que no eselsenti do clque crcaa laspalabras sino estas a aqucl": ipor que espcligroso? EI peligro proviene, ami entender,del desplazamiento que instaura en rclaci6n a lameraflsica occidental, al plaronismode las ideas , y porque seanuda elrrabajo de una sociedad que lucha a muerte por larevolucion, porque seinscribe en una red de texros que dicen 1 0 mismo: Sade, Marx,Nietzsche, Laurreamonr, Mallarme. Freud ... Lo que Arraud descubre es el signifl-cante fucra de Ia pareja significante/significado-referenre, y este es el nudo mas pro-fundo de la marerialidad, de la no-representacion, porque "no hay espiritu-alma-dios,entonces ique es el significado?". iQue presencia plena es el significado al margen

    157del significante?, (c6mo impedir, si no existeesa presencia plena que no puede ser si-no lasustancia sujeto y todas sus consecuencias meraflsicas: que eI significame remi-ta siempre a otros significantes? Dicho de otra manera: ic6mo impedir que cuandocreemos rener un significado este sedeshaga en una constelacion de palabras que nosrcmiten, cada una. aotras palabras, y a otras, sin fin, en un movimienro circular peroinabarcable, y nunca a la detencion de un significado que las soporta ria al margende ese juego de permuraciones entre significantes? Dice Levi-Strauss: "sin hiporesisteol6gica esinconcebible que el conrenido de la experiencia la preceda [...] los simbo-los son mucho mas reales que 1 0 que simbolizan, el significante precede y determi-na el significado" y,conclusion logica, "detras de todo sentido hay un no-senrido",2. Para nuestra sociedad el "autor" es e l "duefio" de la obra; y no se rrara de unaafirmaci6n sin importancia, sino que vahasta el fondo de laideologta burguesa. Laafirmaci6n no selimira a decir que un sujero fisico determinado ha escrito tal texro,sino que afirma al "creador" (jal creadorl) como ellugar don de la obra existe origi-nariamente, al margen de su degradaci6n en el acto de escribirla, Al poner de entreparentesis negamos lapropiedad individual de la obra: esuna sociedad, ellenguajeo la escri tura, quien escribe. En caso contrario, iquien es el quien de la preguntapor quien escribe? Siexcluimos 1 0 trascendental.Ia diferencia de la metafisica, iquepuede haber al margen de esa archi-escritura?3. Ibid. t. I, p. 11.

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    rna logico ("yo, poeta, escucho voces que no pertenecen al mundo delas ideas.! Pues donde estoy ya no hay nada que pensar."). Lo que sepone de manifiesto es la unidad entre una vida y una obra, es el he-cho, simple, pero de una fuerza primordial, de que Artaud no tieneuna vida separada de su obra. A partir de este reconocimiento ambascategorias se descomponen mostrando al vivo el funcionamiento delsistema. Funcionamiento que insiste separando, a todos los niveles, lapresencia y la representacion, 1 0 originario y 1 0 secundario, lavoz y laescritura, la vida y la obra. Esta identidad manifiesta hace de la vidade Artaud el desenvolvimiento sin fisuras de una especie de diamanteorganico. Su palabra no cambia: desde laesquela mas breve hasta sustextos fundamentales estrin marcados por eljadeo del animal que sesacrifica, a si mismo, pues su evidencia es de tal genero que solo lle-vando su propio cuerpo hasta el cadalso dejara a un lado la ejemplifi-cacion, la representacion /teatro de la crueldad/. Su primera palabraessu ultima palabra, y su ultima palabra se enlaza con la primera ce-rrando asi una escritura esencialmente etica, proferica, que padececomo una condena, pero tarnbien como un imperative de rebelion, lafractura de nuestra sociedad. En Artaud no hay vacilaciones: desde elcomienzo sabe que hay que destruir esta sociedad porque es la causade que el hombre vivacorrade en miles de pedazos; hay que rebelarsey destruirla para que elhombre pueda re-hacer su cuerpo, vale decir elmundo.' Esta extrema claridad sobre el origen social de su mal, de el,Antonin Artaud, y de todos los dernas hombres de nuestra sociedad,proviene del hecho de haber padecido elmal en la carne. La angustiaes una forma de su sufrimiento carnal y no un acto puro del espiriru.Su dolor, que 10tiene atenazado desde lanifiez, esprimero un dolor enel cuerpo producido por una sociedad que para vivir necesita castrar,enloquecer a los hombres, una sociedad que esuna maquina de locu-ra, de inversion de signos, pero disfrazada de "normalidad", de "bien",

    de "salud". Por eso contra ella selevanta la enfermedad, la perversion,la putrefaccion, la poesia fecal, obscena, de Artaud; en una palabra,el mal, la revolucion. Lo esencial del escrito artaudiano es la ascesistextual de un mundo sin dobles donde la escritura es accion y no unareferencia a la acci6n. Lapropuesta deArtaud esla de una etica, la deun mundo no desdoblado (materialismo),

    Jacques Derrida ha sefialado el pe1igro de confusion que entrafiaquerer convertir a Artaud en un ejemplo de algo, en querer utilizarlopara demostrar algo, pues en este caso "la aventura total de Artauds610seria el Indice de una estructura trascendental". Esta utilizacion,al escindirlo, separando su mensaje como presencia plena (en su "al-ma" 0 "espiritu, palabras, ambas, que suscitan su odio mas profundo,hasta el punto de revisar su obra, en 1945, para extirpar de ella todahuella de religiosidad)" y su escrito, 0 su vida y su escrito, suprime la

    4. Ibid., t. I, P: II.5. EI rema del cuerpo es dominante en el ult imo perlodo de la vida de Artaud.Reducir esta problernatica a los terrninos de "anormalidad" equivale a reducir la, asos layar algo que nos obses iona. Las meditaciones de Marx en los Manuscritos de1844 y la teorla psicoanallrica del cuerpo infant il, la perversion poliforrna, son fUI1-damentales en cste senrido.

    6. Ver nota en CEuvres completes , t. IX, p. 253: "a partir del memento en queAntonin Artaud, en 1945, quiere extirpar de el todo rastro de religiosidad, escribedios sin mayuscula, deliberadamenre", y en L e r it e d u p ey ot l, realiza "imporrantescorrecciones tendientes sabre todo a desembarazar el texto de toda impregnaci6ncrist iana". Nos oponemos a las interpretaciones mist icas de Artaud. En nuestropais la introduccion de Aldo Pellegr ini al V an G o gh de A. Artaud es un ej emplode estc ripo de interpretaciones. Pellegrini cira las siguientes frases de Anaud: "Yocreo en 10 sobrenarural" (en una car ta a J. Paulhan del 16de septiembre de 1930;0. C; t. VI, P: 398); "Porque 10 sobrenatural esla razon de ser del hombre" (t, VII,p. 157). Dice Pellegrini que "el que confla en los poderes de la imaginaci6n afirmaimpllcitarnenre 10 sobrenarural, porque este supone la existencia de una actividadno legis lada del espir itu' ' (pp. 20-22 de su introduccion) . No es posible discur ireste terna sin hacer precisiones: las precisiones que elpropio Artaud hace. Dice, ensu Post-scriptum a Le r it e d u p e yo tl , "Agrego que este rexto fue escri to en el estadomental esnipido del conuert ido, al que los hechiceros de la clerigaIla, aprovechandosu momenninea debilidad, mantenian en estado de servidumbre [...] Escribi el Ritedu Peyotl en estado de conversion y ya con ciento cincuenta 0doscientas hostias re-cientes en elcuerpo, dedonde mi delirio aquf y alla a proposito de Cristo y dela cruzdejesucr is to , pues nada me pareee ahora mas funebre y mortalrnenre nefas to queel signa estratificador y limitado de la cruz, nada mas eroticamente pornograficoque Cristo, innoble concretizacion sexual de todos los falsos enigmas psfquicos ..."( r. IX, pp. 39-40); y mas adelante, en una nota dela p. 33, agrega: "el Peyotl, EI nose presta a esas feridas asimilaciones espiriruales, pues la Misrica fue siempre unafarfulla Il1UY sabia y refinada contra la cual el P EYO T L Inregro protesta, pues con elE L H OM BR E esta solo, y rasgando desesperadamenre la musica de su esqueleto, s in

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    fuerza transgresora de su obra y 10 incorpora a 1ahistoria de 1a litera-tura (en el sentido de excrecencia en relacion a 1apresencia plena): poreso Derrida sosriene que "su aventura es 1aproresta c om o ta l contra 1aejemp1ificaci6n c omo t al ". Se trata, agrega, "antes de 1a locura y de 1aobra, del sentido de un arte que no da 1ugar a obras, de 1aexistencia deun artista que no es 1avoz 0 1aexperiencia que dan acceso a otra cosaque a ellas mismas, de un hab1a que es un cuerpo, de un cuerpo que esun teatro, de un teatro que es un texto porque no esta sometido a unaescritura mas antigua, a cierto archi-texto 0archi-habla, Para usar aArtaud como ejemplo hay que desposeerlo, des1izarlo hacia afuera, a10inofensivo, es decir, "leerlo", Pero 10que se plante a es 1arealizacionde un giro copernicano en 1a lectura (en realidad el movimiento totalde la revoluci6n consiste en la destrucci6n de la estructura materialde la obra some tid a a la linearidad sentido-creador-obra-lector 0, enotro nivel, capitalista-obrero-mercancia-collsumidor). La lectura yano consiste en la recepcion de un mensaje, ha roto la distancia que1aseparaba de la obra y al convertirse en una lectura sin diferencia setransforma en una escritura; si leer no es leer a distancia, una cosa ex-terior, ajena, que esta alli, sino 1eerse,entonces los presupuestos tantode la lectura como de la escritura se modifican substancia1mente. Lalectura no es lectura de un texto que nos remite a otra cosa median-padre, s in madre, familia, amor, dios 0 sociedad" , Sin precisar los conceptos y lacronologia 1 0 unico que se logra , y cl ensayo de Pellegrini 1 0 muestra muy bien, escrear confusion. Es cierto que en Artaud hay un per iodo mistico que fue cri ticadopor el propio Artaud. A nadie se le ocurri rla por eje rnplo tornar a l pie de la let raSlI dedicator ia a Hitler. En una carra al Dr. Ferdiere, ledice: "Pues el Mundo y lascosas no pueden emprcnderse ni admirirse sin Dios"; "Cuando 1 0 he comprendido/al Misteriol hevuelro a lareligion de mis padres. Yluego, como 10 hago desde hacedos meses , he comulgado rres veces por sernana" (el i "La tour de feu", nro, 63/64,p. 6 y P : 12, respccrivamenre). Las cartas a su madre y hermann (de quienes reniegaposteriormenre) son ilusrrarivas de su "religiosidad ", Perdiere, por su parte, dirdque "las convicciones religiosas de Arraud variaban cada sernana 0cada dla". Bastaleer su "Chiotte it l'esprit", 0 Para terminar con eljuicio de Dios, 0 "Ainsi done laquestion ...", para cornprender el arreglo de cuentas def init ive que Artaud hizo consu misticismo, Por rodo 10 eual pienso que latarea urgente no esdefender aArraudde la"crapula", como pide Pellegrini, sino de aquellos que aun arnandolo realizan elpase mdgico de su ocultamiento.

    te la representaci6n -la mimesis-; no es lectura de un texto que nostransmite una experiencia ocurrida en otro lugar, sino que el texto esla experiencia y tanto escribir como leer es experimenrar esa experien-cia, no remitirnos a ella sino vivirla originariarnente. Leer es abrirsea ser trascendido, corroido, muerto y engendrado nueva mente por laviolencia de un texto intransferible que, de hecho, rechaza todo some-timiento previo, que no nos habla de otra cosa sino que es 1 0 hablado yesa otra cosa: la palabra "mar", 0cualquier otra insert a en la escritura"poetica", no nos rernite a su concepto 0 a su reference sino a la totali -dad del significante, su fuerza esta en ese hueco que abre en ellengua-je cotidiano, que-sirve-para-inforrnar, haciendonos penetrar en 1 0 in-diviso y no en la duplicacion, en 1 0 originario sin origen. Si la palabraremite a otra cosa, entonces decae, se castra, Una lectura sin remisi6nes, asi, el peligro en su esencia, como toda lectura no sometida. En lu-gar de dominar el texto, recurriendo a lo s esquemas l6gicos del siste-ma, a ese leer-a-distancia, conservando las prerrogativas de un sujetohecho por elsistema a su imagen y semejanza, 0 , 10 que es igual, a unalectura como diversion, como signo que al remitirnos a otra cosa nos iSldeja indemnes, vale decir que salvaguarda nuestra propiedad, nuestraintimidad, el verdadero lector se convierte en el escritor del texto, 1 0cual acarrea el derrumbe de los soportes ontologicos de la obra Idelcapital/, No solo la obra fue dominada por la retorica al pasarla por lacriba de sus "formas", sino que, al objetivarla, alejindola, diferencian-dola, poniendola a distancia como cosa -cosificindola-, mediante uncorte de ser, como se pone a un tigre en una jaula, deja de amenazaral "sujeto", a ese sujeto propierario, Fuente del sentido, bastion ultimode la metafisica del sistema. Abrirse a la iectura (lectura/escritura) esponerse en disponibilidad de transgredir, de destruir el sistema dedominaci6n dentro del que vivimos. La lectura como diversi6n (co-mo diverse y diverrido) nos "inforrna de algo, en este caso de cierrasexperiencias vivid as por un tal Anronin Artaud y que, en esencia, s610pertenecen a el, quien las vivi6, mientras que para nosotros s6lo sonuna ilustraci6n que nos sirve para confirmar nuestro propio mundoescindido. La otra lectura es la lectura de nosotros mismos ("cuandoescribo no hay otra cosa sino 1 0 que escribo", Rodez, 1946) Por 1 0 tan-to no puede haber "interpretacion porque no ha y nada que interpretar

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    (toda interpretacion es una reducci6n a otra cosa). EI texto original("10 que escribo") excede toda interpretacion, es mucho mas podero-so, no sigue los meandros de una demostracion sino que aparece enbloque, es el acto sin rernision: el comenta rio 10media, 10explica: noleemos 10que Artaud dijo sino tarnbien 10que quiso decir, pero paraleer 10que quiso decir y no s610 10que dijo hay que acomodar 10quereal mente dijo, perfilarlo y, en ultima instancia 1 0 q ue q uis o d ec ir esalgo que, de hecho, no dijo (porque el s610 dijo 10que dijo) pero que sidice quien 10toma como ejemplo. Para servir de ejemplo, para que ha-ya algo que quiso decir, hay que partir el mundo, aceptar el juego de lametaflsica.' De las interpretaciones, por 10general, no surge elArtaudrevolucionario. El eleva do grado de abstraccion de toda hermeneuti-ca decapita su dolorosa e implacable rebelion: al hacerlo entrar en undiscurso se 10 somete, de hecho, a la metafisica del Discurso. No setrata de sostener que el texto-Artaud demuestra algo, se trata de que laacci6n (de) Artaud, su texto, es material, revolucionario: la diferenciatiene sangre y entre los coagulos esta el objeto de la locura. EI peligrode deslizarniento que acecha todo "comentario", proviene de un len-guaje que constituye el enrejillado fundamental de dominio del siste-ma de la propiedad: los posesivos son la barrera principal que la meta-fisica ha levantado contra todos los intentos de transgresi6n, de alli, aveces, la necesidad de suspender mediante un parentesis la pardculaposesiva y abrir un nuevo espacio, el vacio que se abre en la coherenciadel logos cuando desaparece Stl categoria maestra: autor/duerio.

    Hablamos de la rebeli6n de Artaud, pero ~contra quien, contraque es esa rebeli6n cuyos alaridos conmueven nuestro siglo? Sobreesto no cabe ninguna duda: su rebeli6n es contra la sociedad burgue-sa. 5610 quienes 10quieren convertir en un hecho "estetico" puedentratar de ocultar esta pertenencia plena de Anand a la revolucion, y,en este caso, convertirlo en un poeta, un "actor", en otras palabras,un "espiritu". Nosotros, por el contrario, decimos que Artaud s610puede pensarse en la revoluci6n. No se trata de adaptar s1.1pensa-mienro, sus textos, sino de atenerse a la letra estricta, a la ferocidad7. El problema esdis rinro en el campo reorico, en el que seimpone una lectura s in-rornal, una distinci6n entre letra y discurso.

    estricta de su letra. Yesto debe ser dicho sin atenuantes. Desde el co-mienzo hasta el fin Artaud habla con odio de la sociedad burguesay la sefiala como causa de la escision (Artaud, en primer lugar, vive,padece, el desgarramiento, la ruptura que esta sociedad ha introdu-cido en el hombre al separarlo de su materialidad, al convertirlo en"espiritu"), y la revolucion es revolucion contra la sociedad burguesa,es reconquista de la unidad. Si hay un centro en la obra de Artaud,este esta en su odio ala burguesia y en la propuesra de su destruccion:si hay una continuidad esta es su exigencia de una revoluci6n "total".Tiene raz6n J. Derrida cuando se refiere ala "afirmaci6n revolucio-naria" de Artaud, y agrega: "Revolucionarin en un sentido plene y,en particular, en el sentido politico. Todo EI teatro y s u d o bl e podrfaleerse ... como un manifiesto politico". Aqui debemos distinguir doscosas: Artaud, como hombre es revolucionario (en un sentido gene-ral, te6rico, podriamos decir) y su acci6n revolucionaria especificason sus textos. EI texto de Artaud es revolucionario no por su "pro-puesta" revolucionaria sino por la subversi6n liberadora que produceen el orden de la "literatura", Incluso aunque nunc a hubiera hablado 163de revolucion, aunque no se supiese nada de su persona, de su vida,ese texto que esra alIi y que a causa de nuestra pertenencia al sistemametaflsico llamamos de Artaud, seria revolucionario. No es la pala-bra revoluci6n la que 10 instituye como revolucionario. La primeracondicion para esto es que no haya una cesura en su vida y obra. Laconsecuencia, en apariencia contradictoria, es el caracter etico de laobra artaudiana (rnuchas veces se ha pensado que la negaci6n de 1 arepresentatividad mimetica del texto, la autonornia -relativa- 0 par-ticular de 10I iterario, implicaban su impotencia como acci6n, perola verdad es que desatan su tremenda fuerza subversiva): "Junto conla revoluci6n social y econ6mica indispensables, esperamos todos unarevoluci6n de 1 a conciencia que nos permitira curar la vida". EI su-brayado de Artaud muestra claramente su materialismo revolucio-nario: no se trata de afirrnar la necesidad de transformar al hombremanteniendo las bases econ6mico-sociales de su explotacion, sinode la "indispensable" transformaci6n econ6mica y social de la socie-dad como posibilidad de transformar al hombre; tampoco se tratade transformar las bases econ6micas y creer que esa es la revolucion:

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    "Las fuerzas revolucionarias de un movimiento son aquellas cap acesde desequilibrar el funcionamiento actual de las cosas, de cambiarel angulo de la realidad", Pero derras de la idea de revoluci6n esta laidea de unidad: la revoluci6n es la unidad en acto. La sociedad capi-talista ("el mundo capitalista moderno donde el dinero esta por enci-rna," Artaud) escinde al hombre, le arrebata el producto de su trabajoy con el le arrebata, como demostro Marx, al otro hombre: esa doblealienacion, que no tiene nada que ver con la alienaci6n de la con-ciencia hegeliana, es producto de una situacion concreta, material, yes esta situacion la que debe subvertirse ("el teatro que quiero hacersupone, para ser posible ... otra forma de civilizacion"), Unidad =per-dida de la unidad (capitalismo)- recuperacion de la unidad (cornu-nismo): tal seria la linearidad del proyecto revolucionario de Artaud.

    Para Artaud, sin embargo, la revoluci6n no consiste en un merotraspaso de poderes sino en la destrucci6n complete de esta sociedad.No se trata de que el poder este en manos de los burgueses 0 de losproletarios, si estos no destruyen a la sociedad burguesa. Artaud dice:

    164 la transformaci6n econornica de la sociedad es "indispensable", perono es todo; de 1 0 que se trata es de "Ia destruccion de la concienciaindividual, y esta idea "representa una alta idea de cultura, y de estaprofunda idea de cultura deriva toda una nueva forma de civiliza-cion", y esta conclusi6n que es 1 a raiz de su pensamiento revoluciona-rio: "No sentirse vivir como individuo equivale a escapar de esa for-ma temible de capitalismo que yo llamo capiralismo de la conciencia".Estas frases comienzan a ser legibles actualmente. Uno de los temasclaves de la deconstruccion en curso, es el de la des-construccion/destruccion de esa conciencia "capitalista", "duefia" del sentido, ego,yo, alma opuesta al cuerpo, y toda la serie dicorornica de la metafisi-ca occidental. Una sociedad es un funcionamiento que domina todo,un monstruoso arenazarnienro de la producci6n y de los gestos, de lagrarnatica y las costumbres, de la pasion y ellenguaje. La rnerafisica-llamemos aSI a este funcionamiento- no es solo abstracta (teorica)sino estructurante: es el misrno funcionarniento el que actua a nivelteorico-ideologico y al nivel de la producci6n economica, del arte, dela moral, de la polftica, La escision del hombre, que se produce entodos los niveles, es la maxima fuerza de dausura del sistema. Las

    unicas fisuras son las experiencias limites: la poesia, el erotismo, lalucha revolucionaria. La "astucia" de la razon es la astucia de ese fun-cionamiento global que domina todo, hast a 1 0 que encierra y castiga.La astucia del sistema consiste en actuar de tal manera que cuandosus enemigos levantan 1 0 que creen la victoria, en realidad esten le-vantando al mismo sistema can un nuevo rostro. Los revolucionariospueden tomar el poder y nacionalizar la economia, pero el funciona-miento del sistema burgues (llamadas con distintos nombres sus ca-tegorias fundamentales) puede seguir funcionando sin modificacio-nes: subsiste la propiedad, la educacion, la fibrica, el estado, la etica,el arte burgues, con la diferencia de que ahora se llaman socialistas.El "revolucionar la conciencia" de Artaud implica revolucionar estefuncionamienro del sistema burgues-capitalista.

    No se trata de querer convertir a Artaud en un revolucionarioa pesar suyo, sino de sefialar la constancia de una revolucion-tota]-en-acto vivida por Artaud. Desde sus cartas surrealistas (al Papa, alDalai Lama, a los recto res de las Universidades europeas) hasta susultimos poemas, no deja de Uamar a la accion contra el sistema bur- 165gues. La primera parte de Para terminar con eljuicio de Dios -uno desus ultimos poemas- es un extenso ap6strofe contra el imperialismonorteamericano, Y no se trata de los ap6strofes de un "lirico", de un"poeta", sino de una conciencia que en el exrremo aullante de su luci-dez llama a los hombres a luchar por Sll liberacion absolura, inclusopor la liberacion del "yo", ultima forma de servidumbre, gennen detodas las putrefacciones y descomposiciones. A los norteamericanoslos acusa de preparar la guerra: "Pues cada vez mas los americanosencuentran/ que carecen de brazos y de nifios/ vale decir no de obre-ros/ sino de soldados/ y quieren a la fuerza y por todos los medios po-sibles hacer y fabricar soldados con miras a todas las guerras planeta-rias que ulteriormente podrian tener lugar! y que estarian destinadasa demostrar mediante las virtudes aplastantes de la fuerza/ la sobreex-celencia de los productos american os y de los frutos del sudor ameri-cana sobre todos los campos de actividad y del dinamismo posible dela fuerza." "Basta de Irutos, basta de arboles, basta de plantas farrna-ceuticas 0no y, en consecuencia, basta de alimentos'/ pero productossinteticos hasta la saciedad .. .1 en los vapores, en los humores especia-

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    les de la atmosfera, sobre ejes particulares de las atrnosferas sacadospor la fuerza y por sintesis a las resistencias de u~a natural~za que dela guerra nunca ha conocido otra cosa que el r nie do .z Y VIva la gue-rra, ~no es verdad?1 Pues, al hacer esto, ~acaso no es la guerra 10 quelos americanos han preparado y preparan paso a paso.! Para defenderesa fabrica insensata contra todas las competencias que no podrfandejar de elevarse desde todas partes,! son necesarios so~da~os,. 7jerci-tos, aviones, acorazadosl ." En 1947 , en respuesta a una mvitacion deBreton, se niega a escribir un texto para una exposicion surrealistaargumentando que "es una galeria capitalista, donde se v~nden muycaro cuadros que ya no son pintura sino valores mercantiles, ualores,llamados VALORES, y que son en el mundo todo 10que en tanto que ob-jeto se llama VALOR, esas especies de grandes papeles impres~s con co-lores variados y que sobre un simple papel representan (oh nll1~gro) elcontenido de una mina, de un campo, de un pozo, de un sedimento,de una empresa, de una exploracion, en la que el posesor, el propieta-rio, el capitalista, quien la posee, no ha participado, ni conla rupturade una una, mientras millones de obreros han explotado, lGUAL QUEEL OB]ETO, para que el llamado espfritu pueda gozar comodamentedel trabajo material del cuerpo", Y luego, tan:bien a Breton, este ver-dadero apostrofe: "Hubiera sido necesario decirle ala gente que ustedestaba de mas alli, y que yo estaba de mas al estar frente suyo, ell eselugar, como una especie de orador hibrido: en una calle, frente a unabarricada, yo no estaria de mas, y, por otra parte, po.co ~ m~lCho, to-dos ustedes son culpables de la perrificacion de las msntuciones ac-tuales pues todos tienen algo que guardar, que con~ervar~ 0 salv~r".Estas cartas son de 1947 . En el mismo afio, en el Vieux-Co lombier ,decia: "Me doy cuenta de que ya no es hora de reunir a la g~nte en unanfiteatro, incluso para decide verdades, y que con la sociedad y supublico ya no hay otro lenguaje que el de las bombas y las metralletasy todo 10 que sigue". . .Si tenemos una idea univoca de la revolucion, SI pensamos quela revolucion es solo la lucha politica por la tom a del poder y, despuesde tornado el poder, la nacionalizacion de la econornia, etc. Si con-sideramos que todo 10 demas esta al seruicio ~e la lucha poli~ica c.o-mo tal , entonces la "li teratura" solo puede considerarse revolucionaria

    por su remision a otra cosa: su caracter revolucionario le viene des-de afuera, por delegacion, por representacion. Esta idea implica unaconcepcion homogenea, metaflsica, de la sociedad. La metaffsica seestructura alrededor de la idea de presencia, de sentido y de represen-tacion: en el vertice, como duefio del sentido, como presencia plenadel sentido, Dios (en su lugar, porque se trata de lugar, puede estar elPartido 0 el Autor =poeta-pintor-novelista-: para el funcionamientodel sistema, como por 10demas para toda estructura, no interesa tan-to el nombre que se le da allugar como la existencia de ese lugar deese centro dentro de un sistema de relaciones): los sacerdotes (los mi-litantes, los textos) como transmisores, meros instrumentos del sen-tido; en la base la grey, las masas, los lectores. Si esta linearidad fuesecierta, la linearidad de la revolucion seria manifiesta. Pero 1 0 que secuestiona es este esquema. Todo pensamiento y toda accion revolu-cionaria es la negacion, la destruccion, de este sistema. La destruc-cion se produce a distintos niveles; la lucha revolucionaria reconoceun cuerpo heterogeneo, niveles sornetidos a distintas legalidades, adistintas temporalidades. La revolucion economica es "indispensa- 167ble", dice Artaud, pero no es todo, no es LA revolucion, Esto no im-plica sostener que la especificidad (relativa) de los niveles lleve, en elcampo del arte, a la teoria del arte por el arte. Al contrario, la especi-ficidad del espacio literario desata la escritura, la lleva a su maximaviolencia destructora: la revolucion se da en el texto cuando el textono esta al servicio de otra cosa, ya sea dios 0 un partido politico. Esen el texto donde una clase sociallucha contra el sistema en el ordende la l iteratura. Una sociedad, salvo sus minorlas explotadoras, luchapor liberarse de una forma social que la escinde, la mantiene en la ex-plotacion, la extermina; pero su lucha es compleja, es una lucha quese desarrolla en todos los niveles posibles: no es un escritor IArtaudlquien escribe, es una sociedad la que atraviesa la mano del escritor ydesara el espacio textual , solo allf puede ser Hamada revolucionariaesa escritura, Se me puede objetar que dichas "revoluciones" litera-rias (revoluciones dellenguaje, del mundo sirnbolico) son facilmenteabsorbidas por el sistema (el caso de Artaud, que ha pasado ala care-gorfa de escritor de "rnoda", "maldito", etc., podrfa servir de ejemplo).Esto no es cierto, no solo por el argumento facil de que tam bien las

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    revoluciones politicas y economicas pueden ser reabsorbidas por elsistema (la Union Sovietica serfa un caso tipico: con un Partido, unEstado, un Ejercito, una Universidad, la Produccion, etc. organiza-das de la mejor forma burguesa), sino porque esos textos (pienso enSade, en Lautreamont, en Mallarme, en Artaud) exigen una lecturacreadora, en caso contrario solo se los puede leer como otra cosa, pe-ro cuando se produce la lectura creadora, ellector-autor entra en unespacio al que, para sefialarlo, solo tenemos la palabra revolucion.

    Una de las ideas fuerza que recorre todos los textos de Artaudes que la revolucion reconstruye la unidad. La revolucion es el mo-vimiento total por medio del cual una sociedad escindida busca re-hacer su unidad. Dice J. Derrida: "Artaud ha querido destruir unahistoria, la de la metafisica dualista que inspiraba mas 0menos sub-rerraneamente los ensayos provocados mas arriba !se trata de los en-sayos de Foucault y de Blanchot, a los que comenta Derrida!: dua-lidad del alma y del cuerpo, sosteniendo, en secreto, es claro, la delhabla y la existencia, del texto y del cuerpo, etc.". Artaud parte de su

    168 propia situacion vivida al extremo del sufrimiento. La escision que seabre en Sll carne es una grieta que atraviesa todo el cuerpo de una so -ciedad, su mal es un mal cornun, su lucha es una lucha comun contrauna sociedad que para existir necesita destrozar al hombre. Su argu-mento: el propio cuerpo contraldo por el dolor, encerr~do en un ma-nicomio ("no puedo aceptar que el poeta que soy haya sido encerradoen un asilo de alienados porque queria realizar al natural su poesia",O.c., t. IX, p. 194). La revolucion tenia que ser, para el, no la repe-ticion de 1 0 mismo sino la rransformacion omnlmoda del todo: "Setrata, por 10 t anto, de una revolucion.z y todo el mundo reclama unarevolucion necesaria,/ pero no se si muchos habran pensado que estarevolucion/ no sera verdadera mientras no sea Hsica y material mentecompleta/ mientras no se dirija al hombre! hacia el cuerpo del hom-bre! y no se decida por ultimo a pedirle que s e camb ie" . La "metaflsicadualista" (merafisica del sistema de propiedad) es rota por Artaud apartir del cuerpo. "No sostengo que el espiritu sea tan uti! como elcuerpo; sostengo que no hay ni cuerpo ni espiritu, sino modalidadesde una fuerza y accion unicas", la raiz historica de esta dualidad seencuentra, y Artaud 10 r econoce asf, en la division del trabajo: es la

    divisi6n del trabajo la que ha convertido a los hombres en "espiriru"(al encadenarlos al trabajo, pero al mismo tiempo despojandolos deltrabajo), Pero esta division es el producto del sistema de propiedadque, en ultima instancia, funda la "meraflsica dualista" de la quehabla Derrida y contra la cual se insurge Artaud. Un lacerado en elcuerpo, un harnbrienro en el cuerpo, ~que puede decirle al espfritusino m ie rd a? M ie rd a e l e sp tr itu se tirula, precisamente, uno de losmas violentos poemas de Artaud, 0 cagada, 0 como se qui era, "entodas partes -dice- se entendi6, despues de no se cuantos siglos deKabalas, de herrnetismo, de mistagogia, de platonismo y de psicur-gia, que el cuerpo es hijo del espiriru, que es como la condensaci6n,el conglomerado, 0 el mont6n rnagico, y que no puede concebirse uncuerpo que no sea, al termino de la ruta infusa, el resultado de ciertosombrio matrimonio del espiritu con su propia fuerza, el Iimite deltrayecto elegido por el espiriru sobre su propia ruta ... Como si nopudiera haber cuerpo si en alguna parte no hay espiritu, como si elestado llamado cuerpo, la cosa cuerpo, fuera por esencia y naturalezainferior al estado espfritu, y proviniera del espiritu. Como si el cuer- 169po fuera el carruaje y el espiritu el caballo dirigido por otro espiritullama do cochero. Como si el cuerpo fuera los obreros de una fabricay el espiritu el patron que concibe el trabajo en cadena de los obre-ros. Como si el cuerpo fuera los cuerpos de todos los soldados que sehacen matar bajo las 6rdenes de ese gran esplritu, el general que loshace matar, Como si fuera entendido por la vida que el cuerpo es es-ta materia sucia don de el espiritu toma sus banos de pie, cuando nolos banos de sangre en la guerra, tornados por un capuchino calzadocon botas a las cuales el espiritu s610 tiene que abrochar. . . 2Por que elcuerpo vendria del espiriru y no el espfritu del cuerpo? 2Por que el es-plritu tendrfa los valores de los cuales el cuerpo no serla sino el habi-to de miseria, la materia de encarnaci6n?". Artaud se caga en Platen,en Socrates, en Kant, en Descartes, los te6ricos de la mistificacion:"pues puede darse vuelta el problema y decir que el espiritu no hubie-ra existido, ni sus valores ni sus datos, si el cuerpo no hubiera esta-do allf , si no hubiera sido qui en, al menos, los ha transpirado ... Pues~que son las ideas, los datos, los valores y la cualidad? Terrninos sinvida que solo adquieren materia cuando el cuerpo 10ha transpirado . ..

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    Sin un trabajo realizado un dia por el cuerpo jamas hubiera nacidouna idea ... ". En Fragmentaciones dice: "No hay adentro, no hay es-piritu, afuera 0 conciencia, nada ma~ que el cuerpo tal c?mo se 10 v~,un cuerpo que no deja de ser, ni siquiera cuando cae el OJO que 10 ve .Yen el Van Gogh (p. 60): "Frente a una humanidad de mono~ ceba-dos y perros mojados, [a pintura de Van ~o~h se~a la de u.n tlempodonde no hubo alma, ni espiriru, ni conciencia, 111 pensarruento, tansolo elementos primeros alternativamente encadenados y de~enc~de-nados". Artaud sabe que el "espiritu" (0 el yo, el ego, la concrencia 0,en un palabra, el alma) es el elem~nto b~sico fun~amental ~~ todala cadena significante de la metafisica. Mlentra.s eXl.sta el esp1fl~,u (~I."yo") existira la religion, no se puede negar a dios Sl1: negar el yo:'el yo, de manera explicit a 0 implicita, siempre p~eflgura una SU?S-tancia un algo mas agregado al cuerpo, una espeCle de comando 111-terior que seria quien piensa, habla, imagina, al margen del pensar,del hablar y el imaginar; un hombre que adentro del hombre -comoun homunculo+ seria el verdadero hombre, pero que a su vez nece-sitaria otro verdadero hombre, etc. Sin la critica de este "yo" (sujeto/alma/espiritu) vale decir, sin la supresi6n de este pequefio propieta-rio del sentido, [a supervivencia del sistema .est~ ~segurad~. Artauddice -repetimos-: "No sentirse vivir como individuo eqUl~ale. a es-capar de esa forma temible de capitalismo que yo llarno caplt~hsmode conciencia". La conciencia es una "capitalista" en la medida enque se apodera del cuerpo, Esta clara la interrelaci?n de.lo~ ?iveles,el imperio de un esquematismo no trascendental ~111~ hlstonc~, pe-ro constituyente: el yo implica el alma, y, por conslgUlen~~, a dios; apartir de alli, de ese lugar llamado dios (y que: como dijimos, auncuando se niegue su existencia, sigue actuando SI se cons~r:a s:llugardentro del mecanisrno del sistema, lugar que puede recibir diversosnombres) se precipita la cadena signifi~ante que es~ructura el siste-ma: presencia, representa~ion . .. El e~pir. ltu que dom~na el cuerpo sedice que domina la materia, es el capltahst~ que do nllna. al obrero, . esel pintor que domina la pintura, es el escnt~r ~ue dom111a.el escr~to(domina: 1 0 tiene presente en si antes de escribirlo, como st 1 0 escn~opreexistiera al acto de escribirse, como si estuviera ~omo prese;1~lay sentido, antes de ser escrito, en la cabeza del escritor): el espintu-

    dios-capitalista-autor-dirigente, todos elIos considerados como ori-gen del sentido, como lugares donde el sentido existe como presenciaplena antes de degradarse en una obra, le chupan la energia al cuer-po-hombre-materia, porque el cuerpo ha sido sometido, se ha con-vertido en un siervo del espfritu, que a su vez es un siervo de dios (su-mo espiritu: espiritu santo): la historia no puede ser asi, sino historiadel espiri tu. Pero si al margen del pensarniento, dellenguaje (comoescritura) no hubiera alguien que es quien habla, ~que nos quedaria?Desaparecerfa el hombre como substancia ("no sentirse vivir comoindividuo"), quedaria el pensamiento, las palabras ("no es el sentidoquien crea las palabras sino estas a aquel") .

    Hay que re-hacer el cuerpo, dice Artaud. El cuerpo Ila mate-rialidadl debe apropiarse del pensamiento: el pensamiento desliga-do, cortado, separado Imetafisical debe volver al cuerpo. La voluntadartaudiana de re-hacer el cuerpo implica una voluntad de re-hacer eltodo. EI primer gesto es la emasculacion voluntaria Ila tematica de lacastraci6n -~no es, acaso, uno de los temas fundamentales de la arti-culaci6n de la psiquis?- se extiende desde el principio hasta el fin de suobra/. No se trata de oponer el cuerpo al espiritu (1 0 que equivaldriaa mantenerse en el mismo espacio), sino que la lucha contra el espiri-tu es tambien una lucha contra el cuerpo hecho, vale decir pervertidopor el espiritu, por la propiedad. Conviene sefialar la similitud conel planteo del "joven" Marx: "todos los sentidos fisicos e intelectualeshan sido sustituidos por la simple enajenaci6n de todos estos sentidos:el sentido del tener". Destrozar el cuerpo y re-hacerlo: destrozar ellen-guaje y re-hacerlo: el gri to es 1 0 mas aca 0 mas alla de la palabra, la uni-dad sin diferencia. EI grito: el silencio. El habla -incluso consideradacomo archi-escritura- es el espaciamiento del grito: esa sombrfa pun-tuacion que es el hombre elevandose sobre la pirarnide silenciosa delgrito. El grito l1a respiracion, el llanto, el suspire, el ronquido del or-gasmo y la muerte son "modulaciones" de esa masa, unica, continua,de sonidosl es esa inspiracion-expiracion cosrnica, material, amorfa,que des de el primer balido hasta el ultimo estertor trazan la huellasin sentido de una existencia en fuga, semejante a la baba que deja ungusano sobre la tierra. Cuando Artaud aulla en el Vieux-Colombierhace una serial explicita, pero que no es inteligible con las categorlas

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    de la vieja logica, y si 1 0 es con la logica de la disolucion de los limites,de la erosion, de los desprendimientos. Su texto de la crueldad, suspalabras "inventadas" -0reche modo to edire de za tau dari do pade-ra coco- de la ultima epoca, su odio a la representacion, se inscribendentro de la modulacion del grito, el cual esta fuera de la dicotomfasujeto/objeto. Podemos decir que Artaud es, a nivel de reaccion viva,de herida reciente, el rechazo de la alienacion: en realidad toda la te-matica -hegelian a- de la alienacion es dejada de lado, no hay ningunespiritu que pueda alienarse, ningun hombre cuyo espiritu 0 almapuedan alienarse, hay una materialidad, un "conjunto de relacionessociales" que deb en ser hechas de nuevo: re-hacer elcuerpo esre-hacerelmundo, perder los organos Id e la propiedad, de la apropiacion/ pararehacer un cuerpo sin organos, sin propiedad.

    La revolucion, para ser "fisica y materialrnente completa", debepedirle al hombre que "se carnbie". Este cambio esta lleno de media-ciones: el cuerpo esta enfermo porque vivimos en mundo enfermo"que no quiere que el cuerpo humane sea cambia do", y ninguna re-

    172 volucion, polltica 0 moral, sera posible mientras el hombre este do-minado por quienes "se den tanto de las revoluciones como de lasguerrasl seguros de que el orden anatomico sobre el que esta basadatanto la existencia como la dura cion de la sociedad actual no seracambiado", Sin una "revolucion fisiologica total" -nos dice- "na-da sera carnbiado", En este anal isis del cuerpo escindido y vueltoa hacer, no podemos referirnos al problema de la superficie y de 1 0corporal carnal (0 profundidad), problema tratado por G. Deleuzeen relacion a L. Carol y A. Artaud. Cuando Artaud exige rehacer elcuerpo ("Sin boca Sin lengua Sin dientes Sin laringe Sin esofago Sinestomago Sin vientre Sin ana yo reconstruire el hombre que soy")en realidad remite, circularmente, desde 1 0 parologico a 1 0 poetico,desde 1 0 individual a 1 0 social: la necesidad cerrada de reconstruir alesquizoide se trasmuta en la necesidad abierta de reconstruir la so-ciedad: la revolucion es un nombre con nuevos organos, hechos denuevo. Pareciera que Deleuze se atiene demasiado a 1 0 propiarnenteclinico del tema, a su reduccion esquizofrenica, pero Artaud trans-fiere su experiencia Isu vidal a su concepcion total: el cuerpo sin or-ganos emerge de la experiencia esquizofrenica pero se inscribe en su

    proyecto revolucionario total: la revolucion es el cuerpo re-hecho, elcuerpo que se vuelve a hacer sin organos, porque los organos son or-ganos no-inocentes, son los organos de la apropiacion: el cuerpo sinorganos escapa hasta en la carne ala apropiacion: la esquizofrenia esuna contra-enfermedad, una respuesra furiosa, un golpe esplendidoa la enfermedad de la enajenacion social, esla respuesta del individuoa la locura de la normalidad-social. Al hablar de cuerpo sin organos,Artaud "social iza", si cabe la expresion, la esquizofrenia como contra-enfermedad: ala enfermedad social capital ista , a la neurosis colectiva,no le opone la esquizofrenia individual sino la esquizofrenia socialtotal: 1 a revolucion, No hay que escandalizarse, frente a la "norrnali-dad" del capitalismo la revolucion no puede dejar de ser 1 0 anormal,1 0 enferrno, elmal... 8

    El teatro, 1 0 que Artaud llama el "teatro de la crueldad", es "el es-tado, ellugar, el punto, donde agarrar la anatornla humana y con ellacurar y gobernar la vida". Es imposible pensar el "teatro" de Artauda partir de 1 0 que corminmente se entiende por teatro: una re-presen-tacion. EI teatro de la cruel dad es, precisamenre, la negacion del tea- 173t ro como representacion ("no se representa I s e actual en realidad elteatro es la genesis de la creacion", carta de Artaud a Paule Thevenin,esc rita po cos dias antes de su muerre), por eso puede decir que "elteatro todavia no ha comenzado a existir", y que el, A. Artaud, es elenemigo del teatro. En Para terminer con el juicio de Dios (p. 60) di-ce: "Nada hay que abomine tanto COmo esta idea de espectaculo 0 derepresentacion", Por 1 0 tanto debe desplazarse el eje de la meditacion,EI teatro de la crueldad no se vincula al teatro, no se inscribe dentrode una historicidad propia al "genero teatral", sino que se inscribe enel espacio abierto por la revolucion total. El teatro de la cruel dad esel acto revolucionario: "EI verdadero teatro me ha resultado siempreel ejercicio de un acto peligroso y terrible, en donde se eliminan tan-to la idea del teatro y del espectaculo como las de toda ciencia, toda

    8. Lasociedad socialista, ino debe ser acaso la sociedad del goce total, de 1 0 lucido,de la "perversidad polimorfa" de los niiios? Aquf retorna la idea de cuerpo; quienpiensa el cuerpo niega una sociedad que 1 0 ha sometido a la esclavitud del espiritu:pero detr:is del espiritu, sesabe, esta el Senor, elAmo.

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    religi6n y to d o arte. El acto de que hablo esta dirigido a la transfer-maei6n organica y fisiea verdadera del euerpo humane" (EI teatro yla ciencia), esra dirigido allogro de esa "revoluei6n definitiva e inte-gral" de la que habla en el mismo texto. Es un conrrasentido pensar aArtaud como un te6rico del teatro, euando en realidad fue el te6ricode la destrueei6n del teatro. No tiene sentido criticar aArtaud, comohaee Grotowski, desde el punto de vista del teatro. Esto no quieredeeir que el nudo don de se artieula la vida y obra de Artaud no sea elteatro: podriamos deeir el euerpo 0 la sociedad, pero una soeiedad-cuerpo-teatro a 1 a que se debe re-hacer. La diseusi6n sobre la priori-dad de la poesia (segun Blanehot, EI teatro y su doble "no es sino unarte poetica") 0 del teatro ("5610 el teatro es el arte total", Derrida)como nucleos centrales de la obra de Artaud, nos pareee que quedapresa de una antinomia que es 1 0 negado, preeisamente, por la obrade Artaud: "Y ahara voy a decir alga que sorprendera a mucha gen-teoYo soy el enemigo del teatro, Siempre 1 0 fui. Mientras mas amo elteatro, mas soy, por esta causa, su enemigo". Un teatro sin texto, sinactores, sin espectadores, sin repeticion, ~es un "teatro" 0un espacio,en este caso el espacio de la revolucion, el espacio sin referente, sinremisi6n porque no remite a nada sino a si rnismo, originario perosin origen? Hay una frase de Althusser que, sin mencionarlo, en otrocontexte, habla del teatro de la erueldad: "En todos los casos las dis-tinciones corrientes del afuera y del adentro desaparecen, asi como laligaz6n 'intima' de los fenornenos opuesta a su des orden visible: esta-mos frente a otra imagen, de un concepto casi nuevo, definitivamen-te liberados de las antinornias empiristas de la subjetividad fenome-nal y de la interioridad esencial, frente a un sistema objetivo, regladoen sus determinaciones mas concretas por las leyes de su montaje yde su maqulnaria, por las especificaciones de su concepto. Es enton-ces cuando debemos recordar ese terrnino altamente sintomatico deDarstellung, vincularlo con esta 'maquinaria', y considerarlo literal-mente como la exisrencia misma de esta maquinaria en sus efectos: laforma de existencia de esta 'puesta en escena' de este teatro que es, ala vez, su propia escena, su propio texto, su s propios actores, este tea-tro en el cuallos espectadores no pueden set ... espectadores, porqueson los actores forzados, agarrados por las construcciones de un texto

    y por los papeles de lo s cuales no pueden ser lo s auto res puesto que es,por esencia, un teatro sin autor". Lo que Artaud ha descubierto es el"enigma" de la representacion, y su respuesta es la revoluci6n: un tras-tocarniento radical en el orden de 1 0 representado y de 1 0 represen-tante. Conviene citar a Nietzsche: "El hombre, presa de la excitaciondionisiaca, 1 0 misrno que la multitud orgiastica, no poseen un publi-co a quien tengan algo que cornunicar, en tanto que el narrador epicoy el artista apolineo en general suponen un oyente. Muy por el con-trario, un rasgo esencial del arte dionisiaco es que no tiene en cuentaal oyente", Y estas palabras de Derrida: "Ya no hay espectador ni es-pectacu]o; hay una fiesta (ver Artaud, EI teatro y Sit doble, p. 60; trad,OdB). Todos los limites que surcan la teatralidad clasica (represen-tado/representanre, significado/significante, autor/director, actoreslespectadores, escenariolsala, texto/interpretaci6n, etc.) eran prohibi-ciones etico-metafisicas, arrugas, muecas, r ictus, sintomas de ternorante el peligro de la fiesta. En el espacio de la fiesta abierta por latrasgresi6n, la distancia de la representacion no debia ya poder exten-derse. La fiesta de la cruel dad elimina las rampas y las barandas ante 1?5el 'peligro absoluto' que 'carece de fondo"'; y Artaud: "El teatro debedarnos todo cuanto pueda encontrarse en el amor, en el crimen, en laguerra, en la locura ...";agreguemos, para ampliar la red inter-textual,un texto de Bakhtine: "El carnaval es un espectaculo sin rampa y sinla separacion entre actores y espectadores. Todos su s participanresson actives, todos comunican en e 1 acto carnavalesco. No se mira elcarnaval, para ser exactos, no se 1 0 representa, se 1 0 vive, se pliega asu s leyes durante tanto tiernpo como duren, llevando una existenciacarnavalesca .. . Las leyes, las interdicciones, las restricciones que de-terminan la estructura, el buen desenvolvimiento de la vida normal(no carnavalesca) se suspenden durante el tiernpo del carnaval" (enLa poetique de Dostoieuski, pp. 169-170; todo el cap. rv , donde ana-liza el dialogo socratico, la menipea y el carnaval, parecieran hablardirectamente -pero el libro es de 1929- del Teatro de la crueldad).

    Lo que Artaud descubre a prop6sito del teatro (vale decir la se-paracion, la representacion, la linearidad, etc.) es el "funcionamiento"de la sociedad. A partir de este punto su extensi6n se vuelve masiva: laestructura teatral (que debe ser destruida en el teatro de la crueldad)

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    posee la misma estructura que la novela, que la 16gica, que el Estado,que la producci6n econ6mica y, en ultima instancia, que ellenguaje.Por eso la revoluci6n es "revolucion total" y no simples transforma-ciones parciales; por eso el teatro deja de ser lugar de re-presentaciony pasa a ser acci6n; por eso en Artaud irrumpe cada vez con masfuerza el grito. El grito es la unidad, 10que irrumpe es la unidad, unmundo, una sociedad, un cuerpo que no representa nada. El grito esla ruptura dellenguaje ("escribo para analfabetos"). Ellenguaje, laestructura dellenguaje, domina nuestra sociedad ("nunca nos libra-remos de dios pues todavia creemos en la gramatica", Nietzsche). Ladivision en clases sociales de las comunidades maillamadas "prim i-tivas", hizo del lenguaje un instrumento de extrafiarniento, de do-minio. La potencialidad divisoria, alienante, separadora, lineal, dellenguaje fono16gico, culmina en la sociedad capitalista, donde elhombre esta escindido de su instrumento de trabajo de una maneratotal, de su maquina-Iengua, etc. Derrida reduce, en ultima instan-cia, la obra de Artaud al no verla como una revoluci6n real, al no ubi-carla en relacion con esa revolucion total, fisica, de Arraud. Derrida?hace el diagn6stico del mal de esta sociedad a un determinado nivel,pero Artaud prop one una terapia: des-hacer al enfermo y hacerlo denuevo: revoluci6n. La obra de Artaud implica transgredir en acto, nosolo en teorfa, la representacion, la idea y la realidad estructuradascomo representacion, La revoluci6n deja de ser as! una promesa mi-lenarista y pasa a ser un acto, deja de vivir como telos, como fin a al-canzar "algun dia" y vive en el acontecimiento. La revoluci6n existeen los revolucionarios, en un espacio, el espacio de la desposesi6n, elespacio del ser y no del tener, pero no del ser de la ontologia sino el serdel acto, de la accion, de la falta de mediaciones, del juego. Es en es-te espacio del despojo absoluto (no solo de los bienes materiales sinodel yo, de ese infame andamiaje de posesi6n 0propiedad del sujeto,del alma, del hombre entendido como substancia) donde [e em os aArtaud: es en el espacio que el abrio, no un espacio substancial sino el

    espacio de la escritura-griro, no un espacio al cual se llega y se perma-nece sino el espacio-acto: nada puede representar la acci6n, la poesia,el orgasmo. No solo desposesi6n de los bienes materiales sino de esesupremo bien que es el "yo"-sujeto-espiritu-alma y, en consecuencia,dios, La muerte de dios es la muerte de esa subs tan cia a la que llama-mos espiritu; la muerte del hombre entendido como substancia/espi-ritu/conciencia/yo, es la verdadera muerte de dios: no hace falta dioscuando reina la materia, el cuerpo, el acto.

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    9. De Derrida puede consulrarse, en espafiol, "La lingufstica de Rousseau" en JeanJacques Rousseau: E ns ay o s ob re e l o r ig en d e l as l en gu as , Buenos Aires, Calden, 1970.Su obra fundamental De la grammato log ie fue publicada por la editorial Siglo XXI.