Cuento Propio (Francisco)

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CUENTO Por: J. F. Sandoval 1

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Inicio de mi cuento propio que nunca terminé. Está fuera de Copyright y la gente lo puede terminar si desea, pero es decisión unánime de el razonamiento de cada persona

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CUENTOPor: J. F. Sandoval

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ndice

PrlogoSalida OesteCaptulo 2Captulo 3Captulo 4Captulo 5Captulo 6Captulo 7Captulo 8Eplogo

Prlogo

En estos das he estado algo patidifuso. Algo del pasado me trae recuerdos irrevocables. Mientras tomo mi tasa del repostero, no puedo evitar reconstruir el rompecabezas de mi pasado. Un golpe, tres cuchillazos, creo que tambin alguien qued en el piso sin poder moverse, creo que ella fue J no, imposible. Tiene que haber algo que me haga dejar de pensar en esto.

Me serv un caf bien cargado. No tuve una razn para hacerlo, pero mi subconsciente seguramente quera que estuviese ms despierto para aclarar mis dudas. Fui al sof de la pequea sala de estar que convergen las habitaciones de mi pequeo hogar y empec a pensar. S, me di cuenta que eran los recuerdos que me atacan todos los das y todas las noches, cada vez que me ducho, cada vez que estoy desocupado del trabajo o de las compras, cada vez que me levanto de golpe en las madrugadas fras y silenciosas que transcurren en mi barrio.

La tasa se me cay al piso con el caf an caliente, y me quem parte del tobillo, pero no me import. Los recuerdos que cruzan mi mente no pueden aguantar ms, tienen que ser contados de una vez para acabar con el sufrimiento que siento. Debo admitir que si el infierno no est en la tierra, llegar al verdadero infierno tarde o temprano.Para que entiendan el porqu, lo que les voy a contar es todo lo que s o mejor dicho, todo lo que recuerdo y si decid hacerlo justo hoy es porque, aunque llegue a pensar que dej de ser humano, no puedo contra mis sentimientos, contra la pena que siento, contra el dolor de saludar a los vecinos de mi barrio con una sonrisa mientras no saben que soy alguien que perfor y despilfarr el futuro de una familia y un amor que pudo haber llegado a ser ms fuerte que el de ningn hombre.

Es as como inicia mi fin.

1 Salida Oeste

Despert abruptamente por la alarma de mi celular; marcaban las 06:00 A.M. Despus de haber recogido toda la ropa tirada del cuarto y haber levantado las cortinas, me dispuse a ir al bao, y mientras lo haca, me empec a desvestir.

Quieres que te acompae en la ducha? Dijo Z. haciendo que me de vuelta repentinamente. Hace fro y no quisiera ducharme sola.Est bien, pero no tardemos. Tengo que ir al trabajo, recuerda que mi jefe es exigente con los horarios.Descuida, no tardar mucho en entrar en calor.

Nos dirigimos al bao, y mientras tena la vista perdida planeando la salida a escondidas que tendra con J, record que hoy era un da libre de trabajo. Era el aniversario de la empresa y mi mismo superior me dijo: Qu mejor manera de celebrar un aniversario de tu trabajo que sin tomarte la molestia de ir a trabajar. Sin darme cuenta, unos dedos fros y suaves empezaron a rozar mi torso descubierto de manera ascendente, lo cual hizo que me estremeciera, perdiendo toda una planificacin mental de lo que hara pasadas las 7:15, la hora de ir a trabajar.

Oye, sabes que me gusta que hagas eso, no? Si sigues con eso, volver a llegar tarde.S, y me hago responsable de lo que pueda ocurrir. Dijo ella despus de que su cuerpo de no ms de 30 aos se pegara al mo, logrndome tumbar en la ducha y dndome una buena despedida matutina que consista en placeres del cuerpo no ms arriba de la cintura.

Poco despus de haber terminado su amor convertido en acto y asear nuestros cuerpos, nos dirigimos hacia la cocina. Yo intent hacerme el apurado para salir lo antes posible de casa y llegar al telfono pblico en la 43 de la avenida Pittsburg y la 13 de la St. Jimmy; el lugar en donde espero cada tarde fervientemente a J, mi amor secreto. Nos conocimos en el Parque Central, yo iba trotando como lo haca los sbados en los que mi esposa y mi hija iban a casa de su ta, que la verdad, no tena un buen aspecto de m en su arrinconado cerebro, por lo que despus de la segunda vez de visitarla decid que no volvera a pisar su casa. Tropec con ella porque estaba pidiendo indicaciones para llegar a la salida oeste del Parque y, al no entender mis indicaciones, solo pudo poner la sonrisa ms cautivante que haba visto en mi vida y pedirme que la gue.

Gracias por guiarme, realmente te lo agradezco. Recin tengo unos pocos meses en la ciudad y me senta cautivada por este parque desde que lo vi. Hoy tom el valor de venir y si no fuera por usted creo que nunca hubiera podido salir.

Llmame D., por favor, en esta ciudad se trata de usted solo a los que llevan traje, corbata y $500 en el bolsillo. Dije, para que, luego de lanzar una carcajeada al mismo tiempo, me cautivara con tu sonrisa y total atencin. Aqu es. Esta es la recta que lleva a la salida oeste.

Est bien, D., un gusto en conocerte, me llamo J. Gracias por todos los favores, te debo muchos. Dijo, bajando la mirada en forma de respeto.

Descuida, saldar tus favores volvindote a ver un fin de semana de estos por aqu. Le grit, despus de haberme quedado como un bobo mirndola marcharse a lo largo del camino de tierra el cual haca llegar a la salida oeste.

Poco despus, el siguiente sbado me las arregl para volver a visitar el parque. Tuve que decirle a mi esposa que la empresa en la que trabajaba haba creado una nueva idea de socializar entre los trabajadores, una especie de Sport Day. Aunque Z. no dudaba en lo ms mnimo de mi credibilidad, yo sent que haba roto el tab que caracterizaba nuestra relacin: la verdad. A pesar de eso, sent que lo vala, porque, aunque siguiera atrado por mi esposa, esa chica que conoc en el Parque Central haba hecho que mi corazn palpite ms seguido y mis sentidos se agudicen, y la verdad, nunca me haba pasado eso con ninguna mujer, ni en la secundaria, ni en la universidad (en donde tuve muchos fracasos amorosos) ni en la adultez. Sent una corazonada. Sent que esa nueva mujer en mi vida, que luca ms joven incluso que mi esposa, poda mover todas las fibras de mi cuerpo con solo llamarlas y poda hacer cualquier cosa solo por complacerla. Cre que el primer amor real de mi vida haba dejado su primera pista y quera que la encontrara.

Sal temprano en la maana, un poco antes de la hora a la que sal el sbado anterior. Me desped de Z. con un beso en los labios y en la frente mientras segua somnolienta en nuestra cama, pero cuando fui al cuarto de S. a despedirme, not que estaba despierta, estaba haciendo sus tareas para el lunes prximo.

Oye, amor, qu haces despierta tan temprano? Debes seguir con algo de sueito.

Mi profesora de ciencias nos dijo que viramos cmo las plantas florecen y se abren cuando el sol aparezca y por eso me levant muuy temprano. Me dijo, mientras estaba muy emocionada por aprender.

Est bien, le dir a mami que te ayude, S? Papi tiene que irse a un da deportivo con sus compaeros del trabajo.

Suena divertido, y si voy contigo? Puedo? Puedo?

Perdn, pequea, pero es solo para papi y sus compaeros de trabajo. Dije, desilusionndola un poco. Pero tranquila, el da de Lleva tu hija al trabajo se acerca y jugaremos juntos con otros amigos de papi y sus hijos.

Est bien, papi, confo en ti. Cudate en tu da sport. Dijo, hacindome sonrer.

Me devolvi la sonrisa y sal en direccin a la salida (y tambin entrada) oeste.

Trot de casa hasta el Parque Central Nacional igual como lo haba hecho la ltima vez, pero dudando en si J. habra pensado igual que yo para encontrarme en el mismo lugar. En la primera mitad de mi recorrido me desilusion y quise dar marcha atrs, pero la manera en cmo me haba hecho sentir hizo que recordara algo que la gran mayora de los adultos pierden dentro de sus corazones hasta ser olvidado por completo: La fe en el amor y no la compaa o la conveniencia.

Al llegar al parque (por la zona este) an me faltaba la mitad del camino. Era un parque realmente enorme. Tanto, que creo que poda tener una hectrea o hasta 2, y para ser un parque pblico con cosas para ver, or, sentir y probar por todos lados era realmente impresionante. Comenc a pensar Qu curioso lugar para que un viejo treintn encuentre el amor. Me sent como un joven de 18 aos y pens como tal mientras llegaba al punto de encuentro que yo mismo haba imaginado.

Llegu al lado oeste por el mismo camino por el que haba guiado a mi nueva obsesin a ciegas y observ el lugar con tranquilidad, muy distinto a la ltima vez que haba pasado por all; supongo que habr sido gracias a el ritmo cardiaco, emocional y mental ocasionado por ella y no por el bajo fsico, como el que senta en ese momento.

*LLEGA, LA ESPERA EN UNA BANCA, PASAN LAS HORAS Y PARECE QUE NO LLEGA, PERO LLEGA*Eplogo

Despus de 2 aos, segu cambiando de empleo, solo tena oportunidades de subsistir, mas no de tener un empleo exitoso ni fijo, la polica sigue tras mi huella aunque an no sepan quin soy exactamente. Me gan la confianza de los vecinos de mi nuevo barrio, pero ellos seguan con dudas en el fondo de sus cabezas por la falta de menciones al pasado con la que viva, as que nunca fui cercano a ninguno de esos vejetes. Trat de ocultar las acciones que hice de m mismo, y lo logr profundizndolas en mi subconsciente, perdindose entre mis recuerdos, pero mis sueos abran la puerta de mis memorias y senta que no sobrevivira a las pesadillas que tena cada noche, esas en las que las vctimas de tus actos te hablan preguntndote por qu lo hiciste y luego sufriendo todo el peso de la moral y la ley en sufrimiento fsico. Me desgarran los msculos con las manos cada noche, me rompen los huesos y veo como J., S. y Z. mueren en mis manos, pero yo no lo controlo, no, yo solo soy un simple espectador de ese acto mrbido, traumante que no lo merecera ni el peor enemigo de cualquiera.

Escribo este relato despus de 27 horas de haberlo iniciado y no he dormido desde entonces. En fin, creo que era de esperarse. He sentido una catarsis al soltar todo lo que nadie conoca con certeza sobre mi historia, mi familia, mis amores y mis demonios. Pero, an siento que no me libero de lo ms importante.

Estuve buscando la pistola con la que inici todo. S que la dej en algn lugar de esta casa, pero no recuerdo dnde. Espero que la encuentre pronto, he reorganizado mi hogar para la ltima noche en la que estar presente. Mov los pocos muebles que tengo a la aviacin perpendicular al bao y despus de guardar todas las cosas materiales inservibles que tengo en mi habitacin principal, me sent en una banca que haba encontrado en el cuarto de lavabo cuando llegu a esta casa. Era la ms humilde que haba visto nunca y estaba a punto de romperse, pero la puse al medio de la sala y bajo ella, un plstico grande que ocupaba la medida de todo el piso del cuarto; no quiero que toda la sangre que pueda llegar a esparcir ensucie la casa, est en perfectas condiciones para recibir muchos huspedes ms.

No s si deba hacerlo,

Dijo una vez Pavese:

La primera vezpara nunca fue.

La primera vezserpara siemprela segunda vez.

Despus,corregida,aumentada,la primera vezser nada.

la primera vezser nada.

Oh, ya la encontr.

DECIR QUE CONSERV EL ARMA LUEGO DE MATAR

1. EPLOGO1. SALIDA OESTE1. MENTIRAS BLANCAS1. QUIN ES ELLA?1. PERDN, HIJA1. LOS PRIMEROS DAS1. DESCONFIANZA DE J1. ERRORES QUE SE REPITEN1. UIDA1. PRLOGO