Cuadernos del Pensamiento Crítico Latinoamericano Nº 16 Los vaivenes de los movimientos sociales...

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  • 7/29/2019 Cuadernos del Pensamiento Crtico Latinoamericano N 16 Los vaivenes de los movimientos sociales en Mxico

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    Almeyra, Guillermo. Los vaivenes de los movimientos sociales en Mxico. En publicacin:Cuadernos del Pensamiento Crtico Latinoamericano no. 16. Buenos Aires : CLACSO, ConsejoLatinoamericano de Ciencias Sociales. Enero 2009.

    Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/secret/cuadernos/16/16almeyra.pdf

    Red de Bibliotecas Virtuales de Ciencias Sociales de Amrica Latina y el Caribe de la Red CLACSOhttp://www.biblioteca.clacso.edu.ar/

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    LOS VAIVENES DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN MXICO *

    GUILLERMO ALMEYRA **

    Ex Profesor-Investigador de la Universidad Autnoma Metropolitana de Mxico (UAM), unidad Xochimilco, en el Posgrado Integradoen Desarrollo Rural. Ex Profesor de Ciencias Polticas en la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM). Profesor de

    posgrado en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Columnista de La Jornada, de Mxico.

    Si se hace un balance somero de la evolucin de los movimientos sociales en los ltimos veinte aos, en Mxico sedestacan en particular la aparicin con fuerza en la escena poltica del movimiento indgena, en sus diversasmanifestaciones, la permanencia, al mismo tiempo, del gran movimiento conservador y desesperanzado constituido porla emigracin masiva de millones de mexicanos hacia Estados Unidos, a pesar del peligro de muerte en el cruce de la

    frontera y de la discriminacin y represin una vez llegados a su destino y, por ltimo, del gran movimiento cvico contrael fraude y la prepotencia ilegal del aparato estatal, que toma forma a partir de la eleccin fraudulenta de Carlos Salinasde Gortari en 1988, crece en la capital con la lucha contra el desafuero del gobernador, Andrs Manuel Lpez Obrador, yse mantiene desde la protesta contra el nuevo fraude electoral que le rob a ste la presidencia de la Repblica paradrsela al candidato de la gran finanza, el gran capital, los terratenientes, la jerarqua eclesistica y Washington, FelipeCaldern Hinojosa.

    El primero de ellos, el indgena, busc desde los noventa y busca an la igualdad de derechos entre los pueblosoriginarios y el resto de la sociedad mestiza y el cese de la discriminacin secular contra aqullos y su reconocimiento enpie de igualdad en una Constitucin nacional que debera ser reformada con tal fin. Se trata de un movimiento hacia laintegracin en la sociedad mexicana, no un movimiento revolucionario y antisistmico, aunque una parte de losindgenas, en la regin de las Caadas de Chiapas, se haya alzado en armas y haya construido una serie de municipioslibres, y otra parte de ellos, en Oaxaca o en Guerrero, haya dado vida a experiencias autonmicas. Ese movimiento

    tambin estall ante los terribles resultados sociales de la mundializacin dirigida por el capital financiero y que subsumilas regiones rurales y la agricultura, y por eso los campesinos indgenas que tomaron las armas y combatieron a partir deenero de 1994 declararon categricamente que preferan morir de un balazo a morir de diarrea u otras enfermedadescomunes y curables.

    El segundo movimiento, el de la emigracin, que est despoblando vastas zonas rurales del pas, ha cambiado lascaractersticas demogrficas y la pirmide etaria mexicana, transformando los pueblitos en residencias principalmente deviejos, nios y mujeres que viven de las remesas de los emigrados, y dejando vastas extensiones de tierras sin producir;es un movimiento de quienes se van porque no tienen esperanzas de trabajar en Mxico ni de cambiar la sociedadmexicana. Por su vastedad, ha sido una vlvula de escape a la presin campesina; ha impedido que el estallido deChiapas (que en los noventa no era an una regin de emigracin) se repitiese en los otros estados pobres y connumerosa poblacin campesina. Tambin, para las clases gobernantes, ha sido un man, ya que las decenas de milesde millones de dlares que los emigrados mandaban a sus regiones fortalecieron el peso mexicano y frenaron el

    descontento social mientras, al mismo tiempo, la emigracin de los ms jvenes y emprendedores de las regionesrurales, pero tambin de las ciudades, aliviaba el trgico desempleo y el subempleo masivo cuando el gobierno no eracapaz de cubrir anualmente sino un tercio de las necesidades de empleo que plantea la incorporacin de cada nuevaleva de jvenes al mercado de trabajo.

    El movimiento social ms masivo en Mxico, por lo tanto, es conservador y antinacional, ya que enriquece an ms aEE.UU. (slo en impuestos, se calcula, los mexicanos dejan all 100 mil millones de dlares por ao) con su trabajo (queaporta a Mxico20 mil millones de dlares anuales en concepto de remesas). Adems, es profundamente nociva, en

    * El texto publicado en este Cuadernoes parte de la Revista OSALAo IX, N 24, octubre (Buenos Aires: CLACSO).** Ex Profesor-Investigador de la Universidad Autnoma Metropolitana de Mxico (UAM), unidad Xochimilco, en el PosgradoIntegrado en Desarrollo Rural. Ex Profesor de Ciencias Polticas en la Universidad Nacional Autnoma de Mxico (UNAM). Profesorde posgrado en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Columnista de La Jornada, de Mxico.

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    Mxico mismo, la percepcin popular masiva de que el modelo a seguir es el estadounidense y de que la solucin a

    todos los problemas es individual y no colectiva y consiste en incorporarse al mercado de trabajo y aceptar los valores deEE.UU., al extremo de llegar a enrolarse en las fuerzas armadas de ese pas en Irak, para obtener as el tan ansiadopermiso de residencia o la nacionalidad local.

    El tercer movimiento, el cvico, tiene su centro en la capital, Ciudad de Mxico, y en los estados centrales del pas,Michoacn, Tabasco, Guerrero y Oaxaca, que tienen una gran proporcin de poblacin rural e indgena, y Zacatecas yBaja California Sur, en el norte del pas; pero tiene escasa influencia en otras regiones del pas, aunque cuenten conbuen nmero de indgenas, como Yucatn o Campeche, y en los estados mestizos norteos donde se practica unaagricultura masiva de tipo capitalista. Se trata de un movimiento democrtico, legalista y constitucionalista, en un pas enel que la concentracin de la riqueza alcanza niveles inigualados en otras partes del mundo (Mxico tiene el segundohombre ms rico del planeta y un 30% de su poblacin no llega a percibir un ingreso de un dlar diario), donde no hay niha habido nunca democracia y la ley y la Constitucin son sistemticamente ignoradas por las clases dominantes. Es poreso un movimiento subversivo, aunque sus reivindicaciones sean puramente reformistas y nacionalistas. Pero tiene

    escasos contactos con las luchas de los indgenas (y de los campesinos en general), que a su vez slo marginalmenteparticipan en ese movimiento cvico, y tampoco est relacionado con los movimientos sindicales, a veces muycombativos, como el de los electricistas o los maestros de Oaxaca, que confluyen con el mismo y a veces le dan unacolumna vertebral con su organizacin, pero no son ni su motor ni su direccin y participan en l de modo espordico ytangencial.

    Por supuesto, fuera de esos tres movimientos principales, aunque entrelazado con ellos, est el movimiento obrero,que empieza a liberarse de los lazos burocrticos y corporativos que ataban los sindicatos al gobierno y sometan lasbases a direcciones particularmente corruptas y autoritarias. Y existe igualmente el movimiento campesino, formado porcomuneros, pequeos campesinos y ejidatarios, que est superando las viejas direcciones campesinas pristas ycorporativas. Sobre ellos volveremos ms adelante.

    EL MOVIMIENTO INDGENA, LA REBELIN ZAPATISTA, LA AUTONOMA, LA OTRA CAMPAA

    Para quedarnos dentro de los ltimos tres lustros, no expondremos aqu los prolegmenos del estallido de la rebelinen Chiapas el 1 de enero de 1994 ni haremos una historia de los zapatismos anteriores o contemporneos del EjrcitoZapatista de Liberacin Nacional (EZLN), organizado en los ochenta por un grupo de revolucionarios nacionalistas-maostas derrotados en el norte del pas y que se refugiaron en la selva chiapaneca unindose al trabajo organizativo dela dicesis de San Cristbal de las Casas y a la rebelin indgena latente en la zona de las Caadas. Nos bastar conrecordar las luchas campesinas indgenas que llevaron al Congreso Indgena de San Cristbal en 1974, veinte aosantes del levantamiento del EZLN, y los combates de los campesinos zapatistas, indgenas, organizados en laCoordinadora Nacional Plan de Ayala en el ltimo cuarto del siglo pasado, as como la vasta movilizacin popular a favorde la candidatura de Cuauhtmoc Crdenas en 1988 y contra el fraude que llev al gobierno a Carlos Salinas de Gortari,y la movilizacin de los nahuas de Guerrero, que a principios de los noventa anul el proyecto gubernamental deconstruccin de una gran represa que habra inundado sus tierras.

    Los zapatistas del EZLN no nacieron, pues, repentinamente y de la nada, sino que son el fruto de ese procesomexicano y continental que en Amrica Latina llev tambin a los indgenas del Ecuador, organizados en laConfederacin de Nacionalidades Indgenas del Ecuador (CONAIE), a derribar presidentes. Tampoco el EZLN tuvosiempre las posiciones que tiene actualmente, ya que al comienzo era una organizacin militar que esperaba derribar algobierno por las armas (como reza la Primera Declaracin de la Selva Lacandona) y el problema de la autonoma y laconstruccin de municipios autnomos que hoy es esencial en su poltica en Chiapas apareci recin ms tarde, antela necesidad de afianzarse en el territorio chiapaneco.

    Por eso, y porque el EZLN se apoya en una zona de Chiapas que equivale slo aproximadamente a la dicesis deSan Cristbal de las Casas y coexiste con las fuerzas del gobierno y los partidos del orden en los otros dos tercios tambin predominantemente indgenas del territorio del estado sureo, e igualmente porque el zapatismo que no sigueal EZLN est presente en otras regiones del pas y es tambin en buena parte indgena, no es lcito creer que zapatismo,

    movimiento indgena y EZLN son sinnimos, aunque el muy dbil Consejo Nacional Indgena, que tiene una existencia

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    ms que todo formal, siga la lnea de la organizacin chiapaneca. Tampoco se puede deducir que los indgenas

    zapatistas chiapanecos se expresen exclusivamente por boca del Subcomandante Marcos (vocero y dirigente militar delEZLN) ya que los planteos poltico-culturales de ste, que tanta repercusin han tenido en Europa y en sectoresestudiantiles mexicanos, no son discutidos con los campesinos indgenas que, en cambio, fijan sus posiciones en lasasambleas de las que participan, aunque den un consenso preventivo a Marcos permitindole opinar sobre temas enlos que no tienen una posicin unvoca o que no han encarado an.

    La verdadera gran fuerza del EZLN no es militar ni es la de una organizacin centralista, sino que reside en la decisinasamblearia de los asuntos comunes en cada municipio liberado y en la preparacin, en asambleas y en los consejosnacidos de las mismas, de miles de administradores y dirigentes que son elegidos o revocados cada vez msdemocrticamente, porque las mujeres comienzan a participar en las reuniones y a tener cargos en la comunidad y losjvenes son responsables de la educacin de los nios y el cuidado de los ancianos. Este trabajo de la comunidad sobreella misma comienza a cambiar lentamente las relaciones entre ancianos y jvenes y entre varones y mujeres, aunquesubsista an la fuerte y tradicional discriminacin de gnero.

    Chiapas se ha convertido, por otra parte, en un estado lder en expulsin de campesinos, cosa que no suceda en1994. Muchos miembros de las comunidades zapatistas y hasta cuadros del EZLN han emigrado a EE.UU., ya que lasituacin econmica en las zonas zapatistas empeor en los ltimos quince aos y la agricultura familiar resultainsuficiente para subsistir. Las regiones zapatistas no son realmente autnomas, ya que sus habitantes (hombres ymujeres) deben entrar, durante la mayor parte del ao, en el mercado no agrcola de trabajo; compran sus insumos en elmercado de alimentos y de herramientas y fertilizantes, que las zonas zapatistas no producen; venden o intercambiansus productos en los mercados pueblerinos fuera de esas zonas; y deben recurrir, en cierto momento, a la sanidad y laenseanza oficiales (pese al esfuerzo por crear su propio sistema de educacin y sanitario basado en el voluntariado y lasolidaridad comunitaria)1.

    No puede haber, por consiguiente, autonoma en una sola regin que es pobre y atrasada, por aadidura ni muchomenos an en zonas donde los pueblos estn divididos y slo una parte de ellos es zapatista.

    Tampoco existe un proyecto poltico general zapatista de construccin de la autonoma y de la autogestin a escala

    regional (por no hablar de la nacional) de modo que los importantsimos progresos realizados en este terreno son msque nada empricos, y el comportamiento centralista y verticalista del EZLN, as como la muy escasa referencia a laautonoma y la autogestin en sus documentos y en las declaraciones de Marcos, demuestran una diferencia notableentre la vida de las comunidades zapatistas indgenas y la de la organizacin a la que siguen y a la que pertenecen. Siactualmente las regiones zapatistas en Chiapas se han cerrado para reforzar su vida interna, y el EZLN y el propioMarcos, tan locuaz siempre, se encuentran en un silencio prolongado, es precisamente por ese motivo.

    La organizacin calla porque sufre los efectos de su derrota poltica en los intentos de salir a los otros estados abuscar apoyo sin haberlos logrado en la medida de sus esperanzas, por su sectarismo ante los movimientos polticos ysociales que el EZLN no controla. Calla tambin porque no sabe qu decir frente a la lucha masiva de otros sectorescampesinos, urbanos, intelectuales y de trabajadores por enfrentar los grandes problemas del pas: intento deprivatizacin del petrleo y de la energa elctrica, de modificar contra los asalariados la Ley Federal de Trabajo paraflexibilizarla, problemas de la estructura de la propiedad agraria y de la del comercio exterior mexicanos (cuestionestodas en las que no sufre gran presin de sus bases indgenas campesinas de autosubsistencia ni de sus grupos deapoyo ultraizquierdistas urbanos que se niegan a trabajar conjuntamente con millones de personas obreros,campesinos, militantes populares, que en esos temas siguen a direcciones sindicales ms o menos corrompidas o alllamado gobierno legtimo del caudillo popular Andrs Manuel Lpez Obrador).

    Las comunidades en cambio callan porque nunca hablaron sino por sus hechos y estn tratando de acorazarse parahacer frente a la ofensiva, que ser incluso militar, del gobierno en cuanto ste haga aprobar sus principales planesnacionales y se afirme mediante la represin (ahora debe luchar simultneamente contra los movimientos sociales quese organizan y radicalizan y contra la fuerza militar del narcotrfico, que corroe su propio aparato estatal).

    La llamada Otra Campaa, desgraciadamente porque despert las simpatas de miles de activistas, y sobre todo demuchos jvenes e izquierdistas que se guiaron por la letra de la Sexta Declaracin de la Selva Lacandona, que la lanz

    1 Para un tratamiento ms amplio de este tema, ver Almeyra y Thibaut(2006).

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    fue funesta para el EZLN y para Marcos.Ante las elecciones presidenciales, y partiendo de que todos son iguales, esa

    tendencia hizo una campaa activa contra el voto al candidato de la oposicin, Lpez Obrador (de ah el ttuloelectoralista de su Otra Campaa antielectoral), creyendo que aqul ganara sin problemas. Lo peor es que esa actitudsepar a los integrantes de la Otra Campaa del gran movimiento social que apoy a Lpez Obrador, ocupandoprolongadamente incluso el centro de la ciudad de Mxico con un campamento de decenas de miles de integrantes, y lospuso adems de espaldas al movimiento masivo de los pobladores de Oaxaca que dieron origen a la Asamblea Popularde los Pueblos de Oaxaca (APPO) y tambin a la parte democrtica del movimiento sindical que organiza el DilogoNacional, detrs de un programa nacionalista-anticapitalista.

    El resultado de la actividad antielectoral y del sectarismo fue un ulterior debilitamiento del apoyo y de la capacidad demovilizacin del EZLN, que en el pas est aislado como nunca. El refugio en Chiapas y en el silencio asla an ms alEZLN y deja plena iniciativa al gobierno surgido del fraude para escoger la forma y el momento para acabar con laanomala chiapaneca (una regin indgena libre desde hace casi tres lustros y un ejrcito insurgente e indgena que ladefiende). Antes de un ataque militar en toda regla, el gobierno de Felipe Caldern y el estatal estn provocando una

    guerra entre indios, desgastando paulatinamente a las comunidades zapatistas con decenas de pequeas agresionesde paramilitares indgenas y de pleitos por la tierra. La falta de pronunciamientos sobre la lucha en defensa del carcterestatal del petrleo (porque ese movimiento es dirigido por Lpez Obrador) o de los salarios y conquistas obreras, que elintento gubernamental de modificacin de la Ley Federal del Trabajo amenaza (porque los sindicatos estaranburocratizados), acenta el aislamiento del EZLN en el pas.

    Mientras tanto, en otras regiones como Oaxaca o Guerrero se desarrollan importantes manifestaciones de autonomacomunitaria. Se destaca la creacin en asamblea de un cuerpo de Polica Comunitaria, dirigido por un jefe nombradoigualmente en asamblea, en la Montaa de Guerrero. Cientos de indgenas armados y otros cientos equipados con palosaseguran que en su regin no se produzcan robos, crmenes ni violaciones, y son alimentados y protegidos por lacomunidad. Ellos apresan a los delincuentes y fijan las penas, que la comunidad controla. La Polica Comunitaria no esreconocida por la polica del estado ni por la justicia y acta como poder frente al poder estatal. Tambin en Guerrerofunciona la Universidad Intercultural de los Pueblos del Sur, que cubre regiones de habla nahua, amuzga, mixe y

    pobladas por afromexicanos (ver OSAL, 2007). Esta universidad, an no reconocida por el estado de Guerrero perosumamente activa y con programas independientes, ayuda a las comunidades a recuperar su historia, cultura, lengua ydignidad, y lo hace financiada por las comunidades mismas que alojan y alimentan a los alumnos en las casas de lospobladores. En Oaxaca, igualmente, las comunidades indgenas que participan en la APPO mantienen la independenciapoltica de varios municipios y se apoyan en las movilizaciones locales de sus integrantes contra el gobierno del estado,al que desconocen.

    Puede afirmarse, en resumen, que los indgenas (que en Mxico representan el 15% de la poblacin y se cuentanentre los campesinos ms pobres) desean integrarse en el Estado mexicano como ciudadanos plenos y no libran unalucha antiinstitucional sino una por la reforma de las leyes y la Constitucin. Ellos no han logrado an ni siquiera unir trasobjetivos nicos a las 56 etnias en que se dividen, ni imponer sus derechos en la Constitucin, como quiso hacerlo elEZLN con la Marcha del Color de la Tierra desde Chiapas a la ciudad de Mxico; y el Consejo Nacional Indgena, quequera coordinar y dirigir sus luchas, nunca pas de ser ms que un grupo bien intencionado pero sin base ni peso. Noobstante, ninguna de las etnias ha sido domesticada y las luchas de los indgenas en cada estado confluyen a veces conlas de los campesinos o con otras luchas populares, como la de los maestros de la APPO, en Oaxaca, y siguendespertando la simpata, aunque no la solidaridad activa, de vastas capas de la poblacin urbana, lo cual obliga algobierno a ser sumamente cauto en sus acciones antiindgenas y anticampesinas, ya que un ataque masivo contra loszapatistas chiapanecos o la Polica Comunitaria de Xochistlahuaca, Guerrero, podra movilizar y unificar las fuerzasindgenas y favorables a estos, hoy dispersas.

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    EL POTENTE MOVIMIENTO CVICO Y SUS LMITES POLTICO-ORGANIZATIVOS

    La Revolucin Mexicana comenz como un potente movimiento cvico democrtico, contra la reeleccin y laautocracia, y luego se radicaliz2. El cardenismo, en los aos treinta, fue tambin, en el fondo, un movimiento cvicocontra el llamado maximato del caudillo Plutarco Elas Calles y, para afirmarse, debi hacer una profundsima reformaagraria, armar a los campesinos, reconstruir el ejrcito y estatizar las palancas fundamentales de la economa, como elpetrleo. En Mxico fue el Estado el que desarroll la burguesa nacional y en parte la cre, y fueron los movimientoscvicos y sociales los que unificaron al pas y desarrollaron el Estado ampliado, con el consenso y la participacin activade los sectores pobres, sobre los cuales se asent el aparato estatal resultante, primero, de la revolucin de 1910 y, dosdcadas despus, del segundo impulso de sta, el cardenista. Dado el carcter burocrtico del partido oficial nacido de laRevolucin (el Partido Nacional Revolucionario, con Calles; Partido de la Revolucin Mexicana, con Crdenas; y PartidoRevolucionario Institucional (PRI) despus de ste) todos los movimientos de renovacin social se han dado slo enparte dentro del mismo y sobre todo fuera, en la bola, como se afirm en la bola la revolucin mexicana misma.

    Los movimientos cvicos sucesivos a Crdenas (henriquismo, jaramillismo, movimientos cvico-revolucionarios enGuerrero) fueron muy fuertes porque reivindicaban la democracia y los derechos ciudadanos (y humanos) en un pas conun poder poltico fuertemente centralizado y represivo pero, por sus bases mismas, tuvieron un marcado contenidosocial. Constitucionalistas, deseosos de dar vigencia real a las leyes, fueron tambin desestabilizadores y subversivosporque el desarrollo capitalista en Mxico era incompatible con la democracia y con el estado de derecho. Como en elcaso de los indgenas chiapanecos, que desean ser mexicanos plenos pero para conseguirlo deben alzarse en armas yoponer su poder al del gobierno y sus propias leyes a las leyes estatales, los grandes movimientos cvicos del Mxico dehoy son, a la vez, legalistas y subversivos, y una escuela que forma decenas de miles de personas en laautoorganizacin, el enfrentamiento con el aparato estatal y la construccin de estructuras propias de poder. Tal es elcaso de la APPO y del movimiento organizado en torno al gobierno legtimo de Andrs Manuel Lpez Obrador, enespecial con la Convencin Nacional Democrtica. Ambos son simultneos y en parte se intersectan, pues la APPO,cuando lleg el momento de las elecciones nacionales, dio la mayora en Oaxaca al candidato a presidente opositor y

    ste, aunque tardamente, hizo declaraciones contra la represin a la APPO y por la libertad de sus presos.El movimiento contra el fraude electoral que puso ilegalmente en la presidencia a Felipe Caldern, el hombre del gran

    capital, llev a la constitucin de un llamado gobierno legtimo presidido por Lpez Obrador y apoyado por un granmovimiento de masas, sobre todo en la capital del pas, que dura ya dos aos. El mismo se manifest en la ocupacin delas cmaras legislativas, en el bloqueo a los desplazamientos de Caldern, en peridicas y sucesivas enormesmanifestaciones en el Zcalo de la ciudad de Mxico, en la organizacin de una Convencin Nacional Democrtica, ascomo de brigadas con miles de integrantes para movilizar a la sociedad contra la privatizacin por parte del gobiernonacional de la empresa petrolera estatal Pemex. Entre los hechos ms importantes se destacaron la ocupacin del centrode la ciudad de Mxico por un gigantesco campamento durante varias semanas y la combinacin de la lucha noinstitucional (como la organizacin de brigadas de mujeres para copar edificios pblicos) con la oposicin parlamentaria,que enfrenta a la alianza entre el partido de la derecha clerical (Partido de Accin Nacional-PAN), el PRI y variospequeos partidos de derecha o de centroderecha. Sin embargo, el Frente de Accin Popular (FAP), compuesto por elPartido del Trabajo, Convergencia Democrtica y el Partido de la Revolucin Democrtica (PRD), en una serie deproblemas fundamentales, ha votado junto con la mayora, desprestigindose mucho; y por ltimo, en las eleccionesinternas del PRD acaba de vencer un grupo muy conciliador con el gobierno y que ve a Lpez Obrador con mucharesistencia.

    El problema principal que enfrenta el movimiento social que apoya al gobierno legtimo es la falta de independenciafrente al mismo, de organizacin autnoma y de objetivos claros, ya que la direccin autoritaria y verticalista de LpezObrador, que tiene su justificacin en la falta de un partido que lo respalde y, mucho ms an, en las tradiciones polticasverticalistas y las exigencias de sus bases, que buscan un lder, convoca y desmoviliza segn la visin y lasconveniencias momentneas del mismo y dirige toda la lucha hacia la perspectiva de las futuras elecciones

    2John Womack escribe en su historia del movimiento de Emiliano Zapata que su librohabla sobre campesinos que para que no

    cambiase nada hicieron la revolucin.

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    presidenciales de 2012 y las legislativas de 2009, como si los fraudes de 1988 y 2006 no demostrasen que la derecha

    jams ceder el gobierno a una mayora electoral. La falta de intervencin en los movimientos sociales (APPO,campesinos, obreros) y la corrupcin del PRD, as como la falta de objetivos concretos para la lucha poltica, debilitan aeste movimiento. En efecto, la gente no come democracia aunque la defienda y necesite organizarse en torno a susproblemas concretos y a las dificultades nacionales (la migracin, el desastre en el sector rural, el precio de losalimentos, el control de la banca por el gran capital financiero extranjero, el problema indgena, la educacin, la defensadel ambiente y de los recursos naturales, los salarios y el desempleo, por ejemplo), que Lpez Obrador prcticamenteignora en su accin opositora.

    Dado que resulta imposible mantener una movilizacin constante por el respeto al voto popular durante seis aos, elmovimiento presidido por Lpez Obrador estaba decayendo cuando fue salvado por el intento gubernamental de haceraprobar la privatizacin petrolera. La defensa del carcter estatal de los recursos naturales, como establece laConstitucin, le dio ahora nueva vida, aunque su forma actual podra modificarse si una parte importante del PRD votasecon la derecha en el vital problema de la energa o si una fuerte recesin en EE.UU. empeorase an ms la situacin de

    las clases populares y modificase la actual relacin de fuerzas marcada por la ilegitimidad del gobierno y su debilidad,por un lado, y la falta de un gran movimiento de oposicin con un programa alternativo, por otro.

    En la actualidad, lo importante es la experiencia de autoorganizacin realizada por decenas de miles de personas deambos sexos, especialmente mujeres de mediana edad y de las clases medias pobres urbanas. Mientras el PRD (elpartido de Lpez Obrador) est en manos de una burocracia corrompida y apta para cualquier acuerdo secreto con elgobierno del gran capital, este movimiento semiorganizado (frenado y controlado por un lder que lo usa comoinstrumento de presin) toma posiciones mucho ms a la izquierda que aquel partido y eventualmente podra dar base aLpez Obrador para la creacin de otro en este caso un movimiento-partido ms para la accin extrainstitucional, conun programa mucho ms concreto, que se dibuja en las movilizaciones (defensa del petrleo y de la soberana, de lospequeos campesinos y del nivel de vida de los ms pobres, de la Ley Federal del Trabajo).

    El otro gran movimiento cvico contemporneo del que apoya a Lpez Obrador, el de la lucha por derrocar algobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz (culpable de fraude, violencia, asesinatos), es local, del estado de Oaxaca; moviliza a

    los estudiantes, a la poblacin pobre, a sectores importantes de los trabajadores y los campesinos y a importantesfranjas de la poblacin indgena de la regin.

    Surgido de una huelga de los maestros primarios y rurales es decir, de la baja intelectualidad en contacto con lascomunidades y poblaciones que ocup durante ocho meses el centro de la capital de Oaxaca e incorpor a otrossectores en lucha, en su curso ocup radios y TV y las hizo funcionar en autogestin; tom la universidad local;construy y defendi barricadas; ocup los edificios pblicos, lo que hizo que los funcionarios debieran reunirseclandestinamente en hoteles o fuera de la ciudad; form dos cuerpos de polica autnomos (de los maestros y de losindgenas); y funcion de hecho como poder paralelo al del estado local y al del gobierno central, que debi enviar tropasy ejercer una feroz represin para reprimirlo. Aun despus de la represin, los asesinatos selectivos y las decenas depresos, el movimiento resurgi en sucesivas enormes manifestaciones y reaparece ahora en una nueva huelga masivade los maestros con la ocupacin del centro de la ciudad de Oaxaca por 21 das y la toma de rutas y caminos.

    Este movimiento tuvo como origen una huelga dirigida por un sindicato y se transform en una gran lucha popular, enuna poblada. Rompi los mitos de que la emigracin desangra a los movimientos sociales, pues Oaxaca es uno de losestados que expulsan mano de obra, pero sta permanece unida ms all de las distancias por lazos familiares,culturales y tnicos que hicieron que emigrantes oaxaqueos en EE.UU. volvieran a su estado para participar en la lucha.Elimin la idea anarquista, fomentada por la Otra Campaa, de que la participacin en las elecciones, por un lado, o ladireccin sindical (corporativa, negociadora, burocrtica sin remedio segn esa visin) impiden la lucha: Oaxaca votmasivamente contra el gobierno y por el PRD sin esperar nada de ste, autoorganizndose, y super el sindicalismodando objetivos polticos al movimiento obrero y popular. La APPO desminti que los revolucionarios y lasvanguardias hacen la revolucin, porque decenas de miles de personas, en el movimiento, en las barricadas, en losmunicipios independientes, las luchas locales, la construccin de solidaridad y poder se construyeron como dirigentes ydeterminaron el curso de los acontecimientos. Por ltimo, la APPO derrib la idea de la multitud, pues todos lossectores participantes lo hicieron adoptando los mtodos obreros y las viejas tradiciones obreras radicales que, desde el

    magonismo, antes de la revolucin mexicana, y hasta las luchas de los ferroviarios en los aos cincuenta, caracterizaron

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    al estado oaxaqueo. Cientos de organizaciones de todo tipo se unieron en la APPO y a sta se sumaron organizaciones

    indgenas, que incorporaron sus propias reivindicaciones. El aislamiento en que dejaron a la APPO la Otra Campaa y ladireccin del PRD y Lpez Obrador permiti al gobierno local, unido al federal, su represin masiva. Pero el movimientosigue, como lo indica la actual huelga de maestros oaxaqueos (Almeyra, 2007).

    EL MOVIMIENTO OBRERO Y EL MOVIMIENTO CAMPESINO

    Histricamente, las direcciones burocrticas de los sindicatos corporativos se agrupaban en la Central deTrabajadores Mexicanos (CTM), que elega un tercio de los parlamentarios del PRI y que se fue deshilachando hastatener que formar, con otras centrales burocratizadas, el Congreso del Trabajo (CT), siempre oficialista, incluso hoy conun gobierno panista.

    El ltimo 1 de mayo, el desfile de esos ecos del pasado que no pasa mostr su divisin y su incapacidad paramovilizar, pues no llegaron a ocupar ni un tercio de la plaza del Zcalo en Mxico. La mayora de los trabajadores

    asalariados hoy no est sindicalizada y la mayor parte de quienes lo estn son miembros de sus respectivos sindicatos,entre los cuales los principales son independientes de la CTM y el CT, pero no hay una central obrera unificada que losagrupe. En los ltimos aos, sin embargo, se han constituido dos ncleos, el Frente Sindical Mexicano (dirigido por elSindicato Mexicano de Electricistas, el ms combativo y democrtico) y la Unin Nacional de Trabajadores -dirigida porlas burocracias de los sindicatos de obreros telefnicos, de los trabajadores del Seguro Social y de la UniversidadNacional Autnoma de Mxico (UNAM), muy poco democrticas. Ambos grupos mantienen sus diferencias pero, ante elataque general del gobierno, confluyen desde hace ms de cinco aos en la organizacin del Dilogo Nacional (DN), queagrupa tambin a intelectuales como Pablo Gonzlez Casanova, Miguel Concha y diversas organizaciones sociales,polticas y estudiantiles.

    El DN tiene un proyecto de pas que supera el de los partidos y el de Lpez Obrador y une reivindicaciones obreras ynacionales, pero es boicoteado por el PRD y por Lpez Obrador, que pretenden unir tras ellos a algunos sindicatos (uncombativo dirigente electricista es senador independiente en la lista del PRD y vota siempre fuera del bloque), pero

    tambin por la Otra Campaa, que no quiere un frente nico ni siquiera con los sindicatos independientes, porque afirmaque todos son burocrticos, y as carece de lazos reales con el movimiento de los trabajadores. Los sindicatos queintegran el DN ya organizaron un paro nacional que moviliz a dos millones de personas y estn preparando, conasambleas y movilizaciones, la primera huelga nacional en la historia del pas por las reivindicaciones obreras (salarios,condiciones de trabajo, respeto a la Ley Federal del Trabajo, contra el desmantelamiento del Seguro Social),democrticas (por la libertad de los presos polticos y sociales y el castigo a los asesinos y represores, contra el fraudeelectoral) y nacionales (defensa de la estatizacin del petrleo y de la energa elctrica, proteccin a la produccincampesina, plan de desarrollo nacional).

    El movimiento campesino, tambin histricamente corporativo y dividido actualmente en varias centrales, se enfrentahoy al gobierno que, con la libre importacin de granos y alimentos estadounidenses fuertemente subsidiados, amenazacon destruir por completo la produccin agropecuaria nacional, cuya proteccin (crditos especiales, precios de garanta,comercializacin estatal de insumos y de productos) fue desmantelada desde los aos noventa, lo que reforzbrutalmente la emigracin de jvenes y familias enteras hacia el mercado estadounidense, despoblando las zonasrurales, que quedan yermas.

    Ya los campesinos, en un acto sin precedentes histricos, llevaron cien mil manifestantes a la ciudad de Mxico.Ahora, en unin con los sindicatos, intentan preparar la huelga nacional apenas terminadas las cosechas con cortesde ruta, manifestaciones populares, cierre de las aduanas, ocupaciones de oficinas pblicas, para lo cual estn en la faseorganizativa.

    El aparente reflujo de los movimientos sociales (muy espectacular en el caso del EZLN) esconde en realidad unproceso ms complejo, ya que las luchas sociales son como ros crsicos, que a veces dejan la superficie y parecenhundirse en la arena para aparecer algunos kilmetros ms abajo, reforzados por otras surgientes y por las aguassubterrneas, y proseguir su camino hacia el mar. Slo en la visin anrquica los trabajadores, obreros o campesinos,pueden estar constantemente movilizados y en la calle. En particular cuando carecen de direccin poltica que d sentido

    y perspectivas a sus luchas.

  • 7/29/2019 Cuadernos del Pensamiento Crtico Latinoamericano N 16 Los vaivenes de los movimientos sociales en Mxico

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    BIBLIOGRAFA

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    Almeyra, Guillermo y Thibaut,Emiliano 2006 Zapatistas, un mundo nuevo en construccin(Ituzaing: Maipue).

    OSAL 2007(Buenos Aires: CLACSO) Ao VIII, N 22, septiembre.