Cuaderno de bitácora
-
Upload
ma-luisa-dominguez -
Category
Documents
-
view
212 -
download
0
description
Transcript of Cuaderno de bitácora
la mañana siguiente, todos los
tripulantes fuimos al comedor a
desayunar. Había que prepararse
para un nuevo día lleno de aventuras y
emociones con los nuevos compañeros de
viaje. Todos estábamos muy contentos y
felices de poder estar juntos.
Más tarde, la comandante Mercedes nos
comunicó que las provisiones estaban
escaseando y que necesitábamos ir a por
más. Nos explicó los cálculos necesarios
para traer todo lo que necesitáramos.
Como no podíamos dejar el barco solo,
decidimos hacer dos grupos. Cinco de
nosotros se quedarían en el barco,
mientras que el resto se iría a tierra
firme. Nos despedimos y los tripulantes
finalmente se fueron. Mientras tanto, los
cinco tripulantes que nos quedamos en el
A
barco tuvimos que ir a todas las clases.
Primero tuvimos con nuestra comandante
Marisa, que nos enseñó poemas muy
bonitos de algunos de los poetas que
estábamos viendo en clase. Luego tuvimos
con nuestro simpático comandante Luís,
que nos explicó algunas expresiones en
francés para poder hablar con
tripulantes de barcos de otros países. A
continuación tuvimos que hacer algunos
cálculos de flotabilidad con César para
comprobar si nuestro barco podría flotar
en aguas menos profundas que en las que
estábamos ahora. Por fin llegó la hora de
descanso para poder comer y hablar.
Aprovechamos también para conocernos
un poco mejor. Pasó la media hora de
relax y tuvimos que ir a las clases del
comandante Gaspar, pero se había ido con
los otros a tierra firme para ayudarles a
conseguir comida que no fuera peligrosa
para nosotros. Luego tuvimos clase con la
comandante Inma, pero como vio que
estábamos demasiado cansados para dar
clases, decidió ponernos una película muy
divertida sobre los funerales en
Inglaterra. Todos nos reímos mucho y
como la comandante Mercedes también
había ido a acompañar a los demás, nos
dio tiempo a ver la película entera.
El resto de tripulantes estuvo fuera
durante tres días. Ya empezábamos a
echarles de menos cuando por fin
divisamos un punto lejano en el mar. Eran
ellos, y venían cargados con muchas
provisiones y agua. Todos nos tiramos al
mar para abrazarlos y por poco el bote en
el que venían no se hundió del peso.
La comandante Marisa nos felicitó por lo
bien que habíamos hecho nuestro
trabajo. Trajo una bolsa extra grande de
lacasitos y como era de esperar, todos
nos pusimos muy contentos, pero no sólo
por los lacasitos, sino también porque
sabíamos que nos esperarían más
aventuras como esta el resto del año.
Mar Sánchez Pulido
4º A