Coordinador vs. Líder.

La posición privilegiada de hacerse escuchar, gozar de prestigio, de visión,

de respeto… No obstante ¿a cambio de que el rol puede depositarse

mayoritariamente en una persona?

Realizando una reflexión ligera del tema me encuentro con el sobre-entendido de

que el conjunto de personas de las que hablamos ya forman un grupo, cuestión

que no es sencillas. Como expresó De Brasi entre líneas, en el trayecto o proceso

que se sigue a su formación como tal, es necesario primero la agrupación de un

conjunto de personas con intereses similares de la cual, una, transitará entre

convertirse de un líder a un coordinador.

Tal situación, teóricamente resuelta, plantea una serie de dificultades prácticas

acerca de las cuales únicamente me limitaré a divagar.

Pensemos en primer lugar el gusto por el mando del líder y en una posible

frustración de su conversión a coordinador. Supongamos en tal caso que tenga,

idealmente, que abandonar el grupo. Sin embargo, el prestigio que pudo haber

adquirido con relación a los demás me sugiere difícil tal separación. Esta, en caso

de darse, ¿sería realmente beneficiosa a corto plazo para el grupo?

En conclusión, la figura del líder o coordinador resulta polémica. No obstante

saber que tiene funciones organizativas, confiar en que pueda ejercer un

“mandato” imparcial, justo, desinteresado, entre otras virtudes es una

contradicción con la naturaleza humana que bien se puede ilustrar con el ejemplo

anterior. Por lo cual se puede afirma que el ser humano, pese a su carácter de ser

social, la convivencia en grupo es uno de sus principales déficits.