Conflictos Con Adolescentes

5
36 | CUADERNOS DE PEDAGOG˝A MONOGR`FICO N” 304 MONOGR`FICO Convivir con adolescentes La gestin de los conflictos en las instituciones El principal protagonista de la Secundaria, el alumnado, es un conjunto de personas que construyen su propia identidad da a da. Para afrontar las dificultades que esto genera, el autor propone soluciones muy concretas: observar con atencin la realidad, practicar dinÆmicas de grupo, aplicar con habilidad la disciplina, desarrollar una tutora intensa y, en definitiva, ponerse permanentemente al da. Jaume Funes* CorrerØ el riesgo de que el lector o la lectora me acuse de plantear un discurso poco prÆctico ante los complejos problemas reales que supone la relacin educativa diaria en un aula de adolescentes. Lo hago voluntariamente, porque creo que no hay cosa peor que construir un problema sobre la base de un anÆli- sis errneo de la realidad. No tengo recetas para la violencia escolar, entre otras razones porque creo que no existe. En todo caso, me veo con Ænimos para discutir, con las compaæeras y los compaæeros de la escuela, las respuestas a diversas y muy diferentes conductas violentas que se producen en el entorno (interior y exterior) del centro docente. En muy pocas ocasiones me planteo quØ hacer con los chicos o las chicas conflictivos. La mayora de las veces reflexiono sobre quØ hacer cuando un adolescente vive una si- tuacin problemÆtica. Creo que el œltimo mal favor que se podra hacer a la ya difunta ESO sera repartir etiquetas para definir a los jvenes complicados que pueblan nuestras au- las. Desde los tiempos de la inefable doæa Esperanza Aguirre, en el Ministerio de Educacin no se habla de otra cosa que de conocimientos, especialmente de los de historia, y no se acaba de asumir que la funcin docente estÆ sometida hoy a un giro copernicano. Por tanto, la poltica educativa vuelve de nuevo al discur- so segregador. As, difcilmente puedo dedicarme a hablar, sin mÆs, de esos chicos y chicas que muchos quisieran ver fuera de la escuela. Hoy, en las aulas de Secundaria, hay conflictos. No sØ si mÆs o menos, mayores o menores que antes. Admitamos, en todo caso, que son mÆs diversos y complejos. AdemÆs, demos por bueno que un con- flicto es una lectura contrapuesta de la realidad, una forma diferente de verla, unos intereses enfrentados, unas relaciones de poder en juego, etc. As, hemos de tener presente que los conflictos son incordiantes, desequilibradores, pero no son un problema. El pro- blema aparece cuando no acertamos con la respues- ta educativa adecuada. La ESO y sus tensiones educativas Antes de hablar de conflictos, debemos apuntar brevemente los diferentes focos de tensin que pre- senta en la actualidad la ESO. Son el clima, la mœsi- ca de fondo, para las situaciones de tensin que se dan hoy en la institucin escolar. stos son algunos: - La introduccin de la vida adolescente en el mundo acadØmico. MÆs de un profe insiste en que sus chicos y chicas son conflictivos porque, cuando les propone calcular la tangente o analizar la revolu- cin industrial, no se preocupa de saber si estÆn ena- morados o agobiados. - La presencia en el espacio escolar de adolescentes no queridos (que, ademÆs, es posible que acaben no queriendo estar en esa escuela). En las aulas, los pasi- llos y los aledaæos de la escuela hay jvenes cuya rela- cin con la institucin no parece pasar por el estudio; es decir, no responden al patrn del buen adoles- cente. Christian Ynaraja.

description

Convivir con adolescentesLa gestiÛn de los conflictos en las instituciones

Transcript of Conflictos Con Adolescentes

  • MONO

    ConLa ges

    Correr el riesgo de que el lector o la lectora me Admitamos, en todo caso, que son ms diversos y

    Christian Ynaraja.acuse de plantear un discurso poco prctico ante loscomplejos problemas reales que supone la relacineducativa diaria en un aula de adolescentes. Lo hagovoluntariamente, porque creo que no hay cosa peorque construir un problema sobre la base de un anli-sis errneo de la realidad. No tengo recetas para laviolencia escolar, entre otras razones porque creoque no existe. En todo caso, me veo con nimos paradiscutir, con las compaeras y los compaeros de laescuela, las respuestas a diversas y muy diferentesconductas violentas que se producen en el entorno(interior y exterior) del centro docente. En muy pocasocasiones me planteo qu hacer con los chicos o laschicas conflictivos. La mayora de las veces reflexionosobre qu hacer cuando un adolescente vive una si-tuacin problemtica.

    Creo que el ltimo mal favor que se podra hacer ala ya difunta ESO sera repartir etiquetas para definira los jvenes complicados que pueblan nuestras au-las. Desde los tiempos de la inefable doa EsperanzaAguirre, en el Ministerio de Educacin no se habla deotra cosa que de conocimientos, especialmente de losde historia, y no se acaba de asumir que la funcindocente est sometida hoy a un giro copernicano. Portanto, la poltica educativa vuelve de nuevo al discur-so segregador. As, difcilmente puedo dedicarme ahablar, sin ms, de esos chicos y chicas que muchosquisieran ver fuera de la escuela.

    complejos. Adems, demos por bueno que un con-flicto es una lectura contrapuesta de la realidad, unaforma diferente de verla, unos intereses enfrentados,unas relaciones de poder en juego, etc. As, hemos detener presente que los conflictos son incordiantes,desequilibradores, pero no son un problema. El pro-blema aparece cuando no acertamos con la respues-ta educativa adecuada.

    La ESO y sus tensiones educativas

    Antes de hablar de conflictos, debemos apuntarbrevemente los diferentes focos de tensin que pre-senta en la actualidad la ESO. Son el clima, la msi-ca de fondo, para las situaciones de tensin que sedan hoy en la institucin escolar. stos son algunos:

    - La introduccin de la vida adolescente en elmundo acadmico. Ms de un profe insiste en quesus chicos y chicas son conflictivos porque, cuandoles propone calcular la tangente o analizar la revolu-cin industrial, no se preocupa de saber si estn ena-morados o agobiados.

    - La presencia en el espacio escolar de adolescentesno queridos (que, adems, es posible que acaben noqueriendo estar en esa escuela). En las aulas, los pasi-llos y los aledaos de la escuela hay jvenes cuya rela-cin con la institucin no parece pasar por el estudio;36 | CUADERNOS DGRFICO

    vivir con adotin de los conflictos en las

    El principal pun conjunto identidad dagenera, el auobservar congrupo, aplicatutora intenal da.

    Jaume FuneE PEDAGOGA MONOGRFICO N 304

    Hoy, en las aulas de Secundaria, hay conflictos. Nos si ms o menos, mayores o menores que antes.lescentes instituciones

    rotagonista de la Secundaria, el alumnado, esde personas que construyen su propia a da. Para afrontar las dificultades que estotor propone soluciones muy concretas: atencin la realidad, practicar dinmicas der con habilidad la disciplina, desarrollar unasa y, en definitiva, ponerse permanentemente

    s*es decir, no responden al patrn del buen adoles-cente.

  • MONOGRFICO

    AIRE EMOCIONAL

    Atmsfera adolescente que tiende a ser vivida por el adulto o la institucin como conflictiva

    PE

    (ado

    CMO VEMOS AL CHICO O

    Cuadro 1- Latos dicuela pasanquiendificuque vidono,confli

    - Ucriterible, dactituque htivos. confli

    - Lay de lse debLa funnas clleva acabadifereha estropeado la nueva escuela. Tampoco se adaptana la angustia de sus conductas arriesgadas, ni acep-tan que se junten con todo tipo de adolescentes.

    teprSITUACIONES CONFLICTIVAS

    Propias de la adolescencia, que requieren seguir determina-

    da lgica para ser resueltas

    RSONAJES

    lescentes)

    CHICA ADOLESCENTESn-tosdeoslasenr-1). noul-toden-a-

    al-co-uedem-dein-

    mporalmente oblemticos presencia de adolescentes que viven momen-fciles. Obligatoriamente han de estar en la es-chicos y chicas (de todas las clases sociales) que por intensos momentos de crisis. Ocurre cones tuvieron una infancia llena de carencias yltades, pero tambin con los de clases mediasven en un entorno educativo de soledad y aban- o aquellos adolescentes que viven en tensin ycto con el ncleo familiar.na organizacin escolar compleja. Respetar elo de optatividad, practicar el agrupamiento flexi-isear recorridos educativos personalizados sondes que indican una organizacin en tensina de funcionar con coherencias y acuerdos colec-Si stos no existen, provocan el aumento de lactividad y el descontrol, al menos aparentes. tensin y angustia educativas del profesoradoas madres y los padres. No es fcil aceptar quee educar y no slo transmitir conocimientos.cin mayutica de ensear a quienes en algu-

    osas puede que sepan ms que nosotros con-dificultades. Los propios padres y madres non de convencerse de que sus hijos e hijas sonntes porque son adolescentes, y no porque los

    Solemos ubicar mal los conflictos

    Si se es el marco de las tensiones, el paso siguiete debera consistir en intentar colocar los conflicen su sitio. De qu hablamos cuando tratamos conflicto? De qu hablamos cuando nos referima un problema? Desde hace algunos aos, en reflexiones formativas de los centros educativos los que me toca participar, utilizo un esquema gfico que reproduzco en este artculo (vase Cuadro

    En todas las aulas suele haber un caso al que sabemos cmo tratar, pero la mayora de las difictades son tensiones diversas con acompaamienadolescente. Colocar el origen, la fuerza motriz cada uno de los conflictos, en una casilla puede coducirnos a una u otra respuesta, a la gestin adecuda o a la creacin de problemas.

    El alumno o la alumna en conflicto es sustancimente alguien que ha traspasado al proceso de eslarizacin todas sus tensiones adolescentes, sin qdesde la escuela hayamos tenido la habilidad desviarlas o canalizarlas. La incapacidad para coprender las adolescencias conduce a la ubicacin problemas all donde no estn, a la generacin de

    CASOS

    Fuente: Funes, J. (1998): Escolaritzaci obligatria i adolescncia, Educar, 22-23.N 304 MONOGRFICO CUADERNOS DE PEDAGOGA | 37

    compatibilidades mutuas, a la consideracin de de-terminados individuos como conflictivos. Los j-venes de la Enseanza Secundaria no dejan de ser

  • 38 | CUADERNOS

    MONOGRFICO

    CMO VEMOS AL CHICO O CHICA

    ADOLESCENTES

    1. Indisciplinados

    2. Conflictivos

    3. Problemticos

    PRINCIPAL CUES

    Las normas

    La confrontaci

    Las respuestas

    Cuadro 2y las chicas adolescentes, se utilizan, muchas veces,numerosas palabras, etiquetas que intentan definir loque les pasa. No discutir ninguna de ellas, tan slolas emplear para poner el nfasis en los interrogan-

    DE PEDAGOGA MONOGRFICO N 304

    4. Desquiciados Los bagajes peTIN EDUCATIVA QUE NOS PLANTEA ESA PERCEPCIN

    n adulto-adolescente

    adecuadas, personalizadasrsonales que cada alumno tiene para abordar cadaadolescentes, en los dos sentidos de la palabra: miem-bros de una generacin, de un grupo socialmentediferenciado, y, a la vez, sujetos sometidos a un con-junto de transformaciones evolutivas que condicionanla relacin educativa. Son personas que se encuen-tran en un proceso de construccin de la identidada travs de ensayos y experimentaciones en el pro-pio mbito escolar (uno de sus entornos vitales cen-trales).

    Poner etiquetas e inventar respuestas

    Pero, para hablar de la conflictividad de los chicos

    tes y en las acciones posibles que nos plantean. Enaras de la brevedad, he optado por un cuadro de dobleentrada (vase Cuadro 2). A la izquierda he situadolos trminos que se emplean; a la derecha, algunasde las cuestiones que ese concepto de dificultad ado-lescente nos plantea.

    Una simple lista de etiquetas nos ha conducido aun conjunto de cuestiones en las que pensar, deretos educativos a los que remite cualquier debatesobre conflictividades. As, nos encontramos con eldebate sobre las normas, su elaboracin y discu-sin, la disciplina y su contribucin a la creacin declimas de convivencia. Pero, tambin, con la cuestinde las estrategias, de las habilidades adultas para

    5. Conductuales

    6. Disruptivos

    7. En riesgo

    8. Disociales

    9. Delincuentes

    10. Violentos

    11. Inmigrantes

    nueva situacin

    Las formas propias de cada etapa para expresar la incomodidad. El adolescente como actuador

    La colisin entre nuestras pretensiones y las suyas

    Los entornos y contextos en los que viven. Su lectura personal

    Las dificultades de socializacin

    Las transgresiones y los conflictos sociales

    Las formas de relacinLas subculturas grupalesLa tica ambiental

    Las crisis existenciales de los procesos migratoriosLas contradicciones entre adolescencia e inmigracin econmicaLas distancias culturales a salvarrelacionarse con ese especialista en provocacionesque es el adolescente. Lo mismo ocurre con el cho-que de pretensiones entre nuestra didctica elabo-rada y su mundo vital: algo as como una reformu-

  • entusiasta de repuestas clsicas de la pedagoga, connuevas maneras, con otras claves. Qu podemos ha-cer ante las dificultades y los conflictos? Volvamosa hacer bien y de forma actualizada lo que ya sabe-mos hacer. Por ejemplo:

    - Organizar y practicar un buen sistema de obser-vacin para conocer la realidad de los adolescentescon los que convivimos en la escuela. Saber qu din-micas crean, cules son los elementos culturalesjuveniles y sus correspondientes formas de compor-tarse que les atraen. Observar su mundo y saber sepa-rar sus prcticas de afirmacin de la identidad, de lasbroncas y conflictos sin sentido.

    - Practicar dinmicas de grupo, recordando quelacin de las motivaciones en la sociedad de la co-municacin.

    Igualmente, nos encontramos con las dificultadesde socializacin en un contexto en el que se tiende adelegar sobre la escuela toda la tarea de hacer de ellosy de ellas ciudadanos. A veces olvidamos que los ba-gajes que el alumnado trae a la escuela no son ho-mogneos. La desigualdad social sigue existiendo yse nota especialmente en la adolescencia. Adems,en esta etapa sabemos que explotan las carencias an-teriores y no se nos escapa que, especialmente loschicos, expresan su malestar y su inseguridad ac-tuando; que los problemas, en la adolescencia, sue-len ser problemas sociales.

    El panorama se completa con la presencia en lasaulas de la diversidad que aportan los adolescentesque han vivido un proceso migratorio reciente, desdecontextos culturales muy distintos y sin tradicintodava de adolescencia. Junto a los procesos de co-municacin que se deben resolver, se presentan lastensiones para la integracin entre un conjunto vario-pinto de adolescencias, a menudo en pugna.

    No se trata de hacer de la escuela una modernafbrica de milagros; ni del profesorado, una coleccinde santeros. Es una lista incompleta de deberes parapoder ejercer la profesin hoy, ante nuevas genera-ciones de adolescentes que transitan por sus adoles-cencias y por la escuela a la vez, ante nuestra miraday con la posibilidad de contar con nuestro apoyo. Nosera justo, en cualquier caso, decir que slo son esacoleccin de problemas que acabamos de enumerar.La tabla descriptiva que ellas y ellos haran contendradescripciones como stas: Soy una persona en unaetapa divertida y me lo paso muy bien; Una chicanormal, que tiene muy claros sus derechos, que legusta pasar el tiempo con los amigos y rer; Ungamberro, chulo, fuerte y guapo; Un poco irres-ponsable, pero me gusta entender la sociedad que merodea; Un inexperto con ganas de aprender, etc.Tambin nuestra lista, si fuera completa, contendramuchas otras descripciones en clave positiva.

    Nuevas formas de aplicar las viejas recetas

    Prcticamente de todos y cada uno de los prrafosescritos hasta aqu podra de-ducirse alguna cosa a ha-cer. No quisiera, sin em-bargo, acabar sin un nuevoresumen. Me preocupaque la objetivacin de lasnuevas dificultadespueda llevar, co-mo algunos per-sonajes intentan,a la creacin derespuestas espe-ciales y especfi-

    MONOGRFICOcas, para algo quequiz lo nico querequiere es la apli-cacin honesta yeducamos grupos de adolescentes. Cuidar la orfan-dad con la que se suelen encontrar especialmentealgunos chicos de los primeros cursos de la ESO,sometidos a la presin de otros grupos mayores. Tra-bajar los procesos de integracin. Trabajar las tensio-nes entre grupos diferentes. Abordar cuestiones con-cretas como las dinmicas de tribu, por seguir unapalabra impropia puesta mediticamente de moda.Por ejemplo, en un instituto en el que nuestro gru-po trabaj recientemente, una parte de las tensionesnacan por la contraposicin, desconocida por el pro-fesorado, entre adolescentes con aspiraciones grupa-les muy contrapuestas (skaters, skins, independentis-tas, espaolistas). Gestionar las relaciones entre losque creen que su tarea es estudiar y los que ms bienopinan que se trata de divertirse.

    - Enrollarse. Practicar con intensidad la tutora, elacompaamiento educativo de los adolescentes. Re-introducir en el espacio escolar su mundo, sus preo-cupaciones. Ayudarles a conectar sus dos mundos.

    - Aplicar con habilidad la disciplina. Situar el senti-do adolescente de las transgresiones. Individualizarcada situacin. Tener en cuenta que no se trata deaplicar inflexiblemente cdigos penales escolares, si-

    no de buscar respuestas que sirvanpara responsabilizar al adolescen-

    te de su con-ducta.N 304 MONOGRFICO CUADERNOS DE PEDAGOGA | 39

    Christian Ynaraja.

  • 40 | CUADERNOS D

    MONO

    Christian Ynaraj- Intentar conseguir que cada chico o chica, porcomplicado que sea, encuentre algo para hacer en laescuela que le interese, algo que justifique su veni-da al centro, adems de ver a los amigos o ligar. Noes el azar el que hace que les interese una asignatu-ra u otra, una nueva materia, un crdito variable, yno la lengua, las mates o la historia de siempre. Esnormal que algunos odien la escuela, pero no que laodien en su totalidad, hasta el punto de estar contratodo y contra todos. Al menos deberan encontrarun conserje benvolo con el que ocuparse de las fo-

    GRFICO

    a.tocopias o del mantenimiento. No estara de msseguir pensando en el aprendizaje cooperativo o enel diseo adecuado de un buen trabajo por proyec-tos integradores.

    - Aunque la ESO est a punto de desaparecer, hayque practicar su espritu de optatividad. Organizarla escuela para que sea posible la prctica de reco-rridos educativos personalizados. Ya se ha sealadola complejidad organizativa que ello supone, pero,ni la vuelta encubierta a la divisin FP-BUP, ni lasseparaciones en grupos de nivel, ni las solucionesespeciales consiguen suprimir la tensin y la con-flictividad escolares. Las desplazan o crean otras nue-vas. El conflicto es hoy, en gran medida, el enfrenta-miento con una institucin uniforme que no puede,o no quiere, inventar formas educativas suficiente-mente diversificadas y abiertas.

    - Construir realmente la educacin compartidade los adolescentes con otros profesionales. Ni setrata de aceptar que los adolescentes son de laescuela, ni de enviar a servicios sociales a los quecrean problemas. Esta expresin de educacincompartida, que proviene de los debates de la etapafinal de lo que en Catalua se llamaron aulastaller, tiene dos sentidos que slo apuntamos. Porun lado, se trata de abrir la escuela Secundaria a lapresencia y accin de otros profesionales (de la sa-lud o de la educacin social, por ejemplo) para

    E PEDAGOGA MONOGRFICO N 304reforzarnos mutuamente enel seguimiento educativo.Por otro, consiste en organi-zar educativamente otrosrecursos para adolescentesque no estn centrados en laescuela, pero que formenparte del proyecto educati-vo. Como ya he dicho enotras ocasiones, se trata deque un alumno pueda se-guir haciendo la ESO pasan-do parte de su tiempo con eljardinero municipal, sin quesu tutor o tutora se desen-

    tienda; es decir, que estoforme parte de su currcu-

    lo para obtener el ttulo.- Hay un ncleo de

    conflictos que se pro-ducen con chicos y chicas

    a punto de cumplir los diecisisaos (o cumplidos), a veces fuera de

    promocin y con unas inaguantables ganasde abandonar la escuela. Para ellos y ellas necesita-mos avanzar planteamientos de formacin laboralpostobligatoria a los ltimos trimestres de la obliga-toria. Lo contrario es asistir a una guerra de desgas-te de difcil solucin. En una parte del alumnadocon dificultades se est consolidando una actitudvital en la que no hay horizonte prximo: no pien-san ni en estudiar ni en trabajar y, de momento,slo han conocido la experiencia frustrante deseguir dos aos ms en la escuela.

    Y si el lector o la lectora no se enfada, me temoque debo seguir sugiriendo que nos pongamos per-manentemente al da. Los conflictos tambin estnnaciendo del desconcertante encuentro entre com-petentes profesionales que ensean, por ejemplo,ortografa arbitraria, y adolescentes que practican laescritura mvil del Tu ers gnracin wap.

    CCaarrbb,, JJ..MM.. ((11999999)): Diecisis tesis sobre la disciplina,Cuadernos de Pedagoga,284(octubre), pp. 82-85.FFuunneess,, JJ.. ((11999988)):: Escolaritzaci obligatria i adolescncia,Educar, pp. 22-23.

    Para saber ms

    ** JJaauummee FFuunneess es psiclogo, docente, consultor y super-visor en temas de adolescencia. El grupo al que se refiereel artculo es Noujove, un equipo de trabajo sobre nuevasformas de violencia entre la poblacin joven, integradopor Marta Comas, Jess Vilar y el propio autor del artcu-

    lo, Jaume Funes. Los ejemplos pertenecen a trabajos encurso sobre la violencia como forma de relacin.

    descriptores: adolescencia, alumnado, convivencia, ESO, resolucin de conflictos