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1 XII Semana Solidaria. Parroquia Santa Bárbara de Llaranes. Avilés 1 . Conferencia: Trabajo decente, crisis económica y mundo del trabajo. Eduardo Rojo Torrecilla. Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Autónoma de Barcelona. 23 de abril de 2014. I. Primera parte. Qué es y cuál es el origen del concepto de trabajo decente. 1. Introducción. Iniciaré mi exposición destacando que hay que tomar conciencia de la importancia del derecho al trabajo como un derecho de ciudadanía, y a continuación adoptar las medidas necesarias, tal como propugna la OIT y será objeto de explicación más adelante, para que sea un trabajo decente, con derechos que permitan tener una vida laboral digna para toda persona trabajadora Es curioso que haya que volver a los orígenes del Derecho del Trabajo para recordar que aquello que puede ser bueno para un empleador, la máxima explotación de la fuerza de trabajo, es nocivo para el conjunto de la sociedad, razón por la que se adoptaron las primeras normas laborales. Por ello, y en el siglo XXI, pensar el trabajo en términos únicamente de ingresos económicos, me parece erróneo, aunque sea importante, ya que si no va acompañado de un desarrollo de la persona perderá todo su valor. Y no olvidemos, por favor, que no todo trabajo se encuentra en el mercado. La vida laboral es mucho más que normas, y de ahí la importancia del día a día de las relaciones de trabajo, donde la flexibilidad y el acuerdo entre las partes es mucho, muchísimo mayor de lo que algunos organismos internacionales, europeos y españoles creen. Si planteamos el debate sobre el pleno empleo vinculándolo a reducción de derechos económicos y sociales nos estaremos equivocando. Sí es cierto que hay que plantearse cómo está cambiando el trabajo y el impacto sobre el mismo, por ejemplo, del cambio tecnológico, de los datos demográficos de envejecimiento de la población en países desarrollados, de la mayor presencia femenina en el mercado laboral y de la necesaria incorporación de los jóvenes. Es este el debate, y no el de una reducción de condiciones de vida, y de trabajo, para gran parte de la población mientras se incrementan cada vez más las desigualdades sociales. 1 http://www.parroquiadellaranes.org/TMUNDO.htm

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XII Semana Solidaria. Parroquia Santa Bárbara de Llaranes. Avilés1.

Conferencia: Trabajo decente, crisis económica y mundo del trabajo.

Eduardo Rojo Torrecilla.

Catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad

Autónoma de Barcelona.

23 de abril de 2014.

I. Primera parte. Qué es y cuál es el origen del concepto de trabajo decente.

1. Introducción.

Iniciaré mi exposición destacando que hay que tomar conciencia de la importancia del

derecho al trabajo como un derecho de ciudadanía, y a continuación adoptar las medidas

necesarias, tal como propugna la OIT y será objeto de explicación más adelante, para

que sea un trabajo decente, con derechos que permitan tener una vida laboral digna para

toda persona trabajadora

Es curioso que haya que volver a los orígenes del Derecho del Trabajo para recordar

que aquello que puede ser bueno para un empleador, la máxima explotación de la fuerza

de trabajo, es nocivo para el conjunto de la sociedad, razón por la que se adoptaron las

primeras normas laborales. Por ello, y en el siglo XXI, pensar el trabajo en términos

únicamente de ingresos económicos, me parece erróneo, aunque sea importante, ya que

si no va acompañado de un desarrollo de la persona perderá todo su valor. Y no

olvidemos, por favor, que no todo trabajo se encuentra en el mercado.

La vida laboral es mucho más que normas, y de ahí la importancia del día a día de las

relaciones de trabajo, donde la flexibilidad y el acuerdo entre las partes es mucho,

muchísimo mayor de lo que algunos organismos internacionales, europeos y españoles

creen. Si planteamos el debate sobre el pleno empleo vinculándolo a reducción de

derechos económicos y sociales nos estaremos equivocando. Sí es cierto que hay que

plantearse cómo está cambiando el trabajo y el impacto sobre el mismo, por ejemplo,

del cambio tecnológico, de los datos demográficos de envejecimiento de la población en

países desarrollados, de la mayor presencia femenina en el mercado laboral y de la

necesaria incorporación de los jóvenes. Es este el debate, y no el de una reducción de

condiciones de vida, y de trabajo, para gran parte de la población mientras se

incrementan cada vez más las desigualdades sociales.

1 http://www.parroquiadellaranes.org/TMUNDO.htm

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En suma, al hablar de pleno empleo en el siglo XXI no podemos pensar únicamente en

un porcentaje bajo de trabajadores desempleados, sino también y muy especialmente “la

categoría de los puestos de trabajo disponibles y los ingresos que generan”, pues no

basta con que una persona pueda trabajar (el número de “trabajadores pobres” aumenta)

sino que es necesario que este trabajo sea gratificador, que satisfaga las necesidades

materiales y sociales de las personas; o dicho de otra forma, hay que apostar por un

“trabajo decente”. A este trabajo, o más exactamente a sus características, me voy a

referir a continuación.

2. La aparición del concepto de trabajo decente y su posterior desarrollo y

consolidación.

A) Encontramos las primeras referencias en la Memoria del que fuera Director General

de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentada en la 87ª reunión de la

Conferencia anual de dicha organización, en junio de 19992. En dicho texto se exponía

que el trabajo decente “es sinónimo de trabajo productivo, en el cual se protegen los

derechos, lo cual engendra ingresos adecuados con una protección social apropiada.

Significa también un trabajo suficiente, en el sentido de que todos deberían tener pleno

acceso a las oportunidades de obtención de ingresos. Marca una pauta para el desarrollo

económico y social con arreglo a la cual pueden cuajar la realidad del empleo, los

ingresos y la protección social sin menoscabo de las normas sociales y de los derechos

de los trabajadores. Tanto el tripartismo como el diálogo social son objetivos por

derecho propio, que garantizan la participación y la democracia y que contribuyen a la

consecución de los demás objetivos estratégicos de la OIT”;

Con posterioridad, el Director General profundizó en su análisis en la Memoria

presentada a la sexta reunión regional europea de esta organización que se llevó a efecto

el mes de diciembre de 2000, cuyo volumen I llevaba el expresivo título “El trabajo

decente en la economía de la información”3, y en el que se afirmaba que el futuro de la

política social (es decir el futuro de la política que afectaba a los trabajadores en

especial) se estaba jugando en Europa, en donde se estaban configurando las respuestas

a los problemas sociales que entraña la mundialización. Su consolidación se produce a

mi entender tras la aprobación por la Conferencia anual de 2009 del documento “Un

pacto mundial para el empleo”, que encuentra su origen el Informe del Director

General a dicha conferencia, “Enfrentando la crisis mundial del empleo La recuperación

mediante políticas de trabajo decente”. La síntesis del llamado “Programa de trabajo

decente” se encuentra muy bien recogida a mi parecer en la página web de la

organización4, y es la siguiente:

“El trabajo decente es esencial para el bienestar de las personas. Además de generar un

ingreso, el trabajo facilita el progreso social y económico, y fortalece a las personas, a

sus familias y comunidades. Pero todos estos avances dependen de que el trabajo sea

2 http://www.ilo.org/public/spanish/standards/relm/ilc/ilc87/rep-i.htm 3 http://ilo.org/public/spanish/region/eurpro/geneva/regconf/report_vol_i.pdf

4 http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_norm/---relconf/documents/meetingdocument/wcms_106222.pdf

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trabajo decente, ya que el trabajo decente sintetiza las aspiraciones de los individuos

durante su vida laboral.

La puesta en práctica del Programa de Trabajo Decente se logra a través de la aplicación

de los cuatro objetivos estratégicos de la OIT que tienen como objetivo transversal la

igualdad de género:

Crear trabajo: una economía que genere oportunidades de inversión, iniciativa

empresarial, desarrollo de calificaciones, puestos de trabajo y modos de vida

sostenibles.

Garantizar los derechos de los trabajadores: para lograr el reconocimiento y el respeto

de los derechos de los trabajadores. De todos los trabajadores, y en particular de los

trabajadores desfavorecidos o pobres que necesitan representación, participación y leyes

adecuadas que se cumplan y estén a favor, y no en contra, de sus intereses.

Extender la protección social: para promover tanto la inclusión social como la

productividad al garantizar que mujeres y hombres disfruten de condiciones de trabajo

seguras, que les proporcionen tiempo libre y descanso adecuados, que tengan en cuenta

los valores familiares y sociales, que contemplen una retribución adecuada en caso de

pérdida o reducción de los ingresos, y que permitan el acceso a una asistencia sanitaria

apropiada.

Promover el diálogo social: La participación de organizaciones de trabajadores y de

empleadores, sólidas e independientes, es fundamental para elevar la productividad,

evitar los conflictos en el trabajo, así como para crear sociedades cohesionadas”.

Es decir, el trabajo, y más concretamente, el trabajo decente, forma parte del llamado

“Estado del Bienestar” o “Welfare State”, desarrollado en Europa en los años

posteriores a la segunda guerra mundial, y que incluye otros derechos que deben ser

accesibles a toda la ciudadanía, como son la educación, la sanidad, la protección

familiar y la protección social. Tales derechos se encuentran hoy sometidos a fuertes

convulsiones, cuando no graves restricciones, en muchos países como consecuencia de

la crisis económica y su impacto social.

B) El debate sobre el trabajo decente siguió con fuerza después de la Conferencia anual

de la OIT de 2009. Quince meses después, en octubre de 2010, la Comisión Europea

celebró un fórum internacional sobre el trabajo decente en Bruselas5 en cooperación

con la OIT, en el que se reconoció que el plan puesto en marcha por ésta seguía siendo

un elemento central, y mucho más en situación de crisis, para tratar de lograr un

crecimiento fuerte, sostenible y equilibrado, que mejore las condiciones de vida y de

trabajo de la mayor parte de personas y que refuerce la dimensión social de la

globalización. En la reunión de Bruselas se destacó la importancia de promover el

empleo juvenil, adoptar políticas que facilitaran el tránsito hacia una “economía verde”

que significara cambios importantes tanto en la cantidad como en la calidad de los

puestos de trabajo, y promover la incorporación de condiciones de trabajo que

5 http://www.ilo.org/brussels/lang--en/index.htm

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respetaran los estándares internacionales en todos los acuerdos comerciales que se

suscribieran, tanto con carácter bilateral entre Estados como de carácter regional.

También me parece necesario mencionar la reunión de los Ministros de Trabajo y

Empleo del G20, celebrada en París los días 26 y 27 de septiembre de 2011. En esta

reunión la OIT y la OCDE presentaron cuatro documentos de indudable interés sobre el

impacto de la crisis y la necesidad de adoptar medidas urgentes en diferentes ámbitos de

actuación.

Uno de estos documentos llamaba a la promoción de políticas coherentes para alcanzar

el trabajo decente y para promover el pleno empleo productivo6, poniendo el acento en

una mayor cooperación entre las diferentes organizaciones internacionales y en una

cooperación reforzada entre los Estados, dada la cada vez mayor interdependencia de la

economía global. Del documento me interesa destacar en especial la preocupación

manifestada por las dos organizaciones sobre el creciente incremento de las

desigualdades en el ámbito salarial y la disminución de la participación de los salarios

en la renta nacional, algo que a su parecer corría el riesgo, de provocar importantes

desajustes internos y externos, y que “amenaza la cohesión social”. Como podemos

comprobar en la actualidad, no andaban muy desencaminadas las dos organizaciones en

sus predicciones.

C) Acerquémonos por último, y con más importancia si cabe por realizarse mi

exposición en una Semana Solidaria organizada por entidades religiosas, a un excelente

documento elaborado por la OIT en 2012 y que lleva por título “El trabajo decente y la

justicia social en las tradiciones religiosas”7, precedido, no por casualidad, de la palabra

“convergencias”. Es un documento muy interesante y recomiendo su lectura, muy

especialmente en momentos en los que algunos degradan el trabajo a una mera

mercancía y dejan de lado al sujeto que realiza la actividad, olvidando la dimensión

subjetiva del trabajo y que la finalidad de toda acción humana (recuerdo las encíclicas

de Juan Pablo II y de Francisco, y en general la doctrina social) “es la de servir y nutrir

a la humanidad”.

Digo que es muy interesante porque pone de manifiesto, tal como destacó el entonces

Director General Juan Somavia en la introducción, que hay muchas coincidencias entre

los valores que defiende la OIT a lo largo de toda su historia, y muy especialmente con

su programa de “trabajo decente”, y aquellos defendidos por las diferentes religiones y

tradiciones espirituales que son analizadas en la publicación (protestante, católica,

islámica, judía y budista), de tal manera que “la dignidad humana, la solidaridad y ,

sobre todo, los vínculos entre trabajo, justicia social y paz nos llevan a un terreno

común”.

6

http://www.ilo.org/public/libdoc/jobcrisis/download/g20_2011/policy_note_promoting_policy_cohere

nce_web.pdf

7 http://www.pcgp.it/dati/2012-02/07-999999/ILO_Religions_SP_WEB.pdf

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El documento realiza en primer lugar un breve recorrido por la historia de la OIT, “una

organización basada en valores” desde su creación en 1919 y que han ido adaptándose a

los cambios políticos, sociales y económicos a lo largo de los años, siendo

fundamentales tres documentos: la Declaración de Filadelfia de 1944, la Declaración de

1998 relativa a los principios y derechos fundamentales en el trabajo, y la Declaración

de 2008 sobre la justicia global para una globalización equitativa. Hoy la OIT trabaja

con cuatro grandes objetivos planteados en la última declaración citada y en el

programa de trabajo decente, a los que me he referido con anterioridad, es decir “el

empleo, la protección social, el diálogo social y los derechos en el trabajo, que tienen

como objetivo transversal la igualdad de género”. A continuación, realiza una

interesante síntesis de las fuentes de referencia sobre el trabajo de las diferentes

religiones y tradiciones espirituales analizadas, y expone de forma sucinta el sentido del

trabajo en ellas y busca los puntos de encuentro y de diálogo, argumentando como hilo

conductor de la reflexión que “una idea cabal del significado del trabajo en las diversas

tradiciones religiosas nos permite comprender mejor las diferentes perspectivas sobre

las responsabilidades y relaciones entre trabajadores y empleadores, así como las

diferentes concepciones de la protección social y la justicia”.

El documento nos acerca a un mejor conocimiento del valor del trabajo en la Biblia, las

conferencias mundiales protestantes, las encíclicas papales y la doctrina social de la

Iglesia, el Corán con la Sunna y los Hádices, la Torá y sus cinco libros del Génesis,

Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio, y el budismo y sus tres yana (Mahayana,

Hinayana y Vajrayana). El texto va analizando cómo se recogen, y de qué forma, los

valores fundamentales de la OIT en las tradiciones religiosas, partiendo de la dignidad

humana y constatando que todas las religiones, desde sus diversos planteamientos,

“implícitamente están de acuerdo en que el trabajo es un derecho fundamental para

todas las personas”, ya que cuando pueden hacer uso de este derecho “las personas

tienen un sentido de dignidad a través del trabajo y pueden suvenir a sus necesidades y a

las de sus familias”. Qué acogida tienen los derechos fundamentales en el trabajo en las

confesiones y tradiciones religiosas es objeto de atención en la última parte del estudio,

analizando de qué forma los derechos de libertad sindical y negociación colectiva, la

prohibición del trabajo forzoso, la abolición del trabajo infantil, y la eliminación de las

discriminaciones en materia de empleo y ocupación, son recogidos en los textos

religiosos. Por citar algunas referencias de las diversos textos que guardan directa

relación con el llamado “trabajo decente”, en la tradición budista “toda forma de trabajo

forzoso esclaviza a las personas, impidiéndoles desarrollar su autonomía y llegar a ser

libres”; para la tradición protestante, “el trabajo a una edad prematura puede tener

efectos nocivos para el desarrollo físico e intelectual del niño”, y en la islámica “los

niños no pueden concertar un contrato legalmente mientras no hayan alcanzado una

edad apropiada”. Para la doctrina social de la Iglesia católica, las organizaciones

sindicales “son un factor constructivo de orden social y de solidaridad y, por ello, un

elemento indispensable de la vida social”. En fin, la tradición judía afirma la igualdad

entre las personas y puede leerse en el Éxodo que “una misma ley habrá para el nativo y

para el forastero que habita en medio de vosotros”.

3. Qué es el trabajo, cómo cambia, cómo hay que repensarlo.

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A) A finales del mes de noviembre de 2013 tuve oportunidad de participar en la II

Semana de Relaciones Laborales y Recursos Humanos, organizadas por el Catedrático

de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Girona, Ferran

Camas. Mi ponencia versó sobre “El modelo de relaciones laborales que emerge tras la

crisis económica y social: la configuración de un nuevo marco de derechos laborales”. .

Buena parte de las tesis expuesta en mi ponencia siguen siendo plenamente válidas en el

momento presente, por lo que serán también utilizadas en mi intervención.

Ahora bien, la preparación de esta conferencia, y aprovecho ahora para felicitar a los

organizadores por su iniciativa y por haber conseguido mantenerla viva en el tiempo, es

un buen momento para repasar algunos de los más recientes documentos internacionales

y europeos, con algunos apuntes españoles, que tratan sobre las nuevas (o no tan

nuevas) realidades sociales y laborales, y cómo les está afectando la situación de crisis

económica, al mismo tiempo que podemos hacernos muchas preguntas sobre cómo se

está abordando esa crisis y quiénes son las (muchas) personas que la sufren más

intensamente. .., pero obviamente sin olvidar el pasado, del que recuperaré algunas de

mis aportaciones en anteriores reuniones y congresos en los que he abordado la temática

del trabajo y sus cambios. .

B) Por ello inicio mi análisis retomando unas consideraciones que formulaba hace ya

varios años, concretamente en noviembre de 2006, y que creo que siguen siendo

plenamente válidas8. Ha cambiado sustancialmente el trabajo en las últimas décadas, y

es el momento de preguntarnos si las tres funciones clásicas que se le han reconocido

desde sus orígenes, es decir la percepción de una remuneración, la inserción social y la

autorrealización, siguen siendo válidas para las personas que trabajan, ya sea por cuenta

propia o ajena. Es necesaria una reflexión crítica sobre el trabajo y su futuro, como hizo

permanentemente mi maestro el jesuita Joan N. García-Nieto durante su incansable e

inagotable actividad intelectual y práctica. Hay que debatir sobre cómo adaptar las

políticas a los cambios en los conceptos de trabajo, empleo, actividad, formación o

desempleo. También es obligado establecer mecanismos adecuados de articulación entre

las políticas activas y pasivas de empleo, y dar respuestas socialmente adecuadas a la

problemática del desempleo y a la precarización de las condiciones de trabajo, dos caras

en la mayor parte de las ocasiones de la misma moneda.

Y para repensar el trabajo y en qué condiciones se desarrolla, es decir tanto su calidad

como su cantidad, siendo la referencia dedicada a la Unión Europea pero entiendo que

debería ser extrapolable a todo tipo de trabajo en cualquier país (aunque la realidad no

acompañe mi planteamiento) es conveniente conocer los indicadores o dimensiones de

las que se ha dotado la UE desde principios de siglo. Hay que tomar en consideración

los siguientes: desarrollo de la trayectoria profesional; igualdad de hombres y mujeres;

protección de la salud y la seguridad en el trabajo; relación adecuada entre flexibilidad y

seguridad; existencia de un mercado inclusivo que facilite el acceso y permanencia a

todos los ciudadanos interesados en participar; conciliación de la vida familiar y laboral,

con la obligación de poner en marcha políticas asistenciales para personas dependientes

y para menores, y horarios de trabajo suficientemente flexibles y que puedan adaptarse a

8 http://www.cruzroja.es/docs/2006_3_IS/POLITICAS_DE_EMPLEO_E_INCLUSION.pdf

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las nuevas necesidades familiares del trabajador; fomento del diálogo social y de la

participación de los trabajadores; plena aplicación del principio de igualdad y no

discriminación en todas las fases de las relaciones de trabajo; potenciación de la

formación continua como ingrediente principal de la estrategia destinada a fomentar la

productividad.

C) En el análisis de los cambios en el mundo del trabajo es necesario acercarse a las

interesantes y sugerentes reflexiones formuladas muy recientemente, en un foro de

debate celebrado el 26 de marzo y organizado por la Fundación 1 de mayo, por un muy

buen conocedor del mundo del trabajo, el Catedrático de Derecho del Trabajo y de la

Seguridad Social de la Universidad de Castilla-La Mancha Antonio Baylos9.

El profesor Baylos reflexiona sobre el significado del trabajo “hoy en día”, se plantea

qué cambios se están produciendo en “la representación política del valor democrático

del trabajo”, defendiendo con base constitucional española el trabajo como factor de

inclusión y cohesión social, y afirma que el trabajo “es una relación social sobre la que

reposa todo el sistema económico, pero principalmente estructura el sistema social y

vertebra políticamente un proyecto de futuro”, pero añadiendo a continuación que esta

característica se ve alterada por dos factores: “la redefinición de la empresa” y “la

modificación del trabajo”.

Con respecto al primero, cita, en cuanto que le afectan directamente, “la globalización

financiera, el incremento de la competencia en un mundo global, en un mercado global,

los nuevos centros de irradiación como China, India, etcétera, los procesos de

deslocalización productiva, las innovaciones tecnológicas, las nuevas formas de

organización de trabajo”. Al mismo tiempo se plantea cómo afectan estas

modificaciones, y otras que pueden darse en la vida empresarial, sobre el trabajo, y

concreta que se manifiestan en fenómenos de “fragmentación del trabajo”

(subcontratación, externalización productiva, segmentación del mercado laboral ---

fijos, precarios, desempleados-- desaparición (no real en muchas ocasiones según mi

parecer) del trabajo asalariado y conversión en aparentemente (y en muchas ocasiones

no es así) trabajo autónomo. Y todo ello, en un “universo laboral” donde colectivos

como “mujeres, jóvenes e inmigrantes son las identidades más expuestas en ese tema”.

En definitiva, la pérdida de valor jurídico y de centralidad social del trabajo lleva según

el profesor Baylos a la pérdida para muchas personas de lo que ha significado desde su

regulación jurídica laboral (s.XIX y XX), la obtención de rentas, de seguridad, de

dignidad. Hoy, “cada vez más para muchas personas el trabajo es una condición

degradante, precaria…”, y en donde la frontera (y los viajes de ida y vuelta según mi

parecer) entre trabajo temporal y desempleo son cada vez más borrosas. O lo que es lo

mismo, el sindicato debe plantearse como se enfrenta a un trabajo que en buena medida

“está desregulado, fragmentado, segregado…”.

D) Es en este ámbito de cambios en el mundo del trabajo donde ha de situarse el debate

sobre la reforma del Derecho del Trabajo, con una atención especial a su dimensión

internacional y europea, con un nuevo marco de negociación colectiva y relaciones

9 http://www.1mayo.ccoo.es/nova/files/1018/Informe89.pdf

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laborales que combine seguridad en el puesto de trabajo y más en general en el empleo.

Tal como puso de manifiesto el profesor Tiziano Treu hace poco más de nueve meses

en unas sugerentes reflexiones para debate10

, es necesaria una proyección global del

Derecho del Trabajo y de la protección social para encarar las nuevas realidades, ya que

en su gran mayoría todavía permanecen dentro de la órbita nacional, y “tarde o

temprano, las políticas y las reglamentaciones sociales, al menos aquellas que conciben

un desarrollo democrático de la globalización, necesitan ser proyectadas a escala

global”. Igualmente, en este debate sobre el futuro del trabajo y del Derecho del

Trabajo hemos de prestar atención a una voz especialmente autorizada, la del profesor

Jean Michel Servais, exdirector de la OIT11

, que afirma que es cada vez más evidente

que “las políticas sociales y la legislación para su ejecución deberán adaptarse a

mercados más abiertos y competitivos y a una manera de organizar la producción que es

a la vez más compleja, segmentada y dependiente de las nuevas tecnologías. Es difícil,

sin duda, cuestionar la necesidad de ajustar las disposiciones del derecho laboral a los

nuevos sistemas de producción, información y comunicación. El problema es, entonces,

no tanto saber si hacer la remodelación, sino cómo debería ésta llevarse a cabo.

Actualizar las políticas sociales reinicia el debate sobre la síntesis óptima entre las

garantías dadas a los trabajadores, y la creación de empleo y la competitividad, o en

otras palabras, el equilibrio entre el desarrollo y los valores y derechos que una

determinada comunidad nacional defiende”.

4. Crisis económica e incremento de las desigualdades sociales. ¿Hacia dónde

vamos? ¿Hacia dónde quieren llevarnos? ¿Hacia dónde debemos ir?

Nos encontramos en una situación de crisis económica y social para una parte muy

importante de la población, aunque todavía hay quien defiende que el crecimiento de la

riqueza (para un sector minoritario de la población) acabará llevando al incremento del

bienestar del conjunto de la población.

A) Podemos, pues, hacernos la pregunta (muy retórica, obviamente a mi entender) de si

es necesario que se incrementen las desigualdades para que algún día la recuperación

llegue a la mayor parte de la población. Esa pregunta se la hace el lúcido pensador

polaco Zigmun Bauman en su libro ¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?12

y su respuesta es muy clara: “Este trabajo intentará demostrar por qué estas y otras

creencias son mentira y por qué tienen poca o ninguna posibilidad de convertirse en

verdades y cumplir su (engañosa) promesa. También intentará descubrir por qué, a pesar

de la evidente falsedad de estas creencias, seguimos ignorando lo falsas que son sus

promesas y no percibimos cuán imposible es que se cumplan”.

B) No se han formulado la pregunta, porque ya conocen la respuesta, los autores del

Informe presentado por OXFAM en el Foro económico mundial de Davos celebrado el

10

http://islssl.org/es/derecho-del-trabajo-y-proteccion-social-antiguas-y-nuevas-preguntas/

11 http://islssl.org/es/los-estandares-laborales-de-la-oit-en-el-contexto-de-la-crisis/#more-1961

12 http://www.euroxpress.es/index.php/noticias/2014/2/8/zygmunt-bauman-contra-el-neoliberalismo/

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9

mes de enero de este año13

. El título del Informe no requiere de mucha explicación:

“Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica”, y en el

mismo se aportan una serie de datos sobre la desigualdad que deben hacer seriamente

reflexionar y a cuya lectura remito, pero me quedo ahora con sus recomendaciones de

contenido laboral y que van en la línea del trabajo decente defendido por la OIT, cual es

la de reclamar que todas las empresas que poseen o controlan ofrezcan un salario digno

a sus trabajadores”, ya que la desigualdad económica se reduce con medidas como el

fortalecimiento de los mecanismos de protección social y también “el fortalecimiento de

los umbrales salariales y de los derechos de los trabajadores” y “la eliminación de

barreras a la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres”.

C) Quien también se formula la pregunta, aunque sea sólo desde la perspectiva

norteamericana, es el profesor Robert Reich, ex secretario de Estado de Empleo durante

la presidencia de Bill Clinton, en su artículo “Why there’s not outcry despite a declining

middle class”14

, contestando que ello es debido a varios factores: la parálisis de la clase

trabajadora por el miedo a perder sus empleos y sus salarios; muy relacionado con lo

anterior, el declive del movimiento sindical, ya que en la actualidad el porcentaje de

trabajadores a los que representa no supera el 7 %; las dificultades con que se

encuentran los jóvenes para acceder al trabajo; en fin, la poca confianza que tienen los

ciudadanos en su clase política para que resuelva los problemas, concluyendo no

obstante con optimismo ya que el cambio está llegando porque no pueden continuar

incrementándose las desigualdades en la forma que lo han hecho en las últimas décadas.

D) También el movimiento sindical internacional es muy crítico con las decisiones

adoptadas por las instituciones financieras internacionales que han llevado a un

incremento del desempleo y del deterioro de las condiciones laborales de muchos

trabajadores en los países en donde se han puesto en marcha. Especial y muy dura es la

crítica dirigida al Fondo Monetario Internacional en la declaración de la Agrupación

Global Unions para las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial que han

tenido lugar en Washington del 11 al 13 de abril15

, poniendo de manifiesto que “la

manera en que el FMI ha socavado las normas laborales y las instituciones de

negociación colectiva en diversos países europeos, por ejemplo, ha tenido ya un impacto

considerable sobre la distribución de los ingresos, que posiblemente se intensifique en el

futuro”. Destaca que los cambios normativos que ha promovido, “en ocasiones

conjuntamente con sus socios en la Troika y otras veces en solitario, han debilitado

considerablemente las instituciones de negociación colectiva en varios países europeos”,

y pide que cambie radicalmente de estrategia y que los demuestre en la práctica. Por ello

le pide al FMI y también al Banco Mundial, “apoyar programas activos del mercado de

trabajo y sistemas orientados a promover la retención del empleo y el trabajo

compartido hasta que se haya asegurado una recuperación en el crecimiento, además de

iniciativas específicas para la creación de empleo para la gente joven”, concretado en

“poner fin a la promoción de la desregulación del mercado de trabajo y, en su lugar,

13 http://www.oxfam.org/es/policy/gobernar-para-las-%C3%A9lites

14 http://www.social-europe.eu/2014/01/class-why-theres-no-outcry/

15 http://www.ituc-csi.org/declaracion-de-la-agrupacion-14559

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revertir el aumento de la desigualdad de ingresos promoviendo que se refuerce la

negociación colectiva y unos salarios mínimos fuertes como parte de una serie de

políticas del mercado laboral coherentes para un crecimiento más inclusivo; Asegurarse

de que las mujeres se beneficien de estas acciones políticas a fin de evitar un mayor

deterioro en las brechas de género respecto al empleo y los niveles de ingresos; Evaluar

las actividades financiadas por las IFI respecto a su impacto sobre el empleo, y

asegurarse de que contribuyan a la creación de trabajo decente, particularmente

mediante la adopción de una salvaguardia sobre normas laborales por parte del Banco

Mundial”. La desigualdad de ingresos en la primera década del siglo XXI se ha

incrementado en la mayor parte de países y en ello han tenido gran parte culpa las

decisiones de esas instituciones internacionales que han implicado “unos altos índices

de desempleo y subempleo, y salarios a la baja o que no consiguen mantenerse al

mismo nivel que el aumento de la productividad”, de tal manera que los ingresos

provenientes del trabajo tienen “una participación cada vez menor en los ingresos

nacionales para la mayor parte de las economías, tanto en desarrollo como avanzadas”.

Por ello deviene del todo punto necesario poner en marcha una ambiciosa política que

combine decisiones económicas y sociales a escala internacional, y así ha sido

planteado por el sindicalismo internacional al grupo de países que forman el G2016

, si

de verdad se quiere conseguir el objetivo fijado por sus ministros de finanzas en febrero

de este año de incrementar el PIB en más del 2 % en los próximos cinco años; dicha

política en el ámbito laboral pasa por reducir las desigualdades mediante el incremento

de los salarios mínimos, el fortalecimiento de la negociación colectiva y las políticas

activas de mercado de trabajo que faciliten la incorporación laboral de los colectivos

que más lo necesitan y que apuesten por la formación y readaptación de la fuerza de

trabajo ya presente en la vida laboral, con medidas adecuadas que faciliten la adecuada

combinación de la vida familiar y laboral.

E) El incremento de las desigualdades y la pérdida de derechos y de protección para una

parte cada vez más importante de la población no es un “fenómeno natural” sino que

responde a opciones políticas y económicas bien definidas, bajo la aparente cobertura de

teorías con fundamento económico y social. Con razón denunció hace mucho años el

entonces Papa Juan Pablo II, en un discurso pronunciado el 4 de noviembre de 2000

durante el encuentro con los gobernantes, parlamentarios y políticos con ocasión del

jubileo17

, el escándalo de las sociedades opulentas en las que los ricos se hacen cada vez

más ricos, porque la riqueza produce riqueza, y los pobres son cada vez más pobres

porque la pobreza produce pobreza, y que ello no se da sólo en el ámbito estatal, ya que

ante el fenómeno de globalización de los mercados “los países ricos y desarrollados

tienden a mejorar ulteriormente su condición económica, mientras que los países pobres

exceptuando algunos en vías de desarrollo prometedor, tienden a hundirse aún más en

formas de pobreza cada vez más penosas”, pidiendo después que se apueste “por

doblegar las leyes del mercado salvaje a las de la justicia y la solidaridad”.

A algunos de los defensores de las teorías que propugnan la desigualdad social, que tan

elevado coste social han tenido y siguen teniendo, les ha molestado sobremanera las

manifestaciones contenidas en la primera Exhortación Apostólica del Papa Francisco

16 http://www.ituc-csi.org/l20-note-for-the-g20-employment 17

http://www.clerus.org/bibliaclerusonline/es/gup.htm#b5y

Page 11: Conferencia xii semana solidaria. parroquia santa bárbara de llanares. avilés, 23.4.2014. trabajo decente, crisis económica y mundo del trabajo.

11

“Evangelii Gaudium”18

, y que por su importancia, y por lo bien que lo explica, es

conveniente, y creo que necesario, reproducir:

“Algunos todavía defienden las teorías del «derrame», que suponen que todo

crecimiento económico, favorecido por la libertad de mercado, logra provocar por sí

mismo mayor equidad e inclusión social en el mundo. Esta opinión, que jamás ha sido

confirmada por los hechos, expresa una confianza burda e ingenua en la bondad de

quienes detentan el poder económico y en los mecanismos sacralizados del sistema

económico imperante. Mientras tanto, los excluidos siguen esperando. Para poder

sostener un estilo de vida que excluye a otros, o para poder entusiasmarse con ese ideal

egoísta, se ha desarrollado una globalización de la indiferencia”. …. “Ya no podemos

confiar en las fuerzas ciegas y en la mano invisible del mercado. El crecimiento en

equidad exige algo más que el crecimiento económico, aunque lo supone, requiere

decisiones, programas, mecanismos y procesos específicamente orientados a una mejor

distribución del ingreso, a una creación de fuentes de trabajo, a una promoción integral

de los pobres que supere el mero asistencialismo. Estoy lejos de proponer un populismo

irresponsable, pero la economía ya no puede recurrir a remedios que son un nuevo

veneno, como cuando se pretende aumentar la rentabilidad reduciendo el mercado

laboral y creando así nuevos excluidos”. Sigo con mucho interés las aportaciones del

Papa Francisco sobre asuntos económicos y sociales, y me ha impresionado gratamente

su valoración positiva del derecho al trabajo, en sintonía con la doctrina social de la

Iglesia.

II. Segunda parte. Estudio y análisis de documentos internacionales, de la Unión

Europea y de España sobre el trabajo decente, la crisis económica y los cambios en

el mundo del trabajo.

1. Documentos, debates y propuestas en el ámbito internacional.

Los cambios en el mundo del trabajo y del empleo deben ser objeto de atención tanto a

escala internacional como comunitaria, estatal, regional o local, pues en todas ellas el

mercado de trabajo aparece afectado por dichos cambios. La OIT subrayaba ya en 2001,

y su tesis mantiene vigencia, la importancia de estudiar tres aspectos de capital

importancia en su relación con el empleo: el impacto de la tecnología, del comercio

mundial y de la población; ello, desde la perspectiva de asegurar que “el empleo sea el

punto central de las políticas sectoriales y económicas, tanto a nivel nacional como

mundial”.

A) El 21 de enero se hacía público el informe anual de la OIT sobre “Tendencias

mundiales del empleo 2014”19

, con un título, en forma de interrogante, muy claro y

expresivo: “¿Hacia una recuperación sin creación de empleo?”. El informe abunda y

profundiza en la preocupación manifestada en los de años anteriores sobre los escasos

logros en la lucha a escala mundial para reducir los niveles de desempleo, mejorar la

18

http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-

francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium.html

19 http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---

publ/documents/publication/wcms_234111.pdf

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12

calidad del trabajo y adoptar medidas sociales que corrijan las cada vez más creciente

desigualdades poniendo de manifiesto en su presentación, a cargo del director del

Instituto de Estudios Laborales de la OIT Raymond Torres, que el sistema financiero

“sigue siendo el talón de Aquiles de la economía mundial”, y que muy pocos progresos

se han realizado “en la reducción de la pobreza y de las formas vulnerables de empleo

como el trabajo informal y la economía irregular”.

Las cifras que facilita la OIT a escala mundial pueden parecer que están alejadas de las

realidades y problemas que sufren quienes se encuentran en difícil situación en su

parcela laboral, pero en modo alguno lo son cuando tratas de entender cuál es la realidad

que nos encontramos a escala global. Extraigo aquellas que más me han llamado la

atención: “Se calcula que en 2013 el número de personas desempleadas se situó cerca de

los 202 millones, un aumento de casi 5 millones respecto del año anterior, lo que

significa que el empleo está creciendo a un ritmo más lento que la fuerza de trabajo….

En conjunto, el déficit mundial de empleo generado relacionado con la crisis desde el

inicio de ésta en 2008, agregando a un numero de por sí considerable de buscadores de

empleo, sigue aumentando. En 2013, el déficit ascendió a 62 millones de empleos,

incluidos 32 millones de personas más que buscaban trabajo, 23 millones que se

desalentaron y habían dejado de buscar y 7 millones de personas económicamente

inactivas que optaron por no participar en el mercado de trabajo”. La situación de los

jóvenes es especialmente preocupante ya que cerca de 75,4 millones (entre 15 y 24

años) estuvieron desempleados durante el año anterior, un porcentaje del 13,1 %, “un

valor tres veces superior al de la tasa de desempleo de los adultos”, con un incremento

del número de personas desempleadas de larga duración, reducción de la tasa de

participación en el marcado laboral con respecto a la existente al inicio de la crisis, e

incremento del número de personas que tienen un empleo vulnerable, de tal manera que

“el empleo por cuenta propia y el desempeñado por trabajadores familiares auxiliares

representa el 48 % del total del empleo”.

Aunque haya disminuido de forma notable desde principios del siglo XXI, y es una

noticia de la que sólo cabe felicitarse, el número de trabajadores pobres, es decir

aquellos que a pesar de tener un trabajo no pueden escapar de una situación de pobreza,

los datos siguen siendo muy preocupantes, y además el nuevo Informe pone de relieve

que la reducción parece haberse estancado, de tal manera que “se calcula que, en 2013,

375 millones de trabajadores (un 11.9 por ciento del total de empleados) vivían con

menos de 1,25 dólares de los Estados Unidos al día y 839 millones (o 26.7 del total de

empleados) con 2 dólares al día o menos”.

Por todo ello, la OIT apuesta tanto por la aplicación de políticas macroeconómicas para

la creación de empleo y un incremento de los presupuestos destinados a las políticas

activas de empleo (no parece, por cierto, que el gobierno español vaya en esta dirección,

sino más bien lo contrario, habiendo destacado el sindicato UGT, en su informe sobre

dos años de reforma laboral, la necesidad de potenciarlas y reformarlas de manera

urgente, “porque se han recortado presupuestariamente de forma grave desde 2010 –

han caído a la mitad – y son manifiestamente ineficaces”), al objeto tanto de incorporar

más personas al mercado de trabajo como de mejorar los niveles de calificación y

competencias de las personas en activo.

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13

B) ¿Qué preocupa más concretamente a las organizaciones internacionales de

empleadores y trabajadores? Una buena síntesis la encontramos, por separado en el

documento de la OIT20

que explica los contenidos más destacados y relevantes del

“Coloquio de los empleadores sobre el futuro del trabajo”, celebrado en Ginebra los días

5 y 6 de diciembre de 2013, y del Simposio de los trabajadores sobre la desigualdad de

los ingresos, las instituciones del mercado de trabajo y el poder de los trabajadores,

celebrado en dicha ciudad suiza una semana más tarde.

a) En el Coloquio empresarial se analizaron dos tendencias importantes que vienen

siendo observadas por los círculos académicos: la degradación de la relación de trabajo

convencional y la polarización de la fuerza de trabajo. Asimismo, se examinó uno de los

principales factores que subyace a ambas tendencias: el impacto de las tecnologías en el

empleo. A juicio de los empleadores, es preciso establecer un marco normativo e

institucional que garantice la protección y la seguridad y que no esté necesariamente

vinculado a un contrato de trabajo clásico”, y según ellos, “la polarización de la fuerza

de trabajo, o el «vaciado» de la clase media, como se denomina a veces, es un fenómeno

que se observa principalmente en las economías avanzadas, pero que pronto podría

afectar también a los empleos formales en las economías emergentes…. polarización es

uno de los factores que está agravando la desigualdad de oportunidades y remuneración.

La tecnología es uno de los principales factores causantes de la aparición de este

fenómeno, pero no el único; también contribuyen a él la integración económica

mundial, la búsqueda de la eficiencia y los costos relativos”. También se apuntaron

otros factores que pueden modificar la naturaleza del trabajo y las funciones que este

desempeña, como “las transiciones demográficas y las políticas ambientales”. Los

empleadores apuestan, ante estas nuevas situaciones, por “la mejora de las

cualificaciones y el establecimiento del aprendizaje permanente”.

b) Una perspectiva bastante distinta fue la observada en la reunión del mundo laboral,

que puso el acento en la necesaria corrección de las políticas que han contribuido al

incremento de la desigualdad y al deterioro de las condiciones laborales y de vida de

muchas personas y de sus familias, destacándose que la desigualdad “no sólo tiene

graves repercusiones negativas en todos los segmentos de la población desde el punto

de vista social y en el plano de la salud pública, sino que también frena el crecimiento

económico a largo plazo y ha sido una de las principales causas subyacentes de la crisis

económica y financiera mundial”. Se puso de manifiesto que “la política de contención

salarial que se ha venido aplicando durante la última década no sólo ha agrandado las

diferencias salariales, sino que también obstaculiza el crecimiento económico y podría

favorecer la aparición de tendencias deflacionistas, en particular en la zona del euro, que

corre el peligro de experimentar un estancamiento económico como el sufrido por el

Japón”, así como también que “la proliferación incesante de formas atípicas de empleo

precario ha contribuido a reducir el componente salarial al erosionar las instituciones de

negociación colectiva y denegar, en la práctica, los derechos laborales fundamentales de

un segmento cada vez más amplio de la fuerza de trabajo”.

20 http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_norm/---relconf/documents/meetingdocument/wcms_236486.pdf

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14

A mi juicio hay una reflexión importante en el documento, que también ha sido

plasmada por el comisario europeo Lazlo Andor en recientes entrevistas e

intervenciones públicas, cual es que se requiere aportación por parte de las

organizaciones internacionales, y en concreto de la OIT, “en las que se presenten

alternativas macroeconómicas coherentes a las fallidas políticas de austeridad”, ya que

se consideró que “la perspectiva de confinar la búsqueda de posibles vías de solución a

las cuestiones relativas al mercado laboral era demasiado limitada”. Sin olvidar que en

el ámbito laboral “deben promoverse activamente normas laborales en materia de

fijación de salarios mínimos, seguridad social y negociación colectiva para incrementar

la seguridad de los ingresos”. En la reunión se formuló también la pregunta de cómo

proteger a los trabajadores ante las nuevas realidades económicas y el aumento del

empleo precario e informal, constatando que “para contrarrestar la tendencia cada vez

mayor de recurrir al uso de contratos de duración determinada, las agencias de trabajo,

la subcontratación, las cadenas mundiales de suministro, la externalización y la

informalización con objeto de eludir el cumplimiento de la reglamentación del mercado

de trabajo, establecida democráticamente, la OIT debe elaborar normas e instrumentos

modernos y eficientes para garantizar a todos los trabajadores una protección jurídica y

un trabajo decente”.

c) Precisamente la OIT está haciendo sus “deberes teóricos” y formulando propuestas a

través de estudios realizados bajo su dirección o colaboración en los dos últimos años.

Cabe referirse, en primer lugar al estudio colectivo titulado “Una reglamentación del

trabajo creativa. Indeterminación y protección en un mundo incierto”21

. La tesis más

destacada a mi parecer del estudio es que la reglamentación del trabajo está en crisis,

que se concreta en los siguientes términos: “A escala global, los marcos normativos

tradicionales ya no pueden garantizar unas condiciones de trabajo dignas. La tragedia

del Rana Plaza y las recientes protestas, desde las de la industria de la comida rápida en

los Estados Unidos a las del sector de la confección en Camboya, muestran cómo tanto

la reglamentación estatal como la responsabilidad social de las empresas no están

atendiendo las necesidades de los trabajadores vulnerables”… “Este nuevo volumen

responde a la apremiante necesidad de ideas nuevas para regular los mercados de

trabajo contemporáneos”. Uno de los trabajos de la obra analiza el carácter

“impredecible” de las normas del trabajo en cuanto a la eficacia perseguida y alcanzada,

y lo atribuye a tres factores: “1. la fragmentación acelerada de las empresas

contratantes; 2. las interacciones complejas que se producen entre las instituciones del

mercado de trabajo; y 3. la efectividad variable del cumplimiento de la legislación

laboral”. En fin, cabe destacar también que para los coordinadores de la obra, “la

renovación de la reglamentación del trabajo no se producirá sin respuestas nuevas y

creativas por parte de las personas encargadas de formular las políticas. El libro propone

varias reformas vitales. Insta a los actores de política a reconocer la complejidad de las

relaciones de trabajo actuales, a buscar los beneficios de las interacciones potenciales

entre los distintos tipos de regulación, así como a replantearse las estrategias y las

prioridades para hacer cumplir la ley, incluido el potencial de alianzas innovadoras entre

los distintos actores públicos y privados implicados en la promoción de normas para un

trabajo digno”.

21 http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---publ/documents/genericdocument/wcms_236517.pdf

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15

Una segunda aportación lleva por título “Más allá de la estabilidad macroeconómica.

Transformación estructural y desarrollo inclusivo”, bajo la dirección de Iyanatul Islam y

David Kucera22

. En el capítulo 7, Christina Behrendt reinterpreta la protección social

desde la perspectiva del desarrollo inclusivo y la transformación estructural, reuniendo

la autora datos comparados entre países y experiencias nacionales para ilustrar “que

unas medidas de protección social bien concebidas y financiadas sosteniblemente

reducen la pobreza, promueven las capacidades y mejoran la empleabilidad”. Sobre la

desigualdad de los ingresos, abordada en el capítulo 9, se constata, y deseo resaltarlo,

que “tras la desalentadora situación del estancamiento de los ingresos reales en algunas

economías adelantadas encontramos unas instituciones del mercado de trabajo

debilitadas”.

Por último, y en el plano de la reflexión económica, un reciente estudio de la OIT con el

título “Crecimiento impulsado por los salarios. Una estrategia equitativa para la

recuperación”23

, dirigido por M. lavoie y E. Stockhammer, defiende una política de

recuperación impulsada por los salarios, destacando además que el aumento insuficiente

de estos y la polarización de la distribución de ingresos “son factores que han

contribuido a la crisis económica mundial”. La apuesta es por “un nuevo pacto

keynesiano mundial”, en el que las organizaciones sindicales deberían tener un mayor

poder de negociación y en donde el sector financiero necesitaría de una regulación más

estricta para prevenir abusos, defendiendo que el crecimiento de los salarios “puede

estimular la demanda global y el crecimiento de la productividad”.

d) Desde otro foro internacional, un reciente estudio del Banco Mundial, del que son

autores Omar S Arias y Carolina Sánchez Páramo, titulado “Back to work. Growing

with jobs in Europe and Central Asia”24

, destaca la importancia de la creación de

empleo como vía para mejorar la situación existente, con la puesta en marcha de

políticas que apoyen a los trabajadores para que “estén preparados para asumir los

nuevos empleos que se crean, para tener las habilidades y competencias necesarias,

poder acceder sin trabas al trabajo, y estar dispuestos a trasladarse a lugares con mayor

potencial de creación de empleo”.

e) ¿Qué dice el movimiento sindical internacional? ¿Qué aportaciones realiza? Además

de lo expuesto con anterioridad en la reunión organizada el pasado mes de diciembre en

Ginebra, cabe decir que la mejora del empleo a escala mundial y la mejor protección de

los derechos de los trabajadores es impensable sin la existencia de un fuerte y

coordinado movimiento sindical en dicho ámbito territorial, y la existencia de la

Confederación Sindical Internacional es una buena muestra de la importancia de actuar

a escala global y con indudable impacto sobre la situación laboral de muchos

trabajadores y trabajadoras en países donde los estándares de protección son mínimos.

22

http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---publ/documents/genericdocument/wcms_236538.pdf 23

http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/---publ/documents/genericdocument/wcms_234601.pdf 24

http://documents.worldbank.org/curated/en/2014/01/18486093/back-work-growing-jobs-europe-central-asia

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16

Así lo pone de manifiesto una interesante entrevista a la secretaria general de la CSI,

Sharan Burrow25

, cuando se refiere a la importancia de la actuación del movimiento

sindical para conseguir que la OIT aprobara el convenio 189 sobre trabajadores

domésticos, la lucha a favor de los trabajadores en Quatar que están construyendo los

estadios para el mundial de futbol de 2.022, o los acuerdos sobre seguridad y protección

contra los incendios en las fábricas textiles de Bangladesh. Justamente en el próximo

congreso de la CSI, a celebrar el mes de mayo, se trabajará por la elaboración de

propuesta en la línea de conseguir derechos para los colectivos y los países en más

difícil situación, o dicho con las propias palabras de la Sra. Burrow, “el próximo

Congreso buscará el posicionamiento sindical internacional para hacer frente a los

desafíos que encaran los trabajadores, enfoques innovadores frente a problemas

complejos y la consecución del potencial pleno de la solidaridad sindical internacional”.

Hay que pasar “de la austeridad a la prosperidad” y dar la vuelta a las cada vez más

crecientes desigualdades, y estas son las propuestas que ha presentado el sindicalismo

internacional en la reunión de Davos del pasado mes de enero26

, con una concreción

importante en su contenido laboral: nivel mínimo de protección social en todos los

países, un salario mínimo (legal y negociado) que permita a las personas vivir con

dignidad, el fin del trabajo precario y el fortalecimiento de la negociación colectiva para

garantizar salarios justos, condiciones de trabajo dignas y, al mismo tiempo,

incrementar la demanda de bienes y productos a cargo de los trabajadores.

2. Documento, debates y propuestas en el ámbito europeo.

A) En la introducción de mi exposición conviene recordar aquello que dispone el

Tratado de la Unión Europea sobre su dimensión social. El artículo 9 nos dice que “En

la definición y ejecución de sus políticas y acciones, la Unión tendrá en cuenta las

exigencias relacionadas con la promoción de un nivel de empleo elevado, con la

garantía de una protección social adecuada, con la lucha contra la exclusión social y con

un nivel elevado de educación, formación y protección de la salud humana”. Tales

objetivos también se enuncian en los arts. 147 y 151. Potenciar la dimensión social de

la UE es una necesidad vital si queremos poner en marcha mecanismos a escala europea

que contribuyan a la salida de la crisis en todos los países, aunque la rapidez de la

misma sea desigual ya que las diferencias actuales son muy importantes (y en algunos

Estados del centro y norte de Europa no hay esa percepción de crisis que tenemos en los

países del sur), y en ello ha insistido reiteradamente el comisario europeo encargado de

asuntos sociales Lazlo Andor, destacando, en un artículo publicado por el European

Policy Centre en septiembre de 201327

, que si bien es cierto que las diferencias entre los

Estados son importantes, y que el marco jurídico de la UE sitúa las competencias en

materia de empleo y políticas sociales en el terreno de los Estados miembros, es

totalmente necesario actuar cada vez más a escala supraestatal.

25 http://www.ilo.org/actrav/Whatsnew/WCMS_234545/lang--es/index.htm

26 http://www.industriall-union.org/es/davos-2014-sindicatos-exigen-a-los-gobiernos-remodelar-la-

economia-mundial-con-puestos-de-trabajo-y

27 http://ec.europa.eu/commission_2010-2014/andor/documents/developing_social_dimensio-en.pdf

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17

B) En el ámbito europeo, la situación económica y social es preocupante, aun cuando

las mayores dificultades se encuentran en los países del sur de Europa. Por acercarnos a

datos recientes, la tasa de desempleo es del 10,7 % en la UE28, mientras que alcanza el

12 % en la zona euro, o lo que es lo mismo, se trata de 26.200.000 personas (de ellas

19.010.000 en la zona euro) que se encontraban en situación de desempleo en diciembre

de 201328

, con una muy importante diferencia entre los países con más bajas tasas

(Austria con 4,9 % y Alemania con 5,1 %) y aquellos que tienen las más elevadas

(Grecia con 27,8 % y España con 25,8 %). Si nos fijamos en el desempleo juvenil, los

datos mueven a mayor preocupación a escala de la UE, con un 23,2 % en los 28 y un

23,8 % en la zona euro, y otra vez con grandiosas diferencias entre unos países

(Alemania con 7,4 % y Austria con 8,9 %) y otros (Grecia con 59,2 % y España con

54,3 %). Por otra parte, la situación del desempleo es extraordinariamente diversa en las

272 regiones de la UE, ya que va desde el 2.6 % de Oberbayern (Alemania) al 36,3 %

en Andalucía (a la que siguen otras cuatro regiones españoles según la clasificación de

Eurostat: las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, Canarias y Extremadura)29

. No

debe ser casualidad, intuyo, que las seis regiones donde el desempleo de larga duración

es inferior sean de un país, Suecia, que siempre se ha caracterizado por dedicar especial

atención a las políticas activas de empleo, y que las tasas más bajas de desempleo

juvenil se den en un país, Alemania, en donde se ha apostado durante mucho tiempo por

las políticas de formación profesional vinculadas al puesto de trabajo.

En el estudio trimestral sobre el empleo y la protección social en la UE correspondiente

al mes de marzo30

, la Comisión Europea manifiesta su satisfacción, pero al mismo

tiempo mucha prudencia, por las grandes cifras de los últimos dos trimestres, señalando

que “las cifras del tercer y cuarto trimestres de 2013 muestran que en un número cada

vez mayor de Estados miembros de la UE el crecimiento de la economía no ha ido

acompañado de la creación de empleo. Por tanto, es demasiado pronto para saber si la

actual recuperación podrá generar nuevos puestos de trabajo”. A mi parecer, del

análisis de los datos disponibles a escala de toda la UE se constatan cambios

importantes en el mercado de trabajo que van en la línea de un deterioro de la calidad

del empleo. Justamente el informe trimestral constata el crecimiento del empleo

temporal y a tiempo parcial, y que “el empleo temporal está dejando de ser un paso

intermedio hacia un puesto de trabajo estable desde el comienzo de la crisis. Al mismo

tiempo, la estabilidad del empleo se ha reducido de forma significativa, especialmente

en el caso de los hombres y los jóvenes, y las divergencias entre Estados miembros son

más pronunciadas”. Sobre el trabajo a tiempo parcial un reciente informe de Eurostat31

pone de relieve que un número importante de trabajadores que prestan sus servicios en

tales condiciones se consideran subempleados porque desearían trabajar más horas. Así,

entre las 216.4 millones de personas con empleo en la UE28 en 2.013 (con edades

comprendidas entre 15 y 74 años), 43.7 millones trabajaban a tiempo parcial, de los que

28 http://europa.eu/rapid/press-release_STAT-14-17_en.htm

29 http://epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ITY_PUBLIC/1-15042014-BP/EN/1-15042014-BP-EN.PDF 30 http://europa.eu/rapid/press-release_IP-14-346_es.htm 31 http://epp.eurostat.ec.europa.eu/cache/ITY_PUBLIC/3-10042014-BP/EN/3-10042014-BP-EN.PDF

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18

9,9 millones (es decir el 23 % de dichos trabajadores, que en el caso concreto de España

se eleva hasta el 57 %) se consideraban subempleados.

C) Centro mi atención a continuación en el informe conjunto sobre el empleo32

,

aprobado el 10 de marzo por el Consejo de Empleo (EPSCO) y de manera definitiva por

el Consejo Europeo de los días 20 y 21 del mismo mes, uno de cuyos datos más

destacados es la afectación de la situación de crisis, y sus secuelas en términos de

desempleo, con mayor intensidad entre los jóvenes, los trabajadores poco cualificados y

los nacionales de terceros países. Sobre el desempleo juvenil se manifiesta una clara

preocupación por su elevado nivel, así como también por el incremento de jóvenes de

15 a 24 años que ni estudian ni trabajan, un 12,9 % del total, fenómeno que según la

Comisión “se debe principalmente a un aumento del desempleo juvenil y no a una

inactividad vinculada a carencias educativas”, siendo el empleo juvenil vinculado en

buena medida al trabajo temporal y a tiempo parcial. Por otra parte, el incremento de la

tasa de actividad, en gran medida debido a la mayor participación de trabajadores de

edad avanzada y de mujeres en el mercado de trabajo (71,9 % en el segundo trimestre

de 2013), no va del mano con la tasa de empleo, ya que está disminuye por debajo del

68 % en el grupo de población de 20 a 64 años, tomado como punto de referencia en la

Estrategia Europea 2002 y que ha fijado un objetivo del 75 % para esa fecha. Otro dato

muy importante para entender los cambios que se están operando en el mercado de

trabajo a escala global en la UE es la importante reducción del número de trabajadores a

tiempo completo (descenso de 8,3 millones desde el segundo trimestre de 2008) y el

auge del empleo a tiempo parcial, “con 2,5 millones más del último trimestre de 2008”,

con importantes diferencias porcentuales entre mujeres y hombres (31,9 y 8,4 %,

respectivamente).

Sobre las posibilidades de crecimiento del empleo, el documento sigue insistiendo en

las mismas tesis defendidas en informes de años anteriores, con especial atención a las

posibilidades existentes en el sector de las tecnologías de información y comunicación,

en el ámbito de la salud y servicios sanitarios (aunque al mismo tiempo es consciente de

los importantes recortes operados en el sector público en varios países, entre ellos

España), en el proceso de ecologización de la economía (los empleos verdes). Las

tendencias sobre creación de empleo siguen apuntando al incremento de la demanda de

trabajadores altamente cualificados, mientras que disminuye la de aquellos trabajadores

con cualificaciones medias y bajas.

Por cierto, y no podía ser de otra forma y así lo he puesto de manifiesto en la primera

parte de mi intervención, el Informe enfatiza que la crisis ha provocado tanto una

divergencia creciente en las desigualdades entre Estados miembros como en el seno de

algunos de ellos, con especial importancia en los países del sur de Europa, al mismo

tiempo que destaca que desde 2011 “la renta disponible de los hogares ha ido

disminuyendo en términos reales de media en la UE y en la zona del euro”, con

importantes descenso de “más de 5 puntos porcentuales acumulados en los dos años” en

varios países, entre los que se encuentra España, y que desde el mismo año 2011 “el

gasto social ha disminuido a pesar del aumento del deterioro de las condiciones

económicas y sociales”.

32

http://register.consilium.europa.eu/doc/srv?l=ES&f=ST%207476%202014%20INIT

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19

A continuación de las consideraciones de carácter global sobre la situación del empleo

en la UE, el Informe pasa revista a la aplicación de las orientaciones para la política de

empleo aprobadas anualmente, en el bien entendido que desde 2010 no han

experimentado prácticamente ningún cambio. Por ello, se examina en primer lugar qué

medidas han adoptado para dar cumplimiento al objetivo número 7 de “Aumento de la

participación en el mercado de trabajo”, tales como reforzamiento de las políticas

activas del mercado de trabajo; mejora de la eficacia y eficiencia de los servicios

públicos de empleo; atención especial a colectivos desfavorecidos como personas con

discapacidad, desempleados de larga duración e inmigrantes; medidas dirigidas de

forma concreta a los jóvenes como son la garantía de empleo juvenil y la reducción de

los costes salariales y de Seguridad Social de contratación; adopción de medidas que

posibiliten la conciliación de la vida familiar y laboral y con especial atención a una

regulación de los permisos parentales más favorable a dicha conciliación; incentivos

para la permanencia en el mercado laboral; en fin, y sin ningún ánimo exhaustivo,

reformas en la legislación de protección del empleo, dejando caer, y es coherente con

las tesis defendidas en otros documentos, que en varios países, entre los que falta

España, “una relajación de la legislación sobre contratos por período determinado y

protección del despido favorecería una mayor participación en el empleo y la fluidez del

mercado de trabajo”.

Por primera vez, el Informe acompaña un cuadro de indicadores sociales y de empleo.

Del análisis de dichos indicadores, se confirman las importantes diferencias existentes

entre los Estados miembros y también en el seno de cada Estado, y me quedo con una

reflexión general del documento que es muy clara y diáfana: “La desigualdad de la renta

está creciendo entre los Estados miembros y dentro de ellos, especialmente en el sur y la

periferia de la UE. Estos son también los Estados miembros que registraron los mayores

aumentos del desempleo. En muchos países, la crisis ha intensificado las tendencias a

largo plazo de polarización salarial y segmentación del mercado laboral, que junto con

unos sistemas fiscales y de prestaciones menos redistributivos, han impulsado el

aumento de las desigualdades. Unas tasas de desempleo elevadas (con los mayores

aumentos en la parte inferior del mercado de trabajo) y, en algunos casos, un impacto

del saneamiento presupuestario, también explican los grandes aumentos de las

desigualdades en los países más afectados por la crisis”.

D) Para un buen conocimiento de la realidad europea hay que acudir a los informes

periódicos que la Comisión Europea lleva a cabo, habiendo sido presentado

recientemente el “Estudio de la evolución del empleo y de la situación social en Europa

de 2013”33

, del que debemos quedarnos con estas constataciones (obviamente no sólo

para tomar nota sino también para adoptar medidas para su corrección): el acceder a un

puesto de trabajo puede permitir a una personas salir de la situación de pobreza en que

se encuentre, pero también puede no ser así en la mitad de los casos, de tal manera que

el fenómeno de los working poors también adquiere importancia en la UE, ya que habrá

que prestar atención al tipo de trabajo y sus condiciones, junto con otros factores que

afectan a la unidad familiar como son la composición del hogar en el que viva el

trabajador y la situación de su pareja en el mercado de trabajo. Dicho de forma más

sencilla, la calidad del trabajo importa y mucho, y así lo enfatizó el propio comisario

33

http://europa.eu/rapid/press-release_IP-14-43_es.htm

Page 20: Conferencia xii semana solidaria. parroquia santa bárbara de llanares. avilés, 23.4.2014. trabajo decente, crisis económica y mundo del trabajo.

20

europeo de empleo Lazlo Andor, al afirmar durante la presentación del estudio que “No

solamente tenemos que prestar atención a la creación de puestos de trabajo, sino

también a la calidad de estos últimos, con el fin de lograr una recuperación sostenible

que no reduzca únicamente el desempleo sino también la pobreza”. Se trata pues, tal

como se constata en el estudio y con un mensaje muy claro dirigido a los responsables

políticos y agentes sociales, “no sólo de crear empleo, sino también de asegurar

mercados de trabajo inclusivos y condiciones de trabajo dignas”.

También me parece importante destacar la conclusión del estudio (que supongo que no

agradará a quienes creen que a las personas desempleadas les gusta encontrarse en tal

situación) de que unos buenos sistemas de prestaciones por desempleo posibilitan a las

personas que las perciben acceder a un empleo con preferencia a quienes no las

perciben, explicándose que esta menor posibilidad es debida a que “es menos probable

que sean beneficiarios de medidas de activación, por lo que no se ven obligados a

buscar un puesto de trabajo para recibir prestaciones”. En fin, el estudio no descubre

nada nuevo al constatar, a pesar de los avances realizados, que siguen existiendo

desigualdades entre hombres y mujeres “en materia de participación en el mercado de

trabajo, salarios y riesgo de pobreza”, y que son los países nórdicos los que mejor

combinan las políticas laborales y de conciliación de la vida familiar y laboral, y

también que se siguen incrementando las divergencias macroeconómicas, sociales y de

empleo entre los Estados de la UE, alertando sobre el riesgo de poner en peligro “los

objetivos esenciales de la UE, tal como es establecen en los Tratados, a saber beneficiar

a todos sus miembros mediante la promoción de la convergencia económica y mejorar

la vida de los ciudadanos de los Estados miembros”.

E) El análisis sindical de la situación en la UE también ha sido realizado por el Instituto

Sindical de Estudios de la Confederación Europea de Sindicatos34

, poniendo de

manifiesto que “las políticas de austeridad no sólo han afectado a las políticas

salariales, por la presión ejercida sobre los salarios, sino también a los procedimientos

negociadores, por haber impuesto más flexibles negociaciones descentralizadas…, y

también por haber “sorteado” el art. 153.5 del TFUE que excluye el derecho colectivo y

la política salarial de la política social europea a través de los mecanismos de estabilidad

presupuestaria y de las recomendaciones de política económica”. El Instituto destaca

que la negociación colectiva está sufriendo importantes ataques también desde la

vertiente jurídica, ya que algunos países han introducido criterios más restrictivos para

permitir la extensión de un convenio, mientras que otros (como España) permiten la

posibilidad de no aplicar un convenio sectorial por parte de un acuerdo o pacto de

empresa, o la supresión de la ultraactividad sin plazo fijo de un convenio. En su último

informe anual sobre el desarrollo de las relaciones laborales en Europa (Benchmarking

working Europe 201435

), uno de los capítulos está dedicado a la desregulación del

Derecho del Trabajo, y del mismo conviene destacar estas tesis: como consecuencias de

las políticas de la UE, y muy especialmente en los países con planes de ajuste y

memorandos de entendimiento, todas las reformas llevadas a cabo son de carácter

estructural y están diseñadas para alcanzar un mismo objetivo, es decir una reforma de

los mercados laborales mediante la modificación de la legislación laboral con mayores

34

http://www.etui.org/Publications2/Books/Benchmarking-Working-Europe-2013

35 http://www.etui.org/Publications2/Books/Benchmarking-Working-Europe-2014

Page 21: Conferencia xii semana solidaria. parroquia santa bárbara de llanares. avilés, 23.4.2014. trabajo decente, crisis económica y mundo del trabajo.

21

facilidades para contratar y despedir por parte empresarial, la reducción de los derechos

laborales y el debilitamiento de las organizaciones representativas de los trabajadores.

Las reformas han afectado fundamentalmente a las políticas de tiempo de trabajo

(incremento del número de horas trabajadas), empleo atípico (nuevas formas de

contratación temporal o precaria para varios colectivos), y flexibilización de la

regulación del despido, para facilitar que sea posible (menos dureza de las causas,

menos costes de indemnización,…). El documento pone de manifiesto que varias de

esas medidas vulneran las normas internacionales y europeas, y en esta línea ya se han

manifestado tanto el Comité de Libertad Sindical como el Comité Europeo de Derechos

Sociales del Consejo de Europa.

Las elecciones europeas del próximo mes de mayo serán un buen momento para

contrastar las diferentes propuestas que se formulen para salir de la crisis, y la CES ya

ha tomado muy clara postura con el documento aprobado por su comité ejecutivo el 7

de noviembre de 2013 y que lleva por título “Un nuevo rumbo para Europa: Plan de la

CES para la inversión, el crecimiento sostenible y el empleo de calidad”36

, en el que

además de proponer un plan de inversiones que podría generar hasta 11 millones de

nuevos empleos se opone con rotundidad a la pérdida de derechos sociales y laborales y

a la adopción de políticas que pongan en peligro el modelo social europeo. Para la CES,

hay que oponerse con rotundidad a un sistema “que pone a los trabajadores a competir

sobre la base de la reducción de los salarios, de condiciones de trabajo mediocres, de

protección social insuficiente y de una fiscalidad injusta”, porque la política de empleo

europea “no puede basarse en el trabajo precario y en las desigualdades”.

En sus propuestas de contenido laboral la CES reitera aquello que defiende desde su

creación y que ahora cobra, si cabe, más importancia: por una parte, el reforzamiento de

las organizaciones sindicales, el fortalecimiento del diálogo social, la negociación

colectiva y la participación de los trabajadores, y por otra “la promoción, respeto y

ampliación de las normas sociales europeas para luchar contra los empleos precarios y

promover empleos de calidad”.

F) En esta mejora del empleo y de las condiciones de trabajo cobra un papel relevante la

lucha contra la economía sumergida y el trabajo no declarado, tal como ha puesto de

manifiesto un reciente Dictamen de 21 de enero del Comité Económico y Social

Europeo37

, ya que la misma impacta muy negativamente sobre el propio desarrollo

empresarial y sobre la mejora y desarrollo del capital humano; además, me parece

especialmente importante que el CESE requiera que “la lucha contra la economía

sumergida no se limite a las fronteras de la UE, sino que también se exija la

responsabilidad social corporativa cuando no se cumplan los criterios mínimos de

trabajo digno en terceros países que efectúen subcontratos para la UE. Se trata de una

práctica que no solo daña a la competencia entre empresas, sino que acarrea el recurso

36

http://www.ccoo.es/comunes/recursos/1/1774537-Plan_de_Inversiones_de_la_CES.pdf

37

http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&ved=0CC8QFjAA&url=http%3A%

2F%2Feescopinions.eesc.europa.eu%2Fviewdoc.aspx%3Fdoc%3Dces%2Fsoc%2Fsoc480%2Fes%2Fces213

8-2013_00_00_tra_ac_es.doc&ei=gGf2UqCBN-XX7AbXuoGIDg&usg=AFQjCNEWI06xGvL3-

WcPdxI3Y_rIci_l2Q&sig2=z7AczTs5F0xHAj-gLFn61g&bvm=bv.60983673,d.Yms

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al trabajo infantil y pone en peligro la seguridad de los trabajadores cuando se ignoran

las medidas elementales de seguridad, como sucedió recientemente en el

derrumbamiento de una fábrica en Bangladesh”.

G) En la mejora de las políticas de empleo juega un papel importante no sólo los

recursos económicos abocados a las mismas sino también la propia organización de los

servicios de empleo y su capacidad de llegar a interconectar el mayor número posible de

ofertas y demandas de trabajo. En este sentido, hay que destacar el deseo de la

Comisión de reforzar la red EURES, tal como se pone de manifiesto en la recientemente

presentada (17 de enero) Propuesta de Reglamento “relativo a una red europea de

servicios de empleo, el acceso de los trabajadores a los servicios de movilidad y a la

mayor integración de los mercados de trabajo”38

.

En la introducción de la propuesta se enfatiza la necesidad de una “revisión exhaustiva”

del marco jurídico actual de la red EURES, a fin de reflejar “las nuevas pautas de

movilidad, la mayor exigencia de una movilidad justa, los cambios en la tecnología de

intercambio de datos sobre las ofertas de empleo, el uso de una variedad de canales de

contratación por los demandantes de empleo y los empleadores, y un papel cada vez

más importante de otros agentes del mercado laboral, junto con los servicios públicos de

empleo (SPE) en la prestación de servicios de contratación”, y todo ello con la finalidad

de llegar a ser “un instrumento eficaz para todo demandante de empleo o empleador

interesado en la movilidad laboral dentro de la UE”. Uno de sus objetivos más

destacados a mi parecer, es conseguir que el portal EURES “efectúe una puesta en

relación automática entre las ofertas de empleo y los CV procedentes de los Estados

miembros, con traducciones a todas las lenguas de la UE y descripciones claras de las

capacidades, competencias, cualificaciones y ocupaciones adquiridas a escala nacional y

sectorial”.

H) Es obligado referirse, siquiera sea con brevedad, a la importante Resolución

aprobada el 13 de marzo por el Pleno del Parlamento Europeo “sobre los aspectos

laborales y sociales del papel y las actividades de la Troika (BCE, Comisión y FMI) en

relación con los países de la zona del euro sujetos a un programa”39

, en la que se

formulan duras críticas a dichas instituciones. El PE “lamenta que las condiciones

impuestas como contrapartida a la asistencia financiera (a Grecia, Portugal, Irlanda,

Chipre) hayan puesto en riesgo la consecución de los objetivos sociales de la UE por

diversos motivos: …las medidas son particularmente gravosas, principalmente porque

la degradación de la situación económica y social no se advirtió a tiempo, el tiempo para

aplicarlas fue escaso, y no se llevaron a cabo evaluaciones de impacto adecuadas de su

efecto distributivo en los diferentes grupos de la sociedad…”, y alerta de daños

estructurales que pueden provocar a largo plazo estas políticas. Consecuentemente,

expresa su preocupación por el hecho de que “durante la preparación y aplicación de los

programas de ajuste presupuestario, no se prestase la suficiente atención al impacto de

la política económica en el empleo ni a sus repercusiones sociales”.

38http://web.bizkaia.net/fitxategiak/05/ogasuna/europa/pdf/documentos/14-com6.pdf

39 http://www.europarl.europa.eu/sides/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+TA+P7-TA-2014-0240+0+DOC+XML+V0//ES&language=ES

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23

Asimismo, el PE manifiesta su preocupación por el crecimiento del desempleo y la

pérdida de empleo, y también por el deterioro de las condiciones de trabajo, algo que

casa muy mal con los objetivos de la Estrategia 2020, y observa también con

preocupación que “las elevados índices de desempleo y subempleo, combinados con la

reducción de los salarios tanto en el sector público como en el privado y, en algunos

casos, la ausencia de medidas eficaces para combatir la evasión fiscal y reducir al

mismo tiempo las cotizaciones, están poniendo en peligro la sostenibilidad y la

suficiencia de los sistemas públicos de seguridad social como consecuencia de los

déficits en su financiación”. El PE pide, y lo considero muy acertado, que se haga un

estudio de las consecuencias económicas y sociales de las medidas hasta ahora aplicadas

en los programas de ajuste de los cuatro países, y su impacto sobre “la pobreza, el

mantenimiento de un diálogo social adecuado y el equilibrio entre flexibilidad y

seguridad en las relaciones laborales”. Igualmente, pide a la Comisión que “lleve a cabo

evaluaciones del impacto social antes de imponer reformas de envergadura en los países

sujetos a programas de ajuste, y que analice los efectos colaterales de dichas medidas

como, por ejemplo, sus consecuencias en términos de pobreza, exclusión social, índices

de delincuencia y xenofobia”.

I) Para finalizar este análisis de las políticas europeas, deseo reseñar que el apoyo a la

dimensión social de la UE se manifestó, al menos formalmente, en el debate sobre el

estado de la Nación celebrado los días 25 a 27 de febrero40

. En efecto, en la Resolución

número 12, con el título “Compromiso de España con la Unión Europea”, la propuesta

aprobada a instancias del grupo parlamentario popular insta, entre otras medidas, a

potenciar la dimensión social de la Unión Económica y Monetaria. No está nada mal la

petición, si no fuera porque gran parte de las medidas adoptadas en sede europea, y de

las que es partícipe el gobierno español, no han ido a mi parecer precisamente en esta

línea durante los años de la crisis. El texto es el siguiente. “El Congreso de los

Diputados insta al Gobierno a:… 4. Promover una mayor integración económica

mediante la profundización en el mercado único y la articulación de un esquema de

política económica integrada. 5. Promover el desarrollo de la dimensión social de la

Unión Económica y Monetaria con el fin de contribuir a la construcción de una futura

unión política”. En la misma línea, aunque no fue aprobada, la propuesta de resolución

número 2 presentada por el PSOE con el título “Para una Unión social”, consideraba

totalmente necesario que la Unión Económica y Monetaria se complete “con una

dimensión social y de empleo si queremos alcanzar una verdadera Unión Política”,

necesidad acuciante porque “las recetas de austeridad económica, exclusivamente, con

recortes presupuestarios y en los servicios públicos, han tenido como resultado un fuerte

incremento del desempleo y una creciente desigualdad”.

3. Documento, debates y propuestas en el ámbito español.

A) En el blog de Cristianisme i Justícia, entidad a la que pertenezco desde 1982,

respondía a finales de octubre de 2013 a diversas preguntas sobre la situación laboral y

40

http://www.congreso.es/public_oficiales/L10/CONG/BOCG/D/BOCG-10-D-416.PDF

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24

social en España41

. En una de ellas, que con muy ligeras correcciones de los datos,

podría hacerse de manera idéntica en la actualidad, se ponía de manifiesto que el 27%

de la población española estaba en paro y que la cifra aumentaba hasta el 57 % en el

caso de jóvenes menores de 25 años, argumentándose que la reforma laboral de 2012

había precarizado aún más la realidad laboral impidiendo la negociación colectiva y

facilitando despidos masivos, y me preguntaban como se había llegado a esta situación.

Mi respuesta, con ligeros matices, puede ser la misma que la que facilité en aquella

entrevista: La reforma laboral de 2012 (continuada en 2013 y 2014, muy especialmente

a través del uso y abuso de la figura jurídica del Real Decreto-Ley), aprobada por el

gobierno del Partido Popular, ha ampliado considerablemente el poder del empleador y

ha debilitado la negociación colectiva. Se trata de una opción política, claramente

reflejada en la exposición de motivos de la Ley 3/2012, que pretende alterar, aunque no

lo diga expresamente, el equilibrio de poder, ya ahora muy debilitado, en las relaciones

de trabajo. Un objetivo no escrito era la devaluación salarial, la reducción de salarios, y

desgraciadamente sí se ha conseguido, con un recorte de derechos para una buena parte

de la población. Esta tesis no es sólo mía sino que ya se manifestó poco después de la

entrada en vigor del RDL 3/2012 de 10 de febrero, en un Manifiesto suscrito por un

muy numeroso grupo de Catedráticos y catedráticas de Derecho del Trabajo y de la

Seguridad Social, que llevaba por título “Por un trabajo decente y por unas libertades

colectivas plenas”42

, y del que reproduzco el fragmento que creo que mejor refleja su

espíritu: “Queremos llamar la atención sobre el cambio de modelo que el RDL 3/2012

induce. Es éste un modelo opuesto al que conforma nuestra Constitución, el de la

democracia social en una economía de mercado, que arbitra un equilibrio complejo

entre el pluralismo social y la intervención normativa de tutela de los derechos

laborales, y que sitúa en el centro de la regulación de las relaciones laborales a la

negociación colectiva dotada de fuerza vinculante. En el diseño constitucional, la

empresa es un territorio en el que el poder privado del empresario resulta racionalizado

en su ejercicio mediante el reconocimiento de derechos de participación a los

trabajadores. Este modelo nada tiene que ver ni con la concepción de la empresa como

un ámbito de exclusiva gestión por el empresario ni con la noción del empresario como

“el señor de su casa”.

B) El mes de marzo se hacía público un estudio sobre la precariedad y cohesión social

en España, su análisis y perspectivas43

, elaborado por la Fundación Foessa, y que

recordarán que no gustó nada al Ministro de Hacienda y Administraciones Públicas D.

Cristóbal Montoro; se trata de un anticipo del VII Informe sobre Exclusión y Desarrollo

41 http://blog.cristianismeijusticia.net/?p=10039&lang=es

42 http://www.ugt.es/actualidad/2012/marzo/DTSSMarzo2012.pdf

43 http://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&ved=0CDgQFjAB&url=http%3A%2F%2Fwww.caritas.es%2FAdjuntoNoticiaDownload.aspx%3FId%3D1168&ei=s-9QU-HMELGS0QW8-oCoBA&usg=AFQjCNHhoFbHXgz741F-TxamYL4f38lZug&sig2=QwooFOamM3Cw_Tlz30EWTw&bvm=bv.65058239,d.bGQ

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25

Social en España que se publicará el próximo mes de octubre. Es un documento cuya

lectura es altamente recomendable para conocer cuál es la evolución de la situación

social en España y cómo está afectando la crisis a una parte cada vez mayor de la

población.

En el Informe se constata que desde el año 2007, “la tendencia ha sido de profundo

deterioro de la capacidad adquisitiva de los hogares españoles, acentuándose este

proceso, además, desde 2010, primer año en el que se acometieron medidas drásticas de

recortes. Desde entonces, la reducción de la renta de la que disponen los hogares ha ido

haciéndose mayor año a año, con una pérdida del 2,9% en 2010, del 3,4% en 2011 y del

3,8% en 2012. El año 2013 no ha supuesto una ruptura de la tendencia de pérdida de

disminución del nivel medio de renta, con avances trimestrales que muestran que, a

pesar de la contención de la caída del PIB en los últimos trimestres del año, las rentas de

los hogares han seguido reduciéndose en términos reales…”. Una de las fuentes más

importantes de este declive “ha sido la reducción de las rentas procedentes del mercado

de trabajo”, y desde 2010 estas rentas “han cedido dos puntos y medio a las rentas de la

propiedad y a las rentas mixtas”. De forma más concreta, los datos del informe ponen de

manifiesto la polarización de la sociedad, ya que disminuye el número de hogares del

grupo intermedio de nivel de renta (del 60 al 52 %), se mantiene con una ligera subida

el de rentas más altas (del 8 al 9 %) y se amplía el de rentas bajas, que pasa de concentra

el 32 % de la población en 2007 al 40 % en 2013.

Para los autores del informe, la síntesis de los datos es la siguiente (y muy dura): “la

crisis económica ha golpeado con fuerza a la sociedad española, siendo el aumento de la

pobreza y de su cronificación, intensidad y severidad, una de las manifestaciones más

crueles no solo del deterioro de la actividad económica y del empleo, sino también de la

insuficiencia del compromiso público con los hogares más vulnerables”.

El documento habla de “pobreza creciente y derechos menguantes” para referirse al

incremento de las dificultades, y de las desigualdades, para acceder a derechos básicos

por la ciudadanía, tales como el acceso a las pensiones de jubilación (cómo afectan los

cambios, cabe recordar, a la actualización de su cuantía y a la intensidad protectora del

sistema”), la cobertura de la protección por desempleo (descenso de la contributiva,

aumento de la asistencial, incremento del número de personas sin cobertura, impacto de

las medidas adoptadas de cambio de la normativa laboral) y el correlativo incremento de

las personas acogidas a las prestaciones de rentas mínimas de las Comunidades

Autónomas que también se han visto seriamente afectadas por los recortes

presupuestarios. En el informe también se explican las dificultades para el acceso a

otros servicios básicos (derechos de ciudadanía) como la sanidad, educación o vivienda,

concluyendo que “la crisis ha producido una enorme fragmentación en una sociedad que

ya era especialmente vulnerable antes del cambio de ciclo y que necesitará no solo

profundas mejoras económicas para reducir fracturas sociales tan grandes, sino también

un completo replanteamiento de la protección de los ciudadanos más débiles”.

Por fin, un dato importante de la crisis es el aumento del número de “trabajadores

pobres”, que no puede salir de la situación de exclusión social aunque están trabajando.

El informe pone de manifiesto que “los hogares en los que la persona sustentadora

principal está trabajando han experimentado un aumento de la exclusión de 4 puntos. En

el conjunto de los trabajadores ocupados, la tasa de exclusión ha ascendido al 15,1%.

Ahora, en la mitad de los hogares excluidos, y en cuatro de cada diez hogares en

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exclusión severa, hay alguna persona ocupada, algo que en sí mismo no parece

suficiente para superar estas situaciones más problemáticas”.

C) También el mes de marzo se hacía público el Informe núm. 87 de la Fundación 1 de

mayo con el título “El mercado de trabajo en España 2013. ¿Hacia una recuperación

frágil y socialmente injusta de la crisis?”44

, una mirada crítica y sin concesiones sobre

pérdida de empleos, de la calidad de los mismos, y del deterioro de los mecanismos de

protección social, por lo que es muy fácil deducir que tampoco habrá sido del agrado del

gobierno, y desde luego no lo será de la Ministra de Empleo y Seguridad Social Sra.

Fátima Bañez, que afirmaba el pasado día 15 que “la recuperación económica va sobre

ruedas", y que España "lidera la bajada del desempleo en Europa".

En el Informe de la Fundación 1 de mayo se concluye que el bajo ritmo de creación de

empleo, el aumento del desempleo y el descenso de la actividad “coexisten además con

otros problemas estructurales del mercado de trabajo español, que contribuyen a agravar

la situación laboral y social de un número creciente de personas”, poniéndose ello de

manifiesto “ en indicadores como el empeoramiento de la calidad del empleo, tanto el

existente como de el de nueva creación; el incremento de las personas afectadas por el

desempleo de larga duración; el descenso de los ingresos de los hogares −estrechamente

vinculado a la disminución de los salarios− el incremento del volumen de personas en

riesgo de pobreza y exclusión social, y en definitiva el aumento de la desigualdad

social”.

Para el informe, existe en España una mayor precariedad laboral, “debido al aumento

del empleo a tiempo parcial no voluntario, la reducción de la duración de los empleos

temporales y la subocupación”, constatando que en 2013 “se ha registrado un aumento

en el volumen de contratos temporales de menos de 3 meses de duración, que al final

del período representan en torno al 20% de los empleados asalariados con contrato

temporal. Esta dinámica puede explicarse tanto por el comportamiento negativo del

empleo registrado entre los contratos de los tramos intermedios de duración −de 4

meses a menos de 3 años− como porque una parte relevante de los nuevos empleos

creados en este año tienen una baja duración…”.

Otro dato muy importante es el relativo a cómo afectan los cambios a la población

trabajadora extranjera y el Informe es muy claro al respecto: “La crisis de empleo ha

afectado con una mayor intensidad −en términos de variación interanual− a la población

de nacionalidad extranjera en comparación a la española (aunque en términos absolutos,

lógicamente ha incidido más sobre esta). El mayor ritmo de destrucción de empleo entre

la población inmigrante está estrechamente asociado de un lado a una fuerte presencia

en los sectores más afectados por la crisis; y de otro, al mayor peso relativo de este

colectivo en ocupaciones con bajos requerimientos de cualificación y alta

temporalidad”.

Por último, cabe referirse a otro dato preocupante, que enlaza con los aportados por

FOESSA en el texto analizado con anterioridad: “En la actualidad hay 3.954.645

44

http://www.1mayo.ccoo.es/nova/files/1018/Informe87.pdf

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27

personas paradas que no perciben ninguna prestación. Esto significa que solamente un

34%, una de cada tres, esté protegida mientras está desempleada”.

D) En el deterioro del empleo, y más exactamente de su calidad, juega un papel

importante la reforma laboral y la congelación o reducción de los salarios de una parte

no menospreciable de la población trabajadora, algo que lleva, y ya lo he apuntado con

anterioridad, a la disminución de los ingresos que provienen de las rentas del trabajo en

el total de la renta nacional. Además, los datos de la Encuesta de Estructura salarial

constatan un crecimiento del número de trabajadores en las franjas inferiores de

remuneración, y de ello se ha hecho eco el periodista José Antonio Vega en un

interesante artículo, que lleva por título “Salarios como el seguro de paro”45

, publicado

en el diario económico Cinco Días el 24 de marzo, en el que destaca que “el 30% de los

asalariados con menor remuneración mensual, expresada en términos brutos, percibe

menos de 1.216 euros”. En el artículo se enfatiza que “el sueldo medio de los españoles

es (en 2012) de 1.908 euros brutos cada mes, mientras que el sueldo mediano (aquel que

se encuentra en tal punto que tiene justo la mitad de los asalariados por encima y la otra

mitad por debajo) desciende hasta los 1.607 euros brutos mensuales. Pero con el

concepto que más se identifican los miembros de este club de cuatro millones largos de

mileuristas es con el de sueldo más frecuente, que se sitúa en 1.291,6 euros brutos cada

mes, o 15.500 euros cada año. Esta remuneración es el 80,3% del sueldo mediano (los

1.607 citados más arriba)”, algo que significa en síntesis que “el sueldo medio es solo

un 18% superior al salario mediano, mientras que el sueldo más frecuente es un 80% del

mediano. La prestación contributiva media por desempleo está en el 54% del sueldo

mediano, pero la prestación máxima para perceptores con dos hijos está en el 87% del

citado salario mediano. Además, el salario más frecuente del mercado es solo un 18,8%

superior a la prestación máxima contributiva que comienzan a cobrar los perceptores de

paro sin cargas familiares, o solo un 14,5% superior a la pensión media del régimen

general (aquél en el que se alojan los pasivos que fueron asalariados en su vida activa)”.

III. Tercera parte. Reflexiones finales y propuestas.

Voy concluyendo mi exposición. Formulo a continuación algunas reflexiones y

propuestas que considero de especial interés para el futuro del trabajo, del empleo, de

las políticas de empleo y de protección social, y del Derecho del Trabajo y de la

Seguridad Social.

1. Aquí están algunas propuestas dirigidas al empleo y a las políticas de empleo y de

protección social.

A) Hay que combinar eficazmente las políticas económicas, las políticas de flexibilidad

pactadas del mercado de trabajo y las políticas sociales para posibilitar la inserción de

los colectivos más desfavorecidos. Las políticas de empleo y formación deben

evidentemente tratar de mejorar la situación de los colectivos que tienen más

dificultades, pero no debemos olvidar que buena parte de esa corrección pasa por el

diseño, aplicación y ejecución de políticas económicas tendentes a superar las graves

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http://cincodias.com/cincodias/2014/03/21/economia/1395422874_553215.html

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desigualdades existentes en el seno de nuestras sociedades, y que las mismas requieren

opciones políticas previas.

B) Debe promoverse la igualdad entre hombres y mujeres, con un enfoque proactivo,

como un componente clave de la democracia y un elemento básico para desarrollar la

democracia laboral, económica y social.

C) Debe actuarse sobre la organización y la distribución del empleo mediante políticas

de reducción y reorganización de los tiempos de trabajo, en cuanto que dicha reducción

es deseable tanto porque puede ayudar a reducir el desempleo como porque contribuye a

mejorar la calidad de vida. Las políticas de reducción del tiempo de trabajo “laboral”

deben acompañarse de medidas que incentiven y potencien la redistribución del trabajo

familiar, de tal forma que se posibilite que haya una mayor presencia femenina en el

mercado laboral ordinario y una mayor presencia masculina en la actividad laboral

doméstica.

D) Hay que modernizar y mejorar la protección social, al objeto de conseguir que

trabajar sea rentable y proporcione unos ingresos seguros, garantizar las pensiones y la

sostenibilidad de los sistemas de pensiones, promover la inclusión social y ofrecer una

atención sanitaria de alta calidad y sostenible.

E) Debe potenciarse la economía social, promoviéndose la economía social solidaria y

apoyando desde el sector público las iniciativas de las organizaciones no lucrativas para

la formación profesional, el acceso al empleo y la puesta en marcha de empresas

sociales.

F) Será cada vez más importante tener presente en las medidas que se adopten que el

tránsito entre el mundo educativo y el laboral es cada vez menos claro y separado, no

sólo para los jóvenes sino para toda la ciudadanía, porque cada vez se alternarán más los

tiempos educativos y laborales.

G) Las políticas de empleo deben tener por finalidad atraer a más personas al mercado

de trabajo, aumentar la ocupabilidad e impulsar el envejecimiento activo. Hay que

adoptar medidas que tiendan a mejorar la situación de las mujeres, los jóvenes, los

mayores de 45 años y los colectivos con dificultades especiales, facilitando y mejorando

las transiciones a lo largo de la vida de cada persona. Hay que adoptar medidas para

aproximar y equilibrar la oferta y la demanda de trabajo, y debe seguirse trabajando en

mejorar la calidad de empleo. Uno de los objetivos de toda política de empleo en el

momento actual deba ser minimizar el número de personas sin cualificación,

incrementar el número de trabajadores que realizan formación a lo largo de su vida

laboral, potenciar dicha formación en los sectores emergentes y con perspectivas de

futuro, y ligar las medidas de política activa de empleo a los procesos de cambio

estructural y reestructuración empresarial.

2. Ahora formulo algunas reflexiones y propuestas dirigidas al futuro del Derecho del

Trabajo y de la Seguridad Social.

A) La normativa laboral debe proteger a todas las personas trabajadoras, y con mayor

intensidad a quienes se encuentran en situación más difícil en el mercado de trabajo.

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B) El Derecho del Trabajo nunca ha sido un freno, y no lo ha de ser, para permitir el

desarrollo de la actividad empresarial que apuesta por la economía social, cooperativa y

con participación del personal.

C) Apostar por la formación es uno de los ejes fundamentales de cualquier propuesta de

mejora de la situación, porque sólo aquellas personas bien formadas están en

condiciones de adaptarse a los cambios económicos y sociales.

D) Buscar un modelo de empresa que no abdique del logro de resultados económicos

positivos pero que permita una mejor distribución de los beneficios obtenidos ha de ser

un punto de referencia básico de una política socialmente progresista.

E) Apostar por un modelo de “flexibilidad”, palabra tan de moda que ya la hemos

desgastado, en el que la seguridad de las personas que tienen un trabajo se combine

adecuadamente con la protección de aquellas que lo buscan, es algo fundamental.

F) Regular mecanismos de protección social que permitan a todas las personas tener

unas expectativas de vida razonablemente buenas después de salir del mundo laboral. O

dicho con lenguaje más claro: pensiones dignas.

G) Potenciar una reforma laboral que no desequilibre las relaciones de trabajo en claro

detrimento de los trabajadores y de sus organizaciones. Las relaciones laborales que

funcionan mejor son aquellas que se basan en el acuerdo y el diálogo social, y las

empresas mejores y más socialmente responsables son las que poseen una plantilla bien

formada, permanente y motivada.

H) La normativa laboral contribuye al crecimiento económico y a la mejora de los

niveles de empleo y de reducción de los de desempleo en importancia mucho menor que

las reformas económicas, aquellas que interesan de verdad.

3. Y para concluir, formulo algunas preguntas que guardan estrecha relación con todo lo

explicado con anterioridad:

A) ¿Cuál es el impacto de las políticas económicas y sociales adoptadas por los órganos

de dirección de organizaciones internacionales y europeas sobre las condiciones de vida

y de trabajo de los ciudadanos?

B) ¿Cómo incide en el ámbito de la Unión Europea el Tratado de estabilidad financiera,

que establece una rígida disciplina presupuestaria en las políticas económicas y sociales

de los Estados?

C) ¿Qué es hoy la flexiguridad? ¿Hay que revisar la relación entre estabilidad en el

empleo y la flexibilidad en la organización del trabajo? ¿Cómo proteger adecuadamente

a los trabajadores, tanto los que están dentro como los que permanecen fuera del

mercado de trabajo, ante la rapidez del cambio productivo?

D) Las recientes reformas normativas laborales, ¿Debilitan la cohesión social por el

desprecio hacia las fórmulas pactadas de solución de las discrepancias, es decir los

acuerdos entre los agentes sociales? ¿Tienden a devolver al Derecho del Trabajo a un

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papel residual como el que tenía en sus orígenes, con la importante diferencia de que

hace muchos años el Derecho del Trabajo fue fortaleciéndose y ahora estaría

debilitándose?

E) Hay nuevas realidades en el mundo laboral y una composición cambiante del mundo

del trabajo: empleados; desempleados con o sin prestaciones; trabajadores por cuenta

ajena; autónomos; funcionarios; jóvenes, adultos, tercera edad; españoles o

comunitarios y extracomunitarios; hombres y mujeres; personas que trabajan en la

economía regular o irregular, personas que trabajan en el centro de trabajo y muchas

otras que lo hacen a distancia, etc. ¿ Cómo se enfrenta el mundo sindical, y también las

empresas, a esta realidad cambiante del mundo del trabajo? ¿Se ha adaptado la

legislación laboral a esta nueva realidad?

Muchas gracias.