Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

download Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

of 22

Transcript of Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    1/22

    3

    Boletn del

    Museo Chileno

    de ArtePrecolombino

    vo lumen 10 | numero 2

    Santiago, 2005

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    2/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 29

    BO LETIN DEL M USEO C HILEN O DE ARTE PREC O LO M BIN O

    Vol. 10, N 2, 2005 , pp. 29-49, Santiago de C hile

    ISSN 0716-1530

    C O N M I FLAUTA H ASTA LA TUM BA

    W ITH M Y FLUTE TO THE G RAVE

    C laudio M ercado M .*

    A partir del hallazgo en Chile central del enterramiento deun nio junto a su flauta o antara de piedra (culturaAconcagua, Perodo Diaguita Incaico, 1470-1540 DC), sedesarrolla una interpretacin desde las propias vivenciasdel autor en las actuales cofradas chinas de la reginsobre las razones que explicaran el estrecho vnculoestablecido entonces, y que se mantiene hasta hoy, entreel flautero y su instrumento musical. Se incursiona, a lavez, en los motivos de la permanencia en el tiempo del

    particular sonido de estas flautas, cuya tcnica especficade confeccin (el tubo complejo), se registra desde lasantiguas culturas del desierto de la costa sur peruana.

    Palabras clave:Palabras clave:Palabras clave:Palabras clave:Palabras clave: Instrumentos musicales precolombinos,etnomusicologa, cofradas y bailes chinos de Chile central

    Based on the finding in central Chile of the burial of a boynext to his stone flute, or, antara(Aconcagua culture, IncaDiaguita Period, AD 1470-1540), an interpretation is madefrom the authors own experiences in todays cofradaschinas (ritual musician-dance brotherhoods) in theregion about the reasons that would explain the closebond then and now between the flautist and his musicalinstrument. The motives for the permanence over time ofthe unique sound of these flutes, made with a specifictechnique (complex tube), noted since ancient times inthe cultures of the southern Peruvian coastal desert, arediscussed.

    Key words:Key words:Key words:Key words:Key words: pre-Columbian musical instruments,ethnomusicology, ritual musician-dance brotherhoods ofcentral Chile

    * Claudio Mercado M., Museo Chileno de Arte Precolombino, Casilla 3687, Santiago de Chile, email: [email protected]

    A la memoria de los chinos que han partido:finado Carreta, finado Tito, finado Apablaza,

    finado Guido, finado Bernal y tantos otros.

    Recientemente fue encontrada una flauta de piedraen una excavacin arqueolgica realizada enCarrascal, comuna de Quinta Normal, Santiago. Los

    trabajos de fijacin de las losas de una nueva carre-tera descubrieron un pequeo cementerio familiarasociado al perodo Diaguita Incaico de Chile cen-tral (1470-1540 DC).1 Cuatro personas estaban ente-rradas en un espacio de unos cinco metros. Habatres nios y un adulto. Uno de los nios, de aproxi-madamente 12 aos, tena una flauta de piedra juntoa la boca, en posicin de estar siendo tocada (fig. 1)(Cceres et al. 2005).

    Es posible que esa flauta haya pertenecido alnio. Se trata de una flauta pequea, de dos tubos.

    El tubo largo tiene en su parte distal un orificio he-cho en forma intencional que lo silencia. Esta prcti-ca se observa tambin en otras dos antarasde pie-dra de la cultura Aconcagua encontradas en la zonacentral de Chile.2 Al perforarlas, estas flautas habransido matadas en un sentido simblico, quitndolela posibilidad de producir sonido al morir su dueoy enterrarla junto a l (fig. 2a y b) (vase Prez deArce 2000). Una de ellas fue excavada arqueol-gicamente en Bellavista, cementerio de tmulosubicado en San Felipe, V Regin (Eugenio Aspillaga,

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    3/22

    30 Boletn del M useo C hileno de Arte Precolombino, Vol. 10, N 2, 2005

    Figura 1. Nio enterrado junto a su flauta, correspondiente al

    Perodo Diaguita Incaico (1470-1540 DC) cementerio deCarrascal, Santiago de Chile. (Cortesa Ivn Cceres).

    Figura 2. a y b: Antara de piedra de la cultura Aconcagua.(Fotos: Nicols Piwonka).

    a

    b

    comunicacin personal 1999). Estaba sobre el cr-neo de un hombre enterrado boca abajo. Los res-tantes cuerpos del cementerio se encontraban bocaarriba y sin ofrendas. La tumba del flautista era msalta y grande que las otras Por qu? Qu llevaba alos hombres a enterrarse con su flauta?

    BUSC AN DO EL C AM IN O DE LASFLAUTAS

    En Amrica es bastante frecuente encontrar instru-mentos musicales acompaando a los muertos. Losmsicos son pieza clave en un mundo en que el so-nido tiene un rol importante en distintos aspectosde la sociedad. Uno de ellos es el de la ritualidad,pues es la msica, el sonido, el que crea el vnculoentre los hombres, las divinidades y los espritus.

    Muchos instrumentos musicales fueron dados porlos dioses, y los msicos se convierten en esprituscuando los tocan. Esto hace que los msicos y losinstrumentos sean parte fundamental del mundoritual (Mercado 1995).

    La zona central de Chile, y en general toda laAmrica precolombina, era territorio de flautas. Enlos Andes se las encuentra en las culturas Parakas,Nasca, Tiwanaku, Arica, San Pedro, Diaguita, Acon-cagua, Mapuche. Existen muchos tipos diferentes ycon distintas posibilidades musicales. Un grupo im-

    portante es el de las llamadas genricamente flautasde pan, confeccionadas en diversos materialestales como cermica, piedra, hueso, caa, made-ra, metal e incluso caones de plumas (Manuel F.

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    4/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 31

    Merino, comunicacin personal 2005). Estas flautaspueden tener dos o ms tubos, pudiendo alcanzaralgunas hasta 16 tubos. Se trata de instrumentos queno tienen orificios de digitacin, es decir, cada tuboda slo un sonido (el que puede ser, sin embargo,muy complejo).

    La historia de las flautas de Chile central ha sidoampliamente estudiada por Prez de Arce (2000).Todo comienza hace unos 2000 aos en el desiertode la costa sur peruana, cuando los msicos y arte-sanos de la cultura Parakas habran inventado eltubo complejo. Este se caracteriza por tener dos otres dimetros internos, lo que produce un sonidomultifnico, disonante, vibrado, que es el que do-mina la esttica de las flautas de los Andes. Es el lla-mado sonido tara, el sonido rajado(Gerard-Ardenois1997; Prez de Arce 2000) (fig. 3).

    Segn Prez de Arce, desde Parakas esta confec-cin particular del tubo comenz un viaje en el tiem-po, el espacio y las culturas. La ubicamos posterior-mente en Nasca, Tiwanaku, San Pedro de Atacama,Diaguitas, Aconcagua y la zona araucana. En Chile

    Figura 3. Interior de una antaraAconcagua de cuatro tuboscomplejos. (Dibujo: J. Prez de Arce).

    central se encuentra con una flauta local (conocidagenricamente comopifilka) que originalmente te-na un tubo simple y que desde entonces toma laforma interna del tubo complejo, es decir, adquie-re su sonido.3

    Este tipo de tubo y su especialsimo sonido con-tina hasta hoy en los bailes chinos de campesinos,pescadores y mineros que viven entre el valle delAconcagua y Copiap (Zona Central y Norte Chicochilenos, respectivamente) (fig. 4).4 Los bailes chi-nos son cofradas de danzantes-flauteros que expre-san su fe a travs del baile y la msica en ritualescomunitarios. En la V Regin de Chile existen variospueblos de campesinos y pescadores que practicanesta tradicin, que es una fusin de las creencias in-dgenas prehispnicas con la religin catlica

    (Rondn 2003). Los bailes chinos son expresin deuna profunda religiosidad popular y se desarrollanen el marco de las festividades del calendario ritualcatlico. Pertenecen a distintos pueblos, es decir,cada pueblo tiene un baile que lo representa. En esoseventos participa toda la comunidad, no slo losdanzantes. Hay fiestas grandes, a las que acuden va-rios bailes y hay otras pequeas, en que slo partici-pa el baile del lugar (Mercado 2003).

    La msica de un baile chino de Chile central esejecutada por una banda de flauteros entre 10 y 26

    dispuestos en dos filas paralelas. Cada hilera de flau-tas (confeccionadas en madera o caa) se ordenade mayor a menor tamao. En la parte delantera decada fila se ubican las flautas ms grandes, que danun sonido grave; son las flautas punteras. Hacia atrsvan decreciendo en tamao hasta llegar a las llama-das flautas coleras, que dan sonidos agudos. Todoslos flauteros de una fila tocan al mismo tiempo, for-mando un gran acorde. Luego los de la fila del fren-te les contestan tocando tambin al unsono. Se for-ma as una sucesin interminable de dos grandes

    masas multifnicas tocadas al pulso de un tambor yun bombo, mientras se danza haciendo sentadillas(figs. 5 y 6).

    Por esas cosas de la vida me toc la suerte detrabajar en el Museo Chileno de Arte Precolombi-no y de encontrarme con Jos Prez de Arce, cole-ga y amigo con quien compartimos el inters porla investigacin y la creacin musical. Esta institu-cin posee una excelente coleccin de instrumen-tos musicales prehispnicos, lo que nos ha permi-tido estudiar y tocar directamente muchos de es-

    tos antiguos instrumentos americanos. Adems, elconstante montaje de exposiciones temporales eneste Museo nos ha dado la oportunidad y el privi-legio de conocer, estudiar y tocar instrumentos

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    5/22

    32 Boletn del M useo C hileno de Arte Precolombino, Vol. 10, N 2, 2005

    Figura 4. Mapa de la zona investigada. (Mapa: Fernando Maldonado).

    musicales de diversos museos de Amrica. Nuncahe olvidado las noches que pasamos con Jos por

    el ao 1990 tocando las trompetas cermicas conforma de serpiente, los jarros silbatos y las sonajasmetlicas, todos instrumentos creados por los arte-sanos de la cultura Moche de la costa norte del Per,hace aproximadamente 1500 aos.AntarasNascas,Diaguitas y Aconcagua, silbatos dobles Jama-Coaque, caracoles Moche, ocarinas Cinaga, mu-chos instrumentos de distintas culturas han pasa-do por nuestros labios.

    Paralelamente, en el ao 1992 comenz nuestrainvestigacin etnomusicolgica sobre los bailes chi-

    nos del valle del Aconcagua. Un ao despus yo erachino del baile del pueblo de Cai Cai y tocaba flautaen el quinto lugar de la fila. Luego de vivir la hermo-sura de tocar una flauta de chino en las fiestas y de

    descubrir su sonido, vino una necesidad obvia: ha-ba que tocar las dos antarasde piedra de la cultura

    Aconcagua que se conocan, pero utilizando la tc-nica de soplido de los bailes chinos. Jos las habaestudiado anteriormente hacindolas sonar segnla esttica occidental, es decir, buscando un sonidolimpio, y haba obtenido algunas alturas para cadatubo. Fuimos al Museo Nacional de Historia Naturaly toqu la flauta de piedra de esa coleccin. El resul-tado fue el esperado: el sonido de la flauta arqueo-lgica de piedra era el de las actuales flautas chinasde madera. La historia de las flautas comenzaba avislumbrarse.

    Sin embargo, para probar el sonido de estos ins-trumentos es necesario tocarlos al menos de a dos,es decir, en pareja. Entonces juntamos las dos antarasque se encontraban en buen estado de conservacin

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    6/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 33

    Figura 5. Baile chino de La Laguna en su fiesta del Carmen.

    Figura 6. Baile chino de La Quebrada, Puchuncav. (Foto: Nicols Piwonka).

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    7/22

    34 Boletn del M useo C hileno de Arte Precolombino, Vol. 10, N 2, 2005

    la del Museo Nacional de Historia Natural y la delMuseo de Santiago y las tocamos con GuillermoDaz, chinopunterodel baile de Pucaln (Puchun-cav). Ah comprobamos que sonaban igual que lasactuales flautas llamadas catarraso lloronas.

    Tocar esas flautas de piedra nos cala hondo. Sa-ber que fueron usadas por los chinos antiguos nosconmueve, y el sonido que dan sus tubos nos sobre-coge: son flautas catarras. Las hemos despertado. Es-tamos en el Museo Nacional de Historia Natural. Sudirector, don Hans Niemeyer, nos mira desde un cua-dro colgado en la pared. Hace ms de una hora quechineamoscon estas antarasque estuvieron ente-rradas, al menos, durante 500 aos. Estaban enterra-das con sus dueos, les pertenecan. Y aqu las esta-mos tocando, aprendiendo de ellas, cambiando im-

    presiones:

    Claudio: Yo las encuentro que son lloronas.Guillermo: S, s, son lloronas, son claritas, lo mis-mo que son delgadas, pienso yo. Hay una lloro-na en Pucaln que ms o menos tiene la boca ascomo sta para poner el labio, es puntuta, notiene el sacado que siempre tienen las flautas. Esala tocaba yo antes.Y suena ms o menos parecida?S. Esa la saqu varios aos, con Toribio al fren-

    te, como 10 aos toqu llorona.Y ahora te encontraste con una llorona de piedra.S, de las primeras.Cmo las habrn tocado los viejos, habr sidoun baile parecido al de ahora?Todas no deben haber tenido el mismo son.Pensai t que todas tendran ms o menos elmismo son?Quizs si habr existido un baile que fueranpuras flautas de piedra, no sabemos, no se haencontrado. Quizs haban unas pocas de pie-dra y las otras eran de madera y no se han con-servado, se han podrido.Ah sonara bonito, el sonido de piedra con lasde madera. Imagnate tres flautas de stas porcada lado en el baile, va a sonar diferente.S, pero tambin es raro que tengan cuatro tu-bos, porque el chino de ahora tiene un solo tubo.Si tienen cuatro tubos quizs los viejos de antes,los antiguos, usaban los cuatro tubos, y ah ya nosera lo mismo que lo que hacemos ahora.Tendran que haber usado los cuatro tubos enlas ceremonias, en los bailes que hacan ellos. El

    baile de nosotros no es el mismo ahora.Pero el sonido es el mismo.S, el mismo sonido. Cmo habrn hecho paratallarlas, son tan delgaditas!5

    Tocando las antarascon la tcnica de soplido delos bailes chinos pudimos comprobar que su soni-do es el mismo que el de las actuales catarras. Esdecir, el concepto esttico que regula la construc-cin interna del tubo es el mismo. Ambos tipos deflautas estn emparentados por un elemento funda-mental en los instrumentos musicales: el timbre, lacualidad sonora, aquello que hace que el instrumen-to sea se y no otro. En este caso, es particularmenteimportante, porque es ah, en el timbre, donde seconcentra toda la exquisitez y la potencia de este tipode flautas. No estn hechas para producir grandesdesarrollos meldicos ni rtmicos, sino para el desa-rrollo tmbrico. Y esa cualidad es la que se ha mante-nido durante tantos aos en la misma zona.6 Adems,fue muy notable comprobar que las dos antarasar-queolgicas tienen alturas de sonidos semejantes ensus tubos, es decir, fueron construidas siguiendo unpatrn y podran haber funcionado como pareja.

    Las antarasParakas y Aconcagua suenan comolas actuales flautas catarras. No como laspunteras,ni segunderasni terceras. Suenan como las catarras,aquellas flautas especiales que tienen algunos bai-les, y que, segn cuentan los chinos, tenan los bue-nos bailes de 50 aos atrs.

    Actualmente estn entre las flautas ms precia-

    das. Existe una particular preocupacin por nom-brarlas. Gatitas, catitas, coleras, lloronas, catarras, sonnombres que reciben indistintamente. Generalmen-te ubicadas frente a frente, en cuarto o quinto lugarde las filas, estas pequeas flautas de madera poseenun sonido que sobresale por su vibracin, por sugarganteo. Tienen la funcin de tocar largo, sobre-ponindose una a la otra de tal manera que se sien-te como un solo sonido, continuo, sobre el ritmo delbaile. Estas flautas hoy bastante escasas hacen queun baile sobresalga. Si hay un par de ellas presente,

    el sonido cambia. Los chinos que tocan catarrasseespecializan en ellas, y no tocan otro tipo de flauta.Son muy valoradas y como tales se cuidan en extre-mo. No es fcil confeccionarlas y tampoco es fciltocarlas (fig. 7).

    Dice Catarrito, un chino de Olmu cuya catarratraspasalos bailes donde se ponga:

    La flauta ma empieza a pasar el baile, le doy mslargo. A m me invitan todos los bailes. Yo me metoal baile de Granizo y cambia la figura, son puras

    flautas gansas y yo me meto con la colera [catarra]y cambia la figura. Me la compraban en 100 lucasla flauta. Pero no la vendo. Ms de 20 aos que tocoesta flauta. Me la pongo aqu en la boca y listo.

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    8/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 35

    Figura 7. Chino del baile de Pucaln tocando una flautacatarra.(Foto: Nicols Piwonka).

    Son muy escasas, no como antes, son antiguas, an-tes haban, ahora los que tienen son muy pocos.7

    Dice Guillermo Daz que antes de ser punterotoc catarradurante aos:

    Todo baile antiguo de aqu para abajo, todostienen sus lloronas. Me acuerdo cuando enPucaln mandaron a hacer las flautas, chatito...y no me encuentro con la flauta, la que sacaLucho Piro ahora, una llorona clarita! Chii, ol-vdate chato, yo iba al ltimo en la fila, perome senta en todo Pucaln. Porque era buena.Cuando sala con Toribio me gustaban tantolas lloronas, no me importaban los chinos pun-teros, nada. Yo me senta yo y el Toribio no

    ms, el sonido rrrrrrrrr, no se cortaba nunca. Aalgunos cabros de Ventanas los aburra con elsonido, ellos al lado ah con su flauta y yo conmi llorona. Se perdan ellos mismos, y yo no

    me perda jams, porque iba sintiendo a micompaero. Ves que la llorona es ms larga,le dbamos largo.

    Hemos pasado con Jos Prez de Arce una bue-na cantidad de aos intentando conocer, descubrirla historia de las flautas surandinas. Y en eso esta-mos ahora en el Museo Nacional de Arqueologa,Antropologa e Historia del Per, con los amigos delproyecto Waylla-Kepa, que han sacado de la bodegaunos veinte instrumentos prehispnicos para que lostoquemos.9 Ah estn seis de las 15 antarasNasca decermica excavadas en 1927 en la tumba Sector III,CQT (valle de Kopara, Ica), por J. C. Tello (Bolaos19). Slo hace dos das que terminaron de ser res-tauradas y pueden ser nuevamente tocadas. Y justo

    llegamos nosotros. Las tocamos hermosamente conlos amigos peruanos. Seis antarasde tubos simplessonando juntas nuevamente, despus de 1500 aos.10

    Luego tomo una antaraParakas, de cinco tubos com-plejos, fabricada en cermica. Y el sonido que emi-te, al ser tocada con la tcnica de los bailes actualesde Chile central es absolutamente rajado, chino. Esel sonido de una flauta catarrade Chile central.

    Hace 2000 aos los artesanos de la culturaParakas en el desierto de la costa sur peruana, con-feccionaron por primera vez este tipo de flautas que

    producen un sonido tan especfico. El mismo queemiten hoy las catarrasde los campesinos de Chilecentral. El sonido ha viajado en el tiempo. Muchosaos, muchos cambios histricos y culturales de pormedio, pero este sonido se ha mantenido. Por qu?A qu se debe que algunos sonidos permanezcan yotros cambien? Qu hace que este sonido se man-tenga en su esencia?

    Creo que su eficacia, su exactitud esttica, su be-lleza formal, su belleza grupal, comunitaria, hacenque este sonido haya sobrevivido. Su capacidad de

    llevar a la mente a viajar por lugares no cotidianos yde obsesionar a quien chineaes, creo, la respuesta.

    Entonces, qu es lo que lleva a los hombres aenterrarse con su flauta? Sabemos de la larga tradi-cin en la mayora de las culturas prehispnicas deenterrar a los muertos acompaados de distintosobjetos. Es lo que los arquelogos llaman el ajuarfunerario. Este ajuar vara en las distintas culturas ytambin dentro de una misma cultura, segn el gra-do de riqueza o el estatus social del difunto. Existentumbas fastuosas, llenas de objetos preciosos. Pero

    tambin existen tumbas modestas, destinadas a lagente del pueblo, que generalmente contienen arte-factos de uso cotidiano e implementos que el fina-do us en vida. Las cosas que ms quiso. En los An-

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    9/22

    36 Boletn del M useo C hileno de Arte Precolombino, Vol. 10, N 2, 2005

    des actuales sigue siendo comn que los muertosse entierren con sus herramientas de trabajo y pro-vistos de comida y bebida para compartir a su llega-da al mundo de los muertos.

    Entonces, no es extrao que su flauta acompae

    al flautero en su tumba. Pero, por qu se da tantaimportancia a este instrumento? Intentar explicarel sentimiento que une a los actuales chinos a su flau-ta. Talvez as podamos tener un atisbo de lo que pu-dieron significar estos instrumentos en el pasado.

    HAC IEN DO Y ESC O G IEN DO FLAUTAS

    Actualmente en la zona del curso medio e inferiordel valle del Aconcagua existen unos cinco cons-tructores de flautas. Algunos de ellos slo las ha-cen para su propio baile, como es el caso del se-or Pez, dueo del baile de Pachacamita, de oLolo Guzmn, del baile de Granizo, o hasta hacepocos aos, del finado Ricardo Apablaza, dueodel baile de Petorquita.11 Cuentan los chinos vie-jos que as era antes, muchos bailes tenan sus pro-pios y nicos constructores de flautas. Esto acen-tuaba la diferenciacin local, cada baile tena susonido especfico.

    De los constructores actuales el ms activo esDaniel Ponce, de El Venado, un casero cercano aQuebrada Alvarado, Olmu. El y su padre han cons-truido flautas para muchos bailes. Los bailes dePuchuncav, La Laguna, Los Maquis, La Canela, LaGreda de Pucaln, Pucaln, Zapallar, Caleu, Palmasde Alvarado, Campiche, Loncura, Quintero y variosotros, tienen o han tenido flautas hechas por losPonce. Daniel y su hermano Jos continan el ofi-cio del padre, ya fallecido. De los lugares ms dis-tantes como Valle Hermoso, en La Ligua, vienen a El

    Venado por flautas. Cuenta Daniel Ponce:

    De Valle Hermoso vino un seor Pez y traauna flauta que le haba hecho mi pap y se lehaba roto. Deca l: Esta es la flauta que msquiero. Arrglemela. Y se la arregl. Se la habahecho mi pap y l tena un trauma, que queraesa flauta.

    El cario por las flautas es algo que comienza des-de su fabricacin. Daniel sigue la historia y la trayec-

    toria de sus flautas, sabe para dnde fueron, quineslas tocan, si cambiaron de dueo o de baile, si lesmetieron mano o las dejaron tal cual, etc. Las flau-tas no son objetos creados, vendidos y olvidados.

    Daniel entrega las flautas sin haber hecho un tra-bajo prolijo por el exterior del instrumento. Se pre-ocupa del interior, de que los tubos queden perfec-tos, parejos, lisos y con la relacin y proporcinexacta que se requiere entre sus largos y dimetros.12

    Luego, cada grupo de baile agrega a sus flautas dife-rentes adornos, que lo distinguen de otros grupos.Por ejemplo, les hace orejas, les pone espejos, laspinta (figs. 8 y 9). Son modificaciones que no tienenrelacin ni influyen en el sonido del instrumento.Es distinto cuando algunos arreglan con un corta-plumas las boquillas de las flautas. Cuando eso ocu-rre, segn Daniel, echan a perder los instrumentos,les meten mano.

    Se dice que hay flautas durasy flautas blandas,en relacin a lo fcil o difcil que sea sacarles unbuen sonido. A algunas hay que soplarles poco airepara que suenen bien, esas son blanditas. Otrasnecesitan mucho para obtener buen sonido, esasson duras.

    Cuando llegan flautas nuevas para el baile, loschinos las van escogiendo. Cada uno sabe, ms omenos, el lugar que le corresponde en la fila. Unchino que va terceroen la fila no va a tomar la flautaque, por su tamao, es obviamente puntera. Paraelegirlas las van probando. Algunas encuentran due-

    o de inmediato, pero otras no quieren dar el son.Hay algunas flautas que son duraso que los chinosno logran hacer sonar bien. El chino tiene que acos-tumbrarse con su instrumento, aprender a soplar lacantidad necesaria de aire y en la direccin adecua-da. Es frecuente que pueda hacer sonar algunas flau-tas y otras no. Cada flauta requiere un soplido espe-cfico. As cada chino va habitundose a la suya, to-mndole cario.

    Recuerdo cuando con Guillermo Daz fuimosdonde Daniel Ponce a mandarle hacer una flauta

    igual a la ma. Hace siete aos que con Guillermovamos a la puntaen el baile de Pucaln, comunade Puchuncav. Nuestras flautas van adelanteganseandoypillndoseuna a otra.13 Pero la flautade Guillermo es un poco ms larga que la ma, unpoco ms ronca. Se la regal don Ferna, del vecinopueblito de Los Maquis. Hace unos 30 aos, cuan-do se arm el baile de Los Maquis, don Ferna fue aEl Venado a mandar a hacer las flautas. Se las en-carg al pap de Daniel. Cuando volvi a buscar-las, el maestro haba muerto, pero ah estaban las

    flautas.El baile de Los Maquis dur poco tiempo, y hacesiete aos don Ferna le regal a Guillermo su actualflauta. Es grande, buena, ronquita. Cuando Guillermo

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    10/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 37

    Figura 8. Flautas del baile de La Quebrada, Puchuncav. (Foto: Nicols Piwonka).

    Figura 9. Flauta con decoracin de espejos.

    entra en calor parece un compresor, con su sonidoronco y largo, ronroneando hermosamente.

    La historia de mi flauta es otra. En 1991 comen-zamos la investigacin sobre los chinos y mandamosa hacer un juego de flautas para estudiarlas y poste-

    riormente donarlas a un baile.14

    Ah nos hicimosamigos con Daniel, nos mostr cmo hace las flau-tas, cules son las medidas, los tubos, los secretos.Incluso uno de los rboles que cort en el bosque

    de Las Palmas de Alvarado para hacer flautas caysobre m mientras lo filmaba. En su casa a los piesde la cuesta de La Dormida nos habl de flautas yms flautas.

    Un da me mostr una flauta que acababa dehacer y me dijo: Prubela. La toqu y son her-mosa, ronroneada. Esta es para usted, se la rega-lo, dijo. Era una flauta del tamao de una segun-dera, hecha en un palo chueco de lingue. Desdeque la toqu la primera vez nos enamoramos. Lapint roja y azul y comenc a salir con ella a las fies-tas. Es buena flauta, tiene buen sonido. Y como elchino tambin sali bueno, comenzamos juntos aremontar lugares en la fila. Puta la flauta buenaque tiene, amigo! Es una frase que me han dichomuchas veces. Juntos hemos saltado durante 13aos por los pueblitos de Chile central, y juntoshemos vivido experiencias fundamentales (vaseMercado 1997). Han ido pasando los aos y la flau-ta se ha ido enchuecando ms. La Chueca le di-cen algunos, La Roja le dicen otros. Es una flautanombrada.

    Con Guillermo nos entendemos perfectamentepara chinear, y juntos vamos ronroneando a la pun-tadel baile de Pucaln. Somos dospunterosde esosque los viejos van siguiendo en la procesin para

    escuchar su sonido. Pero ese ronroneo sera muchoms hermoso si las dos flautas fueran del mismo ta-mao, pues el continuo sonoro sera completo. So-naramos como una abeja.

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    11/22

    38 Boletn del M useo C hileno de Arte Precolombino, Vol. 10, N 2, 2005

    Entonces, conversando y conversando, un dadecidimos ir donde Daniel Ponce para que le hicieraa Guillermo una flauta igual a la ma. Movimiento,siempre movimiento. Llegamos a El Venado y pasa-mos la tarde hablando de flautas con Daniel. Nos diceque por una sola flauta no se instala a hacer, as queva a hacer varias y ah elegimos, pero con el compro-miso de llevar ms de una. El tapn de mi flauta se hapodrido y se le escapa un poco el aire, as que apro-vecho y se la dejo para que se lo cambie. Nunca hedejado mi flauta y no tengo ninguna gana de dejarla,pero Daniel es quien la hizo, as que estar bien.15

    Dos semanas despus volvemos a buscar lasflautas. Ocho flautas formadas contra la pared nosesperan. Comenzamos a probarlas, a mojarlas y atocarlas de a pares. Ya se ve que son buenas flau-tas. La ma est con tapn nuevo y suena muy bien.Ah est su hermana, del mismo tamao, esperan-do ser tocada. Hay tambin un par ms grande yotras ms pequeas. Soplamos y soplamos y co-mienza una maravilla para los que estamos obse-sionados con el sonido chino, que somos los cincoque estamos en la pieza: Daniel, el maestro que gozaescuchando a dos buenos chinos que tocan sus flau-tas. Jos Prez de Arce, escuchando y grabando lossonidos en su dat. Gerardo Silva, chinoadicto, tras

    la cmara de video. Y Guillermo y yo, incansables,subiendo y bajando ychineandocon un par de flau-tas tras otro, probando, buscando el sonido, gozan-do del choque de los sonidos. Es verano y habrnsus 30 C, y ah estamos, sube y baja sube y baja,mojados enteros, yo a pata pel chineandosobrela tierra. Delicioso.

    En un momento tocamos la flauta de Guillermocon una que Daniel acaba de hacer y el sonido escomo un zumbido de abeja continuo, una hermosu-ra absoluta. Ah vislumbro por primera vez la posi-

    bilidad de cambiar mi flauta, de abandonar mi flau-ta querida con la que he chineadodurante 13 aos.Un vrtigo pasa por mi mente. Jams lo haba pen-sado. No puedo abandonar mi flauta, no puedoabandonarla, aunque el sonido de la nueva sea exac-tamente el de la flauta de Guillermo. El hermososonido de dos flautaspunteras. Talvez si fuera unaflauta antigua, de un chino antiguo, que tuviera lafuerza de ese chino antiguo. Pero cambiar mi rojapor otra es impensable. Y aqu lo estoy pensando.Quin mueve los hilos? Para qu?

    Seguimos tocando y la flauta hermana de la maes buena flauta, quedan parejitas ambas. El encargo

    est cumplido: hay una hermana de la ma. Guiller-mo me dice: Es buena la flauta, es buena; pero nose ve convencido de cambiar su flauta. Chineamostoda la tarde y salimos de all con seis flautas. Perofinalmente seguimos chineandocada uno con lasuya, la de siempre. Ni Guillermo ni yo pudimos cam-biar de flauta. El cario que uno tiene a la suya esdifcil de explicar. Como dicen los viejos, un chinosin su flauta no vale nada. Si la flauta de uno se rom-pe o se pudre o se apolilla, bien, hay que cambiarla.O si ya uno se pone viejo y no se puede las flautasgrandes tiene que irse para atrs en la fila y tocarflautas chicas. As es la vida del chino. Comienzaatrs. Si es bueno va subiendo lugares en la fila has-ta llegar a la punta. Luego va volviendo atrs. Hayquienes por orgullo no soportan volver atrs des-pus de haber sidopunterosy dejan de chinear. Peroson los menos.

    EL LLAN TO DE LAS FLAUTAS

    El mes de septiembre del 2004 fue difcil para el bai-le de Pucaln: dos de sus chinos murieron. El finadoCarreta, chino segundoo terceroen la fila, y el fina-do Tito Navia, que no chineaba, pero acompaaba

    al baile a todos lados, trasladndolo en su camione-ta. Para la fiesta de la Virgen en Pucaln haba pasa-do menos de un mes de sus muertes y los chinoshicieron sentir su duelo.

    Comenzamos a chinearen la casa del Pillo,pre-sidentedel baile, y cuando enfrentamos la iglesia,comenzamos a tocar a difunto. Tocamos suavemen-te bombeando las flautas, despacio, lento, lentsi-mo, sin bailar. Cintas negras en las camisas, rostrosserios, miradas perdidas. Haciendo llorar las flau-tas entramos a la iglesia y llegamos frente al altar.

    Ah seguimos tocando suave, quedamente, hastaque a una seal del tamborero subimos el baileycomenzamos a tocar con toda la fuerza china.16 Elmar de flautas sucedindose, las dos masas sono-ras, una tras otra, formando un continuo. Luego de10 minutos chineando, Quilama, nuestro alfrez,comienza a entrar en medio del baile hacia la pun-ta.17 Camina lentamente en medio del sonido, sin-tiendo toda la potencia de las flautas por amboslados, concentrndose, dejndose llevar por el so-nido y acercndose al altar. De pronto baja la ban-

    dera y el baile se detiene.18

    Quilama comienza sucanto improvisado:

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    12/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 39

    (fragmento)Qu momento tan difcilpara empezar a cantar,pues con mi pena en el almatenerte que saludar

    Tenerte que saludarrecordndote este date saludo Virgen puratengo en mi alma una herida

    La pena de este momentolo que te quiero explicarde nuestro chino segundoque se nos fue a marchar

    Cuntas veces con sudory tambin con alegralleg, bendita doncellaa celebrarte tu da

    Y al llegar este momentogrande la pena me daque no puede celebrarte,porque en la tierra no est

    Pues, qu muerte tan penosate lo dice mi talento

    marcharse ese hijo del puebloen tan ingrato momento

    Dolorosa su partidaahora que aqu no esty al baile de Pucalngrande pena que nos da

    Pero te pido disculpaspor recordarte este daahora Reina del Cielote saludo en alegra

    Alegra de tu fiestalo que te quiero cantars que t a ese chinoall lo vas a ayudar

    Dicindote a t, Mara,ahora que estoy presenteel baile de Pucalnlo recordar para siempre

    Ahora paso a decirtela pena que me acongojabaes el segundo dolorde mi amigo Tito Navia

    Lo recordar en mi casay as lo recuerdo yocuntas veces en su vehculoal baile lo transport

    Para l, Gloriosa Madre,yo te lo digo de accuando llegue all a los cieloscontigo se encontrar

    Y yo te pido de aqutenindolo en el recuerdocudalo all, Mara,pues es un hijo del pueblo

    Dicindote en el momento

    la pena que siento yoyo me encontraba en tu fiestacuando este amigo parti

    Cuando a m me lo dijeron,pues yo ya perd la calmacantndote en Tabolangose me apenaba mi alma

    Slo me queda pedirtepor lo que te he recordadoque los tengas en el cielo,pues frente a tu hijo amado

    Y con orgullo te digolo que te puedo cantarel mismo dolor que siento,pues lo siente Pucaln

    Este recuerdo esta tardeen este bello parajepa la muerte de ellos dosles rendimos este homenaje

    Cuando este baile entrabamuy claro pude notarque cada uno en su flauta,pues ya la haca llorar

    Lloraba el son de las flautassintiendo aquella emocindesgarraba su penuriodando el son de dolor

    Aqu el dolor este dalo que te quiero explicarlo que le pas a este bailenunca lo bamos a esperar

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    13/22

    40 Boletn del M useo C hileno de Arte Precolombino, Vol. 10, N 2, 2005

    Los chinos repetimos en coro las ltimas palabrasde Quilama, los rostros reflejan el dolor de la prdidade los compaeros con que hemos chineadotantasveces, durante aos. Las lgrimas caen por los rostrosde los campesinos chinos, el coro sube y baja lento,sentido. Quilama canta y todos repetimos sus ltimaspalabras. Levanto la cara al volver del coro y te veoah al frente, Carreta, haciendo sonar tu flauta. S quedebieras estar ah, en tu lugar de siempre en la fila,pero no ests. Difcil olvidar a un buen chino, a al-guien que estaba ah al frente con su flauta, haciendoese gesto con los ojos que indica que hay que darlems fuerte, chinearms, ms.

    El sonido llorado de las flautas expresa la penade los compaeros chinos. Salimos de la iglesia yvamos chineandohacia la cruz, hacia abajo del pue-blo y cuando pasamos frente a la casa de Carreta, elGuillermo me hace una sea y comenzamos a tocara muerto. Las flautas empiezan a ir suaves nuevamen-te, a llorar frente a la casa del finado.

    Cuando Carreta muri, el baile fue a dejarlo alcementerio, tocando. Me llamaron por telfono aPirque para avisarme y nadie contest en casa. Era18 de septiembre y estbamos en Maitencillo, a 15minutos de Pucaln y no me enter que el baile esta-ba enterrando a Carreta, haciendo llorar las flautas

    por el chino que ha partido. Ahora estamos aqu,frente a su casa, haciendo lo mismo.La muerte y las flautas, la muerte y los chinos, por

    qu este tema? Por qu siempre la muerte? Porque lamuerte siempre anda dando vueltas, porque ese ni-ito estaba enterrado tocando flauta, porque segura-mente ese niito de hace 500 aos era tambin unnio chino igual a los de hoy. Ira a lacoladel bailesoando con que algn da ira a la punta. Se lo llevla muerte antes de cumplir su sueo. Por eso lo ente-rraron tocando, para que siguiera tocando.

    Yo, cuando me muera, me van a dejar tocandolas flautas pal cementerio, pero las flautas lloratas,dice Guillermo. Ms all, don Lalo, del baile dePucaln, recuerda:

    Aqu el Pel antes chineaba y ese cabro tiene laszapatillas, el pantaln, las cintas, la flauta y el go-rro. Me dijo que cuando l muera quiere todo enla urna, por eso no entrega la flauta. Tiene todoel equipo, el gallo es cuidadoso. Es buena la flau-ta, es chueca.

    Las percepciones de los chinos varan. Unos di-cen que la flauta se entierra con el chino, otros di-cen que no, que para qu, si la flauta es buena tiene

    que seguir sonando, tiene que seguir siendo til albaile. Alguien podr tocarla. Recuerdo la historia quecontaba algn viejo en algn pueblo. Muri un chi-no viejo, buen chino, y antes de morir pidi que loenterraran con su flauta. Pero su mujer, seora deedad y siempre relacionada al baile, cuando lleg lahora no quiso enterrar la flauta. Se la dio al nieto,que ya era chino. Para qu se iba a perder una flau-ta tan buena? En el baile hara ms falta y la flautaseguira sonando.

    La herencia de las flautas es comn, como expli-ca Tuno, del baile de Pucaln:

    Yo tena una flauta antigua, una que sacaba el fi-nado mi to Toribio. Cuando mi to estaba viejo,ya no sala de chino, me la dej a m y la sacabayo, pero era muy dura para hacerla sonar. Des-pus mandaron a hacer ms flautas y saqu una ytodava la tengo. Esa no se la entrego a nadie, anadie se la entrego. Es buena mi flauta. o Pillome dijo: Se termina la flauta, se termina el chino.

    Pero enterrarse con la flauta tambin dependede si sta pertenece al chino o es del baile. Hay chi-nos que han comprado sus propias flautas, pero lamayora de ellas pertenece al baile. En ese caso es

    ms difcil que el chino se lleve la flauta a la tumba.Las flautas se guardan en un saco que tiene elpresi-dente. Al comenzar la fiesta se reparten y al termi-nar se retiran. Las flautas se cuidan, se quieren. Tam-bin se roban y se disfrazan y se vuelven a pintarpara que no las reconozcan. Pero los viejos las reco-nocen por el sonido (figs. 10-12).

    EL BA ILE DEL VIEJO C ABRERA

    El sentimiento que une al chino a su flauta es difcilde entender si no se entiende primero lo que ocu-rre en su mente. El chinearno es slo el momentopreciso en que se chinea. Es algo que acompaa alchino constantemente.

    Marcelo, de Maitencillo, ha vuelto a ser chino, seha reencontrado con su flauta y ahora chineaen elbaile de Pucaln. Pero adems se ha convertido enun constructor de flautas. Siempre fue maestro ybueno para trabajar maderas. Ahora ha sentido elllamado de las flautas. En sus manos los palos se van

    convirtiendo en instrumentos, en sonido. Varioschinos usan ya sus flautas, buenas flautas. Sus pala-bras recordando su infancia de chino dan algunasluces para entender el sentimiento del chino:

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    14/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 41

    Figura 10. Armando Reyes, chino del baile de Cai Cai, quien

    me inici en el chinear.

    Figura 11. Chinos del baile de Pucaln, con un traje que se ushasta el ao 2002.

    ...y me gust ser chino, me met al baile, me cos-t un mundo tratar de meterme al baile del fina-do Manuel Cabrera, un viejazo veterano agricul-tor que haba aqu, muy re ordenado pa vivir,pue ior. Y tena un baile chino propio. Me cos-t, me cost hasta que entr al baile, y me disci-plin un viejo que le decan o Rupa, RupertoSalazar se llamaba. Era un viejo que te endereza-ba a puros bastonazos no ms, y te agarraba laspatas con el bastn cuando ibai mal armado.Y eran esos tiempos en que los chinos chicos nopodan usar flautas de grande, tenan que chinearcon una cifuta, una metida sobre la otra, amarra-das con gnero, hasta que fuimos creciendo yfuimos cachando. Y nos hicimos buenos chinos,y bailbamos inspirados y llorbamos mientrasbailbamos. Bonitos tiempos.19

    Yo tengo una flauta de ese baile, tengo una flau-ta de 1936, una flauta muy vieja, muy antigua, ytodava la conservo y suena bonita. Es del bailedel Viejo Cabrera, y creo que es lo nico que vaquedando de ese baile, la flauta que yo tengo, yalguna foto que tendr algn maitencillano anti-guo por ah guardada de recuerdo. Esos fueronlos tiempos de chino.Y ahora el otro da una ta me cont que mi pa-

    dre tambin era chino, yo no tena idea. Pero eraun chino de esos chinos antiguos, de esos quebailaban con medias de lanas, con ojotas y conpompones. Buenos chinos, chinos atlticos, gi-les, de edad, pero giles para bailar todava. Yahora en Maitencillo slo me quedan los recuer-dos. No bailamos!El viejo Cabrera, el dueo del baile, era un viejojodiazo, ordenado, pero nos tena en buen nivelde chino. Quizs haba otros bailes que tenanmejores instrumentos que nosotros, eso lo reco-

    nozco, haban instrumentos mejores. Yo creoque en nuestro baile de chino a travs de los aosfueron perdindose instrumentos. Algunas per-sonas guardaron instrumentos de los bailes anti-guos, deben haber sido ocho flautas buenas, bue-nas, como para tocar con cualquier otro baile. Yesas flautas se mezclaron con flautas modernas,hechas por artesanos nuevos, pero sin buen so-nido, con sonidos, no digo feos, pero sonidoscortos, como silbatos.Las flautas antiguas se rean, lloraban, silbaban,

    bramaban, hacan de todo. Esos viejos hacan lasflautas mgicas, daban unos sonidos que hoy enda cuesta conseguir instrumentos as. Se hanmuerto los viejos, todos esos viejos son finados,Figura 12. Chino del baile de Palmas de Alvarado.

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    15/22

    42 Boletn del M useo C hileno de Arte Precolombino, Vol. 10, N 2, 2005

    y lstima que esos viejos no dejaron nios queaprendieran el oficio. Y se fueron equivocandolos sonidos, se perdieron los sonidos, hasta quelleg un tiempo en que se perdieron esos soni-dos mgicos, que slo ellos saban dar.Ahora hay instrumentos, hay flautas, pero cuestaencontrar flautas con esos sonidos de que cuan-do tocaba una fila la otra empezaba a tocar y ter-minaba de tocar y la otra fila todava estaba so-nando sin parar. Eran flautas catarras, flautas quete daban ganas de llorar con el sonido, eran es-pectaculares, te tocaban el alma. T conscientede estar ah soplando, con tu mente concentra-da en soplar, aunque ya no tena casi nada deaire en los pulmones. Flautas muy buenas, deviejos muy sabios. Artesanos muy sabios, pero eloficio se perdi, porque nadie les aprendi.Haban unos bailes de unos pueblos bien pobres,pero traan unas flautas espectaculares los ami-gos, buenos instrumentos tocaban. Hechos porviejos sabios de montes, esos viejos que crecie-ron en el monte, que se criaron detrs de las va-cas por ah, olorosando palos nativos, para arri-ba y para abajo en el cerro. Y ellos buscaban suspalos buenos y hacan sus buenas flautas. Peroeran viejos que vivan escondidos en los cerros

    como ermitaos, entonces hacan 18, 20 flautasy no hacan ms, porque no eran viejos que pen-saran comercialmente, sino que eran artesanosde corazn. Ellos hacan cada flauta con su cora-zn, desde que la empezaban hasta que la termi-naban. Soplndola, buscndole el sonido, cavn-dole y buscndole hasta que llegaban al sonidoque buscaban. Ellos buscaban un sonido, y lebuscaban con su broca mgica y sus medidas,hasta que le buscaban un sonido lindo. Y una vezque le buscaban un sonido a sa, le buscaban a

    la del frente el mismo sonido o equivalente, peroque alcanzara ms, que aguantara ms la sopla-da del chino. Que quedara soplando hasta queel otro empezara a tocar, entonces eran sonidosque... no s cmo explicarlo, parezco que estoypelando el cable Pero eran sonidos de chinos,de chinos, de flautas de chinos! Gente humilde,gente pobre, pero con unas flautas espectacula-res, con sonidos espectaculares.Porque chinear con buenas flautas es otra cosa,yo creo que ah uno se sale del cerebro, no s,

    del corazn, y emigra para... no s, para el soni-do, para Dios, para la Virgen. No s, mientraschineai el alma emigra, t chineai y el alma esten otro lado, t estai en otro lugar.

    Las flautas son capaces, con su sonido, de tocarlas fibras ms ntimas del chino. El que es tocadopor el espritu chino no puede arrancarse de l. Elsonido de las flautas entra a la mente de los chinospara no salir jams, transformndose en obsesin,en chinoadiccin. Algo produce el sonido de las flau-tas en la mente. Es evidente, el estmulo sonoro espotente y grueso, continuo. El sonido del universorepetido una y otra vez. El gorgoreo, el garganteo, elzumbido, el goce esttico de ir ah soplando, el pla-cer de estar haciendo ese sonido, esa danza ritual.Es el contexto general el que envuelve al chino, peroes el sonido de la flauta el que crea la obsesin. Comodice el alfrezQuilama:

    El sonido de las flautas es mgico, son sagradaslas flautas. Cuando est tocando la flauta ustentra, cmo le dijera yo, como en un mareo,como que se mareara, pero es la msica de lasflautas que lo marea, que lo anda trayendo comoen el aire. Mientras ms flautas siente, como queel cuerpo ms firme se siente, ms fuerte. Es unacosa especial esa que se siente, es una cosa espe-cial cuando lo siente. Porque cuando ust va auna fiesta y siente slo un baile, dice, ah, perohay un solo baile... Pero cuando hay hartos, como

    que se le levanta el espritu! Es una cosa muy lin-da lo que se siente cuando hay varios bailes, elzumbido. Despus le queda a uno el zumbidode la flauta varios das metido en la cabeza. Unoa veces est en la casa y parece que sintiera encualquier parte que suena una flauta, a uno leparece que fuera una flauta que suena. Es as, escomo que se enviciara, una cosa as, no s cmoexplicarla, es una cosa muy especial esa, son co-sas que la persona tiene que vivir y a veces nohalla cmo explicarlas.

    Despus de la chineadaqueda el cansancio, lostres das siguientes queda el cansancio en el cuer-po, pero tambin queda esa sensacin como de es-tar flotando, la mente en un estado especial. Comodice Juan Prez, guitarronero de Pirque, despus deuna vigilia de canto a lo divino, como que uno que-da en el aire, como flotando. Algo difcil de explicar,por supuesto.

    EL EN C AN TAM IEN TO DE LAS FLAUTAS

    Escucha, escucha! Ah viene el baile de Loncura. Seconoce altiro que es el baile loncurano, sin verlo, por

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    16/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 43

    el son de las flautas, dice un viejo chino en la fiestade Ventanas. La discriminacin auditiva es fina en-tre los conocedores. Todos hablan de ciertas flautasy de ciertos chinos antiguos, cuando los chinos erangallos y pasaban horas chineando frente a frente,chineandoa ver quin saba ms, quin era mejor,quin era ms potente. Las flautas son las que pro-ducen ese estado de exacerbacin, esas ganas detocar sin parar. En el fondo la vivencia del chinearestan importante para quien lo hace que lo marca parasiempre. Aquellos que empezaron a los cinco aosy han chineadotoda la vida o aquellos que han co-menzado siendo mayores tienen la misma vivencia.El chinearlos cautiva y obsesiona sin vuelta atrs.Por qu? Por qu se ven en la fila chinos de 65 aos?Qu hace a los chinos obsesionarse as con el soni-do de las flautas? Por qu no se puede dejar dechinear?

    Hay varios factores que influyen en esto: el chi-no guerrero, el orgullo chino y la identidad local, losestados especiales de conciencia, el placer esttico.

    El chino guerrero, el orgullo chino y laidentidad local

    La obsesin, el stresssonoro, la tensin auditiva so-brepasada. Cuando dos buenos bailes se enfrentan,a veces lospunterosdeben taparse con la mano elodo del lado correspondiente al otro baile parapoder escuchar la propia flauta y el propio baile. Lospunterosestn a un metro de los del otro baile, aveces a 50 centmetros. Las dospuntasde los bailesenfrentadas, las cuatro flautas ms potentes tocan-do casi juntas y no necesariamente al mismo pulso.Tocando a todo dar, queriendo sonar ms que elbaile del frente, como queriendo apagar su sonido.

    Es un pueblo contra otro pueblo, es una compe-tencia sonora, es el orgullo que tiene el baile de per-tenecer a su pueblo y de mantener su historia, la desus padres y sus abuelos. Es el orgullo por la historia

    del baile, por la poca en que los bailes eran muchomejores, cuando los chinos eran agallados, chinea-ban en ojotas o a pata pel, se iban caminando o acaballo durante das para llegar a las fiestas que du-raban la noche y el da y algunas ms. La poca enque los bailes se ponan frente a frente y ningunoaflojaba y podan estar horas chineandosin parar, olos alfreces contrapuntendose dos horas, a verquin saba ms. Eran los aos de la competenciaabsoluta, cuando las flautas a veces servan de ma-cana, era el tinku andino, la diferencia local, la mi-

    croidentidad. Cada pueblito queriendo ser mejorque el otro.20

    Toda esa historia pasa por la mente del chino queest ah soplando frente a los de otro pueblo. So-plando mientras danza hacia arriba y abajo y sabeque debe ser mejor que el que est al frente (figs. 13y 14). La potencia de las flautas hace entrar al chinoen un estado guerrero. Como alguien deca por ah:Cuando uno chinea est en guerra. La potenciasonora involucrada en un ritual de chinos es arrolla-dora. Las flautas son la fuente de energa que haceque estos rituales funcionen.21

    Dice el Chopo Reyes, del baile de Cai Cai:

    Charlo [Reyes, puntero del baile de Cai Cai] esmi to, pero yo nunca he visto un chino tan bra-vo para la flauta, es bueno, para m es el mejorchino. Afrmate, chinea torendote. Sabs cmole dicen al Charlo? El ro, le dicen el ro porquees tan bullicioso cuando toca su flauta chilena.Tiene un runruneo muy bueno.

    Figura 13. Chinos del baile de El Granizo. Figura 14. Chinos del baile de Cai Cai.

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    17/22

    44 Boletn del M useo C hileno de Arte Precolombino, Vol. 10, N 2, 2005

    Y a m me dice el Julio Araya [puntero de CaiCai]: Sabs Chopo, t soy el sucesor mo. Y vie-ne Charlo, mi to, y me dice: Oye Chopo, sabsque el sucesor mo soy t. Entonces los dos pun-teros dicen que yo soy sucesor de ellos. Ellos di-cen: Es que al Chopo yo lo inici.

    Es el orgullo chino, la pertenencia a un baile, laguerra china. Guillermo, despus de tocar catarradurante aos, haba dejado de chinearpor distintosmotivos. Hasta que le pic el orgullo, segn l mis-mo lo relata:

    Por ese indio que tiene el rubio, por ese indiocomenc a chinear yo. Porque me decan hay unsantiaguino muy bueno [en el baile], pero yo meconsideraba bueno tambin. Algn da te vai aenfrentar contra m, deca yo, entre m. Y se llegel momento de Petorquita, y ah nos acolleramos.22

    Guillermo sali a bajarme el moo. Cmo va aser que un gallo santiaguino est chineando a lapuntadel baile Pucalino? Baile antiguo, nombradopor bueno. Acaso se la va a ganar a los pucalaninos?Acaso no hay un pucalanino que se la gane? Y ahnos encontramos en Petorquita, ah se encontraron

    nuestros sonidos. Ychineamosychineamosy nostoreamos la procesin entera y ninguno afloj y alfinal nos dimos la mano y nos abrazamos felices.Puta que sonaba bonito!

    Y todava estamos chineandojuntos, yendo aparcharcuando Pucaln no sale, tan acostumbradosel uno al otro que es difcil salir con otro chino alfrente. 23

    Uno se acostumbra a chinear frente a un chino.Eso les digo yo a los cabros: No hay chinos como

    el rubio. Al rubio yo lo miro y l sabe cuandotiene que acortar o alargar la flauta, l tiene quearreglrsela. Una mirada no ms, no hay necesi-dad de decirle puta dale ms largo o ms corto!Siente mi flauta y tiene que responderme. Igualsi l me la est haciendo sonar larga, yo tengoque responderle.

    Despus de unos cuantos vinos al terminar unafiesta, este sentimiento va creciendo:

    Rucio, si toca que t parts antes que yo, yo nochineo ms. Es que no podra chinear con otro.Es que estoy tan acostumbrado a tocar contigo,que yo no saldra ms.

    As es la cosa, la flauta va tejiendo su trama deamistad, compaerismo, cario. Cuando uno en-cuentra su pareja de chino es como cuando se en-cuentra con su flauta. No quiere dejarla. Es as, unoquiere a sus compaeros chinos. Ese tocar aperradoscrea un vnculo potente, nos estamos sacando la cres-ta juntos, somos compaeros guerreros. Una y otravez salimos los mismos y tocamos y saltamos porlos pueblitos del Aconcagua. Una y otra vez creamosese sonido comunitario, ese sonido que congrega ala gente de los pueblos. Ese sonido que hace pensara la gente en Dios, en lo numinoso. Ese sonido queslo se escucha para las fiestas religiosas, cuando loschinos son rodeados y seguidos por la gente de lospueblos, que los mira y escucha. El embrujo de lasflautas es colectivo, no es slo para los chinos. Elsonido de las flautas produce el quiebre, la rajadura,el puente por el que se pueden comunicar el mun-do cotidiano y el mundo sagrado. El sonido de lasflautas es el centro de la fiesta.

    Los estados especiales de conciencia

    Ese estado guerrero producido y exacerbado por elsonido de las flautas y la danza, se convierte a veces

    en un estado no cotidiano de conciencia. El hormi-gueo del cuerpo producido por la hiperventilacines seguido por lo que los chinos llaman emborra-charse con las flautas, entrar a una especie de ma-reo (Mercado 1996). Y luego viene ese estado difcilde explicar, como de disolucin, de convertirse enla msica, de flotar en el sonido, dejar de ser hom-bre, etc. Qued en blanco!, me dijo Guillermo alterminar de chinearen un Corpusen Puchuncavhace un par de aos. Me disolv en la msica!, medijo Negrillo alguna vez. Yo podra decir, y he dicho,

    cosas parecidas, pero las palabras son absurdaspara explicar los estados especiales de conciencia(figs. 15 y 16). En los bailes chinos no existe un con-junto de principios que expliquen la experiencia ylos parajes por los que transitan los chinos, sus cla-ves, sus significados. Esa sabidura, que estoy segu-ro la hubo, pareciera haberse perdido. No la he en-contrado an. Intento descubrirla conversando conlos viejos ychineando, buscando la visin que su-pongo vendr algn da mientras subimos chinean-doel cerro de Pachacamita.

    La verdad es que no hay motivo de asombro. Lasreligiones y cosmologas de los pueblos americanosse basan en el chamanismo, es decir, en el contactodirecto de los hombres con el todo, consigo mismos,

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    18/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 45

    Figura 15. Chinos del baile de Palmas de Alvarado. (Foto: Nicols Piwonka).

    Figura 16. Chinos del baile de Caleu. (Foto: Nicols Piwonka).

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    19/22

    46 Boletn del M useo C hileno de Arte Precolombino, Vol. 10, N 2, 2005

    con el universo (Reichel-Dolmatoff 1978; Harner1976). Entonces, a veces, llega ese momento. En losprimeros aos de chinearme pas muy fuerte y muyseguido. Ahora me pasa de vez en cuando, y s queen cualquier fiesta me puede pasar y eso es una po-sibilidad maravillosa, atrayente, embrujadora.

    Como dice Guillermo al Chopo Reyes, de Cai Cai:

    Es muy bonito chinear, a m me llega muy aden-tro cuando ya entramos en ese momento, yo nopuedo explicar ese momento tan lindo, rrrrrrrrrrrsuenan las flautas y como que te entrai a mareary sents la flautas de tu compaero. No te impor-ta para atrs, no valen, el que va al frente no ms,aunque hayan chinos buenos para atrs, entraien ese trance tan lindo.

    Dos horas seguidas danzando y tocando flauta,subiendo y bajando, tocando y respirando, tocandoy respirando, arriba, abajo, atrs, adelante, arriba,abajo, soplar, escuchar tu flauta y todas las flautas, lamasa sonora, los odos chirriando, el cansancio, elhormigueo, el mareo, el ganarle al cansancio, el sol,el cerro, las grietas del cerro, la flauta en la boca, lamano dormida, los labios rotos, el vino, los pasos,arriba, abajo, tocar, respirar, sonar, flotar, salir, com-

    prender, volver. Chinear.La fuerza de la danza, el cuerpo a tierra mientrassoplas con fuerza la flauta y creas el sonido. El gestodel chino agarrado a su flauta, encorvado sobre smismo, pegado a la tierra, dejndose llevar por elvaivn de las dos filas que se alternan. Cuando elchino va bueno y concentrado en una procesin lar-ga, hay un momento en que la mano que sostiene laflauta se duerme. Hay momentos en que literalmen-te esa mano no se siente, no la puedes mover de laposicin en que ha estado durante una hora o ms,

    girada con la palma hacia adelante sosteniendo laflauta. A veces la procesin acaba y uno queda conla mano tiesa a media altura, haciendo el gesto desostener la flauta. Es imposible deshacer el gesto.Todo chino sabe lo que eso significa. Cuando lamano se duerme as es porque la chineadaha esta-do potente. En ese momento es difcil hablar, la bocano coordina bien, los labios estn secos, la mand-bula desencajada, los ojos idos. El chino bienchineado.

    Al parar la procesin, toda la energa que el chi-

    no est generando con su sonido y su danza debedetenerse. Cuando la procesin llega a destino y elalfrez del primer baile comienza a cantar, los bailesse van callando uno a uno hacia atrs al darse cuen-

    ta de que el que los precede se ha detenido. Muchasveces uno quiere seguir chineando, viene embala-do ronroneando y podra seguir saltando todo el da.Cuando el chino se calienta y se calienta la flauta,viene lo bueno. Cuando ese momento se logra danganas de que no se acabe nunca.

    Pero el ritual manda que paremos. Paramos ytoda la ola de energa comienza a dar vueltas dentrode uno. Ya no puedes moverte para liberarla, puesla danza acab. Todo se concentra en la mente, en elhormigueo que recorre el cuerpo, en la danza casiimperceptible que hago con los dedos de pies ymanos, con las cejas, con el cuerpo. La mano dormi-da y perdida, tiesa, inmvil, la sonrisa en los labios,flotando an en la danza y el sonido. Sensaciones,experiencias, revelaciones, comprensin, entendi-miento, descubrimiento. Todo ocurre en esos mo-mentos.

    El chino volviendo de la danza, flotando y regre-sando a este lado del mundo.

    El placer esttico

    Por ltimo, el tercer factor que produce la obsesinpor las flautas es esttico y est referido al placer de

    tocar y de escuchar. Ese placer absoluto de ir ah to-cando la flauta y sintiendo ese sonido, el sonido dela propia flauta y el de la flauta del compaero delfrente, el sonido de las flautas de la propia fila y elde las flautas de la otra fila, el sonido de los tambo-res y el de las flautas de los otros bailes, todo simul-tneamente. El sonido chino. La gran dulzura de lasflautas.

    Eso es todo. Es algo muy sencillo. La hermosuradel sonido de las flautas, la hermosura del sonidoParakas cautivndonos, embrujndonos de fiesta en

    fiesta.Cmo olvidar aquella maana despus del NioDios de Las Palmas hace unos cuatro aos? Haba-mos chineadotoda la noche por el baile caicano ynos acabbamos de despedir. Le tocaba el turno albaile del Carmelo de Olmu, el baile de o Carrasco,de puras flautas de caas: chirriantes, lentas, hermo-sas. Con Guillermo todava tenamos ganas de se-guir chineando,y o Carrasco nos invita a su baile ynos pone en tercer o cuarto lugar de una fila de ochopor lado. Frente a frente una vez ms nuestras flau-

    tas de madera, pero ahora rodeadas de flautas decaa. El tamborerolleva el baile lento y hermoso ylos graznidos de cientos de aves cubren el mundo.Qu placer y qu dulzura, flotar en el sonido! Como

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    20/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 47

    Figura 17. Chinospunterosdel baile de Pucaln. (Foto: GastnCarreo).

    Figura 18. Baile chino de Pucaln. (Foto: GastnCarreo).

    dice Quilama, es delicioso el sonido de las flautas.Tan simple como eso. Cmo es posible encontrardelicioso el sonido potente, estridente y disonantede las flautas de chino? Es as, los campesinos y pes-cadores de Chile central as lo sienten (figs. 17 y 18).

    Nada hay mejor que llegar a la cama despus deuna buena fiesta de chinos, de esas en que has deja-do el pellejo soplando y saltando y el sonido ha sidodemencial, potente, delicado, completo, hermoso.Sonidos graves y agudos al mismo tiempo. Las flau-tas alargando su sonido, sumndose una a la otra.Ah vamos con Caturro (Guillermo) nuevamente,somos lospunterosy llevamos el peso del baile, so-mos lospunterosy nuestras flautas runrunean comouna abeja, como un ro, como el mar. Comienzan lasmudanzas y el sonido se alarga. Una flauta comien-za a montarse sobre la otra, vibrando, haciendo esegarganteo, ese grrrrrrrr continuo, el sonido de lasgansas, de las catarras, el sonido chino, el embrujodel sonido chino.

    Como deca, nada mejor que llegar a la camadespus de una buena chineada. El da ha sido mo-vido: levantarse a las cinco de la maana, pasar abuscar a Gerardo a las seis, manejar dos horas ymedia y llegar a algn pueblo, saludar chineandoytomar sus buenos vinos o jotes. Luego chineardu-

    rante la procesin y en la despedida hasta que oscu-rece. Comer con los viejos. Volverse a las nueve odiez de la noche. Manejar, porque Gerardo no ma-neja. Llegar a la casa a las doce o una de la maana.Saber que maana es lunes y a las seis hay que le-vantarse. Agotado y feliz me tiendo en la cama bocaarriba, seguramente en la cama del Cote, porque sino llego temprano los chicos duermen con la Ne-gra, as es la vida. Tendido comienzo a relajarme, el

    merecido descanso del cuerpo y la mente y ah co-mienzo a sentir cmo viene el mar de flautas apode-rndose del mundo. Flautas, flautas, sonido de cien-tos de flautas dentro de la mente, en la mente. Nadams hermoso que meditar escuchando elmetasonido de las flautas de chino. Los tmpanossaturados de sonido, llenos de sonido, de energasonora concentrada, creada por los mismos que lareciben. El sonido de las flautas inundando el mun-do y uno siendo parte de ese sonido. Eso es todo.

    La energa se crea, se absorbe, se mueve, davueltas infinitamente. Hay que saber prender elinterruptor, dar vuelta a la llave indicada en el mo-mento indicado. Los primeros chinos lo descubrie-ron hace 2000 aos all en el desierto peruano.Los ltimos chinos, aqu en Chile central, todavalo practican.

    Estos escritos, que pueden parecer la obsesinde un demente, hablan de lo que le ocurre a la ma-yora de los chinos. Es la normalidad de muchos delos campesinos y pescadores del valle delAconcagua.

    Por eso cuando muera tambin quiero que meentierren con mi flauta. Quin la va tocar con tantocario como yo la he tocado?

    N O TA S

    1 Hacia 1500 DC, el panorama de Chile central era social-mente diverso. A las poblaciones locales, correspondientes ala cultura Aconcagua, se haban sumado grupos incaicos yde origen Diaguita, trasladados para el servicio del Imperio(Aldunate & Cornejo 2001).

    2Antaraes el nombre quechua que se da a las flautas depan (zampoas), de dos o ms tubos (Prez de Arce 2000).Las mencionadas flautas Aconcagua forman parte de la co-

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    21/22

    48 Boletn del M useo C hileno de Arte Precolombino, Vol. 10, N 2, 2005

    leccin del Museo Nacional de Historia Natural y del MuseoArqueolgico de Santiago, respectivamente.

    3 La flauta del nio de Carrascal tiene dos tubos simples,es decir, de un solo dimetro, y, por tanto, no da el sonidorajado. Pero esto puede deberse a que la flauta original fuereutilizada, como parecen indicar los diferentes tipos de pu-

    lidos que presenta la piedra. Si as fuera, nos encontramosahora slo con la parte inferior del tubo, es decir, la de di-metro menor.

    4 Chinoes una palabra de origen quechua que significaservidor. Los chinos sirven a Dios, a la Virgen, a los santos(Lenz 1905).

    5 La noche siguiente, Guillermo so con el dueo de laflauta de piedra que l haba tocado. Y el hombre le dijo queestaba bien lo que estbamos haciendo, esto de estudiar ytocar las flautas antiguas. En el sueo el espritu de aquelflautero vino a este chino del siglo XXI y le dio permiso paratocar su flauta. El sueo se repiti al tiempo, Guillermo socon una especie de tumba y ah estaba la flauta.

    6 Sin embargo, las antarasde cuatro tubos escapan a estaobservacin, pues en ellas es posible hacer hermosas melo-

    das, segn hemos podido comprobar. Pero cules eran lasmelodas antiguas? No lo sabemos.

    7 Traspasaropasarel baile significa que su sonido sobre-sale, se destaca por sobre el sonido general del grupo. Flau-tas gansas son aquellas que dan un sonido muy vibrado yson consideradas buenas flautas. Su nombre alude a su pare-cido con el graznido de esas aves. La expresin 100lucasco-rresponde a 100.000 pesos chilenos.

    8 Perdersese refiere a no saber en qu momento esttocando la propia fila y tocar cuando le corresponde a la con-traria. Es necesario un alto grado de concentracin y discri-minacin para, en medio de la batahola sonora, mantenersetocando en su fila. Las catarras, al tocar de manera continua,pierden a los chinos que no van concentrados.

    9

    El proyecto Waylla-kepaest dedicado al estudio de lacoleccin de instrumentos musicales del Museo Nacional deArqueologa, Antropologa e Historia del Per. Es un proyec-to fascinante por la cantidad y calidad de instrumentos de lacoleccin, por el mtodo de trabajo y por el equipomultidisciplinario de investigacin, que rene a unarquelogo, un musiclogo, un flautista quechua y un cera-mista msico que hace rplicas de los instrumentos.

    10 No hay fechas absolutas para estas antaras, pero la cul-tura Nasca se habra iniciado en los albores de nuestra era,abarcando hasta, aproximadamente, los aos 600 DC (ManuelF. Merino, comunicacin personal 2005).

    11 El dueodel baile es quien lo organiza, financia ymoviliza. Hasta hace 40 aos era comn este cargo, que reci-ba tambin el nombre de cacique. En la actualidad stos son

    escasos. Generalmente hay un presidente y la colaboracineconmica es comunitaria.

    12 Para conocer ms sobre los tipos de maderas usados ysobre detalles de construccin, vase Prez de Arce et al. 1994.

    13 Pillarse las flautas se refiere a que el sonido de unaflauta se superpone al de su pareja, sin que se produzca si-lencio entre ellas.

    14 Proyecto FONDECYT N 92-0351 Estructuras arcaicas dela devocin popular en la quinta regin: Los bailes chinos,Jos Prez de Arce, Claudio Mercado y Agustn Ruiz. Estas flau-tas dieron inicio a un baile que reuna a gente de El Venado yEl Tebal, caseros cercanos a Quebrada Alvarado, Olmu.Actualmente el baile es conocido como el baile de QuebradaAlvarado.

    15

    El tapn es un pequeo tarugo de madera que cierrael tubo por la parte inferior. Hundindolo ms o menos, elconstructor puede hacer la regulacin fina a la flauta, puesmodifica el largo del tubo. Es comn que luego de algunosaos el tapn se pudra y deba ser cambiado.

    16 Un buen baile no toca siempre igual, tiene matices deintensidad. Bajar el baile significa tocar suave por algunosmomentos para que los chinos descansen. Luego, para vol-ver a chinearcon intensidad hay que subir el baile.

    17 Todo baile tiene un alfrez, un cantor. El es quien, im-provisando en cuartetas y a veces en dcimas, se comunica

    con la divinidad. l es quien pide por los enfermos y por llu-via, quien conoce las Sagradas Escrituras y es capaz de im-provisar sobre ellas, contando las historias bblicas yevangelizando. Es tambin quien saluda a los alfreces deotros bailes, haciendo un contrapunto en que se preguntanpor las novedades de sus respectivos pueblos y compiten paraver quin es mejor(vase Mercado 2003).

    18 Cada alfrezporta una bandera para cantar. Cuandobaja la bandera, inclinndola hacia la tierra, significa que elbaile debe parar, pues l va a comenzar a cantar.

    19 Cifuta, tambin llamada cicuta: planta silvestre cuyotallo hueco sirve para hacer una flauta que dura una o dosfiestas. Se cortan dos tallos de distintos dimetros y uno sepone dentro del otro, formando un tubo complejo.

    20

    En ciertos lugares de Bolivia an existe el tinku, com-bate ritual en el que dos comunidades se enfrentan a gol-pes, siendo la sangre derramada un pago, una ofrenda a latierra (Cama & Ttito 1999; Brachetti 2001). Hasta hace 40aos no era un hecho extraordinario que los bailes chinosse enfrentaran a golpes de flautas (vase Mercado 2003:71-74).

    21 Por eso muchos chinos son contrarios a los bailesdanzantes, que usan instrumentos industriales, porque per-turban el sonido de las flautas, hacen ruido e interrumpen elpreciado sonido del ritual. Los danzantesson bailes que lle-garon a la zona central de Chile a fines de la dcada de 1960,provenientes del Norte Grande (Mercado 2002).

    22Acollerarsees formar pareja de chinos23 Parchares chinearpor otro baile cuando el baile pro-

    pio no va a la fiesta.

    REFEREN C IAS

    ALDUNATE, C. & L. CORNEJO, Eds., 2001. Tras la huella del Inkaen Chile. Santiago: Museo Chileno de Arte Precolombi-no/Banco de Santiago.

    BOLAOS, C., 1988. Las antaras Nasca: Historia y anlisis. Lima:Instituto Andino de Estudios Arqueolgicos.

    BRACHETTI, A., 2001. La Batalla de Chiaraje : Una pelea ritualen los Andes del sur de Per.Anales del Museo de Amri-ca9: 59-78.

    CCERES, I.; I. CORREA, R. RETAMAL, M. RODRGUEZ & C. BELMAR,2005 Ms. Informe de rescate arqueolgico PuenteCarrascal, presentado a Constructora Norte Sur y Conse-jo de Monumentos Nacionales.

    CAMA, M.& A. TTITO, 1999. Peleas rituales: La Wayla Takanakuyen Santo Toms.Anthropologica,Vol. XVII, (17): 151-185.

    GRARD-ARDENOIS, A., 1997. Multifonas en aerfonos andinosde Bolivia. Revista Boliviana de Fsica3: 40-59.SociedadBoliviana de Fsica e Instituto de Investigaciones FsicasUMSA, La Paz.

    HARNER, M., 1976.Alucingenos y chamanismo. Madrid: Edi-ciones Guadarrama.

    LENZ, R., 1905. Diccionario etimolgico. Santiago: EditorialUniversitaria.

    MERCADO, C., 1995. Msica para encantar el mundo. En Soni-dos de Amrica. Santiago: Museo Chileno de Arte Preco-lombino/Banco OHiggins.

    - - - - 1996. Msica y estados de conciencia en fiestas rituales deChile central. Inmenso puente al universo. Revista

  • 7/27/2019 Con Mi Flauta Hasta La Tumba. Claudio Mercado

    22/22

    C on mi flauta hasta la tumba / C . M ercado 49

    ChilenadeAntropologa13.http://www.rehue. csociales.u c hi l e .c l / r ehu ehome/f ac u l t ad/p u bl ic ac ion es/ Antropologia/rcha13/antr13-8.htm

    - - - - 1997. De todo el universo entero. Fondo Matta, MuseoChileno de Arte Precolombino.

    - - - - 2002. Ritualidades en conflicto: Los bailes chinos y la

    Iglesia Catlica en Chile central. Revista Musical Chile-na56(195): 39-76, Universidad de Chile.- - - - 2003. Con mi humilde devocin. Bailes chinos de Chile

    central, C. Aldunate, Ed., pp. 19-99. Santiago: MuseoChileno de Arte Precolombino/Banco Santander.

    PREZDE ARCE, J., 2000. Sonido rajado. Historical Approach.

    The Galpin Society Journal, Tomo LIII, pp. 233-251.London: Oxford University Press.

    PREZDE ARCE, J.; C. MERCADO & A. RUIZ, 1993 Ms. Chinos, fies-tas rituales de Chile central.

    REICHEL -D OLMATOFF , G., 1978. Beyond the milky way:Hallucinatory imagery of the Tukano Indians. Los Ange-

    les: UCLA Latin American Center Publications.RONDN, V. 2003. La herencia indgena en la msica yritualidad rural de Chile central. En Con mi humilde de-vocin. Bailes chinos en Chile central, C. Aldunate, Ed.,pp. 11-17. Santiago: Museo Chileno de Arte Precolombi-no/Banco Santander.