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Entrevistas con McLaren Compilación por: Rafael García Sánchez

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  • Entrevistas con McLaren

    Compilacin por: Rafael Garca Snchez

    Lalo-PCsello funama
  • NDICE

    PRESENTACIN 3 La Pedagoga del Disidente de Peter McLaren: Prctica Revolucionaria 4 en las entraas de la Bestia ( Ral Alberto lvarez)

    El sentido de la pedagoga crtica en la era de la globalizacin despus del 11 de septiembre de 2001. 11 (Luca Coral Aguirre Muoz)

    La Pedagoga Crtica Recargada 46 (Glenn Rikowski)

    A Radical Educators Views on Media 62 (Mashhood Rizvi)

    Towards a Critical Revolutionary Pedagogy 67 (Michael Pozo)

    Educating For Social Justice And Liberation 87 (Mashhood Rizvi)

    Pedagogy for Revolution against Education for Capital: 94 An E-dialogue on Education in Capitalism Today (Glenn Rikowski)

    http://redie.ens.uabc.mx/vol5no1/contenido-notasaut.html#coral2
  • PRESENTACIN

    El presente documento es una compilacin de siete entrevistas realizadas a Peter

    McLaren por reconocidas figuras acadmicas internacionales.

    El lector encontrar tres entrevistas en el idioma espaol y el resto en ingls, que sin

    duda sern un valioso material de consulta para quienes estn interesados en

    conocer la posicin de Peter McLaren y la Pedagoga Crtica en relacin con la

    Globalizacin, el Posmodernismo, los Medios masivos de comunicacin y el

    Capitalismo, entre otros apasionantes temas.

    Este conjunto de textos es una invitacin a reflexionar sobre el papel que nos

    corresponde asumir como educadores crticos. Es tambin una provocacin para

    sumar esfuerzos en la construccin de un mundo diferente, donde tenga lugar la

    esperanza, el amor y la justicia.

  • La Pedagoga del Disidente de Peter McLaren: Prctica Revolucionaria en las entraas de la Bestia Ral Alberto lvarez

    Investigador del Departamento de Formacin Docente de la UMSS.

    Peter McLaren es profesor en la Graduate of Education and Information Studies of California, Los Angeles. Es autor y editor de ms de 35 libros sobre tpicos relacionados desde la etnografa crtica y la sociologa de la educacin hasta la pedagoga crtica, teora social crtica. Sus ms recientes libros incluyen "Che Guevara, Paulo Freire y la pedagoga de la Revolucin"; "la vida en las escuelas"; y "el marxismo contra el posmodernismo en la teora educativa". El profesor McLaren da conferencias alrededor del mundo sobre la poltica de liberacin. Sus trabajos han sido traducidos a 17 idiomas. Muchos de sus libros han sido galardonados por la Asociacin de Estudios de la Educacin Americana. Recientemente ha recibido el Paulo Freire Social Justicia Award, otorgado por la Chapman University, California.

    Si de algo adolecen las pedagoga hegemnicas de los ltimos 30 aos, es de una oxidada racionalidad que excluye todo tipo de sentimiento utpico. Es precisamente Peter McLaren quin escribe con mucha pasin la pedagoga, sobre la manera cmo esa misma pasin abre nuevos caminos, habilita otras lecturas y materializa cambios. Es uno de los pocos que se anima a pensar en una pedagoga para la revolucin, en tiempos donde es difcil vislumbrar horizontes y sueos nuevos, en una poca donde las propuestas pedaggicas cuentan con pesados aparatajes tcnoeconmicos instrumentales que prometen cierto asptico paraso plagado de competencias; y en momentos difciles para recuperar el manto mancillado de Marx desde la tumba en la que ha sido irnica y caprichosamente arrojado en momentos de xtasis posmoderna. Peter insiste en la importancia del compromiso poltico que toda pedagoga debe portar, y en este aspecto su ltimo trabajo ofrece no solo marcos para pensar la transformacin de sociedades injustas, sino tambin, cursos pedaggicos de accin planteando un desafi para los proyectos de izquierda en educacin. Es muy difcil ser pedagogo crtico en nuestro medio, donde los discursos eficientistas, de excelencia y acreditacin han seducido la subjetividad de los estudiantes desde el ncleo mismo del currculo; lo es tambin, para Peter, serlo --como Mart-- desde las "entraas de la bestia", y luchar por una pedagoga que incomoden, cuestionen, denuncien, desafen las prcticas pedaggicas de los educadores de una nacin ubicada en el centro mismo de las polticas culturales imperialistas.

    Peter, quiero agradecerte por haber accedido gentilmente a esta entrevista, es para mi una gran alegra realizarla ya que es la primera vez que te diriges a profesores y estudiantes en Bolivia, donde no es muy conocida la pedagoga crtica Qu es la pedagoga crtica en cuestin?

    Espero que las respuestas tengan sentido en el contexto boliviano. Pues la tradicin de la pedagoga crtica no es una historia fcil de seguir. Pero, si, comienza con el trabajo de Freire a principios de los aos 80 y se extiende a un renovado inters de John Dewey y el movimiento social reconstruccionista en los Estados Unidos desarrollado despus de la gran depresin en los aos 30, al igual que por un inters en la Escuela de Frankfurt y posteriormente por el trabajo de Foucault y Bourdieu. Los principales exponentes de la pedagoga crtica la han inter-fertilizado

  • con casi cada tradicin transdiciplinaria imaginable, incluyendo incursiones tericas en el trabajo de Richard Rorty, Jacques Lacan y Jacques Derrida. El alcance de la pedagoga crtica ahora se extiende a la educacin multicultural, educacin bilinge, teoras feministas y los campos asociados la alfabetizacin. A pesar de haber sido yo sealado como gran exponente de la pedagoga crtica, mi trabajo reciente es muy crtico con la orientacin que ella ha tomado. Pienso que es incoherente conceptualizar la pedagoga crtica, como muchos de sus exponentes comnmente lo hacen, sin una referencia con la lucha poltica y anticapitalista. El trmino "pedagoga crtica" usado en el escenario educativo actual, debe ser vista como un concepto ampliamente domesticado a tal punto que muchos de sus primeros exponentes, como Paulo Freire, son fuertemente temidos.

    Actualmente Marx marxista est rondando el discurso educativo, esta volviendo con una venganza a las ciencias sociales dicen varios especialistas, qu relacin ha tenido la pedagoga crtica con la teora de la reproduccin en boga entre los educadores progresistas de los aos '70, ah estaban los escritos de Althusser por ejemplo, y ms tarde Bourdieu.

    Me gusta el trabajo de Bourdieu, precisamente estoy terminando de leer su corto trabajo, Acts of Resistance: Against the Tyranny of the Market. Trabaj desde una posicin izquierdista del posmodernismo por muchos aos, particularmente con Giroux. Pero en los ltimos 7 aos he estado escribiendo como un Marxista. Por supuesto, actualmente est muy lejos de ponerse de moda ser educador marxista, en los Estados Unidos eso te marca como un traidor. Las acusaciones se extienden de ser un izquierdista ingenuo, catalogado como una deformacin del tiempo o ser visto como un patriarca antidiluviano. El precio de llevar la desgastada capa de revolucionario, es ser acusado de asumir una posicin poltica indefendible.

    Peter, en Bolivia ltimamente a ocurrido movilizaciones combativas contra el modelo neoliberal y las transnacionales imperiales. Qu conoces de mi pas, aparte de ser el lugar donde asesinaron al Che, un personaje que admiras (admiramos) mucho?

    Tena un estudiante cuyo cuado ayud al Che en La Paz. Pero no he tenido mucho contacto con los educadores bolivianos y aprecio la oportunidad de compartir algunas de mis ideas con vos. Debo admitir que s muy poco de primera mano sobre el contexto boliviano y espero aprender ms. Esta entrevista marca, espero, el principio de un dilogo que contine. La mayora de mi conocimiento de Bolivia ha sido por lectura de otros trabajos. S, el Che es una figura importante en mi trabajo, ms ahora al ser testigo de las comparaciones hechas por los medios de comunicacin norteamericanos entre Osama Ben Laden y el Che Guevara. Cualquier comparacin de Ben Laden con el Che es groseramente mentirosa, las diferencias son abismales: uno lucha para la instalacin de una teocracia autoritaria y represiva en donde subyugan a las mujeres, prohibindolas de trabajar y de recibir una educacin, donde las minoras estn siendo extirpadas por " infieles". El otro luch por una sociedad socialista y democrtica donde las mujeres trabajen junto a los hombres en una relacin de igualdad, donde el racismo se condena y se suprime, donde est desconocido el analfabetismo y donde cada persona tiene acceso a una educacin y a una asistencia mdica adecuada. La visin del Che de la democracia se puede poner en contraste con el de los Estado Unidos: mientras

  • ellos comparan la democracia sobre todo con elecciones "libres", el Che defini democracia ms en trminos de derechos y dignidad humana, en el sentido de proveer para cada uno, entre otras cosas, trabajo, educacin y asistencia mdica.

    Uno de tus ltimos trabajos titula precisamente El che Guevara, Paulo Freire y la pedagoga de la revolucin, cul es la lectura que haces del trabajo del Che y de Freire y que te motivo escribirlo?

    Quise lograr dos cosas cuando escrib el libro. Primero, introducir a los estudiantes de los Estados Unidos la figura de Che Guevara, porque la mayora de los estudiantes no tienen ninguna idea de lo que l sea, aunque han visto su retrato en las portadas de revistas o en camisetas. Mi segunda meta era evitar que el trabajo de Freire sea vulgarizado y domesticado, intent presentar a un Freire revolucionario, no un Pap Noel. Desafortunadamente, Freire ha devenido en un tipo de viejo bueno, que habl de la importancia del dilogo con los estudiantes, Freire era ms que esto. ste no es el Freire que conoc, y al que respeto, y quiero. Freire fue trasformado en la figura de un Pap Noel por los educadores norteamericanos que intentaron reinventarlo de las maneras que convengan a sus agendas liberales. El sentir compartido por Paulo y el Che es la capacidad de amar, un sentimiento que cuando es profundo y verdadero en los seres humanos no se agota en si mismo, sino que ofrece nuevas posibilidades a quin las experimenta radicalmente.

    La pedagoga crtica es tambin pedagoga revolucionaria?

    La pedagoga crtica se ha domesticado en los Estados Unidos. Lo que llamo "pedagoga revolucionaria" es mi tentativa de acercar a la pedagoga crtica a una conversacin Marxista-Leninista, Gramsciana, y a las tradiciones revolucionarias del Marxismo-humanista. No hay discusin alguna sobre estas tradiciones entre los educadores de las universidades en los Estados Unidos. Parte de la razn es que Freire y Gramsci estn ledos desde una perspectiva "culturalista", lo que significa divorciar sus trabajos de cuestiones de la lucha de clase. La tradicin educativa norteamericana ha relegado en gran medida a Gramsci, domesticando su trabajo sobre la sociedad civil y el Estado.

    Qu sentido tiene sta pedagoga en esta dura realidad de globalizacin econmica, donde las multinacionales estn carcomiendo los pases ms pobres, y la educacin est regida por la libre competencia, la calidad, la excelencia neoliberal.

    Las entraas, destripadas, de los pobres ahora sirven como msticos mecanismos para los adivinadores de las corporaciones de inversin. La lgica de la privatizacin y del libre mercado ahora modelan arquetipos de ciudadana, maneja sentidos de "buena sociedad", la educacin se ha reducido a un subsector de la economa, diseado para crear cybercitizens dentro de una teledemocracia de imgenes rpidas accionadas por las finanzas del capital. La insinuacin de la coherencia y de la lgica del capital en la vida diaria - y la elevacin del mercado al status sacerdotal- es algo que ha ocurrido con xito que refuerza su "inevitabilidad", sin embargo tambin nuevas posibilidades de encontrar resistencias e instrumentos para luchar en contra del capital. La pedagoga crtica es una posibilidad necesaria (pero no suficiente).

  • Por algunos de tus trabajos, se ve que recibiste cierta influencia de la teora posmoderna -aunque no capturado por ella. Cules son las posibilidades de lucha desde la educacin posmoderna y cules sus limitaciones?

    S, es verdad. Yo no deje totalmente el posmodernismo en mi trabajo, pero yo lo encuentro altamente problemtico. El problema es que un nfasis en la poltica de identidad (racial, gnero o identidades sexuales) puede sabotear la lucha de clases, especialmente cuando se aislada de la vasta totalidad social del capitalismo avanzado. La explotacin de clases no ha de ser privilegiada sobre el racismo o el sexismo o la homofobia por favor djame subrayar esto las formaciones capitalistas a menudo coordinan y organizan y reifican otras formas de opresin igualmente importantes. La explotacin de clases es una forma de opresin ms central, pero eso no significa que sea ms importante. Espero estar siendo claro.

    Actualmente existe una explosin, un nfasis marcado por las polticas de identidad, una proliferacin de temas como el multiculturalismo, la deconstruccin, etc, por tericos como Laclau, Mouffe, y otros.

    La pedagoga crtica ha tenido una tumultuosa relacin con la educacin dominante. Claramente, la comunidad educativa ha sido escrupulosamente antagonista a la crtica marxista, socavando eficazmente el desarrollo de la crtica marxista en educacin. Algunas corrientes intentan reunir una agenda educativa progresista pero invadidos por un prejuicio anticomunista. Personalmente escucho una resonancia atronadora de la nueva derecha en la obra de los posmodernos. Los pensadores que mencionas son ejemplos de ello. Djame decirte Ral que tengo un gran respeto por la erudicin de Laclau y Mouffe, pero ellos tienden a ver a las contradicciones sociales como problemas semnticos mientras que yo veo a las contradicciones sociales como ancladas en la naturaleza objetiva de las cosas, la explotacin no es un problema lingstico solamente tiene lugar objetivamente. La educacin multicultural contina docilizando sus mayores posibilidades emancipatorias al iniciar lo que yo creo son, en su mayora, llamados polticamente vacos por la diversidad, sin ningn cuestionamiento al centro capitalista. Este centro es lo que da firmeza a la produccin de la eterna recurrencia de lo "blanco". A la diversidad y la diferencia les es permitido proliferar y florecer, con tal de que permanezcan dentro de las formas prevalecientes del orden social capitalista, incluyendo la disposicin jerrquica de la propiedad.

    Peter, en un momento de xtasis de la mundializacin del capitalismo se habla curiosamente de la desproletarizacin, abandonando en el stano la dimensin clasista del anlisis de nuestras sociedades, a quedado obsoleta la nomenclatura marxista, es factible la lucha de clases hoy?

    Depende de lo que entiendes por lucha de clases. Los revolucionarios marxistas creen que el mejor camino para trascender al brutal y brbaro limite impuesto por el capital para la liberacin humana es a travs de prcticas centradas alrededor de la lucha de clases. Pero hoy el grito del clarn de la lucha de clases es despreciado por la izquierda burguesa como polticamente descabellada y leda como anuncio de una pelcula clase "C". La izquierda liberal esta menos interesada por la lucha de clases que en tratar de hacer un capitalismo ms "compasivo" a las necesidades de los pobres. Djame, Ral, hacer esta salvedad antes de proseguir. Yo no soy uno de

  • esos izquierdistas conservadores que observan el marxismo como una religin que explica todo lo que se necesite saber sobre la vida. El marxismo no es una fe; no es un discurso sibilino, yo no tengo nada que ver con ese marxismo eclesistico. De hecho el marxismo sita su origen en buenas obras ms que en la fe. Pone el nfasis en denunciar y transformar el mundo y no extrangularlo con tentculos doctrinales, el materialismo histrico no es una confesin de una pureza prstina. Creo en el poder de la salvacin, pero esto, me temo, es pedir demasiado a Dios, y a Marx!. Quiz hoy esta lucha es ms urgente que en algn otro momento de la historia humana. Mira lo que sucedi en Seattle, Porto Alegre, Gnova: miles de jvenes protestando contra el Banco Mundial y los interesas econmicos globales. Pienso que una nueva generacin de jvenes est despertando a las injurias de las relaciones capitalistas globalizadas.

    Es evidente que vivimos una poca conservadora, dentro los marcos impuestos por el pensamiento nico y la nueva derecha educativa, en este contexto, cul es el desafi ms importante en el terreno de la investigacin educativa?

    Yo veo el rol de los profesores como luchadores por un mundo mejor, y eso significa entender la dimensin ideolgica del trabajo docente y la naturaleza de la clase basada en la explotacin dentro de la economa capitalista y sus aparatos legales y educativos. Me gust mucho el rol pblico de Bourdieu llevando su poltica a las calles y fabricas de Francia, luchando contra las injusticias estructurales y las inestabilidades econmicas producidas por el neoliberalismopeleando contra las prcticas totalitarias que estn facilitando la explotacin de los trabajadores del mundo. Ese es el camino, el desafo ms inmediato es descubrir los caminos para alimentar a los hambrientos y proporcionar abrigo a los sin techo, traer alfabetizacin a aquellos que no pueden leer ni escribir. La pedagoga revolucionaria es desmitificadora, en ella los sistemas de signos dominantes son reconocidos y desnaturalizados, el sentido comn es historizado, y la significacin es entendida como una prctica poltica.

    En casi toda tu obra, Peter, se aborda el problema educativo como una cuestin "escolar", qu hay de la educacin superior?

    El problema es que mientras las universidades sirvan como simples testigos morales del contexto social en el que ellos estn alojados, sern solo un pequeo sitio funcional ms para asociaciones comerciales en educacin superior. El mundo corporativo bsicamente controla el mbito y alcance de los programas acadmicos y en los Estados Unidos la investigacin militar es conducida dentro los campus. La universidad es el sitio de razn instrumental donde se hace eco a los conocimientos que pueden ser conectados con la acumulacin del capital. No olvides que los Rectores de las universidades son nombrados por el gobernador, son en realidad, designaciones polticas. Mientras hablamos en nuestras clases de dignidad, justicia social, solidaridad, activismo poltico, etc., la universidad trata a sus profesores, los trabajadores de servicio y a los estudiantes sin ninguna consideracin. Muchos de los trabajadores universitarios son pagados con salarios miserables, sin ningn, beneficio de salud, social o un pequeo seguro de trabajo. Nosotros necesitamos hacer de la universidad el espejo de la justicia social de la cual muchos profesores hablamos en nuestras clases.

  • Peter, durante los ltimos aos el proyecto neoliberal ha corrodo todos los mbitos de nuestra vida social, los sistemas e instituciones educativas han sufrido su propio "ajuste": la reforma de la educacin superior es llevadas adelante ms por los organismos internacionales como el Banco Mundial, modificando el sentido pblico de las universidades en razn de los intereses del capital trasnacional.

    El Banco Mundial sirve a los intereses de un selecto grupo de Estados naciones dominantes, particularmente a los Estado Unidos. Yo no creo que el fracaso de los pases de Africa y Amrica Latina, por ejemplo, por lograr la prometida prosperidad halla sido un resultado de un efecto a corto plazo del proceso de mercado dirigido al crecimiento. Como Petras y Veltmeyer, yo creo que el hueco entre el Sur y el Norte esta en creciente desarrollo. Ah se esta agravando las ms grandes disparidades entre los segmentos ms ricos y la poblacin ms pobre del mundo. Las reformas educativas enlazadas a las medidas de ajuste estructural estn relacionados funcionalmente a los fines lucrativos de la gran banca mundial. El ajuste estructural fue y es solo, claramente, beneficioso para los inversores transnacionales.

    A partir del 11 de septiembre, asistimos a una especie de "criminalizacin" de los sectores progresistas, de los intelectuales de izquierda, izquierdistas, movimientos populares o activistas sociales por todo el mundo, es de suponer que esto ha complicado el trabajo de los educadores crticos en los Estado Unidos.

    Por supuesto, en esta particular coyuntura histrica corres el riesgo de sufrir cargos de anti-patriotismo. Los educadores crticos a travs de los Estados Unidos estamos atestiguando una inconsciente xenofobia Estatal, militarista, erosin de las libertades civiles. El ataque terrorista del 11 de septiembre es aprovechado por Bush y su administracin para derrotar a la democracia en su vanaglorioso intento de defenderse del terror. Eso crea un clima que hace difcil a la pedagoga crtica, sino imposible. Como un sacerdote de las artes negras, Bush ha desenterrado los putrefactos restos de las retricas de Ronald Reagan del panten fascista, acompaado con las groseras nociones de "Amrica la Buena", barnizada por la totalitaria jerga entre "nosotros y ellos"; y las democracias occidentales contra las hordas brbaras del tercer mundo. Evocando el rol del divino profeta quin se identifica con el brazo de la recompensa divina, la espada de Bush revela la escatolgica resaca de la guerra contra el terrorismo, quizs ms evidente en su totalizantes y maniqueas declaraciones al comparar a Bin Laden y sus guerreros como el mal absoluto, y a los Estado Unidos el apogeo de la libertad y la bondad. El consejo americano de Fideicomiso (fundado por Lynne V. Chaney, la esposa del vicepresidente Dick Chaney) ha publicado un documento, condenando la opinin de muchos profesores universitarios por los ataques del 11 de septiembre, titulado "defendiendo la Civilizacin: cmo nuestras universidades estn fallando a Amrica, y qu se puede hacer sobre el". El reporte detalla 117 incidentes que supuestamente revelan una traicin del profesorado a la defensa de la civilizacin y la democracia.

    "Resistencia" este es uno de los conceptos ms usados por los movimientos antiglobalizacin, y como bandera de lucha de barios movimientos progresistas actuales, cmo entiende el significado de "resistencia"?

  • Como un intento de hacer el trabajo que Marx llamo en sus Manuscritos Filosficos, "la libre expresin y por lo tanto el placer de vivir la vida," la resistencia es necesaria, disentir es necesario. La resistencia lleva dentro suyo las semillas de la esperanza. El desafo es crear un autentico movimiento social que sea igualitario y participativo no una diferente forma de control de clase. Esto significa luchar contra las fuerzas de la privatizacin imperial, inducida no solo en la educacin, sino en toda la vida social. Siguiendo a Marx, Eagleton afirma que somos libres cuando, como los artistas, producimos sin el aguijn de la necesidad fsica, y es esta naturaleza para Marx la esencia de todos los individuos, por eso te deca que vivo en las "entraas de la bestia". sta es la barriga de la bestia, una bestia que en el proceso de acumular riqueza para unos pocos y el sufrimiento para la vasta mayora, esta destruyendo al mundo. Desmontando los smbolos del imperialismo destruimos este impuro y nefasto matrimonio de la acumulacin capitalista y la violencia neocolonial, y creando la posibilidad de reconfiguraciones anticolonialistas del espacio poltico-cultural en el mismo tiempo en que es iniciada como sistema de produccin socialista.

    Peter, quiero agradecerte nuevamente por esta entrevista. Hace casi 15 aos atrs, en 1987 Paulo Freire visito Bolivia por segunda ocasin, y en la Universidad de San Simn propuso una "comprensin crtica de la pedagoga, habl de cambio social, de una "concepcin subversiva del cambio que busca reinventar la sociedad, reinventar el poder". Mensaje que nos recuerda tu obra. Muchas gracias.

    Ha sido maravilloso tener este dialogo contigo, Ral, y ser capaz de hablar por medio de l a los educadores de Bolivia, y alcanzarlos a la distancia con un abrazo solidario. Agradecerte por esta oportunidad de compartir algunas ideas, y para compartir una esperanza comn por la paz y la justicia. Hasta la victoria siempre compaero.

  • El sentido de la pedagoga crtica en la era de la globalizacin despus del 11 de septiembre de 2001. 1

    Entrevista a Peter McLaren 2 (versin en espaol actualizada)

    Luca Coral Aguirre Muoz

    [email protected] Instituto de Investigaciones y Desarrollo Educativo

    Universidad Autnoma de Baja California

    Km. 103 Carretera Tijuana-Ensenada Ensenada, Baja California, Mxico

    Resumen

    Frente a las teoras posmodernas que argumentan el fin de la clase trabajadora, Peter McLaren analiza la globalizacin del capitalismo como una forma de imperialismo, con una perspectiva crtica que se fundamenta en la teora marxista y en los conceptos de clase social y lucha de clases. Con motivo de los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 describe la poltica exterior de los Estados Unidos y sus efectos en el mbito internacional. Adems, defiende la figura heroica del Che Guevara frente a las acusaciones de algunos crticos estadounidenses que lo comparan con Bin Laden. Para la educacin, las conclusiones de este anlisis esclarecen el rol de la Pedagoga Crtica, cuyo papel es contribuir a la creacin de una sociedad equitativa sostenida por los valores socialistas de cooperacin y solidaridad.

    Palabras clave: Globalizacin, clase social, pedagoga crtica.

    Abstract

    In the face of postmodern theories claiming the end of the working class, Peter McLaren discusses the globalization of capitalism as a form of imperialism; he does so from a critical perspective founded on Marxist theory and on the concepts of social class and class struggle. Regarding the events of September 11, 2001, he describes U.S. foreign policy and its effects at the international level. He also defends the heroic figure of Che Guevara against accusations by some US critics that Che should be compared to Bin Laden. The conclusion of this analysis defines the role of critical pedagogy in education, whose purpose is that of contributing to the creation of an egalitarian society based on the socialist values of cooperation and solidarity.

    Key words: Globalization, social class, critical pedagogy.

    Peter McLaren inici su carrera como educador en Toronto, Canad, su ciudad natal, enseando en una escuela del interior, en una de las zonas ms densamente pobladas de su pas. McLaren termin su doctorado en The Ontario Institute for Studies in Education, de la Universidad de Toronto en 1983. En 1985, McLaren particip con Henry Giroux en la creacin del Centro de Estudios de Educacin y Cultura, en la Universidad de Miami, en Ohio, en donde colabor como director asociado y director. En ese perodo fue distinguido con el ttulo de Renowned Scholar in Residence, School of Education and Allied Professions. El profesor McLaren es autor y editor de ms de 35 libros, varios de ellos premiados, y cientos de artculos en una extensa gama temtica: etnografa crtica, sociologa de la educacin, cultura popular, alfabetizacin crtica, teora marxista y pedagoga crtica. Su trabajo ha sido traducido a 15 idiomas. En 1993 inici su trabajo en la Universidad de California, en donde participa como profesor en la Escuela de Graduados en Educacin. Sus libros ms recientes son:

    http://redie.ens.uabc.mx/vol5no1/contenido-coral2.html#uno#unohttp://redie.ens.uabc.mx/vol5no1/contenido-coral2.html#dos#doshttp://redie.ens.uabc.mx/vol5no1/contenido-notasaut.html#coral2mailto:[email protected]
  • Schooling as a ritual performance (2000), Critical pedagogy and predatory culture (1995), Revolutionary Multiculturalism (1997) y Che Guevara, Paulo Freire, and the pedagogy of revolution (2000).

    Luca Aguirre Muoz (LAM): Tericos de la posmodernidad han argumentado que la clase trabajadora ha desaparecido hace tiempo en los Estados Unidos y que lo que enfrentan los Estados Unidos es una nueva economa de la informacin en una nueva era de globalizacin. Qu puede usted decir a esto?

    Peter McLaren (PM): Si los posmodernistas aquellos bandidos a la moda de los salones de la burguesa y de las aulas de seminarios del English Department quieren jactarse de la desaparicin de la clase trabajadora en los Estados Unidos y celebrar la nueva cultura del estilo de vida del consumo, necesitan entonces reconocer que la as llamada desaparicin de la clase trabajadora en los Estados Unidos est reapareciendo de nuevo en las lneas de montaje de China, Brasil, Indonesia, y por todas partes, donde existen muy pocos impedimentos a las organizaciones de lucro de Estados Unidos. Por supuesto, esta observacin realmente confunde el asunto un tanto, porque existe una clase trabajadora en los Estados Unidos. sta no ha desaparecido pero se ha reconfigurado y resignificado un tanto. De vuelta a su pregunta sobre la globalizacin, pienso que la globalizacin puede ser mejor comprendida como una forma de imperialismo, una intensificacin de las ms viejas formas de imperialismo.

    La globalizacin representa una fachada ideolgica que camufla las numerosas y variadas operaciones del imperialismo. En efecto, el concepto de globalizacin ha reemplazado efectivamente el trmino imperialismo en el lxico de la lite gobernante, con el propsito de exagerar el carcter global del capitalismo como un poder totalmente acompasado e infatigable que, aparentemente, ningn estado-nacin tiene los medios para resistir u oponerse. Por dems enreda el asunto de que el capitalismo ya no necesita por ms tiempo la proteccin del estado-nacin.

    LAM: Esta posicin esconde el hecho de que el poder del estado trabaja principalmente en nombre de las corporaciones transnacionales?

    PM: Si, as es. La tesis de la globalizacin sostiene, por dems, que dondequiera el poder del estado puede ser empleado en inters de las grandes corporaciones multinacionales, no debe ser utilizado en el inters de la clase trabajadora. Estoy usando el trmino imperialismo aqu siguiendo a Lenin, para referirme a la fusin del capital industrial va carteles, gremios y conglomerados con el capital bancario, el resultado de la cual es el capital financiero. Estoy de acuerdo con William Robinson (2001-2002) de que el capital transnacional ha llegado a convertirse en hegemnico y que esas fracciones transnacionales han ganado ampliamente un poderoso predominio sobre los estados-nacin en el mundo. El bloque global histricamente capitalista est intentando consolidar su pacto social, pero est dividido por contradicciones y fuerzas competitivas. No es la misma cosa que argumentar que el capitalismo global est flotando libremente. Aunque el capitalismo estaba anteriormente organizado en circuitos nacionales limitados geogrficamente y hoy esos circuitos estn menos anclados al estado-nacin, esto no significa que los estados-nacin son sitios irrelevantes para el capital expropiador, o sitios para la resistencia de la capitalizacin de la vida en el mundo entero. Estoy de acuerdo con la visin de Robinson (2001) de que la configuracin social del espacio dentro de los circuitos transnacionalizados del capital no pueden ser concebidos por ms tiempo solamente o principalmente en trminos de estado-nacin. Tenemos que pensar ms en trminos de lo que Robinson describe como una acumulacin desigual denotada por la mayor parte del grupo social antes que como diferenciacin por el territorio nacional. Los estados-nacin y los sistemas de produccin nacional ya no median las configuraciones locales, regionales y globales del espacio a la manera que la usaron antes de moverse hacia una transnacionalizacin de las fuerzas productivas.

  • LAM: Luego, globalizacin no se refiere a la estandarizacin de las mercancas? Se refiere a que un mismo modelo de ropa aparece en los centros comerciales de todo el mundo?

    PM: Es mucho ms que esto. Est ligado a la poltica del neoliberalismo, en el cual la violencia se impone por s misma a travs de una recomposicin de la relacin capital-trabajo. Tal recomposicin conlleva a la subordinacin de la reproduccin social, a la reproduccin del capital, la desregulacin del mercado del trabajo y la transferencia del capital local destinado a los servicios sociales al capital financiero para la inversin global. Teresa Ebert (2001) ha hecho una lcida e incisiva crtica materialista de dos aproximaciones a la globalizacin: lo que ella llama la globalizacin como argumento de transnacionalismo y la teora poltica de la globalizacin. La representacin anterior de la globalizacin se refiere a la emergencia supuesta de una nueva comunidad mundial, basada en un cosmopolitismo compartido y una cultura del consumo. Esta perspectiva comparte una orientacin de la cultura y del estado. La orientacin de la cultura enfatiza los intercambios simblicos globales relacionados con valores, preferencias y gustos, antes que la desigualdad material y las relaciones de clase. Es esencialmente una forma de lgica cultural. El enfoque del estado explora la relacin entre lo local y lo global y, en cuanto globalizacin, significa la reorganizacin y la desaparicin del estado-nacin. Las teoras polticas de la globalizacin generalmente argumentan el status de soberana del estado-nacin. Argumentan que los cdigos legales locales, las monedas locales, los hbitos locales y las costumbres que permiten el crecimiento del capitalismo, ahora sirven de impedimentos al capital, de tal manera que ahora se estn desarrollando nuevas instituciones transnacionales ms apropiadas a la nueva fase del capitalismo. Ebert enfatiza correctamente la importancia de la produccin y de la relevancia que la poltica de la globalizacin tiene realmente: La privatizacin continuada de los medios de produccin, la creacin de mercados en expansin para el capital y la creacin de un mercado sin lmites de un trabajo altamente calificado y muy barato, con miras a que los capitalistas mantengan su cuota competitiva de ganancia. En breve, este proceso se circunscribe por completo a la internacionalizacin de las relaciones capitalistas de explotacin.

    LAM: Pensndolo bien, este nuevo imperialismo en verdad no es nuevo del todo.

    PM: Es correcto. Como Ramin Farahmandpur y yo hemos argumentado repetidamente es realmente una combinacin de prcticas del viejo estilo militar y financieras, as como de intentos recientes de las naciones desarrolladas para imponer la ley del mercado a toda la humanidad. El nuevo orden mundial de la aristocracia global se ha implantado para expandir el libre mercado en el inters de ganancias rpidas (justamente pienso en Enron!), incrementar la produccin global, elevar el nivel de las exportaciones en el sector manufacturero e intensificar la competencia entre las corporaciones transnacionales. Ya se han beneficiado, asimismo, del trabajo de medio-tiempo y ocasional, han reducido el contingente de empleo de tiempo completo y han acelerado la inmigracin del Tercer Mundo y de pases en desarrollo hacia las naciones industrializadas.

    Estoy muy de acuerdo con la tesis de James Petras y Henry Veltmeyer (2001) aqu. El capital y las mercancas que se mueven a travs de las fronteras nacionales siempre se centraron en estados nacionales especficos. Los resultados de la expansin del capital y las mercancas a travs de las fronteras nacionales siempre han beneficiado a las clases de manera inequitativa; incluso cuando usted considera la presencia contempornea de capitales transnacionales de los anteriores pases coloniales que estuvieron vinculados en la exportacin de capital. Petras y Veltmeyer dan los ejemplos aqu de China, Hong Kong, Mxico, Chile, Corea del Sur, Taiwn y Arabia Saudita. Aunque el mundo est viendo ms millonarios nuevos de pases ex-coloniales y la expansin de nuevos centros de acumulacin, las relaciones cualitativas de clase permanecen las mismas. La clase capitalista la lite capitalista transnacional se beneficia, mientras las clases trabajadoras continan siendo explotadas con una brutalidad sin precedentes.

    LAM: Pudiera resumir un poco ms sus observaciones recientes?

  • PM: Lo intentar, pero creo que ellas fueron ms valiosas en el examen en detalle que lo que puedo hacer aqu. Ellos mantienen la idea de que la globalizacin, como una participacin de economas cuya interdependencia nacional conducir a compartir beneficios, es ofuscante. Es ms apropiado usar el concepto de imperialismo, que enfatiza la dominacin y explotacin por medio de los estados imperiales, las corporaciones multinacionales, los bancos de los estados menos desarrollados y las clases trabajadoras. La nocin de imperialismo se ajusta mucho mejor a la realidad de la situacin. Como Petras y Veltmeyer (2001) esclarecen, que son los dominados primeramente los del Tercer Mundo, quienes son los de reas de salarios ms bajos, exportadores de intereses y ganancias (no importadores), y que ellos son prisioneros de las instituciones financieras internacionales, dependen de mercados limitados en el extranjero y de productos de exportacin. Existe una fuerte relacin entre el crecimiento de los flujos internacionales de capital y el incremento de las desigualdades entre los estados y entre los salarios de los presidentes ejecutivos de las corporaciones (por sus siglas en ingls CEOs) y los trabajadores.

    LAM: Volvamos al concepto de clase social. Pudiera usted, por favor, elaborar esto? Cmo entiende usted el concepto de clase social y educacin en lo que algunas personas llaman un mundo postmoderno, globalizado?

    PM: Permtame intentar responder como mejor pueda hacerlo. Ken Moody (1997) seala que el nmero de trabajadores industriales en el sur global ha aumentado de 285 millones en 1980 a 407 millones en 1994. Las escalas de la clase trabajadora estn creciendo, y en los pases ms industrializados como Brasil, Corea del Sur y Sudfrica los afiliados a sindicatos estn en aumento. Sin embargo, la composicin de la clase trabajadora est cambiando. Hay ms empleo temporal, informal, as como un desempleo creciente y todo esto junto est ocurriendo a una velocidad mucho ms rpida que la creacin de puestos de trabajo formales, permanentes.

    As que mayormente tenemos en la actual clase trabajadora un nuevo ejrcito de reserva de trabajo, como Marx lo indic. Dada la creciente escala de desarrollo capitalista y la separacin de los productores directos de los medios de produccin, nunca ha habido un tiempo ms importante para repensar la nocin de clase social. La clase gobernante ha desviado la atencin de la realidad de clase basada en la desigualdad dentro de la globalizacin del capitalismo, tomando ventaja de los conflictos intra y a travs de la clase. Por supuesto, la situacin en Argentina ha revelado justamente cun seria ha llegado a ser la crisis del capitalismo global.

    LAM: Necesitamos recordar que no todas las clases en los estados-naciones se benefician de la globalizacin del capitalismo?

    PM: Correcto. Son mayoritariamente las ms grandes empresas las que prosperan. Creo que especialmente en esta coyuntura particular de la historia, es importante abordar la cuestin de la clase social desde una perspectiva marxista. Enfatizara esto incluso ms all, considerando el hecho de que en las universidades en Gran Bretaa, los Estados Unidos y en cualquier lugar, una visin neo-weberiana de clase social, junto con su tendencia tecnicista a ligar la idea de clase social a la ocupacin, an predomina. Aqu me guo por la iniciativa de algunos de mis colegas britnicos Paula Allman (1999), Dave Hill y Mike Cole (2001) y Glenn Rikowski (2002), para ser especfico quienes han escrito en abundancia sobre esta materia. Ellos han criticado ampliamente las categoras convencionales neo-weberianas de clase social basadas no solamente en el ingreso, sino tambin en las nociones de status y patrones asociados de consumo y estilos de vida porque semejantes nociones ignoran, por supuesto esconden, la existencia de la clase capitalista aquella que domina la sociedad econmica y polticamente. Esta clase posee los medios de produccin y los medios de distribucin y de intercambio, por ejemplo, ellos son los dueos de las fbricas, las compaas de transporte, la industria, las finanzas, los medios masivos de informacin.

  • En otras palabras, estos modelos basados en el consumo enmascaran la existencia de los capitalistas, incluidos los sper ricos y los sper poderosos: la clase gobernante. En adicin a esto, las clasificaciones basadas en el consumo de clase social enmascaran la relacin fundamentalmente antagnica entre las dos clases principales en la sociedad, la clase trabajadora, y la clase capitalista. Por supuesto, el anlisis marxista est ligado al antiamericanismo. La Guerra Fra bsicamente puso al marxismo fuera de la principal corriente de vida intelectual en Estados Unidos. Algunos acadmicos marxistas habitan las universidades, mas se encuentran bajo cercano escrutinio, especialmente despus del 11 de septiembre. A pesar de esto, necesitamos analizar la clase empleando el mtodo marxista. Es ms... importante ahora que nunca, especialmente por la influencia del posmodernismo, en la izquierda de Estados Unidos.

    LAM: Cmo ve usted la clase social a travs de un anlisis marxista?

    PM: Bien, permtame explicar ms all cuanto quiero significar por el concepto de clase. La clase social incluye no solamente a los trabajadores manuales sino tambin a millones de trabajadores de cuello blanco, tales como empleados de banco y cajeros de supermercados, cuyas condiciones de trabajo son similares a los trabajadores manuales. Hill y Cole (2001), Allman (2001), Rikowski (2000), Peter Mayo (1999) y otros marxistas han argumentado largamente que las concepciones neoweberianas y tecnicistas de funcin de clase para segmentar a la clase trabajadora, encubren la presencia real de clase trabajadora. Mediante la segmentacin en diferentes grupos de trabajadores, por ejemplo, de cuello blanco y de cuello azul, trabajadores en cargos de direccin y trabajadores desclasados, se divide a la clase trabajadora contra s misma, esta es la tctica conocida de divide y gobierna.

    Mediante la creacin de subdivisiones de la clase trabajadora en fracciones de clase o segmentos, es ms fcil disfrazar los intereses comunes de estos grupos diferenciados que comprenden la clase trabajadora. Esto inhibe fundamentalmente el desarrollo de una conciencia (de clase) comn en contra de la explotacin capitalista de clase. En la fuerte crtica marxista de Hill y Cole (2001), la principal corriente de la perspectiva neoweberiana de clase social revela su naturaleza inherentemente ideolgica. Su ms reciente libro, Escuela e Igualdad: Hecho, Concepto y Poltica, se ampla en este punto, tanto como la provisin de revelaciones significativas en el impacto educativo sobre gnero, raza y otras formas de inequidad que circundan la vida contempornea.

    LAM: Estados Unidos ha tenido xito con su campaa de propaganda a favor del libre mercado. Cul es su opinin?

    PM: La clase gobernante de Estados Unidos ha elaborado un argumento muy fuerte de que la disminucin de la riqueza en los pases en desarrollo es rescatada desde las actividades globalizadas de los pases capitalistas ms avanzados. Esto, por supuesto, es una escueta y frontal mentira, pero esta mentira ha sido escondida al pblico por los medios masivos de informacin. De hecho, realmente, las corporaciones transnacionales extraen el capital de los pases pobres antes que traer nuevo capital. Debido, con frecuencia a lo bajo de sus ahorros, los bancos en los pases desarrollados ms bien prestan a sus propias corporaciones subsidiarias (que envan sus ganancias de regreso a las naciones avanzadas), antes que ponerse a luchar en negocios locales en los pases del Tercer Mundo. Confrontados a los precios bajos por las exportaciones, altas tarifas en mercancas procesadas, ausencia de capital y aumento de precios, los negocios locales estn bloqueados por un atrincherado empobrecimiento, debido a cuanto ha sido descrito eufemsticamente como medidas de ajuste estructural para equilibrar el presupuesto.

    LAM: Cmo estn financiadas estas medidas?

  • PM: Principalmente a travs de cortes en el gasto para desarrollo humano. La Organizacin Mundial del Comercio no permite a los pases pobres dar prioridad a la lucha contra la pobreza por sobre el aumento de las exportaciones o escoger un modelo de desarrollo que vaya en avance con los intereses de sus propias poblaciones. La gran empresa controla al gobierno aqu en Estados Unidos (bien, la gran empresa y el complejo militar industrial, dira), y Estados Unidos bsicamente est dedicado al servicio de las ganancias antes que a sus ciudadanos. El escndalo Enron nos ha mostrado esto; el espejo Bush y Cheney, de modo aterrador, la mentalidad corporativa de Enron, CEO. Muchas corporaciones tiene ms poder de generar ingreso que pases enteros. Por ejemplo, General Motors es ms grande que Dinamarca en riqueza; Daimler Chrysler es mayor que Polonia; Royal Dutch/Shell ms grande que Venezuela; necesitamos retroceder y respirar profundo, preguntarnos a nosotros mismos a quin como ciudadanos en la democracia de un cartel de nio en el mundo en verdad servimos y de quines son los beneficios. En 1990, las ventas de cada una de las primeras corporaciones (General Motors, Wal-Mart, Exxon, Mobil y Daimler Chrysler) fueron mayores que el producto interno bruto (PIB) de 182 pases.

    Veamos ms de cerca la situacin aqu en los Estados Unidos. Estamos en la actualidad presenciando una reaccin en contra de los derechos civiles de los grupos minoritarios, inmigrantes, mujeres y nios de la clase trabajadora. Lo que estamos viendo esencialmente es el incremento de los derechos para los propietarios de los negocios por todo el mundo privatizacin, recortes presupuestales y flexibilidad laboral debido a la ausencia intencionada de controles gubernamentales en la produccin, distribucin y consumo de mercancas y servicios lanzados al mercado por las polticas econmicas neoliberales. Dentro de la democracia de Wall Street de los Estados Unidos, la tirana del mercado, que sujeta despiadadamente el trabajo a sus fuerzas regulatorias y homogenizadoras de reproduccin social y cultural, est puesta al descubierto. Las entraas de los pobres destripados sirven como mecanismos de adivinacin para las corporaciones de inversin. No llega a sorprender que la privatizacin del servicio de salud, la drstica reduccin de los servicios sociales para los pobres y los rumores de la seguridad social en convivencia con Wall Street han coincidido con la paralizacin del crecimiento de los salarios y el declive de la prosperidad econmica para la mayora de los hombres, mujeres y nios de la clase trabajadora. Estas tendencias recientes tambin estn asociadas con la disminucin de la clase media en los Estados Unidos.

    LAM: Dado semejante escenario desalentador, la democracia pudiera ser inalcanzable?

    PM: En gran parte. Presenciamos las fronteras de la libertad humana empujadas hacia atrs, mientras las fuerzas del libre mercado son empujadas hacia adelante por la clase dirigente. Sorprendentemente, dado incluso este impactante estado de inequidad social y econmica en expansin en los Estados Unidos, el capitalismo nunca ha estado tan ciegamente infatuado con su propio mito del xito. Los lderes corporativos en los Estados Unidos y los medios masivos dominantes, nos han acostumbrado peligrosamente a aceptar el supermercado capitalista como la nica realidad social posible. La ideologa pro-capitalista contempornea traiciona con una notoria amnesia al capitalismo en s mismo. Olvida que su xito depende de la sangre, el sudor y las lgrimas del pobre. En efecto, naturaliza la explotacin del pobre y de la pobreza en el mundo, reduciendo a los trabajadores al precio del mercado de su poder laboral. Si los capitalistas norteamericanos pudieran hacer lo que quisieran, pondran a la venta en el mercado las lgrimas de los pobres.

    La compra y venta de vidas humanas como mercancas la creacin de lo que Marx denomin esclavos asalariados debe ser garantizada como factor constitutivo de nuestra democracia, as que esta condicin es cuidadosamente disfrazada como un acuerdo voluntario contractual; incluso, las nicas alternativas de batir la suave palma de la mano invisible del mercado de la indiferencia a las necesidades humanas son hambruna, enfermedad y muerte. A liberales y conservadores, por igual, les agrada acumular expresiones de aprobacin a los Estados Unidos como el bastin mundial de la democracia, mientras ignoran el hecho de que su grandilocuente sueo de salvar al mundo ha sido un fracaso deprimente. El retroceso de las economas del as llamado Tercer Mundo ha llegado a ser una condicin necesaria para el florecimiento de las economas del as denominado Primer Mundo.

  • LAM: A pesar de la fanfarria alrededor de las promesas del libre mercado, se mantiene el hecho de que los pases avanzados y desarrollados han sido heridos por la globalizacin?

    PM: nicamente unos pocos centros metropolitanos y estratos sociales selectos se han beneficiado y no es un secreto quines son estos selectos ocupantes. La integracin funcional entre produccin, comercio, mercados financieros globales, transporte y tecnologas rpidas que hacen transacciones financieras instantneas, han facilitado el redespliegue de capital a lugares de menor costo que permiten la explotacin sobre la base de las ventajas que aportar a aquellos que anhelan llegar a ser parte del club de millonarios.

    En la medida en que las lneas de la unin global crecen y el capital especulativo y financiero golpea a travs de las fronteras nacionales, en comando al estilo asalto (entrar, tomar las mercancas y salir), el estado contina experimentando dificultad en el manejo de las transacciones econmicas, pero no se ha separado an de la estructura del imperialismo corporativo. Las corporaciones transnacionales y las instituciones financieras privadas los miembros de Gold Card de la burguesa lder mundial han formado lo que Robinson y Harris (2000) llaman un clan capitalista transnacional. Y mientras el bloque capitalista histricamente emergente est marcado por contradicciones en trminos de cmo alcanzar un orden regulatorio en la actual economa global, los capitales nacionales y los estados nacionales continan reproducindose a s mismos. Los mercados locales no han desaparecido de la escena, dado que continan proveyendo el piso de balasto para el estado imperialista mediante el aseguramiento de las condiciones generales para la produccin y el intercambio internacionales.

    La globalizacin del capital ha ocasionado lo que dramticamente Mszros (1999) describe como el igualamiento de la cada de la tasa diferencial de la explotacin, donde los trabajadores de todo el mundo incluyendo a aquellos en los pases capitalistas avanzados tales como los Estados Unidos estn enfrentando un deterioro constante de las condiciones de trabajo, debido a la crisis estructural del sistema capitalista, una crisis de capitalismo monetarista y de mercantilizacin agresiva de las relaciones sociales.

    El capitalismo est fundado en la sobreacumulacin del capital y en la superexplotacin de los trabajadores asalariados de rango y fila. Las irreversibles contradicciones inherentes dentro de las relaciones capitalistas sociales y econmicas aquellas entre el capital y el trabajo nos conducen mucho ms lejos de la rendicin de cuentas democrtica y nos llevan ms cerca a lo que Rosa Luxemburg (1919) defini como una edad de barbarie.

    LAM: Considera que la naturaleza del capitalismo se mantiene oculta?

    PM: Est oculta porque se encuentra en todas partes. En otro caso, los animadores del capital han ocultado su diablica naturaleza y se rehsan a rendir cuentas a los intereses democrticos detrs de la afirmacin sin respuesta de que el libre mercado promueve la democracia. En efecto, los gobiernos auto-determinantes slo logran meterse en el camino de la meta de las corporaciones transnacionales, esto es, como el filsofo canadiense John McMurtry (2001a) argumenta, abrir todos los mercados domsticos, los recursos naturales, infraestructuras construidas y las reservas de trabajo de todas las sociedades del mundo al control de las transnacionales extranjeras, sin la barrera del gobierno autodeterminante y el pueblo en el camino.

    McMurtry (2001b) afirma que la democracia de libre mercado es un trmino autocertificado bajo la premisa de la ms odiosa de las mentiras. Las corporaciones nos manejan en la direccin de la doctrina del mercado, una doctrina legitimizada por su bautismo en el fuego de la produccin mercantil. l pregunta: Quines son los productores? Ellos son, despus de todo, los propietarios del capital privado que compran el trabajo de aquellos que producen, incluyendo, anota McMurtry, el

  • trabajo de aquellos trabajadores de direccin de cuello blanco y los tcnicos. Mientras algunos propietarios inversores pueden ser productores pagndose como gerentes en adicin a la remuneracin que reciben como propietarios, la mayora de los productores corporativos en realidad no producen mercancas. Estos propietarios no tienen funciones en los procesos de produccin y estn constituidos como entidades legales ficticias o personas corporativas. Los verdaderos productores los trabajadores son reducidos a factores de produccin sin rostro empleados por los dueos de la produccin. Como McMurtry (2001b) argumenta, no existe libertad para los verdaderos productores dentro de la economa de libre mercado. Esto sucede porque los verdaderos productores pertenecen al empleador, donde sirven como instrumentos de la voluntad del empleador. La poca libertad que existe se localiza en la cima de los niveles de direccin, pero incluso aqu la libertad existe solamente tanto como se conforma al comando de organizacin de maximizacin de rentabilidad para los accionistas o los propietarios. La obediencia a la deidad del mercado ha sido percibida como la nica senda de libertad y satisfaccin.

    LAM: Puede usted ser ms especfico en cmo se pudiera evaluar el xito del capitalismo globalizado?

    PM: El desempeo econmico de los pases industrializados bajo la globalizacin durante los aos de 1980 y 1990 es mucho ms pobre que durante los aos de 1950 y 1960 cuando operaron bajo una economa social de mercado ms regulada. El crecimiento econmico, tanto como el crecimiento del PIB, ha descendido y la productividad ha cado a la mitad; se suma a esto, el que el desempleo ha aumentado dramticamente en los pases de la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico (OCDE).

    Los pases latinoamericanos que han liberado sus regmenes de comercio y de capital externo han sufrido desplomes y severas crisis financieras, incluyendo la crisis del peso en 1994-95 en Mxico y el efecto samba en 1999 en Brasil. Y ahora, por supuesto, tenemos la quiebra total de la economa argentina. Los pases de Amrica Latina, siguiendo el Consenso de Washington, han experimentado, desde los ltimos aos de 1980, una reduccin de la taza de crecimiento a largo plazo de 6% a 3 % anual.

    La globalizacin ha sido un fracaso deprimente para la vasta mayora de las naciones capitalistas del mundo. Y la lite corporativa todava se rehsa a admitir la derrota; de hecho, escuetamente se declara victoriosa y, an ms, que la historia est de su parte. En un sentido est en lo correcto. Pero tenemos que entender que esta lite est reclamando la historia para s misma. Ha sido victoriosa; en efecto, ha hecho millones.

    LAM: A qu precio?

    PM: Por el otro lado, Luca, como ya lo he sealado en mi trabajo con Ramin Farahmandpur (1999a, 1999b, 2000, 2001a, 2001b), la creciente polarizacin y la sobreacumulacin de capital de la nueva casta de opulentos gangsters capitalistas y rebuscadores globales que gobiernan las aristocracias de mafiosos globales, ha disminuido las diferencias del hambre, la pobreza, la malnutricin, la hambruna y la enfermedad para un segmento en crecimiento de hombres de la clase trabajadora, mujeres y nios sobrevivientes que ahora engrosan las filas de los guetos urbanos y los habitantes de los barrios marginales en sus casas de cartn por todo el mundo. No estamos hablando solamente de Calcuta y Ro de Janeiro, sino tambin de nuestras comunidades urbanas, desde Nueva York hasta Los ngeles.

    Ya sea mediante la extorsin del valor excedente absoluto a travs de la proliferacin de maquiladoras a lo largo de la frontera entre Mxico y Estados Unidos, o del incremento del valor excedente relativo de extorsin mediante el aumento de la productividad del trabajo y la reduccin del valor del poder del trabajo, el capitalismo contina, para mantener de rehn al trabajo humano

  • viviente, fetichizando su propia lgica de la mercanca y los procesos de valorizacin y repartiendo el mundo a su propia imagen. El valor el medio y resultado del trabajo abstracto ata a los individuos a la ley de su funcionamiento. James Petras (2002) aclara, que un cuarto del mundo capitalista no puede prosperar cuando tres cuartas partes se encuentran en una profunda crisis. Las leyes de la acumulacin capitalista no pueden operar en circunstancias restrictivas semejantes.

    LAM: Usted piensa que hemos entrado en una economa postindustrial?

    PM: No estoy convencido de que hayamos ingresado a una economa postindustrial donde la produccin puede moverse rpidamente desde los pases capitalistas en el Norte a los pases en desarrollo en el Sur. Como Kim Moody (1997) ha anotado, la mayora de la produccin an ocurre en el Norte y la mayora de la inversin fornea est an controlada por el Norte. En efecto, 80% de esta inversin es invertida por el Norte mismo. Mientras es cierto que las industrias del Norte han sido transplantadas al Sur para aprovechar la ventaja de los mercados de trabajo ms baratos, el Norte solamente moderniza su base econmica, mientras la hace tecnolgicamente ms sofisticada.

    LAM: Muchos de nosotros en Amrica Latina hemos criticado las polticas del neoliberalismo por dcadas. Ahora vemos las crticas que aparecen de los educadores norteamericanos.

    PM: Es cierto, y este es un buen signo. Neoliberalismo, capitalismo con los guantes quitados o socialismo para el rico, como yo empleo el trmino, se refiere a una dominacin corporativa de la sociedad que apoya la ejecucin estatal del mercado desregulado, se compromete a la opresin de las fuerzas no mercadizadas y las polticas antimercado, destruye los servicios pblicos estatales, elimina los subsidios sociales, ofrece concesiones sin lmite a las corporaciones transnacionales, entroniza una agenda de poltica pblica neomercantilista, establece el mercado como el patrn de reforma educativa y permite que los intereses privados controlen la mayor parte de la vida social en persecucin de ganancias para unos pocos (por ejemplo, mediante la rebaja de los impuestos sobre la riqueza, descartando las regulaciones ambientales y desmantelando la educacin pblica y los programas de bienestar social). Es innegablemente unas de las polticas ms peligrosas que hayamos enfrentado hoy.

    LAM: He odo que algunos de los especialistas en Norteamrica han comparado a Osama Bin Laden con el Che Guevara. Dado que usted es un gran admirador del Che y ha escrito sobre l, cul es su opinin?

    PM: S, yo le dar aqu una respuesta que he hecho pblica en los Estados Unidos. Cualquier comparacin de Osama Bin Laden con el Che Guevara es totalmente engaosa. De hecho, es una comparacin peligrosa. Un hombre, cuyas prcticas terroristas son consideradas por la mayora de los musulmanes del mundo como repugnantes, promueve una guerra religiosa (la jihad) contra el judasmo y el secularismo bajo el grito de Nasr min Allah, wafathum qarib (La victoria viene de Dios y la conquista est cerca); el otro, un ateo, se rehus a perseguir a cualquiera sobre la base de sus creencias religiosas, y pele contra dictaduras brutales, el imperialismo econmico y militar, y contra la opresin de los pobres en Amrica Latina, el Caribe y frica.

    El primero batalla por la instalacin de una teocracia autoritaria represiva donde las mujeres son subyugadas, apartadas del trabajo y de recibir educacin; donde las minoras son extirpadas como infieles, testigo de la persecucin de los Talibn de la minora chita en Afganistn. El otro pele por una sociedad socialista y democrtica donde las mujeres trabajan parejo con los hombres en relacin de igualdad, donde el racismo de todas las clases est condenado y abolido, donde el analfabetismo

  • virtualmente no existe, y donde todas y cada una de las personas tienen acceso a la educacin y unos cuidados mdicos adecuados.

    Los guerrilleros del Che no arrojaron cidos a la cara de las mujeres descubiertas ni asesinaron turistas con armas automticas (sabemos que Ronald Reagan fue un gran admirador del lder mujahidn Gulbuadin Hekmatyar, quien junto con otros asociados en la Universidad de Kabul arroj cido a los rostros de las mujeres que no estaban con el velo [Elich, 2001]). A diferencia de los miembros del Frente Islmico Internacional de Bin Laden por la jihad contra Judos y Cruzados, el Che nunca hubiera atacado a propsito a civiles inocentes. El Che de boina y Bin Laden en tnica blanca y carrille de predicador saudita tienen un poco ms en comn que el vello de la cara.

    Comparar al Che y su foco en Bolivia o en la Sierra Maestra con Osama Bin Laden y Al-Qaeda es un acto absurdo. Los recientes ataques a Washington y a Nueva York fueron actos reaccionarios de terrorismo estpido sin ninguna agenda anticapitalista o antiimperialista explcita. No tenan nada qu ver con la lucha de clases o la lucha por la liberacin humana y todo qu ver con la crueldad humana.

    Hasta ahora nadie ha presentado demandas o ha clarificado el propsito de este horrendo acto y lo mejor que podemos especular es que estuvieron motivados por el odio a la sociedad secular norteamericana, el apoyo a Israel por parte del gobierno norteamericano y por cuanto Bin Laden ve como una violacin al Corn y al hadith (las expresiones del Profeta Mahoma): la presencia continua del ejrcito norteamericano en Arabia Saudita que corrompe la tierra de la mezquita Al Aksa y la sagrada mezquita. Tambin estuvieron empujados por la invasin a Iraq y las continuas sanciones de Estados Unidos. Bin Laden exhorta a sus seguidores a emprender una hegira (un viaje religioso) a sitios como Afganistn y a enlistarse en una jihad. Se dice que Bin Laden divulg una fatwa en 1998 que llam a los musulmanes a matar norteamericanos donde quiera que fueran hallados.

    Una declaracin del Comit Editorial Nacional de Noticias y Cartas, una organizacin internacional marxista humanista, cita: Los ataques del 11 de septiembre no tienen nada que ver con la lucha en contra del capitalismo, la injusticia o el imperialismo norteamericano. Fueron un brutal acto de violencia contra los trabajadores de Estados Unidos, que no tiene una causa racional, legitimidad o justificacin. Fueron simplemente preparados para matar tanta gente como fuera posible, sin ninguna consideracin de clase, raza o antecedente. Nada como esto estara tan distante de que aquello por lo cual el Che se levant y muri.

    Cierto que para entender las acciones de Bin Laden uno no puede desligarlas de las vctimas musulmanas inocentes en las intervenciones militares norteamericanas, abiertas y encubiertas. Y argumentara que es un asunto ms amplio vincular el clima y el contexto para el terrorismo a la divisin global del trabajo creado por el capitalismo mundial. Pero deseo dejar claro que entender esta vinculacin no es lo mismo que condonar actos de terrorismo o proveer una racionalidad para el mismo. El terrorismo debe ser condenado. Punto.

    LAM: As que, usted dira que hay una diferencia entre la utilizacin del Che de la guerrilla y el terrorismo de Bin Laden?

    PM: Existe una profunda diferencia entre la utilizacin del Che de las tcticas de guerra de guerrilla y los actos de terrorismo de Bin Laden como los que el mundo presenci con horror el 11 de septiembre. En efecto, el Presidente Bush describi las acciones de comandos del ejrcito norteamericano en Afganistn como guerra de guerrillas. Incluso Bush parece notar la distincin, lo cual dice ya mucho. Comparar las campaas guerrilleras contra tropas federales en guerras de liberacin con el criminal y moralmente aborrecible terrorismo de Bin Laden contra inocentes es fcil y pernicioso. Es claro que los medios masivos norteamericanos continuarn haciendo esta conexin para distorsionar y daar el legado del Che y las luchas de liberacin anticapitalistas en general.

    El Che no fue ciertamente un ser humano perfecto, mas sus pensamientos y acciones han inspirado a muchos, desde sacerdotes catlicos hasta campesinos sin tierra. Lo siguiente, usted sabe, es que

  • algunos acadmicos compararn a Osama Bin Laden con el subcomandante Marcos, quien ha utilizado las tcticas de guerrilla y es tambin un cono internacional; lo cual sera un insulto a la lucha en marcha de las comunidades indgenas a lo largo de toda Amrica.

    nicamente podemos esperar que Estados Unidos cese su accin militar que slo traer ms bajas civiles y odio directo contra Estados Unidos, y busque a cambio esfuerzos diplomticos para resolver la actual crisis. Es claro que las acciones militares de Estados Unidos en Afganistn incrementarn solamente el ciclo de violencia y traern ms ataques terroristas a los Estados Unidos; me temo que Estados Unidos y Gran Bretaa solamente provocarn ms malestar social alrededor del mundo. Primero que todo, pienso sobre la alianza global que estn creando con regmenes despticos para desplegar las ms sofisticadas armas de muerte en las naciones pobres del plantea. Piense en la presin que estn poniendo sobre los grupos de protesta y los sindicatos para que abandonen o le quiten el nfasis a sus protestas, las que legitiman luchando por unas mejores condiciones de trabajo. Una amenaza ms peligrosa que los actos de terror son las contradicciones internas del sistema de capitalismo mundial. A lo largo de su historia, el capitalismo ha tratado de sobrevivir en tiempo de crisis eliminando la produccin y el empleo, y forzando a quienes trabajan a aceptar peores condiciones de trabajo, capturando las oportunidades que pudieran surgir, en las cuales el pblico apoyara la accin militar para proteger los mercados o crear unos nuevos.

    LAM: Cmo considera usted el llamado del Presidente Bush a combatir el terrorismo como un combate por la libertad y la democracia?

    PM: Como he mencionado en algunos artculos recientes, este es un tiempo particularmente difcil para llamar a repensar el papel que los Estados Unidos juega en la divisin global del trabajo. Los eventos recientes de dimensiones apocalpticas que rompen la mente, la sbita pesadilla que se despliega, que vio muerte y destruccin desatada sobre miles de inocentes y vctimas insospechadas en Washington y la ciudad de Nueva York como puertas del infierno que parecieran haber sido estalladas de golpe, han hecho que sea difcil para muchos ciudadanos norteamericanos comprender por qu su mundo familiar repentinamente se volvi bocabajo.

    La pedagoga crtica o revolucionaria tiene una fuerte posicin contra el terrorismo. Los actos de terrorismo son tan atrasados y terrorficos como los actos que el imperialismo ha llevado a cabo, y en ninguna circunstancia pueden ser justificados.

    Resulta claro para m que hoy el capitalismo mundial est tratando de restablecerse, dado que sus actuales formas son insostenibles. En otras palabras, ste captura las oportunidades de usar la fuerza militar para la proteccin de sus mercados y crear unos nuevos. Sin embargo, es importante aqu que los crticos del capitalismo de Estados Unidos y el capitalismo mundial, en esta materia y me cuento entre ellos, no pueden simplemente elaborar la lista de los actos horribles del imperialismo emprendidos histricamente por los Estados Unidos una larga y sangrienta lista, para estar seguros como evidencia de una racionalidad de por qu estos actos terroristas ocurren. Hacer esto es ser irresponsable. Los ataques terroristas ocurren sin razn, exigencia o proclamacin. Estos actos no fueron contra el capitalismo de los Estados Unidos, el imperialismo o la injusticia, sino fueron crmenes demonacos contra el pueblo trabajador y crmenes contra la humanidad como un todo. Por ejemplo, quinientos mexicano-americanos fueron asesinados en el ataque al World Trade Center, ms vctimas que en cualquier otra nacin fuera de Estados Unidos. Trabajaban en las ventanas del World, en las cafeteras de las oficinas, los servicios de limpieza y compaas distribuidoras. Y mientras tanto podemos obtener una comprensin ms profunda de estos eventos reconociendo cmo los Estados Unidos est implicado en una larga historia de crmenes contra los oprimidos en todo el mundo incluyendo las intervenciones con escenarios de posguerra fra; esta historia de ninguna manera justifica los ataques terroristas. Estos ataques fueron, en palabras de Peter Hudis (2001), la imagen del espejo retrovisor del capitalismo y del imperialismo y no el opuesto al capitalismo y al imperialismo. Pienso que esta es una descripcin apropiada.

    Semejantes ataques han sido impulsados por una ideologa religiosa reaccionaria fundamentalista que ms apropiadamente pudiera llamarse islamismo pero que de ninguna manera representa a los

  • seguidores del Islam. Como Edward Said enfatiza: Ninguna causa, ningn Dios, ninguna idea abstracta puede justificar la masacre masiva de inocentes, particularmente cuando nicamente un pequeo grupo de gente se encuentra al frente de estas acciones y se siente a s mismo que representa la causa sin haber recibido el mandato de hacer esto (Said, 2001). El terrorismo es uno de los actos ms repulsivos inimaginables y los recientes ataques del 11 de septiembre ciertamente se califican como un crimen contra la humanidad.

    Estos ataques siguen a la matanza terrorista de 239 militares norteamericanos y 58 paracaidistas franceses en Beirut en 1983; los bombardeos de 1998 a las embajadas de Estados Unidos en Kenia y en Tanzania en las cuales cientos fueron asesinados; los ataques con carros-bomba de 1996 en las barracas de Estados Unidos en Dhahran, Arabia Saudita que mataron a 19 norteamericanos; el ataque con carro-bomba a un Centro de Entrenamiento de la Guardia Nacional Americana en Riyadh, Arabia Saudita que seg vidas y, por supuesto, el ataque con un camin-bomba de 1993 al World Trade Center que mat a seis personas e hiri a otros miles ms. Y hubo un ataque ms reciente al Cole USA en Adn que mat a 17 marinos.

    El terrorismo es siempre aborrecible y esta vez fue capturado por los medios masivos de Washington y la ciudad de Nueva York en una presentacin de imgenes de la ciudad de Nueva York durante y despus del ataque, que permanecern fijas en el inconsciente estructural de los ciudadanos norteamericanos. Como una nacin, todava estamos en estado de conmocin. Estamos haciendo lo mejor para recuperarnos, para curarnos. Como Peter Hudis (2001) anot, incluso en medio de esta antihumana destruccin la luz del humanismo brilla, en cientos de trabajadores y ciudadanos que desfilaron hacia el zona cero en Nueva York para ayudar a limpiar las ruinas, salvar vctimas y proporcionar ayuda mdica a aquellos que haban quedado sangrantes y sacudidos por el ataque. Los obreros de la construccin barrieron para salvar trabajadores de oficina, jvenes negros que asistieron a personas judas ancianas para salir del rea, eventos como estos llegaron a ser lugares comunes. Hudis reporta las nuevas formas de solidaridad que surgieron, que incluyeron a prisioneros de la Prisin Folson, la mayora de ellos negros, quienes recolectaron 1,000 dlares de ayuda a las vctimas del desastre. Sin embargo, como Hudis ms adelante anota, estas expresiones humanitarias de solidaridad, han sido rpidamente silenciadas por el esfuerzo de Bush de usar los ataques como excusa para militarizar a Estados Unidos, restringir las libertades civiles y preparase para lo que los gobernantes han aspirado hace ya largo tiempo: una intervencin militar permanente en el extranjero. Hudis enfatiza que en un solo da los terroristas tuvieron xito en cambiar totalmente el terreno ideolgico y ponerle en la mano a la derecha una de sus mayores victorias.

    LAM: Los Estados Unidos se mantienen listos para invadir Iraq. Esto pudiera ocurrir en das o semanas. Cul es su posicin a este respecto? 3

    PM: Estoy enteramente en desacuerdo con la administracin de m pas de adopcin. Bush y las aves de rapia que lo controlan se encuentran entre las personas ms peligrosas del planeta. Nunca antes he visto los medios de comunicacin masiva y la cultura popular trabajar de manera tan exitosa para los intereses de la lite gobernante como aqu en las entraas de la bestia conocida como Estados Unidos.

    Me enferma la arrogancia y el engao del gobierno y reflexiono asombrado por la manera en que las masas son sometidas a lavado de cerebro por la maquinaria de la propaganda imperialista constituida por la corporacin de medios de comunicacin masiva. No podemos continuar hablando de hegemona, aqu en Estados Unidos solamente podemos hablar de dominacin total con algunas grietas y fisuras. Mi voz contra la guerra y contra el imperialismo de los Estados Unidos repercute a travs de una pequea grieta y es sofocada por la corporacin de medios masivos de comunicacin, que se han convertido en los lderes entusiastas para la guerra. Desde luego, hay miles de voces que expresan su enojo y desacuerdo en las calles de los Estados Unidos en contra de la administracin de Bush. Pero parece que son sobrepasadas por el poder de la propaganda de los medios de comunicacin masiva.

    http://redie.ens.uabc.mx/vol5no1/contenido-coral2.html#tres#tres
  • Creo que estamos viviendo aqu hoy un momento que representa un pivote para la historia del mundo. El aparato represivo del estado imperialista de Estados Unidos ha actuado bajo una sombra obscura sobre la tierra y ha proclamado el derecho de ser el bastin de la democracia mundial y de la virtud cvica. El antiguo imperialismo del siglo XVIII y anterior a l con similares resultados genocidas ha vuelto a tomar forma, una vez ms, en este pas. Hoy no es necesario disfrazar al imperialismo.

    Nos hemos convertido en una nacin dirigida por una maquinacin de imperialistas de Washington, que estn orgullosos por ello. Con la misma lgica de anteriores administraciones de los Estados Unidos (igualmente arrogantes y deshonestas), cuyas manos se ensangrentaron con la violacin de los derechos humanos y del derecho internacional, por no mencionar los crmenes cometidos a nombre de la democracia a travs de las guerras auspiciadas por Estados Unidos en contra de blancos civiles en El Salvador, Guatemala, Chile, Nicaragua, Panam y otros lugares. Los Estados Unidos estn ahora al abrigo de una permanente y total guerra contra el terrorismo y con el apoyo de una coalicin de los sobornados y comprados, los vencidos y abrumados, para mandar sus legiones imperialistas a Iraq al servicio del capital.

    Acabamos de bombardear de manera infernal a un pas cuyo ltimo presupuesto anual fue de 83 millones de dlares, una dcima parte del costo de un bombardero B-52, matando 3,767 civiles en el proceso. Hicimos esto, en parte, para mantener la posicin de las compaas de energticos en Estados Unidos abriendo un conducto entre el territorio de Asia Central y el Ocano Indico, que atraviesa a Afganistn. La horrenda irona en todo esto es que esta carnicera ocurri como resultado de bombardear a un grupo de fanticos que se convirtieron en el Talibn y Al-Qaeda, originalmente entrenados y armados como parte de la operacin de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en ingls) llamada Cyclone, una operacin encubierta que cost a los contribuyentes estadounidenses 4,000 millones de dlares.

    Claramente, Iraq est en una condicin tan debilitada que sus fuerzas convencionales no representan una amenaza a sus vecinos. Las conexiones entre Iraq y Al-Qaeda no han sido establecidas convincentemente. Si Washington ha apoyado a tantos regmenes represivos, por qu escoger a Iraq? El embargo impuesto a Iraq hace doce aos, de acuerdo con una investigacin publicada en el Journal of Strategic Studies, ha causado ya la muerte en ese pas de 22 millones de personas, ms muertes de personas que las causadas por todas las armas de destruccin masiva en la historia humana. Cada mes 6,000 nios mueren como resultado del embargo. Ms de medio milln de nios ya han muerto. Millones de dlares en suministros para la produccin alimenticia en Iraq estn siendo bloqueados por los Estados Unidos. Las sanciones contra Iraq han matado ms gente que las dos bombas atmicas arrojadas en Japn. Cientos de miles de infantes y nios morirn como resultado de la Operacin Shock and Awe, de Estados Unidos (llamada as por el Pentgono), la cual si 1991 puede servir de gua de manera deliberada, causar enfermedades infecciosas masivas, disentera y mutilaciones de nacimiento, con la destruccin intencional y calculada del drenaje civil y las instalaciones para el tratamiento de agua y el despliegue de Uranio en capas causante de cncer.

    En esta guerra, la magnitud de la intervencin de las corporaciones de medios masivos de comunicacin, empresas ricas y conservadoras que se han vuelto traidoras a su patria por el triunvirato de Bush, Cheney y Rice, el barn del petrleo (especialmente con la Pravda de la administracin de Bush, Fox News), puede ser fcilmente ilustrada por estas preguntas emergentes:

    Por qu los medios de comunicacin masiva no reportan que bajo los artculos 1, 2 y 6(a) de la Carta de Nuremberg y el Artculo 5 de la Convencin de Ginebra, los preparativos y la amenaza de invasin militar contra un pas alejado por miles de millas de su frontera es inequvocamente un crimen de guerra? Estados Unidos ha cometido ya un crimen de guerra an antes de la invasin.

    Por qu los medios evitan consistentemente reportar que, de acuerdo con la audiencia del Senado de 1994, el stock inicial de armas biolgicas de Iraq fue vendido por Estados Unidos con la aprobacin de su Commerce Department? Componentes de armas y destruccin masiva y materiales crudos fueron vendidos a Saddam Hussein con grandes ganancias para los Estados Unidos, Gran Bretaa y otros miembros del Consejo de Seguridad. Por qu la corriente principal de los medios no report cmo los oficiales de Bush tomaron el reporte original de Iraq a las Naciones

  • Unidas, del Consejo (en ese entonces estado militar y cliente) de Colombia, y destruy todas las pginas que documentaban estas ventas militares antes de distribuir el texto a los miembros no permanentes?

    Por qu el Secretario Rumsfeld no trabaj con el Comit de Relaciones Extranjeras del Congreso de Estados Unidos para evitar la continua venta militar a Iraq por productores privados de armas de Estados Unidos? Usted sabr la respuesta a esto, estoy seguro; porque la administracin monetaria y el beneficio financiero provienen de las vidas de la gente. Los Estados Unidos ayudaron a construir los arsenales de Saddam durante la Guerra Irn-Iraq.

    Por qu no escuchamos cmo los Estados Unidos ayudaron a Saddam a destruir la revolucin popular iraqu, incluyendo an la carnicera de miembros del ala progresista del propio partido de Saddam, Baath?

    El enemigo real de la presidencia petrolera de Washington es la propiedad y el uso pblicos de las reservas de petrleo, posiblemente las ms grandes del planeta, que fueron nacionalizadas en 1972 y cuyas ganancias fueron usadas con polticas de desarrollo pblico. Bush quiere regresar a los das en que el petrleo de Iraq era propiedad de Estados Unidos, Gran Bretaa, y otras naciones occidentales. Al da de hoy, ni una gota del petrleo iraqu pertenece a los barones del petrleo de Estados Unidos, ya que todo es propiedad del Estado.

    No podemos olvidar ahora que ya en 1945 el Departamento de Estado describa los recursos del Golfo Prsico como una estupenda fuente de poder estratgico y uno de los premios materiales ms importantes en la historia del mundo. Iraq tambin tiene el sistema de ros ms extenso del Medio Oriente. Desde la dcada de los noventa no ha habido movimientos para crear El Conducto de la Paz que aportara las aguas del Tigris y el ufrates al sur, hacia los estados del Golfo, incluyendo a Israel. Tal vez veremos ms movimientos en esta rea una vez que la armada imperialista de Estados Unidos haya ocupado Iraq.

    Pero el proyecto de invasin a Iraq va an ms all del petrleo y el agua; sobre todo, se trata de magnificar la acumulacin de capital para los ricos durante la crisis de acumulacin de capital y la sobreproduccin, y la necesidad de la Amrica capitalista para ejercer las opciones de su despiadado poder que forzar a los pases a privatizar sus recursos y quitar la regulacin a sus economas. Estados Unidos est resuelto a castigar a aquellos pases que presenten resistencia para ofrecer sus economas a los vampiros del libre mercado de la Amrica corporativa.

    John McMurtry (2003), filsofo canadiense, escribi recientemente que podemos ver la postura actual del gobierno en relacin con Iraq reflejada en la historia temprana de los Estados Unidos. Piense en la anexin forzada de Texas en 1845, de pueblos indgenas y agricultores mexicanos, y Nevada, Nuevo Mxico, Arizona, California, y otros territorios apenas un poco despus, en 1849. Las Tropas de Estados Unidos, bajo el General eslavo Zackary Taylor, invadieron unilateralmente a su vecino del sur con el falso pretexto de vengar sangre americana, y el General Taylor pronto fue reconocido en la Casa Blanca como un hroe de guerra presidencial. Como McMurtry seala, esto inicia una tradicin de impulsar artificialmente una cuenta de guerra a travs del Congreso con un pretexto falso.

    En 1898, una vez ms con el pretexto de la autodefensa (cuando el U.S.S. Maine se hundi por una explosin interna) les fueron atrapados sus pueblos, por otra guerra provocada unilateralmente a Filipinas, Guam, Cuba y, en parte, a Puerto Rico.

    Como McMurtry (2003) nos recuerda, esta guerra de agresin y ocupacin, como otras muchas intervenciones de Estados Unidos, fue precedida por una campaa de medios para exacerbar la histeria pblica y la fiebre de guerra. Es interesante como el patrn de la historia se repite por s solo. Ya es tiempo de hacer nuestra intervencin en la historia. Ya es tiempo de pelear contra los fascistas de la Casa Blanca.

  • LAM: Qu cree que deberan hacer los educadores crticos?

    PM: Creo que los educadores crticos a lo largo del pas deben oponerse a lo que ahora estamos viendo en todo Estados Unidos: Un estatismo xenfobo sin sentido, militarismo, erosin de las libertades civiles y un inters permanente de realizar intervenciones militares en el mundo dentro de las zonas de inestabilidad geopoltica que han seguido a la alerta de los ataques, todo lo cual nicamente puede tener consecuencias nada saludables para la paz del mundo. Esto es particularmente crucial, en especial a la luz de la historia del imperialismo de Estados Unidos, y a la luz de otra de las incisivas observaciones de Said (2001), de que bombardear civiles sin sentido con F-16 y con helicpteros artillados posee la misma estructura y el efecto que el terror nacionalista ms convencional.

    Como educadores crticos hacemos frente a un nuevo sentido de urgencia en nuestra lucha por crear justicia social a una escala global, estableciendo aquello que Karl Marx llam un humanismo positivo. En un tiempo en el cual la teora social marxista pareciera destinada al cesto de la basura poltica, ms que nunca es necesaria para ayudarnos a comprender las fuerzas y las relaciones que ahora moldean nuestros destinos nacionales e internacionales.

    Estoy comprometido con la idea de que la pedagoga crtica revolucionaria puede ayudar a construir una sociedad global donde los eventos del 11 de Septiembre de 2001, sean menos posibles de ocurrir. La pedagoga crtica es una poltica de entendimiento y un acto de saber que intenta situar la vida cotidiana en un contexto geopoltico, con la meta de estimular una auto-responsabilidad colectiva regional, un ecumenismo a gran escala y una solidaridad internacional de los trabajadores. Esto ha de requerir del coraje para examinar las contradicciones sociales y polticas, incluso, y quiz especialmente, aqullas que gobiernan la corriente principal de las polticas sociales y sus prcticas en los Estados Unidos. Requiere tambin reexaminar algunas de las fallas de la izquierda, por igual.

    LAM: Cules son las preguntas que los educadores deberan considerar?

    PM: Dado este escenario global intimidante, es importante que los educadores se pregunten lo siguiente: Existe una alternativa socialista viable frente al capitalismo? Cmo sera un mundo sin trabajo asalariado, sin el trabajo viviente, absorbido por el trabajo muerto, sin la extraccin del valor excedente y la explotacin que lo acompaa?

    Las acciones de apoyo estadounidense a regmenes en el Oriente Medio como Egipto, Algeria, Jordania y Arabia Saudita que mantienen brutales campaas de violencia contra la oposicin islmica, ciertamente proveen un teln de fondo en contra de aquello que podemos analizar sobre los eventos del 11 de septiembre. Sin embargo, pienso que los recientes comentarios de Bin Laden de que los ataques fueron una venganza por las sanciones de Estados Unidos a Iraq y por su apoyo a Israel en sus ataques a los palestinos es, en gran medida, una forma de oportunismo poltico de Bin Laden. No estoy muy seguro de que a l realmente le preocupe mucho el pueblo iraqu o palestino.

    Tengo una descripcin de Edward Said de los ataques del 11 de septiembre. En una entrevista reciente con David Barsamian en el Progressive, Said escribi:

    En el fondo, fue un deseo implacable de causar dao a gente inocente. [El ataque] estuvo dirigido a los smbolos: El World Trade Center, corazn del capitalismo norteamericano, y el Pentgono, los cuarteles principales de la autoridad militar de Estados Unidos. Pero no fue planeado para ser discutido. No fue parte de ninguna negociacin. No se dirigi ningn mensaje con l. Habl por s mismo, lo cual es inusual. Trascendi lo poltico y se movi hacia lo metafsico. Hubo un tipo de mente demonaca y csmica trabajando en esto, que se rehus a cualquier inters en el dilogo, la organizacin poltica y la persuasin. Fue una destruccin sanguinariamente concebida sin ms razn que llevarla a cabo. Ntese que no hubo reclamo alguno previo a estos ataques. No hubo demandas. No hubo declaraciones. Fue una silenciosa pieza de terror. No fue parte de nada. Fue un salto hacia otro reino el reino de las abstracciones estpidas y las generalidades mitolgicas,

  • implicando a gente que ha secuestrado al Islam para sus propsitos propios. Es importante no caer en esa trampa y tratar de responder con una venganza metafsica de igual suerte (Barsamian, 2001c, p. 2).

    Desafortunadamente George Bush ha cado en la trampa de una venganza metafsica de proporciones apocalpticas. Bush mismo, describi recientemente la guerra contra el terrorismo como una guerra santa, pero lanz esa descripcin urgido por sus asesores. Y mientras los ataques terroristas fueron, en efecto, desde otro reino, desde otro planeta, una comprensin de la historia reciente de este planeta en particular de las relaciones norteamericanas en el Oriente Medio pudieran llevarnos por un largo camino hacia la comprensin de los ataques del 11 de septiembre. Said seala que las causas de raz del terrorismo pueden conducir a:

    Una prolongada dialctica del involucramiento de Estados Unidos en los asuntos del mundo islmico, el mundo de la produccin de petrleo, el mundo rabe, el Medio Oriente, esas reas consideradas esenciales para los intereses y la seguridad norteamericanos. Y en el lento desarrollo de esta serie de interacciones, los Estados Unidos han jugado un papel muy significativo, del cual la mayora de los norteamericanos han estado protegidos o simplemente han estado inconscientes (Barsamian, 2001c, p. 2).

    Por ejemplo, aqu hay una contradiccin. Uno de los pretextos dados por la administracin de Clinton para el bombardeo de Yugoslavia fue reforzar el derecho al regreso de los refugiados tnicos albaneses desde Kosovo. Pero, como Ibislhy Hussein y Ali Abuninah (2001) sealan, si los derechos de los refugiados son inviolables, entonces por qu Estados Unidos contina insistiendo en que los palestinos descarten su derecho al regreso a hogares especficos y parcelas de tierra de las cuales muchos de ellos poseen ttulo legal? De hecho, la Declaracin Universal de los Derechos Humanos, especficamente el Artculo 1, y la Cuarta Convencin de Ginebra garantiza el derecho al regreso de todos los ref