Cofa, Convivencia Pesquera; abril 2013

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ABRIL 2013 · AÑO 11 Hidrocarburos, conservación y pesca: ¿son irreconciliables? El ambiente marino costero venezolano Especies de pescado en Caracas. Comportamiento de precios en supermercados. Abril 2013 Autopsia de la Pesquería de Arrastre del Oriente de Venezuela: Análisis de los Datos de Desembarques y Esfuerzo de Pesca

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Boletín producido por FUNDATÚN, sobre temas científico-divulgativos del ámbito pesquero nacional venezolano e internacional y sectores coligados (la pesca y su gente, cadenas de valor, negociación internacional, etc.).

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ABRIL 2013 · AÑO 11

Hidrocarburos, conservación y pesca: ¿son irreconciliables?

El ambiente marino costero venezolano

Especies de pescado en Caracas.Comportamiento de precios en supermercados.

Abril 2013

Autopsia de la Pesquería de Arrastre del Oriente de Venezuela: Análisis de los Datos

de Desembarques y Esfuerzo de Pesca

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CONTENIDO

Hidrocarburos, conservación y pesca

¿Son irrenconciliables?El ambiente marino costero venezolano

Autopsia de la Pesquería de Arrastre del Oriente de

Venezuela: Análisis de los Datos de Desembarques y

Esfuerzo de Pesca

Juan José Cárdenas / Eduardo Klein

Jeremy J. Mendoza / Luis A. Marcano /José J. Alió / Freddy Arocha

Pescando Noticias

Presentación

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Especies de pescado en Caracas.Comportamiento de

precios en supermercados. Abril 2013

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Juan José Cárdenas

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“Autopsia de la pesquería de arrastre en el oriente de Vene-zuela…” una atractiva, pero dramática forma de titular la que eligieron Jeremy Mendoza y sus coautores, para este trabajo que pone en evidencia, una vez más, la inapelable necesidad de información en aras de una buena gestión. En breves líneas, Mendoza y sus colegas concluyen en el hecho de que ninguna de sus afirmaciones es categórica, pues no se logró contar con datos suficientemente abundantes y regulares como para que su análisis y los resultados que de ellos se derivan, permitieran tranzar definitivamente sobre el estado real de las pesquerías. Con la información disponible, los investigadores logran, sin em-bargo, inferir problemas de sobrepesca para ciertas especies en algunas áreas; pero lo contrario también lo consiguen deducir para otras zonas y peces. Desde el punto de vista técnico enton-ces, hay varias preguntas que todavía nos asaltan al consultar este artículo y que merecerían ser respondidas: ¿La pesca demersal de arrastre es inconveniente siempre y en todo lugar? ¿Existen técnicas de pesca aceptables en términos de reducción de capturas incidentales, afectación de fondos y estabilización de los rendimientos promedio?

Este artículo central de este boletín es prueba de la vigencia de estas interrogantes y está acompañado de otro trabajo, en el que se plantea el conflicto aparente entre la pesca y la conser-vación ambiental y el desarrollo petrolero costa afuera, sobre el cual se basan las estrategias energética y financiera de Vene-zuela para las próximas décadas, estrategias estas que suscitan también otra pregunta clave: ¿Las operaciones petroleras y la pesca pueden coexistir pacíficamente?

COFA, Convivencia Pesquera nos reta este mes con una serie de cuestiones cuyas respuestas deberían formar parte de los obje- tivos de una gestión integral que considere el mejor desarrollo para la gente, en resguardo de la capacidad de los hábitats de generar servicios ambientales, y en el marco de actividades bioeconómicamente eficientes… todo lo que, en conjunto, deno-minamos “sostenibilidad”.

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Juan José Cárdenas

PrESENTACIóN

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Para fortuna del planeta, que es también la fortuna de sus habitantes, el tema ambiental se desprende cada vez con mayor facilidad de las bocas y de los lápi-ces de sus voceros formales y los no tanto; y, ya sea para ser considerado en los planes y diseños de in-fraestructura de los proyectos de desarrollo, o, al contrario, porque no lo son suficientemente, los térmi-nos “equilibrio ecológico”, “ecosistemas”, “impacto ambiental”, “calentamiento global”, son recurrentes en el léxico de los expertos y de los legos.

Pero, más allá de estas consideraciones; cuando que-remos preservar algún paisaje, conservar un sitio o salvar a una especie animal o vegetal, ¿sabemos por qué lo hacemos? ¿Se trata sólo de respeto por un bien común? ¿Es una forma de solidaridad por la vida, como quiera que esta se exprese? ¿Es simplemente una manifestación hedonista? ¿O quizás lo hacemos con consciencia de su valor sistémico?

Una respuesta positiva a estas preguntas sería per-fectamente válida y plausible, pero un ‘sí’ a la última de estas interrogantes y un consenso a la escala de las sociedades sobre la cantidad y calidad del valor in-trínseco de los sistemas naturales, y por lo tanto de su permanencia en el tiempo, se constituyen en la única garantía de su conservación.

El mar venezolano, situado en medio de la ecorregión Atlántico Occidental Tropical, conforma uno de esos

HIDROCARBUROS, CONSERVACIóN y PESCA: ¿SON IRRECONCILIABLES?el ambiente marino costero venezolanojuan josé cárdenas / eduardo Klein

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espacios, sobre el cual algunos activistas y autorida-des ambientales reclaman constantemente por su cuido y protección, pero, en definitiva, ¿Para qué sirve el mar venezolano, su costa y sus paisajes?

Hay argumentos recurrentes que, por sí solos, justifi-carían cualquier iniciativa ambiental a favor de estos mares nuestros, tomando en cuenta que más del 40% de la superficie del territorio nacional está conforma-da por ellos, y que Venezuela está entre los países que a escala planetaria son considerados como megadiversos.

Así, nuestros frentes caribe y atlántico albergan cora-les, manglares, lagunas costeras, praderas de pastos marinos, arrecifes a profundidades superiores a los 200 metros y comunidades profundas (“cold seeps”) escasamente estudiadas. En nuestra plataforma con-tinental hay una depresión que configura un particular ecosistema de enorme desarrollo vertical: la Fosa de Cariaco, y concurren factores de clima oceanográfico y geomorfología que hacen del mar te-rritorial un espacio especialmente fértil, si se estima que, en términos de productividad, el promedio de los océanos puede ser incluso más bajo que el de los de-siertos terrestres; pero, regresando a la pregunta, ¿qué utilidad tiene el mar, con todos sus componentes y su carga de vida?

Los vientos alisios del noreste, la orientación este-oeste de la línea costera venezolana, las descargas del Orinoco, la topografía del fondo, la luz solar, en cantidad y ángulo de irradiación, entre otros factores, convergen al unísono para hacer de los mares orientales de Venezuela, una de las aguas más productivas del planeta. En la figura, generada a partir de imágenes diarias de satélites de la serie NOAA, se muestra la temperatura superficial del mar para el mes de febrero 2007, donde aguas frías y ricas en nutrientes emergen en el oriente del país.

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antiguo en la historia de la vida en La Tierra, y, por tanto, el que ha tenido mayor tiempo para evolucionar en el mayor número de formas de vida; fondos duros y blandos, litorales en toda la gama geomorfológica.

• Sistemas y comunidades vivos que actúan como formadores y/o estabilizadores de la línea costera y como atenuadores de oleaje en tanto que agente de erosión.

• Fenómenos regulares de surgencia, que se tra- ducen en sistemas altamente productivos y exportadores netos de energía (bajo la forma de abundancia de recursos pesqueros) hacia otros sistemas.

• Elevada biodiversidad relativa: entre los 10 sitios de mayor índice planetario.

• Capturas por el orden de las 470 mil toneladas anuales de peces, moluscos y crustáceos.

• Paisajes de valor escénico especial, que determi-nan desarrollo infraestructural y económico en general, del margen costero.

• Fortificaciones coloniales costeras, pueblos tradi-cionales, otros sitios históricos, asentamientos indígenas, en tanto que patrimonios culturales y ancestrales.

El mar, entendido como el conjunto de su superficie acuática, la columna de agua, sus fondos y su margen litoral, cumple entonces con las siguientes funciones:• Regulador de ciclos.• Estructurador y/o protector de sistemas y/o

comunidades.• Reservorio de patrimonio universal

(biodiversidad).• Abastecedor de materias primas.• Generador de satisfacción recreacional.• Asiento de sitios de significación cultural para

los pueblos.

En el mar venezolano, estas funciones tienen su ex-presión específica en realidades como: • El balance térmico atmosférico y regulación del

clima costero y de tierra adentro, dada la capaci-dad de almacenamiento de calor de sus ingentes volúmenes de agua.

• Su carácter de productor neto de O2 y retenedor de CO2.

• La existencia de una gran diversidad de ambien-tes: estuarios; humedales, bosques de mangles que delinean hasta un 20% del margen costero; sistemas arrecifales en el frente caribeño, siendo este tipo de sistema vivo en general, el más

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La incorporación de un proceso de planificación mediante una evaluación ecorregional previa al inicio del proceso de concesión,

permite definir áreas prioritarias que garanticen la perdurabilidad de los sistemas naturales a largo plazo, recomendando las medidas

que conlleven a lograr este objetivo. La interacción cercana con los procesos asociados a las actividades petroleras susceptibles de

generar impactos, es clave para la definición de estrategias acertadas para la conservación de la biodiversidad.

ESTUDIO de IMPACTO AMBIENTAL

SEGUIMIENTO (Monitoreo)LÍNEA BASE PESQUERA

Evaluaciónecorregional Pre-adjudicación

Adquiriradjudicación

Estudios de análisis de riesgo

Inicio deproducción

Perforación y construcción

Desarrollo Operación DesmantelamientoExploración

y Viabilidad

Prueba comercial

Sísmica y perforación

Final deproducción

Producción, mantenimiento y

transporte

Restauración

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Es pues en medio de este mosaico de sitios y de este cúmulo de atributos, que Venezuela se dirige hacia el desarrollo hidrocarburífero costa afuera y litoral.

Entendiendo que el desarrollo petrolero costa afuera es una necesidad económica y social primaria para nuestro país, el tema ambiental pudiera quedar re- legado a la hora de escoger entre conservar un ecosistema marino particular o instalar una platafor-ma de explotación de gas costa afuera.

El problema ante esta aparente disyuntiva, radica en que, en general, se tiende a pensar que ambas situa-ciones son excluyentes, lo que en realidad no es forzosamente cierto. Es posible realizar un desarrollo extensivo e intensivo de la actividad petrolera costa a fuera, y cumplir con los objetivos de conservación de la biodiversidad establecidos a nivel mundial. Desde el año 2002, en Venezuela, se ha venido realizando una planificación para la conservación de la biodi- versidad marina, en el marco del programa de explotación de hidrocarburos costa afuera. La prime-ra iniciativa, única en su estilo a nivel mundial, surge

gracias al interés y apoyo de PDVSA en realizar esta planificación como una de las primeras etapas del desarrollo petrolero. Sin que estas investigaciones eximan de la ejecución de los estudios ambientales que prevé la legislación respectiva, una planificación previa al inicio del ciclo de vida de un proyecto pe- trolero, garantiza el disponer de una serie de herramientas para la toma de decisiones acertadas en momentos tempranos del desarrollo del proyecto. En una primera etapa, se abordó el mar Caribe vene-zolano, donde se identificaron cartográficamente y se integraron en un sistema de información geográfica la ubicación, cobertura y estado de conservación de los principales ecosistemas marinos del Caribe, así como las principales amenazas que sobre ellos existen, incluyendo, las derivadas de la actividad petrolera. El producto de mayor importancia, radicó en la identifi-cación de 20 Áreas Prioritarias para la Conservación (APC) que abarcan mas del 39% de las zonas menores a 200 metros de profundidad. Estas APC constituyen espacios que, dadas sus características ecológicas y la

Esquema general para la realización de estudios ambientales conducentes a un Estudio de Impacto Ambiental que permita planificar el monitoreo y la supervisión adecuada de las actividades petroleras en ambientes marinos. La ley obliga a los estudios de Línea Base Ambiental y Pesquera y a la realización del estudio de Impacto Ambiental y Sociocultural. La ruta aquí propuesta es la aceptada por muchas legislaciones y acuerdos ambientales internacionales.

Línea BaseAmbiental

Ambiente Químico

AmbienteBiológico Planificación

para laconservación

Estudio de ImpactoAmbiental y Socio-

Cultural

Modelos deDispersión de

derrames overtidos

EstudioMeteorología yOceanografía

BioensayosDe toxicidad fluidos

Línea BaseSocioEconómica

Línea Base Recursos Pesqueros

AmbienteFísico

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presencia de especies emblemáticas que representan la biodiversidad, deberían ser consideradas de forma prioritaria para realizar acciones que conduzcan a la conservación de los ecosistemas, poblaciones y espe-cies que allí habitan y para asegurar la funcionalidad y viabilidad en el tiempo de tales sistemas naturales y sus respectivas tramas de interrelaciones internas y externas.

En una segunda etapa y con el mismo propósito, y en asociación con la empresa Chevron, la cual aportó los fondos necesarios a través de la Ley de Ciencia Tec-nología e Innovación (LOCTI), se realizó la extensión del estudio anterior al Golfo de Paria y al Frente Atlántico venezolano. En esta porción de nuestro mar, donde las actividades costa afuera llevan un nivel de desarrollo mayor que en su contraparte caribeña, se identificaron ocho nuevas APC, con la incorporación adicional de los factores culturales y económicos que ciertos elementos y sitios del ambiente deltano tiene para las comunidades que allí habitan.

Estos estudios, además de la identificación de ecosis-temas y áreas prioritarias para la conservación, analizan en detalle las actividades humanas suscepti-bles de degradar la biodiversidad y proveen de una matriz de estrategias que deben implementarse para evitar, minimizar y mitigar los posibles efectos sobre

Áreas prioritarias para la conservación de la biodiversidad marina en el Caribe, Golfo de Paria y Frente Atlántico venezolano.

De aplicarse las estrategias de conservación adecuadas, estas áreas, gracias a sus características particulares de conservación de la

biodiversidad existente, deberían garantizar la existencia de las especies, comunidades y ecosistemas marinos en el futuro.

los índices de biodiversidad, la viabilidad de los siste-mas y sobre la capacidad de estos de proveer beneficios a las poblaciones humanas. Así, un gerente de ambiente de una empresa petrolera puede presen-tar de una forma clara, y relacionada con las actividades asociadas a una etapa particular de un proyecto, el conjunto de acciones que, de ser aplicadas adecuadamente, contribuyan de la mejor forma po- sible al mantenimiento de la integridad de los ambientes marinos. Adicionalmente, estos estudios de Planificación para la Conservación de la biodiver-sidad se convierten en una referencia técnica para los estudios ambientales requeridos por la normativa le-gal, en virtud de que proveen los elementos necesarios que deben estar incluidos en los documentos de Eva-luación de Impacto Ambiental, resultantes de un ejercicio objetivo de priorización.

Al igual que en la ingeniería de las actividades petro-leras, la planificación temprana de las acciones, en este caso para la conservación del ambiente, es posi-ble realizarla puesto que, a través de ella se dispone de una metodología probada y un equipo de expertos ambientales que diseñarán, mano a mano con la in-dustria, las mejores estrategias requeridas para que sigamos ocupando un lugar entre los 10 países mega-diversos del mundo.

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AUTOPSIA DE LA PESqUERÍA DE ARRASTRE DEL ORIENTE DE VENEzUELA: Análisis de los Datos de Desembarques y esfuerzo de Pescajeremy j. Mendoza / Luis A. Marcano / josé j. Alió / Freddy Arocha

RESUMENLa pesquería de arrastre camaronera en Venezuela tuvo un importante y controversial desarrollo desde sus inicios en la década de 1950 hasta su cierre defini-tivo en marzo de 2009. Esta actividad alcanzó su máximo a principios de la década de 1990, cuando se desembarcaron algo más de 40.000 toneladas de pe-ces, moluscos y crustáceos por una flota constituida por alrededor de 450 embarcaciones. La flota inició sus actividades en el Golfo de Venezuela, en las costas occidentales del país y posteriormente fue expandién-dose a la región oriental de Venezuela a partir de finales de la década de 1960. En este trabajo se hace un análisis de la información disponible de desem-barques para diferentes grupos taxonómicos y del esfuerzo de pesca nominal generado por la flota entre 1970 y 2008 en la región oriental del país. Los datos se agrupan para 3 unidades de manejo: 1) Plataforma Unare-Píritu, 2) Plataforma de Margarita y Sucre y 3) Plataforma de Guayana. En cada uno de estos sec-tores se utilizaron modelos dinámicos de producción excedente para estimar trayectorias de biomasa, Cap-tura Máxima Sostenible y el esfuerzo de pesca correspondiente. A pesar de importantes disminucio-nes en el esfuerzo de pesca en los últimos 15 años, la mayor parte de los recursos pesqueros analizados presentaban síntomas de sobrepesca al final de las series de tiempo. Por otra parte, se comentan los dife-rentes factores que restringen la utilidad de los datos existentes para evaluar el estado de la pesquería.

INTRODUCCIóNLas costas venezolanas tienen una extensión de aproximadamente 2.800 km y una plataforma conti-nental de alrededor de 90.000 km2 particularmente extensa en la región occidental del país, en el Golfo de Venezuela, y alcanza su mayor extensión en la región oriental, alrededor de la isla de Margarita y al norte del estado Sucre, así como también en el margen At-lántico, en el área marina frente al Delta del Orinoco (fig. 1). Las aguas de la pla- taforma continental del país son particularmente productivas, en el contexto

del Mar Caribe, por la presencia de áreas de sur gen-cia costera (período de sequía de noviembre a mayo) relativamente importantes en el Golfo de Venezuela y en la plataforma Margarita-Sucre, por una parte, y por el efecto de aportes de origen continental (período de lluvias de junio a octubre) provenientes principal-mente del estuario del Lago de Maracaibo en la región occidental y del Río Orinoco en la región oriental.

La pesca de arrastre camaronera se inicia de forma exploratoria a finales de la década de 1940, pero es durante la década de 1950 que se inician operaciones comerciales en el Golfo de Venezuela por medio de embarcaciones de arrastre por popa de tipo italiano o mediterráneo. Este tipo de embarcaciones se utili-zaron hasta inicios de la década de 1960, cuando comenzó su sustitución por embarcaciones de arrastre de tipo florida o americano. En este último período, se inicia la expansión de la pesquería hacia la región oriental, estableciéndose las flotas de Guanta en 1960, Cumaná en 1967 y Güiria en 1968 (Marcano et al., 2001).

La zona Oriental se extiende desde Cabo Codera has-ta el río Esequibo y tradicionalmente ha sido dividida en 3 sectores para la administración de la pesquería de arrastre (fig. 1):

a. El área entre Cabo Codera y el Morro de Barcelona, conocida como Plataforma Unare-Píritu. En esta zona los fondos arrastrables se encuentran entre las isó- batas de 2 y 25 brazas de profundidad. El tipo de fondo tiende a ser fangoso hasta las 10 brazas, fango-arenoso entre las 10 y 20 brazas y arenosos a mayores profundidades. Los recursos pesqueros más abun-dantes corresponden a las familias Penaeidae (camarones), Sciaenidae, Ophidiidae, Carangidae, Loliginidae, Octopidae, Centropomidae, Serranidae, Gerridae, Sphyraenidae, Priacanthidae y Trachuri-dae (roncador y curvinas, tajalí, lamparosas y pámpanos, cefalópodos, robalos, meros, mojarras, picúas, catalana, cataco).

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b. El área alrededor de la isla de Margarita y norte del estado Sucre se caracteriza por presentar fondos predominantemente arenosos, aunque existen zonas al norte y este de Margarita con fondos de alto por-centaje de restos de concha y coral. Las profundidades en las áreas de pesca de arrastre se ubican entre 20 y 75 brazas de profundidad. Los recursos más im- portantes del área son: Penaeidae, Octopodidae, Loliginidae, Haemulidae, Priacanthidae, Carangi-dae, Pectinidae, Sciaenidae, Lutjanidae, Triakidae, Dasyatidae, Bothidae y Serranidae (camarones, cefa-lópodos, corocoros, catalana, lamparosas y pámpanos, vieiras, curvinas, rayas, lenguados, meros).

c. El margen Atlántico de Venezuela se extiende desde Boca de Dragón, en el extremo oriental de la Penínsu-la de Paria, hasta la desembocadura del río Esequibo en el sur. Dentro de esta área se distinguen 2 zonas: El Golfo de Paria y la Fachada Atlántica o Plataforma de Guayana. El Golfo de Paria es un cuerpo de agua de alrededor de 8.000 km2 encerrado entre las costas de Trinidad y Venezuela. Se caracteriza por fondos fangosos y fangoso-arenosos que no superan los 30 m de profundidad. Mientras que la Fachada Atlántica representa la zona aledaña al Delta del Orinoco con una línea de costa de alrededor de 620 km con fondos fangosos hasta por lo menos 80 km de la línea de cos-ta. Los recursos pesqueros más importantes comunes a ambas zonas son: Peneidae, Sciaenidae, Ariidae, Scombridae, Carangidae, Lutjanidae y Serranidae (camarones, curvinas y roncador, bagres, carites, lamparosas y pámpanos, pargos, meros).

La flota de arrastre en la región oriental, al igual que en el resto del país, se desarrolló de manera significa-tiva desde sus inicios hasta finales de la década de 1980 cuando alcanzó el máximo número de embarca-ciones. Debido al incontrolado crecimiento de la flota, la sobreexplotación de los recursos pesqueros y los frecuentes conflictos con la pesca artesanal de bajura, a inicios de la década de 1990 se tomaron una serie de medidas, en particular la prohibición de incorpora-ción de nuevas unidades a la flota y vedas temporales durante 2 meses al año, para restringir esta actividad pesquera (Marcano et al., 2001). Posteriormente, en la ley de pesca del año 2001, se introdujeron nuevas restricciones espaciales al ampliarse la distancia de la línea de costa reservada a la pesca artesanal de bajura y se aumentó de manera significativa las mul-tas impuestas por pescar en zonas al interior de estos límites. Finalmente, en la vigente ley de pesca del año 2008, se estableció la prohibición de realizar pesca de arrastre industrial en Venezuela a partir del primer año de vigencia de la ley, lo que se hizo efectivo en el mes de marzo de 2009.

En este trabajo se presenta un análisis de las estadís-ticas pesqueras de desembarques y esfuerzo de pesca en la región oriental del país desde sus inicios en la década de 1970 hasta el final de la serie en el año 2008. El objetivo del estudio es describir la evolución de la pesquería en los diferentes sectores y tratar de establecer la condición en que se encontraban los dife-rentes recursos pesqueros explotados por esta flota al momento de su cierre definitivo.

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Figura 1. Mapa de las áreas

de pesca de arrastre en Venezuela y los

principales puertos pesqueros de la flota

de arrastre.

Foto: Archivo FUNDATÚN

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Para establecer los niveles de explotación de los recur-sos se utilizó un modelo de dinámica de biomasa de tipo Schaefer con error log normal en las observacio-nes (Hilborn y Walters, 1992; Polacheck et al., 1993).

Las ecuaciones del modelo son:

MATERIALES y MÉTODOSLos datos utilizados en el presente estudio provienen de las bitácoras de pesca de la flota de arrastre y de los controles de desembarques realizados por perso-nal del Instituto Socialista de Pesca y Acuicultura (INSOPESCA) y del Instituto Nacional de Investiga-ciones Agrícolas (INIA). Los datos de desembarques (toneladas) y el esfuerzo de pesca (días de mar) fueron recolectados en los principales puertos pesqueros de la región (Guanta, Cumaná y Güiria) y luego son agregados según el área de pesca en donde se realiza-ron las operaciones de arrastre.

Las series de tiempo disponibles por sector son las siguientes:

1. Plataforma Unare-Píritu. En este sector operan exclusivamente embarcaciones

2. Plataforma Margarita-Sucre. En este sector operan embarcaciones con puertos bases en Guanta y Cumaná y representa el área con el mayor número de embarcaciones. La serie de tiempo cubre el período 1970-2008.

3. Plataforma de las Guayanas. Este sector com-prende el Golfo de Paria y la Fachada Atlántica, en el cual operan embarcaciones con puertos bases en Cumaná y Güiria. Los datos cubren el período 1973-2008 para las especies de camarones y el conjunto de especies de peces; a partir del año 1987 se desagre-gan los desembarques de las especies de peces más importantes.

Bt+1 = Bt + rBt (1 - Bt ) - Ct

K

Û = qBt expe

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LogVer = n (Ln(2π) + 2Ln(σ) + 1) 2

donde, σ2 = ∑ (LnUt - LnÛt )2

t n

donde,

Bt = biomasa en el año tr = tasa intrínseca de crecimiento poblacionalK = biomasa virgen o capacidad de cargaCt = Capturas en el año tÛt = Captura por unidad de esfuerzo estimada en el año tq = coeficiente de capturabilidad

La estimación de los parámetros se realizó minimi-zando el logaritmo de la función de verosimilitud:

Ut = es la Captura por Unidad de Esfuerzo observada en el año t y n es la longitud de la serie de tiempo.

Para estimar los valores promedios y los intervalos de confianza de los parámetros y las variables derivadas (MSY, esfuerzo al MSY y niveles de agotamiento o de-pleción) se utilizó un bootstrap (2.500 iteraciones) no paramétrico de los residuos (Manly, 1997).

Foto: Archivo FUNDATÚN

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RESULTADOS

Plataforma Unare-PírituEl número máximo de embarcaciones en esta área se observó en el año 1972 cuando operaron 59 unidades. Posteriormente, el número de embarcaciones disminu-yó significativamente hasta principios de la década de 1980 cuando se contabilizaron 19 embarcaciones. Lue-go se incorporan nuevos barcos hasta alcanzar otro pico de 51 embarcaciones en el bienio 1989-1990. Du-rante el resto de la serie de tiempo, el número de embarcaciones disminuye hasta ubicarse en 19 embar-caciones al final de la serie en el año 2004. Mientras que el esfuerzo de pesca en días de mar presentó un máximo en el trienio 1987-1989 con cifras entre 7.000 y 8.000 días de mar, luego el esfuerzo disminuye en lí-neas generales hasta ubicarse en un mínimo vecino a 1.200 días de mar al final de la serie (fig. 2).

Los desembarques totales presentaron 2 picos de pro-ducción, ligeramente superiores a las 4.000 t, en los años 1972 y 1989, asociados a una mayor producción del rubro peces. A partir del año 1989 los diferentes grupos taxonómicos (camarones, moluscos y peces) presentaron una tendencia decreciente hasta el final de la serie en el año 2004, cuando los desembarques totales apenas superaron las 200 t (fig. 2).

La estimación de los parámetros (r, K y q) y variables derivadas (MSY, fMSY y B2004/K) del modelo de dinámi-ca de biomasa para diferentes grupos taxonómicos se presentan en la Tabla 1. Se observan estimados particularmente bajos de r para el total de especies, total de peces y, particularmente, el camarón marrón.

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El máximo rendimiento sostenido se ubicó para el to-tal de especies en un valor cercano a 930 t con un esfuerzo correspondiente de alrededor de 2.300 días de mar. Vale destacar el nivel de depleción o agota-miento al final de la serie, en especial del total de peces (B2004/K = 0,24), del corocoro Orthopristis Ruber (B2004/K = 0,02), del roncador Micropogonias furnieri (B2004/K = 0,10) y de los cazones (B2004/K = 0,04), cons-tituidos principalmente por pequeños tiburones de los géneros Rhizoprionodon y Mustelus.

Plataforma Margarita-SucreEl número de embarcaciones que operaban en esta área mostró un incremento sostenido desde el inicio de la serie, cuando operaban 14 barcos, hasta el año 1991 en el que operaron 169 embarcaciones. Poste-riormente, hubo un descenso marcado hasta el final de la serie en el año 2008 cuando operaban 42 embar-caciones. El comportamiento de los datos del esfuerzo de pesca es similar al del número de embarcaciones, pero con ligeros desfases. El máximo de esfuerzo se registró en el año 1989 con algo más de 22.500 días de mar y luego disminuye de manera marcada hasta un mínimo ligeramente superior a 2.000 días de mar en el año 2008 (fig. 3).

Los desembarques totales de esta pesquería presen-tan un fuerte incremento desde el inicio de la serie hasta el año 1975 cuando se desembarcaron alrededor de 7.000 t. Posteriormente, los desembarques presen-tan fluctuaciones hasta mediados de la década de 1980 y alcanza su máximo valor, superior a 12.000 t, en el año 1989. Luego se observa una marcada disminución de los desembarques durante el resto de la serie hasta

Figura 2. Desembarques en toneladas

y esfuerzo de pesca en dias de mar de la flota de

arrastre de la Plataforma Unare-Piritu para el

periodo 1970-2004.

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Figura 3. Desembarques en toneladas

y esfuerzo de pesca en dias de mar de la flota de

arrastre de la Plataforma Margarita-Sucre para el

periodo 1970-2008.

un mínimo del orden de 600 t en el año 2008 (fig. 3). La mayor contribución de los desembarques está re-presentado por el rubro peces, aunque en el año 1989 los moluscos, debido a fuertes desembarques del orden de 1.800 t de la vieira (Amusyum papiraceus), repre-sentaron alrededor del 33% del total.

En el análisis de los datos correspondientes a esta área mediante el modelo de dinámica de biomasa, en varios casos (total especies, total peces, corocoro (O. ruber), por ejemplo) no fue posible obtener un ajuste del modelo, ya que se obtuvieron valores de r iguales a cero y valores muy altos de K, lo que indica que las

Tabla 1. Parámetros (r, K y q) y variables derivadas (MSY, fMSY y B2004/K) del modelo de dinámica de biomasa para diferentes grupos taxonómicos de la plataforma Unare-Piritu para el periodo 1970-2004. Se presentan valores promedios e intervalos de confianza al 95% (entre parénte-sis) de 2500 bootstraps. Para la capturabilidad “q” se presenta el coeficiente de variación (CV).

series son poco informativas. Para el camarón rosado (Farfantepenaeus brasiliensis) ocurrió algo similar y por ello se presentan resultados, obtenidos previa-mente, correspondientes al periodo 1970-2001. Para esta especie los valores promedios obtenidos de un bootstrap no paramétrico fueron: r = 0,39; K = 9.630 t; q = 1,08x10 y un valor de depleción o agotamiento (B2008/K) de 0,67. Las demás especies analizadas pre-sentan valores de depleción (B2008/K) que varían desde 0,27 para el roncador hasta 0,38 para la tonqui-cha (Cynoscion jamaicensis).

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Margen Atlántico de GuayanaYa para inicios de la serie de tiempo en el año 1973, el número de embarcaciones operando en esta área era importante, ubicándose alrededor de 140. Este núme-ro disminuye hasta un valor mínimo del orden de 55 embarcaciones en el año 1979 y luego se presenta un aumento importante al alcanzarse valores máximos superiores a 140 embarcaciones durante el periodo 1990-1994. Posteriormente, el número de embarcacio-nes operando en este sector disminuye de manera más o menos continua hasta ubicarse alrededor de 80 al final de la serie en el año 2008. El esfuerzo de pesca en días de mar sigue más o menos el mismo patrón que el número de embarcaciones; sin embargo, vale destacar que en el periodo 2000-2003, a pesar de la disminución del número de embarcaciones, los valores del esfuerzo fueron similares a los registrados en el periodo 1990-1994, lo que indica que las campañas de pesca se hicieron más largas a principios de la década del 2000 (fig. 4).

En cuanto a los desembarques, el total de especies capturadas presentó valores fluctuantes con un valor promedio del orden de 4.000 t entre 1973 y 1986. Pos-teriormente, los desembarques se incrementaron significativamente al alcanzar valores promedios su-periores a las 8.000 t anuales a inicios de la década de 1990 y de la década del 2000 en los periodos de máxi-mos esfuerzos de pesca. En los últimos años de la serie los desembarques disminuyen significativamen-te y se ubican alrededor de 4.000 t en el periodo 2003-2008 (fig. 4).

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Tabla 2. Parámetros (r, K y q)

y variables derivadas (MSY, fMSY y B2004/K) del modelo de dinámica de biomasa para

diferentes grupos taxonómi-cos de la plataforma

Margarita-Sucre para el periodo 1970-2008.

Se presentan valores prome-dios e intervalos confianza al

95% (entre paréntesis) de 2500 bootstraps. Para la

capturabilidad “q” se presenta el coeficiente de

variación (CV).

En este sector las especies de la familia Sciaenidae representan la mayor parte de las capturas en años recientes, en particular la curbinata (Macrodon an-cylodon), la cual representó alrededor del 60% de los desembarques a principios de la década del 2000. Vale destacar que durante buena parte de la serie de tiem-po, hasta más o menos mediados de la década de 1990, las CPUE del total de especies, del total de pe-ces y de la curbinata muestran una tendencia ascendente. Esto seguramente se debe a los cambios en la prácticas de descartes en la pesquería a medida que disminuía la abundancia de los camarones, espe-cialmente el camarón marrón, cuya CPUE disminuye notablemente desde mediados de la década de 1980.

Debido al comportamiento de los índices de abundan-cia arriba mencionado, solamente fue posible realizar los análisis con el modelo de dinámica de biomasa para el camarón marrón (Farfantepenaeus subtilis), el roncador (M. furnieri) y el grupo de los cazones. Los resultados (Tabla 3) muestran que el final de la serie de tiempo el camarón se hallaba en niveles de bioma-sa sumamente bajos (B2008/K=0,05), al igual que los cazones (B2008/K=0,16) y, en menor grado, el roncador (B2008/K=0,30). Es de resaltar que en los últimos años de la serie, a partir del año 2003, la CPUE del roncador muestra un incremento probablemente rela-cionado con la disminución del esfuerzo de pesca en el mismo periodo.

* Para el camarón se analizó la serie 1970-2001 y se realizaron 10000 bootstraps

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DISCUSIóN La pesquería de arrastre en el oriente de Venezuela se desarrolló a partir de finales de la década de 1960, debido principalmente a la migración de embarcacio-nes provenientes del occidente del país producto de la disminución de la abundancia de camarón en el Golfo de Venezuela. En pocos años, ya para mediados de la década de 1970, el número de embarcaciones y el esfuerzo de pesca habían alcanzado valores significa-tivos que sobrepasaban los límites recomendables para los diferentes grupos taxonómicos, especialmen-te para los sectores de la plataforma Unare-Píritu y la plataforma de las Guayanas. Sin embargo, al no existir restricciones efectivas para el crecimiento de la flota, el número de embarcaciones y el esfuerzo de pesca continuó incrementándose hasta alcanzar los máximos valores a finales de la década de

1980 e inicios de la década de 1990. Este incremento se debió, en buena medida, a una serie de incentivos fiscales y financieros, tales como bajo costo del com-bustible, créditos blandos y un régimen cambiario diferencial, entre otros, que representaban un im- portante subsidio a esta actividad económica. Este sistema de incentivos se desmontó a inicios de la dé-cada de 1990, lo cual tuvo como consecuencia una importante disminución en el tamaño de la flota en todos los sectores analizados y en el esfuerzo de pesca en los sectores de Unare-Piritu y Margarita-Sucre. Mientras que en la plataforma de las Guayanas, si bien hubo una disminución en el número de embarca-ciones operando en esta área a partir de mediados de la década de 1990, el esfuerzo de pesca se mantuvo elevado hasta inicios de la década del 2000 debido a un aumento en la duración de las campañas de pesca.

Figura 4. Desembarques en

toneladas y esfuerzo de pesca en dias de mar de

la flota de arrastre de la Plataforma de las

Guayanas para el periodo 1973-2008.

Tabla 3. Parámetros (r, K y q) y variables derivadas (MSY, fMSY y B2004/K) del modelo de dinámica de biomasa para diferentes grupos taxonómicos de la Plataforma de las Guayanas para el periodo 1977-2008 para el camarón marrón y 1987-2008 para las otras especies. Se presentan valores promedios e intervalos de confianza al 95% (entre paréntesis) de 2500 bootstraps. Para la capturabilidad “q” se presenta el coeficiente de variación (CV).

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REFERENCIAS BIBLIOgRÁFICASGiménez, C., J.J. Salaya y R. Molinet.1993. La pesca industrial de arrastre.

Edit. Grupo Carirubana. Punto Fijo, Venezuela, 321 p.

Hilborn, R. y C. Walters. 1992. Quantitative Fisheries Stock Assessment: Choice, Dynamics & Uncertainty. Chapman & Hall. New York.

Manly, B.F.J. 1997. Randomization, Bootstrap and Monte Carlo Methods in Biology. Second edition, Chapman & Hall, London.

Marcano, L.A., J. Alió, D. Novoa, D. Altuve, G. Andrade y R. Álvarez. 2001. Revisión de la Pesca de Arrastre en Venezuela. FAO Fish. Circ. 974: 330-378.

Novoa, D., J.E. Rabinovich y A. Urbaneja. 1980. Las pesquería de arrastre en la zona nor-oriental de Venezuela. Bol. Soc. Ven. Cien. Nat. 35 (138): 9-138.

Polacheck, T., R. Hilborn y A.E. Punt. 1993. Fitting surplus production models: comparing methods and measuring uncertainty. Can. J. Fish. Aquat. Sci. 50: 2597-2607.

Por otro lado, la mayor parte de las evaluaciones rea-lizadas sobre estas pesquerías han utilizado modelos de producción excedente sujetos a condiciones de equi-librio (Novoa et al, 1980; Giménez et al., 1993). Los resultados obtenidos de estas evaluaciones han sido utilizados para regular los niveles de esfuerzo en las pesquerías de arrastre de Venezuela (Marcano et al., 2001). Sin embargo, es conocido que los modelos al equilibrio tienden a sobrestimar los valores de MSY y el esfuerzo correspondiente y por ello su uso ya no es recomendado (Hilborn y Walters, 1992).

A pesar de la significativa disminución del esfuerzo de pesca en la mayor parte de los sectores desde ini-cios de la década de 1990, los recursos pesqueros analizados, a excepción del camarón rosado mancha-do en el área de Margarita-Sucre, se encontraban sobreexplotados al final de las series de tiempo. Sin embargo, el comportamiento de la CPUE de algunos grupos taxonómicos, como por ejemplo, el roncador y la curbinata en la plataforma de las Guayanas y la tonquicha y los cazones en la plataforma Margarita-Sucre, parece indicar una leve recuperación de la abundancia de estos recursos al final del periodo analizado.

Las series de datos analizados presentan una serie de limitaciones para la aplicación de modelos de di-námica de biomasa. En primer lugar, los datos de producción corresponden a desembarques de las di- ferentes especies por la flota de arrastre y no representan las capturas totales, puesto que no inclu-ye en los descartes de la flota de arrastre ni las capturas de la flota artesanal costanera, cuya impor-tancia es particularmente relevante en el sector Margarita-Sucre, o los datos de capturas de las pes-querías de Trinidad y Tobago que comparten recursos con la pesca de arrastre venezolana en la plataforma

de las Guayanas. En segundo lugar, la información disponible sobre el esfuerzo de pesca corresponde a datos nominales no estandarizados de días de mar y no toma en consideración, entre otros, los diversos cambios tecnológicos ocurridos en los últimos 40 años (por ejemplo, ecosondas, GPS e incorporación de dis-positivos exclusores de tortugas) o las variaciones espaciotemporales en la distribución del esfuerzo al interior de cada uno de los sectores analizados. Vale señalar, sin embargo, que el número de arrastres por día, la duración de los arrastres y el tamaño de las redes se han mantenido bastante homogéneos para el conjunto de la flota del oriente de Venezuela (Marcano et al., 2001). Por otra parte, especialmente en los úl-timos años, se presentaron situaciones irregulares que resultan difíciles de registrar y cuantificar. Por un lado, una fracción desconocida de las capturas era vendida antes del desembarque a espaldas de los ar-madores y, por otro lado, las embarcaciones podían ser utilizadas para realizar actividades de contra-bando de combustible en lugar de las faenas de pesca correspondientes. Estos diversos factores tienen efec-tos difíciles de cuantificar sobre los análisis realizados y el estado de los recursos explotados por la flota de arrastre del oriente de Venezuela al momento de su clausura.

A pesar de sus limitaciones, la serie de datos de des-embarques y esfuerzo de pesca proveniente de la pesquería de arrastre representaba la principal fuen-te de información sobre el estado de los recursos demersales en el oriente de Venezuela. Sin duda, debe priorizarse el diseño y ejecución de un plan de moni-toreo de estos recursos para medir, por una parte, los efectos de la eliminación de esta pesquería y, por otra parte, disponer de información que permita un mane-jo adecuado de las diversas especies explotadas.

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eSPecieS De PeScADo eN cARAcASCOMPORTAMIENTO DE PRECIOS EN SUPERMERCADOS ABRIL 2013 (Expresado en Bs.)

De las 29 especies a las que se les hizo seguimiento, 4 cambia-ron de precio, observándose incrementos que oscilan en un rango comprendido entre 30% y 62%, siendo los más significa-tivos el del corocoro, el cual se incrementó en 62,2% con respecto al mes de marzo del presente año. También se observa una disminución de 15% en el precio del lebranche.

FUENTE: FUNDATUNEspEciE Marzo aBriL DifErEncia %

Atún 99 99 0,00 0,00%

Atún blanco 110 110 0,00 0,00%

Boca chica 36 36 0,00 0,00%

Bonito entero 29 29 3,67 0,00%

Buco 36 36 0,00 0,00%

Calamares 79 79 -11 0,00%

Camarones 151 151 0.00 0,00%

Cataco 40 40 0,00 0,00%

Chicharros 28 28 0,00 0,00%

Corocoro 45 73 28 62,22%

Curvina pequeña 108 108 0,00 0,00%

Filet de merluza 56 56 0,00 0,00%

Lebranche entero 80 68 -12 -15,00%

Lisa 24 24 0,00 0,00%

MejIllones 1/2 concha 57 57 0,00 0,00%

Merluza importada 72 72 0,00 0,00%

Mero entero 133 133 0,00 0,00%

Mojarra 19 19 0,00 0,00%

Pargo entero 166 201 34,68 20,85%

Pulpo nacional 183 238 55,48 30,40%

Raya 27 27 0,00 0,00%

Robalo entero 96 96 0,00 0,00%

Roncador 74 74 0,00 0,00%

Sardina 8 8 0,00 0,00%

Sierra 95 95 0,00 0,00%

Tajali grande 42 42 0,00 0,00%

Rayado fresco entero 76 76 0,00 0,00%

Almejas con concha 12 12 0,00 0,00%

Pepitona 35 35 0,00 0,00%

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PESCANDO LANOTICI

La presidencia de la recientemente realizada 27 Reunión de las Partes del Acuerdo para un Programa Internacional para la Conservación de los Delfines (APICD) del 4 de junio en Ve- racruz, México, recayó en Alvin Delgado de Venezuela. Días más tarde, en la misma ciudad mexicana, se efectuó la 85 Reunión de la Comi-sión Interamericana del Atún Tropical, cuyo Presidente en funciones es también Alvin Del-gado, el cual fue ratificado en el alto cargo hasta junio de 2015.

En el mismo evento de la CIAT, fue designado Lillo Maniscalchi como su Presidente para el Comité de Administración y Finanzas, igual-mente hasta junio 2015. Tanto a Delgado como a Maniscalchi les corresponderá, a este tenor, presidir las Reuniones Extraordinarias y Or-dinarias de la Comisión.

Triple reconocimiento internacional para el aporte y la constancia

Foto: Archivo FUNDATÚN

VENEZUELA, junio 2013

Desde FUNDATÚN no podemos dejar de in-terpretar estos nombramientos, como un reconocimiento al trabajo eficaz y tesonero de nuestros compatriotas y compañeros en estos foros internacionales, donde convergen y se estudian los datos e informaciones que gene-ran las flotas atuneras de 21 países miembros y dos países No Miembros Cooperantes, y de donde parten, en consecuencia, todas las nor-mativas, regulaciones y resoluciones que rigen estas pesquerías.

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Infopesca, conjuntamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Ministerio de Pesca y Acuicultura de Brasil (MPA), y el Gobierno del Estado de Rio de Janeiro, están organizando la Conferencia Mundial de Tilapia que tendrá lu-gar en Río de Janeiro entre los días 16 y 18 de septiembre. Un encuentro en el que analistas del mercado de amplia experiencia y repre- sentantes del sector productivo y comercial abordarán los principales aspectos y desarro-llos recientes del mercado mundial de esta especie. Con este nuevo evento, señalan desde la organización, se busca continuar con el tra-bajo realizado en la Conferencia Mundial de Tilapia realizada en Kuala Lumpur en el año 2010, y organizada por Infofish. Paralelamente, se desarrollará una exposición del sector.

Fuente: INVIPESCA Foto: www.fishconsult.org

BRASIL, junio 2013

infopesca organiza en Brasil la conferencia Mundial de Tilapia

Entre los principales temas de la agenda se en-cuentran: la estrategia global de la tilapia y las perspectivas en el sector pesquero y acuicultor y sus tendencias recientes en la producción en las principales regiones y mercados; las nove-dades en China y en Asia; nuevos mercados y productores crecientes: América Latina y Áfri-ca; desarrollos recientes en los principales mercados y regiones productores de tilapia; zla contribución de la tilapia al desarrollo y los de-safíos normativos; la comercialización de la tilapia y los productos pesqueros, los supermer-cados y las preferencias de los consumidores; desarrollos recientes en la tecnología de pro-ducción etc.

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La Fundación para la Pesca Sostenida y Responsable de Túnidos (FUNDATÚN),

celebra el cumplimiento de las normas para la pesca del Atún y conservación de los Delfines en la zona del océano Pacífico oriental Tropical,

contenidas en el “Acuerdo Programa Internacional para la Conservación de Defines (APICD)”

en vigor desde febrero de 1999.

www.fundatun.org