Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguración Epistolar

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    Revista de Estudios Sociales N o. 44

    rev.estud.soc. ISSN 0123-88SX Pp. 236.

    Bogot, diciembre de 2012 Pp.

    48-61.

    icero imperaton

    estrategias de autofiguracin epistolar en el viaje a Cilicia (C ic,A tt 5. 1-

    j por Soledad Correa

    ,**

    Fecha de recepcin: 27 de marzo de 2012

    Fecha de aceptacin: 8 de agosto de 2012

    Fecha de m odificacin: 19 de agosto de 2012

    DOl-Digital Objects of Information: http://dx.doi.org/10.7440/res44.2012.06

    RESUMEN

    Este trabajo se prop one hacer un rastreo del retrato discursivo que Cicern construye de s mismo en el grupo de cartas

    dir

    gidas a tico durante su viaje a la provincia de Cilicia (C ic, Att 5.1-15). Dado que la imagen discursiva qu e el locutor elabor

    de s mismo est anclada en estereotipos o en representaciones colectivas que d etermina n no slo la presentacin de s, sin

    tam bin su eficacia en una cultura dada , en este grupo de cartas exploraremos d e qu manera el remitente configurar su a

    cionar bajo el signo de la ejemplaridad. Nuestra hiptesis de trabajo es que esta autofiguracin de Cicern como gobernant

    ejemplar obedecera a un intento de contrarrestar el problema de la invisibilidad que supona alejarse de la Vrbs. En efect

    por cuanto la vida poltica en Roma a fines de la Repblica y a principios del Imperio estaba centrada en la capital, el mer

    alejamiento del centro de la actividad poltica supona una seria amenaza para la imagen pblica o personade C icern, cuy

    posicin poltica era constitutivamente precar'a, dada su condicin de nouus homo

    PALABRAS CU\VE

    Cicern, estrategias de autofiguracin, ejemplaridad.

    Cicero Imperaton Epistolary Self-fashioning Strategies

    on His Way to Cilicia (C ic, A tt . 5. 1-15)

    ABSTRACT

    This paper intends to e xplore the discursive picture that C icero builds of himself in the set of letters sent to Atticus on his wa

    to Cilicia (C ic, A tt. 5.1-15). Bearing in m ind that the discursive portrait the speaker fashions for himself is rooted in stereotype

    or collective representations that affect not only self-presentation but also the portrait's success in a given culture, in thes

    letters

    we

    will explore the ways the sender will mould his actions into exemplary ones. Our hypothesis is that Cicero's sel

    fashioning as an exemplary govern or is an attemp t to counteract the problem of invisibility inherent in his being away from th

    Vrbs. Indeed, considering that political life during the late Republic and early Empire was centered on the capital city, bein

    away from this center entailed a serious threat to Cicero's persona or public image du e to the fact that, because of his nouita

    this image was inherently precarious.

    KEYWORDS

    Cicero, Self-fashioning Strategies, Exemplarity.

    Este artculo se basa en la investigacin docto ral Om nis peregr/natio [ obscura et srdida est estrategias de autofiguracin de un nouus homo e

    Epistulae ad Atticum y Epistulae ad Familiares de M.T. Cicern , financiada po r el Conice t (Consejo Na cional de Investigaciones Cientf icas y Tcnicas

    Licenciada en Letras Clsicas por la Universidad de Buenos Aires y becaria doctoral del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Cientf icas

    Tcnicas), Argentina . Profesora de Lengua Latina I en la Universidad N acional de Rosario, Arge ntina. C orreo e lectrnico: [email protected] .a

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    Cicero Imperator estrategias de autofiguracin epistoiar

    en ei viaje a Cilicia Cic,Att. 5.1-15)

    Soledad Correa

    Dossier

    i ero Imperator

    estrategias de autofigurao epistolar

    na viagem O lida Cic, Att. 5.1-15)

    RESUMO

    Este trabalho prope-se a fazer um monitoramento do retrato discursivo que Cicero constri de si mesmo no grupo de cartas

    dirigidas a tico durante sua viagem provincia da Cilicia Cic, Att. 5.1-15). Dado que a imagem discursiva que o locutor

    elabora de si mesmo est ancorada em estereotipos ou em representaes coletivas que determinam nao s a apresentao

    de si, mas tambm sua eficacia numa cultura dada, neste grupo de cartas nos exploraremos de que maneira o remetente

    configurar sua atitude sob o signo da exemplaridade. Nossa hiptese de trabalho que esta autofigurao de Cicero como

    governante exemplar obedeceria a uma tentativa de contrariar o problema da invisibilidade que supunha distanciar-se da

    Vrbs. Na verdade, tendo em vista que a vida politic em Roma no fim da Repblica e no principio do Imperio estava centrada

    na capital, o mero distanciamento do centro da atividade politic supunha uma sria ameaa para a imagem pblica ou pessoa

    de Cicero, cuja posio politic era constitutivamente precaria, dada sua condio de nouus homo.

    PALABRAS CHAVE

    Cicero, estrategias de autofigurao, exemplaridade.

    onsideraciones preliminares

    1

    estudio sobre la correspondencia de

    M.

    T.Ci-

    cern

    106-43

    a.C.)' se ha visto obstaculizado funda me ntal-

    1 La correspondencia de Cicern es, indudablemente, elcorpus epistolar

    antiguo ms extenso que tenemos. ste

    se

    compone

    de

    diecisis libros

    de EpistulneiiilFamiires (incluye mayormente cartas escritas por Cicern,

    excepto77que estn dirigidasal oaotros destinatarios), diecisis libros

    de

    Bpistlaea tcum

    (incluye nicam ente cartas de Cicernatico,ms

    veinticincodeCicerna otros destinatarioso a ldirigidas, reenviadas

    como

    exempta

    para tico), tres libros de

    Epistulae adQuintumFratrem

    (con Ci-

    cern como nico remitente) y dos libros deEpistu/ne a Brutum(diecisiete

    cartas de CicernaBruto, nueve de BrutoaCicern, una de Brutoati-

    co).

    Adems de estas colecciones, los manuscritos preservan dos extensas

    cartas-tratados: el

    Commentariolum

    Petitionis (transmitido con

    Epistulae ad

    Familiares , que, supuestamente. Quinto dedicaa suhermano Cicerny

    que versa sobre cmo triunfar enlas campaas polticas,y la

    Epistuta ad

    Octauium, invectiva dirigida a Octavio por parte de Cicern, un nim em en-

    te considerada espuria (con probabilidad, se trata de un ejercicio retrico

    escrito entre los siglos Ul yIVd.C ). Los estudiososhanimpugnado asi-

    mismo la autenticidad

    del

    Commentariolum

    y

    de las cartas

    a

    Bruto: mientras

    que

    con respecto

    al

    primero la cuestin

    es

    an debatida, existe actualmen-

    te

    consenso

    con

    respecto

    a

    considerar las cartas

    a

    Bruto

    como

    autnticas,a

    excepcinde

    adBrat.

    1.6(BmtoaCicer n)yi.17 (Brutoa tico). Asimismo,

    a partir de fuentes indirectas sabemos de laexistencia de cartas, inclu-

    so de colecciones ente ras, que no h an llegado hasta nosotros (Nicholson

    1998). Por ejemplo, existen nu meros as citas decolecciones perdidas(de

    tres o cuatro libros cada una) de correspondencia entre CicernyOctavio,

    m ente por dos cuestiones: por una parte , por dos evidentes

    prejuicios, uno referido aque, con respectoagneros con-

    siderados mayores , el gnero epistolar ha sido en genera l

    concebido como marginal y subliterario;^ otro vinculado

    con la presuposicin de inm ediatez

    y

    honest idad con que

    este tipo textual

    ha

    sido abordado

    por

    buena parte

    de la

    PompeyooCsar,y esposible imagin arquelas cartasaQuinto hayan sido

    alguna vez ms numerosas que las que hoy poseemos. La historia de la

    tradicin del corpus epistolar ciceroniano hasido magistralmente estu-

    diada por Shackleton Bailey

    1977) y

    discutida en forma exhaustiva en las

    introducciones a sus ediciones come ntadas de Cambridge.

    Cf.

    asimismo,

    Nicholson (1998),

    passim.

    Alo largo de nuestro trabajo, hemo s utilizado la

    edicin d e David Roy Shackleton Bailey (1965-1970) para el an lisis de los

    intercambios epistolares de Cicern. En todos los casos,latraduccinha

    sido realizada por la autor a.

    En tal sentido, sealan Martin

    y

    Caillard: On constate en effet, Rome

    comme ailleurs, l'existence dedeux catgoriesdetextesqui ont pour

    caractristique commune

    de

    n'tre

    pas

    automatiquement

    ni

    'de droit'

    des textes littraires: ils agit, d une part des textes oratoires, d'autre

    part des textes pistolaires.(...) l'activit oratoire etl'activit pistolai-

    re appartiennent en elles-mmes non pas audomaine delalittrature,

    maiscelui de la

    vie .

    Estos autores se basan en Aristteles para definir

    el criterio que perm ite distin guir lo literario de

    lo

    no literario (Mar-

    ti nyCaillard 1990,14). (...] le littraire,c estle mim tique, toute litt-

    rature est mimesis, et il n'y a litt rature que lorsqu'ilyaimitat ion.Cequ e

    permet, notamment, de rpondre laquestion de savoir pourquoi,en

    fin de com pte,lediscours oratoireet la lettre-missive n'appartiennent

    pas de plein droit

    la littrature.

    C est

    tout simplemen t que ni l 'orateur

    ni le scripteur

    d une

    lettre (si

    c est

    une vraie lettre) ne font oeuvre

    d'im itation [...] (Martin y Caillard 1990, 23). De esta mane ra, con side-

    ran que los gneros mimticos son el narrativo, el dram ticoyel lrico, y

    losno mim ticos, el'demostrativo, el oratorio

    y

    el epistolar. Afortunada-

    me nte , como apu nta Ebbeler (2010), esta tenden cia a considerar

    el

    gne-

    ro epistolar com o una suerte de Rohstoff de la histo ria personal y cultu ral

    ha comenzado arevertirse en los ltimos aos.

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    rev.estud.soc. ISSN 0123-885X Pp. 236.

    Bogot diciembre de 2012 Pp.

    48-61.

    crtica.3 Esta circunstancia ha determinado que, hasta

    fecha muy cercana, las cartas ciceronianas fueran valo-

    radas,

    obien como un mero complemento para el estudio

    sociohistrico del perodo abarcado por ellas

    (68-43

    a.C.),

    o bien como una fuente de informacin prvilegiada para

    el conocimiento de los verdaderos pensam ientos u opi-

    niones del autor.5 El segundo obstculo es de ndole me-

    todolgica e involucra las considerables dim ensiones del

    corpus epistolar ciceroniano.^

    3

    Contra,

    argu me nta Rosenm eyer: [ .. .] whenever one writes a let ter ,

    one automatically constructs a

    self,

    an occasion, a version of the

    truth. Based on a process of selection and self-censorship, the let-

    ter is a construc tion, n ot a reflect ion, o freali ty (Rosenmeyer

    2001,

    3-4). Ms adelante, precisa que la escri tura de cartas es inher-

    ente me nte f iccional , en cuan to [ .. .] the writer can create himself

    anew every t ime he writes. Epistolary discourse entai ls the con-

    struction of a self based on an assumption of what might interest

    the intended addressee, not on some unchanging vision of one's

    ' t rue ' self (Rosenmeyer 2001,11).

    4

    A

    modo de ilustracin de este uso ancilar de la correspondencia cicero-

    nian a, cabe citar tres

    estudios:el

    libro relativamente reciente

    de

    Lintott

    (2008), quien , en gen eral, e stud ia las obras de Cicern como fuentes his-

    tricas; el ya clsico libro de Syme (i960), quien u tiliza la correspond en-

    cia para trazar una semblanza de Csar, y el artculo de Murphy (1998),

    quien recorre las cartas buscando detalles sobre la circulacin de los

    textos filosficos ciceronia nos. Cf. asim ism o la valoracin qu e hace Cor-

    nelio Nepote

    de

    la correspond encia con tico, que ilustr a el hecho

    de

    que

    el proceso de conversin de las cartas en documentos histricos habra

    comen zado poco despu s de la muer te de Cicern: (...) quae qui legat,

    non multu m desideret

    historiamcontext m eorum

    temporum (Nep., Att. 16.3)

    (Cursivas aadidas) /

    (...)

    quien las lea no echar de menos una historia

    continua de aquellos tiempos .

    5 Dado que los ejemplos son numerosos, slo mencionaremos algu nos:

    [...) it is precisely Ijecause Cicero wrote them off-guard tha t they con-

    tain so much of value to us as we glimpse into his inner min d o pening

    freely to his con tem por arie s [...] (Nicholso n 1998, 63); In Cicero's

    letters we see a Roman Consu lar [...] wit hou t his toga (Shackleton

    Bailey1971,

    xii);

    Cicero's corres pond ence offers

    a

    unique opportunity

    of

    acquiring an intimate knowledge of the man -a task that is important

    in itself since there is no othe r persona lity in the C lassical World whom

    we have the chance of kno wing bet ter (Wistrand 1979,1). Incluso Cu-

    gusi -cuya investigacin sobre teora e historia de la epistolografa la-

    tin a desde los aos finales de la Repblica ha sta los dos primeros siglos

    del Imperio

    es ,

    hasta

    el

    momento, el tratam iento m s detallado sobre el

    gnero de la epistolografa l atin a- incu rre en estos mism os prejuicios,

    ya en

    lo

    que toca a las cartas en general, ya en

    lo

    que toca a la correspon-

    dencia ciceroniana en particula r. En efecto, para este autor, la carta es

    un g nero que pertenece a la vida y no a la liter atu ra: [...] scrivere epis-

    tole imitando quelle di un m odello significa, ev identemente, snatur are

    l'essenza stessa dell'epistola, perch significa scrivere con animo di

    letterato, dunque scrivere in funzione non della comunicazione contin-

    gente , ma della 'bella pagin a', ed in vista della divulga zione (Cugusi

    1983,188). Asimismo, sostiene que las cartas constituyen una suerte de

    espejo donde podemos ver un refiejo fiel de la vida del autor: Svelando

    apertam ente tutte le sue preoccupazioni, oltre che per la cosa pubblica,

    anche per le sue cose private. Cicerone nelle sue lettere traccia pratica-

    me nte la sua autobiografia (Cugusi 1983,162).

    6 Hutchinson ofrece una sntesis elocuente de la mag nitud del corpus:

    (...] 1,431 pages in S hack leton Bailey's editio n [...]. It is little over ha lf

    as long as the body of exta nt speeches , almo st twice the leng th of the

    genuine w orks on rhetoric, and near the length of the philosophical

    works (c. 83 per cent). It is thus a very sizeable part of Cicero's huge

    surviving oeuvre (Hutchinson

    1998,

    3).

    Ahora bien, aunque

    la

    crtica ha abordado

    la

    corresponde

    cia ciceroniana ya como do cum ento,' ya como literatura,

    en el presente trabajo procuraremos ofrecer una lectur

    alternativa a estos acercamientos dicotmicos' centrndo

    nos en analizar el fenmeno de la presentacin de s

    o

    au

    tofiguracin' en un corpus bien delim itado: las prmera

    quince cartas que Cicern dirgi a ticodurante su viaje

    la provincia

    de

    Cilicia.

    El

    marco terco que su stenta nue

    tra lectura del texto se apoya en la propuesta que, desde e

    anlisis del discurso, formula Amossy (2010): su hiptesi

    fundamental

    es

    que la presentacin

    de

    s,

    o lo

    que la trad

    cin retrca llama ethos ,es una dimensin constitutiv

    deldiscurso. Encuanto

    tal,

    seencuen tra en relacin din

    mica con

    las

    otras dimensiones, igualmente constitutiva

    est anclada en la enunciacin, funciona dialgicament

    7 cf. Hall (2009).

    8 Cf Hu tch ins on (1998).

    9 Ambos trabajos dejan varios punto s sin resolver: por una parte

    Hutchinson sustenta su anlisis en una categora que ha perdid

    consenso acadmico, a saber, la intencionalidad del autor, manifies

    ta en indicadores de literaturida d , tales como la presencia de pros

    rtmica, la inclusin de grecismos, la voluntad de persuadir, y lo qu

    Hutchinson

    (1998)

    denom ina en forma vaga e indistin ta artistry ; p

    otra parte , el anlisis de las cartas desde el punto de vista de la teor

    de la cortesa que propone Hall, m s all de su aparente originalidad

    puede encuadrarse en la vertiente de la crtica tradicional, que enfat

    zaba en las carta s su carcter de vital

    social

    documents (Hall 20 09, 3),

    utilida d de cuyo estudio re sidira en que nos ofrecen u n [...]direct insig

    into the often tense negotiations that shaped events during these tu

    bule nt and deadly years (Hall 2009, 3) [Cursivas de la autora] . De est

    puede colegirse fcilmente que, en su enfoque, la especificidad de la

    cartas se pierde nuevamente, en cuanto stas quedan reducidas a mer

    instrumento

    o

    refiejo de condicionamientos sociales.

    10 Hemos elegido tradu cir as el concepto de self-fashioning emplea

    do en trabajos recientes sobre la obra ciceroniana en lengua anglo

    sajona (Dugan 2005; Leach 1999). La eleccin de este trmino -qu

    el DRAE no registra- no ha sido caprichosa, pues lo hemos tomad

    de dos ensayos sobre autobiogra fa mo dern a (Amcola 2007; MoUo

    1996). Aunque tomamos el trmino del campo de los estudios sobr

    autobiografa, conviene insist ir en que existen diferencias sustan

    tivas entre el gnero epistolar y el autobiogrfico: If pure autob io

    graphy can be born of the mere desire to express oneself, wi tho

    regard for the eventual reader, the letter is by definition never th

    product of such ' imm aculate conception, ' but is rathe r the result o

    a union of writer and reader. The epistolary experience, as distin

    guished from the autobiographical, is a reciprocal one. The lette

    writer simultaneously seeks to affect his reader and is affected b

    him (Altman 1982, 88). Por otra parte , impo rta tener presen te qu

    la autobiogra fa, a diferencia de formas afines como el diario ntim

    o la coleccin de cart as, incluye de por s a un narra dor om nisci ente

    que da sen tido a la totalid ad (Amcola 2007, 34).

    11 Amossy se concentra en la dimensin lingstica de la presentaci

    de s,dejando d e ladolosaspectos no verbales de la m isma .Alcruzar l

    nociones de presentacin des ,tom ada de la sociologa de Coffman,

    de ethos , tomada de la retrica y del anlisis del discurso, se prop

    ne ofrecer una visin panormica que permita mostrar la continuida

    y la homog eneidad global de un a cuestin: IIs agiten effet de pen s

    dans son unit u n phn omm ne qui rapparat tous les niveaux d

    nos practiques sociales et de notre rfiexion sur la com mun ication o

    la constru ction iden titaire (Amossy 2010, 6).

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    i ero imperator

    estrategias de autofiguracin epistolar

    en el viaje a Cilicia Cic, Att 5.1-15

    Soledad Correa

    ossi r

    y posee, necesariamente, u na im pronta argumentativa.'^

    De acuerdo con esta propuesta terica, el locutor construye

    en su discurso una imagen de si al mismo tiempo que se

    constituye como sujeto; por otra parte, es a travs de esta

    im ag en qu e l se identifica, es decir, que se da a ver de u n

    modo que perm ite situarlo en la escala socialydistinguirlo

    por sus rasgos particulares. Con todo, la imag en que el lo-

    cutor proyecta de si no depende en forma exclusiva de u na

    programacin deliberada sino que se nutre de represen-

    taciones sociales.'3 En otras pa labras, la imag en de si que

    construye el yo es, por definicin, dialgica, en cuanto

    est atravesada por la palabra del otro. ^ Ahora bien, dado

    que nue stro corpus se inscribe en la cultura de la Roma cl-

    sica, cuyo carcter espec tacular ha sido pue sto de relieve

    por diversos estudiosos,'s a la palabra del otro como factor

    12 Cf :

    [...]

    tout nonc a une dimension argum entative: m me lorsqu' i l

    ne vise pas express men t persuader, il influe su r des faons de voir

    et de penser. En d'autres termes, l 'argum entativit traverse de part

    en part le discours. Il en rsulte que toute prsentation de soi orien-

    te bon gr mal gr la faon dont le destinataire peroit la personne

    du locuteur et, corollairement, la teneur de son discours. Mme si

    elle ne relve pas

    d une

    entreprise rhtorique concerte, elle agit sur

    l'autre et, travers lui , sur le rel. Dans ce sens , l 'ethos discursif (qui

    se construit dans le discours) est par dfinition un ethos rhtorique

    (qui vise avoir un i mp act su r l'autre) (Amossy 2010, 41-42).

    13 De acuerdo con Amossy, lo que pe rmite repensa r la nocin del ethos de la

    retrica tradicional es la propuesta de Coffman, quien postula que la pre-

    sentacin de

    s,

    pivote de toda interacc in social (incluso de la ms trivial e

    ntima ), no tiene necesidad de ser consciente

    y

    programada. En efecto, en

    la medida en que la presentacin de s est sometida a un a regulacin so-

    ciocultural -pue sesmodelada sobre rolesyrut inas, es decir, por esquemas

    sociales preestablecidos-, sobrepasa en gran medida la intencionalidad del

    sujeto actuante.Deesta manera , la identidadse concibe comoco-construi-

    da en el intercambio social, dado que el sujeto est parcialmente condicio-

    nado por fuerzas

    que lo

    atraviesan a

    sus

    espaldas (Amossy2010,32).

    14 An uestro juicio, la p ropuesta de Amossy permite resolver el aparente d i-

    lema que se nos presenta luego de leerlostrabajos de Hutchinso n 1998) y

    Hall (2009), a saber, cmo el

    yo

    puede ser un producto del lenguaje que

    lo estructu ra y d e las fuerzas sociales que lo mod elan (Hall 2009) y al mis-

    mo tiemp o u n sujeto inten cional capaz de actuar sobre el otro y, en con-

    secuencia, sobre el mund o real (Hutchinson

    1998)?

    Para salir de esta falsa

    apora Amossy seala el doble estatus del

    yo ,

    a lavez agi et aggisan t :

    Cette incompatibilit entre un e notion m oderne [...] du sujet, et l'ethos

    comme instrument de persuasion et d'action sur le monde n'est cepen-

    dan t qu'app arente . Elle est en effet leve partir du mom ent o on prend

    en comptelefait quelesdterm inations sociodiscursives et l'agentivit n e

    se situent pas sur le mm e plan . D'un ct, force est bien aujourd'hui de

    reconnatre que le sujet parlan t n'est pas matre des significations, mais

    est ncessairemen t con ditionn par les codes de la langue, parlediscours

    ambiant et par des contraintes idologiques, institutionelles et culture-

    lles.

    D'un autre ct, le fait que le sujet soit parl par les codes langagiers

    et faonn par le discours social ne signifie pas qu'il ne participe pas plei-

    nem ent la dynamique de l'change.Al'intrieu r de celle-ci, il est bien

    une instance agissante. (...) Au niveau de l'interaction dans laquelle il

    s'engage, le locuteur projette un ethos qui lui permet d'entrer en relation

    avec l'autre etdefaire partag er ses faons de voir (Amossy 2010,107).

    15

    Cf

    e g : The gaze of others lay in wait for him wherever he went, and

    whatever he did he would be aware of others sitting in judgment over

    him. Romans were never alone; there was always a witness to a man's

    good or wicked ac tions, even if it w ere only a neighbor strolling across a

    terrace, a servant gossiping at the fountain of his wife confiding in her

    constitutivo de la identidad deberemos aa dir su (ambiva-

    lente) mirad a.' En efecto, [...] definida por un q ueha cer

    que se desarrolla, sea en el

    Foro,

    sea en el Campo de Marte,

    sea incluso en el Senadooen ladomusimperial, siempre a la

    vista de los dem s, e inserta e n un tipo de cultura que dife-

    rencia ma lypoco lo pblico de lo privado , la vida de los ciu-

    dadanos romanos es una suerte de espectculo perm anente

    en que todos ofician a la vez de actores y de jueces (Diez

    etal 2011, 26-27). De esto puede inferirse que si la invisibi-

    lidad que acarreaba alejarse de laVrbs-centro de la escena

    a fines de la Repblica y principios del Imperio- no resul-

    taba deseable en ningn caso, para Cicern la situacin

    era mucho m s aprem iante, en la medida en que, dada su

    condicin denouushomo su identidad pblica era consritu-

    rivamente precaria, en cuanto no descansaba sobre ilustres

    maiores sino que dependia fuertemente de una performan-

    ce exitosa delante de otros. ' ' Podria pensarse, entonces,

    que ,

    al esta r fuera de Rom a, el teat ro efectivo donde

    la presentacin de sioautofiguracin tendria lug ar seria

    la materialidad del texto epistolar. ' En consonancia con

    au nt (Dupont 1992, 11); Since the ideology of

    pudor

    is overwhelmingly

    communitarian in its impulse, tending away from eccenttic acts of indi-

    vidual will and toward social harmony, and since the signs of this harm o-

    nizing emotion are visible in the blush and posture, a large part of social

    harmony must rely literally on face-to-face relations. The ideology encou-

    rages usconstantlytoreadoneanother andbeattentivetothe signs:an dso

    1

    scan you as you scan me as we both are scanned by othe rs, in w hat M aud

    Gleason has called the 'forest of the eyes' that hem med in Rom an life. To

    a person with an active sense of pudor, all those who constitute his social

    worldareconsta ntiy visible, and he is visible to the m (Kaster 1997,10-u).

    16 Cf If being, for the ancient Romans, was being seen, being seen was a

    basic existential risk. The person w ith a sense of honor, wit h a sense of

    sham e, accepted th e danger of being visible. His or her Being needed to

    be tested, 'proved' {probatus spetXatus expertus argutus) to exist (Barton 2

    221);

    Despite the frequent invocation of the shibbolethessequamvideri 'to be

    rather th an to seem,' appearances and essences were closely enmeshed in

    Roman R epublican public life. Bothin meliusand in detenus, thegazeof one's

    fellow citizens an d especially of the fellow elite were closely linked to self-

    worth, public worth, and ethical evaluation. Moreover, because the gaze

    could be aggressive as well as admiring, destructive as well as productive,

    one needed to have control over its motivation, origin, and direction in

    order to maintain control over its effects -a control tha t the Roman up per

    classes practiced v th varying degrees of success (Bartsch 2006,115-116).

    17 Cf : (Cicero] was throug hout h is life particularly image-conscious, th e

    natural result of hisnouus homostatus and his relatively modest wealth.

    He had continually to struggle against the jealousy and disdain of no-

    blemen in order to acquire the existimado which they in herited and pro-

    pagated almost effortiessly. Nor was this preoccupation w ith reputation

    simply vanity, for how one was thought of determined one's auctoritas

    among one's peers no less than am ong one's clients and dependen ts. The

    attain me nt of'wide distinction w as a prime goal of public life, andagreat

    deal of attention was accordingly devoted to the accumulation of honor

    and ren o wn (Nicholson 1992,45). El pasaje clsicoqueilustraelapego del

    Arpinate a laVrbs es

    Cic.,

    Plane. 64-66. Cf., asim ism o, Cic.,Fam.2.12.2; Att.

    2.5.1,

    5.11.1,5.15.1, 9.10.2,1O.1O.4,10.12.2,15.11.3,16.15.6.

    18 La hip tesis de estaperformancetextu al se ve reforzada por el hecho de

    que el ejercicio mism o del gobierno p rovincial es comparado explci-

    tam ente por Cicern con unaperformancede tipo te atra l (Cic., Q.

    fr

    1.1).

    Cf Quare quoniam eiusmodi theatrum totius Asiae tuis uirt utib us est

  • 7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar

    5/15

    Revista de Estudios Sociales No 44

    rev.estud.soc. ISSN 0123-885X Pp. 236.

    Bogot diciembre de 2012 Pp.

    48-61.

    esto,

    segn veremos, unode los rasgos ms llamativos del

    corpus elegido eselhechodeque, al aproximarse a Cilieia,

    el remitente eomienza a delinear sus aeeiones eon eiertas

    mareas propias del diseurso ejemplar, tal

    eomo

    ha sido ea-

    raeterizado por Roller (2004), es deeir, eomo un diseurso

    que exhibe alguno de estos euatro rasgos

    : 9

    una aeein do-

    tada de eierta espeetaeularidad; un auditorio q ue, al con-

    templar y evaluar dicha accin (audiencia "primaria"),

    la tome ticamente significativa; una conmemoracin

    de la accin (a travs de textos escritos, estatuas, ritu ales,

    ete.) que, al eonstruir audieneias "seeundarias", au me nte

    la visibilidad dela aeein, y,porltimo, un a imitaein, en

    euan to eualquier aeein mira a

    la vez

    haeiaatrs,

    a

    efeetos

    deeongurarseala luzdealguna hazaa an terior,yhaeia

    adelante, en euanto busea eonstituirse enexemplumde ha-

    zaas futuras.

    De

    esta m anera , las eartas a Atieo que ana-

    lizaremosaeontinuaeinno slopermitirian eontrarrestar

    los riesgo s impleitos de estar lejos de Roma sino que, al

    mismo tiempo, haran

    las veees demonumenta

    que,

    al

    eon-

    figura r audieneias en grado seeundario, multiplicarian las

    posibilidades de autoguracin delremitente."

    datum [...]" (Cic, Q.

    fr.1.1.42)

    [Cursivas aadidas] / "Por este motivo,

    dado que

    se

    te ha ofrecido un tea tro de este tipo, de Asia enter a, p ara tus

    virtud es [...]"; mea

    pars,

    [...] tua[...] (Cic, Q.fr.1.1.43)/ mipapel,

    l-]^^

    tuyo [...]"; "lUud te ad extremum et oro et hortor, ut, tamquam poetae

    boni etactoresindustr ii soient, sic tuin extremo parte et condusionemuneris

    ac negotii tui diligentissimus si, ut hic tertius annus imperii tui, ta-

    mquamtertiusactus, perfectissimus atque ornatissim us fuisse uideatu r"

    (Cic., Q.fr.1.1.46)/ "esto, por ltimo, te pido encarecidamente que, al

    igual que suelen hacerlo los buenos poetas y los actores diligentes, as

    t en esta ltima parte y fin de tu funcin y tarea, siendo lo ms dili-

    gente posible, que este tercer ao de tu mandato, como el tercer acto,

    parezca que ha sido perfectsimo y distinguidsimo". Cicern emplea

    esta misma metfora teatral al referirse a su cuestura en Sicilia: sic ob-

    tinui quaesturam in Sicilia prouincia ut omnium oculos in me unum

    . coniectos esse arbitrrer, ut me quaesturamqu e meam quasi in aliquo

    terrarum orbis theatro uersari existimarem (Cic, Verr.

    2.5.35)

    (Cursivas

    aadid as] / "C uando obtuve la cuestu ra en la provincia de Sicilia, me di

    euen ta de que los ojos de todos estaban vueltos hacia m solo, consider

    qu e

    yo

    ejerca mi cu estu ra en un a especie de teatro del mu ndo [...]".

    19 Cf:"No ancient text, to my knowledge, puts the four elements together

    to construct a discursive loop as

    1

    have, even though the individual ele-

    men ts and the pairwise links between them are abundantly attested in

    texts and images [...]" (Roller 2004, 50).

    20

    A

    propsito de los textos escritos como

    monumenta cf OLD s.v.

    4-5.

    21 Si bien podra argirse que sera mucho m s adecuado analiza r las es-

    trategias

    de

    autofiguraein en cartas consideradas "pblicas",

    a

    nuestro

    juicio, es ta objecin

    se

    apoya en la presuposicin de que las categoras de

    "privado"

    y

    de "pblico" son de ndole transhist rica

    y

    que, por

    lo

    tanto,

    no se disting uen en nada de sus equivalentes modernos.

    De

    esta mane-

    ra, aunq ue emin entes crticos presentan sin nin gn tipo de problema-

    tizacin la divisin entre cartas privadas y cartas pblicas (e.g., Cugusi

    1983;

    Von Albrecht 2003), nuestra propuesta se alinea, en cambio, con

    otra serie de estudiosos que han puesto de relieve que la idea de que la

    carta

    es

    un modo de comunicacin personal, ntim o

    y

    confidencial -q ue

    hoy puede parecer algo ms

    o

    menos " natu ral"- no va de suyo en Roma,

    dado que los intercambios epistolares no tenan h abitualm ente un des-

    tinatario privado

    {e.g..

    Hall 2009; Steel 2005; White 2010). En este sen-

    tido, apunta Ebbeler: "It is [...] anachronistic to describe ancient letter

    Cicern en Ciiicia: estrategias

    de autofiguraein epistolar

    en A tt

    5.1 1522

    exchanges asprivate in the first place. Certainly, some letters remain

    private; and the re were steps one could take , such as coding, to decrea

    the likelihood of interception; but the very public and unreliable m

    des of delivery meant that one could never be sure that a letter wou

    reach its addressee, much less remain sealed" (Ebbeler 2001, 176). Cf

    por ejemplo, Ci c,

    Att. 5.11.7,

    donde Cicern

    se

    excusa por haber ledo u

    carta de Pilia, esposa de tico, que tena como destinatario a Quint

    Att. 8.2.2,

    Att.

    13.51.1,

    donde Cicern enva a tico copia de sus carta

    Csar; en Att. 7.23.3,

    Att.

    9.6.6, Att. 10.3a.2

    yAtt.13.22.5;

    en cambio,

    carta s que ha recibido de Csar son copiadas para tico. Para este tem

    vase Nicholson (1994),passim. Sabemos, adems, que una carta po

    ser escrita delante de num erosas personas o dictada a un secretario

    era frecuente que la recepcin tuviera lugar frente a algunos amigo

    que tomaban as conocimiento de novedades de utilidad gen eral, todo

    cual contribua

    a

    multiplicar

    el

    efecto de la correspo ndencia

    como

    vec

    .de la comu nicacin (Achard 1991,142).Deesta man era, coincidimos c

    Cunderson cuando afirm a que "categories, taxonomies, an d 'epistola

    theory' [...] ru n th e risk of doing more harm tha n good. Readings th

    attem pt to taxonomize the letters with distinctions like public and p

    vate, formal and informal, and so forth r un the risk of becoming no

    readings: an imposed form is used to explain the content even as th

    content is used to determine th e appropriate pigeon-hole into which

    sort the le tter" (C underson 2007, 4).

    22 A propsito de los diversos factores involucrados en la administraci

    provincial,

    c f

    Richardson(1994) y Braund (1998). Para estud ios m s pu

    tuale s de esta fase de la vida de Cicern,

    c f

    e.g. Tyrrell y Purs er(196

    Lintott (2008). En comparacin con el exilio del Arpinate, este perod

    no ha sido objeto de tan num erosos estudios: si bien W istrand se ocu

    de analizar la correspondencia de esta etapa, el supuesto que est en

    base de su aproximacin al texto es, una vez ms, la tesis de inm edi

    tez, esto es, la identificacin del gnero con la verdad:

    cf

    "The lette

    offer [...]

    a

    unique opportunity of obtain ing an intim ate insigh t into

    R

    ma n political thoug ht, on account on their general candour in contra

    to other sources, whose reliability is nearly always highly questionab

    as they exhibit the bias and rationalizations of their authors, hist

    rians or politicians, who wrote posteuentum with knowledge of all t

    right answ ers" (Wistrand

    1979,

    2). En conso nancia con esto, y dado q

    las cartas son para l fuentes de primera m ano para la reconstrucci

    histrica, propone tom ar con cuidado, por considerarlas un "desvo

    aquellas ca rtas en las que la presencia de la retrica (considerada, seg

    sugiere, como sinnimo de parcialidad o subjetividad) es ms eviden

    Por su parte , Steel (2001), tom ando u n corpus de textos muy am plio -q

    incluye, adems de las cartas de Cilieia, In Verrem proFlacco pro

    proScauro, proArchia,proBalbo, deimperioCn.Pompeiydeprouinciisconsu/oribu

    examina el modo en que Cicern analiza los problemas imperiale

    De acuerdo con la autora, dado que Cicern opera con un concepto

    imperium fundado no en lo territoria l sin o en el poder dete ntad o por l

    individuos, los problemas que surgieren en la admin istracin imperi

    sern interpretados porl como elresultadodedefectos personales, m

    que como endmicos a la estru ctura del gobierno, es decir, como cue

    tiones ms ligadas a la moralidad que a la mala a dministra cin (Ste

    2001).

    A

    pesar de que Steel dedica alguna s pgin as a exam inar cmo

    las cartas de Cilieia Cicern se afana por presentarse como gobernad

    ideal, su acercamiento al texto difiere del nuestro, en cuanto su inter

    se centra en inda gar las razones que pueden haber movido al Arpina

    a no enfrentar en profundidad el problema de la administracin del i

    perium. Desde una perspectiva histri ca, la mon ografa de Mu iz (199

    nos ofrece una mue stra m s de la ya apuntad a tenden cia a consider

    las cartas de Cicern como documento o evidencia de la historia del p

    rodo.

    De esta manera, las cartas de Cilieia quedan reducidas a me

    episodio de la historia del dominio provincial romano en un a pa rte

    Asia Menor (en este sentido, resulta elocuente el ttulo mismo escogid

  • 7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar

    6/15

    i ero imperator

    estrategias de autofiguracin epistolar

    en el viaje a Cilicia Cic ,

    Att 5 1 15

    Soledad Correa

    ossi r

    Examinemos brevemente, en primer lugar, cul es la

    situacin de comunicacin de la cual emergen estas

    cartas: el gobierno provincial constitua u na parte nor-

    ma l de cualquier carrera p oltica y, como es sabido, las

    carreras po lticas en Roma a fines de la Repblica e ran

    sumamente onerosas. En tal sentido, en el ao 52 a.

    C., el Senado aprob un decreto que exiga que tra nscu -

    rriera un intervalo de cinco aos en tre el consuladoyel

    procon sulado. Con esta medida -al igual que con la ley

    de Pompeyo del ao s igu iente

    { exPompeia

    deproulncs)-^^

    se buscaba poner coto a las grandes cantidades de dine-

    ro que los candid atos inv ertan en sobornos electorales,

    a la espera de recuperar la prdida sin dem ora, luego de

    explotar una ricaproulnciacomo gobernadores (Richard-

    son 1994). Esta disposicin del Senado, ratificada por

    Pompeyo, redujo sensiblem ente el nm ero de homb res

    disponibles para la gobernacin, y, en consecuencia,

    aquellosconsularesypraetorque por un mo tivo u otro no

    hubieran gobernado nunca un a

    proulncia

    fueron convo-

    cados para cubrir esa funcin . As fue com o, en febrero

    del ao

    5

    a. C., a Cicern le toc en sue rte la provincia

    de Cilicia, situada entre la frontera de Asia Menor y

    Siria,^ i donde Apio Claudio Pulcro estaba concluyendo

    un perodo de dos aos de mala administracin. Para

    Cicern esta convocatoria resultaba an menos atrac-

    tiva, dado que deba hacer frente a una seria situacin

    militar, pues, luego de la batalla de Carras (junio del

    a o53a. C ), la amenaza de una invasin de los partos

    se cerna sobre la frontera este. Un dato que conviene

    tener en cue nta para valorar adecuadam ente las cartas

    que hemos seleccionado para este trabajo es que, para

    el gobernador de unaprouincia, el tiempo transcurrido

    fuera de Roma era una parte esencial de su carrera po-

    por e l au tor para su t rabajo , en cuanto nos advier te sobre la completa

    disolucin de la especif ic idad genr ica de las car tas operada por su lec-

    tura: CicernyCilicia. Diariodeungobernador romano del siglo a C] Para las ra-

    zo n es q u e lo h a n mo v id o a co n s id e r a r l a co r r e s p o n d en c ia d e e s t a e t ap a

    co mo u n d ia r io

    defacto , cf.

    Muiz (1998) . Has ta donde hemos podido

    ex a min a r , ex i s t en , ad em s , a lg u n o s e s tu d io s d e cu es t io n es p u n tu a l e s

    t ema t i zad as en l a co r r e s p o n d en c ia d e C i l i c i a : p o r e j emp lo , Th o mp s o n

    (1965) y Mamoojee (1998) se ocupan de los problemas que tuvo Cicern

    a la hora de e legir un sucesor , luego de completar su per odo en la pro-

    vincia ; Ma rsha l l (1964) se aboca a ana l iza r e l ed icto anu al d ise ad o por

    Cicern para e l e jercic io de su cargo. Por su par te , e l ar t cu lo de Van

    Rooijen-D ijkman (1998) pres enta un a me ra descr ipcin cronolgica del

    per odo del Arpinate en Cil ic ia , es decir , nada que cualquier lector que

    haya le do las car tas no sepa ya.

    23 Cf Ty rrell y Pu rse r (1969). Csa r sos tuv o (Ciu.

    1.85.9

    q u e e s t a l ey h ab a

    s id o d i s p u es t a co n t r a l . S in em b ar g o , e s m s p r o b ab le q u e f o r m ar a

    pa r te de la noXireupa de Catn (cf Ci c , Att .

    6.1.13

    p a r a me jo r a r l a ad -

    min i s t r ac i n p r o v in c ia l ( S h ack le to n B a i l ey 1 9 6 5 - 1 9 7 0 ) .

    24 D ur an te es te per o do (del 56 al 50 a . C) , la prouincid inc lu a , ad em s de

    C i l i c i a p r o p ia me n te d i ch a , L ic i a , P an f i l i a , P i s id i a , I s au r i a , L icao n ia

    y Chipre , junto a las t res d ices is (conuentus ) f r ig ias de Laodicea, Apa-

    m e a y S y n n a d a , q u e e r a n n o r m a l m e n t e p a r t e d e A s i a .

    ltica, en cuanto la administracin provincial ofreca

    grandes posibilidades de medrar econmicamente.

    Con todo, segn veremos a continuacin, a diferencia

    de la m ayora de los polticos ro m ano s. Cicern se nos

    prese nta como un a excepcin, 5 dado que no se mu es-

    tra muy entusiasmado ante la tarea que tiene por de-

    lante; muy por el contrario, le molesta la idea de tener

    que abandonar Roma, alejndose as del centro de los

    acontecimientos. De hecho, cabe recordar que antes

    de ser enviado a Cilicia haba tratado de rehuir esta

    obligacin en dos oportunidades: luego de su pretura

    (65 a. C.) y al trm ino de su consulado (62 a. C ) . Si

    bien rehusarse a adm inistrar u na provincia no era algo

    inaudito, los beneficios de la gobernacin provincial

    podan ser cuantiosos, y desdearlos era considerado

    algo inusual. Por ello, puede pensarse que al insistir

    primero en su renuencia a marchar a Cilicia y luego

    en su desesperado deseo de volver a Roma Cicern

    busca alejar toda sospecha de codicia de su persona y

    as contribuir a presentarse de manera ejemplar ante

    sus

    pares.^^

    Ms all de su resiste ncia, esta vez no te na

    otra alternativa que obedecer al Senado y a Pompeyo.

    2 5 c f C i c , At t . 5 . 2 .3 .

    2 6 c i ce r n b u s c co n f e r i r u n a im p r o n ta s ac r i f i c i a l a e s t a o p c i n d e p er -

    m an en ci a en la Vrbs. Cf , por e jem plo , Qu ae cum i ta s in t , proimper io ,

    proexercitu,pro prouinciaquamneglexi,protriumphoceterisqueaudisinsignibus

    quae sunt

    a

    me

    propter urbis

    uestraeque salutis custodiam repudiata.

    prodientelis

    hospitiisqueprouincialibusquae tam en urba nis opibus non mino re labore

    tueorq uam comparo, pro h is ig i tur omnibusrebus, pro meis in uos

    s ingu la r ibus

    stud iis proque hac quam perspicit is

    ad conseruandam rem

    pubJicam

    diligentia nihil a uobis nisi huius temporis totiusque mei

    consu la tus

    m emoriam pos tu lo : quae dum er i t in ues t r i s f ixa men-

    t ibus, tutiss imo me mu ro saeptu m esse arbitrabo r (Cic, Catil. 4.23)

    [Cursivas aa didas] / Puesto que esto es as, por el poder, por el ejr-

    cito, por la provincia que desde, por el tr iunfo y dem s insign es

    honores

    que fueron rechazados por m para la custodia de vuestra

    salvacin

    y la de Roma, por las clientelas y huspe des prov inciales,

    a

    los que, sin embargo, con los medios que ofrece la ciudad, no me

    cuestam enos trabajo conservar que adquirir , por consig uiente , por

    todases tascosas,por mis sin gulare s afanes hacia vosotrosypor esta

    dil igenciacon la que, segnveis,atiendo a la con servacin de la Re-

    pblica,

    n ad a pido de vosotros salvo el recuerd o de este da y de todo

    mi consulado:

    m ient ras ste est fi jo en vuestra m emo ria considera-

    r

    que he sido rodeado por un m urosegurs imo . Cf, asimismo, Ego

    prou inc iamGal l iam senatus auctor i ta te exerc i tu e t pecunia ins t ruc-

    t a me t ornatam , quam cum Antoniocommutau i , quodita existimabam

    tmpora republicae ferre, in contionedeposui rec lama nte populo Roma

    no

    (Cic.,

    Pis.

    4-5)

    / Yo,t ras

    intercamb iar con Antonio

    la provincia de

    la

    G alia, que por orden del Senado haba sido provista y equip ada con

    u n

    ejrcito

    y

    con fondos, renunci a ella ante un a asam blea a pesar de

    la sprotesta s delpueblo, pues to que es t imaba que las c i rcuns tancias

    en las que viva la Repblica as m e loexigan (Cursivas aadidas ).

    27

    Las tareas por desem pea r de Cicern en Cilicia seran en p arte mi-

    l i tares ,en par te adm inis t ra t ivasy judiciales .Dado que no albergaba

    demas iadasilusiones respecto de sus dotes mil i tares , procur elegir

    comolegati a cuatro experim entad os soldados: su herm ano Qu into,

    en t renado

    en la Calia y l mismo un exgobernador; C. Pomptino,

    quien

    se haba

    desempeado como

    pretor

    e n e l 6 3 a .C . ; M . A n n e o y L .

    Tulio

    (Rawson2001,165).

  • 7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar

    7/15

    Revista de Estudios Sociaies No 44

    rev.estud.soc. ISSN 0123-885X Pp. 236.

    Bogot diciembre de 2012 Pp.48-61.

    En consecuencia, un tema frecuente en las cartas de

    este periodo es su deseo de evitar que se prolongue su

    estancia en el exterior. Su nica aspiracin parece ser

    cumplir con los principios ticos de administracin

    provincial por los que hab ia abogado desde su ataq ue a

    Verres, ponien do en p rctica asi sus ideales de

    abstinen-

    tia,iustitiay

    dementia,

    objetivo que no slo contaba con

    todo el apoyo de tico,^^ sino que tambin se ajustaba

    perfectamente alethos previous de quien era nada ms

    y nada m enos que el autor del tratadodeRepblica, que

    ya habia empezado a circular en Roma. Este celo ex-

    tremo p uesto en el control de su imagen pblica puede

    explicarse por el hecho de que, para los miembros de

    la lite, la gobernacin de unaprouincia constituia una

    autn tica pu esta a prueba de sus

    mores, y

    su desempeo

    alli era observado de cerca tan to por colegas como por

    adversarios (Braund 1998,11).

    Cicern parti de Roma el 1 de mayo del ao 51a. C ,

    lleg a su provincia el

    31dejulio y

    regres a Roma aproxi-

    ma dam ente u n ao despus, el 30 de julio del ao 50 a.

    C., el primer dia perm itido por laley 3Desde las prim e-

    ras cartas que dirige a tico dura nte su viaje a Cilicia, la

    idea de que su cargo como gobernador no se prolongue

    por m s de un ao se insta ura como un Leitmotiv:

    [...] no pienses que para m existe otro consuelo de

    esta enorme molestiaqueel hechodeque espero que

    28 cf c i c , Att. 5.16.3. Cf, asim ism o, Att .

    5.9.1;

    Att. 5.10.2; Att.

    5.13.1;

    Att. 5.17.5.

    29 Hemos toma do de Amossy (2010) la nocin de ethos previo , en cuan to

    resulta especialmente fecunda para la retrica romana, en la medida

    en que sta, a diferencia de la griega, t iene en cuenta la repu tacin

    y no slo lo que el orador cons truye en su discu rso; II ne s agit

    pas ici de la faon dont l 'orateur se donne voir dans son discours,

    mais de ce qu'on sait dj de lui, de l 'estime dont il jouit auprs de

    ses concitoyens. L'ethos renverrai t avant tout l 'homme que prend

    la parole et l ' image que s'en font les auditeurs en fonction de ses

    actes passs. Cette ide [...] prvaudra aussi dans la conception ro-

    maine de l 'loquence; l 'orateur est un uirbonidicendiperitus, dira Ci-

    cron, un homme qui joint au caractre moral la capacit manier

    le verbe (Amossy 2010, 19). El ethos previo es defi nid o por Am ossy

    en los siguien tes trmin os; C'est alors la rputa t ion p ersonnelle

    du sujet parlant (...) qui oriente a priori la faon dont il sera peru

    (Amossy 2010, 73).

    30 Hay dos datos que conviene tener presen tes, pues dan perfecta cuen ta

    de que desde el comienzo m ismo del viaje se busca poner en escena la

    resistencia y el desagrado que le genera la tarea que se le ha encom en-

    dado;

    por una p arte, el hecho de que su perodo de mand ato comenza-

    ba el 1 de julio, es decir, trein ta d as ante s de su llegada efectiva a la

    prouincin; por otra, el hecho de que si bien el viaje de ida le tom tres

    largos mese s, el de vuelta se redujo a la mita d (Tyrrell y Pu rser 1969).

    no dure ms de un ao. Muchos no creen que yo lo

    desee as, a pa rtir de la costumbre de otros; t, que

    sabes que es as, aplicars toda tu diligencia, natu -

    ralmente, cuando eso deba hacerse: cuando regre-

    ses de E piro (C ic, Att. 5.2.3).3'

    Pero recuerda ocuparte por tus propios medios

    y

    a tra-

    vs de todos los nuestros [...] de que mi ao se quede

    como est y que uno nuevo no sea establecido [...]

    (Cic,Att. 5.9.2).3'

    Mientras ests presente,

    p o r f a v o r , p r o c u r a h a c e r

    cualquier

    cosa para que

    no

    se me prorrogue mi puesto en la provincia.

    N o

    puede decirse cmo ardo en deseos por Roma, cuan

    difcilmente soporto la insipidez de estas cosas (Cic,

    Att. 5.11.i).33

    Frente a semejante insistencia, cabe preguntarse s

    la exhibicin de este apego cuasi ertico por Rom

    {desideriourbis ^

    no podria tene r un a f ina l idad

    apotrop

    caten dien te a conjurar la sospecha de posible desro

    ma nizac in o el riesgo de la even tual disolucin d

    su identidad pblica, implicitos en estar lejos de l

    rbs(Braund 1998). Este riesgo tiene tal vez un alca

    ce mayor en el caso de Cicern, pues su integraci

    como hombre politico de origen municipal a la lit

    dirigente involucr de manera decisiva no slo el so

    metimiento al modelo del tirocinium fbri, sino tambi

    la adquisicin de

    urbanitas,

    que para el orador muc

    veces exigia la prdida de su original acento mu nicip a

    (Narducci 1989,144).

    En estrecha relacin con lo anterio r, otra de las constan

    tes queseadvierte en este grupodequince cartas es la se

    de noticias procedentes de Roma:

    31 noli putare mihi aliam consolationem esse huius ingentis mo

    l e s t i ae n i s i

    quodspero non longiorem annua fore,

    hoc me i ta uelle

    ti

    n o n

    c r e d u n t

    ex

    c o n s u e t u d i n e a l i o r u m ;

    t u , q u i

    s e i s , o m n e

    d i l i g e n t i a m a d h i b e b i s ,

    t u m

    sc i l i ce t

    c u m i d a g i

    d e b e b i t ,

    c u m e

    Epi ro red i e r i s .

    32 mem ento curare p er te et per omnisnostros[...) ut onnusnostermane

    suostatu, nequidnouidecernntur .

    33 Neprouinci nobisprorogetur,

    p e r

    f o r t u n a s ,

    d u m

    a d e s ,

    quicquidprouid

    [poteritjprouide.

    n o n

    d i c i p o t e s t q u a m f l a g r e m d e s i d e r io u r b i s , q u a

    uix harum rerum insu l s i t a t em feram . Curs ivas aadidas .

    34

    Cf Cic, Fnm.

    14.2.2, dond e

    e l

    remi t en t e u t i l i za

    el

    voca t i vo meu

    des ider ium para d i r i g i rse

    a

    Terenc i a .

    Cf,

    as imi smo. P lu t .

    Cic. 3

    d o n d e

    el

    a n h e l o

    de

    Cicern

    po r

    I t a l i a duran t e

    su

    exi l io

    es

    comp

    rado

    con la

    melancol a

    q u e

    e x p e r i m e n t a n

    lo s

    e n a m o r a d o s . P u e d

    af i rmarse , i nc luso ,

    q ue en e l

    viaje

    a su

    provinc i a

    la

    m i r a d a

    de l r

    i p i t e n t e r o m a n i z a

    el

    t e r r i t o r i o ; Habu imus

    in

    C u m a n o q u a s i

    p

    siUamRomam

    [...]

    (Ci c , At t.5.2.2)

    [Cursivas aadidas]

    / En

    C u m

    tuvimos como

    u n a

    Roma

    e n

    mini a tur a [ .. .] .

  • 7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar

    8/15

    i ero Imperator

    estrategias de autofiguracin epistolar

    en elviajeaCilicia Cic ,Att.

    5.1-15

    Soledad Correa

    ossi r

    [...] te pido por favor que me escribas sobre los rumores

    que afecten a la cuestin pblica, pues en los pueblos

    advierto una intensa ansiedad, pero muchas cosas son

    habladuras (Cic, Att. 5.3.).^

    Mientras ests presente espero no slo noticias oficia-

    les sino

    tambin

    rumores osi, en efecto, sabes alguna cosa

    cierta acerca de Csar. Entregars cartas escrupulosa-

    mente escritas acerca de todas las cosas a Pomptino, entre

    otros (Cic, Att. 5.4.4).3^

    N u n c a , porH r c u l e s ,

    he sabido menos

    de misasuntos

    por tanto

    tiempo[...]; ciertamente, no slo no ha venido nadie desde

    mi casa, sino tambin ninguno desde Roma para infor-

    marme qu est sucediendo en materia poltica. Por este

    motivo, si hay algo que sepas acerca de estas cosas que

    pienses que yo quiera saber, sera muy grato para m si

    procuraras que me sea transmitido (Cic, Att. 5.io.4).37

    [...]

    estoymuy

    preocupado porque

    ya

    hace tiempo

    que no

    tengo

    conocimiento detodasesascosas.Poreso comoanteste escrib pro-

    cura

    q ue

    est al corriente tanto

    de las

    restantes cosas como

    de las

    cuest iones pbl icas

    ( C i c ,

    At t . 5 .1 5 .3 ) . ' '

    Estas citas ponen en evidencia que al ego epistolar le in-

    teresa remarcar quesu inters est totalmente volcado

    hacia Roma, lo cual talvezpe rmita explicar la escasez de

    informa cin que n os ofrece sobre Cilicia.^^ A simismo,

    en

    esta recurrencia,

    el

    remitente

    se

    nos presenta por com-

    pleto acuciado por la necesidaddeno perderelcontrol del

    flujo de los

    rumores

    saberes informales que desempea-

    ba n un p apel central en la formacindela opinin pbli-

    ca

    que podan convertirse en u na poderosa herram ienta

    para desprestigiar a un eventual adversario poltico.

    35 [... |

    q u i

    de republ ica

    rumores

    sc r i b e , qu a e so ; in o p p i d is e n i m

    s u m -

    m u m u i d e o t i m o r e m , se dm u l t a i n a n i a . Cu rs i va s a a d i da s .

    36 dum [ade s, e t jac t fle trumores, ue le t ia m

    s i qua

    ce rc a ha b e s , de Ca e sa re

    e xsp e c t o ; l i t t e ra s

    et

    a l u s

    [et[

    P o m p t i n o

    de

    o m n i b u s re b u s d i l i ge n t e r

    da b i s . Cu rs i va s a a d i da s

    37

    N ec

    he rc u l e

    umquam

    ta mdiuignarus

    rerum

    mearum

    f ui

    [...);ac

    n o n

    m o do

    n e m o do m o ,ne Ro m a qu i de m qu i squ a m , uts c i r e m u sin rep u b l i c a

    qu i d a ge re t u r . qu are siquid er i t quod sc iasdeii s re b u s qu a s p u t a -

    b is sc i re

    m e

    u e l l e ,

    p e r

    m i h i g r a t u m e r i t

    si id

    c u r a r i s

    ad me

    p e r fe re n -

    du m . Cu rs i va s a a d i da s .

    38 [...] mirificesol/icitus quod iam diu mihi ignota sunt ista omnia. quare,ut ad te ante

    scripsi, cum cetera tum respublica curaut mihi nota sit . Cursivas aa did as .

    39 Segn Cugusi (1983), es te desprecio deCicern

    p o r

    uilla, litus, pros-

    pectus maris ( C i c ,Att.12.9)como p osib le obje to de c o m u n i c a c i n

    e p i s t o l a r e s u n o d e l o se l e m e n t o s q u ed i s t i n g u eele p i s t o l a r i o c i c e -

    r o n i a n o

    de l de

    P l i n i o .

    4 0CfLa u re n c e { 1 99 4 ).Cf, a s i m i s m o . W h i t e :

    A

    m a n ' s p o s i t i o n

    v i s -

    -v i s hisp e e r s c o u l d a l sobeh a r m e d by theg o s s i p t h a t b u b b l e d

    i n p u b l i c

    and

    p r i v a t e c o n v e r s a t i o n s e v e r y

    day.

    Go ss i p

    did not

    s u b s i d e butm e r e l y b e c a m e m o r e d i f f i c u l t to c o u n t e r a c t w h e n

    Por otra par te, esta s referencias parecen indicar que pre-

    cisa del input de las c artas de tico, afinde autofigurarse

    como la persona pblica que esydesea seguir siendo .

    Otro elemento que se reitera con insistencia en estas car-

    tas eslareferencia al tiempo destinadoamantenerseal

    da con la correspon dencia:

    obviamente no tengo nada que escribir, pues ni tengo

    nada que pedirte (en efecto, nada ha sido pasado por

    alto),

    ni tengo nada que contarte (en efecto, no hay

    nada nuevo), ni hay lugar para bromear; en este

    momento me atormentan muchas cosas. Con todo,

    slo has de saber esto; que esta

    carta

    se

    despach

    e l

    quince

    de mayo desde Venusia po r

    ]a

    maana m i e n t ra s m e marchaba.

    Imagino que hoy algo se har en el Senado, por consi-

    guiente, que tus cartas nos sigan para que conozca-

    mos no slo todos los sucesos sino tambin los rumo-

    res (Cic, Att. 5.5.1).

    Te escribir ms cuando est instalado; ahora estoy exac-

    tamente en medio del

    m ar

    {Cic Att. 5.12.3).^

    Antes de que me establezca en algn lugar, no espe-

    rars de m ni cartas largas ni siempre escritas de mi

    puo y letra; mas cuando tenga tiempo te ofrecer

    ambas. Ahora andamos por un camino

    caluroso

    y

    polvoriento

    ( C i c ,

    Att. 5.14.1).

    s o m e o n e wasa w a y , and so it wasp r u d e n t to l e a ve w a t c h d o g s

    b e h i n d ( W h i t e

    2010, 26) ;

    B i v i l l e :

    [. . . |

    la g r a n d e v o i xqui par-

    c o u r t l ' e n s e m b l e de la c o r r e s p o n d a n c e c i c r o n i e n n e est la voix

    c o l l e c t i veet a n o n y m e de la r u m e u r [...] quif o n t l ' a n i m a t i o ndu

    q u o t i d i e net c r e n t l ' a c t u a l i t ene n t r e t e n a n t le s c o n v e r s a t i o n s .

    (...] La

    r u m e u r

    e s t

    p r s e n t e c o m m e

    u n e

    f o rc e p o l i t i q u e ,

    q u i

    fa i t

    e t d fa i t lesr p u t a t i o n s et lesc a r r i r e s ( B i vi ll e (2 0 0 3 , 41). A

    p r o p s i t o del

    rumor

    c o m o a r m a p o l t i c a , v a se P i n a Po l o (19 9 7 ).

    En

    C i c ,

    Fam.

    8 .1 .4

    se

    n o s

    ofrece unb u e n t e s t i m o n i ode

    l a s

    o s c u -

    r a s e s p e c u l a c i o n e s aq u e p o d adarl u g a rele s t a r l e j o sde R o m a .

    En e fe c t o ,ene s t a c a r t a , e n v i a d aen ela o5 1a. C. p o r Celio Rufo

    a C i c e r n , m i e n t r a s s t e

    se

    e n c o n t r a b a

    en

    Ci l i c i a ,

    se

    a f i r m a

    q u e

    u n o de losrumoresdelm o m e n t o , que se ha e x t e n d i d o u r b eac

    foro , es

    q u e

    Ci c e rnha s i d o a s e s i n a d o

    p o r Q .

    P o m p e y o d u r a n t e

    su via jea la p r o v i n c i a .

    4 1 P l a n e

    n i l e s t

    q u o d s c r i b a m ;

    n a m ne c

    q u i d m a n d e m h a b e o ( n i h i l

    e n i m p r a e t e r m i s s u m

    e s t ) n e c

    q u i d n a r r e m ( n o u i e n i m n i h i l

    e s t )

    n e c i o c a n d i l o c u s

    e s t ;

    it a

    m e

    m u l t a so l l i c i t a n t , t a n t u m t a m e n scito.

    Id. Mai. nos Venusia maneproficiscentis ha sddisse,eoa u t e m diec r e d o

    a l i q u i d a c t u m in s e n a t u ; s e q u a n t u r i g i t u r nos t u a e l i t t e r a e

    q u i b u s non m o d o reso m n i s sede t i a m r u m o r e s o g n o s c a m u s .

    C u r s i v a s a a d i d a s .

    42 Plura scrib am ad te cumc o n s t i t e ro ;

    nunc eram plane in

    medio mari .

    Cu rs i va s a a d i da s .

    4 3 An t e qu a m a l i qu o lo c o c o n se d e ro , e qu e l o n ga s a me e q u e

    s e m p e r m e a m a n u l i t t e r i s e x s p e c t a b i s ; c u m a u t e m e r i t s p a t i u m ,

    u t r u m q u e p r a e s t a b o .

    nunc iter conficiebamus aestuosa

    et

    puluerulenta

    u i a . Cu rs i va s a a d i da s .

  • 7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar

    9/15

    Revista de Estudios Sociales No 44

    rev.estud.soc. ISSN 0123-885X Pp. 236.

    Bogot didembre de 2012 Pp.

    48-61.

    Quisiera que t , si sabes que en na da soy men os curioso

    que t en lo que toca a asuntos polticos, me escribas

    acerca de todas las cosas, las que ahora ocu rren , las que

    ocurri rn. Nada puedes hacer que me sea ms grato

    [...].Aqu tienes una carta llena de

    prisa

    y de

    polvo,

    las que sigan

    sernms refinadas {Cic, Att. 5 . 1 4 . 3 ) . "

    n uestro juicio, este tipo de comentarios no slo ponen

    de relieve la funcin ftica de estas car tas, sino que tam -

    bin, al presentar de modo ms o menos hiperblico al

    escritor ocupado en la correspondencia durante el viaje

    -a veces en condiciones de suma incomodidad-, produ-

    cen el efecto de realzar su im agen destacando su in dus-

    triosa actividadysus capacidades para atender al mismo

    tiempo a tareas m ltiples. Por otra parte, al subrayar el

    cuidado con que inten ta m anten er u na activa correspon-

    dencia con el destina tario, a pesar de las fatigas del viaje

    y de sus num erosas ocupaciones, el remiten te busca su-

    tilm en te ins tar a tico a reciprocar esta diligenc ia.

    En vista de su situacin de constitutiva vulnerabilidad

    poli tica, agravada luego del duro revs que signific el

    exilio, y reavivada en este momento por estar lejos de

    Roma, no sorprende que en estas cartaselrem itente bus-

    que destacar su proximidad con una figura

    de

    fuerte peso

    politico como Pompeyo:

    Llegu a Tarento el dieciocho de mayo. P uesto que decid

    esperar a Pomptino, considero que lo ms conveniente

    es pasar los das hasta que l llegueconPompeyo, espe-

    c i a l m e n t eporque veoque estoleagrada, dado queinclusome ha

    pedido que est unto a l todoslosdas,

    lo cua l l e conced de

    b u e n g r a d o . E n e f e c t o , oirde l muchas magnficas

    conver

    sacionesacerca delaRepblica;

    t a m b i n m e p e r t r e c h a r d e

    consejos adecuados para mi tarea (Cic, Att.

    5.6.1).

    Yo, luego de estar tres das

    con ompeyoyen sucasa,

    m e

    marc ho a Brindis el veintids de mayo.

    Lo

    dejo en la m s

    patritica disposicin y sumamente preparado para con-

    trarre star estas cosas que son tem idas

    (Cic.

    Att. 5.7.1).'''^

    El encue ntro con Pompeyo nos propone u na escena que

    parece casual pero que tiene u na fuerte carga simb lica

    el remitente se presenta como alguien de la suficiente

    talla politica como para entab larmultos praeclaros de

    blicasermones'

    con quien estaba prximo a disputarse

    Csar

    el

    control de la vida politica ro ma na. Ntese que a

    reunirse con Pompeyo, Cicern pone de relieve el hecho

    de que es Pompeyo el que ha promovido este encuen-

    tro y el que reclama su presencia cotidie, incluso com

    husped.

    Si

    anteriormente"' habia modelado la relacin

    entre ambos en trminos de la ideal complementacin

    entre el politico-imperator (Pompeyo) y el politico-orator

    (Cicern),"9 aqui vemos que Cicern se presenta como

    receptor de las lecciones de Pompeyo, con lo cual busca

    salvaguardar su prximo desempeo como gobernador

    en Cilicia al pres enta r sus futu ras acciones bajo la gida

    protectora de losconsilia idneade Pompeyo.

    Se

    advierte tambin que, a pesar de estar lejos de Roma

    el rem itente no descuida el hecho de que su propia ima-

    gen se conforme a las reglas del

    decorum,

    de acuerdo c

    las cuales debe existir una adecuacin del exterior al

    interior, mantenindose un ideal de

    aequabilitas,

    pos

    slo para quien ha sabido someter sus apetitos al contro

    de la razn.5 lautocontrol, la disciplina rigurosa de lo

    afectos, persigue un fin bien determinado, laadproh

    de los otros (Narducci1989,158): "no pareci dem asiad

    adecuado desembarcar en Patras con naves pequeas,

    sin equipaje"

    (Cic.,

    Att.5.9.1).s

    44 "Tu uelim, si me nihilo minus nosti curiosum in re publica quam

    te ,

    sc r ibas ad me omnia , quae s in t , quae fu tura s in t . n ih i l mih i

    gratius facer potes [...]. Habcsepistu/amplenamfestinationisetpu/ueris;

    reliquaesubtiliorescrunt" Cursivas aadidas. Cf., asimismo, "Etsi in

    ipso itinerc et uia disc ede ban t pu blic ano rum tabe larii et eram us in

    c u r s u , tamen

    surripiendum alquid

    putaui spati,

    n e m e i m m e m o r e m

    m a n d a t i

    tu i pu ta r i s . i t aque subsed i in ipsa u ia , dum

    haec ,

    q u a e

    l ong io rem

    d e s i d e r a n t o r a t i o n e m , s u m m a t i m t i b i p e r s c r i b e r e m "

    (Cic ,

    Att. 5.16.1) / "Aunque los correos de los publcanos se alejan

    y es toy jus tamente en e l camino , en p leno

    viaje,

    s i n e m b a r g o ,

    pens que deba robar algo de t iempo para que no pienses que soy

    olvidadizo

    de tu encargo . Por cons igu ien te , me he sen tado en e l

    m i s m s i m o

    c a m i n o p a r a e s c r i b i r t e s u m a r i a m e n t e c o s a s q u e

    ex igen

    un a car ta ms la rga" .

    45

    "Taren tum uen i a .d . XV Kal . Iun . quod Pompt inum s ta tu eram exs-

    pectare ,

    commodissimum duxi dies eos quoad i l le ueniretcum

    Pom-

    peioconsumere ,eoque magisquod ei gratum esse id uidebam, qui etiam a m e

    petierit ut secume tapud se essem cotidie. quod concessi l ibentur; multos

    en im eius

    praeclaros de repblica sermones accipiam,

    ins t ru ar e t i am cons i-

    l i is idoneis ad hoc locum nos trum negotium". Cursivas aa didas.

    46

    "Ego

    c u m t r i d u u mcum Pom peio et apud Pomp eium fuissem.proficisc

    Br u n d i s i u m a . d . XI [ I I l ] Ka l . l u n . r i u e n i i l l u m e g r e g i u m r e l i n q u e b a m

    et

    a d h a e c q u a e t i m e n t u r p r o p u l s a n d a p a r a t i s s i m u m " . C u r s i v a

    a a d i d a s . A propsito del uso de ciuis para describ ir a un hom bre

    devoto de la res publicay de los valores civiles,c f Cic, Fam. 8.17.1

    Tac, Ann.1.33.

    47

    Cf, asimismo,

    "Nos

    Tarenti quos cum

    P om peio taXoyou

    de re public

    h a b u e r i m u s

    ad te perscribemus

    | . . . ] (Cic.,Att.

    5.5.2) / "En Tarento t

    escribircon detal le sobre los 'dilogos ' que m antu ve con Pompey

    acerca de la Repblica". En estos dos pasajes po dra verse tambi n

    u n a

    velada alusin al t ratadode Repblica, texto al que presenta

    como

    g a r a n t a{praes)de su fntegritas en

    Cilicia:c f

    C ic, Att. 6.1.8 .

    48 Cf.

    Cic., Fom.5.7,

    passim.

    49

    La dist incin pertenece a Pina

    Polo (1997).

    50

    En Ci c, Off 1.126-149, part ien do de la conviccin de que el ideal de

    decorum debe dar forma a cada asp ecto de la vida del

    individuo.

    Cicer

    presenta

    una preceptiva referida al comportamiento que el aristcrat

    debem a n t e n e rdurantesu hab i tua lcomercioconlos

    otros.

    51 "ac tuar i i s au tem minut i s Pa t ras acceder s ine imped iment i snon sat

    uisum est

    decorum .

    Curs ivas aadidas .

  • 7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar

    10/15

    Ciceroimperator estrategias de autof iguraein epistolar

    en el viaje a Cilicia Cic, Att 5 1-15)

    Soledad Correa

    Dossier

    Empero, a medida que se aproxima a Cilicia, parece

    verificarse un cambio en la valoracin que el remiten-

    te haee de la tarea que tiene por delante, ya que tras

    ealiearla eomo

    ingens molestia^^

    pasa a earaeterizarla

    e o m o

    munus extraordinarium:

    "Y o

    todos los das medito, ins-

    truyo a los mos, procuro, en fin, llevar a cabo lo que t a m enudo

    me aconsejaste( loqu eyomismo meapresurabaahacer):atravesar

    esta tarea extraordinaria con la mayordecencia

    y a u t o e o n t r o l "

    {Cic, Att.

    5 . 9 . 1 ) . "

    Si bien eabe interpretar que este eargo resulta exeep-

    eional en vista de que Cieern no mareh a una pro-

    vineia luego de su eonsulado, eomo era lo habitual,s'

    el heeho de que las eualidades morales delego {modes-

    tiaetahstinentia sean ealifieadas eon el atributosumma

    pareee orientar la interpretaein en otro sentido. En

    efeeto, a nuestro juieio, el eomplementoextraordinarium

    ha sido transpolado, en virtud de una hip lage, delego

    al

    munus.

    Es notable, asimismo, que el objeto sobre el

    eual reeaen las aeeiones delego resulta eneareeido no

    slo por el eelo que el rem iten te le dediea{cotidie

    meditor

    praecipio

    meis,

    faciam

    denique),

    s ino tam bin porque es e l

    resultado de una eoneurreneia de los propsitos tanto

    del remitente {me currentem eomo del destinatario (ut

    saepe

    tu

    hortatuses).Lo inte resa nte de este grupo de ear-

    tas es que en ellas el ego epistolar n o se presenta r im i-

    tando un modelo previo, es deeir, no se earaeterizar

    eomo un

    nouus

    X,55

    sino que pareee busear presentarse

    52 cf .C ic ,At t .5 .2 .3 .

    53 "ego , u t

    saepe

    tu me

    currentem

    h o r t a t u s e s , cotidie

    meditor, praecipio

    meis, faciam

    denique ut

    summa modestia

    et

    summa

    abstinentia

    munus

    hoc

    extraordinarium t raducamus " . Curs ivas aadid as .

    54 sta es , en efecto, lai n t e rpre t ac in deTyrrell y Purse r: "[...] Cicero

    held

    h i s

    present office long after

    h i s

    consul sh ip ,

    n o t

    immedia t e ly

    after,

    as was

    usua l" (Tyrrell

    y

    Purser 1969,

    33).

    55 Dadoque Van derBlom (2010) considera qu eexisteu n a estrecha correla-

    cin entr e el uso deexemplaylanecesidad de persuasin, sostiene que esto

    permite explicar

    por qu, en

    comparacin

    co n

    otros gneros,

    la s

    cartas

    nos ofrecen

    u n a

    disminucin

    en el uso de

    este recurso. Esta explicacin

    no

    n os

    parece plausible,

    en la

    medida

    en que

    reinstala

    el

    prejuicio

    ya se-

    alado

    a

    propsito de

    la

    inmediatez o espontaneidad del gnero epistolar.

    Si bien Vand erBlom indica quela scartasd eCilicia parecen presentara l

    remitente siguiendo lospasosd eQ..Mucio Esevola (2010, 238-241),si se

    examinan detenidamente

    las

    referencias

    a

    este supuesto modelo podr

    verse

    que el

    remitente busca equipararse

    a

    Esevola

    en dos

    aspectos

    m uy

    acotados

    :

    la breve durac in

    de su

    man dato (Cic.,A tt.5.i7.5)yla redaccin

    del edicto con quegobernara la provincia (Cic, Att. 6.1.15): nada dice

    pues sobre elhecho deestar secundndolocon supoltica deabstinentia.

    Este aspecto

    no ha

    escapado

    a l

    anlisis

    d e

    Van

    de r

    Blom, quien deja plan-

    teada

    la

    cuestin, pero

    no se

    expide:

    "Did

    Cicero simply find

    his own

    proconsular conduct singularly virtuous?"

    (Van der

    Blom 2010, 241).

    Tal

    vez sera dable pensar que,

    al

    igual

    q ue

    sucede

    en las

    cartas

    q ue

    Cicern

    escribe desde el exilio, donde llam ativamente se omite menc ionarexempla

    de exiliados anterior es, la relativa ausencia deexempla eneste grupode

    cartas podra constituir

    u n a

    estrategia

    qu e

    apunta

    a

    sealar

    el

    carcter

    nouus, extraordinariasde su

    gobernacin.

    como unnouum imperatoris

    genus,

    resaltando los efect

    positivos de su poltica de moderacin, tanto sobre su

    entorno como sobre las comu nidades provinciales:

    (...) hasta ahora ni yo ni ninguno de mis escoltas hemos

    ocasionado ningn gasto pblico o privado. Nada es

    tomado de acuerdo con la

    ley

    Julia, nada por ser husped es.

    Todoslo smos

    han

    sido persuadidos

    de que

    deben ponerse

    al

    serviciod e

    mibuen

    nombre. Ha s ta a ho ra , sa t i s fa c tor iam ente . Esto ha sido

    advertido

    y

    es celebrado por la alabanza de

    os

    griegos

    y

    en muchas

    con-

    versaciones. En cu ant o a lo que res ta , en es to me es toy es for-

    zand o , como me d i cuen ta de que te agra daba . Pero rese rve-

    mos el aplauso paraelfinaIde discurso(C ic , A tt. 5.10.2) . s '

    Podemos ver aqu la configuracin de dos audien cias pri-

    marias: por una parte, los subordinados del remitente,

    que no slo evalan po sitivamen te la poltica de mode-

    racin que ste dice tener por meta, sino que han sido

    persuadidos a punto tal{persuasum estomnibus meis de so

    meterse a colaborar eon su empresa ya velar por su repu-

    t a e i n

    {seruiendum

    esse famae meae);

    po r o t r a pa r t e , ve m os

    que tambin los griegos eonvalidan las aeeiones del ego

    epistolar, euyos buenos frutos se les ofreeen multipli-

    eados, dada la evidente imitatiode que son objeto.s^ Por

    aad idura, puede eoneebirse que las notieias enviadas a

    Roma referidas a la austeridad de la eondueta del remi-

    tente bien podan traseender a su destinatario expleito

    (Atieo, en el eorpus que hemos seleeeionado para este

    trabajo), aleanzando aslosodos de audieneias seeunda-

    rias.No es deseabellado pensar, entonees, que las eartas

    de Cilieia eon stituan un poderoso medio a travs

    del

    eual

    el A rpinate poda forjar un retrato positivo de s mism o,

    eontrarrestando as el riesgo de invisibilidad resultante

    de no estar en Roma. Sin embargo, luego de una met-

    fora tomada -sinto m tieam ente - del eampo oratorio{sed

    haeetumlaudemuscumerun t perorata),

    s e r e t o m a e l m o t i vo de

    laingensmolestia,que pone

    de

    relieve

    noslo

    la fundam en

    tal inadeeuaein del ego epistolar para las tareas involu-

    eradas en la administraein provineial, sino tam bin el

    sufrimiento psquieo que stas pareeen oeasionarle:

    56 "[...] adhuc sumptus nec in me aut publice aut priuatim nec in

    quemquam comitum. nihil accipitur lege Iulia, nihil ab hospite.

    persuasumestomnibus meisseruiendum esse famae meae. b e l l e a d h u c

    hoc

    animaduersum

    Craecorum

    laude

    et

    multo sermone

    celebratur.quod supere s t ,

    e l abora tur in hoc a me , sicut t ibi sensi placer. Se d haee t u m

    l audemuscum erunt perorate .Curs ivas aadida s .

    57

    T al

    como sostiene Steel (2001), aqu,

    a l

    i gua l

    que en la

    car t a

    q ue

    Cicern escribe a Quin to mient ras s t e se desempaaba como

    gobernador de Asia en el ao 60 a. C, se pone el acento en el

    compor t amiento i nd iv idua l

    del

    gobernador ,

    eon lo que

    pareee

    suger i rse

    que las

    di fieul tades inherentes

    al

    gobierno provineial

    pueden

    se r

    controladas

    de

    modo efectivo

    co n

    s lo mantener

    u n a

    conducta moralmente intachable: cf

    C ic , Q.fr .

    1.1.11;

    1.1.19.

  • 7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar

    11/15

    RevistadeEstudios Sociales No

    rev.estud.soc.

    ISSN 0123-88 5X

    Pp.

    236

    Bogot diciembre de 2012

    Pp.

    48-61.

    Lo restan te

    es de tal

    modo

    que a

    menudo censuro

    mi

    decisin,

    el

    hecho

    de que no

    pude escaparme

    de

    este

    asunto por ningn medio. O htarea mnimamente adecuada

    a

    miscostumbres/ Oh, ciertamente, 'zapatero, a tus zapa-

    tos'

    Dices 'qu ha pasado hasta ahora? Pues todava no

    ests envuelto en el asunto'. Lo s claramente, y pienso

    que quedan cuestiones ms molestas. Aunque, cierta-

    mente, en apariencia -segn pienso y deseo-, soporto

    estas cosas de la manera ms admirable,

    po rdentro me

    devora la

    ansiedad;

    as, todos los das no slo se dicen sino

    tambin se hacen muchas cosas,

    yaco n

    irritacin,

    ya con

    insolencia,o con todac lasede estupidez, necedady arrogancia,

    las

    cuales

    no

    describir

    con

    detalle,

    no

    para esconderlas

    s i n o

    p o r q ue son'difciles de poneren palabras' . P or consiguiente,

    admirarsmi 'autocontrol' cuando regreseacasa sanoy

    sa lvo;

    tanta

    'prctica' dedico

    a esta virtud

    (Cic. , Att .5.i

    Una

    vez ms

    podemos

    ver en

    funcionamiento

    el con-

    trol que el rem itente ejerce sobre su propia ima gen ,por

    cuanto

    lo que

    acaeceintimis sensibus

    no se

    refleja fronte.

    Esto

    se ve

    reforzado, asimism o,

    a

    partir

    de la

    reticena

    conque sealudea la supuesta sordidezovulgaridad

    del ambienteque lorodea,lo queponedemanifiesto

    otro rasgo propio de la configuracin del discurso ejem-

    plar,

    es

    decir,

    el

    hecho

    de

    que

    el

    exemplum est lejos

    de

    prestarsea unaadhesinsin fisuras (Roller 2004,34).

    Ms adelante

    en la

    misma carta menciona brevemen-

    te su paso por Atenas. Esta rpida mencin le permite,

    por una parte, desplegarsucapital cultural presentn-

    dose como

    un

    hombre de letras, subrayando

    a

    qu tipo

    de asuntos est

    en

    mejores condiciones

    de

    dedicarse (o

    rem

    minime aptam meismoribusl);^^

    por

    o t ra par te ,

    la

    apat a

    58

    "Rel iqua sunt e ius modi

    ut

    meum cons i l ium saepe reprehendam

    quod

    non aliqua ratio ne ex hocnegotio

    emerse r im. o

    re mminime apta m

    meis moribus.'

    o

    illud ueru m 'epSoi n... ' dices 'quid adh uc?n ond um

    en im

    in negotio

    uersaris' .[pla]ne

    scio,et puto molestiora restare , etsi

    haecpsa

    fero eq uid em , eti am fronte,

    ut

    puto

    et

    uolo, be l l i s | s im e] ,

    sedangor

    intimis sensibus;ita

    m u l t a

    uel

    iracundeuel

    insolenteruel

    in omnl

    generestulte, insulse,

    adroganter

    et

    d i c u n t u r

    et

    aguntur cot t id ie ; quae

    n o n quo te c e l e m non p e r s c r i b o

    sed

    quia ovaeK rTa sunt. taque

    admirabere meam adUTrjTa

    cum

    s a l u l redierimus; tanta mihi /lert] huius

    uirtutisdatur".

    Curs ivas aadidas .

    59

    Cf, en el

    mi s mosentido: "Laodiceam uen i pridie Kal. Sextilis.

    ex

    ho c

    die d a u u m a nn imouebis.n ih i lexoptatiusaduentu meo, nihil carius.

    sed est incredibile quam me negoti

    taedeat,

    non habeat satis magnum campum ille

    tibi non ignotus cursus animi

    et

    industriae meae, praeclara opera

    cesset.

    quippe ius

    Laodiceae me dicere, cum RomaeA.Plotiusdicat.'et, cumexercitum noster

    amicushabeat tantu m, me nomen habere duarum legionum exi l ium

    deniquehaec nondesidero: lucem, forum, urbem,domum. uo s

    desidero"

    (Cic.,

    Att. 5.15.1) [Cursivas aa did as] / "Llegua Laodiceael31dejulio. A

    part irde este da, com enzarsacontarlos das.Nada fue ms ansiado

    que millegada, nada m squerido. Pero es increble cunto me fatiga

    esta

    tarea, puesto

    que

    aquella famosa tendencia

    de mi

    n i mo

    y de

    mi

    dil igencia,

    no

    desconocida para ti,

    no

    tiene

    un

    campo lo bastante

    grande,

    y las acciones distinguida s se han

    interrumpido.

    El

    mo tivo es

    que mien t rasyoa dministro just ic ia

    en

    Laodicea,

    e nA.

    Plotiolo

    hace en

    con que

    se

    refiere

    a

    Atenas contrasta con

    el

    ardor (desi

    deriourbis) con que se refiere

    a

    Roma, con lo cual p

    una vez ms de relievesuapego por la

    Vrbs:

    "Atenasm

    agrada m ucho , al menos en lo que respecta

    a

    la ciuda d

    a

    su

    distincin,

    al

    afecto

    de su

    gente hacia

    ti, a

    ciert

    buen a voluntad que tienen hacia m . Pero muchas cosa

    han cambiado.

    La filosofa est totalmente trastornada.

    Si ha

    algo de valor, est rep resen tado por Aristo, en cuya cas

    me estoy alojando"(Cic, Att. 5.10.5).''

    Ms adelan te, vuelveainsistir enlaconfiguracindeun

    audiencia prim aria, que no slo evala positivamen te su

    poltica de adm inistracin provincial, sino que incluso l

    considera como unexemplumdigno de ser imitad o:

    H a s t a

    ahora h e an dad oa travs deGreciaen medio de la m ayor

    admiracin,

    y has ta ahora no tengo,

    por

    Hrcules , de qu acu-

    sa ral osmos.

    Me parece que conocen mi posicin y la

    s i t u a c i nd e su

    v i a j e . Rea lmente estn a l servicio de mi buen

    nombre. En

    cuanto a

    lo

    quequeda,si esverdad aquellode as

    como es el amo... ,

    ciertamente lo mantendrn,

    pues no

    vern nadaen mq uedlu g ara ladelincuencia. P e r o

    si eso

    diera poco provecho, habr algo ms severodeparte

    nuestra. Hasta ahora

    soy

    amable

    con

    suavidad

    y,

    segn espero, algo estoy progresando. Pero yo planeo

    mantener esta 'incorruptibilidad', como dicen enSicilia

    por

    un

    ao. Por

    lo

    tanto , esfurzate para que

    no sea

    considerado un granuja, si mi puesto se prolongara en

    algo (Cic, Att. 5.11.5).^^

    Si todo modelo

    se

    delinea

    y

    fortalece

    al ser

    contrastad

    conunantimodelo,noparece casual que aqusehag

    men cin de Sicilia {utSkuUdicunt),mencin que apun

    creemos,

    a

    activar

    en el

    destinatario

    la

    memoria

    de s

    ethosprevio,

    pu ntua lme nte, a recordar su actuacin en

    juicio contra el eptome del gobernador corrupto, creado

    Roma Ciertamente, mientras que nuestro amigo tiene un ejrcito ta

    grande,

    yo tengo una fuerza nom inal

    de

    dos

    legiones

    Finalmente

    n

    deseoestascosas:deseo laluz, el foro, Roma, m icasa,avosotros".

    5o

    Cf

    C i c , Att.5.11.1.

    61 "ualde me Athenae de lec tarunt , urbe dum taxatetorbis ornamen t

    et hominis amorein te, in nosquidam beneuolent ia ;sedmu t a t

    m ul ta , philosophiasursumdeorsum.

    si quid est, est

    inAristo,

    a p u d q u e m

    eran".

    Curs ivas aadida s .

    62 "Nos ahuc iter per Craeciam summa cum admiratione fecimus, nec mehercu

    habeo quod adh uc quem accusem meorum. u iden tur mih i nosse

    [

    nos t ram causam

    et

    condicionem profectionis suae; plane serui

    existimationi meae.quod superes t ,siuerum illud'dicmep ij Scmoiva...', c

    p e r m an eb u n t ; n ih il enim a

    m efieri ita uidebunt utsibi

    sit

    delinquendilocus,

    id parum profuerit, fiet aliquid a nobis seuerius; nam adhuc lenitat

    dulces sumus, et, ut spero, proficimus aliquantum. sed ego hanc,

    u

    Siculi dicunt,

    veav in unum annum meditatus sum; proinde p

    ne,si quid prorogatum sit, turpis inueniar . Cursivas aadidas.

  • 7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar

    12/15

    Ciceroimperator estrategias de autof iguracin epistoiar

    en ei viaje a Ciiicia Cic ,Att 5. 1-15)

    Soledad Correa

    Dossier

    por el propio C icern: Verres.

    nuestro en tender, la ob-

    jetivacin de este ethos previo {seruiendum esse famae meae/

    seruiunt

    existimationi meae)parece revestir

    las

    caracteristicas

    de un

    exemplumo

    modelo al que tanto el rem itente como

    su entorno deben adherirse.

    Seguidamente, vuelve a mencionarse la cualidad mirum

    de sus acciones, lo que refuerza su espectacularidad y el

    beneplcito con que son recibidas:

    Acerca de la reunin de legaciones e individuos y de la

    increble

    mult i tud que me dio la bienvenida, incluso en

    Samos pero de modo adm irable e n feso, creo queobien

    ya has odo, y si no en qu te concierne? Sin embargo,

    los agriculto res del diezmo , casi como si hubiese llegado

    a ellos con plenos pode res, y los griegos como si hubiese

    sido gobernador de Asia, salieron a mi encuentro entu-

    s i a s m a d o s .

    A part ir

    de eso s cortamente que t entiendes que

    ahoramisdeclaraciones ah largode muchos aos hansido

    puestos

    aprueba.

    Pero, segn espero, haremos uso de esta habili-

    dad que hemos aprendido de ti , y daremos satis