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    Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio: Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, asolicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

    ESTUDIO 1.EG.33.6

    ESTUDIOS SECTORIALES*

    COMPONENTE: INDUSTRIA VITIVINCOLA

    AUTORES: DANIEL AZPIAZU Y EDUARDO BASUALDO**

    MARZO 2003

    * Las opiniones expresadas en los Informes son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con las

    de las organizaciones.

    ** Los autores se desempean en Flacso, Buenos Aires.

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    ndiceI. Presentacin ...................................................................................................................................... 2II. El complejo vitivincola a principios del Siglo XXI ............................................................... 4

    II.1. Consideraciones introductorias................................................................................................ 4II.2. Evolucin del consumo aparente de vinos e impactos estructurales ..................................... 7

    II.3. La trama vitivincola. Una primera visin global de sus aspectos productivos. ............ 10II.4. Evolucin y composicin de la produccin industrial vitivincola................................ 12II.5. Las exportaciones vitivincolas ..................................................................................... 14II.6. Las importaciones de vinos............................................................................................ 20II.7. Sntesis y conclusiones................................................................................................... 22

    III. Nuevos rasgos estructurales de la trama a principios del Siglo XXI ................................ 28III.1. El perfil estructural de la trama vitivincola................................................................... 28III.2. La inversin en la vitivinicultura: fusiones, adquisiciones y

    transnacionalizacin del sector ...................................................................................... 30III.3. Inversin y cambio tcnico en la produccin vitivincola.............................................. 34

    Riego por goteo.............................................................................................................. 35

    Introduccin de nuevas variedades ................................................................................ 35Malla antigranizo ........................................................................................................... 35Cosecha mecnica. ......................................................................................................... 35Mejoramiento de las tareas culturales............................................................................ 36

    III.4. Segmentacin del mercado vincola y estrategias empresarias...................................... 37Las estrategias empresarias en los vinos comunes o de mesa........................................ 37Las estrategias empresarias en los vinos seleccin..................................................... 38La estrategia empresaria en los vinos finos de alto precio............................................. 39La integracin vertical en las grandesbodegas productoras de vinos finos................... 40Los primeros pasos hacia la bsqueda de la calidad ...................................................... 42

    III.5 Comercializacin del vino. La gran distribucin, las exportaciones y las estrategiasempresarias............................................................................................................................. 43El avance del supermercadismo y la comercializacin final del vino ....................... 44Distribucin y comercializacin del vino: nuevas tendencias ....................................... 46

    * El mercado interno de vinos de mesa.................................................................. 46* El mercado interno de vinos finos....................................................................... 48* El mercado internacional..................................................................................... 48

    IV. Marco regulatorio sectorial. .................................................................................................. 59IV.1. Antecedentes .................................................................................................................. 59IV.2 La regulacin especfica actualmente vigente................................................................ 62

    V. El nuevo escenario macroeconmico y sus impactos sobre el desempeode la trama vitivincola........................................................................................................... 72V.1. Los cambios en el contexto macroeconmico de principios de 2002 ............................ 72

    V.2. Las exportaciones vitivincolas...................................................................................... 75V.3. Los precios domsticos del vino y de la uva......................................................................... 84V.4. La gran distribucin minorista, el nuevo contexto macroeconmico y

    las asimetras en larelacin con los proveedores vitivincolas ..................................................................... 88

    VI. Lineamientos de polticas pblicas y propuestas para el fortalecimientoinstitucional de la trama vitivincola .................................................................................... 96

    Bibliografa. .................................................................................................................................. 107

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    I. Presentacin

    El objetivo general de este estudio es el de analizar las transformaciones estructurales que sehan registrado en las diversas fasesque conforman la trama vitivincola argentina durante los ltimosaos, muy particularmente durante la dcada de los noventa y, en especial, las modificaciones en cursoatento a las profundas alteraciones en el contexto macroeconmico en el que la misma se desenvuelve apartir, esencialmente, de principios de 2002. Al respecto, adquiere particular referencia, atento a ladinmica exportadora evidenciada desde mediados de los noventa, los impactos directos e indirectosque devienen de la maxidevaluacin, as como tambin de la profundizacin de las restricciones enmateria de financiamiento, de los nuevos condicionantes emergentes en lo relativo a la insercininternacional del pas y, en sntesis, de la configuracin de un nuevo contexto operativo del complejo.

    En trminos especficos, el propsito del estudio es el de examinar los avances y lasrestricciones que exhibe la produccin primaria, la elaboracin industrial de los diferentes tipos deproductos vnicos y la comercializacin interna y externa de los mismos, articulando en el anlisis decada una de estas fases las caractersticas agregadas con las polticas estatales que inciden sobre estacadena agroindustrial y, en particular, sobre las estrategias (con sus consiguientes mutaciones acordes aese nuevo marco global) que adoptan los diferentes agentes econmicos (pequeas, medianas y grandes

    firmas). Asimismo, se presta particular atencin a las posibles alteraciones en el perfil de la demandadel complejo (tanto en su faz primaria como industrial y comercial) asociadas, tambin directa oindirectamente, a los nuevos escenarios macroeconmicos.

    De los objetivos propuestos se desprende que se trata de un estudio donde se conjuga eldiagnstico de las principales tendencias que signan la evolucin de la cadena vitivincola con unconjunto de hiptesis acerca de las causas que han ido definiendo y recreando su trayectoria reciente.Ello supone, naturalmente, el estudio de los procesos en curso tanto en el plano tecno-productivocomo en el de la comercializacin, interna y externa.

    En ese marco, la profundas alteraciones tecno-productivas en ciertos e importantes procesos,la segmentacin del mercado, las transformaciones en la estructura de propiedad, as como en laspropias formas de elaboracin final de los distintos tipos de vinos y en las diversas estrategias

    empresarias que se despliegan en el marco de la reorganizacin agro-industrial ocupan un papelprotagnico, tanto en la fase de diagnstico estructural de la trama, como de sus posibles senderosevolutivos atento a los nuevos escenarios.

    En procura de la consecucin de los objetivos perseguidos, en los dos prximos captulos elanlisis se centrar en, por un lado, los rasgos estructurales que se han ido conformando en el desarrollohistrico del complejo, con particular nfasis en aquellos que se fueran consolidando en el decenio delos noventa (evolucin de las principales variables de comportamiento de la trama,complementariedades y diferencias entre los tres circuitos productivos bsicos vino comn, mosto yvinos finos, formas de dependencia bajo matizadas caractersticas de los productores primariosrespecto de la industria, potencialidades y limitaciones de la reconversin sectorial, etc.). Por otro lado,en el siguiente captulo, se prestar especial atencin a, entre otros elementos, la crecientesegmentacin de la oferta, el ingreso de agentes econmicos de capital extranjero, la incorporacin de

    nuevos desarrollos tecno-productivos en las distintas fases de la trama, la diferenciacin de estrategiasempresarias, los canales de comercializacin interna (en especial, la gran distribucin) y la exportaciny las relaciones intra-complejo sectorial.

    El cuarto captulo del estudio parte de la identificacin de aquellos cambios en el contextomacroeconmico acaecidos en el 2002 de mayor trascendencia sobre el desempeo del sector (enparticular, el proceso de maxidevaluacin, as como tambin los derivados de la pesificacinasimtrica de la economa). A partir de ello, se analizan sus efectos reales (y potenciales) sobre lasituacin econmico-financiera de las principales empresas del sector, y, en ciertos aspectos, sobre ladel complejo vitivincola en su conjunto (el perfil del endeudamiento sectorial) y las consiguientesD. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    repercusiones de la nuevas reglas macroeconmicas. Si bien, el proceso de maxidevaluacin deberaconllevar una situacin privilegiada para aquellos segmentos exportadores (tanto de mostos, como devinos finos), se estudian sus principales repercusiones sobre la estructura de costos de los distintoscircuitos del complejo, sobre el perfil de su demanda de insumos (tanto en el mbito de la produccinprimaria, como en el subsector vincola), la posible reorientacin de parte de dicha demanda y,obviamente, sobre la potencial dinmica exportadora y las restricciones que la misma enfrenta o

    puede llegar a enfrentar.En el quinto captulo del estudio, plenamente articulado al precedente, se pasa revista a los (a

    fines de los aos noventa) incipientes procesos de re-regulacin del mercado as como, esencialmente,a las nuevas disposiciones tanto en el plano nacional, como en el provincial que pudieran incidirsobre el desempeo sectorial y, fundamentalmente, a los intentos de generar articulacionesinstitucionales que conjugan y/o complementan los intereses de los actores que operan en esta trama.Ms all de las inferencias que puedan extraerse de la revisin de las actitudes adoptadas por losactores involucrados (en particular, los gobiernos de las provincias productoras, las distintas Cmarasempresarias, las diversas organizaciones vinculadas al desarrollo del complejo), ello remite a lanecesidad de, a la vez, incorporar otros insoslayables planos analticos. Sin duda, las posibilidades depotenciar al complejo en su conjunto se ven mediatizadas por, muy probablemente, las estrategiasempresarias desplegadas a partir del nuevo contexto macroeconmico que no necesariamente resultanhomogneas atento a, entre otros, la magnitud y el perfil de su endeudamiento (local y/o internacional),el destino predominante de la produccin, las formas y caractersticas de su integracin vertical con laproduccin primaria, los canales de comercializacin privilegiados (tanto en el plano domstico comoen lo relativo a las exportaciones), su vinculacin patrimonial con empresas transnacionales, etc.. Setrata, en ese sentido, de desentraar los criterios rectores que, desde la perspectiva microeconmica,resultan predominantes en la estrategia de las principales empresas del complejo y, a la vez (y, enmuchos casos, en ese propio marco), inferir el posible sendero evolutivo del complejo vitivincola encada uno de los componentes que lo conforman.

    Por ltimo, a partir de la delimitacin de los posibles (o alternativos) escenarios futuros en elplano macroeconmico y teniendo como insumos bsicos todos los desarrollos analticos previos, seformular una serie de lineamientos de polticas pblicas con la finalidad de fortalecer el entramado

    intra-complejo vitivincola, as como tambin, sus potenciales impactos espaciales (sobre el empleo, loseslabonamientos tecno-productivos en las distintas fases de la cadena, la reconversin de la produccinprimaria, el apoyo y el fomento a las exportaciones tanto de mostos como de vinos finos, etc.). Enese plano, asume una especial preocupacin el delinear estrategias y acciones que tienden a delimitan yarticular el fortalecimiento institucional, muy particularmente en lo referido a la armonizacin de lasmuy diversas y, en ciertos casos, heterogneas iniciativas privadas, con las correspondientes a lasprincipales provincias productoras, y a las que pudieran derivarse del gobierno nacional.

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    II. El complejo vitivincola argentino a principios del Siglo XXI

    II.1. Consideraciones introductorias

    La conformacin estructural que presenta el conjunto de las actividades que integran el

    complejo vitivincola exige tener en cuenta la evolucin de dos variables que estn estrechamenterelacionadas entre s, pero que conceptualmente pueden diferenciarse: el nivel de produccin y elgrado de avance de la reconversin econmica (tanto en el plano tecno-productivo, como en elorganizacional, comercial y financiero). Se trata, en esta seccin, de evaluar tales rasgosestructurales como elementos insoslayables para identificar e interpretar las posibles tendencias ytransformaciones que puedan derivarse, directa o indirectamente, de los profundos cambiosoperados en el contexto macroeconmico argentino entre fines de 2001 y, fundamentalmente,principios de 2002.

    Desde este punto de vista, la evolucin de las condiciones estructurales que caracterizan elcomportamiento del complejo durante la pasada dcada, indica que si bien el nivel de produccin secontrae, el valor de la produccin se mantuvo estable o, incluso, se expandi ligeramente 1. Almismo tiempo, dicho desempeo denota, inequvocamente, la existencia de una reconversin

    econmica, entendida como una modificacin en el proceso tecno-productivo y en la importanciarelativa de los distintos segmentos del mercado, as como de los agentes econmicos que actan enlos mismos.

    Sin embargo, al momento de evaluar dicho proceso las expresiones de los agenteseconmicos comprometidos en el mismo no solamente presentan discrepancias sino que, incluso,llegan a ser contradictorias. Desde esta perspectiva, al considerar las visiones enfrentadas, se puededetectar un conjunto de productores, primarios y especialmente industriales, que entiende quedurante los ltimos aos se despliega una expansin productiva que es acompaada por unamodificacin de las condiciones estructurales muy profunda y difundida, aun cuando persistenproblemas y restricciones histricas de difcil resolucin. En el otro extremo, se encuentra otroconjunto de productores, tan o ms numeroso que el anterior, que percibe una contraccin en laproduccin vitivincola en la cual siguen predominando las condiciones que histricamentecaracterizaron a este complejo, en tanto la reestructuracin de los ltimos aos es por demsheterognea, y acotada a ciertos espacios productivos, mientras que los costos de la misma recaensobre los sectores ms dbiles del complejo productivo. Incluso, algunos de ellos afirman que enrealidad la reconversin recin se inici y se trata de un proceso incipiente y desequilibrado.

    No obstante, no puede dejar de resaltarse que, en el plano de la produccin primaria, seasiste a un acentuado desplazamiento de la uva criolla por distintas variedades de uvas finas, desuperior valor enolgico. Por su parte, mientras entre 1990 y 2001, la superficie implantada de uvase contrajo de 319,6 a 204,7 miles de has. (-36,0%), la cantidad de viedos se redujo de 52.418 a25.772 (-50,8%)2. Asimismo, tambin en 1990, los vinos comunes explicaban el 81,3% de laproduccin vincola, proporcin que decrece, en 2001, al 64,9% del total3.

    La complejidad analtica que de por s introduce el hecho de tratarse de una reconversin

    inconclusa, heterognea y desigual, en donde las nuevas condiciones productivas y regulatorias seconjugan con otras caractersticas de larga data, se acenta an ms debido a que el complejovitivincola est expuesto a las profundas transformaciones que se manifiestan en la economaargentina durante los ltimos tiempos. Ello, naturalmente, adquiere y adquirir una dimensin,

    1Ver Azpiazu, D. y Basualdo, E. M. (2000).

    2Ver al final de esta seccin el Cuadro Anexo N 1

    3Ver al final de esta seccin el Cuadro Anexo N 2

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    intensidad e, incluso, orientacin que recin tiende a esbozarse (y, en la generalidad de los casos, enforma incipiente y por dems matizada) a partir de las profundas transformaciones verificadas en elcontexto macroeconmico desde principios de 2002.

    En cuanto a la perspectiva histrica reciente, ncleo central de la presente seccin, laprimera modificacin sustantiva introducida en los aos noventa es la denominada desregulacinde la vitivinicultura que form parte de un proceso que abarc a la (casi) totalidad de las actividadeseconmicas en el pas. Por cierto, la misma trajo aparejada la supresin de un conjunto deregulaciones excesivas, superfluas o espurias que se originaron en distintos momentos histricos,impulsadas por diferentes fuerzas corporativas y/o por determinadas polticas pblicas quepriorizaron determinados objetivos (como la promocin casi indiscriminada de la incorporacin dezonas ridas a la produccin) sin consideracin alguna por sus potenciales efectos colaterales (comofuera la implantacin de uvas de muy baja calidad enolgica con sus consiguientes impactos entrminos de sobreproduccin vitcola). De todas maneras, vale resaltar que la desregulacinsectorial conlleva, en los hechos, una transferencia de la capacidad regulatoria estatal a los sectoressociales que detentan posiciones oligoplicas u oligopsnicas en la cadena vitivincola argentina.En otras palabras, como problemtica de fondo, el proceso de desregulacin de la economaargentina, y de la vitivinicultura en particular, supuso que el propio funcionamiento del mercadogenera su propia autorregulacin, haciendo caso omiso de las imperfecciones que el mismopresenta. De todas maneras, como se analizar en el Captulo IV, en las principales provinciasproductoras (Mendoza y San Juan) se ha venido desplegando una serie de polticas y accionestendientes a regular determinados segmentos del mercado en procura, esencialmente, de paliar losimpactos de la sobreproduccin (en particular, de uva comn) y de una reconfiguracin de ladinmica estructural del complejo.

    Antes de estudiar el comportamiento y las transformaciones estructurales recientes delcomplejo vitivincola cabe incorporar una muy breve caracterizacin del mismo, de forma defacilitar la interpretacin de las posteriores fases analticas.

    La cadena productiva vitivincola est constituida por un conjunto acotado de eslabones ofases, rasgo tpico de la mayora de las cadenas agroindustriales. En trminos generales, y tal comose observa en el Diagrama N 1, la produccin de la uva emerge como el inicio de la cadena;producto primario que al margen de su consumo en fresco (0,7%, en 2001; otro 0,6% se exporta), secanaliza hacia dos destinos bsicos: la elaboracin de pasas que absorbe, siempre en 2001, el 1,3%de la produccin de uva y, por otro lado, la industrializacin de la misma, que explicaprcticamente la totalidad de la demanda de la materia prima (el 97,4% en 2001).

    En el mbito de la produccin industrial, el bloque vitivincola se estructura en dossubcadenas que tienen diferente importancia. La principal es la elaboracin de vinos que genera unaparte absolutamente mayoritaria de la produccin industrial (82,8%), y la complementaria es laproduccin de mosto (utilizado como base para la regeneracin de vino) o de jugo de uva (utilizadocomo endulzante o como corte para otros jugos de fruta) que en conjunto representan el 17,2% de laproduccin. Al respecto, cabe sealar que si bien este ltimo destino es minoritario sucomportamiento ha sido sumamente dinmico durante los ltimos aos, convirtindose en una

    alternativa frente a la declinante elaboracin de vino comn.Asimismo, es de destacar que a pesar del acelerado ritmo de crecimiento de las

    exportaciones, particularmente las de vinos finos, la trama vitivincola contina asumiendo, comouno de sus rasgos estructurales ms significativos, un carcter fundamentalmente mercado-internista (las ventas al exterior de vinos representan, en 2001, apenas el 6% de la produccin total).Si bien las mutaciones registradas a lo largo de los aos noventa e, incluso, las potencialidades delcomplejo vitivincola, permiten avizorar un sesgo transformador de esa configuracin del destino dela produccin, las posibilidades de reconfiguracin de la morfologa de la demanda vincola se venacotadas en su intensidad y dinmica por muy diversos factores, endgenos y exgenos. Estos

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    Fuente: Elaboracin propia en base a informacin del Instituto Nacional de Vitivinicultura

    0,2%

    94%

    6%

    17,282,8

    Diagrama N 1EL COMPLEJO VITIVINCOLA EN LA ARGENTINA, 2001

    MostoConcentrado

    609 Mil Hl

    Mercadoexterno

    69 Mil Tn.

    MercadoExterno(export.)

    Consumo

    intermedio

    >Panificacin>Golosinas>Otras bebidas

    alcohlicas>Alcohol etlico>Aceites

    MercadoExterno(import.)

    MercadoInterno

    14.954 Mil Hl

    MercadoExterno(export.)

    Mostos

    3.300 Mil

    Hl

    Vinos

    15.835 Mil

    Hl

    1,3%

    97,4%

    0,7% 0,6%

    Produccin

    vitivincola

    19.135 MilHl

    Pasas deUva

    313 Mil qq

    MercadoExterno(export.)

    145 Mil qq

    Consumo

    Interno

    213 Mil qq

    Produccinde Uva

    24.599 Mil qq

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    ltimos temas sern tratados en los captulos siguientes pero, sin duda, el mercado internocontinuar siendo por muchos aos, el receptor predominante de la produccin vincola local.

    En estas consideraciones introductorias cabe sealar, que la produccin vincola argentinagenera aproximadamente el 10% del Producto Bruto del sector de bebidas y, de acuerdo con elCenso Econmico Nacional de 1994, representaba casi el 5% de los puestos de trabajo del sector dealimentos y bebidas (13.000 ocupados). Sin embargo, las estimaciones disponibles indican que laocupacin en la cadena alcanzara alrededor de 45.000 personas, si se computa la mano de obraindustrial, la demandada por la produccin de la materia prima y los empleos indirectos que generaeste complejo sectorial.

    II.2. Evolucin del consumo aparente de vinos e impactos estructurales

    En el plano internacional se asiste, desde hace ya largos aos, a un proceso de paulatina ypersistente contraccin en el consumo de vinos. Si bien en algunos pases se verifica el fenmenoopuesto donde, en muchos casos, la creciente demanda de vinos tiende a conjugarse con el menorconsumo de otras bebidas de superior contenido alcohlico (como en el Reino Unido o en Rusia), lacada del consumo de vinos emerge como un factor estructural de contexto que, como tal,

    condiciona el perfil evolutivo y el desempeo de la industria vitivincola en el escenariointernacional. Las crisis de sobreproduccin o, en otros trminos, la persistencia de una ofertaexcedente de vinos ha tendido a constituirse en un rasgo permanente del sector; en ese marcoagregado caracterizado por la tendencia decreciente del consumo.

    La Argentina no ha permanecido ajena a dicho fenmeno. En efecto, mientras a principiosdel decenio de los aos ochenta el consumo medio por habitante ascenda a 76,3 litros por persona,a principios de los noventa ya haba cado a 54,1 litros y, en el ltimo ao (2001) equivale a 36,3litros (menos de la mitad de los registros de principios de los ochenta). Incluso, como se vereflejado en el Cuadro N 1,la intensidad media de la contraccin del consumo aparente durante losnoventa (-3,6% anual promedio) resulta ligeramente superior a la registrada durante el decenio delos ochenta (-3,4%).

    Aun cuando la contraccin del consumo de vinos constituye una tendencia generalizada enel escenario internacional, el ejemplo argentino se destaca tanto por la intensidad que la mismaasume, como por su persistencia temporal.

    Los factores o causas que sustentan tal patrn de comportamiento no difierensustancialmente de los constatables a nivel internacional si bien, en el caso argentino, podranidentificarse ciertos sesgos especficos que peculiarizan esas tendencias generalizadas. As, loscambios en los hbitos y en las conductas alimentarias, donde la composicin de la dieta tiende adesplazar el consumo de productos muy ricos en caloras y azcares, las modificaciones en lasprcticas y en las calidades de las comidas diarias (en detrimento, en particular, del almuerzo), laprolongacin de las jornadas de trabajo en los centros urbanos, la penalizacin social del consumode alcohol y las propias campaas tendientes a morigerarlo y/o a reducir el contenido alcohlico delas bebidas son, entre otros, algunos de los principales elementos que, en su convergencia,coadyuvan a explicar la decreciente demanda de vinos, tanto en el plano mundial como en el mbitolocal.

    En esa misma direccin se inscribe la fuerte presin competitiva que ejercen otras bebidassustitutas potenciales del vino, de menor graduacin alcohlica (como las cervezas), as como las noalcohlicas (gaseosas, jugos de fruta puros y concentrados, aguas minerales, y otra diversa gamade bebidas alternativas). La favorable relacin de precios relativos a favor de estas ltimas, sumadaa su menor contenido calrico, tiende a inducir el paulatino desplazamiento del vino en la dietaalimentaria. Se trata, sin duda, de un proceso de sustitucin que integrado a y complejizado por

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    determinados matices locales, se manifiesta a nivel internacional. El mismo refleja, en ltimainstancia, que los patrones de comportamiento de la demanda de vinos son parte constitutiva delmercado ampliado de las bebidas.

    CUADRO N 1EVOLUCION DEL CONSUMO APARENTE DE VINO, SEGN TIPOS, POR HABITANTE, 1980-2001

    (litros por habitante y porcentajes)

    Aos Vinos de mesa Vinos finos OtrosConsumo

    por habitante

    1980 70,2 5,5 0,6 76,3........ ........ ....... ....... ........1985 52,1 6,9 1,1 60,1........ ........ ....... ....... ........1990 46,0 7,6 0,6 54,21991 43,3 8,3 0,8 52,41992 40,2 8,7 0,6 49,51993 34,5 9,3 0,6 44,41994 33,4 9,2 0,6 43,21995 32,7 7,9 0,5 41,1

    1996 31,5 9,0 0,6 41,11997 29,9 9,7 0,7 40,31998 28,1 10,0 0,8 38,81999 27,6 10,2 0,9 38,7

    2000 26,9 10,2 0,7 37,8

    2001 26,3 9,4 0,6 36,3

    t.a.a. 80-90 -4,1% 3,3% -0,9% -3,4%t.a.a. 90-00 -5,2% 3,0% 2,1% -3,5%t.a.a. 90-01 -5,0% 2,0% 0,3% -3,6%

    FUENTE: Elaboracin propia en base a informacin del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

    El hecho que en la Argentina se vean reflejadas, en lo sustantivo, las tendencias prevalentesen el escenario internacional no parecera resultar suficiente como para sustentar, en lo analtico, lamuy profunda contraccin del consumo domstico de vinos acaecida en las ltimas dcadas. A losfactores explicativos que podran considerarse como denominadores comunes de un fenmenogeneralizado se le suman, muy probablemente, algunos de carcter domstico que han coadyuvadoa profundizar incorporndole ciertos rasgos distintivos la retraccin de la demanda local de vinos.

    Cabe resaltar que en esa particularmente intensa contraccin del consumo interno de vinosse conjugan dos tendencias contrapuestas que, en principio, no pareceran estar para nada disociadasde ciertos fenmenos de carcter macroeconmico y social que, como tales, condicionan y/odeterminan el perfil de la demanda local de vinos de mesa. Se trata, en otros trminos, del impactoderivado de la regresividad distributiva a la que asiste, con ligeros matices temporales, la economaargentina desde mediados de los aos setenta. La creciente polarizacin de la distribucin delingreso coadyuva a explicar, seguramente, la profunda cada en la demanda de vinos de mesacomunes y el contemporneo -y muy importante ritmo- de crecimiento del consumo de vinos finose, incluso, en los ltimos aos, de los llamadospremiumy del propio champagne.

    Si bien esta acelerada expansin de la demanda de vinos finos no alcanza a compensar nimucho menos la retraccin del consumo de vinos de mesa, se ha visto profundamente alterado elperfil de la demanda local de vinos. En efecto, en 1980, casi el 90% de los despachos de vinos alconsumo estaba conformado por vinos de mesa, y apenas el 7% por vinos finos; en 1990, tales

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    porcentajes haban pasado a ser de 81,3% y 11,6%, respectivamente (ver el Cuadro Anexo N 2 quese presenta al final de este captulo). Es durante el decenio de los aos noventa cuando tal procesorevela una particular intensidad (en correspondencia con la regresividad distributiva), a punto talque en 2001, los vinos de mesa comunes explican menos de las dos terceras partes del total de losdespachos (64,9%), y los finos ya pasan a representar ms de la cuarta parte del total (25,4%).

    En suma, desde la perspectiva del consumo aparente de vinos, la dcada de los noventamuestra una pronunciada y sostenida cada de la demanda local, asociada al desplazamiento de losvinos por otras bebidas de bajo contenido alcohlico o sin alcohol (en especial, cervezas, gaseosas yaguas minerales) y, a la vez, una clara mutacin en su perfil, a favor de los vinos finos y endetrimento de los vinos de mesa comunes.

    Esta visin introductoria sobre la dinmica del consumo aparente de vinos remite a unaprimera aproximacin al anlisis de las formas que adopta la evolucin de aquellas variables que, ensu articulacin, delimitan el comportamiento de la demanda domstica. Se trata, en otras palabras,de brindar una imagen global preliminar sobre la evolucin, durante los aos noventa, de laproduccin, los despachos para consumo y el comercio exterior de vinos (Cuadro N 2).

    CUADRO N 2

    INDUSTRIA VITIVINICOLA. INDICADORES SELECCIONADOS, 1990-2001(miles de hectolitros y porcentajes)

    AosProduc-

    cinDespachosal consumo

    Exporta-ciones

    Importa-ciones

    Expo+Impo/ Produccin

    %

    Expo+Impo/ Despachos

    %

    1990 14.036 17.714 445,5 0,2 3,2 2,51991 14.500 17.084 282,1 1,5 2,0 1,71992 14.351 16.195 227,4 2,8 1,6 1,41993 14.471 14.558 250,8 21,8 1,9 1,91994 18.173 14.180 226,3 28,3 1,4 1,81995 16.443 13.492 1.970,4 6,4 12,0 14,71996 12.681 13.542 1.119,9 5,1 8,9 8,31997 13.500 13.436 1.204,7 7,2 9,0 9,0

    1998 12.673 12.928 1.089,0 10,0 8,7 8,51999 15.887 12.808 880,5 13,6 5,6 7,02000 12.536 12.491 843,0 7,8 6,9 6,9

    2001 15.835 12.836 881,6 7,4 5,6 6,9

    t.a.a. 90-01 1,1% -2,9% 6,4% 38,9% 5,3% 9,6%

    FUENTE: Elaboracin propia en base a informacin del Instituto Nacional de Vitivinicultura y del INDEC.

    As, en el plano productivo, las marcadas fluctuaciones cclicas emergen como el rasgosobresaliente del perodo bajo anlisis (1990-2001), a punto tal que se suceden, en formadiscontinua, seis aos de crecimiento (los ms significativos en los aos 1994, 1999 y 2001, en losque la elaboracin de vinos se increment en ms de un 25%), y seis de cada en los volmenesproducidos (las de mayor relevancia se registraron en 1990 30,0% y en 1996 22,9%). Talcomportamiento est fuertemente influenciado por las caractersticas de las respectivas vendimiasanuales, en tanto casi la totalidad de la produccin de uva tiene por destino la vinificacin.

    En contraposicin a la irregular evolucin de la elaboracin de vinos, los despachos aconsumo muestran, en consonancia con el comportamiento de la demanda, un claro sesgodecreciente. Con la nica salvedad de los ao 1996 y 2001 (en que los despachos se incrementaron,

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    en ambos casos, el 0,3% respecto a los de los aos anteriores), en los restantes aos se registra unapersistente disminucin de los volmenes despachados para el consumo.

    Histricamente, por lo menos hasta mediados de los aos noventa, la industria vitivincolase caracterizaba por, entre otras manifestaciones, su orientacin casi excluyente mercado internista.En efecto, hasta 1995, las exportaciones de vinos nunca alcanzaron a representar ms del 3,5% de laproduccin. Es, precisamente, a partir de dicho ao (sesgado, como se analizar ms adelante, porlas demandas externas asociadas a la crisis vitivincola espaola), cuando las ventas al exteriorcomienzan a asumir un papel protagnico en el desempeo sectorial e, incluso, a segmentardiversos perfiles de desarrollo empresario. Aun cuando, con posterioridad a ese ao excepcional enmateria de exportaciones, los volmenes comercializados en el exterior muestran un leve sesgodecreciente, los mismos han tendido a estabilizarse en torno a poco menos del milln de hectolitros,representando con la excepcin del ltimo trienio alrededor del 8/9% de la produccin, y concambios en su composicin hacia aquellos vinos de mayor valor unitario.

    Por su parte, las importaciones de vino asumen un papel prcticamente marginal en ladeterminacin del consumo aparente local. A pesar que en los aos noventa, muy particularmenteen el bienio 1993/94, se verifica un notable incremento en las compras en el exterior de vinos, aunen esos aos pico su incidencia en la oferta agregada local apenas alcanz a representar alrededor

    del 1,5% del total. Dada la insignificancia de las importaciones de principios del decenio, la tasaresultante en trminos del ritmo crecimiento medio anual durante el perodo 1990 a 2001 (33,6% entrminos de volumen) supera holgadamente a la de cualquiera de las restantes variables que defineno delimitan la conformacin del consumo aparente domstico.

    Finalmente, esta industria presenta un coeficiente de apertura reducido tanto en relacin conla produccin como a los despachos liberados al consumo. Sin embargo, el mismo se incrementa deuna manera significativa a partir de 1995, donde alcanza valores excepcionalmente altos debido alas exportaciones realizadas a Espaa, ubicndose en tornoal 6% y el 7% de la produccin y losdespachos, respectivamente.

    Estas consideraciones introductorias, vinculadas a la evolucin del consumo aparente comoun componente fundamental en los nuevos patrones de comportamiento de la trama, se

    complementan con las que se incorporan en la seccin siguiente, donde se intenta brindar una visingeneral de la dinmica de la trama vitivincola desde los inicios del decenio de los aos noventa.

    II.3. La trama vitivincola. Una primera visin global de sus aspectosproductivos

    El simple contraste de los registros que adoptan las principales variables de la cadenavitivincola entre 1990 y 2001 denotara, en principio, una relativa estabilidad en los patronesbsicos de comportamiento global, aunque con ciertos matices (Cuadro Anexo N 1). As, porejemplo, la cantidad de viedos oscila en torno a los 32/35.000, con un leve sesgo decreciente quese agudiza significativamente durante los ltimos dos aos de la dcada pasada (pasa a ubicarse en

    torno a los 25.000 viedos); la superficie implantada de vid se ha estabilizado en torno a las205/210 mil hectreas (con, tambin, una tendencia atenuada a la baja); la produccin de uva,expuesta tradicionalmente a marcadas fluctuaciones cclicas, se ubica en alrededor de 23/24millones de quintales mtricos (con algunos picos de cada significativos como, por ejemplo, 1991,1993, 1996 y 2000); los rendimientos medios de la produccin de uva en torno a los 110/115quintales mtricos por hectrea (en este caso, con marcadas oscilaciones anuales); la elaboracin devino revela una muy ligera expansin (al margen de las contracciones verificadas en 1998 y 2000);la produccin de otros productos vitivincolas (esencialmente mosto) exhibe, tambin, una relativaestabilidad (en un marco de alteraciones significativas en algunos pocos aos); y slo en el mbito

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    de las exportaciones se expresa una muy significativa expansin, tanto si se consideran losvolmenes comercializados en el exterior (7,4% anual acumulativo) como, en especial, en trminosdel valor de tales ventas al exterior (22,2% anual de crecimiento promedio entre 1990 y 2001),estrechamente asociado al mayor aporte relativo de los vinos finos respecto a los de mesa.

    Sin embargo, en esa relativa estabilidad entre los aos extremos de la serie subyacenimportantes variaciones interanuales que, por un lado, denotan la presencia de ciertastransformaciones coyunturales de relevancia y, por otro, permiten apreciar algunos cambiosestructurales sustantivos respecto a los aos precedentes.

    As, en lo relativo a la cantidad de viedos operativos, la desaparicin o inactividad dealgunos de ellos emerge casi como una constante durante los noventa, con la nica excepcin de1994 en que se registra una incorporacin neta de casi 700 viedos. De todas maneras, se trata deuna tendencia relativamente sostenida, a un muy bajo ritmo de decrecimiento (contrastando con elfenmeno que se verific en los aos ochenta, en los que la cantidad de viedos se contrajo en msde un 30%), con la excepcin del ltimo bienio en el que discontinan su actividad o desaparecencasi 6.000 viedos (poco menos del 20% de los existentes en 1999).

    Consideraciones similares cabe realizar respecto de la evolucin de la superficie implantadacon vid, muy particularmente en lo que hace al marcado contraste que se manifiesta entre los aosochenta y los noventa. En este ltimo caso, la cantidad de hectreas implantadas permanecerelativamente estable (se infiere, por tanto, si se lo relaciona con la evolucin de la cantidad deviedos, una mayor expulsin en las pequeas explotaciones), en torno a las 205/210 mil hectreas,con seis y cinco aos de ligeros incrementos y decrementos, respectivamente, en la superficieimplantada con vid. A diferencia de la dcada de los ochenta, en la que se asisti a un intensoproceso de erradicacin de viedos viejos y de variedades de baja calidad (la superficie implantadase contrajo un 35%), desde los aos noventa ha tendido a estabilizarse la superficie dedicada a laexplotacin de la vid, acompaada de un importante proceso de reconversin hacia variedades demayor calidad enolgica.

    Por su parte, la produccin de uva muestra, durante los aos noventa, una relativaestabilidad enmarcada, por su dependencia de las contingencias climticas, en profundas

    fluctuaciones cclicas. Al igual que en el caso de la superficie implantada de vid, durante el perodo1990-2001 se suceden en forma discontinua aos de crecimiento de las cantidades cosechadas devid (seis) con aos de contraccin de la produccin (cinco) que, en general, no son coincidentes conlas oscilaciones que se manifiestan en trminos de las hectreas implantadas (ello se ve reflejado enbruscas alteraciones en los respectivos rendimientos medios anuales). De todas maneras, de resultasde ello, la cantidad de uva cosechada anualmente en el pas denota una comportamiento irregular yerrtico (asociado a las condiciones ms o menos adversas del clima). Nuevamente, en este planoquedan de manifiesto profundos contrastes de comportamiento respecto a los de la dcadaprecedente, en tanto durante los aos ochenta, la cantidad cosechada de uvas se redujo en casi un25%.

    Como fuera sealado, el alto grado de exposicin de la produccin primaria a lascontingencias del tiempo deviene, dada la variabilidad climtica en especial la intensidad y la

    frecuencia del granizo, las heladas y las diferencias entre las temperaturas mximas y mnimas, enalteraciones interanuales de significacin en los rindes medios de las cosechas. En tal sentido,durante la dcada de los noventa, los picos mximos y mnimos de rendimiento resultancoincidentes con los aos en que, respectivamente, se alcanzaron los mayores y menores niveles deproduccin de uva. Se trata, en el primer caso, del ao 1995, en el que se cosecharon 136 quintalesmtricos de uva por hectrea implantada y, en el segundo, de 1993 en el que los rendimientosmedios (apenas 93 quintales mtricos por hectrea) equivalen a poco ms de las dos terceras partesde los registros mximos de la dcada. De todas maneras, ms all de esa irregular evolucininteranual de los rendimientos medios de la cosecha de uva, y como producto de los propios

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    avances tecnolgicos incorporados en los aos noventa, tales niveles medios se ubican, en general,muy por encima de los promedios registrados durante el decenio de los ochenta (muyprobablemente asociado, an en forma incipiente, a mutaciones en el modelo productivo donde lacalidad tiende a verse priorizada frente a la cantidad volumen).

    Por su parte, la elaboracin de vinos tambin revela, siempre en trminos comparativos, y apesar de sus fluctuaciones cclicas, una mayor estabilidad relativa entre 1990 y 2001 que en ladcada anterior. En sta ltima, el rasgo distintivo se lo confiere el persistente aunquediscontinuo decrecimiento de los volmenes elaborados de vino, mientras que desde los inicios delos noventa, sin que llegue a revertirse esa tendencia global de retraimiento en la produccin, todoparecera indicar que los cambios en el perfil de la oferta (a favor de los vinos finos, y en desmedrode los comunes de mesa) tienden a adquirir una mayor trascendencia que la propia contraccin de laoferta global. As, mientras en los aos ochenta se elaboraron, como promedio anual, alrededor de22 millones de hectolitros de vinos, en el perodo 1990-2001 tales registros medios se ubican entorno a los 14/15 millones de hectolitros, claro que con una muy distinta composicin segn tiposde vinos.

    Otro rasgo distintivo que emerge desde los inicios de la dcada de los noventa est asociadoa la creciente gravitacin de la elaboracin de otros productos, concentrada casi en forma

    excluyente en la produccin de mostos sulfitados y concentrados y, marginalmente, de jugos. Lamisma se caracteriza por un comportamiento fuertemente irregular, donde se alternan aos deexpansin casi explosiva (como en 1995 cuando se cuadriplic el volumen de produccin, a favordel bajo precio del vino y de la creciente demanda de exportaciones y, en menor medida, en 1997),con otros en los que la produccin se contrajo a casi la cuarta parte de la del ao precedente (1993).A pesar de su condicin de commodities, su creciente insercin en los mercados externos conlleva,tambin, y ms all de la inestabilidad de la produccin, cambios sustantivos respecto al decenio delos aos ochenta (los volmenes elaborados de otros productos, fundamentalmente de mostos,superan holgadamente los registros promedio obtenidos en los aos ochenta).

    Por ltimo, es en el mbito de las exportaciones de vinos donde se manifiestan,seguramente, las mutaciones ms trascendentes que revela el complejo vitivincola argentinodurante el decenio de los noventa, muy particularmente a partir de mediados de la dcada. Enefecto, el explosivo incremento de los volmenes exportados en 1995 (casi dos millones dehectolitros) se ha visto acompaado, a partir de all, por un incipiente aunque firme, avance de lasexportaciones de vinos finos de mayor valor unitario, con el consiguiente crecimiento del valor delas exportaciones (a un ritmo muy superior al correspondiente a los volmenes implicados) que, enel ltimo quinquenio, ya superan los cien millones de dlares (cuando, durante los aos ochenta, lasexportaciones de vinos no alcanzaban a generar diez millones de dlares al ao).

    A partir de este panorama global introductorio, en las secciones siguientes se encara elanlisis de la evolucin de la produccin vitivincola (con nfasis, en su principal producto: elvino), y en el de su articulacin con la produccin primaria.

    II.4. Evolucin y composicin de la produccin industrial vitivincolaLa evolucin de las condiciones estructurales y la trayectoria seguida por las principales

    variables que caracterizan la evolucin de la cadena vitivincola durante la dcada pasada, indican laexistencia de un importante proceso de reconversin econmica que da como resultado un cambiosignificativo en la composicin de la produccin industrial vitivincola.

    En efecto, tal como se verifica en el Cuadro Anexo N 1, la considerable retraccinproductiva que se manifiesta desde inicios de la dcada de los noventa es acompaada por uncambio en la composicin del perfil de elaboracin de vinos. Las evidencias disponibles son

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    contundentes en indicar que durante ese perodo se profundizan las tendencias que se habaniniciado en los aos anteriores, asociadas a la disminucin de la produccin de vino comn y laexpansin de la correspondiente a los vinos finos; mientras que la elaboracin de otros productosvitivincolas, principalmente mostos, luego de una expansin sumamente significativa durante losaos ochenta, tiende a estabilizarse (en torno a los tres millones de hectolitros), pero enmarcada enprofundas oscilaciones interanuales.

    Si bien la conformacin productiva que se despliega durante la dcada pasada tiene efectossobre las provincias productoras, estos ltimos no introducen modificaciones sobre la situacinexistente en tanto no hacen sino consolidar, en lo sustantivo, los perfiles productivos preexistentes.As, por ejemplo, el dinamismo en la produccin de vino fino no genera una desconcentracin de lamisma en las diferentes jurisdicciones provinciales sino que acenta an ms la decisivaimportancia que tena Mendoza en este rubro (en torno al 85% del total).

    En sntesis, la reconversin de la produccin vitivincola de los ltimos aos deja comosaldo una retraccin productiva que resulta en una estructura que combina rasgos nuevos (elpersistente crecimiento de los vinos finos y, como se analizar ms adelante, nuevas formas decomercializacin) con buena parte de las caractersticas tradicionales de esta industria: elpredominio productivo de los vinos comunes y el mosto.

    En este contexto, cabe destacar que la contraccin en la produccin industrial de la tramavitivincola se reproduce en la primera etapa productiva de la cadena, es decir, en la produccinprimaria.

    La primera expresin de la sincrona entre ambas fases se pone de manifiesto en que lacontraccin productiva que se registra en la produccin industrial tiene como correlato unasignificativa disminucin en la cantidad de viedos y en las hectreas implantadas. En efecto, comose seal, los registros correspondientes a 2001 ponen de manifiesto una profunda cada de lacantidad de viedos y de la superficie implantada de uvas (el 50,9% y el 64,8%, respectivamente, delos valores correspondientes a 1980).

    Este marcado redimensionamiento de la produccin primaria adquiere distinta intensidad a lolargo del tiempo. En este sentido, la informacin disponible indica que la mayor retraccin tanto en la

    cantidad de viedos como de superficie implantada se registra durante la dcada de los aos ochenta yaque se erradican el 30% de los viedos y se deja de utilizar para este tipo de produccin el 34% de lasuperficie implantada. Si bien, a nivel agregado, durante la pasada dcada la disminucin de ambasvariables es ms atenuada, hacia finales de la misma y en el ltimo ao, se verifica una pronunciadacada en la cantidad de viedos y una ligera merma en la superficie implantada.

    La erradicacin de viedos durante la dcada pasada reconoce una evolucin en donde secombinan etapas donde se intensifica con otras en donde aminora e incluso, segn las diferentesjurisdicciones provinciales, cambia de signo indicando que predomina la implantacin de nuevosviedos. Estas tendencias indican que la reconversin de la produccin primaria no es nicamenteuna posibilidad potencial, sino que, como parte constitutiva del proceso de erradicacin de viedosobsoletos, se despliega una sustitucin de los mismos por nuevas plantaciones que no llegan a

    compensar en el perodo las bajas producidas; no obstante lo cual, indican la existencia de unaconsiderable renovacin de la capacidad productiva.

    Adicionalmente, cabe destacar que durante la dcada pasada la expansin de la produccinde la principal materia prima de la cadena vitivincola est claramente asociada al aumento de laproductividad, que avanza con marcados altibajos, ligados, como se dijo anteriormente, a lascondiciones climticas, pero que muestra una clara superacin de los valores alcanzados en ladcada anterior. Este proceso es digno de destacarse porque se verifica durante un perodo en que,al mismo tiempo, avanza la produccin de uva fina que tiene una productividad por hectreasensiblemente ms reducida que la que exhibe la produccin de uva comn. Puede asumirse

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    entonces, como una hiptesis plausible, que el incremento de la productividad en el sector primarioinvolucra claramente a la materia prima utilizada para elaborar commodities o productos pocoespecializados como el vino comn. En conjunto, la evolucin de la produccin primaria durantelos ltimos aos expresa un proceso de reconversin productiva con incrementos de productividadque an es atenuado pero que presenta condiciones potenciales para profundizarse.

    Ahora bien, en este contexto, los elementos disponibles acerca de las modalidades deaprovisionamiento de materia prima, aunque fragmentarios, permiten identificar procesos decambios en la produccin primaria vinculados a la reestructuracin de la etapa industrial y, en esemarco, a las modificaciones de las estrategias desplegadas por los agentes econmicos.

    En efecto, dentro de las diferentes modalidades de aprovisionamiento de materia prima seencuentra la integracin vertical por parte de las grandes bodegas, a travs de la explotacin deviedos propios. Esta modalidad presenta dos caractersticas que estn estrechamente vinculadascon la problemtica analizada. La primera de ellas es que su participacin se mantiene en torno al30/35 % del total de la uva demandada por las bodegas4. La segunda caracterstica es queconsiderando las provincias que conforman la regin cuyana, la participacin de la integracinvertical es notablemente ms elevada en Mendoza que en San Juan, siendo la primera de ellas ladecisiva en la produccin de vino fino. En consecuencia, los cambios en la produccin industrial

    que se sustentan en una creciente participacin del vino fino en la produccin sectorial habraninducido cambios en la produccin primaria, introduciendo tendencias hacia una dualidadproductiva en la que buena parte de la produccin de la uva de mayor valor enolgico tiende a sergenerada por las grandes bodegas (sobre la base de un importante grado de integracin vertical o dedistintas formas asociativas con productores cuasi-cautivos), mientras que la uva que es materiaprima para la elaboracin del vino comn y el mosto se concentra en el resto de los productoresprimarios vitivincolas.

    II.5. Las exportaciones vitivincolas

    Desde los primeros aos del decenio de los noventa las exportaciones argentinas de

    productos vitivincolas han experimentado una serie de cambios sustantivos, tanto en loconcerniente a su dinamismo como a sucomposicin. As, muy particularmente a partir de 1995, seasiste a una notable expansin de las ventas al exterior, que si bien en ese ao estn estrechamenteasociadas a demandas emergentes de la profunda crisis de la vitivinicultura espaola, han pasado aconsolidarse en un nivel o estadio muy superior al registrado histricamente. Ms all de ese efectopuntual o coyuntural (particularmente significativo en el campo de los vinos de mesa y el mosto),desde la segunda mitad de los aos noventa se asiste a una creciente presencia exportadora por partedel complejo vitivincola argentino, con cambios no menos relevantes en cuanto al perfil de lasmismas.

    En ese marco, los cambios ms trascendentes estn naturalmente vinculados con la notabley acelerada expansin de las ventas al exterior. As, mientras en la dcada de los aos ochenta lasexportaciones de vinos y mostos se ubicaban en torno a los 10 millones de dlares anuales, en la

    primera mitad de los noventa pasaron a generar divisas del orden de los 25 millones de dlares,montos que en el bienio 1995/96 (el de la explosin exportadora) se elevan a 60/70 millones dedlares, para terminar estabilizndose en el ltimo cuatrienio en torno a los 180/210 millones dedlares. Se trata, sin duda, de un crecimiento sostenido y por dems significativo: en volumen, entre

    4Esa proporcin de uva propia obedece a la conjuncin de dos factores. En el caso de la elaboracin de vinos comunes, a la presencia deproductores cooperativizados en bodegas lderes (caso Fecovita); en el de la produccin de vinos finos, al desarrollo de viedos propiosque, como se analizar ms adelante, responde a tres grandes objetivos (garantizar el aprovisionamiento de aquellas uvas crticas por lacalidad enolgica que conllevan; servir de parmetro de referencia en cuanto a los costos reales de la produccin primaria; e, incluso,

    para fortalecer la propia imagen empresaria).

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    1990 y 2001, de 6,4% anual acumulativo para los vinos (23,0%, en trminos de valor) y de 3,4 %,para los mostos (Cuadro N 3).

    CUADRO N 3EXPORTACIONES TOTALES DE VINOS SEGN TIPOS, 1980-2001(miles de dlares y porcentajes)

    Ao Mesa Fino y reserva* Espumante Otros TOTAL

    1980 2.058 3.884 237 35 6.214....... ....... ....... ....... ....... .......1985 2.997 2.057 91 1 5.146....... ....... ....... ....... ....... .......1990 6.889 7.660 640 45 15.2341991 5.841 11.095 950 51 17.9371992 4.272 16.532 1.227 64 22.0951993 9.456 13.739 1.223 170 24.5881994 8.412 14.082 945 168 23.6071995 40.850 18.634 1.225 160 60.8691996 29.199 35.422 982 253 65.8561997 45.476 72.138 1.200 294 119.1081998 35.689 102.374 1.689 253 140.0051999 27.448 86.720 2.752 282 117.2022000 20.043 96.758 7.865 212 124.878

    2001 21.988 120.108 6.513 287 148.897

    t.a.a. 80-90 12,8% 7,0% 10,4% 2,5% 9,4%t.a.a. 90-00 11,3% 28,9% 28,5% 16,8% 23,4%t.a.a. 90-01 11,1% 28,4% 23,5% 18,3% 23,0%

    * A partir de 1996, se considera slo vino fino.

    FUENTE: Elaboracin propia en base a informacin del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

    Como producto de esas tasas diferenciales de crecimiento, la actual conformacin de las

    exportaciones revela que las de vinos en general (cercanas a los 150 millones de dlares), casillegan a triplicar a las de mostos (poco ms de 50 millones de dlares), cuando a principios deldecenio de los noventa, stas ltimas (35 millones de dlares) ms que duplicaban a las de vinos(apenas por encima de los 15 millones de dlares).

    De circunscribir el anlisis a las exportaciones de vinos, las de mayor dinamismo relativodesde mediados de la dcada de los noventa, la participacin creciente de los vinos finos emerge,sin duda, como su principal rasgo distintivo. En efecto, tanto se considere el ritmo de crecimientode los volmenes comercializados en el exterior (22,2% anual acumulativo, entre 1990 y 2001)como, ms an, de los consiguientes valores FOB (28,4% anual), los vinos finos han pasado aconsolidarse como el ms importante rubro de las exportaciones vitivincolas. As, mientras en1980, la comercializacin externa de vinos finos no alcanzaba a los 30 mil hectolitros y menos decuatro millones de dlares al ao; en 2001 se exportaron ms de 500 mil hectolitros de vinos finos,por los que se obtuvieron poco ms de 120 millones de dlares.

    Es en la segunda mitad de la dcada, ms precisamente a partir de 1996 (un ao de rezagorespecto al boom exportador de vinos de mesa), cuando la comercializacin de vinos finos en elexterior pasa asumir un papel protagnico, no slo en trminos de las magnitudes involucradas, desu dinamismo y de su gravitacin creciente en el perfil exportador del sector sino, tambin, por loscoeficientes de exportacin que implican. As, en 2001, la participacin de los vinos finos alcanza arepresentar, en volumen, casi el 60% del total de vinos (cuando en 1990 slo representaban el12,4%, en volmenes); proporciones que se elevan a 80,7% y 50,0%, respectivamente, en un marco

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    de crecientes precios unitarios (el valor medio de las exportaciones de vinos finos pas de 0,72 u$sel litro en 1990, a 4,20 u$s el litro en 2001), al tiempo que el coeficiente de exportacin de vinosfinos alcanz a representar, en el 2001, al 16,2% del total de los despachos (Cuadro N 4).

    CUADRO N 4EXPORTACIONES TOTALES DE VINOS SEGN TIPOS, 1980-2001

    (miles de hectolitros y porcentajes)

    Ao Mesa Fino y reserva* Espumante Otros TOTAL

    1980 43,0 27,2 0,9 0,2 71,3....... ....... ....... ....... ....... .......1985 175,8 19,7 0,3 - 195,9....... ....... ....... ....... ....... .......1990 386,8 55,4 1,9 1,3 445,51991 190,6 86,4 3,0 2,1 282,11992 81,6 140,7 3,6 1,5 227,41993 142,9 100,9 3,4 3,6 250,81994 118,8 101,1 2,5 4,0 226,31995 1.840,7 122,9 3,2 3,6 1.970,4

    1996 843,6 268,0 2,4 5,9 1.119,91997 777,8 418,1 2,9 5,9 1.204,71998 540,9 538,8 4,6 4,7 1.089,01999 421,1 446,1 8,7 4,5 880,52000 327,5 462,5 19,9 3,2 843,0

    2001 362,0 504,9 10,9 3,8 881,6

    t.a.a. 80-90 24,6% 7,4% 7,8% 20,6% 20,1%t.a.a. 90-00 -1,7% 23,6% 26,5% 9,4% 6,6%t.a.a. 90-01 -0,6% 22,2% 17,2% 10,2% 6,4%

    * A partir de 1996, se considera slo vino fino.

    FUENTE: Elaboracin propia en base a informacin del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

    En otras palabras, el auge de las exportaciones de vinos finos tiende a constituirse, a partirde la segunda mitad de la dcada de los aos noventa, en el fenmeno tal vez ms trascendente delcomplejo vitivincola local, no slo por reflejar las potencialidades de una mayor insercininternacional de la produccin domstica sino, tambin, por sus repercusiones en el planoproductivo, as como sobre las formas tradicionales de comercializacin de la produccin local y lasconsiguientes estrategias empresarias.

    Con distinta intensidad y ciertas especificidades, en el crecimiento de las exportaciones devinos finos tambin estn presentes los restantes tipos de vinos. As, en el ejemplo de los de mesa,el ao 1995 explosiva demanda de exportaciones de Espaa se tradujo en un punto de quiebre, entanto se exportaron ms de 1,8 millones de hectolitros (diez veces ms que el promedio anual delprimer lustro de la dcada), por un valor superior a los 40 millones de dlares, y con un coeficientede exportacin superior al 18%. Si bien en los aos subsiguientes se verifica una tendenciadecreciente de los volmenes exportados de vinos de mesa, los mismos igualmente se ubican muypor encima de los registros de la primera mitad de la dcada y, ms an, de los correspondientes alos aos ochenta. De todas maneras, esa cada sistemtica de los volmenes exportados a partir de1996 se ha visto compensada, en buena medida, por el sostenido crecimiento de los precios mediosde los vinos de mesa exportados, a punto tal que los precios medios obtenidos en 2001 (0,61 u$s ellitro) prcticamente triplican a los correspondientes a 1995 (0,22 u$s el litro, con un altocomponente de exportaciones de vinos a granel).

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    Si bien a una escala distinta que en el caso de los vinos finos y, seguramente, con menorespotencialidades de expansin (en especial, en materia de precios), tambin la exportacin de vinosde mesa denota un muy acelerado dinamismo que, en parte, ha permitido compensar la alicadasituacin de la demanda domstica.

    Tambin en el mbito de los vinos espumosos se manifiesta una creciente presenciaexportadora (el valor de las ventas al exterior de estos productos creci, entre 1990 y 2001, a unatasa promedio anual del 23,5%), claro que en una muy pequea escala si se la compara con la de losvinos finos e, incluso, con la de los comunes de mesa.

    En efecto, en el caso de los vinos espumosos la creciente irrupcin en los mercadosexternos se verifica, esencialmente, a partir de 1997 (con un ao de rezago, respecto a los finos),tanto en lo referido a los volmenes exportados como a los valores FOB obtenidos. As, en 2001 sealcanzaron a exportar ms dediez mil hectolitros de vinos espumosos, por un valor superior a los6,5 millones de dlares.

    Si bien los vinos en particular, los finos se han consolidado como el principalcomponente de las exportaciones del complejo vitivincola, no es menos cierto que una proporcinconsiderable de las ventas externas de la trama proviene de la familia de los mostos, muyparticularmente de los concentrados sin alcohol. En ese marco, cabe destacar que el pas es uno delos ms importantes productores y exportadores de mostos del mundo. As, en un marco deinestabilidad del mercado internacional (propio de la condicin de commodities de los mostos) y derelativa irregularidad de los embarques, las exportaciones de mostos superaron, en el ltimo ao dela serie, los 50 millones de dlares, despus de haberse ubicado en niveles prximos a los 100millones de dlares en 1997 (Cuadro N 5).

    CUADRO N 5EXPORTACIONES TOTALES DE MOSTOS Y OTROS PRODUCTOS, 1980-2001(miles de dlares y porcentajes)

    Mosto concentradoAo

    Mosto

    sulfitado

    Aroma

    de uva C/alcohol S/alcohol TotalTOTAL

    1980 - 84 409 1.464 1.874 1.957....... ....... ....... ....... ....... ....... .......1985 - 21 610 3.148 3.757 3.778....... ....... ....... ....... ....... ....... .......1990 1.840 - 4.856 28.582 33.438 35.2781991 49 - 2.511 21.103 23.613 23.6631992 71 - 3.676 37.506 41.183 41.2531993 - 17 1.663 3.139 4.802 4.8191994 639 - 2.691 6.669 9.359 9.9981995 3.606 - 10.760 48.065 58.826 62.4321996 1.403 - 8.291 77.628 85.919 87.3221997 798 - 13.246 83.563 96.809 97.6071998 239 - 18.850 35.185 54.035 54.274

    1999 1.467 - 11.149 59.910 71.059 72.5262000 198 - 5.351 48.528 53.879 54.077

    2001 133 - 6.987 44.014 51.001 51.214

    t.a.a. 80-90 - - 28,1% 34,6% 33,4% 33,5%t.a.a. 90-00 -20,0% - 1,0% 5,4% 4,9% 4,4%t.a.a. 90-01 -21,2% 3,4% 4,0% 3,9% 3,4%

    FUENTE: Elaboracin propia en base a informacin del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    Las exportaciones argentinas de mostos (mayoritariamente, a favor de sus menores costosrelativos de transporte, mostos concentrados sin alcohol) comenzaron a adquirir cierta relevanciahacia fines de los aos ochenta y denotan, al igual que en el caso de los vinos, un marcado sesgoexpansivo, aunque con muy significativas irregularidades como durante el bienio 1993/94 donde,en promedio, apenas se superaron los siete millones de dlares anuales de exportacin.

    Esa inestabilidad no slo queda de manifiesto en el plano agregado sino tambin en lapropia composicin de las ventas al exterior. Aun cuando los mostos concentrados sin alcohol(insumos bsicos para la produccin de dulces, edulcorantes y jugos) mantienen sistemticamentesu primaca en las exportaciones de la familia de los mostos, su participacin denota marcadasfluctuaciones (en apenas un ao pasa de 85,6% -1997- a 64,8% -1998-). En este ltimo ao el valorde las exportaciones de mostos concentrados sin alcohol se contrajo en ms de un 50% para, en1999, incrementarse en ms de un 70%. Sin duda, a diferencia del mercado de los vinos, en especiallos finos, la irregularidad e inestabilidad de los mercados internacionales asumen un papelprotagnico sino decisivo en el patrn de comportamiento de las exportaciones argentinas demostos. Ello se ve igualmente reflejado en los correspondientes volmenes comercializados en elexterior que, por ejemplo, circunscribindose al caso de los mostos concentrados, oscilan entre unmximo de 124 mil toneladas (en 1997) y un mnimo (en 1993) de apenas cuatro mil toneladas.Idnticas consideraciones cabe realizar respecto de los precios medios de exportacin que, tambintomando como ejemplo ilustrativo a los mostos concentrados, fluctan desde poco ms de 500dlares la tonelada (en 1990), a casi 1.200 dlares la tonelada en (1993). Cabe resaltar que, entre1999 y 2001, tal precio medio se contrajo casi un 30% (de 1.015 a 737 dlares la tonelada,respectivamente).

    Hasta aqu se han identificado y analizado, muy estilizadamente, las principales tendenciasque caracterizan la evolucin de las exportaciones vitivincolas durante los ltimos aos, en especialdesde los inicios de la dcada de los noventa. Se trata, ahora, de complementar esa visin dinmicacon una descripcin esttica (circunscripta al ao 2001), referida a los mercados de destino de talesventas externas.

    En este plano, el muy elevado grado de concentracin en un reducido nmero de pases dedestino emerge como el principal rasgo caracterstico de las exportaciones argentinas, muyparticularmente en el caso de los mostos concentrados. En efecto, como se desprende de lainformacin que consta en el Cuadro N 6 en este ltimo caso, apenas dos pases (EE.UU. y Japn)absorben ms de las tres cuartas partes del total; proporcin que se eleva a casi el 90% del total deintegrar a otros cuatro pases (Canad, Polonia, Rusia y Australia).

    Aunque con menor intensidad, ese alto grado de concentracin de la demanda deexportaciones argentinas se verifica, tambin, en el mbito de las compras externas de vinos(Cuadro N 7). En este caso, apenas tres pases (EE.UU., el Reino Unido y Paraguay) explican msde la mitad de las compras (en los dos primeros casos, casi exclusivamente de vinos finos, mientrasque en las restantes predominan, ntidamente, los vinos de mesa). Cabe resaltar, asimismo, que casilas tres cuartas partes del total de las exportaciones se canalizan hacia slo ocho pases (a los tresanteriores se le agregan Irlanda, Canad, Brasil, Alemania en estos cuatro casos, con clara

    hegemona de los vinos finos y Uruguay fundamentalmente, de mesa).

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    CUADRO N 6EXPORTACIONES DE MOSTOS SEGN TIPOS Y PRINCIPALES PAISES DE DESTINO, 2001(miles de dlares y porcentajes)

    CONCENTRADOs/alcohol c/alcohol

    MOSTOSULFITADO

    TOTAL %%

    acumulado

    Total general 6.987,49 44.014,00 123,86 51.125,34 100,00

    EE.UU. 352,89 30.161,61 - 30.514,51 59,69 59,69Japn 6.148,28 2.167,73 - 8.316,01 16,27 75,95Canad 9,6 2.430,28 73,84 2.513,72 4,92 80,87Polonia - 1.921,72 - 1.921,72 3,76 84,63Rusia 461,84 753,89 - 1.215,73 2,38 87,01

    Australia - 1.126,41 - 1.126,41 2,20 89,21Chile - 885,92 50,02 935,93 1,83 91,04Sudfrica - 832,62 - 832,62 1,63 92,67Brasil 14,87 789,55 - 804,41 1,57 94,24Jamaica - 401,43 - 401,43 0,79 95,03Resto 0,01 2.542,84 0 2.542,85 4,97 100,00

    FUENTE: Elaboracin propia en base a informacin del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

    CUADRO N 7EXPORTACIONES ARGENTINAS DE VINOS SEGN TIPOS Y PAISES DE DESTINO, 2001(en miles de dlares y porcentajes)

    Mesa Finos Espumosos Otros Total %%

    AcumuladoEE.UU. 472,86 29.833,20 4.096,27 0,84 34.403,17 23,11 23,11Reino Unido 166,67 28.277,44 332,51 1,78 28.778,40 19,33 42,43Paraguay 9.652,29 2.279,91 241,15 7,48 12.180,83 8,18 50,61Holanda 222,07 7.716,17 141,75 31,2 8.111,19 5,45 56,06Canad 67,42 7.953,10 5,87 ...... 8.026,39 5,39 61,45Brasil 451,94 6.493,80 113,98 24,76 7.084,48 4,76 66,21

    Alemania 484,52 5.791,97 16,2 ...... 6.292,69 4,23 70,44Uruguay 4.475,57 1.242,34 509,27 ...... 6.227,18 4,18 74,62Dinamarca 796,91 4.573,82 ...... ...... 5.370,73 3,61 78,23Suiza 640,14 4.077,23 12,9 ...... 4.730,27 3,18 81,40Japn 2.364,13 1.998,99 5,6 82,55 4.451,27 2,99 84,39Francia ...... 2.369,80 0,22 ...... 2.370,02 1,59 85,98Irlanda ...... 2.209,64 ...... ...... 2.209,64 1,48 87,47Blgica ...... 1.890,74 50,5 ...... 1.941,24 1,30 88,77Per ...... 1.287,53 91,01 ...... 1.378,54 0,93 89,70Mjico ...... 1.139,53 ...... 83,16 1.222,69 0,82 90,52Resto 2.193,16 10.973,16 895,99 55,2 14.117,51 9,48 9,48

    TOTAL 21.987,68 120.108,37 6.513,22 286,97 148.896,24 100,00 100,00

    FUENTE: Elaboracin propia en base a informacin del Instituto Nacional de Vitivinicultura.

    Por ltimo, siempre en lo atinente al destino de las exportaciones vitivincolas en 2001,cabe una muy breve digresin respecto al perfil de los flujos comerciales que se orientan hacia lospases del Mercosur. En dicho mbito, como es tradicional, Paraguay mantiene su condicin deprincipal mercado de exportacin sustentado, mayoritariamente, por sus adquisiciones de vinoscomunes de mesa. Tambin en el caso de Uruguay y de Chile, la casi totalidad de las compras deproductos vitivincolas argentinos se concentran en los vinos comunes. Muy distinto es el ejemplode Brasil, cuyas adquisiciones son, casi excluyentemente (ms del 90% del total), de vinos finos.

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    II.6. Las importaciones de vinos

    Si bien, por su peso relativo en la oferta agregada local, las importaciones de vinos noasumen mayor relevancia (representan apenas el uno por mil del total), el proceso de apertura de laeconoma de los noventa devino en un importante crecimiento de las mismas, en particular en losbienios 1993/94 (se superaron los 20 millones de litros) y 1998/99 (por encima de los 10 millones

    de litros).As, desde una perspectiva agregada, y a favor de los muy bajos niveles registrados en

    1990, las importaciones de vinos muestran, tanto en volumen como en valor, un muy aceleradoritmo de crecimiento a partir de 1991. As, de considerar los aos extremos de la serie 1990-2001, elritmo de crecimiento anual acumulativo asciende a 41,0%, en trminos de volumen, y a 33,6% enlos valores involucrados. En ese marco, podran reconocerse cuatro grandes fases en elcomportamiento de las importaciones de vinos: un crecimiento sostenido y casi explosivo, entre1990 y 1994 (con una muy importante gravitacin de los vinos de mesa, en especial durante elbienio 1993/94, como implcitamente se ve reflejado en los respectivos precios medios deimportacin); una pronunciada cada en el bienio 1995/96 (particularmente en trminos de suvolumen, y mucho menos significativa dada la recuperacin de los precios unitarios, asociada a loscambios de composicin en cuanto a los valores que suponen); un sostenido ritmo de crecimientoentre 1997 y 1999; y una abrupta cada durante el ltimo bienio.

    CUADRO N 8IMPORTACIONES DE VINOS, 1990-2001(miles de dlares, miles de litros y porcentajes)

    Ao Dlares(miles)

    Litros(miles)

    Precio medio(u$s / litro)

    1990 537,8 168,0 3,201991 3.216,7 1.470,9 2,191992 6.846,8 2.817,5 2,431993 15.037,8 21.801,2 0,671994 20.225,2 28.342,5 0,711995 12.753,9 6.371,8 2,001996 12.607,3 5.110,3 2,471997 19.745,1 7.168,0 2,751998 29.190,0 10.045,9 2,911999 29.570,9 13.552,9 2,122000 17.066,6 7.774,1 2,19

    2001 13.014,4 7.382,5 1,76

    t.a.a 1990-01 33,6% 41,0% -5.3%

    FUENTE: Elaboracin propia en base a informacin del INDEC.

    II.7.Algunas consideraciones generales sobre el empleo en el complejovitivincola

    Los ltimos, y nicos, datos sobre el empleo en el complejo vititivincola se refieren,exclusivamente, al segmento vnicola y, por otro lado se remontan al ultimo Censo EconmicoNacional realizado en el pas en el ao 1994. Los mismos remiten a una ocupacin total de dichosegmento de poco ms de 13.400 personas, mayoritariamente asalariados (poco ms de 12.500personas).

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    Cuadro N 1

    Industria Vitivincola. Distribucin de variables censales seleccionadas segn tamao de los locales, 1994 (valores absolutos, miles de $ y porcentajes)

    Locales Valor de produccin Ocupados Asalariados Valor agregado RemuneracintrabajoTamaos

    cantidad % miles de $ % cantidad % cantidad % miles de $ % miles de $ %Menos 10 ocupados 453 67,2 172.181,4 11,9 1.679 12,5 1.102 8,8 54.896,1 13,1 7.918,8 5

    Entre11-50 ocupad. 156 23,1 346.065,6 23,9 3.522 26,3 3.256 26,0 107.350,2 25,7 28.992,1 20

    Entre 51-100 ocup. 43 6,4 323.942,0 22,4 3.044 22,7 3.007 24,0 102.800,3 24,6 31.857,6 22

    Entre 101-300 ocup. 16 2,4 277.417,8 19,1 2.686 20,0 2.674 21,4 76.269,8 18,2 31.995,3 23

    Ms de 300 ocupad. 6 0,9 329.713,1 22,7 2.474 18,5 2.469 19,7 76.994,4 18,4 38.284,7 27

    TOTAL 674 100,0 1449.320,0 100,0 13.405 100,0 12.508 100,0 418.310,7 100,0 139.048,5 10

    Fuente: Elaboracin propia en base a tabulados especiales del Censo Nacional Econmico, 1994, INDEC.

    A partir de dicho relevamiento, no existe fuente de informacin alguna que permite, siquiera,estimar, la cantidad de ocupados en la cadena vincola y, menos an, la del complejo en suconjunto.

    Diversos son los factores que coadyuvan a explicar dicho fenmeno. En primer lugar, en el campode la produccin primaria, donde el predominio del minifundio, donde la mano de obra ocupada secircunscribe, casi en forma exclusiva, al minifundista y a su grupo familiar, muy dificilmente puedarealizarse una estimacin de los puestos de trabajo generados. Ms an, cuando de tratarse deocupados fuera del grupo familiar, suele tratarse de acuerdos (no cabe referirse, siquiera, acontratos) temporarios, sin registracin alguna. Por su parte, en el caso de los viedos de mayortamao relativo (cautivos o semi-cautivos de las bodegas), tambin suele recurrirse a figuras noformales de contratacin. En ese campo no resulta casual que de las entrevistas realizadas, el tema olas consultas referidas a la ocupacin ha tenido, en general, una respuesta evasiva o, directamente,

    negativa. De todas maneras, es dable suponer que en los ltimos aos, derivado de la reconversinproductiva y, fundamentalmente, de la profunda contraccin de los viedos en operacin, se haregistrado una sensible merma en la cantidad de ocupados.

    En segundo lugar, en lo referido al segmento vinicola, la actitud empresaria no difieresustancialmente. Si bien, en algunos casos, los entrevistados han sealado la usual recurrencia acontratos temporarios (en muchos casos, bajo la forma de aprendices), las consultas vinculadas conuna mayor precisin en cuanto a la cantidad de ocupados han tenido similar respuesta que en lorelativo a la mano de obra en el sector primario.

    En tercer lugar, el Instituto Nacional de Vitivinicultura que desarrolla una muy activa poltica enmateria de informacin sobre el complejo vitivincola, no cuenta con informacin (por lo menos,pblica) sobre la evolucin del empleo en el sector.

    En cuarto lugar, como se desprende de la conformacin de las instituciones que vienendesarrollando el PEVI, se destaca la inexistencia de representacin alguna por parte de lostrabajadores que, en realidad, dentro de la compleja trama de relaciones que se establecen en elinterior del complejo, aparecen como un segmento casi ignorado.

    Por ltimo, cabe destacar que en la reformulacin original de los trminos de referencia del estudiono estaba contemplado (por las razones expuestas ms adelante) la inclusin de un anlisisespecfico sobre la problemtica del empleo en el complejo.

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    En sntesis, la inexistencia de informacin confiable o, aunque fuera, medianamente confiableinvalida todo tipo de estudio que pudiera realizarse al respecto. Solo a partir de un vasto yespecfico diagnstico del tema (dificultoso y por dems oneroso), que exceda holgadamente losobjetivos propuestos, podra contarse con elementos de juicio rigurosos sobre el desempeo delempleo en el sector. Igualmente, podra asumirse que, en trminos generales, y dada la significacinque en la materia asume el sector primario, muy probablemente el decenio de los aos noventa haya

    traido aparejada una reduccin significativa en la cantidad de mano de obra ocupada en el sector.

    II.8. Sntesis y conclusiones

    En paralelo con la pronunciada reduccin del consumo interno de vinos, la evolucin de lacadena vitivincola durante las ltimas dcadas denota un importante redimensionamiento de lasdistintas instancias productivas que la conforman. Esta primera aproximacin sera incompleta sinose repara en que un elemento central de dicho proceso est asociado a una reconversin productivaque involucra, de distinta manera y en instancias diferentes, tanto a la produccin primaria como ala industrial de esta cadena, y cuya expresin ms ntida a nivel agregado se manifiesta en el nuevonivel y composicin de las exportaciones sectoriales.

    La contraccin y la reconversin de la produccin industrial vitivincola de los ltimos aosda como resultado, en principio, una estructura que combina rasgos nuevos (el persistentecrecimiento de los vinos finos y las nuevas formas de comercializacin del vino comn) con lascaractersticas tradicionales de esta industria (el predominio productivo de los vinos comunes y elmosto). Estos rasgos que se expresan en el mbito de la produccin se acentan considerablementeen las ventas externas, en tanto la participacin de los vinos finos avanza sostenidamente.

    Coincidiendo con los procesos que se verifican en la etapa industrial de la cadenavitivincola, en la produccin primaria se manifiesta tambin una contraccin significativa entrminos de las distintas variables con que se puede evaluar su trayectoria estructural (cantidad deviedos, superficie cultivada y produccin de uva) que es acompaado por una renovacin de lasplantaciones que, si bien no alcanza a neutralizar la disminucin de los viedos, es de considerablemagnitud. Al mismo tiempo, la reconversin industrial se expresa directamente en la produccinprimaria en tanto lo predominante durante los ltimos aos es que los nuevos actores se inserten enla actividad a partir de la adquisicin y reconversin tecnolgica de bodegas preexistentes, con unimportante componente de integracin vertical con viedos propios. El conjunto de lasmodificaciones en la produccin primaria apuntala un incremento de la productividad que seprofundiza desde mediados de la ltima dcada.

    Sin embargo, a pesar de la manifiesta sincrona que exhiben las transformacionesregistradas en la esfera industrial y primaria, no puede soslayarse que los escasos trabajos analticossobre los cambios estructurales de esta cadena agroindustrial sealan, desde distintas perspectivas ypreocupaciones, que la produccin primaria operara como una suerte de cuello de botella o frenoa una expansin de esta cadena agroindustrial que implique un decidido vuelco hacia la elaboracinde productos de mayor valor agregado, como es el caso del vino fino.

    Desde esta perspectiva, se podra afirmar que se est consolidando una estructura dual donde,en principio, la produccin primaria opera como un factor retardatario que le impide a la produccinindustrial consolidar un perfil productivo, y exportador, que obtenga un sostenido incremento en losprecios de exportacin del vino. As, esta trama agroalimentaria inici el nuevo siglo con el desafo desuperar el desfasaje entre un sector primario relativamente atrasado cuando no, sobredimensionado yun sector industrial que registr un acentuado proceso de modernizacin sustentado en un auge de lastransferencias de propiedad del capital que trajeron aparejada la incorporacin de nuevos actores querealizan significativas inversiones que estn actualizando rpidamente el stock de capital. Sobre estasbases, un conjunto acotado (no ms de un centenar) de las empresas industriales del sector se acerca a

    D. Azpiazu y E. Basualdo; Industria vitivincola; Estudio 1.EG.33.6; Prstamo BID 925/OC-AR. Pre II. Coordinacin del Estudio:Oficina de la CEPAL-ONU en Bs As, a solicitud de la Secretara de Poltica Econmica, Ministerio de Economa de la Nacin.

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    los estndares internacionales mientras el sector primario permanece con las caractersticas del pasado,signado por el predominio de los pequeos productores, baja productividad real y centrado en laproduccin de una materia prima de bajo contenido enolgico que slo es adecuada para la produccinde commoditieso bienes de escasa especializacin.

    A pesar de que los precios obtenidos por las exportaciones de vinos distan de estarestancados, es insoslayable que queda en pie el interrogante acerca de las razones que determinanque los productores independientes no reconviertan sus viedos (con la celeridad deseada) hacia laproduccin de la materia prima necesaria para la elaboracin de vinos finos y hacia su integracincon las bodegas.

    A este respecto, cabe sealar que una de las lneas argumentales indica que las principalesrestricciones devienen del predominio del minifundio, lo cual impide la obtencin de economas deescala. Tambin se suele enfatizar, sin negar el impacto estructural de los productoresminifundistas, que la principal restriccin para la modificacin de la produccin primaria radic enel costo de la mano de obra durante los noventa y en la escasez de la mecanizacin.

    Otra argumentacin que, en buena medida, tiende a rebatir las anteriores hiptesis aduce,por un lado, que en la produccin de uvas finas las economas de escala no tienen mayor incidenciay, por otro, que el costo de la mano de obra tiene menor importancia en la produccin de uva finaaunque requiere mayor calificacin, dada la intensidad de las labores culturales involucradas(fertilizacin, mantenimiento de los viedos y cosecha de la uva)5.

    Por otra parte, en dicho trabajo se incursiona en el anlisis de las causas que determinan lasrestricciones en la produccin primaria de esta cadena agroalimentaria. La primera de ellas es laacumulacin de deuda que presentan los productores como resultado de los planes de reconversinque se pusieron en marcha desde la dcada de los aos ochenta en adelante. Supuestamente, estasituacin habra generado una aversin al endeudamiento de tal magnitud que no se encarannuevas inversiones aun cuando las mismas sean en principio claramente redituables y sedisponga, en forma adicional, de financiamiento a tasas de inters diferenciales. A estos factores sele agregan la inexistencia de ingresos alternativos que les permitan a los productores enfrentar losdos aos que se requieren para que las nuevas plantaciones comiencen a producir, y la falta de

    conocimientos tcnicos, que es crucial para obtener un tipo de uva apto para la elaboracin de vinosfinos.

    Sin duda, el comportamiento de los productores vitivincolas independientes, centrado en laelaboracin de materia prima apta para la produccin de commodities, es el resultado de unaconjuncin de factores. Sin embargo, a pesar de la complejidad del problema, es indudable que notodos tienen la misma importancia e, incluso, pueden no tener consistencia econmica. Al respecto,cabe incorporar nuevos elementos que permitan clarificar esta problemtica.

    En este sentido, el elevado nivel de endeudamiento de los productores primarios es unproblema candente que afecta a una parte significativa de ellos e indudablemente inhibe ms all,incluso, de las serias restricciones existentes en el mercado a los que se encuentran en esasituacin de acceder a nuevo financiamiento para encarar una reconversin de sus plantaciones.

    Por otra parte, hay un amplio consenso entre los analistas sectoriales acerca de que laproduccin de uva fina es tcnicamente ms compleja que la produccin de uva comn y que elacceso a ese conocimiento integral del proceso de trabajo, desde la seleccin de las variedades hastael propio trabajo en los vied