Carrasco Situaciones Límite y Psicología Alternativa

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SITUACIONES LIMITE Y PSICOLOGIA ALTERNAnVA En el curso de toda la historia de Occidente ha habido paises o pueblos dominadores y paises o pueblos dominados. y eso se hace muy claro desde 'a época de los imperialismos colonizadores has ta la época de los imperialismos económicos y po- liticos. La vida de la gente en nuestro Occidente se enmarca dentro de una civilización, una cultura dominante y con una gran variedad de subcultu- ras regionales :¿subculturas"'~ Yo no soy ni sociólogo ni antropóIogo Y mucho menos economista por lo cual lamentablemente no puedo profundizar en lo dicho anteriormente Pero pienso que no es necesario ser demasía- do experto para darse cuenta que todo lo domi- nante, que antes he señalado, puede ser unido por una linea recta si además tenemos en cuen- ta que en todos los paises la gente se estratifica en clases sociales, en grupos dominandos y en grupos dominadores. Creo que todos podrlamos entender con facili- dad dos cosas: la primera es que todo lo domi- nante está situado en los espacios económicamen- te más ricos y todo lo dominado en los espacios económicamente más pobres. por lo cual parece- rla que en el fondo de este punto ha estado ju- gando un rol importante el factor económico co- mo fuente de poder La segunda cosa es que aun el mas simple anáusis permitirá comprobar que la cwurzacion y 'a cultura dominantes son la civihzacion y la cul tura de los paises y de las clases dominantes, al punto que muchas de las llamadas subculturas han sido verdaderas civilizaciones pertenecientes a pueblos que hoy constituyen parte de las cla- ses dominadas de muchos paises del "tercer mun- do' Creo no pecar de exagerado SI digo que los libros de psicologia han sido hechos en los ceno tras de poder cara ser destinados a' consumo de los centros de poder de todo el Occidente Repasemos un poco la literatura psicológica que han leido los estudiantes de psicologfa durante va- rias generaciones. Veremos que se trata invariable- mente de literatura inglesa, francesa, alemana o norteamericana y dos o tres obras latinoame- ricanas o africanas. Alguien podrla argumentar que esto es la con- secuencia del bajo nivel, de Ié' carencia de inves- tigaciones "serias" o simplemente descuido y ha- raganeria de los psicólogos del tercer mundo. Yo me siento obligado a responder con un categórico no Es mucho lo producido en materia psicológica de alto nivel por parte de nuestros psicólogos. Lo que ha venido ocurriendo sistemáticamente es que las editoriales no son pródigas con ellos. Cuan- do alguna editorial publica algo de nuestros tra- bajos generalmente se trata de ediciones de muy poca áfusión y con freaJencia de mala calidad. T~ poco hay traducciones a otros idiomas. No se ha contado con dinero suficiente para hacer investigaciones de envergadura. Los presu- puestos a nivel de universidades, centros de in- vestigación cientffica u organismos internacionales no han tenido mayormente en cuenta que noso- tros también precisamos investigar. Los dineros. cuando los hay, van a parar a los presupuestos de otras disciplinas. Pero una cosa muy diferen- te ha ocurrido con los psicólogos que actúan en los centros desarrollados. Todo esto ha tenido como consecuencia que para la docencra de la pscoioqra se haya teru do que recurrir, como fuente de información. a las obras de los centros desarrollados Si por otra parte analizamos los programas de estudios para la formación de psicólogos se podrá comprobar que tanto la estructura del sistema de enseñanza como sus contenidos curriculares son. en su mayor parte. copiados de modelos que vie nen de otros horizontes Cuando en nuestro me- dio pretendimos latinoamericanizar la estructura v contenidos de nuestros programas de estudio. no 'artaroo quienes auo 1entrf' de '1uestras nenoas l'

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SITUACIONES LIMITE Y PSICOLOGIA ALTERNAnVA

En el curso de toda la historia de Occidente hahabido paises o pueblos dominadores y paises opueblos dominados. y eso se hace muy claro desde'a época de los imperialismos colonizadores hasta la época de los imperialismos económicos y po-liticos.

La vida de la gente en nuestro Occidente seenmarca dentro de una civilización, una culturadominante y con una gran variedad de subcultu-ras regionales :¿subculturas"'~

Yo no soy ni sociólogo ni antropóIogo Y muchomenos economista por lo cual lamentablementeno puedo profundizar en lo dicho anteriormente

Pero pienso que no es necesario ser demasía-do experto para darse cuenta que todo lo domi-nante, que antes he señalado, puede ser unidopor una linea recta si además tenemos en cuen-ta que en todos los paises la gente se estratificaen clases sociales, en grupos dominandos y engrupos dominadores.

Creo que todos podrlamos entender con facili-dad dos cosas: la primera es que todo lo domi-nante está situado en los espacios económicamen-te más ricos y todo lo dominado en los espacioseconómicamente más pobres. por lo cual parece-rla que en el fondo de este punto ha estado ju-gando un rol importante el factor económico co-mo fuente de poder

La segunda cosa es que aun el mas simpleanáusis permitirá comprobar que la cwurzacion y'a cultura dominantes son la civihzacion y la cultura de los paises y de las clases dominantes, alpunto que muchas de las llamadas subculturashan sido verdaderas civilizaciones pertenecientesa pueblos que hoy constituyen parte de las cla-ses dominadas de muchos paises del "tercer mun-do'

Creo no pecar de exagerado SI digo que loslibros de psicologia han sido hechos en los cenotras de poder cara ser destinados a' consumo delos centros de poder de todo el Occidente

Repasemos un poco la literatura psicológica quehan leido los estudiantes de psicologfa durante va-rias generaciones. Veremos que se trata invariable-mente de literatura inglesa, francesa, alemana onorteamericana y dos o tres obras latinoame-ricanas o africanas.

Alguien podrla argumentar que esto es la con-secuencia del bajo nivel, de Ié' carencia de inves-tigaciones "serias" o simplemente descuido y ha-raganeria de los psicólogos del tercer mundo. Yome siento obligado a responder con un categóricono Es mucho lo producido en materia psicológicade alto nivel por parte de nuestros psicólogos. Loque ha venido ocurriendo sistemáticamente es quelas editoriales no son pródigas con ellos. Cuan-do alguna editorial publica algo de nuestros tra-bajos generalmente se trata de ediciones de muypoca áfusión y con freaJencia de mala calidad. T~poco hay traducciones a otros idiomas.

No se ha contado con dinero suficiente parahacer investigaciones de envergadura. Los presu-puestos a nivel de universidades, centros de in-vestigación cientffica u organismos internacionalesno han tenido mayormente en cuenta que noso-tros también precisamos investigar. Los dineros.cuando los hay, van a parar a los presupuestosde otras disciplinas. Pero una cosa muy diferen-te ha ocurrido con los psicólogos que actúan enlos centros desarrollados.

Todo esto ha tenido como consecuencia quepara la docencra de la pscoioqra se haya terudo que recurrir, como fuente de información. a lasobras de los centros desarrollados

Si por otra parte analizamos los programas deestudios para la formación de psicólogos se podrácomprobar que tanto la estructura del sistema deenseñanza como sus contenidos curriculares son.en su mayor parte. copiados de modelos que vienen de otros horizontes Cuando en nuestro me-dio pretendimos latinoamericanizar la estructura vcontenidos de nuestros programas de estudio. no'artaroo quienes auo 1entrf' de '1uestras nenoas

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nos señalaran como poco serios. demagogos osubversivos. Sin embargo esto es absolutamenteImperioso realizarlo y abrigo la esperanza de apor-tar algo para su fundamentación en las Hneas quesiguen a pesar de la limitación de espacio que.en estas ocasiones. estamos obligados a ocupar

Concepción universalizada de ser humano

En otros escritos anteriores" he expresado queel ser humano es un "ser en situación" Su com-prensión integral no puede prescindir de un ade-cuado conocimiento de las circunstancias. que lorodean y que. por otra parte. configuran su vidamisma. El ser y su situación determinan las ea-ractensticas de la vida cotidiana y es esta cotidia·neidad la que debemos empezar a tener más encuenta en nuestros análisis psicológicos.

La información psicológica ha sido elaborada so-bre la base de un ser del cual. en la mayorfa delos casos. no se ha especificado cuáles son suscircunstancias sociales. culturales. económicas. etc.y éstas tampoco han sido tomadas en cuenta paraadvertir al destinatario de la información que seestá hablando de un ser no universal sino parti-cular. Sin embargo. el que ha venido recibiendoesa información casi siempre ha pensado que setrata de la descripción psicológica del ser huma-no y no de un ser sumergido en situaciones so-ciales. etc.. particulares. Por eso se habla de lapsicología y se sostiene de hecho que ese co-nocimiento es valido para todos los seres huma-nos.

La descripción del aparato psíquico del ser hu-mano efectuado en dichas condiciones ha deter-minado una metodología y una técnica acorde conese marco teórico. Vale decir que si a través deciertas técnicas de investigación y utilizando unacriteriología de análisis del material obtenido per-teneciente a determinados grupos sociales y cul-turales. yo elaboro una concepción del hombre yuna descripción de su aparato psíquico. necesa-riamente las técnicas que voy a elaborar para lapráctica psicológica con ese hombre y las "con-diciones" que yo prescriba para la aplicación dedichas técnicas a los efectos de que sean "váli-das". van a tener que adecuarse ineludiblementea la mencionada concepción y descripción.

Con lo anterior pretendo decir que tanto las téc-nicas como las condiciones establecidas para su

- Psicologia C~tica v ex.lio ESIN-l Rone,dam 1981

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aplicación psicolóqica sólo nos van a servir paradeterminados grupos de personas pero no paratodas

Esto constituye Ciertamente una enorme urrutación en nuestra experiencia cotidiana de traba-JO. y esta limitación. más allá de la valoración po-IItico ideológica que podamos hacer de ella. esuna limitación real. concreta. que deja desprovis·to al psicólogo de instrumentos útiles para llevaradelante una práctica psicológica que pueda re-sultar satisfactoria para sí mismo (en la medidaque le permita ser y sentirse un profesional capazde resolver efectivamente los problemas que tie-ne entre manos) y paralelamente cumplir de igualmanera con las expectativas que la gente depositaen él.

Si somos realmente sinceros debemos recono-cer que a nuestra práctica psicológica es menes-ter proveerla de una posibilidad mayor. para lle-var adelante acciones reales y concretas y quitar-le una buena cantidad de palabras diffciles y plan-teas teóricos basados en la concepción de un serhumano que es abstracto. en la medida que locomparemos con la gente corriente de nuestra ex-periencia cotidiana.

El movimiento freudomarxista de los años 20aparece en Alemania y Austria en momentos enque las grandes desigualdades sociales. provoca-das por la gran crisis que se avecinaba. hacian pa-tentes las diferencias entre los grupos sociales ypor lo tanto la inaplicabilidad del psicoanálisis atodos los integrantes de la sociedad y a la vez.su incapacidad para explicar la inoperancia del mo-vimiento obrero para detener los avances del fas-cismo. Lo mismo ocurrió con la Psicología Con-creta de PoIitzer en ParIs casi en la misma época.

Estos movimientos desaparecieron durante la se-gunda guerra mundial.

Durante los primeros 20 años c.!e la posguerra.cuando el Occidente experimenta su gran expan-sión económica (casi sin precedentes). se insta-lan o se afirman las sociedades industriales avan-zadas en los paises ya previamente poderosos. Este'es el momento en el cual la producción psicológicade estos centros desarrollados comienza a difun-dir. a lo largo Y a lo ancho del hemisferio. la ima-gen universalizada de ser humano que es la quecorresponde a dichas sociedades desarrolladas. Este error de universalidad que está metido dentro delas páginas de la mayor parte de 'os libros de psi-coioqa procedentes de aquellos espacios de poderderiva de la prescidencia de sus autores de per-

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cibir que ellos han estado Investigando con suscabezas condicionadas por sus posiciones de cla-se y cultura. Al mismo tiempo dejaron de ver tamobién que el objeto de su estudio era una poblaciónde gente que, por su parte. tampoco estaba clara-mentediferenciadaen sus posicionesde clase Y cul-tura por pertenecer a sociedades en las que. enlo que a tipo de cultura se refiere son práctica-mente homogéneas, y cuya estratificación de cla-ses está muy desdibujada en la medida que setrata de sociedades desarrolladas con un eleva-do estándar de vida en todos sus niveles.

Cabrfa con justicia preguntarse cómo fue posi-ble difundir e imponer exitosamente esa imagenuniversalizada de ser humano.

Por un lado, la fuerza de difusión de una ima-gen va en proporción directa con el poder de qUlé·nes la difunden y con su prestigio exportador ypor otro lado, su capacidad de penetración estátambién en directa proporción con la dependen-cia y carencia de perfil propio de quienes la a-sumen.

Las burguesfas y sobre todo las pequeñas bur-guesías cultas (económica y culturalmente depen-dientes) de nuestros paises, fueron las que consu-mieron y a su vez difundieron al interior de ellasaquella imagen universalizada de ser humano.

y esto fue posible además, porque se les des-cribra una concepción de ser humano fácilmenteasimilable a sí mismas.

Al comienzo -de este escrito dije que podrfamosunir con una Ifnea recta todo aquello existente enlos paises dominadores con las clases dominan-tes de los paises dependientes.

Por esto propongo utilizar los términos de es-pacios de poder para con ellos denominar unaextensa área de uniformidad transnacional de Oc-cidente, dentro de la cual df'C\J1anlos mismos pro-ductos y rigen los mismos principios aunque po-damos percibir algunas diferencias de matices en-tre ellos, que no le hacen al fondo del asunto.Desde k.Iegoque dichos espacios de poder se ubi-can ffsicarnente en todos los sectores dominantesque ya hemos mencionado.

La psicologla enseñada y practicada en nues-tro pals nació, creció y se difundió dentro de es-tos espacios nacionales de poder y yo no dejode reconocer la cuota de responsabilidad que amí me cabe en este asunto.

También cabrfa con justicia preguntarse ahorabueno. y ¿qué pasó antes de la expansión eco-nómica que comienza a partir del año 1945?

Creo no equivocarme demasiado si digo al res-pecto que. en toda esa época anterior a la granexpansión, la psicoIogfase prcxlIcfa tambiénen losespacios de poder de los poderosos países co-lonialistas y a muy pocos se les ocurrió pregun-tar si esa psicologfa podla ser aplicada a los in-dios mapuches del sur de Chile. Simplementeten-go la impresión que eso no importaba,pues a nin-guno de sus usuarios se les pasaba por la cabe-za pensar que habla otra gente que no era asi-milable a ellos mismos. Desde luego que esta res-puesta es muy simplista, pero en verdad muchoagradecerfa si alguien pudiera darme otra expli-cación más ilustrada.

Quisiera ilustrar con un breve ejemplo personallo que acabo de decir. En el año 1950 apliquéporprimera vez el Psicodiagnóstico de Rorschach.Lohice en el hospital Vilardebó de Montevideo. Estafue una experiencia muy angustiante pues el ma-terial que obtuve de su aplicación tenfa muy pocoque ver con el que yo habfa estudiado en el textodel propio Rorschach.

Sin embargo cuando apliqué la misma prueba,en ese entonces, a personas de la pequeña bur-guesfa más o menos culta de la época, el apara-to funcionaba.

Por supuesto que lo mismo me pasó con todaslas otras pruebas de diagnósticopsicológico.Se Ira-taba evidentemente de otro mundo, de otro uni-verso que no habra sido tenido en cuenta a lahora de confeocionar las pruebas. Destáquesequeno me estoy refiriendo a pruebas que necesitenser estandarizadas sino a aquellas que se ma-nejan con un material simbólico, con imágenes,en las que tanto tiene que ver la cultura y la cla-se social.

Esto patentizó las diferencias entre grupos depersonas en nuestro pals y al mismo tiempo de-mostró la inviabilidad del instrumental psicológicopara todos. Pero también demostraba la existen-cia en nuestro pals de esos espacios de podercon capacidad de consumo del .rial importa-do, lo cual hizo posible el desarrollo de la psico-logia entre nosotros, aunque el precio de nuestraeuforia fuera el dejar marginado de ella a am-plios sectores de nuestra población.

Tengo para ml, a la hora actual, que la psico-

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logia debe ser un ámbito de mayor responsabmdad social

Situaciones limites

Desde principios de los años 60 he venido pen-sando en la necesidad que hay de elaborar unapsicologra alternativa a la psicología disponible enlos espacios de poder. Esto no es una idea ca-prichosa ligada a una aspiración de innovar porinnovar. Tampoco surge dicha idea de especula-ciones de gabinete sino que se fue poco a pocoimponiendo en algunos colegas y en mi a medi-da que más y más nos Ibamos internando en lapráctica psicológica con colectividades y tambiénen la medida que Ibamos comprobando la granlimitación del radio que nuestros instrumentos nospermitian cubrir en materia de población.

Pero esto se hizo mucho más evidente cuandoen nuestro país se instaló el proceso de crisis po-lItica Y comenzó a generalizarse la violencia repre-siva.

En este periodo el rnovírniento de estudiantesde psicologfa reclamba una revisión de la misma,ante la mirada disgustada de un buen número decompañeros de ellos y de colegas nuestros. Unavez más y ahora en otro ámbito, se establecla ladicotomia entre los que aceptabanel desato de unarealidad abrumadora y los que aspiraban conser-var, desde sus espacios de poder, el privilegio deuna psicoIogfaque les permitiera hacer carreraper-sonal. Argumentos no les faltaban a estos últimos:"estos son los revoltosos de siempre, que no quie-ren estudiar y vienen a la facultad a hacer poll-tica"

Todo esto es indudable que desató una fuertepolémica, por momentos apasionada, por momen-tos con excesos reprobables, pero que en todocaso estaba poniendo en evidencia la existenciade una situación de fuerte conflicto, que respon-dla indudablemente al estado de conflicto gene-ralizado que el pals entero estaba viviendo.

Situación de conflicto que también se vivió aden-tro de los consultorios psicológicos. Estos queda-ron sin respuesta a la demanda de atención deun tipo de perturbaciones nuevo o mejor dicho.ante la presencia de personas que requerlan ayu-da y que estaban inmersas en una situación parala cual los psicólogos caredan de instrumentosadecuados.

Pienso que este periodo introdujo un punto de

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quiebre, que considero definitM>.en los esquemasde una psicología y de una práctica psicológicaInstalada sobre una SOCiedaden calma cultivadora de una psicologla desaprensiva que se perrmtía el lujo de ignorar las necesidades de los máspara cubrir las de los menos

Esta experiencia vivida en Montevideo entre losaños 68 al 72 la continué en Chile luego de saliral exterior aunque con caracteristicas al principioun poco diferentes pero luego idénticas.

Finalmente, cuando comencé a trabajar en psi-cologfa con el exilio latinoamericano en Europa,acabé definitivamente por convencerme que exis-ten situaciones ante las cuales es menester exis:-poner de otro "bagage" para poder enfrentarlasa través de la práctica psicológica.

Confirmé por lo tanto que existen una variedadde situaciones que resultan ser generadoras decircunstancias " condiciones ante las cuales nopodfarnos aplicar las m1smas reglas, ni principios,ni métodos y tampoco podamos recurrir a los mis-mos teóricos de ías psicologfas disponibles. Estascorrientes psicológicas, más allá de su brillantezy corrección en el enfoque y análisis de algunosfenómenos psicológicos no han sido, evidentemen-te, elaboradas para ser aplicadas en las situacio-nes anteriormente mencionadas

A este tipo de situación me habitué lIamarlasi-tuación limite.

Creo necesario destacar que la situación limitees una noción que aún no está precisada con to-tal claridad. No obstante algo podemos decir so-bre ella, en el entendido que soy claramentecons-ciente que es menester seguirla trabajando.

La situación limite se caracteriza por ser unacoyuntura particular por la que atraviesa una perosona o una colectividad.Esta coyuntura puede sercomo tal. o sea circunstancial. como también pue-de ser un estado de carácter permanente

La situación limite se constituye por factores ex-ternos a la persona procediendo con frecuenciade instancias estructurales sociales ante las cua-les una persona o una colectividad es sometidaa condiciones de existencia especiales

El factor opresión está casi siempre presenteen ciertas situaciones limite. pero lo que caracte-'Iza rearrr.ente una sttuaci..n de esta r¡aluralezaes la circunstancia en la Que las personas están

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inmersas, la cual puede ser concebida como elquiebre de los parámetros habituales de vida enunos casos y en otros como el sometimiento acondiciones de fuerte depuración y/o reieqa-miento.

Las consecuenciaso repercusionesde una situa-ción limite sobre la práctica psicológica creo quepueden ser claramente percibidas si les relato, aun-que sea de manera muy rápida, la experienciade trabajo con el exilio latinoamericano en Euro-pa.

Los psicólogos que debimos actuar en taJescir-cunstancias nos hemos enfrentado a muchas difi-cultades.

Primeramente debimos actuar con personas queprocedan de una colectividadque teria Imites bas-tante reducidos si los comparamos con el univer-so de trabajo constituido por toda la población deun pals como es el caso de las situaciones habi-tuales de trabajo. Esto determinó la existencia deuna colectividadque interactuabafuertementeentresi, ya sea por la vfa de las acciones de solidari-dad a nivel de comités, grupos de diversa na-turaleza, casas del Uruguay, etc., o por la vra delos partidos pollticos, y también obviamente porlas relaciones de convivencia, en el último casocabe destacar la función cumplida por el teléfonocomo efectivo medio de comunicación, pero pormomentos generador de muchos problemas; enla jerga del exilio se le llamó a esto el "manijazotelefónico".

Dentro de esa colectividad deblamos actuar so-cialmente también los psicólogos ya que nosotrostambién éramos exilados poIticos latinoamericanos.Por esta sola razón "el principio de neutralidad"era imposible de ser cumplido estrictamente talcomo se ha proclamado institucionalmente.

Pero además el psicólogo era visto como unexilado más (lo cual era enteramente correcto) de-terminando esto que la relación psicólogo-"pacien-te" no podla estab!ecerse dentro de la "distanciaóptima" establecida por las reglas del caso.

Por otra parte, es sabido que los militantes dela izquierda latinoamericana profesan una particu-lar desconfianza por la psicologla y si a esto sele agrega la desconfianza politica hacia el propiopsicólOgo (dado que el marco de referencia poli-tico, dentro del exilio, ha sido bastante variado ypor momentos confuso) no había manera de es-tablecer, por lo menos al comienzo, la base de

confianza necesaria para cualquier intervenciónpsicológica.

La mayor parte de los exilados, por razonesobvias, debieron trasladarse al lugar de consultacon sus niños y muchas veces debieron aguar·dar su tumo en la sala de espera junto con otrostantos compañeros pues si bien el principio depuntualidad podria ser u.n punto teórico importan-te. en la práctica esto fue muy dificil que se cum-pliera. Todo esto constituyó un fuerte problemapara poder cumplir adecuadamente con lo pres-cripto en cuanto a la privacidad necesaria en elcumplimiento de la práctica psicológica.

Sólo he estado refiriendo hasta el momento loque se nos planteaba a nivel del encuadre o ser-ting pero a ello debo agregar la dificultad de com-prender integralmentedeterminadossíntomaso qoe-jas as! como formas de conducta. etc, a la luzde los marcos teóricos disponibles en los cualesel análisis del fenómeno ideológico y situacionalno estaba comprendido.

1.y qué pasó con la determinación de los obje-tivos del acto psicológico?

¿Era COITectOconsiderar la angustia o la depre-sión. los sentimientos persecutorios. la irritabilidad,etc.. como slntomas de una situación neurótica opsicótica al estilo tradicional?

¿Se podra considerar que el objetivo que deblaproponerse conseguir el psicólogo en situación deexilio era lograr la adaptación del sujeto a una so-ciedad ante la cual no estaba de acuerdo ni elpropio psicólogo, no sólo por su naturaleza y es-tructura, sino también por su elevado grado deinhumanidad, despersonaIizér, soledad, opresión,hasIfo, ate.?

¿Dónde se podan establecer entonces las fron-teras entre la normalidad y la anormalidad cuan-do la situación normal era precisamenteuna aror-malidad? Y a propósito de esto, ¿era acaso posi-ble considerar que la recuperación del sentido derealidad por parte del "paciente" significaba asu-mir su situación de exilio e integrarse al medioque lo rodeaba? Asumir su situación de exilio y¿luego qué?

Podria continuar durante un largo rato con pre-guntas. Interrogantes que debimos enfrentar y mo-chos de los cuales pudimos responder quedandoaún una buena cantidad por resolver.

Es pues a toda esta variedad de situaciones a

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las que me ha parecido conveniente llamar situa-ciones límite.

Comencé por abarcar con el calificativo de si-tuacicn límite aquellas circunstancias que se ca-racterizaban por problemas de convulsión socialo porñica. generalizada. Pero luego comprendíque debía extender mucho más el perímetroabarcativo de ese concepto. En situación limi-te se encuentra además los conglomeradoshumanos de privados. aquellos sumergidos enla pobreza económica y/o cultural como tam-bién aquellos enclaves culturales oprimidos por cul-turas opresoras, a ninguno de los cuales puededar respuesta eficaz la psicologla hecha y practi-cada en los espacios de poder por carecer delos instrumentos necesarios para hacerlo.

En fin. creo que no es exagerado decir que hoydia más de las tres cuartas partes de la humani-dad se encuentra en situación limite. ¿Acaso noes ésta una razón más que suficiente para dete-nerse a pensar un poco en este problema? Y otrapregunta: ¿no será también que amplios sectoresde nuestro pais se encuentran y.a en situación li-mite? V". otra más: ¿no será que en el futuropróximo para el paislto (abocado a un procesode recuperación nacional democrático, sumido enuna profunda crisis económica y saliendo a penasde la ruina institucional padecida durante 11 años)se avecinan tiempos de otras situaciones limiteque los psicólogos deberán enfrentar? Yo no pue-do, por razones de elemental delicadeza, estan-do tan lejos, contestar a estas dos últimas pregun-tas.

Pslcologla alternativa

Considero que es necesario antes que nada ex-presar que la psicologla alternativa o psicologlacritica alternativa (PCA) no es una escuela psico-lógica sino una actitud frente a la psicologfa y ala realidad. Hay tantas PCA como situaciones li-mites se le presenten a los psicólogos. La PCAes justamente eso: una propuesta alternativa pa-ra las situaciones en las cuales a la psicologladisponible en los espacios de poder se le quemenlos tapones.

A fines del año pasado, junto con otros cole-gas latinoamericanos, formamos un grupo de es-tudios al que hemos llamado Grupo de Psicolo-gia Critica y Prácticas Alternativas. Creo que elanálisis del nombre de este grupo puede ayudar-nos para avanzar un poco en el tratamiento. de

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este tema En esa ocasón hemos considerado con-veniente señalar a través del nombre del grupo,dos aspectos importantes de nuesta postura antela psicologla: por un lado el aspecto critico denuestro trabajo que hace relación con el análisiscritico de los impllcitos ideológicos de las diferen-tes corrientes psicológicas vigentes en los espaciosde poder. Impllcitos ideológicos que a su vez con-dicionan las metodologlas y técnicas que carac-terizan su práctica y le dan a ella un estilo de-terminado.

Por el otro lado está la propuesta de concep-tuafizaciones alternativas en \o que respecta a des-cripción de la estructura y dinámica del aparatopsíquico que determinarfan, por su parte, otro es-tilo de práctica a la cual hemos acordado en Ila-marla por su variedad prácticas alternativas.

A los efectos de continuar aclarando qué es loque entiendo por PCA voy a transcribir un trozode un trabajo que presenté en la Universidad deLovaina también el pasado año de 1983.

"". Una psicologfa critica alternativa se propo-ne: reformular las concepciones teóricas (en ba-se a una práctica de confrontación constante conla realidad) de las relaciones existentes entre el serhumano y la sociedad en la que vive; analizar pro-fundamente cuál es el grado y naturaleza de lainfluencia que el contexto social ejerce sobre elfuncionamiento pslquico y determinación de la con-ducta; deveIar ruáIes son los 111eCaI1isl11OSde depen-dencia humana a los modelos sociales y econó-micos, el cómo y el por qué de dicha dependen-cia. etc. y cuáles son sus consecuencias."

"Se propone también adecuar los métodos dela práctica psicológica a los efectos de accedera la gran masa de población y tomaríos efectivospara la persona común asumiendo, en forma rea-lista. la verdadera problemática de su existencia ea-tidiana."

"Finalmente se propone definir con claridad ycon independencia de toda influencia interesadalos conceptos de salud, enfermedad, conflicto, rea-lidad, etc., así como también establecer con pre-cisión cuáles son los objetivos que se proponealcanzar en su práctica sobre el ser humano con-creto, privilegiando antes que nada los principiosde libertad y autodeterminación del ser como tal."

Pienso que es necesario agregar aún algunospuntos que ayuden a definir con más claridad loque para mi es psicologia alternativa, pero como

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este escrito ya está sobrepasando los limites queme han fijado para esta ocasión intentaré presen-tarlos de una manera muy esquemática, sólo co-mo una mención para desarrollarlos en alguna otraoportunidad.

- Toda propuesta alternativa, para ser legítima,debe partir de una comprobación bien analizadade las necesidades que una realidad plantea yque no encuentran respuesta en el bagage dis-ponible hasta ese momento. Este es el motor esen-cial que favorece una respuesta creativa no des-pegada de la realidad y a su vez es la mejarpartida de nacimiento que nos garantiza que va-mos por el buen camino.

- I Para poder hacer lo an'erior es necesario te-ner detrás de SI una formación psicológica res-ponsable (a la cual esté siempre dispuesto a re-visar y corregir) y además una técnica de análi-sis de la realidad que permita ordenar y sistema-tizar con claridad cuáles son las circunstancias yel por qué de las mismas, que son vividas por lagente de una colectividad determinada.

De este modo se puede ubicar a esa gente den-tro de su propia situación y redefinir en base aello el carácter y el modo de la intervención al-ternativa.

- No es válido en PCA plantearse hipótesis poradelantado, es decir plantearse por adelantado uncuadro de la realidad sobre la cual se va a inter-venir en base a definiciones dogmáticas y concep-ciones encajonadas por carriles doctrinarios. Esnecesario verla y describirla sobre el propio terre-no cuidándose muy bien de no colocar sobre di-cha realidad moldes explicativos preexistentes ennuestras cabezas como hace el niño con sus mol-des de plástico prefabricados en la playa.

Concordando con lo anterior quiero expresar-les que uno de los principios que considero bási-cos en psicologla alternativa es el estilo no auto-ritario de relación con el destinatario de la inter-vención psicológica. Este principio es muy diffcilde resolver tanto en la acción psicológica comopedagógica. Al poco tiempo de haber comenza-do un trabajo con gente se puede rápidamentedetectar la existenca de slntomas evidentes de unarelación de poder en manos del psícóloqo aunqueéste conscientemente se esfuerce por no buscarla.Es casi inevitable que se produzca un proceso deidealización desde el momento que él es la pet'SO-na "que sabe". Una vez establecida esta formade relación el conjunto se caracteriza por ser de

estilo dominado-dominador y los grados de depen-dencia que se generan no permiten llevar adelan-te un auténtico desarrollo liberador desde el momento que la nueva situación reproduce y retuer-za la dominación internalizada en gente que estáinmersa en situaciones de opresión.

Esta situación se puede superar en gran medi-da si se toma debida cuenta de las condicionesque deben caracterizar una intervención alternativa,es decir, la ausencia de hipótesis previas a la in-tervencién misma. la ruptura del setting clásico delacto psicológico y sobre todo tener bien presen-te que quienes "saben" sus problemas son laspropias personas que los padecen. Nuestra tareaes recoger ese "saber" y transfarmarlo en cono-dmiento, ordenándolo, para ser devuelto a sus ver-daderos propietarios. Creo que no ha de ser de-masiado extremismo decir que los psicólogos noshemos apropiado del saber de la gente y lo he-mos transformado en conocimiento propio, de ciraJlocerrado, para usarlo muchas veces como instru-mento de poder.

- A propósito de la transformación del saber dela gente en conocimiento creo que es importantetener en cuenta que, como psicólogos, debemosmanejamos con categorfas psicológicas y elabo-rar un verdadero conocimiento psicológico evitan-do caer (como a menudo ocurre) en discursos pIan-fetarios (a veces muy brillantes) que no enrique-cen nuestra disciplina sino que por el contrario anada conducen.

- Como se puede deducir de muchas de lascosas que hemos expresado en el curso de estaspáginas, el tema ideologla como componente delaparato pslquico es un capitulo central en la for-mación del psicólogo que aspire a definir su actua-ción por la vfa alternativa. En todo caso yo dirfaque deberfa ser un capitulo importante en la for-mación de todo psicólogo pues la ideologla comofenómeno psicológico es un hecho real que has-ta ahora ha sido descuidado y dejado de lado.

Es indudable que aún nos faltan definir y pre-cisar muchas cosas en el campo de la psicolo-g/a crftica alternativa pero ella camina y creo quecada dfa se hace más necesaria. Sin ir más lejos,en el seno de estas sociedades que hoy comien-zan a llamarse posindustriales se están producien-do cambios muy profundos en la vida de la gen-te y de aqul a la finalización del presente siglolos cambios serán radicales. Es el fin de una cul-tura que dará paso a otra de cuyos albores ya so-

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mas testigos quienes vivimos por estas latitudes.Todo hace pensar que nada bueno se avecinaen lo que a la construcción del ser humano co-mo tal se refiere y todo esto en aras del "desa-rrollo". Es menester que la gente de nuestros paí-ses esté bien advertida de estos cambios. Estoya está implicando direcciones muy concretas enla orientación de los institutos de psicología porlo cual el espíritu que encierra la psicologfa alter-nativa se hace más necesario que nunca a losefectos de preservar, en la medida de lo posible.el desarrollo pleno del ser humano como tal.

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Sé muy bien que nos queda mucho trabajo pordelante pero. en definitiva. esto es un desafio a laimaginación y por qué no decirlo a la dignidad.

Juan C. CarrascaUtrecht. setiembre 1984