capellania 365
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Confesiones de una ginecóloga
A veces ser católico y tratar de estar
a la altura de las enseñanzas morales
de la Iglesia puede resultar un poco
opresivo. Así es como me sentí
cuando, en 1990, regresé a la Iglesia
Católica. Había sido una larga
ausencia para mí.
Aunque había crecido en una familia
católica tradicional de los años
cincuenta (seis niños, escuela
parroquial, misa todos los domingos),
yo había dejado la Iglesia a los 19 años
siendo estudiante de pre-medicina,
pensando que Dios era irrelevante a la
ciencia que estaba empezando a
estudiar y a la generación de "ahora"
de la que yo formaba parte. Por unos
cuantos años parecía que todo me iba
muy bien sin Él. Me gradué de la
Nº
365
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Facul tad de Medic ina en la
Universidad de Tennesee en 1966,
hice el internado en Menphis, y salí a la
Clínica Mayo para especializarme en
obstetricia y ginecología. No sólo me
sentía útil, sino que me consideraba
una persona buena y dedicada.
¿Quién necesitaba a Dios o a esa
arcaica Iglesia Católica?
Boletín quincenal de la Capellanía de la Universidad de Piura
Si yo iba disfrutar de
los beneficios del
Catolicismo, también
tenía que soportar las
cargas.
La doctora McMillan relata como encontró el sentido de su profesión después de experimentar
con el aborto.
En 1969, como residente de segundo
año, fui enviada para seis meses de
prácticas al Hospital de Cook County
en Chicago. Por seis semanas fui
asignada al ala llamada el ala de
"Obstetricia Infecta". Con sorpresa, me
encontré con que las 15 a 25 mujeres
admitidas cada noche eran clientes
recientes de las factorías de abortos
clandestinas de Chicago. Llegaban a
nuestra sala de emergencia
sangrando, con fiebre alta, y, bajo
examen físico, presentaban úteros
ensanchados y temblorosos. Cada
mañana el médico interno y yo
teníamos que llevar a cabo otro
procedimiento de dilatación y curetage
(DAC) en ellas (dilatando el cérvix y el
útero y luego haciendo vacío) para
remover todo el tejido infectado que el
ginecólogaConfesiones de una
pensamientos de suicidio. En busca de una
solución fui a la librería local donde
finalmente me decidí por un libro sobre "El
poder del pensamiento positivo", por el Dr
Norman Vincent Pale,…, y me agradó la
lista de diez cosas para hacer al final del
primer capítulo… Con cierta excitación
seguí la lista de cosas a hacer, una por una
hasta que llegué a la número 7, que me
pedía recitar 10 veces al día la frase "Yo lo
puedo todo en Cristo que me conforta"
(Filipenses 4;13). Disgustada de haber
tropezado con aquella "basura" religiosa,
dejé el libro, y no leí más.
Pero quince años después y tras haber
entrado en contacto con "Jackson Right to
Life", la autora de este relato personal, fue
recibida de nuevo en la fe de sus padres. Y
su relato continúa:
Con la alegría y excitación de haber vuelto a
los Sacramentos no había prestado atención
a mi vida profesional. La primera semana
que estuve de vuelta en mi despacho
después de volver a casa empecé a ver a
mis pacientes casados para los exámenes
anuales y recetas de píldora y me di cuenta
de que tenía una conversión final que hacer.
"abortista" había dejado en el interior del
útero, para que ellas pudieran recuperarse y
regresar a casa.
Al final de la rotación de seis semanas, yo
estaba indignada. Viendo aquello desde el
punto de vista de una agnóstica, concluí que
la legalización del aborto era la respuesta. Yo
quería que la profesión médica empezara a
ofrecer "procedimientos" seguros a las
mujeres que los necesitaran. De este modo
cuando en 1973 la decisión Roe vs Wade del
Tribunal Supremo legalizando el aborto en
todos los Estados Unidos fue anunciada, me
sentí feliz. La celebré saliendo a la calle y
comprando una máquina de succión y
empecé a ofrecerme para la realización de
abortos de primer trimestre en mi propio
dispensario.
info cat*
Me trasladé a Jackson en 1975, sin pensar
que Dios estaba poniendo en marcha
aconteceres que no sólo iban a sacarme
del negocio del aborto sino que iban a
tomar mi rebelde corazón "feminista" de
vuelta a Él y a las maravillosas y no
cambiantes verdades acerca de la vida y el
amor preservadas en las enseñanzas
católicas. Mi primer año en Jackson no
reflejaba esa Providencia en ningún signo
externo. Estaba casada, tenía tres niños
pequeños, operaba en solitario en un
establecimiento médico de obstetricia y
ginecología, y estaba tratando de
ajustarme a mi nuevo ambiente, lejos de mi
familia y mis amigos. Ese mismo año se me
acercó un grupo de "ciudadanos
c o m p r o m e t i d o s " y c l é r i g o s
(presumiblemente protestantes) para que
les ayudara a poner en marcha la primera
clínica abortista libre del estado. Acepté, y
en el otoño de 1975 me convertí en
directora de "Servicios de Salud para la
Familia", clínica abortista que ofrecía
realizar abortos por succión de primer
trimestre del embarazo.
En enero de 1976 me encontraba
extrañamente deprimida con mi "éxito" en
la vida. Mi matrimonio parecía estable, a
pesar de un procedimiento de esterilización
al que me había sometido contra el deseo
de mi marido. Mis hijos, de edades 5, 3, y 1,
eran saludables y ruidosos. Mi práctica
privada y la clínica abortista iban bien. Sin
embargo, a pesar de todo ello, me encontré
a mí misma debatiéndome entre
2318 "Dios [...] tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de
toda carne de hombre" (Jb 12, 10).
2319 Toda vida humana, desde el momento de la concepción hasta la
muerte, es sagrada, pues la persona humana ha sido amada por sí misma a
imagen y semejanza del Dios vivo y santo.* Catecismo de la Iglesia Católica.
Las dificultades vendrán,
pero también vendrá la gracia
y la paz.
Volví a leer "Humanae Vitae",
con su llamada a los laicos
católicos y a la gente de
ciencia a promover la verdad
moral de que hay un lazo
inseparable, puesto por el
Creador, entre los aspectos
unitivos y procreativo del acto
matrimonial.
ginecólogade los viejos ritmos usando el calendario,
t ienen un índice de embarazos
imprevistos inferior al de la píldora
anticonceptiva. En 1994 el "British
Medical Journal" informó de un índice de
embarazo imprevisto de 30 por 1000
mujeres para la píldora, y sólo 4 por 1000
mujeres para el método de PNF-Billings.
A diferencia de los anticonceptivos
orales, la PNF no produce coágulos de
sangre, ni hipertensión, ni dolores de
cabeza (migrañas), ni tumores de
hígado, y es virtualmente gratis. Además
el hecho de requerir el mutuo acuerdo de
ambos, marido y mujer, promueve la
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2322 Desde su concepción, el niño tiene el derecho a la vida. El aborto
directo, es decir, buscado como un fin o como un medio, es una práctica
infame (cf GS 27), gravemente contraria a la ley moral. La Iglesia sanciona con
pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana.
2323 Porque ha de ser tratado como una persona desde su concepción, el
embrión debe ser defendido en su integridad, atendido y cuidado
médicamente como cualquier otro ser humano.
Si yo iba a disfrutar de los beneficios del
Catolicismo, también tenía que soportar
las cargas. Volví a leer la "Humanae Vitae",
con su llamada a los laicos católicos y a la
gente de ciencia a promover la verdad
moral de que hay un lazo inseparable,
puesto por el Creador, entre los aspectos
unitivos y procreativo del acto matrimonial.
Esto llevaba consigo por mi parte el no
participar de forma alguna en la
prescripción de anticonceptivos o
esterilizantes, y sí promover la
Planificación Natural de la Familia (PNF).
Afortunadamente recibí extraordinario
apoyo del Centro de Planificación Natural
del Hospital de Oales River, y de mis
colegas médicos de mi propio despacho.
No vino mal para ello que yo fuera el
miembro más veterano del grupo.
¿Cómo resulta esto en una cultura
predominantemente protestante? Muy
bien. Después de treinta años de acceso
ilimitado a los anticonceptivos y a la
tecnología abortista, hombres y mujeres
se están dando cuenta de las promesas
vacías del "sexo libre" y están
empezando a esperar que ellos sean
capaces de tener relaciones más plenas
de sent ido, inc luso dentro del
m a t r i m o n i o . P u e d o p r o m e t e r
honradamente a mis pacientes un
matrimonio mejor si practican la PNF.
Ello les ofrece eficacia, seguridad, y
economía, y un notablemente bajo índice
de divorcios. Los métodos modernos de
PNF, que no deben confundirse con los
Yo soyparte de la
Juventuddel Papa
www.rio2013.com/es
virtud de la castidad marital, que es la
fuerza de voluntad y el carácter requerido
para poner nuestra capacidad sexual al
servicio del amor genuino. Es cierto, la
PNF requiere abstinencia periódica si se
quieren espaciar los niños, pero todos
sabemos que la abstinencia es una
realidad en cualquier matrimonio. Las
dificultades vendrán, pero también
vendrá la gracia, la paz y la entereza que
experimento como PNF (y sólo como
PNF) ginecóloga y obstetra, que es mi
agradecido regalo personal.
Beverly McMillan, M.D.,Jackson. Mississippi.Septiembre 2001
_________________________
La revista Rolling Stone publicó en
febrero de 2011 una entrevista con Justin
Bieber donde el cantante, que tiene
ahora 18 años, se mostraba tajante
sobre la cultura de la muerte: "No creo en
el aborto. Es como matar a un niño", dijo.
"Sabía que no podía... sabía que no
podía..."
La madre de Justin Bieber
recibió presiones para
abortarle tras quedarse
embarazada con 17 años
Hace un año el cantante se confesó
provida. Ahora es Pattie Mallette quien
aporta un testimonio muy especial.
Dios, Señor de la vida, ha confiado a los
hombres la insigne misión de proteger la
vida, que se ha de llevar a cabo de un modo
digno del hombre. Por ello, la vida ya
concebida ha de ser salvaguardada con
extremados cuidados; el aborto y el
infanticidio son crímenes abominables. Concilio Vaticano II
Hombres y mujeres se están
dando cuenta de las promesas
vacías del "sexo libre" y están
empezando a esperar que ellos
sean capaces de tener
relaciones más plenas de
sentido, incluso dentro del
matrimonio.
ver...
leer...
pensar...Me parece tan claro como el día que el aborto es un crimen.
Mohandas Gandhi
El no nacido como pacienteAutor: Jose María Pardo Sáenz
mujer, con la que tiene dos hijos). A Pattie,
que tenía 17 años en ese momento,
empezaron a presionarla para que abortara.
Pero ella expresa en la entrevista con gran
emotividad que, a pesar de las tremendas
dificultades en las que se encontraba y de las
presiones que sufrió, no consideró esa
opción: "Yo sólo sabía que no podía. Yo sólo
sabía que tenía que conservarlo y hacer las
cosas lo mejor que pudiera. No sabía cómo
iba a hacerlo, pero ¿sabes? lo que sí sabía es
que no podía, que no podía abortar. Tenía que
dar lo mejor de mí misma. Tenía que ver qué
hacer. Y estaba dispuesta a hacer lo que
hiciera falta".
Y a base de esfuerzo demostró que era capaz
de sacarlo adelante. Pero antes de eso, vino
el parto. Pattie dice que la primera vez que
oyó llorar a Justin, le pareció que era música
lo que oía: "Sé que parece una locura, pero
sonaba como si estuviese cantando. ¡De
verdad! ¡Oh, Dios mío, era tan precioso, tan
increíble! Yo sólo quería comérmelo...".
Un entusiasmo que comparten ahora muchas
de sus seguidoras, gracias a la valentía que
mostró hace dieciocho años, ante las
dificultades de la vida y frente a soluciones
´fáciles´, la señora Mallette.
Año y medio después, su madre va a aportar
nuevos datos sobre la vida de la estrella
juvenil del pop... cuando pudo frustrarse.
Será este martes en Today Show, el
magazine de cuatro horas que conduce
Kathie Lee Gifford en la NBC. En la edición de
esta semana entrevistará a Pattie Mallette,
quien se quedó embarazada de Justin y
decidió traerlo al mundo como madre soltera,
aunque para ello tuvo que emplearse a fondo
en todo tipo de trabajos de escasa
remuneración.
Según informa el blog del programa, el
diálogo fue "increíblemente sincero", y entre
muchos otros detalles contenidos en el libro
de memorias que justifica la entrevista, Pattie,
que tiene ahora 36 años, facilitó dos muy
personales.
Uno, que sufrió abusos sexuales en la
adolescencia, hasta el punto de que intentó
suicidarse, "una culminación tras años de
abuso y de dolor", combinados con una
depresión que acentuaban las drogas y el
alcohol.
Otro, algo que sucedió tiempo después,
cuando se quedó embarazada de Jeremy
Bieber, padre del cantante (casado con otra
Aborto: dinero de sangre
¡Qué bello es vivir!Autor: Frank Capra
Yo sólo sabía que tenía que
conservarlo y hacer las cosas lo
mejor que pudiera. No sabía
cómo iba a hacerlo, pero
¿sabes? lo que sí sabía es que
no podía, que no podía abortar.
Tenía que dar lo mejor de mí
misma.
http://www.bloodmoneyfilm.com