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Confesiones de una ginecóloga A veces ser católico y tratar de estar a la altura de las enseñanzas morales de la Iglesia puede resultar un poco opresivo. Así es como me sentí cuando, en 1990, regresé a la Iglesia Católica. Había sido una larga ausencia para mí. Aunque había crecido en una familia católica tradicional de los años cincuenta (seis niños, escuela parroquial, misa todos los domingos), yo había dejado la Iglesia a los 19 años siendo estudiante de pre-medicina, pensando que Dios era irrelevante a la ciencia que estaba empezando a estudiar y a la generación de "ahora" de la que yo formaba parte. Por unos cuantos años parecía que todo me iba muy bien sin Él. Me gradué de la 365 29-X-2012 Facultad de Medicina en la Universidad de Tennesee en 1966, hice el internado en Menphis, y salí a la Clínica Mayo para especializarme en obstetricia y ginecología. No sólo me sentía útil, sino que me consideraba una persona buena y dedicada. ¿Quién necesitaba a Dios o a esa arcaica Iglesia Católica? Boletín quincenal de la Capellanía de la Universidad de Piura Si yo iba disfrutar de los beneficios del Catolicismo, también tenía que soportar las cargas. La doctora McMillan relata como encontró el sentido de su profesión después de experimentar con el aborto. En 1969, como residente de segundo año, fui enviada para seis meses de prácticas al Hospital de Cook County en Chicago. Por seis semanas fui asignada al ala llamada el ala de "Obstetricia Infecta". Con sorpresa, me encontré con que las 15 a 25 mujeres admitidas cada noche eran clientes recientes de las factorías de abortos clandestinas de Chicago. Llegaban a nuestra sala de emergencia sangrando, con fiebre alta, y, bajo examen físico, presentaban úteros ensanchados y temblorosos. Cada mañana el médico interno y yo teníamos que llevar a cabo otro procedimiento de dilatación y curetage (DAC) en ellas (dilatando el cérvix y el útero y luego haciendo vacío) para remover todo el tejido infectado que el

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EMOCIONES

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Confesiones de una ginecóloga

A veces ser católico y tratar de estar

a la altura de las enseñanzas morales

de la Iglesia puede resultar un poco

opresivo. Así es como me sentí

cuando, en 1990, regresé a la Iglesia

Católica. Había sido una larga

ausencia para mí.

Aunque había crecido en una familia

católica tradicional de los años

cincuenta (seis niños, escuela

parroquial, misa todos los domingos),

yo había dejado la Iglesia a los 19 años

siendo estudiante de pre-medicina,

pensando que Dios era irrelevante a la

ciencia que estaba empezando a

estudiar y a la generación de "ahora"

de la que yo formaba parte. Por unos

cuantos años parecía que todo me iba

muy bien sin Él. Me gradué de la

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Facul tad de Medic ina en la

Universidad de Tennesee en 1966,

hice el internado en Menphis, y salí a la

Clínica Mayo para especializarme en

obstetricia y ginecología. No sólo me

sentía útil, sino que me consideraba

una persona buena y dedicada.

¿Quién necesitaba a Dios o a esa

arcaica Iglesia Católica?

Boletín quincenal de la Capellanía de la Universidad de Piura

Si yo iba disfrutar de

los beneficios del

Catolicismo, también

tenía que soportar las

cargas.

La doctora McMillan relata como encontró el sentido de su profesión después de experimentar

con el aborto.

En 1969, como residente de segundo

año, fui enviada para seis meses de

prácticas al Hospital de Cook County

en Chicago. Por seis semanas fui

asignada al ala llamada el ala de

"Obstetricia Infecta". Con sorpresa, me

encontré con que las 15 a 25 mujeres

admitidas cada noche eran clientes

recientes de las factorías de abortos

clandestinas de Chicago. Llegaban a

nuestra sala de emergencia

sangrando, con fiebre alta, y, bajo

examen físico, presentaban úteros

ensanchados y temblorosos. Cada

mañana el médico interno y yo

teníamos que llevar a cabo otro

procedimiento de dilatación y curetage

(DAC) en ellas (dilatando el cérvix y el

útero y luego haciendo vacío) para

remover todo el tejido infectado que el

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ginecólogaConfesiones de una

pensamientos de suicidio. En busca de una

solución fui a la librería local donde

finalmente me decidí por un libro sobre "El

poder del pensamiento positivo", por el Dr

Norman Vincent Pale,…, y me agradó la

lista de diez cosas para hacer al final del

primer capítulo… Con cierta excitación

seguí la lista de cosas a hacer, una por una

hasta que llegué a la número 7, que me

pedía recitar 10 veces al día la frase "Yo lo

puedo todo en Cristo que me conforta"

(Filipenses 4;13). Disgustada de haber

tropezado con aquella "basura" religiosa,

dejé el libro, y no leí más.

Pero quince años después y tras haber

entrado en contacto con "Jackson Right to

Life", la autora de este relato personal, fue

recibida de nuevo en la fe de sus padres. Y

su relato continúa:

Con la alegría y excitación de haber vuelto a

los Sacramentos no había prestado atención

a mi vida profesional. La primera semana

que estuve de vuelta en mi despacho

después de volver a casa empecé a ver a

mis pacientes casados para los exámenes

anuales y recetas de píldora y me di cuenta

de que tenía una conversión final que hacer.

"abortista" había dejado en el interior del

útero, para que ellas pudieran recuperarse y

regresar a casa.

Al final de la rotación de seis semanas, yo

estaba indignada. Viendo aquello desde el

punto de vista de una agnóstica, concluí que

la legalización del aborto era la respuesta. Yo

quería que la profesión médica empezara a

ofrecer "procedimientos" seguros a las

mujeres que los necesitaran. De este modo

cuando en 1973 la decisión Roe vs Wade del

Tribunal Supremo legalizando el aborto en

todos los Estados Unidos fue anunciada, me

sentí feliz. La celebré saliendo a la calle y

comprando una máquina de succión y

empecé a ofrecerme para la realización de

abortos de primer trimestre en mi propio

dispensario.

info cat*

Me trasladé a Jackson en 1975, sin pensar

que Dios estaba poniendo en marcha

aconteceres que no sólo iban a sacarme

del negocio del aborto sino que iban a

tomar mi rebelde corazón "feminista" de

vuelta a Él y a las maravillosas y no

cambiantes verdades acerca de la vida y el

amor preservadas en las enseñanzas

católicas. Mi primer año en Jackson no

reflejaba esa Providencia en ningún signo

externo. Estaba casada, tenía tres niños

pequeños, operaba en solitario en un

establecimiento médico de obstetricia y

ginecología, y estaba tratando de

ajustarme a mi nuevo ambiente, lejos de mi

familia y mis amigos. Ese mismo año se me

acercó un grupo de "ciudadanos

c o m p r o m e t i d o s " y c l é r i g o s

(presumiblemente protestantes) para que

les ayudara a poner en marcha la primera

clínica abortista libre del estado. Acepté, y

en el otoño de 1975 me convertí en

directora de "Servicios de Salud para la

Familia", clínica abortista que ofrecía

realizar abortos por succión de primer

trimestre del embarazo.

En enero de 1976 me encontraba

extrañamente deprimida con mi "éxito" en

la vida. Mi matrimonio parecía estable, a

pesar de un procedimiento de esterilización

al que me había sometido contra el deseo

de mi marido. Mis hijos, de edades 5, 3, y 1,

eran saludables y ruidosos. Mi práctica

privada y la clínica abortista iban bien. Sin

embargo, a pesar de todo ello, me encontré

a mí misma debatiéndome entre

2318 "Dios [...] tiene en su mano el alma de todo ser viviente y el soplo de

toda carne de hombre" (Jb 12, 10).

2319 Toda vida humana, desde el momento de la concepción hasta la

muerte, es sagrada, pues la persona humana ha sido amada por sí misma a

imagen y semejanza del Dios vivo y santo.* Catecismo de la Iglesia Católica.

Las dificultades vendrán,

pero también vendrá la gracia

y la paz.

Volví a leer "Humanae Vitae",

con su llamada a los laicos

católicos y a la gente de

ciencia a promover la verdad

moral de que hay un lazo

inseparable, puesto por el

Creador, entre los aspectos

unitivos y procreativo del acto

matrimonial.

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ginecólogade los viejos ritmos usando el calendario,

t ienen un índice de embarazos

imprevistos inferior al de la píldora

anticonceptiva. En 1994 el "British

Medical Journal" informó de un índice de

embarazo imprevisto de 30 por 1000

mujeres para la píldora, y sólo 4 por 1000

mujeres para el método de PNF-Billings.

A diferencia de los anticonceptivos

orales, la PNF no produce coágulos de

sangre, ni hipertensión, ni dolores de

cabeza (migrañas), ni tumores de

hígado, y es virtualmente gratis. Además

el hecho de requerir el mutuo acuerdo de

ambos, marido y mujer, promueve la

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2322 Desde su concepción, el niño tiene el derecho a la vida. El aborto

directo, es decir, buscado como un fin o como un medio, es una práctica

infame (cf GS 27), gravemente contraria a la ley moral. La Iglesia sanciona con

pena canónica de excomunión este delito contra la vida humana.

2323 Porque ha de ser tratado como una persona desde su concepción, el

embrión debe ser defendido en su integridad, atendido y cuidado

médicamente como cualquier otro ser humano.

Si yo iba a disfrutar de los beneficios del

Catolicismo, también tenía que soportar

las cargas. Volví a leer la "Humanae Vitae",

con su llamada a los laicos católicos y a la

gente de ciencia a promover la verdad

moral de que hay un lazo inseparable,

puesto por el Creador, entre los aspectos

unitivos y procreativo del acto matrimonial.

Esto llevaba consigo por mi parte el no

participar de forma alguna en la

prescripción de anticonceptivos o

esterilizantes, y sí promover la

Planificación Natural de la Familia (PNF).

Afortunadamente recibí extraordinario

apoyo del Centro de Planificación Natural

del Hospital de Oales River, y de mis

colegas médicos de mi propio despacho.

No vino mal para ello que yo fuera el

miembro más veterano del grupo.

¿Cómo resulta esto en una cultura

predominantemente protestante? Muy

bien. Después de treinta años de acceso

ilimitado a los anticonceptivos y a la

tecnología abortista, hombres y mujeres

se están dando cuenta de las promesas

vacías del "sexo libre" y están

empezando a esperar que ellos sean

capaces de tener relaciones más plenas

de sent ido, inc luso dentro del

m a t r i m o n i o . P u e d o p r o m e t e r

honradamente a mis pacientes un

matrimonio mejor si practican la PNF.

Ello les ofrece eficacia, seguridad, y

economía, y un notablemente bajo índice

de divorcios. Los métodos modernos de

PNF, que no deben confundirse con los

Yo soyparte de la

Juventuddel Papa

www.rio2013.com/es

virtud de la castidad marital, que es la

fuerza de voluntad y el carácter requerido

para poner nuestra capacidad sexual al

servicio del amor genuino. Es cierto, la

PNF requiere abstinencia periódica si se

quieren espaciar los niños, pero todos

sabemos que la abstinencia es una

realidad en cualquier matrimonio. Las

dificultades vendrán, pero también

vendrá la gracia, la paz y la entereza que

experimento como PNF (y sólo como

PNF) ginecóloga y obstetra, que es mi

agradecido regalo personal.

Beverly McMillan, M.D.,Jackson. Mississippi.Septiembre 2001

_________________________

La revista Rolling Stone publicó en

febrero de 2011 una entrevista con Justin

Bieber donde el cantante, que tiene

ahora 18 años, se mostraba tajante

sobre la cultura de la muerte: "No creo en

el aborto. Es como matar a un niño", dijo.

"Sabía que no podía... sabía que no

podía..."

La madre de Justin Bieber

recibió presiones para

abortarle tras quedarse

embarazada con 17 años

Hace un año el cantante se confesó

provida. Ahora es Pattie Mallette quien

aporta un testimonio muy especial.

Dios, Señor de la vida, ha confiado a los

hombres la insigne misión de proteger la

vida, que se ha de llevar a cabo de un modo

digno del hombre. Por ello, la vida ya

concebida ha de ser salvaguardada con

extremados cuidados; el aborto y el

infanticidio son crímenes abominables. Concilio Vaticano II

Page 4: capellania 365

Hombres y mujeres se están

dando cuenta de las promesas

vacías del "sexo libre" y están

empezando a esperar que ellos

sean capaces de tener

relaciones más plenas de

sentido, incluso dentro del

matrimonio.

ver...

leer...

pensar...Me parece tan claro como el día que el aborto es un crimen.

Mohandas Gandhi

El no nacido como pacienteAutor: Jose María Pardo Sáenz

mujer, con la que tiene dos hijos). A Pattie,

que tenía 17 años en ese momento,

empezaron a presionarla para que abortara.

Pero ella expresa en la entrevista con gran

emotividad que, a pesar de las tremendas

dificultades en las que se encontraba y de las

presiones que sufrió, no consideró esa

opción: "Yo sólo sabía que no podía. Yo sólo

sabía que tenía que conservarlo y hacer las

cosas lo mejor que pudiera. No sabía cómo

iba a hacerlo, pero ¿sabes? lo que sí sabía es

que no podía, que no podía abortar. Tenía que

dar lo mejor de mí misma. Tenía que ver qué

hacer. Y estaba dispuesta a hacer lo que

hiciera falta".

Y a base de esfuerzo demostró que era capaz

de sacarlo adelante. Pero antes de eso, vino

el parto. Pattie dice que la primera vez que

oyó llorar a Justin, le pareció que era música

lo que oía: "Sé que parece una locura, pero

sonaba como si estuviese cantando. ¡De

verdad! ¡Oh, Dios mío, era tan precioso, tan

increíble! Yo sólo quería comérmelo...".

Un entusiasmo que comparten ahora muchas

de sus seguidoras, gracias a la valentía que

mostró hace dieciocho años, ante las

dificultades de la vida y frente a soluciones

´fáciles´, la señora Mallette.

Año y medio después, su madre va a aportar

nuevos datos sobre la vida de la estrella

juvenil del pop... cuando pudo frustrarse.

Será este martes en Today Show, el

magazine de cuatro horas que conduce

Kathie Lee Gifford en la NBC. En la edición de

esta semana entrevistará a Pattie Mallette,

quien se quedó embarazada de Justin y

decidió traerlo al mundo como madre soltera,

aunque para ello tuvo que emplearse a fondo

en todo tipo de trabajos de escasa

remuneración.

Según informa el blog del programa, el

diálogo fue "increíblemente sincero", y entre

muchos otros detalles contenidos en el libro

de memorias que justifica la entrevista, Pattie,

que tiene ahora 36 años, facilitó dos muy

personales.

Uno, que sufrió abusos sexuales en la

adolescencia, hasta el punto de que intentó

suicidarse, "una culminación tras años de

abuso y de dolor", combinados con una

depresión que acentuaban las drogas y el

alcohol.

Otro, algo que sucedió tiempo después,

cuando se quedó embarazada de Jeremy

Bieber, padre del cantante (casado con otra

Aborto: dinero de sangre

¡Qué bello es vivir!Autor: Frank Capra

Yo sólo sabía que tenía que

conservarlo y hacer las cosas lo

mejor que pudiera. No sabía

cómo iba a hacerlo, pero

¿sabes? lo que sí sabía es que

no podía, que no podía abortar.

Tenía que dar lo mejor de mí

misma.

http://www.bloodmoneyfilm.com