Cantes de Ronda y Cádiz 4

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Cantes rondeño-gaditanos IV- POLICAÑAS (1ª Parte). Po l i c aña ( p r i m e r a h o m o l ogac i ón m e l ód i ca) En principio se podría establecer como un tipo más de polo. El flamencólogo de Aznalcázar Domingo Manfredi Cano (1918-1998), en su libro “Geografía del Cante Jondo” (Editorial Bullón, S.L; Madrid, 1963; págs. 178), quizá teniendo en cuenta el antes mencionado “agitanamiento” de los polos, y apelando a su intuición, escribe: 35.- Policaña.- A mi juicio, la policaña fue un cante intermedio entre la caña y el martinete; un punto de contacto entre el cante «jondo» y el cante «gitano»; un cante de transición entre la pureza invulnerable de los cantes grandes primitivos y el renacimiento revolucionario que para el cante andaluz representó la entrada en escena de los gitanos. (...); aquellos calés que sentaron sus reales y abrieron sus fraguas en los campos de Jerez-Morón- Ronda, crearon el martinete; los que en aquel mismo terreno se quedaron a vivir, pero en vez de fraguas y rejas tomaron como oficio el de chalanear por las ferias famosas de los contornos, ésos fueron los inventores de la policaña. (...). Su copla era también de cuatro versos de ocho sílabas, y es un cante desaparecido, del que ya no queda sino el recuerdo lejano (...).”. Por su parte el farmacéutico malagueño Antonio Mata Gómez (1924-2003), en su libro “La Verdad del Cante”, publicado en 1976, establece como po l i cañ a , ni más ni menos que lo que hoy conocemos por “m ac ho de l a cañ a ” y que podría, por su mismo nombre, establecerse como un polo más. He aquí la explicación que el mencionado autor da (pág. 155): Aún cuando investigadores serios no dan valor a la policaña, nosotros pensamos que es uno de los cantes más citados hasta hace cien años, y por ello hemos intentado en todas nuestras búsquedas por esos pueblos de Dios hallar a algún aficionado viejo que nos diera al menos la melodía de dicho cante. Casualmente, en varios pueblos de la serranía de Ronda, Parauta, Atajate, Benaoján, etc., coincidimos con varios ancianos del lugar que nos cantaron con los “ayes” de rigor –del polo y de la caña- lo que para nosotros era el “macho” de la caña, es decir, la policaña:

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Cantes rondeño-gaditanosIV- POLICAÑAS (1ª Parte).

Po l i c aña ( p r i m e r a h o m o l ogac i ón m e l ód i ca)

En principio se podría establecer como un tipo más de polo. El flamencólogo de Aznalcázar Domingo Manfredi Cano (1918-1998), en su libro “Geografía del Cante Jondo” (Editorial Bullón, S.L; Madrid, 1963; págs. 178), quizá teniendo en cuenta el antes mencionado “agitanamiento” de los polos, y apelando a su intuición, escribe:

“35.- Policaña.-A mi juicio, la policaña fue un cante intermedio entre la caña y el martinete; un punto de contacto entre el cante «jondo» y el cante «gitano»; un cante de transición entre la purezainvulnerable de los cantes grandes primitivos y el renacimiento revolucionario que para elcante andaluz representó la entrada en escena de los gitanos. (...); aquellos calés que sentaron sus reales y abrieron sus fraguas en los campos de Jerez-Morón-Ronda, crearon el martinete; los que en aquel mismo terreno se quedaron a vivir, pero en vez de fraguas y rejas tomaron como oficio el de chalanear por las ferias famosas de los contornos, ésos fueron los inventores de la policaña. (...). Su copla era también de cuatro versos de ocho sílabas, y es un cante desaparecido, del que ya no queda sino el recuerdo lejano (...).”.

Por su parte el farmacéutico malagueño Antonio Mata Gómez (1924-2003), en su libro “La Verdad del Cante”, publicado en 1976, establece como po l i cañ a , ni más ni menos que lo que hoy conocemos por “m ac ho de l a cañ a ” y que podría, por su mismo nombre, establecerse como un polo más. He aquí la explicación que el mencionado autor da (pág. 155):

“Aún cuando investigadores serios no dan valor a la policaña, nosotros pensamos que es uno de los cantes más citados hasta hace cien años, y por ello hemos intentado en todas nuestras búsquedas por esos pueblos de Dios hallar a algún aficionado viejo que nos diera al menos la melodía de dicho cante.

Casualmente, en varios pueblos de la serranía de Ronda, Parauta, Atajate, Benaoján, etc., coincidimos con varios ancianos del lugar que nos cantaron con los “ayes” de rigor –del polo y de la caña- lo que para nosotros era el “macho” de la caña, es decir, la policaña:

‘Arza y viva Rondareina de los cielos’. (...).

Y nos afirmaban que éste no era el “macho” de la caña, sino que eso ‘era’ la policaña.”.

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De izquierda a derecha, los flamencólogos Domingo Manfredi Cano, Antonio Mata Gómez (entre Diego El Perote yAntonio Mairena) y José Carlos de Luna

Muchos años antes, hacia 1925, el también malagueño José Carlos de Luna, en su aludido libro “De Cante Grande y Cante Chico” (págs. 31 y 32), asociaba, efectivamente dicho remate con el macho de la caña, pues escribe:

“‘La Caña’ entra briosamente, es norma de toda ella, que se mantiene en una constante brillantez, sin otro descanso que el de sus ‘tercios’ segundo y cuarto.

Aún con la grandeza que encierra, resultaría monótona y por ello, tal vez, deficiente e indeterminada, si no tuviera un estribillo ‘gallo’ y peleón, que se llama ‘el macho’, y que recuerda el primero y cuarto ‘tercio’ de aquélla; pero más vivo, más vibrante, más retador:

Manque toquen a rebato ¡Viva Ronda!las campanas del olvío, Y ‘el macho’: Reina de los sielos,en mí no s’apaga el fuego flor d’Andalusía.que tu queré ha encendió, ¡Quien no t’ha visto que se ponga

aquí! (*Nota pie de página 1)

El cuerpo principal de la copla transcrita por José Carlos de Luna, se atribuye por tradición al repertorio de coplas del cantaor gaditano Paquirri El Guanté del que, como quedó dicho, sabemos que en 1847 cantaba polos (entre ellos “El Polo Andaluz”), no cañas.Habla el de nuevo José Carlos de Luna, ahora sobre el polo (págs. 33 y 34):

“‘El Polo’ es hermano menor de ‘la Caña’, y a ella se parece en todo. (...). El mismo‘macho’ que coteja a ‘la Caña’, adula a este mocito gastoso y pinturero:

Me van a yamar a mí ¡De qué me sirvió er queré, a serví a Dios y al Rey; ni er pasá por ti quebranto;¿pero apartarme de ti? si no habías de ser mía,¡Eso no lo manda la ley! de no haser Dios un milagro!Me rebelo Mi cariño

1 Hay que decir que esta copla de caña o polo con su remate, tal y como está transcrita, la cantó por Aniya la de Ronda

como colofón a una entrevista que la propia cantaora concedió al periodista don José D. Benavides, para el n.º 128 de la revista gráfica “Estampa” correspondiente a su edición del 24 de junio de 1930. Esta misma copla con el mismo remate, la recoge Domingo Manfredi Cano como ejemplo de caña (pág. 135).

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a no mirarte y hablarte. me tiene conmosionao, Sin el briyo de tus ojos sin sabé lo que me pasa:sin los rayos de tu pelo, yoro y tiemblo como un niño, no hay só. por ti. ”.

En negrita los machos de estos polos y cañas (policaña). Nótese que la primera copla principal de estos ejemplos de polos es tenida hoy como una de las más conocidas de la caña que se atribuya al cantaor gaditano Curro Dulce y la segunda es tenida por la tradición como del repertorio de la jerezana Mercedes La Serneta.

Por otro lado Antonio Mata Gómez, en su mencionado libro “La Verdad del Cante” (pág. 151), recoge a su vez estas letras de polos:

“De qué me sirvió er queré “Males que acarrea er tiempo ni er pasá por ti quebranto quien pudiera penetrarlosi no había de sé mía para ponerle remediosi no jasé Dió un milagro” antes de que venga er daño”;

que insisten de nuevo en letras asociadas al repertorio de Mercedes La Serneta, de la que sabemos por una contemporánea suya, la sevillana Joaquina de la Vega –nacida en 1832- en declaraciones al diario “El Liberal” en 1928, que, además de soleares, cantaba martinetes, seguiriyas y polos, por el mismo tiempo en que Paquirri El Guanté recalaba en Triana.

Lo que Domingo Manfredi Cano en su aludido libro (págs. 179 y 180), escribió, sobre el polo, es casi un calco de lo que José Carlos de Luna establecía para la caña:

“36.- Polo. (...).Entre la caña y el polo hay una diferencia fundamental: éste no tiene el tercio de pelea, característico de aquélla, aunque ambos conservan un lazo común que los iguala enmajeza: el acompañamiento del «macho». La copla del polo es prácticamente la misma dela caña:

«Me preguntan si te quiero, Mi cariñoy las fatigas me «ajogan»... me tiene «conmosionao»,yo te estoy queriendo a ti sin «sabé» lo que me pasacomo a mi misma persona... lloro y tiemblo como un niño

por ti...».”.

Traigo también a colación una serie de coplas de la aludida policaña o “macho de la caña”, que extraigo de un librito escrito por el catedrático jerezano José Sánchez Romero y titulado “La Copla Andaluza (Flor de Cantares)” de 1962 que adquirí hace tiempo (*Nota pie de página 2) Este autor recoge como “ M ac hos ( D e l a C aña y Po l o ) ” , las siguientes letras, que tienen todas la particularidad, como la mayoría de las hasta ahora transcritas, de acabar en una coletilla con la bocal “i”, quizá como apoyatura de los a y eos tí p i cos de l os p o l os , antiguamente llamados “golpes” (i, i, i, i, i), en una serie que varía de 6 (en la caña) a 4 tanto en el polo natural o de Antonio El Fillo como en el Polo de Tobalo, y que melódicamente coinciden con el estribillo del zorongo.

- En la página 39, transcribe el ya mentado autor jerezano el remate que recogiera José Carlos deLuna para cañas: “Viva Ronda! / Reina de los sielos...”.

2 El libro, publicado en 1962 por la editorial sevillana ECESA no debió tener una excesiva tirada ya que el ejemplar que poseo aparece tintado con el n.º 438.

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- En la página 41, transcribe el ya mentado remate que recogiera José Carlos de Luna para polos; recogido también por Domingo Manfredi: “Mi cariño / me tiene conmosionao...”; además de éstos otros “Machos (De la Caña y Polo)”:

Tó acaba Es la curpa La LolaYa s’acabaíto aquel tiempo de lo que m’está pasando. A Sebiya bá la LolaQue tan solo con mirarte Er queré a quien no me quiere Consolación se ba ar PuertoMi cuerpo se alimentaba Y buscá que no me busca la Nena la dejan sola aquí a mí. aquí.

Siendo la última de ellas muy interesante y que llama particularmente la atención, pues quizá sea la original sobre la que se han construido muchas variantes hasta el punto de que a raíz de ella crearan los Machado su conocida obra “La Lola se va a los Puertos”. Y lo es porque nombra a tres mujeres, no a dos como es lo habitual, y el hecho de que a “...la Nena la dejan sola / aquí.”, en clara referencia a un personaje real a la que no hay que confundir con la conocida bolera (Manuela Perea).

En realidad se trata de María La Nena, una primitiva bailaora rondeña, amante del torero gitano arcense José Ulloa Navarro ‘Tragabuches’ (1780-hacia 1840) quien la dejó “sola” como dice la copla “aquí”, es decir, en Ronda, para atender sus compromisos taurinos adquiridos en Málaga como miembro de la cuadrilla del diestro rondeño Pedro Romero con motivo del regreso del rey Fernando VII en 1814. Trababuches se vio obligado a regresar a Ronda ya que durante el camino sufrió un accidente con su caballo. Cuando entra en su vivienda descubre que La Nena le es infiel con un sacristán al que llamaban Pepe el Listillo. Arrebatado de furia y tras degollar al Listillo, mató también a La Nena arrojándola por el balcón situado a gran altura. Fue entonces cuando Tragabuches se echó al monte y no tardó en formar filas junto con los famosos bandidos Los Siete Niños de Écija. De ellos se dice que fue el único que nunca fue preso y que cantaba una rondeña o carcelera aclaratoria del motivo de su desdicha, la cual copiaron algunos miembros de la famosa partida. Uno de ellos fue José Escalera ‘El Veneno’ quien la cantó en capilla poco antes de ser ajusticiado en la Plaza de San Francisco de Sevilla en 1817. La letra de esta “copla de Tragabuches” decía así: “Una mujer fue la causa / de mi perdición primera. / que no hay perdición de hombres / que de mujeres no venga”.

Tragabuches, según un grabado de la época (Colección del Conde de Colombí).

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Volviendo a centrarnos en ciertos cantes rondeños homologados a la enigmática policaña, Domingo Manfredi Cano aporta en su libro mencionado, esta vez al hablar de la “Caña”, nuevos remates del mismo corte que los anteriores, (págs. 134 y 135), todo lo que induce a pensar que no debió de ser baladí en el pasado la práctica de estos “machos o policañas”, distintos del único modelo que conocemos hoy:

«El libro de la experiencia «Deja que la gente digano sirve al hombre de «na»; que te quiero y no te quiero, al final viene la letra, yo soy quien pasa las penas,y nadie llega al final... y sé que te estoy queriendo...Llorando... Morena,me pongo a considerar pan de mis trigales que es mentira tu querer... y uva de mis parrasYa «na» en el mundo es «verdá», en la mesa de mi madre pusepor ti...» «pa» ti...».

El mencionado José Sánchez Romero también recoge la transcripción de la melodía de estos cantes apolaos.

(Del libro de José Sánchez Romero “La Copla Andaluza (Flor de Cantares)”, pág. 40)

Por su parte Mateo Jiménez Quesada en su libro: “Autenticidad del Cante Flamenco” (Ed. Ediciones Iberoamericanas, S.A; Madrid, 1974; págs. 74 y 75, respectivamente), recoge las siguientes coplas de polos, con diferentes remates, siendo la primera, según lo explicado por José Carlos de Luna, la soleá preceptiva de conclusión de medios polos:

“Olvíame, pero advierte “Cuando quieras tú que soy piedra y puede ser vienes a la vera mía; que algún día en mí tropieces que de ti no me separan y en mí vuelvas a caer. ni tormentos ni alegría. Que en tu caía Por tu caratengo la esperanza de color de rosa fina, de mi alegría”. por tu boca de corales,

la gente se para

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aquí”.

También recoge en la pág. 73, y como representativas coplas de polos, las ya mencionadas y recogidas por José Carlos de Luna: “Me van a yamar a mí / a serví a Dios y al Rey...”; “Males que acarrea el tiempo, / quién pudiera penetrarlos...”, y “Aunque toquen a rebato / las campanas del olvío...”.

Por su parte, el musicólogo sevillano de Osuna, Hipólito Rossy (1897-1975), en su libro “Teoría de Cante Jondo” (1ª edic. 1966; Ed. Credsa S.A. Barcelona, 1998; pág. 173), además del ya conocido le adjudica este macho:

“Pero dejar a tu persona ¡ay!a servir a España, cuna de valientes, como lo manda ¡ay! como lo manda¡A.........................!”.