Canadá
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QUÉ ES?
La otitis media es la inflamación de los espacios del oído medio independientemente de cuál sea la
patogenia. La otitis media, como cualquier otro proceso dinámico, se puede clasificar de acuerdo con la
secuencia temporal de la enfermedad en aguda (duración de los síntomas entre 0 y 3 semanas),
subaguda (de 3 a 12 semanas), crónica (más de 12 semanas). Asimismo dependiendo de la evolución
de la otitis media, ésta puede presentar una efusión de líquido (otitis media seromucosa) en el oído
medio que puede ser de tipo seroso (fluido, parecido al agua), mucoso (viscoso, parecido al moco) o
purulento (pus).
SÍNTOMAS DE OTITIS
En la forma aguda de la enfermedad existe dolor de oído (otalgia), fiebre, tinnitus e irritabilidad. Con
menos frecuencia se puede presentar otorrea (supuración), vértigo y más raramente parálisis facial. En la
otitis media crónica con efusión, la pérdida de audición puede ser el único síntoma.
La otitis media es una de las enfermedades más frecuentes de la infancia y una de las causas de pérdida
de audición en los niños. Aproximadamente el 70% de los niños han tenido algún episodio de otitis
media. La otitis media afecta a todos los grupos de edad pero es más frecuente en el período de edad
comprendido entre los 0 y los 7 años. A partir de esta edad la incidencia disminuye.
TRATAMIENTOS
El tratamiento habitual de otitis media aguda se realiza con antibióticos durante diez o catorce días,
teniendo como referencia los gérmenes que habitualmente son los responsables de dichos procesos.
Habitualmente, con el tratamiento antibiótico la sintomatología mejora significativamente en 48 horas. Sin
embargo, si existe efusión en el oído medio ésta puede persistir durante varias semanas. Al tratamiento
antibiótico en ocasiones se asocian descongestionantes nasales y mucolíticos.
QUÉ ES?
La fiebre amarilla, conocida también como mal de Siam o fiebre de Barbados, es una enfermedad
infecciosa aguda, de rápida evolución, que se transmite por la picadura de mosquitos. Su gravedad
puede ser muy variable. Independientemente de su intensidad, una vez padecida se adquiere la
inmunidad de por vida. Se manifiesta generalmente en brotes epidémidos de alta mortalidad en las
regiones de Africa, América Central y del Sur.
SÍNTOMAS DE FIEBRE AMARILLA
Sólo en los casos más graves aparece la clásica triada de síntomas: ictericia, hemorragia, fiebre y
albuminuria intensa. Durante la incubación, que dura entre tres y seis días, el virus permanece inactivo.
La primera fase, que dura entre tres y cuatro días, se caracteriza por fiebre, escalofríos, dolores
musculares, cefaleas, pérdida de apetito, náuseas, vómitos y el signo de Faget, frecuencia cardiaca
normal en presencia de fiebre elevada. Pasado este periodo el paciente mejora y los síntomas
desaparecen.
Aproximadamente el 15 por ciento de los enfermos desarrolla la fase tóxica, en la que la mayoría de los
órganos fallan. Esta fase se caracteriza por la reaparición de los síntomas: fiebre, ictericia (tinte amarillo
de piel y mucosas), dolor abdominal, vómitos, hemorragias nasales, conjuntivales y gástricas. La
presencia de la albúmina en la sangre (albuminuria) indica que los riñones comienzan a fallar, hasta que
se produce un fracaso renal completo con la no emisión de orina (anuria). Esto provoca la muerte en
unos diez o catorce días en la mitad de los pacientes que entran en esta fase. El resto se recupera sin
secuelas.
PREVENCIÓN
La vacunación es la medida más eficaz contra el contagio, por lo que la OMS la recomienda para
cualquier viaje fuera de áreas urbanas en países situados en zonas de América Central y del Sur y parte
del Africa Subsahariana. Debe ser administrada en los centros oficiales de vacunación acreditados por la
OMS. Una dosis proporciona inmunidad durante diez años a partir del décimo día de administración.
Provoca efectos adversos, como dolor local, dolores musculares o dolores de cabeza y también puede
aparecer fiebre. Está contraindicada durante el embarazo, en las personas alérgicas al huevo, en
inmunodeprimidos y en niños menores de nueve meses. Otras medidas de prevención son evitar la
picadura de los mosquitos y controlar su reproducción.
QUÉ ES?
Las alergias, también llamadas reacciones de hipersensibilidad, son respuestas exageradas del sistema
inmunológico (las defensas de nuestro organismo) al entrar en contacto con determinadas sustancias,
llamadas alergenos. Su aparición se recrudece en primavera, porque uno de los grupos de alergenos
más frecuentes son los pólenes, unas células reproductoras de las plantas que proliferan durante esta
estación.
CAUSAS
Se estima que un 20 por ciento de la población es alérgica a alguna sustancia (pólenes, polvo, alimentos,
hongos) y parece ser una cifra que va en aumento. Los especialistas estiman que en los próximos 20
años, las alergias podrían formar parte de la vida de la mitad de los europeos y del 30 por ciento de la
población española.
En parte, el aumento podría deberse a que en los países industrializados los niños no tienen contacto
directo con múltiples microorganismos (virus y bacterias). Esta protección podría hacer que su sistema
inmune no se estimule lo suficiente y crezcan más vulnerables ante los agentes externos.
No obstante, se sospecha que existe una predisposición hereditaria a las alergias, lo que significa que un
niño cuyos padres son alérgicos probablemente desarrolle algún tipo de sensibilización, aunque no
necesariamente hacia la misma sustancia que rechazan sus padres. Por ejemplo, si la madre es alérgica
al marisco, tiene más probabilidades de desarrollar una alergia, pero no precisamente a ese alimento,
sino a otros alergenos como el polen. También puede favorecer la aparición de las alergias situaciones
en las que bajan o se debilitan las defensas del organismo (tras una infección vírica o durante el
embarazo).
SÍNTOMAS DE ALERGIA
A pesar de que son muy molestas, por lo general, las alergias no son complicaciones graves, pero sí
pueden acabar en cuadros más complejos, como el asma. De hecho, se calcula que el 80 por ciento de
los asmáticos tienen, en menor o mayor grado, una base alérgica. En estos casos, el asma aparece
también por la acción de los alergenos y los pólenes son el principal grupo que la desencadena.
Las reacciones alérgicas pueden ser leves o graves. La mayoría de ellas consiste sólo en la molestia que
causa el lagrimeo y el picor en los ojos, además de algunos estornudos.
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