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PRIMERA
EDICIÓN
2017 CAFÉ DE LETRAS
ENSAYO
LITERARIO:
EL
LABERINTO
RESEÑAS:
EL EXTRANJERO
EL LLANO EN LLAMAS
LECHE DE BURRA
Melisa Cauich y otros.
PAUL VINTONES
David A. Esquivel
“Un sorbo de literatura.”
Primera edición 2017 | Café de Letras 1
Café de letras
Dirección colectiva
Consejo editorial integrado por:
Br. Ligia Melisa Cauich Chan,
Br. José Alberto Chan Palomo,
Br. Roses Su Ling Chang Arciniega,
Br. David Antonio Esquivel Pacheco y
Br. Neftalí Durán Muñoz.
Corrección colectiva
Diseño colectivo
Primera edición 2017 | Café de Letras 2
La revista CAFÉ DE LETRAS inicia su primera edición en el mes de diciembre de 2017. Aquí
encontrará trabajos universitarios de carácter literario amenos a la lectura. Café de Letras es el
resultado de la fusión de escritos de jóvenes literatos apasionados a la escritura y al conocimiento,
los cuales son compartidos con ilusión y determinación. Detrás de esos escritos existe una amplia
dedicación, entrega e investigación, compartiendo un compromiso mutuo al emprender este
proyecto. Pretendemos mostrar una gama variable de temas literarios y culturales.
Dentro de CAFÉ DE LETRAS contamos con secciones sobre ensayos, reseñas, un artículo y una
dramatización, todos ellos sin mayor complicación al lector que dejaran un buen sabor de boca.
Agradecemos de antemano la preferencia y confianza al recibirnos, en cada número haremos
que CAFÉ DE LETRAS sea grato y con mayor calidad. Esperando que esta revista sea de su agrado,
extendemos la invitación a conocernos. Siga a la siguiente página. Le recomendamos ir por una
taza de café mientras disfruta de las lecturas.
Cuéntame, Musa, la historia del hombre de muchos senderos, que, después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo peregrinando larguísimo tiempo
(Homero, La Odisea).
Primera edición 2017 | Café de Letras 3
Í ndice
Catarsis: Artículo
Dolor emocional como inspiración de creación literaria y su diferencia de la escritura
terapéutica.……………………………………….…………………………….………………………………… pag. 5
La madre vida: Ensayos
E1: De cuando viajar se vuelve tedioso……………………………….…..……………………….. pag. 19
E2: El laberinto de la vida……………………………………………….….………………………………. pag. 22
Dos caras: Reseñas
R1: llano en llamas……………………………………………………………………………………………… pag. 25
R2: El extranjero…………………………………………………………………………………………………...pag. 28
Un poco de azúcar: Entretenimiento
Dramatización del mes:
Leche de Burra……………….…………………………………………….……………………………………… pag. 32
Cuento del mes:
Paul Vintones.…………………………………………………………………………………………………….. pag. 39
Crucigrama…….………………………………………….……………………………………………………….. pag. 40
Primera edición 2017 | Café de Letras 4
Virginia Woolf y una frase atribuida a ella. Recuperada de https://www.pinterest.es/pin/300967187589584446/ el 5 de
diciembre de 2017.
Primera edición 2017 | Café de Letras 5
Dolor emocional como influencia de creación literaria y su diferencia de la escritura terapéutica
Ligia Melisa Cauich Chan
Resumen
El siguiente artículo tiene por objetivo, hacer consciente la importancia del dolor emocional
durante el acto de creación literaria desde el enfoque psicológico y artístico así como, conocer la
aplicación que tiene el uso de la escritura como terapia. Este artículo empieza explicando qué es
el dolor emocional y cuáles son sus mecanismos de defensa, el concepto de catarsis como método
canalizador de emociones negativas y su aplicación en la escritura literaria y terapéutica, la
descripción de la vida y obra de cuatro escritores depresivos o con otras patologías y el uso de la
escritura terapéutica y su diferenciación de la creación literaria.
Palabras clave
Dolor emocional, catarsis, creación literaria, escritura terapéutica
Abstract
The main objective of this article is, to explain the importance of emotional pain during the literary
creation studied by a psychological and artistic approach as well as know the application that
writing has as a therapy. This article is focused on the explanation of emotional pain and its
defense mechanism, the use of catharsis as a way to release emotions, a brief description of the
life and books of four depressive authors, the use of writing as psychological therapy and its
differentiation from literary creation.
Key words
Emotional pain, literary creation, catharsis, writing therapy
Introducción
La real academia de lengua española define dolor como una “sensación molesta o aflictiva de una
parte del cuerpo por una causa interior o exterior” esta hace referencia específicamente al dolor
físico. Sin embargo, en psicología, que es el estudio de la psique humana, también considera el
dolor emocional y la asocia a varias enfermedades mentales. El dolor emocional está incluido en
los estudios sobre inteligencia emocional, el cual se refiere a todas las herramientas cognitivas de
reconocimiento y control de emociones.
Entre las causas que desembocan se incluyen, desde la muerte de un ser querido, divorcio, una
ruptura amorosa, un despido o cualquier suceso que surja de forma inesperada y que represente
una desequilibro en la estabilidad de una persona provocando en ella una herida interna que
recae directamente en las emociones, los sentimientos y el espíritu. Como consecuencia la mente
reacciona provocando ciertas conductas como mecanismo de defensa. Entre estas se encuentra
incluida la proyección, la cual consiste en percibir el dolor propio en otras personas engañando a
nuestra mente de que el malestar proviene del exterior. (Arias)
A su vez el concepto de catarsis proviene del griego y significa purificación por lo que se le
atribuye a la acción de canalizar de energía para liberar emociones. En la actualidad, se le estudia
desde la psicología social como “teoría de la catarsis” aunque se conoce de ella desde Aristóteles
ya que esta es mencionada en su obra La poética, seguida de Sigmund Freud en su teoría
psicoanalítica. (Garcìa-Allen, 2015)
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Por su parte la escritura terapéutica es un método contemporáneo que consiste en usar la
escritura para facilitar el proceso de sanación mental o al menos disminuir el impacto que los
problemas tienen en la persona y que a su vez difiere de la creación literaria puesto que esta se
refiere al acto lingüístico, simbólico y artístico de producción de literatura.
El método que sigue el texto empieza por el estudio del dolor desde una perspectiva psicológica
y artística, consecuentemente explica la influencia del dolor emocional en los artistas
especialmente en escritores, se analiza con brevedad la vida y obra de algunos autores con
personalidad depresiva o ansiosa, finalmente presenta el uso terapéutico de la escritura y se
establecen las diferencias de esta con la literatura.
Con la hipótesis de que, la escritura como método catártico es aplicable para la literatura, la
creación literaria es un mecanismo de defensa del dolor emocional inconsciente del autor. El
presente artículo como objetivo hacer evidente la influencia que el sufrimiento tiene en la vida de
los escritores y de la influencia que tiene esta en sus obras.
El dolor emocional desde una perspectiva psicológica y su aplicación artística
“Es imposible vivir sin experimentar dolor. La vida y el dolor van de la mano. Forman parte de las
dicotomías de la vida: blanco-negro, día-noche, vida-muerte, amor-dolor. Constantemente
estamos en cambio, y este con frecuencia se identifica con la perdida” (Gonzàlez, 2007, pág. 44)
Así lo describe María del Carmen Gonzales en su libro sobre tanatología, el estudio dela muerte y
sus aplicaciones en el proceso de duelo. Explica también que cada persona sin excepción lo ha
experimentado en mayor o menos medida, debido a que los sucesos externos nos afectan de
distinta forma y los procesos de recuperación emocional son diferentes y particulares
dependiendo de la persona y de la cultura en la que está inmersa. En su estudio sobre las
emociones expresa que “Las emociones, sentimientos y pasiones se diferencian por su duración e
intensidad, las emociones son intensas y breves, a diferencia de los sentimientos, que son menos
intensas y más durables, y las pasiones, intensas y perdurables” (Gonzàlez, 2007, pág. 48) es decir
que todos, por la característica de ser humanos experimentamos emociones ya sea de alegría,
tristeza, miedo, enojo y estas se diferencian de los sentimientos por su brevedad. Las pasiones,
característica peculiar de los artistas, en cambio, son más duraderas que las dos anteriores. Una
pasión descrita por la Real academia de la lengua española se define como una “acción de
padecer” o como una “perturbación o afecto desordenado del ánimo”. En otras palabras, una
como consecuencia de la otra crea entre ambas un círculo vicioso que influye significativamente
en la vida del artista y consecuentemente en sus obras. Se padece porque existe una perturbación
en el estado de ánimo y este persiste provocando que el padecimiento sea prolongado, puede ser
tan intenso y durar muchos años que termina convirtiéndose en un trastorno de la personalidad,
conducta o de la mente, como la depresión, esquizofrenia, bipolaridad, ansiedad, los distintos
tipos de fobias y la demencia.
La esquizofrenia es un trastorno mental que se presenta en una de cada cien personas y aunque
afecta a ambos sexos, los varones son más propensos a sufrirla. En la esquizofrenia el
funcionamiento de los circuitos en el cerebro es defectuoso lo que afecta el pensamiento, las
emociones y la conducta. Se caracteriza porque quien la padece experimenta ideas delirantes,
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alucinaciones, pensamientos desorganizados, alteraciones de la conducta, aislamiento y reducción
de la respuesta emocional. La esquizofrenia requiere regulación médica. (Trastorno lìmite)
La depresión por su parte, es un trastorno afectivo o del estado de ánimo que se caracteriza por
la excesiva y prolongada tristeza. “La persona deprimida se queja constantemente” afirman los
expertos. “En cierta medida, estamos ante un proceso de descarga” añaden. “Por esto, las quejas
representan intentos por restaurar un equilibrio interno, mediante descargas expresivas”
(Instituto mexicano de tanatologìa, 2008) En el caso de los escritores esas descargas expresivas se
han presentado a lo largo de los años en la literatura por medio de las historias que narran, los
sucesos de la trama y la personalidad de los personajes.
Un artículo de la revista mexicana de anestesiología que habla sobre el dolor y su expresión en
las artes expresa que “El artista y su expresión del arte puede plasmar las diversas experiencias a
modo de explicación personal o como un motivo más de su capacidad para explicar algún tipo de
dolor vivido” (Dra. Lorena López-Maya, Dr. Francisco Lina-Manjarrez, Lorena Monserrat Lina-
López, 2014) A esto se debe el hecho de que muchos de los autores de obras literarias
emblemáticas deben sus creaciones al manejo óptimo de ideas creativas significativamente
influenciadas de sus experiencias vividas que les produjeron algún tipo de trauma y pero también
una obra de arte, como Franz Kafka y su Metamorfosis o Virginia Woolf y Mrs. Dalloway.
El dolor como inspiración de la literatura
Rosa Beltràn, escritora mexicana autora de El cuerpo expuesto, Alta infidelidad, La corte de los
ilusos y Efectos secundarios, entre otros títulos se cuestiona “¿Por qué sufrimos tanto? A veces me
lo pregunto. Y encuentro la respuesta en una obra a la que suelo acudir. Para La Odisea, el fin de
las penalidades humanas es convertirse en literatura” comenta, citando a una de las obras
reconocidas por su dramatismo.
Desde los griegos en el teatro y las obras como Antìgona o Edipo Rey hasta la actualidad se sabe
de la finalidad artística que representa el sufrimiento para la obra literaria, es el hilo conductor de
la historia, el motivo que le da sentido y del que en sus ausencia la historia se convertiría en una
organización de palabras que si bien tendrían coherencia gramatical difícilmente podrían
comunicar emociones a los lectores(o en el caso del teatro espectadores). En otro apartado
Beltrán se pregunta “¿Cuál es el sentido de sus penas, además de estar condenados a llevarlas a
cuestas? Para desahogarlas un poco, yo escribo” dice, enfatizando el acto de escribir como forma
de liberación de sus preocupaciones y a su vez del espíritu, esto se conoce como catarsis dentro
del vocabulario actualmente usado por la psicología y cuya teoría tiene por finalidad para explicar
el proceso de liberación emocional por medio de la exposición visual de una obra de teatro o la
televisión. “Estoy llena de manías. Esa es mi mayor penalidad” agrega como si su habilidad
escribiendo fuera al mismo tiempo un mecanismo de defensa contra las preocupaciones.
En el Psicoanálisis del escritor de Edmund Bergler “La creación artística, en sus raíces más
hondas, tiene su origen en el sufrimiento; está condicionada por el conflicto interior, que el artista
no puede dominar por medios normales” (Bergler, 1954) En el mayor defecto se encuentra la
mayor habilidad, este es el caso de los artistas, específicamente los escritores. No se trata del
sufrimiento puro y existente sino de la utilidad que este mismo tiene como motor intrínseco y
paradójicamente motivador lo que da paso a las obras de arte. “El arte tiene el privilegio de ser
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considerado una salida a las capacidades transformadoras del hombre. Y el dolor en ese sentido es
uno de los temas más fecundos, pues el ser humano, artista o no, en algún momento de su vida ha
conocido de cerca o de lejos el dolor, y si es artista indiscutiblemente repercutirá en su obra” (Dra.
Lorena López-Maya, Dr. Francisco Lina-Manjarrez, Lorena Monserrat Lina-López, 2014) El dolor, es
el que manifiesta la ausencia de estabilidad emocional y sufrimiento en las personas sin embargo,
para los escritores es el mismo que les sirve de impulso a su capacidad creadora que por una parte
sirve como desahogo de sus penas, recurso perpetuador de las mismas pero al mismo tiempo algo
que le permite a los lectores identificarse con su obra. “La literatura tiene *…+ una finalidad
bifronte: placer y liberación instintual. Y ello tanto en el emisor como en el receptor de la
literatura”. (Paraiso, 1995)
En 1992 el psiquiatra Arnold Ludwing hizo público su estudio sobre la afinidad que ciertas
personas tienen de padecer algún tipo de trastorno, tras la participación de más de mil sujetos de
18 carreras diferentes los estudios revelaron que un 80 por ciento de escritores sufría de algún
desorden mental, a su vez que las personas creativas son más propensas a padecer algún tipo de
trastorno en comparación con las que no lo son o lo son en menor medida. (Gutièrrez, 2001) ¿Por
qué los genios de la literatura en la mayoría de los casos tienden a suicidarse? En esa misma nota
la maestra en psicología clínica de la Universidad Iberoamericana Blanca Pelayo Gutiérrez agrega
que “casi todos los grandes escritores padecen angustia. Son los momentos en que sus mentes
están agotadas cuando su personalidad se desintegra: por un lado, el creador, el escritor, y por el
otro, el angustiante personaje que no ve la luz.” (Gutièrrez, 2001) En otro artículo se encontró que
“Los autores *de obras literarias+ tenían un ‘aumento significativo’ en los trastornos de ansiedad.
Las tasas de alcoholismo, la drogadicción y el suicidio también son excesivamente altas entre los
escritores.” (Vercher, 2014) Como si el escritor estuviera en una encrucijada, un dilema entre su
sufrimiento personal y su producción literaria que a su vez le produce un conflicto, debido a que
por un lado es consciente de su sufrimiento y de cuan doloroso es este pero también encuentra en
él, una brillante idea que explotar en el ámbito literario. Esto es lo que convierte al escritor en un
ser peculiar, es lo que lo hace diferenciarse del resto y aunque parece un acto de masoquismo ya
que se mofa de su sufrimiento para crear literatura, es lo que refuerza esa identidad de
apasionado. “Para un ser común y corriente la depresión representa un hundimiento físico y
emocional, para ellos significó una fuente de creación que les permitió trascender. Sin su patología
hubieran sido sólo hombres normales.” (Gutièrrez, 2001) En la vida hay sufrimiento, dicen las
enseñanzas budistas y el autor de un texto literario escribe porque vive sufriendo y esa escritura
es la que le funciona como mecanismo de defensa, como proyección, la cual se entiende como la
capacidad de negar el dolor propio y en su lugar percibir el dolor ajeno; en el caso del que escribe,
el dolor de sus personajes o las situaciones en las que ellos se encuentran. Sin embargo, aunque
en el resto de las personas este mecanismo de defensa funciona de manera innata e inconsciente,
en el escritor en cambio aunque también es innato no necesariamente es inconsciente “Así como
el mayor porcentaje de creatividad asociado con trastornos mentales se halla en la literatura,
también en la misma proporción se encuentran los casos de suicidio relacionados con escritores”
(Gutièrrez, 2001). El dominio que ejercen los impulsos sobre los escritores es lo que los llevan a
narrar las más magnificas historias pero también es este mismo los que en casos extremos les
llevan a quitarse la vida, tal vez sus motivos son como en el Quijote de Cervantes para vivir en el
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mundo fantástico de las novelas que al mismo tiempo es creado por uno mismo, como Ana
Karenina de Tolstoy protestando los convencionalismos sociales en los cuales les tocó vivir, o
como Romeo de Shakespierre dejándose llevar por sus pasiones y consiguiendo un perfecto final
para la historia de su vida, siendo esta, la muerte.
La escritura como método catártico de creación literaria en autores con algún trastorno mental
En un proyecto de la Universidad católica de Bolivia se trabajó la influencia que la expresión
emocional escrita tiene sobre el afrontamiento del dolor en la enfermedad del cáncer y se
concluyó que “En casi todas las estrategias del dolor evaluadas, se encontró que las personas que
utilizan la expresión emocional escrita, a diferencia de las que no la utilizan, desarrollan más
estrategias de afrontamiento ante el dolor, las cuales les permiten compensar el desajuste físico y
psicológico que experimentan producto de su enfermedad.”
En otras palabras, escribir ante las adversidades permite sobrellevar una anomalía, tanto física
como mental, por ejemplo ansiedad o depresión. Puesto que reconforta el ánimo en el sentido de
que al poner sobre el papel las preocupaciones las externaliza. Este proceso de liberación
emocional escrita es una forma de catarsis o purificación, como el origen del término mismo
denota, ya que mediante este se liberan emociones intensas mediante actividades particulares
como la escritura, con la finalidad de comprender el sentido de su existencia. El Cambrigde
Dictionary lo define como: “The process of releasing strong emotions through a particular activity
or experience, such as writing or theatre, in a way that helps you to understand those emotions”.
Se sabe que escritores como Virginia Woolf que sufría de agudas crisis depresivas o León
Tolstoi que tenía un desagrado crónico por la vida escribieron a pesar de ello obras emblemáticas,
es probable que sus obras jamás hubieran sido tan ricas en intensidad si no hubiera sido de esta
forma. A continuación se presenta un listado de cuatro escritores cuyo trastorno mental fue
influencia en mayor o menor medida de sus obras.
"El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se
hace" (León Tolstoi)
El conde Liev Nikolaievich mejor conocido como León Tolstoi fue un escritor ruso. Es considerado
como uno de los grandes exponentes de la literatura universal gracias a sus aportaciones en la
novela realista contemporánea. Es autor de las obras Guerra y Paz, Ana Karenina, Los cosacos, La
muerte de Ivan Ilich y La sonata de Krautzer, entre otras. De familia aristocrática, Tolstoi estudio
Derecho y lenguas orientales pero los dejó al no encontrar interés alguno en ellos, en cambio vivió
con el dinero de su familia hasta el estallido de la guerra de Crimea donde el escritor prestó sus
labores en el ejército. (Lecturalia) Tenía un descontento general hacia el mundo expresado no solo
en su diario Confesión donde busca encontrarle sentido a su vida en todas partes, en la ciencia, en
la filosofía y en la religión y en cambio lo encuentra en el pueblo (Bardelàs, 2009) sino también
relejado en personajes como Podsnichev protagonista de La sonata de Kreutzer personaje que se
caracteriza por su evidente narcisismo, verborrea y desilusión de la vida reflejada en su
percepción realista del mundo, percepción que tuvo después de haber asesinado a su esposa
(Benìtez, 2007); la misma Ana Karenina quien tras perder algo valioso para ella se sumerge en un
choque de emociones contradictorias como el amor y odio lo que la lleva a una depresión que
después se vuelve la causa de su suicidio (Guarner, 1996), el descontento general hacia la vida de
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cinco familias aristocráticas en el ambiente de la guerra contra Napoleón, cargado de la
perspectiva filosófica del autor en Guerra y Paz (Tolstoi, 2015), o de Ivan Ilich que es consciente de
que ha llegado al límite de su vida y le espera la muerte pero antes de que llegue primero tendrá
que pasar por su propio proceso del duelo de en La muerte de Ivan Ilich. (Mares, 2004) Tolstoi
expresó “estoy tan asqueado de mí mismo que me gustaría olvidar que existo·” en sus confesiones
y en otra ocasión se cuestionó “¿Cuándo dejaré de llevar una vida sin propósito ni pasión o de
sentir una herida profunda en mi corazón y no saber cómo curarla?” donde claramente se percibe
su descontento hacia la vida lo que denota cierta postura depresiva pero más que tristeza, vacío
emocional. León Tolstoi murió de pulmonía el 20 de noviembre de 1910 a los 82 años en
Astapovo, Rusia.
“Hay que soportar la imperfección solitaria en todo momento, en cambio, no es necesario
soportar la imperfección compartida." (Franz Kafka)
El escritor checo Franz Kafka cuya obra emblemática es La metamorfosis, fue un hombre solitario
quien sufría fuertes migrañas, padecía ansiedad y fobia social que al volverse crónico terminaron
en depresión. Sus obras están fuertemente matizadas de simbolismos que reflejan la renovación
de la novela europea en los inicios del siglo XX ya que en ellas se proyecta un carácter existencial
consecuencia de las angustias y preocupaciones del ser humano desde aquel siglo. A pesar de su
ascendencia judía y de sus padres comerciantes se educó en un ambiente alemán. Estudió leyes
por voluntad de su padre aunque su verdadera pasión fue la literatura, lo que le permitió conocer
al que sería su íntimo amigo Max Brod, el que le ayudó a contrarrestar su tendencia a la soledad.
Kafka prestó servicios profesionales en un bufete de abogados por muchos años por obligación
más que por pasión hasta que finalmente lo dejó en 1920 tras padecer los primeros síntomas de
tuberculosis. Tuvo cinco intentos de relación amorosa fallidos, consecuencia de su inestabilidad
emocional y aislamiento social. Entre sus cartas destaca la Carta al Padre, un claro ejemplo de
catarsis literaria pues se sabe que la relación que tenía con él era conflictiva y Cartas a Milena,
dedicadas a la periodista Milena Jesenskà. (Biografia y vidas) En La metamorfosis, Gregor Samsa,
un hombre aislado del mundo y sumido en la más profunda soledad de su habitación se convierte
en un escarabajo que se aleja aún más de su familia y que no comprende ni las actitudes propias ni
las del resto aunque los quiere entrañablemente. El padre amenazante y violento de Gregor es
una proyección del padre de Kafka así como el sentimiento de incomprensión de sí mismo en el
personaje es similar al del autor. En general, la vida familiar e íntima del escritor y sus reflexiones
están descritas en esta obra de tal manera que leer la obra literaria es como acercarse a su vida y
pensamientos. A pesar de aquello tanto Gregor, el escarabajo, como Franz continúan viviendo
como si estuvieran condenados a la vida, en soledad. (Encolombia) Franz Kafka murió de
tuberculosis el 3 de junio de 1924 en el sanatorio de Kierling, Austria.
“Morir, es un arte como todo, yo lo hago excepcionalmente bien” (Sylvia Plath)
La novelista y poetisa estadounidense Sylvia Plath es la autora de Ariel, poemario considerado una
de sus mejores obras y la novela La campana de Cristal. La muerte de su padre en 1940 marcó su
infancia ya que su madre nunca mostró señales de duelo con la intención de no transmitirles esa
tristeza a sus hijos lo que resultó contraproducente, pues Sylvia le reclamó años más tarde. En
1950 ingresó al Smith College apoyada de una beca. Aunque en general era una estudiante
responsable y social, gracias a su inestabilidad emocional pasaba de periodos de hiperactividad y
Primera edición 2017 | Café de Letras 11
optimismo a etapas agudas de depresión. Por un lado quería ser socialmente reconocida pero por
el otro también quería dedicarse a escribir, lo que le produjo muchos conflictos internos a lo largo
de su vida. (Garcìa) Intentó suicidarse tras haber sido rechazada en un curso de creación literaria
de la universidad de Harvard lo que la llevo a ser hospitalizada en la clínica Maclean de Belmont en
Massachusetts. Gran parte de su obra trata sobre temas de la muerte influenciada por los
episodios de depresión fuertes. “En La campana de cristal, Esther Greenwood, con un tono satírico
e irónico, nos cuenta su verano como redactora invitada de la revista Mademoiselle, su primera
relación amorosa seria y su posterior ruptura, su depresión, su intento de suicidio y su
recuperación en una clínica psiquiátrica” explica S. Mancela García en la biografía de la escritora,
puesto que se conoce que en uno de sus periodo depresivos la novelista acudió a su antigua
psiquiatra y trabajó en un hospital, lo que la llevó a proyectar sus vivencias en su novela, sin
embargo, a diferencia de Esther, Sylvia no pudo recuperarse. El 11 de febrero de 1963 Sylvia Plath
se suicidó cuando metió la cabeza en un horno encendido después de preparar el desayuno de sus
hijos.
"Todos los escritores son desdichados (...).Los carentes de palabra son dichosos”
Virginia Woolf es una escritora inglesa del siglo XX, renovadora de la novela moderna. Entre sus
títulos figuran La señora Dalloway (1925), Al Faro (1927) y Las Olas. (1931) Novelas que se
caracterizan por una revolución del monólogo interno con un discurso más preciso de cómo van y
vienen los pensamientos en la conciencia, apegándolo más a como realmente funciona el mundo
interior de los personajes alejándose de la forma tradicional de hacer monólogos. Su peculiar y
minuciosa estilo de narración le hizo dominar el manejo del mundo racional e irracional en sus
personajes. En el ámbito social fue una de las primeras en escribir sus reflexiones sobre la
condición social de la mujer, escritos que años más tarde serían de gran influencia para el
movimiento feminista. (Biografias y vidas) Tuvo una infancia difícil, pues sus padres no esperaban
su llegada ni la querían, a su vez que ambos habían contraído matrimonio después de haber
enviudado, esto significa que habían tenido otros hijos por su cuenta. Junto con su hermana
Vanessa fue víctima de violaciones por parte de sus medios hermanos maternos Gerald y George y
la muerte de su media hermana materna Stella en 1897 marcaron un trauma en su vida. Virginia
era bastante social cuando no tenía recaídas. Se sabe que sufría crisis depresivas y de
esquizofrenia de las que tuvo tres grandes recaídas desde su adolescencia hasta su muerte. La
primera, que le duro seis meses, fue en 1895 cuando tenía 13 años poco después de la muerte de
su madre y donde se sentía culpable y solía compararse con su hermana Vanessa. La segunda fue
tras la muerte de su padre en 1904, recaída donde empezó a escuchar voces que le incitaban
hacer cosas peligrosas, como lanzarse de una ventana, lo cual hizo. Y la tercera crisis depresiva la
tuvo en 1913 meses después de haberse casado con su esposo Leonard Woolf, quien dice al
respecto que podía pasar de 2 a 3 días hablando sin parar, respondiéndose preguntas que ella
misma se cuestionaba, hablándole a su madre muerta (los estudios sobre tanatología explican esto
como una de las fases del duelo reprimido), reflejando una clara repulsión hacia los varones en
general, menospreciándose cuando se comparada con su hermana Vanessa (como había pasado
en su primera crisis depresiva) y en general justificando sus males como merecidos. (Nieto, 2004)
Al estudiar el caso clínico de la escritora inglesa la psicóloga interna residente Rebeca García
describe que “la relación entre la enfermedad de Virginia y obra literaria es bidimensional” en el
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sentido de que sus novelas y ensayos están esta brutalmente influenciados por su vida íntima. En
palabras de la escritora misma se sabe que después de periodos intensos de enfermedad y
pérdida de la realidad, intentaba “poner en prosa” todas las ideas que le brotaban de la mente. En
su libro Las Olas, Virginia escribe “Durante la guerra, las olas montan unas sobre otras y arremeten
con sus juegos idiotas hasta que parece que el mundo entero se desmorona en lujuria desatada”.
Compara el movimiento de las olas con la violencia del sexo y también de la guerra, puesto que
Virginia fue abusada sexualmente más de una vez por sus medios hermanos además de que tras la
muerte de Thoby, su hermano, sintió como si hubiera “perdido” a su hermana Vanessa después de
que la misma acepto una propuesta de matrimonio a los dos días. En el libro de La señora
Dalloway, Virginia usó experiencias reales para justificar la personalidad inestable de su
protagonista, Septimus Smith, quien se caracteriza por su incapacidad de sentir emociones tras
haber ido a la guerra así como de ser un narcisista puesto que tenía que comunicar al mundo que
“no existe la muerte, no existe el mal” (delirios y megalomanías). (Nieto, 2004) Sobre esto Rebeca
García explica “En "Mrs. Dalloway" Virginia deja entrever su creencia sobre la causa de su
enfermedad. Para ella, era el no sentir nada ante la muerte de un ser querido lo que
desencadenaba la enfermedad. Por eso, Septimus se psicotiza cuando es incapaz de sentir nada
ante la muerte de su mejor amigo en el frente.”
Tras una vida depresiva y una aportación gigantesca al mundo de la literatura, Virginia Woolf se
suicidó el 28 de marzo de 1941 en el rio de Ouse con los bolsillos de la ropa llenos de piedras, de
forma parecida a Rhoda (personaje de su novela Las Olas) quien caminó para sumergirse al mar.
Se presentó la vida y obra de cuatro escritores donde, lo que es curioso a observar, es la forma
en que se dio su muerte. Por ejemplo, en el caso de los varones ambos murieron por
enfermedades relacionadas con el sistema respiratorio, León Tolstoi por una pulmonía (sin
embargo en alguna vez confesó ser un cobarde por no poder suicidarse) y Franz Kafka de
tuberculosis mientras que tratándose de las mujeres, ambas se suicidaron. Virginia Woolf
ahogándose en un rio (agua) y Sylvia Plath metiendo su cabeza en un horno (fuego). Tratándose de
las edades dos murieron antes de los 50 años, Plath (30) y Kafka (40) mientras que Virginia a los
59 y León a los 82.
Entre los escritores que durante su vida de igual manera sufrieron algún trastorno figuran
Ernest Hemingway quien escribió El viejo y el mar, Por qué doblan las campanas y Paris en una
fiesta. Bipolar, narcisista, psicótico y alcohólico. (Se suicidó), Zelda Fitzgeral, autora de A este lado
del paraíso quien vivía entre la psicosis y personalidad carismática, es decir sufría de trastorno de
bipolaridad y murió en un incendio. (Vercher, 2014)
¿Es posible escribir desde la felicidad?
Si bien un porcentaje elevado, de escritores presenta o ha presentado a lo largo de su vida ciertos
desórdenes mentales, este no ha sido el caso de todos. “Encontrar un espacio para llorar, gritar,
escribir o lo que necesite pero de manera asertiva. Darse un espacio donde pueda realizar aquello
que necesite para desinfectar su herida” (Gonzàlez, 2007, pág. 114) les ha servido a muchos para
sobrellevar las situaciones estresantes en sus vidas a través de la literatura o poesía, esto se
encuentra directamente relacionado con la personalidad de cada individuo.
Primera edición 2017 | Café de Letras 13
En la actualidad existe la Terapia Narrativa, que si bien, se ha usado años antes fue con Michael
White y David Epston cuando su estudio se volvió más concreto. Esta terapia se aplica por parte
del terapeuta al paciente y consiste en “documentar en blanco y negro eventos y significados
seleccionados, las cartas y los certificados terapéuticos [ya que] contribuyen de forma muy
concreta a la cocreacion de narraciones nuevas y liberadoras” (Michael White, David Epston, 2010,
pág. 12) La idea anterior se complementa con la siguiente cuando los autores de dicha terapia
agregan:
“Puesto que las historias que crean las personas sobre sus vidas determinan tanto la atribución de
significado a sus vivencias como la selección de los aspectos de la experiencia que van a expresarse, se sigue
que estos relatos son constitutivos o moldeadores de la vida de las personas. Las vidas y las relaciones de las
personas se desarrollan a medida que vivimos o representamos estas historias” (Michael White, David
Epston, 2010)
A pesar de que la terapia narrativa está muy ligada con la escritura terapéutica en el sentido de
que ambas usan la escritura en el ámbito psicológico, difieren los agentes de redacción. Mientras
que en la primera el terapeuta es quien se comunica con su paciente por medio de cartas y en
general las usa para darle un seguimiento al proceso de restablecimiento psicológico en la
segunda es el interesado mismo quien recurre a la escritura para desahogarse, y si es la voluntad
del autor, esta información puede servirle para futuras ideas de creación literaria. En otras
palabras se puede conocer cuáles son los factores que una persona considera relevantes por
medio de las narraciones que dicha persona enfatiza en la escritura de sus experiencias. Esto se
relaciona con la creatividad de la persona en cuanto a su capacidad creadora de conversión de
eventos vividos en historias vívidas “Una persona creativa tiene una enorme fluidez verbal y una
alta capacidad de expresarse, al mismo tiempo, una persona que se esfuerza para lograr
originalidad al imaginar nuevas soluciones, y es flexible a los cambios de pensamiento y de
adaptación” (Vicente Castro, Florencio; Sánchez, José Carlos; da Rocha Brito, Sílvio Manuel;
Sanchez Herrera, Susana, 2010)
Sobre las epístolas, si bien en el ámbito literario e histórico las epístolas tienen la función de
comunicar pensamientos y expresar sentimientos como en el caso de las epístolas del evangelio, el
uso que estas tienen como parte de la terapia narrativa consiste en el de comunicar avances
metódicos de carácter objetivo (es decir, alejado de cualquier función literaria pero sin llegar a
imitar a las actas o relatorías) en el restablecimiento de la salud mental.
Otro uso terapéutico (además de didáctico) de la literatura es el que se da en los talleres de
manejo de emociones los cuales toman como material de estudio cuentos o historias cortas con
evidente contenido emocional o el uso de cuentos escritos específicamente para estos talleres. De
esta forma las emociones de los personajes y sus dificultades pasan por analogía a ser las de los
participantes del taller con el objetivo de superar esos obstáculos.
La brecha que divide la literatura de la escritura terapéutica
Se debe tener muy presente que en ambos casos es posible la producción siempre y cuando la
persona a pesar de sufrir algún trastorno de la emoción, no se encuentre afectada en el
funcionamiento cerebral al grado de que no pueda diferenciar entre lo que es real y lo que no.
Howard Gardner, psicólogo reconocido por sus estudios sobre los tipos de inteligencia y autor de
Primera edición 2017 | Café de Letras 14
libros como La educación de la mente, Inteligencias múltiples y Educación artística y desarrollo
humano, dice al respecto que “Ciertamente, si se produce una lesión cerebral en un lugar
específico, hasta el más talentoso de los artistas pagará un tremendo precio” En otras palabras, si
a pesar padecer algún trastorno de la emoción o personalidad es posible escribir ya sea como
terapia o como literatura esto es gracias a que el cerebro solo sufre una distorsión en la forma de
codificar la información y no un total desajuste o daño cerebral. Gardner agrega “Cada forma de
arte parece tener su propia evolución, su propia representación neural y sus modos particulares
de remitirse a toda la gama de zonas neurales (y de interactuar con estas)”
¿Qué diferencia a la persona que escribe literatura de la que escribe como terapia? En ambas
situaciones se encuentran presentes las razones de por qué se escribe. En el primer caso la
persona se encuentra motivada por el deseo de producir literatura, por el de contar historias
independientemente de si el sujeto este pasando por algún suceso que le produzca desequilibro
en su estabilidad mental. El segundo, al menos en ese momento escribe porque necesita
desahogarse. Hasta este punto se podría concluir que la escritura terapéutica se encuentra
intrínseca en la producción literaria, ya que sus límites son específicos y de salirse de esos límites
se convertiría en literatura.
¿Será la literatura mecanismo de defensa contra el dolor emocional reprimido en el
inconsciente? ¿O un hibrido entre el arte y la escritura terapéutica? Todo depende desde donde se
observe. Desde el punto de vista literario será literatura si este cumple con los requisitos
establecidos por el canon de su contexto, mientras que desde la mirada psicológica será un tipo de
escritura como terapia. La literatura puede ser estudiada desde muchas perspectivas y aunque el
acto de escribir como terapia está alejado del acto de escribir literatura, una historia puede ser
consecuencia de un proceso de escritura terapéutica, en otras palabras, la escritura terapéutica
puede ser antecedente de literatura. La literatura puede crearse a sí misma sin necesidad de haber
sido antes un tipo de escritura terapéutica, pero no se puede negar que el autor está fuertemente
influenciado por las experiencias propias y del mundo para inspirarse y producir literatura. El libro
Psicoanálisis del escritor enuncia el por qué este se diferencia de un neurótico y aunque muchos
escritores (y artistas en general) se describan a sí mismos y sean descritos por otros como unos
locos, esto es mera comparación en ciertos comportamientos ya que esta diferencia recae en “Su
regresión de una realidad insatisfactoria del mundo de la fantasía, le hace comparable al
neurótico, pero gracias a su producción vuelve a la realidad. El neurótico ya no puede hacer esto, a
pesar de sus febriles tentativas” (Bergler, 1954)
Conclusiones
La literatura puede surgir y de hecho surge muchas veces como desahogo de emociones y podría
considerarse en la mayoría de los casos un tipo de escritura terapéutica, pero la escritura
terapéutica en si misma difícilmente podrá convertirse en literatura por el mismo hecho de que
esta creada con el fin específico de restablecer la salud mental por medio del uso de la narración,
aunque este enfoque ayuda a comprender el proceso emocional de producción literaria y
enriquece la perspectiva en la figura del escritor y sus motivos para producir literatura. Con lo
anterior no pretendo dar a entender que un paciente no puede ser escritor o que no sea posible
escribir desde la felicidad, sino que ambos, el paciente y el escritor usan el lenguaje escrito para
Primera edición 2017 | Café de Letras 15
fines específicos. Aunque estos fines podrían diferir y de hecho difieren siguen proyectando en la
escritura las preocupaciones que albergan su mente y para comprender el mundo que les rodea.
Por lo anterior se concluye que, la escritura terapéutica se encuentra intrínseca en la producción
literaria, ya que sus límites son específicos y de salirse de esos límites se convertiría en literatura.
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Primera edición 2017 | Café de Letras 18
Recuperada de http://espanolsinmisterios.blogspot.mx/p/redaccion-de-ensayos.html el 5 de diciembre de 2017
Primera edición 2017 | Café de Letras 19
De cuando viajar se vuelve tedioso
José Alberto Chan Palomo
Recuerdo aquellas veces, ahora creería muy lejanas, cuando viajaba de vez en cuando a la capital
del estado de Yucatán, es decir, la ciudad de Mérida. Eso era antes de mudarse a dicha comunidad
por motivos escolares y de tener que viajar cada semana haciéndose una rutina interminable.
Antes los viajes resultaban ser un motivo de diversión, pues, siempre que alguien me decía
“vamos a Mérida”, era porque íbamos a ir al cine o a una plaza, a comprar objetos y suvenires para
una fiesta, a darnos algún lujito y, en fin, para pasarla bien con la familia. Sin embargo, no es eso lo
que quiero recalcar, puesto que todavía lo hacemos, aunque ya no se siente como antes. Y eso es
justamente lo que quiero decir, el “¿por qué no se siente como antes?”
Bien, sí es cierto que hay varios factores que han contribuido a impedir que se disfruten esos
viajes que tanto me gustaban cuando niño. Ese es uno por ejemplo, pues ya no me emociono
como cuando era un infante, ahora ya no siento el maravilloso viaje incalculable ni el asombro de
entrar a tan vasta ciudad, ni el cuidado de mi madre al intentar cruzar una calle. Otro es pasarse
un martirio en la ciudad, pues como dicen, es una selva de concreto donde tienes que luchar por
tu supervivencia; por ello no quieres volver, y apenas un día después de llegar a tu pequeña
ciudad, alguien te dice “vamos a Mérida”, tú le contestas: “apenas estoy quitándome de allí”. Pero
bueno, más que eso, lo que quiero decir es lo aburrido en que se han tornado esos viajes que
antes eran una ilusión… un sueño.
Al empezar a viajar muy seguido a Mérida, es verdad que al principio sí se siente emocionante,
pero cuando tienes que hacer la misma rutina cada semana, la emoción desaparece y queda, en su
lugar, desilusión. Sería bueno decir que en tiempos pasados los viajes a Mérida no eran muy
frecuentes, se daban acaso uno al mes, uno cada dos o tres meses, o incluso decías que fuiste a
Mérida cuando te preguntaban “¿qué hiciste en tus vacaciones?” Ir a la capital era eso
precisamente, unas vacaciones.
Como tengo que regresar a la tierra donde crecí (Tekax de Álvaro Obregón) para ver a mi
familia y no olvidar nunca mis raíces, llegar cada viernes e irse luego cada domingo a la ‘Gran
Urbe’, empieza a volverse muy cansado. Actualmente al llegar al sitio de “vanes” (combis), me
paro un momento a contemplar toda mi existencia y la travesía que me espera: “Llegar cargando
dos maletas, una con toda tu ropa y otra con tus artículos personales y laptop, se siente como si
llevaras a un cerdo allí dentro. Una vez en Mérida con tus pesadas maletas, tener que caminar
esquinas tan abismales como el cielo, calles que no se les alcanza a ver principio ni fin, es
suficiente ejercicio para una semana. Al subirse sudado y sin aliento al tenebroso camión para
llegar a mi estancia en la ciudad, me entra un pánico: ¡no hay asiento disponible! Entonces tengo
que quitarme la estorbosa carga que llevo sobre mis hombros, que durante todo el camino en que
avancé a pie estuvo chocando a la gente y tiré por su tamaño un puestecito de ‘chanclas’, y
asentarla en el mugriento suelo, levantándola cada vez que alguien quiere bajarse. Llegando, en
fin, a mi destino, una vez acostado sobre el sillón respondiendo los mensajes del celular, empieza
a insultarme mi estómago, que dizque se muere de hambre. Recuerdo en ese preciso momento
que no hay nada para comer en la casa, que mi madre y mi padre no están allá para hacerme la
Primera edición 2017 | Café de Letras 20
cena, por consiguiente debo salir a comprarla (porque también es un tedio cocinar). En el puestito
de tacos más cercano (que está a dos largas esquinas) noto que una torta de diez pesos no alcanza
para satisfacer mi apetito, pero la otra de veinticinco pesos, tampoco. Por eso al final de la semana
sólo puedo cenar bizcochitos, porque si intento comprar otra torta, entonces no me va a alcanzar
el dinero para viajar de nuevo a mi querida patria”. Pensando en esto titubeo, pero recuperando el
aliento, diciéndole adiós a mi madre que me ha llevado al sitio de taxis, compro mi “pasaje”.
Cuando ya terminó la media hora de espera en el sitio, al fin puedo subirme a la “van”. Allí
dentro el lugar entre cada asiento es tan pequeño que tengo que levantar mis rodillas para
intentar sentirme un poco más cómodo. Si intento dormir, el asiento tan empinado sólo hace que
me dé tortícolis; si quiero leer, los “brincoteos” que da el vehículo, el molesto tono de llamada de
alguien que suena como un grillito, y una señora que grita cuando habla por teléfono, hacen que
me rinda. Sólo queda una esperanza, un refugio: la música. Esa tan grata sensación cuando los
audífonos se dejan de sentir y parece que es el aire el que canta, proyectar tu mirada en el
hermoso paisaje, con un sol que cae y lo bordea todo de dorado, un cielo rosado, los cerros
oscuros, lejanos, los otros vehículos que pasan, intentando abrazar la música y la frustración de no
lograrlo, olvidarte de todo y sentirse de nuevo como un niño, con tu padre al volante, la mirada de
tu madre que está de copiloto, y sentir que a tu lado duermen tus hermanos: un tiempo mítico,
resucitado a través de la música. Así y así, hasta entrar bajo ese conocido puente donde los
judiciales te revisan, faltando todavía un largo, aunque ya próximo, camino al centro de la ciudad.
Es por eso que debe tener carga el celular, porque si no tiene, te condenaste.
Después de pasar una semana dolorosa en la muy bella ciudad, te emocionas (aunque igual con
recelo) de un nuevo viaje: A mi Sultana de la Sierra. Acabada de limpiar la casa en la que me
quedo, hechas mis maletas, me preparo para ir al sitio de Tekax. Una vez dentro de la “van”,
saliendo del sitio, el chofer lanza la pregunta decisiva, la que marcará todo el viaje. “¿Alguien pasa
por la Larga?” La “Ruta Larga” es la que pasa por todas las comunidades que son Umán, Muna,
Ticul, etc., en cambio la “Corta” es más directa. Alguien tiene que arruinar la poca esperanza y
grita “sí”. Ese es el momento en que piensas que es mejor tomar el “Mayab” porque es más barato
con la credencial de estudiante y tarda lo mismo que una “van” cuando va por la “Larga”, que son
tres horas. Empeora la cosa si te sientas junto a alguien como yo, que si logra dormirse, ten por
seguro que será sobre tu hombro.
Qué gozo siento al ver a lo lejos el arco de mi patria, el arco rojo, alto y reluciente que avisa que
has entrado a tu suelo santo. Pasar por los caminos tan conocidos, donde ibas a pasear en bicicleta
con los amigos. Llegar a esas gasolineras donde dicen que no te roban. Dar esa imperdible curva
por “La Diez”, y cruzar junto al cementerio. Así y así, hasta bajar en el poco concurrido centro.
Respirar el aire que te ayudó a crecer; observar la iglesia, el Ayuntamiento, que te vieron jugar;
caminar por las calles que de tanto andar se ha impreso tu huella; saber que caminando siempre
llegas a tu casa, estás en tu hogar; decirle “buenas noches” a alguien que sí conoces y él te conoce.
Sólo lejos de tu hogar te das cuenta que estar ahí es existir. Llegado a tu casa, sin saldar a nadie te
tiras en tu cama para poder dormir un poco, es lo único que quieres hacer. Cuando estoy a punto
de penetrar en los abismos de mi inconsciencia, aparece mi madre, reclamándole que no la fui a
saludar cuando llegué. Como ya me despertó hago los deberes que me corresponden al llegar. Al
fin, después de tanto, me acuesto nuevamente en mi lecho, apunto de sumirme nuevamente en
Primera edición 2017 | Café de Letras 21
mi letargo, me acuerdo cuando viajaba tan poco y eso lo hacía fascinante. Una leve nostalgia se
apodera de mí. Extraño un poco el pasado, y siento que la rutina ha destruido todo lo bueno de la
vida; pero ahí está la música, escuchando el piano de Lantsias, una trompeta por ahí perdida, me
acuerdo de los viajes que hice con mis padres, mis hermanos, otra gente que ya no están más
conmigo. Sopesando ahí en mi cama, pienso lo tedioso que es viajar cada semana, y lo triste que
hace la vida. Mas la ilusión no se acaba, me sumerjo a otro viaje misterioso, en mí mismo.
Duermo. Y como dice el título traducido de un libro de Eliade, el sueño y la música son el tiempo
mítico hacia “El eterno retorno”.
Primera edición 2017 | Café de Letras 22
El laberinto de la vida
Roses Su Ling Chang Arciniega
“¡Como saldré yo de este laberinto!”; esas fueron las últimas palabras del general en su lecho de
muerte. Esa frase icónica nos la regala Gabriel García Márquez en su libro El laberinto del general.
Es irónico pensar que el final del libro puede ser el principio para algo más. Estas últimas palabras
podrían verse como las últimas sin sentido y moribundo de alguien cerca del fin, pero en realidad
es casi como una revelación del pensamiento inconsciente de las personas. Algo que todos
hacemos a lo largo de nuestras vida y solo tenemos la claridad en la meta final. Cuando el resto se
convierte en tinieblas.
Desde que nacemos somos programados por nuestros padres, maestros y por la sociedad que
nos rodea para pensar en el futuro. Y en consecuencia de ese monstruo que nos contiene y al que
llámanos instinto nos obligan a visualizarlo, a planearlo y algunas veces inclusive a temerle. Somos
estratégicamente programados para convencernos a nosotros mismo que nuestro destino es el
estudiar, sacar buenas notas, elegir una profesión importante, estudiar, casarnos y reproducirnos;
donde al tener ahora a nuestros propios hijos, pensando que todo el sistema es lo mejor les
inculcamos las mismas ideas. El mismo camino. Somos plantas destinadas a florecer e inclusive dar
fruto. Aunque fácilmente podríamos ser comparados con ratas de laboratorio a las que se les ha
marcado un camino especifico. El cual seguimos ciegamente sin rechistar.
Estamos en una sociedad que cada día quiere vivir más deprisa. Impulsado por el avance de la
globalización, vivimos sin vivir. Cabe preguntarnos seriamente, cuán conscientes estamos de este
avance. Vivir pero no sentir.
Jonh Green decía “Nos convertimos en esas personas que se sientan y hablan de lo que van a
hacer. En lugar de simplemente hacerlo. Imaginar el futuro es una especie de nostalgia. Pasamos
toda la vida encerrados en un laberinto, pensado en cómo vamos a escapar de ahí y lo fabuloso
que será cuando lo logremos; imaginar ese futuro nos mantiene con vida, pero nunca escapamos.
Solo utilizas el futuro para escapar del presente.”
Ese es el misterio ¿no? ¿Vivir o morir? Pero ¿de cuál laberinto está tratando de escapar? ¿Del
mundo o del final del mundo?
Puede que escapemos de nuestra vida porque en realidad no sabemos qué hacer con ella. Como el
perro que corre tras el auto y una vez que lo ha alcanzado no sabe qué hacer con él. No existe una
guía que nos diga cómo hay que vivir. Ni una fórmula secreta para alcanzar la felicidad. Nos
abstenemos a seguir el manual de supervivencia que nos han inculcado desde niños: escuela,
trabajo, familia. Nos empeñamos en cumplir las normas convencionales que la sociedad tiene para
ser felices, para seguir vivos.
Tal vez el laberinto sea nuestra búsqueda por encontrarle el sentido a la vida, y quizás esta se
encuentra en hacer algo, en buscar algo, en ser algo. O puede que el sentido de la vida este en
buscar, precisa e irónicamente el sentido de nuestra vida. ¿Y si el sentido de la vida consiste en
buscar algún motivo por el cual vivir? Quizás el secreto es vivir por todas esas cosas que tiene
misterio, todas esas cosas que nunca acabamos por comprender pero seguimos buscándolas, o
también se puede vivir por el miedo a la muerte, el olvido.
Primera edición 2017 | Café de Letras 23
La muerte es algo de lo que nadie puede escapar. Es lo que encontramos al final de nuestro
laberinto, queramos o no pensar en ello. La muerte sigue a la vida con tanta seguridad como la
noche al día. Las personas se preparan para no sufrir cuando les llegue la noche, pero pocos se
preparan para la certeza aun mayor de la muerte. Hablamos de nuestro futuro sin querer ver el
final destinado para todos. A nadie le gusta hablar de su muerte; duele demasiado, asusta
demasiado. Al fin y al cabo somos una enfermedad que lucha contra el tiempo.
Pero si bien se pueden vivir por muchos motivos, también debe haber motivos para morir.
Deberían formar parte del sentido de la vida. Morir por curiosidad, para ver qué hay más allá de la
cortina, para ser parte de una nueva aventura. Para ver descubrir cómo es la muerte o
simplemente como es morir por una idea. Quizás hay menos motivos para morir. Pero alguien que
no tiene motivo por el cual morir no es digno de vivir.
El sentido del laberinto y de nuestra vida se puede descubrir, pero no se puede inventar. El
sentido de la vida es eso que nos llena ese gran y profundo hueco; el sentimiento de vacío que
nada lo parece llenar. Es entonces que volvemos al inicio. ¿Y si el laberinto consiste en encontrar el
sentido de la vida?
Esa búsqueda interminable para encontrar la razón por la que estamos aquí. El sentido de la
vida lo hace uno día a día. A una persona le persigue la razón de nueva existencia y lo más normal
es que muera sin verlo a los ojos. Todos lo hemos visto de reojo, pero a veces no hemos querido
mirar, a veces se escapa. Es muy difícil de ver, y muy difícil de consolidar. El sentido se crea por sí
solo poco a poco, igual que surgen preguntas a medida que vamos creciendo. Y lo más probable es
que no sepamos hasta que seamos bastante mayores. Hasta que podamos ver nuestra vida por lo
que recordamos y no por lo que vivimos. Es la vida lo que te da sentido, no es que tú le des sentido
a la vida, no le puedes dar el sentido que quieras, solo el que has ido construyendo con los años.
El sentido a todo es un misterio para ser resulto, pero por encima de todo es un misterio para ser
vivido.
Al final de cuentas vivir no solo es planear y esperar. La vida es lo que pasa mientras nosotros
realizamos nuestros planes. Vivir no es solo existir, sino existir y crear, saber gozar y sufrir. No solo
es soñar con un provenir mejor. Es levantarse y mejorar el presente.
El mundo no se detiene. Aun no haciendo nada, aun en el más completo silencio o la paz más
tranquila, existe un devenir invisible, imparable e inevitable.
Hasta que no somos más que sombras y polvo de estrellas.
Primera edición 2017 | Café de Letras 24
Libro antiguo abierto con otros libros antiguos detrás y la lupa sobre una mesa de madera- foto de siaivo. Recuperada de
https://mx.depositphotos.com/100334074/stock-photo-antique-open-book-and-magnifying.html el 5 de diciembre de
2017.
Primera edición 2017 | Café de Letras 25
El llano en llamas, Juan Rulfo
Rulfo, J. (2005). El llano en llamas. México: Editorial RM.
José Alberto Chan Palomo
Nace en Sayula el 16 de mayo de 1917 Juan Nepomuceno Pérez Vizcaíno (Juan Rulfo). En esta
etapa de levantamientos armados sociales se ve obligado a mudarse varias veces a distintas zonas
del estado. Asesinan a su padre cuando nuestro escritor apenas tenía seis años: experiencia que
marcaría para siempre su obra. Vivió plenamente la Guerra Cristera durante la cual se sumergió en
la lectura de los libros que poseía la biblioteca de un cura, lo que fue bastante influencia en su
formación. Su madre muere en 1927 de “neuralgia de corazón”; su hermano y él se enteran
después del sepelio. Intenta ingresar a la Universidad de Guadalajara, pero las huelgas se lo
impiden. Tampoco logra ingresar en Filosofía y Letras (en la UNAM) ni estudiar leyes en San
Idelfonso. Trabajó para el gobierno varios años en los cuales adquirió diversos puestos.
Junio de 1945 la revista Pan publica “Nos han dado la tierra”, en noviembre de ese mismo
año, “Macario”; agosto de 1948 la revista América publica “Es que somos muy pobres”; enero de
1950 “Talpa” es publicado igual por la América; y así algunos otros fragmentos y cuentos hasta que
El llano en llamas aparece en 1953 impreso por Fondo de Cultura Económica y al mismo tiempo
que lo escribía también se dedica a su novela Pedro Páramo (terminada de imprimir en 1955 por la
misma editorial). Rulfo se retiraría tiempo después al silencio dejándonos estas grandes obras y
algunas más. El 7 de enero de 1986 Rulfo muere de un infarto al miocardio en la colonia
Guadalupe Inn al sur de la ciudad de México (Bonilla, 2008).
La colección de cuentos El llano en llamas que inicialmente empieza con quince y más tarde
se le habría de anexar dos más (“La herencia de Matilde Arcángel” y “El día del derrumbe”).
Manejando temas de una época, digamos, “estancada” económica y socialmente, Rulfo nos
plantea a una sociedad agrícola, campesina. Ésta representa muchas veces a los mexicanos
perjudicados por lo que siguió a la Revolución Mexicana como fueron las reformas agrícolas y la
pobreza en que se encontraban las comunidades. La muerte es más que recurrente en las
historias, es la pura esencia de los cuentos, ya que el autor también plasma muy bien su vida en
estos escritos quizá como una forma para “liberar su pena”. Aún más, la nostalgia es el
sentimiento más fuerte que recorre aquellos lugares que describe el autor, y la mirada gris que
tanto percibimos cuando perdemos la noción del tiempo en sus relatos. Y es justamente aquí
donde la muerte adquiere un dulzor, como se diría, una ternura (Arizmedi, M y Meza, G). Por ello
la compilación de cuentos posee un gran valor e importancia, pues gracias a esas narraciones es
que tenemos una aproximación al contexto social y a la condición estancada y marginada en que
vivió la gente; como si Rulfo nos dijera que la Revolución no sirvió de nada.
El campesinado al que se le prometieron tierras queda defraudado mientras camina por
áridos llanos “sin encontrar ni una sombra de árbol, ni una semilla de árbol, ni una raíz de nada”,
estático todavía en la pobreza como vemos en “Nos han dado la tierra”. Y familias para la que
“todo va de mal en peor” sufren ya no sólo con las estafas del gobierno sino con los puros
desastres naturales al perder los escasos bienes que tenían como en “Es que somos muy pobres”,
haciendo que la sociedad en lugar de mejorar, se pervierta más por la necesidad.
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“Allá viví. Allá dejé la vida” nos cuenta alguna persona al retratar un pueblo fantasma de esos
que abundan por montones en el país, de los que el gobierno no se acuerda sino sólo cuando tiene
que sacar provecho o aplicar la ley, para luego volver a dejarlos desamparados, pudriéndose de
hambre y de soledad como ocurre en “Luvina”. “La Cuesta de las Comadres” es otro pueblo
fantasma que igual “se había ido deshabitando. De tiempo en tiempo alguien se iba; atravesaba el
guardaganado donde está el palo alto, y desaparecía entre los encinos y no volvía a aparecer ya
nunca”.
Esta pobreza social es la principal causa de la reducción poblacional, pues los campesinos
emigran para encontrar algo de trabajo para poder ganarse la comida; pero aquello igual trae sus
consecuencias trágicas al intentar cruzar las fronteras, y los gritos de dolor y pena que exclama un
posible amigo no se pueden soportar en “Paso del Norte”: “Sácame de aquí, paisano, no me
dejes”.
En estos cuentos se plasma a una sociedad ya marginada, excluida y necesitada que Rulfo nos
muestra para que conozcamos siquiera. En cambio, los otros cuentos pueden hablar más de la vida
del escritor jalisciense quizá como una muestra autobiográfica que caracteriza a sus relatos,
aunque nunca pierden el sentido de esa memoria colectiva.
Es el caso de “Diles que no me maten” donde el autor muestra grandes signos de su aflicción
y quizá hasta de un sentimiento de venganza que igual impulsa ternura; aquí es donde Juan lanza
el grito desesperado de la orfandad en que vivió: “Es difícil crecer sabiendo que la cosa de donde
podemos agarrarnos para enraizar está muerta”. Y con esto nos trasladamos a esa necesidad de
padre que tenía, que tanto necesitaba como la vemos en “El llano en llamas”, cuando el narrador
dice: “Todavía veo a Pedro Zamora con su cobija solferina enrollada en los hombros cuidando que
ninguno se quedara rezagado *…+ Sí, él nos cuidaba”. Éste es quizá el cuento que mejor retrata las
luchas que consumían (o consumieron desde antes) a la sociedad de entonces.
En “La noche que lo dejaron solo” se presenta igual el tema de la pérdida de los familiares
como le ocurre al escritor, así como refleja la guerra que se desenvolvió en su infancia (o incluso
antes).
“El hombre” y “No oyes ladrar los perros” presentan la angustia como tema central, el cual
podemos ver frecuentemente en muchas otras de sus narraciones; una angustia interior: en el
primer cuento una persona que piensa más en los muertos que lo matarían, y en el otro un
hombre cargando a un hijo que está a punto de extinguir el aliento.
Las eternas peregrinaciones en busca de salvación como el caso de “Talpa” y un vistazo
antropológico a cómo la sociedad crea sus santos (como dioses encarnados) tal en “Anacleto
Morones”.
Desde la mente de un niño medio loco nos proyecta una realidad en “Macario”. Un desprecio
familiar y su venganza en “La herencia de Matilde Arcángel”. Un hombre intentando revivir
recuerdos en otro que no puede (o no quiere) restablecer el pasado en “Acuérdate”. Un caso casi
inexplicable por el que un hombre moribundo es acusado de homicidio mientras amanece en San
Gabriel nos muestra “En la madrugada”. Y otra vez el tema del gobierno que da la cara solamente
cuando puede aumentar fama en “El día del derrumbe”.
Mundos construidos con la destacada narrativa de Rulfo, pues su lenguaje poético se
implanta en nuestra mente como si fuese una viva imagen. Es ahí donde su estilo lacónico se deja
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ver y su manera de repetir palabras que dejan atisbar un juego temporal y espacial: “Había venido
su hijo Justino y su hijo Justino se había ido y había vuelto y ahora otra vez venía”. Mundos
callados y olvidados en la soledad que nos refleja a través del mito y la poesía que dejan impresos
en la ficción nuestra condición social, nuestra trágica historia, o sólo tal vez la vida triste y callada
del escritor jalisciense.
Nada más sabemos que hay un tiempo suspendido, un espacio impreciso, una angustia
interna donde la vida es una peregrinación hacia el principio o quizá a la nada, y donde la muerte
susurra con el silencio amor y erotismo.
Bibliografía Arizmedi, M y Meza, G. (s.f.). La colmena. Recuperado el 27 de noviembre de 2017, de La ternura
de la muerte: https://web.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena%2051/Aguijon/Martha.html
Bonilla, R. (2008). Un tiempo suspendido: cronología de la vida y obra de Juan Rulfo. México, D. F.: Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes.
Recuperada de https://www.casadellibro.com/libro-el-llano-en-llamas/9788493442613/1067529 el 5 de diciembre de
2017.
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El Extranjero, Albert Camus
Camus, A. (1942) El Extranjero. (2016, 1°a re imp.) México. E.M.U. ISBN 978-60-14-2301-6
David A. Esquivel
Presentación
Albert Camus (Mondovi, Argelia francesa; 7 de noviembre de 1913-Villeblevin, Francia; 4 de enero
de 1960) fue un novelista, ensayista, dramaturgo, filósofo y periodista francés. En 1957 (con 44
años) se le concedió el Premio Nobel de Literatura por «el conjunto de una obra que pone de
relieve los problemas que se plantean en la conciencia de los hombres de la actualidad».
En cuanto a su filosofía, se dice que sus concepciones se formaron bajo el influjo de
Schopenhauer, de Nietzsche y del existencialismo alemán, contribuyendo así con la conformación
del pensamiento filosófico conocido como Absurdismo.
De igual manera se le ha asociado con el existencialismo, aunque -Camus- siempre se
consideró ajeno a él y haciendo a un lado su alejamiento consciente con respecto al nihilismo,
rescata de él la idea de libertad individual.
Introducción
Antes de adentrarnos en la reseña, me gustaría dejar en claro lo que es el Absurdismo de Camus.
Para ello haré uso de una breve –y resumida– descripción que nos arroja una búsqueda rápida en
Wikipedia:
“La filosofía del absurdo, establece que los esfuerzos realizados por el ser humano para
encontrar el significado absoluto y predeterminado dentro del universo fracasarán finalmente
debido a que no existe tal significado (al menos en relación al hombre), caracterizándose así por su
escepticismo en torno a los principios universales de la existencia. Por consiguiente, propugna que
el significado de la existencia es la creación de un sentido particular puesto que la vida es
insignificante por sí misma, y que la inexistencia de un significado supremo de la vida humana es
una situación de regocijo y no de desolación, pues significa que cada individuo del género humano
es libre para moldear su vida, edificándose su propio porvenir.”
Ahora, podrán notar que hasta aquí he marcado dos palabras en negritas; la primera
conduciendo a la segunda, claro está. Pero, ¿por qué lo he hecho?
Te diré. Este escepticismo que aborda el Absurdismo de Camus es prácticamente el tema
central en el que gira y con el cual coquetea esta novela. Desde el principio hasta llegar al final.
Realmente no hace falta decir más en esta introducción, así que brinquemos juntos al:
Argumento
¿Qué nos cuenta El extranjero? Muy buena pregunta, ¿verdad? Y es que la verdadera pregunta
debería ser ¿Qué no nos cuenta? La novela está escrita en primera persona, entonces desde
primera instancia sabemos absolutamente todos los pensamientos del personaje principal, el
“Señor Meursault”.
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Al principio del relato nos situamos desabordando un autobús que llegaba a su destino, el asilo
en el cual su madre, dos días atrás, había fallecido. Este hombre, joven y ligeramente apuesto,
llega proveniente de la ciudad de Argel, después de 4 horas de camino, y al igual que a cualquier
otro ser humano que ha pasado prolongado tiempo expuesto bajo el sol, tras largas horas fuera
de casa, se le nota agotado, harto y fatigado, entre otras cosas.
Su respuesta –No-- a la pregunta “¿Desea dedicarle unas últimas palabras a su madre?” quien
se haya muerta y dentro de un ataúd, sorprende a todos. Después de largo rato y tras 4 horas,
regresa a casa, donde al día siguiente tiene que volver al trabajo y cumplir con una vida monótona.
La monotonía de su vida se ve ligeramente alterada al encontrarse, dos días después del
funeral, a una chica. María, que llevaba tiempo conociendo, se vuelve rápidamente en su pareja y
empiezan a salir. En su trabajo todo marcha normal, aunque su jefe insiste en darle días libres para
poder “superar” la muerte de su madre. No es que Meursault no amará a su madre, pero el hecho
de que no tenían una conexión tan fuerte o bien el de que “desde hace ya tiempo no tenían nada
más que intercambiarse, ni se debían nada” hizo que la superara el mismo día en que murió.
Así es tal que esta no es la historia de un hombre que sopesa con la muerte de su madre, sino
de uno que vive una vida normal, a pesar de la reciente mala noticia.
El joven decide tomarse las vacaciones y se marcha a la playa en compañía de dos amigos –que
realmente no considera amigos, pero considera indiferente que lo sean–, la esposa de uno de ellos
y también de María, quien lo acompaña a bañarse en el mar. A ellos les encantaba nadar en él,
tomar largos descansos bajo el sol y recostarse sobre la arena.
A pesar de ser una persona tan distinta al resto, debido a su falta de interés, Meursault podía
verse casando pronto con María a quien a pesar de no amar, podría no importarle no amarla.
Tan pronto y cuando todo marcha excelentemente bien, justo una página antes del final de la
primera parte en la que se divide el libro, por azar del destino, por una falla óptica y por la
incomodidad que causa el bochorno en la mente humana, el joven Meursault le dispara 5 veces a
un inocente árabe el cual, anteriormente, con un cuchillo había cortado el labio de uno de sus
amigos. Así la primera parte muere con muerte y da inicio a la segunda en la cual Meursault nos
relata la facilidad con la cual puede vivirse en la cárcel si se tiene buena memoria, imaginación y
nada que esperar de esta vida. El desenlace de esta segunda parte yace ante un tribunal en una
corte, el cual, tras duros alegatos de los acusadores, juzga a nuestro protagonista de inmoral e
insensible ante las emociones humanas y lo condenan a la horca, siendo pena de muerte la
sentencia de las cortes francesas de la época.
Opinión personal
En mi opinión, ¿Qué nos quiere decir El extranjero?
Me parece esta una gran novela y su mensaje, por lo menos para mí, muy claro.
La moral humana se mide acorde a lo que puede y lo que no puede entender, y si el humano no
puede entender algo o bien, la humanidad no lo entiende, entonces es inmoral.
Una dura crítica al aire para quien quiera acomodársela.
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Conclusión
Doy por concluida esta reseña, no sin antes platicar algo que me despertó gran interés, puesto que
lo que compartiré a continuación es algo que yo y muchos más ignoramos.
El extranjero (según un señor proveniente de España, dueño de una cafetería que estimo
mucho) es la pre-cuela a otra novela de Albert Camus.
Aunque no sea aceptada como tal, “La muerte feliz” aborda la historia de Patricio Mersault,
otro “hombre distinto al resto” el cual busca el secreto de la felicidad y lo haya al platicar con un
viejo millonario el cual le dice que “el humano ha empleado toda su vida en gastar su salud para
conseguir dinero, pero debería de empezar a gastar el dinero para conseguir su salud”
reconociendo en salud la felicidad. Patricio, después de charlar con el adinerado, decide matarlo
para así poder encontrar su propia felicidad.
A pesar de uno apellidarse Meursault y el otro Mersault, parece casi obvio que sean la misma
persona, y es que en el final de El extranjero nunca se dice que su protagonista fue ejecutado, sólo
se menciona que al alba llegaría su final.
En fin, tendré que leer “La muerte feliz” y así poder generar un análisis más completo de ambas
historias y dejar a un lado las especulaciones.
Recomiendo este libro a todo aquel iniciado en ideologías filosóficas tales como el
individualismo, el nihilismo, el existencialismo, el escepticismo, cinismo y claro, el absurdismo.
Es un libro corto, de unas 107 páginas en su traducción al español, de rápida lectura y con un
lenguaje fluido, agradable para quien disfrute de las buenas lecturas.
Recuperada de https://articulo.mercadolibre.com.mx/MLM-566395416-el-extranjero-albert-camus-_JM el 5 de
diciembre de 2017.
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Recuperada de http://www.nytimes.com/2011/04/17/magazine/mag-17Sugar-t.html el 6 de diciembre de 2017.
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Leche de Burra
Autores: Luis Calderón, Angélica Montoya, Beatriz Treviño, Alejandra Leal, Marie Buenfil, José Chan y Melisa
Cauich
Juana: hermana mayor de las brujas.
Chana: bruja y niña adoptada.
Sophie de Médici: la burra parlanchina.
Melissa: bruja estudiante de maleficios y letras.
Teófilo: hermano de las brujas.
Esteban: cobrador del INFONAVIB.
Acto I
Es una noche oscura con ambiente un poco tétrico. El escenario dividido en dos (izquierda y
derecha -el sentido visto desde el público-). En el centro de la parte izquierda hay una mesita, al
lado una silla sobre la cual está sentada Juana. Al fondo a la derecha (siempre del lado izquierdo)
hay otra mesa con varios papeles. Al fondo a la izquierda, en la pared hay un retrato de Teófilo con
porte de “noble”. La parte derecha es un espacio abierto en donde hay un establo y un banquito.
Escena 1
Juana se encuentra leyendo un libro grande y viejo, a la vez que mira por momentos al cielo, como
si estuviera imaginándose los pasos para realizar un embrujo. Entra Melissa alzando y revolviendo
algunos papeles que están colocados en la mesa del fondo en actitud desesperada: parecía que se
trataba de un asunto serio, muy serio.
Melissa: Oye Juana ¿Qué fecha es hoy?
Juana: Once de octubre
Melissa: ¡Once de octubre!
Juana: Sí, ¿Por qué?
Melissa:¡Debería haber enviado mi ponencia al Congreso Internacional de Brujas Pro-destrucción
de la humanidad!
Juana: Era hasta el viernes, ¿no? ¿En horario de oficina?
Melissa: No lo sé, ¿estás segura?
Juana: La verdad no, pero de todas formas ni te la iban a aceptar.
Melissa: ¡No entiendes! ¡Es importante! ¡De esa ponencia depende mi próximo tema de tesis ya
que de no presentarla no podré graduarme…jamás!
Juana: ¡Olvídalo! ¡Ya fue! Hasta el año próximo vuelve a haber congreso, mientras tanto ¡ponte a
mejor a trabajar!
Melissa: Ojalá hubiera leído bien la convocatoria.
Juana: Eso te pasa por andar hasta altas horas de la mañana fumando wano de murciélago. ¿Sabes
que algunos de esos mensos tienen rabia? Pero ya ni lamentarse es bueno…
Melissa: Tal vez aún pueda enviarla, investigaré bien.
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Escena 2
Entra chana alterada y hambrienta.
Chana: ¡Juanaaaaa!
Juana: ¡Chanaaaa!
Chana: Hermana, ¿ya es hora de comer? Que quiero mi leche.
Juana: ¡No! No ha habido noche en la que pueda salir a hacer algo… Desde que pusieron esa cruz
grandota en la granja no he podido ir a ordeñar burros.
Melissa: ¿Le tienes miedo a la cruz?
Juana: No, pero siempre que hay una cruz están los ángeles cerca… Y de seguro querrán venir a
cobrarme los del INFONAVIB.
Chana: ¿Qué vamos a comer? Tengo hambre.
Melissa: Quedan los iguanitos de anoche.
Chana: (Berrinchuda) Pero eso lo comimos toda la semana.
Juana: Y si ésta no presenta su tesis (le da un sape) pronto seguiremos comiendo esto… ¡Ay! La
neta es que no aguanto el hambre… ¿Y si mejor le decimos a Teófilo que vaya por la comida? Ese
zángano nunca hace nada.
Chana y Melissa: ¡Tiófilooooo!
Escena 3
Entra Teófilo mostrando señales de estar despertando.
Teófilo: ¿Qué pasó? ¿Por qué osan perturbar mi tan adorado sueño?
Juana: Necesitamos comida… la niña ya está llorando.
Teófilo: (Bosteza) ¿Cual niña?
Juana: Esa niña (apunta a la niña)
Chana: (Actuando como niña) Chi, tengo hambe, Tío.
Teófilo: ¡Habla bien, Chana! ¡No sois un bebé! Además… sigo con sueño… no he dormido bien…
me la pasé haciendo mi exposición para el lunes… y los coyotes no me dejaron dormir… y… y…yo
igual tengo hambre…
Melissa: Pues como que alguien va a tener que ir a la granja.
Teófilo: (Gruñe) Mmmm… Está bien. Denme la botella.
Las brujas empiezan a celebrar.
Teófilo: (Toma la botella) Bueno, ya que tengo la botella empezaré a vestirme… Pero mejor parto
mañana cuando haya dormido bien.
Las brujas hacen coraje y le empiezan a reclamar.
Melissa: (Molesta) Ah no… Ahora te friegas, ¡te vas de una vez…!
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Teófilo: ¡No! Aún no tengo fuerzas, qué tal y si me sale una pelea y por lo débil que estoy me la
parten.
Chana: (Grita asustada) ¿Qué?
Teófilo: Me parten la botella quiero decir… Y así cómo le hacemos para comer los demás días…
Juana: ¡Nada, nada! ¡Vas porque vas y punto!
Teófilo: (Resignado) Ta´weno entonces.
Juana: ¡Anda, pues, Tiófilo! (Imitándolo). ¡No sois un bebe!
Sale Teófilo y se dirige hacia el establo donde hay sólo una burra y dos gallinas. Aún parece estar
dormido y hablando consigo mismo, no se entiende qué dice, pero muestra señales de estar
molesto.
Burra: (aparentando sorpresa) ¿Otra vez tú?
Teófilo: (ligeramente turbado) ¡Te volvieron a embrujar esas chamacas! Con lo difícil que es
callarte. ¿Me dejarás ordeñarte sin psicoanalizarme? ¿O era hipnotizarme?
Burra: Tú tocas mis partes, yo veo tu alma. Es justicia.
Teófilo: ¡Ash! Anda, pues. (Teófilo jala el banquito y se pone cómodo cerca de la burra, empieza a
ordeñar) ¿Quién te puso a hablar?
Burra: La Melissa, andaba practicando para su clase de comunicación. Esa ingrata se divierte
conmigo. Pobrecilla, no sabe que logró que yo hablara, me divierte cuando se frustra, la hubieras
visto, Tío. Jalándose los pelos y gritando que yo era una vaca inútil, (grita imitando a Melisa, con
un tono de enojo y a la vez de burla, termina con una carcajada) ¡vaca inútil! ¡vaca inútil, no sirves
más que pa’ dar leche!
Teófilo: (Molesto) ¡Eh! ‘state quieta y deja de reír, no me dejas hacer mi trabajo.
Burra: Tu trabajo, tu trabajo….Tú no piensas más que en eso, y nada ganas. ¿Cuándo vas a reír tú,
a divertirte? ¿Y el viaje del que siempre hablabas? Visitar a Drácula, ¿no?
Teófilo: Ya verás, en un año ya estaré en Transilvania. (Con orgullo) Ahí tengo mis ahorritos.
¡Cómo quisiera descubrir si ese Bran Stoker decía la verdad! Pa’ mí que Drácula sí existe, es puro
cuento eso de que nomás es novela.
Burra: (Burlándose) ¿Y los cerdos voladores? Yo quiero volar, a ver si el próximo hechi… (La
interrumpe Teófilo)
Teófilo: (Indignado) ¡Calla burra!
Burra: ¡En realidad mi nombre es Sophie...Sophie de Médici! (menciona con orgullo)
A lo lejos se escucha la voz de chana que va llegando al establo.
Chana: (Berrinchuda y enojada) ¿Por qué tardas tanto? Ya me está llegando la gastritis de andarte
esperando.
Teófilo: (Desesperado) ¡Ya va! ¡Ya va! (Prueba la leche y la escupe).
Juana: Supongo que necesitas conseguir trabajo, Melissa. ¿Si no cómo comemos?
Melissa: Pues como está ahora la situación es imposible conseguir uno, además no he terminado
la escuela.
Primera edición 2017 | Café de Letras 35
Juana: Pues ni que te lleguen a ofrecértelo en la puerta de la casa. Actívate.
Melissa: Confiaré en el destino. Total la fe mueve montañas.
Teófilo: Sí, ya se te acedó la leche ahí dentro. No sirve. Creo que debo ir a buscarla a otro lado, ahí
ese del INFONAVIB siempre tiene un poco, es adicto. Pero no tengo dinero. Ya veré qué hago.
Salen.
Acto II
Escena 1
Un campo, en medio de éste una gran cruz apoyada en la pared. Al lado en el extremo derecho,
bajo un toldo, sentado detrás de una mesita está el ángel Esteban. Tiene una libreta, una
calculadora y una lamparita alumbrando en la mesa. Está también sobre la mesa una caja de
leche. Entra sigilosamente Teófilo del otro lado, escondiéndose en medio de la noche.
Esteban: (Hablando sólo) Jorge Ordóñez no me ha pagado… Su mamá tampoco… Su papá menos…
ash… si ya están muertos qué les cuesta pagar su habitación en el Cielo Inn… Creo que el precio de
mil padrenuestros por noche es muy elevado… ¡Ya sé! Habrá que agregarle un aumento del quince
por ciento… Soy un genio para las finanzas. El que dijo eso de “hay una mano invisible que regula
el mercado” olvidó decir que esa mano es la de Dios… (Continúa anotando en su libreta y dice
nombres como si fuera una lista).
Entra Teófilo, escondido, para robar la leche que tiene Esteban. Siguen en sus asuntos y Teófilo por
accidente y por estar oscuro le agarra la mano a Esteban y éste se asusta.
Esteban: ¡Santa Madre de Dios! (A Teófilo) ¡Te reprendo hijo de...! (Se va calmando) Espera, yo a ti
te conozco, eres hermano de aquella brujas. Ese tal Deífobo.
Teófilo: ¡Teófilo!
Esteba: Lo que seas. ¿Vienes a pagar la deuda, o es que te traes otras intenciones?
Teófilo: No pues… emm… sólo pasé a saludar. (Con un poco de vergüenza) Y a preguntar si me
regalaba un poco de leche, si es que es tan amable.
Esteban: Conque es por la leche, ¿eh? ¿Dónde te entra que te voy a dar leche si ni siquiera puedes
pagar la deuda que te traes? Los tuyos siempre iguales. Si no me pagas me veré obligado a llamar
a los arcángeles y no te va a gustar.
Téofilo: No, pos´ yo ya me iba. (Y sale corriendo hacia la mitad del escenario. Esteban detrás de él.
Escena 2
Aparecen un momento las brujas del otro extremo buscándolo y reclamándole, pues piensan que
se ha quedado dormido en algún lugar.
Juana: ¡Tiófilo! ¡Deja de flojear!
(Las brujas lo ven, y que detrás de él viene Esteban).
Melissa: ¡Los de INFONAVIB! ¡Corran!
Primera edición 2017 | Café de Letras 36
Salen.
Acto III
La misma escenografía que en el primer acto. Teófilo y las brujas entran desesperados a la casa, se
van calmando poco a poco. Teófilo se tira al suelo a dormir de cansadom
Melissa: Yo supongo que lo perdimos. Esos chavos son más flojos que Teófilo, unos flojos de
escritorio. Ya ni vuelan por la panza. Correrán menos que una tortuga sin patas.
En ese momento se escucharon un par de golpes en la puerta por los cuales se turbaron todos.
Melissa se espanta y se va al establo. Juana, más que intrigada y nerviosa, se dirigió a la entrada
para ver quién era.
Juana: (Grita junto a la puerta) ¿Quién?
Petra: (Grita de vuelta) ¡Soy yo, abre la puerta!
Juana: (Reconoce la voz y abre la puerta, sonriente) ¡Petra!
Petra: (Sonriente) La que viste y calza, chula.
Ambas se dan un abrazo rápido.
Juana: ¿Qué haces por aquí? ¿Y a esta hora? Sé que eres bruja, ¡pero tampoco te pases!
Petra: ¡Ay, Juana! De las cosas que me he enterado, hasta allá donde vivo se sabe lo de la pobre
Melissa…
Melissa: (Entra, triste) ¡Mira, méndigos chismosos! Ah, pero cuando me tengo que enterar de algo
las noticias tardan más que Circuito Universalidades.
Teófilo: (Hablando en voz alta) ¡Eh, Eh! ¡Callaos, que ni dormir me dejan!
Petra: Teófilo, Melissa, ¿qué creen? (Hace una pausa dramática)
Melissa/Teófilo: ¿Qué?
Petra: (Altiva) Les he traído la solución a toditos sus problemas, ya verán que con esto hasta su
burra comerá bien todos los días… (Mirando al establo se da cuenta de que la burra habla sola) Por
cierto, ¿qué mal les hizo la pobre para que la anden lanzando embrujos?
Juana: Esa fue la Melissa, a mí ni me veas.
Teófilo: Bueno, ¿cuál es tu punto?
Petra: Ya pues, iré al grano. Melissa, te vengo a ofrecer trabajo.
Melissa: (Impresionada) ¿Ah? ¿Por qué o qué?
Petra: (Fingiendo ingenuidad) Supongo que ahora que no presentaste para el Congreso de Brujas
tendrás tiempo libre, ¿verdad?... Fíjate que mi tía está iniciando un negocio de brujas
emprendedoras y estamos reclutando a nuevos, ¡anímate, estamos dando hasta capacitación! ¡Sé
tu propia bruja jefe!
Melissa: ¡Ay, pero de seguro está bien lejos! Además aún tengo que ponerme a buscar algo para
escribir mi tesis, o de lo contrario no podré graduarme…
Primera edición 2017 | Café de Letras 37
Juana: (La interrumpe) “Jamás”.
Petra: Tss, de eso ni te preocupes, que también podemos ayudarte con eso, puedes encontrar un
montón de temas ahí y te asesoramos, lo único que tienes que hacer es ayudarnos con pociones y
hechizos, y con lo que logré ver con la burra se nota que sabes usar tu magia. ¡Tenemos horario
flexible!
Juana: ¿Y le pagarían desde ya? Porque luego salen de culer…
Teófilo: (Interrumpe) ¡Juana! Hay menores de edad presentes (apunta a Chana).
Chana saluda desde una silla.
Juana: (Rezongando) Ay, ni tan santita la niña.
Melissa: ¡Ya está bueno, quietos los dos! (Los ve como diciiéndoles que se callen mientras todo
queda en silencio un rato).
Petra: (Mueve la mano) Descuida, no hay bronca; Melissa es como de la familia, tendrá hasta
prestaciones cuando quiera mientras que no se exceda o vuelva a otra persona en burra. O sea,
sea buena con la banda...
Melissa: (Pensativa) Suena tentador, pero quién sabe, luego te lo pintan bonito y resulta ser una
vil estafa.
Petra: (Persuasiva, mira a los tres en escena) Ta´weno pues..., sólo te digo que llegué a esta hora
porque esos méndigos ángeles seguían merodeando en la entrada para cobrarte el INFONAVIB,
sólo te comento…
Juana, Melissa y Teófilo intercambian miradas, mostrando sorpresa y duda. Después de unos
segundos, responde Melissa.
Melissa:… ¿Cuándo me empezarían a pagar?
Petra: (Aplaude con emoción) ¡Me alegra que hayas tomado esa decisión! Ven, hagamos que esa
burra deje de hablar y luego te daré más detalles del trabajo, ¿sí?
Melissa: Y tú decías que no, Juana. Dudaste de la fe.
La rodea por los hombros y salen por el establo hasta desaarecer de escena, dejando a Juana,
Teófilo y Chana celebrando.
Esteban: Y fue así como la tranquilidad volvió a la casa: los ángeles fueron a molestar a otros para
que les pagaran el INFONAVIB; Melissa pudo terminar su tesis para graduarse; Teófilo, el que
hablaba como español por tanto ver videos de YouTV robando internet del vecino, finalmente viajó
a Transilvania; y, lo más importante, Sophie de Médici dejó de ser una burra parlanchina, pero
siguió en esa forma para que no pueda acusar a la Melissa de robo, de plagio y de estar fuera del
canon....Volvió a ser simplemente la burra del establo con trastorno de personalidad. A partir de
ese momento se creyó Ana Karenina… Tantán.
Fin.
Primera edición 2017 | Café de Letras 38
Primera edición 2017 | Café de Letras 39
Paul Vintones
David Antonio Esquivel
Paul caminaba hacia la escuela. Eran las 7 de la mañana de un jueves ordinario, aunque para él
todavía no era jueves. La noche anterior no había dormido y en su mente, “no es mañana hasta
que duerma” era casi un lema de vida. La tristeza lo había mantenido despierto, y ahora iba en
dirección hacia esa escuela en donde nadie le quería.
Pero bueno, al menos tenía un amigo: el conserje. Una persona humilde y de buenos modales.
Su habilidad para entablar pláticas filosóficas, el peculiar amor que tenían por la mitología de
Lovecraft y su pasión hacia las novelas de Julio Verne fueron los pilares fundamentales de su
amistad.
Además de ser amigo del conserje, Paul entablaba en ocasiones una que otra conversación con
una chica de su salón. “La única y diferente” le decían a su espalda, pero su nombre era Sofía.
Ambos eran excluidos por sus compañeros, aunque ella era más aceptada.
Ese día llegó temprano por primera vez desde que empezó el semestre. Tomó asiento y al
hacerlo, a su derecha escuchó un “Ve este meme”. Levantó rápido la mirada y se encontró con una
mano que se extendía hacia su cara, en ella vio un celular. En la parte superior de la pantalla, vio a
un doctor que decía tener malas noticias y a un paciente que preguntaba preocupado cuáles eran.
Ver abajo al doctor sosteniendo un televisor en el que se leía “Noticieros Televisa”, le robó una
carcajada. La maestra lo vio reír y le preguntó su porqué. El comentó haber visto un buen meme y
al instante ella le pidió que se cambie de lugar.
Esa fue la primera interacción que tuvo con una persona nueva desde el mes de enero, cuando
conoció a Sofía.
“Creo que no le caigo bien a la maestra”, se dijo en voz alta.
—Estás enfermo. — le contestó alguien a un lado. Era Joaquín, el clásico chico rudo y popular
de la clase.
Como Paul sabía que la rudeza era su manera de demandar atención, le contestó:
—Tienes razón.
Joaquín se cambió de silla. Tomó su celular y en seguida abrió Facebook; y hábilmente publicó
en su muro: “Paul Vintones es un lame bolas”.
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Primera edición 2017 | Café de Letras 40
Horizontales
1. Figura retórica de dicción que consiste en la repetición de uno o varios sonidos dentro de una misma palabra o frase. 4. Figura retórica que consiste en la atribución de una sensación a un sentido que no le corresponde. 6. Representación en la que las cosas tienen un significado simbólico. Verticales
2. Es un recurso narrativo que consiste en el descubrimiento por parte de un personaje de datos esenciales sobre su identidad, sus seres queridos o su entorno, ocultos para él hasta ese momento. La revelación altera la conducta del…
…personaje y lo obliga a hacerse una idea más exacta de sí mismo y de lo que le rodea. 3. Figura expresiva del lenguaje que consiste en utilizar una construcción de varias palabras para evitar una palabra simple; a menudo se utiliza con fines eufemísticos. 5. Figura retórica de pensamiento por medio de la cual una realidad o concepto se expresan por medio de una realidad o concepto diferentes con los que lo representado guarda cierta relación de semejanza. 7. Composición literaria en verso en que se cuentan las hazañas legendarias de personajes heroicos, que generalmente forman parte del origen de una estirpe o de un pueblo. 8. Figura que consiste en comparar dos imágenes pertenecientes a campos semánticos distintos.