C Recoletos amina91€¦ · no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y...

8
91 anta amina y 2007 BOLETÍN DE AMISTAD gustinos A R ecoletos C SEPTIEMBRE — OCTUBRE C uando el pasado 17 de abril se constituyó en la Ciudad de Mé- xico el consejo asesor que apoyará las actividades del proyecto social CARDI, se alcanzaba uno de los momentos más significati- vos de un proceso nacido mucho antes. Entonces conseguía su identidad formal, pero su origen se remonta a 1961, cuando los agustinos recoletos se comprometieron a atender la zona hospita- laria más importante del país. La labor de éstos fue tomando fuerza y comenzaron a trabajar en el asesoramiento y asis- tencia espiritual tanto de enfermos y familiares co- mo del personal hospita- lario, procurando cada vez más la promoción humana de los enfermos y sus familias. Los datos hablan de que cada año se mueven en dicha zona hospitalaria alrededor de 50.000 enfermos con estancia de varios días. La mayoría procede de fue- ra de la Ciudad de México. Muchos care- cen de recursos y se ven, además, desorienta- dos. Por eso, poco a poco fue naciendo la idea de constituir una fundación de apoyo a todas esas personas que vienen a los hospitales de la Capital. Se trataba de crear un espacio de acogida que permita descubrir la inte- rioridad y trascendencia en ambiente de fraternidad. Cuando a los delegados de los agustinos recoletos se les pre- sentó el proyecto en la asamblea de mayo de 2006, no dudaron en incluirlo en el programa de go- bierno del trienio que empeza- ba. Querían, con él, «respon- der con audacia, creatividad y generosidad al desafío de las nuevas pobrezas, asegurando su presencia samaritana sobre todo en las realidades de frontera, en los lugares de mayores necesidades y abandonos». Sabemos que la preocupación de los cristianos por pobres y enfermos nace de la raíz misma del ejemplo de Cristo. Y que la historia de la Iglesia y especialmente de los religiosos es una continuada galería de iniciativas: escuelas, hospita- les, hospederías, residencias de huérfa- nos o ancianos… Los agustinos recole- tos continúan con for- mas tradicionales de dedicación; la prime- ra y principal, vivir junto a las clases humildes, acompa- ñándolas en su vivir diario. Pero cada día es más imprescindible poner en marcha proyec- tos sólidos, estables, con- tando con el amplio movi- miento de voluntariado que se da en la Iglesia y colaborando con otras organizaciones. Entre las muchas iniciativas que llevan a cabo —Centros Esperanza de Lábrea, Ciudad de los Niños de Costa Rica, promoción de hogares en Chihuahua, etc.,— dedicamos hoy especial atención a dos, ofi- cialmente propuestas para el trienio en curso. Una es el CARDI. La otra es el proyecto «Hogar Santa Mónica», que se cuida en Fortaleza (Brasil) de niñas en peligro de explotación sexual. Lo que hagamos o dejemos de hacer quedará definitiva- mente hecho u omitido en la mejor historia: la de la solidari- dad con nuestro hermano. Q u i e r e n r e s p o n d e r c o n a u d a c i a , c r e a t i v i d a d y g e n e r o s i d a d a l d e s a f í o d e l a s n u e v a s p o b r e z a s U N A M O R B I E N O R G A N I Z A D O

Transcript of C Recoletos amina91€¦ · no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y...

Page 1: C Recoletos amina91€¦ · no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y que se mueven por profundas convicciones. Esto es válido para las grandes gestas

91antaamina

y2007BOLETÍN DE AMISTAD

gustinosARecoletosC SEPTIEMBRE — OCTUBRE

Cuando el pasado 17 de abril se constituyó en la Ciudad de Mé-xico el consejo asesor que apoyará las actividades del proyecto

social CARDI, se alcanzaba uno de los momentos más significati-vos de un proceso nacido mucho antes. Entonces conseguía suidentidad formal, pero su origen se remonta a 1961, cuando los agustinos recoletos se comprometieron a atender la zona hospita-laria más importante del país.

La labor de éstos fue tomandofuerza y comenzaron a trabajaren el asesoramiento y asis-tencia espiritual tanto deenfermos y familiares co-mo del personal hospita-lario, procurando cadavez más la promociónhumana de los enfermosy sus familias.

Los datos hablan de quecada año se mueven en dichazona hospitalaria alrededor de50.000 enfermos con estancia devarios días. La mayoría procede de fue-ra de la Ciudad de México. Muchos care-cen de recursos y se ven, además, desorienta-dos. Por eso, poco a poco fue naciendo la idea deconstituir una fundación de apoyo a todas esas personasque vienen a los hospitales de la Capital. Se trataba decrear un espacio de acogida que permita descubrir la inte-rioridad y trascendencia en ambiente de fraternidad.

Cuando a los delegados de los agustinos recoletos se les pre-sentó el proyecto en la asamblea de mayo de 2006, no dudaron enincluirlo en el programa de go-bierno del trienio que empeza-ba. Querían, con él, «respon-der con audacia, creatividad ygenerosidad al desafío de lasnuevas pobrezas, asegurandosu presencia samaritana sobre

todo en las realidades de frontera, en los lugares de mayoresnecesidades y abandonos».

Sabemos que la preocupación de los cristianos por pobresy enfermos nace de la raíz misma del ejemplo de Cristo. Yque la historia de la Iglesia y especialmente de los religiososes una continuada galería de iniciativas: escuelas, hospita-

les, hospederías, residencias de huérfa-nos o ancianos…

Los agustinos recole-tos continúan con for-mas tradicionales dededicación; la prime-ra y principal, vivirjunto a las claseshumildes, acompa-

ñándolas en su vivirdiario. Pero cada día

es más imprescindibleponer en marcha proyec-

tos sólidos, estables, con-tando con el amplio movi-

miento de voluntariado que se daen la Iglesia y colaborando con otras

organizaciones.

Entre las muchas iniciativas que llevan a cabo—Centros Esperanza de Lábrea, Ciudad de los Niños

de Costa Rica, promoción de hogares en Chihuahua,etc.,— dedicamos hoy especial atención a dos, ofi-cialmente propuestas para el trienio en curso. Una es

el CARDI. La otra es el proyecto «Hogar Santa Mónica», que secuida en Fortaleza (Brasil) de niñas en peligro de explotación

sexual.

Lo que hagamos o dejemosde hacer quedará definitiva-mente hecho u omitido en lamejor historia: la de la solidari-dad con nuestro hermano.

Quieren responder con audacia, creatividad y generosidad al desafío

de las nuevas pobrezas

UN AMOR BIEN ORGANIZADO

Page 2: C Recoletos amina91€¦ · no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y que se mueven por profundas convicciones. Esto es válido para las grandes gestas

CARDI = NEC

Septiembre - Octubre 2007

antaamina

yC91

Dirección:Javier Legarra

Redacción:Pablo PanedasMarciano SantervásRodrigo DíezRoberto Sayalero

Edita:Agustinos Recoletos

Provincia deSan Nicolás de TolentinoPaseo de La Habana, 16728036 MadridTel. 913 453 460Fax 913 452 222E-mail:[email protected]

Imprime:EspañaArte-Impress S.L. — ZaragozaMéxico, Estados Unidos y Costa RicaImprimo S.A. de C.V. — México D.F.

Maquetación:Fotjomar’d — Zaragoza

Agustinos RecoletosBoletín de Amistad

Número 91Septiembre — Octubre 2007

Depósito Legal:M-10324/1986

EN PORTADA:Podría ser el signo de la secciónde cardiología. Es el del CARDI,que también trata del corazón.Ambos coinciden casi en el nombre y de lleno en el símbolo.Claro que, en uno, el corazón esobjeto de estudio y de cura,mientras que el del CARDI es uncorazón pletórico que propulsa viday humanidad.

antaamina

yC

Detrás de los grandes titulares deprensa hay siempre una intrahis-

toria —según la expresión de Unamu-no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y que semueven por profundas convicciones.Esto es válido para las grandes gestas ypara la historia más humilde de una ins-titución o persona.

La parroquia de HospitalesLa actual parroquia de Nuestra Señora

de Guadalupe de los Hospitales, erigidaen 1961, fue durante más de 50 añosuna capilla próxima a los hospitales dela capital azteca, y tenía como objetivofundacional la atención espiritual a losenfermos del Hospital General.

La parroquia atiende a 3.500 enfermos de los hospitales más

sus familiares y acompañantes

en distintos rumbos pobres dela ciudad.

Es por ello por lo que desea-mos ardientemente encomendara dichos padres el cuidado deesta parroquia, con la seguridadde que el sacrificio, el celo y eleficaz y fecundo apostolado quela parroquia exige, han de estarsiempre garantizados con el le-ma Ciencia y Caridad de estosdignos hijos de san Agustín».

Ya en 1964, la antigua y pequeñacapilla fue sustituida por un templodigno y amplio. Al tiempo que tambiénlos pabellones hospitalarios crecían alritmo que la misma megápolis mexica-na, por lo que el número de enfermostambién aumentaba.

En 1979, el papa Juan Pablo II visitóel Hospital Infantil, infundiendo a los reli-giosos con su presencia un renovadoaliento en este difícil trabajo pastoral.

En 1985, el terremoto que asoló laCiudad de México destruyó casi la mitadde las casas de la parroquia, así comolos edificios hospitalarios. Los agustinosrecoletos dieron testimonio de entregagenerosa, volcándose en atender a tan-tos damnificados. En la actualidad, laparroquia atiende a unos 3.500 enfer-mos de los tres centros sanitarios: Hospi-

Tanto esta capilla como la atención alos enfermos pasaron por momentos deespeciales dificultades, de las que fueronconscientes las autoridades de la Iglesiamexicana, de modo que el cardenalMiguel Darío Mirandadecidió encomendar laparroquia a los agustinosrecoletos, que llevaban enel país mexicano escasoslustros. El Cardenal lo razo-naba en la toma de pose-sión del primer párroco,Antonio Sádaba:

«Conozco bien elespíritu recoleto yla preciosa laborque estos padresvienen desarrollan-do desde hace mu-chos años, con gransacrificio y desinte-rés económico, sinmás anhelo que elbien de las almas,

En presencia de san Juan Diego, la Virgen de Guadalupe curaal tío de éste, Juan Bernardino. Pintura popular en la parroquiade Hospitales.

Page 3: C Recoletos amina91€¦ · no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y que se mueven por profundas convicciones. Esto es válido para las grandes gestas

ESIDAD + CARIDAD3C

Septiembre - Octubre 2007

tal General, Centro Médico y HospitalInfantil. A ellos hay que añadir otras10.000 personas que entran y salen adiario: familiares, trabajadores, enfer-mos de consultas externas, etc.

Hospitales para los recoletosA lo largo de su ya prolongada his-

toria, los agustinos recoletos han dejadoen México diversos ministerios; pero enningún momento ha pasado por lamente de nadie dejar esta parroquia yla atención a los enfermos. En expre-sión del actual prior y párroco, JavierAcero, en todos los religiosos que hanformado la comunidad de Hospitalesha sido una constante «la entrega alCristo sufriente presente en los enfer-mos o en las familias que pierden a susseres queridos». Y añade:

«Los frailes siempre hantenido conciencia clara de queno pertenecen al hospital nia los velatorios del SeguroSocial, sino a los enfermos y alas familias tristes que esperanen las promesas de vida eter-na que nos hizo Cristo».

Los agustinos recoletos siguen apos-tando por este ministerio, lo cual exigeuna actitud de entrega y una capaci-dad grande para responder a los gra-ves desafíos que presentan tanto losenfermos como sus familiares.

El CARDIComo el amor es imaginativo,

recientemente los agustinos recoletoshan creado en esta parroquia un pro-yecto social; un proyecto que quiere

ser una nueva forma depresencia y servicio a losmás pobres, que son losenfermos y, en tantas oca-siones, los mismos familia-res que aquí vienen detodos los rincones de laRepública. Un proyectosocial que se conoce porlas siglas CARDI: «CentroAgustino Recoleto deDesarrollo Integral».

Este proyecto, larga-mente acariciado por los agustinosrecoletos, se inició a principios de2005. En el inicio los responsableseran únicamente religiosos; pero, con-forme el proyecto iba madurando, sevio la conveniencia y necesidad deinvolucrar a los laicos. En este momen-

CARDI cuenta con unvoluntariado que, en estemomento, está formadopor cuarenta personas

Primera piedra, colocada el pasado 18 de agosto .

to, CARDI cuenta ya con sus espaciosy organización; en él religiosos y lai-cos caminan juntoscon un compromi-so común y buscannuevas formas deservir, conforme alos tiempos, en unministerio frontera,en donde el gritode dolor por laenfermedad o lamuerte se compar-te al unísono conla pobreza.

Son muchos losenfermos y fami-liares que llegan ala Ciudad de Mé-xico con lo puesto.Los altos costos delos medicamentos,las grandes dis-tancias de donde Maqueta del edificio en construcción.

proceden los enfermos, sus escasosrecursos, son fuente de una complejadificultad que no admite demora ensu solución. La misión de CARDI esacompañar y asistir a estas personasenfermas de escasos recursos y nece-sitadas de albergue, comida, atenciónpsicológica y espiritual. En una pala-bra: requieren una atención integral.

CARDI, además de ser un espaciode acogida y hospitalidad, administraun dispensario que proporciona medi-cinas a los enfermos que no puedenpagarlas. CARDI presta atención espi-ritual y psicológica a estas personastan vulnerables: pacientes y familiares.CARDI imparte cursos y talleres detanatología, logoterapia y orientacióna los clientes que lo requieren.

Para desarrollar esta compleja la-bor humanitaria y religiosa, CARDIcuenta con un voluntariado que, en es-te momento, está formado por cuaren-ta personas. Dentro del Centro, la es-cuela San Ezequiel Moreno es laencargada del proceso formativo delos voluntarios, que expide titulacionespropias y que potencia al máximo lapráctica personal del acompañamien-to y para ello prepara especialmente asus alumnos.

antaamina

yC91

Page 4: C Recoletos amina91€¦ · no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y que se mueven por profundas convicciones. Esto es válido para las grandes gestas

Septiembre - Octubre 2007

C4

antaamina

yC91

Me doy y me encuentroen la medida de midesprendimiento

extraño. Llevo dos meses sin traba-jar, y quiero ver qué puedo venderpara traer dinero.

Me siento orgulloso de la familiaCARDI. Abrimos los brazos a los másvulnerables y creamos un lugar de refe-rencia, amistoso, familiar, donde sesaben seguros en medio de la corrup-ción, la violencia, la inseguridad, laexposición a muchos atropellos por sudesconocimiento de la ciudad y de suritmo de vida.

Aquí mi existencia sale de mí y la doyal otro, la comparto. Y así, estando conel otro, me hago hombre y cristiano.Una frase explica cómo lo siento: «En elencuentro con el otro, mi existenciasurge y soy aquello que doy». Me hedescubierto, me he encontrado conmi-go de diferentes formas, que hoy acep-to y reconozco. Me doy y me encuentroen la medida de mi desprendimiento.

Eduardo, ‘Lalo’, Carballido (Ciudad de México, 1972), es ingenierocivil, doctor en Terapia Gestalt y diplomado en Teología, Pastoral yOrientación y Desarrollo Humano. Es un viejo lobo de mar del océanode la cooperación y el voluntariado. Y es el coordinador de CARDI.

Hoy sé que Dios me ha traído aCARDI para algo. Tienen sentido aque-llas experiencias con niños de la calle,con gente de comunidades en misiones,en peregrinaciones, en cursos, con ami-gos, con muchos dolores y desafíos…con esperanzas.

Dios ha puesto todo esto en micamino, y descubro que toda la historiapasada tenía un sentido: dejarme llevar,confiar, hasta llegar al CARDI, hasta sercon el otro.

También me siento acompañado. Noestoy solo. He descubierto a los religio-sos, a los voluntarios y a tantas personasde aquí, del barrio, con quienes vivo elcompromiso de CARDI. Tienen uncorazón generoso y deseos de ayudar.Caminan conmigo y la comunidadpara construir el Reino, un reino deFraternidad que en CARDI tiene unomás de sus pequeños reflejos.

Lalo Carballlido

A finales del año pasado hice un via-je por la India para sentir la vida, la fe, labelleza, la sencillez y la pobreza de sushabitantes. Recorrí hogares y proyectossociales en Calcuta y lugares similares.Allí algo pasó en mí; ese algo me llevó avivir un abandono y una paz nacidosdel corazón. Al regresar a México mesentía, era, más «yo». Con unos ejerci-cios espirituales confirmé este deseomío y de Dios de consolar a los másnecesitados: sería mi misión y vocación.

Los recoletos, de alguna manera, yame esperaban para el centro CARDI.Empecé a caminar por los pasillos de loshospitales, a conocer y acompañar aquienes venían de lejos, solos, sin dinero,con dolor, con poca esperanza… perocon un amor grande a sus enfermos.

Nos pedían una botella de oxígenopara conseguir dar de alta al enfermo, elpago de unos análisis, los medicamen-tos o los pasajes… Pero detrás de tantacarencia había, sobre todo, un dolorgrande en el corazón: ven sufrir al enfer-mo, sienten el terror a una posible pér-dida.

En CARDI los he escuchado. Les hedicho que necesitan ocuparse tambiénde sí mismos. No se atreven a pedircomida o un cepillo dental, a buscardónde bañarse. Llevan semanas sinsepararse de su enfermo, sin asearse.Llegaron a la Ciudad de México sinimaginar lo que se les venía encima.

Jorge, de un pueblecito junto a lafrontera de Guatemala, a 19 horas delDistrito Federal, me dijo:

—Lalo, regreso a mi rancho a sem-brar; si no siembro, no tengo nada paradespués. Se queda mi esposa —yoentendí: ‘te la encargo’—. Llevo dosmeses sin ver a mis otros hijos y los

«SOY AQUELLO

QUE DOY»

Page 5: C Recoletos amina91€¦ · no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y que se mueven por profundas convicciones. Esto es válido para las grandes gestas

Septiembre - Octubre 2007

Pensión y comida para dos, medicinas,

traslados… y sólo 100 pesos en el bolsillo

Asus 14 años, Érika llevaba una vidallena de juegos y sonrisas en su

pueblo, Chautipan, en el Estado deGuerrero (México), a unos 300 kiló-metros de la capital. Vivía con sumadre enferma y nueve de sus cator-ce hermanos. Hasta que un día empe-zó a sentir continuos escalofríos.

Dos de sus hermanos, Guillermo(30 años) y Lucía (20) la llevaron alhospital de Chilpancingo, donde per-maneció ingresada un mes y recibióel diagnóstico que le cambió esavida: leucemia.

Fue trasladada a Acapulco, y allí lerealizaron un aspirado de médulaósea y transfusión de plaquetas ysangre. Terminado el tratamiento,Érika y sus hermanos regresaron aChilpancingo. Pero una hemorragiavaginal obligó a su traslado al Hospi-tal Infantil Federico Gómez, en elDistrito Federal.

Érika, Guillermo y Lucía no cono-cían a nadie en la gran ciudad. Érika

estuvo un mes en urgencias y tresmeses más en oncología. Lucía la acompañaba permanentemente. Gui-llermo solicitó ayuda a la BeneficenciaPública, que les concedió 72.000 pe-sos (4.800 euros) para la compra de unmedicamento. Después regresó aChautipan para conseguir más recur-sos. El tratamiento no iba a ser rápidoni barato.

Cuando los médicos les mandaroncomprar Ciclosphorina, la Oficina deTrabajo Social habló a Lucía y Érikade CARDI. Se acercaron por vez pri-mera y recibieron —seguramente sinesperarlo— ayuda para alimentacióny medicamentos, así como acompa-ñamiento espiritual. Fue un alivio:hacía semanas que estaban solas, sindinero, llenas de temorpor el futuro de Érika ypor la falta de seguri-dad, pues ya habían tra-tado de robarles unavez.

Lucía visitaba CARDItodos los días. Primerosólo solicitaba un pasede comida o medicinas.Luego sus visitas fueronmas largas: por fin teníaalguien con quien com-partir su vida, sus mie-dos y su desesperación.

Las condiciones empeoraron cuan-do Érika recibió el alta médica y hubode salir del Hospital. Los gastos semultiplicaron: pensión y comida paralas dos, medicinas, traslados… y te-nían 100 pesos (menos de siete euros)en el bolsillo. De nuevo en CARDIencontraron un refugio. Ahora ya exis-tía confianza, amistad y cariño parauna lucha común. Se buscó un lugarmejor para las dos.

Érika mejoraba y Guillermo, ya devuelta, decidió llevársela a casa. Peroél se había quedado sin empleo, pordedicarse a su hermana. CARDI hubode correr con los gastos del trasladohasta Chautipan de los tres.

Un mes después llegaron de nuevoa México para consulta. Las noticiasseguían siendo buenas: —Érika saliómejor que nunca en sus plaquetas yya va de salida. Le seguían recetandomedicamentos carísimos y tampocotenían suficiente para el viaje devuelta. CARDI cubrió esos gastos.

Érika, Lucía y Guillermo han sidoun modelo de lucha y esperanza, yhan dado un testimonio de cariñoentre hermanos, dejándolo todo –tra-bajo, familia, tierra…— para acompa-ñarse en la dificultad. CARDI no hahecho más que cumplir su papel: darapoyo incondicional, confianza en unmundo de inseguridades, consueloen medio del dolor.

Érika en la Gran CiudadC5

antaamina

yC91

Page 6: C Recoletos amina91€¦ · no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y que se mueven por profundas convicciones. Esto es válido para las grandes gestas

Entre el hospital y el CARDI

6C

Septiembre - Octubre 2007

antaamina

yC91

amplios. Nunca le van a faltar personasque necesiten escucha, acogida o ayudade uno u otro tipo.

Luis.– En el CARDI yo veo un com-plemento del trabajo humano y pasto-ral realizado en los hospitales. En loshospitales la acción se centra en los en-fermos, mientras que en el CARDI se atiende sobre todo a los familiares. És-tos reciben no sólo medicinas o un va-le de comida, sino también acogida yun hogar en medio de una ciudad gi-gantesca y deshumanizada como Méxi-co. En el CARDI ordinariamente pasá-bamos varias horas por la tarde, y allí,aparte de estar siempre dispuestos aescuchar, dedicamos mucho tiempo aelaborar el inventario de los materialesy medicamentos enviados por farma-cias y personas particulares.

—Una experiencia fuerte, sin duda.Gustavo.– Cierto. En mi trabajo en el

Hospital General de México, donde prin-cipalmente he estado, me he encontradocon casos difíciles por el sufrimiento y laextrema necesidad en que viven las per-sonas que acuden a este centro sanitario.Son personas de muy escasos recursos, yvienen tanto del Distrito Federal, comodel Estado de México y de toda la Repú-blica. Pero, al mismo tiempo, estos casosdifíciles me han iluminado de una mane-ra inesperada al ver que muchos mantie-nen una fe fuerte y viva en Dios y de for-ma especial en la maternal protección dela Virgen de Guadalupe.

Luis.– Mi experiencia en el HospitalGeneral me ha impactado sobremaneraal encontrarme muy de cerca con la rea-lidad del dolor y la enfermedad: perso-nas muy enfermas y muy pobres, peroque asumen con gran fortaleza su enfer-medad, lo que me ha ayudado a ser mássensible y a encontrar en la misma en-fermedad cosas positivas.

—¿Cómo reaccionabais ante esos dra-mas humanos? ¿Qué decíais a la gente?

Gustavo.– Mi función se ha limitadosencillamente a escuchar, a dar apoyo ycercanía. He visto que las palabras y losdiscursos teológicos, en la mayoría delos casos, sobran. En ocasiones algunas

personas se han desahogadoconmigo y me han interpeladosobre el porqué de su dolor ypor qué a ellos. Ante esto mu-chas veces me he quedado depiedra, sin saber qué contes-tar, aunque trataba de darlesun atisbo de esperanza desdemi pobre experiencia comocristiano y religioso. Pero notodo es tan negro: también hepalpado la alegría de aquellosque han recibido el alta médi-ca y pueden regresar con susfamilias, aunque vuelvan a su

pobreza y a su difícil situación familiar.

Luis.– Al principio me preocupabaqué les diría tanto a los enfermos como asus familiares —a veces éstos son másdifíciles—. Pero poco a poco me di cuen-ta de que, más que hablarles o aconse-jarles, se trataba de estar con ellos, deescucharlos y ayudarles a no perder laesperanza y el sentido de la vida. He po-dido ver en muchos la alegría y el agra-decimiento por la dedicación de los frai-les, ya fuera en la visita o en el estarpendientes de que ellos recibieran laayuda de Cristo por medio de los sacra-mentos.

—Os estáis centrando envuestra experiencia del Hos-pital. También interesaríaque dijerais una palabra so-bre el CARDI.

Gustavo.– En el CARDIme ha llamado la atenciónel trabajo en equipo quelleva la comunidad de frai-les junto con los laicosinvolucrados en el proyec-to. También, que el CARDIfacilita la acción del volun-tariado y promueve la for-mación de nuevos volunta-rios. Me parece que unproyecto de tanta enverga-dura necesita locales más

Trataba de darles unatisbo de esperanza

desde mi pobreexperiencia

Gustavo y Luis son dos jóvenes agustinos reco-letos en formación. El primero es costarricen-se; Luis procede de Honduras. Los dos estáncursando los estudios de teología. Deseosos detener una experiencia con el mundo de la

pobreza y la marginación, han pasado su vera-no en México, como voluntarios en la parro-quia de Nuestra Señora de Guadalupe de losHospitales. Les preguntamos por sus impresio-nes.

Gustavo, clasificando medicinas.

Luis, al ordenador.

Page 7: C Recoletos amina91€¦ · no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y que se mueven por profundas convicciones. Esto es válido para las grandes gestas

Los orígenes lejanos del Hogar SantaMónica se remontan al año 2000,

con la fundación en Fortaleza (Brasil)del Seminario San Agustín, en el barrio«Barra do Ceará» (o desembocaduradel río Ceará), uno los más deprimidos ydonde la explotación sexual comercialde niños y adolescentes campa a susanchas.

Los agustinos recoletos se sintieroninterpelados ante el hecho y estudiaronel mejor modo de echar una mano. Pri-mero fortalecieron con apoyo financieroalgunos de los centros de día ya instala-dos en el área, como el «Centro Renacera la Esperanza», la «Escuela Lino Alle-gri» o el centro «Ciudadanos Peque-ños».

El Consejo Provincial nombró un equipo que indicó en sus informes la ne-cesidad de un lugar o destino final don-de esas adolescentes tengan una opor-tunidad auténtica de recuperación, pueslos centros locales no cuentan con unservicio de acogida permanente.

La idea madura y, tras dos largos años de estudios y trabajo, se impone lacreación de una casa abrigo perma-nente (24 horas al día y 365 días al año). Un sistema en el que los agustinosrecoletos tienen ya experiencia: la Ciudad de los Niños, que regentan enCosta Rica desde 1965.

7C

Hogar «Santa Mónica»

Septiembre - Octubre 2007

El Hogar Santa Mónica se construiráa partir del 2008 lejos de la Barra, en elCondominio Espiritual Uirapurú; su si-gla, «CEU», responde a la grafía de lapalabra «cielo» en portugués.

Se trata de una finca de 112 hectá-reas donde 19 institutos religiosos se unen para un mismo sueño: el rescatede la vida en todos sus sentidos. En elCEU se atienden problemáticas como ladrogodependencia, delincuencia, sida,maltrato familiar, etc. Y también hay una zona de «espiritualidad» con casasde ejercicios, retiros y hasta un monas-terio de clausura.

Su ubicación está en el corazón dela ciudad, en un área limpia, lejos de lasplayas, de los puntos de ventas de dro-gas y del turismo se-xual. Esto facilita lareducción de los fac-tores de riesgo socialmás comunes.

El Hogar SantaMónica acogerá a uncentenar de niñas, deentre 7 y 18 años,víctimas de abuso oexplotación sexualcomercial, que pro-cederán preferente-mente de la Barra.Aquí tendrán una

atención integral: residencia, formaciónprofesional y humana. También habrá uncentro de documentación, formación yacogida de voluntarios y terapeutas.

Una Oficina de Apoyo en la Barra doCeará gestiona un fichero con los datosobtenidos en las visitas domiciliares. Yaestán identificados los casos más urgen-tes para ser atendidos en el Hogar SantaMónica. Próximamente esta oficina ofre-cerá programas socioeducativos para elresto de las adolescentes de la zona. Y, enfin, se prestará ayuda social a las familias.

antaamina

yC91

Acogerá a un centenar de niñas víctimas

de abuso o explotaciónsexual comercial

Actualmente también se trabaja enla articulación de relaciones con un sin-número de entidades religiosas, guber-namentales y de la sociedad civil dedi-cadas a esta problemática, porque losagustinos recoletos no son celosos desu trabajo ni pretenden colgarse meda-llas, o ir por libre y en solitario. Para ello intentan poner los medios materia-les y humanos.

El resto lo fían a la intercesión desanta Mónica, la madre de san Agustín.Cuidando de su hijo y ayudándole en losatolladeros de la vida, Mónica se hizoexperta en humanidad. Nadie mejor queella para velar por quienes se acogen asu Hogar.

Moteles, en la Barra del Ceará (Fortaleza).

Page 8: C Recoletos amina91€¦ · no—: la que hacen los hombres y muje-res dedicados a sus quehaceres y que se mueven por profundas convicciones. Esto es válido para las grandes gestas

Presidente y parlamento, de visita en la ciudad

La Ciudad de los Niños está en vísperas de celebrar el 50ºAniversario de su fundación. Todo son proyectos y prepara-

tivos. Entre otros, ha habido dos que han tenido relevancianacional.

El pasado 29 de mayo, con motivo de la inauguración delnuevo Centro Informático, la Ciudad recibió la visita del presi-dente de la Nación, Óscar Arias. Éste inspeccionó las instala-ciones de lo que hoy se llama Colegio Técnico San Agustín y diri-gió la palabra a los más de 300 muchachos que allí se forman.

En continuidad con aquélla ha habido una segunda visita,ésta de la Comisión para la Niñez, Adolescencia y Juventud delParlamento nacional, el día 18 de agosto. Los diputados no selimitaron a recorrer las instalaciones, sino que celebraron enla Ciudad una de sus sesiones ordinarias.

Suprimido el convento de Ágreda

Concurso de canto religioso en Taiwán

Por primera vez se ha organizado, en la diócesisde Kaohsiung, al sur de la isla de Taiwán, un

concurso de canto religioso individual. Se ha cele-brado en la parroquia de San Nicolás de T olentino,en Taliao, y en él han intervenido 24 concursantesprocedentes de las cuatro parroquias de los agusti-nos recoletos.

No se trataba de composiciones propias, sino delos cantos que ordinariamente se emplean en laliturgia y actos devotos.

Presidía el concurso el obispo de Kaohsiung,monseñor Liu Zhenzhong, y a él le correspondióhacer entrega de los premios, así como impartir alfinal la bendición de clausura. El primer premio lecorrespondió a Jiang Fenghua, de la parroquia deSan José.

Hasta el pasado 10 de junio, los mon asterios de monjasagustinas recoletas eran 30 en toda España. A partir de esa

fecha, su número es de 29. Ese día fue supr imido el conventode la Asunción, de Ágreda (Soria). Causa, la escasez de voca-ciones y la edad avanzada de las seis hermanas que formabanla comunidad, alguna de las cuales estaba muy enferma.

Casi todos los monasterios recoletos de clausura se funda-ron en el siglo XVII. También éste de Ágreda, que fue erigidoen 1660 y que desaparece, por tanto, al cabo de casi tressiglos y medio.

En el caso de los frailes agustinos recoletos, esta desapa-rición es especialmente sentida, debido al trato frecuenteque tenían con el convento noviciado de Monteagudo, pueblodel que Ágreda dista sólo 28 kms. El mismo san EzequielMoreno, en su etapa de prior de Monteagudo, acudió variasveces al monasterio agredano.

Breves

Simbólica despedida de la madre Priora y el obispo de Osma-Soria.

Óscar Arias durante su intervención.

El obispo entrega el primer premio.

BOLETÍN DE AMISTAD

antaamina

yC