Buen Trato Barudy 2005

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1 Los buenos tratos a la infancia: parentalidad, apego y resiliencia Jorge Barudy- 2005 Si la crianza de un niño o niña se basa en los cuidados y en los buenos tratos, es posible que una enfermedad hereditaria no llegue a hacerse efectiva (Taylor, 2002). Un contexto de cuidados y de buenos tratos puede explicar por qué en algunos niños, con la misma predisposición genética a contraer una determinada enfermedad, la afección se manifiesta o nó. Uno de los componentes más importantes de las relaciones afectivas que forjan a una persona sana es el hecho de haber sido atendido, cuidado, protegido y educado en períodos tan cruciales de la vida como la infancia y la adolescencia, lo cual determina la capacidad de cuidarse a si mismo y de participar en dinámicas sociales para atender a los demás. Estos procesos, llamados “buenos tratos”, han sido fundamentales para sobrevivir como especie, pues han hecho que surgieran, desde tiempos remotos, dinámicas de colaboración entre seres humanos y capacidades adaptativas frente a los desafíos del entorno; lo que ha sido vital para asegurar los cuidados de las crías humanas, que naces inacabadas y que para sobrevivir dependen de los cuidados de los adultos. Universidad de Concepción, Departamento de Psicología. Material preparado, para la asignatura Ciclo Vital I-2010 Dra. Gracia Navarro Saldaña

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Los buenos tratos a la infancia: parentalidad, apego y resilienciaSi la crianza de un niño o niña se basa en los cuidados y en los buenos tratos, es posible que una enfermedad hereditaria no llegue a hacerse efectiva. Un contexto de cuidados y de buenos tratos puede explicar por qué en algunos niños, con la misma predisposición genética a contraer una determinada enfermedad, la afección se manifiesta o no.

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Los buenos tratos a la infancia: parentalidad, apego y resiliencia

Jorge Barudy- 2005

Si la crianza de un nio o nia se basa en los cuidados y en los buenos tratos, es posible que una enfermedad hereditaria no llegue a hacerse efectiva (Taylor, 2002). Un contexto de cuidados y de buenos tratos puede explicar por qu en algunos nios, con la misma predisposicin gentica a contraer una determinada enfermedad, la afeccin se manifiesta o n.

Uno de los componentes ms importantes de las relaciones afectivas que forjan a una persona sana es el hecho de haber sido atendido, cuidado, protegido y educado en perodos tan cruciales de la vida como la infancia y la adolescencia, lo cual determina la capacidad de cuidarse a si mismo y de participar en dinmicas sociales para atender a los dems. Estos procesos, llamados buenos tratos, han sido fundamentales para sobrevivir como especie, pues han hecho que surgieran, desde tiempos remotos, dinmicas de colaboracin entre seres humanos y capacidades adaptativas frente a los desafos del entorno; lo que ha sido vital para asegurar los cuidados de las cras humanas, que naces inacabadas y que para sobrevivir dependen de los cuidados de los adultos.Las relaciones afectivas constantes son vitales para el desarrollo de los nios, tanto como los alimentos o las caloras. En los adultos, los buenos tratos y la atencin de las necesidades mutuas nos protege de los efectos provocados por el estrs y las dificultades de la vida cotidiana. As, investigaciones muestran que un clima conyugal de solidaridad y respeto prolonga las expectativas de vida y promueve la buena salud (Tousignant, 1995)

La necesidad de cuidados y buenos tratos puede considerarse instintiva, pues son fundamentales para proteger y conservar nuestra vida como individuos y como especie.

A diferencia del instinto de alimentarse o protegerse, conductas que comienzan y acaban en el individuo, los cuidados y los buenos tratos son relaciones recprocas y complementarias, provocadas por la necesidad, la amenaza o el peligro y sostenidas por el apego, el afecto y la biologa.Proporcionar cuidados y buen trato es tan indispensable para la supervivencia como otras funciones vitales. Los seres humanos somos una especie afectuosa y cuidadora. La biologa, como ciencia de la vida, ha permitido que lo concibamos de forma positiva y reconozcamos las competencias y capacidades para producir, proteger y reproducir la vida mediante ese conjunto de sentimientos, comportamientos y representaciones que constituyen el amor (Maturana, 1990; Varela, 1996), una de las manifestaciones ms relevantes del buen trato y de la capacidad de cuidar a los dems.

Algunos bilogos afirman que si la condicin natural de los humanos no hubiera sido el altruismo social y los cuidados mutuos que se derivan, la especie se habra extinguido inexorablemente.

Actualmente, cuando la vida familiar y en comunidad se basa en dinmicas de buenos tratos y de cuidados mutuos, sus miembros gozan de ambientes afectivos nutrientes, reconfortantes y protectores. Las buenas compaas, los cuidados y la solidaridad hacen la vida ms feliz, ms sana y duradera; vivir en redes familiares y sociales que proporcionan un apoyo afectivo y material contribuye al bienestar y, adems, regulan el estrs y alivian los dolores inherentes al desafo de vivir.Las relaciones humanas basadas en el buen trato son recursos biolgicos que influyen en nuestra vida y que, al mismo tiempo, son influidos por ella. El cuidado mutuo y los buenos tratos son una tarea humana de vital importancia que moldea y determina la personalidad, el carcter y la salud.

Segn la revisin de investigaciones hecha por Taylor (2002), el cerebro y el sistema nervioso central participan en la produccin de los cuidados. Existen circuitos neurolgicos y fisiolgicos que gobiernan procesos conductuales para solicitar y proporcionar cuidados, del mismo modo que contamos con circuitos biolgicos para conseguir alimentos, regular emociones o excitarnos sexualmente.

Diferentes investigaciones han demostrado que la negligencia y malos tratos fsicos a los bebs se relacionan con formas de atrofia y dao cerebral.

Existen bases hormonales para el buen trato: La oxitocina, la vasopresina y los pptidos opioides endgenos son sustancias que intervienen en conductas sociales de muchos tipos y forman parte del circuito neurolgico asociativo. Estn en la sangre y su nmero puede variar en diferentes contextos y se elevan cuando las relaciones entre madres e hijos, entre mujeres y hombres, estn matizadas por el buen trato y el cuidado. Las hormonas del buen trato determinan muchos aspectos de la conducta social y tienen un papel importante en algunas relaciones interpersonales, as como en la regulacin de la intensidad y en el contenido emocional que puedan adquirir (Pankseep, 1998; Carter, 1998).

La existencia de estos circuitos hormonales asociativos se expresa en sentimientos de vinculacin emocional como el apego intenso de una madre por sus cras o los lazos de amistad entre diferentes personas. Estas hormonas facilitan la vinculacin emocional y son fundamentales en situaciones de amenaza o peligro, especialmente cuando provienen de un entorno en que se requiere proteccin y cuidados

Existen circuitos neurolgicos y fisiolgicos que gobiernan procesos conductuales para solicitar y proporcionar cuidados, del mismo modo que contamos con circuitos biolgicos para conseguir alimentos, regular emociones o excitarnos sexualmente. La tendencia a cuidar de los dems y procurar un clima de buen trato aparece de forma elocuente cuando los contextos vitales se rompen y existe una acumulacin de factores de estrs. La lucha y la huida suelen ser las respuestas masculinas ms comunes frente al estrs; sin embargo, defenderse y proteger a las cras suele ser la respuesta femenina.

Diferentes investigaciones sealan que lo que impulsa a las madres a priorizar el cuidado y el buen trato a sus cras se relaciona con la capacidad del organismo femenino de producir oxitocina. Esta hormona tiene un efecto sedante, se libera en el parto, en la lactancia y en situaciones de estrs; es la base biolgica de las capacidades femeninas para cuidar y tratar bien a los dems y, para mantener la calma y optar por proteger a sus cras, en lugar de huir, en situacin de amenaza.

Los pptidos opioides endgenos, provocan placer a las madres cuando cuidan las cras; facilitan las conductas sociales positivas y hace que las mujeres sientan mayor placer que los hombres al participar en relaciones de amistad y de ayuda mutua; el estrgeno y progesterona liberados durante el embarazo predisponen emocionalmente a las mujeres hacia la maternidad; la noradrenalina, serotonina y cortisol se elevan en el embarazo para facilitar una predisposicin positiva hacia la cra. Por lo tanto, las mujeres tienen una capacidad de cuidar y de asociarse en dinmicas cooperativas que les proporciona una fuerza extraordinaria y capacidades fundamentales para la supervivencia de la especie.

Aunque an no se puede afirmar con exactitud que exista un circuito neuronal paternal semejante al maternal, hay datos interesantes. Por ejemplo, las hormonas masculinas que se asocian con la agresin, se reducen cuando los hombres se ocupan de los cuidados de sus hijos, porque el circuito neuronal de la agresin se desconecta parcialmente.

La vasopresina, considerada una de las hormonas que predispone a los hombres a cuidar de los dems en momentos de estrs, se diferencia de la oxitocina en dos cadenas de aminocidos. Esto sugiere que el origen de ambas hormonas obedece a una versin ms simple que es la oxitodicina y que en un momento determinado del proceso, la hormona nica se duplica y desarrolla funciones diferentes.

La vasopresina, presente en hombres y mujeres, regula la presin arterial y funcionamiento renal y tambin, la respuesta al estrs.

Los hombres y mujeres liberan vasopresina como respuesta al estrs, pero las hormonas masculinas, adems de amortiguar los efectos de la oxitocina, pueden ampliar los de la vasopresina y convertirla en una influencia potencial sobre las respuestas cuidadoras de los hombres.Los cuidados paternales, tal vez no estn tan determinados por la biologa, como los maternales y es posible que los factores cuidadores influyan ms sobre la biologa cuidadora de los hombres que en las mujeres. Por lo tanto, se puede afirmar que muchos hombres son buenos padres, bientratantes y cuidadores de sus hijos, porque deciden serlo. En esta toma de decisin han sido apoyados por mujeres que les han ayudado a perder el miedo a la ternura y a los cuidados corporales de sus hijos

ResilienciaLa resiliencia es la capacidad de resistir a los embates de la vida. Es el resultado de experiencias de apego seguro y de apoyo social mantenido y de calidad, por lo menos con un adulto significativo para el nio. La resiliencia es una capacidad que emerge de las relaciones familiares y sociales cuando stas aseguran un mnimo de experiencias de buenos tratos con adultos significativos

Las capacidades resilientes permiten a nios y nias un desarrollo suficientemente sano a pesar de los obstculos y dificultades que derivan de sus vidas. Incluyen la toma de conciencia precoz de la realidad familiar, por muy dura que sea, y una educacin que integre valores que ayuden a dar sentido a las experiencias

Manifestaciones del sufrimiento infantil, por malos tratosLos trastornos de los procesos de desarrollo infantil con riesgo de retraso en todos los niveles de desarrollo, algunos de ellos irreversibles.

Los trastornos de los procesos de socializacin y aprendizaje infantil

Los trastornos de los procesos resilientes

Los traumas infantiles

Los trastornos del apego

Tres niveles para intervenir y tratar las consecuencias de los procesos traumticos

1.Proteger: respeto cuidado y proteccin

2.Calmar el dolor y el estrs: sesiones de psicoterapia centradas en las consecuencias de los traumas y apoyo farmacolgico para calmar el dolor y controlar trastornos del estrs postraumtico

3.Elaborar el dolor: acompaar a encontrar un sentido a las causas de los sufrimientos; una explicacin para entender los contextos en que se les ha hecho el dao, quines son los responsables y por qu les han maltratado o no les han protegido.

El buen trato debe ser el pilar de cualquier actuacin teraputica, el apoyo de la resiliencia, su objetivo principal. Para lograrlo es necesario desarrollar las siguientes capacidades:

a)Capacidad de vincularse como personas:

ser capaces de ofrecer un ambiente emocional afectuoso, de respeto, que les acepte como personas. Para ayudar, los profesionales deben movilizar los recursos para vincularse emocionalmente con las personas y transmitirles que son importantes para ellos.

b)Capacidad de facilitar conversaciones

Facilitar espacios de dilogo que determinen el origen del sufrimiento. Usar un lenguaje respetuoso que no signifique estigma para los padres ni que victimice a los hijos.

Facilitar la resiliencia tambin implica acompaar a los protagonistas en la recuperacin de sus memorias. Cuando acceden a informacin pueden comprender lo que les ha pasado y el por qu e las medidas tomadas para protegerles.

c)Capacidad de trabajar en red para proporcionar apoyo a todos los implicados

La superacin del dao en los nios y el cambio de las dinmicas de maltrato y abusos necesita del compromiso, la generosidad y valenta de muchas personas.

Las prcticas de redes son el instrumento que ayuda a reparar el dao en los nios y que ayuda a los padres a mejorar sus competencias.

d)Capacidad de elegir el espacio relacional adecuado para intervenir

Es importante que el sujeto o sistema social elegido para actuar, sea el apropiado.

Trabajar con la familia como sistema. Es til cuando los padres tienen diferentes grados de incompetencia transitoria y donde los factores de estrs en el entorno juegan un papel esencial.

Trabajar con las personas que componen la familia. Es til cuando los padres presentan indicadores de incompetencia parental crnica, severa e irreversible, no tienen los recursos para colaborar porque no reconocen los malos tratos ni su responsabilidad.

Tres ejes de intervencin teraputica para asegurar el buen trato de nios y nias 1.La evaluacin y rehabilitacin de las incompetencias parentales

2.El cuidado y autocuidado de los profesionales que trabajan en los programas de proteccin infantil

3.La evaluacin y el tratamiento del dao en los nios y nias, provocado por los malos tratos

El tratamiento especializado tiene tres finalidades

1.Contribuir a la reparacin del dao traumtico provocado por los diferentes malos tratos, y en sus consecuencias posibles en los procesos de aprendizaje y desarrollo

2.Prevenir y contrarrestar el dao iatrognico de las intervenciones tardas o inadecuadas, tanto en el mbito administrativo como en el judicial.

3.Facilitar y potenciar las capacidades de resiliencia de los nios

Universidad de Concepcin, Departamento de Psicologa.

Material preparado, para la asignatura Ciclo Vital I-2010

Dra. Gracia Navarro Saldaa