Boletín Bogotá Violencia de Género
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Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte
Observaciones de Ciudad
Boletín Informativo del Observatorio de Culturas
No 15
2011
Consentimiento y rechazo a
las violencias contra las
mujeres en Bogotá
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Contenido
I. Prólogo
II. Presentación
III. Introducción
IV. Agresiones y denuncia
V. Reconocimiento de comportamientos como violentos,
reprochables o normales
VI. Percepción frente al maltrato a las mujeres cometido por una
persona reconocida o famosa
VII. Sanción más eficaz para que no se repita el abuso
VIII. Percepciones frente a la responsabilidad en los casos de
maltrato
IX. Excusas frente a lo inexcusable
X. Reacción ciudadana frente a una situación de violencia en
contra de una mujer
XI. Cercanía con mujeres víctimas de maltrato físico
XII. Perfil sociodemográfico de la población encuestada
XIII. Ficha técnica
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
3
I. Prólogo:
esde la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte hemos tenido la certeza de que la promoción de la igualdad de
género y el empoderamiento de las mujeres, encierran las claves para lograr una ciudadanía integral y una democracia más sólida. Nuestro sector es consciente de la responsabilidad que tiene de avanzar en este propósito, trazado como meta en uno de los Objetivos de Desarrollo de Naciones Unidas para el milenio. Tenemos la responsabilidad de fortalecer los derechos de las mujeres y buscar posicionar una cultura libre de sexismo.
Este énfasis hace parte de nuestro empeño por reducir cada vez más las barreras que llevan a la discriminación, la exclusión y a obstaculizar el ejercicio libre de la ciudadanía. Para avanzar en esta línea nos hemos concentrado en dos frentes. Por un lado, hemos desarrollado estrategias en nuestros más importantes eventos públicos, los festivales al parque, para rastrear y superar aquellos factores que contribuyen a que las mujeres dejen de asistir a la oferta cultural masiva. Por otro lado, de la mano del Observatorio de Culturas, entregamos este Boletín que presenta los resultados de la segunda medición realizada por la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, que nos muestra algunas de las percepciones ciudadanas acerca de las violencias contra las mujeres como un aporte al seguimiento de la Política Pública de Mujer y Género.
Catalina Ramírez Vallejo Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte
D
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
II. Presentación: ara la Secretaría Distrital de Planeación –
Subsecretaria de Mujer, Géneros y Diversidad
Sexual- es muy importante participar en la
presentación de los resultados del sondeo de
observaciones de ciudad, sobre percepciones
ciudadanas de conductas y comportamientos
referidos a las violencias contra las mujeres.
El propósito de esta publicación es brindarle a las
instituciones información pertinente para promover
una cultura que reconozca, valore y respete a las
mujeres de acuerdo con su diversidad y así estimular
transformaciones en la cultura institucional, dirigidas
a construir nuevas prácticas cotidianas que generen
alternativas de relación equitativa entre mujeres y hombres. Para contribuir a la
eliminación de imaginarios y estereotipos sexistas, discriminatorios y excluyentes.
La información obtenida en el sondeo de percepciones, interpela las instituciones para
avanzar en acciones dirigidas a garantizar el derecho de las mujeres a una vida libre de
violencias, en el entendido que los derechos de las mujeres hacen parte de los derechos
humanos.
Bogotá cuenta con una Política Pública de Mujeres y Equidad de Género orientada a
reconocer, garantizar y restablecer los derechos de las mujeres que habitan el Distrito
Capital, de manera que se modifiquen, de forma progresiva y sostenible las condiciones
injustas y evitables de discriminación, subordinación y exclusión; en este sentido, los
resultados presentados en el sondeo de percepciones se constituyen en un insumo
importante para generar acciones que procuren transformaciones culturales, para
cambiar los imaginarios que la ciudad tiene sobre las mujeres; y que ellas puedan disfrutar
de una ciudad sin miedo y sin violencias.
Entendiendo la violencia contra las mujeres como el resultado de relaciones basadas en
un ejercicio de poder desigual entre los géneros; lejos de ser conductas aisladas o
producto de desórdenes mentales de algunos individuos, es una costumbre
dolorosamente frecuente en la vida de ellas. Estas violencias hacen parte de las prácticas
de la cotidianidad, se dan en la casa y en la calle, en el trabajo, en los sistemas de
P
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
5
transporte, en escenarios de conflicto armado, y reflejan una cultura patriarcal que es
urgente transformar.
Para avanzar en la erradicación de las violencias contra las mujeres, se requiere
observación, garantía y reconocimiento del derecho a una cultura libre de sexismos, así
como avances en procesos de cambio cultural que cuestionen los valores, las tradiciones,
los mitos, las actitudes, que subvaloran lo femenino y sobrevaloran lo masculino. Para ello
se exhorta a la innovación y a la transformación de paradigmas culturales, siendo la
cultura la más lenta y silenciosa de todas las transformaciones sociales, es urgente
trabajar en este sentido hacia el cambio cultural que implica la producción y creación de
símbolos, significados y representaciones, así como la construcción de una nueva ética y
estética, en la que se reconozca a las mujeres como interlocutoras válidas en todos los
espacios reales e imaginarios en las cuales transcurre la cotidianidad de hombres y
mujeres en cuyos cuerpos se entrecruzan e interceptan sus múltiples diferencias.
Bogotá es una ciudad multiétnica y multicultural y en este diálogo y encuentro de culturas
se deben construir nuevas miradas que incluyan a las mujeres desde el universo simbólico
femenino como sujetas de derecho; la expresión de las identidades desde la libertad sólo
será posible con la participación equitativa de hombres y mujeres con iguales
oportunidades.
En este sentido es necesario fortalecer el reconocimiento de los aportes de las mujeres al
cuidado de la vida, a la construcción de cultura, a la necesidad de hacer política de otra
manera, al arte, y al conocimiento, así como los avances normativos para la defensa de
sus derechos.
María Cristina Hurtado
Subsecretaria de Mujer, Géneros y Diversidad Sexual
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
III. Introducción:
n el año 2009, integrantes de la Subsecretaría de Mujer, Géneros y Diversidad Sexual de la Secretaría de Planeación Distrital, solicitaron al Observatorio de Culturas una medición sobre la recién lanzada Política Pública de Mujer y Género. Ese año se realizó una medición a 646 habitantes de 13 años y más, residentes en la
zona urbana de Bogotá que arrojó información importante sobre la percepción que la ciudadanía tiene en el tema de Violencia Contra las mujeres. Estos datos fueron publicados en el Boletín No. 3 Observaciones de Ciudad. Para dar continuidad a este proceso, durante el 2010, realizamos una medición sobre el acoso laboral y este año se propuso otra para el seguimiento a la política pública sobre Equidad de Género e Igualdad de Oportunidades; en el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias, a partir de la coyuntura suscitada en los últimos meses en el país, en el tema del maltrato hacia las mujeres asociado con figuras públicas, como fue el episodio del Director Técnico de la Selección Colombia, el foco de interés se amplió y se generaron nuevas preguntas, sin olvidar los resultados del 2009.
De esta forma, en fecundo diálogo con las delegadas de la Subsecretaría de Mujer, Géneros y Diversidad Sexual, se construyó un nuevo formulario, especialmente dirigido a recolectar información que diera cuenta del momento coyuntural y de la Política Pública. Sus resultados fueron discutidos y enriquecidos con esta instancia y con la Subdirección de Prácticas Culturales de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. En este Boletín entregamos el análisis conjunto de los resultados de la medición realizada durante el año. Esperamos sean útiles para los propósitos de la Administración Distrital y los derechos de la ciudadanía en general.
Otty Patiño Hormaza Jefe de oficina Observatorio de Culturas
E
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
7
Precisiones de orden metodológico:
En adelante para facilitar la lectura y análisis desde la perspectiva de géneros se
dispusieron para cada pregunta dos gráficos: en el lado izquierdo las respuestas
correspondientes a los hombres y del lado derecho las de las mujeres. En algunos casos se
encontrarán desagregaciones de los resultados generales (hombres y mujeres) según nivel
socioeconómico (NSE) y rango etario (Edad).
IV. Agresiones y denuncia
n primer lugar se indagó a
la población encuestada
acerca de si en el último
año habían sido víctimas de
alguna agresión, referida a
golpes o humillaciones,
independientemente de si la
agresión fue cometida o
causada por hombres o
mujeres, los resultados
indicaron que tanto hombres
como mujeres manifestaron en
proporciones similares haber sido víctimas de agresiones o humillaciones en el último año,
al respecto es preciso recordar que no se preguntó puntualmente por violencia intra
familiar. (Ver gráfico 1)
Gráfico 1. ¿En el último año usted fue víctima de alguna agresión (golpes,
humillaciones)?
E
Si 16,17%
No 83,68%
Ns/Nr 0,15%
Hombres
Si 14,08%
No 85,80%
Ns/Nr 0,12%
Mujeres
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Al respecto como se muestra en la tabla No
1 construida a partir de datos del CEACS1
en 2008, las mujeres fueron víctimas
mayoritarias en la sumatoria de las seis
categorías de delitos, sin embargo se
puede apreciar que son las categorías
comprendidas como VIF (violencia Intra
Familiar) las que presentan un mayor peso,
violencias acometidas generalmente por
varones. Mientras que los hombres son
víctimas de los delitos denominados de “alto impacto” y en menor grado los de VIF.
Esta información recabada por el Instituto de Medicina Legal y la Policía Nacional MEBOG,
pone de relieve la problemática de las violencias de género al interior del hogar y sugieren
una revisión de la categoría delitos de “alto impacto”, donde la discriminación respecto a
la esfera pública o privada de la comisión del delito, no menosprecie los delitos
considerados como VIF y los visualice como delitos de tan alto impacto como los otros.
Ahora, siguiendo con la investigación del Observatorio de Culturas, se indagó a las
personas que afirmaron haber sido víctimas de alguna agresión el último año (16,17%
Hombres, 14,08% mujeres) respecto a si entablaron una denuncia; los resultados
muestran que el porcentaje de denuncias fue muy reducido para los dos sexos, no
obstante para el caso de las mujeres la denuncia porcentualmente dobló a la expresada
por los hombres. (Ver gráfico 2)
Gráfico 2. ¿Denunció esta(s) agresión(es)?
1
Centro de Estudios y Análisis en Convivencia y Seguridad
Delitos de alto impacto Hombres Mujeres
Homidicio 1.342 123
Lesiones comunes 5.416 1.959
Hurto a personas 6.204 2.801
Subtotal 12.962 4.883
Violencia Intra Familiar Hombres Mujeres
Violencia infantil 1.404 1.589
Violencia de pareja 1.725 11.027
Dictámenes sexológicos 609 3.337
Subtotal 3.738 15.953
TOTAL 16.700 20.836
Tabla No1. Victimización según sexo Bogotá 2008
Si 12,84%
No 86,24%
Ns/Nr 0,92%
Hombres
Si 24,35%
No 73,04%
Ns/Nr 2,61%
Mujeres
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
9
Se preguntó a las personas que efectivamente denunciaron si la denuncia había sido útil,
encontrando que para cerca de la mitad de las personas, no lo fue. No se observan
diferencias substanciales entre la experiencia de mujeres y hombres. (Ver gráfico 3)
Gráfico 3. ¿La denuncia fue útil?
A las personas que no denunciaron alguna agresión de la que habían sido víctimas, se les
indagó el por qué no habían denunciado. La principal razón que dichas personas adujeron
fue la valoración como "no grave" de la agresión. En eso, el porcentaje de mujeres y
hombres fue bastante parejo. Diferente porcentaje marcan mujeres y hombres cuando el
motivo fue el temor a denunciar. Allí, se encontró que el 40,23% de las mujeres explican
que no denunciaron por temor. Mientras que el porcentaje de hombres que dijeron
inhibirse a la denuncia por temor fue del 25,26%. (Para este análisis hemos sumado a
quienes dijeron que no denunciaron por “temor” con quienes justificaron la no denuncia
porque "es mejor evitar problemas"). Al respecto como sugiere el documento: Bogotá sin
violencia hacia las mujeres: un desafío posible2, hay algunas reflexiones, en primer lugar se
debe tener en cuenta que para las mujeres la sanción al agresor, puede redundar en una
revictimización en los casos en que la mujer depende económicamente de él, por otra
parte, falta ver hasta qué punto el temor es producto de la intimidación al denunciar
abusos que para gran parte de la sociedad han
sido naturalizados3, en este sentido es preciso
establecer canales de denuncia que no
terminen agrediendo aun más a las mujeres que
acuden en búsqueda de justicia. Por otro lado,
se encontró que es mayor en los hombres la
desconfianza en la utilidad de la denuncia y el
desconocimiento de cómo entablarla.
2
Bogotá sin violencia hacia las mujeres: un desafío posible. Retos de las políticas de seguridad ciudadana y convivencia
desde un enfoque de género, ONU – HÁBITAT PROGRAMA CIUDADES MÁS SEGURAS, ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ D.C., SECRETARÍA DISTRITAL DE GOBIERNO. Bogotá enero de 2010. 3
Conductas que ,a pesar de ser impropias, a buena parte de la gente le parecen "normales"
Si 50%
No 50%
Hombres
Si 53,5%
No 42,8%
Ns/Nr 3,5%
Mujeres
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Finalmente es preciso señalar que el incremento de las denuncias puede deberse tanto al
incremento del delito como al de la apropiación y reconocimiento de los derechos por
parte de la ciudadanía, en otras palabras las metas de ciudad en este tenor, no deben
establecerse únicamente en bajar o subir los índices de denuncia, se debe procurar un
estudio holístico en el que se indague cada fenómeno en su complejidad, lo cual permitiría
avanzar en el reconocimiento de cómo los distintos tipos de violencias impactan de
manera diferente a mujeres y hombres, y qué políticas públicas podrían contribuir en la
búsqueda de una intersección entre temas como el derecho a la ciudad, los derechos
ciudadanos y los derechos de las mujeres a vivir y disfrutar de la ciudad. (Ver gráfico 4)
Gráfico 4. ¿Por qué no denunció?
2,11%
13,68%
7,37%
23,16%
4,21%
21,05%
28,42%
4,60%
16,09%
3,45%
9,20%
16,09%
24,14%
26,44%
Ns/Nr
Otra razón
No sabe cómo
No sirve para nada
Temor
Es mejor evitar problemas
No fue tan grave
Mujeres
Hombres
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
11
V. Reconocimiento de comportamientos,
como violentos, reprochables o
normales
n esta sección de la
encuesta se plantearon
varios comportamientos
con la posibilidad de que la
ciudadanía los catalogara como
actos de violencia, actuaciones
solamente reprochables o
comportamientos normales; en
este sentido es posible
identificar en qué tipo de
situaciones la ciudadanía es
más permisiva y en cuales la
interiorización de los derechos
está más avanzada. Como
punto de partida vale señalar la
definición de violencia de
género propuesta por Virginia
Vargas4, “...el concepto de
violencia de género abarca
todas las prácticas y relaciones sociales en que están inmersos hombres y mujeres, tanto
en el espacio público como en el privado. Alude a toda violencia o inseguridad, real o
imaginaria, que restrinja el desarrollo pleno de las mujeres, su movilidad y autonomía.” Y
la definición de violencia contra la mujer emanada de la ley 1257 de 2008: “Por violencia
contra la mujer se entiende cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o
sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial por su condición de mujer,
así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad,
bien sea que se presente en el ámbito público o en el privado”.
4
Vargas, Virginia, Espacio Público, Seguridad Ciudadana y Violencia de Género. Reflexiones a partir de un proceso de
debate, Cuadernos de Diálogo, UNIFEM, Brasil, 2008, p. 24
E
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Gráfico 5. De los siguientes ¿cuáles cree usted que son comportamientos violentos,
cuáles son solamente reprochables y cuáles son normales?
Como se puede ver en este gráfico, de los comportamientos señalados se reconoce
mayoritariamente como acto de violencia, la agresión física del hombre hacia una mujer
que lo ofendió. Esta es una conducta definida en la ley 1257 de 2008 como daño o
sufrimiento físico y que se ve traducido en “riesgo o disminución de la integridad corporal
de una persona.” No obstante no
deja de ser preocupante que para un
segmento de la población este
comportamiento sea solamente
reprochable (12,46% Hombres y
10,16% mujeres). En segundo lugar
de rechazo se ubicó el manoseo, sin
embargo es alarmante el porcentaje
sobre todo de mujeres (15,06%) que
consideran esta conducta algo
solamente reprochable. En tercer
19,88%
28,19%
43,32%
48,96%
58,31%
75,07%
76,11%
85,31%
67,80%
60,09%
53,26%
47,63%
40,21%
22,85%
22,40%
12,46%
12,17%
10,83%
2,82%
2,97%
1,34%
1,78%
0,74%
1,48%
Cuando un hombre le hace un piropo vulgar a una mujer
Cuando un hombre dice que las mujeres son brutas para manejar
Cuando la mujer recibe burlas constantes de su pareja
Cuando a ella se le discrimina por ser mujer
Cuando un jefe intenta propasarse con su empleada
Cuando el marido controla a su pareja con amenazas
Cuando la mujer es manoseada o tocada sin consentimiento
Cuando la mujer es golpeada por su compañero porque ella lo ofendió
Hombres
Violento Solamente reprochable Normal
25,34%
39,53%
59,61%
55,45%
62,91%
78,95%
84,33%
88,37%
66,71%
57,41%
38,80%
41,98%
36,23%
20,07%
15,06%
10,16%
7,83%
2,69%
0,98%
1,84%
0,61%
0,61%
0,24%
1,10%
Mujeres
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
13
lugar se encuentra el acoso sexual laboral, donde para los dos sexos el reconocimiento de
los actos violentos cae significativamente, de aquí en adelante los comportamientos están
cada vez más naturalizados, tanto por hombres como por mujeres, producto de una
cultura patriarcal que legitima la desigualdad entre unos y otras determinando relaciones
de poder en las que las mujeres se han visto subordinadas a los hombres, fruto de una
construcción histórica alimentada por la escuela, la familia, la religión, los medios de
comunicación y otros tipos de organismos e instituciones que reproducen la Cultura.
El panorama no es alentador, si bien algunas conductas son rechazadas con mayor ahínco,
otras hacen parte de la cotidianidad de hombres y mujeres en Bogotá, ya sea como
víctimas resignadas, como victimarios llenos de sevicia o inconsciencia o como
espectadores/as indiferentes, si bien se puede apreciar algún avance entre las mujeres si
se tiene en cuenta que en todos los casos el reconocimiento de las conductas señaladas
como actos de violencia fue mayor entre ellas, se hace vital proponer un modelo para
hombres y mujeres que gravite en el concepto de seguridad humana, entendida esta
como: “Un mundo humano donde las personas puedan vivir con seguridad y dignidad, sin
pobreza y desesperanza. En un mundo así, a cada individuo se le garantizaría una vida sin
temor y sin necesidades, con igualdad de oportunidades para desarrollar plenamente su
potencial humano. (…) Esencialmente, la seguridad humana significaría una vida libre de
amenazas profundas a los derechos de las personas, a su seguridad o incluso a sus propias
vidas5”. (Ver gráfico 5)
5La visión de la Red de Seguridad Humana” in http://www.humansecuritynetwork.org/menu-e.php
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Ahora se desglosarán cada una de las conductas indagadas para desagregarlas según nivel
socioeconómico (NSE) y rango etario (edad) con el fin de ubicar en qué segmentos de la población
cada una de las conductas señaladas tiene mayor reconocimiento como acto de violencia, para lo
cual se aclara que la variable NSE está constituida por el NSE alto, al cual corresponden los estratos
4,5 y 6. El NSE medio, del cual hacen parte las personas que pertenecen al estrato 3. Y por último
el NSE bajo en el que se agruparon las personas provenientes de los estratos 1 y 2.
Gráfico 6. Cuando la mujer es golpeada por su compañero porque ella lo ofendió,
cruzado por NSE y edad.
Como se puede observar en la desagregación según NSE existe una relación directamente
proporcional entre el NSE y el reconocimiento del comportamiento como acto de
violencia, donde a mayor NSE mayor reconocimiento. En el caso de la desagregación
etaria se puede ver que también existe una relación en este caso inversamente
proporcional, en donde a mayor edad, menores porcentajes de personas que consideran
la conducta un acto de violencia. Es necesario aclarar que esta y las siguientes son
fotografías de la actualidad, no quieren decir entonces que las personas al llegar a cierta
edad incrementen su permisividad frente a las conductas, simplemente indica que en este
momento (2011) las personas de mayor edad expresaron en la encuesta ese
comportamiento. (Ver gráfico 6)
85,24%
87,48%
89,96%
12,44%
10,68%
9,29%
1,66%
1,17%
0,74%
Bajo
Medio
Alto
NSE
Violento Solamente reprochable Normal
91,52%
93,53%
87,50%
84,42%
78,40%
6,67%
4,08%
11,74%
14,64%
18,83%
0,61%
1,92%
0,38%
0,62%
2,16%
13-17 años
18-26 años
27-35 años
36-49 años
50 años y más
Edad
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
15
Gráfico 7. Cuando la mujer es manoseada o tocada sin consentimiento, cruzado por NSE
y edad.
En este gráfico se observan claramente los mismos tipos de relaciones entre el NSE, la
edad y el reconocimiento de la conducta citada como acto de violencia. El mayor salto se
presenta en la desagregación por rango etario, donde el porcentaje de personas que
consideran la conducta como apenas reprochable se duplica en los rangos comprendidos
entre los 13 y los 26 años al rango entre los 27 y los 35 años, donde una de cada cuatro
personas encuestadas manifestó que el manoseo a una mujer sin consentimiento es una
conducta solamente reprochable. Este tipo de violencia es categóricamente reprochable
desde cualquier punto de vista, ya que trasciende todo límite al entrometerse incluso en
la intimidad de las mujeres y el control de sus propios cuerpos como frontera última de su
ser. (Ver gráfico 7)
78,94%
80,80%
84,39%
20,23%
18,20%
14,87%
0,17%
0,67%
0,74%
Bajo
Medio
Alto
NSE
Violento Solamente reprochable Normal
89,09%
88,97%
77,65%
72,90%
75,62%
10,30%
10,79%
21,21%
25,86%
22,53%
0,61%
0,24%
0,38%
0,93%
0,31%
13-17 años
18-26 años
27-35 años
36-49 años
50 años y más
Edad
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Gráfico 8. Cuando el marido controla a su pareja con amenazas, cruzado por NSE y edad.
Gracias a esta desagregación se logra observar nuevamente el mismo tipo de relación
donde a mayor NSE mayor reconocimiento de la conducta como violenta, así como
también se encuentra que este reconocimiento es mayor entre personas jóvenes y va
disminuyendo conforme se asciende en el rango etario. Este tipo de violencia es
completamente reprochable ya que en él se coarta la libertad de las mujeres a través de
intimidaciones y chantajes, subordinando su voluntad a la de su pareja, quien ejerce una
posición de dominador y viola el derecho al libre desarrollo de la personalidad, entre
otros. Al respecto la ley 1257 de 2008 definirá como daño psicológico toda “consecuencia
proveniente de la acción u omisión destinada a degradar o controlar las acciones,
comportamientos, creencias y decisiones de otras personas, por medio de intimidación,
manipulación, amenaza, directa o indirecta, humillación, aislamiento o cualquier otra
conducta que implique un perjuicio en la salud psicológica, la autodeterminación o el
desarrollo personal.” (Ver gráfico 8)
75,12%
77,30%
81,41%
22,55%
21,87%
17,47%
1,82%
0,67%
0,74%
Bajo
Medio
Alto
NSE
Violento Solamente reprochable Normal
89,70%
84,65%
74,24%
69,78%
70,99%
8,48%
14,39%
25,38%
28,35%
26,54%
1,82%
0,96%
1,56%
1,54%
13-17 años
18-26 años
27-35 años
36-49 años
50 años y más
Edad
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
17
Gráfico 9. Cuando un jefe intenta propasarse con su empleada, cruzada por NSE y edad.
En este caso se puede observar como a diferencia de lo que ocurrió en los
comportamientos anteriores, la relación es inversamente proporcional entre la conciencia
de que la conducta expresada representa un acto de violencia y el NSE. En otras palabras,
se encontró una mayor identificación del acoso laboral como violencia en los niveles
socioeconómicos bajos, donde además también se encontró un mayor porcentaje de
personas para las que el acoso sexual-laboral es algo normal. Al respecto se podría intuir
que son los estratos bajos los que en su mayoría cumplen con el rol de empleados/as y no
de empleadores/as y que debido a esta situación sus niveles de conciencia al respecto son
mayores. Por otra parte la desagregación etaria muestra una división en dos grupos, el
primero de personas de 26 años y menos, donde la conducta es identificada en gran
proporción como violenta, y el segundo grupo de personas mayores a 26 años donde para
cerca del 42% el que un jefe intente propasarse con su empleada se traduce en un hecho
apenas reprochable, no obstante la ley 1257 de 2008 tipifique claramente como daño o
sufrimiento sexual todas “las consecuencias que provienen de la acción consistente en
obligar a una persona a mantener contacto sexualizado, físico o verbal, o a participar en
otras interacciones sexuales
mediante el uso de fuerza,
intimidación, coerción, chantaje,
soborno, manipulación, amenaza o
cualquier otro mecanismo que
anule o limite la voluntad
personal.” (Ver gráfico 9)
62,19%
60,10%
59,48%
36,15%
39,07%
39,78%
1,16%
0,83%
0,74%
Bajo
Medio
Alto
NSE
Violento Solamente reprochable Normal
71,52%
69,54%
56,82%
54,21%
54,01%
27,88%
29,98%
42,80%
44,55%
43,21%
0,61%
0,48%
0,38%
1,25%
1,85%
13-17 años
18-26 años
27-35 años
36-49 años
50 años y más
Edad
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Gráfico 10. Cuando a ella se le discrimina por ser mujer, cruzado por NSE y edad.
Frente a la discriminación por ser mujer, en abstracto, se encontró que en términos de
NSE no existen diferencias substanciales, sin embargo al desagregar según rangos etarios
es evidente la división de la población nuevamente en dos grupos: el primero de personas
de 26 años y menos para quienes en su mayoría esta discriminación representa un acto de
violencia, el segundo grupo en el que están las personas mayores de 26 años donde para
la mayoría esta discriminación es solamente reprochable, faltando a lo consagrado en la
Constitución de 1991 que claramente ordena en su artículo 13 que: “Todas las personas
nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y
gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación
por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o
filosófica.(…)” y a la ley 1257 de 2008 que erige como uno de sus principios la No
Discriminación, al decir que: “Todas las mujeres con independencia de sus circunstancias
personales, sociales o
económicas tales como
edad, etnia, orientación
sexual, procedencia rural o
urbana, religión entre
otras, tendrán
garantizados los derechos
establecidos en esta ley a
través de una previsión de
estándares mínimos en
todo el territorio nacional.”
51,74%
53,26%
52,42%
44,28%
44,74%
45,35%
3,32%
1,34%
2,23%
Bajo
Medio
Alto
NSE
Violento Solamente reprochable Normal
67,27%
61,39%
44,32%
45,17%
47,53%
29,70%
35,97%
51,89%
51,71%
50,00%
2,42%
2,40%
3,41%
2,49%
1,23%
13-17 años
18-26 años
27-35 años
36-49 años
50 años y más
Edad
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
19
Gráfico 11. Cuando la mujer recibe burlas constantes de su pareja, cruzado por NSE y
edad.
En este caso la perspectiva desde niveles socioeconómicos usada en análisis de corte
marxista ortodoxo no evidencia matices que permitan encontrar diferencias de orden
determinista en la relación entre el estrato social y la conciencia de que las burlas
constantes hacia una mujer por su pareja representan un acto de violencia. Sin embargo,
el análisis etario permitió ubicar diferencias entre las percepciones de las personas más
jóvenes y las de mayor edad, demostrando que las personas entre los 13 y los 26 años
expresan en una mayor proporción niveles de reflexión frente a la comisión de esta
conducta y su traducción como acto violento. Al respecto dirá Torres Falcón en su
documento “Violencia y modelo patriarcal” que: “En este tipo de violencia psicológica
aparecen con claridad los estereotipos de género, o más precisamente las nociones del
deber ser de las mujeres. En el orden simbólico que hemos construido parece no haber
espacio para los grises: las mujeres
ostentan el blanco de la santidad –o por lo
menos la castidad de solteras y la fidelidad
de casadas- o el negro de la prostitución.
Y las acusaciones de no cumplir
cabalmente con lo que se espera de ellas –
ser buenas madres y esposas- y sobre todo
de no ser fieles lastiman profundamente.
La magnitud de la herida deriva de la
rigidez del orden simbólico”6.
6 Marta Torres Falcón, Coordinadora del Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer de El Colegio de México.
51,74%
52,59%
51,30%
45,11%
45,58%
47,21%
2,32%
1,50%
1,12%
Bajo
Medio
Alto
NSE
Violento Solamente reprochable Normal
56,36%
58,99%
46,21%
48,60%
50,00%
41,82%
39,81%
51,89%
48,29%
45,99%
1,82%
0,96%
1,14%
2,80%
2,47%
13-17 años
18-26 años
27-35 años
36-49 años
50 años y más
Edad
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Gráfico 12. Cuando un hombre dice que las mujeres son brutas para manejar, cruzado
por NSE y edad.
El tipo de violencia expresado a través de esta pregunta
podría denominarse como violencia epistémica, en ella, el
hombre como medida de todas las cosas, es el que lleva a
considerar el comportamiento masculino normal, y el
femenino, deficitario, desviado de esa norma. El mundo se
define en masculino y el hombre se atribuye la
representación de todas las cosas. Una de las herramientas
más poderosas con las que se ha reproducido la cultura
patriarcal es el lenguaje, ya que es gracias a éste que
logramos signar y llenar de sentido el acto de la
comunicación, el lenguaje está estrechamente ligado al
pensamiento -se podría decir que lo que se habla es en
cierta forma lo que se piensa-, efecto que contribuye a
perpetuar condiciones de subalternidad de lo femenino,
fenómeno que a su vez, recaba en el comportamiento
social. Ahora, volviendo a los resultados se encontró que el
nivel socioeconómico medio, es decir el estrato tres,
evidencia niveles de permisividad frente a esta conducta,
mayores a los expresados en otros estratos. Por otra parte
la desagregación etaria muestra que las personas menores
de 26 años encuentran violenta la conducta, sin embargo
los niveles de aceptación es decir aquellas personas que consideran que la situación
señalada es normal son superiores al 6% a partir de los 17 años. (Ver gráfico 12)
35,32%
32,05%
36,43%
56,72%
62,10%
56,13%
7,30%
5,18%
7,43%
Bajo
Medio
Alto
NSE
Violento Solamente reprochable Normal
38,79%
38,61%
29,55%
32,71%
32,41%
56,36%
54,92%
62,50%
60,12%
59,88%
4,85%
6,00%
7,20%
6,85%
6,48%
13-17 años
18-26 años
27-35 años
36-49 años
50 años y más
Edad
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
21
Gráfico 13. Cuando un hombre le hace un piropo vulgar a una mujer, cruzado por NSE y edad.
Este es otro caso de violencia a través del lenguaje, en una suerte de androcentrismo: el
hombre al considerarse dueño y señor del universo, se siente en propiedad de la mujer,
así que considera que puede y está en todo su derecho al dirigirse a ella en términos y
maneras vulgares, incluso asumiendo que la mujer debe manifestar su agrado tras el
“halago”, al respecto dirá Cecilia Varela que “…las mujeres son objeto –en su circulación
por los espacios públicos– de una violencia que no reviste un carácter físico, violencia
menos espectacular pero sí más sutil, rutinaria y cotidiana y que debiéramos considerar
seriamente a la hora de abordar las percepciones y representaciones que las mujeres
tenemos sobre los espacios públicos (y la cuestión de la sensación de inseguridad no puede
ser extraída por fuera de este marco). Se trata de un conjunto de variadas situaciones que
incluyen comentarios sexuales no solicitados, no bienvenidos y no recíprocos, miradas
fijas, eventuales ‘toqueteos’ y persecuciones que imprimen un carácter jerárquico de
género a la circulación por los espacios públicos”7. Esta es, como se pudo ver en el gráfico
5, de las conductas indagadas la que mayor aceptación tiene. La desagregación
socioeconómica muestra que al contrario de todas las conductas anteriormente expuestas
en esta existe una relación inversamente proporcional entre el NSE y el reconocimiento de
la conducta como violenta, donde en NSE bajos la proporción de personas que consideran
los piropos vulgares un acto de
violencia en contra de las mujeres
es mayor y decrece conforme
aumenta el NSE. La desagregación
etaria no evidencia diferencias
substanciales entre los rangos de
edad.
7 Varela, Cecilia, “Miedo al delito - representaciones - (in)seguridad urbana - espacio público”, Género,
Violencia y Seguridad Pública en http://www.fazendogenero7.ufsc.br/artigos/C/Cecilia_Varela_39.pdf39
27,36%
19,70%
18,22%
62,35%
71,62%
69,89%
9,95%
8,68%
11,90%
Bajo
Medio
Alto
NSE
Violento Solamente reprochable Normal
22,42%
19,42%
23,11%
21,50%
28,70%
66,67%
70,74%
64,77%
69,47%
62,65%
10,91%
9,83%
12,12%
8,72%
8,33%
13-17 años
18-26 años
27-35 años
36-49 años
50 años y más
Edad
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
VI. Percepción frente al maltrato a las
mujeres cometido por una persona
reconocida o famosa
n muchas culturas, las personas más reconocidas son aquellas quienes tienen una
mayor sabiduría, en otras son quienes tienen mayores habilidades para
determinadas labores, en otras son quienes poseen mayores recursos económicos,
quienes son más atractivas físicamente, más atléticas, o combinaciones de las anteriores
cualidades, en este orden de ideas se esperaría que una persona que goza de un buen
nombre y alto reconocimiento manifieste una alta conciencia social, ya que es
precisamente la sociedad la que le ha permitido sobresalir en su interior; este tipo de
personas al pertenecer a una élite deberían procurar mantener el estado de cosas, es
decir mantener su buen nombre y reconocimiento ante las demás personas, haciendo
evidentes sus valores éticos, morales y por qué no, en un Estado Social de Derecho como
el Colombiano, sus valores democráticos, así que podría pensarse que son éstas personas
quienes por su rol de figuras públicas están llamadas a dar ejemplo y ser modelos para la
ciudadanía en general que en tan buena imagen les tiene.
E
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
23
En este sentido se indagó a la ciudadanía acerca de qué es más grave, que una agresión en
contra de una mujer sea cometida por una persona destacada, reconocida o famosa o que
sea impartida por una persona del común, los resultados son los siguientes:
Gráfico 14. Cuando el maltrato contra una mujer lo comete una persona destacada o
famosa es:
En este gráfico se puede
apreciar que para la mayoría de
las personas la gravedad del
maltrato no depende de la
posición social que ocupe el
agresor, también se puede ver
que en el caso de los hombres
existe una mayor proporción
que manifiesta que el maltrato
es aun más grave si lo comete
alguien reconocido/a o
famoso/a.
VII. Sanción más eficaz para que no se repita el
abuso
os tipos de sanción pueden ser leídos desde la
óptica Mockusiana que propone tres esferas: la
de la ley, la moral y la cultura, en este sentido se
indagó a las personas acerca de cuál creían que era la
sanción más adecuada para que el abuso no se
repitiera; si un acto de contrición sincero, si la picota
pública, es decir la sanción y el repudio social o la que
consagra la ley entendida esta como "norma dictada
por una autoridad pública que a todos y todas ordena,
prohíbe o permite, y a la cual todos y todas deben
obediencia."8.
8 César Quintero, en su libro Derecho Constitucional tomo I. 1966
L
0,45%
3,26%
41,84%
54,45%
0,37%
1,71%
32,07%
65,85%
Ns/Nr
Menos grave que si lo comete una persona
del común
Más grave que si lo comete una persona
del común
Igual de grave a si lo comete una persona
del común
Mujeres
Hombres
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Gráfico 15. Cuando un hombre golpea a una mujer la sanción más eficaz para que no se
repita la situación es:
Tal como se puede ver en el gráfico
15, tanto mujeres como hombres
consideran que la sanción
contemplada por la ley es la más
acertada para que no se repita la
situación, respuesta con mayor
acogida entre ellas, ya que cuatro
de cada cinco mujeres optó por esta
opción, lo cual demuestra que no
obstante los canales de denuncia
puedan representar barreras e incluso revictimizaciones, las mujeres manifiestan un alto
grado de confianza en la justicia y en quienes deben impartirla. La variable que acude al
arrepentimiento es mayormente contemplada por los hombres, al igual que el rechazo
social.
Desde la perspectiva de clase y etaria se encontraron dos tendencias claras en las que la
opción que refiere al arrepentimiento cobró mayor sentido, la primera en relación
inversamente proporcional respecto al NSE y la segunda, inversamente proporcional a la
edad. A menor NSE o mayor edad, mayor aceptación del arrepentimiento como sanción
eficaz.
En este sentido el documento Bogotá sin violencia hacia las mujeres: un desafío posible
dice que:”Las violencias hacia las mujeres como un asunto público que debe ser abordado
de manera integral y reconocido como grave violación de los derechos humanos”. Y que
además “El abordaje de las violencias que sufren las mujeres como un asunto del mundo
privado y no como un asunto público ha dado como respuesta un tratamiento orientado a
la conciliación como la forma privilegiada de afrontar el fenómeno, dejando el campo
abierto a la impunidad y a la revictimización al enfrentar a la mujer violentada con su
agresor. Además, el énfasis de las políticas de seguridad en esta categoría ha contribuido a
la invisibilización de las violencias de género que se dan en el espacio público como
problema”9.
9 Bogotá sin violencia hacia las mujeres: un desafío posible. Retos de las políticas de seguridad ciudadana y convivencia
desde un enfoque de género, ONU – HÁBITAT PROGRAMA CIUDADES MÁS SEGURAS, ALCALDÍA MAYOR DE BOGOTÁ D.C., SECRETARÍA DISTRITAL DE GOBIERNO. Bogotá enero de 2010.
1,19%
5,04%
8,01%
16,77%
68,99%
1,35%
4,90%
3,92%
9,06%
80,78%
Ns/Nr
Niguna es eficaz
Que la sociedad lo señale y rechace
Que el agresor se arrepienta sinceramente y …
Que el agresor reciba todo el peso de la ley
Mujeres
Hombres
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
25
VIII. Percepciones frente a la
responsabilidad en los casos de maltrato
a ley 1257 de 2008 enuncia como uno de sus principios el de la corresponsabilidad,
dice: “La sociedad y la Familia son responsables de respetar los derechos de las
mujeres y de contribuir a la eliminación de la violencia contra ellas. El Estado es
responsable de prevenir, investigar y sancionar toda forma de violencia contra las
mujeres.” Así mismo pone manifiestas en su capítulo IV responsabilidades del Gobierno
Nacional, los departamentos y municipios, el Ministerio de Educación, el Ministerio de
Comunicaciones, el Ministerio de Protección Social, la Consejería Presidencial para la
Equidad de la Mujer, las Administradoras de Riesgos Profesionales (ARP), los
empleadores/as o contratantes, el Plan Nacional de Salud, la familia y la sociedad en
general. De modo que el objetivo principal que es garantizar para todas las mujeres una
vida libre de violencias, sea buscado desde varios flancos, en una estrategia holística, que
comprenda tanto el ámbito público como el privado.
Ahora bien, en una sociedad patriarcal, en la que el rol de la mujer se ha establecido
históricamente como no hegemónico, y subalterno en toda forma y sentido, el tema de la
responsabilidad es incluso atribuido a la víctima, es tan alta la inserción de la ideología en
las personas de este tipo de sociedades que incluso las mujeres reproducen el discurso
que las margina de la emancipación, en una suerte de bucle o círculo vicioso. En este
sentido se preguntó a las personas encuestadas acerca de a quién debe atribuírsele la
“culpa” cuando una mujer es maltratada, los resultados indicaron que para cerca de la
mitad de la población la culpa es de quien la maltrató, sin embargo para un buen
porcentaje (21,05% mujeres y 17,66% hombres) la responsabilidad recae sobre la víctima,
fenómeno que deslegitima la
denuncia a partir de una continua
culpabilización de la propia mujer
frente a las agresiones que recibe,
minimizando, invisibilizando y
aceptando socialmente desde los
improperios recibidos en el
espacio público hasta otros tipos
de violencia más fuertes, como
asuntos de convivencia
doméstica, intima y por lo tanto
privada.
L
4,15%
2,82%
2,37%
23,74%
17,66%
49,26%
2,69%
1,59%
1,47%
19,58%
21,05%
53,61%
Ns/Nr
Otra
Del gobierno
De la sociedad
De ella
De quien la maltrató
Mujeres
Hombres
Gráfico 16. Cuando una mujer es maltratada, la culpa es generalmente:
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Otro elemento que vale la pena destacar de los resultados es el porcentaje cercano al
20%, tanto para hombres como para mujeres que atribuyeron la “culpa” a la sociedad, lo
que puede indicar que por lo menos una de cada cinco personas reconoce la problemática
como un malestar cultural de la sociedad donde el machismo es una estructura de poder y
dominación.
Al revisar las desagregaciones respecto a NSE y edad se encontró que a mayor NSE,
porcentajes menores atribuyen la responsabilidad a la víctima y son mayores los
porcentajes de culpabilidad de la sociedad.
Frente al análisis etario se puede observar que los porcentajes de personas que
atribuyeron la culpa a quien ocasionó el maltrato disminuyen conforme el rango etario
aumenta, bajan de 64,85% en los menores de edad, hasta el 43,53% en mayores de 50
años. (Ver gráfico 17)
Gráfico 17. Cuando una mujer es maltratada, la culpa es generalmente, cruzado por NSE
y edad
24,71%
17,20%
12,27%
2,16%
2,00%
1,12%
49,92%
53,59%
51,30%
17,74%
22,04%
29,00%
Bajo
Medio
Alto
NSE
De ella Del gobierno De quien la maltrató De la sociedad
16,97%
17,03%
15,91%
23,36%
23,15%
1,21%
0,96%
2,27%
1,25%
3,70%
64,85%
56,12%
50,38%
48,29%
43,52%
13,94%
21,34%
24,24%
21,18%
23,46%
13-17 años
18-26 años
27-35 años
36-49 años
50 años y más
Edad
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
27
IX. Excusas frente a lo inexcusable
ste segmento atiende a algunas de las disculpas más
frecuentes con las cuales se suele justificar lo que de
entrada es injustificable e inaceptable, las violencias
en contra de las mujeres. Así las cosas, se indagó acerca de
temas tales como el maltrato intramuros, el estado de
embriaguez como disculpa, el manejo reservado de la
violencia, la presunción de que el maltrato es deseado por
las victimas y por último, la justificación a la falta de respeto
fincada en una asumida provocación de la mujer en su
forma de vestir.
Gráfico 18 De las siguientes afirmaciones conteste si está
de acuerdo o en desacuerdo con ellas
E
46,14%
44,51%
21,96%
10,68%
8,01%
53,86%
55,49%
78,04%
89,32%
91,99%
Si una mujer usa minifalda o ropa muy ajustada, provoca que le falten al respeto
Cuando una mujer es maltratada por su pareja y no hace nada, es porque le gusta
que la maltraten
Los casos de maltrato contra las mujeres deberían ser tratados discretamente
Es menos grave que un hombre que esté borracho maltrate a una mujer porque no
está en sus cinco sentidos
Es menos grave que un hombre le pegue a una mujer en la casa a que lo haga en
un espacio público
Hombres
Acuerdo Desacuerdo
46,7%
40,7%
19,09%
7,59%
5,63%
53,24%
59,24%
80,91%
92,41%
94,37%
Mujeres
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Como se pudo observar, es escaso el grado de aceptación a las agresiones intramuros,
nueve de cada diez personas indagadas le confirió la misma gravedad a las agresiones en
el espacio público, un resultado que vale la pena destacar ya que uno de los primeros
pasos para combatir este vejamen es el sacarlo de la esfera privada que le confiere cierta
impunidad. Otra de las excusas que no contó con mayor aprobación fue la agresión en
estado de embriaguez como un momento de inconsciencia que exime al agresor de
responsabilidad por estar fuera de sí. Frente al manejo discreto de los casos de maltrato,
es posible que la intención de quienes están de acuerdo con la afirmación radique en
evitar una revictimización de la mujer al exponerla públicamente, no obstante el guardar
silencio redunda en mayores patologías debido a que en muchos casos los agresores no
asumen las consecuencias de sus actos. Al respecto es importante que se masifiquen
mensajes en los cuales se muestren las consecuencias que acarrea la comisión de un
delito como es el maltrato a una mujer, la ropa sucia ya no se lava en casa; es un problema
de todos y todas, un problema que deberá ser atendido como sociedad.
Más preocupante aún es la alta aceptación tanto de hombres como de mujeres sobre un
posible gusto a la agresión y por ello no hacen nada; desconocen factores importantes
como el temor a una nueva agresión, el desconocimiento de los mecanismos de defensa
con los que cuentan las mujeres, la angustia originada en la que en muchos casos la
víctima depende económicamente de su victimario y finalmente, y quizás uno de los
factores más difíciles de erradicar, la creencia cultural replicada a través de la historia de
que así deben ser las cosas. Por último, resulta alarmante la aceptación de la afirmación
que atribuye a las mujeres la responsabilidad de las faltas de respeto porque se visten de
alguna forma “provocativa”; respuesta igual en los dos sexos, que indica un bajo
reconocimiento del derecho al libre desarrollo de la personalidad. Como afirma Ana Falú,
“el espacio público sigue siendo masculino. Las mujeres han tenido históricamente vedado
el espacio público y la ‘irrupción’ en él ha sido
producto de sus luchas. Por ello, las mujeres
suelen culpabilizarse si algo les sucede en el
espacio urbano. La internalización cultural del
espacio público o urbano como masculino y por
ello vedado para las mujeres, contribuye a que
éstas se sientan responsables cuando son
víctimas de algún delito en la vía pública, por
circular en horarios inapropiados o con
determinada vestimenta”10.
10
Falú Ana, “Mujeres en la Ciudad De Violencias y Derechos”, Ponencia presentada en evento de la Red Mujer y Hábitat de América Latina, Ediciones Sur, Santiago de Chile, 2009.
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
29
A continuación se presenta un análisis gráfico a partir de cada una de las afirmaciones.
Desagregadas las respuestas por nivel socioeconómico se puede observar que en todos
los casos existió una correspondencia inversamente proporcional entre el NSE y la
aceptación de la afirmación, de modo que, a mayores NSE, menores porcentajes de
aceptación con las frases.
Se podría decir que el nivel socioeconómico aporta desde el punto de vista de una Cultura
Democrática con perspectiva de género, en tanto los resultados permiten presumir una
mayor adopción y apropiación ciudadana del conjunto de valores que se desprenden de la
tolerancia, el respeto y la cultura de los derechos, emanados del mandato Constitucional
de 1991. (Ver Gráficos 19, 20, 21 y 22)
Gráfico 19. Es menos grave que un hombre le pegue a una mujer en la casa a que lo haga
en un espacio público. De acuerdo, en desacuerdo. Según NSE.
Gráfico 20. Es menos grave que un hombre que esté borracho maltrate a una mujer
porque no está en sus cinco sentidos. De acuerdo, en desacuerdo. Según NSE.
8,29%
5,84%
4,83%
91,21%
93,49%
95,17%
Bajo
Medio
Alto
De acuerdo En desacuerdo
10,95%
7,35%
7,81%
88,39%
91,99%
92,19%
Bajo
Medio
Alto
De acuerdo En desacuerdo
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Gráfico 21. Los casos de maltrato contra las mujeres deberían ser tratados
discretamente. De acuerdo, en desacuerdo. Según NSE.
Gráfico 22. Cuando una mujer es maltratada por su pareja y no hace nada, es porque le
gusta que la maltraten. De acuerdo, en desacuerdo. Según NSE.
Gráfico 23. Si una mujer usa minifalda o ropa muy ajustada, provoca que le falten al
respeto. De acuerdo, en desacuerdo. Según NSE.
24,38%
18,03%
17,47%
75,12%
81,30%
82,16%
Bajo
Medio
Alto
De acuerdo En desacuerdo
47,10%
44,24%
27,14%
52,90%
55,26%
72,86%
Bajo
Medio
Alto
De acuerdo En desacuerdo
49,59%
46,91%
38,66%
50,25%
52,25%
61,34%
Bajo
Medio
Alto
De acuerdo En desacuerdo
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
31
X. Reacción ciudadana frente a una
situación de violencia en contra de una
mujer
La ley 1257 de 2008 en cumplimiento del principio de
corresponsabilidad ordena que la sociedad tiene la
responsabilidad de tomar parte activa en el logro de la
eliminación de la violencia y la discriminación contra las
mujeres y que para estos efectos deberá, entre otras
cosas “Denunciar las violaciones de los derechos de las
mujeres y la violencia y discriminación en su contra.” Y
”Realizar todas las acciones que sean necesarias para
asegurar el ejercicio de los derechos de las mujeres y
eliminar la violencia y discriminación en su contra.”
Ahora bien, al preguntar a las personas acerca de qué
harían si llegaran a escuchar que un vecino se encuentra
golpeando a su pareja, cuatro de cada cinco mujeres
afirmó que llamarían a una autoridad, relación que se
muestra menor para el caso de los hombres.
Si bien existe un 16,32% de hombres que expresan una disposición para intervenir y
detener la agresión, también hay un 13,50% de ellos que no harían nada, faltaría explorar
las razones de esa decisión, si tienen que ver con temor, indiferencia, consideran que no
es su problema o que incluso la agresión está bien.
Gráfico 24 Si usted ve o escucha que un vecino está golpeando a la mujer con quien
convive ¿usted qué hace?
1,04%
0,89%
13,50%
16,32%
68,25%
2,57%
0,49%
7,83%
6,36%
82,74%
Ns/Nr
Otra
No hace nada
Interviene para detener la agresión
Llama alguna autoridad
Mujeres
Hombres
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
XI. Cercanía con mujeres víctimas de
maltrato físico
Finalmente se preguntó a las personas por su
experiencia personal, respecto a si tenían
conocimiento de que alguna mujer muy cercana
hubiese sido víctima de maltrato físico,
independientemente de cuándo hubiera
ocurrido, y se encontró que tanto en hombres
como en mujeres, un alto porcentaje de la
población manifestó saber de mujeres cercanas
que han sufrido agresiones físicas. Este puede ser
un indicador de qué tan común es el problema, y
esto es tan sólo la punta del iceberg si se tiene en
cuenta que existen una multiplicidad de formas
de violencia que no se alcanzan a percibir y
mucho menos a combatir. Con este panorama
surge a modo de reto; lograr que los discursos
emanados tanto desde las instituciones, la
escuela, la familia y los medios de comunicación
reconozcan el derecho que tienen todas y cada una de las mujeres de vivir una vida sin
violencias, prestando la misma atención a la dimensión objetiva (crímenes, asaltos,
violaciones) y a la dimensión subjetiva (percepciones, miedos, impresiones negativas)
tanto en el ámbito público como en el privado.
Gráfico 25. ¿Alguna mujer muy cercana a usted ha sido víctima de maltrato físico?
Si 46,63% No
48,23%
Ns/Nr 5,14%
Mujeres
Si 42,88%
No 53,71%
Ns/Nr 3,41%
Hombres
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
33
XII. Perfil sociodemográfico de la población
encuestada
Sexo
Edad
Nivel de educación declarado
10,53%
26,26%
18,99%
21,51%
22,70%
11,51%
29,38%
16,65%
21,54%
20,93%
13-17 años
18-26 años
27-35 años
36-49 años
50 años y más
Mujeres
Hombres
Hombres 45,20%
Mujeres 54,80%
0,15%
0,45%
1,34%
7,42%
11,87%
30,27%
12,02%
16,02%
16,47%
4,01%
0,24%
0,61%
3,79%
8,20%
9,18%
28,52%
14,20%
18,24%
13,10%
3,92%
Ns/Nr
Ninguno
Primaria Incompleta
Primaria Completa
Secundaria Incompleta
Secundaria Completa
Educación técnica/tecnológica
Universitaria incompleta
Universitaria completa
Posgrado
Mujeres
Hombres
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
Principal actividad económica
Estado civil
Actualmente vive con:
0,00%
0,89%
5,79%
6,68%
0,74%
24,78%
61,13%
0,73%
1,22%
4,65%
5,26%
12,12%
26,07%
49,94%
Ns/Nr
Otra actividad
Está desempleado/a
Pensionado/a
Realiza oficios del hogar
Estudia
Trabaja
Mujeres
Hombres
0,30%
4,30%
1,48%
9,35%
14,39%
25,22%
44,96%
0,98%
2,82%
4,65%
9,91%
12,24%
22,15%
47,25%
Ns/Nr
No está casado(a) y vive en pareja hace menos de dos años
Está viudo (a)
Está separado(a) o divorciado(a)
No está casado(a) y vive en pareja hace dos años o más
Está casado (a)
Está soltero (a)
Mujeres
Hombres
0,27%
,60%
,87%
6,91%
3,29%
7,85%
9,12%
12,81%
18,85%
13,21%
0,13%
,5%
1,2%
4,1%
4,7%
10,1%
11,5%
17,1%
19,3%
21,3%
Novio(a)
Amigos(as)
Tios(as)
Solo/a
Otros familiares
Hermanos(as)
Padre
Madre
Cónyuge/pareja
Hijos(as)
Mujeres
Hombres
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
35
Nivel socioeconómico
Localidad
1,19%
0,89%
0,45%
1,78%
1,34%
0,89%
3,71%
2,08%
2,67%
2,37%
4,90%
4,30%
3,12%
4,30%
7,72%
4,90%
5,93%
5,49%
11,72%
13,35%
16,91%
1,22%
0,37%
0,86%
1,22%
1,22%
1,84%
2,82%
2,82%
2,94%
3,18%
4,04%
4,16%
4,16%
4,41%
5,26%
5,51%
6,12%
7,10%
10,89%
14,69%
15,18%
Ns/Nr
Antonio Nariño
Los Mártires
La Candelaria
Santafé
Barrios Unidos
Teusaquillo
Usme
Fontibón
Rafael Uribe Uribe
Chapinero
Tunjuelito
San Cristóbal
Puente Aranda
Fuera de la ciudad
Ciudad Bolívar
Usaquén
Bosa
Suba
Engativá
Kennedy
Mujeres
Hombres
1,34%
37,09%
41,25%
20,33%
1,35%
43,21%
39,29%
16,16%
Ns/Nr
Bajo
Medio
Alto
Mujeres
Hombres
Boletín No 15/2011 OBSERVACIONES DE CIUDAD
XIII. Ficha técnica
“Hay una única verdad
universal aplicable a todos
los países, todas las
culturas y todas las
comunidades: la violencia
contra la mujer nunca es
aceptable, nunca es
excusable, nunca es
tolerable.”
Sr. Ban KIMoon.
Secretario General ONU
Periodo de recolección: 24, 25 y 26 de agosto de 2011
Lugar de recolección: 1. Carrera 4ª con calle 19 2. Calle 41 carrera 13 3. Portal Transmilenio calle 80 4. Portal Transmilenio Norte 5. Carrera 7ª con calle 45 6. Autopista sur, con avenida 68, Puente Venecia 7. Cra 7ª calle 40 8. Avenida Boyacá con avenida primero de mayo ,C.C.
Plaza de las Américas 9. Carrera 15 con calle 127 , CC Unicentro
Metodología utilizada: Interceptación aleatoria. Muestreo no probabilístico Interceptación aleatoria controlada por cuotas
Tamaño de la muestra 1.491 personas
Tipos de instrumentos aplicados: Encuesta semiestructurada
Población Objetivo:
Población de 13 años y más
Consentimiento y rechazo a las violencias contra las mujeres en Bogotá
37
©Alcaldía Mayor de Bogotá ©Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte
Clara López Obregón Alcaldesa Mayor de Bogotá
Catalina Ramírez Vallejo Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte
María Cristina Hurtado Subsecretaria de Mujer, Géneros y diversidad Sexual
Otty Patiño Hormaza Jefe Oficina Observatorio de Culturas
Adriana Padilla Leal Jefe Oficina Comunicaciones
César Pinzón-Medina Coordinador Observaciones de Ciudad Edilneyi Zúñiga Avirama Estadística Observatorio de Culturas
Dirección y redacción Observaciones de Ciudad Cra 8 No 9-83 Tel 0571 3274859
Página de Internet www.culturarecreacionydeporte.gov.co Correo electrónico [email protected]
Coordinación editorial: César Pinzón-Medina Corrección de estilo: Gloria Inés Peláez Q. Fotografías: Oscar Chica María José Pizarro Marcela Osorio Liz César Pinzón-Medina Archivo Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte
ISSN: 2145-2067
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