Bol Nº 176 Ene 2015

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    BOLETIN GUEMESIANO N 176 ENERO DE 2015

    PRESENTACION

    En la bsqueda de las inagotables fuentes realistas y patriotas para comprender la

    lucha por la Independencia de Sud Amrica Hispana, se encuentran importantes

    escritos que permiten conocer personajes y sucesos de aqulla poca. En esta

    edicin se presenta una semblanza del clebre realista Francisco Aguilera, junto a

    la descripcin que de los Virreinatos del Per y del Ro de la Plata realizara el

    general realista Jernimo Valds. Finalmente los escritos del notable historiador

    Luis Oscar Colmenares brindan una sntesis sobre las invasiones realistas

    posteriores a la del mariscal Jos de La Serna.

    CONTENIDO

    I. SEMBLANZA DE FRANCISCO AGUILERA, por Mara Cristina Fernndez II. DESCRIPCIN DE LOS VIRREINATOS DEL PER Y DEL RO DE LA PLATA,

    por Jernimo Valds.

    III. LAS NUEVAS INVASIONES HISPANAS CULMINAN CON LA GRAN INVASION DEL GENERAL JUAN RAMIREZ Y OROZCO, por Luis Oscar Colmenares

    IV. CORREO DE LECTORES V. PALABRAS FINALES

    DESARROLLO

    I. SEMBLANZA DE FRANCISCO AGUILERA

    Era tan sanguinario como valiente escribi Manuel Corts en su Ensayo sobre la

    Historia de Bolivia al trazar una semblanza sobre el clebre realista. Corts dice

    que Aguilera estudi en un colegio de Chuquisaca y abraz la profesin de las

    armas.

    En cuanto a su aspecto fsico dice que era: De regular estatura, un poco obeso: los

    rasgos de su fisonoma expresaban una voluntad inflexible y pasiones profundas: sus

    ojos rasgados estaban inyectados de sangre; su barba era negra y muy poblada:

    usaba ordinariamente levita azul, pantaln blanco de punto, muy ajustado, bota

    granadera y sombrero redondo de paisano, con plumaje. Cuando necesitaba hombres

    para su escolta, se diriga a los establecimientos de enseanza, examinaba a los

    alumnos ms crecidos, y destinaba a la milicia a los que no estaban bastante

    aprovechados. Despus de la victoria del Pari mand poner en una picota la cabeza

    de Warnes, y se ceb en la sangre de sus compatriotas, haciendo fusilar 914

    individuos de ambos sexos. En cuatro meses sacrific un nmero de vctimas igual en

    mitad al de las que el famoso tribunal revolucionario de Francia inmol en 16 meses.

    Luego el autor acota que la crueldad de Aguilera no se limitaba a los enemigos de la

    causa espaola, tambin abarc a los bandidos, personas que no tenan partido

    alguno en la guerra.

    Jos Luis Roca, en Ni con Lima ni con Buenos Aires, dice que el nombre del caudillo

    era Francisco Xavier Aguilera, nacido en Santa Cruz de la Sierra en diciembre de

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    1779. Tuvo una hija natural con catalina Fernndez Pea, llamada Mara Francisca

    quien conserv una reliquia que su padre llevaba colgada en su cuello cuando fue

    ejecutado en Valle Grande. Se trataba de una placa de metal con la imagen de la

    Virgen del Carmen pintada al leo y que se dobl por el impacto de una de las balas

    que acabaron con su vida en noviembre de 1828. Aguilera estudiaba Teologa en

    Charcas cuando se desencadenaron los sucesos de mayo de 1809. Se inici en la

    carrera de las armas como ayudante del Mariscal Vicente Nieto. Luego sirvi a las

    rdenes de Goyeneche y fue eficaz colaborador de Pedro Antonio de Olaeta.

    Alcanz su mxima celebridad al derrotar a Manuel Ascencio Padilla, en el Villar o

    Laguna, donde lo ejecut. Como consecuencia de la victoria de Pari donde derrot

    a Ignacio Warnes, quien muri en el combate, fue premiado con el nombramiento

    de gobernador de Santa Cruz de la Sierra.

    Dice Roca que las victorias sobre los jefes insurgentes de mayor prestigio y

    resonancia en se momento, dieron lugar a que Aguilera fuera aclamado como hroe

    y redentor de las lites crucea y chuquisaquea, permanentemente amenazadas en

    su tranquilidad e intereses por los dos caudillos patriotas muertos.

    Tanto Manuel Ascensio Padilla como Ignacio Warnes reciban apoyo militar de

    Gemes, con quien mantenan comunicacin que est a resguardo entre la

    documentacin de la poca. El primero era altoperuano y el segundo argentino,

    haba llegado a Santa Cruz integrando las tropas del general Manuel Belgrano.

    II. DESCRIPCION DE LOS VIRREINATOS DEL PER Y DEL RIO DE LA PLATA

    El general realista Jernimo Valds describi al Per como el extenso territorio que

    conformaba el Imperio Inca, desde Quito hasta Tucumn que hasta 1718 form el

    virreinato de Lima. Ese ao se separaron las provincias ubicadas al norte de Piura

    para formar el Virreinato de Santa Fe y en 1778 las provincias al sur de La Paz

    formaron el de Buenos Aires, ambos virreinatos divididos por el ro Desaguadero.

    Este ro divide tambin el Per en Alto y Bajo. El virreinato de Lima abarcaba

    Trujillo, Lima, Tarma, Huancavelica, Huamanga, Cuzco, Arequipa y Puno. En aquel

    tiempo la poblacin era de 1.078.000 habitantes de todas las etnias.

    Valds llama al Virreinato del Per Virreinato de Lima y al del Ro de la Plata

    Virreinato de Buenos Aires. Dice que el primero est dividido de N a S por la

    cordillera de Los Andes, formando dos grandes zonas diferentes entre s. Que de

    Piura a Atacama los habitantes no conocen lo que es una lluvia, s los temblores y

    erupciones volcnicas que los sacuden de cuando en cuando. Mientras, la sierra

    est en constante invierno, llueve, nieva y hiela la mayor parte del ao. Esta

    diferencia extrema se manifiesta en sus habitantes y en sus producciones, dice

    Valds, agregando que: Los hombres de la faja de la costa son de buenas formas,

    giles, espirituosos, francos, alegres y sumamente flexibles; por las mismas causas son

    muelles delicados y poco a propsito para las fatigas de la guerra, con especialidad

    cuando pasan a climas diferentes al suyo. En la sierra es lo opuesto. Los hombres son

    mal configurados, torpes, sucios, feos, desconfiados y mezquinos; en cambio son

    valientes, sufridos, fuertes, sobrios, humildes y, por lo tanto, muy a propsito para la

    guerra.

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    Sobre el Virreinato del Ro de la Plata, dice que desde el Desaguadero comprende

    La Paz, Oruro, Cochabamba, Santa Cruz de la Sierra, Charcas, Potos, Salta,

    Tucumn, Catamarca, Cuyo o Mendoza, Santa Fe, Buenos Aires, Montevideo, o sea

    la banda oriental del ro de la Plata, Entre Ros y el Paraguay. Es un territorio

    inmenso, por ello las diferencias entre su poblacin y sus producciones son

    infinitas. La que es indispensable tener a la vista para juzgar sobre la guerra que se

    ha sostenido por espacio de catorce aos en el Per es la que existe entre los pases

    que llaman los de Buenos Aires de arriba y los que nombran de abajo; es decir, entre

    los grandes distritos de la Paz, Charcas y Potos, que es lo que nosotros llamamos Alto

    Per, y las provincias de Salta, Tucumn y dems de las pampas de Buenos Aires, a

    que dieron el nombre de Repblica Argentina al principio de la revolucin.

    Terreno, clima y habitantes del Alto Per son similares a las de la faja de la sierra

    del virreinato de Lima y su poblacin era de 1.177.000 habitantes

    aproximadamente, segn Valds. En el despoblado que divide Potos de Salta, o

    entre Mojo y Humahuaca se inicia la divisin entre provincias de arriba y de abajo.

    Valds dice que entre las provincias de arriba y de abajo ni los habitantes, ni la

    lengua, ni los usos, ni los frutos, ni la forma del terreno tienen semejanza ni

    relacin de ninguna especie y describe:

    El pas que comprenden las provincias de abajo es una extensin Norte Sur de ms

    de 400 leguas. Su poblacin no pasa de 600.000 habitantes, inclusive la banda

    oriental y el Paraguay. Por manera que las capitales de provincia, nicos pueblos que

    merecen el nombre de tales, estn separadas unas de otras por grandes desiertos, en

    que no se encuentran ms que ganados.

    Los caballos, las vacas y las mulas eran tan abundantes y numerosas antes de la

    revolucin, que embarazaban muchas veces el camino a los viajeros; cosa al parecer

    increble, y que es necesario haberla visto para no dudar de ella. Las gentes que

    habitan estos vastos y casi desiertos campos estn diseminadas a manera de hordas,

    sin ms ocupacin que el cuidado de sus rebaos; viven habitualmente a caballo,

    tiran el lazo y las bolas con una habilidad singular, lo cual los hace, no slo los

    mejores jinetes, sino los ms diestros quizs que hay en toda la tierra.

    Los habitantes de los pueblos participan ms o menos de estas costumbres, segn la

    distancia y la calidad de sus haciendas, que llaman estancias; pero unos y otros son

    en general corpulentos, robustos, giles, bien formados, generosos, francos, alegres,

    y tiene el orgullo y el espritu de independencia de los pueblos a medio civilizar;

    hablan el espaol, desprecian a todo el que no monta bien a caballo; y de los

    peruanos, que llaman cuicos o arribeos, tienen la idea ms pobre y miserable. Se

    alimentan con carne medio asada, y algunas veces enteramente cruda; pasan a nado

    con sus caballos los ros ms caudalosos; sus diversiones son el salto y la carrera, en

    que hacen las pruebas ms brbaras que pueden imaginarse. Van siempre armados

    de un cuchillo del largo de una bayoneta, que les sirve para matar y desollar las

    reses, que juegan admirablemente, a lo cual debe atribuirse el desprecio con que

    miraban las armas blancas aun antes de emprenderse esta guerra.

    El virrey Abascal supo aprovechar las antipatas locales que existan entre el Per y

    estas provincias; y este fue el secreto del efecto que produjo el Ejrcito del General

    Goyeneche sobre el Desaguadero, y las batallas ventajosas que han obtenido

    sucesivamente los realistas siempre que los de Buenos Aires han invadido el Alto

    Per, donde nunca han conseguido suceso alguno de consecuencia; as como a su

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    turno los peruanos de que se compona el Ejrcito que defenda la causa espaola no

    han contado ms que desastres y derrotas cuantas veces han invadido, antes de

    1818, el territorio de Salta y el del Tucumn, escribi Valds.

    III. LAS NUEVAS INVASIONES HISPANAS CULMINAN CON LA GRAN INVASION DEL GENERAL JUAN RAMIREZ Y OROZCO

    El Dr. Luis Oscar Colmenares, uno de los ms importantes estudiosos de la Gesta

    Gemesiana, escribi una sntesis didctica sobre el general Martn Miguel de

    Gemes en la que presenta al hroe como cadete ejemplar, eficaz sostenedor del

    movimiento de Mayo, supremo defensor de la Independencia Argentina y mximo

    mrtir de la emancipacin de Amrica Hispana.

    En relacin con las invasiones emprendidas por los realistas luego de rechazada la

    del mariscal La Serna y hasta la disolucin del Directorio, Colmenares escribi:

    El rechazo de la invasin hispana de 1817 no signific que el general de la Serna

    dejara de atacar el territorio saltojujeo. El teniente coronel Manuel Eduardo Arias

    comunicaba a Gemes el 28 de noviembre de 1817 que el enemigo haba tomado el

    pueblo de Humahuaca. Agregaba que eran ms de mil hombres al mando del general

    Pedro Antonio de Olaeta, jefe de la vanguardia del ejrcito comandado por el

    general Jos de la Serna. Los gauchos carecan de caballos. Arias deca a Gemes: No

    hay la menor duda que hoy se posesionan de dicho pueblo de Tilcara. Luego que lo

    ocupen me retiro a Tumbaya con toda mi gente a pie, que toda est rematada por no

    tener gusto para comer ni dormir. Olaeta ocup Jujuy el 14 de enero de 1818 pero

    slo por cuatro horas. Al cabo de este tiempo emprendi una rpida retirada.

    Gemes informaba el 28 de enero que el enemigo haba perdido ms de 300

    hombres, entre muertos, heridos y pasados.

    El 21 de enero de 1818 el Cabildo de Salta peda ayuda a los Cabildos de Buenos

    Aires, Crdoba, Tucumn, Santiago del Estero, Santa Fe y Catamarca, oportunidad en

    la que les deca: Faltan municiones, no hay numerario, no hay caballos, no hay

    ganado vacuno, no hay vestuario ni otros artculos de primera necesidad. A su vez,

    Gemes y los Cabildos de Jujuy y Salta designaron comisionados para que

    entrevistaran en igual sentido a Belgrano y al Cabildo de Tucumn.

    Olaeta haba retrocedido hasta Yavi, donde estableci su cuartel general. Las

    milicias de la vanguardia de Gemes se situaron entonces en el pueblo de

    Humahuaca, desde donde hostilizaron sin descanso al jefe espaol. Lograron

    recuperar millares de ovejas y llamas sustradas a los puesteros de la zona, tomar

    prisioneros y proteger a los soldados que abandonaban las filas realistas y se

    incorporaban a las de la patria.

    Despus de conocer el triunfo de San Martn en Maip, Belgrano encomend al jefe

    de su Estado Mayor, don Francisco Fernndez de la Cruz, que efectuara una

    estimacin de lo que el Ejrcito Auxiliar precisaba para abrir una campaa en

    regla. El 29 de agosto de la Cruz presentaba su informe, expresando que la

    campaa al Per no puede emprenderse sin una fuerza de seis mil hombres bien

    disciplinados y subordinados. Belgrano aprob el informe y lo remiti al

    Directorio quien el 18 de setiembre consign en el expediente respectivo lo

    siguiente: Enterado y que el gobierno proveer en oportunidad lo conveniente.

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    Al enterarse que San Martn haba regresado a Chile despus de haber concurrido a

    Buenos Aires a tratar con el gobierno la prosecucin de la campaa hacia el Per

    tras el triunfo de Maip- Gemes se dirigi a los Cabildos de Salta, Jujuy y Orn. Al de

    Jujuy le deca el 7 de diciembre de 1818: El seor general don Jos de San Martn ha

    pasado la cordillera y s con certeza que activa sus medidas para verificar la

    expedicin a las costas de Lima. En este caso es indudable que el excelentsimo

    seor general don Manuel Belgrano ponga en marcha su ejrcito para el Alto Per y

    no es regular que esta benemrita provincia se muestre indiferente en los ltimos

    pasos que nos guan a la felicidad.

    Esta expedicin no pudo concretarse por cuanto en febrero de 1819 el Director

    Pueyrredon orden a Belgrano que se dirigiera a Santa Fe, a fin de enfrentar a

    Estanislao Lpez. Belgrano parti el 19 del mismo mes de febrero dejando en

    Tucumn la mayor parte de su parque de armas y una porcin de su ejrcito.

    Aunque el Directorio, el 15 de abril de 1819, ampli su orden del 9 del mismo mes,

    disponiendo que San Martn tambin trajera de Chile adems de la mayor parte del

    Ejrcito de los Andes- 2000 milicianos que haba ofrecido al gobierno de Chile, a fin

    de que reemplazaran a los soldados que haban partido con Belgrano, nada de esto

    se llev a cabo.

    El 25 de mayo de 1819 Gemes jur e hizo jurar la Constitucin que haba

    sancionado el Congreso de Tucumn. Meses ms tarde reuni a los electores

    designados por los Cabildos de Salta, Jujuy y Orn, para que eligieran la terna de

    candidatos a senador nacional por la provincia; y separadamente, convoc a la

    poblacin para la eleccin de diputados a la Cmara de Representantes. El rechazo

    de la constitucin por parte de los restantes caudillos y el triunfo de Ramrez y

    Lopez en Cepeda, impidieron que la norma y los organismos que ella estableca,

    entraran en vigencia. Las ansias y la necesidad que Gemes tena de que existieran

    autoridades constitucionales que atendieran debidamente la guerra por la

    emancipacin, quedaban por lo tanto insatisfechas.

    El Director Pueyrredn renunci el 9 de junio de 1819, designando el Congreso para

    sucederle al general Jos Rondeau. A su vez, Belgrano enferm de cuidado y el 11 de

    setiembre entregaba el mando del ejrcito al coronel mayor Francisco Fernndez de

    la Cruz, regresando a Tucumn en busca de restablecimiento. Y tras la Batalla de

    Cepeda del 1 de febrero de 1820 ces el Directorio, se disolvi el Congreso y las

    provincias reasumieron la soberana en sus respectivos territorios.

    Designado el general Jos de la Serna Virrey del Per, pas a ser comandante del

    Ejrcito Real en el Alto Per el general Juan Ramrez Orozco. El nuevo comandante

    inici de inmediato otra invasin sobre las provincias situadas al sur del Alto Per,

    partiendo de Tupiza el 8 de mayo de 1820. El general Canterac ocup la ciudad de

    Jujuy el 24 del mismo mes y sigui hacia la ciudad de Salta, a la que ocup el da 31.

    Mientras gran parte de las fuerzas invasoras se quedaban en el Valle de Lerma, el

    general Olaeta se encamin hacia el Chamical, desde donde el coronel Valds

    prosigui hasta el ro Pasaje o Juramento. Pero de inmediato comenz el repliegue

    de todas las fuerzas realistas, las que arribaron de regreso a Tupiza el 30 de junio.

    Las milicias salto jujeas hostilizaron al enemigo pero con una particularidad

    distinta a la observada en las invasiones anteriores. Gemes le deca a Juan Bautista

    Bustos, gobernador de Crdoba, el 22 de junio de 1820: habindoseme insinuado el

    general San Martn sobre su prxima expedicin a los puertos intermedios y que

    convena por otra parte llamarles la atencin y conservarla con entretenidas, me

    propuse dejarlos llegar sin mayores dificultades

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    Esta fue la oportunidad en que ms avanzaron los invasores dentro de la

    Intendencia de Salta, desde que Gemes era gobernador, pero tambin la ocasin en

    que ms rpidamente regresaron a su cuartel general en Tupiza. Los realistas

    invadieron la Intendencia con 6500 hombres, posiblemente creyendo que frente a la

    disolucin de las autoridades centrales de las Provincias Unidas de Sud Amrica, la

    resistencia a una fuerza tan numerosa sera mnima o hasta desaparecera. Pero se

    encontraron con una defensa ms eficaz que antes. El realista Garca Camba deca,

    despus, que en esta ocasin las milicias gauchas en nada se parecieron a las

    anteriores, tales eran los progresos que haban hecho con la prctica en el arte de

    guerrear finaliza el Dr. Colmenares.

    IV. CORREO DE LECTORES

    Desde Gualeguay (Entre Ros) Jorge Enrique Senz, autor de numerosas obras

    entre las que se destacan Golpe de mano de Humahuaca y Los Corsarios de Gemes,

    anuncia que est en prensa su ltimo libro Malvinas, el Secreto de Galtieri.

    Senz es Licenciado en Sistemas Navales, graduado en Relaciones Pblicas y

    Periodismo, Profesor, Instructor, Experto en armas y explosivos, entre otros

    antecedentes curriculares. Prximamente expondr sobre el General Martn

    Miguel de Gemes en la Escuela de Guerra Naval.

    V. PALABRAS FINALES El Boletn Gemesiano Digital se apresta a cumplir quince aos de presencia

    interrumpida en las mesas de trabajo de escritores, estudiantes, periodistas,

    integrantes de instituciones histricas, etc. que mes a mes lo leen en distintos

    pases.

    Su objetivo es difundir la vida y obra de uno de los hroes mximos de la

    Independencia de Sud Amrica Hispana, bajo el estmulo de contemporneos que

    valoran el compromiso y el esfuerzo que implica su redaccin mensual. Esta

    valoracin obliga al permanente estudio y bsqueda de fuentes documentales para

    dar respuesta a las consultas que incesantemente se reciben, siendo una gran

    satisfaccin comprobar que el pedestal de Martn Miguel de Gemes se enaltece a

    diario. El Boletn seguir aportando a ello.

    Ciudad de Buenos Aires, 15 de enero de 2015

    Prof. Mara Cristina Fernndez

    Acadmica del Instituto Gemesiano de Salta [email protected]

    www.martinmiguelguemes.com.ar