Ayudame a Recordarte

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Génesis L. Pantoja AYÚDAME A RECORDARTE

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Its about a girl who loses her memory in an accident, and finds love in someone she already knew, but didn't remember about.

Transcript of Ayudame a Recordarte

  • Gnesis L. Pantoja

    AYDAME A RECORDARTE

  • Aydame a recordarte

    Por

    Gnesis L. Pantoja

  • Nunca pens que el amor iba a ser as, que te iba a golpear duro en el

    estmago y te importara o no. Te iba a volver la vida un infierno, tmalo o

    djalo eso es lo que se siente

  • Sinopsis

    Emily es una mujer adulta que comienza a trabajar en una editorial

    despus de haberse graduado de su post-grado en publicidad y decide

    aceptar el empleo que le cambiar la vida, all conoce a su jefe quien en

    realidad era un gran amigo de ella en la infancia. O era ms que eso?

    Decide escarbar en su pasado, solo para sacarse de la mente y la piel al

    guapo y espontneo de su jefe.

  • 1

    aminaba por el final del pasillo con mis tacones de punta de aguja

    intentando mantenerme sobre mis dos pies y sin caerme de bruces

    por lo anterior ocurrido en el piso de abajo, literalmente le haba

    gritado a mi jefe y me haba visto mientras peleaba con mi madre por

    telfono. Negu con la cabeza, si iba a salir de esto, tendra que hacerlo

    como una ninja, entrar, salir, nada del otro mundo.

    Cierto?

    Una vez entre en la habitacin todos se giraron sobre sus cabezas para

    juzgarme. Mi jefe estaba ahora en el final de la mesa con una sonrisa de

    medio lado obviamente juzgndome por lo anterior. El estaba como

    siempre inmaculado detrs de la enorme mesa de roble y el resto de la junta

    me miraba con sospecha en ellos, algunos simplemente con curiosidad.

    Mi jefe, Len M. Cisneros no era conocido por tener mal carcter pero

    desde que yo haba llegado a esta empresa, era algo tan palpable que me

    odiaba mientras caminaba para hacer la primera presentacin de la maana.

    Reajust mi mini falda negra y mi blusa de seda rosada y comenc con el

    parloteo que significaba la explicacin del proyecto que estaba manejando

    en estos momentos, sobre la bsqueda y ampliacin de una pequea clnica

    de la comunidad de la cual yo estaba a cargo. Ellos me miraban como

    asombrados, y asentan con sus cabezas de vez en cuando, solo la mirada

    de mi jefe me miraba con desapruebo desde el otro lado de la mesa.

    Cul era su problema conmigo?

    Termine de dar mi conferencia y algunos ejecutivos se acercaron para

    felicitarme y para aclarar alguna de sus dudas sobre el proyecto en

    cuestin, otros simplemente se acercaban para hablar con mi jefe sobre

    trivialidades de la gente rica, como viajes al exterior y mujeres bonitas.

    Una punzada de celos vino a m cuando mi antigua compaera de clases en

    la universidad, Kristina Montes se acerc sigilosamente a mi jefe y le

    susurr algo al odo. Ella me detestaba desde haca varios aos atrs, y yo a

    ella naturalmente.

    Cont hasta cinco, uno, dos, tres. Que se supone que estaba haciendo?

    Se haba sentado literalmente en su regazo y l le estaba pasando una copa

    de champn con sus muy largos dedos. Ella era rubia, alta con ojos

    C

  • celestes, cualquier hombre matara con estar con ella. En cambio, mi jefe

    tena ojos azules como el color del cielo, cabello negro y tez plida.

    Podran ser una gran combinacin para hijos genticamente beneficiados.

    La sola idea me revolvi el estmago.

    Y lo peor de todo. Qu me importaba que haca el con ella?

    Segu mi conversacin con el resto de las personas haciendo nfasis en los

    puntos clave e intentando no ver la pequea escena que estaba sucediendo

    delante de m. Todos los ejecutivos estaban felices con mi presentacin,

    todos excepto uno por lo menos. A los pocos minutos todos salieron al bar

    de la esquina que era de solo gente de la alta sociedad y cuando me

    invitaron solo negu con la cabeza, yo no era de esas que toleraban muy

    bien el alcohol. Todos siguieron caminando hasta los ascensores al final del

    pasillo y de repente solo ramos dos en la sala de reuniones, bueno,

    honestamente haba pensado que me iba a tener que quedar hasta tarde para

    recoger algunos documentos y ordenar el lugar.

    Era una adicta al orden, y si, hasta que todo no estuviera exactamente en su

    sitio no me iba a ir a casa. Tir algunas cosas a la basura y ordenaba todos

    los documentos restantes por orden alfabtico.

    Una pequea tos seca en mis espaldas me sac de mi pequea rabieta con

    el sacapuntas elctrico.

    Levante la mirada y all estaba l.

    Sus ojos azules divirtindose con mi obvia torpeza con el sacapuntas.

    --Te ayudo con eso?

    Una mano tapando la mueca de su sonrisa.

    --Yo puedo sola, gracias.

    La ltima palabra sali destilando un poco de sarcasmo, esperaba que lo

    hubiere notado. En vez de eso, se mantuvo all pensativo.

    Se par de su silla inmediatamente y camino en mi direccin, quitndome

    varios documentos y ponindolos al azar justo en mi rostro. La ira

    apoderndose de mi sistema en tres, dos

  • Se los arranque de las manos tan rpido que el tuvo que parpadear un poco

    antes de darse cuenta de lo sucedido. Dio dos pasos hacia atrs y una

    genuina sonrisa se poso en sus labios.

    --Vale, nada de fastidiar a la pequea empleada.

    Dijo mientras le daba la vuelta a la mesa y se sentaba en su sitio

    nuevamente, a la cabeza de la mesa. Me gir hacia l una vez que todos los

    documentos estaban perfectamente arreglados en orden alfabtico y

    entrecerr los ojos hacia l.

    --Pens que iras por un trago con los demsdije burlndome un poco de

    l, era encantador ver como enfureca de a poco. An recordando la ltima

    vez que le saqu la piedra en una conferencia, citando cada una de sus

    frases como si fuese un gran sabio y todos los empresarios terminaron

    haciendo palmaditas en la espalda y ovaciones. Fue un gran da.

    El buf detrs de m.

    Revis una y otra vez de nuevo los documentos, no era buena idea desatar

    mi furia con el jefe. No literalmente.

    --No tena nimos de ir por un trago, pens en acompaarte hasta que

    cierren las oficinas.

    Un escalofro recorri mi espalda.

    --No tiene algn compromiso de jefe que atender a estas horas? Estoy

    segura que el archivo de la empresa necesita unos retoques antes de la

    presentacin de maana.

    Lo saba porque su secretaria Clara no paraba de hablar de eso durante

    nuestra hora de almuerzo, era una especie de gran inversin o algo as. La

    verdad es que en cosas de empresarios no me meta seguido, excepto en

    esto. La fundacin por la que iba, era algo ms de caridad que en beneficio

    propio, tena alma.

    El me miraba desde el otro lado de la mesa con curiosidad.

    --Seorita Prez, creo que hemos comenzado con el pie equivocadodijo

    mientras se paraba de la mesa nuevamente y algo dentro de m me deca

    que corriere en la direccin contraria.

  • En cambio, me quede en la oficina con ambos brazos cruzados mirndole

    fijamente.

    --Eso pensdije terminando de recoger algunos documentos y

    archivndolos en una carpeta de manila rosada.

    El me miraba con frialdad.

    --As que pens en tomarla como mi aprendiz por el resto de la semana

    Dej caer las carpetas en el escritorio y me gir en su direccin.

    Qu?

    Su boca se abri en una esplendorosa sonrisa.

    --Usted desea que se le apruebe el prstamo para la fundacin y yo necesito

    una persona como usted que me mantenga en mi sitio, bueno, en cosas de

    negocios por lo menos.

    Una sonrisa torcida volvi a aparecer en su rostro.

    En general saba que la mitad de la junta estaba a favor de mi fundacin

    pero con su ayuda, podra conseguir el resto de votos a mi favor tendra el

    resto de votos en un abrir y cerrar de ojos. Sera por una buena causa,

    supuse.

    --Por qu hara algo as?dije parndome de mi silla y cruzndome de

    brazos delante de l, mientras estuvimos pardos me di cuenta que ni

    siquiera con tacones le poda dar la talla en cuanto a altura. Era

    increblemente alto y por no decir tan guapo que me haca sentir un poco

    nerviosa, casi como si mis piernas temblaran. El dio dos pasos hacia m y

    se acerc tanto a mi rostro que quedamos a tres centmetros de cerca, poda

    sentir el calor emitido por su cuerpo y un leve olor a mentar fresca de su

    aliento roz mi rostro.

    Di dos pasos hacia atrs para mantener mi postura, aunque mi corazn

    haba ya comenzado a bombear sangre a todo mi cuerpo tan rpido que

    sent que mi rostro estaba comenzando a ponerse colorado. El aire

    acondicionado estaba encendido, pero, yo senta que mi piel herva por

    anhelar su contacto. Me mord el labio para alejar esos pensamientos, el

    dolor, ayudaba a mantenerse concentrado.

  • Suspir al ver que el contena una carcajada.

    --Solo es una propuesta, pinselo seorita Prez. Adems que me gustara

    mantenerla cerca un tiempo, hay varios proyectos que necesito que

    publicite dentro de poco, me quitara el molesto problema de buscar otro

    ayudante en esodijo con algo de fastidio en su vozPinselo ok?

    --Ya lo he pensadodije manteniendo mi posturaNo se vera bien en mi

    expediente si malgasto mi tiempo en el departamento de finanzas, mi lugar

    est en publicidad en piso 4dije mostrndome lo ms sensata posible, no

    iba a dejar manipularme por un nio rico de oficina.

    El se haba puesto tenso, casi como si hubiera ledo mis pensamientos o

    algo.

    --Su negativa me desconciertadijo arrugando el entrecejo. Di dos pasos

    ms hacia atrs para alejarme de l.

    --No es nada personal, solo me gusta mi rea de trabajoya haba hecho

    un plan mental, tomar mis carpetas y salir huyendo por el ascensor, cuando

    unas manos grandes se posaron en mis manos para impedirme que

    continuara con mi trabajo, levante la mirada para encontrarme con unos

    ojos azules penetrantes y todo el rubor antes de mi rostro se fue con solo su

    toque. Me quemaba cada centmetro de piel que l haba tocado y deseaba

    ms que todo, sentir la presin de sus labios sobre los mos, sentirlo ms

    cerca. Era casi un pensamiento hipntico cuando l se apart abruptamente

    de m.

    Dejndome con los labios entreabiertos y la respiracin acelerada.

    --Lo lamento, me resultas atractiva. Me recuerdas a alguien que sola

    conocerdijo con un poco de tristeza en su voz.

    Oh no, estara hablando de alguna de sus ex novias? Recuerdo haber ledo

    un par de artculos sobre las numerosas parejas del seor Cisneros antes de

    conocerlo. Todas rubias y esbeltas, casi todas modelos. Entonces, Cmo

    era que le recordaba a alguien?

    Mord el interior de mi mejilla, nerviosa.

    --Te podra demandar por acosa laboraldije de nuevo sin medir mis

    palabras.

  • Mi jefe reaccion rpidamente.

    --Estoy presente que eso podra suceder, pero, por favor te pido que te

    pienses bien lo de trabajar para m. Me haras un tremendo favor personal

    con todo lo que est pasando en la oficina en estos dasdijo

    zarandendose de un lado al otro en su sitio.

    Lo mir con mala cara.

    --Por qu tanta insistencia?y el se encogi de hombros ante m.

    --No lo s, pens que tu proyecto necesitaba un empujn. Varios empleados

    se negarn a aprobarlos, les falta base para negarse pero en cuestiones de

    dinero la cosa es diferentedijo nuevamenteSi no aceptas tu plan de

    ayuda

    No lo dej terminar la frase. El tena razn, me acerqu hasta l, y le

    extend la mano frente a su rostro.

    As que estrech mi mano con la de l y salimos de la oficina de las juntas

    en silencio. Todos lo dems se haba ido temprano a sus casas, mir por

    encima de mi cabeza y el reloj de la esquina daba ms de la nueve de la

    noche. Tom una caja de mi escritorio con pequeos caramelos de menta y

    comenc a tararear en el camino al ascensor. El haba desaparecido

    mientras terminaba de arreglar el lugar, de seguro a su oficina, no me

    importaba en realidad.

    Termin en no menos de diez minutos. Toda la oficina brillaba en

    pulcritud.

    Haba sido un da largo, y si conoca a mi jefe maana iba a ser un

    grandsimo infierno, pero por lo menos seria por una buena causa. Antes de

    que se cerrara mi ascensor una mano detuvo que se cerraran las puertas y

    me qued helada al verlo entrar en el mismo sin chaqueta y sin corbata,

    solo en pantaln gris plido y camisa de vestir blanca. No lo haba notado

    antes, pero mi jefe era guapo, no era solo su anatoma musculosa y bien

    formada, era su actitud, era sexi.

    Me ator con una mentita ante mis pensamientos pervertidos.

    --Todo bien?

  • Dijo tan perfectamente que mis odos tuvieron que no derretirse ante su

    melodiosa voz.

    Asent.

    --Me gusto tu presentacin de hoy Seorita Emily, los tenas en tu bolsillo

    en no menos de un par de minutos. Me has dejado maravillado.

    Elogios de su parte? Algo haba hecho bien hoy, por lo menos.

    --A m tambin me gusto, me haba preparado desde ayer nada ms. No

    saba que se tena que dar una presentacin por cada proyectodije

    mientras me recostaba de la pared del ascensor.

    Por alguna razn estaba ms consciente de su cuerpo que del mo propio,

    cada uno de sus movimientos elegantes y bien sincronizados. Notaba como

    su pecho varonil suba y bajaba mientras respiraba, el tambin se vea

    alterado por algo, tal vez por mi presencia.

    Contuve un suspiro de alegra al ver que las puertas del ascensor se abran

    para darnos paso.

    El se iba a rer de mi pero luego una tos seca ocupo su lugar, bien.

    --Hasta maana, tenga una excelente noche Seorita Prezdijo

    tendindome una mano.

    Dud en apretar su mano, me pona algo ansiosa estar a su alrededor, cosa

    que no admitira nunca.

    --Hasta maanamedio sonre por cortesa antes de separar el apretn de

    manos.

    Al llegar al estacionamiento ambos nos separamos en camino hacia

    nuestros autos, el a su perfecto BMW en tono gris y yo a mi auto Fiesta

    Power no tan viejo para ser antiguo pero tampoco era realmente nuevo, lo

    haba comprado de segunda mano por un to mo. Tir las mentitas en el

    asiento del copiloto y encend de un solo golpe el motor, encend la radio y

    puse algo de LMFAO con mi ipod y comenc a tararear nuevamente.

    Amaba ese grupo.

  • Me aferr al volante mientras vea acercarse un Audi A4 negro al auto de

    mi jefe y pararse incmodamente cerca de su puesto de estacionamiento,

    una rubia se baj de l. Era Kristina quien al parecer estaba esperando que

    el bajara para tenderle una emboscada. Senta nauseas de repente.

    Cmo puede ser tan hermosa y estar tan arrastrada por un hombre al

    mismo tiempo?

    En la universidad ningn chico se le resista y no los culpaba. Era bonita,

    con simptica y de una familia adinerada. El paquete completo. Se acerc

    a la ventanilla de l e hizo una pose con la que estaba segura que estaba

    enseando su escote, minutos despus ambos salieron del estacionamiento

    rpidamente.

    La vida continuaba, y yo mientras ms rpido llegara a mi apartamento

    compartido ms rpido podra llamar a mam y terminar la pelea que haba

    comenzado horas atrs e irme a la cama.

    La vida apestaba en algunas ocasiones.

    Puse la msica a todo lo que daba y manej hasta mi apartamento.

    ***

    Mnica era una estudiante de derecho algo frustrada porque no consegua

    empleo y cuando llegu a casa todo estaba simplemente desastroso, miles

    de peridicos y hojas de agendas ocupaban la mitad de nuestra pequea

    sala comedor, sus enormes ojos cafs se posaron en m apenas entr y ella

    se abalanz sobre m en un abrazo de oso. Haba tenido uno de esos das.

    Das en los que simplemente todo le sala mal, vi que los platos en el

    fregadero estaban todos apilados en una enorme pilas totalmente sucios y el

    ruido de la televisin ocupaba toda la casa. Con el da que haba tenido,

    esto era la menos que quera encontrar al regresar a casa.

    Mnica sollozaba en mis brazos como un enorme beb. Pas una de mis

    manos por sus cabellos negros suavemente.

    Levanto la mirada hacia m y supe que haba sido todo. Ella haba roto con

    su novio.

  • --El simplemente dijo que no quera seguir saliendo con una perdedora

    dijo mientras se limpiaba la nariz con un pauelo desechable, lo volvi

    bolita y lo lanzaba a una papelera de la esquina, fallando colosalmente

    claro est.

    --Que imbcil! Cmo pudo decir semejante cosa?dije mientras le

    pasaba otro pauelo y le ayudaba a peinarse con una banda elstica para el

    cabello.

    Gimote nuevamente.

    --Lo s! Se vea tan caballeroso y tierno cuando empezamos a salir, no

    pens que me dejara porque an no tena empleo y el s.

    --No puedo creer que te haya hecho eso

    Ahora estaba perfectamente peinada con una cola de caballo alta. Bueno,

    exceptuando el lugar, era lo nico perfecto ahora.

    --Y lo peor de todo es que creo que se estaba viendo con alguien ms

    mientras salamos

    --Qu?

    --Encontr un brillo de labios en su auto el otro da, siempre se negaba a

    contestar las llamadas frente a m de los nmeros desconocidos y a veces

    me dejaba plantada por cuestiones de negocios.

    Ahora mi cara estaba roja por la ira.

    Cmo haba salido con semejante bestia por ms de tres aos? Me cruc

    de brazos ante ella.

    --Y lo peor de todo, es que creo que lo amo

    Se sonaba la nariz por millonsima vez y el agua que haba puesto a hervir

    comenz en ebullicin.

    --No digas tonteras el no te merecedije al levantarme del silln camino a

    la cocina.

    Tom un trapito de cocina y serv el agua hirviendo en varias tazas de caf

    y deposit en ellas bolsitas de t de manzanilla para Mnica y una de t

    verde para m.

  • Nos lo tomamos en silencio hasta que comenc a quitarme los tacones y a

    masajear con delicadeza los talones.

    Ella no paraba de mirar su t caliente.

    --Lamento por el desorden, creo que tuve uno de mis ataques de crisis

    El lugar estaba del asco, pero la perdonaba. Yo entenda lo que era salir con

    un perfecto imbcil.

    --Conseguirs un empleo, ya versdije guindole un ojo y ella

    sonrojndose.

    --No se Em, la cosa esta difcil para conseguir en estos das. Las firmas de

    abogados ahora solo reciben internos con buenas referencias y t sabes lo

    que ocurri el verano pasado con ese abogado que me daba clases

    Tom otro sorbo de su t y el silencio recay sobre nosotras.

    Este era un punto sensible para ella, no quera ir all, no hoy por lo menos.

    Ya haba tenido suficiente con mi da de estrs. Uno de sus profesores en la

    universidad tena un amoro con ella, el estaba casado, y ella no lo saba

    (quien iba a saberlo, el profesor tena 26 aos. Y no luca el anillo de

    casado) lo que cuenta es que su esposa los descubri y bueno, la ms

    afectada fue Mnica. Sali graduada de milagros de la universidad y l

    profesor tuvo que cambiarse de empleo y divorciarse, fue duro para ambos.

    Me levant para ir por una duche fra.

    Odiaba pensar en cosas tristes.

    Mnica atrs de m haba comenzado a cambiar los canales sin control, era

    una maa que tena cuando estaba triste o algo le molestaba. Cada quien

    manejaba sus problemas de forma diferente, pens. Me met en la ducha no

    antes de quitarme toda mi ropa y tirarla en la cesta de la ropa sucia, el agua

    caliente relajando cada msculo de mi cuerpo y comenc a frotarme con

    gel de ducha y una esponja que tena para los das tristes. Al salir me puse

    una camiseta larga y bragas de encaje negras.

    Comenc a tirar todo en una bolsa negra enorme para la basura, luego lav

    todos los platos y arregl una tubera que estaba rota debajo del fregadero,

    estaba exhausta para cuando haba terminado y mir el reloj de la cocina,

    las 12:30 Mnica se haba quedado dormida en el silln con un enorme

  • pote de helado en sus manos, lo coloque en el refrigerador de nuevo y le

    coloque una manta de las princesas de Disney, apagu las luces y el

    televisor y me fui a dormir.

    Mi cuarto era menos que diminuto, pareca una caja de cerillos en realidad.

    Con una pequea ventana con cortinas blancas hasta el suelo, una cama

    tamao King que ocupaba toda la habitacin y un pequeo ropero con

    algunos ganchos de madera desocupados, no tena mucha ropa en realidad.

    Me puse los aparatos de los dientes y me fui a dormir, este da por lo menos

    haba acabado, me esperara una semana dura con mi jefe a partir de

    maana

  • 2

    l da haba comenzado terriblemente mal, primero Mnica haba

    despertado con nauseas incontrolables y decid llevarla al hospital

    ms cercano aunque an eran las tres de la madrugada, le puse un

    par de jeans y un par de zapatos y la arrastr al hospital, le dieron un poco

    de antiemticos y nos regresamos al apartamento a no antes de las cinco de

    la madrugada, estaba exhausta y fui por la cafetera en la cocina.

    Mnica estaba descansando ahora en su habitacin y le haba llevado una

    cubeta vaca por si no le daba chance de ir al bao, abr su ventana y deje

    que le entrara algo de brisa fresca. Fui por un caf inmediatamente, en mi

    telfono celular tena once llamadas perdidas de mi madre y una de un

    nmero desconocido, haba sido no antes de haber regresado a casa. Pero

    no lo haba escuchado, desbloque el modo silencio y comenc a navegar

    por las redes sociales un poco, todos mis amigos estaban comenzando con

    su mster en sus carreras y algunos se haba ido a vivir al exterior, el

    sonido de las ligeras arcadas de Mnica me hizo regresar a la realidad.

    Mi cuenta bancaria era casi inexistente en estos das, ni siquiera tena un

    guardarropa sofisticados como el resto de las chicas de la oficina, tena que

    compartir piso mientras me estableca porque mis padres no me pasaban

    nada de dinero desde que haba tenido esa pelea con ellos. Estaban

    divorciados por el amor de Dios, qu queran de m?, si fuera por pap me

    mantuviera en su casa en Mrida por el resto de la vida junto a su nueva

    pareja, y mi madre nunca estuvo pendiente de m y de repente se da cuenta

    que soy lo nico que en verdad tiene. Borr todas las llamadas de ella de mi

    telfono celular y lo tir el mesn de la cocina.

    Recost el cuerpo en el silln y comenc a ver los infomerciales mientras

    coma cereal con leche, eso me recordaba a mi infancia.

    Cuando hubieron terminado ya eran ms de las seis de maana y fui a la

    habitacin de Mnica para ver si estaba viva.

    Su maraa de pelo negra se movi al verme.

    --Lamento ser una carga Em

    Me sent en la orilla de su cama, su habitacin era solo un poco ms grande

    que la ma, era ms clida con colores crema en ellos. Negu con la cabeza.

    E

  • --No lo eres, necesitas algo ms? Una almohada extra? Una revista?

    Se sent a mi lado lentamente.

    --Solo descansar, tienes trabajo hoy?

    Su voz esperanzada solo un poco.

    --Si, mi nuevo jefe quiere que trabaje para l en algodije tan

    desmesuradamente que ella me miraba con los ojos como platos.

    --Es el que sali en las noticias el otro da? El que esta forrado en

    millones o algo as?

    Ella no era buena ocultando sus emociones.

    --El mismo, ahora estamos trabajando en la fundacin para nios y

    ancianos de esa comunidad donde crecimos Mnica

    El orgullo se apodero de sus ojos.

    --Venga, t haces cosas geniales por la sociedad y yo relleno una cubeta

    con vmito hasta el tope

    Ambas miramos con desprecio y asco la cubeta.

    Y no paramos de rer hasta estar boca arriba en su cama. Intentando volver

    a respirar ya que mis costados comenzaban a doler cuando rea tan

    fuertemente.

    --Gracias por ser mi amiga Emily

    La voz de Mnica sali en un susurro.

    --Gracias por no comerte todo el helado anoche Mnica

    Ella me mir y comenz a carcajearse nuevamente.

    As lo pasamos hasta que me toco levantarme e irme a duchar y vestirme

    para ir al trabajo.

    Me puse una chaqueta de seda con cuello en v con una falda intrpida de un

    gris plido, con tacones del mismo tono y un par de perlas de un tono ni

    blanco ni gris que mi madre me haba regalado para mi graduacin de la

    universidad. Me pein el cabello castao y me hice un moo alto con una

  • liga, dej varios mechones enmarcar mi rostro antes de rociarme una

    colonia que ola a dulce de canela, mi favorito.

    Tom las llaves del auto y mi telfono celular, pero no sin antes darle una

    ltima pasada a Mnica antes de irme.

    --Me voy, si necesitas algo de la tienda solo llama, esta bien?

    Ella estaba tecleando algo en su blackberry y miro sobre m.

    --Esta bien nena, ten un buen da en el trabajodijo con tanto entusiasmo

    que pareci que ya estaba mejor del todo. Bien por ella.

    Cerr la puerta de afuera con llave y casi me persign porque saba que mi

    da iba a ser fatal.

    Sin embargo de todo ello, arranqu mi auto y manej hasta la empresa

    tarareando una cancin de Britney Spears, toxic. Justo como describa a mi

    jefe.

    ***

    Mi trabajo quedaba en una de las grandes empresas de la ciudad de

    Caracas, una de las ciudades ms maravillosas y enigmticas de toda

    Venezuela. El trfico me atrap mientras bajaba por la calle que daba por

    detrs del estacionamiento, mir mi reloj y apenas eran las 7:40 si llegaba a

    las 8 estara librada totalmente. Gir en U mirando a todos lados para que

    no me detuviera un fiscal de transito y me sal con la ma, llegu al puesto

    de estacionamiento antes que una camioneta Blazer que iba a ocupar el

    ltimo puesto vaco del estacionamiento.

    Bueno, tal vez hoy mi suerte iba a ser diferente.

    Me baj de mi Fiesta Power a quien dulcemente le habra nombrado

    Patty y cerr la puerta de un portazo.

    Al abrirse las puertas del ascensor todo el caos vino a m, la gente de

    redaccin corra de un lado a otro imprimiendo un par de cosas, la gente de

    secretara estaba llevando enormes tazas de caf humeante a los directivos,

    y la gente de los cubculos telefoneaba a otras empresas y manejaba sus

  • computadoras de tal manera que intent saborear el caos y lo hermoso del

    momento.

    Si esto era as afuera, no quera saber cmo estaban las cosas en las salas de

    reuniones del directivo. La imagen de l se col por mi mente.

    Tropec con mi tacn con una persona de camino a la oficina de l.

    Unos ojos azules me atraparon inmediatamente.

    --Disculpe seor Cisneros, no fue mi intencin tropezarle

    Si as comenzaba mi da

    Suspir mientras sus ojos me examinaban de arriba abajo.

    --Buen da seorita Prezsus ojos seguan escudriando mi rostro.

    Qu buscaba?

    Mantuve mi compostura ante l. Esto iba a resultar ms fcil si yo me

    mantena enfocada en el trabajo.

    --Qu vamos a hacer hoy?dije mientras vea acercarse peligrosamente a

    Kristina por detrs de su espalda.

    El sigui mi mirada hasta encontrarse con Kristina.

    --Buen da amorcito!dijo la rubia antes de plantarle un beso en su

    mejilla.

    --Buen da Kris, ya conoces a la seorita Prez?

    El me sealaba con su muy largo dedo, y los ojos celestes de la rubia se

    abran con reconocimiento.

    --Oh! Fuimos juntas a la universidad Central cierto?

    Asent levemente.

    Ella me abrazaba con ternura.

    Ok, no era tan mala como haba pensado. Era amable, y todo lo que eso

    significaba.

    --Estuvimos juntas en el acto de bienvenidadije suavemente.

  • --Oh! Cierto, mi padre pag por una nueva biblioteca o algo as. Me

    nombraron la persona ms influyente en el campussus sonrisa era

    literalmente perfecta.

    Tena que subir el rostro para ver su cara, y eso que yo llevaba tacones.

    --Lo recuerdo, eras muy famosa.

    --Qu haces ahora?ella me miraba con atencin

    --Trabajo para el seor Cisnerosdije intentando no mirarlo directamente

    a los ojos.

    --Vaya! Es bueno tener una amiga que le eche un ojo a mi futuro novio

    le dio un codazo a Len y este se puso tenso.

    El me miraba entretenido.

    --Que bueno que se conozcan, nos vamos a la oficina seorita Prez?

    Tenemos muchas cosas que arreglar antes del almuerzosu voz sali

    tensa, y no era el nico yo tambin me senta como una roca. Me

    sorprendi si podra moverme a la oficina.

    La rubia me miraba con asombro.

    --Esta bien, vamos.

    --Chao Len! Hablamos para almuerzodijo la rubia mientras nos

    alejbamos de ella lentamente.

    Era como si estar a su lado mientras caminbamos no era ms que

    suficiente para m, me senta protegida y vigilada, y eso que solo ramos

    unos colegas de trabajo. Mientras pasaba por el umbral de su puerta pens

    que tal vez su odio radicaba en que simplemente habamos comenzado con

    un mal pie. La puerta se cerr detrs de nosotros y un viento helado se

    apoder de mi sistema.

    Qu era este cambio brusco de ambiente?

    Poda sentir su mirada en mi espalda.

    Tragu lento hasta que el dijo la primera palabra.

    --Comenzamos con las redacciones?

  • Me pas un montn de documentos en carpetas y sobres. Los saqu para

    ordenarlos, como haca con todos mis trabajos. La oficina era muy

    espaciosa, la ms grande de todo el piso en realidad, pero con l, era como

    que era muy pequea y que el aire all apenas alcanzaba para ambos. Mi

    imaginacin estaba tomando rumbos que no quera seguir, el era realmente

    guapo y deseable, nunca se fijara en una chica como yo. No teniendo tras

    sus huesos a una rubia con fidecomiso, por lo menos.

    El me miraba entre divertido y sorprendido.

    --Alguna idea de cmo manejar a la gente de la fundacin Maxwell?

    Uno de sus dedos estaba sobre su boca y el estaba ocultando una sonrisa.

    --No conozco muy bien a los ejecutivos de dicha empresa. Tal vez

    deberamos organizar una fiesta para recaudar fondos y as conocerlos

    mejor dije mirndole fijamente.

    Su boca haca algo divertido con su labio superior.

    --Eso es lo ms ingenuo que he escuchado el da de hoy.

    Se estaba burlando de m?

    El ambiente en la habitacin se haba vuelto a ser clida y l me dedicaba

    una sonrisa esplendorosa, quien era l, y porque me senta como una nia

    de cinco aos cuando estaba con l.

    --Qu planea usted?

    El sarcasmo sali a borbotones de mi boca y no pude detenerlo y el me

    miraba con los ojos como platos.

    Me he pasado.

    --Pues seorita Prez, eso es algo que los grandes empresarios como yo

    hacemos todos los das, para esas fundaciones es necesario atrapar al pez

    gordo. Engatusarlo y hacerlo firmar un par de planillas con una lnea de

    crdito para nuestra empresa, pan comido

    Se levant de su silla para mirar por la ventana. Que en realidad era ms

    como una enorme pared de vidrio que iba del techo al suelo, al igual que su

    escritorio de vidrio y un par de sillas en forma extraas que pareciera de un

  • material como el vidrio pero estaba segura que eran simple decoracin.

    Termin de ordenar todos los documentos y lo mir fijamente.

    Sus ojos azules lucan melanclicos mientras miraba por la ventana.

    --Alguna vez ha pensado en casarse seorita Prez?

    Oh, cambiaba de conversacin tan bruscamente que me dejaba sin aliento.

    --Supongo que s

    Dije mirndome los dedos, Por qu estaba tan nerviosa? Minutos antes

    estaba furiosa con el por haber sido burlista y ahora

    --Por qu no lo ha hecho? Quiero decir, es usted alguien elegibledijo

    dejando la ltima palabra en el aire.

    Yo era elegible? Supongo, pero uno no puede casarse con uno misma.

    Tienes que tener pareja para eso, y con mi historial de decepciones

    amorosas. Mi novio de la secundaria se estaba casando y teniendo su

    primera hija, me haba llamado para acompaarlo en su boda, pero le que

    eso era de mala suerte para los novios. Mi novio de la universidad estaba

    estudiando en el otro lado del pas su mster y luego estaba mi ltimo

    romance, con quien no haba tenido una relacin como tal, pero las cosas

    haba acabado ms que mal, segn tena entendido haba conseguido novia

    das despus de separarnos.

    Que record de novios tan malos.

    A qu vena al caso? Estbamos hablando de empresa y otras cosas. Si es

    por elegibilidad el estaba en el puesto nmero uno para casi todas las

    solteras de la capital. Era apuesto, rico y segn los rumores era tan

    caballeroso que las modelos y chicas como Kristina Montes estaban en su

    caza.

    Le vi girarse para mirarme directo a los ojos.

    --No lo s, en la universidad no era como que estuviera buscando novio

    para matrimonio y ahora supongo que prefiero hacer otras cosas.

    Dije mirando ahora por la ventana, por alguna razn no poda mirarle a los

    ojos durante esta confesin algo personal.

  • --Qu clase de cosas?

    Se haba acercado lo suficiente para sentarse en una de sus sillas reclinables

    que parecan de las que tenan los psiquiatras en sus consultas, de cuero

    marrn oscuro casi negro. Alej el pensamiento de m, la imagen de l

    acostado simplemente, me desconcentraba.

    Jugaba con dos canicas de plata con sus largos dedos mientras me miraba.

    --Salir, ir a las discotecas, no lo s en realidad. Supongo que solo quiero

    establecerme en la ciudad sin muchos problemas. Hacer amigos, conocer

    gente. Comprar un apartamento.

    El pensaba en algo mientras yo iba hablndole, hizo un pequeo puchero

    cuando fuimos interrumpidos en nuestra conversacin por una de sus

    secretarias, una peli rojo llamada Clara era buena persona, era cristiana y

    siempre cargaba una cadena de plata con un Jesucristo colgando de l.

    Lleg con un par de cafs y me dio una larga mirada al verme all sentada.

    Mir de mi jefe a m en un intervalo de dos veces, si nena, yo tampoco

    crea que no me estaba reventando el trasero con trabajo pesado. A eso

    haba venido no?

    Ella sonri dbilmente.

    --Oh, perdone. Su madre me ha llamado y me ha pedido que le avisara.

    Disculpe de nuevodijo en mi direccin antes de salir por la puerta.

    --Seorita Clara.

    Ella se detuvo en seco.

    --Traiga una botella de agua saborizada para la seorita Prez y una barra

    de protenas para m.

    Ella asinti antes de salir por la puerta.

    --Disculpe nuevamente

    Cerr la puerta con cuidado. El se par para tenderme una de las tazas

    humeantes de caf, le di dos sorbos, estaba delicioso. Su sonrisa al verme

    tomar el caf era esplndida.

    Pens de nuevo en Clara.

  • Eso era raro? Ella siempre se haba comportado amistosa conmigo hasta

    habamos salido al cine un par de veces, supongo que con su jefe al frente

    era otra cosa. El me segua mirando como si estuviera haciendo un psico

    anlisis.

    --Y porque no hace esas cosas que quiere hacer?dio dos tragos a su

    caf.

    No lo haba pensado.

    Me encog de hombros. El no necesitaba saber de mi situacin econmica.

    --Creo que estoy muy joven para pensar tan seriamente.

    Sus ojos azules mirndome como si hubiera dicho la cura contra el cncer.

    No era tan interesante al hablar de m misma, en realidad, no me gustaba

    para nada.

    Por qu a l le resultaba interesante?

    --La juventud no es punto de estorbo para alcanzar sus metas seorita

    Prez.

    --Lo s, solo quiero ir despacio. Tampoco hay prisa con ello.

    Por alguna extraa razn senta que no estbamos hablando de mi vida

    profesional ni privada. Un tema que solo l estaba maquinando en perfecta

    cabeza.

    --Se ha sentido presionada por alguien en los ltimos das? Un novio,

    hermano o tal vez su misma madre.

    La pregunta me descoloc por un par de segundos.

    Ahora llevaba su cabello sedoso y oscuro con sus dedos en un lento barrido

    hasta arriba. Increblemente sexi, casi olvide respirar. Al ver mi reaccin lo

    hizo de nuevo.

    --Mi madre.

    Su mirada se confundi un momento.

    --Usted pudo evidenciarlo ayer mismo.

  • La imagen de l viendo como se me volaban los tapones vino a m mente.

    Me ruboric en mi silla.

    Cmo era posible que podra ser yo tan transparente? Qu vergenza.

    --Eso pens.

    Sus ojos entrecerrndose lentamente.

    --Algo ms?ese tipo me estaba poniendo nerviosa.

    --Nosus ojos oscurecindose a cada minuto, me senta atrapada en esas

    cuatros paredes. Esto tena que ver con mi trabajo para l? No tena idea.

    Fuimos interrumpidos por Clara. Una botella de agua mineral en una mano

    y una barra de protenas para l.

    --Lo lamento, no haba de las saborizadadijo hacia m mientras me serva

    el agua en un vaso de vidrio y dndomelo sutilmente.

    --Oh, esta bien

    Le sonrea agradablemente. Ella era tan atenta.

    --Algo ms?dijo nerviosa la secretaria, Clara.

    --Todo bien por ahora, le har saberla voz del autoritario jefe volvi al

    ruedo.

    --Est bien.

    La secretaria desapareci por las enormes puertas de vidrio y de repente me

    senta de nuevo en el interrogatorio.

    --Le gustara tener un novio seorita Prez?

    Lo dijo casi tan perfectamente que lo imagin practicando frente a un

    espejo antes de decirlo en voz alta. Creo que pensaba que era lesbiana.

    Sonre ante ese pensamiento.

    --Por supuesto, solo que ahora mismo no estoy buscando novio. No soy

    lesbiana seor Cisneros, si eso es lo que me esta planteando. Solo soltera

    por el momento.

  • Ronda dos. Ya haba insultado a mi jefe por segunda vez en el da, me

    sorprenda que no me hubiera despedido todava.

    --Eso es una lstimadijo parndose de golpe de su silla y abriendo la

    puerta con fuerza.

    Me qued helada en mi silla.

    --Necesito que haga un par de encargos para m, tomeme tendi un papel

    con una pequea lista de encargos y entregas de documentos que segn

    tena entendido eso me tomara todo el da, ms abajo estaban dos

    presentaciones en varias empresas, y un recado para su madre de camino a

    la empresa en una de las sucursales de las boutiques de su madre.

    Mierda.

    Eso me iba a tomar todo el da. Tom mi telfono celular y mis llaves,

    aunque si tomaba el metro iba a llegar ms rpido.

    ***

    Cuando me fij en el reloj de pulsera que llevaba ya eran casi las cuatro de

    la tarde, solo me faltaba el ltimo encargo que era pasar por la boutique de

    la madre de mi jefe y dejarle un recado, no entenda porque el mismo no le

    llamaba y le haca saber que quera. De igual formas ya estaba en el frente

    de la boutique, con la carta en la mano y con ganas de entrar, afuera haca

    un calor infernal.

    Di un par de pasos y el viento fro del aire acondicionado llen mi piel

    como una brisa fresca, era la boutique ms encantadora de la manzana con

    algunas ropas de moda que yo ni saba que existan y chicas altas

    totalmente agraciadas fsicamente de compradoras, de repente me sent

    como una intrusa, no perteneca a este grupo social y mis ropas lo

    demostraban. Aunque no era fea fsicamente, tena ojos verdes esmeraldas

    y cabello color caoba, piel clara un poco aceitunada y labios delgados, sin

    muchas curvas en realidad, pero estaba bien para pesar 50 kilogramos. Una

  • voz aterciopelada me sac de mi ensueo mientras me miraba en uno de los

    enormes espejos de la tienda.

    Me gir para ver a quien le perteneca la voz, era de una de las hermanas de

    mi jefe era Caroline De los ngeles Cisneros, la hija menor de la familia y

    quien luca un hermoso vestido azul elctrico que apenas cubra algunas

    partes de su cuerpo, su cabello negro azabache como el de su hermano y los

    ojos de un azul oscuro que hacan derretir corazones. Ella jugaba con una

    mini falda turquesa que haba encontrado en un estante y se la enseaba a

    una dama que si pasaba los cuarenta no se le notaba, llevaba un vestido

    ceido al cuerpo de un tono blanco brillante con cuello en v que le daba por

    los muslos y tacones en color crema, su cabello al contrario que la chica era

    un castao claro en ondas y ojos color miel, ella era la madre de mi jefe.

    Ambas no parecan pertenecer al resto de mortales como yo. Eran de otra

    especie, de dotados millonarios con buena gentica. Sostuve la carta en mis

    manos incapaz de acerca a ellas.

    La seora levanto la mirada hacia m y su mirada de asombro me confundi

    un poco, de repente vena hacia m con los brazos extendidos y una sonrisa

    en su boca.

    Me abraz como si me conociera de toda la vida.

    --Regresaste, saba que lo haras!

    Me qued estupefacta ante su comentario. No las conoca.

    --Disculpe, creo que me esta confundiendo con alguiendije apartndome

    un poco de su agarre.

    Ella entrecerr los ojos.

    --No, no lo estoy. Eres Emily Isabelle Prez, solas jugar con mi pequeo

    Len en el parque de la escuela, recuerdo que lo dejaste encerrado en la

    casita del rbol de nuestra casa en ms de una ocasindijo la seora con

    tanta amabilidad que tuve que echar cabeza a aos atrsVivas con tus

    padres en el centro, antes que ellos se divorciarandijo suavemente para

    que no me lastimara la palabra divorcio.

    Ella era tierna.

  • --No recuerdo mucho de mi infancia, seora. Pero si algo as hubiera

    ocurrido creo que lo recordaradije sonando lo ms amable posible.

    Era posible olvidar algo as?

    No lo creo.

    --Mira quien esta aqu Caroline!dijo la seora extendiendo sus manos en

    lo alto para su hija le viera.

    Los ojos azules de la chica se abrieron y ella lleg dando saltitos y

    dndome un fuerte abrazo que me dej sin aliento. Qu estaba sucediendo

    aqu?

    --Oh, por Dios! Cundo llegaste a la ciudad?dijo la chica que se haca

    llamar por Caroline mientras me estudiaba con sus perfectos ojos azules.

    --Eh?

    No poda entender nada de lo que estaba ocurriendo. Si haba olvidado algo

    de mi niez, supuse que eso no se olvidara. No

    --Ya veo que es verdad, no recuerdas nada de tu vida en Caracas antes de

    los once aos de edad. As nos lo haba explicado tu madre, pero no pens

    que haba sido ciertodijo la seora que tan amablemente me tomaba de la

    mano y me la acariciaba con cuidado.

    La chica pequea me miraba con preocupacin.

    --Eso es terrible, supongo que tampoco reconociste a Len en el trabajo

    hoy. El nos llam en cuanto tu nombre apareci en nmina, no sabamos

    cuan grave haba sido el golpe. Qu dijeron los mdicos?dijo la

    pequea de ojos azules con algo de lstima en ellos.

    No haba hablado de mi accidente con nadie en aos. Cmo ellos lo

    saban? Y si lo que dicen es cierto, conoca a Len desde hace aos atrs,

    Por qu el no me haba dicho algo antes? Frunc el ceo para l. Tantas

    preguntas, esa debi haber sido la razn.

    --No tengo recuerdos de haberlos conocidos a ustedes, pero recuerdos

    vagos de las dems cosas si tengodije finalmente y ambas me miraban

    con su completa atencin.

  • --Lo lamento si no las reconozco, tal vez debera hablar con esto con mi

    madre primerodijo obviamente tmida.

    Ellas se miraron entre s y me dieron una sonrisa comprensiva. Les

    entregu la carta en manos de la seora, que no recordaba su nombre y

    antes de irme me desped con la mano.

    --Ahora debes de tener unos 22 aos no? Si mi Len tiene 25dijo

    calculando con sus dedosMi nia debes llamar a tu madre, ella te puede

    contar sobre nosotros con ms calma. Aunque no entiendo porque no

    recuerdas a mi hijo, eran prcticamente inseparables cuando estaban ms

    chicos.

    La seora me miraba con su completa atencin.

    --Si deseas llamarme aqu tienes mi nmero de telfonome pas un

    tarjetita con el logotipo de la empresa y su nombre aparte;

    Susanna B. de Cisneros gerente general de Empresas Cisneros y Empresas

    Calipotte

    El nmero estaba debajo marcado en letras negritas.

    Sonrea con timidez hacia ella. Qu se supone que se hace en ocasiones

    como esa? Ella se despidi con un fuerte apretn de manos.

    --Ser un gusto esperar por tu llamada

    Ella sonaba incluso ms aterciopelada que antes, si es que eso era posible.

    Di media vuelta y me dirig hacia la salida de esa boutique .Necesitaba

    respuestas y sera ahora.

    Marqu al nmero de mam inmediatamente

    ***

    El telfono repico un par de veces antes que me contestara.

    La voz de mi madre apareci detrs la bocina segundos despus.

  • --Mama?

    --Hola Em, te estuve llamando ayer casi todo el da. Tengo tantas cosas

    que contarte!se escuchaba el sonido del trfico detrs de la bocina.

    --Mam, es importanteescuch a mi madre suspirar profundo por el

    auricular del telfono.

    --As que ya te los encontrarse, ves?, es por eso que no quera dejarte ir a

    Caracas

    Espera, Qu?

    --Tu sabias de esto y no me dijiste nada por ms de una dcada?tuve

    que tomar varias respiraciones para resistir el impulso de estrangular a mi

    madre.

    --Era por tu bien queridadijo tan dulcemente que son falso.

    --Por mi bien?intent controlarmeAhora me dirs todo lo que sabes, y

    ms te vale que no omitas ningn comentario importantedije lentamente,

    casi como si le estuviera hablando a un animal salvaje.

    Ella tom un par de respiraciones lentas.

    --Est bien, solo que por telfono se nos har muy largo. Por qu no

    vienes el fin de semana? Tendremos pastel y t helado si quieresdijo casi

    a la expectativa.

    --Me contaras todo?

    --Todo.

    Las dos nos quedamos en silencio un momento.

    --Vale, nos vemos el fin de semanadije antes de colgar.

    No tena una buena relacin con mi madre desde haca varios aos, cuando

    ellos se haban divorciado fue como que simplemente yo no les importara

    ni un poco, literalmente. Ellos comenzaron a rehacer sus vidas

    independientemente de m misma, y me hart a los dieciocho aos y me fui

    de casa.

  • Odiaba ese lugar, as que me mud a Caracas para esa poca, desde all no

    haba regresado a la casa de mi madre excepto en las navidades y en da de

    la madres, tampoco es como que lo mereceriera, el regresar me llevaba a un

    etapa oscura de mi juventud.

    Me encerr en el auto y tom respiraciones lentas, este fin de semana iba a

    apestar grandemente.

    Encend el auto y lo puse en marcha, para regresar a la oficina.

    ***

    Cuando termin de aparcar en el estacionamiento del edificio, todos los

    nervios vinieron a m de golpe. Oh, mierda. Al parecer conoca a mi jefe de

    aos atrs y por alguna extraa razn no le recordaba, me preguntaba

    porque l no habra mencionado algo anteriormente.

    Y por qu me trataba tan mal desde que haba empezado a trabajar en la

    empresa, supongo que algo tena ver con ello, no? Revis la pantalla de mi

    blackberry y mir la hora, las 6:22 pm. Supuse que ya todos estaban

    saliendo de la oficina, solo tendra que entrar al despacho de su oficina y

    explicarle el avance de los acontecimiento de hoy.

    En el camino al ascensor todos los nervios se arremolinaban en mi

    estmago como una masa dura y pesada. Esto iba a ser catastrfico si l

    pensaba que no lo recordaba a propsito, mis manos comenzaron a sudar y

    mi respiracin estaba un poco ajetreada cuando abrieron las puertas del

    ascensor.

    El pasillo hasta su oficina era largo y con muy buena iluminacin y los

    escritorios de las secretarias suyas estaban a ambos lados del escritorio, el

    de Clara a la derecha del mismo era de vidrio con una enorme computadora

    Mac en ella blanca con detalles en rosa y un par de mini libretas con una

    taza de caf vaca rellena de lapiceros y plumones. El de Maritrini estaba al

    otro lado y era igualmente de vidrio pero era ms pequeo, con una laptop

    rosa en l y miles de carpetas apiladas sobre su escritorio.

  • Ambas al verme dejaron lo que estaban haciendo y me dieron una sonrisa

    temblorosa.

    Clara se levant de su silla.

    --Est el seor Cisneros?mi voz sali como un susurro.

    --Si. Permteme anunciarte, esta un poco mal humorado hoy.

    Me apart de su camino y ella entr con una innata elegancia al despacho.

    Solo quedamos la otra secretaria y yo. Ella tena el cabello en ondas

    sujetado en un moo alto con pasadores y era de un hermoso color dorado

    o rubio platinado, sus ojos eran color castao plido y su boca era en forma

    de corazn, llevaba un uniforme de falda y pantaln en azul oscuro con una

    bufanda rosa en su cuello.

    Me miraba apenada.

    --Te puedo servir un poco de agua o caf?ella era realmente amable, se

    par de su asiento para tenderme una servilleta de papel con un trozo de

    pastel.

    --Oh, gracias. Con agua bastar.

    Ya haba bebido suficiente cafena por un da.

    Tom mi trozo de pastel y lo devor en tres mordiscos, no recordaba haber

    tenido tiempo de almorzar con tanto estrs de un lado al otro. Solo haba

    tomado un caf negro a mitad del da. Por lo menos no me haba

    desmayado en mitad de una presentacin.

    Ella me miraba con incomodidad.

    Sali la primera secretaria con una sonrisa temblorosa. Sus ojos me decan

    que me preparara para lo que se me vena encima.

    --Puedes pasar. Emily, trata de no hacerlo enfadarsu voz era casi un

    murmullo.

    Oh, esto iba a ser interesante. Pas por las puertas dobles sin ningn tapujo.

    El estaba sentado en la silla detrs de su escritorio con una taza humeante

    de caf en ella y el cabello un poco alborotado, estaba increblemente sexi.

    Sus ojos pasaron de molestia infinita a sorpresa, luego a comprensin. Mis

  • manos iban cargadas con el vaso de agua y la servilleta del pedazo de

    pastel.

    --Holadije suavemente sentndome en una de las silla de vidrio

    colgantes, lo suficientemente lejos de l para hablar normalmente.

    --Holasu voz se suaviz al verme.

    El saba que yo saba. Valga la redundancia de palabras.

    --Cmo te fue donde mi madre?

    Oh! El haba hablado con ella, lo supuse.

    Me encog de hombros.

    --Estas molesto conmigo porque no te recordaba?miraba mis dedos

    temerosamente.

    --No, ya no por lo menos

    Senta su mirada en m y todos los vellitos de mi cuerpo se erizaron en

    respuesta.

    --No me recuerdas para nada?haba un deje de sufrimiento en su voz.

    Oh.

    --No, todos mis recuerdos personales se borraron. Las cosas bsicas si las

    recuerdo.

    --Ya veo

    El se haba parado de su silla y tomaba entre sus dedos su telfono celular,

    creo que era un S3 no lo pude reconocer a distancia. Hablaba con voz

    fuerte y clara por el auricular de su telfono.

    --Si, ya veo. Hablar con ella ms tarde. Ahorita estoy arreglando una

    situacindijo mientras se giraba para verme, de repente me sent tmida.

    Eso era yo? Una situacin?

    Me remov en mi asiento con vergenza.

    Colg inmediatamente.

  • --No crees que es importante recordarme?

    Un poco de tristeza se asom por su voz.

    Suspir con vergenza.

    --Lo lamento seor Cisneros, intent hablar con mi madre sobre ello pero

    quiere darme los detalles este fin de semana en nuestra casa en Valencia.

    Levant la mirada para encontrarme con un muy mortificado seor

    Cisneros.

    El estaba recostado contra uno de los paneles de vidrio que tena por

    ventana. Y senta mi corazn descender en velocidad, madre ma. Este

    hombre me pona con los ojos tan alerta que me daba miedo.

    --Quieres que te acompae? Es decir, si puedo ir contigo. No he visto a tu

    madre en aos. Supongo que tambin quiero escuchar ver qu fue lo que te

    pasl hablaba apresuradamente, estaba un poco nervioso supuse.

    Mis dedos jugando con el dobladillo de mi falda.

    Oh, l y mi madre en la misma habitacin. Tendra que preguntarle

    primero, el me miraba como si yo fuese a salir corriendo de su oficina en

    cualquier instante.

    Me levant de mi silla con pasos temblorosos hasta l, cruc mis brazos

    para tapar un poco mis pechos, que por cierto eran diminutos.

    --Tendr que hablar con ella sobre eso primerodije intentando no caerme

    de bruces contra el fro suelo de su oficina.

    El leve zumbido del aire acondicionado se interpona en el sepulcral

    silencio que haba entre los dos. En ese momento una rubia despampanante

    apareci por la puerta sin anunciarse, era Kristina quien llevaba ahora un

    vestido de cctel en tono crema y tacones de aguja en color rojo fuerte, su

    cabello estaba suspendido con un broche de oro macizo y dejaba ver parte

    de su cuello largo como un cisne.

    Ambos nos quedamos con los brazos cruzados al verla entrar.

    El desapareci de mi frente para llegar y abrazarle.

  • --Oh, querido no saba que estabas con alguiendijo mirando el reloj de su

    Iphone 5Nos tenemos que ir ya, pap quiere que firmes un par de

    contratos antes de la fiesta de la firmadijo ella moviendo sus caderas de

    un lado al otro.

    Eso era realmente necesario?

    Ella era despampanante con solo estar all parada! Por Dios santo.

    Sus ojos azules celestes se enfrascaron en m un par de segundos antes de

    posarse ante la del cuerpo musculoso y escultural de mi jefe.

    --En un minutodijo sealndole la puerta de salida

    La estaba echando? Oh, mi Dios. Su expresin fue igual a la ma. Ninguna

    de las dos sabamos cmo reaccionar as que yo fui temerosa a sentarme de

    nuevo en mi silla.

    Oh, mi Dios. Pens internamente.

    El estaba un poco desajustado mientras cerraba la puerta detrs de Kristina.

    Oh

    --Lo lamentodijo en un deje de su voz antes de mirarme con

    arrepentimiento en sus ojos.

    --No hay de que disculparse seor Cisnerosmiraba en cualquier direccin

    menos hacia lSi no hay nada ms que agregar, me retirodije

    levantndome de la silla en direccin a la puerta, el estaba a un lado con la

    mano en la manija.

    --Me avisaras maana si tu madre me permite visitarle?dijo con una

    mirada de splica en sus ojos.

    Asent levemente.

    --Hasta maana seorita Prez

    --Hasta maana seor Cisneros

    El me abri la puerta con lentitud y me apresur a salir de su despacho. Las

    tres damas estaban cotorreando sobre nosotros afuera, y al verme sus

    miradas fueron de asombro. La des Kristina fue de desagrado al contrario

    que la de las dems.

  • Pero me apresur el paso hasta el ascensor. Mi corazn lata con fuerza

    mientras casi corra pasillo abajo para escapar de l.

    Di la vuelta presion el botn de descenso al estacionamiento y cuando se

    cerraron las puertas me desplom contra la pared hasta quedar sentada en la

    esquina del ascensor.

  • 3

    staba ya hiperventilando cuando llegu a la puerta de Patty, mi

    automvil pequ mi frente contra el volante mientras intentaba

    recuperar el poco aire que poda mantener en ellos. Este da haba

    sido increblemente largo, tantas subidas y bajadas, tantos recuerdos

    olvidados, y a pesar de todo, no me senta tan decepcionada como el da

    anterior.

    Manej con cuidado mientras escuchaba algo de msica al azar en la radio,

    estaban poniendo algo de Kesha en esta, pero no estaba prestando ni un

    mnimo de atencin a la letra, solo estaba escuchando la meloda. Estacione

    en las afueras del departamento y me baj de un tirn. Al entrar al

    apartamento estaba Mnica preparando la cena, un enorme pollo relleno

    estaba en el mesn de la cocina y una botella de vino estaba sin destapar en

    ella, el reguero de condimentos y vegetales no era nada normal.

    Su rostro se encendi al verme. Vino dando brinquitos hasta donde yo

    estaba.

    --A que no adivinas?dijo mientras saltaba de un pie al otro como nia

    pequea.

    --Qu?

    --Me contrataron en una firma al otro lado de la ciudad!dijo elevando

    los brazos en seal de triunfo y una carcajada no pudo escaparse de mis

    labios, eso era genial.

    --Wow, eso es una maravillosa noticia Moni

    Le deca Moni como abreviatura de Mnica. Ella me miraba con ojos

    expectantes.

    --Bailemos un rato!me llevaba de la mano hasta el centro de la salita

    que era diminuta por cierto y puso una cancin de One direction en su ipod.

    Ella tena gustos de adolescente con respecto a msica, pero no le di

    importancia, bailamos hasta que nuestros pies no podan ms y el horno

    son con un leve sonido que anunciaba que nuestra cena estaba cocinada,

    E

  • me quit los tacones y enjuagu los vasos de plstico que tenamos, no

    tenamos copas de verdad, as que con eso nos bastaba.

    Cenamos en silencio.

    El pollo estaba divino, no estaba ni seco ni simple, con muchos vegetales

    dentro como a m me gustaba y un poco de vino blanco para acompaarlo.

    Le pas una servilleta de papel a Mnica que se atoraba con un trozo de

    pimiento horneado.

    --Todo bien?dijo inspeccionando mi rostro.

    --Si

    La mentira era casi palpable.

    --Bueno, ocurri algo en el trabajo hoydej de lado el vaso con vino

    blanco y ella me miraba expectante.

    --El imbcil de tu jefe?ella tomaba vino para envalentonarse, le haba

    hablado de mi jefe en tantas ocasiones que ella lo conoca casi tan bien

    como yo. Ms que todo cosa negativas.

    Asent con la cabeza y mir en direccin al pollo, solo me quedaba un

    muslo de pollo en el plato y comenc a pincharlo con un tenedor.

    --Qu hizo ahora?

    --Pues vers, resulta que nos conocamos de antesdije casi con tanto

    miedo que ella me reprendiese, no lo hizo as que continuAntes de mi

    accidente quiero decir

    Ella haba dejado su tenedor a un lado y me miraba entretenida obviamente.

    --Oh, nenasu mano se encontr con la ma al otro lado de la mesa.

    --Y lo peor de todo es que no le recuerdo, me siento pero con todo ello por

    esodije intentando contener la ira acumulada en mi interior.

    Mam me haba dicho que yo haba nacido en Caracas y que luego nos

    habamos mudado a Valencia, no me haba dicho cuando as que en mi

    mente navegaba la idea de que yo era Valenciana por naturaleza. Mnica

    era de all, y nos habamos venido juntas a vivir desde que terminamos la

    secundaria, mam y ella no se llevaban bien de todas maneras.

  • --Lo comentaste con tu madre?

    --Si, ir all el fin de semana con Len si es que mi madre me lo permite

    dije casi ahogando un sollozo.

    No entenda porque me pona tan triste hablar sobre l.

    Mnica me miraba con los ojos ms temerosos del mundo, como si yo me

    fuera a quebrar a llorar de un momento a otro.

    --Lo lamentodije tomando un par de tragos del vino blancoEs tu gran

    da no quiero arruinrtelodije levantando el vaso de vino blanco al aire.

    Ella tens su boca en una dura lnea antes de continuar.

    --Dnde queda esa firma?dije nuevamente con una sonrisa.

    --Casi llegando a la guaira, tendr que pedirte prestado tu auto maana por

    cierto. El mo no quiso arrancar esta maana, debe ser la batera---

    --Est bien, me ir en metro

    --Eres tan genial conmigo Em, debera montarte una estatua

    --Nah, me conformo con que laves los platosdije sealndole el cerro de

    platos sucios en el fregadero

    Ella se carcaje sin ningn rastro de humor. Le lanc un pimiento en su

    cabello para que despertara.

    --Tranquila tonta, te ayudare con los platos si quieres

    --Oh, eres tan genialdijo con sus ojos brillando con anticipacin.

    Lavamos los platos cantando una cancin que nosotras mismas habamos

    inventado semanas atrs, ramos malsimas cantando pero entre tanto jabn

    y agua cualquier cancin era buena para cantar. Ella lavaba y yo secaba los

    platos antes de ponerlos en el escurridor.

    --Se fue tu vmito incesante?

    --Si, pens que podra ser algo que haba comido, pero vomit de nuevo

    esta maana y los mareos cesaron

  • Dijo mientras me pasaba una de las bandejas grandes donde haba horneado

    el pollo.

    --Que buenodije intentando no pensar ms en mi jefe.

    Pero era algo casi imposible, era como estaba destinado a estar escarbando

    en mi mente a cada minuto solo para pensar en l. Que injusta era la vida.

    Terminamos de lavar los platos y cada una fue a su habitacin y cerramos

    las puertas al mismo tiempo. Necesitaba una ducha, fui por mis utensilios

    de aseo personal y mi toalla.

    Entr en la ducha y encend el agua caliente primero, luego el agua fra, me

    met aguantando la respiracin, el agua descenda por mi cuerpo hasta tocar

    mis pies y sentir como el agua me lavaba cada minscula parte del mismo.

    Era como estar en mi propio mundo, sola con mis pensamientos. Desenred

    mi cabello con un peine y lo enjuagu con champ de manzanilla y crema

    en las puntas.

    Me enjabon el resto del cuerpo con jabn y cepill mis dientes con

    esmero.

    Al salir de la ducha, llevaba una toalla a m alrededor y el cabello

    escurrindose el suelo me puse crema hidratante en el rostro y cuerpo con

    cuidado de no olvidar alguna parte y puse crema para las ojeras debajo de

    mis ojos. Al llegar a mi cuarto me puse un camisn de seda y comenc a

    trabajar en mi proyecto de la fundacin de mi laptop, necesitaba arreglar un

    par de ajustes, maana quera rematar un par de detalles con mi jefe.

    Los prpados los sentan como una roca y cerr la computadora y me dej

    caer un sueo, justo en los brazos de Morfeo.

    ***

    La luz de la maana comenz a colarse por mi ventana apenas se haba

    hecho las seis, la sbana de algodn se haba pegado a mi cuerpo de manera

    extraa y comenzaba a mirar que mi almohada estaba en el suelo junto a

    mis peluches de forma dispersa. Tena una mana para patear las cosas

    fuera de mi cama desde ese accidente, me sent en mi cama buscando aire

  • fresco y el ruido de los autos afuera de mi apartamento me hizo caer en la

    realidad, tena que ir al trabajo y enfrentar a mi jefe por uno das ms,

    despus de hoy, solo seran cinco das.

    Un par de mechones de cabello castao cayeron sobre mis ojos, tal vez era

    hora de un corte de pelo, ya mi cabello me comenzaba a dar por la cintura y

    era realmente molesto tener que peinarlo todos los das, tal vez un nuevo

    corte

    Pens en hacerme iluminaciones cuando recibiera mi primer cheque, pero

    la idea de mantenerlo hidratado me desgastaba inmediatamente. Pas la

    mano por mi cabello hasta que estuvo desenredado, miraba con cuidado

    cada pequeo rincn de mi habitacin. Era pequeo y confortable, pero no

    era nada comparado con mi vieja habitacin de joven en Valencia, all

    tena una pantalla plana en mi propio cuarto, una cama tamao King con

    millones de almohadas y peluches y un closet del tamao de mi habitacin.

    Esta habitacin solo cumpla con lo necesario, meda casi dos metros de

    ancho por cuatro de largo. Justo lo necesario para que entrara mi cama.

    Me puse mis pantuflas de conejitos y camin pesadamente hasta la cocina,

    Mnica ya estaba all completamente vestida y preparando caf. Ella

    llevaba un mini vestido de que le daba por el muslo con una chaqueta

    elegante de un tono azul marino, el vestido era blanco casi color perla,

    llevaba tacones de doce centmetros del mismo tono que su chaqueta y el

    cabello recogido en una trenza de medio lado, casi como una tranza

    francesa.

    Me tendi una taza de caf apenas me vio.

    --Buen da Mnica

    --Buen da Emily

    --Ya veo que esta emocionada con tu nuevo trabajodi un par de sorbos a

    mi caf y fui a preparar tostadas con miel dentro de la cocina.

    --Si, anoche casi no pude dormir.

    --Se fueron las nauseas?

    Neg con la cabeza.

  • --Podras estar embarazadadije tan rpido que mis palabras salieron a

    flote, no pude detenerlas.

    --Oh, mi Dios

    Dej la taza de caf en el mesn.

    --Dime que se estaban cuidandodije meticulosamente.

    Ella me miraba aterrada.

    --Hubo una vezNo pens que podra ocurrir algo, ya que al da siguiente

    me iba a venir la regladijo palabra por palabra

    La sangre se iba drenando de mi rostro.

    Ella estaba igual de plida.

    --Lo hizo?

    Me refera a la regla.

    --Si me vino a los dos das, pero fue muy breve.

    Ahora miraba mis manos, su ex se supone que estaba mudndose a otro

    pas en estos momentos. Ella no haba mencionado nada sobre l desde

    entonces, pero ahora, si esto era cierto, tendra que decirle.

    Me par justo al frente de ella con los brazos cruzados.

    --Deberas hacerte el examen de sangre

    Ella asinti levemente.

    --Me lo har el fin de semana, tambin podra comprar una de farmacia

    Ambas quedamos en silencio, un beb.

    El novio estaba a punto de irse al extranjero, o mierda.

    --Tranquila, tal vez eran los nervios

    Dije alentadoramente, pero ambas sabamos la verdad. Ella no se

    enfermaba con facilidad.

    --Creo que ir a la farmacia ahora mismoel terror apoderndose de su

    rostro en cada segundo.

  • --Te acompao

    Dije mientras me iba a mi habitacin por algo de ropa del trabajo, me puse

    un pantaln de lino en tono beige y una blusa cuello de tortuga marrn

    oscura, con tacones del mismo tono.

    Salimos con paso apresurado del apartamento y tom mi blackberry y las

    llaves del auto. Las dos bamos en silencio hasta estacionar frente a una

    farmacia cercana.

    Ella iba con miedo hasta la seccin de pruebas de embarazo y yo paseaba

    con una cestita mientras meta en ella rasuradoras, gel de bao y un bote de

    champ que me encantaba. Llegu justo a tiempo para alcanzarla en la

    seccin de maternidad, miles de botellas de leche a nuestro alrededor,

    paales y latas de formula de bebs hasta que caminamos a la seccin de

    pruebas de embarazo. Tom dos y las meti en la cestita.

    Pagamos y nos fuimos.

    Eran las 7:59 cuando habamos regresados, iba a llegar tarde. Me baj en el

    camino en la estacin del metro y ella me miraba con terror en sus ojos.

    Pobre Mnica.

    --Te llamar

    Dijo Mnica antes de que me bajara del auto.

    --Suerte en tu primer da, y con eso otro tambin

    Cerr la puerta de un portazo y fui bajando las escaleras del metro de dos

    en dos.

    ***

    Haba olvidado que no cargaba efectivo para pagar el pasaje, oh, ahora

    que se supone que hare? Mir mis tacones con furia si no fuera por ellos

    podra ir a un cajero y sacar algo de efectivo. Mi blackberry son con

    violencia y me di cuenta donde estaba, en el metro con mi telfono

  • sonando, no era una de las ideas ms brillantes que haba tenido. Sal

    corriendo en direccin alejada de la gente, casi en los rieles del metro para

    que la gente no sospechara que tena un telfono caro entre las manos, los

    hurtos en estos das iban de mal en peor.

    Saqu el celular y contest de mala gana.

    --Qu?

    La voz aterciopelada al otro lado de la lnea me sac de rbita.

    Mi jefe, oh rayos.

    --Estas bien?

    Su voz sonaba furiosa por alguna razn.

    --Si, solo me he quedado sin efectivo y estoy en el metro viendo mis

    opciones

    Dije apresuradamente, un chico con una pinta no muy agradable se haba

    fijado en m de repente. Oh, mierda.

    --Vente en taxi, lo pago aqu, no te preocupes

    --Gracias.

    Colgu.

    Camin entre un montn de personas para evitar la mirada del chico con

    pinta de asesino en serie, en serio, aqu haban matado por menos a las

    personas. Casi corr hasta que un taxi se detuvo frente a m.

    --Hacia donde seoritadijo el conductor en un tono tosco y mal oliente

    Creo que estaba borracho.

    --Hacia las oficinas de la empresa Cisnerosdije mientras me secaba el

    sudor que haba despedido por la frente con el dorso de mi mueca.

    --A su orden

    Nos adentramos dentro del trfico con facilidad ya que eran no ms de las

    ocho de la maana, ya la gente normal estaba en sus puestos de trabajo. Al

    llegar al edificio una de las secretarias al cual reconoc como Clara estaba

  • esperando abajo. Me baj del taxi y le di dinero al conductor con dificultad,

    creo que mostr algo de escote al inclinarme porque el conductor abri los

    ojos como platos.

    Clara me miraba con una sonrisa temblorosa.

    --Qu sucede?

    Le tend una mano para que nos adentrramos en la empresa. Ella me

    sigui con un retumbo de tacones detrs de m.

    --Hoy el jefe esta de un mal humor, ha estado preguntando por ti cada cinco

    minutos.

    La culpa recay sobre m como una roca. Mire con gesto de disculpa a

    Clara, le haba hecho pasar un mal rato.

    --Lo lamentodije abriendo la puerta para que entrramos las dos.

    --Segura que estas bien?dijo ella nuevamente.

    --Si, es solo que nos toc salir corriendo en la maana a comprar una

    prueba de embarazodije mientras le daba un sonrisa temblorosa

    Ella palideci unos instantes.

    --Oh, no era para muna carcajada nerviosa sali de mi bocaera para

    mi compaera de apartamento, su novio la dej hace unos das y ha estado

    teniendo nauseas consecutivasdije mientras entrabamos en el ascensor.

    Ella presion el piso 38, donde trabajamos.

    --Oh, es un aliviodijo tocndose el pecho y me dedicaba una sonrisa de

    medio lado.

    --As que el jefe ha estado insoportable? Tal vez la seorita Montes no le

    dio lo que quera anochedije casi de improvisto.

    Mi boca tomaba control propio muchas veces. Me arrepent de lo dicho una

    vez que estuvo afuera. Clara me miraba con los ojos como platos.

    --Qu?

    Escup.

  • --Ellos no estn saliendo

    --No?

    Las puertas del ascensor se abrieron pero ninguna sala de l.

    --No

    --Segura?

    Mis ojos me haban engaado en varias ocasiones entonces, ella tena un

    obvio inters en el. No s cmo alguien podra rechazar a una chica como

    ella.

    Asinti con la cabeza y salimos del ascensor. Maritrini nos miraba con

    furia desde el otro lado del pasillo.

    Clara me tom de la mano y me llev hasta la puerta del jefe.

    --Hablaremos de esto en el almuerzo vale?

    Sus ojos esperanzados se entrecerraron un poco.

    --Vale.

    Dijo antes de que yo entrara sin anunciarme en la oficina. La puerta se

    cerr detrs de m inmediatamente.

    ***

    --Qu ha pasado contigo hoy?la furia siendo expedida por sus

    hermosos labios.

    Me encog de hombros.

    --Lo sientodije sentndome en una de las sillas de vidrio a la cual ya me

    haba apegado muchoLe he prestado el auto a mi compaera de piso y

    olvide que no tenia efectivo, prometo pagarte lo del taxi en cuanto saque

    dineromis manos temblaban por alguna razn.

  • El me miraba hecho una furia.

    --Estas segura que estas bien?dijo pasndose los dedos por el tabique de

    su nariz.

    --Si

    Ambos quedamos en silencio.

    --Vale

    Se sent de nuevo en su escritorio y no me dirigi la palabra hasta pasada

    dos horas.

    --Tienes planes para esta noche?

    Wow, eso era repentino.

    --No creo

    Nunca tena planes, en realidad.

    --Bien.

    No me dijo otra palabra por el resto del da y me encargu de ordenar los

    proyectos de la empresa y en crear presentaciones en power point para

    ellas, luego telefone a varias empresas para confirmar los pedidos de ayer,

    y fui corriendo por algunas fotocopias a la sala de redaccin. Clara tambin

    estaba molesta conmigo, lo senta en mis huesos.

    Oh, rayos.

    Solo me retras una hora.

    La hora del almuerzo lleg y sal inmediatamente de la oficina, mi jefe no

    haba despegado la mirada de su porttil en todo el rato y ni siquiera

    levanto la mirada cuando me fui por algo de almorzar.

    --Ira por comida quieres algo?

    Mi voz se senta diminuta al lado de l.

    --Nodijo con su voz ronca, pareca estar contenindose de algo.

    El silencio recay sobre ambos.

  • Definitivamente estaba molesto.

    Sal como una bala de la oficina. Clara me esperaba con los abrigos en la

    salida.

    --Pens que queras un poco de aire frescodijo tendindome una

    chaqueta que tena preparada para momentos como este.

    La pas por mis brazos antes de seguir caminando.

    --No tienes idea

    El restaurante era una mezcla entre lo colonial y lo actual, con una pared

    enorme con una pecera gigante que adornaba la mitad del restaurante,

    mesas en color negro muy elegantes eran de madera y asientos de cuero

    todos unidos como un enorme silln, ni muy elegante ni muy simplista.

    Nos quedaba a una cuadra de la empresa y Clara seal una mesa que

    quedaba cerca del pianista principal.

    Tocaba una cancin de Beethoven muy hermosa, aunque mi cabeza giraba

    en todas direcciones para este momentos del da y no escuchaba realmente

    la cancin.

    Llego el camarero con los mens y nos ofreci dos vasos de agua.

    --Esta como una cabra?

    Dijo finalmente Clara mientras bajaba el men a la altura de la mesa.

    --Si, no me ha dirigido la palabra en todo el dahice una mueca de

    disgusto.

    --Se ha preocupado mucho por tidijo con algo de suspenso en su voz

    --En serio?

    --Si.

    Mir el men nuevamente, oh rayos.

    --Nunca lo haba visto tan furioso. Eres el chisme del dadijo Clara antes

    de morder un trozo de pan fresco que estaba en la cestita al frente de

    nosotras.

    Mir nerviosamente el salero con varios arroz dentro de l.

  • --Oh

    Llego el camarero de nuevo.

    --Qu les puedo ofrecer seoritas?

    El acento francs se le notaba a leguas a este camarero.

    --Para m un plato de vegetales al vapor, al lado puede colocarme salsa

    bechamel si puededije con una sonrisa en el rostro

    El me guiaba ahora un ojo.

    --Hare lo que puedadijo el camarero.

    --Y usted?

    Se refera a Clara.

    --Un bollo relleno con pimientos rojos y baado en salsa fondue, por favor

    --Algo para beber?

    --Unas copas de vino blanco estara biendijo ella

    El camarero se fue de nuestra mesa y Clara tena una sonrisa de oreja a

    oreja.

    --Era guapodijo sorbiendo un poco de su agua

    --Si

    --Quieres saber lo de la seorita Montes? dijo ella quien ahora me miraba

    con obvia intriga en sus ojos.

    --Clarorespond.

    --Bueno, resulta ser que la seorita Montes es la hija de uno de los

    empresarios ms grandes de Caracas, son dueos de casi tododijo casi en

    un susurro como si de un secreto se tratase.

    La seora que estaba detrs de nosotras en la mesa de al lado se irgui al

    escuchar susurros, volteamos hasta donde estaba ella y sigui comiendo su

    espagueti en silencio. Nosotras seguimos susurrando.

  • --Estaba al tanto de ellodije mientras me secaba la boca con una

    servilleta.

    --Bueno, resulta ser que el padre de esta quiere comprometer al seor

    Cisneros con su hija, por bienes de seguros para ambas empresasdijo

    mientras se pasaba las manos por su sedoso cabello rojizo.

    --Oh

    --Si, es algo por el bien de las dos empresas. No es como que sea un secreto

    para nadie, pero esta mal hablar del jefe en su mismo recintodijo ella

    guindome un ojo antes de apartarse hacia atrs, varios comensales se

    haban dado cuenta que estbamos susurrando y nos avergonzamos un

    poco.

    --Pero el acepto eso?

    No me imaginaba al seor Cisneros aceptando dicho trato, era muy fro y

    calculador pero tampoco es como que iba a aceptar un matrimonio por el

    bien de su empresa.

    Mi yo interna negaba con la cabeza esa actitud.

    --Nadie sabe, solo s que se han visto un par de veces. No es como que

    estuvieren saliendo en verdad, solo son amigos hasta donde sabemos.

    Nos apartamos cuando llego el camarero con nuestras rdenes. Pero por

    alguna razn haba perdido el apetito. Mordisque el brcoli con mis

    dientes y el sabor de la sal se derreta en mi lengua jugando con diversas

    texturas, estaba realmente bueno. Prob un poco del vino blanco y tambin

    estaba exquisito.

    Clara se maravillaba con su platillo, se vea humeante y cuando lo dividi

    en dos, ya que era un bollo, sali el relleno al aire, tena carne molida y

    pimientos. Gran combinacin.

    Almorzamos en silencio.

    --As que por eso es que se ven tanto

    Ella sec el borde de su boca con una servilleta y me sonri.

    --Por eso mismo

  • --No me parece nada romnticoaad

    --Si

    --Ni que estuviramos en el siglo pasado

    O el anterior a ese, pens.

    Negu con la cabeza.

    Caminamos en silencio hasta el edificio y Clara me miraba por ratitos con

    cara de perrito lastimado.

    --Clara que quieres decirme

    Salt en mi tacn para no caer en un charco de agua.

    --Es solo que eres muy bonita Emily

    Todo dentro de m se detuvo. Oh, mierda.

    --Gracias

    --No es en serio, algunas chicas de la oficina hacen apuestas en cuanto

    tiempo vas a conseguir marido.

    --En verdad?

    --Si, algunas apuestan a lo grande y dicen que te llevaras un premio gordo

    como esposa de un magnate o de un empresario de la alta sociedad.

    La imagen de mi misma convirtindome en una esposa trofeo, me

    desagrad. No haba estudiado toda mi vida con altas notas para ser

    encasillada en eso.

    Mord mi ua del dedo pulgar.

    --No estoy buscando marido, bueno no por el ratodije mientras bamos

    entrando al edificio, el vigilante llevaban uniforme azul cielo con pantaln

    de vestir azul marino y zapatos negros. Su piel era morena y llevaba gafas

    oscuras.

    Lo saludamos al pasar.

    --Solo es cuestin de tiempo en que alguien te eche el ojo Emdijo

    mientras colgaba los abrigos y subamos por el ascensor hasta la oficina.

  • Cmo le explicas a alguien que quien te trae loca es alguien imposible? La

    imagen del seor Cisneros vino a mi mente como un relmpago, no

    entenda como haba causado tanto impacto en m.

    Cuando iba a entrar a su oficina toqu un par de veces y me desped de

    Clara, Maritrini no haba ido a almorzar todava, apenas llegamos ella sali

    a almorzar.

    El estaba mordiendo una manzana cuando me vio pasar por el umbral de su

    puerta. Llevaba la camisa un poco floja con la corbata desarreglada y el

    cabello revuelto, casi como si acabara de echar un polvo.

    Me sonri abiertamente.

    ***

    --Hola

    Dijo en un susurro.

    Me sent en mi silla del escritorio, no quera tantear el terreno para ver en

    que polo de su humor estbamos ahora. Comenc teclear algo en mi

    ordenador.

    --Holami garganta estaba seca de repente.

    El casi se ator con su manzana.

    --Lamento si te asust hoyhubo un leve arrepentimiento en su voz,

    levant la mirada para toparme con la suya para enfrentarlo.

    --Bueno, ya probaste tu puntoexclam volviendo a mi computadora,

    ingres un par de archivos que estaban en papel al lado de mi computadora.

    --Esta molesta conmigo seorita Prez?haba un poco de humor negro

    en su voz.

    Decid ignorarle.

  • --No

    Tecle con ms fuerza en la computadora. No quera tener que hablar con

    este hombre, no ahora.

    --Le creodijo vociferando todo el sarcasmo que pudo de su boca.

    Ignor su comentario.

    El segua mordiendo su manzana roja como si nada.

    --Su madre que dijo?

    Dej de teclear inmediatamente.

    Oh, rayosOlvide llamar a mam.

    --No la he llamado

    Su mirada fue de preocupacin.

    --Acaso le avergenza viajar conmigo?

    La sangre ya comenzaba a dejar mi rostro. Oh no, no quera que pensara

    eso.

    --No

    --Entonces?

    Me tendi su S5 en respuesta, cuan equivocada estaba pensando que era un

    S3.

    El telfono era enorme, marqu el nmero de mam con dificultad. No

    quera que semejante telfono se cayera de mis manos, de repente record

    que en alguno de mis bolsillos tendra mi blackberry podra llamarla ms

    tarde tambin. El telfono repic un par de momentos y mi madre atendi

    al instante.

    Genial.

    --Hola?

    --Mam soy Em

  • Nunca haba estado tan nerviosa al llamar a mi madre. La mirada

    escrutadora de mi jefe me atestaba ya.

    --Qu sucede Em? Por qu no me llamas de tu nmero mvil?

    La preocupacin era demarcada en su voz.

    --No todo este bien, era para ver si mi jefe puede ir conmigo a tu casa

    Mi madre comenz a procesar las palabras.

    El seor Cisneros estaba jugando ahora con las bolas de plata de su

    escritorio, estaba igual de nervioso que yo.

    --Claro Em, invita a quien desees

    --Esta bien mam

    --Em?

    --S?

    --Olvdalo, te digo cuando ests ac.

    Colgu inmediatamente.

    Mi jefe me miraba con ojos implorantes.

    --Y bien?hubo un poco de angustia en su voz

    Le entregue su s5 en las manos.

    --Todo bien, iremos temprano el sbado por la maanadije volviendo a

    mis papeles.

    El me segua mirando con sorpresa.

    --A qu hora paso por ti?dijo finalmente, no poda mantenerse callado.

    --Por mi?

    --Si, es lo lgico a menos que tu auto est disponible para llevarnos a

    ambos

    No haba pensado en como llegaramos, pero si fuera por m, me ira en

    autobs hasta Valencia. Mi vida de estudiante fue esa por muchos aos. Le

    di un puchero con los labios.

  • --A las cinco est bien

    --Vale

    Segu tecleando en el computador.

    --Sabes mi nmero de telfono?

    El ri un poco frente a su computador.

    --Lo s todo sobre mis empleados seorita Prez

    Le volte los ojos internamente y segu tecleando en mi computador. Este

    hombre me haca salir de mis casillas.

  • 4

    l terminar la jornada laboral estaba literalmente exhausta, el muy

    imbcil de mi jefe me haba mandado por dos entrevistas con las

    jvenes una facultad universitaria alegando que mi presencia era

    la justa y la necesaria para dichas jovencitas, que credo. Bueno, una vez

    finalic eso fui corriendo a la tintorera por un par de conjuntos de trajes

    del seor Cisneros, oh, tambin me present en una junta de la empresa

    como la directora de publicidad del piso, cosa que era mi trabajo en

    realidad. No ir buscando trajes a la tintorera, por Dios.

    Cuando termin la jornada laboral ya todos se haban marchado de la

    empresa, solo quedaba yo con mi laptop de escritorio. Me quit los zapatos

    de tacn y mir la hora, las 7:40 pm, pensaba quedarme hasta ms tarde.

    Tena mucho trabajo atrasado, un par de presentaciones ms, y varios

    currculos que haba quedado en estudiar, tambin estaba ese proyecto para

    finalizar el proyecto que tanto anhelaba. Me centr en el computador hasta

    fueron no ms de las nueve de la noche.

    Mi telfono blackberry vibr en mi bolsillo.

    --Diga?

    --Oh, Em Vendrs a casa esta noche?

    Era Mnica.

    --Oh, s solo estaba terminando unos detalles de la presentacin de maana.

    Gurdame cena, por fa

    --Esta biendijo al otro lado del telfono.

    --Nos vemos en un rato

    Colgu la llamada.

    Me recost en el espaldar de mi silla y cerr los ojos por un par de

    segundos, mir la silla de mi jefe y de repente me pareci increblemente

    incomoda donde me encontraba yo sentada.

    Esto no hara dao a nadie.

    A

  • Verdad?

    Me fui de puntitas como una nia pequea hasta el otro lado de la oficina y

    all estaba, su silla de cuero marrn casi negra al frente de su escritorio de

    vidrio macizo. Me sent en su silla dejndome llevar por lo cansada que

    estaba, me rod para apreciar el olor de la silla, ola a canela y a menta.

    Qu raro. Un leve sonido contra la puerta me sac de mi ensueo.

    Unos ojos azules se posaron en los mos hacindome resbalar de la silla tan

    rpido que mi falda corra peligro en levantarse. El me ayudaba a levantar

    del suelo.

    Oh

    Una mueca de medio lado se pos en rostro.

    --Estas bien?dijo con un hilo de su voz, estaba intentando no

    carcajearse de la risa.

    --Si

    Dije mientras me arreglaba el dobladillo de la falda rpidamente. Que

    vergenza.

    --Solo vine por unos documentos de la empresa, nos vemos maana

    seorita Prezdijo mientras le daba la vuelta al escritorio y tomaba un

    par de carpetas de manila de uno de los cajones de ella.

    Morda levemente mi labio.

    Por qu me pona tan nerviosa con l?

    --Todo bien?dijo mientras evaluaba la expresin de mi rostro,

    ohrayos.

    --Si, solo estaba terminando unas cosasme apresur hasta mi escritorio y

    met en un maletn un par de documentos al igual que l. Su mirada se pas

    de mi rostro a mis piernas rpidamente, y su mirada cambio, era deseo?

    Tom mi blackberry de nuevo y sal disparada por la puerta camino al

    ascensor.

    Las luces estaba un poco sombras porque el vigilante del edificio solo

    dejaba encendidas la mitad de ellas cuando terminaba la jornada laboral,

  • hasta las nueve de la noche que las apagaba dejando solo las de los pasillo

    encendidas. El ruido de mis tacones me indicaba que el por lo menos no me

    estaba siguiendo. Presion el botn para bajar al estacionamiento y un leve

    ping me sac de mi ensueo.

    --Cmo hars para irte a tu casa hoy? Hasta donde recuerdo no trajiste tu

    auto el da de hoy

    Era un nmero desconocido.

    Me gir sobre mis tacones para corroborar mis sospechas, mi jefe estaba

    recostado contra el umbral de l