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Autoestima: El valor de una persona Introducción: 1 Samuel 17:4-24,25,26 Al Rey David Dios tuvo que sanar su alma, le cambió el switch. Había una profecía sobre él, Dios le ungió rey, pero el volvió a cuidar sus ovejas, tenía mentalidad de pastorcito, sus hermanos le desmerecían o menospreciaban. Cuando Dios despertó en él el rey que Dios había ungido, dejó las ovejas y se fue al campo de batalla. Allí se encontró con un ejército depresivo y atemorizado. En el bando enemigo estaba Goliat, amenazando y burlándose del ejército de Israel. Los desafiaba por la mañana y por la tarde durante 40 días. Se sabían de memoria sus amenazas, y no sólo eso, sino que habían creído lo que ese gigante les decía. De la misma forma, nosotros durante nuestras vidas hemos sidos bombardeados desde nuestra niñez. “No sirves para nada”, “eres inútil”, “eres tonto”, “no lo lograrás”, “eres cero aporte”, “no vales nada”. Nos rechazan en el hogar, nos rechazan en la escuela, nos rechaza nuestra pareja, nos rechazan en el trabajo, nos rechazan en todas partes. Nos aprendemos de memoria esas frase, y lo más trágico, es que las creemos. Llegamos a CRISTO con una muy baja autoestima. Lo que el Señor quiere, es devolvernos el verdadero valor que nosotros tenemos. Mateo 6:12 Cuando Cristo comenzó su ministerio era rodeado por la gente, hacía milagros y la multitud le rodeaba, pensó que él sólo no podría realizar su ministerio, y eligió a 12 que pudieran seguir con su obra. Pero se encontró con 12 hombres que tenían muy baja su autoestima, tuvo que trabajar en ellos durante 3 años para cambiarle el swith. Hoy en día, hay ministros que desde el púlpito hablan contra el pecado, pero que en sus propias vidas son cautivos de él. Hablan del hogar ideal y de la familia feliz, pero sus matrimonios son un desastre, sus hijos son rebeldes. Cada ministro necesita ser sanado por el Señor, pues EL quiere devolvernos el verdadero valor que nosotros tenemos, para que podamos ayudar también a otros a vencer y a levantar su autoestima. Mateo 8:1-3 Cuando Cristo se acercó a ese leproso que había sido rechazado durante su vida a causa de su enfermedad, la Biblia dice que Jesús le pregunta: Qué quieres que te haga ? El leproso le respondió: Si quieres, puedes limpiarme. Jesús al momento le dijo: Quiero. Y le tocó. Al momento el hombre sanó. Cómo piensan Uds. que se sintió ese hombre? al que nadie había tocado durante su enfermedad, pero Cristo sí lo hizo. Con seguridad le levantó su auto estima, pues había sido rechazado por tanto tiempo, y Cristo le acepto, y lo tocó. Fue sanado por el Señor. Eso es lo que quiere hacer el Señor con nosotros: TOCARNOS Y SANARNOS. EL SEÑOR JESÚS NOS DEVUELVE EL VERDADERO VALOR. Las cosas tienen valor por lo siguiente: Por el precio que se paga por ellas. Cuando alguien paga un alto precio por algo, entonces lo cuida por el valor que tiene para él.

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Autoestima: El valor de una personaIntroducción: 1 Samuel 17:4-24,25,26 Al Rey David Dios tuvo que sanar su alma, le cambió el switch. Había una profecía sobre él, Dios le ungió rey, pero el volvió a cuidar sus ovejas, tenía mentalidad de pastorcito, sus hermanos le desmerecían o menospreciaban.Cuando Dios despertó en él el rey que Dios había ungido, dejó las ovejas y se fue al  campo de batalla. Allí se encontró con un ejército depresivo y atemorizado. En el bando enemigo estaba Goliat, amenazando y burlándose del ejército de Israel. Los desafiaba por la mañana y por la tarde durante 40 días. Se sabían de memoria sus amenazas, y no sólo eso, sino que habían creído lo que ese gigante les decía.De la misma forma, nosotros durante nuestras vidas hemos sidos bombardeados desde nuestra niñez. “No sirves para nada”, “eres inútil”, “eres tonto”, “no lo lograrás”, “eres cero aporte”, “no vales nada”. Nos rechazan en el hogar, nos rechazan en la escuela, nos rechaza nuestra pareja, nos rechazan en el trabajo, nos rechazan en todas partes. Nos aprendemos de memoria esas frase, y lo más trágico, es que las creemos. Llegamos a CRISTO con una muy baja autoestima.Lo que el Señor quiere, es devolvernos el verdadero valor que nosotros tenemos.Mateo 6:12 Cuando Cristo comenzó su ministerio era rodeado por la gente, hacía milagros y la multitud le rodeaba, pensó que él sólo no podría realizar su ministerio, y eligió a 12 que pudieran seguir con su obra. Pero se encontró con 12 hombres que tenían muy baja su autoestima, tuvo que trabajar en ellos durante 3 años para cambiarle el swith.Hoy en día, hay ministros que desde el púlpito hablan contra el pecado, pero que en sus propias vidas son cautivos de él. Hablan del hogar ideal y de la familia feliz, pero sus matrimonios son un desastre, sus hijos son rebeldes. Cada ministro necesita ser sanado por el Señor, pues EL quiere devolvernos el verdadero valor que nosotros tenemos, para que podamos ayudar también a otros a vencer y a levantar su autoestima.Mateo 8:1-3 Cuando Cristo se acercó a ese leproso que había sido rechazado durante su vida a causa de su enfermedad, la Biblia dice que Jesús le pregunta: Qué quieres que te haga ? El leproso le respondió: Si quieres, puedes limpiarme. Jesús al momento le dijo: Quiero. Y le tocó. Al momento el hombre sanó. Cómo piensan Uds. que se sintió ese hombre? al que nadie había tocado durante su enfermedad, pero Cristo sí lo hizo. Con seguridad le levantó su auto estima, pues había sido rechazado por tanto tiempo, y Cristo le acepto, y lo tocó. Fue sanado por el Señor. Eso es lo que quiere hacer el Señor con nosotros: TOCARNOS Y SANARNOS.EL SEÑOR JESÚS NOS DEVUELVE EL VERDADERO VALOR.Las cosas tienen valor por lo siguiente:Por el precio que se paga por ellas.Cuando alguien paga un alto precio por algo, entonces lo cuida por el valor que tiene para él.Nosotros fuimos comprados por precio. Jesús derramó su sangre por nosotros, el más alto precio que alguien pudiese pagar. ( 1 Co:6-20, 1 Co 7:23, 1P 1:18-19 ).Por su marca (o su sello)En un automovil no es lo mismo una marca desconocida que un Mercedes Benz.Dice la Biblia que nosotros hemos sido sellados por el Espíritu Santo.( Ef 1:13, 4:13, 2 Co 1:22 )Por su autor o fabricante.No vale lo mismo una pintura de Da Vinci que una de un desconocido.Nosotros fuimos creados por la propia mano de Dios, y EL mismo puso aliento en nosotros.( Salmos 100:3, 119:73 )Por su exclusividadUn producto vale mucho más cuando es único o exclusivo.Cada uno de nosotros es exclusiva creación de Dios, no existen dos personas iguales, todos somos diferentes y exclusivos, tenemos huella digital propia, tenemos exclusivo iris en nuestros ojos, tenemos un ADN único. EL nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. EL nos formó con sus propias manos. Salmos 100Por su contenido

Si comparamos 2 envoltorios de regalo, uno grande y uno chico, el primero es bonito y el segundo no tanto...cuál vale más ? Depende de su contenido, porque el grande y bonito puede contener un osito de peluche, pero el envoltorio chico puede contener un anillo de oroy diamantes.De la misma forma, nosotros no valemos por nuestra apariencia, sino por lo que hay dentro, la Biblia dice que hay un tesoro en vajillas de barro, la Biblia dice que somos Templo de Espíritu Santo. ( 2 Corintios 4:7, Romanos 9:20-21 )Conclusión:El rechazo nos hace estar a la defensiva, apaga nuestra personalidad y baja nuestra autoestima. Pero Dios no nos rechaza, sino que al igual que al hijo Pródigo, nos recibe con los brazosabiertos, se echa sobre nosotros y nos besa, hace fiesta.Dios nos dice que somos su especial tesoro ( Exodo 19:5-6 ).Somos la niña de sus ojos ( Deuteronomio 32:10, Salmos 17:8 ).No importa lo que nos haya dicho el Diablo tratando de deprimirnos y afectar nuestra propia estima, lo que importa es lo que dice Dios de nosotros, el nos amó hasta la muerte, y está dispuesto a usarnos cuando nosotros hayamos sanado nuestra alma, despertado nuestra personalidad y levantado nuestra auto-estima.

Crecimiento personal y autoestima - Parte IEscrito por Patricia Fernández M. Publicado en Sermones"Jehová me llamó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi nombre por memoria...y me dijo: Mi siervo eres...en ti me gloriaré" Isaías 49:1b,3)Por dondequiera encontramos artículos de revista, libros, programas de televisión, grupos de apoyo que ofrecen ayudarnos a mejorar como personas. Lamentablemente muchos de ellos se quedan cortos en su oferta.Preguntas para reflexión: ¿Cómo te ves? ¿Qué valoras de ti y de tu vida? ¿Hay algo en tu vida que te impide disfrutar de una sana auto estima?Vamos a estar hablando del valor que tenemos para Dios, quienes somos para El y cómo podemos experimentar la verdadera libertad en Cristo que se refleje en una vida abundante.¿Quiénes somos si estamos en Cristo?Cuando Dios creó al hombre y a la mujer los hizo a Su imagen y semejanza (Gen. 1:26-27) gozaban de un adecuado sentido de pertenencia, de seguridad y de propósito porque tenían una estrecha relación con Dios. La comunicación estaba abierta y conocían la voluntad de Dios. Pero cuando decidieron pecar, al desobedecer a Dios (Gen. 3), cayeron del estado de gracia en el cual estaban, sufriendo así las consecuencias de la perdida de comunicación y relación con Dios.Como consecuencia de la caída, toda la humanidad comenzó a experimentar muerte física y espiritual, pensamientos y emociones negativas (miedo, ira, resentimiento, envidia), enfermedades mentales y físicas. Nuestra voluntad se debilitó cuando Dios dejó de ser el Señor en la vida de Adán y Eva, el hombre quedó esclavo del pecado y pasó a estar dominado por el egocentrismo y el amor por las cosas de este mundo (Salmo 53:2-3, Rom. 3:23, 1 Juan 1:8). La pérdida de relación y del conocimiento de Dios nos llevó a distorsionar la realidad y a confundir nuestro propósito vital. Dejamos de reflejar la imagen de Dios y pasamos a reflejar la nuestra deteriorada a causa del pecado.Los atributos se vuelven necesidadesUna consecuencia de la muerte espiritual y la falta de relación con Dios es que los atributos gloriosos, que Dios había dado al ser humano en el Edén, se convierten en necesidades vitales que tratamos de satisfacer a toda costa.-Antes éramos Aceptos y nos sentíamos amados, ahora nos sentimos rechazados: tenemos la necesidad de sentirnos amados y aceptados, de pertenencia. El pecado trajo conflicto en las relaciones humanas, vemos ya a Caín matando a Abel.-La inocencia se tornó en vergüenza y culpabilidad, así que tenemos la necesidad de reestablecer un sentir de valor propio y pureza. Una mala imagen de sí mismo y la desvalorización han sido producto del pecado. El valor propio no debe depender de cuan ricos, inteligentes o buen físico que tengamos, todo esto lo podemos perder en un momento. El valor propio es un asunto de identidad, de reconocerme hijo de Dios y saberme perdonado y santificado (2 Tim. 1:12; Gal. 4:7).

-La autoridad con la cual había sido investido el ser humano antes de la caída fue reemplazada por debilidad e impotencia. Lucha por el poder y el control. Creemos que somos dueños de la vida. El alma fue hecha para funcionar sirviendo a Dios. Su deseo es restaurar nuestra autoridad, que seamos colaboradores de El y que gocemos de un sano concepto de nosotros mismos (Romanos 12:3; Filipenses 2:3-11)Dios es el punto de referencia de la Verdad no el hombreLa rebeldía y la conducta pecaminosa es una forma equivocada de búsqueda de identidad y de suplir nuestras necesidades básicas (Colosenses 2:8-10)Una identidad clara es clave para el Crecimiento personalEl sentido de identidad de una persona y el grado en el cual está su relación con Dios se va a reflejar en su crecimiento personal y autoestima. No podemos tener una sana autoestima sin crecimiento y viceversa, están interrelacionadas. Ser cristianos no es tan solo recibir perdón y vida eterna, es cuestión de andar como hijos de Dios. Nuestro sentido de identidad influye en nuestros pensamientos, lo que decimos y hacemos (Efes. 2:10; 1 Tim. 4:12) La Palabra del Señor nos dice que cuando le conocemos somos hechas nuevas criaturas, el pasado queda atrás y todo es hecho nuevo (2 Corintios 5:17) Es increíble que recibamos una segunda oportunidad de iniciar una nueva vida al conocerle.Nosotros debemos ser como un espejo que refleje la imagen de Dios. Pero, ¿Verdad que a veces esa reflexión es borrosa? Es como cuando nos vemos en esos espejos que encontramos en las ferias, que deforman nuestra imagen y nos hacen lucir bajitas, gordas o muy flacas. Así pasa en nuestras relaciones con las demás personas, comenzando con nuestros padres y familiares, que contribuyeron con los mensajes que nos dieron por medio de sus opiniones, actitudes y conducta a moldear nuestra imagen.Los psicólogos concuerdan en que la identidad y sentido de autoestimación se desarrollan principalmente en los primeros años de vida. La Biblia también enfatiza en la importancia de la infancia (Prov. 22:6; Efes. 4:14; 1 Pedro 2:2) Producto de la interacción con el mundo, las relaciones, las experiencias vividas se conforma nuestro ser, nuestra identidad y autoestima. Esto refleja el cómo hoy día respondo a la vida, con pesimismo o esperanza, con resentimiento o perdón, con temor o con valentía, con ansiedad o con paz, con soberbia o con humildad.Muchos creyentes lamentablemente se encuentran estancados en su proceso de crecimiento, aún con autoestimas dañadas por las experiencias pasadas, no viviendo a la altura del potencial que tienen. Buscan equivocadamente madurar sin tener que obedecer y depender de Dios (1 Cor. 3:1-3) Personas ya adultas, atrapados y cautivos en sus hábitos, creencias equivocadas, frustraciones y temores. Ansiosos, tristes, sin paz. No por nada los trastornos de ansiedad y la depresión son dos de los grandes problemas de salud pública que enfrenta la sociedad.Es imposible para nosotros comprender la razón de todas las actitudes y acciones de aquellos que nos han herido o que no han cumplido las expectativas que teníamos de ellos. Quizá no pudieron darnos el amor, seguridad, respeto y aliento que necesitábamos. Quizá no recibimos el amor, respeto y seguridad que necesitábamos para un desarrollo sano de nuestra autoestima. No podemos seguir esclavos a nuestro pasado, a lo que sufrimos, a lo que nos hicieron y tomando eso como excusa para no perdonar y seguir adelante. Debemos madurar. Si estamos en Cristo ya a nadie conocemos según la carne (1 Cor. 5:16,17) Ahora conocemos a nuestros padres, hermanos, inclusive a los que nos han hecho daño a través de nuestra relación con Cristo, de su amor y perdón. Ser santificadas, no es otra cosa que ser apartadas para Dios, para crecer y glorificarle a El con nuestro espíritu, alma y cuerpo (1 Tesal. 5: 23)Al entregar nuestra vida a Cristo acontece algo maravilloso, pasamos de muerte a vida. Pablo nos dice que el viejo hombre (nuestro ser antes de conocer al Señor) fue crucificado juntamente con Cristo, para que el pecado sea destruido y no seamos más esclavos a nuestra vieja vida, sino libres para tomar las decisiones y conductas correctas que nos ayuden a crecer y fomentar una sana autoestima en nosotros al agradar a Dios. Nuestro propósito es ser colaboradores de Dios en reconciliar al mundo con Cristo.Esto lo llevamos a cabo a diario al servirle con todo lo que somos, decimos y hacemos como esposas, madres, ciudadanas, trabajadoras, profesionales, estudiantes, amigas.Crecimiento personal y autoestima - Parte IIEscrito por Patricia Fernández M. Publicado en Sermones

Veíamos en el artículo anterior como una identidad clara en Cristo es clave para el crecimiento personal, ahora exploraremos más a fondo que es la autoestima y como disfrutar de una sana autoestima. Dios nos habla en su Palabra sobre este tema profundamente ya que su deseo es que desarrollemos todo nuestro potencial, maduremos emocional, psicológica y espiritualmente.La Autoestima es el valor, estima, opinión e imagen que se tiene de sí mismo. Es una valoración. Hemos escuchado frases como la autoestima buena o mala, baja o alta, positiva o negativa. Necesariamente tenemos que preguntarnos con respecto a cuál parámetro se valora la estima personal. Existe un gran abismo en los criterios para definir la autoestima según la Biblia nos enseña y los parámetros del mundo. Antes de conocer a Dios nos valorábamos según los criterios ya establecidos en la sociedad como importantes o deseables, la mayoría cosas transitorias como el poder, el dinero, el nivel social, el éxito profesional o económico, que lamentablemente inflan el yo de muchos que creen "valer" más que otros. Otros hacen lo que sea con tal de no sentirse rechazados o de pertenecer a algún grupo que les dé un sentido de identidad o propósito.Nuestra autoestima no debe medirse por cuanto nos acepten los demás, de lo que tenemos, o conocemos, ni siquiera de la opinión que tenemos de nosotros mismos en un momento dado. La autoestima del cristiano depende de lo que Dios dice que somos y de los que El ha hecho en nuestra vida. Mi valía depende de que pueda percibir cuan especial soy para Dios, aceptada y amada por El, y que vea objetivamente lo que debo cambiar y mejorar. Nuestro parámetro no es poca cosa, es muy alto: llegar a la estatura de Cristo, andar como él anduvo.Pablo, luego de evaluar lo que el valoraba antes de conocer al Señor, dijo: "Y ciertamente aún estimo todas las cosas como perdida por amor a Cristo" (Filipenses 3:7) ¿A cuales cosas se refería él? Hablaba de lo que era, sabía y poseía antes de conocer a Jesús como Salvador y Señor. Su posición de autoridad con la que perseguía a los cristianos, su prestigio y poder, su liderazgo, riquezas, estudios, ciudadanías, títulos, convicciones, experiencia, honra, afiliación religiosa, en fin, la lista es larga. El conoció a Alguien que cambio su escala de valores, su forma de ver la vida, y de verse a sí mismo. Lo que es verdaderamente importante y lo que no. No podemos negar que cuando conocemos a Cristo experimentamos una crisis de identidad, tal como lo tuvo Pablo, quien pasó de ser esclavo del pecado a hijo de Dios y coheredero con Cristo.Ingredientes de una sana AutoestimaLa mayoría de las personas quieren tener una buena autoestima sin Dios en sus vidas. Eso no es posible. Se puede creer que se tiene una estima adecuada de sí mismo, inclusive se pude sentir a gusto consigo mismo y satisfecho. Eso no quiere decir que a los ojos de Dios no vivamos en pecado y estemos lejos de reflejar la imagen de Él en nuestras vidas.Los seres humanos nacemos alejados de Dios en una sociedad con los valores trastocados, donde todo vale y es aceptado, no es extraño que tengamos una imagen hinchada y falsa producto del engaño en el que Satanás tiene al ser humano que vive lejos de su Creador. Estas creencias erróneas les mantienen viviendo una mentira, creyendo ser lo que no son y teniendo como fundamento de su autoestima la soberbia y vanagloria.La autoestima del creyente que ha hecho a Cristo el Señor de su vida es saludable y refleja:Seguridad: Descansamos en la confianza que somos hijas de Dios, sabemos que El esta en control de todos los asuntos de nuestra vida. Dios nos protege, provee, nos da la paz para no vivir en temor y ansiedad. Nos acompaña y consuela en tiempos de dificultad. Nos justifica con su perdón y nos reafirma con su amor. Nos da la seguridad de la salvación y vida eterna (Juan 3:16; 2 Cor. 3:4-6)Humildad: La humildad implica una evaluación realista de nosotros mismos, nuestras fortalezas y debilidades (Rom. 1:3) reconociendo nuestra necesidad de Dios, estando dispuestos a obedecerle y servirle como hizo Jesús (Filp. 2:5-9) Debemos tener presente que por la gracia de Dios somos lo que somos. Recordemos que Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes (Stg. 5:6) El orgullo no permite reconocer que Dios es el dador de todo lo bueno que hay en nosotros. Cuando somos orgullosos tenemos una opinión hinchada de nosotros mismos, eso es vanidad, como el fariseo que le daba gracias a Dios porque no era malo como los demás (Lucas 18:9-14) El orgullo es un pecado grave, es rebelión contra Dios. Fue el pecado que hizo caer a Lucifer creía que no necesitaba de Dios, porque podía ser semejante a Él (Isaías 14:11-14)

Amor a Dios, al prójimo y así mismo: El que no ama no ha conocido a Dios (1 Juan 4:8) es el fruto más importante del Espíritu. Los cristianos debemos tomar conciencia que somos instrumentos del Espíritu Santo para dar a conocer el amor de Dios al mundo.Capacidad de perdonar: Al experimentar el perdón de Dios y su amor que ha sido derramado en nuestros corazones, somos libertadas del resentimiento y nuestra autoestima es sanada. Podemos entonces perdonarnos y perdonar a otros (Mt. 18:2122)Respeto: Nos valoramos y aceptamos como personas, valoramos nuestras opiniones y decisiones al tiempo que lo hacemos por los demás.Autenticidad: No practicamos la hipocresía, ni tememos que otros conozcan nuestras debilidades, sabemos que estamos en un proceso de crecimiento. Esto permite que se construyan relaciones sinceras basadas en la honestidad.Capacidad de logro: Nos sentimos capaces de alcanzar las metas que nos proponemos, emprender grandes proyectos que antes no soñábamos realizar. Agradecemos a Dios quien nos prepara y equipa con dones y capacidades para el servicio al cual nos ha llamado.Sentido de satisfacción y éxito: Al saber que tenemos un propósito maravilloso y eterno. Que la vida es un don precioso, algo único y valioso. Al hacer las cosas como para el Señor, dando lo mejor de nosotras nos queda el agradable gusto de que se ha hecho la voluntad de Dios. El fracaso en lograr algún objetivo no se entiende, entonces, como algo negativo sino como una lección importante en el proceso de crecer.Ser lo máximo para CristoEl apropiarnos de nuestra nueva identidad en Cristo es clave para el crecimiento personal, disfrutar de la libertad que se nos ha dado y tener una sana autoestima. Veamos dos cosas que necesita hacer para lograr esto:1. Transforme su sistema de CreenciasLo que creemos determina nuestro comportamiento. Es por eso que debemos modificar nuestra forma de pensar y las creencias equivocadas que afectan negativamente nuestro crecimiento y autoestima. En Romanos 12:2 se nos indica lo siguiente:"No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de larenovación de vuestro entendimiento".Nuestro sistema de creencias se afianza en lo que valoramos y creemos que es importante para tener paz, éxito, ser feliz, tener seguridad, estima, sentirnos satisfechos y realizados. Por lo tanto, es indispensable para nuestra madurez emocional y espiritual que nos fundamentemos en las Escritura. Dios quiere que tengamos estas cosas, aunque lo principal para Dios es el desarrollo de nuestro carácter a la semejanza de Cristo.2. Destruya las Fortalezas del enemigo en su vidaEn 2 Corintios 10: 4-5 hallamos un alerta para poner en práctica:"Porque las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo"La palabra griega que se traduce como fortaleza es "echo" quesignifica "aferrarse, donde hay una fortificación". Una fortaleza es cualquier cosa a la que nos aferramos, que termina por aprisionarnos. La palabra "destrucción" implica un poder tremendo. Si enfrentamos una fortaleza en nuestra vida solo con las fuerzas humanas tal vez no lleguemos muy lejos. Es como derrumbar a puños una pared de ladrillo. Hagámoslo con el poder de Dios, con sus armas que son la oración, la confesión, y la alabanza a El.Pasos para destruir las fortalezas dañinas en su vida:¿Ha intentado destruir con sus propias fuerzas alguna fortaleza en su vida y se ha sentido impotente y derrotado?a. Reconozca quien le mantiene cautivo y las fortalezas que hay en su vida: Esas fortalezas son construidas por el engaño del enemigo que nos hace creer que así estaremos protegidas del dolor y el rechazo. El resentimiento y la amargura son fortalezas, al igual que la manipulación, la violencia, los desordenes alimentarios y sexuales, las adicciones, muchos trastornos mentales y emocionales, entre otras.

b. Este de acuerdo con Dios: ¿Qué dice la Palabra de Dios acerca de quien es usted y acerca de sus fortalezas? Derribe los argumentos y las explicaciones equivocadas que se ha dado para mantener esas fortalezas en su vida. Son solo excusas para no cambiar, para no humillarse (2 Crónicas 7:14) Sea honesta consigo misma y con Dios. Si confesamos nuestros pecados El es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9) y sea sanada (Stg. 5:16) Dios nos dice en las Escrituras lo que es bueno para nosotros pensar y hacer para prepararnos para prepararnos para toda buena obra (2 Tim. 3:16-17) Los muros de Jericó fueron derrumbados en respuesta a la obediencia y a la fe de Josué y el Pueblo de Israel. Esto le ayudará a dar un gran paso en reconstruir su auto imagen y restaurar su identidad en Cristo.c. Someta sus pensamientos a la Verdad: Llene su mente de la Palabra de Dios, aprópiese de las promesas y verdades de Dios, de todo lo que es puro, recto y bueno. Como hijos de Dios tenemos la mente de Cristo si nos sometemos a El (1 Cor. 2:16)d. Niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día y siga a Cristo (Lucas 9:23): Implica no hacer conforme a los deseos de nuestra carne y someter nuestra voluntad a Dios. Es aceptar que estamos en un proceso de cambio, de crecimiento. Podemos descansar en Aquel que obra en nosotros, renueva nuestro hombre interior para que le sirvamos según sea su voluntad.Conclusión:Una sana Autoestima es el resultado de nuestra relación y consagración a Dios, es el resultado de asumir nuestra nueva identidad en Cristo como hijos de Dios, no es un fin en sí misma. Nuestro crecimiento personal, valía y estima dependen del grado en que la imagen de Dios se refleja en nosotros, de cómo asumimos la responsabilidad por quienes somos, por nuestras decisiones, y el como llevamos adelante cada día el propósito maravilloso de seguir a Cristo en el ministerio de reconciliación.

Cómo está su autoestima? En Dios puede superarseEscrito por Fernando Alexis Jiménez. Publicado en SermonesEl día que Lucila puso un puesto de empanadas, sobre una mesa de madera cubierta con un mantel plástico, enfrente de su casa, la abrumaba una sensación de que todo iría mal. Nunca lo había hecho. Recordaba sus ocupaciones como ama de casa, pero después que su marido se fue con otra mujer y quedó a cargo de sus tres hijos pequeños, concluyó que la única opción era poner una venta de comestibles en su propio hogar.Fruto de sus temores, veía pasar la gente y no les ofrecía las frituras. Lo irónico era que residía en una zona céntrica, muy concurrida.--Véndame una—le pidió alguien--. Umm….---Lucía se quedó mirándolo. Temía que esa expresión fuera una demostración de desagrado.--¿Sabe? Tienen muy buena sazón… Pero, con esa actitud, de no ofrecer, muchos se quedarán sin probar lo sabrosas que son las empanadas—le dijo el comprador.La animaron aquellas palabras, pero con otro comprador, se desanimó. Le pareció que estaban muy caras. “Están demasiado cocidas”, se quejó. Pero aquén día fueron más los comentarios positivos que los negativos.Al día siguiente, después de orar, se levantó alegre, dispuesta a preparar la masa, el guiso y los picantes, convencida de que con ayuda de Dios ¡aquél seria su gran día! Y lo fue. Vendió bastante. Aunque ella misma no lo creía, poco a poco fue desarrollando su capacidad, no solo de ofrecer los productos a los transeúntes, sino de producir para tenderos del sector.Nubia Marina Elejalde es propietaria de varias sedes donde se expenden comidas rápidas. Es activa en la iglesia y, al hablar, me compartía que uno de sus mayores barreras fue por mucho tiempo la baja autoestima, que le impedía avanzar. Sin embargo con ayuda de Dios logró superar la situación y es hoy una mujer exitosa.Una trampa de Satanás: hacernos creer que no podemosUsted se sorprendería si pudiera conocer cuántas personas a sualrededor: familiares, amigos y conocidos, enfrentan una baja autoestima. En medio de la pugna que se libra entre el mundo espiritual y el físico, se han dejado engañar por Satanás quien –sutilmente primero, pero agresivamente después—les vendió la idea de que no sirven para nada, que jamás podrán superar sus errores del pasado, que no están llamados a vencer sino a la derrota.

Por estos días cuando, en la lectura sistemática de la Biblia, estudiaba el libro de Jueces cuando me encontré con un relato que ilustra la situación de la sub valoración que hacemos de nuestras capacidades, potencialidad espiritual y posibilidades que tenemos hacia el futuroEl capítulo 6 de los Jueces relata que, como consecuencia de hacer lo que ofende al Señor, Él entregó a los israelitas en manos de los madianitas por espacio de 7 años. La situación era tan grave que debían esconderse en las cuevas y lugares para defenderse y huir de los ataques. Imagínese, después de haber visto tantos prodigios, y estaban ¡sometidos a la tiranía! (versículos 1-5). “Era tal la miseria de los israelitas por causa de los madianitas, que clamaron al SEÑOR pidiendo ayuda.”(Jueces 6:5. Nueva Versión Internacional)Ante esta situación, Dios llamó a Gedeón. Un joven resignado a la situación de su pueblo. A partir de la transformación que se produjo en su vida, analizaremos 4 elementos que son claves en el proceso de superar la baja auto estima. Comprenderemos en qué situación nos encontramos y de qué manera emprender el camino hacia nuestro crecimiento, personal y espiritual, orientado a que Dios nos permita desarrollar todas las potencialidades.1. ¡No sirvo para nada!Quizá ha visto personas a su alrededor --o usted mismo-- quienes ante los retos de la vida repiten con desánimo: “!No sirvo para nada!” o bien: “!No puedo!”. Se dan por vencidos antes de emprender la batalla.Lo primero que hizo Dios al abordar a Gedeón, a través de su enviado, fue proclamar en él a quien llegaría a ser, no a quien era ahora: “—¡El SEÑOR está contigo, guerrero valiente!”(Jueces 6:12 b). Igual con su vida o la mía: Dios nos ve como aquel que –en sus manos—llegaremos a ser, no a personas derrotadas, resignadas a su destino. Permitiendo que Jesucristo obre en su vida, llegará muy lejos.Muchas veces nos parece imposible que podamos ser distintos, que alcancemos un crecimiento jamás imaginado. Este aspecto me lleva a recordar a Dorián, alguien a quien conocí vendiendo verduras enel mercado del pueblo donde soy oriundo. Por años creyó que su destino era ofrecer legumbres, piñas frescas o habichuelas recién cosechadas.Pero el curso de su historia cambió cuando conoció al Señor Jesús. A partir de entonces experimentó cambios. Finalmente llegó a ser predicador. Un hombre en quien Dios se glorifica. ¡Él, un sencillo vendedor de legumbres, jamás lo hubiera imaginado!Probablemente al examinar su existencia, descubre que tiene enormes posibilidades pero se deja atar por esos pensamientos derrotistas, de minusvalía, que eran los mismos que asistían a Gedeón y al pueblo de Israel: “—Pero, señor —replicó Gedeón—, si el SEÑOR está con nosotros, ¿cómo es que nos sucede todo esto? ¿Dónde están todas las maravillas que nos contaban nuestros padres, cuando decían: "¡El SEÑOR nos sacó de Egipto!" ? ¡La verdad es que el SEÑOR nos ha desamparado y nos ha entregado en manos de Madián! …¿cómo voy a salvar a Israel? Mi clan es el más débil de la tribu de Manasés, y yo soy el más insignificante de mi familia.”(Jueces 6:13, 16. Nueva Versión Internacional)El problema no es de Dios, si no ocurren hechos portentosos con nuestra vida y si no desarrollamos plenamente nuestra potencialidad. Posiblemente es nuestro porque nos dejamos convencer, mentalmente, de que no servimos para nada y que nunca lograremos algo productivo.2. ¡No soy dueño del pasado, sino del presente!Una nueva lectura del versículo 13 le permitirá descubrir que Gedeón al igual que los israelitas, vivían atados al pasado. ¡Tremendo error! Usted y yo no somos dueños del ayer. Ya pasó. Ni siquiera en los recuerdos debe tener fuerza. Es como una serie de fotografías de un álbum. Las vemos en una o tal vez dos ocasiones, pero no estaremos todos los días viéndolas. Igual el pasado.Recuerde que si bien es cierto no somos dueños de la cantidad de errores que cometimos en los viejos tiempos, sí podemos decidir sobre el hoy. Tomar decisiones acertadas con ayuda de Dios. Si en el pasado fui un fracasado, hoy puedo ser—y de hecho es así—un ganador en todos los órdenes. Asido de la mano del Señor, nada me detendré (Cf. Filipenses 4:13). ¿Y qué del mañana? Lo construiremos de la mano de nuestro amoroso Dios, que quiere lo mejor para nosotros.3.Conciente de lo que soy capazDios no nos creó para ser derrotados sino vencedores. Es un principio que debe repetirse una y otra vez, al levantarse, durante la jornada del día y en la noche, cuando ora al Señor para entregar el día.

Observe lo que nuestro Supremo Hacedor le dijo a Gedeón y a nosotros hoy: “El SEÑOR lo encaró y le dijo: —Ve con la fuerza que tienes, y salvarás a Israel del poder de Madián. Yo soy quien te envía.”(Jueces 6:14). Nuestro Creador no acepta una posición facilista, rendida al fracaso. Él espera que usted y yo tomemos un tiempo para hacer –con sumo cuidado--, una lista en la que discriminemos: nuestras fortalezas y nuestras debilidades.Una vez haya hecho este diagnóstico, sabrá dónde se encuentra, y a partir de allí, mirando las debilidades, podemos orar a Dios para que nos ayude a superar pensamientos y obstáculos que se convierten en obstáculos para alcanzar grandes metas.Un poco más adelante, en el versículo 16, el Señor le dijo a Gedeón: “—Tú derrotarás a los madianitas como si fueran un solo hombre, porque yo estaré contigo.”.Tome conciencia de dos cosas. Grábelas en lo más profundo de su corazón: a.- Si Dios nos envía a cumplir una misión, coloca en nuestro corazón grandes propósitos e incluso, nos pone un reto como estudiar una carrera, establecer un negocio o emprender un proyecto, es porque Él sabe que tenemos la capacidad para desarrollar lo que nos plantea. Así usted inconsciente o deliberadamente desconozca todas sus capacidades, Dios sí las conoce y quiere que, tomado de Su mano, pueda superar esa baja autoestima. b.- Si estamos en la voluntad de Dios, no lucharemos a nuestra manera sino a la de Él, con sus fuerzas, y con una ayuda así, tenemos asegurada la victoria.4. Desde hoy, corrijo aquello en que falléCometer un error es comprensible. ¿Quién no lo ha cometido? Tal vez en el pasado usted fue golpeado por la derrota. Emprendió muchos proyectos y terminó fracasando. ¿Qué le hace pensar que hoy, que es un nuevo día, ocurrirá lo mismo?Sobre esta base, usted debe decidirse—una vez evaluadas sus capacidades y conciente que Dios es quien le asegura desarrollar sus potencialidades y por ende la victoria--, a dar pasos hacia delante, a la conquista de grandes metas.Algo interesante es que Gedeón vivenció la superación de todas las pesadas cargas que le impedían ser un ganador, y que le amarraban a una baja autoestima. Ante el asedio del enemigo, convencido ya que era un líder, permitió que Dios obrara a través suyo y llevó al pueblo a la victoria. “Todos los madianitas y amalecitas, y otros pueblos del oriente, se aliaron y cruzaron el Jordán, acampando en el valle de Jezrel. Entonces Gedeón, poseído por el Espíritu del SEÑOR, tocó la trompeta, y todos los del clan de Abiezer fueron convocados a seguirlo.35 Envió mensajeros a toda la tribu de Manasés, convocándolos para que lo siguieran, y además los envió a Aser, Zabulón y Neftalí, de modo que también éstos se le unieron. ”(Jueces 6:13, 14. Nueva Versión Internacional)Un poco más adelante, en el capítulo 7 del libro de los Jueces, encontramos a un Gedeón liderando la los israelitas para derrotar a los madianitas. ¡Lo hizo con 300 hombres mientras que los enemigos eran un ejército muy numeroso!.Nada podrá impedir que alcance grandes objetivos. Téngalo presente. Con el poder de Dios, usted es un ganador, hoy, mañana y siempre. Él, nuestro amado Señor, quiere desarrollar las enormes potencialidades que hay en usted.

¿Autoestima o dignidad?Sermón basado en Filipenses 1.27-30IntroducciónOímos hablar demasiado de autoestima. La cual depende demasiado de nosotros mismos y la forma en que nos apreciamos. Esta forma de verse asimismo no le da el espacio requerido al Señor. La Palabra de Dios en lugar de autoestima, habla de dignidad y cómo vivir dignamente como hijo de Dios.Un creyente que viva conforme a la dignidad que le ha dado el Señor hará que su iglesia sea firme.En estos versículos, Pablo exhorta a que vivamos como digno del Señor.I. El cristiano debe vivir conforme a la dignidad del evangelio. (1.27a)

A. La exhortación es vivir de acuerdo al evangelio. (1.27a)La exhortación es única, el cristiano no debe desviarse de esta indicación. Nada debe distraerlo del cometido.El estilo de vida de los cristianos, los distingue como personas diferentes. Implica valorar nuestra conducta delante de las personas.1. La palabra comportar se refiere a conducirse como un verdadero cristiano.

2. También apela al buen comportamiento en lugar a dónde va.3. Es vivir de acuerdo a la ciudadanía celestial. (véase Fil 3.20)

B. Nuestro comportamiento como ciudadanos deben ser digno del evangelio.1. ¿Por qué la exhortación? Porque hay comportamientos indignos del evangelio.2. Vivir indignamente es una vergüenza para el evangelio

El apóstol Pedro nos acuerda la importancia de conducirnos apropiadamente, pues, somos extranjeros y peregrinos.(1 Pd 2.11-12)

3. Si no nos comportamos dignamente, nuestra única alternativa es comportarse de manera indigna.

C. Nuestro comportamiento como cristiano debe digno con la presencia o ausencia de otras personas.1. Note lo que dice Pablo: «si voy a verlos que sino voy» (1.27a, DHH)2. Nuestra fe no se tiene que moldear por el ambiente.3. ¿Su fe depende del ambiente? ¿Es cristiano en ciertos sitios y en otros no? Ora en publico

pero no en privado. Estudia la Biblia en la iglesia pero no en la casa.4. El comportamiento del cristiano como ciudadano del reino no debe depender de la

presencia de otras personas.5. Nuestro comportamiento debe depender única y exclusivamente de la presencia de

CristoII. Resultados de una conducta digna. (1.27b-30)

A. Firmeza. (1.27b)1. Comportarse dignamente significa estar firme en medio de…

a. La inmoralidad y el materialismob. De la duda que promueve el mundo.c. De la proliferación de falsas doctrinas.

2. Debemos estar firmes en el espíritu.a. En unidad. Debemos considerarnos unos a otros.b. En comunión. Las fallas en la vida cristiana comienza cuando se descuida la comunión

entre los hermanos.c. La carta muestra la importancia de estar unidos para servir.

B. Esfuerzo. (1.27)1. Comportarse como ciudadanos significa:

a. Ser agresivos con el evangelio: requiere empeño. Es contender por la fe. (Véase Jud 3-4)

b. Tener una misma mente.2. Nuestra conducta va perjudicar el evangelio si:

a. No nos esforzamos por el evangelio.b. No existe unidad entre los hermanos.

3. Debemos identificarnos con una congregación y trabajar con los hermanos para que se logre el crecimiento.

4. Se debe evitar andar de iglesia en iglesia, sin mostrar nunca el potencial como cristiano.C. Fortaleza en medio de los ataques. (28-30)

1. Los creyentes deben caminar dignamente aunque se les ridiculice y persiga.Aunque el mundo considere esa intrepidez como locura. Esto es evidencia de que somos salvos. (Fil 1.28; véase Mt 5.10-12)

2. Pueden venir tiempos de sufrimiento por creer Jesús. (Fil 1.29b)a. Este es el caso de Pablo y de los Filipenses. (Fil 1.30a)b. A Pablo le pasó. (Fil 1,30b)c. Nuestra actitud tiene que ser como la de los apóstoles. (Fil 1.30c; véase Hch 5.41-42)

Conclusión1. Comportarse como dignos del evangelio implica vivir conforme al Espíritu.2. No debemos acomodarnos al entorno que nos rodea.3. Tenemos que estar dispuestos a defender nuestra fe, especialmente con nuestra conducta.

La autoestimaEscrito por : FAR Ministerios on 27 de febrero de 2011 | 07:12Desde su niñez Graciela tuvo problemas con su autoestima. No obstante, ella era capaz, diligente y agradable en su trato. Sus calificaciones escolares eran consistentemente buenas hasta en la universidad. Cuando se graduó, consiguió trabajo en una gran compañía de seguros y poco después estableció su propia agencia.Después de un año de trabajo, Graciela contrató a una asistente para ayudarla con sus papeles. Eligió a Ángela, que había tenido una puntuación muy alta en los tests de habilidad para oficinas, era buena con las computadoras y parecía muy segura de sí misma. Al principio Ángela era muy puntual. Pero pronto, ocasionalmente, llegaba al trabajo 15 ó 20 minutos tarde. Con el tiempo llegaba tarde con más frecuencia. También comenzó a pasar tiempo en llamadas telefónicas personales y a descuidar su trabajo. Graciela estaba muy frustrada, pero no tomó la iniciativa de decirle a Ángela cuáles eran sus expectativas, acusándose a sí misma por sentir que no era buena jefa.La raíz del problema de Graciela era su baja estima propia. Ella era la jefa, sus expectativas para Ángela eran válidas, y ella tenía el derecho legal y ético de reprender a Ángela por su conducta inapropiada, pero no hizo nada respecto a ello. Dejó que sus sentimientos negativos aumentaran y meramente deseaba que el problema se corrigiera solo. Finalmente, sin embargo, tuvo una larga conversación con una de sus amigas, quien la instruyó acerca de cómo confrontar a Ángela de una manera amable pero firme y la animó a seguir adelante. Graciela habló con Ángela acerca de sus preocupaciones. Pero aunque la conversación terminó con ese problema de Ángela, no resolvió el asunto de la baja estima de Graciela, que continuó hasta que buscó ayuda profesional.Una autoestima inadecuada degrada las relaciones, las realizaciones académicas y las actividades ocupacionales. También nos hace pasar por la incomodidad psicológica de dudar constantemente de nosotros mismos. Ese es un extremo. El otro extremo, una estima propia artificialmente inflada, hiere seriamente las interacciones sociales y es considerada inmoral por la Biblia. Una estima propia adecuada –un análisis justo y exacto de nuestras cualidades y atributos– trae un equilibrio razonable a nuestra conducta.Algunas personas están más predispuestas a tener una autoestima más adecuada que otras, pero una gran proporción de la autoestima que tenemos proviene de influencias externas. En realidad, la autoestima es una de nuestras características más maleables.Cuando estudiaba psicología, alguien hizo un estudio que probablemente no sería aprobado por una comisión de ética universitaria actual. El estudio era para determinar el efecto de las declaraciones verbales sobre la autoestima. En este estudio se observó a pares de jóvenes. Uno del par era miembro del equipo investigador, un "cómplice". El otro era un participante voluntario, un estudiante al que se le pagaba una pequeña suma de dinero por participar en el experimento pero que no sabía lo que estaba involucrado en él.El participante voluntario debía tomar unos "tests psicológicos" –realmente eran tests de autoestima– y el cómplice pretendía estar allí con el mismo propósito. Al estar sentados en la sala de espera antes de tomar la prueba, el cómplice alababa al otro participante o hacía comentarios cínicos y observaciones desdeñosas dirigidos al otro estudiante y sus ideas. Los investigadores encontraron que la manipulación del cómplice definidamente influía en los resultados que obtenía el participante voluntario en la prueba de autoestima.Todas las personas se han sentido inferiores en algunas ocasiones, y más bien eufóricas acerca de sí mismas en otras, dependiendo de si eran reprendidas o alabadas. Esta es la forma en que las personas edifican o destruyen a las demás; a veces sin darse cuenta, y otras, en forma intencional. Sabiendo cuan poderosas son nuestras declaraciones mutuas, Pablo amonestó: "Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes" (Efesios 4:29, la cursiva fue añadida). Nota que este texto supone que hay personas -tal vez naturalmente inseguras- que necesitan un poco más de alabanza que otras. A diferencia del color de nuestros ojos, la manera en que nos sentimos se mantiene cambiante al experimentar diferentes eventos y procesos internos y externos. Examinemos las diversas maneras en que se nutre la autoestima de la gente. Qué influye en nuestra autoestima

Las experiencias tempranas en la vida. Se cree ampliamente que el núcleo de la autoestima de las personas es modelado durante los años preescolares y escolares. Los niños a esa edad no saben mucho acerca de sí mismos, y están muy ansiosos de observar sus propias cualidades, compararse con otros y escuchar lo que la gente dice acerca de ellos. Los padres, maestros, amigos y vecinos tienen mucho que hacer con la formación de la autoestima de los jovencitos. Observaciones tales como: "¡Siempre mantienes tu pieza ordenada!", o "¡Tú eres demasiado lento, y siempre lo serás!", tienen su efecto. Cuando nuestros niños están en esta edad tenemos que decidir si queremos que posean un concepto adecuado de sí mismos y lo que queremos que consideren valioso.Una variedad de estudios conducidos con niños de edad escolar muestran que las características que alimentan su estima propia son: primero, su apariencia; segundo, su aceptación social/popularidad; tercero, logros en la escuela; cuarto, comportamiento; quinto, habilidad en los deportes y juegos. ¿No es interesante que lo que tiene mayor influencia sea cuan atractivos somos físicamente? Tenemos poco control sobre nuestra apariencia, y sin embargo si alguien es naturalmente atrayente, es probable que reciba más alabanzas y termine con una mayor autoestima que alguien que no ha sido agraciado con rasgos placenteros. Nota también que en la lista dada sólo hay un rasgo de carácter: la conducta, y es el penúltimo de la lista. ¡Rasgos como la compasión por otros y el amor a Jesús aparentemente no producen recompensas! Aquí está la diferencia entre lo que Dios comprende como una autoestima válida y las maneras en que el mundo la entiende.Los medios. Mientras la gente mira los espectáculos de la TV, las películas, la Internet y los carteles exteriores, ven lo que la sociedad valora. La apariencia está bien en primer lugar. Los modelos y las modelos, los anunciadores y las personas famosas determinan lo que la sociedad valora más, y nos propone a nosotros alcanzar esa norma, si podemos. Los que la obtienen son considerados de éxito, y los que no, son considerados perdedores.El dinero casi siempre entra en el paquete que determina nuestro valor. Permite que la gente compre ropa de marca, automóviles y casas costosos, y sofisticados ambientes de trabajo; el dinero produ¬ce el respeto de la multitud.Los medios exaltan el poder. Sea un personaje de películas que es altamente considerado y por ende influyente, o un científico que es tan respetado que todos deben aceptar lo que él diga, las personas que tienen el poder son altamente admiradas. Es desafortunado que muchas personas piensen de sí mismas como fracasadas porque no son personas poderosas como estas otras (o por lo menos que pre¬tenden serlo).Los mensajes de otras personas. Algunos han llamado a la gente que nos rodea el espejo de nuestra autoestima. Lo que estas personas nos dicen a nosotros o acerca de nosotros y cómo lo dicen, añade o resta a nuestra estima propia. Pero nosotros también tenemos influencia, y la mayoría de nosotros no entendemos cuánta influencia ejercemos sobre el autoconcepto de los miembros de nuestra familia, de los amigos y los conocidos cuando hacemos comentarios sobre ellos o los que ellos hacen.Recuerdo claramente una visita que hice a una pareja de mediana edad en Madrid, España, cerca de donde vivía mi madre. Acababa de regresar de Estados Unidos con un grado doctoral en psicología educativa y tenía mi primer trabajo profesional. La conexión vino porque la señora había llegado a ser adventista del séptimo día recientemente y mi madre se había hecho amiga de ella en la iglesia.El esposo de esta mujer no estaba interesado en la religión. Tan pronto como habíamos conversado lo suficiente para pasar los saludos iniciales, él me dijo:–Así que, ¿cuánto gana usted en su nuevo trabajo?Debo detenerme para decir que aunque esta pregunta parezca muy brutal de parte de una persona apenas conocida, tales preguntas son bastante comunes en la cultura de España, especialmente si una persona mayor las hace.–Bueno –contestó en un tono condescendiente–, no puedo creer que usted fue a Estados Unidos para obtener un título de posgrado y está ganando sólo eso.Era obvio que, sacando toda la rudeza, su sistema de valores era muy diferente del mío. Yo traté de explicarle que aunque sabía que el dinero era necesario, no lo consideraba como lo más importante, y que consideraba el servicio, la satisfacción y el desarrollo personal como recompensas muy importantes del trabajo que estaba haciendo. Juzgando por la expresión de su rostro, supe que él no entendía mis valores. Pronto dejó nuestra conversación y se ocupó con sus rutinas en la casa.

Aunque yo conocía poco a ese hombre, su pregunta me sacudió. Me sentí un tanto inadecuado porque no estaba ganando más dinero. Él había afectado mi concepto propio. Pero él era un vendedor de antigüedades cuyo lema, filosofía de la vida y principio guiador eran uno y el mismo: "Compra barato y vende caro". ¿Qué otra cosa podía valorar fuera del dinero? No obstante, él había lastimado mi autoestima. Es una cosa buena que el sentimiento me abandonó uno o dos días después, ¡porque hubiera tenido mucha dificultad en encontrar un trabajo que pagara mucho en mi profesión!Los logros personales. Esta es otra área íntimamente relacionada con el desarrollo y el mantenimiento de la autoestima. Cuanto más realizamos y más elevados consideramos nuestros logros, mayor es la estima propia que sentimos. Otra vez, esta no es una medida objetiva, sino una evaluación estrictamente personal. Me he encontrado con jóvenes que recibían calificaciones excelentes, hacían trabajos de calidad y ejecutaban música hermosa, pero que se consideraban inferiores. No apreciaban lo que tenían. Algunos de ellos tenían una visión distorsionada porque algún problema profundamente arraigado del pasado les impedía considerarse valiosos. Otros se consideraban como que algo les faltaba sencillamente porque querían los dones que tenían otros, en lugar de los que ellos tenían. En cualquier caso, podrían haber obtenido mejores perspectivas de sí mismos sólo por medio de mucha afirmación y de mucha oración. A la imagen de DiosLa Biblia presenta diferentes medidas para nuestro valor y diferentes valores para nuestra autoestima. Una rápida mirada al libro de Proverbios revela que Dios no asigna valor a nuestro aspecto atrayente, a nuestras posesiones o a nuestros logros. En cambio, ese libro asocia nuestro valor con cualidades como la sabiduría, la obediencia a Dios, la pureza, la diligencia, la corrección, la preocupación por los demás, la honestidad, la benevolencia, el gozo, la temperancia, la humildad, la integridad, la equidad, etc. Estas son las cosas a las que la Biblia considera como atributos que deberían constituir la fuente de la autoestima.El origen de nuestra especie debería aclarar nuestro valor. La Escritura dice: "Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (Génesis 1:27). Los seres humanos fueron hechos a imagen de Dios y a su semejanza. Fueron creados como seres altamente inteligentes que tenían cuerpos perfectos y estaban dotados de poderes espirituales y con la capacidad de seguir desarrollándose. Es cierto que la entrada del pecado truncó las posibilidades interminables que una vez fueron nuestras, pero también es cierto que el sello del Creador, aunque ahora limitado, todavía está presente en nosotros.Podemos ver esto aún hoy. En medio de nuestro mundo malo, encontramos personas compasivas que ayudan a otros a pesar de que hacerlo les resulta en una pérdida importante, personas que se alegran con los que están alegres y que sufren con los que sufren; personas que aman el bien y odian el mal y todas sus consecuencias. ¿Cuál es la raíz de estas conductas en seres humanos que tienen la tendencia a pecar? Aparentemente, todavía tenemos suficiente de la imagen de Dios que sentimos el impulso de hacer obras piadosas. Este es uno de los pensamientos que más enigmáticos les parecen a los evolucionistas. ¿Por qué una persona muestra una conducta altruista hacia un desconocido sin la esperanza de recibir algo a cambio? Esto no cabe en la idea de la supervivencia del más apto, pero tiene mucho sentido en el contexto de un Creador amante que originalmente pasó su bondad y su carácter a sus criaturas, en quienes todavía permanecen estos rasgos.Además de ser creados a la imagen de su Creador, los seres humanos recibieron la autoridad de gobernar toda la Tierra, administrar sus recursos sabiamente para traer felicidad a la familia humana. Este es otro privilegio que debería fortalecer nuestra autoestima, la confianza que Dios nos ha otorgado a cada uno para administrar la Tierra. Desdichadamente, no hemos hecho eso muy bien, pero necesitamos recordar que todavía poseemos el poder y la autoridad que Dios nos dio. Ambas son excelentes fuentes de autoestima.Tenemos un origen divino. Somos hechos a la imagen del Dios del universo. Aunque el pecado nos ha dañado y arruinado la imagen original, todavía tenemos el sello de Dios. Y, como si esto no fuera suficiente, nuestro Creador nos considera merecedores de la salvación y que tendremos el potencial de crecer durante la eternidad. Estos son razones infinitamente mejores para la autoestima que los que la sociedad nos presenta. Lo que vemos en nosotros mismos

La gente a menudo tiene una imagen distorsionada de sí misma. No evaluamos nuestras fortalezas y debilidades en forma exacta, y esto tiende a causarnos problemas. Nuestro perro Beni a menudo calculaba mal su tamaño. Aunque era un perro pequeño, tendía a creer que era muy grande, especialmente bajo ciertas condiciones: por ejemplo, cuando un miembro de nuestra familia estaba cerca y Beni veía un perro grande que corría solo. Beni se acercaba al perro grande, se paraba sobre sus patas traseras, ponía sus patas delanteras a ambos lados de la cabeza del perro grande, y entonces, casi nariz con nariz, gruñía. Los perros grandes suelen ser nobles y perdonadores, de modo que la mayoría ignoraba a Beni. Pero uno lo atacó y le dejó una cicatriz en su cuerpo.La Biblia nos habla de personas que no evaluaron correctamente sus dones. Tomemos el caso de Moisés. Estaba bien educado y maduro, y por sobre todo tenía el respaldo de Dios, No obstante, tuvo serias dudas acerca de sí mismo. Suplicó a Dios que no lo enviara al faraón sino que encontrara a otro porque él no era elocuente. "¿Quién soy yo para que vaya a Faraón?" (Éxodo 3:11; ver también 4:10). Inversamente, Jesús tuvo que advertir a sus seguidores que la percepción que tenían de sí mismos era equivocada, pero de una forma diferente." ¿Cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando la viga que está en el ojo tuyo?" (Lucas 6:42).Así que, mientras algunos no pueden ver lo que hay de malo en sí mismos, otros -como Moisés- no pueden ver el bien que hay en sí mismos. Pero está allí. Cuando Jesús resumió la ley, dijo que el segundo gran mandamiento era que debíamos amar a nuestros prójimos como nos amamos a nosotros mismos (Mateo 21:39), lo que implica que deberíamos dirigir una cantidad razonable de amor hacia nosotros mismos. Deberíamos sentir satisfacción por un trabajo bien hecho y por cualquier cosa buena que haya en nosotros, reconociendo todo el tiempo a Aquel que es la fuente de todo bien. Este es un punto muy crítico: Satanás rehusó reconocer a esta Fuente y se puso en el camino equivocado.Al juzgar nuestras habilidades, rasgos, carácter, apariencia, etc., existe la probabilidad de que estemos equivocados en algunas cosas. Esto conlleva serios riesgos de alcanzar un extremo o el otro: podemos no estar dispuestos a afrontar los desafíos que Dios permite que nos vengan porque tenemos poca confianza propia, o por ser tan arrogantes que Dios no nos dará sus bendiciones porque nos empujaría aún más en esa dirección. Para prevenir ambos extremos, debemos estar en constante comunión con Dios, manteniendo continuamente una actitud de oración.

Lo que otros venCuando Samuel fue a la casa de Isaí para ungir al nuevo rey de Israel, la altura de Eliab y su apariencia inmediatamente captaron su atención. Basado en la apariencia del joven, Samuel pensó que él era el que Dios había elegido para ser el siguiente rey (1 Samuel 16:6). La apariencia exterior nos hace formar un fuerte juicio preliminar acerca de la persona que está ante nosotros.Samuel era un gran profeta, un impecable juez, lleno de integridad y con mucha más influencia sobre la gente que el rey Saúl. Su registro de fidelidad llegaba hasta el comienzo de su vida. Pero esto no le impidió usar el criterio del mundo en este caso. Lo hizo, pero se equivocó. Elena de White nos dice: "Eliab no temía al Señor. Si se lo hubiera llamado al trono, habría sido un soberano orgulloso y exigente". Si las personas elegidas por Dios pueden cometer errores al juzgar a otros, las personas comunes pueden cometer grandes errores. Por eso las Escrituras repetidamente nos desaniman de juzgar a otros. Pablo nos recuerda que por medio de la fe en Cristo Jesús, todos los hijos de Dios han de aprender que "ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer" (Gálatas 3:28). Aquí Dios específicamente prohíbe tener prejuicios, lo que ha sido una reacción innata de todos los seres humanos a través del tiempo. El prejuicio puede devastar la autoestima de las personas. Hacer juicios preconcebidos no le da a la gente la oportunidad de demostrar quiénes son.Mi familia y yo hemos vivido y trabajado en cuatro países diferentes en tres continentes. A pesar de pasar un tiempo considerable en todos esos lugares, nunca hemos sido víctimas del prejuicio, con una sola excepción pequeña. Tan pronto como llegamos a un país, compramos un automóvil y rápidamente solicitamos el seguro. Dejamos todos los documentos necesarios con un agente de seguros, incluyendo copias de nuestra licencia de conductor y pasaportes. Al día siguiente recibimos una llamada del agente de seguros informándonos que nuestra solicitud de seguros había sido negada. Luego nos preguntó si por casualidad mi esposa tenía un pasaporte español como el mío. Cuando

preguntamos más, nos explicó que la reglamentación de la compañía era no asegurar a norteamericanos porque era probable que harían un juicio si no les gustaba el arreglo de algún accidente cubierto por el seguro.Lo que ve DiosLa consideración que Dios hace de sus hijos está basada sobre valores diferentes que los que la sociedad considera importantes. La sociedad impulsa a las personas a considerarse sin ningún valor si son pobres o no educados o parte de un grupo étnico o una minoría religiosa equivocados, o si pasaron por algún evento trágico o han sido víctimas de abusos. El capítulo 15 del Evangelio de Lucas es una joya que revela qué es lo que Dios valora, o a quién valora. Presenta tres historias –la oveja perdida, la moneda perdida y el hijo perdido– que tienen un tema en común. La preocupación de Dios por los que tienen desventajas, los parias, los pecadores, los inferiores. Cualquiera que se siente dejado afuera por causa de las expectativas de la sociedad debería recordar que aquellos que el mundo considera como inferiores pueden gozar de un modo especial e íntimo del cuidado de Dios y de sus ángeles. En esas tres historias, los protagonistas –el pastor, la mujer y el padre– se interesaron más por lo perdido que por los que estaban con ventajas. Y cuando se encontró lo perdido, todo el universo se alegró.Dios ve un potencial tremendo en cada una de sus criaturas y en todos nosotros. No nos deja luchar solos sino que ofrece conducirnos, guiarnos, ayudarnos. "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar" (Salmo 32:8). Él cuida tanto de nosotros que anhela cuidarnos como "a la niña de [sus] ojos" (Salmo 17:8). Un nuevo yoEl apóstol Pablo anima a sus lectores: "Vestíos del nuevo hombre" (Efesios 4:24). La gente tiene opiniones diferentes de lo que constituye un nuevo yo. Recientemente me estaba acercando a Los Ángeles, California, en mi vehículo, en dirección al oeste en camino a Woodland Hills para una reunión de ex alumnos. No conociendo el área, marqué mi destino en mi GPS (instrumento que guía los automovilistas con mapas satelitales) y luego escogí la ruta más corta. El GPS me sacó de la autopista interestatal y me envió al Boulevard Ventura. Esta ruta era lenta, pero muy interesante, Mientras andaba, podía observar a personas que caminaban a lo largo de la calle y diversos comercios y negocios por el camino. Esto me dio una idea de los servicios a los que recurría la gente de ese vecindario. Me parecía que había un número muy alto de peluquerías, tiendas de ropa, consultorios de odontólogos estéticos y cirujanos plásticos, tiendas de decoración especializada y concesionarios de automóviles extranjeros. Llegué a la conclusión de que la gente que vivía alrededor de Hollywood tenía que cuidar más su apariencia y la impresión que harían sobre otros de lo que lo hacemos nosotros.En contraste, el nuevo yo del que escribió Pablo es el producto de un método piadoso de edificar la autoestima. De acuerdo con los criterios bosquejados en las Escrituras, las cosas no nos hacen más hermosos. En cambio, el carácter es la clave de la verdadera belleza y del valor propio. Efesios 4:25 al 32 enumera actividades que Dios considera importantes. Él quiere que...• seamos honestos y veraces con la gente que nos rodea;• guardemos nuestro genio bajo control y que si nos enojamos, procuremos resolver las cosas rápidamente;• trabajemos fuerte y que tengamos suficiente para compartir con los que tienen necesidades;• edifiquemos a otros con lo que decimos;• evitemos contristar al Espíritu Santo; eliminemos la amargura, las pendencias, la maledi¬cencia y toda clase de rasgos malos;• seamos bondadosos, compasivos y perdonadores.Tanto Dios como las personas espirituales consideran todas es¬tas acciones y cualidades como de verdadero valor.Si tienes problemas con la estima propia, reflexiona sobre tus orígenes: ¡fuiste creado a la imagen de Dios! Y medita en tu destino: ¡eres salvado por gracia! Entonces pide fervientemente a Dios que te dé sabiduría para que pienses de ti "con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno" (Romanos 12:3).

Un seudónimo.

Elena de White, Patriarcas y profetas (Florida, Buenos Aires: ACES, 2008), p. 692.

1. QUÉ ES LA AUTOESTIMA? ES PENSAR BIEN DE NOSOTROS MISMOS, ES QUERERNOS REALMENTE.2. ESTÁ FORMADA POR: SENTIR QUE VALGO COMO PERSONA POR LO QUE SOY, NO POR MI APARIENCIA O MIS

POSESIONES. SABER QUE PUEDO SER ÚTIL, QUE SOY COMPETENTE, QUE TENGO DONES O CARISMAS QUE PUEDO OFRECER O COMPARTIR CON LOS DEMÁS. SENTIR QUE TENGO DERECHO A SER FELIZ Y DISFRUTAR. ES LA SUMA DE: CONFIANZA Y RESPETO A MÍ MISMO.

3. LA IMPORTA NCIA DE LA A UTOESTIMA LO QUE UNA PERSONA PIENSA DE SÍ MISMO TIENE UNA GRA N INFLUENCIA EN LA MA NERA COMO ENCA RA SU DESTINO. DE ELLA DEPENDE : CÓMO SE RELA CIONA CON LOS DEMÁ S, CÓMO LE IRÁ EN SUS ESTUDIOS Y QUÉ TA N CREA TIVO SERÁ EN SU TRA BA JO, CÓMO RESOLVERÁ SUS PROBLEMA S Y LA S DECISIONES IMPORTA NTES QUE TOMA RÁ EN SU VIDA .

4. LA IMPORTA NCIA DE LA A UTOESTIMA SE HA INVESTIGA DO A FONDO QUE LA MA YORÍA DE LOS DESÓRDENES PSICOLÓGICOS Y A LGUNOS DE LOS FISIOLÓGICOS QUE PA DECEMOS, TIENEN SU ORIGEN EN UNA BA JA A UTOESTIMA . A LGUNOS DE LOS MÁ S DA ÑINOS SON: DEPRESIÓN A LCOHOLISMO NEUROSIS PORNOGRA FÍA SUICIDIO PROSTITUCIÓN DROGA DICCIÓN MA L TRA TO

5. TIPOS DE AUTOESTIMA: BAJA PASIVA BAJA AGRESIVA MEDIANA ALTA ¿DÓNDE ME CLASIFICO?6. AUTOESTIMA BAJA PASIVA Sin metas No se defiende Complace para ser aprobado No se halla Triste

Acomplejado FRACASO Inseguro Pasivo Temeroso Se ofende fácilmente LA GENTE DE BAJA AUTOESTIMA PASIVA, NO CONOCE NI RESPETA SUS PROPIOS DERECHOS Sufrido Derrotista Se aísla

7. AUTOESTIMA BAJA AGRESIVA Sin control Criticón Ofensivo Agresivo FRACASO Irresponsable Superficial Inseguro Impositivo Egoísta Envidioso EL PRESUMIDO, ENGREÍDO O PREPOTENTE TIENE EN REALIDAD UNA BAJA AUTOESTIMA. NECESITA SOBRESALIR, APARENTAR Y LLAMAR LA ATENCIÓN PARA SENTIRSE IMPORTANTE. LA GENTE DE BAJA AUTOESTIMA AGRESIVA, NO CONOCE NI RESPETA LOS DERECHOS DE LOS DEMÁS.

8. ¿QUE ES LA BAJA AUTOESTIMA? SON SENTIMIENTOS NEGATIVOS, INCONSCIENTES NO RESUELTOS, QUE OCULTAN UN ENOJO CONTRA OTROS Y CONTRA NOSOTROS MISMOS; PRODUCEN DOLOR, RABIA, TRISTEZA O DEPRESIÓN.

9. AUTOESTIMA MEDIANA Irresponsable Tímido Sale del Paso Conformista MEDIOCRE Indeciso Apático Del Montón Indiferente Metas Inconclusas Tibio Borrego Barco sin Timón No intenta cambiar Lo deja todo para Mañana

10. AUTOESTIMA ALTA Ama la Vida Piensa antes de hablar y actuar, es asertivo Controla su agresividad y sus instintos Se Adapta Responsable Activo FELICIDAD Confía en sí mismo Es Comprensivo Lleva las riendas de su vida Se defiende sin agredir Acepta sus errores y aprende de ellos Corrige sin lastimar Se siente bien consigo mismo Reconoce lo bueno en los demás

11. Las personas con Autoestima Alta: •No se siente ni más ni menos que los otros. •Se respeta a sí mismo y respeta a los demás. Nuestra Autoestima puede variar; un día sentir alegría, otro, tristeza y otras veces coraje o rabia. Influye nuestro estado de ánimo, lo que nos suceda, las personas que nos rodean, etc., sin embargo, al tomar conciencia de que nosotros somos responsables de restaurar nuestra autoestima, podemos recuperarla.

12. Formación de la Autoestima: LA AUTOESTIMA Y LA COMUNICACIÓN ESTÁN MUY RELACIONADAS EL EFECTO SERÁ POSITIVO O NEGATIVO FORMARÁ PARTE DE NUESTRA PERSONALIDAD, DE LA MANERA DE JUZGARNOS Y DE RELACIONARNOS CON LOS DEMÁS.

13. ¿CÓMO SE FORMA LA AUTOESTIMA? Daña • Crítica • Desprecio • Agresión • Ironía • Burla • No aceptación • Comparación • Indiferencia • Incomprensión • Rigidez • Amor condicionado • Sobreprotección Fortalece • Respeto • Reconocimiento • Apoyo • Confianza • Motivación • Aceptación • Compañía • Caricias • Comprensión • Criterio • Amor incondicional • Firmeza Padres, maestros, familiares y compañeros.

14. ¿Cuándo se formó la imagen que tengo de mí mismo? EN LA INFANCIA ESTÁ LA BASE DE LA AUTOESTIMA; EL NIÑO ES COMO UNA ESPONJA QUE ABSORBE TODO LO BUENO Y LO MALO SIN CAPACIDAD DE DISCERNIR Y PROTEGERSE. EN LA ADOLESCENCIA, LA AUTOESTIMA SE CONTINÚA O SE RECONSTRUYE; EL ADOLESCENTE QUE TOMA CONCIENCIA DE SU AUTOESTIMA, PUEDE COMENZAR A TRABAJAR CON ELLA.

15. Mecanismos de Defensa o Máscaras Sirven para protegernos y cubrir lo que no queremos que los demás descubran sobre nuestra personalidad. Es necesario trabajar en superar nuestros miedos y temores, para liberarnos de éstas, pues nos convierten en personas falsas y perjudican nuestras relaciones humanas.

16. Las Máscaras más Comunes Autoritarismo y Rigidez: Exige perfección y es inflexible. Prepotencia: Abusa de su poder y se siente superior. Controlador: Manipulación y chantaje. Cinismo: Presume de lo que debería estar El avergonzado. Agresivo Negación: No reconoce sus errores. Proyección: Señala sus errores en los demás. Justificación: Culpa a otros o usa pretextos. Racionalización: Se autoengaña.

17. Las Máscaras más Comunes Dependencia, evasión, retracción, sumisión, lambiscón. Masoquismo, víctima, depresión, El Pasivo parlanchín, chismoso. Chantaje, justificación, manipulación, payaso.

18. Más máscaras. La hipocresía y la mentira son máscaras que pueden utilizar tanto el agresivo como el pasivo, así como también la compensación con adicciones: drogas, alcohol, sexo, comida, materialismo, etc. Todas las máscaras tienen como centro la NEUROSIS, la cual se define como un estado de insatisfacción, enojo constante y falta de amor a uno mismo, a los demás, a Dios y a la vida.

19. ¿CÓMO SANAR LA AUTOESTIMA HERIDA Y LIBERARME DE MIS MÁSCARAS? DARNOS CUENTA. COMPRENDER Y PERDONAR. SANAR NUESTRO NIÑO HERIDO. EJERCITARNOS EN DESAPRENDER LO NEGATIVO. REEMPLAZAR IDEAS NEGATIVAS POR NUEVAS Y POSITIVAS. SER MÁS AUTÉNTICO, SER YO MISMO.

20. LO QUE DIFERENCIA AL SER HUMANO DE LOS ANIMALES ES: LA CONCIENCIA. LA CAPACIDAD DE ESTABLECER UNA IDENTIDAD Y DARLE UN VALOR. DEFINIR QUIEN ES Y DECIDIR SOBRE SU PROPIA VIDA.

21. FORMAS DE PROTEGER NUESTRA AUTOESTIMA: 1. Confróntalo. Hazlo responsable de lo que te dice. 2. Pregúntale sin temor: ¿Qué dijiste? 3. Los cobardes se retraen cuando te ven valiente y seguro de tí mismo, o quizá sea una mala comunicación que vale la pena aclarar. 4. Si hay algo de verdad en lo que te dice, acéptalo con madurez y pide disculpas sin sentirte humillado. Es de sabios reconocer errores y es de grandes pedir perdón.

22. Protege tu Autoestima: 5. No te comportes como mártir o víctima (pobre de mí). 6. No lo tomes como algo personal. Recuerda que la persona agresiva, tiene dentro un niño agredido, por lo tanto, tú no eres el blanco. 7. Ignóralo. Ve de quién viene. 8. No te pongas en el flechero. Nadie quiere estar cerca de gente cruel o desagradable. 9. Aprende a reírte de ti mismo. 10. No te tomes demasiado en serio.

23. Protege tu Autoestima: 10.No somos moneditas de oro. No podemos gustarle a todo el mundo. 11.Desahógate con un buen amigo. 12.Recuerda: NADIE TE PUEDE HACER SENTIR INFERIOR SIN TU CONSENTIMIENTO. NO LE DES LAS RIENDAS DE TUS EMOCIONES A NADIE.

24. Construcción y Reconstrucción de mi Autoestima. 1. Valórate por lo que eres. Haz una lista de tus cualidades, logros. aptitudes y Recuerda que todos somos importantes porque Dios no hace basura. Quiérete y acéptate.

25. Construcción y Reconstrucción de mi Autoestima. 2. Cuida tu apariencia y tu salud. Acepta y ama lo que no se puede cambiar. Si rechazas algo de ti, tu nariz, tus piernas, tu color, tu estatura, etc., se vuelven tus enemigos y causa de sufrimiento inútil. A veces por fijarte tanto en tu apariencia, te olvidas de lo esencial y dejas de apreciar todo lo bueno que tienes. En vez de lamentarte de lo que careces, aprende a disfrutar de lo que tienes. Valóralo y agradécelo.

26. Construcción y Reconstrucción de mi Autoestima. Reconoce tus errores y aprende de ellos. Los obstáculos , errores y deficiencias son parte de nuestra vida. Una buena autoestima nos permite reconocer nuestras limitaciones y defectos como un reto para superar, lo cual nos hace crecer y madurar. 4. Cuando te sientas triste o deprimido, no te encierres en tí mismo. Busca y pide ayuda. En las noches de tu vida recuerda que siempre sale el sol. 3.

27. Construcción y Reconstrucción de mi Autoestima. 5. Escucha tu voz interior. ¿Qué te dice a ti mismo? Ojo con las frases negativas “¡Ay no puedo!”, “Soy un tonto”, “No tengo pega”, etc. Haz higiene mental, piensa y habla bien de tí mismo ; “Soy importante”, “Soy valiosa”, “Tengo muchas cualidades”, etc. Cambia tus pensamientos negativos a positivos : “Me va a ir bien”, “Puedo arriesgarme”, “Sí lo voy a lograr”.

28. Construcción y Reconstrucción de mi Autoestima. 6. Refuerza tu identidad propia siendo cada vez más tú mismo. No busques en el clóset ajeno, lo que está en el propio clóset. No permitas que tu autoestima dependa de la opinión de los demás. Sé espontáneo y auténtico. Y libérate de tus máscaras. Desarrolla tu poder personal, confiando en tus propias fuerzas, “Puedo ser mejor”, “Tengo capacidad”, “Puedo hacerlo mejor”.

29. Construcción y Reconstrucción de mi Autoestima. 7. Reprograma tu vida como quieres ser. Construye tu realidad cada día con nuevas y positivas actitudes de vida: “La vida es bella” “Puedo elegir ver la vida de un modo diferente” “Puedo ser positivo” “Puedo aprender a disfrutar”.

30. Construcción y Reconstrucción de mi Autoestima. 8. Ten paciencia y comprensión contigo mismo y con los demás. “Estoy aprendiendo” “Puedo ser más paciente y tolerante” “Puedo aprender a escuchar a las personas” “Puedo ser más amable y servicial”. La gente amable es muy agradable.

31. Construcción y Reconstrucción de mi Autoestima. 9. Repara las ofensas cometidas y el tiempo desperdiciado y pide disculpas cuando sea necesario. El perdón sana las heridas y cura la autoestima. Perdónate a ti mismo y a los que te han ofendido

32. Construcción y Reconstrucción de mi Autoestima. 10. Vive conscientemente. Sé responsable de tu vida. Trázate metas, Avanza. Elige actividades y amigos que te hagan crecer. Ayuda a gente necesitada. Sube la autoestima quienes lo necesitan. Y TU ESPÍRITU SE LLENARÁ. a

33. Construcción y Reconstrucción de mi Autoestima. 11. Acércate a Dios y pídele su ayuda. Él te ama incondicionalmente, y te creó con un propósito. Tu vida es una misión que irás descubriendo, y realizarla con amor te hará feliz y le dará sentido a tu existencia.

34. En vez de preguntarte: Mejor pregúntate: ¿Cuánto me quieren? ¿Cuánto quiero a los demás? ¿Quién me hará compañía? ¿Quién necesita de mi compañía? ¿Quién me hará feliz? ¿A quién puedo hacer feliz? ¿Qué tiene el mundo para darme? ¿Qué tengo yo para darle al mundo?

35. APRENDE A PERDONAR SONRIE A LA VIDA MIRA HACIA ADELANTE HAZTE AMIGO DE TI MISMO36. CONVIVE CON AMIGOS SOLO NOSOTROS TENEMOS LA LLAVE PARA PODER CAMBIAR. MIRA TODO LO BUENO

QUE HAY EN TI37. SI DAMOS AMOR, RECIBIREMOS AMOR AMA LA VIDA ES EL MEJOR REGALO QUE DIOS NOS DA

LA AUTOESTIMA Y LA BIBLIADesde la antigüedad, las escrituras judío-cristianas han ofrecido varias de las mismas perspectivas reconocidas hoy día por los investigadores como beneficiosas para edificar la autoestima. La Biblia repetidamente menciona elementos del control y la eficacia propia, conectando el “hacer bien” con el “sentirse bien”.Por ejemplo, al hablar del semblante caído de Caín como respuesta cuando Dios estimó de mas valor el tributo de su hermano que el suyo preguntándole, “¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido?” (Génesis 4:6–7). La Biblia de las Américas pone la primera parte del versículo 7 de este modo “Si haces bien, ¿no serás aceptado?” Dios le dice a Caín que el hecho de no vivir a la altura del estándar esperado deja la puerta abierta a las emociones negativas, sino que debe seguir tratando de vencer o “gobernar” el fracaso para obtener el resultado deseado y obtener la retroalimentación que le guiará a un punto de vista positivo y justificado de sí mismo.Muchos asocian la autoestima con la vanidad o el orgullo. Sin embargo, lo que la Biblia desanima no es la autoestima en sí, sino una confianza excesiva de las capacidades propias o estima. La humildad es el remedio para la demasía o  la clase equivocada de autoestima. Filipenses 2:3 señala que “antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”.La evaluación de las habilidades propias de una forma realista es una formula contra el comportamiento antisocial, megalómano. No obstante, desanimar la vanidad que viene de sobreestimar la importancia propia o logros,  no invalida el placer de hacer bien y sentirse bien como resultado.El mensaje de la Biblia sobre el tema es consistente: se exhorta a tener control, el éxito es motivo de celebración  y el esfuerzo será recompensado. Con frecuencia la gente cita Eclesiastés 9:10 en este sentido,  aunque el aforismo puede sonar más cierto a medida que envejecemos y comenzamos a apreciar el tiempo limitado que cada uno de nosotros tiene: “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”.Del mismo modo, varios autores bíblicos desalientan la falta de esfuerzo. No existe recompensa por haber escogido abandonar alguna tarea debido a que se torna muy difícil o incierta: “NO nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos” (Gálatas 6:9, La Biblia de las Américas).Recibir elogio por nuestra destreza efectiva y el desarrollo de una habilidad puede dar mucho ánimo. Proverbios 3:4 observa que es posible, aun hasta deseable, el “hallar gracia y buena opinión ante los ojos de Dios y de los hombres”. Sin embargo, trabajar solamente por ese elogio, en lugar de por la meta de obtener destreza, puede ser una búsqueda fugaz, un espejismo. Gálatas 1:10 es uno de los muchos versículos que nos advierten en contra de buscar el halago de los demás. Pablo el apóstol escribe: “¿Qué busco con esto: ganarme la aprobación humana o la de Dios? ¿Piensan que procuro agradar a los demás? Si yo buscara agradar a otros, no sería siervo de Cristo.” (Nueva Versión Internacional).MARK J. [email protected]

UNA PERSPECTIVA BÍBLICA DE LA AUTOESTIMA CON UNA EXPLICACIÓN DE VERSÍCULOS CLAVES

Tomado de Apologetic Index por InternetDefiniciones del Diccionario Webster: Autoestima: Orgullo indebido acerca de uno mismoOrgullo: muy alta opinión de uno mismo; arrogancia

Humildad: ausencia de orgullo o ausencia de autosuficienciaLas explicaciones de los versículos bíblicos del Nuevo y del Antiguo Testamento que se incluyen en este estudio, detallan cómo nos ve Dios y cómo deberíamos vernos a nosotros mismos. Tomados en el contexto apropiado, las referencias bíblicas que se adjuntan, claramente indican que no hay base bíblica para la autoestima, el amor hacia sí mismo, la auto-aceptación, la auto-confianza, el perdón para uno mismo, una adecuada “auto imagen”, auto-apreciación, o cualquiera de los otros conceptos de sí mismo defendidos por

el sistema mundano de psicología. La respuesta bíblica para nuestros “problemas” emocionales es volverse del yo a Cristo ( y a Su Palabra que es totalmente suficiente). Versículos del Nuevo Testamento: Mat. 22:36-40. Jesús da dos grandes mandamientos:

(1) “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”.

(2) “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No hay un tercer mandamiento de amarnos a nosotros mismos. Jesús está diciendo: “como tú ya te amas a ti mismo”. La palabra “como” está usada en la misma forma en que se usa en Ef. 5:25,28,33, indicando un estado que actualmente ya existe, no un mandamiento. Jesús sabe que nosotros ya nos amamos a nosotros mismos y, por lo tanto, nos manda amar a otros con esta misma entrega.Luc. 10:25-27. Un ejemplo dado por Jesús para ilustrar el mandamiento de “amarás a tu prójimo como a ti mismo”, presenta una historia de sacrificio (no de amor a uno mismo) hacia alguien que era un objeto de odio: ¡un samaritano!Mat. 16:24,25. Negarse a sí mismo, significa decirse no a sí mismo, al yo; no afirmarse a uno mismo, auto-gratificarse o auto-engrandecerse.Luc. 9:23. Negarse a sí mismo, quiere decir darle muerte al yo, diariamente; no afirmarse a uno mismo, auto-elevarse o auto-estimarse.Mat. 20:26,27. Los grandes son los siervos, no los que son servidos.Mat. 23:11, 12. Los mayores son los que sirven; los humildes serán exaltados.Luc. 22:24-27. El siervo es el más grande, no el altivo. Luc. 14:26. Usted no puede ser un discípulo de Jesús, a menos que se niegue a sí mismo.II Tim. 3:2-5. Los “amadores de sí mismos” se incluyen en la lista con otros pecados “detestables”, cometidos por los calumniadores, los traidores, los abusivos, los engreídos, los soberbios; por lo tanto, la alta auto-estima, o sea el orgullo ¡es un pecado!Juan 12: 25. El que ama su propia vida (a sí mismo) perderá la vida eterna.Juan 13:16, 17. El servicio humilde es un mandato.Juan 15:5. Aparte de Dios, es decir, si usted se ama a sí mismo en vez de amar a Dios, usted no puede hacer nada.I Cor. 1:18,19. El mensaje de la cruz (la negación de uno mismo), es locura para los que se pierden, es decir para los que siguen la psicología de adorarse a sí mismos.I Cor 4:3-5. Nosotros podemos hacer juicios objetivos, pero aquellos juicios acerca de nuestro valor o estima pertenecen al Señor. I Cor. 13:2. Los defensores de la autoestima enseñan que debemos ser de valor a nosotros mismos a fin de poder amar a otros, pero Dios dice que nosotros no somos nada, a menos que y hasta que amemos a otros.I Cor. 13:4, 5. En la definición de lo que es y lo que no es el amor, dice: “no tiene envidia”, “no es jactancioso”, “no se envanece”, “no busca lo suyo”.II Cor 3:5. No somos competentes para hacer algo por nosotros mismos (la auto-suficiencia no funciona), sino que “nuestra capacidad proviene de Dios”II Cor 5:15. Viva para Cristo, a través del servicio humilde, no para usted mismo.II Cor 10:12,18. Mire a Cristo para compararse, no a usted mismo. Esto significa un rechazo al evangelio de la auto-estima.Ef. 38; I Tim. 1:15; Rom 7:24. !Suena como si Pablo tuviera un terrible problema de autoestima! Pablo reconoce su condición corrompida, que debe ser resuelta solamente a través del evangelio de la cruz, que es la actitud de un “humilde siervo”.Ef. 5:21. Sométanse unos a otros por amor a Cristo, es decir, con humilde sumisión, sin orgullo.Ef. 4:2. Se nos manda a ser completamente humildes y gentiles.Rom. 12:3b. No piense de usted mismo demasiado alto, sino con juicio sobrio. Note que Pablo no menciona tampoco la posibilidad de una baja valoración de uno mismo.Gál. 6:3,4. Una sobria evaluación debe hacerse no sobre la base de cómo está usted haciendo en comparación con otros, sino por compararse con las normas bíblicas y, por supuesto, las normas bíblicas enfatizan la humildad y dar muerte al yo (negarse a sí mismo), no inflando su auto-estima.I Cor 10:24. Nadie debería buscar jamás su propio bien, sino el bien de los demás.II Cor 11:30. Si uno se gloría, ¡gloríese en su debilidad!Fil. 2:3. No actúe motivado por intereses personales sino por el interés en otros, y con humildad.Heb. 13:17. Sométase a sus líderes espirituales y no a sus propios deseos.

I Pe. 5:5b-7. Sea humilde hacia otros, porque Dios resiste a los soberbios.Col 3:12. Los cristianos deben vestirse de humildad.Stg. 4:10. La humildad conduce a la estima, la estima que proviene de Dios.Luc. 6:31. La regla de oro: Jesús podía confiadamente hacer esta declaración porque Él ya sabía que nosotros ya nos amábamos a nosotros mismos, es decir, que si el odiarnos a nosotros mismos fuera nuestra condición natural (como los que se estiman a sí mismos nos dicen), entonces nos haría felices que nos trataran mal (a la vez confirmaría nuestros sentimientos de odio hacia nosotros mismos), y Jesús, por lo tanto, nos diría que tratáramos a otros con el mismo desprecio y odio que tenemos para nosotros mismos.Luc. 6:32. El hecho de que Jesús se refiere a los “pecadores” (es decir, los enemigos de Dios) como los que practican la filosofía de “Te amaré si tú me amas primero”, y la enseñanza de la auto-estima de que “Tú tienes que amarte a ti mismo antes de poder amar a otros”, debe ser rechazada, por lo tanto, como una doctrina impía.I Juan 2:16,17. Cuando el hombre se gloría de lo que tiene y hace, (es decir, auto-estima y orgullo) no actúa de acuerdo con la voluntad de Dios, sino “del mundo”.Fil. 2:5-8. Nuestra actitud debe ser el “sentir que hubo también en Cristo Jesús”, es decir, “que se despojó a sí mismo”, “tomó la forma de siervo”, “se humilló a sí mismo”, “haciéndose obediente hasta la muerte”. En general, uno debería tener la actitud de un siervo humilde, amoroso, listo a sacrificarse, compasivo, sumiso, obediente, valiente y santo, es decir, nada de egoísmos en absoluto, ¡solamente altruismo: interés por otros!.II Cor 12:6,7. Aunque a Pablo posiblemente podría permitírsele tener una llamada “sana” auto-estima, él rehusó gloriarse; Dios tampoco quería que Pablo tuviera una alta auto-estima, o arrogancia.Versículos del Antiguo Testamento:Gén. 18:27. Abraham, quien en este tiempo era ya un creyente, tenía una visión adecuada de sí mismo.Ex. 3:11,12. Dios no infló la auto-estima de Moisés, sino solamente le prometió estar con él.Jue. 6:14-16. Dios no infló la auto-estima de Gedeón, sino solamente prometió estar con él.Jue. 7:2. Dios redujo los soldados de Gedeón a un nivel ridículamente tan bajo, para que cuando obtuvieran la victoria ellos tuvieran que exaltar a Dios y no a sí mismos.Job 1:8b. La situación de Job, en la cual él podía gloriarse correctamente era el ser: “temeroso de Dios y apartado del mal”Job 25:5,6. Dios ve al hombre como un gusano, lo cual es difícilmente una enseñanza de alta auto-estima.Job 42:6. Una apropiada actitud hacia el pecado es despreciarse a sí mismo y arrepentirse.Prov. 22:4. La humildad y el temor del Señor traen honor y vida.Prov. 16:5, 18, 19. El orgullo conduce a la destrucción; es mejor ser humilde de espíritu.Prov. 18:12. La caída del hombre es el orgullo; se necesita humildad para tener estima y honor.Deut. 10:12. Dios requiere que andemos en humildad, que lo amemos y lo sirvamos.Deut. 8:17,18. Todo viene del Señor; por lo tanto, no debemos tener orgullo.Deut. 6:4-9. Tenga una orientación centrada en Dios, no centrada en usted mismo.Miq. 6:8. Dios requiere que andemos en humildad.Sal. 62:9. En la balanza de Dios el hombre pesa menos que nada; tiene un peso o valor negativo.Eze. 6:9; 20:43; 36:31. El pecado trae el engrandecimiento de uno mismo a “su propia vista”, es decir, se exalta la propia imagen. Entonces, la adecuada auto-imagen que debemos tener para no dejarnos llevar por el pecado deberá ser muy baja auto-estima, en vez de una auto-aceptación o amor a nosotros mismos.Isa. 41:24; 2:22. ¿Cuál es el verdadero valor del hombre? “Menos que nada” “?De qué estima es él digno?”Isa. 47:8,10,11. El orgullo y una alta autoestima llevan al desatre y a la calamidad.Jer. 1:6-9. Dios no infló la auto-estima de Jeremías, sino le prometió estar con él y poner palabras en su boca.Sal. 115:1. No busque la gloria para usted mismo, sino para Dios.Sal. 36:2. El hombre que se adula a sí mismo, que se estima a sí mismo, es incapaz aun de detectar su propio pecado, mucho menos de desecharlo.Sal. 34:18. El Señor obra en las vidas de los humildes, no en las vidas de quienes tienen alta auto-estima.Sal. 51:17. La verdadera adoración se realiza en humildad, no con una buena auto-imagen.Sal. 101:5b. Dios no tolera a los orgullosos, es decir, a los que tienen alta auto-estima.Isa. 6:5. Frente a la santidad de Dios, Isaías se rebajó a sí mismo, no se exaltó.Prov. 15:33. La humildad viene antes de recibir honra.Prov. 29:23. El orgullo, o sea la auto-estima, solamente rebaja al hombre, mientras que la humildad le da honra.

Prov. 6:16-19. El ojo altivo, o sea una mirada con orgullo, se halla en una lista juntamente con otros pecados que son detestables para el Señor.Prov. 8:13b. El Señor detesta el orgullo.Prov. 11:2. Con el orgullo viene la desgracia, mientras que con la humildad viene la sabiduría.Prov. 13:10. El orgullo alimenta las contiendas.Prov. 21:4. El orgullo es una característica de los perversos y es un pecado.Prov. 25:27. No es honorable el buscar el honor de uno mismo.I Reyes 3:5-9. La humilde petición de Salomón fue tener discernimiento y sabiduría, (no una alta auto-autoestima), la cual Dios honró con sabiduría, riquezas y la estima de parte de Dios.Prov. 26:12. Hay más esperanza para uno insensate que para un hombre con alta auto-estima, es decir un hombre sabio en su propia apreciación.Prov. 27:2. No te alabes a ti mismo, es decir, no te estimes altamente. Deja que otros lo hagan.Prov. 28:26. Los que tiene una buena auto-estima confían en sí mismos y, por lo tanto, son insensatos.Sal. 31:23. El Señor retribuirá a los altivos plenamente.Sal. 18:27. El Señor salva al humilde, pero rebaja al orgulloso.Sal. 138:6. El Señor mira favorablemente a los humildes y desfavorablemente a los orgullosos.Job 40:4. Job reconoce que él no tiene ningún valor ante los ojos de Dios.Jer. 9:23,24. No dejes que tus atributos sean la fuente para gloriarte, porque habrás escogido la razón equivocada para jactarte. La razón para que te gloríes !debe ser Dios! Cualquier cosa que tengamos proviene de Dios, no de nuestra propia acción, así que nuestras alabanzas deben ser para Dios. Alaba, pues, a Dios, no a ti mismo.Jer. 17:7,8. Un hombre feliz y libre de afanes es quien pone su confianza en el Señor, no en sí mismo. Debemos desechar la enseñanza de confiar en uno mismo, para confiar sólo en Dios.Isa. 66:2. La estima por parte de Dios (la única que cuenta) es para los mansos, los humildes y los que le temen a Él. Sal. 139:13-15. El salmista usa al hombre, que es la maravillosa creación de Dios, para exaltar al Creador, no para exaltarse a sí mismo, que es la creación.

Problemas de la autoestimaPocas cosas son tan difíciles como la valoración de un ser humano, pues nada hay más complejo y contradictorio que la personalidad de cualquier hombre o mujer. En cualquier caso pueden observarse cualidades positivas, valores indiscutibles, rasgos de carácter admirables. No podemos perder de vista que toda persona tiene una dignidad original, pues sigue conservando la imagen de Dios (Gn.   9:6 ), por más que en su conducta sobresalgan las inclinaciones propias de un ser moralmente caído.Pero al mismo tiempo -a menudo en la misma persona- se observan características poco o nada loables. Nuestros semejantes nos juzgan por lo que ven en nosotros, y ello nos mueve a aparentar lo que en realidad no somos o tenemos. Incluso cuando nos juzgamos a nosotros mismos nos cuesta ser sinceros y vernos tales como somos, con lo que damos una falsa imagen que dificulta nuestras relaciones con quienes nos rodean (en la familia, en la iglesia, en la esfera de trabajo, etc.). No obstante, también podemos minusvalorarnos al fijar de modo obsesivo nuestra atención en nuestros defectos y carencias. Es triste que un creyente se diga: «Soy una nulidad, un don nadie». Eso, además de triste, es falso, como veremos en la segunda parte de este artículo. Conviene, pues, ser objetivos y equilibrados, de modo que la imagen de nuestra persona y nuestra vida sea la que en nosotros ve Dios. A la luz de su verdad, consideremos esta delicada cuestión.Autovaloración por excesoEl apóstol Pablo ya previno a los creyentes de Roma para que no cayeran en un autoengaño reprobable: «que nadie tenga de sí más alto concepto que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura» (Ro.   12:3 ).Nada más falso y repulsivo que los aires de superioridad con que se mueven los arrogantes. Su modo de hablar, sus modales, su afán incontrolado de sobresalir entre sus semejantes, su deseo de dominarlos. En su opinión, sus conceptos son siempre los correctos; sus sugerencias, las más acertadas; quienes les contradicen no pasan de ser pobretones ignorantes. La realidad, sin embargo, es muy otra. El verdadero sabio entiende que «el temor del Señor es aborrecer el mal, la soberbia y la arrogancia» (Pr.   8:13 ).La vanagloria, a su vez, no es resultado de una ambición encubierta de la que no se es consciente. Tampoco es una reacción inconsciente para superar sentimientos de inferioridad (¡paradojas de la psique humana!). Pese a todo, cuando de algún modo uno se examina a sí mismo con objetividad y sinceridad, a la luz de la Palabra santa, ha de admitir la existencia en su vida de elementos claramente pecaminosos que Dios

condena: «Cualquiera que se ensalzare será humillado» (Mt.   23:12 ). Más tarde o más temprano, quien busca desmedidamente su propia elevación acaba abatido por su vanidad. La arrogancia siempre acarrea la desestimación de Dios y el rechazamiento de los hombres. ¡Cuánta verdad hay en las palabras del autor de Proverbios: «Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría» (Pr.   11:2 ; Is.   2:11 , Is.   2:17 )!En la Escritura hallamos ilustraciones impresionantes del fin de los arrogantes. He aquí unos botones de muestra: El rey Uzías, «cuando ya era fuerte su corazón, se enalteció para su ruina (...) entrando en el templo de Yahveh para quemar incienso en el altar». En su ensoberbecimiento, parece no tener suficiente con la corona real, por lo que usurpa una de las funciones reservadas exclusivamente a los sacerdotes. Y el juicio divino sobre él se manifiesta súbitamente con una lepra que desfigura repulsivamente su rostro (2   Cr.   26:16-21 ).No menos impresionante es la historia de Babilonia. El solo nombre de la gran ciudad, capital de un imperio, suscitaba terror. Babilonia se encumbró sobre los pueblos del Medio Oriente, pero fue abatida y humillada por el soberano juicio de Dios. Lo predicho por Isaías y Jeremías tuvo cabal cumplimiento (Is.   13:19 , Jer.   51:12-64 ). Sus profecías se resumen en un vaticinio sobrecogedor: «Babilonia, hermosura de reinos, y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios» (Is.   13:19 ). «He aquí, yo estoy contra ti, oh monte destruidor, que destruiste toda la tierra; extenderé mi mano contra ti y te reducirá a monte quemado.» (Jer.   51:25 ).En el Evangelio de Lucas encontramos la figura del fariseo engreído que oraba no a Dios, sino a sí mismo: «Te doy gracias, oh Dios, porque no soy como los demás hombres, ladrones, injustos, adúlteros (...) Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mientras que el publicano (cobrador de impuestos), de pie y a bastante distancia, no quería ni alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador» (Lc.   18:11-14 ). El primero, en su narcisismo religioso, rebosaba satisfacción, pero la aprobación de Jesús fue otorgada al segundo.Un último ejemplo aleccionador: la iglesia de Laodicea había caído en una presunción ridícula: afirmaba que era rica y de nada tenía necesidad; pero el Señor veía su situación real de modo muy diferente: «No sabes que tú eres un desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo» (Ap.   3:17 ). Ese contraste valida la máxima en boga en nuestros días: «Dime de qué te jactas y te diré de qué careces».Los ejemplos que acabamos de considerar nos deben llevar a examinarnos a nosotros mismos con realismo y humildad. Lo que importa no es lo que pienso yo de mí mismo. Lo que en definitiva vale es el juicio de Dios, «porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado, sino que el que me juzga es el Señor» (1   Co.   4:4 ). Partiendo de esa verdad deduce Pablo un elemento preventivo contra el envanecimiento (1   Co.   4:6 ). Si algo tengo, si algo me eleva y dignifica, todo es en último término un don de la gracia de Dios, «porque ¿quién te distingue o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieses recibido?» (1   Co.   4:7 ). Seguramente, el lector consciente de lo ridículo y peligroso de la arrogancia se esforzará en cultivar la virtud de la humildad. Deseo noble, pero no exento de errores. Una modestia mal entendida puede anular cualidades y talentos admirables que no deben ser negados, sino orientados y adecuadamente potenciados. Esto nos lleva al segunda punto de nuestro tema:Autoestima disminuidaMuchas personas se ven atenazadas por paralizantes sentimientos de inferioridad. ¡Qué profundo drama se oculta tras frases como «No valgo nada», «Para nada sirvo», «Soy un fracasado», «Cualquiera es más inteligente que yo»! La persona que hace ese tipo de declaraciones no se conoce bien a sí misma. Y aun menos conoce a Dios. Desde el principio, Dios quiso asociar al hombre a su obra de mantenimiento de la creación (Gn.   2:15 ), para lo cual le dio la capacidad necesaria. Y en la nueva creación los redimidos son hechos miembros del cuerpo de Cristo, la Iglesia. ¿Piensa alguien que esos miembros son puestos en la Iglesia como elementos decorativos? ¡En modo alguno! Su finalidad es realizar la obra que Cristo le ha encomendado: la predicación del Evangelio para la extensión de su Reino. No ha sido formada primordialmente para exhibición, sino para la acción. A tal fin se ha dotado a la Iglesia con los dones del Espíritu Santo.Es verdad que hay factores genéticos y ambientales que en gran parte determinan la formación de nuestro carácter, de nuestras capacidades y de nuestras propensiones; pero todo, en último término, está en las manos de Dios (véase el Sal.   139 , especialmente los versículos 13-18). Él lo controla y dirige todo por encima de cualquier otra circunstancia. Él sabe coordinar sus propósitos con el curso de su Providencia y la acción de su Espíritu, para la realización de sus planes, ello superando nuestras debilidades, carencias y resistencias. El pueblo de Israel había sido un fiasco como «siervo» de Dios; sin embargo, Dios le dice: «A

mis ojos fuiste de gran estima; fuiste honorable y yo te amé» (Is.   43:4 ). Ciertamente, mucho más importante que nuestra autoestima es la estimación de Dios. Así lo vemos en los ejemplos de tres hombres de la Biblia:MoisésLlamado por Dios para que pidiese al faraón la liberación de Israel, su primera reacción es negativa. Se siente incapaz de llevar a cabo tan descomunal empresa. Sus primeras palabras revelan lo pobre de su autoestima: «¿Quién soy yo para que vaya al Faraón y saque a los hijos de Israel?» (Éx.   3:11 ). «Quien soy yo?» He aquí la gran pregunta que ha inquietado a infinidad de seres humanos. Moisés se veía como lo que era: un proscrito en el desierto de Madián. Dios le explica minuciosamente lo que va a hacer por medio de él, pero nada le convence, y busca una excusa de mucho peso: «Señor, nunca he sido hombre de fácil palabra (...) porque soy tardo en el habla y torpe de lengua» (Éx.   4:10 ). ¿Qué podía esperarse de la gestión de un tartamudo en la corte del faraón? Pero la paciencia y la perseverancia de Dios acaba con la actitud negativa del escogido para ser el líder de su pueblo. Dios está por encima de nuestras valoraciones y de nuestros criterios racionalistas.JeremíasTambién este gran profeta opuso resistencia al llamamiento de Dios. Ante lo difícil del plan divino para su ministerio, sólo ve su inexperiencia y su debilidad. De ahí su negativa inicial: «¡Ah!, ¡ah, Señor Jehová!, He aquí, no sé hablar porque soy niño» (Jer.   1:6 ). ¿Niño? Probablemente usaba esta palabra para indicar que no tenía aún edad suficiente para asumir responsabilidades de carácter público. Por consiguiente, pensaría que carecía de autoridad para comunicar al pueblo la palabra de Dios. El Señor ya le había revelado su elección y su propósito de hacer de él su profeta; pero el joven Jeremías no ve el poder de Dios que le sostendría en medio de sus muchas pruebas. Sólo ve su insignificancia, su incapacidad para una obra propia de gigantes. Le faltaba mucho para entender que el poder de Dios se perfecciona en la debilidad de sus siervos y que «cuando soy débil, entonces soy fuerte» (2   Co.   12:9-10 ).TimoteoEl libro de los Hechos y las cartas de Pablo nos permiten conocer mucho de Timoteo. En ellas aparece un hombre convertido a Cristo en su juventud. Muy pronto después de su conversión aparece acompañando a Pablo en su segundo viaje misionero, y cerca de él se mantiene gozando de la estima del gran apóstol. Sin embargo, nunca se distingue por hechos espectaculares. Por su carácter, retraído y tímido, y por su juventud, siempre aparece en un segundo plano. No obstante, su vida y su ministerio fueron de un valor extraordinario en la causa del Evangelio. Con todo, parece que siempre tuvo que enfrentarse con problemas de autoestima. Pablo tuvo que animarle cuando se veía demasiado joven («Nadie tenga en poco tu juventud» (1   Ti.   4:12 ) o cuando el temor dificultaba su ministerio (2   Ti.   1:6-9 ).ConclusiónComo hemos podido ver, es difícil lograr una imagen equilibrada de nuestro yo. Factores como la herencia transmitida por vía genética, la historia biográfica de cada uno, las aspiraciones más valoradas, todo contribuye a la formación del carácter y a la determinación de la conducta; pero el cristiano tiene recursos sobrenaturales que le proporciona la gracia de Dios mediante la acción del Espíritu Santo. Por la fe en Cristo, el creyente es hecho una nueva creación, una imagen renovada de Cristo (2   Co.   5:17 ). Ello hace posible vivir conforme a «la mente de Cristo que nos ha sido dada» (1   Co.   2:16 ). Que sea posible no significa que en nuestra conducta actuemos siempre como lo haría Cristo en nuestro lugar. Siempre viviremos en tensión: lucha de la carne contra el espíritu, y no siempre el conflicto se resolverá victoriosamente. Pero si de veras queremos agradar al Señor buscaremos conocer su pensamiento a través de la Escritura; oraremos pidiendo su ayuda para reproducirlo en nuestros criterios, en nuestros sentimientos, en nuestras reacciones, buscando no nuestro bienestar o ensalzamiento, sino su gloria. Cuando eso sea una realidad en nuestra vida veremos que lo verdaderamente importante no es la propia imagen, sino la imagen de Cristo reproducida en nosotros. Que el mundo pueda verla claramente en nuestro vivir diario.José M. Martínez

COMO SANAR LA AUTOESTIMA Algunas personas tienen un concepto muy bajo de sí mismos, se comparan con otros y casi siempre sobre valoran a los demás mientras ellos se desvaloran. Se ven al espejo y generalmente se concentran en sus defectos ignorando casi por completo sus virtudes.Cuando conversan con otros es común que hablen de sus aspectos negativos menospreciándose a sí mismos, y aunque los otros traten de convencerlos de que son más sus virtudes que sus defectos, ellos no lo aceptan porque se han hecho una imagen bastante distorsionada de lo que realmente son.

La Biblia nos enseña que el Rey Saúl tenía problemas con su autoestima. Se consideraba más pequeño que los demás, proveniente de la familia menos importante y descendiente de la tribu más chica de Israel. 1º. Samuel 9:21; 15:17. Aunque era más alto que todos los demás hombres y llamado por Dios para ser el rey de el pueblo escogido, y además ungido para cumplir con su misión y, aunque Dios lo tenía en alta estima, su baja autoestima lo hacía verse como una persona insignificante.CUALES SON ALGUNAS SEÑALES DE QUE UNA PERSONA TIENE BAJA SU AUTAESTIMA1. Tiene un concepto muy bajo y una pobre opinión de sí mismo. 2. Padece más temores que el resto de las personas. Como se considera inferior y menos capaz que los demás, piensa que no está preparado para desenvolverse de forma normal como ellos, razón por la cual, trata de evitar situaciones comprometedoras para él, tal como reuniones sociales, hablar en público, liderar personas, tomar decisiones, etc. 3. A veces se niega a enfrentar nuevos desafíos y oportunidades de superación porque cree que no está capacitado para enfrentarlos.4. Tiende a ser tímido y huye de los compromisos sociales.5. Frecuentemente habla de sus defectos con las demás personas aun cuando éstas no se lo pregunten.6. Manifiesta envidia y molestia hacia aquellas personas que triunfan más que él.7. Sufre profundamente cuando lo critican.8. Tiene el hábito de compararse constantemente con otras personas.9. Supone que todos lo menosprecian, por lo que generalmente se mantiene a la defensiva.10. Paradójicamente, muchas veces, la persona con baja autoestima se torna arrogante, pretenciosa, autosuficiente y atropella a los demás. Da la impresión de tener una autoestima muy alta, pero lo que en verdad sucede es que trata de protegerse de los demás dando la apariencia de ser fuerte. EFECTOS DE LA BAJA AUTOESTIMAEntre los efectos más comunes de la baja autoestima pueden señalarse los siguientes:1. Autorrechazo. Debido a que la persona encuentra en sí mismo más defectos que virtudes, mientras que de otros ve más las virtudes, tiende a sentirse profundamente insatisfecho e incómodo con su manera de ser. Algunas veces llega hasta sentirse resentido con Dios porque no lo hizo como a los demás.2. Rechazo. No solamente se rechaza a sí mismo sino que también rechaza a otros porque siente envidia de ellos y no puede soportar que estén mejor que él. 3. Inseguridad. Por lo general la persona piensa que otros están mejor preparados que él para realizar las tareas cotidianas, por lo que decide apartarse y dejar que los demás hagan lo que a él le corresponde. Esta inseguridad se manifiesta frecuentemente como celo hacia su pareja ya que piensa que su cónyuge podría cambiarlo por alguien mejor que él. 4. Infelicidad. Obviamente toda esta manera de percibir su entorno le impide disfrutar la vida y ser feliz. Desafortunadamente también impide que sean felices todos aquellos que están a su alrededor. Naturalmente, las personas al sentirse afectadas se alejan de él y entonces sus temores se vuelven realidad y su autoestima se daña aún más.5. Inadecuadas relaciones interpersonales. Es bastante común que la persona trate pésimamente a los otros debido a que no está satisfecho con sigo mismo, y por supuesto que no lo está con los que le rodean. Probablemente llegue hasta culparlos por su condición y a descargar su frustración en ellos. 6 .Estancamiento. Es casi imposible que la persona alcance a desarrollar todo su potencial si no sana su autoestima. El rey Saúl interrumpió el programa de Dios para su vida y no permitió que lo llevara hasta donde Él quería. El pobre concepto que tenia de sí mismo no le permitió creer que Dios lo respaldaría si hacía su voluntad. Murió antes de cumplir con el propósito para el que fue llamado. 1º. Samuel 31:4.

                       RAZONES POR LAS QUE SE DAÑA LA AUTOESTIMAPara cada uno la razón y el momento en que se dañó su autoestima puede ser diferente; sin embargo las siguientes son algunas de las más comunes.1. La autoestima puede haber sido dañada en la niñez. En 2º Samuel 4: 4; 9: 6-8 la Biblia nos cuenta de un nieto del rey Saúl llamado Mefiboset que fue herido a la edad de cinco años cuando la nodriza que lo cuidaba trataba de esconderlo de los Filisteos que habían asesinado a su abuelo y a su padre Jonatán, y mientras corría, Él se cayó y quedo cojo. A raíz de esto, se le bajó tanto su estima que a pesar de que era un príncipe, se consideraba un perro muerto. De la misma manera a algunas personas se les dañó su autoestima cuando eran apenas unos niños porque se les dijeron palabras negativas, de menosprecio, y tan hirientes que marcaron su vida para siempre. Cuando una expresión que ridiculiza la dignidad del individuo es

pronunciada por una personade autoridad como es un padre, el pequeño la acepta como verdad y ajusta su auto concepto a la opinión vertida sobre él. Si le dijeron que es tonto, inútil, incapaz, inferior, etc., El crecerá creyendo que es así, se comportará como tal y desarrollará un sentimiento de inferioridad que lo acompañara hasta que sea sanado. 2. La comparación con otras personas. En la familia y en los círculos sociales, suele compararse a unas personas con otras. Es común que un padre le diga a su hijo que debe ser tan bueno para estudiar o para trabajar como su hermano. Claro que esto se hace con el fin de motivarlo a dar más de si, pero el resultado es que se fomenta un complejo de inferioridad en el individuo y se le enseña el mal hábito de andar comparándose con otros. De esta comparación resulta un desequilibrio en su autoestima que lo puede hacer sentir que es inferior a las otras personas.3. Sobre valorar los defectos, desvalorando las virtudes. Cuando se tiene una actitud no muy positiva de sí mismo se puede caer en el error de amplificar lo malo en tanto se minimiza lo bueno, y de tanto hacer lo mismo la persona llega a convencerse que no es tan bueno como los que le rodean y termina por auto despreciarse. 4. Fracasos. Si las circunstancias se han presentado difíciles y no ha sido posible triunfar, la persona puede alojar el pensamiento que el fracaso se debe a que el es inútil e incapaz de sobresalir; obviamente esto afecta enormemente su valoración. 5. Sentimientos de culpa. Cuando se está consciente que se ha hecho lo malo y se ha ofendido a Dios, es inevitable que aflore un fuerte sentimiento de culpa que hace sentir a la persona que es sucia, que es inferior a todo el mundo y no merece nada bueno. Aparece la voz acusadora de la conciencia que no nos deja tranquilos y no queda otra alternativa que declararnos culpables, es entonces cuando nuestra buena imagen se desmorona. Es muy probable que la causa principal de la baja autoestima sea el no haber recibido el extraordinario perdón de Dios.Cuando la primera pareja Adán y Eva no habían desobedecido a Dios, caminaban tranquilamente por el huerto y platicaban con El cada día; pero cuando el pecado entró en su corazón, sintieron temor y vergüenza de presentarse ante su creador y prefirieron esconderse sintiéndose indignos e inmerecedores de su presencia. Su autovaloración cambió drásticamente por no hacer lo recto ante su Señor. PASOS PARA SANAR LA AUTOESTIMA1. Aceptar que somos creados como seres únicos, diferentes a los demás. No somos inferiores a nadie, simplemente somos diferentes. Dios nos ha hecho con nuestras propias cualidades que nos distinguen y nos ha dado capacidades a todos, a unos para una cosa y a otros para otra; lo que yo no puedo hacer, usted lo puede hacer, y lo que usted no puede hacer quizás yo puedo hacerlo. De esta manera nos complementamos en vez de competir. En lugar de compararnos y envidiarnos debemos descubrir cuáles son nuestras habilidades y ayudarnos mutuamente. No debemos menospreciar a nadie ni aceptar que nos menosprecien, todos somos necesarios y provechosos, todos somos importantes. Es como el dilema de el huevo y la gallina, ¿Cuál es más importante?, los dos, porque no habría huevo si no hubiese gallina y no habría gallina si no hubiese huevo.Cuenta una anécdota que un arrogante antropólogo llegó al campo para realizar algunas investigaciones y le pidió a un campesino que le ayudara a cruzar el río en su balsa. Mientras navegaban, el doctor le preguntó al humilde obrero si sabía leer, cuando le contestó que no, el profesional le dice ¡Cuánto lo siento, ha perdido usted una cuarta parte de su vida!. A continuación le preguntó si sabía escribir, y cuando le contesta que no, le vuelve a decir ¡Cuánto lo siento, ha perdido usted otra cuarta parte de su vida!. De inmediato le continua preguntando si tiene dinero y si ha viajado por muchos lugares del mundo, y cuando el sencillo hombre le responde que no, le dice !cuanto lo siento ha perdido usted otra cuarta parte de su vida!. De repente, una fuerte corriente golpea el bote y le da vuelta, lanzando a los dos ocupantes al agua. El jornalerocomienza a nadar tranquilamente hacia la orilla y le grita al asustado antropólogo ¿puede usted nadar? Con dificultad por el agua que ya estaba tragando le contesta que no puede. Entonces le dice el campesino ¡cuanto lo siento, ha perdido usted toda su vida! Recuerde esta verdad nadie es más que nadie y nadie es menos que nadie solo somos diferentes. 2. Darle gracias a Dios por lo que somos 1ª Tes. 5: 18. En vez de estar protestando por la forma en que Dios nos hizo, demos gracias porque un propósito tiene El para nosotros al hacernos como somos. No envidie el cuerpo que otro tiene, o el auto o la casa o el trabajo o la comodidad. Dios le ha dado a usted lo que a usted le sirve, lo que necesita. Alégrese por ser como es y tener lo que tiene. Dios nos ordena que no codiciemos los bienes ajenos Éxodo 20:17. y también nos dice que la envidia carcome los huesos. Proverbios 14;30. De igual manera se nos manda estar agradecidos por todo. Efesios 5:20. Cuando se haga el hábito de

agradecer a Dios, descubrirá innumerables cualidades que usted tiene y se sentirá satisfecho de ser quien es.3. Renunciar a los etiquetamientos y valoraciones que hemos recibido de otros. Usted sabe que la mayoría de conceptos vertidos sobre usted son falsos porque contradicen la palabra de Dios. Todo lo que no está de acuerdo con la opinión de Dios es falso, no es real y no merece ni siquiera tomarse en cuenta. No importa quién le haya dicho esto o lo otro, si no es conforme a lo que su Creador piensa de usted, deséchelo inmediatamente, no vale la pena. Así como no se atrevería a guardar basura en su casa, no se atreva a guardar en su mente las mentiras que le han dicho. Renuncie a ellas ahora mismo. 4. Aceptar la opinión de Dios respecto a nosotros Jueces 6:13-16. Cuando Dios se le acercó a Gedeón para llamarlo como libertador de Israel le dijo “el Señor es contigo varón esforzado y valiente”; y después le dijo “tu salvarás a Israel con esta tu fuerza” y después le afirma “tu derrotarás a Madian como a un solo hombre”. Pero Gedeón no le creía a Dios por eso Él tuvo que convencerlo. Al final creyó, y tal como Dios le había dicho,triunfó sobre sus enemigos y lideró a su nación por 40 años. La Biblia dice en Romanos 3:4 que todo hombre es mentiroso y solo Dios es veraz. A llegado el momento de creerle a Dios. Lo que Él dice es que usted es de gran estima para El y que él lo valora tanto que dio a su único Hijo para salvarlo. Isaías 43:4; Juan 3:16. Suponga que ningún ser humano lo valorara como se lo merece; pero si el Soberano y Todopoderoso Dios lo valora y lo estima ¿no sería eso suficiente? Vamos, alégrese, sonría, usted es importante para el Ser más importante, levante sus ánimos, Dios confía en usted. 5. Evitar auto compadecernos. 2º Samuel 9: 8. En la medida en que sintamos lástima de nosotros mismos, nuestra autoestima se estará deteriorando; por eso es necesario que pensemos que somos fuertes, capaces de superar cualquier obstáculo y no pensar que somos unos pobres débiles que merecen la compasión de todos. No. Usted ha recibido una extraordinaria fortaleza de Dios desde el día en que el Espíritu Santo vino a morar en usted. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de amor, de poder y de dominio propio”. 2ª. Timoteo 1:7. No defraude al Espíritu Santo quejándose de sus debilidades. Fortalézcase en el Señor y en el poder de su fuerza. Efesios 6:10.6. Aceptar nuestras limitaciones. Si bien es cierto que Dios nos ha dado muchas capacidades, pero no nos ha hecho todo poderosos. Usted y yo tenemos muchísimas limitaciones. Existen cantidad de cosas que no podemos hacer; pero esto no significa que somos inferiores, solo significa que somos humanos. Aceptemos gustosamente nuestras limitaciones y no nos amarguemos la vida porque no logramos hacer todo. 7. Hacer todo con excelencia 1ª Corintios 9: 24. En diversas ocasiones nos sentimos mal porque no hemos hecho bien las cosas y somos conscientes que por no habernos aplicado a fondo en nuestro desempeño, no hemos logrado el máximo grado de calidad en lo realizado. Es obvio que después de un tiempo considerable de estarnos reprochando el maltrabajo lleguemos a creer que esto se debe a que somos inferiores, cuando en verdad todo se corregiría si ponemos un poco más de nosotros para estar satisfechos con el nivel de eficiencia logrado. 8. Perdonar y ser sanado de nuestras heridas Colosenses 3: 13. Como se mencionó anteriormente, pude ser que haya sido maltratado por sus padres o por otras personas importantes para usted quienes dañaron su autoestima, y ahora sin proponérselo, y tal vez sin ser consciente de ello, guarda resentimiento hacia estas personas. Es probable que el dolor de estas heridas no se sienta permanentemente; sin embargo sí se manifiesta cuando recuerda lo sucedido. Esto indica que guarda resentimiento que necesita sacar de su corazón para ser feliz y la única manera de lograrlo es perdonando a los que le han ofendido. Si le ha tocado padecer lo mismo que José al ser maltratado por sus hermanos, la solución es hacer lo que El hizo. Piense que quienes lo dañaron no lo hicieron con mala intención si no porque ellos también estaban heridos y no sabían cómo ser sanados, no tuvieron la oportunidad que usted tiene ahora de recibir ayuda. Compréndalos y tome la decisión de perdonarlos. Pídale a Dios que le ayude a perdonar así como Él lo ha perdonado sin merecerlo. Cuando perdone será libre de las cargas que ahora le mortifican. 9. Confesar y pedir perdón por nuestros pecados. La única manera de ser libre de la culpa es recibiendo el perdón de Dios. Reconozca que lo ha ofendido, confiésele su pecado, dígale que está arrepentido de haber hecho lo malo y que está decidido a cambiar. La Biblia dice que si encubrimos nuestro pecado no prosperaremos pero si lo confesamos y nos apartamos alcanzaremos misericordia. Proverbios 28:13 y también declara que si confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonar nuestro pecado y limpiarnos de toda maldad. 1ª. Juan 1:9. Ahora mismo tómese un momento para hablar con Dios, Él lo ama y quiere perdonarlo y bendecirlo ahora.