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    Philosophia 71 I 2011 I pp. 37 a 57

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    loS DilogoS SobrE

    rEligin natural DE humE:eltesmomoralolaUtoPadecleantes1

    Dat A. bArAnzelli

    rsum: En ete artculo procuro elucidar el vnculo que David Hume e-tablece entre religin y moral en los Dilogos sobre religin natural(1779).A la luz de esta temtica pueden diferenciarse tres especies de religin: el

    temo mitigado, la religin vulgar y el temo moral. La primera variedadevita toda injerencia en la vida moral de las personas, en tanto que las dos

    ltima apiran a regular el comportamiento. Por otra parte, i tomamo encuenta el criterio de su eistencia efectiva, el agrupamiento cambia: slo los

    dos primeros tipos se dan en la realidad emprica, mientras que el tercero

    e un mero paradigma epeculativo. Para eta claicacin tripartita reul-ta eencial, adem, la diquiicin acerca de la naturalea divina. Ahora,en el marco de esta taonoma, mi hiptesis central es que para Hume el

    temo moral e un mero tipo ideal con el cual alguno telogo fantaean.

    Paaas cavs: Hume, Religin, Moral, Naturaleza divina

    Astact:In this article we will try to eplain the relationship between moral-

    ity and religion in Humes Dialogues Concerning Natural Religion(1779). Inlight of this matter I distinguish three kinds of religion: weak theism, popu-

    lar religion and moral theim. The rt ort avoid getting into moral life.The econd and the third type expect to regulate human behavior. On theother hand, if we consider the effective eistence criterion, the combination

    change. Only the two rt ind of religion have empirical reality, while thethird type i jut a imple peculative paradigm. Beide, the debate overdivine nature i crucial for the tripartite claication we propound. In the

    contet of this taonomy is our hypothesis that according to Hume moraltheim i jut an ideal model fancied by ome theologian.

    Ky wods: Hume, Religion, Moral, Divine Nature

    1) Ete trabajo urge en el marco del eminario de doctorado Lo Dilogos sobre religin naturalde Hume en contexto y perpectiva, dictado durante el egundo cuatrimetre de 2008 por la Dra.Beatri von Bilderling en la Facultad de Filoofa y Letra de la UBA. su clae fueron un invaluableapoyo en la lectura de ea obra compleja y atrapante.

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    1. idcc

    Al comienzo de su ensayo De la supersticin y el entusiasmoHume sostie-ne que la corrupcin de las mejores cosas engendra las peores2. En dichocontexto la mxima reere a una dicotoma que contrapone la verdadera re-ligin a la fala, y a ta como reultado de la degradacin de aqulla. A par-tir de la consideracin de este precepto Sofa Calvente sostiene que Hume

    contrapone do tipo de religioidad: la verdadera y la fala. segn la autora,la primera consiste en la adhesin a la ideade un ser superior3 que nada

    dice obre u naturalea. se tratara de una creencia depojada de toda ma-nifestacin ritual y organizacin institucional; y sera un modelo meramente

    penado, in ninguna intanciacin emprica. En cambio, toda la religione

    efectivas supersticiosas y entusiastas- seran epresiones degradadas deee modelo lo oado.Ahora bien, egn mi entender, la interpretacin de Calvente e perfectible.

    En alguna medida ete artculo e un intento por optimiar ea clave de lectura.Para mi investigacin tomo como teto de referencia los Dilogos sobre

    religin natural(1779), fundamentalmente u tre captulo nale. All meinteresa sobre todo esclarecer los trminos en que se plantea la discusin en-

    tre Filo vocero del autor-4, Demea y Cleantes en torno a la articulacin entre

    moral y religin. A la lu de ete criterio pueden diferenciare, al meno5, tresespecies, y no dos, de religin: el tesmo mitigado, la religin vulgar y el tes-

    mo moral, encarnada por cada uno de lo protagonita repectivamente.La primera variedad evita toda injerencia en la vida moral de las personas, entanto que la do ltima apiran a regular el comportamiento humano. Porotra parte, si tomamos en cuenta el criterio de su eistencia efectiva, el agru-

    pamiento cambia: slo los dos primeros tipos se dan en la realidad emprica,mientra que el tercero e un mero paradigma epeculativo. Aimimo, paraeta claicacin tripartita reulta eencial, adem, la diquiicin acerca dela naturalea divina.

    Ahora, vale aclarar que la taonoma recin presentada cumple un papelauxiliar, aunque neceario, en ete trabajo. En realidad, mi hiptesis central

    2) HUME, David, De la uperticin y el entuiamo, in Ensayos polticos, trad. Car ArmandoGme, Madrid, Tecno, 1994, p. 613) CALVENTE, s., Foratero en un pa extrao. La verdadera y la fala religin en la loofade Hume, in DURN, C. y HEBRARD, A. (comp.), Actas de las VI Jornadas de Investigacin enFilosofa para Profesores, Graduados y Alumnos, La Plata, Edicione Al Margen, 2008, Tomo I, p.1414) Si bien no resulta sencillo dilucidar qu personaje de los Dilogos representa la postura deHume, parto del upueto de que ee protagonita e Filo. Comparto eta hiptei con todo lointrprete aqu citado.5) Quiz eistan para Hume otras variedades de religin que aqu no menciono, pero entiendoque las opciones que tomo en cuenta son las que mejor representan las variantes relevantes parael aunto de ete artculo.

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    radica en demostrar que Filo considera inviable desde los puntos de vista

    terico y prctico una creencia teolgica capaz de fundamentar la tica hu-

    mana. En otra palabra, Hume otiene que el temo moral e un merotipo ideal con el cual alguno telogo fantaean. Entiendo que te e unaspecto fundamental de la tica humeana, visto que ella procura liberarse de

    lo mandato religioo. En el mimo entido, John Immerwahr propone unalectura conjunta de dos ensayos de Hume, Del suicidio y De la inmortalidad

    del alma, como parte de un nico argumento para probar que la moral e in-dependiente de la religin6. Luego, en el ltimo pargrafo del artculo, u autorseala que el Hume de los citados ensayos y el Filo de los Dilogosapoyan

    con raone complementaria ea concluin. Mi ecrito retoma, conrma ycompleta esa lnea de investigacin, al ocuparme de los Dilogos, teto que

    Immerwahr aborda de manera tangencial.Ahora, si bien hay consenso general acerca del carcter secular de la ticahumeana, la interpretacione dicrepan en cuanto al ignicado y al alcancede lo argumento egrimido por el lofo ecoc. La obra a la que aqume dedico e particularmente compleja en ee entido. Exiten, pue, inter-pretacione divera a la ma. La dicutir en el momento oportuno, ya queveran obre aunto ubidiario a la temtica principal de mi artculo.

    2. E es d de F

    La confrontacin entre Filo y Cleantes inaugura los Dilogosy persiste alo largo de cai todo u devenir. A primera vita, lo deacuerdo entre Filo yCleante parecen dominar la dicuin de principio a n. sin embargo, exiteun punto de acuerdo positivoentre eo do peronaje. Depu de defen-der contra viento y marea el argumento del designio, Cleantes consigue que

    hacia el nal de la eccin X Filo acepte que la caua del univero e un eruperior dotado de inteligencia.

    Podra penare que el giro de Filo e orpreivo. En verdad ya en la ec-cin III Cleantes presenta su propuesta teolgica de una manera que deja

    a Filo, provisoriamente, sin palabras7. En ea ocain el maetro de Pnloabandona el intento de persuadir a su contrincante mediante un argumento

    que discurra por medio de una cadena de inferencias analgicas a partir de

    6) IMMERWAHR, J., God and Morality in Hume suppreed Eay, in International Studiesin Philosophy, XI (1979), pp. 91-1027) La eccin III no e la nica que permite vilumbrar el giro de Filo. M adelante, hacia el nalde la quinta parte, Cleantes se muestra satisfecho porque aqul no es capaz de deshacerse de lahiptei de un deignio en el univero (HUME, D., Op. cit., V, p. 92).No es mi intencin analizar los pormenores de esta cuestin, sino hacer una presentacin generaldel tema. Vae el tercer captulo de lo Dilogosy tambin LOGAN, B., The Irregular Argument inHume Dialogue, in TWEYMAN, s. (ed.), David Hume. Critical Assessments. Volume V: Religion,London y New Yor, Routledge, 1995, pp. 227-243.

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    datos empricos, y elige un camino apartado de -aunque no opuesto a- las

    reglas de la razn eperimental8. La manera de convencer a Filo e exhortarlo

    en el plano enitivo, ante que en el intelectivo. Al coniderar la coordinadadisposicin teleolgica de las partes del universo, la idea de una deidad que

    le imprime un designio se impone inmediatamente con un mpetu semejante

    al de una sensacin9.Pero no e hata el ltimo prrafo de la eccin X que Filo manieta u

    aceptacin de la hiptesis testa respecto de los atributos naturalesde la dei-

    dad10. Luego, en la eccin XII, Filo eala que la ciencia naturale contribu-yen, sin proponrselo, a la creencia religiosa en un ser de poder e inteligencia

    uperlativa capa de producir el mundo, pueto que decubren la nalidady la ligan de toda u parte. La contemplacin y el etudio del orden

    natural aportan prueba (indirecta y no denitiva, e decir, racionalmenteincompleta) de la exitencia de Dio. Con todo, Filo y Cleante confan enque, planteado en eo trmino, el temo e irreitible. Y Cleante aa-de que en este asunto la suspensin del juicio tampoco es practicable11. Enefecto, la epojlo e logra mediante raonamiento articioo y no puedesostenerse con constancia en oposicin a tan convincentes apariencias12.Por cierto, aclara Filo, hay que reconocer que eisten notables diferencias13

    entre la inteligencia humana, probada causa de las manufacturas, y la supre-ma, hipottica caua ltima del univero.

    Ahora bien, Filo eala que e intil pretender mayor rigor en la formu -lacin de la hiptei religioa. Cuando indagamo acerca de la caua del

    mundo natural, la upenin del juicio no e una opcin viable. Tampoco laexactitud. Toda dicuin ulterior e meramente verbal, pue el grado de lacualidade no e cuanticable. La dicrepancia entre un telogo y un ateo epuramente terminolgica, o ea, iluoria. Ambo aceptan, dice Filo, que lacausa del orden y la estructura del mundo natural es un principio en menor

    o mayor medida anlogo a la inteligencia humana, pero mientras uno lo de-

    8) No obtante el entendimiento no jutica un pao de premia a concluin, reulta neceariopara aprehender el orden teleolgico que la experiencia no revela.9) HUME, D., Dilogos sobre religin natural, trad. Edmundo OGorman, Mxico, FCE, 2005, III,p. 7510) [C]uando diputamo acerca de lo atributos naturalesde la inteligencia y del designio, hubede echar mano de toda mi utilea ecptica y metafica para eludirte. En mucho apecto deluniverso y de sus partes, especialmente stas, la belleza y el ajuste de la causas nales nosdeslumbran con una fuerza tan irresistibleque todas las objeciones parecen (y eso creo que enrealidad on) imple utilea y oma. Y no podemo entonce imaginar cmo fue poible quehiciramo aprecio de alguna de ella. (HUME, D., Op. cit., X, p. 132. Curiva aadida.)11) Ya en la primera parte Cleante otiene que ateo y ecptico on casiinnimo (HUME, D.,Op. cit., I, p. 55. nfai aadido.); y luego aade que a como nadie puede otener con eriedady contancia el ecepticimo, tampoco eran mucho lo ateo convencido.12) HUME, D., Op. cit., XII, p. 15013) HUME, D., Op. cit., XII, p. 151

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    nomina Dios, el otro evita utilizar ese vocablo14. Filo llega a decir que el ateoslo lo es nominalmente, y no puede nunca serlo en serio15. La dicuin

    entre el telogo y el ateo e inconducente. El punto de encuentro entre etopresuntos rivales es la tibia religiosidad de Filo, a la que con Bada Cabrera

    denomino tesmo mitigado16.

    Hacia el nal del dilogo Filo reume el contenido de u teologa natural enla siguiente proposicin: la causa o causas del orden en el universo proba-

    blemente guardan alguna analoga remota con la inteligencia humana17. Hayque decir que la concein de Filo tiene abor a poco. Con todo, Cleantepuede sentirse satisfecho, pues su escptico contrincante no deja de admitir

    que la causa originaria de la naturaleza tiene el atributo natural de una inteli-

    gencia emejante a la humana.

    3. E es de Cees

    En verdad, la diferencia teolgica deciiva entre Cleante y Filo urge apropsito de los atributos moralesde la deidad. segn Cleante, Dio e unser superior no slo inteligente sino tambin justo y benevolente, en el senti-do antropomrco de dicha cualidade. Pero Filo no comparte la opinin deu amigo y jam admite que pueda probare la benevolencia de la deidad.En otra palabra, Filo e limita a otener el tesmo mitigado, mientras queCleantes pregona el tesmo moral.

    Cleante e quien deende la upueta ventaja tico-poltica de la re-ligin. Para ete peronaje la dimenin prctica de la creencia teolgica eirrenunciable. [Q]u objeto tiene etablecer lo atributos naturales de ladeidad, si los morales siguen siendo dudosos e inciertos?18, se pregunta

    retricamente Cleante. La bondad divina e una doctrina eencial de la re-ligin natural. Cleante pareciera negar que el credo minimalista de Filo, sincontenido prctico, mereca el nombre de religin.

    Sin embargo, Filo combate de manera inclaudicable el tesmo moral de su

    amigo. Eta e, en denitiva, la hiptei que adelant en la Introduccin. Acontinuacin voy a comenar a preciar mi planteo interpretativo. En mi opi-nin dicho ataque se desglosa bsicamente en dos momentos. En una prime-ra etapa las objeciones apuntan a los fundamentos tericosdel temo moral.La meta de Filo es hacer retroceder a Cleantes hasta establecer que no es

    posible acreditar la bondad divina a partir del mtodo eperimental (partes x y

    14) Vae HUME, D., Op. cit., XII, p. 15315) HUME, D., Op. cit., XII, p. 15216) Vae BADA CABRRERA, M. A., La reexin de David Hume en torno a la religin, san Juande Puerto Rico, Editorial de la Univeridad de Puerto Rico, 1996, p. 373.17) HUME, D., Op. cit., XII, p. 164. nfai original.18) HUME, D., Op. cit., X, p. 128. Curiva aadida.

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    XI). En la egunda fae la crtica veran obre la implicancias prcticasdela religin. All Filo analia lo efecto de la religin obre la conducta huma-

    na, al margen de u plauibilidad doctrinaria (parte XII). En lo que igue mepropongo analiar m de cerca eto do momento de u argumentacin.

    4. F c e es de x (pe X)

    El temo moral de Cleante comiena por armar la exitencia de una dei-dad bondadosay omnipotente. O ea, dio e un er benevolente en trmi-nos semejantes a los humanos, pero en un grado innitamentesuperior. setrata, a mi modo de ver, de una tesis de mxima. Por u parte, Filo conagrasus primeras consideraciones eplcitas contra el tesmo tico a la refutacin

    de ea ambicioa nocione.Ahora, egn Pie19, la primera tesis de Filo en la seccin x es que el mal

    es lgicamenteopueto a la exitencia de un dio bondadoo e innito. sinembargo, en el prximo pargrafo propongo una interpretacin alternativa.Asimismo, para reforzar mi propuesta, ms adelante veremos que Filo tiene

    bien claro que no eiste tal contradiccin20. Adem, aprovecho para ealarotro deacuerdo que mantengo con Pie. segn el autor, el objetivo principalde Filo en las secciones x y xI es probar que, puesto que hay sufrimiento enel mundo, la deidad no exite. En cambio, yo opino que all el tema central ela determinacin de lo atributo morale de dio. En todo cao lo que et

    en juego es la existencia de una divinidad benvola, no la eistencia de diosa secas21. De hecho, como explicamo, Filo admite la exitencia de Dio,acorde a su tesmo mitigado22.

    segn mi interpretacin, la crtica de Filo apuntan en do direccione: enprimer lugar, la dicultad para de interpretar la perfecta bondad divina segnlos patrones antropomrcos; y en segundo lugar, la imposibilidad de cons-

    tatar lainnitudde la deidad benevolente. Ea on, en poca palabra, larazones que Filo epone en la dcima seccin de los Dilogos.

    4.1. C e ps

    Precisamente al inicio de ese captulo, Demea, luego de fracasar en su

    defensa del argumento a priori, abandona su fugaz racionalismo y convie-

    ne con Filo en que los hombres no se hacen creyentes por medio de argu-

    19) PIkE, N., Hume on Evil, in TWEYMAN, s. (ed.), Op. cit., pp. 300-30620) Vase infra 5.121) Lo mimo arma kRAAY, k. J., Philo Argument for Divine Amorality Reconidered, in HumeStudies, XXIX (2003), 2, Noviembre, pp. 284-285.22) Vase supra 2.

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    mento. La autntica va de acceo a la religin, admite, e el entimiento.Pero un sentimiento de especie particular, aquel que surge de la vivencia

    en carne propia del mal y la dedicha. Demea repreenta la vida como unvalle de lgrimas y al hombre como un ser a merced de fuerzas etraas

    que lo atormentan. segn l, hay coneno entre lo hombre acerca deu diagntico peimita.

    Las amargas vivencias humanas empujan a su protagonista a la reli-

    gin, pueto que ta proyecta en el horionte futuro el nico conuelo po-ible. La bae de la religioidad e la experiencia, territorio predilecto dellofo experimental. Pero ella no e, como en gran parte de lo Dilogospretende Cleantes, la fuente de premisas para el razonamiento analgico

    que conduce a Dios; en cambio, ella, con sus adversidades, ocasiona un

    etado afectivo melanclico que lo la creencia en Dio puede oegar.A su vez, Filo, ahora en acuerdo con Demea, sostiene que la mejor yen verdad la nica manera de atraer a todo a un debido entir religioo,es por medio de la justa representacin de la miseria y la maldad de los

    hombres23.En realidad, eta aliana con Demea le irve a Filo para hotigar a

    Cleante. Una ve coniderado lo innumerable y variado male queaquejan a la humanidad, e incluso a los dems seres vivos, Filo le repro-

    cha a Cleantes el hecho de seguir atribuyndole a Dios cualidades mora-

    le imilare a la del hombre. Filo no niega, por ahora, que Dio poeaatributos morales, sino que insiste en sealar que son incompatibles con

    lo criterio antropomrco24. Dede el punto de vita humano, el mal yla desgracia proliferantes son incongruentes con la benevolencia de un

    Dio omnipotente y omniciente. Cmo explicar en trminos humanosque un Dios perfectamente bondadoso acepte el mal? Filo admite que

    la naturalea enea un propito, como arma Cleante. Pero la nicanalidad que puede adjudicrele e la conervacin de lo individuoy la propagacin de las especies25. Nada indica que la felicidad de loere que all habitan ea atendida por el curo natural de lo hecho. Alcontrario, los placeres y la dicha, aunque por cierto eisten, son escasosen comparacin con lo infortunio.

    23) HUME, D., Op. cit., X, p. 120. En lo primero prrafo de la eccin X Filo y Demea elaboranun etenso catlogo de los males (naturales y morales, eternos e internos, anmicos y corporales,reales y fantasiosos) que empaan la vida de los animales, pero fundamentalmente la de loshombre. Para m detalle, vae HUME, D., Op. cit., X, pp. 119-125.24) Y e poible, Cleante, dijo Filo, que depu de toda eta reexione, e innita m quepodran hacere, pueda an pereverar en tu antropomorsmo, y todava arme que lo atributosmorales de la deidad, su justicia, benevolencia, piedad y rectitud, sean de la misma naturaleza queea mima virtude en la criatura humana? (HUME, D., Op. cit., X, p. 127. nfai aadido)25) HUME, D., Op. cit., X, p. 127

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    Un mtico, egn quien la naturalea de dio e inondable26, no encuen-tra dicultade en conciliar la bondad y la omnipotencia divina con la de -

    dicha humana. E jutamente Demea quien ale en defena del tpico delvicio y el sufrimiento humanos, pues lo considera no slo inofensivo para la

    religin, ino incluo hata favorable, como ya expliqu. l entiende que ladicultad puede olucionare con facilidad, al apelar a un etadio futuro quesubsana con creces las desgracias de esta vida y a una Providencia que ad-

    minitra benvolamente el univero todo. Por cierto, eta repueta conervala rectitud de la deidad a fuer de acricar u inteligibilidad.

    sin embargo, la propueta de Demea no puede atifacer a Cleante. sumtodo experimental y u antropomormo e lo prohben. En efecto, Clean-tes se niega a aceptar la hiptesis de Demea acerca de una reparacin ul-

    tramundana y de una providencia que dictamina lo mejor para una totalidadinacceible a nuetra limitada viin. El problema de eta conjetura e queamba on empricamente incontratable y humanamente incomprenible.Ella no urgen de lo fenmeno acceible al hombre. Por el contrario, onhiptei que ccionan una olucin posible para el diagnstico pesimistaque hace Demea con la interesada complicidad de Filo- acerca de la rea-

    lidad humana. Bajo tale condicione no quedan recuro para cerciorarede la verdad de ea upoicin. De all que Cleante e reita a aceptar lapremia que u interlocutore plantean. su mtodo le impone partir de lofenmenos aparentes27 para remontare a u() caua() deconocida().Qu esperanza de probar la benevolencia divina le cabe a Cleantes, si

    aceptara el juicio ombro de u adverario? Podra algn hombre enten-der a un dios todopoderoso y bueno que acepta la escandalosa primaca del

    mal en su propia creacin?

    Ante la embestida pesimista, el siguiente paso de Cleantes es moderar y

    hasta en cierto sentido invertir- la descripcin que Demea y Filo hicieran de

    la condicin humana en ete mundo. El mal no e total. Tampoco predominaobre el bien. Cleante abe que i aceptara alguno de eto retrato, evera forado a admitir que Dio e malvado. En denitiva, egn dice, laexperiencia muetra que el bien e proporcionalmente mayor que el mal. Aldesmentir de un modo absoluto28 el mal en cualquiera de sus epresiones,

    26) Entonce, [le pregunta Filo a Cleante,] cmo e manieta la benevolencia divina, egnel sentir de ustedes los antropomorstas? Solamente nosotros los msticos, como fue tu gustollamarnos, podemos dar razn de esta extraa mezcla de fenmenos, derivndola de atributosinnitamenteperfectos, pero incomprensibles. (HUME, D., Op. cit., X, p. 128. Curiva ma.). Yacasi desde el comienzo Demea declama la adorablemente misteriosa e incomprensible naturalezadel ser supremo. (HUME, D., Op. cit., II, p. 60), pueto que e trata de una realidad upraempricaacerca de la cual carecemo de idea. Aqu Filo parece adoptar provioriamente ea potura pararebatir a Cleante.27) HUME, D., Op. cit., X, p. 12928) HUME, D., Op. cit., X, p. 129

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    Cleantes no desestima por completo su eistencia; seala que es tan slo

    una partede la experiencia humana; y ni iquiera la m importante. En otrapalabras, relativiza la importancia de la desdicha y el vicio en la vida de loshombre, y exalta el bienetar.

    Pero de inmediato Filo pone en duda el optimismo de Cleantes y le diri-

    ge bicamente do reproche. En primer lugar, inite en que e contra-rio a la experiencia. Aun cuando lo goce fueran mayore en nmeroquelos pesares, Filo observa que el dolor, a causa de su violencia y duracin,

    predomina sobre el placer, puesto que, pese a su mayor frecuencia, suele

    ser anodino, y cuando es acentuado, dura poco y genera posteriormentemaletar. E decir, la intensidaddel sufrimiento eclipsa la supuesta supe-rioridad cuantitativadel difrute.

    Y luego aade que el entir y la experiencia de todo29

    , se inclina por unjuicio negativo acerca de la exitencia. Y en egundo lugar, m importantean, advierte que no puede determinare i la uma del bien e mayor a la delmal; en efecto, no es posible hacer el cmputo, el clculo y la comparacin

    de todos los dolores y de todos los goces en la vida de todos los hombres y

    todos los animales30.A raz de estas objeciones Filo acusa a Cleantes de hacer peligrar toda

    exprein religioa. si, como otiene Cleante, reulta eencial a la religinprobar la benevolencia divina. Y i para ello hay que admitir la upueta pre -eminencia de la felicidad, la base de todo el sistema religioso es etrema-damente endeble, por no decir nula. Paradjicamente ahora e Filo quienacusa a Cleantes de introducir, acaso inadvertidamente, un completo escep-ticismoen los artculos ms esenciales de la teologa natural y revelada31.Y para colmo, ea incertidumbre reulta del mimimo mtodo experimentalde Cleante.

    Luego Filo eala que an conintiendo que lo animale o, cuando me-no, lo humano difrutan de u vida m de lo que la ufren, la dicultadperite. Cmo e poible que un Dio innito y, egn el criterio humano,bondadoo, admita el mal en u creacin, no importa lo nmo que te ea?

    4.2. C d dvFilo ubraya que la anteriore objecione on incontetable. sin embar-

    go, acepta abandonarla para motrarle a Cleante que todava contina enaprieto. De nada irve admitir que el ufrimiento y el vicio on compatiblescon la innita bondad de Dio. Ea posibilidadya la haba establecido De-

    29) HUME, D., Op. cit., X, pp. 130-13130) HUME, D., Op. cit., X, p. 13131) HUME, D., Op. cit., X, p. 130. nfai aadido.

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    mea aunque desde un misticismo que declama la incomprensibilidad de la

    naturalea divina. Ahora Filo la concede al antropomorta Cleante, pee a

    que jam podra explicare en trmino ane a lo humano.El lofo experimental y teta moral abe que tiene que probar la hip-

    tesis de un Dios de innitabondad en estado puroa partir de la experiencia.Se le plantean, entonces, dos obstculos: (1) el mundo ehibe de hecho rea-

    lidades que combinanel bien con el mal; (2) aunque los fenmenos fueran

    ex hipothesiptimosy purosen su bondad, no dejaran de ser limitados32.

    Filo denuncia la ilegitimidad de una inferencia que parte de fenmenos com-

    plejoso an imple- y nitospara establecer la simplicidady la innituddeu caua. Quizel primer atributo (i.e. la bondad pura) podra admitirse enbase a la segunda hiptesis, pero jams el segundo (i.e. la omnipotencia). En

    efecto, egn el mtodo experimental, e un pao ilcito atribuirle a la caua(hipottica) cualidades mayores a las que se precisan para dar cuenta de susefecto (obervado).

    En el ltimo prrafo de la dcima parte Filo anuncia que en ete puntode la discusin, es decir, en lo que hace a la perfecta bondad de la deidad

    innita, Cleante no podr doblegarlo. Con irona Filo le advierte a Cleanteque ahora lo role en cierta forma e han invertido. Ya no e el escpticoquien reite con argumento articioo la inclinacin a reconocer lo atri-butos naturalesde la deidad. En cambio, e el lsofo experimentalquien seinterna en embrolladas argucias para salvaguardar las cualidades moralesde

    dio. La dicultad y la paradoja reiden en que e u propio mtodo emprico-

    analgico lo que compromete el xito de u teologa.Cleantes comprende que ha llegado el momento de resignar su tesmo

    moral de mxima(esto es, la tesis de una deidad omnipotente y benvola)

    para refugiarse en una teologa natural humilde, pero que a la vez conserve

    u inuencia prctica y u legitimidad metodolgica. se impone, pue, unacricio.

    5. F c e es de (pe Xi)

    En la parte XI de lo Dilogos Cleantes reformula con un tono mode-

    rado u temo moral. Aume, entonce, la defena de una deidad bene -volente, siempre en un sentido similar al humano, pero limitada en sus

    capacidade. La teologa natural de Cleante e retringe, pue, a unatesis de mnima, la que postula la eistencia de un dios buenoy nito. Eneste caso las impugnaciones transitan dos carriles complementarios: para

    comenzar, Filo seala que no es posible colegir del mtodo eperimental

    32) Ser esta una manera de responderle a quienes se les ocurriera plantear que el mal no tieneeistencia positiva y que todo lo que hay son bienes?

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    la eistencia de esadeidad; y luego, sostiene que, por el contrario, el ser

    upremo e inditinto a la cuetione morale.

    5.1. C eec expee de dd dv

    Cleante et dipueto a dejar de lado la atribucin de innitud a dio,puesto que resulta un desatinotanto loscocomo religioso. En efecto, porun lado, ea armacin conduce al absurdo33. Hay que reconocer que noqueda muy claro a qu e reere Cleante con ea exprein. Debemo re-signar la atribucin de omnipotencia, porque es lgicamente incompatible

    con la indiscutida evidencia del mal? o porque a la luz de los parmetros

    humanosdebera impedir el ufrimiento? De er a, eto ltimo ya lo eta-

    bleci Filo en la eccin precedente, y ahora Cleante lo etara raticando.Un poco m adelante veremo cul e la interpretacin que le da Filo. Comoquiera que ea, ninguna de la do dicultade conmueve el miticimo deDemea. M bien pareciera conrmarlo. Pero adem, por el otro lado, lasuposicin es inecazdede el punto de vita picolgico, porque el innitoes algo que se encuentra fuera de la capacidad humana y que, por ende,

    no conigue interpelarno afectivamente. La innitud e un concepto vaco,un atus vocis, que atenta contra el mimo objeto de culto. La atribucin deomnipotencia aniquila la idea religioa por excelencia, dio. E una impiedad.Conviene, pue, recurrir a calicativo teolgico meno grandilocuente,

    pero acceible.A n de ortear eto inconveniente, Cleante modera la tei de la per-feccin divina. En efecto, la manera que encuentra de mantener a la vezla analoga humana y los atributos morales positivos radica en resignar la

    innitud de Dio34. Eta nueva teora, como la llama Cleante, no e otracosa que el recorte de la potencia divina, y representa un mal menor35, una

    manera de alvaguardar la religin moralmente til.Una ve m Filo e encarga de caliar la propueta de Cleante, y de

    pao tambin la de Demea. Con ee objetivo recurre a una curioa compara-cin. si a una criatura de inteligencia limitada e ignorante del universose ledice que el mundo es obra de un ser innitamente sabio, poderoso y bonda-

    doso, se formara una idea de aqul muy distinta a la que obtendra a partir desu eperiencia36. seguramente e imaginara un mundo in defecto. Ahora,

    33) HUME, D., Op. cit., XI, p. 133. nfai propio.34) [s]uponiendo que el autor de la naturalea ea nito en su perfeccin, aunque ecedente enmucho a lo humano, puede entonces darse satisfactoria razn de la maldad natural y moral, y todofenmeno indcil podr tambin explicare y ajutare. (HUME, D., Op. cit., XI, p. 133. Curivapropia.)35) HUME, D., Op. cit., XI, p. 13336) En la eccin anterior de lo DilogosDemea recurre a un ejemplo similar al que ahora proponeFilo, aunque lo utilia con un propito bien ditinto. Ee er cticio ajeno al mundo, una ve all

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    si esa criatura estuviera convencida de su creencia, la decepcin no debera

    hacerla cambiar de opinin, pues atribuira el desengao a su propia inca-

    pacidad, no a la de Dio. Filo parece ccionar una uerte de ran abtractaque encarna en un er nito y an in experiencia de mundo. su poteriorcontacto con la realidad sera muy distinto a lo previsto, pero no lo obligara a

    deetimar u idea inicial. Pero la ituacin humana e bien ditinta. Aunqueel hombre tambin cuenta con una inteligencia limitada, no dispone a prioride

    la certea teolgica. Por el contrario, debe partir de u experiencia para llegara dicha conviccin. Y ahora la limitacin de u entendimiento no alvaguardala hiptesis de un Dios innitoy bondadoso, como en el cao anterior. Lolmite de u experiencia no on ya una excua vlida. su inteligencia y uobservaciones son todo lo que tiene para apoyar su hiptesis de la deidad

    bondadoa e innita. El reducido conocimiento del mundo e para el cciona-do creyente un refugio para no abandonar su creencia en la existenciade eseDio; para el er humano, una ran para negarla.

    En mi opinin, aqu Filo hilvana do objecione en una mima argumenta-cin. Una e dirige obre todo a Demea, y de manera ecundaria rectica lodicho por Cleante. si el hombre fuera capa de demotrar a priori la eis-tencia de la deidad buenae innita, podra tambin disculpar la presencia del

    mal en virtud de enigmticasmotivacione divina. Dede el punto de vitade la razn abstractanada impide suponeruna teodicea en tale trmino.Pero ee camino ya ha ido clauurado. El hombre debe acar u concluio-ne de la experiencia. Y la razn experimentallo conduce a desechar todasuposicin o conjetura arbitraria37. Filo inina que el dio de Demea e unahiptesis que los hechos desmienten; en el mejor de los casos, admite, una

    preuncin poible, pero indemotrable amn de incomprenible. Ahora, encuanto la conjetura es posible, no es absurda, al menos no desde el punto

    de vita lgico. Eto ltimo corrigeo acao clarica- el entido de la crticahecha ante por el teta moral.

    El otro reproche e dirige de manera epecca contra Cleante. E ciertoque la limitacin de la perfeccin divina esclarece el problema de la compa-

    tibilidad entre la deidad y el mal. Elimina el aburdo que e plantea al antro -pomorta dede el punto de vita de la ran emprica. Ahora e humana-

    mente comprensible que la adversidad mancille el universo, obra de un diosmenguado en u facultade. sin embargo, la loofa experimental nuncaconseguir reunir los elementos de prueba para fundamentar la conjetura,

    pese a su inteligibilidad38.

    decubre que en u nuevo paraje el mal abunda. Vae HUME, D., Op. cit., X, p. 124.37) HUME, D., Op. cit., XI, p. 13438) En ete tramo de la converacin Filo preenta el ejemplo de la edicacin fallida que en elconjunto, in entrar en detalle (HUME, D., Op. cit., XI, p. 135), exhibe un dieo incmodo ydeagradable. De ete objeto era impoible inferir la agudea de u arquitecto, aun cuando e nomuetre que la alteracin de algn pormenor implicara conecuencia peore para la contruccin.

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    E cierto que la conideracin de la nituddivina o sea, la supresin de suinnitud- hace m plauible la presuncin de su bondad, pero nuestra epe-riencia efectiva del mundo en general no convalida la inferencia. El problema,remarca Filo, no es que el Dios que presenta el tesmo moral de mnimasea

    incompatible con este mundo en generaldefectuoso, sino que no dispone-

    mo de raone emprica para apoyar ea conjetura.El Dio nito de Cleante e compatible con el mal. su nitud lo excua

    por la imperfeccione del mundo. Ahora, el hecho de que tale o cualeean la circuntancia de la que efectivamente depende el mal, no ignicaque debamos considerarlas ineludibles. Filo concibe otro ecenario igualde viables para esa divinidad y menos desfavorables para los seres sensi-

    bles; o sea, para decirlo en trminos antileibnizianos, mundos mejores que el

    presente son posibles, al menos hasta donde el entendimiento humano llegaa comprenderlo39. Entonce, por qu aceptar la necesidadde las causas po-itiva del mal? O la deducimo de lo hecho o la preumimo de antemano,opcione inadmiible para un empirita como Cleante. Tampoco podemoarmar, por cierto, que dicha fuente naturale de la dedicha on innece-aria. En ete aunto debemo er cauto. Podemo, entonce, colegir delo hecho la benevolencia divina? Ete tramo de la argumentacin de Filocompromete an m la plauibilidad de la inferencia.

    A ra de la experiencia del mal en el mundo, Filo extrae do concluione.En primer lugar, dede un punto de vita ecptico debemo aceptar queel mal e compatible con la bondad divina. Pero ea coexitencia e una

    mera hiptei tan probable como otra, o acao meno. Y en egundo lugar,desde el punto de vista eperimental sabemos que nunca podr probarse la

    bondad divina. Ea impoibilidad, inito, no e un corolario del ecepticimo,ino que e inherente al mtodo emprico-analgico que propone Cleante.

    En denitiva, concluye Filo, no exiten pruebasde la bondad divina. Noslo hay mal en el mundo, sino que no hay evidencia de que dicho mal sea

    imprescindible, aunque acaso lo sea; la evaluacin de otras condiciones me-

    No por ello la totalidad del edicio deja que deear.39) A continuacin reumo el inventario de la cuatro caua principale o nica- del mal naturalque Filo identica y u poible olucione. (1) Todo lo animale comparten la capacidad paraexperimentar dolor. No obtante, i vivieen en un etado de contante placer, u imple diminucinervira a lo mimo ne que el dolor, pero con la notable ventaja de ahorrarle el ufrimientocorporal. (2) El curo del acontecer natural e no ofrece con cierta regularidad, pero nada pareceimpedir a un Dios poderoso intervenir mediante actos particulares cuantas veces sea preciso paramejorar la condicin de lo individuo y de la ociedade. (3) Betia y humano etn expuetoa menesterosidades y urgencias a raz de la austeridad en el reparto de las competencias para cadaer particular. Una ditribucin m generoa de la potetade evitara eo inconveniente. (4)El deajute con que en ocaione operan lo principio naturale uele producir, por defecto o porexceo, dao y adveridade de divera magnitud. Un comportamiento m ordenado de dichomecanimo evitara mucho perjuicio. Ahora, eta enumeracin e ubdivide en do grupo: laomiin de la primera do circuntancia erradicara el mal; la de la do ltima, lo atenuara.Para m detalle, vae HUME, D., Op. cit., XI, pp. 136-143.

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    nos perjudiciales refuerza la conclusin negativade Filo. El Dio juto y nitoque propone Cleantes podra dar cuenta de un mundo en el que concurren

    male naturale y morale, pero no vicevera. En otra palabra, el argumen-to funcionara si aceptsemos a priorila bondad divina; no si, como Cleantes,

    pretendemos derivarla a posteriori.

    5.2. Dv deec

    En eguida Filo e apreta a defender la tei de una deidad moralmenteindiferente. Comiena por advertir que el pattico epectculo que brindanlos animales y sobre todo los humanos nos inclina a pensar en una natura-

    lea ciega, impregnada de un gran principio vivicante que e derrama de uregazo, sin discernimiento ni cuidado maternal40.

    La especulacin acerca de los atributos morales de las causas primerasdel univero admite cuatro hiptei. Lo principio originario de la natura-lea on o bien (1) maligno por completo o bien (2) puramente bondadoo.Eta do primera poibilidade uponen la purea de la caua. En con-secuencia, son desestimadas con rapidez en vistas del carcter mito de los

    fenmeno. La iguiente hiptei ugiere que (3) el mundo reulta de la con-trapoicin entre do principio, uno benigno y el otro malco. Eta conjeturano carece de mrito, pues parece una legtima inferencia de la combinacin

    entre el bien y el mal que experimentamo. sin embargo, la coherencia entre

    las partes del universo nos obliga a descartar que el origen del mundo resultede la lucha entre do ere de opueto. Adem, la opoicin entre el bien yel mal no e la nica que exite en el mundo natural. Mucho otro uceose eplican a partir del antagonismo de dos principios, como el fro y el calor,

    la equedad y la humedad, la ligerea y la peante. Y tale cao no parecenimplicar la hiptei de do principio naturale originario opueto entre .Eto ltimo no conduce a la cuarta hiptei, que e la que, en denitiva, Filoucribe. (4) La caua del univero no on ni bondadoa ni maligna. sonneutra. El bien y el mal naturale on fundamento que, como tanto otro,irven a la operacione del mundo.

    La indiferencia moral de la deidades la conclusin positivaa la que el m-

    todo experimental conduce. No e trata, como aevera Pie41, de una meraetrategia ecptica de Filo para probar que Cleante et equivocado. Unpao de eta naturalea era uperuo, pue la ilegitimidad de la hipteide la bondad divina, como eplicamos, ya fue establecida42. Adem, comobien seala Stanley Tweyman43, esa interpretacin no tiene en cuenta el giro

    40) HUME, D., Op. cit., XI, p. 14441) PIkE, N., Art. cit., p. 31242) Vase supra 5.1.43) TWEYMAN, s., Hume Dialogue on Evil, in TWEYMAN, s. (ed.), Op. cit., pp. 315-322

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    que da Filo a partir del captulo x, su abandono del nomadismo escptico

    -al que recurriera durante las primeras ocho secciones44. Por u parte, klaa

    kraay, quien deatiende lo lmite y el propito del ecepticimo mitigado,apunta que Filo es un ateo que tan slo parodia el proceder de Cleantes45.Por el contrario, en mi opinin Filo ucribe la tei de la amoralidad divina.

    Luego de jar u curioa hiptei, Filo arma que u reexione obrelos atributos morales de la deidad en vista del bien y el mal naturalespueden

    replicarse de la misma manera -o casi- al considerar el bien y el mal mora-

    les. En otra palabra, la divinidad tambin e indiferente a la virtude y lovicio. De hecho, Filo eala que la raone para decartar que la deidadtiene entimiento morale anlogo a lo humano on de mayor peo anque al tratar del mal natural, pue la maldad moral, egn opinan mucho,

    predomina en mayor grado sobre la bondad moral, que lo que la maldadnatural sobre la bondad natural46. Flaco favor le haramo a la deidad i con-ideramo que u bondad e aemeja a la de lo hombre. sin embargo,aun cuando la situacin moral del gnero humano fuera la inversa, es decir,

    aun cuando la bondad de los hombres aventajara por mucho a su maldad,

    la dicultad perite. No importa lo nimio que ea un vicio, el antropomortatiene que dar cuenta de u exitencia. Y aqu u opcione on do: o unacadena caual que regree al innito o la atribucin del vicio a dio, caualtima de toda la coa. De ete modo, recaemo en la mima dicultad,pue conideramo a la deidad autora del mal. slo la tei de la indiferenciadivina evade semejante impiedad, y a la vez da cuenta de la dualidad moral

    que contatamo.

    6. ls eecs pccs de e (pe Xii)

    Hasta el momento, en la secciones x y xI, Filo se encarg de mostrar la

    falta de fundamentos tericosdel tesmo moral de Cleantes, y entretanto del

    credo vulgar de Demea. Ante la refutacin de u argumento emprico-ana-lgicos, en la doceava parte de los DilogosCleantes cambia la estrategia

    y, desde una perspectiva ms pragmtica, aduce la necesidad de la religin

    para respaldar la moral humana y consolidar el orden civil47. La autntica re-

    ligin hace a lo hombre virtuoo. Y hata e preferible una religin adulte-rada, como lo credo vulgare, a la auencia de religin. Conviene preervarla religin por motivos prudenciales. sin lugar a duda, el ateo, de exitir, e

    44) Vase supra 1.45) kRAAY, k., Art. cit., pp. 284-28546) HUME, D., Op. cit., XI, p. 145. Vae tambin HUME, D., Op. cit., XII, pp. 153-154.47) A la conideracin prctica de la religin anteceden alguna reexione obre el temo(mitigado), la ciencia, la upenin del juicio y el atemo. Vae supra 2 y HUME, D., Op. cit.,XII, pp. 147-153.

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    tiempo. Filo eala que lo con dicultad la religin logra intalare como unhbito mental, aunque admite u poibilidad. Compara la naturalea humana

    con la fuera de atraccin y la gravitacin, contantemente inuyente, y lareligin con la accin del impulo, de vigor eventual. Adem, la tendencianatural siempre encuentra, para bien o para mal, la manera de ecusarse de

    cumplir lo principio religioo, cuando to la contraran. A la corta o a lalarga, la inclinacin natural predomina obre lo mandato religioo. Final-mente, el lsofo, por su parte, no precisa de motivaciones teolgicas paraobervar lo precepto morale.

    6.2. De fec pejdc de c es

    Pese a su falta de raigambre en las inclinaciones naturales que movilizanla conducta humana, la religin no deja de tener cierto ascendiente sobre la

    vida de las personas51. Y el reultado no e preciamente el que Cleantepreume. Por el contrario, Filo eala que la religione que e alen del cau-ce loco leionan el dearrollo moral de la peronalidad en menor o mayormedida. segn explica Bada Cabrera, Hume tiene una viin peyorativa delas religiones histricas, puesto que considera que el motivo originador y

    ubicuo de la religin es el inters propio52.Cuando el credo logra inuir en el comportamiento, mucha vece el re-

    sultado es desastroso53. El vulgo, quien acaso s requerira de la tutela re-

    ligiosa, es completamente incapaz de una tan pura religin como aquellaque representa a la deidad insatisfecha con todo lo que no sea virtud en

    el comportamiento humano54. Entre lo hombre, lo noble propito deltemo moral e devirtan. La hitoria, ubraya Filo, a lo enea. La reli-gione populare on perjudiciale para la ociedad. En cambio, la pocaen la que la religin et auente o deatendida on prpera y felice. Porconsiguiente, el verdadero peligro tico-poltico no radica ni en el tesmo mi-

    tigado, ni en el (supuesto) atesmo, tampoco en el utpico tesmo moral, sino

    en la religione poitiva. Como dije al principio, Demea e quien encarna lareligin vulgar55. ta, en cualquiera de u do verione el entuiamo yla supersticin-, sueleinculcar creencia inmorale, edicioa y conictiva.

    51) En lo DilogosHume no evala la diferencia prctica entre el monotemo y el politemo,como lo hace en la Historia natural de la religin. A n de llegar a conocer eta cuetin que aqudejo de lado, me remito al libro de Bada Cabrera (Op. cit., pp. 206-209).52) BADA CABRERA, M., Op. cit., p. 213. Vae Ibidem, pp. 211-218.53) Vae DEEs, R., Morality above Metaphyic: Philo and the Dutie of Friendhip in Dialogues12, in Hume Studies, XXVIII (2002), 1, Abril, pp. 151-15354) HUME, D., Op. cit., XII, p. 15755) Tambin habra que pensar que ese mismo personaje asume una posicin religiosa diversa enotros tramos de la conversacin: por ejemplo, el racionalismo teolgico del argumento a priorien elcaptulo IX. No obtante, eta conideracin no e relevante para ete artculo.

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    Por un lado, el entusiasta considera que tiene una relacin directa y privi-

    legiada con la divinidad. A l no lo retienen la norma morale ni la leye

    civile. En tal cao, la anarqua e el riego poltico mayculo. Por el otro, elsupersticioso, alentado por el clero, cultiva rituales y ejercicios frvolos, que

    a vece ni l mimo comprende, aunque lo practica con imulada devocin.Sus sacerdotes cultivan el temor fantasioso, la sumisin ciega, el espritu fac-

    cioo y la deobediencia civil. La tirana y el enfrentamiento violento on uconecuencia ociale m palpable. Aimimo, de urtir efecto, la deme-dida promesa de una recompensa eterna en lugar de estimular la benevolen-

    cia, promueve el egomo. De cualquier modo, con frecuenciala supersticiny el entusiasmo perturban el orden civil y siembran la intolerancia56.

    Ahora bien, en los DilogosHume -por boca de Filo- se muestra ms pre-

    ocupado por enfatizar las desastrosas consecuencias sociales de los credosvulgares, y apenas deja entrever que stos a veces tambin resultan inocuos,o, por lo meno, no tan nocivo. En ete entido Filo eala que la religionevulgares cuando menos distraen al hombre de los motivos naturales de jus-

    ticia y humanidad57. Adem, como vimo, aqulla e apoyan obre princi-pio extrao a la naturalea humana; en conecuencia, a n de infundir udictmenes, se recurre a ejercicios religiosos que se realizan sin conviccin y

    que terminan por generar el hbito de la duplicidad. si la religin e capa deinculcar alguna cotumbre, a e la de la imulacin.

    7. l psdd de es Cuando Cleantes, apremiado por Filo, se percata de que su propuesta

    teolgica no encuentra fundamento en el mtodo eperimental, todava est

    lejo de renunciar a ella. An confa en que el culto pee a u ilegitimidadespeculativa es el medio idneo para infundir la virtud en los hombres, o al

    meno para refrenar el vicio. Preere la religin vulgar a la carencia de uncredo capa de orientar la conducta humana. En un intento por evadir laobjeciones de Filo, Cleantes asevera que las observaciones histricas no

    56) En u enayo De la uperticin y el entuiamo Hume decribe m detalladamente lacaua y la conecuencia de amba epecie de religione vulgare. Vae tambin FOsTER,s. P., Different Religion and the Difference They Mae: Hume on the Political Effect of ReligiouIdeology, in TWEYMAN, s. (ed.), Op. cit., 1995, pp. 377-399. A propito de la cuetin de la (in)tolerancia en Hume recomiendo la lectura de do ponencia: GONzLEz sIDDERs, P., El origende la intolerancia egn David Hume y BARANzELLI, D., Tolerancia e indiferencia en lo Dilogossobre religin natural de Hume, ambas in III Jornadas de Filosofa poltica: Justicia, equidad eigualdad, Mar del Plata, Centro de Etudio Filoco y sociale y Facultad de Humanidade deUNMdP, Junio de 2010, Diponible en Internet en: http://www.cefymdp.com.ar/a2010.html57) HUME, D., Op. cit., XII, p. 157

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    invalidan su postura, puesto que las religiones son nocivas slo cuando pier-

    den de vita u ne morale y, por ende, e hacen faccioa. La corrupcin

    de la religioidad, inina, e una eventualidad. La autntica religin favoreceel orden moral y poltico, en lugar de tratornarlo. Cleante llega incluo aplantear que in un culto no era utentable la vida en comunidad. sin em -bargo, Filo insiste en que la eperiencia histrica est de su lado, autoridad

    de la que Cleante no puede renegar in contradecire de manera agran -te. Toda religin con apiracione morale termina por corrompere. Eo leacontece a toda religin, dijo Filo, salvo la de tipo losco y racional. E mfcil eludir tus razones que mis hechos58. Que lo culto opaquen la morali-dad humana no e una anomala, ino una contante emprica. La nica reli-gin exenta de deviare y volvere faccioa e inmoral e el temo mitigado.

    La causa de esa inmunidad es su silencio en lo que hace a las cuestionesprctica. El vago enunciado en el que, como vimo59, se resume el tesmomitigado no proporciona inferencia alguna que afecte a la vida humana, o

    que pueda ser motivo para actuar o para abstenerse60. si el credo de Filotiene algn vnculo con la moral, no e otro que permitir que u motivacionenaturales operen con libertad, sin distorsiones fanticas ni tergiversacionesuperticioa. Con todo, ete tipo de religioidad tiene un inconveniente, uecao predicamento entre la mayora de lo hombre.

    Por otra parte, el tesmo moral de Cleantes no slo es de iureilegtimo, sino

    que adems de factodegenera en la religione vulgare. El temo moral eun ideal que inevitablemente e corrompe al encarnar en lo ere humano.

    La generalidad de la perona e incapa de practicarlo. Y el lofo ge-nuino no acepta u dogma terico ni requiere de u precepto. En otrapalabras, el tesmo virtuoso de Cleantes es un prototipo ideal, una quimera61.

    8. Ccs

    La naturalea exhibe un orden teleolgico que Filo, en ltima intancia, nodicute. La aceptacin de eta innegable apariencia lo expula de u epo-

    jescptica y lo compele a admitir la eistencia de un ser superior dotado de

    una inteligencia anloga a la humana, caua ltima del univero. Filo arribaa esta creencia movido por una inclinacin natural, y no forzado por el razo-namiento experimental. Todo ecptico mitigado termina por aentir a la ideaque la imaginacin, el entido comn y el entimiento le proponen ante la eviden-

    58) HUME, D., Op. cit., XII, p. 155. Curiva aadida.59) Vase supra 2.60) HUME, D., Op. cit., XII, p. 164.61) Omito la polmica nal de lo Dilogosentre Filo y Cleantes acerca del consuelo que el hombrepuede supuestamente hallar en la religin, pues la considero accesoria para este artculo, no parael mimo Hume, por cierto. Vae HUME, D., Op. cit., XII, pp. 160-163.

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    cia emprica del concierto en el mundo fico-biolgico. A Filo e convierte enun testa mitigado. La nocin que te abriga acerca de la() deidad(e) no deja

    de er vaga y precaria. De cualquier modo, entiende que el principio originario deluniverso cuenta con el atributo naturalde la inteligencia.

    Ahora bien, el tesmo mitigado de Filo es un pasajero punto de encuentro

    con Cleante. Tan pronto e hace neceario denir qu vnculo deben tenerla religiny la moral, la diferencia reurgen. En el marco de ea dicuinCleantes pretende establecer que una benevolenciasimilar a la humana es

    el atributo moralde la deidad. Vito que u apiracin e probar que el credoteolgico debe regular la conducta de los hombres, sa es una doctrina a laque no et dipueto a renunciar fcilmente. Cleante preenta do formu -lacione de u temo moral. Por un lado, la primera otiene que la deidad

    es un ser bueno y omnipotente. Eta hiptei de mximase encuentra condo objecione incontetable. No hay parmetro morale humano que ex-pliquen la tolerancia de una deidad todopoderoa hacia el mal. Adem, undio innito debera aniquilar la dedicha y producir innidad de biene. Por elotro lado, la dicultade planteada por Filo hacen retroceder a Cleante. Ladivinidad es benvola, pero cuenta con poderes limitados. Con eta tesis demnimaCleantes evade las crticas anteriores, aunque de inmediato afronta

    otra nueva. El atenuado optimimo de Cleante depeja el miterio de unadeidad que tolera el mal. Y an a la inferencia emprica e injuticada. Undio bueno y nito podra acao producir un mundo tal como el que conoce -mos, pero nuestra heterognea eperiencia no prueba que su causa origina-

    ria debe er ea deidad puramente bondadoa. Incluo ea divinidad podragenerar un mundo mejor. Lcito e suponerque Dios, pese a sus limitaciones,podra habernos ahorrado muchas desgracias alterando algunas disposicio-

    ne naturale a u alcance. En reumen, la bondad de la deidad nita e unaimprobable conjetura in elemento emprico que la utenten. sin embar-go, Filo cancela de manera denitiva ea poibilidad, al probar que la cauaoriginaria de un universo poblado de fenmenos mitos es, en realidad, una

    deidad indiferenteal bien y al mal naturale y morale. Adem, eala queadjudicarle a dios una benevolencia similar a la humana sera una impiedad,

    vito y coniderando la inclinacin al vicio de lo miembro de la epecie.

    A la refutacin especulativa, siguen las crticas en el mbito prcticoqueFilo le hace a la religin. En efecto, a pear de la objecione doctrinaria queatentan contra el temo moral, Cleante perevera en u poicin. Para l,una religin amoral, como la que propone Filo, e un inentido. Aimimo,Cleantes opina que hay que conservar la creencia teolgica aunque ms no

    sea por motivos prudenciales. La religin e el reaeguro del orden tico-po-ltico. sin embargo, una ve m Filo debarata lo argumento de Cleante.La moral humana e independiente de la religin y, por ende, la ecacia queta puede tener obre lo hombre e menor. Con todo, la religione poitiva

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    tienen cierto peso en la conducta social; y para peor, sus consecuencias son

    negativa. Lejo de promover la vi rtud, lo culto hitrico mucha vece in -centivan la intolerancia y las injusticias, o cuando menos, desvan la atencin delo motivo morale genuino. Por coniguiente, la religin m apropiada paraincentivar la virtud e aquella que excluye toda prdica edicante.

    Me pregunto, entonce, qu queda de la religioidad de Cleante. suargumento experimentale han ido refutado. su noble propito mo-rale, dementido. su ejercicio ha devenido una utopa. La dignidad de lareligin virtuosa es un simple anhelo, que cuando se traslada a la eperiencia

    hitrica e vuelve culto popular. La propueta de Cleante cumple a lo umouna funcin prescriptiva. Pero lo el temo mitigado e capa de evadir latrampas gnoseolgicas y ticas de la religin vulgar y de su encubierto aliado,

    el temo moral.

    El autor e Profeor y Licenciado en Filoofa (UBA), becario de CONICET,doctorando en Filoofa (UBA) y participa en un proyecto UBACyT. su reade inters es la Historia de la Filosofa Moderna, en particular los temas

    referido a la Ilutracin. su ltima publicacione giran en torno al pena-miento de Roueau y Hume. E-mail: [email protected]

    Recibido: 12 de enero de 2011

    Aprobado para su publicacin: 10 de junio de 2011