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  • 8/18/2019 ART - La Prehistoria Como Ciencia Social a Través Del Renovador Concepto de Arqueologia

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    Carme Olaria Puyoles

    Universitat Jaume 1

    L PREHISTORIA COMO CIENCIA SOCIAL A TRAVES DEL

    RENOVADOR CONCEPTO DE ARQUEOLOGIA

    Con

    este

    trabajo ofrecemos una visión general y divulgadora de

    las trans-

    formaciones conceptuales de la Prehistoria: desde ciencia histórica hasta cien-

    cia

    social.

    a metodología científica iniciada a partir de los planteamientos de

    la Nueva Arqueología reivindica el estatuto científico como propio de la disci-

    plina prehistórica

    With

    this article

    we

    offer a general and divulging vision about

    the

    concep-

    tuals transformations of

    the

    Prehistory: since historie science\ill social science.

    The scientifical

    methodology originated

    from the

    plannings of

    the New

    Archae-

    logy onward revindicates the scientifical statutes as inherent the prehistoric

    discipline

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    LA PREHISTORIA

    COMO

    CIENCIA SOCIAL A

    TRAVES DEL

    RENOVADOR

    CONCEPTO DE ARQUEOLOGIA

    2

    El concepto paradigmático

    de

    «Prehistoria» h sufrido a lo largo

    de

    los últi

    mos años diversas definiciones y matizaciones acerca de sus fines, conteni

    dos y métodos.

    Si

    bien en la mayoría

    de

    las corrientes de pensamiento h

    sido considerado dentro

    de

    los esquemas de una ciencia histórica,

    que

    abar

    caría la reconstrucción

    de

    las etapas culturas ágrafas de las sociedades hu

    manas del Pasado. Su estudio comprendería pues un segmento temporal «ha-

    cia atrás» de la Historia «retrohistoria»), sin que hubiese ninguna ruptura epis

    temológica de los objetivos últimos entre la Historia y la Prehistoria. La finali

    d d de

    ésta última sería únicamente

    el

    establecer cognoscitivamente las eta

    pas crono-culturales a través de las culturas materiales obtenidas mediante

    la aplicación del registro arqueológico, y reconstruir con las «Leyes causales»

    de la historia)

    el

    desarrollo cultural de los grupos humanos. Sin embargo, esta

    concepción, afortunadamente falsa, se transforma lentamente. Muchos inves

    tigadores,

    si bien con sus particulares ideologías de pensamiento científico

    funcionalistas, estructuralistas, materialistas culturales, marxistas, neopositivis

    tas empiristas, etc.) cuestionan seriamente el antedicho paradigma desde una

    perspectiva totalmente renovadora, aportada

    por las distintas tendencias ini

    ciadas por la «New Archaelogy» que

    reivindican

    el

    estatuto científico de la dis

    ciplina prehistórica puesto que cuenta con objetos formales y teoréticos) y

    fines 1).

    La Prehistoria como entidad académica historicista desaparece para dar

    paso

    al

    renovador concepto de Arqueología como ciencia social, con una me

    todología científica propia, basada en unas técnicas precisas de investigación,

    que

    permiten conocer los paleohábitats y reconstruir los grupos sociales y sus

    modos

    de

    producción 2). El conjunto

    de

    este registro será interpretado me

    diante una base epistemológica y conceptual

    que

    propicie la elaboración

    de

    leyes teóricas acerca del comportamiento humano y la relación con su entor

    no natural, cuyos factores extrínsecos e intrínsecos tales como su situación

    medio ambiental y su dinámica

    de

    comportamiento) determinan en gran ma

    nera al grupo social 3).

    La Arqueología debe ser entendida

    bues

    como un sistema científico diri

    gido a conocer la realidad humana en un contexto diacrónico y sincrónico

    determinado, y entender las relaciones sociales y económicas, que

    se

    esta

    blecen con

    su

    propio medio biofísico, así como sus relaciones sociales y eco

    nómicas con otros grupos culturales vecinos.

    Su

    propia investigación se enla

    za pues con otros campos de investigación científica. De esta manera se ex-

    plica la extrema complejidad a la hora

    de

    evaluar los resultados obtenidos en

    la investigación arqueológica prehistórica, d do que le es imprescindible el

    concurso y auxilio

    de

    las ciencias naturales y matemáticas.

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    CARME

    OLÁRIA PUYOLES

    El ecosistema humano «prehistórico» constituye una adaptación al medio

    en un proceso continuo 4), si bien cuanto más

    v nz

    éste,

    el

    grupo huma

    no

    desarrollará respuestas alternativas liberándose paulatinamente del condi

    cionamiento medioambiental: ,Jeoría

    de

    la bidirección» 5). Por estas razones

    creemos que

    el

    ecosistema prehistórico se ha de considerar bajo

    el

    prisma

    de tres criterios fundamentales: el biofísico, el socio-económico y el temporo

    espacial.

    El

    análisis espacial, tano locacional, como topográfico, ecológico y

    climatológico, cuyas interacciones, entre estos parámetros y sus influencias,

    deben ser investigados a todos los niveles posibles, permitirá conocer las su

    cesivas respuestas alternativas de las sociedades prehistóricas, así como las

    soluciones de adaptación y explotación

    de

    los recursos naturales

    que

    éstos

    efectuaron. El medio y los grupos sociales constituyen

    por

    lo general una aso

    ciación dialéctica no homogénea, puesto que la distribución

    de

    las fuerzas

    de aprovisionamiento y explotación económicas se presentan a menudo co

    mo

    un «feedback» negativo consecuente

    de

    un proceso interno-externo de

    «inputs», lo que necesariamente obliga a un reajuste continuo de los esque

    mas

    de

    explotación económica, que observamos en los cambios cuantitati

    v s

    y cualitativos

    de

    los «items» procedentes de la aplicación científica

    de

    la

    Arqueología.

    La Arqueolog1a posee en

    misma una profunda problemática, centrada

    especialmente en unas etapas temporales. La información conseguida, par

    cial, únicamente se transmite a través de unos canales de conocimientos con

    teorizaciones previas, cuya validación deberá ser contrastada con el aparato

    conceptual que se base en una interpretación del análisis dialéctico mediante

    el ejercicio

    de

    unos esquemas teóricos crítico reflexivos e hipótesis suscepti

    bles de ser contrastadas, como verdaderas o falsas. Unicamente la práctica

    de la excavación sistemática y el análisis arqueológico, a través de las analo

    gías empíricamente verificables, nos permiten contrastar las hipótesis surgi

    d s de las teorizaciones previas. La Arqueología por tanto, debe acudir a las

    ciencias físico-químicas, matemático-estadísticas, geológicas, geomorfológi

    cas, paleoclimáticas, paleobotánicas, paleocológicas, etc., y por supuesto las

    propias arqueológicas derivadas del registro estratigráfico diacrónico-sincrónico

    y análisis taxonómico

    de cualquier elemento o muestra determinable.

    Autores tan dispares, y en casos diametralmente opuestos, como Schnapp

    6), Binford 7), Clarke Bl, Renfrew 9), Courbin 10J, Hodder 11), Moberg 12), Ha

    le 13), Heizer 14), Laming-Emperaire 15) y un largo etcétera, coinciden en con

    siderar a la Arqueología como una disciplina con personalidad y metodología

    científica propia, frente

    al

    caduco paradigma de la Prehistoria. Así, lentamen

    te el concepto basado en un idealismo metafísico de corte academicista deci

    monónico, aplicado a la Prehistoria como apéndice inicial de la ciencia histo

    riográfica, según los conceptos de Spengler 16) y Toynbee 17) qued

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    superado.

    LA

    PREHISTORIA

    COMO CIENCIA

    SOCIAL

    A

    TRAVES

    DEL

    RENOVADOR

    CONCEPTO

    DE ARQUEOLOGIA

    123

    La Arqueología por supuesto ha

    de

    considerarse como disciplina aparte

    de la Antropología Cultural y sus variantes, así como también

    de

    la Paleoetno

    logía prehistórica. Puesto que la Arqueolog1a abarca diversos segmentos tem

    porales: el

    «prehistórico» origen del hombre hasta la etapa inicial de la Edad

    del Hierro);

    el

    «protohistórico» pueblos ibéricos, galos, celtas, etc., y la intro

    ducción de las culturas escritas); el «clásico» mundo greco-helenístico, roma

    no, etc.); el «medieval» pueblos del Norte, de la estepas euro-asiáticas, mun

    do

    islámico y cristiano europeo) y el «moderno-contemporáneo» instalacio

    nes artesanales, agrícolas e industriales de los siglos XVI al

    XIX .

    El

    arqueólogo debe disponer y establecer en función de la disciplina que

    investiga, los principios generales teóricos básicos que le permitan establecer

    en cada caso los objetivos últimos de su trabajo de investigación científica,

    naturalmente los resultados dependerán de los criterios derivados de la base

    epistemológica aplicada, adecuada a los fines últimos de la investigación em

    prendida.

    El

    cuerpo teórico de leyes generales

    se

    estructurará según un or

    denamiento jerárquico de los presupuestos hipotéticos; presupuestos éstos,

    adaptados a los cambios culturales sufridos o experimentados

    por

    las diver

    sas formaciones socio-económicas, sean prehistóricas o no. Todo ello debe

    encaminarse a «combinar la objetividad con la claridad de la postura ideoló

    gica» ¡1a¡.

    En poco más de un siglo, la Arqueología prehistórica ha dado pasos de

    gigante, que se han traducido en cambios cualitativos sucesivos que han des

    plazado a los viejos paradigmas. Si repasamos someramente los conceptos

    teóricos y prácticos que se utilizaron a partir de

    1885

    y los

    que

    actualmente

    se aplican, podremos comprender el profundo cambio que se ha operado.

    En nuestra opinión estas rupturas conceptuales se han realizado en cuatro

    períodos temporales, no superiores a una generación de veinticinco años ca

    d

    una.

    Ni

    mucho menos pretendemos aquí desarrollar la historia de la Ar

    queología

    en

    sus diferentes etapas y campos de especialización. Unicamen

    te

    señalaremos a grandes rasgos los principales hitos, con el fin de presentar

    una panorámica general de la evolución epistemológica, conceptual y meto

    dológica de la arqueología prehistórica.

    A fines del siglo pasado y durante el primer cuarto de nuestro siglo, se

    planteó la necesidad teórica de definir el concepto de cultura/s arqueológi

    ca/s y sus interrelaciones mutuas a través de explicaciones de tipo difusionis

    ta y migracionista.

    Sin

    embargo

    el

    momento de mayor ideologización se cen

    tró en los conceptos de las etnias o «pueblos puros», al estilo del pangerma

    nismo de Kosinna 19). La reacción frente a estos conceptos vinieron de la ma

    no del funcionalismo cultural marxista, cuyo más relevante portavoz sería Gor

    don Childe

    20¡

    al enfocar sus investigaciones arqueológico-prehistóricas co-

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    CARME OLÁRIA PUYOLES

    mo estudio e las organizaciones sociales y su desarrollo tecnológico.

    A fines e los años 30 y a lo largo e los años 40 y 50 se incia una progre

    siva concienciación entre los arqueólogos ante la necesidad

    e

    una metodo

    logía teórico-práctica más objetivable. Ya en 1940 Kluckhohn introduce

    el

    con

    cepto científico en la investigación arqueológica, entendido como un trabajo

    sistemático, continuado y riguroso. A partir de la segunda mitad e los años

    40, la técnica de excavación extratigráfica aplicada a grandes extensiones

    es-

    paciales se perfecciona, gracias

    al

    método e la cuadriculación tridimensio

    nal e Wheeler

    ¡21)

    sistema que con ciertas modificaciones todavía es aplica

    do. Pero ya en los años 30, el investigador francés Méroc aplicaba por vez

    primera en una excavación prehistórica

    el

    método basado en la aplicación e

    las coordenadas cartesianas; perfeccionado a fines de la década

    e

    los 40

    por

    Laplace 22). En los años 60 estos métodos e excavación arqueológica

    son superados por la teoría del orden estratigráfico, ley e sucesión estrati

    gráfica

    e

    Pyddoke y Tabaczynski 23) desarrollándose hasta el sistema matri

    cial de Harris-Winchester 24) cuyo carácter integrador facilita

    el

    análisis des

    criptivo pluriestratificado.

    La clasificación tipológica o taxonomía

    e

    los restos documentales arqueo

    lógicos, también alcanzará paulatinamente las cotas requeridas en la sistemá

    tica analítica de la cultura material. Ejemplos ilustres e ello los tenemos a partir

    e los años 50, especialmente en arqueología prehistórica, con la creación

    e las cuidadas listas tipológicas e la industria lítica realizadas por F Bordes

    25) para

    el

    Paleolítico Inferior y Medio, al igual que los e Sonneville Bordes

    y Perrot 26) para

    el

    Paleolítico Superior, y

    el

    innovador método analítico

    dialéctico de Laplace 27). A partir de este momento se instaura una etapa e

    cuantificación matemático-estadísitca, cuyo introductor principal fue Spaulding

    28). Se inicia así en la década de los 60 una importante perspectiva teórica

    metodológica denominada por Caldwell 29) la «nueva arqueología». Las teo

    rizaciones de Rouse

    30),

    Taylor

    31¡,

    Gordon Childe

    32),

    Kluckhohn

    33),

    Spaul

      ing 34), Heizer 35), Clarke 36), Chang 37), Sacket 38), Meggers 39), Moberg

    40), Renfrew

    41), el

    mismo Caldwell, Braidwood, y entre otros muchos Binford

    42) consolidarán los principios básicos e la «New Archaeology», como más

    adelante exponemos.

    Esta última etapa

    se

    caracteriza por un verdadero giro copernicano, cuya

    necesidad se intuía ya cuando Clark 43) preconizaba la urgencia

    e

    trabajar

    en Arqueología con un moqelo teórico válido,

    al

    nivel general; aspecto éste

    negado por Piggot 44) sosteniendo que la teoría general es del todo imposi

    ble establecerla y debe ser compensada con un modelo hipotético. Dicho autor

    junto a Daniel 45), representan la corriente escéptica basada en los presu

    puestos de la escuela tradicional-contextual, la cual establece no-existencia

    e coincidencias entre cultura material y cultura, concluyendo en la imposibi-

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    LA

    PREHISTORIA

    COMO CIENCIA SOCIAL A TRAVES DEL

    RENOVADOR

    CONCEPTO

    DE ARQUEOLOGIA

    25

    lidad de realización e modelos objetivos aplicables a la Arqueología, siendo

    sólo posibles las teorizaciones subjetivas

    e

    cada investigador: Por otra parte

    Malmer

    46)

    se propuso establecer las bases teóricas para desarrollar esta dis

    ciplina como una arqueología humanística y también tipologista taxonómica),

    y aunque aceptaba

    que

    el método arqueológico es independiente, a la vez,

    reconocía el proceso cultural como reflejo del regular «continuum»

    e

    la cultu

    ra material por medio

    e

    las transformaciones internas

    e

    ésta a través

    e

    su verificación por métodos lógico-matemáticos) pero rechaza la posibilidad

    e reconocer los cambios culturales y las migraciones de los grupos sociales

    si no es a partir del estudio

    e

    las transformaciones internas e sus propias

    culturas materiales arqueológicas). Clark enfatizó sus teorizaciones en un cierto

    determinismo medioambiental, pero su visión conservadora

    e

    la Arqueolo

    gía lo alinea en la corriente tradicionalista ya mencionada.

    La fuerte personalidad e Binford ha permitido consolidar la variante más

    ortodoxa e inflexible

    e

    los principios básicos

    e

    la «New Archaeology», cen

    trada en sus particulares teorizaciones y sistematizaciones y opuesta a otras

    tendencias como la representada por Clarke 47), creador e la llamada «ar-

    queología analítica», e imbuido por la filosofía analítica-reduccíonista y neo

    positivista. La base teórica e dicho investigador descansa fundamentalmen

    te en tres sistemas e proposiciones o modelos:

    el

    primero e ellos establece

    la normativa del procedimiento hipotético-deductivo; el segundo modelo trata

    e establecer el «continuum» del material arqueológico cultura material) me

    diante la clasificación y la taxonomía numérica; finalmente el tercer modelo

    es aquél que permite reconstruir los procesos

    e

    transformación

    e

    las cultu

    ras humanas, en las esferas e interacciones - subculturas/culturas- con

    el

    me

    dio natural, en una aproximación sistémica.

    Otros autores, tales como Chang

    48),

    Trigger

    49)

    o Deetz

    50),

    representan

    dentro

    e

    la «New Archaeology» una tendencia dirigida a la práctica

    e

    una

    arqueología contextual y clasificatoria, con un fuerte componente teórico

    inductista. Su finalidad principal se orienta a considerar prioritariamente la pro

    blemática

    que

    presenta el estudio tipológico, rechazando las comparaciones

    e interpretaciones etnológicas. En resumen pues estos autores investigan fun

    damentalmente las relaciones sociales

    e

    los grupos humanos a partir

    e

    la

    firme base de los datos arqueológicos estrictos. Deetz,

    al

    igual que Kluckhohn,

    aplica conceptos estructurales

    al

    estudio arqueológico.

    En

    los últimos años se ha desarrollado también la llamada «arqueología

    de los asentamientos», apoyada en los cambios demo¡;:¡ráficos influenciados

    por los factores socio-económicos. Esta corriente próxima

    al

    objeto teorético

    e la «Nueva Geografía», advierte e la importancia y

    el

    papel sustancial

    que

    poseen los estudios territoriales, espaciales, medioambientales y los análisis

    económicos

    que se

    derivan en relación con los asentamientos humanos pri-

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    CARME

    OLARIA PUYOLES

    mitivos o prehistóricos en este caso. Esta escuela iniciada por Higgs

    51)

    ha

    sido desarrollada con nuevas aportaciones por Renfrew 52) y odder 53).

    Otra corriente, alejada teórica y metodológicamente

    de

    la «New Archaeo

    logy», está representada por la llamada «Etnología prehistórica», cuyo princi

    pal exponente fue Leroi-Gourhan 54), discípulo

    de

    Mauss, posee una base

    conceptual estructuralista, Estudia los restos arqueológicos como documen

    tos materiales de los actos humanos susceptibles de ser ordenados concep

    tualmente. Su metodología de trabajo atendió, por tanto, a la precisión de la

    excavación y extracción meticulosa

    de

    todos los documentos posibles, sus

    ceptibles

    de

    integrarse en este lenguaje científico.

    Si

    bien rechaza la utiliza

    ción indiscriminada de la «etnografía comparada» y piensa en los riesgos

    de

    las comparaciones etnológicas; considera sin embargo que en casos son ine

    vitables. Gran parte

    de

    su obra se centra en el establecimiento

    de

    una semio

    logía prehistórica

    de

    los símbolos gráficos, y a través

    de

    la interpretación del

    mitograma, usando

    de

    un tratamiento matemático-estadístico para la informa

    ción «arqueológica pura»; el resultado, sin embargo, no escapa a pesar de

    todo,

    de

    un cuerpo téórico especulativo y a la postre

    de

    lo que se encuadraría

    dentro de una arqueología descriptiva.

    Para el soviético Masson

    55)

    como materialista histórico la finalidad

    de

    la

    Arqueología es alcanzar la comprensión de las regularidades, mediante el es-

    tudio evolutivo de la cultura material y las estructuras y superestructuras que

    componen las sociedades humanas, susceptibles de ser interpretadas en los

    objetos-restos-documentos- símbolos, etc. Este autor basa su investigación en

    los presupuestos del materialismo histórico: analiza las fuentes de información

    y reconstruye los modos

    de

    vida de los grupos sociales; la segunda fase

    de

    estudio vendrá dada por la interpretación etnocultural, cuya finalidad será aso

    ciar los nexos étnicos y las formas

    de

    comportamiento humano; la tercera y

    última fase tratará del análisis sociológico. Así pues,

    su

    método se orientaría

    a la reconstrucción

    de

    las estructuras económico-sociales y a las supraestruc

    turas ideológicas. Los instrumentos para realizar este proceso parten del aná

    lisis de la cultura material Arqueología), análisis geográfico y análisis social

    Prehistoria, o Historia).

    Binford en sus numerosos trabajos teóricos afirma

    que

    la Arqueología tra

    dicional no verifica ni sus proposiciones,

    ni

    tampoco establece sus propias

    explicaciones o criterios en base a la metodología empírica-deductiva, que

    en ocasiones aplica. La acumulación de hechos por sí misma no es explicati

    va, y por supuesto nunca alcanzará a establecer las razones cognoscitivas

    de los procesos de funcionamiento y cambio que se han producido en el

    se-

    no de las comunidades humanas; así como tampoco llegará a la compren

    sión de los denominados «modelos»

    de

    funcionamiento y las causas que los

    motivaron

    al

    producir cambios que pueden ser, según Binford, considerados

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    LA PREHISTORIA COMO

    CIENCIA SOCIAL A

    TRAVES DEL

    RENOVADOR CONCEPTO DE ARQUEOLOGIA

    27

    como «leyes de comportamiento social». a Arqueología tradicional, como su

    cede también con otras áreas del conocimiento histórico, ofrece unos presu

    puestos teóricos interesados por la descriptiva, la cronología y la compara

    ción empírica de las culturas materiales, que mediante procesos taxonómicos

    sitúan a los conjuntos culturales dentro de una cronología secuencial. Esta

    aplicación de la técnic se h traducido en que a menudo se considere a la

    Arqueología como tal técnica, y no como ciencia; el objetivo último de esta

    blecer tipologías líticas, óseas, etc.) fijadas sólo en los «objetos encontrados»

    h contribuido notablemente a presentar la Arqueología, como instrumento

    de ordenación cronológica que puede «narrar» los procesos sociales a través

    de la comprensión de los «fósiles directores», los cuales,

    al

    igual que el mítico

    dios romano Jano, son bifrones y su doble cara mira adelante pero también

    atrás; no hay dud de

    que

    el uso de fósiles directores constituye aún un logro

    en la comprensión de la evolución instrumental del hombre, desde

    que

    Thom

    sen lo aplicó para sistematizar períodos prehistóricos ya en la primera mitad

    del siglo XIX pero una idea

    «fijista»

    en éstos no proporciona ni mucho menos

    el

    conocimiento de la Cultura que han desarrollado a través del tiempo los

    grupos sociales humanos.

    La epistemología de la Arqueolog1a tradicional, basada en la tipología, se

    fundamenta en Hume, Saint Mili, Bacon y Kant; vinculada

    al

    Positivismo clási

    co, parte de unos postulados empíricos cuyos criterios taxonómicos o tipoló

    gicos adquieren erróneamente la categoría universal crono-cultural que esta

    blece los períodos de la Prehistoria. Buen ejemplo y resultado de la aplica

    ción arqueológica tradicional son las periodizaciones que para la Prehistoria

    europea ya establecieron Mortillet, Breuil, Peyrony y Bordes, entre las más re-

    levantes, y que sin dud significaron un gran avance en su tiempo e incluso

    más tarde, pero hoy ante las nuevas perspectivas debemos cuestionarlas. La

    Nueva Arqueología parte de las teorías de kuhn, Popper, Oppenheim y Hem

    pel, y

    que

    éste último desarrolló como un modelo cuyas leyes se formulan a

    partir de la aplicación del método hipotético-deductivo

    56);

    la estrategia de la

    investigación se inicia con el planteamiento de la hipótesis, y finaliza con su

    contrastación como verdadera o falsa. Para la Arqueología tradicional o

    si

    se

    prefiere la Prehistoria, las interpretaciones constituyen el resultado u objetivo

    final, sin que sean sometidas habitualmente a contrastación. Otra diferencia

    significativa entre esta última y la Nueva Arqueología es su propia concep

    ción, mientras aquélla, la tradicional, basa sus conjeturas en propuestas

    histórico-culturales, ésta, la nueva, se apoya en una metodología experimen

    tal dentro del sistema lógico-deductivo antedicho) para examinar los aconte

    cimientos, y de esta manera adquirir un control sobre las hipótesis de los pro

    cesos culturales. Para Binford y su escuela, la finalidad última de la arqueolo

    gía es la de comprender los hechos y las gentes a la vez que reconocer los

  • 8/18/2019 ART - La Prehistoria Como Ciencia Social a Través Del Renovador Concepto de Arqueologia

    9/16

    128

    CARME OLARIA PUYOLES

    procesos responsables de los cambios culturales. La «New Archaeology» bin

    fordniana propone verificar leyes con la finalidad de establecer una arqueolo

    gía nomotética.

    Esta Nueva Arqueología, basada en la lógica neo-positivista e inmersa en

    el materialismo cultural, no dialéctico pero sí evolucionista, entendiendo la evo

    lución de la cultura como una sucesión de fuentes de energía que han provo

    cado las paulatinas transformaciones sociales, ha dado lugar a toda una ten

    dencía científica interesada por explicar y entender el comportamiento huma

    no o etología humana, que se ha diversificado en otras, como la ecología cul

    tural,

    el

    análisis locacional «Nueva Geografía»), funcionalismo, interesándose

    en bases estructurales, las teorías de los sistemas, de los juegos y conjuntos,

    o bien la topología, la informática, la estadística analítica, así como también

    las ya conocidas teorías económicas e incluso Is etnográficas. Cuando menos

    pues, la Nueva Arqueologia, pese a las críticas, fundamentales o

    no

    que se

    le puedan hacer, ha despertado

    el

    interés hacia planteamientos científicos para

    superar los ya caducos presupuestos teóricos aplicados en el estudio de las

    sociedades humanas. Este renovador concepto de la Arqueología se propo

    ne verificar las proposiciones mediante la comprensión de otros hechos inde

    pendientes a aquéllas, y que han permitido formular dichas proposiciones.

    a

    verificación

    de

    la hipótesis,

    su

    validez o falsedad, es

    el

    fruto crucial del mé

    todo de trabajo propuesto. Binford, como máximo representante

    de

    la New

    Archaeology se apoya en leyes y sistemas, teniendo en cuenta la interacción

    mutua

    de

    las subculturas como subsistemas,

    de

    esta manera pretende esta

    blecer modelos generales y universales, y participa

    de

    la interdependencia

    funcional

    de

    todos los elementos constituyentes del sistema cultural, y la apli

    cación de los métodos matemático-estadísticos, con los análisis de correla

    ción múltiple multivariantes) o factorial. Así pues la cultura arqueológica es

    según Bintord, una visión normativa de la cultura que subraya aquéllas carac

    terísticas de la conducta humana compartidas por todos los miembros de un

    grupo social concreto.

    En

    esta rápida exposición hemos pretendido tan sólo dar a conocer, si bien

    muy

    someramente, los nuevos planteamientos conceptuales aplicados a la

    Pre-

    historia y la Arqueología. Somos conscientes que todavía restan muchas co

    sas por decir, entre ellas quizá la más relevante sería profundizar sobre

    el

    es

    tatuto científico de ambas disciplinas y sus consecuencias plasmadas en el

    compromiso socio-político necesario para la puesta en práctica de esta área

    del conocimiento, problemas

    que

    ya se vienen plasmando en los trabajos

    re-

    cientes 57), incluso por aquéllos

    que

    consideran a la ciencia

    como

    un sub

    conjunto de conocimientos dentro del conjunto global del saber humano, ba

    jo una óptica «postmoderna». Sin embargo, cuando menos, queremos subra

    yar

    el

    profundo esfuerzo tanto conceptual como metodológico en que esta

  • 8/18/2019 ART - La Prehistoria Como Ciencia Social a Través Del Renovador Concepto de Arqueologia

    10/16

    LA PREHISTORIA

    COMO CIENCIA SOCIAL A

    TRAVES DEL

    RENOVADOR CONCEPTO DE ARQUEOLOGIA

    29

    ciencia se encuentra inmersa. Las teorías irreconciliables y antitéticas los pa-

    radigmas contrarios o las posturas incontrovertibles imprimen un gran dina-

    mismo en los estudios

    e

    la evolución histórica como ciencia del Hombre

    dentro e una diversidad e procesos dialécticos que bien pudiéramos refle-

    jar en las palabras e H Melvin:

    « lus

    de lumiere et / ombre

    e

    cette limiere.

    Plus d ombre et

    la

    lumiere

    e

    cette ombre».

  • 8/18/2019 ART - La Prehistoria Como Ciencia Social a Través Del Renovador Concepto de Arqueologia

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