POR QUÉ UN NEGOCIO ES RED ES SUPERIOR A UNO TRADICIONAL, POR AQUILES JULIÁN
ARGUCIAS CONTRA EL TIEMPO, POR AQUILES JULIÁN, REP. DOMINICANA
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1
Aquiles Julián
ARGUCIAS
2
TIEMPO CONTRA EL
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e
2
Argucias contra el tiempo
Aquiles Julián
poemas
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e
3
© 2011 Lectofilia digital
1ª edición, abril 2011
Editado en Rep. Dominicana
Se autoriza la reproducción parcial o total de esta obra y su difusión.
4
A Cristina
5
Índice Presentación 8 Historia universal 12 Palabras de un anciano a su hijo 14 Sorprendido en una calle de Pompeya 16 Afiliación 18 A Joseph Brodsky 20 Kavafis 22 Anda con sus certezas 24 El poeta 26 Y si mañana, en vez de mí 28 Pequeña declaración de amor 30 Lorca 32 Roque Dalton 34 Cada palabra viene con su zurrapa 37 A un soldado en Irak 39 Cortázar 41 El poeta renuncia a su cadáver 44 Nada queda de ti 46 Un minuto antes de entrar al motel 48 Cristina 50 Vuelto hacia ti 52 Mujer, yo escribo estas palabras inútiles 53
6
Recomendaciones 55 25 de diciembre 57 Consejo 59 A esta lluvia le faltan sapos 68 A dónde escaparás que no llegues al mar 63 Calles 65 Dónde tu espera te espera 67 Al margen 69 El maquillista 71 Instrucciones al hijo 74 Hoja de vida 77 Encargo para el supermercado 78 Obras completas 80 Tenemos a bien recomendar… 82 Como un islote 84 El día de Pilniak 86 Algunos de mis contemporáneos, yo mismo incluso 88 Construimos estatuas para que otros las derriben 91 Si una mujer se llueve ahora 94 Oscuras vehemencias 95 Elegía a la enfermera del barrio 96 Hombre en medio del ártico 100 Pequeño mago 101 Mezclando los elementos del desastre 102 Una pared que no existe 104 Pies 106 Cris 107 De madera distinta 108
7
Lúcida voz 109 Luz que escampa 112 Pájaro 114 Sólo 115 Inmortalidad 116 Sueño, y la casa… 117 Ángeles 119 Mujer, cuánto tiempo 120 Retorno 123 Testigo incómodo 126 Turismo sostenible 127 Frente al mar Rojo 129 Aquiles 131
8
Presentación
Escribir poemas es una de mis pasiones. Los garabateo, los digito, los releo, los pulo, los guardo y van amontonándose en la memoria de la computadora, como antes se agrupaban en cuadernos que se extraviaban o que alguien, mi madre, por ejemplo, rescataba del olvido total. La poesía, se ha dicho y redicho al grado de que es verdad aceptada, no es mercadeable. Los poemas no venden. Los cuentos y las novelas entretienen, por lo menos; distraen. Los poemas no suelen ser del gusto del mercado lector. En realidad, vivimos una cultura que propone tantos medios de entretención, tanta distracción inútil, tanto ruido, que la poesía y la literatura, que tienden a problematizar, a profundizar, a indagar y despertarnos, no son materia grata. Claro, podríamos proponer una poesía un tanto light, pícara, doble sentido y buen gusto, lo suficientes como para que las damas se ruboricen, pero que no se escandalicen. El morbo las haría apetecibles.
9
O algunos poemas que canten temas cívicos o al amor sin mayores complicaciones expresivas, masticados para el rápido entendimiento de una masa habituada ya a contenidos predigeridos. El asunto es que el poema es un artefacto peligroso. Suele salirse con la suya y alterar a las buenas conciencias. Una vez, en 1970, fuimos a declamar unos poemas en un evento que se realizaba en el antiguo centro de torturas de El 9, en la carretera Mella. Cuando nos tocó el turno, recitamos unos poemas pintorescos de Darío Suro, que concitaron los aplausos entusiastas de autoridades eclesiásticas, civiles y militares presentes. Pero luego, en la segunda parte, cambiamos a un poema político, no del gusto del gobierno de entonces. Alguien nos alertó que nos marcháramos: habían llamado al J-2 de la Aviación, la Inteligencia militar, para que nos diera un raspapolvos. Y tal vez algo un poco más severo. Hicimos caso y nos fuimos del lugar. No sé cómo terminó el acto. Un poema de Roque Dalton, “Buscándome líos”, siempre me recuerda mi relación con el poema. Como Vallejo, queremos escribir pero nos sale espuma. A Hans Magnus Enzersberger, el gran poeta alemán, debo un título: Poesía para los que no leen poesía, que le hurtaría con gusto.
10
Hay todo tipo de poemas, porque hay todo tipo de personas. Si poiema es creación, sé que hay poemas que sólo yo podría escribir. Al igual que poemas que sólo tú, lector, podrías escribir. Hay temas que son tuyos y quizás de nadie más. Y una manera de decir que es tuya, irrepetible. Vivimos tiempos terribles, en que la inmensa mayoría de la humanidad, reducida a la búsqueda desesperada de la sobrevivencia, no tiene ni tiempo, ni hábito, ni gusto ni interés en leer poesía. No la cree necesaria. Y para ellos escribo estos poemas. En solidaridad.
11
12
Historia universal
La irracionalidad tiempo atrás hizo desperdiciar las
proteínas.
De hecho, se mataban y dejaban podrir la dulce carne
tan suave al paladar que se deshace
en jugos y sorpresas.
Vean que despilfarro esas batallas.
Qué de platos exquisitos se perdieron
en Hiroshima
¿Han probado un sushi de japonés neonato? ¡Qué
delicia!
Tantas exquisiteces echadas a perder.
Del pasado sabemos
13
que preferían alimentar los tiburones con carne
desesperada de inmigrante
que dar esa misma carne de comer al hambriento.
¿Y tienen los tiburones privilegios?
Pero la Era de la Razón se impuso, simple cálculos,
análisis costo/beneficio
y entender, como entendimos, que teníamos la
capacidad de producir, indefinidamente,
las proteínas necesarias. Ahora las matanzas poseen
un sentido:
abren el apetito y puede uno cargar con la mejor
parte del enemigo caído
para salar y guisar el mismo día.
14
Palabras de un anciano a su hijo
No le creas a la vida: es un engaño
y tu apariencia por igual
Ahora te sientes ahí rozagante
Piensas que el mundo se coloca a tus pies para que
camines
sobre él
que si te estiras un poquito alcanzarás la más remota
estrella
y ves mis restos con conmiseración
pero mientras la vida te entretiene con esos
pensamientos
los años que transcurren te pisotean sin misericordia
15
Pagas el precio de tu ignorancia
Nunca el mundo se hizo tapete para tus pies
Las estrellas remotas siguen allá, remotas
El posponer el esfuerzo te consumió la vida
Arribas al final a ocupar mi espacio
Este que te habla eres tú, eses que no me entiende
soy yo
Y este banco vacío en que no estamos
Es el final de ambos.
16
Sorprendido en una calle de Pompeya
Sorprendido en una calle de Pompeya
comiendo o dedicado al dulce cotilleo
de camino a la casa o de regreso de ella
ejerciendo el pregón o buscando qué robar
enamorado o ciego o despechado
indignado por el último edicto del César
pensando seriamente embarcar a otro lado:
tal vez a Hispania o la dulce costa del África
que guarda
innúmeros tesoros
haciendo el amor los encontró
17
o peleándose
durmiendo la hartura o penando
Por un trozo de pan
en las ergástulas húmedas y oscuras
o en la plaza
En algún sitio estabas
cuando fuego del cielo te ardió y la ceniza
dejó a la posteridad tu crispación y tu sorpresa.
18
Afiliación
Fui a buscar mi afiliación al Ku Kux Klan
seducido por la sábana blanca, esa
apariencia de fantasma que emerge de la noche
con su tea y su rencor oscuro
Llené la aplicación, todo muy pulcro, organizado,
Rellené las ventanas y ellos, comprensivos,
me indicaban sonrientes cuáles datos obviar
Se veía claro que me querían allí, con ellos
¡Qué receptividad! ¡Cuánta organización!
Cada cosa en su sitio, orden escrupuloso
¿Por qué tantas calumnias, pensé, sobre esta orden?
¿No necesitaríamos de su consejería?
19
Al firmar la solicitud al pie me agasajaron. Con júbilo
patente
me dieron la bienvenida y me invitaron
a jugar con ellos. La diversión empieza, pensé.
Acepté complacido y nos fuimos todos a un
descampado.
Entonces me pidieron cambiar mi atuendo: reglas del
juego son.
Me trajeron unos harapos, no la sábana blanca que
esperaba.
Y me indicaron que echara a correr despavorido
mientras ellos sonrientes rastrillaban sus rifles.
20
A Joseph Brodsky
Supongo que descubres que Occidente
no teme a la poesía
En realidad no le interesa:
carece de valor de mercado
y el poeta sobrevive de migajas
¡Qué diferencia! Allá en La Gran Mentira
le temen más que al demonio (en quien no creen)
Al poeta le ven cundido de palabras
artillado de verbos
revestido de ideas peligrosas
Un poeta nunca está a salvo de sospechas
Un escritor nunca es digno de fiar
Si te le acercas sentirás un burbujeo
el descontento eterno en él habita
21
No hay servilismo que recubra el peligro
Te hostigan, pero te temen
Te acosan, pero se asustan
Te recluyen te matan OK pero te tienen miedo
Saben que tus palabras les corroe el suelo
Y sólo es cuestión de tiempo para que La Gran Mentira se desplome
En Occidente las palabras se inflan, flotan ingrávidas
vueltas artificios inútiles
Revolotean en anuncios y discursos:
las pequeñas mentiras cotidianas que socavan la vida
Y luego de un período en que como animal exótico te exhiben
eres como pavesa que la brisa esparce
La cárcel por lo menos era un reconocimiento
más atroz sí pero más vivo que un premio
más terrible sí pero más real que una cátedra
más perverso sí pero con más sentido que extinguirse en medio
de la barahunda demente de Occidente.
22
Kavafis
Un oscuro poeta, que sobrevive a las servidumbres burocráticas,
se abisma sobre una página
Hilvana y desestima palabras
Busca apresar la memoria de un aliento
o una imagen feroz que marcha por su mente
Elabora sus versos
sin mayor esperanza
Ya sabe que la poesía no le librará del naufragio
ya sabe que la vida es esa monotonía
de días iguales y papel borroneado
ya sabe que la gloria le negó sus favores
pero él escribe versos para sobrevivir
versos inútiles que a nadie importan
23
y, sin embargo, son el testimonio
mayor de su existir
pedestal de palabras que expresa su agonía
y que le sobrevivirá para que
unos años después
a otro le estallen dentro sus palabras.
24
Anda con sus certezas
Anda con sus certezas como otro andaría con un palo.
Mira desde su torre, desde esa altura de los inmortales, a los lentos de mente
los que afanamos, erramos, dudamos y creemos
Preguntas como avispas, los agudos alfileres de las dudas,
preguntas que no cesan
Y él las batea, las repele, las descricaja
con sus certezas impolutas
Dueño que es de explicaciones minuciosas
datos irrefutables sobre el número de pelos en una pulga
o la fórmula exacta para cuajar el hielo
25
¿Quién, quién puede contra su bate? ¿Quién puede escalar
hasta su torre y cuartearla?
No hay hecho capaz de sacudir sus convicciones
No hay argumento que lo extrañe aún sea unos segundos de la verdad-a-toda-prueba
Firme en su muerte continúa su camino.
26
El poeta
La toma con amor entre sus dedos
Le quita mugre
Sopla en ella su aliento
para entonces pulirla, descostrarla
corregirle algunos rasguñones
restaurarla y retornarle el brillo
Son leves las palabras
delicadas
Fácil de ser dañadas, pervertidas
Fácil se embotan y pierden consistencia
Se vuelven ruido
interjección apenas
Necesitan
este trato amoroso
27
este cuidado
Alguien que las recoja y las redima
que les devuelva aliento y filo y vida
28
Y si mañana, en vez de mí
Y si mañana, en vez de mí,
llega mi ausencia
y donde ahora estoy
queda un vacío
un hueco que no late
una tristísima
tierra de soledad
un cielo ciego
Y si entonces tus ojos
se despueblan
de mí
y tus oídos quedan huérfanos
de mi voz
29
y mis torpezas se escurren y se pierden
y mi sombra
en la nada
se disuelve
y si se secan mis palabras
y se borran mis pasos
y mi recuerdo se destiñe en tu mente
¿Y si algún día
te preguntas
si fui o si me imaginaste?
30
Pequeña declaración de amor
Cómo no amarte
pequeña isla a flote
cómo no arder bajo tu cielo
cómo no padecer y no gemir
Ya yo quisiera vivir indiferente
pero no puedo, islita
Amo tu polvo y tus pedruzcos
tu gente hirsuta y tu honor maltrecho
porque has sabido cuidarme de mí mismo
fuiste paciente frente a mis desvaríos
y te he visto perdonar sin rencor
Te hemos agraviado de mil y una maneras
soportas y prosigues
31
y aún tienes tiempo para reír y reponerte
Gracias por regalarme el día soleado
la lluvia repentina
el calor abrasante y el mar multicolor
Gracias por cargarme de paisajes
Y pregones y música el corazón
Y por recordarme todas las bendiciones
que sin saber de ti recibo
32
Lorca A Alexis Gómez Rosa
No importa tu renombre
(o quizás, por él mismo)
un puñado de airados te interrumpen
te maniatan
te arrancan del lugar en que te encuentras
eres el rito de iniciación
de seguro no te han leído
este tipo de gente no suele leer poesía
y se sienten oscuramente vejados por tu vida
de algún modo tus versos los insultan
y de alguna manera tu vida les infama
Una torva pandilla se presenta proterva
y se adueña de ti
Se decide cortar el ritmo de tu aliento
33
aplastar tu rumor de mariposa
la límpida ilación de tu mirada
hacer añicos tu sonrisa
y darte un empujón a la inmortalidad.
Hay fatídicos hados ese día.
más tu voz clara permanece.
Y aún late.
34
Roque Dalton
Y si ahora resulta que quien te apunta era
en tu
creencia
amigo
uno que andaba como tú
del mismo lado
y no entiendes
intentas dialogar
y no te escucha
simplemente te informa tu sentencia
y toda argumentación se cuela en el hosco agujero
del cañón
35
Y si ahora tu vida
desgranada en conspiraciones
arduas tareas clandestinas
entrenamientos
viajes
cónclaves a escondidas
Imaginando tu algún día
el tiempo venidero de la
fraternidad
se condensa en la torva cavidad de la pistola que te
apunta
y en la mirada ya no fraterna ni cómplice del ex–
camarada
que dice saber que eres el enemigo
el mismo que antes era otro común a ambos
36
pero que ahora eres tú y que tu vida es un estorbo un
riesgo una amenaza
algo que hay que extinguir y concluir
imperativo de la lucha
y tú sabes que faltan poemas por escribir
tareas que realizar
un proyecto social que te demanda
pero no hay forma de explicar y de que el otro
entienda
y en tu mente refulge la frase que salvará tu vida
y al momento de hablar la palabra correcta
la razón persuasiva
el dato irrebatible que alargará tu tiempo
el fogonazo te sorprende
y entras a la muerte sin poder siquiera abrir la boca.
37
Cada palabra viene con su zurrapa
Cada palabra viene con su zurrapa
con su poso en el fondo
arañazos y embarres
trae su historia
sus pistas
sus residuos
de vida
y de andanzas
catástrofes
y fiestas
y entonces
para eso nos sirven
para usarlas de soporte
con los que compartir nuestro terror
38
nuestro amor
nuestra esperanza
¿para qué otra cosa
nos podrían ser útiles
las palabras?
39
A un soldado en Irak
Fuimos hacia la guerra con clarines
flameando en los discursos
Himnos sonando en los altoparlantes
Desfilamos con un paso único
desplegamos orondos las banderas e
hicimos mil promesas de victoria
¿Sabíamos a qué íbamos? No,
la guerra la conocíamos por películas
y seriales de televisión.
Nos retratamos junto a los cañones
y blandimos fieros las ametralladoras.
fotos para mostrar luego a los nietos
con pavorosas historias que nunca sucedieron.
Nos veíamos hermosos de uniforme:
40
mucho más que bajo este barro,
con tanta metralla y balas en el cuerpo,
inesperadamente destrozados,
muerta la lengua que ya no habrá de contar
cuentos y mostrar fotografías a los nietos.
41
Cortázar
Este hombre al que sus amigos en secreto detestaban
Pero usaban
Y al que sus ya no tan amigos amaban hasta el oscuro
fondo
Y que estaba en desacuerdo y, sin embargo, decía
estar de acuerdo
y al que la ira contra los verdugos conocidos le hacía
no ver
a los verdugos no conocidos y peores
este hombre que se desliza y se cuela por los poros
del día
y que persigue una palabra vana
una palabra inútil que refulge y que canta
42
un ejercicio inútil de la cordura y del desamparo
¿Qué hace este hombre entre verdugos?
¿Cómo cohabita con los torturadores?
¿Cómo cree sus mentiras y sus fábulas?
Mientras dormita alguien languidece en la ergástula
mientras almuerza alguien se arrastra tras la paliza y
al final
encuentra una patada
Y este hombre que detesta a los pérfidos asesinos
es marioneta de asesinos más pérfidos aún
A este hombre lo amo
con un amor que tiembla y que solloza
Ese hombre soy yo, lo sé en el fondo,
ese hombre somos tantos, tantos somos,
siempre comiendo de la mano de criminales que nos
consienten
43
a cambio de la complicidad y de mancharnos
las manos y el corazón con la sangre de otros
Sí, este hombre ingenuo que cree en las palabras
lo usan los que no creen en otra cosa que el poder
para que use sus palabras
ingrávidas, cromáticas, tiernas, recién horneadas
y encubra el palo y la macana y el puño que atropella
que aplasta y que reduce.
44
El poeta renuncia a su cadáver
Dado a elegir renuncio a mi cadáver,
renuncio a tenerte algún día
espero no tener que juntarme contigo
Déjame aquí entre los flamboyanes florecidos
entre las risas desguarnecidas de los niños
entre pregones y afanes para siempre
Elijo convivir con quienes sueñan y aspiran
con los que plantan un árbol para otros
con los que aceptan oír al que no los complace.
Si se me da a elegir, renuncio a irme
prefiero oír la música, la fiesta
45
del mediodía, la melodía de sazones y el húmedo
sabor
de los abrazos
¿Quién querría un vestuario de silencio y
sombra?
Aquí, urgido entre la gente,
musitando o a gritos declarando la vida
la alegría, el júbilo y las lágrimas
si es de elegir, renuncio a toda muerte
y prefiero la vida para siempre.
46
Nada queda de ti
Nada queda de ti, sino tu sombra
sino el hueco que resiente tu falta
sino una puerta por la que entra la soledad y ahora
implanta su silencio y su ostracismo
Nada, ni una brizna de sonrisa
ni un leve guiño
ni un suspiro que se ahoga y se devuelve
Busco las lindes del espacio tuyo
los márgenes previstos de tu cuerpo
y lo que veo allí es menos que nada
la sinrazón de ser y de no estar
Nada queda sino un eco tardío
47
la resonancia antigua de tu nombre
que no llega a ser gesto, vibración
un cristal que se hace transparente
y se disuelve en aire, se evapora
Nada queda de ti, ni una memoria
ni una migaja de recuerdo
ni una viruta o mota diminuta
Nada queda de ti sino el misterio
48
Unos minutos antes de entrar al motel
No lo saben
pero el descuido o el afán o una cuenta incorrecta de
los días
provocarán que un espermatozoide y un óvulo se
encuentren
Eso no está en los planes
Después
ambos se mirarán
incrédulos
y luego decidirán asumir consecuencias
No lo saben aún
todavía no han llegado
49
y han condenado ya a alguien a pagar una deuda
inmensa
no externa sino eterna
oirá hablar a sus padres (que no le contarán del
incidente)
de especies extintas y tiempos extintos
los oirá suspirar añorando las crisis del presente
que hoy les desesperan
y los escuchará hablar de árboles frutales en
montañas peladas
de baños en ríos que ya son cascajos apenas
y de un mundo más limpio que el que él vive.
No lo saben y ya son reos de ese delito:
han condenado a alguien a padecer la vida.
50
Cristina
Viajaré por países lejanos
territorios para mí desconocidos
exploraré regiones perdidas
y todo dentro de ti, amor, dentro de ti
Me hundiré en tu geografía convulsa
en tus pantanos y recodos
caminaré interminablemente tus páramos y
en cada cruce de camino
elegiré cara o cruz adonde ir.
No importa qué dragones qué monstruos
innominados
me aguarden
51
yo me internaré en ti
y no pienso, amor, ya regresar.
52
Vuelto hacia ti
Vuelto hacia ti, hacia tu oscuro púlpito
desprendido del ruido y la barbarie
Vuelto hacia tu nada personal, desnudo
de tus propias mentiras y sandeces
Vuelto hacia la historia propia
y devuelto de la mentira de la historia
retorno hacia tu carne y retorno
hacia lo que formó tus huesos y tu sangre
Vuelto como quien se cae de náuseas
Vuelto con una coraza de hormigón
tránsido de amargura y desengaños
mira tus sombras, lo único que tienes
Y te ríes callado porque has vuelto.
53
Mujer, yo escribo estas palabras inútiles
Mujer, yo escribo estas palabras inútiles
estas
palabras que sólo yo leeré
en la alta noche
sólo yo las musitaré para mí
mientras los demás duermen, fornican, ven TV
discuten las naderías del día
Palabras en que intento
vaciar mi corazón pero no puedo
palabras con las que me encubro y me disfrazo
tercas palabras que no sirven de nada
y que, sin embargo,
54
escribo como quien escribe su sentencia
Mujer
sé un poco paciente
con este escribidor insomne
que no puede
dejar de desprenderse de estas palabras
que muerden y palpitan
y con las que cada noche se desangra.
55
Recomendaciones
Si permaneces vivo
cualquier día te declaran el poeta vivo más
importante de tu patria
un pergamino
fotos
tal vez una pensión
una calle dedicada en la Feria del Libro…
Sólo es cuestión de tiempo y persistencia
en vivir
Te aconsejo
no mueras a destiempo
56
porque entonces en vez del
reconocimiento
ganarás el olvido
Con todo
la gloria será efímera
y el olvido te sobrevendrá como quiera
¿Te imaginas? Sobrevivir por una nombradía
que se olvida al instante
¿Y eso, si permaneces vivo?
Es mejor que hagas lo que te dé la gana
y si tienes que morirte ahora, da lo mismo.
57
25 de diciembre
Para los que agonizan
ahora
los que exhalan en unos segundos su último aliento
los que desmayan en celdas olvidadas
los que huyen, perseguidos
y sienten tras de sí el aliento de los perros de caza
Para los que se agotan en un esfuerzo inútil
los que sienten la vida como un castigo
los que presencian
imponentes el crimen
los que ponen el cuerpo para el látigo
los que padecen el abuso
y para los que lloran
58
Para quienes no tienen a quién recurrir ya
los que se quedaron sin voz para clamar
los que sienten que nadie los ve y toma en cuenta
Para los que reciben el salivazo
los que son impedidos de
entrar
al banquete
los que se sienten menos que nadie
los marcados los que mueren cada segundo de cada
minuto
en las mil y una muertes en vida
Para ellos (y también para los otros) alguien nació
alguien nace en este momento
y viene
a su encuentro
59
Consejo
No admitas
que me conoces
que hemos conversado y
compartido un pan
una humilde empanada de palabras
un jugo triste y pobre
Declara, por el contrario, en tu favor
haz tu acto de simple cobardía
niégame tantas veces
como puedas
o como te dejen
¿Es necesario uno más? Oculta
60
cualquier vínculo
incluso, solicita
que te permitan ser el primero
en golpearme
sé firme y contundente en la tortura
tal vez te salves
tal vez eso te excluya
61
A esta lluvia le faltan sapos
A esta lluvia le faltan sapos
hormigas voladoras
y el chapoteo de niños
Le faltan pequeñas mariposas
insectos que se acojan a la luz
que nos invadan la habitación y nos molesten
(y nos recuerden la vida,
Y nos obliguen a salir de la
rutina,
y nos concedan un poco de presente)
¿Qué es la lluvia sin el croar de las ranas?
¿Qué hemos vuelto, Señor,
62
el mundo que nos diste?
¿Qué es esta lluvia que ya no es lluvia
porque la vida ha huido de ella?
63
A dónde escaparás que no llegues al mar
A dónde escaparás que no llegues al mar
es más útil que cualquier alambrada
que una cerca eléctrica
que patrullas armadas y con perros feroces
Es el mar
la cortina de agua y tiburón y sed y sol y agua
y agua y agua
¿por qué lugar huirás que no te frene?
El sátrapa lo sabe
Él te deja jugar
un poco gato él, y tú ratón
y ésta su jaula.
64
Una jaula cercada
en que él te deja corretear
pues sabe
que al final, donde quiera que llegues,
allí él te hallará
e irá con sus verdugos
las herramientas del suplicio listas
a verte aullar el peor de los gritos
mientras él te sonríe.
65
Calles
Aquí, mientras me desplazo por las calles, topeto
con los esbirros y sus víctimas:
A ambos dedicamos nuestras calles.
Allí el infame que justificó el crimen
y aquí el que padeció la bala
Una esquina más allá el que pronunció el
discurso
a dos o tres cuadras del torturado
Cualquier plaza dedicada al orador felón
al que ocultó el hecho
al que se desgranó en loas
Y algunas calles para los que murieron
66
Pero, eso sí, cuidando siempre
de que el esbirro y su víctima
muestra maravillosa de justicia,
en ninguna ocasión
hagan esquina.
67
Dónde tu espera te espera
¿Dónde espera tu espera por ti?
¿Dónde te aguarda?
Paciente o desesperada, no lo sabes
dónde agoniza velando tu llegada
en qué lugar preciso está parada
en qué momento consulta su reloj
y mira una calle por la que nadie pasa
El día cae
y de repente, ¿No pensará tu espera
que su espera es en vano?
¿No sentirá inútil el esfuerzo?
¿No se irá entonces a otro lugar,
68
desalentada?
¿No se habrá ido ya
cuando tú llegues un minuto después?
69
Al margen
¿Quiénes cantaban cuando Homero
componía La Ilíada?
¿Quién estaba de moda?
¿Qué actor o actriz era famoso
cuando Li Po escribía sus poemas?
¿Quién era el deportista de moda
cuando Dante rumiaba su Comedia?
¿Quién era el divo
cuando Shakespeare?
¿Sobre quién se cernía la atención pública
cuando Cervantes escribía El Quijote?
El tiempo, leve, nos engaña.
70
El estruendo se desvanece y nada queda
salvo estas páginas que alguien escribió
para que perdudaran.
Al final, pasarán los Stalin, los Mao y los Trujillo
y quedarán los poetas que en las cárceles
desde cuartos inmundos y en la humedad nocturna
se negaron a sumarse al coro,
a aplaudir la matanza.
71
El maquillista
A Heberto Padilla
Inicialmente, pidieron al poeta
simplemente silencio. Le enseñaron las rosas y
ordenaron:
“Limítate a ellas. Habla de su perfume, su color, su
tersura.
aparta ahora la vista y déjanos actuar como
debemos”.
Luego se le acercaron de nuevo
y le instruyeron: “No hables de lo que ves, sino de
aquello
que querrías ver. De cómo el mundo será
después de que este horrendo tiempo pase
72
y las tareas desgraciadas que nos tocan hacer
la hagamos. Pinta el sueño, pinta el futuro.
Sé un ingeniero del alma” y para eso
pusieron en sus manos premios, ediciones y
reconocimientos.
Entonces echó mano a sus palabras
y se extasió en contemplar el paraíso
mientras a su vecino lo sacaban a medianoche de la
cama
y lo perdían para siempre en una cárcel.
Por último se le acercaron,
sorprendidos por su habilidad para adecentar
con la palabra la vida sórdida y pidieron
“Escribe sobre nosotros.
Píntanos como debíamos haber sido.
Exalta nuestros hechos y disfrázalos.
73
Haz que nos amen, nos veneren y respeten.
Muestra que eres capaz de todo,
como nosotros”
Y entonces con palabras que se podrían en sus manos
empezó a maquillar a monstruos.
Monstruo él mismo entre los monstruos.
74
Instrucciones al hijo
No temas, hijo, ayuntarte al infame
aplaudir vociferar reunir palabras laudatorias
y ser voz relevante en el coro
No temas ser servil justificar halagar hasta la náusea
eso puede garantizarte pan y techo
y tienes posibilidad de preservarte de su ira
Mantén el oído alerta a los rumores
el ojo avizor a los conciábulos
no participes ni delates
siempre da a entender al próximo infame que puede
contar contigo
Mantén distancia con los aspirantes a héroes
75
(son un peligro público)
Si el amo cae
si el complot tuvo éxito
si las muchedumbres se abalanzan sobre las estatuas
y las derriban
borronea rápido unas palabras de condena
di el suplicio al que fuiste sometido
revela que ocultaste protegiste
di que soportaste estoicamente por tu familia
pero que, en el fondo, nunca estuviste en contra
que aceptaste por prudencia, por tus padres, por
cobardía incluso
y descubre rápido quién es el nuevo amo
y ponte a su servicio
Mantendrás la cabeza sobre tus hombros
el pan no faltará en tu mesa
76
Ya anciano encuentra a alguien que escriba tu
biografía
paga a periodistas que amplifiquen tu historia
miente, falsifica, adultera sin pena
que una fábula embellecida sustituya los hechos
qué un testimonio falaz preserve tu apellido
dona haz obras de filantropía
hazte un buen ciudadano ya al final
y sé el orgullo de tus nietos.
77
Hoja de vida
Supones que el sicario hizo hoja de vida
¿A cuántos torturó? ¿En qué tipo de suplicio
se ha especializado?
¿Algún postgrado o certificación internacional?
¿Guantánamo? ¿La Habana? ¿Moscú?
¿Qué tipo de armas domina? ¿Por cuál
cementerio responde? ¿Cuántas viudas le deben su
condición?
¿Será mucho pedir que sus víctimas les
firmen cartas de recomendación?
Inclúyase dos fotos 2 x 2 y copia de la cédula.
78
Encargo para el supermercado
Como que busques en el anaquel algún paquete
predigerido
de amor y me lo traigas
pulcro, pasteurizado, listo para consumir
Revisa la etiqueta, los ingredientes
y si tiene algún certificado ISO 2012 ó 5,000
patentes y permisos requeridos
y maneras de uso ¿vendrán también recetas?
Pregunta en qué lineal está
si hay afectos en cantidad suficiente
alguna oferta de caricias
79
besos y abrazos en un combo o algún plan de esos
“Ame ahora”
que luego podemos redimir
en cuotas cómodas.
80
Obras completas
Crees seriamente que es un homenaje y es una burla
Hurgan en tus papeles, persiguen aquel trozo
descartado
que no purificaste con el fuego
rebuscan en periódicos, revistas
álbumes y todo tipo de posible soporte
el poema que no llegó a cuajar,
la expresión infeliz, el vago gesto que quiso ser y no
logró fundarse
toda una retahíla de escritos que nunca quisiste que
quedaran
para que ahoguen, sofoquen, opaquen
81
aquellos dos o tres poemas tuyos que merecen
sobrevivir y perdurar.
82
Tenemos a bien recomendar…
Nuestro problema en realidad no es de
procedimientos,
es de fotografía
Tenemos que aprender cómo disimular los
garrotazos
qué zonas no tocar del cuerpo
dónde infligir dolor sin que genere ronchas
verdugones
marcas que nos delaten
Tendremos que promover algún entrenamiento
una certificación ISO
para que la tortura se haga con calidad total.
83
Qué padezcan, pero que no se note
Qué emitan alaridos desgarrantes
pero que nadie pueda incriminarnos
Llevemos el suplicio a un nivel superior
y enseñémosles a sonreír a cámara previo al flash.
84
Como un islote
Como un islote sobre ti cagan las gaviotas
Y aguantas o
no te das cuenta
O aceptas
O disfrutas
Hay muchas opciones de respuesta
Alrededor la mar se encrespa a veces
y otras se tiende mansa
El cielo se encapota
Y en otras en un inmenso lago azul sin una nube
Y como un islote mantienes
tu presencia
Indiferente al aguacero pertinaz
o a los vientos que presagian tormenta
o a la blonda mano del sol que te recubre
85
entiendes y prosigues
Un peñasco inaudito
bajo el día indebido
86
El día de Pilniak
Todos tenemos un juez Ulrich que ya tiene su sentencia lista
Lo otro es simple procedimiento
Podemos clamar desmentir justificar arrodillarnos
El tiene prisa en dictar el fallo pues hay otros cientos pendientes que fallar
y para todos tiene la sentencia lista
¿por qué, entonces, prolongar la farsa?
Todos sentimos que manejamos relaciones
Tenemos acceso a los despachos
y nos sentimos prendidos como un imperdible a las solapas del líder
Somos una especie de niño retozón
inquieto y manituoso, pero querido
y nos pensamos así, en especial queridos, y ¿por qué no? los más queridos
87
¿no somos acaso los heraldos que cantan las proezas del líder?
¿no embellecemos con rimas y metáforas sus crímenes?
¿no fijamos en rutilantes versos para el porvenir su biografía?
A todos, en algún momento, nos procesarán
Ya partió el automóvil lleno de matones en el que vienen a prendernos
¿no sientes su ronquido ominoso?
Atisban, desde las ventanas discretamente abiertas, los vecinos
Nosotros, mientras tanto, pulimos un verso en que exaltamos la obra prodigiosa
del tirano
Creemos, ingenuos, estar a salvo
Soñamos las nuevas glorias con que nos honrarán
en el momento exacto en que tocan la puerta, la derriban
y vienen por nosotros
mientras el teniente Shevelev carga de tiros su pistola.
88
Algunos de mis contemporáneos, yo mismo incluso
Algunos de mis contemporáneos, yo mismo incluso,
mandamos a Joseph Brodsky al gulag
Él persistía en cantar sobre los griegos cuando lo que el partido mandaba era cantar sobre Lenin o, mejor aún, sobre Brezhnev
(nos podrás escuchar excusarnos, justificarnos, desvincularnos,
inventar explicaciones que no calentarán aquellos días ateridos). Algunos
apretamos el gatillo que cegó la vida de Gumiliov
que reventó la cabeza de Pilniak
Y también fuimos de los que pedimos a gritos las condenas a muerte
o que clavamos a Trotsky la piqueta con ansia
89
convencidos de que caminábamos en el sendero recto de la Historia.
Sólo que la historia no se escribe con mayúsculas
ni posee sendero alguno. Fuimos, en la mañana gris, a cumplir la tarea.
Le metimos el cañón de la ametralladora a Padilla en la boca
Y le vimos temblar, mearse y nos reímos de su miedo.
Vimos los ojos desconcertados de Roque Dalton
un segundo antes de que le restrallara el tiro y el poeta se desplomara sin sus versos.
Algunos de mis contemporáneos, yo mismo incluso,
cantamos melosos a los asesinos, medramos de las virutas del banquete
y por nuestras alabanzas recibimos viajes, preseas y ediciones
Sabíamos, claro que lo sabíamos, que los otros se podrían
pero inventamos honrosas explicaciones infames
Algunos uncimos nuestra alada palabra al torvo transitar de las orugas
90
convencidos de que los tanques abrían el futuro
Fuimos albañiles del muro en Berlín
o participamos de la masacre a los obreros húngaros en el 56
En nombre de su liberación y sí, los liberamos de sus cuerpos y sus vidas
Erigimos mentiras clamorosas y ondeamos sus banderas
y creímos que la sangre que las teñía era tinta, simple tinta china
y no la de los estudiantes de la Plaza Tien´anmen
Nos sentimos excusados por nuestros versos
colegas de Neruda, Eluard y de Guillén
Así que sobamos la pistola y decimos que es una inspiración
y a continuación le descerrajamos un tiro a quien se ponga enfrente.
Ahora entiendo por qué algunos de mis contemporáneos
prefieren no creer en Dios ni el más allá
¿Ustedes imaginan todo lo que tendrían, tendríamos, que explicar?
91
Construimos estatuas para que otros las derriben
Construimos estatuas para que otros las derriben
monumentos efímeros
elevados para la cólera de otros
los antiguos siervos de la gleba
el populacho la turba airada que en una riada de rabia y vociferaciones
se desmanda contra sus antiguos adorados
Nos podremos reunir en Yalta o en Postdam
o quizás en Teherán bajo el palio de misiles de largo alcance
como gritos colgados de la nada
Podemos estrecharnos las manos con Molotov y Ribbentrop
92
y luego olvidar el acuerdo y modernos con fiereza
Este es el mundo que heredamos y corrompemos
el que destornillamos y cavamos y al que herimos
con la saña de perros enfurecidos
Qué naos ahora nos retornará al origen
Ya no tenemos esa ligera desviación del eje, ahora es mayor
93
Si una mujer se llueve ahora
Si una mujer se llueve ahora
digo, aclaro, que cae chubasco torrencial o lluvia fina
ventarrón jubiloso o blando céfiro
Si una mujer se abate sobre uno
sobre el momento, sobre el instante
sobre cada palabra como un alud de palomas
como un torbellino feraz dorado y claro
como un rocío espeso y renovado
Si una mujer se vuelve ahora
aguacero pertinaz sobre tu cuerpo
¿qué tan horadado quedaría el corazón?
94
Mi esposa cada día
Mi esposa cada día hace pequeños huecos al aire
y por ellos me empuja
túneles leves que hacen al día esponjoso
un entramado poroso el que ella sabe hacer en el día
al que dirige como un director de orquesta
en un repertorio de gestos, miradas, chasquidos
y palabras amables, cariñosas o de reconvención
Voy reptando por las distintas estaciones del reloj
bajo el cuidado tibio de Cristina
Yo, el beneficiario mayor de sus afanes cotidianos.
En unas horas, perforado por todos lados, el día cae abatido
El aire se hace grácil y entonces ella me acuna
y me coloca una medalla de niño bueno
mientras plácidamente ronco y la desvelo
95
Oscuras vehemencias
La oscuridad tiene su propio diálogo
conviene que se exprese
El desconocimiento abre espacios
territorios que invitan a cubrirlos
Está la muerte y está la aventura
y en la mañana ambas se te ofrecen
como amantes
La siembra es lo importante
despojarte
dejarlo todo y partir sin carga alguna
Cuida tu piel del polvo que enmohece
Tarda la noche y cuando llegue
bienvenida
96
Elegía a la enfermera del barrio
A Miriam Barrera Gautreaux
Crecí testigo de los pequeños heroísmos cotidianos de mamá
La incertidumbre del pan la hacía aferrarse a Dios. Él proveerá, decía
y de maneras que rozan el milagro
Dios no la defraudó. Mi madre, mientras tanto
era la médico
consejera
asistente
del barrio
que iba a consultarle porque mi madre no cobraba consulta
y miraba a sus vecinos con ojos de misericordia (mientras hacía memoria de sus días en la Clínica
97
Internacional como enfermera, y hablaba del doctor Molina y
y otros fantasmas de los años 50).
Año tras año ella movía su artillería de vida
(ante la aguja diminuta vi temblar los violentos)
Mamá era la reina de las inyecciones , la que ponía a los comecandelas
a desmayarse. Señora del bencetazil y el antibiótico
del complejo B hierro y todo tipo de inyectable
de casa a casa por el barrio que aprendió de memoria sus pasos y los vio encorvarse
volverse inseguros, caminar de aquí a allá
Las calles de Villa Faro la vieron envejecer junto a sus jeringuillas
Un día el cabildo le hizo un reconocimiento:
a mamá le dieron una placa frente a sus hijos, en un parque y a ella
que se suponía endurecida por el arduo ejercicio de la enfermería,
se le anegó el corazón
98
El pétreo corazón de una enfermera habituada a lidiar con el dolor humano
crujió y se astilló en lágrimas
Allí estaba mamá: enfermera, doctora, trabajadora social,
la que escuchaba las cuitas de chulos infectados y les inyectaba el bencetazil prescripto
la que hacía las visitas de rigor, su apostolado ambulatorio
en aquel viejo Villa Faro que perdió sus límites,
temblando emocionada junto a sus hijos, la gente de aquel barrio diciéndole te quiero.
Cuando mi hermano me llamó y me dijo así, a secas, “Mamá murió”
yo estaba convencido de que era inmortal
Aquella viejecita tendida y silenciosa
¿a quién ahora en el cielo estará inyectando? ¿Quién te necesitaba allá, mamá,
que nos dejaste? Y todo el barrio que ya era tu familia
te lloró, fue contigo y te rindió homenaje.
Vieja Miriam Barrera de inyecciones a crédito
99
hospitalaria y frágil y entregada a los otros
Sé que camino al cielo ya te habrás detenido: alguien necesitaba de ti y tú acudiste.
100
Hombre en medio del ártico
Mirar y donde quiera el vacío
Páramos en que el grito se agrieta y cae vencido sin encontrar oreja
un silencio que aplasta y no hay nadie
nadie con quien intercambiar un gesto
no es el lugar, puedes ser en el ártico
o en medio de la calle en Ciudad México
(por decir una ciudad poblada)
o ese residencial en que no conoces
quién vive en el piso tercero
cada quien habitando su desierto propio
cada quien recluido en su páramo
en medio de la ciudad en que tocó vivir
eres sólo ese hombre que en medio de ártico
No encuentra con quien cruzar unas palabras.
101
Pequeño mago
Hay un momento en que inventas el mundo,
todo ocurre ante ti por vez primera
inventas el amanecer, la lluvia, el desparpajo
de las palmeras que sacuden la brisa
el perenne batir de las olas contra los arrecifes
el ronco rugido terrestre de las montañas
En tus ojos inician los días espléndidos de sol
también la bruma el progresivo desperezarse
el crepitar de los minutos
y tú, como un pequeño mago
miras el prodigio de la vida inventarse ante ti.
102
Mezclando los elementos del desastre
A Álvaro Mutis
La tarde avanza mezcla
los elementos del desastre la mirada
que se desprende del rostro y flota desasida como aguamala
perdida entre los oleajes de luz que van rindiéndose
Arden los techos hay quienes duermen mientras caminan
zombies sonámbulos
Cada minuto cava su propio pozo
En fango triste se revuelca el fuego
esplende sus fulgores esgrime sus espadas llameantes sobre la cañada
cabalga entre humedales y marismas
Haz cálculos ahora
103
eleva tus propias pirámides
artilugios inútiles; siempre podrán desentrañar los pasadizos
rebuscar las rutas tapiadas y alcanzar el lugar de reposo
pero allí ¿Qué encontrarán?
¿cuál será el pago del sudor y el esfuerzo?
Yo, el faraón, me elevo sobre tanta arena muda,
toda mi vida transcurrió en vano
y el único bien que hice fue involuntario:
un pan calmó un hambre con lo que sustrajeron de mi tumba.
104
Una pared que no existe
Una pared que no existe es una estatua de la ausencia
una fruta de cemento que no florece y se yergue
altiva como una mirada
Hubo unos pasos que pudieron haberse dado sobre ella
una mirada que debió detener
Una pared que no existe carga con culpas posibles
Imagina el cansancio de los pájaros
no la encontraron para posarse y reposar su agotamiento
Una simple pared y el mundo es otro
Marca un límite define y crea dos lados
No es sólo una acumulación de bloques y cemento
es una duplicadora
105
como un espejo que de uno hace dos
Quien no la levantó es culpable de haber dejado al mundo
sin un lugar para unos pasos, una frontera para una mirada,
un lugar de descanso para los pájaros
y un mundo pobre, vuelto uno cuando debió ser dos
106
Pies
¿Qué sirve de los pies, qué pasos
guardan finalmente utilidad? En ellos no hay rumbos,
son simple movimiento ciego. Pies que se mueven, sí,
andariegos, caminan como si no lo hicieran,
andan hacia ninguna parte.
Así desgranan los escasos minutos de la vida.
Luego están las ampollas, el cansancio que los desmorona,
los ves y te dan pena estos pies maltratados,
como si su función fuera sólo caminar
y no llevarte a ningún lado.
107
Cris
Cada noche navego hasta tus tibias costas
Llevo, como bien sabes, las velas desgarradas
Vientos violentos me azotaron
La quilla hendida, en realidad
no sé cómo pude salvarme del naufragio
cómo sobreviví hasta este instante
En tu rada segura me repongo
Reconstruyo el velamen, la arboladura
restauro mi bagaje, restaño grietas,
Y eso cada noche, noche a noche,
me alimentas del pan de tu corazón y tu sonrisa
me nutre tu cuerpo tibio mi ancla viva
A las cuerdas de mis brazos me acojo y con ellas
me aferro a la vida que es a ti que lo eres tú.
108
De madera distinta
De madera distinta y distinto metal
de brisa si soy agua, fuego si tierra soy
prado reverdecido cuando soy gruta
pez que nada en el aire cuando soy piedra inmóvil
cuando llego a mis límites colocas la escalera
por ti alcanzo niveles imposibles
tus manos poderosas me impulsan y me llevan
donde nunca por mí podría llegar
Eres la piedra fundamental de mi biografía
añade música a mi nombre
nací para encontrarte, eres mi yo
109
Lúcida voz
Lúcida voz
garabateas tu silencio
marcas
tu ausencia
un hueco en el estruendo
un vacío repentino
que al no decir proclama
El no hablar también yergue paredes
en que la voz habita
es su casa
Las estridencias
de los discursos y las proclamas
110
los fastos delirantes
el rechinar continuo de la matraca
parloteo incesante
arcoíris de estruendo que no calla
decir que no lo es
ruido tan solo llenando el espacio
que dejó vacío
la palabra
En cualquier ejercicio
de la voz
más allá de piruetas
el aire prende en llamas
fuego que purifica
un carbón
encendido brillando en rojo fuego
cada letra un tizón
111
sílaba-flama
¿Quién clavetea unos versos y los deja
prendidos en la tarde
y luego se marcha?
Árbol enraizado en los sentidos
que dan sabia y fuerza al sonido que hacia el cielo
se alza
112
Luz que escampa
Cada segundo arriba con su campanada. Si la oyes
o no la oyes importa poco.
Así que el tiempo es un redoblar continuo.
Y tú estás a 2,000 campanadas de mí y yo
quizás a más, no sé.
Cada segundo llega con su termita. Corroe el hierro
y la piedra. Su herrumbe pulveriza la roca y cambia
el curso de los ríos.
Y arroja olvido sobre las hazañas de los héroes.
Y arroja lodo sobre principalías.
Y enmohece los blasones,
derrenga las heráldicas,
y torna inútil toda fama pues
al final nada queda
113
El olvido como hongo se posesiona de todo y lo corrompe.
De este teclado nada sobrevivirá.
Escribo en una lengua muerta que luego sólo sabrán
eruditos decrépitos que morirán
sin dejar aprendices. Sabedor, por fin,
de la inutilidad de estos afanes.
¿Por qué, entonces, me doblo sobre la página, persigo
el adjetivo que matice, la palabra que ilumine,
p el hombre es así de ilógico y vano.
Hemos edificado reinos que ya nadie recuerda ni conoce.
Y sobre los restos de templos y palacios construimos otros.
Izamos velas y corrimos a perseguir el horizonte.
Y así de vano es el esfuerzo, pero en el camino
de alcanzar el límite,
poblamos nuevas tierras, sumamos islas y continentes,
llegamos a los pueblos bárbaros
114
Pájaro
Este pájaro tiene una sombra que vuela
El ya no lo hace, renunció
pero su sombra no lo sabe.
Mientras el pájaro agobiado por el sol implacable
dormita en una rama
su sombra cruza el aire y lo remonta
liberada.
115
Sólo
Sólo partir llevándote conmigo
Sólo ir donde sea contigo dentro
Sólo estar tan en ti que ya no sea
más tú misma que yo, más tú misma.
116
Inmortalidad
Viéndote dormir entiendo
que este instante es inmortal
Por tu respiración cruzan los ángeles
y la luz se acoge a ella
El mundo existe para que tú respires
y duermas
Y yo vele a tu lado
Por los siglos
de los siglos
Amén
117
Sueño y la casa…
Sueño y la casa parte conmigo
Vuelta navío expande sus velas y sus jarcias
levanta ancla, navega conmigo a bordo
ambos boyando en la corriente tibia del sueño
A veces calmo, a veces tempestuoso
cómo me sorprende verla incólume
reparadas las quebraduras padecidas la noche anterior
y aguardar en silencio el nuevo viaje
la nueva aventura
¿Podrá algún día suceder que ni ella ni yo volvamos?
¿Un accidente, acaso?
No hay temor, cada noche ella presta vuelve a ser
mariposa que se desata de la oruga,
navío secreto con disfraz de casa
118
Salimos a la vida dispuestos a afrontarla
y en la mañana, cuando despierto, la encuentro allí
doméstica, cómplice y esperando.
119
Ángeles
Si quieres verlos, los ve. Están ahí.
Revolotean entre las cosas.
Nos acompañan.
Suelen venir vestidos de personas: Cristina,
por ejemplo.
Y se dedican a la ardua tarea de enseñarnos,
de pulirnos,
de hacer que ascendamos un peldaño
desde nosotros mismos.
Tienen distintas caras.
Distintas estrategias.
Y Dios nos habla por ellos, cada día.
120
Mujer, cuánto tiempo
Mujer, cuando tiempo y
cuándo esfuerzo y
cuántas pruebas hubieron de pasar.
La creación, cataclismos de estrellas,
la explosión de galaxias
girando en la noche estelar,
fulgiendo y colapsando,
un interminable chorro de radiante luz
estrellas, planetas, constelaciones
y luego la masa ígnea que luego fue la tierra,
magma bruto azotado por meteoritos
hasta que en la noche sideral pierde calor,
se enfría y nacen por la Palabra
121
continentes y océanos
y el cielo se despeja para alimentar la débil vida.
Y así, desde la célula primaria,
escrita estabas tú, desde
el plasma, las primeras proteínas,
las primeras reacciones que dieron origen
a tu arquitectura.
Luego se fue puliendo en años, en milenios, en millones
de años tu entramado de carne y sangre y vida.
La humanidad hubo de venir caminando hasta ti,
a este momento.
Las epopeyas, mujer, el afanar interminable
de la historia del hombre,
las migraciones, las proezas marinas,
todas las aventuras humanas que ocurrieron, ocurrieron por ti,
pasaron para que yo pudiera llegar a este momento
de encontrarte, de conocerte y de colmarme de tu lumbre.
122
Y ahora, sé, ya por ti
que no hay absurdo alguno: dotas
la vida de sentido
y sé que, por ti y para ti, es por lo que todo existe.
123
Retorno
Unos años después
olvidándolo todo
conciábulos e infamias
el dardo artero
la minúscula torva infamia
el lodo triste
esparcido por aquí por allá
todo ya preterido
opacado por la niebla de los años
unos años después
¿ya lo tendrán previsto?
se pedirán sus restos
es buen asunto que la garganta hirsuta
124
polvo esté hecha
se pasarán de largo las viejas disidencias
y también las mentiras esparcidas
Se pedirá que la magra osamenta
retorne a los calores de la isla
papeleos y notas diplomáticas
y un oportuno afine de la claque
para acallar la voz de quien se oponga
(porque no se puede perder la maestría ganada)
Retocados los textos
pulidas las aristas y reducidos a lugares perdidos
los versos urticantes
se maquillará todo
se dará la versión oficial definitiva
quién sabe qué se inventará
qué dulces fantasías aliviarán la carga
Roncos discursos
125
enarbolarán tropos
al aire los clarines, las fanfarrias
y los hijos de los carceleros harán guardia en el féretro
para recordar al poeta, no importa en qué lugar se encuentre,
que la ira oficial sigue impoluta
y que le toca pernoctar cada noche
de ahora en lo adelante
entre esbirros.
126
Testigo incómodo
He visto lo que no debía
me he dado cuenta al final
engañado al igual que muchos
ante mí impertérritos se quitaron su ropaje y entorchados
sus plumas y condecoraciones
para quejar en su incómoda mugre
los tiranos sonreían
como quien se excusa
y alegaban razones atendibles.
Luego me recordaron
que cuando ellos clavaban la daga o apretaban el dogal
yo también sujetaba a la víctima
por poderosas razones de Estado
127
Turismo sostenible
Hay que enseñarle a la cigua que pose
entrenar las ballenas
y que la photosession se produzca
mientras se agita sonriente una bandera
Podría ensayarse el patrocinio
sobre lomos de cetáceos ¡tremenda idea!
la marca A mostrando sus bondades
mientras una foca aplaude delirante
Ir por la lagartija y domeñarla
para que haga quién sabe qué piruetas
enseñar a la bailar a las iguanas
y a la jutía domesticarle el canto
Entre las obras públicas diseñar nuevos saltos,
inventar cuevas y nuevos pictogrifos
128
Nuevas aldeas en que remedemos
taínos primitivos
que inventen un tam-tam y un lenguaje y
unos ritos
y sonrían al ser fotografías y grabados
en camaritas digitales.
129
Frente al mar Rojo
Aquí el mar ensaya su arquitectura frágil
Allá, a lo lejos, viene la polvareda
Te encuentras en el límite, a orillas del mar Rojo
y a tus espaldas viene gritando el Faraón
Viene a comerte vivo
a golpearte y matarte
viene con odio contra ti y tú ¿qué haces?
Frente a ti está el mar, el desafío,
y escuchas la promesa de echar a andar en él.
te angustias, mira la polvareda que se acerca y tal vez
ya escuchas el ulular de guerra
Frente a ti está el mar y basta
dar solo un paso al frente
confiado en quien te trajo aquí y no
te desampara nunca
Él sólo espera que tú des ese paso
para abrir el mar Rojo y demostrar su gloria.
Y tú ¿qué haces?
130
El faraón se acerca cada vez más, viene por ti
el mar Rojo te espera
Y tú ¿no te decides?
131
Aquiles
No hay Aquiles sin Troya y sin talón
Al final de los afanes, el guerrero descansa
cae la mano temida
y los ojos desafiantes se cierran para siempre
Si bien las horas se cargan de gloria y de leyendas
al final sólo quedan historias
que se pervierten de una boca a otra.
Todo termina por perder su brillo y nombradía.
Los oropeles caen
y el tiempo vuelve jirones la más brillante fama.
Ahora que la espada enmohecida yace junto a la
tumba
¿dónde quedaron las glorias y los lauros?
Ah, tú, guerrero, desde la sombra imploras
una segunda oportunidad
para cambiar tantas decisiones,
reducir los afanes y vivir, no para lo perecedero
swino para lo eterno.
132
Pides algo imposible. Tu tiempo te fue dado
y en vez de convertirlo en motivo de gozo
te dejaste seducir por los discursos, el ruido de los
sables,
la gloria prometida
y marchaste animado a encontrar tu muerte.
Y tú no lo sabías.
Y tú no lo sabías, tonto Aquiles.
133
Colección Lectofilia digital
1/ palabra dada / ensayos Aquiles Julián
2/ Argucias contra el tiempo /poemas Aquiles Julián
134
Argucias contra el tiempo/ poemas
El libro
Si poiema es creación, sé que hay poemas que sólo yo podría escribir. Al igual que poemas que sólo tú, lector, podrías escribir. Hay temas que son tuyos y quizás de nadie más. Y una manera de decir que es tuya, irrepetible. Vivimos tiempos terribles, en que la inmensa mayoría de la humanidad, reducida a la búsqueda desesperada de la sobrevivencia, no tiene ni tiempo, ni hábito, ni gusto ni interés en leer poesía. No la cree necesaria. Y para ellos escribo estos poemas. En solidaridad. El autor
Aquiles Julián (El Seibo, Rep. Dominicana, 1953) Escritor, teatrista y cineasta dominicano. Ganador de importantes premios literarios en su país. Empresario de network marketing. Editor de varias colecciones digitales, entre ellas Muestrario de Poesía, La Biblioteca Digital, Libros de Regalo y
Lectofilia digital. Sus artículos se reproducen en medios y blogs de distintos países, entre ellos España, Perú, Uruguay y Estados Unidos.
2011
l ctofilia d i g i t a l
e