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ARGENTINA Y LOS PAÍSES DE SUDAMÉRICA: EVOLUCIÓN DE LA
INTEGRACIÓN ECONÓMICA REGIONAL
EJE TEMÁTICO PROPUESTO: CELAC, UNASUR, MERCOSUR, ALBA, CAN.
Negociaciones y tensiones para la unidad. Los problemas de las asimetrías.
AUTOR: MIOLA, ROBERTO NICOLÁS*
PALABRAS CLAVES: integración regional, Sudamérica, Mercosur, Aladi,
pensamiento económico.
Introducción
La integración económica de la Argentina con los países de la región sudamericana
estuvo favorecida desde el principio por la cercanía geográfica y por lazos culturales,
además de historias económicas semejantes. Esto llevó a que diversos pensadores desde
muy tempranos tiempos recomendaran acercamientos políticos entre estos países, con el
objetivo de dotarlos de mayor poder de desarrollo interior y de negociación con el resto
del mundo. A partir de estas ideas se produjeron grandes avances desde mediados del
siglo XX, aunque marcados también por continuos retrocesos en las relaciones, lo que
lleva a analizar la importancia que tuvieron las políticas dirigidas al respecto sobre el
crecimiento en el intercambio regional.
A partir de esto, el presente trabajo intenta describir los distintos avances que hubo en la
integración sudamericana y sus efectos sobre el comercio intrarregional. Primeramente,
se describe la evolución del pensamiento en nuestro país sobre la integración económica
con el resto de la región. Luego, se procede a relatar cómo se fue dando la integración
en los hechos, desde fines del siglo XIX, hasta nuestros días. Seguidamente, se presenta
los datos obtenidos de la integración comercial de 1910 a 2010. Por último, se muestran
las conclusiones alcanzadas a partir de todo lo anterior.
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Evolución en Argentina del pensamiento sobre la integración regional
Ya en las primeras décadas del siglo XIX surgieron una serie de ideas y proyectos que
apuntaban a una mayor integración entre los distintos Estados nacionales emergentes en
Sudamérica, pero estas tendencias fueron, esencialmente, de índole política.
Uno de los que plantearon por primera vez la posibilidad de una mayor interrelación
económica entre los países de la América hispana fue Juan Bautista Alberdi. En 1844,
había redactado una “Memoria” en la que consideraba que los países del continente
tenían la posibilidad de iniciar una nueva etapa: la del desarrollo de su comercio y
prosperidad material. No obstante, la propuesta excluía al Brasil de los proyectos
integracionistas, y las repúblicas latinoamericanas debían ser imaginadas como calcos
del modelo europeo.
En 1885, Mariano Pelliza propuso una “Federación Social Hispano-Americana”, entre
cuyos principales aspectos a debatir debían considerarse la unidad monetaria, el sistema
de pesas y medidas, la uniformidad de los aranceles de importación, la supresión de
derechos sobre los productos de la región, la libertad del tránsito fluvial, marítimo y
terrestre, la codificación del derecho internacional americano y otros puntos como la
educación y la tolerancia de cultos.
Años más tarde, en 1906, Federico Seeber propuso la conformación de un bloque
aduanero basado en la unión política entre Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Perú,
Bolivia y Paraguay. A su vez, Ricardo Pillado presentó por la misma época un proyecto
diferente, que se basaba en la defensa del libre cambio entre los países fronterizos con la
Argentina, suprimiendo las barreras fiscales entre esas naciones. Pero la propuesta más
importante en aquellos años fue la de Alejandro Bunge. En 1909 consideraba una unión
económica por etapas que podría iniciarse entre la Argentina y Uruguay (la “Unión del
Plata”), luego Paraguay, Chile y Bolivia, y eventualmente el Brasil. Por otra parte, en
1935, el canciller argentino, Carlos Saavedra Lamas, expresaba que se necesitaría
constituir una verdadera unidad económica.
La CEPAL, institución inspirada en las ideas de Raúl Prebisch, en los años ’50,
consideraba que al liberalizar e intensificar los intercambios intrarregionales podían
contrarrestarse las deficiencias del comercio exterior en su conjunto para Latinoamérica,
y de acuerdo con este diagnóstico propuso y defendió un proyecto de unión aduanera a
escala continental. Consideraba que la transformación permitiría una importante
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reducción de costos del sector industrial y una inserción internacional más ventajosa de
los países latinoamericanos.
Más recientemente, Aldo Ferrer destacaba que la integración regional adquiría un
significado clave para afianzar la capacidad de desarrollo autocentrado en un mundo
global.1 Este autor propuso una serie de “decisiones estratégicas de segunda generación
que consolidaran la identidad del Mercosur ”. Los acuerdos argentino-brasileños y el
Tratado de Asunción constituían la primera generación de decisiones estratégicas, con
avances notables en armonizar normas y marcos regulatorios y en impulsar la
integración, pero que alcanzó sus fines con la puesta en marcha el 1 de enero de 1995 de
la unión aduanera flexible. La agenda pendiente, cuya resolución reclamaba nuevas
decisiones estratégicas de vasto alcance, abarcaba la coordinación de políticas
macroeconómicas y tipo de cambio, viabilidad financiera y movilización de recursos
para recuperar capacidad de maniobra en el manejo de las políticas económicas
nacionales y superar las extremas condiciones de vulnerabilidad financiera externa,
acuerdos sectoriales que deberían incluir las economías regionales y que promuevan las
pequeñas y medianas empresas, convergencia de las políticas nacionales de ciencia y
tecnología, el desarrollo humano y medio ambiente. Por otro lado, la responsabilidad de
diseñar los rumbos de la integración y de administración descansó, desde el principio,
en la cooperación de las administraciones nacionales de los países. Este reveló ser,
según Ferrer, un abordaje posible por la afinidad cultural de nuestros países y exitoso,
porque evitó incorporar un nuevo protagonista en el proceso (una entidad multinacional
al estilo de la Comisión europea) y generar tensiones entre las administraciones
nacionales y el órgano comunitario. La estrategia adoptada, en cambio, había ido
induciendo en las burocracias nacionales, progresivamente, un espíritu solidario. Este es
uno de los logros que convenía preservar al pasar de las decisiones estratégicas de
primera a las de segunda generación.
1 En “Desarrollo y subdesarrollo en un mundo global: los dilemas de América Latina”. Págs. 198 a 205.
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Evolución política de la integración económica regional de Argentina
Historia anterior a la conformación del Mercosur
El tratado del ABC (Argentina, Brasil, Chile), firmado en 1915 por los cancilleres de los
tres países, si bien estuvo impulsado por motivaciones políticas y estratégicas, marcó el
comienzo de los acercamientos entre países de la región (para el caso de nuestro país), y
dejaba abierta la posibilidad de una “entente económica” entre los tres países mediante
un régimen de comercio preferencial y de concesiones recíprocas. Más tarde, en octubre
de 1940, el acuerdo entre los ministros de Hacienda de la Argentina y el Brasil, Pinedo
y Souza Costa, respectivamente, anticipó el Tratado concretado en noviembre del año
siguiente y cuyo propósito era establecer en el futuro una unión aduanera abierta a la
adhesión de los países limítrofes.
En la década de 1950 fue el gobierno peronista el que retomó la idea de constituir una
unión económica sudamericana. Y aunque el propósito principal de Perón era la
participación del Brasil, esta iniciativa no pudo prosperar a pesar de la disposición
favorable del presidente Getulio Vargas. El tradicional protagonismo de ambos países
en el ámbito regional y la influencia de los Estados Unidos fueron en ese momento
obstáculos insuperables para concretar esas aproximaciones.
A mediados de 1958 surgió la propuesta de la Operación Panamericana (OPA), que tuvo
dos objetivos: el primero, de naturaleza política, consistía en que el desarrollo
económico era la única posibilidad de sostén de los gobiernos democráticos de América
Latina. El segundo objetivo fue concebido como una cooperación económica fundada
en un importante apoyo financiero externo dirigido a la industrialización. Estas
tentativas de profundizar el entendimiento político e incrementar las relaciones
económicas entre la Argentina y el Brasil se hicieron viables en los encuentros de
Uruguayana de 1961.
Sin embargo, las mencionadas iniciativas fracasaron cuando los gobiernos civiles de la
Argentina y del Brasil fueron derribados por golpes militares. Pero, en febrero de 1967,
se realizó en Buenos Aires una reunión entre el ministro de Planeamiento del Brasil,
Roberto Campos, y el ministro de Economía argentino, Krieger Vasena, para analizar la
formación de una unión aduanera. Esta abarcaría, separadamente, a los sectores
siderúrgico, petroquímico y agropecuario, y debería efectivizarse en un plazo de cinco
años, con una reducción anual del 20% en los aranceles aduaneros, hasta llegar a cero.
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Además, estaría abierta a la adhesión de otros países iberoamericanos, con diferentes
calendarios de integración. Pero aparecieron obstáculos que fueron inhibiendo las
tendencias de mayor cooperación y, por el contrario, despertaron antiguas disputas
políticas y geoestratégicas motorizadas por los gobiernos autoritarios de la región. Es
que la industrialización adquirió para la Argentina, tanto como para el Brasil, un
significado geopolítico, por lo tanto, el desarrollo de una siderurgia nacional se
transformó en un proyecto prioritario debido a su relación con el potencial bélico. 2
Las tensiones entre el Brasil y la Argentina recorrieron también las disputas por la
utilización de los recursos hídricos del sistema del Plata, aunque no impidieron que
ambos gobiernos firmaran junto a los de Bolivia, Paraguay y Uruguay el Tratado de la
Cuenca del Plata en abril de 1969, otorgándole base jurídica al aprovechamiento
integral de los ríos internacionales de la región.
Paralelamente, en febrero de 1960 se crea la ALALC, teniendo como promotora
principal a la CEPAL. La ALALC se constituyó en un modelo de integración
significativo agrupando a once naciones que, en 1960, representaban el 90% de la
población, el 95% del PBI y el 92% de las exportaciones de América Latina.
Si bien los comienzos de la ALALC fueron exitosos, y aunque el comercio
intrarregional registró un crecimiento considerable, lo que hizo posible cierta
especialización y una mayor utilización de la capacidad instalada, después de algunos
años comenzaron a sentirse los primeros síntomas de una crisis atribuible a varias
causas. Entre ellas pueden mencionarse: la incapacidad de alcanzar los grandes
objetivos que los países signatarios se habían propuesto, produciéndose así un largo
período de estancamiento; el fracaso de las negociaciones, la suspensión de los
contratos vigentes y la reducción de las concesiones otorgadas; y el reconocimiento de
que las naciones firmantes no estaban dispuestas a profundizar la apertura comercial. De
todos modos, la ALALC contribuyó a que el comercio intrarregional creciera,
especialmente en el sector de las manufacturas. 3
Hacia fines de la década de 1960, los países de la ALALC fueron abandonando la etapa
formal para ingresar a un sistema más informal, mediante proyectos en vez de
compromisos institucionales y totalizadores que no habían tenido éxito. Bajo estas
premisas, el 12 de agosto de 1980 se firmó el tratado de Montevideo que dio paso a la
2 Rapoport, Mario. Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2000). Capítulo 9. Pág. 1049. 3 Ibíd. ant. Págs. 1080 y 1081.
6
Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), estableciendo los siguientes
principios generales: pluralismo en materia política y económica; convergencia
progresiva de acciones parciales hacia la formación de un mercado común
latinoamericano; flexibilidad; tratamientos diferenciales en base al nivel de desarrollo
de los países miembros; y multiplicidad en las formas de concertación de instrumentos
comerciales. Básicamente, esta asociación intentó continuar el proceso de integración
iniciado por la ALALC con el fin de promover el desarrollo económico y social
armónico y equilibrado en la región. Aunque sin definirlo, y en una proyección a largo
plazo, el programa pretendió establecer en forma gradual y progresiva, un mercado
común latinoamericano. No se plantearon fechas límites, ni etapas intermedias o un
periodo formativo, ni un modelo claro de integración, más allá de especificar que se
crearía un área de preferencias económicas. Estos principios eran generales y amplios, y
representaron una gran ventaja con respecto a la rigidez que había planteado la ALALC,
pero por esa misma razón se prestaron a muy diversas interpretaciones, y por lo tanto,
fueron oscureciendo los entendimientos entre los países signatarios.
La ALADI se formó con los mismos once países que fueron parte de la ALALC:
Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, México, Paraguay, Perú, Uruguay
y Venezuela.4 Como la mayoría de estos países eran miembros del Acuerdo General
sobre Aranceles y Comercio (GATT), esta nueva asociación regional se realizó
conforme a las condiciones de la cláusula de habilitación del organismo internacional.
La singularidad de la ALADI residió en que sus Estados miembro podían concertar
acuerdos de integración bilaterales sin estar obligados a extenderlos automáticamente a
las demás partes contratantes del GATT, lo que le otorgó una amplia flexibilidad
operativa.
Al avanzar la década del ’80, la ALADI comenzó a recibir críticas porque no contenía
metas ni plazos para cumplir sus objetivos. Su flexibilidad terminó siendo fuertemente
permisiva y maleable en cuanto a los acuerdos realizados, por lo que esta asociación se
convirtió en una suma de acuerdos bilaterales extensibles a terceros países, debiendo
enfrentar, además, los problemas de las desigualdades de los países de menor desarrollo
económico relativo. Los inconvenientes y el estancamiento de la ALADI permitieron la
concreción, años más tarde, del Tratado de Asunción, punto de partida del Mercosur .
4 Posteriormente, el 6 de noviembre de 1998, Cuba fue aceptada como país miembro, pasando a ser miembro pleno de la ALADI el 26 de agosto de 1999.
7
La creación del Mercosur 5
El escenario internacional de mediados de los ’80 incidió favorablemente en la
convergencia política entre la Argentina y el Brasil. Las dos potencias mundiales se
estaban alejando de América Latina y dejaban el terreno libre para políticas más
autónomas. Así, en noviembre de 1985, el presidente Sarney se reunió con el presidente
Alfonsín durante la inauguración del puente internacional “Tancredo Neves”, sobre el
río Iguazú, oportunidad en la que se decidió la creación de una comisión mixta de alto
nivel para estudiar la cooperación e integración entre las dos naciones.6 Los presidentes
de Argentina y Brasil “expresaron su firme decisión política de acelerar el proceso de
integración bilateral” y de “explorar nuevos caminos en la búsqueda de un espacio
económico regional latinoamericano”.7 Como consecuencia de ello, en julio de 1986 se
firmó un Acta para la Integración Argentino-Brasileña, con la idea de transformar
ambos territorios en un espacio económico común, y para permitir, de una manera
gradual y flexible, una mejor adaptación de empresas y personas a las nuevas
condiciones de competencia y legislación económica. La remoción de barreras
tarifarias y no tarifarias, y la armonización de las políticas a aplicar se concretarían
mediante acuerdos específicos. El resultado de este acuerdo, el Programa de Integración
y Cooperación Económica entre la Argentina y el Brasil (PICE), constaba de doce
protocolos referidos a distintos sectores económicos como bienes de capital, energía,
trigo, biotecnología, asuntos financieros, expansión del comercio y empresas
binacionales, entre otros. Este programa estuvo fundado en los principios de
gradualidad, flexibilidad, simetría, equilibrio, tratamiento preferencial frente a terceros
mercados, armonización progresiva de políticas y participación del empresariado en la
ejecución del programa. El núcleo de la estrategia del PICE fue la aprobación de
protocolos sectoriales. El mercado común se iría construyendo a partir de los sectores
económicos fundamentales en los cuales tendrían vigencia los principios fundamentales
del PICE dentro de una integración intraindustrial (a nivel de productos) en los
principales sectores económicos
5 Para la normativa general nombrada se puede consultar en Instrumentos Fundacionales del Mercosur. Secretaría del Mercosur. Montevideo, junio de 2007. Documento extraído del sitio web del Mercosur 6 Rapoport, Mario. Historia Económica, Política y Social de la Argentina (1880-2000). Págs. 1082 y sigs. 7 Ferrer, Aldo. Mercosur : Trayectoria, Situación Actual y Perspectivas. Desarrollo Económico, vol. 35, Nº 140. 1996. Pág. 563.
8
En diciembre de 1986, el Acta de Amistad Brasileño-Argentina amplió el número de
protocolos, incluyendo los transportes terrestres y marítimos, siderurgia,
comunicaciones y cooperación nuclear, y le confirió impulso político al PICE. En esta
oportunidad, se puso como meta central la multiplicación del intercambio bilateral a
partir de la eliminación de barreras arancelarias y paraarancelarias. Posteriormente, en
julio de 1987, y siempre mediante la participación de los presidentes Alfonsín y Sarney,
se aprobaron otros protocolos sectoriales y una declaración conjunta sobre política
nuclear. Continuando con estas decisiones políticas, en abril de 1988, los presidentes del
Brasil y de la Argentina junto a su par uruguayo Julio María Sanguinetti, firmaron en
Brasilia el Acta Alborada que preveía la incorporación del Uruguay a la integración
argentino-brasileña.
El paso siguiente, en abril de 1988, fue la aprobación de una nueva etapa del PICE con
la incorporación de dos importantes protocolos sectoriales: industrias automotriz y de la
alimentación. Luego, en noviembre de ese mismo año se firmó el Tratado de
Integración, Cooperación y Desarrollo entre la Argentina y el Brasil (PICAB), aprobado
por los Parlamentos de los dos países, que se basaba en la eliminación gradual de los
obstáculos que obstruían el comercio, la armonización de diversas legislaciones,
medidas aduaneras y comerciales, y la coordinación de medidas macroeconómicas; el
proceso de integración comenzó así a hacerse realidad.8
El Tratado entró en vigencia el 23 de agosto de 1989. Ambos países invitaron al
Uruguay a incorporarse al acuerdo. El PICAB estableció una primera etapa con un plazo
máximo de diez años para la remoción gradual de los obstáculos tarifarios y no
tarifarios al comercio de bienes y servicios, la armonización de diversas políticas
(aduanera, comercio, ciencia y tecnología, etc.) y la coordinación de las políticas
macroeconómicas (fiscal, monetaria y de capitales). Las etapas posteriores implicaban
la armonización de las otras políticas para llegar al mercado común.9
Estos acuerdos fueron refrendados, el 6 de julio de 1990, por los presidentes Menem y
Collor de Mello, en el Acta de Buenos Aires. Pero la estrategia de integración fue
radicalmente modificada, siguiendo los moldes neoliberales que adquirieron los
gobiernos de la región. Allí se acortaron los plazos fijados en el PICE para conformar
un espacio común en diez años, estableciéndose la intención de que ese plazo quedara
reducido a cuatro años. Además, el desmantelamiento de las barreras comerciales, más
8 Rapoport, Mario. Ibíd. Ant. Pág. 1083 9 www.Mercosur.int
9
que el cumplimiento de los protocolos sectoriales que enfatizaban la integración
interindustrial, pasó a ser el objetivo central del proceso de integración, sobre la base de
rebajas generalizadas, lineales y automáticas para todo el universo arancelario con la
eliminación simultánea de barreras paraarancelarias. Por otro lado, el Acta siguió
asignando una función indispensable a la coordinación y armonización de las políticas
macroeconómicas. El 20 de diciembre de 1990 esta nueva estrategia quedó formalizada
en el Acuerdo de Alcance Parcial de Complementación Económica Nº 14 (dentro de
ALADI) entre Argentina y Brasil.10 En Buenos Aires se reafirmó y reforzó la decisión
política y la puesta en ejecución del proceso de integración entre la Argentina y el
Brasil, creándose un organismo binacional: el Grupo Mercado Común (GMC).
En 1991 con la firma del Protocolo de Brasilia se constituye el Sistema para la Solución
de Controversias. En este protocolo se establece la constitución de un Tribunal Arbitral
Ad-Hoc y se determina el procedimiento para resolver conflictos que surjan entre los
Estados, y para la atención, de manera restringida, a las reclamaciones de los
particulares. Este Protocolo es luego remplazado por el Protocolo de Olivos del año
2002.
Culminando este proceso integrativo, el 26 de marzo de 1991, los presidentes de
Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay (Menem, Collor de Mello, Lacalle Herrera y
Rodríguez, respectivamente) firmaron el Tratado de Asunción, que fijó como fecha de
conformación definitiva del Mercosur el 1º de enero de 1995.
Se acordó una serie de medidas para que sean implementadas durante el periodo de
transición. Entre ellas, se dispuso un régimen general de origen que permitiera
determinar la procedencia de los productos comercializados entre los países miembros y
un sistema de solución de controversias y cláusulas de salvaguarda para proteger
productos especialmente sensibles al proceso de apertura. Asimismo, los instrumentos
con los que se constituyó el mercado común fueron en esencia: un programa de
liberalización comercial, la coordinación de políticas macroeconómicas, un arancel
externo común, la adopción de acuerdos sectoriales y la armonización de legislaciones
en las áreas pertinentes. El primer gran objetivo, el establecimiento de una zona de libre
comercio, se fue logrando paulatinamente, aunque persistieron espacios conflictivos,
como, por ejemplo, la producción azucarera y algunos aspectos de la industria
automotriz.11
10 Ferrer, Aldo. Ibíd. Ant. Págs. 563 y 654. 11 Rapoport, Mario. Ibíd. ant. Pág. 1084
10
Evolución reciente de la integración sudamericana
El avance del Mercosur no se tradujo sólo en cifras, sino que también se dieron pasos a
favor de la introducción de nuevos miembros. En julio de 1994, se llevó a cabo la
primera reunión técnica para analizar la conformación de un área de libre comercio
entre el Mercosur y Bolivia. Este país, y luego, Chile pasaron a ser asociados al
mercado común. El 16 de abril de 1998 el Mercosur y la Comunidad Andina firmaron
un Acuerdo Marco para la Creación de una Zona de Libre Comercio. Argentina,
Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela suscribieron el 29 de junio de 2000 un acuerdo
de preferencias arancelarias que entró en vigencia el 1º de agosto de ese año. En abril de
2001 comenzó una segunda etapa de negociaciones entre el Mercosur y la Comunidad
Andina. En cumplimiento de los compromisos contraídos en el Acuerdo con la
Comunidad Andina, el Mercosur y dicho bloque firmaron el Acuerdo de
Complementación Económica Nº 59 el 18 de octubre de 2004. Perú, por su parte,
concluyó negociaciones de un tratado de libre comercio con el Mercosur el 25 de agosto
de 2003. En 200412 el Consejo del Mercado Común aprobó la Decisión CMC Nº 18/04,
mediante la cual se fijaron las condiciones para la asociación de los Países Miembros de
la ALADI al Mercosur y se reglamentó su participación en las reuniones de los órganos
de la estructura institucional del bloque. De esta manera, en la actualidad los Estados
Asociados al Mercosur son Bolivia, Chile, Perú, Ecuador y Colombia, además de
México en calidad de observador. Un aspecto de particular relevancia en los últimos
años es el relacionado con la solicitud de ingreso de la República Bolivariana de
Venezuela como miembro pleno al Mercosur. En el año 2005 se aprobó la Decisión
CMC Nº 28/05, que reglamenta las condiciones necesarias para la adhesión de un nuevo
Estado Parte al bloque. En dicho marco, el 4 de julio de 2006 se aprobó el Protocolo de
Adhesión de la República Bolivariana de Venezuela al Mercosur, mediante el cual se
establecen las condiciones y los plazos previstos para la plena incorporación de
Venezuela al bloque. La entrada en vigencia del Protocolo requiere que el mismo sea
ratificado por los Congresos de los cinco países implicados. Dicha adhesión había sido
aprobada por los Parlamentos de Venezuela, Argentina, Brasil y Uruguay, estando aún
pendiente de aprobación por el Parlamento de Paraguay. Con la suspensión momentánea
del Paraguay al Mercosur, Venezuela quedó formalmente como miembro pleno.
12 Para lo que sigue ver el sitio oficial de internet del Mercosur : www.Mercosur.com.
11
En la VII Reunión del Consejo del Mercado Común se suscribió el Protocolo de Ouro
Preto, por el que se establece la estructura institucional del Mercosur y se lo dota de
personalidad jurídica internacional, estableciendo que el Mercosur comenzaría el
tránsito hacia la unión aduanera a partir del 1º de enero de 1995, fecha a partir de la cual
se unificaba el arancel externo común (AEC) para el 85% del universo arancelario. Por
otra parte, se fijó un régimen de adecuación para aquellos productos que cada país
decidió proteger de la competencia de sus socios del Mercosur . La Argentina y el Brasil
tuvieron un plazo de cuatro años para eliminar estos aranceles, mientras que Uruguay y
Paraguay tendrían que hacerlo en cinco años. En una nueva reunión celebrada en Río de
Janeiro en diciembre de 1998 se adoptaron varios acuerdos en cuestiones relativas a la
simplificación de los trámites de la actividad económica intrarregional y de equivalencia
de los controles sanitarios. Y aunque no se llegó a una resolución definitiva sobre la
liberalización de dos sectores muy importante como el automotor y la comercialización
del azúcar, se redujeron algunas diferencias existentes entre los dos países.
El Mercosur representó un atractivo mercado para las inversiones externas, la mayoría
de las cuales provino de los países industrializados, representados por firmas
transnacionales. Las inversiones intra Mercosur fueron menos significativas y no
tuvieron la magnitud de la relación comercial.
Tras la devaluación del real, el Mercosur atravesó una crisis aguda. Ello implicó un
cambio profundo de las reglas de juego que puso al descubierto la ausencia de
instituciones que pudieran neutralizarlas o al menos prevenirlas. También desnudó otra
falencia: que un mercado común no puede funcionar si su eje pasa porque cada país
miembro dispute alternativamente el mercado interno de sus socios en función de
ventajas cambiarias coyunturales. La Argentina, sin resolver sus problemas de
competitividad, había obtenido durante cuatro años un considerable superávit comercial
en su relación con el Brasil, pero la devaluación de la moneda brasileña revirtió la
situación. Otro hecho que repercutió negativamente en el comercio intrarregional fue la
crisis asiática.13 Para intentar equilibrar esta situación, los presidentes Menem y
Cardoso debieron reunirse imprevistamente en febrero de 1999, procurando el
mantenimiento del comercio recíproco en los niveles existentes. A fines de julio de
1999, los conflictos comerciales entre ambos países alcanzaron nuevamente una
delicada situación, que se profundizó cuando el gobierno de Menem aumentó los 13 Rosales, Osvaldo. Crisis internacional y oportunidades para la cooperación regional. Serie Comercio Internacional. Nº 93. CEPAL. Santiago de Chile, octubre de 2009.
12
aranceles de los textiles y las indumentarias entre un 30% y un 35%, perjudicando a las
exportaciones brasileñas. La agudización de estos conflictos y la desconfianza recíproca
entre sus miembros hicieron que a lo largo de 1999 el Mercosur atravesara un estado de
hibernación y estancamiento. Pero un acuerdo logrado entre ambas naciones en marzo
de 2000 sobre el conflictivo sector automotor generó un nuevo envión al alicaído
intercambio regional. En abril del mismo año, en otro encuentro en Buenos Aires, se
acordaron, por primera vez, la instauración progresiva de políticas de convergencia
económica que incluyen metas fiscales, deuda pública y precios.
Existen avances importantes en otras áreas también, como en la creación de empleo
(Recomendación 01/03, Primera Conferencia Regional de Empleo que se realiza en
abril de 2004, creación del Grupo de Alto Nivel para la elaboración de una estrategia
Mercosur dirigida al crecimiento del empleo, Estrategia Mercosur de Crecimiento del
Empleo y creación del Instituto Social del Mercosur), dimensión social (Instituto Social
del Mercosur), eliminación del doble cobro del Arancel Externo Común en el año 2005,
agricultura familiar (Fondo de Agricultura Familiar del Mercosur), Servicios (Séptima
Ronda de Negociaciones de Compromisos Específicos en Materia de Servicios),
PyMES (Programa de Integración Productiva del Mercosur, Programa de Integración
Productiva del Mercosur), biocombustibles (Memorando de Entendimiento para
establecer un Grupo de Trabajo Especial sobre Biocombustibles, Plan de Acción del
Mercosur para la Cooperación en Materia de Biocombustibles), ciencia y tecnología
(Programa Marco de Ciencia, Tecnología e Innovación del Mercosur). Asimismo, se
han aprobado normas tendientes al establecimiento de mecanismos para la facilitación y
simplificación del comercio intrazona, como el “Sistema de Pagos en Monedas Locales”
para el comercio realizado entre los Estados Partes del Mercosur. En línea con todos
estos objetivos se enmarca la creación del Fondo para la Convergencia Estructural del
Mercosur (FOCEM), destinado a financiar programas para promover la convergencia
estructural, desarrollar la competitividad y promover la cohesión social, en particular de
las economías menores y regiones menos desarrolladas, así como apoyar el
funcionamiento de la estructura institucional y el fortalecimiento del proceso de
integración.
13
Integración comercial en números
A continuación se presentan una serie de gráficos, a los efectos de aproximarse a los
efectos comerciales que tuvieron los distintos intentos de acercamiento entre la
Argentina y el resto de los países sudamericanos, desde 1910 al año 2010. Se han
dividido los países en dos grupos: integrantes del Mercosur (Brasil, Uruguay y
Paraguay) y resto de los países sudamericanos (sin tener en cuenta las Guayanas).
Además en algunos se puede ver la participación de Brasil por separado, debido a su
importancia como destino de nuestras exportaciones y origen de nuestras importaciones.
En primer lugar se puede observar cuál ha sido la participación de las exportaciones a
Sudamérica sobre el total de las mismas:
Gráfico 1
Exportaciones porcentuales a países de Sudamérica
0,00%
5,00%
10,00%
15,00%
20,00%
25,00%
30,00%
35,00%
40,00%
45,00%
50,00%
55,00%
19101915
19201925
19301935
19401945
19501955
19601965
19701975
19801985
19901995
20002005
2010
MERCOSUR
RESTOSUDAMERICATOTAL
Brasil
Fuente: elaboración propia en base a datos de Ferreres, Orlando; Dos Siglos de Economia Argentina 1810 – 2004; el sitio http://comtrade.un.org/db y del INDEC. Hasta 1940 rondan el 5%, con grandes bajas en 1920 y 1932. A partir de allí crecen
exponencialmente, aunque en ciclos. Así, se alcanza un pico en 1945, pero luego baja
pronunciadamente hasta 1950, comenzando rápidamente la recuperación. Se alcanza
una nueva cima en 1953 (mayor a la anterior), y luego se desciende hasta 1958. Así, el
periodo peronista se caracteriza por una baja pronunciada en un primer momento, para
luego subir fuertemente la participación, y descender nuevamente sobre el final. Las
décadas del ’60 y del ’70 se caracterizan por una subida continua, con pequeñas
14
fluctuaciones y un máximo del 25% en 1976. Recordemos que en febrero de 1960 se
crea la ALALC, lo cual estaría mostrando un gran éxito de esta asociación. En la década
del ’80, hasta mediados de ella, se produce un fuerte retroceso, a partir de lo cual se
produce el mayor crecimiento registrado, hasta finales de los ’90, llegando a casi el 50%
de las exportaciones. Luego se produce una gran baja, recuperándose lentamente en los
últimos años. Para 2010 representan el 39%.
Pormenorizando, se puede observar la clara supremacía para los países que
conformaron, junto a la Argentina, el Mercosur, y dentro de ellos, del Brasil. Esto sólo
se revierte en las décadas del ’60 y del ’70, donde los porcentajes se equiparan con los
del resto de los países. Brasil, por su parte, es prácticamente el único destino
sudamericano hasta los ’60, a partir de lo cual desciende significativamente su
participación, aunque siendo siempre el principal destino de nuestras exportaciones a
Sudamérica, y marcando además la tendencia y las fluctuaciones en general.
En segundo lugar, miremos la participación de los países de la región en nuestras
importaciones.
Gráfico 2
Importaciones porcentuales desde países de Sudamérica
0,00%
5,00%
10,00%
15,00%
20,00%
25,00%
30,00%
35,00%
40,00%
45,00%
50,00%
19101915
19201925
19301935
19401945
19501955
19601965
19701975
19801985
19901995
20002005
2010
MERCOSUR
RESTOSUDAMERICATOTAL
Brasil
Fuente: elaboración propia en base a datos de Ferreres, Orlando; Dos Siglos de Economia Argentina 1810 – 2004; el sitio http://comtrade.un.org/db y del INDEC. Se observa un crecimiento considerable desde 1915 a 1920, probablemente resultado de
la Primera Guerra Mundial, bajando luego y estancándose en un 5% aproximadamente
hasta 1940. A partir de ese año el crecimiento es espectacular, alcanza un 40% en 1945,
descendiendo entonces, en forma igualmente pronunciada hasta 1950. La Segunda
Guerra Mundial seguramente haya provocado este comportamiento. Desde entonces la
15
tendencia es claramente positiva, aunque al igual que las exportaciones, se presenten
ciclos alrededor de la misma. Es así que existen picos en 1953, 1965, 1978, 1984 y
2005. Por otra parte, se dan mínimos en 1960, 1972, 1981, 1994 y 2009. El crecimiento
a partir de 1960 coincide con la formación de la ALALC, lo que refuerza lo dicho con
las exportaciones, alcanzando el 25% del total importado. La década del ’80 se
corresponde con un aumento importante en un comienzo, quizás motivado por la
creación de la ALADI, pero retrocediendo lentamente luego, abarcando toda la década
del ’90. Desde el año 2000 comienza a recuperarse la participación alcanzando casi el
45%, el máximo en la serie, en 2005. En los últimos años se observa una caída en el
porcentaje.
Por otra parte, Brasil explica hasta 1950 aproximadamente casi la totalidad de las
importaciones en la región, manteniéndose posteriormente, aunque con menor
proporción, como el mayor país de origen. Asimismo, los países que no conforman el
actual Mercosur, tuvieron una participación menor, con la excepción de los años entre
mediados de los ’60 y finales de los ’80 (comparable a lo sucedido con las
exportaciones).
En base a lo visto en los dos cuadros anteriores, podemos afirmar que la Argentina
depende más, en general, de las exportaciones a los países de la región, que de las
importaciones desde los mismos.
En último lugar se presentan las exportaciones e importaciones a y desde países de la
región, respectivamente, como porcentaje del PBI. Miremos primero el comportamiento
de las exportaciones. Hasta la década del ’50 se encuentran por debajo del 2% (salvo en
1949, que levemente superan ese porcentaje). Durante unos cinco años adquieren mayor
importancia, representando alrededor del 3%, pero luego vuelve a caer su participación
a menos del 2%, hasta mediados los años ’70, donde por unos años supera ese
porcentaje. En 1989 hay un pico14, alcanzando aproximadamente un 4%, pero es en la
década del ’90 donde se observa un crecimiento
14 Recordemos que en ese año se produce una crisis económica, por lo cual es probable que hayan aumentado todas las exportaciones, por una baja en el consumo.
16
Gráfico 3
Exportaciones como porcentaje del PBI
0,00%
2,00%
4,00%
6,00%
8,00%
10,00%
12,00%
19101915
19201925
19301935
19401945
19501955
19601965
19701975
19801985
19901995
20002005
2010
MERCOSUR
RESTOSUDAMÉRICA
TOTAL
Fuente: elaboración propia en base a datos de Ferreres, Orlando; Dos Siglos de Economia Argentina 1810 – 2004; el sitio http://comtrade.un.org/db y del INDEC.
sostenido, estabilizándose al final en dicho porcentaje. Después de la crisis de 2001, y
Las importaciones tienen un comportamiento similar. Se observa un aumento inicial,
alcanzando un máximo en 1917 de un 1,5%. Luego disminuye continuamente hasta
fines de la década del ’30. Desde entonces crece hasta 1951, donde alcanza un 3,5%.
Gráfico 4
Importaciones como porcentaje del PBI
0,00%
1,00%
2,00%
3,00%
4,00%
5,00%
6,00%
7,00%
8,00%
19101915
19201925
19301935
19401945
19501955
19601965
19701975
19801985
19901995
20002005
2010
MERCOSUR
RESTOSUDAMÉRICA
TOTAL
Fuente: elaboración propia en base a datos de Ferreres, Orlando; Dos Siglos de Economia Argentina 1810 – 2004; el sitio http://comtrade.un.org/db y del INDEC.
17
Pero ese aumento no se sostiene, puesto que en seguida baja hasta 1960, estabilizándose
posteriormente en alrededor del 1%. Crece en los primeros años de la década del ’70, y
luego, en los ’80 se mantiene por encima del 2%. En los principios de los ’90 vuelve a
bajar a un 1%, pero rápidamente se recupera, llegando a pasar el 3% en 1998. Desde el
2000 toman un nuevo impulso, alcanzando los valores más altos del periodo, con un
máximo del 7% en 2005.
Para terminar, se presenta el Índice de Apertura Económica, específicamente para países
sudamericanos. Como puede verse, y debido a que las importaciones y exportaciones
tuvieron comportamientos similares, el análisis es prácticamente igual que en los dos
gráficos anteriores.
Gráfico 5
Indice de apertura económica* para países sudamericanos
0,00%
2,00%
4,00%
6,00%
8,00%
10,00%
12,00%
14,00%
16,00%
19101915
19201925
19301935
19401945
19501955
19601965
19701975
19801985
19901995
20002005
2010 Fuente: elaboración propia en base a datos de Ferreres, Orlando; Dos Siglos de Economia Argentina 1810 – 2004; el sitio http://comtrade.un.org/db y del INDEC. * IAE = (X + M)/PBI
Conclusiones
Diversos organismos se fueron creando a lo largo de la historia, desde la década de
1960, así surgió primero la ALALC, luego la ALADI, y hacia el final, el Mercosur .
Con relativos éxitos, en general todos los economistas de nuestra región coincidieron en
la falta de coordinación macroeconómica, pero también en materia social y política,
entre los integrantes de estas asociaciones de países.
18
Según se vio, el crecimiento del intercambio comercial se fue dando en ciclos,
impulsados por diferentes acontecimientos, como las dos Guerras Mundiales, la
creación de la ALALC, luego la ALADI, aunque en menor medida, y por último el
Mercosur . El mayor socio ha sido, y continúa siendo, en la región, Brasil. Es con este
país donde los diferentes autores enfatizan la falta de coordinación en materia
económica. El lugar ocupado por Brasil es lógico, si tenemos en cuenta que actualmente
es la mayor economía en Sudamérica, e históricamente fue alternando con nuestro país
el liderazgo en la región. Por otro lado, vimos que la Argentina depende más, en
general, de las exportaciones a los países de la región, que de las importaciones desde
los mismos, si lo medimos en términos porcentuales de participación (las exportaciones
y las importaciones podrían ser importantes por su contenido, aunque su monto no fuera
relevante).
Hacia nuestros tiempos, se observa un gran crecimiento en las relaciones comerciales, y
económicas en general, entre los Estados sudamericanos. Por otro lado, según resalta
Osvaldo Rosales, “a diez años de las crisis asiática y rusa, y luego de haber transitado
por el mejor ciclo de la economía regional en 40 años (2003-2007), aún no es posible
recuperar el nivel de comercio intrarregional previo a esas crisis. Comprobación
delicada, dado que ingresamos en otra crisis internacional de envergadura, la que sin
duda afectará los niveles de comercio intrarregional”15. Por último, quedará por ver cuál
es el efecto que tiene la entrada de nuevos actores en la región, particularmente de
China16, a la cual hoy en día se dirigen una gran parte de las exportaciones.
15 Rosales, Osvaldo. Ibid. ant. 16 Ver La República Popular China y América Latina y el Caribe. Diálogo y cooperación ante los nuevos desafíos de la economía global. Documentos CEPAL
19
Bibliografía
Bekerman, Marta; Montagú, Haroldo. ¿Por qué la Argentina pierde terreno en el
comercio con el Brasil? El rol de los sectores. Realidad económica Nº 232. IADE
CEPAL. La República Popular China y América Latina y el Caribe. Diálogo y cooperación ante los nuevos desafíos de la economía global. Junio de 2012. Ferrer, Aldo. Desarrollo y subdesarrollo en un mundo global: los dilemas de América
Latina.
Ferrer, Aldo. Mercosur : trayectoria, situación actual y perspectivas. Desarrollo
Económico, vol. 35, Nº 140. 1996.
Gastaldi, Santiago; Balbi, Ma. Victoria. Acuerdos comerciales preferentes. El caso del
Mercosur .
Orlando J. Ferreres. Dos Siglos de Economia Argentina 1810 - 2004
Rapoport, Mario. Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2000).
Rosales, Osvaldo. Crisis internacional y oportunidades para la cooperación regional.
Serie Comercio Internacional. Nº 93. CEPAL. Santiago de Chile, octubre de 2009.
Secretaría del Mercosur. Instrumentos Fundacionales del Mercosur. Montevideo, junio de 2007. Documento extraído del sitio web del Mercosur.
www.Mercosur.int
www.aladi.org
http://comtrade.un.org/db/
www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/19/Balan_zonasypaises.xls
20
*CURRICULUM VITAE
DATOS PERSONALES
APELLIDO Y NOMBRES: Miola, Roberto Nicolás
DNI: 34118800
EDAD: 23 años
TEL: 03404-15534784
03404-421343
MAIL: [email protected]
DOMICILIO LEGAL: Tomás Lubary 392, San Carlos Centro
LUGAR DE RESIDENCIA (lunes a viernes): Santa Fe. Dirección actual: Eva Perón
2833, piso 2, depto. “c”.
DATOS ACADÉMICOS
CARRERA: Licenciatura en Economía
UNIDAD ACADÉMICA: Facultad de Ciencias Económicas – Universidad Nacional
del Litoral
CANTIDAD DE MATERIAS APROBADAS: 34 (incluidas Finanzas Públicas,
Finanzas y Regulación, Contabilidad Básica y Administración General)
PROMEDIO CON Y SIN APLAZOS: 7,71
ANTECEDENTES
Becas de investigación:
- Cientibeca UNL – FISFE. TEMA : Impacto de las Políticas Gubernamentales
Relacionadas con las Exportaciones Sobre la Industria Lechera de la Provincia de
Santa Fe. Periodo: 1 de junio de 2010 a 31 de agosto de 2011.
Prácticas internas en cátedras:
- Pasante de la Cátedra Estadística de la FCE (PAI). Periodo: 1º de mayo de 2009
a 31 de marzo de 2010.
- Tutoría en área matemática por Universidad, en la Facultad de Ciencias
Económicas. Periodo: año 2010.
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Trabajos presentados:
- COMPOSICIÓN Y CONCENTRACION DE LAS COMPENSACIONES AL
SECTOR LECHERO: COMPARACIONES INTERPROVINCIALES. IX
Jornadas de Investigación “Economía, Desarrollo, Educación y Equidad”,
Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional del Litoral, Noviembre
de 2010.
- ¿COMPENSAN LAS COMPENSACIONES? ANÁLISIS DE LOS SUBSIDIOS
OTORGADOS A LOS PRODUCTORES LECHEROS. XIV Encuentro de
Jóvenes Investigadores de la UNL – V Encuentro de Jóvenes Investigadores de
Universidades de Santa Fe, UNL, Octubre de 2010.
- ANÁLISIS DE LA EVOLUCIÓN DE LAS POLÍTICAS NACIONALES
SOBRE EL SECTOR LÁCTEO. XV Encuentro de Jóvenes Investigadores de la
UNL – VI Encuentro de Jóvenes Investigadores de Universidades de Santa Fe,
12 y 13 de Octubre de 2011, Santa Fe.
- POLÍTICAS ESTRUCTURALES EN EL SECTOR LÁCTEO SANTAFESINO.
PERÍODO 2004 – 2010. XIX Jornadas de Jóvenes Investigadores de la AUGM.
25, 26 y 27 de octubre de 2011. Ciudad del Este, República del Paraguay.