Argentina Historia
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Argentina
Independencia de Argentina:
En 1810 las tensiones entre los criollos y los peninsulares (españoles recién llegados
a América) por el control del comercio aumentaron. Con la excusa de la captura del rey
español Fernando VII por Napoleón y la ocupación francesa de España, una serie de
grupos revolucionarios convocó un cabildo con el deseo de discutir la cuestión. Con
la Revolución de Mayo de 1810 se instauró la Primera Junta, el 25 de mayo, reunido en
la Plaza de la Victoria, actual Plaza de Mayo, el pueblo de Buenos Aires finalmente
impuso su voluntad al Cabildo creando la Junta Provisoria del Río de la Plata. Quedó
así formado el primer gobierno patrio.
El 9 de julio de 1816 se declaró oficialmente la independencia de las Provincias
Unidas del Río de la Plata (que comprendían las actuales Argentina, Uruguay y parte de
Bolivia) en un congreso reunido en Tucumán y se hizo efectiva en 1817, cuando las
tropas del General San Martín vencieron definitivamente a los ejércitos españoles.
El virreinato continuó en Paraguay y en el Alto Perú (actual Bolivia), lo que provocó
constantes enfrentamientos entre los realistas (partidarios del rey español) y los
revolucionarios.
Manuel Belgrano fue un firme ideólogo de la Revolución de mayo, defendió la
ciudad de Buenos Aires de los ataques de los ingleses en 1806 y 1807 y llegó a ser
general de tropas que consiguieron la independencia bajo las órdenes del General San
Martín. También fue un gran promotor del comercio, la cultura, el derecho y la
educación en Argentina
Periodo post - independencia:
En Argentina la lucha entre liberales y conservadores se dio como una lucha entre
unitarios y federalistas. Los unitarios eran sobre todo los liberales de Buenos Aires que
luchaban por los intereses de esa provincia sobre los del interior. Eran librecambistas y
en favor del estado centralista. Los que dominaban el interior, pues, eran los
federalistas. Eran conservadores y luchaban contra el ascenso de Buenos Aires. En
muchos casos eran caudillos locales que por eso temían el ascenso de dicha provincia, y
el papel que correspondía a Buenos Aires dentro de la federación iba a marcar casi todo
el siglo XIX en Argentina.
El conflicto entre unitarios y federales estaba íntimamente ligado al poder que la
ciudad de Buenos Aires pretendía ejercer sobre el país, así como el control del comercio
internacional y la apropiación de las rentas de la aduana. En aquel entonces, la ciudad
de Buenos Aires integraba la Provincia de Buenos Aires, y era la ciudad más grande y
más rica del país debido a su cercanía con el Río de la Plata y al océano Atlántico.
Buenos Aires no sólo tenía acceso al comercio, sino también a las ideas y a la cultura
europea. Estas diferencias económicas y culturales causaron una tensión creciente
entre las provincias y la capital, Buenos Aires.
1826 – Rivadavia primer presidente argentino
El caudillismo en Argentina
El caudillismo es un fenómeno histórico que surge en la coyuntura política
latinoamericana originada con la independencia de los países. El caudillo poseía tres
rasgos básicos: una base económica, una implantación social y un proyecto político.
En un principio emergió como héroe local, el hombre fuerte de su región de origen,
cuya autoridad emanaba de la propiedad de la tierra y el control que ejercía sobre los
recursos locales, sobre todo acceso a hombres y abastecimientos. Los caudillos
luchaban entre sí por el poder sustituyendo la vida política democrática por la lucha
armada. El caudillo tenía una clientela de hombres, algunos de ellos armados, que
trabajaban para él. Entre caudillo y sus hombres la relación fundamental era la de
patrón-cliente, y esta relación para su funcionamiento se fundamentaba en la fidelidad o
lealtad de los clientes para con su patrón.
El caudillo Juan Manuel de Rosas estuvo en el poder de 1829 a 1852. Mandato
absoluto y muy personalista. Los caudillos solían identificarse con el conservadurismo
tradicional, Rosas era federal, enemigo de los políticos liberales. Protege los intereses
de los estancieros de la Pampa. Ejerció represión sistemática contra sus opositores.
La Conquista del Desierto de Rosas
Entre 1833 y 1834, al concluir su primera gobernación, Juan Manuel de Rosas, emprendió la
primera campaña financiada por la provincia y los estancieros bonaerenses preocupados por la
amenaza indígena sobre sus propiedades.
El "desierto" era la denominación que recibía el área habitada por los indígenas y no se le
llamaba así por estar despoblada, sino por no estar habilitada por los blancos ya que comenzaba en
las márgenes de Buenos Aires. Comprendía las provincias de Santa Fe y Córdoba; la ciudad de San
Luis, Mendoza y el oeste de la ciudad de Buenos Aires; y el norte de la Patagonia y la Pampa. Había
en éste desierto, praderas cubiertas de pastos duros, sierras y ondulaciones, médanos. Los indígenas
vivieron éste siglo en constantes enfrentamientos con los "civilizados". Vivían de los recursos que
les brindaba esta área. En el año 1833 Rosas, preparó y organizó la Conquista del Desierto con
campañas militares pero también negociando con los indios e imponiendo tratados.
Liberalismo argentino mitad s. XIX
Mitre, Alberdi y Sarmiento: Letrados y políticos liberales argentinos, partidarios de la
influencia Europea en Argentina y anti- Rosistas (en el exilio durante el período de gobierno
conservador de Rosas 1830 – 1840)
Partidarios del “Progreso” a través de la imitación de modelos políticos y culturales europeos
– a favor de la inmigración europea. Alberdi (“gobernar es poblar”). Promotores de la educación
pública como vector de transformación de la sociedad.
Nueva Confederación Argentina en 1853, pero el Estado de Buenos Aires quedó fuera hasta
1860, (Guerras civiles) Mitre fue presidente en 1860 cuando se produce la unificación territorial.
Domingo Faustino Sarmiento – El liberal latinoamericano más influyente de todos los tiempos.
En 1868, Sarmiento sucede a Mitre como presidente.
Obra emblemática “Facundo: Civilización y Barbarie” (1845) – Denuncia del caudillismo en
Latinoamérica y oposición los valores de civilización (identificados con la ciudad y el progreso de
acuerdo a las tendencias europeas) y la barbarie (identificado con el campo argentino, el indio o el
gaucho, causantes del “atraso” del país). Sarmiento se propone rastrear las causas históricas, sociales
y culturales que impiden a la Argentina entrar en la senda del progreso. Es ahí donde entra en escena
el gaucho y la pampa, como realidades problemáticas a las que Sarmiento intentará darle una
solución.
Los caudillos, erigidos sobre una base social de apoyo conformada por el gaucho, habían ganado
la guerra civil desatada contra los unitarios, quienes se vieron obligados a exiliarse. Sarmiento, que
había visto con sus propios ojos la prosperidad floreciente de un proyecto político al que Rivadavia
estimulaba con sus impulsos modernizantes, contemplaba impotente desde el exilio cómo todo se
derrumbaba bajo el régimen de los caudillos, que se unían bajo el mando absoluto de la figura de
Rosas. Los caudillos, según nos cuenta Sarmiento, estaban sumiendo a la Argentina en la barbarie,
imponiendo un régimen dictatorial que suprimía las libertades y los derechos esenciales del hombre
libre.
Promoción de modelos europeos, especialmente ingleses y franceses y rechazo de la cultura
tradicional argentina, especialmente la rural, que identificaba con la barbarie. Rechazo de la herencia
racial no europea, es decir, negra o indígena. Los gauchos de la Pampa solían tener ascendencia
africana o indígena, además de europea. Para los liberales, el mestizaje racial era un lastre para el
país.
Fue el liberal que más promovió la educación pública. Durante su mandato, aumenta
considerablemente la escolarización de niños y creación de bibliotecas.
1880 – 1930: Consolidación del Estado Nacional y Periodo Neocolonial
A partir de 1880 Argentina entra en un nuevo período de su historia caracterizado por la
consolidación del triunfo liberal, el desarrollo económico, la inmigración europea y la
construcción del Estado nacional. Además, durante estos años surgieron nuevas ideologías que
apoyaban los ideales de las clases trabajadoras (socialismo y anarquismo) y de las clases medias
(radicalismo). A partir de 1880 nace la Argentina moderna, la ganadería lanar se extiende, la lana se
exporta a Inglaterra y Francia, otros productos de exportación derivados del ganado vacuno fueron
el cuero y las carnes.
La consolidación de una economía agroexportadora: Argentina, como otros países
latinoamericanos, orientó su economía en el último tercio del siglo XIX, a la exportación de
productos agrícolas y ganaderos que tenían gran demanda en el exterior. Para ello fue necesaria la
especialización en determinados cultivos (monocultivos) y en el desarrollo de los transportes. Esto
último fue posible con los adelantos en el sistema de navegación marítima y la construcción del
ferrocarril. Otro desarrollo técnico, el de los barcos frigoríficos, permitió el envío de carne congelada
a Europa, algo que reportó enormes beneficios para Argentina (principalmente para la oligarquía) y
para Inglaterra. Este último país se convirtió en el socio comercial de Argentina, en una situación
muy favorable. Los estancieros necesitaron capitales que tomaron prestados de la Banca inglesa y la
deuda pronto llegó a alcanzar casi cien millones de dólares actuales. Las economías
agroexportadoras, como era el caso de Argentina, estaban muy afectadas por las coyunturas del
comercio internacional; las crisis económicas podían afectar gravemente a la situación laboral de los
trabajadores. En esta situación, la huelga como arma combativa era empleada para conseguir sus
peticiones laborales.
Las estancias se cercan con alambradas y los estancieros se agruparon para defender sus intereses
en la llamada Sociedad Rural.
El desarrollo del comercio produjo gran riqueza en Argentina, pero en gran parte en manos de la
oligarquía. Esta oligarquía apoyaba los gobiernos liberales. El liberalismo argentino del último tercio
del siglo XIX es liberal en lo económico y conservador en lo político. Esta oligarquía era depositaria
de unas ideas eurocentristas, racistas y conservadoras en el sentido más negativo de la palabra.
La consolidación del Estado nacional hacía necesaria la clara delimitación de sus
fronteras con los países vecinos. En este contexto, se hacía imprescindible la ocupación
del espacio patagónico reclamado por Chile durante décadas. Sólo la pacificación
interior impuesta por el Estado nacional unificado a partir de 1862, permitió a fines de
la década del 1870, concretar estos objetivos con el triunfo definitivo sobre el indio.
Mitre, presidente de 1862 a 1868: "Las tribus son una gran potencia respecto de
nosotros, una república independiente y feroz en el seno de la república. Para acabar con
éste escándalo es necesario que la civilización conquiste éste territorio: llevar a cabo un
plan de operaciones que dé por resultado el aniquilamiento total de los salvajes".
De ésta manera, Mitre muestra su plan, su proyecto de aniquilamiento del indio,
para un fin económico, para proteger las propiedades y para tener el dominio absoluto
de esas tierras.
La Conquista del Desierto, también llamada desde el bando argentino Guerra contra el indio,
fue la campaña militar por la cual el gobierno de la República Argentina, entre 1878 y 1885, ingresó
al territorio y derrotó a las tribus, pueblos mapuche, ranquel y tehuelche. Los pueblos indígenas
vencidos sufrieron la desintegración de su cultura, la pérdida de sus tierras y su identidad al ser
reubicados en reservas indias, museos o trasladados para servir como mano de obra forzada.
En el último tercio del siglo XIX se extiende por América Latina el neocolonialismo que en su
fase más agresiva recibirá el nombre de imperialismo económico. En los países latinoamericanos
las élites políticas cooperaron a esta expansión neocolonial, facilitando la presencia del capital
extranjero en sus respectivos países. Esto no solamente se hacía por motivos egoístas de clase, sino
también porque las élites latinoamericanas admiraban las sociedades desarrolladas europeas a las
que trataban de imitar, considerándolas civilizadas y desarrolladas. Se extienden además por estos
años las ideas del positivismo y del evolucionismo social darwinista. La historia se ve como una
línea ascendente y rectilínea de Progreso, en la que sólo los grupos más dotados y desarrollados
ascienden. La cultura con C mayúscula es la cultura basada en modelos canónicos de origen
europeo y lo "americano" que no se ajusta a este corsé se desprecia: indios, negros, y demás
marginados, constituyen la masa vergonzante que las élites tratan de olvidar refugiándose en sus
lecturas y modelos europeos.
Pero a la vez que se dan estas circunstancias se produce un cambio profundo en el ámbito de la
cultura. Intelectuales como José Martí o Rubén Darío, desde el campo del modernismo, claman por
una identidad latinoamericana necesaria para defenderse del "gigante" del Norte, es decir los
EEUU, símbolo del imperialismo. En el campo político surge la reacción del populismo, según
Alain Touraine, el populismo surge en los países latinoamericanos con una modernización
importada, como una reacción y un deseo de afirmación de la identidad nacional. "El populismo es
un intento de control antielitista del cambio social".
NACIONALISMO
En la primera mitad del siglo XX se desarrollaron en Argentina las dos grandes corrientes
políticas de este siglo que darían lugar a partidos con amplio protagonismo en la vida argentina: el
radicalismo y el peronismo. El radicalismo, cuya figura central a principios de siglo fue Hipólito
Yrigoyen, surge como un populismo con un programa humanista y cuya clave fue la ética política,
es decir un intento de acabar con la corrupción, los personalismos y el fraude en la vida política.
El radicalismo fue apoyado por los sectores medios urbanos. Estos representaban, en 1869, el
14% de la población activa, mientras que en 1914 suponían el 41% de la población activa. Este
apoyo de los sectores medios permitió a Yrigoyen triunfar sobre la élite argentina conocida como la
oligarquía. La oligarquía era liberal, pero de un liberalismo conservador y europeísta. El radicalismo
era más moderno que el liberalismo tradicional, ampliando la base de participación política,
reformando la universidad, y elaborando una legislación laboral. Sin embargo, amplios sectores, los
sectores populares, quedaban fuera de los repartos del desarrollo económico del país en estos
años, y el descontento estallaría en huelgas y violencia.
Yrigoyen ganó las elecciones de 1916, su partido, Unión Cívica Radical, es el primer partido
de masas en la historia de Latinoamérica. Partidarios de nacionalismo económico, pero la influencia
económica extranjera en Argentina no disminuye durante su mandato. Supone un cambio
importante, no por lo que hizo sino por lo que representó. Yrigoyen se diferenciaba de la élite
política bonaerense, él se consideraba un “hombre del pueblo”. Es un caudillo urbano, gobierno
personalista.
-Represión violenta durante la Semana Trágica de 1919 - Reclamos de mejores
condiciones laborales. Se dieron enfrentamientos entre anarquistas y nacionalistas.
-Represión huelga de trabajadores de la Patagonia en 1921, la Patagonia Trágica.
La lucha protagonizada por los trabajadores anarcosindicalistas en rebelión de la provincia de
Santa Cruz, en la Patagonia argentina, entre 1920 y 1921 comenzó como una huelga contra la
explotación de los obreros por parte de sus patrones. Consciente de la crisis y bajo la presión de Gran
Bretaña, el presidente Hipólito Yrigoyen, envió a Santa Cruz, en enero de 1921, tropas del ejército
comandadas por el teniente coronel Héctor Benigno Varela, bajo las órdenes de normalizar la
situación.
1928 Yrigoyen vuelve a ganar las elecciones
Pero las más graves eran las amenazas económicas y sociales derivadas de la situación mundial
que, finalmente, había hecho crisis en 1929, y que empezaban a hacerse notar en el país. Los grupos
ganaderos y la industria frigorífica se sintieron en peligro y comenzaron a buscar un camino que les
permitiera sortear las dificultades. Y, simultáneamente los grupos petroleros internacionales
creyeron que había llegado el momento de forzar la resistencia del Estado argentino y comenzaron a
buscar aliados en las fuerzas que se oponían a Yrigoyen. Como resultado hubo un golpe militar
encabezado por el general José F. Uriburu.
La República Conservadora. (1930-1943)
Los conservadores representan a la oligarquía latifundista, retoman el poder político que durante
los años del radicalismo había quedado en manos de las clases medias urbanas emergentes. Durante
esta época los conservadores recurrieron al fraude electoral como estrategia para mantener el poder.
Además de la despiadada persecución de los opositores.
Signo revelador de la orientación política conservadora fue la resolución de cerrar el país a la
inmigración. Ante la crisis que amenazaba a la economía agropecuaria se firmó el tratado Roca-
Runciman, por el que se establecía un régimen de exportaciones de carnes argentinas compensadas
con importantes ventajas concedidas al capital inglés invertido en el país.
Durante esta época el Estado adoptó una actitud decididamente intervencionista. También
empezaron a desarrollarse las actividades industriales. (pone en marcha un largo proceso de
redistribución población a nivel interior: millones de desplazamientos, la mayoría hacia BA)
La república conservadora terminó en junio 1943 suprimida por una revolución pretoriana
análoga a la que le había dado nacimiento.
La República de Masas (1943-1955)
Juan D. Perón, uno de los militares sublevados, fue nombrado presidente del Departamento
Nacional de Trabajo. (ocupaba otros puestos pero este tiene importancia para el desarrollo posterior).
Perón buscó apoyarse simultáneamente en el ejército y en el movimiento sindical.
Elecciones 24 febrero 1946, Perón contaba con el respaldo del aparato gubernamental, de fuertes
sectores del ejército y de la Iglesia, así como también algunos grupos industriales que esperaban una
fuerte protección del Estado para sus actividades. Pero también lo apoyaba una masa popular muy
numerosa cuya fisonomía, a causa de su novedad, no acertaban a descubrir los observadores. La
formaban, en primer lugar, los nuevos sectores urbanos (especialmente la nueva clase obrera) y,
luego, las generaciones nuevas de las clases populares de todo el país, que habían crecido en el más
absoluto escepticismo político a causa de la permanente falsificación de la democracia que había
caracterizado a la república conservadora. Gana las elecciones.
La fuerza del gobierno consistía en el apoyo que de determinados grupos de poder: el ejército, la
Iglesia y las organizaciones obreras. La política laboral de Perón buscaba fomentar este apoyo:
procuró acentuar los elementos emocionales de la adhesión que le prestaba la clase obrera. En
segundo lugar, se logró establecer una organización sindical rígida a través de la Confederación
General del Trabajo. Finalmente, el gobierno mantuvo una política de salarios altos, a través de la
gestión de contratos colectivos de trabajo que generalmente concluían mediante una intervención
directa del Ministerio de Trabajo y Previsión. Esta política no fue, en modo alguno, perjudicial para
los patrones, quienes trasladaban automáticamente esos aumentos de salarios a los precios, con lo
que se acentuó la tendencia inflacionista de la política económica gubernamental.
La política económica no fue menos novedosa y su rasgo predominante fue el intervencionismo
estatal y la nacionalización de los servicios públicos.
A partir de 1950 la buena situación económica empieza a cambiar. Sin embargo, Perón mantiene
la ventaja respecto a todos los partidos de la oposición. La propaganda y las reformas institucionales
acentúan el carácter personalista del régimen. La respuesta a esta creciente organización dictatorial
fue una oposición sorda de las clases altas y de ciertos sectores politizados de las clases medias y
populares (izquierda socialista y comunista). El fallecimiento de Eva Perón en 1952 constituyó un
duro golpe para el régimen. El conflicto con la Iglesia contribuyó a minar el apoyo militar a Perón,
apartando de él a los sectores nacionalistas y católicos de las fuerzas armadas. Repentinamente, la
vieja conspiración militar comenzó a prosperar bajo la dirección del general Eduardo Lonardi
estallando definitivamente en septiembre de 1955. Lonardi se hizo cargo del poder y Perón se
refugió en el Paraguay. Su régimen fue destruido pero su legado pervivió: desde
entonces la relación entre oligarquía y masas populares quedaba planteada en el país en
nuevos términos, porque los sectores obreros urbanos habían crecido considerablemente
y habían adquirido no sólo experiencia política, sino también el sentimiento de su fuerza
como grupo social.
La República en crisis (1955-1973)
Las diferencias entre los grupos que habían derribado a Perón se manifestaron de
inmediato. El 13 de noviembre de 1955 los sectores liberales y rígidamente
antiperonistas, nucleados en torno del vicepresidente Rojas, separaron a Lonardi y
colocaron en su lugar al general Pedro Eugenio Aramburu. Hubo un retorno al
liberalismo que se expresó en la adopción de una actitud conservadora, especialmente
en materia económica y social. En materia económica, el acento fue puesto en la libre
empresa
Uno de los objetivos de Aramburu fue la normalización institucional: se preparan
elecciones presidenciales en febrero de 1958. El candidato presidencial de la U.C.R.I,
Arturo Frondizi, gestionó y obtuvo el apoyo de los votos peronistas, obteniendo la
mayoría. Algunos sectores militares miraron con recelo esa reaparición de los vencidos
de 1955 y no faltó quien pensara que podía producirse un golpe de estado, pero el
presidente Aramburu se mantuvo firme en su promesa y entregó el poder a su sucesor.
En esos años la entrada de capitales extranjeros, especialmente norteamericanos, fue muy
importante, desarrollándose rápidamente las industrias básicas, como la petroquímica y la
siderúrgica, y también la automotriz.
Periodo de inestabilidad política. Dificultad para encontrar una solución parlamentaria a la
situación de crisis económica y social del país. (diferentes intentos que terminan en fracaso) A lo
largo de 1969 la "paz militar" fue deteriorándose. Al clima de movilización social (obrera,
estudiantil) se sumó la actividad de grupos armados clandestinos.
En 1972 el ya anciano Perón aparecía muy distinto al de años anteriores. Abandonando casi
totalmente (aunque no del todo) sus antiguas y rígidas consignas, se manifestaba abierto al diálogo y
dispuesto al acuerdo con sus antiguos enemigos, con quienes procuraba lograr un amplio frente de
coincidencias para reconstruir la República. Mientras tanto, cobraba cuerpo entre aquéllos una suerte
de aceptación tácita del derecho del peronismo a volver al gobierno. Para muchos argentinos, Perón
se había convertido en la única alternativa al poder militar y a la revolución. Varios sectores se
aglutinaron en torno suyo: Estaban, naturalmente, quienes provenían del peronismo histórico,
celosos defensores de lo que empezaba a llamarse la "verticalidad", esto es, el acatamiento a la
voluntad, real o supuesta, del líder. Pero junto con ellos estaban también los activistas de todas las
tendencias, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda, que veían en el anciano líder la
herramienta eficaz de múltiples cambios. Otros en cambio, veían en la figura de Perón la última
posibilidad de un orden legítimo, que cerrara la crisis política en que se debatía el país desde 1955.
Finalmente, grupos de empresarios nacionales y extranjeros, e inclusive de dirigentes rurales, eran
captados por el lenguaje de un político de masas que, en los largos años del exilio, parecía haberse
transformado en un verdadero estadista. El carisma de Perón operó esta vasta polarización, que se
tradujo en el triunfo masivo, por dos veces, del frente electoral por él impulsado. El año 1973
pareció cerrar definitivamente un ciclo de inestabilidad y frustraciones.
Pérdida y recuperación de la República (1973-1996)
Mayo 1973, victoria del peronismo, Héctor Cámpora presidente de la República. Desde 1969 la
movilización popular no sólo había jaqueado al régimen militar sino desafiado de distintas maneras
el orden establecido.
Montoneros. Se trataba de un grupo guerrillero de origen nacionalista y católico al que pronto se
sumaron sectores provenientes de la izquierda, que sobresalió por su capacidad para asumir el
discurso y las consignas de Perón, combinarlas con otras provenientes del nacionalismo tradicional,
del catolicismo progresista y de la Izquierda revolucionaria, y a la vez movilizar y organizar a
distintos sectores: estudiantes, trabajadores o moradores de barrios marginales.
Junio, Perón vuelve a Argentina y poco después es elegido presidente de la República. El
conflicto interno del peronismo se desplegó con toda su fuerza. Frente a quienes proclamaban la
bandera de la patria socialista, otro sector levantaba la de la "patria peronista", combinando la
aspiración al retorno de la bonanza de décadas anteriores con posiciones, tradicionales en el
peronismo, decididamente adversas a las ideas de izquierda. (ruptura con las organizaciones
juveniles)
política económica que ejecutó su ministro de Economía, el empresario José Gelbard, fue
decididamente moderada, y lejos de las consignas socialistas de algunos de sus seguidores, apuntó a
fortalecer el desarrollo capitalista
1 julio 1974 muere Perón. Su viuda, María Estela, que asumió la presidencia, no tenía ni la
misma capacidad ni similar autoridad, y los conflictos se hicieron más agudos. José López Rega,
que había sido secretario privado de Perón, organizó grupos clandestinos dedicados a asesinar
dirigentes opositores, muchos de los cuales eran activistas sindicales e intelectuales disidentes, no
enrolados en las organizaciones guerrilleras. Montoneros respondió de la misma manera, de modo
que la violencia creció de manera irrefrenable, ante la inacción de un gobierno que renunciaba al
monopolio de la fuerza.
En una situación de profunda crisis económica y política, las Fuerzas Armadas decidieron
hacerse cargo del poder. El 24 de marzo de 1976 asumió el mando una Junta Militar,
formada por los comandantes de las tres Armas (Videla, Massera, Agosti) que designó
presidente al general Jorge Rafael Videla, comandante del Ejército. Videla se mantuvo
en el cargo hasta marzo de 1981, cuando fue reemplazado por el general Roberto
Marcelo Viola.
Con el llamado “Proceso de Reorganización Nacional”, las Fuerzas Armadas se
propusieron primariamente restablecer el orden, lo que significaba recuperar el
monopolio del ejercicio de la fuerza, desarmar a los grupos clandestinos que ejecutaban
acciones terroristas y vencer militarmente a las dos grandes organizaciones guerrilleras:
el E.R.P. y Montoneros. Pero la restauración del orden significaba eliminar
violentamente los conflictos que habían sacudido a la sociedad en las dos décadas
anteriores, y con ellos a sus protagonistas. Se trataba de realizar una represión integral.
Con la paralización de los partidos políticos de izquierda, el régimen pudo
consagrarse a su segunda tarea: la reestructuración de la economía. José Alfredo
Martínez de Hoz, un economista vinculado a los más altos círculos económicos
internacionales y locales, fue el ministro de Economía que, durante los cinco años de la
presidencia de Videla, condujo la transformación. Programa basado en la reducción de
la presencia del Estado y en la liberalización de la economía. Entrada capitales
extranjeros, Aumento deuda externa
A fines de 1981 Viola fue remplazado a su vez por el general Leopoldo Fortunato Galtieri.
1982, guerra Malvinas
Crisis del régimen, pérdida de apoyos, movilización social creciente. Se imponía la salida
electoral, que se concretó a fines del año siguiente, en octubre de 1983. Durante ese año y
medio, la sociedad argentina no sólo revivió y se expresó con amplitud sino que se
ilusionó con las posibilidades de la recuperación democrática. Raúl Alfonsín (partido
radical) ganó las elecciones de octubre de 1983, infligiendo al peronismo la primera
derrota electoral de su historia
Grandes problemas heredados:
La relación con los militares resultó muy difícil debido al reclamo generalizado de la
sociedad de investigar los crímenes cometidos durante la represión y sancionar a los
responsables, y a la negativa de éstos a rever su actuación durante lo que ellos llamaban
la "guerra antisubversiva", y sus críticos calificaban de genocidio
En 1984, la Comisión Nacional para la Desaparición de Personas (Conadep), que
presidió el escritor Ernesto Sábato, realizó una reconstrucción de lo ocurrido, cuya real
dimensión apenas se intuía. Sus conclusiones fueron luego confirmadas por la justicia,
que en 1985 condenó a los máximos responsables. Concebido como un plan orgánico,
fue aplicado de manera descentralizada, reservándose cada fuerza sus zonas de
responsabilidad. Grupos de militares no identificados se ocupaban de secuestrar,
generalmente por la noche, a activistas de distinto tipo, que luego de ser sometidos a
torturas permanecían largo tiempo detenidos, en centros clandestinos—La Perla, El
Olimpo, La Cacha, que alcanzaron una terrible fama—, hasta que una autoridad
superior decidía si debían ser ejecutados o si eran "recuperables". Proliferaron los
"desaparecidos", pues los familiares Ignoraban su suerte y ninguna autoridad asumía la
responsabilidad de la acción, y también las tumbas clandestinas. La C.O.N.A.D.E.P
logró documentar nueve mil casos, aunque probablemente—según las denuncias de los
familiares—la cifra deba triplicarse.
Durante 1985 se tramitó el juicio a los miembros de las tres primeras Juntas
militares, que culminó con sanciones ejemplares. Un primer intento de encontrar una
salida política a la cuestión —la llamada ley de Punto Final— fracasó, pues no detuvo
las citaciones a numerosos oficiales de menor graduación. Congreso sancionó la ley de
Obediencia Debida, que permitía exculpar a la mayoría de los oficiales que habían
participado en la represión.
Los problemas económicos heredados por el gobierno eran enormes: inflación
desatada, déficit fiscal, alto endeudamiento externo, estancamiento de las actividades
productivas, y una fuerte concentración, por la que algunos grupos empresarios poseían
un amplio control de la vida económica. Sin embargo, en un primer momento el
enfrentamiento con estos problemas fue postergado en aras de afirmar la
institucionalidad democrática. Inicialmente se impulsó una política de redistribución de
ingresos y ampliación del mercado interno similar a la que habían practicado
anteriormente tanto los gobiernos peronistas como el radical. Pero en la nueva situación
de recesión pronto se desató la inflación, agravada por el fracaso en la concertación con
los sindicatos.
El corralito (2000-2001)
Política económica neoliberal décadas 80 y 90 produjeron una gran inflación.
Menem profundizó la desregulación. Privatizó empresas públicas. Redujo aranceles.
1991 Ley de Convertibilidad: 1 peso = 1 dólar. Consecuencias catastróficas: cierre
empresas, aumento desempleo. Aumento importaciones, aumento deuda exterior. Fuga
de capitales. Crecimiento deuda interior. El gobierno tuvo que pedir mucho dinero al
FMI. Deuda disparada. El miedo a la suspensión de pagos lleva a muchos inversores a
retirar sus capitales de bancos argentinos --- colapso del sistema bancario.
GRAN RECESIÓN – desempleo. Descontento población. 1 de diciembre de 2001 se
decreta la Limitación de la libre disposición de crédito: “corralito”. Movilización social.
De la Rua renuncia (21 diciembre de 2001)
Enero 2002 Duhalde presidente
Fin de la convertibilidad, la gente puede sacar su dinero del banco.
Gobiernos de Néstor (2003 – 2007) y Cristina Kirchner (2007 – 2015) supusieron
una ruptura con la gestión política argentina de la década del 90.
El elemento central es la actualización de la tradición nacional – popular, con
resonancias en la política argentina, reenvía a experiencias populistas en los años 30, 40
y 50 con peronismo (1946).
Tres momentos políticos clave década 2000:
- Rebelión de 2001 caracterizada por una crisis generalizada
- Victoria de Néstor Kirchner (2003), nuevo escenario político, discurso
progresista.
- Exaltación de lo nacional – popular (2008 – 2010) y muerte de Kirchner.
Crisis económica 2001/2002: Se produce tras una década de políticas neoliberales
que socavan las estructuras sociales. Crisis económica, renuncia del presidente de la
Rúa - Respuesta social con movilizaciones y oleada de saqueos.
En un contexto de empobrecimiento de las clases populares, habían surgido
movimientos de desempleados (piqueteros) cuyos ejes centrales eran la acción directa,
el trabajo comunitario en el barrio y la democracia asamblearia. A partir de 2002,
movilizaciones con reclamos al Estado. La represión de Puente Pueyrredón (junio
2002), asesinato de dos piqueteros, fue un punto de inflexión, consolidación de una
nueva generación militante. Multiplicación de las asambleas ciudadanas. Ciertas
organizaciones piqueteras se integraron al gobierno de Néstor Kirchner bajo el nombre
de "organizaciones sociales”. Sin embargo, para gran parte de la sociedad éstas
representaban una “clase peligrosa”, o una expresión del clientelismo de izquierda.
Parecía inconcebible que tras el notable giro neoliberal del peronismo de los años 90
éste pudiera reactualizar y potenciar los componentes nacional – populares, visibles en
la revaloración del estado, la centralidad del líder y el rearmado de un aparto militante
(sindical, social, político y cultural).
PERONISMO desde 1983 a actualidad.
El peronismo, mucho más que otros populismos latinoamericanos, ha probado ser
capaz de contener las más diversas corrientes ideológicas en su seno.
Desde la vuelta a la democracia, el peronismo ha gobernado 20 años (En los 90, dos
gestiones de Carlos Menem de tendencia neoliberal, de 2003 a 2007 progresista con N.
Kirchner y de 2008 a 2015 exacerbación nacional – popular con C. Kirchner)
Por primera vez en la historia Argentina el peronismo ha gobernado 12 años
seguidos, algo que ni el mismísimo J. D. Perón pudo realizar, gobernó entre 1946 y
1955 cuando fue derrocado por un golpe militar. En los años 70, inestabilidad y
violencia política, Perón se derechiza, muere en 1974 y su esposa derrocada en el 76 –
dictadura militar que costó 30.000 desaparecidos.
10 COSAS DÉCADA KIRCHNERISMO
http://elcomercio.pe/mundo/actualidad/diez-cosas-q we ue-cambiaron-decada-
kirchnerismo-argentina-noticia-1580140
Una de las políticas más elogiadas del kirchnerismo ha sido la ampliación de
derechos, tanto humanos como civiles. Apenas asumió, en 2003, Néstor Kirchner
promovió en el Congreso la anulación de las llamadas “leyes del perdón” que
garantizaban la inmunidad a muchos acusados de crímenes de lesa humanidad durante
el último régimen militar (1976-1983).
Gobierno Cristina desde 2007:
Ley de Medios, una legislación antimonopólica que redujo de 24 a diez los servicios
abiertos de radio y televisión en poder de un solo dueño y prohibió a una empresa
propietaria de un canal abierto ser también proveedor del servicio de televisión por
cable en la misma zona.
El Grupo Clarín –el principal afectado por la norma- la impugnó ante la Justicia,
evitando hasta ahora tener que vender algunas de sus empresas, y la prolongada batalla
judicial (que deberá ser dirimida por la Corte Suprema) llevó a Fernández a proponer
una polémica reforma del Poder Judicial que ha sido ampliamente cuestionada.
Polarización de la sociedad - Cuando Néstor Kirchner llegó al poder era un virtual
desconocido. Pero poco tiempo después su figura y la de su esposa y sucesora, Cristina
Fernández, inspirarían entre los argentinos una pasión y un odio que muchos equiparan
con el que en el pasado generaron Juan y Eva Perón.
También los derechos de las minorías fueron una prioridad en estos diez años de
gobierno kirchnerista. En 2010 el oficialismo aprobó por ley el “matrimonio
igualitario”, convirtiendo a Argentina en el primer país de América Latina en permitir
el casamiento entre personas del mismo sexo.
En 2012, el gobierno también promovió la Ley de Identidad de Género, que
permite que travestis, transexuales y transgéneros sean inscriptos en sus documentos de
identidad con el nombre y sexo de elección, y además obliga al Estado a solventar las
operaciones de cambio de sexo.
El gobierno de Cristina Fernández también fue elogiado por mejorar los derechos de
las mujeres: a finales de 2012 una nueva ley agravó las penas para los delitos de
violencia de género y otra endureció las condenas para los crímenes de explotación
sexual y la trata de personas.
Martín Kohan o la desarticulación de las figuras míticas
argentinashttp://cle.ens-lyon.fr/espagnol/martin-kohan-o-la-desarticulacion-de-las-
figuras-miticas-argentinas-92430.kjsp