Animales Compañía que sana - Psicólogo Adolfo Villalón [email protected]
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28 Concepto Estético 29
OPINIÓN
ZOOTERAPIA | BIOÉTICA
Médico de Veteranos de Saint Louis, Estados
Unidos, demostró que la sensación de soledad
de los pacientes se redujo con sólo estar 30 mi-
nutos con un perro cada semana. Esto demues-
tra cómo los animales influyen en las personas
de forma positiva.
Sostener y acariciar a un animal puede inclu-
so dar bienestar físico y brindar sensación de
alivio. Existen estudios que prueban que el con-
tacto físico con un animal (en especial un perro)
puede disminuir la presión arterial y mejorar la
tasa de supervivencia de quienes hayan sido víc-
timas de ataques cardíacos.
Un estudio realizado por J. C. Holland
(2000) en Sudáfrica reveló que la presión arte-
rial puede bajar significativamente después de
una breve interacción positiva entre una perso-
na y un perro. Además, descubrió que con un
contacto de entre cinco y 24 minutos, los nive-
les de endorfinas (opiáceos naturales que ali-
vian el dolor), oxitocina, dopamina y prolactina
se duplicaron en el ser humano, lo que le dio
sensación de tranquilidad, mientras que el cor-
tisol (hormona que se libera en respuesta al es-
trés) disminuyó de forma significativa. Por lo
tanto, esos cambios fisiológicos están ligados
a una sensación de bienestar y relajación. Por
otro lado, se observó que esos efectos fisiológi-
cos también se producían en el perro.
En síntesis, la TAA tiene efectos positivos en
los pacientes, ya que favorece la cura de enfer-
medades al facilitar situaciones de alegría, opti-
mismo y tranquilidad (Hargreavens et al., 2014).
Cuando un paciente es diagnosticado con
una enfermedad de tipo orgánico o mental, sue-
le reaccionar con miedo, depresión, tristeza y
angustia, que hacen más tortuoso aún el pro-
blema de salud. Además, esta situación requiere
un proceso de adaptación que puede acarrear
cambios en el estado de ánimo, perturbaciones
Pasar tiempo con ellos tiene probados beneficios en personas con enfermedades o
traumas. Pero también puede traer problemas si no se adoptan responsablemente o no
se tiene en cuenta su bienestar físico y emocional.
ANIMALES, COMPAÑÍA QUE SANATratamientos complementarios
Si bien ya de chicos conocemos el
dicho popular “El perro es el me-
jor amigo del hombre”, los víncu-
los entre los seres humanos y los
animales, así como la Terapia Asistida con
Animales (TAA), son relativamente nuevos.
Sin embargo, a lo largo de la historia se ha re-
conocido su importancia en distintos eventos
de la humanidad, como, por ejemplo, durante el
viaje espacial de la perra Laika, que en 1957 fue
el primer ser vivo en orbitar la Tierra. Además,
los perros ayudan a los humanos en diferentes
actividades: hay canes de asistencia, búsqueda
y rescate, de detección de cadáveres, pastores,
de trineo y guardianes, entre otros.
El primer caso documentado de TAA es el
del psiquiatra William Tuke en el Asilo de York,
Inglaterra, en 1792. Tuke usó animales de gran-
ja en su entorno natural para estimular a los
pacientes que cuidaba: él intuyó que aquellos
podían propiciar valores humanos y autocontrol
en esas personas, mediante refuerzo positivo
(Fine A.H., 2003; Cusack O., 2008).
En el siglo XIX, se incorporaron animales
en las instituciones mentales de Europa, con
el objetivo de brindarle a los pacientes una at-
mósfera más tranquila y libre. En 1919, dicha te-
rapia fue documentada en Estados Unidos. Y,
entre 1944 y 1945, se emplearon animales co-
mo ayuda terapéutica en la rehabilitación de
ex soldados tras las secuelas psicológicas pro-
ducidas por la guerra, en el Hospital para
Convalecientes de la Fuerza Aérea del Ejército
de Pawling, en Nueva York, Estados Unidos.
En 1953, el psiquiatra Boris M. Levinson des-
cubrió el potencial como coterapeuta de su
perro, al ver cómo un niño con problemas de
retraimiento reaccionaba de forma positiva an-
te la presencia del animal. El psiquiatra decidió
entonces incorporar la mascota a las sesiones
terapéuticas y registró una mejora en el esta-
do mental del niño, ya que el can lo ayudaba
a tranquilizarse y expresar sus emociones. A
Beneficios psicológicos
Beneficios fisiológicos
partir ese hallazgo, comenzaron a efectuarse
estudios sobre los beneficios de los animales de
compañía en la salud física y mental de los seres
humanos.
En los campos de la enfermería, la medici-
na y la psicoterapia, la TAA ha venido recibien-
do una creciente atención como forma aplicable
de ayudar a los pacientes. Existen evidencias
recientes de que el contacto con animales co-
labora en la recuperación de enfermedades vas-
culares y que además puede prevenirlas.
La TAA es definida por la Delta Society (una
organización sin fines de lucro dedicada a pro-
mover la interacción positiva entre las personas
y los animales de compañía) como “una modali-
dad de tratamiento terapéutico en la cual un ani-
mal que cumple determinados criterios forma parte
del proceso”. La TAA es un tratamiento formal,
documentado y evaluado, dirigido por un pro-
fesional de la salud que marca los objetivos es-
pecíficos. Su propósito es fomentar la mejora
en los aspectos emocionales, sociales, físicos y
cognitivos de los pacientes.
Se ha demostrado que la TAA es un méto-
do útil para reducir el estrés, la ansiedad y la
depresión, estimular el contacto social, mejo-
rar el estado anímico, aumentar la autoestima
y reducir comportamientos agresivos. Esta te-
rapia, además, permite que el paciente deje de
enfocarse en la enfermedad y el dolor y que dis-
minuya su sensación de soledad, ya que la pre-
sencia de animales hace que las personas se
sientan protegidas, confiadas y seguras.
Produce, además, un mayor estímulo men-
tal, pues los animales evocan recuerdos en
el paciente y brindan un ambiente más alegre.
Estas distracciones positivas pueden ayudar a
disminuir las sensaciones de aislamiento que
sienten los pacientes internados en hospita-
les. Un estudio reciente realizado en el Centro
28 Concepto Estético 29
OPINIÓN
ZOOTERAPIA | BIOÉTICA
Médico de Veteranos de Saint Louis, Estados
Unidos, demostró que la sensación de soledad
de los pacientes se redujo con sólo estar 30 mi-
nutos con un perro cada semana. Esto demues-
tra cómo los animales influyen en las personas
de forma positiva.
Sostener y acariciar a un animal puede inclu-
so dar bienestar físico y brindar sensación de
alivio. Existen estudios que prueban que el con-
tacto físico con un animal (en especial un perro)
puede disminuir la presión arterial y mejorar la
tasa de supervivencia de quienes hayan sido víc-
timas de ataques cardíacos.
Un estudio realizado por J. C. Holland
(2000) en Sudáfrica reveló que la presión arte-
rial puede bajar significativamente después de
una breve interacción positiva entre una perso-
na y un perro. Además, descubrió que con un
contacto de entre cinco y 24 minutos, los nive-
les de endorfinas (opiáceos naturales que ali-
vian el dolor), oxitocina, dopamina y prolactina
se duplicaron en el ser humano, lo que le dio
sensación de tranquilidad, mientras que el cor-
tisol (hormona que se libera en respuesta al es-
trés) disminuyó de forma significativa. Por lo
tanto, esos cambios fisiológicos están ligados
a una sensación de bienestar y relajación. Por
otro lado, se observó que esos efectos fisiológi-
cos también se producían en el perro.
En síntesis, la TAA tiene efectos positivos en
los pacientes, ya que favorece la cura de enfer-
medades al facilitar situaciones de alegría, opti-
mismo y tranquilidad (Hargreavens et al., 2014).
Cuando un paciente es diagnosticado con
una enfermedad de tipo orgánico o mental, sue-
le reaccionar con miedo, depresión, tristeza y
angustia, que hacen más tortuoso aún el pro-
blema de salud. Además, esta situación requiere
un proceso de adaptación que puede acarrear
cambios en el estado de ánimo, perturbaciones
Pasar tiempo con ellos tiene probados beneficios en personas con enfermedades o
traumas. Pero también puede traer problemas si no se adoptan responsablemente o no
se tiene en cuenta su bienestar físico y emocional.
ANIMALES, COMPAÑÍA QUE SANATratamientos complementarios
Si bien ya de chicos conocemos el
dicho popular “El perro es el me-
jor amigo del hombre”, los víncu-
los entre los seres humanos y los
animales, así como la Terapia Asistida con
Animales (TAA), son relativamente nuevos.
Sin embargo, a lo largo de la historia se ha re-
conocido su importancia en distintos eventos
de la humanidad, como, por ejemplo, durante el
viaje espacial de la perra Laika, que en 1957 fue
el primer ser vivo en orbitar la Tierra. Además,
los perros ayudan a los humanos en diferentes
actividades: hay canes de asistencia, búsqueda
y rescate, de detección de cadáveres, pastores,
de trineo y guardianes, entre otros.
El primer caso documentado de TAA es el
del psiquiatra William Tuke en el Asilo de York,
Inglaterra, en 1792. Tuke usó animales de gran-
ja en su entorno natural para estimular a los
pacientes que cuidaba: él intuyó que aquellos
podían propiciar valores humanos y autocontrol
en esas personas, mediante refuerzo positivo
(Fine A.H., 2003; Cusack O., 2008).
En el siglo XIX, se incorporaron animales
en las instituciones mentales de Europa, con
el objetivo de brindarle a los pacientes una at-
mósfera más tranquila y libre. En 1919, dicha te-
rapia fue documentada en Estados Unidos. Y,
entre 1944 y 1945, se emplearon animales co-
mo ayuda terapéutica en la rehabilitación de
ex soldados tras las secuelas psicológicas pro-
ducidas por la guerra, en el Hospital para
Convalecientes de la Fuerza Aérea del Ejército
de Pawling, en Nueva York, Estados Unidos.
En 1953, el psiquiatra Boris M. Levinson des-
cubrió el potencial como coterapeuta de su
perro, al ver cómo un niño con problemas de
retraimiento reaccionaba de forma positiva an-
te la presencia del animal. El psiquiatra decidió
entonces incorporar la mascota a las sesiones
terapéuticas y registró una mejora en el esta-
do mental del niño, ya que el can lo ayudaba
a tranquilizarse y expresar sus emociones. A
Beneficios psicológicos
Beneficios fisiológicos
partir ese hallazgo, comenzaron a efectuarse
estudios sobre los beneficios de los animales de
compañía en la salud física y mental de los seres
humanos.
En los campos de la enfermería, la medici-
na y la psicoterapia, la TAA ha venido recibien-
do una creciente atención como forma aplicable
de ayudar a los pacientes. Existen evidencias
recientes de que el contacto con animales co-
labora en la recuperación de enfermedades vas-
culares y que además puede prevenirlas.
La TAA es definida por la Delta Society (una
organización sin fines de lucro dedicada a pro-
mover la interacción positiva entre las personas
y los animales de compañía) como “una modali-
dad de tratamiento terapéutico en la cual un ani-
mal que cumple determinados criterios forma parte
del proceso”. La TAA es un tratamiento formal,
documentado y evaluado, dirigido por un pro-
fesional de la salud que marca los objetivos es-
pecíficos. Su propósito es fomentar la mejora
en los aspectos emocionales, sociales, físicos y
cognitivos de los pacientes.
Se ha demostrado que la TAA es un méto-
do útil para reducir el estrés, la ansiedad y la
depresión, estimular el contacto social, mejo-
rar el estado anímico, aumentar la autoestima
y reducir comportamientos agresivos. Esta te-
rapia, además, permite que el paciente deje de
enfocarse en la enfermedad y el dolor y que dis-
minuya su sensación de soledad, ya que la pre-
sencia de animales hace que las personas se
sientan protegidas, confiadas y seguras.
Produce, además, un mayor estímulo men-
tal, pues los animales evocan recuerdos en
el paciente y brindan un ambiente más alegre.
Estas distracciones positivas pueden ayudar a
disminuir las sensaciones de aislamiento que
sienten los pacientes internados en hospita-
les. Un estudio reciente realizado en el Centro
30 Concepto Estético 31
OPINIÓN
ZOOTERAPIA | BIOÉTICA
del sueño y ansiedad.
La TAA permite que la persona con una
enfermedad olvide temporalmente su situa-
ción para centrarse en la compañía del animal.
Asimismo, ayuda a que el paciente se sienta
menos solo y deprimido, lo vuelve más sociable
y cambia positivamente sus rutinas.
Especialistas de la Facultad de Veterinaria
de la Universidad de Buenos Aires también
destacan los efectos de la TAA en el final de
la vida. “Modifica significativamente el estado de
ánimo y reduce la ansiedad del paciente”, resal-
tó la licenciada Mariela Brizi, del Centro TACA
de esa universidad, en diálogo con diario La
Nación en 2009.
Adolfo Villalón Sandoval
Psicólogo clínico, magíster en Psicología Clínica y director
clínico del Centro de Salud Psicokine.
Si desea contactar al profesional, para realizar consultas y
profundizar sobre lo expuesto en la nota, envíenos su correo a:
Actualmente, el segmento de mascotas ha evolucionado en diversos sentidos. En algunos casos, las per-
sonas tienen animales porque son “objetos” deseables, de “moda”, para acceder a algún estatus en parti-
cular y captar el interés del otro. En otro segmento de la población, la mascota pasa a ser un elemento de
colección: se vuelve un objeto preciado y así pasa a tener un valor emocional distinto al de un animal de
compañía. Finalmente, estaría el grupo que la ve como un “regalo”: el animal se vuelve una opción frente
a algún momento incómodo en la pareja o cuando los hijos crecen y buscan aferrarse a algún “objeto pro-
pio” para sobrellevar su maduración emocional y relacional. Lamentablemente, los últimos estudios han
revelado que el lugar común que ocupan las mascotas al final del día es el de objetos de consumo y, co-
mo tales, a medida que pasa el tiempo pierden su valor y también su interés, por lo que terminan siendo
descuidadas por sus dueños (Downey & Ellis, 2008; Mosteller, 2008).
De esta forma, comienza a observarse uno de los problemas esenciales en el cuidado de los animales de
compañía, que es el antropocentrismo (Bradshaw & Casey, 2007): no permitir la entrada de otro ajeno al
humano dentro del círculo de cuidado que requiere una mascota, lo que abre una disyuntiva sobre el tipo
de protección que necesita, las horas de juego, la limpieza y la alimentación. En Estados Unidos y otros
países, el actualmente denominado “comportamiento indeseable” es usado como justificación para la
eutanasia de animales (Salman et al., 2000).
Animales de compañía
Tenencia responsable
PsicoKinePsicoKine es un centro de sa-
lud conformado por diversos
profesionales, donde la psicología
y la kinesiología se unen para solu-
cionar y mejorar ciertos cuadros y condi-
ciones médicas.
Los pacientes son atendidos y evaluados ba-
jo una mirada integradora de las áreas física y
mental, con el objetivo de facilitar su recupe-
ración mediante una atención personalizada y
complementaria a las necesidades de cada uno.
Para eso, se crea un programa preciso para ca-
da paciente según su motivo de consulta, que
puede incluir sesiones de psicología, kinesiolo-
gía, nutrición y fonoaudiología.
Cuenta también con servicios de kinesiología y
psicología pensados específicamente para ins-
tituciones como residencias de adultos mayo-
res, escuelas y empresas.
psicokine.cl
El concepto de “tenencia responsable” está es-
trechamente relacionado a la llamada ciencia
del bienestar animal, que consiste en mejorar
la calidad de vida de animales de compañía co-
mo perros, gatos y caballos. En Chile se han
creado organizaciones en ese sentido, como la
Fundación Stuka (fundacionstuka.cl), que traba-
ja bajo lo que se conoce como las cinco liberta-
des de los animales, propuestas en 1993 por el
Concilio sobre el Bienestar de los Animales de
Granja (ver recuadro). Ese modelo se aplica en
distintos países del mundo, incluido Argentina.
Sin embargo, muchas veces no existe la respon-
sabilidad política y social para respetar estos
preceptos de necesidad animal.
Las cinco libertades del bienestar animal•Estar libres de hambre o sed
Derecho a tener agua fresca y una dieta que les
dé vigor y buena salud.
•Estar libres de sufrimiento e incomodidad
Derecho a un ambiente apropiado que incluya
refugio y un área de descanso cómoda.
•Estar libres de dolor, lesiones o enfermedad
Derecho a prevención, diagnóstico rápido y
tratamiento.
•Ser libres para expresar una conducta normal
Derecho a espacio suficiente, instalaciones
adecuadas y compañía de animales de la mis-
ma especie.
•Estar libres de temor o estrés
Derecho a un trato que les evite sufrimiento
mental.
Fuente: Concilio sobre el Bienestar de los Animales de Granja.