A. Narconovela-Balas de Tinta
-
Upload
portador-luis-aguilar-tlv -
Category
Documents
-
view
212 -
download
0
Transcript of A. Narconovela-Balas de Tinta
![Page 1: A. Narconovela-Balas de Tinta](https://reader031.fdocument.pub/reader031/viewer/2022021303/577c806c1a28abe054a89d8b/html5/thumbnails/1.jpg)
8/18/2019 A. Narconovela-Balas de Tinta
http://slidepdf.com/reader/full/a-narconovela-balas-de-tinta 1/1
8 27 de septiembre de 2010 La gaceta La gaceta
BalastintaLa narconovela es ya un género en el contexto de lanarrativa mexicana más reciente. Situadas entre elperiodismo y la ficción, los escritores buscan desentrañarcon sus historias una realidad hiperviolenta, que seoculta desde los discursos oficiales
de
ALBERTO SPILLER
Sobre el narco se ha
escrito mucho. Des-de hace décadas, co-rridos resuenan encantinas, estéreosy en el éter con lashazañas de pistole-ros y capos, como
notas periodísticas y ensayos aca-démicos llenan páginas y libros enpos de analizar este multifacéticofenómeno que penetró ya en todoslos sectores de la sociedad mexica-na. Impregnando todo.
Y por supuesto la narrativa, aunsi con un poco de retraso y con másmoderación, no podía faltar al ban-quete de tópicos e inspiracionesque tal fuente puede ofrecer al es-cribiente. Por esto en los últimosaños varios escritores han dedicadosus novelas a esta temática, cen-trándolas en México, en particularen el Norte, y en personajes de loscárteles que operan en el país.
Esta producción literaria tal vezno ha llegado aún a conformar unsubgénero en el sentido pleno dela palabra, pero seguramente está
generando una prosa que apunta alnarco, y a narrarlo desde diferentes
perspectivas y géneros: desde lasnovelas negras como A wevo padri-
no, de Mario González Suárez, o po-liciacas como El amante de Janis Jo-
plin de Élmer Mendoza, a historiasentre lo macabro y el melodrama
como Trabajos del reino y La fiestaen la madriguera de Yuri Herrera yJuan Pablo Villalobos, respectiva-mente.
Si por una parte los génerosson variados, lo que caracteriza y
acomuna a estas novelas es el es-tilo picaresco y un uso copioso delargot popular mexicano, y en par-ticular de la jerga propia al mundo
del narcotráfico. La sierra y la cos-ta de Sinaloa, la frontera, mansio-nes lujosas y ultra vigiladas, sonlos escenarios en que esos autoresdesarrollan historias de pequeñoscontrabandistas o grandes capos,recuperando imágenes y persona-
jes del folclor mexicano.Pero también hay otros escrito-
res que abordan la temática de unaforma diferente, como por ejemploFederico Campbell y el español Ar-turo Pérez Reverte, que se muevenentre la ficción y la crónica perio-dística. En Máscara Negra, el tijua-nense a través de un mosaico de
textos, a veces en forma de ensayo,sobre la administración de justicia,el crimen, asesinatos de periodistasy la cultura mafiosa, presenta unareflexión sobre el poder policiaco ypolítico, la legitimidad y la inexis-tencia del Estado.
Por su parte, el novelista ibéricohace amplio uso de los recursos dela narrativa mezclándolos con unasupuesta investigación periodísti-ca, para construir la historia de una
joven sinaloense, Teresa MendozaChávez, que desde novia de un con-trabandista de Culiacán, llega, des-pués de una serie de rocambolescasperipecias, a controlar el tráfico dehachís y cocaína en el estrecho deGibraltar y su distribución en bue-na parte de Europa.
La experiencia veinteñal de Pé-rez Reverte como periodista tras-luce en la novela La reina del Sur ,rica en referencias a lugares de Cu-
liacán, Melilla, de la Costa del Sol,y por la introducción de hechos decrónica y personajes reales, connombre y apellido, conocidos a lolargo de su extensa trayectoria pro-fesional. Pero además la misma tra-ma de la novela corre en vilo entrela narrativa y el periodismo, tantoque resulta difícil entender si lahistoria es verdadera y si existió ono “la Mejicana”.
Narcoficción
En cambio la ficción resalta en par-ticular en las novelas de dos jóvenes—por lo menos literariamente— es-critores mexicanos. En Trabajos del
reino, la mansión de un narcotrafi-cante, ubicada en una ciudad fron-teriza que bien podría ser Tijuana oCiudad Juárez, es el teatro en que
Yuri Herrera mueve con sutiles hi-los una serie de personajes, en unapantomima de la vida cotidiana al
interior de un supuesto cártel.Ejecuciones, intrigas políticas,
traiciones, corrupción y guerra porel control del territorio, se deslizan
suavemente a través de la actuaciónde hipotéticos personajes, como ElRey, El Heredero, La Bruja, El Pe-riodista, El Traidor, El Gerente, cu-yas historias son narradas por El Ar-tista, autor de corridos de arrabalesque termina enamorándose de LaDesconocida, hijastra del capo, paracrear una improbable relación deamor que se desenvuelve paralelaa los hechos violentos tejidos en latrama del libro.
De la misma manera, la vida deotro capo es descrita a través de lamirada inocente de su singular ymimado hijo, en la novela Fiesta en
la madriguera, del tapatío Juan Pa-blo Villalobos. También en este casoel palacio del narcotraficante, en elque viven prácticamente aisladospor miedo a venganzas o arreglos decuentas, es el centro de la narraciónen que se mueven matones, sica-rios, prostitutas, dealers, sirvientasy políticos corruptos.
Sin embargo, las extravaganciasdel niño, como sus pasiones por lossamuráis, los sombreros y los ani-males exóticos, entremezcladas conla de cadáveres mutilados y ejecu-ciones, desembocan en la crónica deun viaje delirante que los protago-nistas emprenden para satisfacer elenésimo capricho del primogénito.
A wevo padrino y El amante de
Janis Joplin , en cambio, se inscri-ben en la tradición de la narrati-
va de aventura y policiaca. EntreCuliacán, Mazatlán y la sierra deSinaloa narran epopeyas de narco-
traficantes que controlan el cultivode mota en el llamado “TriánguloDorado” y se involucran en cruen-tos enfrentamientos con policías ycarteles rivales, o en pantagruélicasparafernalias en cantinas, bules olujosos palacios.
Grajales, buchones, federicos,
güilas, culichis: estas novelas repro-ducen el vocabulario utilizado porlos narcos y en los barrios pobresde las ciudades costeñas. Al mis-mo tiempo retratan de una formaa veces burlesca y otras brutal, lasactividades de carteles y pandille-ros: sus personalidades y sus exis-
tencias formadas por dinero, armas,drogas, negocios ilegales, traición,reventón y mujeres fascinadoras.En particular, destacan la descrip-ción de las hazañas de contraban-distas y sicarios, y por otra parte, eltributo a la belleza morena y las for-mas abundantes de las sinaloenses.
¿Cómo narrar el narco?
Leyendo estas novelas, muy segui-do te encuentras riéndote o cuantomenos sonriendo amargamente;y no sabes por qué. Seguramenteanalizando la cuestión del narcoen México, no hay mucho por quéreírse. Será tal vez el carácter mexi-cano, que tiende a burlarse de todo—hasta de la muerte— para desmi-tificar lo que, en el fondo, es sacrali-zado, y que se transmite por ende ala literatura.
El albur, la broma, la caricatura,parecen ser utilizadas para limar las
3Imagen de la
serie “México,
punto de
quiebra”,
fotorreportaje
ganador delúltimo premio
de la Fundación
Nuevo Periodismo
Iberoamericano.
Foto: Alejandro
Cossío