6701-12099-1-PB.pdf
-
Upload
luxferrekaos -
Category
Documents
-
view
212 -
download
0
Transcript of 6701-12099-1-PB.pdf
VOLUME
MEXICOx - UMERO 10
J NIO DE 1956
E J E 1: P LAR $ 1.00
íEXICODEOMAAUTOACIONALUNIVERSIDADLAPORPUBLICADA
I:.l SlIrrealismu, por Octavio Paz e La Feria de lus f)ías - Carla a Ccorf/i1wHiibner, por Manuel Scorza - Dos Poemas alllorosos de ./0/111 f)onnc - I:salé, por Saki_ La experiellcia d!' IIl1a aventura arqueo/órfica, por Laurcttc Sejourné - AI/aul/a y I'u/,ocatépe/t, por M. Romero de Terreros - O I~scritor JI Slt Tiempo, por Mario Puga e AriesPlásticas, por R. Flores Guerrero e Lelra.)' Espírillt, por Tomás Segovia e J:I Cine, porFósforo Ir • El Tealro, por Frallcisco Monterde - Libros, por H. Gonzálcz Rojo, C. E.Zavaleta, Carlos Valdés, Malluel Michel, A. Bonifaz uño y Manuel Sanlaló - Dibltjos de J.Vidrio _ Fotos, de R. Sa1azar.
N o DEJA de ser revelador qu los organizadores de e te ciclo de conferencia hayan pensado que el surrealis
mo e uno de los grandes temas de nue traépoca. * Día a día se hace más patente quela casa construída por la civilización occidental e nos ha vuelto prisión, laberintosangriento, matadero colecti,·o. o rs extraño, por tanto, que pongamos en entredicho a la realidad y que busquemus unasalida. El urrealismo no pretende otracosa: es un poner en radical entredicho alo que hasta ahora ha sido considerado inmutable por nuestra sociedad, tanto cornouna desesperada tentativa por encontrar lavía de salida. o, ciertamente, en buscade salvación, sino de la verdadera vida. Almundo de "robots" de la sociedad contemporánea el urrealismo opone los fantasmas del deseo, dispuestos siempre a encarnar en un rostro de mu jer. Pero hace cinco o seis años esta conferencia hubiesesido imposible. Grave críticos -enterradore de profesión y, como siempre, demasiado apresurados- nos habían dichoque era un movimiento pasado. Su a-ctade defunción había sido extendida, no sinplacer, por los notarios del espíritu. Paradescanso de todos. el surrealismo dormíaya el sueño eterno de las otras escuelas deprincipios del siglo: futurismo, cubismo,imaginismo, dadaísmo, ultraí mo, etc. Bastaba, pues, con que el historiador de laliteratura pronunciase su pequeño elog-iofúnebre, para que, ya tranquilos, volviésemos a los quehaceres diarios. Lo maravilloso cotidiano había muerto. En realidad, nunca había existido. Existía sólo loc?tidiano: la moral del trabajo, el "ganaras el pan con el sudor de tu frente" elmundo sólido del humanismo clásico y' dela prodigiosa ciencia atómica.
Pero el cadáver estaba vi,·o. Tan vivo,que ha saltado de su fosa v se ha presentado de nuevo ante nosotros, con su misma cara terrible e inocente, cara de torIToIenta súbita, cara dr incendio. cara yfIgura de hada en medio del bosque encantado. Seguir a esa muchacha que sonríe y delira, internarse con ella en lasprofundidades de la espesura verde y oro,en donde cada árbol en una columna viviente que canta, es volver a la infancia.Seguir ese llamado es partir a la reconquista de los poderes infantiles. Esos poderes -más grandes quizá que los denuestra ciencia orgullosa- viven intactosen cada uno de nosotros. No son un tesoroescondido, sino la misteriosa fuerza quehace de la gota de rocío un diamante vdel diamante el zapato de Cenicient~.
Constituyen nuestra manera propia deser, y se llaman: imaginación y deseo. Elhombre es un ser que imagina y su razónmisma no es sino una de las formas deese continuo imaginar. En su esencia,
* "Los grandes temas de nuestro tiempo"serie de conferencias organizada por la Uni.~versidad Nacional de México en 1954. La presente será recogida próximamente en el libroLas peras del olmo.
EL SURREALISMOPor Octavio PAZ
11I
"pero el cadávrr estaba vivo"
2 UNIVERSIDAD DE MEXICO
REVISTA UNIVERSIDAD DE. MEXICO
PATROCINADORES
Toda corresrondencia debe dirigirse a:
"REVISTA UNIVERSIDAD DE MEXICO"
La Revista no se hace responsable de losoriginales que no hayan sido solicitados.
El mundo se ha convertido en una gigantesca máquina que gira en el vacío, alimentándose sin cesar de u detritus.Pues bien, el surreali mo se rehu a a veral mundo como un conjunto de cosa buenas y malas, unas henchidas del ser divino y otras roídas por la nada; de ahí suanticristianismo. Asimismo, se niega aver la realidad como un conglomerado decosas útiles o nocivas; de ahí su anticapitalismo. La idea de moral y utilidadle son extranjeras. Finalmente, tampococonsidera el mundo a la manera del hombre de ciencia, es decir, como un objetoo grupo de objetos desnudo de todo valor e intencionalidad, desprendidos del espectador. Nunca es po ible ver el objetoen sí; siempre está iluminado por el ojoque lo mira, siempre está moldeado porla mano que lo acaricia, lo oprime o loempuña. El objeto, instalado en su realidad irrisoria como un rey en un volcán,de pronto cambia de forma y se transforma en otra cosa. El ojo que lo mira laablanda como cera; la mano que lo toca,lo modela como arcilla. El objeto se subjetiviza. O como dice un héroe de Arnim :"Discierno con pena lo que veo con losojos de la realidad, de lo que veo conlos de la imaginación." Evidentemente setrata de los mismos ojos, sólo que sirviendo a poderes distintos. Y así se inicia tinavasta transformación de la realidad. Hiiodel deseo. nace el objeto surrealista: laasamblea de montes es otra vez cena de gigantes; las manchas de la pared cobranvida, se echan a volar y son un ejército deaves que con sus picos terribles desgarranel vientre de la hermosa encadenada.
Las imágenes del sueño proporcionanciertos arquetipos para esta subversión dela realidad. Y no sólo las del sueño; otrosestados análogos, desde la locura has~a
el ensueño diurno, provocan rupturas yreacomodaciones de nuestra visión de breal. Consecuentes con este programa,Breton y Eluard reproducen en el libroLa Inmaculada Concepción el pensamiento de los enfermos mentales; durante unaépoca balí se sirve de la "paranoia crítica" ; Aragón escribe Una ola de sueíios.En efecto, se trataba de una inundaciónde imágenes destinadas a quebrantar larealidad. Otro de los procedimientos paralograr la aparición de lo insólito consiste en desplazar un objeto ordinario de sumundo habitual ("el encuentro de unamáquína de coser y un paraguas en unamesa de disección") ; otro más, la "concentración del objeto en sí, cortado de laidea de su función o de su utilidad" (Cirlot). y ningún arma más poderosa ql;eel humor: al absurdo del mundo la conciencia responde con otro; se establece asíuna suerte de "empate" entre objeto ysujeto. Todos estos métodos -y otros muchos- no eran, ni son, ejercicios gratuitos de carácter estético. Su propósito essubversivo: abolir esta realidad que unacivilización vacilante nos ha impuestocomo la sola y única verdadera. Pero elcarácter destructivo de estas operacionesno es ino un primer paso; su fin últimoes desnudar a la realidad, despojarla desus apariencias, para que muestre al finsu verdadero rostro. "El ser ama ocultarse." La poesía se propone hacerlo reaparecer. De alguna manera, en algún momento privilegiado, la realidad escondida
(Pasa a /0. pág. 7)
1.00
10.00
$
"
Precio del ejemplar:
Suscripción anual:
ABBOT LABORATORIES DE MÉXICO, S. A.
BANCO NACIONAL DE COMERCIO EXTERIOR,
S. A.-CALlDRA, S. A.-COMPAÑÍA HULE
RA EUZKADI, S. A.-COMPAÑÍA MEXICANA
DE AVIACIÓN, S. A.-ELECTROMOTOR, S.
A.-FERROCARRILES NACIONALES DE MÉXI
co, S. A.-FINANCIERA NACIONAL AZUCA
J.EIlA, S. A.-INGENIEROS CIVILES ASOCIA
DOS, S. A. (ICA) .-INSTlTUTO MEXICANO
DEL SEGUIlO SoClAL.-LOTElI.fA NACIONAL
PAIlA LA ASISTENCIA PúBLlCA.-NACIONAL
FINANClEIlA, S. A.-hTllÓLEOS MEXlCANOI.
Torre de la Rectoría, 109 piso,
Ciudad Universitaria, Villa Obregón, D. F.
Para nosotros el mundo real, eso quellamamos "realidad", es tln conjunto deobjetos o entes. Antes de la edad moderna, ese mundo e taba dotado de una ciertaintencionalidad, atravesado, por decirloasí, por la voluntad de Dios. Los hombres,la naturaleza y las cosas mismas estabanimpregnadas de algo que las trascendía;poseían un valor: eran buenas o malas.La idea de utilidad -que no es sino ladegradación moderna de la noción delbien- impregnó después nuestra idea dela realidad. Lo entes y objetos que constituyen el mundo se nos han vuelto cosasútiles, inservibles o nocivas. Nada escapa a esta idea del mundo como un VdStOutensilio: ni la naturaleza, ni los hombres,ni la mujer misma: todo es un para ... ,todos somos instrumentos. Y aquellos queen lo alto de la pirámide social manejanesta enorme y ruinosa maquinaria, también son utensilios, también son herramientas que se mueven automáticamente.
Director artístico:
Miguel Prieto.
Coordinador:
Henl'ique González Casanova.
Director:
Jaime Garcia Terrés.
Secretario General:
Doctor Efrén C. del Pozo.
Secretario de redacción:
Emmantlel Carballo. .
Rector:
Doctor Nabar Carrillo.
UNIVERSIDAD NACIONALDE MEXICO
Jefe de redacción:
Juan Martin.
imaginar es ir más allá de sí mismo, proyectar nuestro mundo, continuo trascenderse. Ser que imagina porque desea. elhombre también es el er capaz de transformar el universo entero en imagen desu deseo. Y por esto es tln er amoroso,sediento de una presencia que es la vivaimagen, la increíble encarnación de suueño. Movido Dar el deseo, aspira a fun
dir e con e a in~agen y, a su vez, convertir e en imagen. Juego de espejos, juegode ecos, cuerpos que se deshacen y recreaninfatigablemente bajo el sol inmóvil delamor. La máxima de Novalis: El hombre es imagen, la hace uya el surreali mo. Pero la recíproca también es verdadera: la -ilnage1t es el hOl/'tbre.
Nada más sintomático de cierto estadode espíritu contemporáneo que aceptarsin pestañear la presencia de tendenciasque pueden cali ficarse de surrealistas alo largo 'del pasado -el romanticismoalemán, la novela gótica inglesa, comoejemplos próximos- y en cambio negarsea reconocerlas en el presente. Cierto, hayun estilo surrealista que, perdido su inicial poder de sorpresa, se ha transformado en manera y receta. El surrealismo esuno de los frutos de nuestra época y noes invulnerable al tiempo; asimismo, laépoca está bañada por la luz surrealistay su vegetación de llamas y piedras preciosas ha cubierto todo su cuerpo. Y noes fácil que esas lujosas cicatrices desaparezcan sin que desaparezca la épocamisma. Esas cicatrices forman tina constelación de obras a las que no es posiblerenunciar sin renunciar a nosotros mismos. Pero el surrealismo no puede identificarse con estas o aquellas creaciones,por más ricas o impresionantes que nosparezcan. El surrealismo traspasa el sig-
o ni ficado de estas obras porque no es tinaescuela (aunque constituya tln grupo osecta), ni una poética (a pesar de que unode sus postulados esenciales sea de ordenpoético: el poder liberador de la inspiración), ni una religión o un partido político. El surrealismo es tina actitud delespíritu humano. Acaso la más antigua yconstante, la más poderosa y secreta.
En Arcano 17, André Breton habla deuna estrella que hace palidecer a las otras:el lucero de la mañana, Lucifer, ángel dela rebelión. Su luz la forman tres elementos: la libertad, el amor y la poesía. Cadauno de ellos se refleja en los otros dos,como tres astros que cruzan sus rayospara formar una estrella única. Así, hablar de la libertad será hablar de la poesía y del amor. Movimiento de rebelióntotal, nacido del nihilismo dadaísta de laprimera post-guerra, el surrealismo seproclama como una actividad destructoraque quiere hacer tabla rasa con los valor.es de la ~iviliza~ión racionalista y cristIana. A dIferenCIa del dadaísmo es tamb~én una empresa revolucionari~ que aspIra a transformar la realidad y así obligarla a ser ella misma. Pero el'sur;ealismo no parte de una teoría de la realidad'tampoco es una doctrina de la libertad. S~trata más bien del ejercicio concreto dela libertad, esto es, de poner en acción lalibre disposición del hombre en un cuerpoa cuerp? con lo real. Desde el principio laconcepclOn su rreallsta no distingue entreel conocimient~. poético de la realidad ysu transformaclOn : conocer es un acto quetransforma aquello que se conoce. La acti,:id.ad poética vuelve a ser una operaciónmaglca.
SU RREALISJ\iO
UNIVERSIDAD DE MEXICO
"Pues yo tampoco.' Si por lo menossupiéramos su sexo, le podríamos dar unnombre. Quizá la llamaremos Esmé. Sirvepara ambos casos.
La luz, aún suficiente, permitía distinguir los objetos al borde del camino, Jnuestros deprimidos espíritus se animaronun poco cuando observamos a una pequeña niña gitana, semi-desnuda, que reco~
gía moras en un matorral. La súbita aparición de dos amazonas' seguidas de 'cméihiena motivó un agudo llanto de la niña:En todo caso, de esa .fuente no habríamo$obtenido ninguna información geográfi~ca de utilidad. Existía, sin embargo, l~
posibilidad de encontrar un campamentqgitano sobre nuestra ruta. Seguimos tro"tanda -con esperanza y sin resultado-----;una milla o más. .
"¿ Qt;é hacía allí esa niña?", preguntó,al cabo, Constance.
"Recogía moras. Es obvio.""No' me gustó la manera como llar'aba",
insistió Constance. "Me parece que suschillidos siguen sonando en mi oído."
N o reclamé a Constance sus morbosasfantasías. De hecho, la misma sensaciónde sentirme perseguidá por un persistente, inquietante berrido, se había ido insinuando sobre mis fatigados nervios. Enaras de la buena compañía, le grité aEsmé que se había retrasado bastante.Con. unos cuantos elásticos saltitos, lahiena llegó hasta nosotros y se disparóhacia adelante, pasándonos.
El acompañamiento de chillidos se explicó enseguida. Firme, y supongo quedolorosamente, la niña gitana viajaba enel hocico de Esmé. .
"¡ Santos cielos !", gritó Constance."¿ Qué diantres haremos? ¿ Qué vamos ahacer ?"
Tengo la plena certeza de que, en elJuicio Final, Constance hará más preguntas que cualquiera de los serafines.
"¿ No podemos hacer algo ?", persistiólagrimeando, mientras Esmé se paseabaa medio galope al frente de nuestros cansados corceles.
Personalmente, yo hacía cuanto se meocurría en ese momento. Insulté y regañé y halagué en inglés y en francés y enel lenguaje de los guardabosques; azotéabsurda e ineficazmente el aire con milátigo de caza; arrojé mi porta-sandwichessobre el bruto; en verdad, no sé podríahaber hecho más. Y sin embargo, seguimos avanzando en e! crepúsculo, cadavez más denso, con la oscura, tosca forma arrastrándose pesadamente frente anosotros, y un zumbido de lúgubre música flotando hacia nuestros oídos. De repente, Esmé brincó a un lado y se introdujo en un espeso matorral a donde nopodíamos acompañarla; el gemido se convirtió en aullido, y enseguida cesó deltodo.
Siempre cuento muy por encima estaparte, porque en realidad fue bastantehorrible. Cuando la bestia se reunió connosotros, le notamos un aire de pacientecomprensión, como si supiera que habíacometido un acto para nosotros censurable, pero que a ella le parecía muy justificado.
"¿ Cómo permites que esa bestia voraztrote a nuestro lado?", preguntó Constance.
"En primer lugar -contesté- nopuedo evitarlo. En segundo, dudo muchoque en este momento, sean cuales fueransus defectos, la hiena sienta voracidadalguna."
Constance se estremeció. "¿ Crees quela pobre criatura sufrió mucho?", exclamó ca notra de sus inútiles preguntas.
"Todo parece indicarlo -dije-o Porotra parte, desde luego, pudo haber llorado por puro mal humor. A veces, estoles sucede a los niños." .
Reinaba una oscuridad completa cuandollegamos a la carretera principal. Un relampagueo de luces y el ruido de un motor nos pasaron al mismo tiempo a unadistancia poco reconfortante. Un segundomás ·tarde, escuchamos un golpe seco yun chillido punzante. El automóvil se detuvo, y al. regresar al sitio exacto encontré a un joven hincado junto a una masaoscura e inmóvil.
"¡Ha matado usted a mi Esmé!", exclamé con amargura.
"Lo siento de veras", dijo el joven. "Yotambién tengo perros, de manera que entiendo su malestar. Haré cualquier cosapara reparar el daño."
"Por favor entiérrela en el acto", res¡::ondí. "Creo que es lo rnenos que puedopedirle."
"Trae la pala, William", le dijo el joven a su chofer. Evidentemente, la contingencia de rápidos entierros al borde dela carretera había sido prevista.
Excavar una tumba de cierta dimensión tomó algún tiempo. "¡ Qué esplénelida bestia !", elijo el joven cuando el cadáver era arrojado a la tumba: "Temoque se trataba ele un animal muy valioso."
"Obtuvo el segundo premio en el concurso ele cachorros en Birminghan el añopasado", respondí con resolución.
Constance bufó ruidosamente."No llores, querida", dije con la voz
quebrada, "fue tan rápido. N o pudo haber sufrido mucho."
EL
Dibujo infantil
(Viene de la pág. 2)
se levanta de su tumba de lugares comur:es y coincide con e! hombre. En ese momento paradisíaco, por primera y únicavez, un instante o para siempre, somosde verdad. Ella y nosotros.
Arrasado por el humor, recreado porla imaginación, el mundo no se presentaya como un "horizonte de utensilios" sinocomo un campo magnético. Todo está viva: todo habla o hace signd.s; los objetosy las palabras se unen o' sep<iran conforme a ciertas llamadas misteriosas; la yedra que asalta el muro es la cabellera verde y dorada de Me!usina. Espacio y tiempo 'vuelven a ser lo que fueron para losprimitivos: una realidad vivientt}" dotadade poderes nefastos o benéficos.; algo, ensuma, concreto y cualitatiyo, no una simple extensión mensurable. Mientras elmundo se torna maleable al deseo, escapade las nociones utilitarias y' se entrega'a
7
"Miren ustedes", dijo, desesperado, elj.oven, "les ruego que me dejen hacer algopara reparar el daño."
Dulcemente, rehusé su ofrecimiento,pero como persistiera, le dejé mi direc-ción. .
Desde luego, Constance y yo nQS reservamos el relato de los primeros episodios de esa noche. Lord Pabham jamásanunció la pérdida de su hiena. Cuandouno o dos. años antes un animal estrictamente frugívoro se escapó de! parque,Lórd Pabham hubo. de compensar oncecasos de agresión a ovejas y, prácticamehte, . reponer las existencias en lasgranjas avícolas de sus vecinos: 'c1n~ ~iena errante habría motivado algo S1l111lara un empréstito del gobierno. De la misma manera, los gitanos no reclamaron asu criatura desaparecida; me imagino queen' los grandes campamentos nadie llevala cuenta exacta de uno o dos niños más.
La Baronesa se detuvó, reflexionó yluego añadió:
-Sin embargo, la aventura tuvo suepílogo. El cor~eo me trajó un encanta~dar broche de diamantes, con el nombre"Esmé" dispuesto sobre una ramita deromero. Incidentalmente, también perdíla amistad de ConstanceBroddle. Veránustedes.: cuando vendí la joya, con todacorrección me negué a entregarle a Constance ni una fracción del dinero recibido.Le señalé que cuanto atañía a Esmé eraasunto de mi propia invención,' así comotodo lo relacionado con la hiena incumb.íaa Lord Pabham -si en realidad se tratóde una hiena, de lo cual, desde luego, noposeo prueba alguna. . .
(De "The Cronicles of Clovis", 1911.)Traducción de Carlos Fuentes.
; ':,
la subjetividad, ¿ qué ocurre con el suje~
fa? Aquí la subversión adquiere una to"nalidad más peligrosa y radical. Si el objeto se subjetiviza, el yo se disgrega.¡'Desde Arnim", dice Breton, "toda hhis~oria de la poesía moderna es la de laslibertades que los poetas se han tomadocon la idea del Yo soy". Y así es : al margen de un retrato de N erval aparece, desu puño y letra, una frase que años mástarde, apenas modificada, servirá tambiénde identi ficación para Rimbaud. Nervalescribió: "Yo soy el otro"; y .Rimbaud:"Yo es .otro". Y no se hable de coincidencias: se trata de una afirmación que viene de muy lejos y que, desde Blake y losrománticos alemanes, todos los poetas hanrepetido incansablemente. La idea del doble -que ha perseguido a Kafka y a Rilke~ se abre paso en la conciencia de unpoeta tan aparentemente insensible al otromundo como Guillermo ApollirÍaire:
Un jour je ,m'attendais moi-memeJe me disais Guillallm il est temps que.
, [tu viennesPour que je sache enfin celui-la que
. [je suis ...El casi enternecido asombro con queApollinaire se espera a sí mismo,' se trans~
fpl:ma en el rabioso horror de AntoninoAlftaud: "transpirando la argucia, de sími'slnO a ·sí mismo'~.>En un libro ;de Benjamín Peret, ] e sublime, la corriente ·tem-
8UNIVERSIDAD DE MEXICO
Dibujo dp Robert Desnos - "ninglÍ11 arma más poderosa que el hu,lIwr"
"1111 ¡'e/ralo de Naval"
medio del choque de dos o más voluntadespoéticas, la imagen deslumbrante.
Los primeros años de la actividad surrealista fueron muy ricos. N o solamentemadi ficaron la sensibilidad de la época,sino que hicieron surgir una nueva poesía y una nueva pintura. Pero no se trataba de crear un nuevo arte, sino un hombre nuevo. Y sin embargo la Edad de Orono aparecía entre los escombros de esarcalidad tan furiosamente combatida. Alcontrario, la condición del hombre era cada vez más atroz. Al período que iniciael Primer Manifiesto sucede otro, presidido por preocupaciones de orden social.En el ánimo de Breton. Aragón y sus amigos se instala una duda: ¿ la emancipacióndel espíritu humano, meta del surrealismo, no exige una previa liberación de lacondición social del hombre? Tras variastormentas interiores, el surrealismo decide adherirse a las posiciones de la TerceraInternacional. Y así, La Revolución Surrealista se transforma en El Surrealismo al servicio de la Revolución. l.os revolucionarios políticos no mostraron muchasimpatía por servidores tan independientes. La máquina burocrática del PartidoComunista acabó por rechazar a todosaq'uellos que no pudieron o no quisieronsometerse. Durante algunos años las rup-
Lmüréalllont POI' S. Dalí
E,"e/on - "el 011'101" único"
La renuncia a la identidad personal, noimplica una pérdida del ser sino, precisamente, su reconquista, El poeta es yatodos los hombres. La naturaleza arrojasus máscaras y se revela tal cual es. Latentativa por "ser todos los hombres",presente en la mayoría de los grandes poetas, se alía necesariamente a la destrucción del yo. La empresa poética no consiste tanto en suprimir la personalidad comoen abrirla y convertirla en el punto deintersección de lo subjetivo y lo objetivo.El surrealismo intenta resolver la viejaoposición entre el yo y el mundo, lo interior y lo exterior, creando objetos queson interiores y exteriores a la vez.
Si mi voz ya no es mía, sino la de todos, ¿por que no lanzarse a una nueva experiencia: la poesía colectiva? En verdad,la poesía siempre ha sido hecha por todos.Los mitos poéticos, las grandes imágenesde la poesía en todas las lenguas, son unobjeto de comunión colectiva. Pero lossurrealistas no sólo quieren participar enlas creaciones poéticas: aspiran a convertir esa participación en una nueva formade creación. Varios libros de poemas fueron escritos colectivamente por Breton,Eluard, Char y otros. Al mismo tiempo,aparecen los juegos poéticos y plásticos,todos ellos destinados a hacer surgir, por
poral del yo se dispersa en mil gotas coloreadas, como el agua de una cascada ala luz solar. A más de dos mil años dedistancia, la poesía occidental descubre algo que constituye la enseñanza central delbudismo: el yo es una ilusión, un agregado de sensaciones, pensamientos y de eos.
La si temática destrucción del yo -omejor dicho: la objetivización del sujeto- se realiza a través de diversas técnicas. La más notable y eficaz es la escritura automática; o sea: el dictado del pensamiento no dirigido, emancipado de lasinterdicciones de la moral, la razón o elgusto artístico. Nada más difícil que llegar a este estado de suprema distracción.Todo se opone a este frenesí pasivo, desde la presión del exterior hasta nuestrapropia censura interior y el llamado "espíritu crítico". Método experimental, laescritura automática pocas veces se harealizado de verdad, lo que no impide queBreton siga creyendo que es uno de losmedios más seguros "para devolver a lapalabra humana su inocencia y su podercreador originales". Por lo demás, ningún escritor negará que casi siempre susmejores frases, sus imágenes más puras,son aquellas que surgen de pronto, en medio de su trabajo, como misteriosas ocurrencias. Y lo mismo sucede en nuestravida diaria: siempre hay una extraña intrusión, una dichosa o nefasta "casualidad", que vuelve irrisorias todas las previsiones del sentido común. Más allá desu dudoso valor como método de creación,la escritura automática puede compararsea los ejercicios .espirituales de los místicos y, sobre todo, a las prácticas del Y06ay del budismo Zen: se trata de llegar a ",11l
estado paradójico de pasividad activa, enel que el "yo pienso" es substituído porun misterioso "se piensa". Lo importante, así, es lograr la ruptura de esa ficticiapersonalidad que el mundo nos impone yque hemos creado para defendernos delexterior. El yo nos aplasta y esconde nuestro verdadero ser. Negar el yo no es negar al ser:
Suis-je Amour ou Phébus? Lusignan o Biron?
UNIVERSIDAD' DE MEXICO
turas suceden a las tentativás de conciliación. Al final, se vio claro que toda síntesis era imposible. Sin duda el caráctercada vez más autoritario y antidemocrático del comunismo estalinista, la estrechez y rigidez de sus doctrinas estéticopolíticas y, sobre todo, la regresión de quefueron síntoma, entre otros, lo Procesosde Moscú, contribuyer.on a hacer irreparable la ruptura. Aun así, por unos añosmás, el surrealismo coincidió con las tesi fundamentales del marxismo, tal como las representaba León Trotsky. En1938 Breton lo visita en México y redactacon el viejo revolucionario un famosomanifiesto: Por un A~te RevolucionarioIndependiente. (Este texto apareció entodo el mundo con las firmas de AndréBreton y Diego Rivera). A pesar de laamplitud y generosidad de miras de LeónTrotsky, la verdad es que demasiadas cosas separaban al materialismo históricode la posición surrealista. La imposibilidad de participar directamente en la lucha social fue, y es, una herida para elsurrealismo. En un libro reciente, Breton vuelve sobre el tema, no sin amargura: "La historia dirá si esos que reivindican hoy el monopolio de la transformación social del mundo trabajan por la liberación del hombre o lo entregan a unaesclavitud peor. El surrealismo, como movimiento definido y organizado en vistade una voluntad de emancipación más amplia, no pudo encontrar un punto de inserción en su sistema ... " Reducido a suspropios medios, el surrealismo no ha cesado de afirmar que la liberación del hombre debe ser total. En el seno de una so-
. ciedad en la que realmente hayan desaparecido los señores, nacerá una poesía queserá creación colectiva, como los mitos delpasado. Asistiría el hombre entonces a lareconciliación del pensamiento y la acción,el deseo y el fruto, la palabra y la cosa.La escritura automática dejaría de ser unaaspiración: hablar sería crear.
El surrealismo pone en tela de juicio ála realidad; pero la realidad también poneen tela de juicio a la libertad del hombre.Hay series de acontecimientos independientes entre sí que, en ciertos sitios ymomentos prívilegiados, se cruzan. ¿ Cuáles el significado de lo que se llama destino, casualidad o, para emplear el lengua-je de Hegel, azar objetivo? En varios libros -Nadja, El Loco AmO?', Los Vasoseomunicantes- Breton señala el carácter extraño de ciertos encuentros. ¿ Se tra-ta de meras coincidencias? Semejante manera de resolver el problema revelaría unasuerte del realismo ingenuo o de positivismo primario. Lugar en que se cruzanla libertad y la necesidad, ¿ qué es el azarobjetivo? Engels había dicho: "La casualidad no puede ser comprendida sino lig-ada con la categoría del azar objetivo.forma de manifestación de la necesidad".Para Breton el azar objetivo es el puntode interesección entre el deseo -o sea:la libertad humana- y la necesidad exte'riOi.·No creo que nadiehaya·ofrecido unarespuesta definitiva a este' "problema deproblemas". Pero si la respuesta' de Breton no logra satisfacernos, su pregunta nocesa de hostigamos. Todos hemos sidohéroes o testigos de encuentros inexplicables. Estos encuentros son, para citar hallazgos de personas muy alejadas de laspreocupaciones surrealistas, el virus paraPasteur, la penicilina para Fleming, unarima para Valéry. y en nuestra vida dia-
9
Pintura de {ves Tan!Juy-"tma forma paradójica. de la necesidad"
"las p¡"e!Junlas que hac·ian BI'e/OIl y "Elnard en la revista Min'otauro"
. "10
ria, ¿ no es el amor, de manera soberana,la ardiente encarnación del azar objetivo?Las preguntas que hacían Breton y Eluard en la revista Minotauro: "¿ Cuál hasido el encuentro capital de su vida?;¿ hasta qué pmto ese encuentro le hadado la impre -ión de lo necesario o lofortuito ?", la podemos repetir todos. Ye toy seguro de que la mayoría respondería que ese encuentro capital, deeisiv("de tinado a marcarnos para siemp¡-e consu garra dorada, se llama: amor, personaamada. Y ninguno de nosotros podríaafirmar con entera certeza si ese encuentro fue fortuito o necesario. Los más diríamos que, si fue fortuito, tenía toda lafuerza inexorable de la necesidad; y, sifue necesario, poseía la deliciosa indeterminación de lo fortuito. El azar objetivoes una forma paradójica de la necesidad,la forma por excelencia del amor: conjunción de la cable soberanía de libertad v
cernir los dos errores fundamentales queoriginan este modo de yer : uno, es social;otro, moral. El error social, que no podráremediarsc sin la destrucción de las basf~s
económicas de la ociedad actual, procedede que la elección inicial hoy no está realmente permitida y, en la medida en queexcepcionalmente tiende a imponerse, seproduce en una atmósfera de no elección,hostil a su triunfo ... El error moral nace dc la incapacidad en que se halla lamayoría de los hombres para librarse detoda preocupación ajena al amor, de todotemor como de toda duda ... La experiencia del artista, como la del sabio, es aquíde gran ayuda: ambas revelan que todolo que se edifica y perdura ha exigido, deantemano, para ser, un total abandono. Elamor debe perder ese gusto amargo queno tiene, por ejemplo, el ejercicio de lapoesía. Tal empresa no podrá llevarse acabo plenamente mientras no se haya abo-
tJNIVERSIDAD DE MEXICO
El abrazo poético como el abrazo carnalMientras duranProhiben caer en la miseria del mundo.
Poesía y amor son acto semejantes. Laexpcriencia poética y la amorosa nosabren las puertas de un instante eléctrico.Allí el tiempo no es ueesión: ayer, hoyy mañana de.ian de tener ignificado: ólohay un siempre que es también un aquí yun ahora. Caen los muros de la prisiónmental; espacio y tiempo se abrazan, ecntretejen y despliegan a nuestros piesuna alfombra, viviente, una vegetaciónque nos cubre con sus mil manos de hierba, que nos desnuda con sus mil ojos deagua. El poema, como el amor, es un actoen el que nacer y morir, esos dos extremos contradictorios que nos desgarran yhacen de tal modo precaria la condiciónhumana, pactan y se funden. Amar esmorir, han dicho nuestros místicos; perotambién' y, por eso mismo, es nacer. El
destino. El amor nus revela la forma l1lé:S
alta de la Ii.bertad: libre elección de lanecesidad.
El amor es exclusivo y único porque enla persona amada se enlazan libertad ynecesidad. En uno de sus libros más hermosos, El Loco Amor, Breton ha puestode relieve la naturaleza absorbente totaldel amor único: "delirio de la pr~senci~absoluta en el seno de la naturaleza re·concil iada". El verdadero amor, el amorlibre y liberador, es siempre exclusivo eimpide toda caída en la infidelidad: "nohay sofisma tan temible como el que afirma que el acto exual va necesariamenteacompañado de una caída del potencial
. amoroso el1tre dos seres, caída cuya repetición los arrastraría progresivamente acansarse el 1-1119 d~J gtrq , , , E~ fál;:il di~,
Poemas objeto - "juegos poéticús y plásticos"
lido, en escala universal, la infame ideacristiana del pecado". Es decir. se tratade reconquistar la inocencia. No es extraño que otro gran contemporáneo de Breton, el inglés D. H. I.awrence, se expreseen términos semejantes. El verdadero tema de nuestro tiempo -y el de todos lostiempos- es el de la reconquista de lainocencia por el amor.
i Despojar al amor "de ese sabor amargo que no tiene la poesía"! ¿ Qué es, mtonces, la poesía para Breton? El mismonos lo dice en un poema:
La poesía se hace en el lecho C01110 el[amor
Sus sábanas deshechas son la aurora de[las cosas
La poesía se hace en los bosques
carácter inagotablc de la experiencia amurosa no es distinto al de la poesía. Ren¿Char escribe: "El poema es el amor realizado del deseo que permanece deseo."
Todo el ser participa en el encuentropoético, bañado de su luz cegadora. Ycuando la tensión desaparece y la olla nosdeposita en la orilla .de-Io cotidiano, esaluz aún brilla y ·nosentreabre .]a. cortinade nuestra condición, EntClnces; í1DS' ·re·conoce'nl0s, y recordamos lo que 'realmente somos. La "vida anterior" regresa: esuna mujer, la morada terrestre del hombre, la diosa solar de pechos desnudos quesonríe a la orilla del Mediterráneo; mientras el agua del "mar se mezcla: al sol";es Xochiquetzal, la de la falda de hojasde maíz y fuego, la de la falda de 'bruma,cuerpo de centella en la tormenta; es
UNI ERSíDADbE_ ME'XICO1f
El tuyoTú eres la semejanza.
La Central Surrealista. en 1925. De i:;q. a del-.: Charles Boron, !?aylllGrld Q1teneau, PierreNaville, André Breton, J. A. Boiffard, G. de Chirieo, Roger Vi/me, Pa~bl Eluard, Philippe'
SouPQ1{lt, Robert Demos, LO'Itis Amgon. Deltm/p: SilllOlle B., Ma.'!' Morisé, Mine. S.
Perséfona que asciende del abismo en donde ha cortado el narciso, la flor del deseo. Paul Eluard revela la identidad entre amor y poesía:
Tú das al mundo un cuerpo siempre elfmismo
La mujer es la semejanza. y yo dirí:l:la correspondencia. Todo rima, todo sellama y se responde. Como lo creían losantiguos, y lo han sostenido siempre lospoetas y la tradición oculta. el 'cll1iversoestá compuesto por contrarios que se uneny separan conforme a cierto ritmo secreto. El conocimiento poético ·-la imaginación, la facultad productora de imágenes en cuvo seno los contrarios se reconcilian ·_~os deja vislumbrar ia ~lI1aiogíacósmica. Baudelaire decía: "La imaginación es la más científica de nuestras facultades porque sólo ella es capaz de comprender la analogía universal; -lo queuna religión mística llamaría la correspondencia ... La naturaleza es un Verbo, una alegoría, un modelo ..." La obsesionante repetición de imágenes y mitos a través de los siglos, por individuosy pueblos que no se han. conocido entreellos, no puede razonablemente explicarse sino aceptando el carácter arquetípicodel universo y de la palabra poética. Cierto, el hombre ha perdido la llave maestradel cosmos y de sí mismo; desgarrado ensu interior, separado de la naturaleza, sometido al tormento del tiempo y el trabajo, esclavo de sí mismo y de los otros,rey destronado, perdido en un laberintoque parece no tener salida, el hombre davueltas alrededor de sí mismo incansablemente. A veces, por un instante duramentea rrebatado al tiempo, cesa la pesadilla.La poesía y el amar le revelan la existencia de ese alto lugar en donde, como dice elS egul1do Manifiesto: "la vida y la muerte, lo real y lo imaginario, lo pasado y lofuturo, lo comunicable y lo incomunicable,lo alto y lo bajo dejarán' de ser percibidoscontradictoriamente".
Todavía no es tiempo de hacer uno deesos balances que tanto amail los críticosy los historiadores. Hoy nadie se atrevea negar que el surrealismo ha contribuido
de manera poderosa a formar la sensibilidad de nuestra época. Además, esa sensibilidad, en buena parte, es creación suya. Pero la empresa surrealista no se halimitado únicamente a expresar las tendencias más ocultas de nuestro tiempo yanticipar las venideras; este movimientose proponía encarnar en la historia ytransformar el mundo con las armas dela imaginación y la poesía. N o ha sido otrala tentativa de los más grandes poetas dcOccidente. Frente a la ruina del mundosagrado medieval y, simultáneamente, cara al desierto industrial y utilitario (IUCha erigido la civilización racionalista, lapoesía moderna se concibe como un nuevo sagrado, fuera de toda iglesia y fideísmo. N ovalis había dicho: "la poesía es lareligión natural del hombre". Blake afirmó siempre que sus libros constituían las"sagradas escrituras" de la nueva ]erusalem. Fiel a esta tradición, el surrealismobusca un nuevo sagrado extrarreligioso,fundado en el triple eje de la libertad, elamor y la poesía. La tentativ;:¡ surrealista se ha estrellado contra un muro. Colocar a la poesía en el centro de la sociedad,convertirla en el verdadero alimento de loshombres y en la vía para reconocerse (anto como para transformarse, exige también una liberación total de la misma so-
sociedad. Sólo en una sociedad libre lapoesía será un bien común, una creacióncolectiva y una participación universal. Elfracaso del surrealismo nos ilumina sobre
otro, aca o de mayor e~vergadura: el dela tentativa revolucionaria. Allí donde laantiguas religiones y ti ranías han muerto, renacen los cúltos primitivos y lasferoces idolatrías. Nadie sabe qué nos depararán los treinta o cuarenta años venideros. N o sabemos si todo arderá, si brotará la espiga de la tierra quemada o sicontinuará el infierno frío que paralizaal mundo desde el fin de la guerra. Tampoco es fácil predecir el porvenir del surrealismo. Pero yo sé algo: como las sectas gnósticas de los primeros siglos cristianos, como la herejía catara, como losgrupos de iluminados del Renacimiento yla época romántica, como la tradición ocul.ta que desde la antigüedad no ha cesadode inquietar a los más altos espíritus, elsurrealismo -en lo que tiene de mejor ymás valioso-- seguirá siendo una invitación y un signo: una invitación a la aventura interior, al redescubrimiento de nosotros mismos; y un signo de inteligencia,el mismo que a través de los siglos nos hacen poetas. Ese signo es un relámpago:bajo su luz convulsa entrevemos algo delmisterio de nuestra condición.
AVENTURArador azteca -al hombre vencido e ignominiosamente asesinado por aquellosmismos cuya lengua ha heredado-,dcmuestl-a la profundidad de esta reivindicación. La fidelidad a antepasados quehabrían vivido al margen de todo verdadero principio espiritual, despierta, logicamente, una mala conciencia: ese pueblose solidariza con la rama familiar calumniada, pero justi ficada descon fianza q~lC
inspira su comportamiento impide, SIl1
embargo, toda comunión enriquecedoracon eHa. Es decir, que mientras no se leconsidere bajo su verdadera luz, esepasado que surge y se impone más decuatro siglos después de su aplastamIento,ejercerá una influencia negativa. Nocreemes exagerar al decir que las fuerzascreadoras de una Nación podrían verseparalizadas por un dilema que les i.ll1pide desplegar sus raíces en profundidad.
Conscientemente o no, las tentativas para tornar aceptables costumbres quejusti ficaron la destrucción y la esclavitud,
UNA
bre de que esta religión representa unade las más nobles mani festaciones delespíritu humano. Y esto tanto máscuanto que no se trata de una vanadi'sputa .entre especialistas, sino d!~ 1adiscrepancia para juzgar un tellla fundamenta·l' cuya valoración equivOC'ada essusceptible de provocar perturbacionesque rebasan el marco de la investiga~ió.1l
científica. En efecto, si lIamamos pnmltiva a la mentalidad precolombina, borramos de la historia del pensamiento -búnica que importa- la raza autóctonade la que el mexicano de hoy día reivindica la descendencia. El hecho de que,contra una costumbre universalmenteaceptada, el puebl'o de Méxiw haya erigido en héroe nacional al 'último empe-
Por Lametfe SEJOURNE
LA EXPERIENCIA DEAR~UEOLOGICA
Si NOS esforzamos por comprender larealidad del antiguo México, descubriremos, primero, que la totalidad de
su pensamiento religioso se apoya en conceptos sólidamente estructurados; en seguida, que esos mismos conceptos sonlos que forman el núdeo de todas lasculturas mesoamericanas, por cuanto, apesar de la multiplicidad de ~stilos queen el curso del tiempo y las dIversas reaiones han surgido para expresarlbs, su~igorosa presencia es discernible en to-das partes. ' ..
El descubrimiento de la alta espmtua-.¡idad que sirve de base a la religiónprecolombina, hace intole:,:ble la inju~
ticia que se comete al ca]¡ftcarla d~ pnmitiva e incita a transmitir la certJdum-